Skip to main content

 Los cereales son sensibles a esta enfermedad en cualquier momento del ciclo, pero deberá prestarse atención cuando las condiciones climáticas son favorables al desarrollo del hongo como está sucediendo en estos momentos en Andalucía. La roya amarilla, precisa para su óptimo desarrollo una temperatura de 10-12 ºC y la presencia de agua sobre las hojas. Detiene su desarrollo por debajo de 2º C y tiene en 22º C su limitante de temperatura superior. Es por tanto un patógeno asociado a bajas temperaturas.  La enfermedad se presenta en principio formando rodales de escasa superficie, en los cuales las plantas están fuertemente afectadas de la enfermedad. A partir de esos focos la roya se disemina al resto de la parcela. Sobre la hoja se observan pequeñas pústulas alargadas, de color amarillento, que se alinean longitudinalmente, en la dirección de los nervios de la hoja, dando el aspecto estriado a la hoja. Si la hoja se ve fuertemente atacada, se deseca y pierde el aspecto rayado. La pérdida total o parcial de las hojas es el daño principal que produce este hongo en la planta. El grano también puede ser infectado y el rendimiento puede reducirse en un 40 % en zonas frescas y húmedas. Las medidas de control recomendadas son: • Utilizar variedades poco sensibles o resistentes si las hubiera. No obstante están apareciendo nuevas razas que se muestran virulentas sobre variedades que hasta el momento eran resistentes. • Eliminar ricias de cereales u otros hospedantes en el periodo entre cultivos. • No realizar siembras precoces. • Realizar una fertilización sin excesos de nitrógeno. • En caso de tener que realizar tratamiento fitosanitario con fungicidas específicos, éstos serán los autorizados para el cultivo y el organismo nocivo, y, en caso de parcelas bajo el sistema de Producción Integrada, se podrán aplicar las materias activas permitidas en el Reglamento Específico de P.I. de Cereales de Invierno (Orden de 1 de diciembre de 2015), con un grado de severidad superior al 10% de superficie de plantas con pústulas, si el cultivo se encuentra en el estado fenológico de ahijado (desde BBCH: 21 a BBCH:30). Una vez empezado el encañado (BBCH:31) hasta floración (BBCH: 69), los tratamientos se podrán realizar con una severidad superior al 20% de superficie de plantas con pústulas. En ambos casos se aconseja la alternancia de materias activas diferentes, con el objetivo de evitar resistencias.   CerealesInv_Roya


Leave a Reply