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En casa de las artistas Teresa Calderón y Carlota y Julia Pérez de Castro: "El arte nos sale de las tripas"

"Pinto por puro instinto", dice la artista Teresa Calderón; "a mi la creatividad me sale de las tripas", añade Carlota Pérez de Castro, su hija mayor; "dibujar es un refugio seguro", apunta Julia, la mediana. Podemos sacar a esta saga de artistas a rastras del estudio, pero su impulso creador jamás las abandonará. Entramos en su universo compartido.

La artista Teresa Calderón y sus hijas Julia y Carlota Pérez de Castro, en su casa de Madrid, con algunas prendas de Batulele, la marca de Carlota.Teresa con botines, One Touch y colgante, Rosario Cendan.
La artista Teresa Calderón y sus hijas Julia y Carlota Pérez de Castro, en su casa de Madrid, con algunas prendas de Batulele, la marca de Carlota.Teresa con botines, One Touch y colgante, Rosario Cendan. Foto: Tomás de la Fuente.

¿Te acuerdas Julia cuando mamá nos llevaba a la parada del autobús con sus gafas de bucear y las aletas?, dice muerta de risa Carlota, la mayor de las hermanas artistas Pérez de Castro, mientras se escalfa en uno de los sillones de un salón loquísimo en su casa-estudio de Madrid. "Ahora me río, pero entonces pensaba, ¿por qué no me habrá tocado una madre normal?", añade su hermana Julia. "Otro día se ponía la gabardina y un gorro de Pitufo; o el albornoz y la mascarilla del pelo, nos subíamos al autobús y ella corría detrás haciendo como que se chocaba con los árboles. Los niños pegaban los mofletes contra las ventanillas porque pensaban..." "que me iba a caer", interviene Teresa, la matriarca del clan y pintora. "En una ocasión me tropecé de verdad y la fiesta fue tal que me propuse hacerles un show cada día. Una madre del colegio me llamó: "¿Sabes que en la parada de Hermanos Bécquer hay una señora que está como una cabra porque baja en pijama? Y pensé: espérate y verás". "Le suplicábamos: mamá, vete como la chica (queriendo decir, tan "normal" vestida como la chica). Y a la mañana siguiente se presentó con la casaca y los pantalones de la cuidadora", añade Carlota moviendo la cabeza aún sin dar crédito. "A sus amigos yo les parecía una heroína, pero ellas lo pasaban fatal porque eran pequeñísimas", reconoce Teresa.

Teresa Calderón rodeada de algunas de sus obras más recientes, muchas expuestas de forma permanente en la galería Jorge Alcolea. (Claudio Coello, 28).
Teresa Calderón rodeada de algunas de sus obras más recientes, muchas expuestas de forma permanente en la galería Jorge Alcolea. (Claudio Coello, 28).Tomás de la Fuente.

Teresa Calderón (1970) es uno de los puntales de esta saga de artistas, junto a su marido Diego Pérez de Castro, uno de los tres hijos de Mercedes Méndez de Atard y Antonio Pérez de Castro, fundador de la Institución Artística de Enseñanza (IADE), la conocida escuela de diseño inspirada en la escuela de La Bauhaus y el movimiento del Arts and Crafts británico. Ella estudió diseño de moda, pero desde pequeña pintaba sin parar: "Era mi pasión y, aunque mis padres siempre confiaron en mi creatividad, no pensaban que pudiera ganarme la vida como pintora. Así que creé la marca de moda Mi madre se llama Lola, pero poco a poco la vida me fue llevando hacia la pintura". Carlota, la hija mayor, ha sido la artista más joven en exponer en el Palacio de Cibeles de Madrid; Julia, la segunda, es diseñadora de interiores, bailarina y paisajista y la pequeña, Maia, aún estudia Bachillerato. Hoy, entre bastidores y botes de pintura, construyen ese universo ecléctico y compartido de modernas alquimistas.

"Así le perdimos el miedo al lienzo en blanco"

¿Cuándo os recordáis más felices con un pincel en la mano?
Teresa: Cuando pintaba con las niñas los fondos de mis cuadros 2x2 en Bali. Al acabar, los metíamos en la piscina, aparecían churretes y, sobre aquella base tan espontánea y fresca, dibujaba geishas. Venían galeristas de Bali y de Yakarta para ver las obras, y escondíamos a las niñas en el cuarto de baño. ¿Cómo íbamos a exponer cuadros pintados por niños? Pero la casa se quedaba llena de pisadas y se oían sus risas. En la inauguración de repente chillaban: "Mamá, yo pinté este, y la otra: yo aquel otro"...
Carlota: Es que imagínate lo que supone para un niño tener una superficie gigante y docenas de pinturas a tu alcance y que te digan: ¡hala!, mánchala. Desde que somos unos micos creo que aquello nos sirvió para perderle el miedo al lienzo en blanco. Aunque mi recuerdo más nítido está en playa de San José (Almería), donde nuestra madre nos disfrazaba y pintaba con ceras y acuarelas para que luego le siguiéramos. Un poco lo que hacemos ahora Julia y yo con las performance.
Julia: Con 4 años para mí lo normal era bajar a la playa con un cúter en la mano para hacer disfraces. Ahora, miro atrás y pienso... ¡así somos!
Vuestro estudio parece un vagón de mercancías: telas, rollos de papel o granos de café conviven con pinceles y bastidores...
Teresa: Tengo una cantidad enorme de cintas y telas especiales que compro en Dubái, Bali, India.., pero no con la intención de hacer obras de cada hallazgo, sino que eso sucede de forma natural cuando vuelvo al estudio. En un reciente viaje a la India encontré unos papeles pintados por artesanos, que luego cosí e incorporé a varios cuadros.
Carlota: Yo también soy recolectora, eso me lo has enseñado tú, mamá, cuando hemos viajado juntas y has ido haciéndote con material para pintar tus mundos.
Body painting con las hermanas Pérez de Castro.
Body painting con las hermanas Pérez de Castro.Tomás de la Fuente.

"NUESTRAS OBRAS PASAN POR TODA UNA VIDA"

Vuestra forma de trabajar incluye una acción directa sobre las piezas. Pintáis, añadís cosas, volvéis a pintar... Antes de colgar en las paredes, el lienzo parece haber pasado por toda una vida. ¿Cómo es el proceso?
Carlota: En mi caso, todo comienza pintando con rayas (mi sello identitario) a personas mientras bailan, se miran, se abrazan, se enamoran... Lo hago casi como una meditación. Luego las fotografío y, con las posturas más interesantes, elaboro bocetos que después llevo al lienzo.
Teresa: Yo jamás hago un sketch, porque no soy una artista conceptual, sino que pinto por puro instinto. Empiezo haciendo una imagen abstracta y voy viendo qué me pide. Recuerdo que días antes de una de mis operaciones de cáncer (hace 4 años Teresa sufrió un grave cáncer de mama), hice una serie con pájaros turquesa y azul Klein, porque el cuerpo me lo pedía. Al poco tiempo, una amiga reflexóloga me dijo: "¿Sabes que los pájaros son el símbolo del renacer y el azul el color de la sanación?"
¿El cáncer te cambió como persona y como artista?
Teresa: Como persona, me hizo más fuerte, más empática con el dolor ajeno, más enfocada en saber con quién y cómo quiero estar en la vida. Como artista, floreció en mi una fuerza interior que expresaba con más verdad con cada trazo. Me levantaba por las mañanas y pensaba ¿cómo es posible que sea feliz si no tengo pelo, ni pestañas y me encuentro fatal? Pero estaba en un estado de gracia y desapego de mi físico, donde desapareció cualquier ego. Al principio pasé un miedo horrible porque los médicos me lo pusieron muy negro. Les dije: seguiré vuestros protocolos, pero lo emocional me lo dejáis a mí. El zen me ayudó a gestionar los miedos y a entender que todo formaba parte de un aprendizaje, porque la vida no es lo qué te pasa, sino cómo gestionas y te tomas lo qué te pasa.
¿Cómo lo vivisteis vosotras?
Carlota: Yo estaba terminando la carrera e iba a hacer mi primera exposición en el Palacio de Cibeles. Dejé de viajar y solté toda la tensión en la pintura.
Julia: En casa me lo medio contaron, era una teenager. Un día Carlota me vió hecha polvo y me dijo ¿lo sabes? Entonces me dí cuenta de que tenía que compartir lo que sentía con mi familia. Ahora no me trago nada.
Las hermanas Julia y Carlota Pérez de Castro en el salón de su casa-estudio de Madrid con los monos con los que pintan.
Las hermanas Julia y Carlota Pérez de Castro en el salón de su casa-estudio de Madrid con los monos con los que pintan.Tomás de la Fuente.

"CREACIÓN Y GESTIÓN, ESA DIFÍCIL CONVIVENCIA"

¿La concentración que necesita el artista choca con el hecho de mostrar su obra, de exponerse en redes sociales?
Teresa: A los artistas nos gusta vivir en nuestra burbuja, somos muy sensibles, pintamos por necesidad. Pero es importante que eso que hacemos y sentimos lo compartamos. Para ello y para que la rueda siga girando, tanto creativa como económicamente, una parte de nuestra energía debe estar enfocada en la gestión. Yo vivo la gestión y la creación como si fueran dos mundos distintos. Si estoy con el montaje de una expo no pinto y al revés.
Carlota: Lo mío es de extremos: o no me pierdo una exposición y voy de feria en feria, o me meto en el estudio como una workaholic y pinto durante días. Cuando se me acaba la pila y no me queda una gota de creatividad, me escapo a nuestra casa del pantano (de San Juan), o cojo las maletas y cruzo el charco con los euros que tenga en busca del reequilibrio.
¿Creéis que, como decía Picasso, la inspiración mejor que te pille trabajando?
Teresa: Sí. Me levanto y me pongo a pintar, tenga ganas o no, esté inspirada o no, porque tengo oficio y porque creo que sin disciplina nada funciona. Hay veces que, tras horas enredada con el lienzo, todo empieza a fluir. Es como si yo pusiera la mano, pero una fuerza de la divinidad me dijera lo que tengo que hacer, sin ser consciente de hacia dónde me va a llevar.
Carlota: A mi la fuerza me viene de lo visceral, de lo físico, de las tripas, de la intuición... lo que yo llamo el "estado de flow": un momento único de inspiración en el que no tengo ni hambre, ni frío, no sé la hora que es porque estoy totalmente concentrada en otro plano.
Cuadros, máscaras, vajillas pintadas... algunos de los detalles en la casa de las artistas en Madrid.
Cuadros, máscaras, vajillas pintadas... algunos de los detalles en la casa de las artistas en Madrid.Tomás de la Fuente.

"LOS REYES MAGOS NOS TRAÍAN CAJAS DE EMBALAR"

¿Tu marido Diego y tú, Teresa, planeasteis un futuro para vuestras hijas dentro el mundo artístico?
Teresa: Mis hijas han tenido la libertad de ser y hacer lo que han querido siempre. Aunque seguro que la forma de vivir y de expresarse de nuestra familia les ha contagiado. De pequeñas les preguntábamos, ¿qué queréis por Reyes?, y ellas decían: ¡cajas de cartón! Entonces buscábamos cajas enormes de embalar neveras y en el jardín de casa construíamos pueblos con ellas.
Carlota: Sí, recuerdo que los Reyes venían con tropecientas mil cajas de cartón y construíamos un pueblo totalmente decorado y nos metíamos a vivir allí. Luego nos disfrazábamos y montábamos unas pelis loquísimas.
Carlota ¿has necesitado salir del cobijo familiar para distinguir si pintar era lo que querías o lo único que sabías hacer?
Carlota: Vivir rodeada de artistas es maravilloso por toda la inspiración que te dan, pero también puede convertirse en un arma de doble filo. Me hice preguntas: ¿Quiero dedicarme al arte porque es lo mío o porque es lo único que me han enseñado, lo que le gusta a mi madre? Mi primera exposición en el Palacio de Cibeles, la hice un poco a escondidas de ella, porque no quería que su opinión me condicionara. Fue muy bien y, con lo que gané, me marché a Australia para comprobar si al otro lado del mundo el arte era algo que salía de mis tripas, que también me pertenecía. No solo algo de mi madre, de mi abuela, de mi padre... En Byron Bay hice una serie de doce retratos de músicos y, después de muchos noes, una galería los expuso. Los vendí todos y eso me dio la confianza para dedicarme de lleno a este mundo.
Las artistas Carlota Pérez de Castro y su madre Teresa Calderón con las máscaras de rayas  que pinta Carlota.
Las artistas Carlota Pérez de Castro y su madre Teresa Calderón con las máscaras de rayas que pinta Carlota.Tomás de la Fuente.

PARECIDOS RAZONABLES

¿Qué amáis por encima de todo?
Julia: Mi familia. Es que yo en cuanto me junto con mucha gente me descoloco, porque me cuesta socializar. Pero es llegar a casa con mis hermanas, los primos y sentirme ¡tan grande...!
Carlota: Es que Julia no entiende el mundo, (risas) porque ella vive en otra dimensión y todo el postureo ni lo capta ni es su rollo. Yo también amo por encima de todo a mi familia, pero me apasiona crear, da igual si se trata de un cuadro, una mesa, unas flores o una vajilla. Tengo esa necesidad casi enfermiza de crear constantemente y si no, como que me explota el cuerpo.
Teresa: Para mi sentir es el principio de todo. Da igual en el momento vital que estés, o cómo estés. Esas personas que pasan por la vida como sin sentir... ¡qué pena!
Teresa ¿en qué crees que se parecen tus hijas a tí?
Teresa: Carlota es mi parte más loca, más artística, más extrovertida, y Julia mi lado más espiritual. Maia es la humanidad, la empatía.., solo ve lo bonito de las personas.
Julia: Yo siempre digo que me gustaría que un novio me mirara con los ojos con los que me ve mi hermana Maia.
Y tu Carlota ¿en qué te pareces a tu madre?
Carlota: En que no me da miedo nada, ya sea enfrentarme al lienzo o a hacer una expo andante en la calle. Pero esa autoconfianza me la ha dado ella, porque siempre me ha dicho que yo he venido al mundo a decir algo relevante. También creo en que las dos parecemos súper locas, pero luego somos perfeccionistas, trabajadoras y estamos muy enraizadas.
Julia Pérez de Castro, bailarina, diseñadora de interiores y paisajista
Julia Pérez de Castro, bailarina, diseñadora de interiores y paisajista.Tomás de la Fuente.
Uno de los cuadernos de Julia Pérez de Castro, diseñadora de interiores y paisajista.
Uno de los cuadernos de Julia Pérez de Castro, diseñadora de interiores y paisajista.

"TODO LO QUE SABEMOS VIENE DE NUESTRA MADRE"

Con una proyección como la que tenéis ¿surgen los celos?
Carlota: No, no, porque mi estilo y todo lo que he pintado y pinto viene de mi madre. Mira, hubo un hecho que me marcó como artista, y fue la primera vez que yo la inspiré a ella. Ocurrió justo antes de la pandemia, un día que Julia y yo empezamos a embadurnarnos con barro y a investigar con pinturas, mientras bailábamos en la playa. Entonces decidimos hacer una performance de body painting en la exposición que yo tenía en la hípica de San José. Mi madre se quedó boquiabierta, mientras sus hijas creaban algo donde ella había puesto la semilla. Nos decía: "Chicas, tenemos que hacer de esto algo grande".
Julia: Se llenó toda la sala, fue brutal, aunque para mí también un reto, porque yo vengo del mundo de la gimnasia rítmica, donde cada movimiento está pautado. Así que meterme en el baile contemporáneo, con pintura, improvisando...¡uf! Recuerdo que nos dábamos patadas, nos resbalábamos... pero atreverme hizo más grande la idea de mi hermana.
¿En qué proyectos estáis embarcadas ahora?
Carlota: Acabo de exponer en Valencia y Montpellier, haciendo nuestras performances en Art Fair; en marzo estaré en Art Madrid y, durante la semana de Arco, en el Palacio de Cibeles. Además, en mayo me iré a Nueva York, para enfocarme hacia el mercado internacional y, en verano haré en Menorca una residencia de arte.
Teresa: Lo que me llena el alma ahora mismo es hacer proyectos con mis hijas, como exponer en el Art Fair de Montpellier. Además, preparo mi próxima exposición para 2024 con Jorge Alcolea, mi galerista; estaré en la SAM; en enero hemos hecho un viaje muy inspirador a Tailandia y, para primavera, estoy organizando una expo y performance en Berlín.
Julia: Yo estoy formando un estudio con mis primos, Pedro que es arquitecto y Pablo, diseñador de interiores y de producto, que se llamará Estudio al revés, Además, se incorporará Borja, el novio de Carlota, también arquitecto.
¿Qué palabra creéis que os define mejor como familia?
Teresa: Libertad. Desde que eran unas niñas, Diego y yo les decíamos: "Vais a hacer lo que queráis, pero tenéis que decir siempre la verdad. Nunca ha habido nada prohibido, pero sí mucha confianza. ¿Os acordáis cuando os íbais por los acantilados del cabo de Gata y la abuela decía?: "Esas niñas se van a matar". Porque ellas enseguida se ponían a andar diciendo que eran escaladoras. Creo que eso les ha hecho tener una fuerza y una autonomía tremendas. Bueno, y que hemos tenido suerte de que no se despeñaran (risas). De pequeñas, antes de salir al colegio las ponía en fila y les decía: ¿Para qué están las normas? "¡para saltárselas!, contestaban ellas.
Julia: Nos castigábamos nosotras, porque para mis padres todo estaba bien. Cuando eres pequeño cualquier adulto se ve con el derecho de decirte lo qué hay que hacer, así que, que nuestra madre nos empujara a pensar "fuera de la caja" me parece el consejo de nuestras vidas.
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CRÉDITOS:
Estilismo: Cristina García Vivanco.
Maquillaje y peluquería: Piti Pastor (Ana Prado) para NARS y GHD.

*Esta entrevista ha aparecido publicada en la edición impresa de TELVA febrero. Desde el 19 de enero en los quioscos.

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