La flor del cafecillo

Si andás atento, cada caminata trae experiencias sorpresivas. En mi caminata por el Parque Nacional Carara a principios de julio pasé junto a los arbustos de cafecillo (Erythrochiton gymnanthus) que suelo observar al costado de los senderos.

La placa informativa me recordó que es un arbusto de la familia Rutaceae (por tanto, primo de cítricos como el limón y el naranjo), endémico del Pacífico Central de Costa Rica. Crece en el sotobosque, a las sombra de grandes árboles como espaveles, surás y ceibas porque necesita de poca luz.

El cafecillo está en peligro de extinción. Hoy en día sólo se encuentra en Miramar, Barranca y Carara. Y es un misterio para la ciencia qué poliniza al cafecillo y cómo esparce sus semillas.

De esto resulta la rarísima maravilla que me presentó Natura Naturans en esa caminata: por primera vez en todas mis visitas, a lo largo de tantos años y estaciones, vi al cafecillo en flor.

3 de julio: Flor del cafecillo

Su flor es blanca y hermosa. Sus pétalos, sépalos, estambres: todo es blanco. Solo el interior del carpelo es amarillo, como un destello de alegría rodeado de paz floreciente en un mundo verde esperanza.

Para mí, el resplandor albo de estas flores en los claroscuros del bosque representó gracia. De Natura Naturans recibí gracia y por ello procuro extenderla a quienes amo, aún en el silencio de mi corazón.

Han pasado varias semanas desde entonces. En esta caminata, a fines de julio, no encontré al cafecillo en flor. Pero su tono de verde aún me infundió esperanza. Y el recuerdo de su gracia vive en mi interior.

Cafecillo a fines de julio

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