Anales de Biología 29: 75-83, 2007
Diversidad florística en pastos terofíticos de Prolongoa
hispanica G. López & Ch. E. Jarvis (Asteraceae)
Jesús Antonio Lázaro Bello
C/ Madre de Dios nº 15, 1º D, 47011 Valladolid, España.
Resumen
Correspondencia
J. A. Lázaro Bello
E-mail: chuchijalb@hotmail.com
Tel.: 630776402
Recibido: 10 Octubre 2007
Aceptado: 25 Noviembre 2007
Prolongoa hispanica es un terófito endémico de la Península Ibérica.
En la provincia de Valladolid (España), los pastizales asentados sobre
suelos silíceos dominados por esta especie muestran valores medios
de diversidad florística de H’=1,65, y de uniformidad de J=0.72. Además, el elemento corológico mediterráneo alcanza valores superiores
al 50 %.
Palabras clave: Terófito, Prolongoa hispanica, Diversidad, Valladolid,
España.
Abstract
Floristic diversity in therophytic grasslands of Prolongoa hispanica G.
López & Ch. E. Jarvis.
Prolongoa hispanica is an Iberian endemic therophyte. In Valladolid
province (Spain) pastures on siliceous soils dominated by this species
show, on the average, a value of Shannon floristic diversity of H’=1.65
and evenness of J=0.72. Morover, the mediterranean chorological element has risen above 50 %.
Key words: Therophyte, Prolongoa hispanica, Diversity, Valladolid,
Spain.
Introducción
La manzanilla portuguesa es un terófito endémico
del centro y sur de la Península Ibérica (Valdés et
al. 1987), con uno de los límites septentrionales en
la provincia de León (Díaz González & Penas 1984,
Proyecto Anthos 2007), pero llegando hasta el prepirineo aragonés (Villar et al. 2001). Se presenta en
los pastizales xerófilos de los arenales derivados de
procesos que incluyen transporte y sedimentación de
arena. En la provincia vallisoletana aparece junto a
otras plantas psammófilas de la clase Tuberarietea
guttatae (Br.-Bl. in Br.-Bl., Roussine & Nègre 1952)
Rivas Goday & Rivas-Martínez 1963 (Rivas-Martínez
et al. 2001), en las comunidades pioneras de plantas
primaverales. Aunque se presenta tanto sobre suelos
acidófilos como basófilos (Fernández Díez 1984,
Lázaro Bello 2006c, Penas et al. 1991, Rodríguez
Rivero & Díez Sánchez 1990, Romero Martín &
Rico 1986, 1989, Willkomm & Lange 1870), es más
frecuente sobre los suelos silíceos, en donde suele
ocupar claros de pinares de Pinus pinaster Aiton o
Pinus pinea L., especialmente cortafuegos. Común en
los sedimentos arenosos de la vega del Duero, llega
a penetrar en la provincia de Burgos (Alejandre et al.
2003, 2006, García López & Allué Camacho 2004).
La distribución de este tipo de pastizal está asociada
a los mantos eólicos ubicados sobre arenosoles en los
que dominan especies anuales.
En territorios próximos también se ha citado en
comunidades de Corynephoro-Malcomion Rivas Goday 1958 (Romero Martín & Rico 1986, 1989), o en la
vecina provincia de León, en donde se definió la comunidad Plantago loeflingii-Prolongoetum pectinatae
(Díaz González & Penas 1984), en una aproximación
al conocimiento de las comunidades umbrófilas, de
76
J. A. Lázaro
vegetación terofítica con cierto carácter subnitrófilo,
desarrolladas sobre suelos arenosos de origen fluvial.
En zonas más alejadas se ha mencionado, por ejemplo, en Thero-Brachypodietalia (Br.-Bl.) R. Mol. 1934
(Villar et al. 2001), en Helianthemion guttati Br.-Bl.
in Br.- Bl., Molinier & Wagner 1940 (Pérez Prieto
& Font 2005), o en las ya citadas de CorynephoroMalcolmion (Devesa 1995).
Aunque en la normativa básica incluida en la Ley
8/1991, de 10 de Mayo (B.O.C. y L. de 29 de Mayo),
se consideró especie no amenazada (Devesa & Ortega
Olivencia 2004), estudios recientes realizados en la
provincia vallisoletana incluyeron a la especie como
“Taxón de Interés Especial” (Santos Vicente 2003).
Más recientemente aún, en el B.O.C. y L. nº 119, el
Decreto 63/2007, de 14 de junio, por el que se crea
el Catálogo de Flora Protegida de Castilla y León y
la figura de protección denominada Microrreserva de
Flora, no la ha incluido en ninguna de sus categorias
(en peligro de extinción, vulnerables, de atención
referente, con aprovechamiento regulado).
El estudio de la diversidad biológica es un parámetro macroscópico relacionado con la complejidad del ecosistema (Terradas 2001). La diversidad
expresa la relación existente entre la abundancia
y la riqueza de una comunidad, y la uniformidad
expresa el grado de realización de una comunidad,
ya que compara la diversidad real con la diversidad
máxima posible (Blondel 1986, Molina Holgado
2000). Por ello, estos datos ayudarán a comprender
un poco mejor los trabajos, sobre todo de índole
corológica, que en los últimos años se han realizado
en los pinares de la provincia vallisoletana (Burgaz
& Saiz Alcántara 1989, 1992, Delgado et al. 2001,
Anales de Biología 29, 2007
Gutiérrez Martín 1908, Lázaro Bello 2004, 2006a,
Saiz Alcántara 1987)
Gomez-Campo & Malato-Beliz (1985), destacaban
que a partir de los datos extraídos de Flora europaea
(Tutin et al. 1964-1980), en la Península Ibérica había
15 géneros endémicos. El que nos ocupa es uno de
ellos.
Territorio de estudio
La provincia de Valladolid (Fig. 1), situada en el centro de la Cuenca del Duero, se divide en tres grandes
unidades morfoestructurales: Tierra de Campos, Páramos y Campiñas Meridionales (García Merino 1988).
La zona más oriental de las campiñas arenosas es
ocupada por la llamada Tierra de Pinares, zona muy
propicia para el desarrollo del pino piñonero ((Pinus
pinea L.) y del pino resinero ((Pinus
Pinus pinaster Aiton).
Sin embargo, su distribución responde más bien a la
intervención humana que a las características climáticas, edáficas y geomorfológicas, que determinan la
presencia del encinar como vegetación potencial de
la zona (Manero 1979).
La superficie estudiada, de gran planitud, está
tapizada por arenas que proceden de la erosión tanto
de los relieves del Sistema Central como de la descomposición in situ de las terrazas fluviales (Valverde
Ortega 1992).
Material y métodos
Las parcelas elegidas para el trabajo se hallan situadas
en el valle del Duero, zona en la que está claramente
Figura 1. Mapa de situación de los enclaves estudiados (1-Dehesa de Traspinedo, 2-Pinar de Antequera, 3-Pinar de Simancas).
Figure 1. Location of the study area (1-Dehesa de Traspinedo, 2-Pinar de Antequera, 3-Pinar de Simancas).
Anales de Biología 29, 2007
Pastos terofíticos de Prolongoa
mejor representada Prolongoa hispanica, siempre
sobre suelos arenoso-silíceos.Todas las estaciones
de muestreo han tenido las mismas dimensiones, de
1x1 m, ya que según Magurran (1989), al estimar la
diversidad esto evita confusiones. La ubicación de los
cuadrantes se llevó a cabo buscando zonas con buena
representación de la especie en estudio, y, por tanto,
algo premeditada, como proponen algunos autores
(Arozena 2000, Ederra 1996).
De todos los métodos para determinar la presencia
a la vez que la cobertura de especies, el más sencillo
y fácilmente estandarizable es la determinación de la
frecuencia (Calatayud & Sanz Sánchez 2000). Para
realizar los inventarios se utilizó una gradilla de
plástico de 1 m de lado, dividida en cien cuadros de
10 cm de lado. Se hizo una aproximación cualitativa,
con la elaboración de una lista de todas las especies
presentes en las parcelas en estudio, y una aproximación cuantitativa, de frecuencia de especies. A cada
una de las especies presentes en el área cubierta por
la gradilla se le asignó un valor de frecuencia de 1 a
100 en función del número de cuadros de la gradilla
en los que estaba presente. A partir de estos datos se
obtuvo el valor de porcentaje de cobertura de cada
especie en la parcela. La cobertura total de cada parcela viene dada por el número de cuadros en el que
aparece alguna especie.
La medición de la diversidad biológica se ha fundamentado en la utilización de índices de dos tipos
(Magurran 1989):
- Índices de riqueza de especies: riqueza de
especies, s, es decir, total del número de especies
77
presentes en una comunidad; índice de Margalef,
DMg=(s-1)/ln N
N.
- Índices basados en la abundancia proporcional
de especies: índice de diversidad de Shannon, H’=-∑
pi lnpi; índice de uniformidad, J=H’/ln S.
Se han confeccionado curvas de dominanciadiversidad o de rango-abundancia, representaciones
gráficas del logaritmo del número de individuos frente
a la secuencia de especies ordenadas de más a menos
representadas (Magurran 1989), sobre la base de que
en las comunidades vegetales las diferentes especies
tienen diferente grado de éxito, con algunas dominantes que acumulan la mayor parte de la biomasa y la
actividad biológica del conjunto (Terradas 2001).
Para el análisis estadístico de datos se ha utilizado
el programa Statgraphics. Se comprobó la normalidad
y homocedasticidad de los datos y, dada su naturaleza,
se aplicaron pruebas paramétricas. Para contrastar los
dos grupos de parcelas, en función de su localización
geográfica, se aplicó el procedimiento gráfico de normalización rectilínea de Henry (Pérez de Vargas &
Martínez Calvo 2000), y la F de Snedecor para un
ANOVA como estadígrafo de contraste.
La nomenclatura botánica adoptada es la que se
contempla en Flora iberica (Castroviejo et al. 19862005), y, en su defecto, la adoptada en Flora europaea (Tutin et al. 1964-1980, 1993), en Aizpuru et al.
(1999), o en López González & Jarvis (1983). Dado el
pequeño tamaño de muchas de las especies ((Aphanes
sp., Cerastium sp., Scleranthus sp., Valerianella sp.,
etc.), y su difícil identificación en el campo, fueron
trasladadas al laboratorio para su posterior determi-
Figura 2. Curvas de rango-abundancia correspondientes a las once parcelas estudiadas.
Figure 2. Species-abundance curves for eleven plots.
3
4
5
6
7
8
9
10
11
730
730
730
730
730
690
690
690
690
690
690
Superficie (m )
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
1
Inclinación (%)
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
Orientación
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
-
Cobertura (%)
80
90
85
88
96
99
98
100
100
99
97
Nº total de incidencias
119
149
163
150
164
159
244
372
308
215
148
8
13
12
10
6
9
10
12
12
8
11
Índice de Margalef ((DMg)
1,60
2,67
2,48
2,01
1,10
1,74
1,96
2,39
2,39
1,52
2,19
Diversidad de Shannon ((H’)
1,34
1,63
2,00
1,57
1,40
1,38
1,81
1,97
1,99
1,58
1,47
Uniformidad de Shannon (J
(J)
0,64
0,64
0,80
0,68
0,78
0,63
0,79
0,79
0,80
0,76
0,61
Aphanes arvensis
.
1 (0,67)
21 (12,88)
.
.
.
.
.
.
11 (5,12)
.
Aphanes cornucopioides
.
.
.
.
.
18 (11,32)
13 (5,33)
38 (10,22)
11 (3,57)
.
.
Alyssum granatense
.
4 (2,68)
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Androsace maxima
.
.
10 (6,13)
.
.
.
.
.
.
.
.
1 (0,84)
.
1 (0,61)
.
.
.
.
.
.
.
.
Bromus rigidus
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
17 (11,49)
Bromus tectorum
.
.
.
.
.
.
.
.
.
18 (8,37)
6 (4,05)
Cerastium pumilum
.
.
19 (11,66)
.
.
.
.
.
.
.
.
Cerastium semidecandrum
.
.
.
.
.
.
5 (2,05)
.
.
.
.
Erodium aethiopicum
.
.
.
.
.
.
.
.
.
48 (22,33)
1 (0,68)
Erodium cicutarium
.
1 (0,67)
.
12 (8,00)
9 (5,49)
11 (6,92)
52 (21,31)
2 (0,54)
10 (3,25)
.
.
Evax carpetana
.
.
.
.
.
4 (2,52)
.
.
.
.
9 (6,08)
Fumaria vaillantii
.
.
.
13 (8,67)
12 (7,32)
.
.
.
.
.
.
Helianthemum salicifolium
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
1 (0,68)
Hypecoum imberbe
.
.
.
18 (12,00)
.
.
.
.
.
.
.
Altitud (m)
2
Riqueza (s)
Asterolinon linum-stellatum
Anales de Biología 29, 2007
2
J. A. Lázaro
1
78
Nº Orden
13 (8,72)
13 (7,98)
1 (0,67)
.
.
.
.
.
.
.
Logfia minima
3 (2,52)
3 (2,01)
.
.
.
2 (1,26)
1 (0,41)
16 (4,30)
18 (5,84)
.
7 (4,73)
Mibora minima
6 (5,04)
2 (1,34)
4 (2,45)
14 (9,33)
15 (9,15)
.
10 (4,10)
98 (26,34)
12 (3,90)
.
.
Molineriella laevis
.
.
.
.
.
.
.
.
Myosotis personii
.
.
.
.
.
.
.
49 (13,17)
.
.
.
Myosotis ramosissima
8 (6,72)
1 (0,67)
3 (1,84)
.
.
.
.
6 (1,61)
.
.
.
Ornithopus compressus
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
2 (1,35)
Platycapnos spicata
.
.
6 (3,68)
.
.
.
.
.
.
.
.
Prolongoa hispanica
89 (28,90) 25 (11,63)
.
71 (59,66) 77 (51,68) 58 (35,58) 79 (52,67) 78 (47,56) 97 (61,01) 70 (28,69) 88 (23,66) 82 (26,62) 94 (43,72) 89 (60,14)
.
.
.
.
.
10 (6,29)
52 (21,31)
.
5 (1,62)
.
2 (1,35)
Sedum caespitosum
.
.
.
.
.
6 (3,77)
2 (0,82)
.
2 (0,65)
.
.
Senecio gallicus
3 (2,52)
5 (3,36)
1 (0,61)
3 (2,00)
6 (3,66)
.
.
10 (2,69)
17 (5,52)
2 (0,93)
.
Silene colorata
.
3 (2,01)
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Spergula pentandra
.
.
.
.
.
1 (0,63)
7 (2,87)
45 (12,10) 38 (12,34)
.
.
Teesdalia coronopifolia
.
.
.
.
.
.
.
14 (3,76)
5 (1,62)
.
.
Thlaspi perfoliatum
.
14 (9,40)
7 (4,29)
.
.
.
.
.
.
.
.
Valerianella coronata
.
.
.
.
.
10 (6,29)
32 (13,11)
5 (1,34)
19 (6,17)
.
5 (3,38)
1 (0,67)
.
.
.
.
.
15 (6,98)
9 (6,08)
19 (15,97) 24 (16,11) 20 (12,27)
.
.
.
7 (4,67)
44 (26,83)
.
.
.
.
.
.
Vicia lathyroides
8 (6,72)
1 (0,67)
.
.
.
.
.
.
.
2 (0,93)
.
Viola kitaibeliana
.
.
.
2 (1,33)
.
.
.
.
.
.
.
Vulpia bromoides
.
.
.
.
.
.
.
1 (0,27)
.
.
.
Vicia hirsuta
Pastos terofíticos de Prolongoa
Scleranthus delortii
Valerianella locusta
Anales de Biología 29, 2007
.
Lamium amplexicaule
Localidades. 1-5: Traspinedo, Dehesa de Traspinedo, 30 TUM7807, 14-IV-2007; 6-9: Valladolid, Pinar de Antequera, 30TUM5102, 15-IV-2007; 10-11: Simancas, Pinar de Simancas, 30TUM4905, 21-IV2007.
Tabla 1. Listado de taxones encontrados en las parcelas estudiadas.
79
80
ÍNDICE
MEDIA
VARIANZA
DESVIACIÓN
ESTÁNDAR
MÍNIMO
MÁXIMO
RANGO
ASIMETRÍA
ESTÁNDAR
APUNTAMIENTO
ESTÁNDAR
Riqueza específica (s)
10,09
4,69
2,17
6
13
7
-0,68
-0,38
Índice de Margalef ((DMg)
2,00
0,23
0,48
1,10
2,67
1,57
-0,63
-0,34
Diversidad de Shannon ((H’
H’)
1,65
0,06
0,25
1,34
2,00
0,66
0,50
-1,03
Uniformidad de Shannon (J)
J
0,72
0,01
0,08
0,61
0,80
0,12
-0,39
-1,41
Tabla 2. Sumario estadístico de datos.
J. A. Lázaro
ELEMENTOS COROLÓGICOS
Lázaro Bello (este estudio)
Burgaz (1983)
Romero & Rico (1989)
Endemismo ibérico
2,70
6,0
12,27
Ibero-norteafricano
0,00
5,3
1,84
Elemento
mediterráneo Mediterráneo occidental
18,92
Mediterráneo
56,76
35,14
Elemento eurosiberiano (en sentido amplio)
TOTAL
22,1
34,9
9,40
3,32
49,5
26,00
2,45
13,64
50,19
30,78
8,10
10,5
24,1
8,21
35,15
21,1
26,4
41,60
100,00
100,0
100,0
100,00
Tabla 3. Comparación de los diversos elementos corológicos (expresados como porcentajes), con diversas fuentes bibliográficas.
Anales de Biología 29, 2007
Elemento de amplia distribución (en sentido amplio)
68,4
Lázaro Bello (2006b)
Anales de Biología 29, 2007
Pastos terofíticos de Prolongoa
81
Figura 3. Relación entre el número de especies y la cobertura
Figure 3. Number of species/vegetation cover relationship.
nación. A efectos de recuento sólo se consideraron
especies en pleno desarrollo vital, en período de floración o de fructificación. Además, los inventarios se
realizaron en el intervalo de una semana para evitar
grandes diferencias fenológicas.
Resultados y discusión
En la Tabla 1 se recogen los resultados correspondientes a once inventarios. En ella se refleja el número de
territorios ocupados por las distintas especies en las
cien cuadrículas definidas en cada parcela de 1 m2, y,
entre paréntesis, los correspondientes datos porcentuales de cobertura. El resumen estadístico de datos,
tras la aplicación de los diversos índices de diversidad
biológica se muestra en la Tabla 2. Puesto que los
valores de asimetría y apuntamiento se encuentran
dentro del rango esperado (de –2 a +2), los datos
responden a una distribucion normal.
Las curvas de dominancia-diversidad aparecen
reflejadas en la Fig. 2. La forma de las curvas de
abundancia (en escala logarítmica), frente a las especies (ordenadas en rango decreciente), parece tener
alguna relación con la manera en que las especies se
reparten los recursos (Terradas 2001). Son curvas de
caída inicial pronunciada, con una zona central de
ligera inflexión, en la que la dominancia está repartida
entre varias especies, y una nueva caída fuerte. En
conjunto hay una tendencia al modelo geométrico, es
decir, a una tendencia de acusada dominancia de una o
muy pocas especies. Sobre esto se vuelve a incidir en
la Fig. 3, en donde se muestra una distribución de frecuencias en el que el número de especies se representa
frente al porcentaje de cobertura, siendo por tanto una
relación entre la riqueza y el recubrimiento (Krohne
2001, Terradas 2001). Las especies más abundantes
son, junto a Prolongoa hispanica, nuestro objeto de
estudio, algunas gramíneas, como Mibora minima o
Molineriella laevis, o más raramente alguna especie
del género Erodium.
Los datos de los inventarios proceden de dos enclaves geográficos diferentes en la provincia: las arenas
de origen fluvial del valle del Duero, en la zona este de
la provincia (parcelas 1 a 5 del Pinar de Traspinedo),
y, las arenas, básicamente eólicas, de Tierra de Pinares
en la zona centro-sur de la provincia (parcelas 6 a 11
del Pinar de Antequera y Pinar de Simancas, en realidad el mismo pinar pero con diferente nombre según
el término muncipal en el que se localiza). Por ello
se ha procedido a comprobar si existían diferencias
significativas entre los distintos grupos de parcelas.
Los resultados son que no existen diferencias significativas, al nivel de confianza del 95%, entre las dos
poblaciones en ninguna de las variables estudiadas:
cobertura de Prolongoa hispanica (F=1,09, p-valor=0,3248), s (F=0,15, p-valor=0,7063), DMg (F=0,04,
p-valor=0,8491), H’ (F=0,51, p-valor=0,4945) y J
(F=0,19, p-valor=0,6696). Sin embargo, sí que existen
diferencias significativas en los valores de cobertura
total de los cuadrantes (F=20,24, p-valor=0,0015), a
pesar de que se realizan con tan solo una semana de
diferencia. Es decir, independientemente de la cober-
82
J. A. Lázaro
tura total de la parcela, y del emplazamiento, los datos
se mantienen muy estables.
La Tabla 3 muestra los datos corológicos de las 37
especies recogidas en los inventarios, todas ellas terófitos. El elemento mediterráneo comprende un 56,76
% de los taxones, y, aunque se traten exclusivamente
de pastizales terofíticos, tienen un gran parecido con
alguno de los datos generales que se conocen a nivel
provincial o zonas próximas. El único endemismo ibérico aparecido es la propia Prolongoa hispanica, pero
el dato no es tan sorprendente si acudimos a estudios
previos realizados sobre la densidad de endemismos
ibéricos en diferentes regiones de la Península (Gómez-Campo & Malato-Beliz 1985, Sainz Ollero &
Moreno Saiz 2002).
El estudio taxonómico, a nivel de familia, ofrece unos valores muy repartidos, siendo las familias
mejor representadas Caryophyllaceae y Gramineae
(13,51 %), Compositae (10,81 %), y Cruciferae,
Leguminosae y Papaveraceae (8,10 %). Las especies
que en más inventarios han acompañado a Prolongoa
hispanica han sido Mibora minima y Senecio gallicus
(en 8 parcelas), y Erodium cicutarium y Logfia minima (en 7 parcelas), en general especies de amplia
distribución. Sin embargo, los taxones que lo han
hecho de forma más abundante, en algún inventario
en concreto, han sido Molineriella laevis (28,90 %,
inv. 9), Mibora minima (26,34 %, inv. 8), Erodium
aethiopicum (22,33 %, inv. 10), y Erodium cicutarium
(21,31 %, inv. 6). Por último, hay que destacar los
bajos valores de algunas especies muy tempraneras,
que ya habían desaparecido o que estaban en vías de
hacerlo, como Thlaspi perfoliatum o Mibora minima
en algunas parcelas.
Agradecimientos
A María Yolanda Lázaro Bello, por la ayuda prestada
en el trabajo de campo.
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