Es ahora en invierno cuando al revisar los frutales de hueso nos encontramos en ocasiones con lesiones en las cortezas de los mismos, con el exudado en ellas de abundante goma y tejidos muertos en todo el perímetro de las mismas.
Estas lesiones se engloban bajo el nombre de Chancros, en concreto el Chancro Leucostoma, y en el caso de los frutales de hueso suelen corresponder a la acción de algunos hongos microscópicos, hongos del tipo del Leucostoma persooni, Leucostoma cinctu, Cytospora leucostoma, … Como este Chancro que he encontrado en el albérchigo de casa.
Estos hongos asentados sobre las ramas, aprovechan cualquier herida que aparezca en el árbol (desde las producidas por insectos, a las generadas a la caída de la hoja) para iniciar la colonización del árbol. Esa herida irá progresivamente ampliándose, sobre todo si las condiciones de humedad ambiental son las adecuadas, como las del otoño-invierno actual.
Es un tipo de enfermedad que se desarrolla especialmente en las zonas de invierno frío, donde la acción del hielo puede incrementar la aparición de heridas en los árboles, puntos de contagio de la enfermedad a lo largo del invierno.
La acción del hongo es especialmente fuerte durante el periodo de otoño e invierno no parando ni por la presencia de hielo, disminuyendo conforme aumentan las temperaturas y el árbol entra en activo, organizando sus defensas contra la acción del hongo y desarrollando un callo de crecimiento en la zona con el tejido infectado, que sirve para la protección del mismo. Pero el hongo se mantiene en activo y su actividad se renueva con la llegada del nuevo periodo otoñal.
Esta enfermedad tiene una gravedad que depende de la zona que se contagie. Si es en ramas frutales o en tallos principales puede reducir la producción de forma significativa e incluso afectar a la vida del árbol.
Su control es necesario, para ello debe combinarse una serie de aspectos:
- Es importante una vigilancia regular de los frutales, eliminando de la corteza restos de cañas y hojas muertas.
- Hay que evitar que las cañas se lesionen entre ellas con la presencia de ramas cruzadas que se rocen entre si.
- Hay que evitar todo tipo de heridas en la base de los troncos en la realización de tareas de mantenimiento del huerto.
- Buscar una alimentación equilibrada del árbol, evitando el uso de abonos nitrogenados en los periodos finales del crecimiento, antes del otoño invierno.
- Reducir en lo posible el nivel de estrés que el árbol pueda sufrir, con ello será más resistente a cualquier ataque.
- Favorecer la aireación del suelo, evitando el riego por inundación y colocando los goteos alejados del tronco,
- Hay que evitar el contacto de los troncos con la materia orgánica,
- Cuidar la realización de la poda adecuada.
- Procurar eliminar y quemar todas las ramas afectadas.
- Uso de fungicidas permitidos por la agricultura ecológica en el periodo previo a la caída de hojas y posteriores a la misma, para favorecer la cicatrización de la heridas que la caída de las hojas deja y controlar el desarrollo de hongos durante el periodo invernal.
- Seleccionar en lo posible árboles resistentes a la acción del frío, pues al tiempo son los que mejor reaccionan antes el ataque de los hongos. © Para saber más