Condiciones de desarrollo, ciclo biológico y métodos de control de la ramulariosis de la cebada

Con este artículo se pretende proporcionar, al menos, algunas primeras recomendaciones para el manejo y control de la ramulariosis de la cebada. Actualmente, la detección en muchos puntos de las comunidades de Aragón y Cataluña hace sospechar que exista una cierta adaptación del patógeno a nuestras condiciones habituales de cultivo.

Fecha: 19-May-2017

Fuente: Innovagri

Jaume Almacellas Gort. Servicio de Sanidad Vegetal. DARP. Generalitat de Cataluña.

La ramulariosis de la cebada está provocada por un hongo deuteromiceto bautizado como Ramularia collo-cygni B. Sutton and J.M. Waller. El hongo ha ido cambiando de nombre a lo largo del tiempo, por lo que podemos encontrarlo citado como Ophiocladium hordei, Ovularia hordei y Ramularia hordeicola por diferentes autores. Otros trabajos más recientes sugieren clasificarlo en el género Mycosphaerella.

El nombre común o coloquial que se propone para esta enfermedad es el utilizado en este trabajo como ramulariosis de la cebada. Los nombres comunes en francés y en inglés son los de ramulariose y ramularia leaf spot respectivamente.

El nombre de Ramularia collo-cygni se debe a la forma que presenta la esporulación del hongo en una vista ampliada de microscopio. La forma del conidióforo, lo que sería un tallo fértil del hongo que produce las esporas, es retorcida y presenta una forma que recuerda el cuello de un cisne (fotos 1 y 2), y en su extremo se coloca la espora o conidio, de forma ovalada.

Las fuentes de inóculo

Una de las fuentes de inóculo para la ramulariosis es la semilla. Las semillas infectadas no muestran síntomas visuales pero la presencia del hongo se puede detectar igualmente mediante análisis de ADN por técnicas moleculares. En las zonas donde la enfermedad no esté introducida, la semilla será una fuente de inóculo importante.

Ramularia collo-cygni se puede detectar en la semilla y en las hojas que aún no presenten síntomas. La enfermedad se puede dispersar mediante las esporas del hongo. Los síntomas se pueden desarrollar en las hojas basales pero en otras latitudes más septentrionales raramente se observan hasta que la cebada alcanza el estadio fenológico de floración. Es necesaria una situación de estrés o bien un factor desencadenante para que se desarrollen los síntomas en hoja y se muestren evidentes a simple vista.

Existe una toxina segregada por el hongo, rubellina D, que representa un papel muy importante en la expresión de los síntomas, y que se segrega cuando el cultivo experimenta un estrés. Bajo condiciones de luz, la toxina provoca a su vez también un estrés oxidativo que conduce a la planta a la muerte celular y a manifestar los síntomas típicos de la enfermedad. Así pues, la luz supone un factor desencadenante de la aparición de síntomas y de la esporulación del hongo, aunque quizás en nuestro país no sea tan restrictivo como en otras latitudes. (seguir leyendo en la FUENTE)