Minguell, A; Grana, R; Buzelin Haro, C / Conceptualizaciones de los cambios de orden de los constituyentes oracionales fundamentales
CONCEPTUALIZACIONES DE LOS CAMBIOS DE
ORDEN DE LOS CONSTITUYENTES ORACIONALES
FUNDAMENTALES EN RELACIÓN CON LOS
PROCESOS DE LECTURA Y ESCRITURA
Antonia Esther Minguell
minguelle@yahoo.com.ar
Romina Grana
rominagrana77@gmail.com
Corina Margarita Buzelin Haro
corinamargarita@yahoo.com.ar
Facultad de Filosofía y Humanidades
Universidad Nacional de Córdoba
Córdoba – ARGENTINA
Resumen
Pasada ya la controversia divulgada en los 90 en Argentina sobre si enseñar gramática o no, la cuestión
sigue siendo cómo y qué gramática enseñar. Y superadas también las dudas sobre si el conocimiento de la
gramática de la lengua materna contribuye -y en qué medida- a la comprensión y producción de textos, un
objetivo general es mostrar qué conocimientos gramaticales son útiles en este sentido.
Asumimos una concepción amplia de la lingüística y de la gramática como parte integrante de aquella, al
tiempo que advertimos sobre la necesidad de instalar esta preocupación en las aulas y repensar la relación
de los sujetos con la cultura: la revisión de los procesos de producción y comprensión a la luz de
conceptualizaciones gramaticales es una vía posible para desarrollar estrategias de competencia cultural.
Abordamos aquí, puntualmente, un aspecto central de la sintaxis del español desde la perspectiva
generativista: el orden de los constituyentes fundamentales de la oración. Dado que la lengua permite
inversiones del orden básico o no marcado, se trata de observar cómo estas alteraciones muestran un
aspecto de los mecanismos sintácticos que es necesario internalizar para acceder a una mejor comprensión
lectora y a una madurez sintáctica que se reflejará, especialmente, en la producción escrita.
Establecida la hipótesis de que la concientización de las funciones y el orden oracional contribuyen a la
lecto-comprensión y aportan estrategias para la producción escrita, trabajamos con un corpus escrito de
alumnos preuniversitarios o de 1º año y con determinados procedimientos de indagación acerca de la
comprensión de estructuras sintácticas marcadas.
Concluimos afirmando la idea de que la gramática y su conocimiento contribuyen a la comprensión y
producción, y que ambas, en definitiva, permiten que el sujeto se sitúe de manera diferente en la cultura y
demás esferas de la praxis humana.
Palabras clave: movimiento - oración - orden de los constituyentes.
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Introducción
Es sabido que el ámbito de las relaciones del léxico con la sintaxis constituye un lugar de privilegio en
el marco de los estudios generativistas actuales. El léxico, que siempre fue central en la lingüística
chomskiana, adquiere aún mayor relevancia en el Programa Minimalista (Chomsky, 1995) con la reducción
de los niveles gramaticales. Las entradas léxicas contienen información gramatical y se considera que el
léxico determina los procesos semánticos y sintácticos que se llevan a cabo en el componente
computacional, donde tienen lugar tanto los procesos de formación de palabras como las derivaciones
sintácticas. La interfaz entre el léxico y la sintaxis es interna a la gramática y conecta sus dos componentes
básicos, de acuerdo con el supuesto de que estos están en todas las lenguas. En este sentido, derivacional y
proyeccionista, las unidades del léxico (ouput) sirven de entrada (input) para la sintaxis. De este modo se
interpreta que las representaciones léxicas condicionan gran parte de la forma de las representaciones
sintácticas. Pero también las reglas que operan en la sintaxis influyen de alguna manera en las reglas y
principios que operan en el léxico. De allí que se supone una interacción en las dos direcciones: del léxico
a la sintaxis y viceversa (Mendikoetxea, 2004: 1-3).
Nos centramos aquí en los constituyentes fundamentales de la oración y no abordaremos directamente
los elementos periféricos o adjuntos, los que -como se sabe- gozan de una amplia libertad posicional en
español.
En el caso de los verbos, entendidos como predicados, los ítems léxicos seleccionan semánticamente a
sus argumentos inherentes o roles temáticos, los que conforman la red temática de cada predicado.
Actualmente, desde la hipótesis propuesta en el modelo de Principios y Parámetros, se entiende que la
posición canónica del sujeto es la de especificador del sintagma verbal. Se está suponiendo, entonces, que
el sujeto se genera en el interior del sintagma verbal, como un argumento más del verbo.
Por otra parte, Hernanz y Brucart (1987: 70-103) consideran que el español es una lengua que se
caracteriza por no exigir un orden fijo para los sintagmas que conforman las oraciones, sino que estos
tienen la posibilidad de aparecer con cierta libertad posicional, por lo que se considera que es una lengua
configuracional de “orden libre”, a diferencia de lenguas como el inglés, que exigen un ordenamiento más
riguroso. Se destaca, sin embargo, que, en su aspecto no marcado, y teniendo en cuenta solo los elementos
fundamentales de la configuración oracional, presenta un ordenamiento predominante: S – V – O (sujeto
– verbo – objeto). Esto significa que, limitándonos a las oraciones declarativas, es decir, no marcadas por
las modalidades interrogativa o imperativa, ni por énfasis en alguno de los sintagmas que la componen, lo
normal es que el sujeto se ubique antes del verbo y el objeto sea posverbal.
Entonces, a partir de la noción de sujeto como argumento externo del verbo, que desde su origen tiene
un lugar canónico, externo o previo al sintagma verbal, presentamos la proyección de sujetos derivados y
pospuestos en diversas construcciones del español, como resultado de la semántica léxica y aspectual del
verbo.
Sujetos vacíos
La noción de sujeto nulo o vacío es previa en este enfoque, dado que -como las demás categorías
vacías- no tiene que ser aprendida, ya que se supone que pertenece a la Facultad del Lenguaje o Gramática
Universal y no ofrece problemas de reconocimiento a los hablantes normales. Sin embargo, y solo a los
fines de resaltar características peculiares del español, destacamos las consecuencias sintáctico-semánticas
que el parámetro pro-drop implica, ya que no tienen equivalente en las lenguas de sujeto obligatorio.
La posibilidad de omisión del sujeto en lenguas como el español o el italiano, llamadas “pro-drop” o de
“sujeto nulo”, se relaciona con una morfología verbal que contiene la misma información que aporta el
pronombre. De allí que el pronombre sujeto pueda elidirse en oraciones con verbo finito. La presencia de
una “categoría vacía”, en este marco, representa al sujeto elidido y tiene un valor pronominal, es decir que
vale como un argumento y equivale a un pronombre léxico:
(1) (a). pro Llegamos tarde. (b). Nosotros llegamos tarde.
Dicha categoría vacía está regida por el elemento “Concordancia” de la flexión verbal, e interactúa con
las categorías léxicas, pero no tiene realidad fonética. Esta característica de las lenguas que permiten la no
expresión del sujeto se extiende también a las oraciones impersonales, que, en las lenguas que no lo
permiten, se expresa mediante un pronombre expletivo, sin contenido argumental:
(2) (a). inglés: It rains. (b). francés: Il pleut. (c). español: pro Llueve.
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Mencionamos, a continuación, las principales consecuencias del sujeto nulo en español (Minguell,
2000: 221-233):
El sujeto nulo no alterna libremente con el pronombre léxico realizado fonéticamente, es decir, no
tienen la misma interpretación; de allí el contraste de (3.a-b):
(3) (a). Cuando pro1 tienen mucho trabajo, los obreros1 hacen horas extras.
(b). Cuando ellos2 tiene mucho trabajo, los obreros1 hacen horas extras.
Cuando el pronombre léxico aparece en lugar de la categoría vacía, los rasgos morfológicos son
redundantes, y esta reiteración produce un énfasis, que es lo único que el sujeto nulo no puede
expresar:
(4) (a). pro invito y pro pago. (b). Yo invito y yo pago.
Las lenguas pro-drop tienen, además, la posibilidad de posponer el sujeto, es decir, de colocarlo en
posición pos verbal (dato que desarrollamos en el punto 2):
(5) (a). Juan llegó. (b). Llegó Juan.
En contraste con el sujeto vacío de oraciones con verbo conjugado, opción de solo un grupo de
lenguas, “el carácter vacío de la posición de sujeto del Infinitivo parece ser un fenómeno de ámbito
universal” (Hernanz y Brucart, 1987: 118). Este lugar vacío está representado por la categoría PRO (ej. de
6.a-b). De allí que, como lo advierte Gili y Gaya, “la expresión del sujeto del infinitivo es uno de los rasgos
más característicos de la lengua española” (1964: 189) (ejemplos de 6.c-d):
(6) (a). Le1 prohibieron PRO1 fumar.
(b). Aquí está prohibido PROarb fumar.
(c). El niño quiere hacer él (mismo / solo) el trabajo.
(d). Al salir el sol, pro levantamos las carpas.
La diferencia entre el PRO de (6.a) y (6.b) radica en el carácter “controlado” del primero, frente al “no
controlado” o “arbitrario” del segundo. En efecto, el sujeto del Infinitivo en (6.a) es fácilmente deducible
por la presencia del elemento controlador, en este caso, el pronombre léxico “le”, de 3º persona singular.
En cambio, (6.b) no presenta ningún elemento que identifique al sujeto del Infinitivo, el que adquiere, así,
un valor genérico y atemporal. La Teoría de Control, en el Modelo de Principios y Parámetros, estipula
que PRO controlado y PRO arbitrario pertenecen a categorías distintas: el primero es anafórico y tiene
contenido argumental, mientras que el segundo es pronominal, ya que no tiene antecedente en su ámbito
de rección.
Algo similar ocurre con la expresión del sujeto del Gerundio:
(7) (a). PRO1 considerando su edad, el abuelo1 redactó su testamento.
(b). PROarb considerando su edad, el abuelo goza de muy buena salud.
Es interesante destacar que, en ciertos casos, es la proyección del ítem léxico del verbo lo que
determina la interpretación semántica de PRO:
(8) (a). Antonio prometió a Gabriel PRO comprar materiales de pirotecnia.
(b). Antonio permitió / prohibió a Gabriel PRO comprar materiales de pirotecnia.
El contraste que muestra (8.a-b) se basa únicamente en la diferencia léxica de los verbos: en el primer
caso, el controlador del PRO es “Antonio” y en el segundo es “Gabriel”.
Ahora bien, siendo lo normal en español, como hemos dicho, la omisión del sujeto en oraciones
temporalizadas, los valores no marcados pueden resurgir dando lugar a su expresión. En tal sentido,
recordamos la opinión de Gili y Gaya (1964: 23), quien considera que en vez de puntualizar las situaciones
en que se omite el sujeto, es más práctico enunciar aquellas en las que se lexicaliza, ya que son solo dos: la
necesidad de expresar énfasis (Ej. de 4 y 9.a) o de eliminar ambigüedad (9.b-c):
(9) (a). Voy yo.
(b). Cuando yo salía de clase, llegaban Luis y Ana. Ella dijo que…
(c). Ya decía yo.
Sujetos pospuestos
La posibilidad de posponer el sujeto al verbo es, como vimos, consecuencia del parámetro pro-drop: las
lenguas que pueden omitir el sujeto, también pueden, por las mismas razones, colocarlo en posición
posverbal. Hernanz y Brucart (1987: 75-103) analizan los casos de inversión del orden sujeto-verbo, que
nosotros esquematizamos aquí:
La inversión es obligatoria en las interrogativas parciales (10.a-b) y habitual, aunque no obligatoria, en
las interrogativas totales (10.c-d):
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(10) (a). ¿A quién invitó Andrea? (b). *¿A quién Andrea invitó?
(c). ¿Los niños vienen con nosotros? (d). ¿Vienen con nosotros los niños?
En las oraciones imperativas, debido al carácter claramente recuperable de la segunda persona, el sujeto
se expresa solo en marcos contrastivos y, normalmente, a la derecha del verbo:
(11) Ve tú / Andá vos.
En la modalidad enunciativa, la situación más frecuente del orden verbo-sujeto es la presencia de un
foco inicial, la anteposición de un sintagma enfatizado, sea cual fuera su función oracional 1:
(12) (a). Al auto, lo estacionó Jorge. / El traje azul, quemó Ana. / A Luis invitó Andrea.
(b). A Pedro, le dio el premio el jurado.
(c). Con María se casará Juan./En verano, se levanta temprano el niño.
Sin embargo, no son imposibles los sujetos pre verbales (“Al auto, Jorge lo estacionó”, “Con María,
Juan se casará”, etc.), ni los sujetos nulos (“A Pedro, le dieron el premio”, “En verano, se levanta
temprano”), en estos casos.
Los sintagmas nominales desnudos -sin determinante- aparecen pospuestos normalmente (13.a),
aunque es frecuente también la anteposición de estos sujetos indeterminados en titulares de noticias,
cuando se da la información fundamental mínima (Efecto “telegrama”) (13.b):
(13) (a). Ladran perros. / Aquí trabajan especialistas en pediatría.
(b). Automovilista atropelló y huyó.2
La longitud o complejidad del sintagma nominal sujeto, factor conocido como efecto “pesantez”,
favorece su posición posverbal, sobre todo si el predicado es corto. Véase el contraste entre (14.a-b) y
(14.b-c):
(14) (a). Llamó mamá. / Mamá llamó.
(b). Llamó la directora del Centro de Investigaciones Sociales de la Facultad de Humanidades
de la Universidad Nacional de La Pampa.
(c). La directora del Centro de Investigaciones Sociales de la Facultad de Humanidades de la
Universidad Nacional de La Pampa llamó.
Retomando a Alsina y Blecua (1975: 895), Hernanz y Brucart (1987: 78), consideran una clase de
“verbos pseudo-impersonales”, cuyo sujeto suele ser un sintagma nominal que se pospone al verbo, y
citan, entre otros: faltar, sobrar, ocurrir, suceder, bastar, urgir, etc.:
(15) (a). Le falta sal. / A la comida le falta sal. / *Sal le falta.
(b). Me urge terminar la tesis. / Terminar la tesis me urge.
Es preciso aclarar que, en contextos con énfasis prosódico, cuando hay un sintagma rematizado
(información nueva) que se focaliza e implica la negación de otro elemento que pudiera inferirse, el sujeto
es preverbal: “SAL, le falta” (y no otra cosa); “TERMINAR LA TESIS (y no otra cosa), me urge”.
También se posponen normalmente los sujetos de verbos psicológicos (16. a) y los sujetos
proposicionales (16.b):
(16) (a). A Juan le gusta la música clásica. / Le molesta el ruido.
(b) Cuesta creer que el yaguareté esté hoy tan amenazado por la extinción.
El sujeto sintáctico de (16.b) empieza en “creer” y se extiende hasta el final, abarcando la subordinada
objeto directo; expresa una noción más o menos abstracta, lo que, sumado al tipo de verbo, le confiere un
claro contenido impersonal.
Sujetos derivados 3
Siguiendo a Demonte (1991: 48-63), consideramos algunos procesos de destransitivación -en los que
interviene el clítico “se”- que dan lugar a la formación de construcciones con sujetos derivados: pasivas,
ergativas y medias.
Las pasivas se consideran un caso particular de las construcciones ergativas. La alternancia activapasiva muestra, como es sabido, una focalización del objeto. Al igual que en las ergativas y medias, el
objeto semántico se realiza como sujeto sintáctico derivado pues no se ha generado en esa posición, sino
que tuvo su origen como argumento interno del verbo, movido a la posición de argumento externo,
1 No abordaremos aquí las nociones de tema y rema en la oración, como tampoco los efectos causados por las tematizaciones o
rematizaciones. Estos conceptos son tratados con detalle en Hernanz y Brucart (1987: 79-103) y en Di Tullio (1997: 357-369).
2 Observamos que en este caso también se omite el objeto, que es requerido léxicamente por el verbo transitivo.
3 No abordamos aquí las cuestiones teóricas y específicas acerca de la formación de estas estructuras. Para mayores detalles puede
consultarse Minguell y Masih (2009) y Minguell y Lanza (2009).
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mientras el Agente queda en segundo plano o desaparece. Con la omisión del Agente se atenúa el
significado de causalidad y se acentúa el de impersonalidad (Minguell y Masih: 2012):
(17) (a). Juan repartió boletines. (Activa transitiva).
(b). Los boletines fueron repartidos (por Juan). (Pasiva perifrástica).
(c). Se repartieron boletines (para anunciar la inauguración).(Pasiva con “se”).
Desde el punto de vista del significado aspectual, mientras la pasiva perifrástica focaliza la fase final de
logro, a la cual le sigue un estado -por lo que solo admite verbos que contengan estas fases en sus
estructuras eventivas- la pasiva con “se” sólo requiere un logro, punto final y culminante del evento. En
efecto, la pasiva perifrástica es mucho menos usada en español porque tiene más restricciones aspectuales
que la pasiva con “se”: requiere que el verbo sea un logro o una realización y que el Objeto Directo sea un
objeto externo. De allí la agramaticalidad de las siguientes expresiones:
(18) (a). *Dos hermanas son tenidas por Juan. (Estado).
(b). *La carrera fue corrida por los deportistas. (Objeto interno).
(c). *Regalos fueron hechos a todos. (Objeto obligatorio de verbo liviano).
(d). *La pata fue metida varias veces. (Falsos objetos de las expresiones idiomáticas).
Las pasivas con “se”, en cambio, sí aceptan estados y todo tipo de objetos: Se tienen más cosas de las
necesarias, Se corrió la carrera con entusiasmo, Se dieron explicaciones a todos, Se dio una mano. Se tomó el pelo a cuantos se
acercaban a la cámara oculta.
En relación con las ergativas, es necesario recordar la subclasificación de los verbos intransitivos en
inergativos (intransitivos puros) y ergativos o inacusativos, dado que el único argumento de estos verbos
no tiene el mismo comportamiento en ambos casos. Los inergativos (19.a) generan a su argumento en la
posición de sujeto; en cambio, los ergativos (19.b) lo generan en la posición de objeto:
(19) (a). El bebé sonríe.
(b). Se rompió el vidrio.
En consecuencia, el argumento de los verbos inacusativos es semejante al objeto de los verbos
transitivos, pero, a diferencia de estos, la posición argumental de sujeto está vacía y será ocupada por el
sintagma nominal desplazado desde la posición de objeto. Este es el sujeto derivado por movimiento de
sintagma nominal de las oraciones ergativas: un sujeto no agentivo, Paciente o Tema, que es un objeto
nocional.
Las ergativas solo son posibles cuando el objeto directo es afectado: el objeto en cuestión resulta
cambiado, creado o movido en virtud de la acción expresada por el verbo. A esto se suma la condición de
que, para que haya afectación, el sujeto debe ser agente o causante. De la oración transitiva Juan / el viento
rompió el cristal, podríamos derivar, además de la pasiva correspondiente, El cristal se rompió / Se rompió el
cristal (ergativa) y Este cristal se rompe al menor golpe (media).
Los verbos que participan en la alternancia causativa, como romper o cerrar (Juan cerró la puerta / La puerta
se cerró), son básicamente transitivos; la estructura ergativa se deriva mediante un proceso de absorción del
Agente o Causa en el léxico, que impide que sea proyectado en la sintaxis. El clítico “se” que aparece en la
variante ergativa viene a ser una marca morfológica o una huella sintáctica de dicho proceso (Minguell:
2012).
Los verbos de cambio que dan lugar a las ergativas también permiten la formación con “se” medio.
Consideramos, entonces, un tipo definido de construcción medial: la acción se realiza y ocurre en el sujeto,
el que se corresponde con el objeto nocional (semántico) del verbo. La oración media canónica es una
estructura con “se” que, por lo general, admite adjuntos de manera, los que no implican ningún tipo de
referencia particular. Incluye numerosas construcciones no causativas y de objeto afectado:
(20) (a). La nieve se derrite en primavera.
(b).Estos metales se oxidan rápidamente.
Tanto las construcciones ergativas como las medias, al igual que las pasivas, resultan de procesos
destransitivadores, pero se diferencian por el Aktionsart (Demonte, 1991: 23-68): las ergativas son télicas,
mientras que las medias, por su genericidad, son atélicas (no delimitadas). También puede decirse que las
ergativas son eventivas pues implican un proceso y un resultado, en tanto que las medias son estados.
Como vemos, el sujeto medial tampoco tiene origen en el lugar del argumento externo, sino que es el
argumento interno, afectado, el que se proyecta como sujeto derivado. Así se le atribuye al sujeto una
propiedad que le es inherente y que se interpreta como genérica y atemporal, a diferencia de la pasiva, que
es eventiva:
(21) (a). La puerta se cierra fácilmente / sola. (Media)
(b). La puerta se cierra a las seis de la tarde / para que no ingrese el público. (Pasiva)
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Sujetos caprichosos
La noción de “sujeto caprichoso” (Masullo: 2001), deviene de considerar el cruce entre una perspectiva
semántica con otra sintáctica. El sujeto gramatical, en efecto, no siempre expresa al argumento del cual se
predica algo en la oración. Si consideramos que no todas las oraciones son predicacionales, sino que
afirman existencia o un estado de cosas, no podemos hablar del sujeto de la predicación:
(22) Parece que va a llover; Es indispensable responder todas las preguntas; Salió el sol; Entra frío,
etc.
Lo que se quiere destacar es que el sujeto de la predicación no coincide necesariamente con el sujeto
sintáctico, como muestra el contraste de (23):
(23) (a). A los niños les gustan las golosinas. A él le preocupa su falta de interés.
A Juan le dieron el premio.
(b). Los niños gustan de las golosinas. Él se preocupa por su falta de interés;
Juan recibió el premio.
Es evidente que en (23.a) se dice algo de “los niños”, de “él” y de “Juan”, sintagmas que no están en
Caso Nominativo como en (23.b), sino que son funcionalmente objetos indirectos. Este tipo de
argumento, y otros como los subrayados en (24), se consideran “sujetos caprichosos”, ya que, si bien
constituyen la base de la predicación, no presentan concordancia con la flexión verbal y pueden ir
introducidos por preposición.
(24). Aquí falta luz. Allá está oscuro.
Apéndice
Fallas de concordancia
En estas oraciones encontramos enunciados efectivamente realizados en los que se observan fallas en
la concordancia entre complementos predicativos y sujeto, en género (25) y en género y número (26), que
presentan dos concordancias diferentes. En el segundo caso, el participio “deprimida” concuerda con “la
gente” en lugar de hacerlo con “todos” que es el elemento más cercano, y por tanto más viable, para
establecer la concordancia.
(25) lineabilidad: no se pueden emitir varios signos a la vez, es ordenado.
(26) Cuando la gente come este postre, todos empiezan a llorar y sentir muy deprimida
Los casos de (27) y (28) son un tanto más complejos ya que la falta de concordancia se da en una
estructura con verbo copulativo en donde uno de los elementos (sujeto) es plural y el otro (complemento
predicativo) es singular, es decir, en estos enunciados, aparenta tener más peso en la concordancia el
segundo elemento.
(27) Los divorcios es un claro ejemplo de como los hijos quedan muchas veces expuestos a
situaciones limites que hasta loa propios hijos hacen todo lo posible por tratar de que sus padre estén
junto. (sic)
(28) Los problemas económicos es algo sin solución que en este rodaje viene arraigado con
separaciones, sufrimientos y una vida de miseria
En el caso de (29 y 30), el verbo debió concordar con “algunos autores” y con “estas velas”, del mismo
modo el pronombre enclítico “la”:
(29) Algunos autores como Coseriu se refiere a la gramática…
(30) Estas velas simboliza la sanación. Compártela.
Fallas por desconocimiento de los mecanismos de la lengua
En la producción de oraciones, notamos que las fallas de concordancia están determinadas, en la
mayoría de los casos por la posposición del sujeto (31-34). Hay también otros casos con sujetos
derivados, ambas oraciones (35-36) son pasivas con “se”.
(31) En este romance predomina la tristeza y la nostalgia por parte del prisionero del mundo
exterior
(32) …si no le gusta los valores que deseo transmitir desde esta página…
(33) En la tierra hace falta personas que trabajen más y critiquen menos.
(34) Existe tres tipos de estas oraciones…
(35) En ella se encuentra la mutabilidad y la inmutabilidad
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(36) Al intentar definir el género “Chat” (un canal de conversación por internet) se describió sus
características propias.
Errores en el metalenguaje
En el análisis de oraciones, podemos notar que las fallas se repiten en el no reconocimiento del sujeto,
sea porque está pospuesto como en (37) o derivado como en la oración con “se” pasivo de (38)4; y en el
caso de las impersonales (39-40), se tiende a no ver la impersonalidad y elegir alguno de los sintagmas
nominales como sujeto de la oración o suponer un sujeto tácito.
(37) ¿Qué puede provocarle al planeta el aumento de las temperaturas en este siglo? (No ven el
sujeto pospuesto)
(38) ¿Qué se está haciendo para imperdirlo?
(39) Se puede luchar contra eso (Eso: sujeto/Sujeto tácito)
(40)Se descansa poco (sujeto tácito)
Conclusiones
Hemos considerado diversas clases de sujeto, a fin de explicitar las posibilidades de la configuración
oracional. Los sujetos nulos fueron abordados en tanto esta noción contribuye a la comprensión de las
estructuras y su formación y al contraste “explícito / vacío”, típico de lenguas como el español. Es
interesante la explicación de las estructuras dada por la Teoría del Ligamiento en tanto enfoca
directamente la relación signo–signo y signo–referente. Los sujetos pospuestos, por su parte, presentan
dificultades para su reconocimiento, en tanto ocupan el lugar posverbal y pueden ser percibidos como
objetos: “Le salieron pecas en la cara” / *“Le salió pecas en la cara”. Los sujetos derivados, en cambio, pueden
presentarse en posición preverbal, la posición canónica, pero son objetos semánticos exteriorizados a la
posición de sujeto sintáctico, donde reciben Caso Nominativo. Por último, los sujetos caprichosos,
encuadrados en una concepción particular, no son, como quedó dicho, sujetos sintácticos y, sin embargo,
a menudo son percibidos intuitivamente como tales por los alumnos, dado que representan el Tema de la
oración: “A Juan le duelen las rodillas” / *“A Juan le duele las rodillas”
En el corpus de datos que presentamos en un “Apéndice” de este trabajo, pueden observarse las dos
perspectivas, la producción y la comprensión, a través de la escritura y del análisis oracional. Si bien este
último revela una competencia metalingüística, informa, al mismo tiempo, acerca de la interpretación de
los textos analizados. Los errores de concordancia en la redacción, por ejemplo, evidencian el no
reconocimiento del sujeto oracional. Y esto se comprueba en la contracara del fenómeno, donde se
muestra la falta de conocimiento de la estructura oracional básica.
En el nivel de la enseñanza de la gramática, proponemos una aproximación a la semántica oracional no
centrada exclusivamente en la sintaxis y un abordaje desde el léxico, que interrelacione semántica,
morfología y sintaxis. Entendemos que la conveniencia de dicho enfoque radica en que es idóneo para
explicar cómo es que las estructuras llegan a ser lo que son, facilitando la reflexión metalingüística. Y este
valor explicativo favorece tanto la comprensión de los mecanismos de la lengua, objetivo primordial en
toda enseñanza de una lengua materna, implícito en las habilidades propias de la lecto-comprensión y la
escritura.
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4
El subrayado en los ejemplos de esta sección señala el sujeto sintáctico de la oración
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Minguell, A; Grana, R; Buzelin Haro, C / Conceptualizaciones de los cambios de orden de los constituyentes oracionales fundamentales
Antonia Esther Minguell es licenciada y profesora en Letras Modernas y especialista en
Lingüística de la U.N.C. Se ha desempeñado como profesora titular con dedicación exclusiva, por
concurso, en las cátedras de Gramática I y II de la Escuela de Letras, Facultad de Filosofía y
Humanidades. Sus publicaciones están relacionadas con los estudios de morfosintaxis, léxico y
semántica, en el marco de la gramática generativa chomskyana. Se ha desempeñado como
directora de equipos de investigación (categoría de investigación II).
Romina Grana es doctora en Letras recibida en la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.
Fue becaria de CONICET y se desempeña como profesora asistente en las cátedras de
Lingüística I y II de la carrera de Letras Modernas. Ha colaborado en varios seminarios de la
orientación y sus trabajos de investigación se vinculan directamente con la Lingüística Diacrónica
y la Gramática Histórica. Algunos de sus resultados se han publicado en revistas nacionales e
internacionales indexadas.
Corina Margarita Buzelin Haro es licenciada en Letras en la Universidad Nacional de Córdoba,
Argentina. Se desempeña como profesora asistente en la cátedra de Gramática I de la carrera de
Letras Modernas de la FFyH, UNC y como profesora adjunta en la carrera de Letras de la
UNLaR. Actualmente, está cursando el último año de la maestría en Lenguajes e Interculturalidad
de la FL, UNC.
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