Libro Rojo de la Flora Nativa y de los Sitios Prioritarios para su Conservación: Región de Coquimbo
(F.A. Squeo, G. Arancio y J.R. Gutiérrez, Eds.)
Ediciones Universidad de La Serena, La Serena, Chile (2001) 10: 159 - 170
Capítulo 10
Determinación de áreas prioritarias para la conservación:
análisis de parsimonia de endemismos (PAE)
en la flora de la IV Región de Coquimbo
LOHENGRIN A. CAVIERES, MARITZA MIHOC, ALICIA MARTICORENA,
CLODOMIRO MARTICORENA, OSCAR MATTHEI &
FRANCISCO A. SQUEO
RESUMEN
Los taxa endémicos son aquellos que están restringidos a algún lugar
geográfico específico y pueden definirse como la biodiversidad única de una
región. Considerando que las especies endémicas al tener un rango de
distribución restringido tendrían mayores probabilidades de extinguirse, detectar
áreas con concentración de endemismos es fundamental para definir algunas
áreas que tendrían prioridad para ser conservadas. El análisis de parsimonia de
endemismos (Parsimony Analysis of Endemicity (PAE)) es un método de
biogeografía histórica que permite clasificar áreas o localidades de acuerdo a
taxa compartidos y detectar áreas con concentración de especies endémicas.
En el presente trabajo se determinó a través de un análisis PAE áreas con
concentración de endemismos dentro de la Región de Coquimbo y se comparó
su representación en el actual Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas
del Estado chileno (SNASPE). Los resultados indican que las áreas importantes
para realizar acciones de conservación son: 1) la zona costera norte entre La
Serena y Bahía Choros que contiene 136 especies endémicas de Chile y 15
endémicas de la región, es decir, que no están en ninguna otra región de Chile;
2) Los alrededores de Tongoy y la zona costera al sur de los altos de Talinay
con 191 especies endémicas de Chile y 24 endémicas de la región; y 3) la zona
costera de Los Vilos con 142 especies endémicas de Chile y 8 endémicas de
la región. Sólo una unidad del SNASPE en la Región (P.N. Fray Jorge) se
corresponde con una de las áreas identificadas como prioritarias de conservar
según su concentración de endemismos.
Palabras claves: Endemismo, parsimonia, biodiversidad, Coquimbo
INTRODUCCIÓN
Chile es un país que posee una gran diversidad de climas y ecosistemas
(Arroyo et al. 1993). La flora total de estos ecosistemas es particularmente rica
en comparación a otros ecosistemas de latitudes templadas, presentando
además un alto nivel de endemismo (Marticorena 1991). Sin embargo, el
159
conocimiento de la flora es muy desigual a lo largo de Chile, especialmente
cuando se analiza el conocimiento de la flora a nivel de las regiones
geopolíticas en que está subdividido el país (Marticorena et al. 1995, Matthei
1995, Rodríguez 1995). El conocimiento de la distribución de la biodiversidad
es fundamental para llegar a una estrategia que permita el uso sustentable y la
conservación de la biodiversidad del país.
Una de las definiciones más aceptadas de biodiversidad es: la cantidad de
especies de una región determinada; la variabilidad genética de cada especie,
incluyendo la diversidad de alelos de un mismo gen, el conjunto de diferencias
génicas, y el número de ecosistemas que dichas especies conforman (Norse et
al. 1986). Sin embargo, variables como el número de linajes evolutivos en una
flora, el número de taxa a diferentes niveles taxonómicos, y el número de taxa
endémicos, cobran tanta importancia como el número total de especies (VaneWright 1996).
Los taxa endémicos son aquellos que están restringidos a algún lugar
geográfico específico y pueden definirse como la biodiversidad única de una
región (Cowling et al. 1995, Kerr 1997). Considerando que las especies
endémicas al tener un rango de distribución restringido tendrían mayores
probabilidades de extinguirse (Myers et al. 2000), detectar áreas con
concentración de endemismos es fundamental para definir algunas áreas que
tendrían prioridad para ser conservadas (sensu Vane-Wrigth 1996).
El análisis de parsimonia de endemismos (Parsimony Analysis of Endemicity
(PAE)) es un método de biogeografía histórica que permite clasificar áreas o
localidades de acuerdo a taxa compartidos (Morrone & Crisci 1995). Con el uso
de algoritmos de parsimonia cladística, y analogando las áreas o localidades a
taxa y la presencia/ausencia de taxa a caracteres, se construye un cladograma
de áreas (Morrone 1994, Morrone & Crisci 1995, Morrone et al. 1996). El
cladograma resultante representa un conjunto de áreas anidadas que
comparten taxa en común, y donde las dicotomías terminales representan los
cambios bióticos más recientes: las especies únicas de esas áreas o
endemismos (Posadas & Miranda-Esquivel 1999). Sólo se consideran áreas de
endemismos a aquellos grupos monofiléticos sustentados por la presencia de
dos o más especies (Morrone 1994, Posadas 1996, Posadas & MirandaEsquivel 1999).
El objetivo de este trabajo es determinar a través de un análisis PAE, áreas
con concentración de endemismos dentro de la Región de Coquimbo, y
comparar su representación en el actual Sistema Nacional de Áreas Silvestres
Protegidas del Estado chileno (SNASPE).
160
MATERIALES Y MÉTODOS
Base de datos
Se dividió la región en cuadrículas (cuadrantes) de 900 km2, determinando un
total de 45 cuadrantes que cubren la región (Capítulo 3, Fig. 1). Luego se
determinó la presencia de cada especie en los diferentes cuadrantes, para lo
cual se utilizó la información recopilada durante el presente proyecto. El total
de especies nativas consideradas en este capítulo fue 1.443.
Análisis de parsimonia de endemismos
Para la aplicación del PAE (Morrone 1994) se utilizó una matriz donde las
columnas representaban las cuadrículas y las filas las especies, agregándose
una cuadrícula hipotética a la matriz de datos codificada con ausencias (0) para
todos los taxa con el fin de enraizar los cladogramas. La matriz fue analizada
con el programa NONA 2.0 (Goloboff 1997), donde se realizó una búsqueda
heurística aleatorizando 50 veces el orden de entrada de las cuadrículas,
almacenando todos los árboles igualmente parsimoniosos. Posteriormente se
calculó el árbol de consenso estricto y la distribución de los caracteres
(especies) sobre el árbol de consenso se realizó con el programa Winclada
(Nixon 2000).
RESULTADOS
El análisis de la matriz produjo un total de 4 árboles igualmente
parsimoniosos (L = 5610; Ci=0,25; Ri=0,43). El árbol de consenso estricto
mostró tres áreas de endemismos principales (zonas A, B y C; Fig. 1), donde
la zona C incluye áreas menores, mostrando todas ellas un patrón de áreas
anidadas. Al mapear los cuadrantes que componen cada área se pueden
delimitar tres grandes zonas: sector andino norte (zona A), sector andino sur
(zona B), y un tercer sector que comprende en su mayor parte la zona costera
y la montaña media (zona C) (Fig. 1). En esta región, la depresión intermedia,
características de Chile centro sur, es reemplazada por la montaña media y
valles transversales a consecuencia de los cordones montañosos transversales
(ver las unidades geográfica en el Capítulo 2 ).
El área del sector andino norte (zona A) está sustentado por la presencia de
cuatro especies endémicas: Adesmia hystrix, Alstroemeria andina, Senecio
micropifolius y Viola montagnei. Ninguna de estas especies presenta problemas
de conservación.
El sector andino sur (zona B) también se sustenta por la presencia de tres
especies endémicas: Buddleja suaveolens, Calceolaria arachnoidea y Senecio
adenotrichius. Ninguna de estas especies tiene problemas de conservación.
La zona C se divide en tres zonas menores (zonas C1, C2, C3) (Fig. 1), las
que a su vez presentan unidades subordinadas. La zona C1 comprende las
cuadrículas 2, 7, 12, 13, 17 y 18, y se distribuyen en la montaña media al norte
de la región (Fig. 1). Esta zona presenta 32 especies endémicas comunes para
las seis cuadrículas, destacándose la presencia de cuatro especies endémicas
161
A
B
C1
C2
C 3.1
C 3.2
Fig. 1. Árbol de consenso estricto obtenido con el PAE y mapa con la
localización espacial dentro de la región de Coquimbo de las áreas de
endemismo obtenidas (ver explicación en el texto).
162
cuyo estado de conservación es vulnerable: Bridgesia incisifolia, Caesalpinia
angulata, Eriosyce aurata y Porlieria chilensis. La zona C2 esta formada por las
cuadrículas 29, 32, 33, 34, 38, 42, 43 y 44, las que se distribuyen en la parte sur
de la montaña media (Fig. 1). Esta área posee 18 especies endémicas
compartidas, encontrándose dos de éstas especies en estado de conservación
vulnerable: Eriosyce aurata y Porlieria chilensis.
La zona C3 se distribuye a lo largo de la costa de la región, dentro de la cual
se observan dos subáreas: C3.1 y C3.2 (Fig. 1). C3.1 comprende la zona
costera sur, conformada por las cuadrículas 31, 36, 40 y 41. Estas cuadrículas
comparten 65 especies endémicas, entre las que se encuentra la especie
Citronella mucronata considerada en peligro de extinción para la región de
Coquimbo y 11 especies vulnerables: Adenopeltis serrata, Azara celastrina,
Bridgesia incisifolia, Carica chilensis, Cryptocarya alba, Kageneckia oblonga,
Leucocoryne purpurea, Melica longiflora, Myrceugenia rufa, Porlieria chilensis
y Quillaja saponaria, de las cuales Carica chilensis también es una especie
vulnerable para la V Región, y Porlieria chilensis es vulnerable para las
regiones V y Metropolitana (Benoit 1989). C 3.2 comprende la zona costera
norte, conformada por las cuadrículas 1, 6, 11, 16 y 26. Estas están sustentadas
por 80 especies endémicas, seis de las cuales están consideradas vulnerables:
Bridgesia incisifolia, Caesalpinia angulata, Carica chilensis, Loasa elongata,
Plantago litorea, Senecio jacobeiformis. Ninguna de estas especies fue incluida
en las categorías de conservación del Libro Rojo de la Flora de Chile (Benoit
1989).
Las dos “monofilias” importantes y resueltas que presenta el árbol de
consenso son la zona B y C (Fig. 1). La zona B presenta una dicotomía terminal
representada por las cuadrículas 19 y 30. Esta dicotomía se sustenta por 10
especies endémicas únicas, es decir, el resto de las cuadrículas que forman la
monofilia no presentan estas especies. Estas son: Ephedra gracilis (vulnerable),
Oxalis coquimbana (insuficientemente conocida), además de Cruckshanksia
pumila, Chaetanthera flavelifolia, Chuquiraga ulicina, Galium ovalleanum,
Malesherbia paniculata, Phrodus microphyllus, Pleocarphus revolutus y Senecio
tinctolobus. Estas cuadrículas se encuentran geográficamente disjuntas, sin
embargo, están incluidas en una área mayor que define a la zona B (Fig. 1).
Las dicotomías terminales de la zona C son las cuadrículas 40, 41 (zona C
3.1) y 1, 6 (zona C 3.2). La dicotomía formada por las cuadrículas 40, 41 esta
sustentada por 34 especies endémicas únicas, entre las cuales se encuentra
Senecio munnozii (especie en peligro), además de las especies vulnerables:
Corrigiola propinqua, Cryptantha calycotricha, Chorizanthe paniculata, Chusquea
cumingii, Dioscorea bryoniifolia, Echinopsis litoralis, Erigeron fasciculatus,
Retanilla stricta y Tropaeolum brachyceras. Dentro de las especies
insuficientemente conocidas están Alstroemeria pulchra, Baccharis macraei,
Bartsia chilensis, Chloraea galeata, Dioscorea bridgesii, Eryngium pulchellum,
Helenium glaucum, Lathyrus berterianus, Leucheria senecioides, Plagiobothrys
fulvus, Plantago firma, Schizanthus parvulus y Verbena porrigens. El clado
compuesto por las cuadrículas 01 y 06 comparten 9 especies endémicas
únicas: Alstroemeria kingii, Argemone rosea, Gutierrezia gayana, Heliotropium
chenopodiaceum, Teucrium nudicaule, y Tetragonia copiapina, además de las
especies clasificadas como insuficientemente conocidas Euphorbia thinophila,
163
Valeriana fragilis y Loasa bertrandii. En esta monofilia un tercer clado, también
presenta esta dicotomía terminal, representado por las cuadrículas 11 y 26, no
obstante, a diferencia de lo observado para las cuadrículas 19 y 30, estas se
encuentran separadas por áreas que no pertenecen a una unidad mayor. Esta
separación se debe a la cuadricula 21 (un área sub-colectada, ver Capítulo 5),
la que en los distintos árboles generados en el análisis, resultó tener una baja
relación con las cuadriculas geográficamente contiguas, provocando una
discontinuidad espacial en la distribución de las especies.
En consecuencia, las áreas importantes para realizar acciones de
conservación ya que presentan una gran cantidad de endemismos, y optimizan
la representación de especies de las áreas mayores a las cuales pertenecen,
son las cuadriculas 1-6, 11-26, 40-41 y 19-30. Las cuadrículas 1-6 presentan
en total 186 especies, de las cuales 136 (73%) son endémicas de Chile, y 15
(8%) endémicas de la región, es decir, que no están en ninguna otra región de
Chile. Las cuadrículas 11-26 presentan 293 especies, de las cuales 191 (65%)
son endémicas de Chile y 24 (8,2%) son endémicas de la región (Tabla 1). Las
cuadrículas 40-41 presentan 228 especies, de las cuales 142 (62.2%) son
endémicas de Chile. De estas 8 (3,5%) son endémicas de la región (Tabla 1).
Las cuadrículas 19-30 (ubicadas en la zona andina) contienen un total de 152
especies, de las cuales sólo 45 (29.6%) son endémicas de Chile. De estas
últimas sólo 3 (2%) son endémicas de la Región de Coquimbo (Tabla 1).
DISCUSIÓN
En este trabajo se propuso determinar las áreas de máxima biodiversidad en
concentración de especies endémicas dentro de la Región de Coquimbo,
utilizando un análisis de parsimonia de endemismos (PAE). Dentro de los
cladogramas de áreas generados por este tipo de aproximaciones, los patrones
de áreas anidadas en las ramas terminales de los cladogramas son importantes
para la determinación de áreas prioritarias para conservación (Posadas 1996,
Posadas & Miranda-Esquivel 1999), debido a que en ellas se concentra el
mayor numero de especies, las que a su vez, se encuentran presentes en el
resto de las áreas que conforman el clado.
Las zonas obtenidas en el presente análisis, dividen a la región en áreas que
tienen un alto grado de similitud con las regiones vegetacionales propuestas por
Gajardo (1994). La zona A encontrada por el PAE, se corresponde con la
Estepa Altoandina de Coquimbo, mientras que la zona C3 a la sub-región del
matorral estepario. El punto donde el grado de similitud se hace más evidente
es a nivel de las unidades menores que reconoce Gajardo (1994). La zona
C3.2 se asocia con el matorral estepario costero, mientras que la zona C3.1 con
matorral estepario boscoso y matorral estepario arborescente. Estas dos ultimas
formaciones vegetales se correlacionan con el clado terminal (zona C3.1),
donde las cuadriculas 31 y 36 se superponen con el matorral estepario boscoso
y la dicotomía terminal formada por las cuadriculas 40 y 41 con el matorral
estepario arborescente.
En general, la flora de Chile está caracterizada por un alto nivel de
endemismo (Marticorena 1991, Matthei 1995, Marticorena et al. 1995),
superando el 50%. A nivel regional se han citado 1.478 especies, de las cuales
164
Tabla 1. Listado de especies endémicas de la Región de Coquimbo utilizadas
en este Capítulo, con sus categorías de estado de conservación (CC) y su
distribución en la región. (*) Números según Fig. 1.
Nombre Especies
CC
Cuadrículas (*)
Acantholippia trifida (Clos) Moldenke
Adesmia aromatica Burkart
Adesmia bedwellii Skottsb.
Adesmia calycicomosa Burkart
Adesmia denudata Phil.
Adesmia dichotoma Clos
Adesmia littoralis Burkart
Adesmia peraltae (Phil. ex Reiche) Ulib.
Adesmia reclinata Muñoz
Adesmia rubroviridis Burkart
Alstroemeria magenta Ehr. Bayer
Alstroemeria schizanthoides Grau
Araeoandra tenuicaulis (Barnéoud) Lefor
Arenaria oligosperma Naudin
Argylia farnesiana Gleisner et Ricardi
Aristolochia bridgesii (Klotzsch) Duch.
Astragalus schinetorum Barneby
Atriplex coquimbana Phil.
Berberis glomerata Hook. et Arn.
VU
IC(VU?)
FP
IC(VU?)
IC(VU?)
FP
EP
IC(EX?)
VU
FP
FP
FP
FP
IC(EX?)
IC(VU?)
FP
IC(EP?)
EP
FP
Bowlesia macrophysa Zoellner
Calceolaria abscondita Witasek
Calceolaria collina Phil.
Calceolaria picta Phil.
Calceolaria quadriradiata Phil.
Calceolaria robusta A.Dietr.
Centaurea gayana J.Remy
Chaetanthera flabellifolia Cabrera
Chorizanthe frankenioides J.Remy
Chorizanthe glabrescens Benth.
Chorizanthe viridis Phil.
IC(VU?)
IC(VU?)
IC(EX?)
EP
IC(EX?)
EP
IC(EX?)
FP
EP
IC(EX?)
FP
Cistanthe coquimbensis (Barnéoud) Carolin ex
Hershk.
Cryptantha chispae Grau
Cryptantha dolichophylla (Phil.) Reiche
Cryptantha longifolia (Phil.) Reiche
Cryptantha volckmannii (Phil.) I.M.Johnst.
FP
9, 13, 14, 15
18
11, 21, 22, 26, 27, 28
7, 14, 19
39, 44
2, 14, 15, 18, 29
1, 11, 16
13
26, 40
18, 24, 29, 30, 34, 35
25, 26, 36, 41
9, 13
1, 6, 11, 12, 16, 22, 26
6
2
1, 2, 3, 6, 7, 11, 12, 13, 17
30
11, 22, 26
6, 11, 12, 16, 17, 22, 27,28,
37
30, 35
1, 34
7
1, 6, 16, 17
33
26
7
9, 10, 15, 19, 20, 30
1, 11
7, 11, 26
8, 9, 12, 13, 14, 15, 19, 29,
34, 35, 38, 39, 42, 43, 44
1, 6, 7, 11, 12, 16, 17, 18, 22,
23, 26, 28
1, 11, 16, 26
11, 12, 13, 18, 26, 37
39
9, 10, 13, 18, 24, 29, 34, 35,
39
15
11
29
9, 12, 17, 18, 44
1, 2, 6, 7, 11, 12, 16, 17, 21,
22, 23
Cuscuta rustica Hunz.
Cuscuta werdermannii Hunz.
Cyperus volckmannii Phil.
Cyphocarpus innocuus Sandwith
Echinopsis coquimbana (Molina) Friedrich et
G.D.Rowley
VU
FP
IC(EX?)
IC(FP?)
IC
IC
IC(EX?)
IC(FP?)
FP
165
Nombre Especies
CC
Cuadrículas (*)
Echinopsis nigripilis (Phil.) Friedrich et
G.D.Rowley
Echinopsis skottsbergii (Backeb.) Friedrich et
G.D.Rowley
Eryngium coquimbanum Phil. ex Urb.
IC(EX?)
11
FP
21, 22, 26, 31, 36, 40, 41
FP
Euphorbia elquiensis Phil.
Euphorbia ovalleana Phil.
Euphorbia raphilippii Oudejans
Galium leptum Phil.
Galium ovalleanum Phil.
Gamochaeta suffruticosa (Phil.) Anderb.
Gethyum cuspidatum (Harv. ex Baker) M.Muñoz
Gnaphalium illapelinum Phil.
Gnaphalium perpusillum Phil.
Haplopappus bezanillanus (J.Remy) Reiche
Haplopappus elatus (Phil.) Reiche
Haplopappus ischnos (Phil.) Reiche
Haplopappus meyenii Walp.
Haplopappus pinea (Phil.) Reiche
Helenium ovallense Bierner
Lepidium morrisonii C.L.Hitchc.
Leucocoryne conferta Zoellner
Linum ramosissimum Gay
Loasa arnottiana Gay
Loasa multifida Gay
FP
IC(EX?)
IC(EX?)
EP
FP
IC(VU?)
VU
IC(VU?)
IC(EX?)
VU
IC(EX?)
IC(VU?)
EP
IC(FP?)
IC(VU?)
IC(VU?)
EP
VU
IC(VU?)
VU
Loasa urmenetae Phil.
Maihueniopsis grandiflora F.Ritter
Maihueniopsis wagenknechtii F.Ritter
Malesherbia campanulata Ricardi
Malesherbia gabrielae Ricardi
Malesherbia lanceolata Ricardi
Melica poecilantha E.Desv.
VU
IC(VU?)
VU
IC
IC(VU?)
FP
VU
Menodora linoides Phil.
Menonvillea crassa Rollins
Moscharia solbrigii Crisci
Myrcianthes coquimbensis (Barnéoud) Landrum
et Grifo
Nassella coquimbensis (Matthei) Peñail.
Nothoscordum serenense Ravenna
Oxalis coquimbana Phil.
Oxalis gaudichaudii Barnéoud
Oxalis glutinosa Phil.
Oxalis maritima Barnéoud
Oxalis ovalleana Phil.
Oxalis paniculata Reiche
EX
IC
IC(VU?)
EP
1, 6, 11, 16, 22, 26, 31, 37,
40
6, 11, 12, 16, 17, 26
29, 34
38
18, 34
7, 13, 18, 19, 29, 30, 33, 34
14, 19, 37, 43
6, 11, 16, 21, 22, 26, 31, 36
30, 37
23
33, 34
11
1, 28, 34, 40
26, 27, 31
24, 44
22, 26
44, 45
33, 37, 41
1, 6, 11, 26, 34, 40
12, 18, 23, 44
7, 12, 17, 22, 23, 26, 27, 37,
38
11, 16, 26, 40
7, 14
4, 5, 19
5
12, 13, 18, 28
9, 10, 15, 20
1, 7, 11, 13, 17, 22, 29, 31,
37
44
26
1, 6, 11, 26
1, 6, 11
166
VU
IC(VU?)
IC(VU?)
IC
IC(VU?)
VU
IC
IC(EX?)
26, 36
11, 21
19, 30
11
9, 11
6, 11, 16, 26
22
7, 8, 9, 12, 13, 14, 18, 19, 29,
30, 39
Nombre Especies
CC
Cuadrículas (*)
Oxalis succulenta Barnéoud
Peperomia coquimbensis Skottsb.
Phycella scarlatina Ravenna
Plagiobothrys collinus (Phil.) I.M.Johnst.
Plazia cheiranthifolia (J.Remy) Wedd.
Polyachyrus gayi J.Remy
Polycarpon coquimbense Gereau et Martic.
Puya gilmartiniae G.S.Varad. et A.R.Flores
Schizanthus parvulus Sudzuki
Schizopetalon corymbosum Al-Shehbaz
Senecio arleguianus J.Remy
Senecio benaventianus J.Remy
Senecio coquimbensis Phil.
Senecio elquiensis Cabrera
Senecio jilesii Cabrera
Senecio jungei Phil.
Senecio munnozii Cabrera
Senecio portulacoides J.Remy
Senecio pubescens Phil.
Senecio rivularis J.Remy
Sisymbrium foliosum Phil.
Sisymbrium macrostachyum Phil.
Solanum albiflorum Phil.
Solanum gaudichaudii Dunal
Tropaeolum hookerianum Barnéoud
Tropaeolum looseri Sparre
IC
EP
FP
FP
EX
IC(EX?)
IC(FP?)
IC(EX?)
IC(VU?)
IC
IC(FP?)
VU
EP
VU
VU
FP
EP
FP
IC(EP?)
FP
IC(EX?)
IC(EX?)
IC(EX?)
IC(VU?)
VU
FP
Valeriana aequiloba Clos
Verbena multiglandulosa Moldenke
Verbesina saubinetia Klatt
Vicia truncata Phil.
Viguiera adenotricha S.F.Blake
Viola aurata Phil.
Viola chrysantha Phil.
Viola lanifera W.Becker
Viola ovalleana Phil.
Weberbauera suffruticosa (Barnéoud) AlShehbaz
IC
IC(EP?)
EP
IC(EX?)
IC(EX?)
EP
FP
NE
IC(EX?)
IC(FP?)
11
26
2, 7, 11, 16, 17, 18, 37
1, 6, 9, 11, 21, 26
24
1, 26
9, 14
11
37, 39, 40, 41, 42
26
9, 10
26, 34, 35, 36, 37, 40, 44, 45
6, 11, 16, 26, 27, 31
7, 13, 18
18, 30, 34
37, 39, 44, 45
40, 41
7, 9, 29, 30
34
15, 18, 23, 25, 29
8, 25
25
11, 37
26, 41
16, 18, 22, 26, 31, 37, 40, 41
7, 11, 13, 14, 15, 18, 24, 26,
29, 31, 45
26
7
11, 16
11
11
7, 13, 14
9, 10, 20
34, 38, 39
28
11, 23, 30, 39
167
el porcentaje de especies endémicas supera el 53%, siendo 140 especies
(9,5%) exclusivas de la región (ver Capítulo 9). La Región de Coquimbo
presenta una particular confluencia de factores que permiten esperar patrones
de endemismos contrastantes entre los sectores interior y costero. Según
nuestros resultados las áreas importantes para realizar acciones de
conservación ya que presentan una gran cantidad de endemismos, y optimizan
la representación de especies de las áreas mayores a las cuales pertenecen,
están ubicadas en la costa (cuadriculas 1-6, 11-26, 40-41) y sólo una (19-30) en
los Andes. Según Posadas (1996) sólo las áreas contiguas pueden ser
sugeridas como prioritarias para la conservación. Según este estudio estas
serían las comprendidas por las cuadrículas 1-6 y 40-41. Sin embargo, en la
zona C3.2, las cuadrículas 11 y 26, pese a que se encuentran disyuntas,
corresponden a clados con dicotomías terminales y que además concentran una
gran cantidad de especies endémicas únicas para la región, razón por la cual
también podrían ser sugeridas como sitios prioritarios para conservación.
Los Andes de la Región se caracterizan por una gran heterogeneidad
geomorfológica y geológica, que determinan a su vez una alta diversidad de
condiciones de suelo, estabilidad y permeabilidad del sustrato (Squeo et al.
1993). Esta diversidad geomorfológica afectaría localmente la distribución de
las especies, y podría facilitar la formación de endemismos. Sin embargo, la
flora no reconoce fronteras políticas, y la amplitud de estas condiciones también
se encuentran en el lado Argentino de la cordillera, lo que impide la definición
de mayor cantidad de endemismos a Chile.
En contraste con los Andes, la zona de la Costa es relativamente
homogénea en términos morfológicos (Brüggen 1950). La mayor diversidad y
concentración de endemismos en los desiertos costeros podría ser explicada,
por un lado por la presencia de la “camanchaca” y la capacidad de las plantas
de utilizar el agua de neblina gracias a la presencia de sistemas radiculares
superficiales, y a la capacidad de responder en forma oportuna cuando ocurren
eventos de precipitación (Armesto et al. 1993, Squeo et al. 1994, 1999,
Ehleringer et al.1998). Por otro lado, en el sector costero, el endemismo
también obedecería al aislamiento general de la flora ya que por el norte se
encuentra flanqueada por uno de los desierto mas secos del mundo: el desierto
de Atacama, y la vegetación depende de las escasas precipitaciones, que a su
vez presentan un alta variabilidad interanual.
El conocimiento de las áreas de concentración de especies endémicas es
fundamental para formular una estrategia para el uso sustentable y la
conservación de la biodiversidad. De acuerdo a este estudio, en la zona costera
es donde se localizan las mayores concentraciones de endemismos, tanto a
nivel nacional como endemismos a nivel local. En consecuencia, la zona
costera debería tener una amplia representación dentro del SNASPE. Benoit
(1996) señala que aunque el 18% del territorio chileno está dentro del Sistema
Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), éste adolece de
serias limitaciones producto de la sub-representación de los ecosistemas de
desierto y zonas áridas.
El SNASPE en la Región de Coquimbo está integrado oficialmente por un
Parque Nacional, dos Reservas Nacionales y un Monumento Nacional, que
representan el 0,37% del área de la Región (Muñoz et al. 1996). Las principales
168
unidades del SNASPE en la Región se localizan en la zona costera (P.N. Fray
Jorge) y la otra en la montaña media (R.N. Las Chinchillas). El simposio “Sitios
prioritarios para la conservación de la diversidad biológica en Chile” realizado
en 1993, reconoce la necesidad de aumentar la cobertura de protección de la
biodiversidad del país por el SNASPE, para lo cual en la Región de Coquimbo
fueron propuestos un total de 9 sitios prioritarios para la conservación. La
elección de estas áreas se hizo utilizando antecedentes publicados, de museos
y herbarios, y antecedentes basados en la experiencia de los participantes en
el simposio. De los sitios propuestos, ochos de ellos fueron escogidos por
fundamentos relativos a la flora, de estos, cinco se corresponden con zonas que
en este estudio presentan patrones de áreas anidadas con dicotomías
terminales y una concentración de endemismos. Por ejemplo, en Muñoz et al.
(1996) se propuso conservar Punta Teatinos con prioridad Urgente, y la Zona
Sur de Coquimbo con prioridad de Interés, ambas ubicadas dentro de la zona
C3.2; Cerro Santa Inés fue propuesto con prioridad Importante, y El Ñague y
Sector Tilama con prioridad de Interés, todos ellos ubicados en la zona C3.1.
La utilización de aproximaciones de biogeografía histórica, como el análisis
de parsimonia de endemismos (PAE), permiten determinar áreas que además
de contener muchas de las especies características de zonas mayores, contiene
una gran cantidad de endemismos (Morrone & Crisci 1995, Posadas 1996). El
uso de estas aproximaciones proporciona una nueva herramienta para
complementar la designación de zonas que deban ser catalogadas como
prioritarias para la conservación.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo fue financiado por el proyecto Actualización de la flora nativa
clasificada en categoría de conservación para la región de Coquimbo-GORE IV
Región-CONAF (BIP 20146564-0) y núcleo milenio Nº P99-103-F ICM. Esta es una
contribución del ‘Centro de Estudios Avanzados en Biología Vegetal’ Dirección de
Investigación-Universidad de Concepción 201.111.025-1.4.
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