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DE LA LECHUGUILLA A LAS BIOPELÍCULAS VEGETALES

LAS PLANTAS ÚTILES DE NUEVO LEÓN


DE LA LECHUGUILLA A LAS BIOPELÍCULAS
VEGETALES
LAS PLANTAS ÚTILES DE NUEVO LEÓN

MARCO ANTONIO ALVARADO VÁZQUEZ


ALEJANDRA ROCHA ESTRADA
SERGIO MORENO LIMÓN

EDITORES

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN


Jesús Áncer Rodríguez
Rector

Rogelio G. Garza Rivera


Secretario General

Rogelio Villarreal Elizondo


Secretario de Extensión y Cultura

Celso José Garza Acuña


Director de Publicaciones

Juan Manuel Alcocer González


Director de la Facultad de Ciencias Biológicas

Biblioteca Universitaria Raúl Rangel Frías


Alfonso Reyes 4000 norte, Planta principal
Monterrey, Nuevo León, México, C.P. 64440
Teléfono: (5281) 8329 4111 / Fax: (5281) 8329 4095
e-mail: publicaciones@seyc.uanl.mx
Página web: www.uanl.mx/publicaciones

Primera edición, 2010


© Universidad Autónoma de Nuevo León
© Marco Antonio Alvarado Vázquez, Alejandra Rocha Estrada, Sergio Moreno Limón

ISBN: 978-607-433-548-4

Impreso en Monterrey, México


Printed in Monterrey, Mexico
ÍNDICE
PRÓLOGO 9

CARACTERIZACIÓN NATURAL Y SOCIOECONÓMICA DEL ESTADO

Medio físico 13

Aspectos sociodemográficos 29

Flora silvestre de Nuevo León 51

PLANTAS DE CONSUMO DIRECTO POR EL HOMBRE

Plantas silvestres de importancia alimenticia 71

Importancia alimenticia de las hortalizas en Nuevo León 93

Plantas medicinales de Nuevo León 109

Las plantas tóxicas como factor de riesgo a la salud y especies comunes


en áreas urbanas 145

Plantas de uso ceremonial 161

PLANTAS NATIVAS CON POTENCIAL AGROINDUSTRIAL Y COMBUSTIBLE

Plantas maderables de Nuevo León 181

Plantas productoras de fibra de importancia económica 199

Plantas productoras de ceras, gomas y resinas 227

Pigmentos extraídos de plantas del estado de Nuevo León 245

Plantas productoras de leña y carbón 267

Especies vegetales con potencial para la producción de biocombustibles 281


PLANTAS CON ACTIVIDAD BIOLÓGICA

Plantas con propiedades alelopáticas 301

Fungicidas de origen vegetal y su aplicación en poscosecha de semillas 331

Plantas insecticidas: insecticidas de origen natural 349

Plantas con actividad bactericida 377

BIOTECNOLOGÍA VEGETAL

Cultivo de tejidos vegetales en plantas de importancia económica 411

Experiencias en cultivo in vitro de cactáceas 429

Biopelículas vegetales 455

PLANTAS DE IMPORTANCIA PECUARIA

Plantas tóxicas al ganado 477

Flora nativa con uso forrajero en la cuenca Palo Blanco, Nuevo León, México 503

Calidad nutricional de plantas forrajeras del noreste de México 517

Diversidad e importancia pecuaria de las gramíneas (POACEAE)


en Nuevo León 539

PLANTAS Y AMBIENTE

Plantas nativas de Nuevo León con valor ornamental 571

Especies con uso potencial en fitorremediación 595

CONCLUSIONES

Flora útil de Nuevo León 613

El deterioro de los ecosistemas y la desertificación en Nuevo León,


una reflexión 647
PRÓLOGO

E
s ampliamente reconocida la gran cantidad de beneficios, materias primas y
productos que obtenemos de las plantas. Este uso y aprovechamiento de los
recursos vegetales es tan antiguo como la misma humanidad y es tan grande
nuestra dependencia de los productos vegetales que difícilmente pasa un día sin que
utilicemos o consumamos algún producto vegetal.
El presente trabajo pretende recoger, organizar y sintetizar el conocimiento
que existe sobre las plantas útiles del estado de Nuevo León. En el estado de Nuevo
León, con una flora de poco más de 3000 especies, existen varios cientos de especies
aprovechadas para usos tan diversos como son: alimenticio, medicinal, ceremonial,
industrial, forrajero, ornamental y biotecnológico, entre otros.
Es importante mencionar, que esta obra no pretende ser definitiva sobre el tema;
hay aún mucha información por ser rescatada y documentada, además de aspectos
de las plantas útiles no cubiertos en el presente libro por la extensión del mismo.
Sea más bien este libro, una semilla que esperamos llegue a tierra fértil y germine en
estudiantes, investigadores y público en general, despertando su interés por la flora
útil del estado y su aprovechamiento.
En este mismo sentido, hay que destacar la necesidad de proyectos e investi-
gación sobre aspectos etnobotánicos que rescate conocimientos y tradiciones de
las comunidades rurales de nuestra región. Así mismo, son también necesarios
los trabajos encaminados a la búsqueda de nuevos productos, usos y aplicacio-
nes de la flora regional, que vengan a resolver problemas a nivel local, regional
o nacional.
El presente libro está organizado en ocho apartados, el primero de ellos presen-
ta una caracterización del medio natural y socioeconómico del estado, incluyendo
una síntesis de la flora silvestre del estado. En la segunda sección se hace una breve
revisión de las plantas de uso directo por el hombre e incluye, plantas alimenticias,
medicinales, tóxicas y de uso ceremonial.
La tercera sección hace énfasis en las plantas con potencial agroindustrial y
combustible, incluyendo plantas maderables, plantas productoras de leña y carbón,
plantas productoras de fibras, plantas productoras de ceras, gomas y resinas; plantas
productoras de pigmentos y especies con potencial aprovechamiento como biocom-
bustibles. En la cuarta y quinta sección se documenta la actividad biológica de las
plantas y las aplicaciones biotecnológicas respectivamente.
La sección plantas de importancia pecuaria, aborda los temas de plantas tóxicas al
ganado, plantas forrajeras y su calidad nutricional, así como gramíneas de importancia
pecuaria. En la sección siete se aborda la relación de las plantas con el ambiente y se
describen las plantas nativas de importancia ornamental y aquellas especies con uso
potencial en fitorremediación. Finalmente, la sección ocho presenta dos trabajos, el
primero de ellos nos muestra a manera de síntesis un listado de las plantas útiles
reconocidas para el estado, así como los usos y aplicaciones de las mismas; en tanto
que el segundo trabajo es una reflexión del Ing. José Ángel de la Cruz Campa respecto
a la desertificación y el deterioro de los ecosistemas en el estado de Nuevo León.

Los editores
CARACTERIZACIÓN NATURAL Y
SOCIOECONÓMICA DEL ESTADO
MEDIO FÍSICO
Rocha-Estrada A*, Alvarado-Vázquez MA
Laboratorio de Anatomía y Fisiología Vegetal, Departamento de Botánica, Facultad de
Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de Nuevo León, Ave. Pedro de Alba s/n, Ciudad
Universitaria, C.P. 66451, San Nicolás de los Garza, N.L. México
* alejandra.rochaes@uanl.edu.mx

Introducción

E
l estado de Nuevo León está localizado en el noreste de la República Mexi-
cana; se ubica entre los paralelos 23°11’ y 27°49’ de latitud norte, y entre los
0°42’16” al oriente y 2°5’5” al poniente del meridiano que pasa por la cruz este
de la Catedral de México, o sea los 98°26’ y 101°14’ de longitud oeste del Meridiano
de Greenwich. Colinda al norte con el estado de Coahuila, los Estados Unidos de
América —en la angosta zona fronteriza del municipio de Colombia—, y con el estado
de Tamaulipas; hacia el oeste limita con Coahuila, San Luis Potosí y Zacatecas. Al sur
comparte todo su límite oriental con San Luis Potosí y Tamaulipas.
Nuevo León tiene la forma de un polígono irregular y alargado, su superficie es de
64, 555 km2 ocupando el 3.3% del territorio mexicano. Mide 509 km de norte a sur.
Su parte más ancha mide 269 km, siendo ésta muy irregular. Por su extensión ocupa
el décimo tercer lugar en el país.
Con respecto a su fisiografía, se distinguen 3 regiones o provincias fisiográficas
principales: la de la Sierra Madre Oriental y la Llanura Costera del Golfo Norte, que por
su complejidad y diversidad morfológica se subdividen, ambas, en subprovincias, y la
de la Gran Llanura de Norteamérica (Tabla 1).
Sierra Madre Oriental. Esta zona cruza el estado de sureste al noroeste, con
algunas secciones que pueden considerarse islas geográficas, como es el caso de la
Sierra Picachos y la Sierra Papagayos. Está compuesta de terrenos muy accidentados
que forman pliegues paralelos y que alcanzan un promedio de 2,000 msnm. Es en
esta provincia donde se localizan los picos más altos, entre los cuales están el Cerro El
Potosí, La Ascensión y San Antonio Peña Nevada, todos con cerca de 4,000 msnm.
Llanura Costera del Golfo. Ocupa la porción norte, noreste y centro del estado,
se presentan elevaciones desde los 50 a los 250 msnm, su topografía es, de forma
general, plana, a excepción de algunos cerros y lomeríos de poca altitud. Es en esta

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zona donde se localizan los principales ríos del estado, los cuales fluyen hacia el este
en dirección al Golfo de México. Geológicamente hablando esta región se constituye
por sedimentos de la era Cenozoica del periodo Terciario.
Gran Llanura de Norteamérica. Esta provincia se extiende de norte a sur, desde
las provincias políticas canadienses de Alberta y Saskatchewan hasta el norte de
México, en Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Sus límites en el poniente, con las
montañas Rocallosas, y en México, con la Sierra Madre Oriental, van de norte a sur de
los 115 a los 105° de longitud oeste y los orientales (con la provincia estadounidense,
con los bajos centrales y con la Llanura Costera del Golfo Norte en Estados Unidos y
México) de los 100 a los 105°. En sus bordes occidentales alcanza altitudes superio-
res a los 1000 msnm y en los orientales cercanos a los 500, por lo que su territorio
está claramente inclinado de oeste a este. La característica más destacada de esta
provincia es la presencia de amplias llanuras, muy planas y cubiertas de vegetación
pradera. De las subprovincias que integran esta provincia, sólo una queda dentro
del territorio mexicano, la subprovincia de las Llanuras de Coahuila y Nuevo León. En
esta subprovincia se localizan los municipios de Los Aldama, Anáhuac, China, Doctor
Coss, General Bravo, General Treviño, Los Herrera, Melchor Ocampo, Parás, Vallecillo,
y parte de los de Agualeguas, Cerralvo, General Terán, Lampazos de Naranjo y Los
Ramones.

Tabla 1. Provincias y subprovincias fisiográficas en Nuevo León

% de la
Provincia Subprovincia superficie
estatal

Sierras y llanuras coahuilenses 14.10


Pliegues Saltillo-Parras 4.51
Sierra Madre Oriental Sierras transversales 0.82
Gran Sierra Plegada 15.94
Sierras y llanuras occidentales 15.59
Llanuras de Coahuila y Nuevo
Gran Llanura de Norteamérica 34.60
León
Llanuras y lomeríos 14.42
Llanura Costera del Golfo Norte
Sierra de San Carlos 0.02

La topografía estatal varía de los 90 msnm en las grandes Llanuras de Norteamérica


hasta los 3,710 msnm en la Sierra Madre Oriental.

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Geología

Los principales afloramientos geológicos están representados por diferentes tipos


de rocas formadas en diversos períodos y con diferente origen, predominando las
de origen sedimentario. Las principales actividades de la industria extractiva que
se realizan y tienen relación con estas formaciones son variadas como gas, cantera,
arena, grava y arcilla. Entre los principales minerales que se tienen en las minas son
el plomo, zinc y plata (Tabla 2).

Tabla 2. Tipos de afloramientos geológicos y superficie porcentual en el estado

Roca % de la superficie estatal

Sedimentaria 67.83

Ígneo intrusiva 0.3

Metamórfica 0.7

Suelo 31.17

Hidrología

Existen cuatro regiones hidrológicas en el estado, siendo la principal, por su extensión,


la cuenca del Bravo-Conchos (Tabla 3). Las corrientes principales de agua que drenan
en cada una de las regiones son:

a.- No. 24 Río Bravo-Conchos: se ubica en el norte, centro y oriente del estado.
Los principales ríos son el San Juan, el Santa Catarina, el Ramos, el Pilón, el
Pesquería, el Salinas, el Sosa, el Salado, el Álamo y el Candela. En la cuenca
del río Bravo-Sosa (3,582.108 km2 , destaca el río Sosa que nace en la Sierra
Picachos. Afluente de este río son los arroyos Reyes, Arias y San Jerónimo, los
cuales se unen en una sola corriente cerca del municipio de General Treviño
para después unirse con el río Álamo, situado en el kilómetro ocho de la carre-
tera ciudad Mier-General Treviño. Tiene como subcuencas el arroyo Saladito,
río Sosa y río Álamo.
b.- No. 25 San Fernando-Soto La Marina: se ubica en el centro y oriente del estado.
Los principales ríos son: Blanco, Conchos, Potosí, San Lorenzo y Pablillo.

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c.- No. 26 Pánuco: se ubica al sur del estado. El principal afluente es el arroyo San
Pablo.
d.- No. 37 El Salado: la región hidrológica El Salado comprende, dentro del estado
de Nuevo León, parte de tres cuencas. La cuenca Sierra Madre Oriental con
una superficie dentro del estado de 8,510.144 km2, carece de corrientes de
importancia. Sus escurrimientos son superficiales y escasos, las corrientes
naturales de tipo permanente son mínimas, lo que hace de esta área una zona
desértica o semidesértica. Tiene las subcuencas de Santa Ana y San Rafael. La
cuenca Sierra Madre con 3,056.837 km2 de superficie, cuenta con corrientes
de corta duración. Tiene como subcuenca intermedia Doctor Arroyo. Y, por
último, la cuenca presa San José-Los Pilares, tiene una importancia mínima
dentro del estado de Nuevo León, ya que otros estados aprovechan al máximo
su suministro, Tiene como subcuenca la presa Los Pilares. El principal alma-
cenamiento de esta región es la presa El Carmen con 1,200.000 m3 irriga 120
hectáreas y beneficia a 80 familias. No obstante su aridez y la mala calidad
de los suelos, en el área de El Potosí, hacia el sur, en el municipio de Doctor
Arroyo, se han localizado buenos acuíferos en rocas calizas.

Tabla 3. Regiones hidrológicas de Nuevo León y su superficie estatal

Región Nombre de la cuenca % de la superficie estatal

RH 24 Bravo-Conchos 61.82

RH25 San Fernando-Soto La Marina 17.99

RH26 Pánuco 0.75

RH37 El Salado 19.44

Clima

En el estado se reconocen 13 tipos de clima, los de carácter templado y frío se lo-


calizan hacia la zona montañosa al centro del estado y en las cimas de las montañas
aisladas del noroeste estatal; los denominados semicálidos subhúmedos se ubican
hacia la zona centro-sur; los secos, semisecos y muy secos ocupan la mayor exten-
sión y cubren el resto del estado; las isotermas prevalecientes asociadas a la menor
temperatura son de 14°C en la Sierra Madre Oriental, variando hasta la de 24°C en
las Llanuras de Norteamérica. Los rangos históricos de precipitación promedio que
se tiene en registros desde mediados del siglo pasado han sido de 1,085.6 mm en la

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localidad de Raíces, municipio de Allende y de 225.8 mm en San José de la Popa, en
Mina, N.L. (Tabla 4).

Tabla 4. Tipos de clima del estado de Nuevo León


% de la superficie
Tipo de clima Símbolo
estatal

Semicálido subhúmedo/lluvias en verano ACw 9.11


Semicálido subhúmedo/lluvia escasa todo el
ACx 10.48
año
Templado subhúmedo/lluvias en verano C(w) 4.52
Templado subhúmedo/lluvia escasa todo el
Cx 2.34
año
Semifrío subhúmedo/lluvias en verano C(E)w 0.22
Semifrío subhúmedo/lluvia escasa todo el
C(E)x 0.07
año
Semiseco muy cálido y cálido BS1(h’) 18.01

Semiseco semicálido BS1h 6.16

Semiseco templado BS1k 6.09

Seco muy cálido y cálido BS(h’) 16.81

Seco semicálido BSh 13.93

Seco templado BSk 7.43

Muy seco semicálido BWh 4.83

Uso de suelo

Entre los usos de suelo, la superficie de agostadero es la más extensa del estado,
abarcando, fundamentalmente, los pastizales del centro y norte, y algunas zonas
de montaña, así como en las partes bajas de la Sierra Madre Oriental. Los zacates y
las especies arbustivas componen la vegetación natural dominante. El 2.33% de la

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superficie la componen las áreas urbanas, los cuerpos de agua, las vías de comuni-
cación, etc. (Tabla 5).

Tabla 5. Principal uso del suelo y su ocupación en Nuevo León

Tipo de uso Superficie % de la superficie estatal

Forestal 376,514 5.83

Agrícola 392,415 6.08

Pecuario 5,535,938 85.76

Otros 150,633 2.33

Edafología

Las unidades de suelo más sobresalientes en el estado son: el litosol, que se carac-
teriza por formar suelos de poca profundidad, mayormente en zonas montañosas;
el vertisol, que es un suelo arcilloso, pesado y muy compacto, siendo común en el
centro del estado: el xerosol, el más difundido en las regiones norte, oriental y sur,
asociándose a condiciones variadas de aridez (Tabla 6).

Tabla 6. Tipos de suelo reconocidos en Nuevo León

Unidad edafológica % de la superficie estatal

Cambisol 0.33
Castañozem 3.68
Feozem 2.03
Litosol 28.52
Luvisol 0.37
Regosol 9.03
Rendzina 7.74

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Solonchak 0.62
Vertisol 9.86
Xerosol 35.65
Yermosol 1.46
Otros 0.71

Vegetación

La cubierta vegetal, que consta de 27 tipos primarios de vegetación, se agrupa en 7


categorías básicas, incluidas aquellas asociadas con cultivos y las que componen la
vegetación natural. La vegetación de ríos y arroyos y otras de difícil representación
cartográfica, representa el 3.35 % de la superficie del estado (Tabla 7, Figura 1).
En la Llanura Costera del Golfo Norte, el tipo de vegetación característico son el
matorral submontano y el matorral espinoso tamaulipeco. Se encuentran algunos
bosques de encino, encino-pino y pino en los sitios más altos.
En la zona fisiográfica de la Sierra Madre Oriental se desarrollan el matorral de-
sértico micrófilo y el matorral desértico rosetófilo. Las especies más frecuentes son
la gobernadora, la hojasén, el mezquite y el nopal.
En otra área de la Sierra Madre Oriental, existe muy diversa vegetación; no obs-
tante, sobresalen en cantidad los bosques y matorrales. En las primeras dominan los
de pino, y en los segundos, los matorrales desérticos rosetófilos, los submontanas y
el chaparral.
Los otros tipos de vegetación que se presentan son los pastizales naturales e
inducidos, vegetación halófila y vegetación de páramo de altura.
En más de la mitad de los terrenos existe vegetación para la explotación del recurso
forestal para autoconsumo, además de otras zonas que pueden ser explotadas con
fines industriales.

Tabla 7. Tipos de vegetación reconocidos en Nuevo León


Tipo de vegetación % de la superficie estatal
Agricultura 11.06
Pastizal 13.6
Bosque 8.87
Matorral 55.20
Mezquital 5.71
Chaparral 2.21
Otros 3.35

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Bosque

Bosque de pino

La distribución de estos bosques puede ocurrir en lugares templados y húmedos, con


el factor térmico decreciente a medida que se asciende en altitud; se ubica a partir
de 900 y 1 000 msnm. Se trata de una comunidad con árboles hasta 22 m de alto. Se
localizan en los municipios de Santa Catarina, Monterrey, San Pedro Garza García,
Santiago, Montemorelos, Allende, Linares, Rayones, Iturbide, Galeana, Aramberri y
Zaragoza; están asociados comúnmente con algunas especies de encinos Quercus spp
y madroño Arbutus, de manera que son raras las agrupaciones puras.
Las especies de pinos características son pino ocote Pinus teocote, pino blanco
P. pseudostrobus, pino real P. arizonica, pino ayacahuite P. ayacahuite, y pino negro
P. hartwegii. Podemos encontrar variantes de estos bosques como son los de pino
piñonero P. cembroides, que se localizan en los municipios de San Pedro Garza García,
Santiago, Montemorelos, Rayones y Galeana; asimismo en áreas muy restringidas en
la parte norte de Nuevo León en la Sierra de Lampazos. Prosperan en áreas de baja
precipitación entre los 2000 a 2600 msnm, sobre suelos someros y rocosos. Este
tipo de bosque presenta espacios abiertos de árboles bajos de 4 a 8 m de altura, con
copas redondeadas y troncos con diámetros de 30 a 40 cm a la altura del pecho. Las
principales especies arbóreas del bosque de pino piñonero de Galeana son P. cembroi-
des, pino garabatillo (P. greggii), enebros (Juniperus flaccida) J. deppeana y madroño,
(Arbutus xalapensis). Se localizan también en áreas limítrofes del matorral desértico
del altiplano, y con frecuencia se asocian especies como la palma samandoca Yucca
carnerosana, palma china Yucca filifera, magueyes Agave spp y arbustos diversos.
Otra variante de los bosques de pinos piñoneros es el P. catarinae, que se localiza en
el corredor Monterrey-Saltillo, con pinos pequeños de 2 a 4 m de altura.
Desde los 3000 metros de altitud, hasta la cima del cerro El Potosí, en Galeana, se
localiza un tipo especial de vegetación en forma de matorral, ramificados desde la base
del tallo, de menos de 2 m de altura; de pinos enanos Pinus culminicola que, colindando
con el prado alpino, forma una franja continua en el declive oriental y sur, presentándose
además en dos manchones aislados al suroeste y oeste de la cima. Se presenta como
una comunidad densa y baja en la que el pino enano es dominante; otras especies de
arbustos que se presentan son Holodiscus dumosus, Symphoricarpos microphyllus, Ribes
ciliatum, Rubus aff. macvaughianis, Garrya ovata y Juniperus sabinoides.

Bosque de Coníferas

Los bosques de hallarín-oyamel Pseudotsuga-Abies son una variante de los bosques


templados que se caracteriza por especies de gran atractivo escénico con árboles de
formas típicas piramidales. Este tipo de vegetación está constituido por árboles altos
de 15 a 25 m, que se localizan en cañones protegidos con climas fríos y húmedos,

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generalmente entre 2 000 a 2 500 msnm en los municipios de Galeana, Iturbide, Aram-
berri y Zaragoza. Las especies que sobresalen dominando en el dosel arbóreo son pino
garabatillo Pinus greggii y pino negro Pinus hartwegii junto con el hallarín Pseudotsuga
rnenziesii y flahaulti oyamel Abies vejari, y cedro blanco Cupressus arizonica.
Hay otro tipo de bosque en áreas restringidas, formando manchones más o menos
puros en algunas pequeñas áreas, de bosques de cedro Cupressus spp se encuentra en
Iturbide, Galeana y Zaragoza. Los árboles no son corpulentos y alcanzan entre 10 y 15
m de altura, las especies características son cedros blancos Cupressus arizonica.
Otra comunidad es la de bosque de enebros Juniperus spp, que se asocia a los bosques
de pinos y encinos. Su forma de vida es arbórea o arbustiva según sean las condiciones
ambientales. Se sabe que estas especies de árboles prosperan en lugares de suelos ro-
cosos de calizas expuestas y baja humedad y su crecimiento es lento. Las especies más
comunes son enebros Juniperus monosperma y Juniperus flaccida. Se encuentra desde
Santa Catarina, San Pedro Garza García y Monterrey, hasta Iturbide y Galeana.

Bosque de pino–encino

Está integrado por bosques de especies de hoja ancha y en agujas, sobre áreas
templadas a subhúmedas en los municipios de Monterrey, Santiago, Allende, Mon-
temorelos, Rayones, Iturbide, Linares, Aramberri, Zaragoza, García, San Pedro Garza
García, Bustamante, Mina y Salinas Victoria. A pesar de la amplia gama de condiciones
climáticas en la región, la presencia de este tipo de bosque obedece más al factor
térmico que a la humedad. Este bosque se presenta entre una altitud de 550 a 900 m.
Dominan, principalmente, los encinos Quercus spp entre los que destacan el encino
de asta Q. rysophylla, el encino blanco Q. laeta, el encino roble Q. polymorpha y el
encino duraznillo Q. canbyi; y junto con los encinos y otras especies, destaca el pino
colorado Pinus teocote y el pino blanco Pinus pseudostrobus. Los árboles, en general,
no presentan grandes tallas en diámetro o en altura, siendo éstas de 10 a 30 cm y 10
a 14 m, respectivamente.

Bosque de encino

Este tipo de bosques forma parte de la comunidad forestal templada sobre el área
de la Sierra Madre Oriental; se pueden localizar en los municipios de Lampazos,
Sabinas, Villaldama, Hidalgo, Monterrey, San Pedro Garza García, Santiago, Allende,
Montemorelos, Rayones, Galeana, Iturbide, Linares, Aramberri y Zaragoza; desde áreas
con suelos delgados y rocosos, hasta en sitios de suelos profundos y bien drenados.
Fisonómicamente se componen de árboles y arbustos que van de 12 a 15m de altura,
dominando las especies del género Quercus. Los encinares están muy ligados ecológica
y florísticamente con los bosques mixtos y bosques de pinos. Las especies caracte-
rísticas son el encino de asta Q. rysophylla, el encino blanco Q. laeta, el encino roble

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Q. polymorpha, el encino memelito Q. laceyi, el encino duraznillo Q. canby, el encino
chaparro Q. pungens, el encino olivo Q. vaseyana y el encino enano Q. intricada.

Matorral submontano

Es una formación arbustiva y subarbórea muy rica en formas de vida. El vigor, la talla
y la distribución de las especies dominantes y co-dominantes dependen de la dispo-
nibilidad de agua en suelo y subsuelo. Las formas biológicas dominantes son arbustos
o árboles de 4 a 6 metros de alto, con hojas pequeñas, caducifolias y subespinosas. Se
ubican en los taludes inferiores de las montañas, de hecho, forman un extenso umbral
que separa los elementos del matorral desértico, de las planicies, y los bosques de
encino-pino existentes en los taludes superiores, de la Sierra Madre Oriental.
Aunque tiene variantes morfológicas y ecológicas, en términos generales, en este
matorral las especies más representativas son: barreta Helietta parvifolia, anacahuita
Cordia boissieri, frijolillo Sophora secundiflora, falso olivo Gochnatia hypoleuca, cor-
vagallina Neopringlea integrifolia, hoja dorada, Decatropis bicolor, escobilla Fraxinus
greggii, tenaza Pithecellobium pallens, cenizo Leucophyllum frutescens, chaparro prieto
Acacia rigidula, guajillo Acacia berlandieri, huizache Acacia farnesiana, hierba del
potro Caesalpinia mexicana, mezquite Prosopis glandulosa, chapote manzano Dyos-
piros virginiana, chapote prieto Dyospiros texana y palo verde Cercidium macrum. En
algunas áreas con hábitats protegidos con abundante humedad y suelos profundos,
podemos encontrar agrupaciones pequeñas de encino molino Quercus virginiana. El
matorral submontano se localiza en Santa Catarina, San Pedro Garza García, Mon-
terrey, Guadalupe, Santiago, Juárez, Cadereyta, Allende, Montemorelos Rayones,
Linares, Lampazos, Villaldama, Hidalgo, El Carmen, Abasolo, Marín e Higueras.

Matorral espinoso y mezquital

Las comunidades vegetales naturales del matorral espinoso y los mezquitales pre-
sentan variantes fisonómicas. Las especies pueden ser altas espinosas o medianas
subinermes, y representan las comunidades vegetales típicas de la región de La
Planicie Costera del Golfo. En condiciones de suelo y humedad favorables, los tallos
poseen fustes bien definidos y se presentan formas arbóreas de más de 6 metros
de altura, entre los que destacan, por abundancia y cobertura, el mezquite Prosopis
laevigata, el ébano Ebenopsis ebano, el chaparro prieto Acacia rigidula, el chaparro
amargoso Castela texana, el granjeno Celtis pallida, el palo verde Cercidium macrum,
la cruceta Randia laetevirens, la anacahuita Cordia boissieri, el cenizo Leucophyllum
frutescens, la guayacan Porlieria angustifolia, el tasajillo Opuntia leptocaulis, el nopal
Opuntia engelmannii, el colima Zanthoxylum fagara, y la coma Bumelia celastrina;
destacando la palma china Yucca filifera hasta de 10 metros de altura. En el estrato
herbáceo destaca el lupino Lupinus texensis.

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Este tipo de vegetación se localiza en los municipios de Anáhuac, Lampazos de
Naranjo, Sabinas Hidalgo, Vallecillo, Parás, Agualeguas, GraI. Treviño, Dr. Coss, Gral.
Bravo, Los Ramones, China, Gral. Terán, Cerralvo, Salinas Victoria, Ciénaga de Flores,
Higueras, El Carmen, Abasolo, Salinas Victoria, Los Herreras, Hualahuises, Montemo-
relos, Cadereyta, Allende, Monterrey, Linares, San Nicolás de los Garza, Guadalupe,
Juárez, Apodaca, Zuazua, Marín y Rayones.

Matorral desértico

Son característicos de los climas áridos y semiáridos del Estado. Su distribución irre-
gular obedece, principalmente, al patrón de humedad disponible en el suelo. Este
factor es otra condicionante que influye en la localización y desarrollo de las especies
del matorral desértico. Los suelos de textura arenosa a limo-arenosa y arcillosa, que
tienen la capacidad de retener humedad, sustentan comunidades densas y cerradas;
mientras que los suelos pedregosos, que retienen poco agua, presentan comunida-
des vegetales pobres y muy abiertas. Podemos mencionar dos tipos de matorrales
desérticos dominantes en Nuevo León.
Matorral desértico rosetófilo. Esta comunidad se presenta sobre flancos monta-
ñosos y taludes de varias elevaciones, en los cuales existen afloramientos rocosos o
suelos esqueléticos de litosoles. Se localizan en los municipios de Galeana, Rayones,
Dr. Arroyo, Aramberri, Zaragoza, Mier y Noriega, García, Santa Catarina, Abasolo, El
Carmen, Mina, Lampazos, Bustamante, Salinas Victoria, Villaldama, Higueras, Marín,
Dr. González, Cerralvo y Escobedo. Los elementos más conspicuos presentan hojas
suculentas agrupadas en rosetas, algunas con espinas terminales o mucrones.
Las especies más comunes son sotoles Dasylirion texanurn, guapilla Hechtia
glomerata, agritos Berberis trifoliolata, lechuguilla Agave lechuguilla, espadín Agave
striata, amole de Castilla Agave bracteosa, candelilla Euphorbia antisyphilitica, tasa-
jillo Opuntia leptocaulis, pitaya de mayo Echinocereus enneacanthus, nopal cegador
Opuntia rnicrodasys, biznaga de dulce Echinocactus platyacanthus, biznaga colorada
Ferocactus pilosus y nopales Opuntia spp.
Matorral desértico micrófilo. Este tipo de vegetación se caracteriza par la domi-
nancia de especies tipo arbustivo, con hojas o foliolos pequeños y a menudo olorosos,
Se encuentran abundantes cactáceas de tallos esféricos o planos; asimismo, plantas
tipo palma china o palma ixtlera se localizan abundantemente en terrenos planos o
en abanicos aluviales de lomas o cerros en el Altiplano, en los municipios de Mier y
Noriega, Dr. Arroyo, Galeana, Mina, Bustamante, García, Anáhuac y Santa Catarina.
Las especies características son gobernadora Larrea tridentata, hojasén Flourensia
cernua, mariola Partheniurn incanurn, albarda Fouquieria splendens, afinador Morto-
nia greggii guayule Partheniurn argentatum, comida de víbora Ephedra aspera, vara
resinosa Viguiera stenoloba, chaparro prieto Acacia rigidula, chaparro amargoso
Castela texana, guajillo Acacia berlandieri, granjeno Celtis pallida, mezquite Prosopis
glandulosa, mimbre Chilopsis linearis, biznaga burra Echinocactus platyacanthus, pal-

23
ma china Yucca filifera, palma samandoca Yucca carnerosana, nopal cegador Opuntia
rnicrodasys, coyonoztle O. imbricata, nopal rastrero O. rastrera, tasajillo O. leptocaulis
y zacatón alcalino Sporobolus airoides.

Pastizales

Esta comunidad se caracteriza porque sobresalen herbáceas graminoides con hojas


delgadas y alargadas, aunque pueden combinarse, en algunas otras, con especies de
las familias Asteraceae, Fabaceae y Chenopodiaceae. Los pastizales clímax naturales
ocupan áreas reducidas en espacios abiertos dentro de los matorrales desérticos así
como en situaciones edáficas específicas en lugares con mal drenaje, susceptibles de
inundarse o con excesivas sales o existencia de yeso. Existen en el estado dos tipos
de pastizales naturales.

Vegetación de ríos y arroyos

Esta comunidad se encuentra estrechamente ligada a la formación orográfica de la


Sierra Madre Oriental como una gran cuenca de captación con sus afluentes de ríos y
arroyos. Agrupa tanto a la vegetación arbórea como a la arbustiva que se encuentra
en las riberas de las corrientes de agua en los municipios de Linares, Montemorelos,
Allende, General Terán, Cadereyta Jiménez, Santiago, Monterrey, Guadalupe, Sabi-
nas, Cerralvo, Lampazos y Bustamante. Estos bosques se componen por álamo de río
Platanus occidentalis, álamo temblón Populus tremuloides, sauce Salix nigra, carrizo
Arundo donax, culantrillo de pozo Adiantum capillus-veneris, lobelia acuática Lobelia
cardinalis, olmo Ulmus crassifolia y sabino Taxodium mucronatum, encontrándose
abundantes especies herbáceas acuáticas o semiacuáticas, enredaderas y especies
epifitas como es el paixtle Tillandsia usneoides.
Estos bosques crecen principalmente en las orillas de los ríos, así como en riberas
planas y amplias con drenaje superficial. Dichos sitios, humedecidos por escurri-
mientos perennes o esporádicos, durante largo tiempo, permiten que las especies
adquieran dimensiones en altura y diámetro mucho mayor que las que se ubican en
zonas secas.

Recursos naturales

Existen pocos yacimientos de minerales metálicos cuya producción es de mínima


importancia. Prácticamente el aspecto económico de la geología se enfoca a la ex-
plotación de minerales no metálicos y a los bancos de roca caliza.

24
Los yacimientos de minerales metálicos que se trabajan se encuentran en la lo-
calidad de Mamulique, donde se explota el zinc, y en la localidad de La Iguana donde
se trabaja eventualmente una mina de plomo y zinc.
En el cerro de las Mitras, en el cerro El Topo en el cañón de la Huasteca y cerca
de las grutas de García se llevan a cabo las explotaciones más grandes de caliza,
misma que se utiliza en la industria del vidrio; también, pequeños mineros explotan
la fosforita y la barita en el municipio de Galeana, los cuales tienen como mercado a
San Luis Potosí y a PEMEX.
El yeso se explota en algunas localidades de los municipios de García, Hidalgo y Mina;
y se expende a la industria de la construcción en el área conurbada de Monterrey.
En la porción nororiental del estado existen yacimientos de hidrocarburos; PEMEX
tiene en producción numerosos pozos que están intercalados con los gasoductos que
llevan el hidrocarburo a las refinerías del norte. También existe un yacimiento de ura-
nio que URAMEX está explorando. En los valles son explotadas por algunas compañías
privadas grava y arena, las cuales son utilizadas en la industria de la construcción y
en la fabricación de tabicón.
En la Llanura Costera del Golfo Norte se encuentran algunos bosques de encino,
encino-pino y pino en los sitios más altos. La extracción de los recursos maderables
en esta región con fines comerciales tiene limitaciones fuertes, no obstante éstas
son leves para la tala; aun así, el destino de lo obtenido es para consumo local.

25
Figura 1. Tipos de vegetación en Nuevo León

26
Referencias bibliográficas

Alanís-Flores GJ, Cano G, Rovalo-Merino M. 1996. Vegetación y flora de Nuevo León. Una guía botánico-
ecológica. CEMEX: México, 251 pp.
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lismo y el Desarrollo Municipal, Gobierno del Estado de Nuevo León.
García E. 2004. Modificaciones al sistema de clasificación climática de Köppen. Quinta edición. Instituto
de Geografía, UNAM: México, D.F., 90 pp.
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INEGI. 1980. Conjunto de datos vectoriales de las cartas temáticas de Climas. Escala 1: 1,000,000. Pre-
sentación digital 1998. Aguascalientes, México.
INEGI. 1980. Conjunto de datos vectoriales de las cartas temáticas de Geología. Escala 1: 250,000. Pre-
sentación digital 1998. Aguascalientes, México.
INEGI. 1980. Conjunto de datos vectoriales de las cartas temáticas de Edafología. Escala 1: 250,000.
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INEGI. 1980. Conjunto de datos vectoriales de las cartas temáticas de Hidrología de aguas superficiales.
Escala 1: 250,000. Presentación digital 1998. Aguascalientes, México
INEGI. 1980. Conjunto de datos vectoriales de las cartas temáticas de Hidrología de aguas subterráneas.
Escala 1: 250,000. Presentación digital 1998. Aguascalientes, México.
INEGI. 1986. Síntesis geográfica de Nuevo León. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática.
Secretaría de Programación y Presupuesto: México, D.F., 170 pp.
INEGI. 2005. Marco geoestadístico municipal derivado del II Conteo de Población y Vivienda nacional.
Escala 1: 1,000,000. Aguascalientes, México.
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digital 1998. Aguascalientes, México.
INEGI. Serie II 1990. Cartografía digital de uso del suelo y vegetación de Nuevo León. Escala 1: 250,000.
Presentación digital 1998. Aguascalientes, México.
INEGI. Serie III 2000. Cartografía digital de uso del suelo y vegetación de Nuevo León. Escala 1:250, 000.
Presentación digital 2004. Aguascalientes, México.
INEGI. Serie II 1998. Conjunto de datos vectoriales de las cartas topográficas de Nuevo León. Escala 1:
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Rzedowski J. 1981. Vegetación de México. Primera edición. Editorial Limusa S.A. de C.V., Grupo Noriega
editores: México D.F., 432 pp.

27
ASPECTOS SOCIODEMOGRÁFICOS
Moreno-Limón S
Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de Nuevo
León, Ave. Pedro de Alba s/n, Ciudad Universitaria, C.P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo
León, México 6651.
sergio.morenolm@uanl.edu.mx

Introducción

E
l estado de Nuevo León cuenta con una superficie de 64,555 km2, que repre-
senta un 3.29% del territorio nacional. Políticamente está dividido en 51 mu-
nicipios y 5,762 localidades. Con una ubicación geográfica privilegiada, Nuevo
León ofrece cercanía con Texas y está a pocos kilómetros de las costas del Golfo de
México. Cuenta con una excelente red de vías de comunicación que incluye autopistas,
carreteras pavimentadas de primer orden, ferrocarril y aeropuertos, que le permiten
comunicarse con el resto del país y con los Estados Unidos, lo cual ha jugado un papel
importante en el desarrollo industrial y económico del estado.
Respecto a las carreteras, el estado cuenta con poco más de 1,611 kilómetros
de carreteras troncales federales con pavimento y 3,028 kilómetros de carreteras
alimentadoras estatales. La comunicación interestatal se da por: la carretera troncal
México-Nuevo Laredo, que conecta con Linares, Montemorelos, Allende, Monterrey
y Sabinas Hidalgo; la que va de Matamoros a Mazatlán; la de Monterrey a Castaños y
Monclova; y la de Monterrey a Anáhuac y Nuevo Laredo. Por otra parte, las carreteras
que conectan a Nuevo León con el resto del país son: Monterrey-México (Carretera
Nacional); Monterrey-México (carretera central vía San Luis Potosí); Monterrey-
Mazatlán, Sinaloa; Monterrey-Matamoros, Tamaulipas; Monterrey-Piedras Negras,
Coahuila (vía Monclova); Monterrey-Nuevo Laredo, Tamaulipas; Monterrey-Colombia,
Nuevo León; y Monterrey-Matehuala, San Luis Potosí (vía Linares y Galeana, Nuevo
León).

29
Tráfico de pasajeros 2008.

La infraestructura aeroportuaria en la entidad es de primer nivel. El Aeropuerto Inter-


nacional Mariano Escobedo o Aeropuerto Internacional de Monterrey es considerado
como uno de los aeropuertos más modernos de América del Norte, se localiza en el
municipio de Apodaca y puede atender hasta 8 millones de pasajeros al año, es el
principal puerto de entrada aérea al estado de Nuevo León y, junto con el Aeropuerto
Internacional del Norte, se encarga de las operaciones nacionales e internacionales
de la Zona Metropolitana de Monterrey. Ochenta por ciento del tráfico de pasajeros
es nacional, principalmente de las ciudades de México, Guadalajara, Chihuahua, y
Tijuana; y el veinte por ciento del tráfico de pasajeros es internacional, principalmente
de las ciudades norteamericanas de Dallas, Houston, Atlanta, Chicago, y Los Ángeles.
Cuenta con casi 300 vuelos diarios hacia más de 35 destinos en México, América del
Norte y Europa, atendidos por diferentes líneas aéreas de las que destacan Mexicana
de Aviación, Aeroméxico y Texas Internacional. Es considerado el cuarto aeropuerto
del país en términos de pasajeros atendidos y operaciones por año, después del
Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, del Aeropuerto Internacional de
Cancún y del Aeropuerto Internacional de Guadalajara.
El transporte de pasajeros está constituido por diversas líneas de autobuses na-
cionales e internacionales que se coordinan en la central de autobuses establecida en
Monterrey, N.L. a partir de 1969; además, actualmente en diversos puntos del área
metropolitana se han establecido oficinas de autobuses que facilitan el transporte
de pasajeros. El transporte urbano es uno de los servicios que más difícilmente se ha
podido solucionar en el área metropolitana, sin embargo actualmente Monterrey y

30
parte de su área metropolitana cuentan con el metro ligero que se caracteriza por ser
un moderno sistema de transporte que en gran medida ha solucionado el problema
de transporte urbano.
La longitud de vías férreas para carga y pasajeros es de 1,096 km. El ferrocarril,
cuyos antecedentes datan de 1881, ha comunicado al estado con todo el país. Las
vías México-Nuevo Laredo, Monterrey-Matamoros, Monterrey-Tampico y Monterrey-
Torreón, además de tocar importantes ciudades de la República, enlazan en Nuevo
León a diversas poblaciones como García, Santa Catarina, Monterrey, San Nicolás,
Salinas Victoria, Villaldama, Lampazos y Anáhuac, la primera; Apodaca, Pesquería,
Ramones, Doctor Coss y Los Herreras, la segunda; Cadereyta, Montemorelos, Linares,
la tercera; y Abasolo, Hidalgo y Mina, la cuarta.
Respecto a las comunicaciones, el estado de Nuevo León, particularmente en
Monterrey y su área metropolitana, cuenta con sucursales de correo, telégrafo,
teléfono, así como redes de Internet, recurso que hoy en día es altamente necesario
en industrias, agencias de viajes, hoteles e instituciones de educación. Operan en
la entidad estaciones de radio de amplitud modulada (AM) y frecuencia modulada
(FM), estaciones gubernamentales, televisoras y prensa de circulación nacional e
internacional.
La infraestructura que ha permitido el desarrollo económico del estado está con-
formada principalmente por el cruce fronterizo, escuelas técnicas, tres de las mejores
universidades de Latinoamérica, 57 parques industriales, carreteras, aeropuertos,
buen suministro de gas, electricidad y agua reciclada para la industria.

Población, crecimiento y distribución espacial

El desarrollo económico y las áreas de oportunidad que caracterizan a la entidad


han propiciado un incremento significativo en su población, por lo que, de acuerdo
a cifras oficiales, la población total en el estado de Nuevo León en el 2005 ascendió a
4, 199,292 de habitantes, lo cual representa el 4% de la población del País para este
mismo año, ubicándose de esta manera en el 8º lugar a nivel nacional.
Esta población se encuentra conformada por 2, 108,619 mujeres y 2, 090,673
hombres que representan el 50.2% y 49.8% respectivamente. El 28.1% de la pobla-
ción es menor de 15 años y el 64.5 % tiene una edad entre 15 y 64 años, por lo que
se puede considerar que la población en la entidad es bastante joven.

31
Estructura poblacional
por edad y sexo.
Fuente: INEGI. Conteo
de población y vivienda
2005.

4,199,292
3,834,141
4,500,000

3,550,114
3,098,736
4,000,000

2,513,044
3,500,000
Población total del
estado de Nuevo León 3,000,000
1,694,689

1930-2005. Fuente: 2,500,000


INEGI. Censos de
1,078,848

Población y Vivienda, 2,000,000


1930-2000.; Conteos de
740,191
417,491

541,147

1,500,000
Población y Vivienda,
1995 y 2005. 1,000,000

500,000

0
1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 1995 2000 2005

A través de los registros oficiales se puede apreciar que de 1930 al 2005 la población
en el estado presenta un incremento continúo y permanente, siendo durante la dé-
cada de 1970 a 1980 cuando se presentó un mayor crecimiento hasta de poco más
de 800,000 habitantes.
A partir de 1950, década en que aumentó notablemente el desarrollo industrial
en el área metropolitana de Monterrey, integrada ésta por los municipios de General
Escobedo, Santa Catarina, San Pedro Garza García, San Nicolás de los Garza, Apoda-
ca, Guadalupe y la propia ciudad de Monterrey, se incrementó al mismo tiempo la
cantidad de inmigrantes provenientes, principalmente, de San Luis Potosí, Coahuila,
Tamaulipas, Zacatecas, Durango, Guanajuato y el Distrito Federal. Esto trajo consigo
una serie de problemas para el estado mismo, como la concentración de núcleos de
población en forma irregular, que sobrepasó la capacidad de las autoridades estatal,
federal y municipal para satisfacer los servicios básicos de agua, drenaje, energía
eléctrica, salud, recreación y educación.

32
La densidad poblacional en la entidad es de 60 habitantes por km2, cifra superior al
promedio nacional que es de 50 habitantes por km2, distribuyéndose de la siguiente
manera:
El 84.5% (3, 546,939) de la población del estado se concentra en ocho municipios
que conforman el área metropolitana y que en orden de contribución poblacional
son: Monterrey, Guadalupe, San Nicolás de los Garza, Apodaca, General Escobedo,
Santa Catarina, Juárez, y San Pedro Garza García. Cabe destacar que la Ciudad de
Monterrey es la tercera más grande del país.
En un segundo grupo de municipios cuyos rangos de población van de más de 30 000
y menos de 100 000 habitantes, se concentra en 9.3% (392,444) de la población del
estado incluyéndose en este grupo a los municipios de Sabinas Hidalgo, Doctor Arroyo,
Santiago, Galeana, García, Montemorelos, Linares y Cadereyta Jiménez.
Un tercer grupo de municipios con un rango poblacional de más de 5,000 y menos
de 30,000 habitantes, comprende el 5.3% (220,611) de la población de Nuevo León,
incluyéndose aquí los municipios de Mina, General Bravo, Marín, General Zaragoza,
Los Ramones, Hualahuises, General Zuazua, Carmen, Mier y Noriega, Cerralvo, China,
Pesquería, General Terán, Ciénega de Flores, Aramberri, Hidalgo, Anáhuac, Salinas
Victoria y Allende.
Finalmente el 0.9% (39,298) de los habitantes se concentran en los municipios
cuyos rangos de población van de 950 a menos de 5,000 habitantes, tales como Parás,
Melchor Ocampo, Higueras, General Treviño, Doctor Coss, Los Aldamas, Vallecillo,
Los Herreras, Rayones, Abasolo, Doctor González, Bustamante, Iturbide, Agualeguas,
Villaldama y Lampazos de Naranjo.
Como podemos observar, la población en la entidad muestra una distribución
agregada irregularmente, ya que la población urbana se concentra en unas cuantas
ciudades que conforman el área metropolitana, permaneciendo la dispersión de los
asentamientos humanos en áreas rurales. El 94% de la población del estado vive en
áreas urbanas con más de 2,500 habitantes.

Vivienda

El crecimiento urbano del área metropolitana del estado de Nuevo León ha manteni-
do un ritmo constante y actualmente podemos observar cómo las áreas verdes que
rodean el área metropolitana poco a poco han ido desapareciendo al ser tapizadas
por conjuntos habitacionales, industriales o comerciales. Del mismo modo se puede
observar cómo algunas fábricas y plantas Industriales que en un tiempo se ubicaban
fuera de la mancha urbana poco a poco han sido rodeadas por viviendas y estable-
cimientos comerciales.
El desarrollo urbano se ha dado de una manera improvisada debido a la afluen-
cia continua de inmigrantes en busca de mejores oportunidades económicas. Ante
esta situación se han generado planos reguladores para la ordenación urbanística,
incluyendo dentro de sus directrices el respeto a las amplias avenidas de tráfico rá-
pido y los circuitos funcionales que circunvalan el área metropolitana, procurando
33
el establecimiento de zonas suburbanas alejadas de las áreas industriales y de los
centros comerciales y administrativos. Por otra parte las viviendas de interés social se
construyen en la periferia. Para este propósito se han creado organismos estatales y
gubernamentales, FOMERREY (Fomento Metropolitano de Monterrey) y PROVILEON
(Promotora de la Vivienda de Nuevo León).
De acuerdo a información publicada por el INFONAVIT, el estado de Nuevo León
encabeza la lista de créditos otorgados para la adquisición de vivienda, y es la entidad
con la menor cartera vencida al respecto.
En este sentido, el total de viviendas en el estado asciende a 1, 228,288, de las
cuales, 1, 227,916 son particulares y solamente 372 colectivas. Respecto a las vivien-
das particulares 1, 014,042 son habitadas, 156,652 deshabitadas y 57,222 de uso
temporal.
Del total de viviendas particulares habitadas en el estado la mayor proporción
corresponde a Casa independiente (934,016), seguida por los Departamentos en
edificio (26,616), Vivienda o cuarto en vecindad (16,767), Vivienda o cuarto de azotea
(1,297), Local no construido para habitación (1,568), Vivienda móvil (60), Refugios
(59) y No especificado (33,659). Los ocupantes totales de las viviendas particulares
ascienden a 4, 184,688 de los cuales 2, 080,498 son hombres y 2, 104,190 mujeres.
Respecto a la disponibilidad de servicios, el 95.05% (945,767) de las viviendas par-
ticulares habitadas con características de vivienda fija (994,983) dispone de drenaje,
3.65% (36,274) no dispone de este servicio y el 1.30% no especificó. La disponibilidad
de drenaje es mediante conexión a la red pública en el 92.66% de las viviendas.
Por otra parte la disponibilidad de energía eléctrica en las viviendas es del 98.14%
(976,487), la no disponibilidad es de 0.67% (6,694) y el 1.19% (11,802) no especificó
si contaba o no con este servicio. Del mismo modo, respecto a la disponibilidad de
servicio sanitario en las viviendas particulares habitadas se registran porcentajes muy
altos, siendo del 96.99% (965,016), mientras que las que no disponen de este servicio
son el 2.05% (20,435); y el 0.96% (9,532) no especificó.
El material de construcción predominante en las viviendas es tabique y block,
mientras que en los pisos de las viviendas predomina el cemento firme: 484,462
(48.69%), seguido por el de madera, mosaico u otros materiales: 478,142 (48.05%); sin
embargo en la entidad todavía existen viviendas con piso de tierra: 23,049 (2.31%).
La disponibilidad de bienes en las viviendas es otro de los indicadores de bienestar
de la población. En este sentido, en el 97.70% de las viviendas de la entidad se dispone
de televisión, refrigerador, lavadora, computadora.

Educación

El estado de Nuevo León, consciente de que la educación es la base del éxito y el


progreso, siempre se ha preocupado por proporcionar, no sólo a estudiantes locales,
sino también de otras entidades de la república e incluso del extranjero, instrucción
académica en todos los niveles. Prueba de ello es el hecho de que en la entidad se

34
cuenta con una amplia infraestructura instalada a nivel educativo que, considerando
tanto instituciones con reconocimiento de validez oficial, como algunas escuelas
privadas, dicha infraestructura asciende a poco más de 160 de educación inicial,
2,550 de nivel preescolar, 2,574 primarias, 785 secundarias, 278 preparatorias y 51
instituciones de nivel superior. Es importante destacar que en el nivel superior la
entidad cuenta con planteles de gran antigüedad, tradición y arraigo como la Uni-
versidad Autónoma de Nuevo León (UANL) constituida en 1933 y vuelta a fundar en
1943, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) creado
en 1943 y decretado como universidad libre, que cuenta con diversos campus en di-
ferentes entidades del país, la Universidad Regiomontana (UR) fundada en 1967 y la
Universidad de Monterrey (UDEM). Otras instituciones de educación superior son: la
Universidad del Norte (UN), el Centro de Estudios Universitarios (CEU), la Universidad
Mexicana del Noreste (UMN), el Instituto Tecnológico Regional de Nuevo León (ITRNL),
la Universidad de Montemorelos (UM), el Instituto Superior de Cultura y Arte (ISCA),
impartiendo en todas ellas diferentes carreras a nivel de licenciatura, especialidades,
maestrías y doctorados.
En la entidad se dispone también de una alta red de más de 300 bibliotecas
públicas y privadas; la Biblioteca Universitaria Alfonso Reyes “Capilla Alfonsina”, la
Lic. Raúl Rangel Frías “Magna Universitaria” de la UANL, la Fray Servando Teresa de
Mier estatal, la Felipe Guerra Castro, la Benjamín Franklin y la del Magisterio, por
mencionar algunas. Además en cada una de las cabeceras municipales se cuenta con
al menos una biblioteca pública.
En las instalaciones educativas de la entidad se promueve el uso de tecnologías y
técnicas de enseñanza para fomentar la creatividad, la independencia y la participa-
ción individual y grupal, mismas que permiten crear ciudadanos desenvueltos y pro-
ductivos. En este sentido, las secundarias, secundarias técnicas y las telesecundarias
cuentan con porcentajes superiores a la media nacional en cuanto a computadoras
instaladas; asimismo, las secundarias que cuentan con Internet representan el 20.9%,
mientras que a nivel nacional es de 11.3%. Además en la entidad existen 1,320 pri-
marias que impartes clases de inglés.
Por otra parte, el personal académico de las escuelas secundarias públicas presenta
una constante capacitación y equipamiento acorde a las necesidades estudiantiles.
97.5
93.3

10 0
84.2

90
75.5

80
Porcentaje de maestros (%)

70

60
38.3

38.9

50
30.3

40
24.7

Porcentaje de maes-
19.6

20.5
19.1

30
14.7

tros en secundarias 20
públicas comparados 10
con los datos a nivel 0

nacional. Tienen computadora T e


e internet en casa
i nen formació n Años de experiencia Han tomado cur sos Nombramiento de Tienen otr o trabajo
normalista de a ctu alización base además de enseñar
PRONAP

NL País

35
El desarrollo educacional y capacitación en obreros y ejecutivos de las diferentes
empresas también está contemplado, por lo que existen varios organismos locales
encargados de impartir cursos sobre ventas, comunicación, prevención de accidentes,
producción y administración, entre otros aspectos.
La población de seis años y más en la entidad es de 3, 633,166 habitantes, que
representan el 86.51% de la población total. De esta población el 95.59% (3, 472,814)
sabe leer y escribir, mientras que el 3.97% (144,132) no, y el 0.45% (16,220) no espe-
cificó. De la población que sabe leer y escribir, el 49.70% (1, 725,935) son hombres y
el 50.30% (1, 746,879) mujeres.
La población de Nuevo León se caracteriza por presentar un alto nivel educativo,
ya que el promedio de escolaridad de la población de 15 años y más (2, 935,240) se
ha incrementado significativamente. En el 2000 fue de 8.8 mientras que en el 2005
fue de 9.5 superado sólo por el 10.2 registrado por la población del Distrito Federal,
ambos son superiores al 8.1 del promedio Nacional. Esto equivale a que la población
mayor de 15 años tiene en promedio educación de primer año de preparatoria.
En relación a esto, en la entidad se tiene que de cada 100 personas mayores de 15
años, 3 no tienen estudios, 9 estudiaron algo de primaria, 15 terminaron primaria,
4 estudiaron algo de secundaria, 28 terminaron la secundaria, 9 estudiaron algo de
preparatoria, 13 terminaron la preparatoria, 6 estudiaron algo de profesional, 12
terminaron profesional y 1 tiene algún posgrado.
Por otra parte, los indicadores de educación en los últimos 15 años han cam-
biado denotando un incremento en ésta. Por un lado la población con estudios de
posprimaria, que incluye a la población que tiene algún grado aprobado en estudios
técnicos o comerciales con primaria terminada, secundaría, educación media supe-
rior o superior, ha pasado de 57.1% en 1990 a 69.6% en el 2005. En contraparte, los
indicadores que de cierta manera señalan un retraso educacional han disminuido; la
población sin instrucción primaria pasó de 6.4% en 1990 a 3.1% en el 2005; además
la población con primaria incompleta pasó de 16.5% a 9.2% en el mismo periodo.

75 69.6
70 65.5
65
60 57.1
55
Porcentaje (%)

50
45
40
35
30
25 19 16.9 15
20
15 16.5
10 6.4 12
5 4.2 9.2
3.1
0
1990 2000 2005
Años

Sin instrucción a Primaria incompleta Primaria completa Postprimaria

Porcentajes de la Población de 15 y más años por nivel de instrucción en 1990, 2000 y 2005.

36
La población de 18 años y más con estudios superiores fue de 535,538, que represen-
tan el 19.75% de este segmento de la población. Técnicos, 27,722 (5.18%); Profesional,
475,900 (88.86%); Maestría, 28,385 (5.30%); y Doctorado 3,531 (0.66%).

Salud

Para la atención a la salud y a la asistencia social, se puede señalar que la entidad goza
de un buen estatus en este sentido, ya que se dispone de una gran infraestructura
para todas las clases sociales. En el sector público podemos mencionar al Instituto
Mexicano del Seguro Social (lMSS), los servicios de Cruz Roja y Cruz Verde, el Insti-
tuto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado de Nuevo León
(lSSSTELEON), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del
Estado (lSSSTE), la Secretaría de Salud Estatal de Salud (SES), hospitales como el Metro-
politano, Infantil de Monterrey, clínicas y maternidades. En el sector privado destacan
clínicas y hospitales como el hospital Muguerza, la Clínica Hospital Oca, el Hospital
San Vicente, la Clínica Alfa, entre muchos más con excelentes instalaciones.
Además, el sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) cuenta con al-
bergues y centros de desarrollo comunitario municipales para proporcionar servicios
asistenciales a niños, jóvenes y ancianos.
De acuerdo a cifras obtenidas en el II Conteo de Población y Vivienda 2005, realiza-
do por el INEGI, la población total con derechohabiencia a servicios de salud ascendió
a 2, 904,194, que representa el 69.16% de la población total y que es atendida por
el Seguro Social, el ISSSTE o algún otro seguro público; en contraparte el 28.08% y
el 2.76% no son derechohabientes o no especificaron contar con este servicio y son
atendidos por la Secretaría de Salud Estatal.

2700000 2 426 951


2400000
2100000
1800000
Derechohabientes

1500000
1200000
900000
600000 125 472
233 620
104 529 54 408
300000 24 027
0
PEMEX, Seguro institución otra
IMSS ISSSTE SEDENA Popular privada institución
o SEMAR

Tipo de Institución

Población derechohabiente a servicios de salud, por tipo de Institución, 2005.

37
Las principales causas de muerte son las enfermedades del corazón, el cáncer y la
diabetes, al igual que en el resto del país. Sin embargo en Nuevo León son un poco más
comunes las muertes por enfermedades del corazón, cáncer y enfermedades cerebro
vasculares, y menos comunes las provocadas por diabetes, enfermedades del hígado
o problemas en el periodo perinatal (poco antes y poco después de nacer).

Economía

En el área económica se puede considerar que Nuevo León es uno de los estados más
desarrollados de la República Mexicana ya que posee una creciente infraestructura
productiva que lo coloca en un alto nivel competitivo en lo nacional e internacional.
La actividad económica en la entidad está comprendida en 137,019 Unidades Eco-
nómicas que se distribuyen en los sectores primario (agricultura, silvicultura, caza y
pesca), secundario (industria y construcción) y terciario (comercio, servicios, gobierno
y organismos internacionales).
La actividad industrial en el estado, y particularmente la industria de la trans-
formación, es muy importante, pues ocupa uno de los primeros lugares del país. La
mayor parte de la producción se concentra en el área metropolitana de la ciudad de
Monterrey. Las principales industrias son: siderúrgica, fabricación de maquinaria,
artículos metálicos, automotriz, productos químicos, celulosa y papel, vidrio, barro,
loza, cerámica, textil, cemento, eléctrica, electrónica, curtiduría y productos de
hule, cigarros, calzado, cerveza, aceites, jabones, productos lácteos, empacadoras
de frutas, legumbres y carnes, entre otros. El sector industrial está compuesto por
gran cantidad de grupos industriales con base en Monterrey, entre los que destacan:
Cementos Mexicanos, Vitro, Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, Pulsar, y otras, las
cuales tienen plantas en diversas zonas del país. Además se han establecido com-
pañías extranjeras como ABB, Elcoteq, Mitsubishi, Alcoa-Fujikura, General Electric,
Phelps Dodge, BASF, John Deere, Pioneer, Caterpillar, Johnson & Johnson, Siemens,
Celestica, LG Electronics, Toyota Tsuho, Danfoss, Mercedez Benz y Unión Carbide.
La industria ofrece una gran variedad de alternativas. Una de ellas es la industria
cervecera, que nació en la década de los treinta. En la actualidad, la industria de esta
bebida controla 16 marcas ampliamente conocidas en el mercado mexicano. La cerveza
es una de las bebidas alcohólicas mas consumidas en nuestro país y ocupa el tercer
lugar en las exportaciones del estado. Su producción relaciona a 47 de las 74 ramas
industriales de todo el país. En su conjunto, la industria tiene 92 centros de cultivo de
cebada. Entre otras cosas la actividad genera 90 mil empleos directos, consume al año
2.6 millones de envases de vidrio y de lata, además de otras tantas toneladas de papel,
posicionando el producto en miles de centros de distribución que dan empleo indirecto
a unas 800 mil personas. La cerveza mexicana tiene una importante penetración en
los mercados de otras partes del mundo y una marca mexicana es el primer lugar en
ventas en Estados Unidos, llegándose a vender en hasta ocho dólares americanos.
Cadereyta Jiménez es una ciudad metalúrgica donde la producción de aceros es
una de las principales fuentes económicas para sus habitantes y para aquellos que
38
comercian con estos materiales. También tiene algunos yacimientos petroleros y con
una refinería de baja escala, los cuales le han ayudado a despuntar.
En lo que respecta al comercio, Monterrey, que a finales del siglo XVII empezó a
convertirse en cuarto distribuidor de mercancías extranjeras, y que en la Guerra de
Sesesión norteamericana tuvo su mayor auge, sufrió un estancamiento en la década
de los ochenta, al grado que los capitales formados en esa actividad se orientaron
a la industria. No obstante, el comercio siguió su crecimiento y modernización. Sus
principales ramas son artículos y servicios de uso personal, artículos para el hogar y
uso comercial, bienes raíces, alimentos y bebidas, productos y equipos para la salud,
construcción y transporte.

70.0
60.0
Participación (%)

50.0
40.0
Porcentaje
de población 30.0
ocupada de 20.0
14 años y más 10.0
por Sector 0.0
de Actividad 1998 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007
Económica
Años
1998-2004.
ENOE, 2007.
Primario Secundario Terciario No especificado

De acuerdo a cifras generadas por la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo


(ENOE, 2007), se estima que la población mayor de 14 años en el estado de Nuevo
León asciende a 3, 199,730 personas de las cuales el 62.6% (2, 001,983) corresponde
a la Población Económicamente Activa (PEA) y el 37.4% (1, 187,747) a la Población No
Económicamente Activa (PNEA).
La Población Económicamente Activa se refiere a las personas que se ocupan
regularmente en una actividad productiva o que intentaron hacerlo en el último mes;
de ésta, el 95.5% (1, 911,126) corresponde a la Población Ocupada y solamente el
4.5% (90,857) a la Población Desocupada. Es importante destacar que, de acuerdo a la
rama de actividad, la mayor cantidad de la población ocupada se concentra en la rama
económica de los Servicios, con un total de 805,974 personas, seguida por las que se
ocupan en la industria, con 447,372 personas, y el comercio, con 367,334 personas
ocupadas, cifras que representan el 42.2%, 23.4% y 19.2%, respectivamente, de la
población ocupada. En contraparte, el menor porcentaje de ocupación se presenta
en la rama de las actividades agropecuarias.

39
900 000
800 000
700 000

Personal Ocupado
600 000
500 000
400 000
Población
300 000
Ocupada
de 14 años 200 000
y más por 100 000
Rama de 0
Actividad 1998 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007
Económica.
Años
1998 a 2007.
Actividades agropecuarias Industria Construcción
Comercio Servicios Gobierno
No especificado

Es característico también de Nuevo León que la mayor proporción de la Población


Ocupada, según la ocupación principal, se presenta en los trabajadores industriales,
artesanos y ayudantes con el 30.5%, seguido por los comerciantes (15.9%), los tra-
bajadores en servicios personales (13.4%), los oficinistas (12.4%) y los profesionales,
técnicos y trabajadores del arte (10.9%).

800,000
700,000
600,000
500,000
400,000
300,000
200,000
100,000
Personal 0
ocupado por
o
s

es
s

s
os

tamaño de la
ña

rn
na

tro
nd
icr

ie
ue

ia

empresa
ob
ra
M

ed
q

G
Pe

G
M

La mayor cantidad de personas empleadas se presenta en microempresas, seguidas


por pequeñas empresas y las grandes empresas.

40
Respecto al nivel de ingreso, el 75.7% de la población ocupada recibe más de 2
salarios mínimos, por lo que los trabajadores del área metropolitana de Monterrey
Nuevo León están recibiendo más de $100.00 diarios, ya que de acuerdo con la Comi-
sión Nacional de Salarios Mínimos a partir del 1 de enero del 2008 el salario mínimo
es de $50.96 pesos en el Área Metropolitana, mientras que en el resto del estado,
éste es de $49.50 pesos.

No especificado 7.0

No recibe ingresos 5.1

Más de 5 salarios mínimos 12.3

Más de 3 hasta 5 salarios mínimos 20.6

Más de 2 hasta 3 salarios mínimos 30.2


Distribución por-
centual de la Po- Más de 1 hasta 2 salarios mínimos 14.2
blación Ocupada
de 14 años y más Hasta un salario mínimo 10.7
por nivel de ingre-
so, 2007.
0 5 10 15 20 25 30 35

El Producto Interno Bruto (PIB) durante el 2007 fue de 830,668 millones de pesos a
precios corrientes, cifra que representa un 7.73% del Producto Nacional y que es supe-
rado solamente por el 17.47% que aporta el Distrito Federal y el 8.92% de México.

1000000

750000
Millones de pesos

500000

250000
Crecimiento del
PIB del 2003 al 0
2007 en la entidad. 2003 2004 2005 2006 2007
Años

Cerca del 70% de la contribución del PIB a la economía de la entidad en el 2007, estuvo
dada principalmente por las actividades desarrolladas en cinco de los sectores econó-

41
micos que, en orden de importancia, fueron: la Industria manufacturera con 219, 112
millones de pesos (26.38%), seguida del Comercio, que aporta 129, 202 millones (14.35%),
la Construcción con 89, 137 millones (10.73%), los Servicios inmobiliarios y de alquiler
de bienes muebles e intangibles con 78, 250 millones (9.42%) y Transportes, correos y
almacenamiento con 66, 658 millones (8.02%).

Zonas de producción agrícola bajo riesgo y temporal, en el


estado de Nuevo León. (OEIDRUS)
.

Respecto al sector primario de la economía se puede decir que en el estado es poca la


actividad. De la superficie total del estado, que es de 64,555 km², el 6.1% (392,415 ha)
se dedica a la agricultura, estando tal porcentaje dividido en 66.7% (261,923) bajo con-
diciones de temporal y 33.3% (130,492) bajo riego. Esta superficie agrícola se encuentra
distribuida en los 51 municipios que conforman el estado de Nuevo León, observándose
(Mapa 1) que en los municipios del centro-norte se concentra la agricultura bajo riego,
mientras que en el centro-sur se presenta la agricultura de temporal.

Los principales cultivos en el estado son:

Mandarina. Nuevo León ocupa el tercer lugar nacional en su producción, al aportar


el 17% del volumen de este cultivo. En la producción estatal éste representa el 1%
del volumen total y 2% del valor total. El rendimiento promedio oscila en 14t/ha.
Los municipios con producción de este cultivo son Montemorelos, General Terán,
Cadereyta y Linares.

Manzana. Nuevo León ocupa el sexto lugar, al producir el 1% de la producción nacional.


En la producción estatal este cultivo representa el 0.1% del volumen total y 1% del
valor total. El rendimiento promedio oscila en 4t/ha. Los municipios con producción
de este cultivo son Galeana, Aramberri, General Zaragoza, y Santiago.

42
Naranja. Nuevo León ocupa el cuarto lugar nacional en la producción de naranja, al
aportar en 8% del volumen de este cultivo en el país. En la producción estatal este cultivo
representa el 8% del volumen total y 14% del valor total. El rendimiento promedio oscila
en 13t/ha. Los municipios con producción de este cultivo son Montemorelos, General
Terán, Cadereyta Jiménez, Linares, Allende y Santiago.

Nuez. Nuevo León es el quinto productor de nuez en el país, con el 3% de la produc-


ción nacional. En la producción estatal este cultivo representa el 0.1% del volumen
total y 2% del valor total. El rendimiento promedio oscila en 1t/ha. Los municipios
con mayor producción son Rayones y Bustamante.

Papa. Nuevo León se distingue a nivel nacional como el sexto productor de papa más
importante del país, aportando el 8% del volumen de la producción de México. En la
producción estatal este cultivo representa el 3% del volumen total y el 24% del valor
total. El rendimiento promedio oscila en 33t/ha. Los municipios que producen este
cultivo son Galeana y Aramberri.

Pastos. Nuevo León ocupa el noveno lugar nacional en la producción de pastos, al


aportar el 4% del volumen de producción en el país. En la producción estatal los
pastos representan el 59% del volumen total y el 26% del valor total. El rendimiento
promedio oscila en 14t/ha. Este cultivo se presenta en la mayoría de los municipios
del centro norte de Nuevo León, destacando por su producción China y Anáhuac.

Sorgo forrajero. Nuevo León ocupa el cuarto lugar nacional en la producción de sorgo
forrajero, al aportar el 9% del volumen de este cultivo en el país. En la producción
estatal este cultivo representa el 12% del volumen total y 4% del valor total. El ren-
dimiento promedio oscila en 19t/ha. Este cultivo se presenta en la mayoría de los
municipios del centro norte de Nuevo León, destacando por su producción General
Terán, Montemorelos y Linares.

Sorgo grano. Nuevo León ocupa el noveno lugar nacional en la producción de sorgo gra-
no, al aportar el 1% del volumen de este cultivo en el país. En la producción estatal este
cultivo representa el 2% del volumen total y 5% del valor total. El rendimiento promedio
estatal oscila en 3t/ha. Este cultivo se presenta en los municipios ubicados al este del
estado, destacando por su producción Pesquería, Los Ramones y General Terán.

Toronja. Nuevo León es el cuarto productor de toronja en el país, al producir el 8%


de la producción nacional. En la producción estatal este cultivo representa el 1% del
volumen total y 1% del valor total. El rendimiento promedio oscila en 14t/ha. Mon-
temorelos, General Terán, Cadereyta Jiménez, Linares e Iturbide.

Trigo grano. Nuevo León es el noveno productor de trigo grano en el país, con el 2%
de la producción nacional. En la producción estatal este cultivo representa el 2% del
volumen total y 5% del valor total. El rendimiento promedio oscila en 2t/ha. Desta-
43
can por su volumen de producción los municipios de General Terán, Los Ramones y
Pesquería.
Los productos agrícolas más extendidos en el estado son los cítricos, principalmente
la naranja, cultivada en Montemorelos, Linares, Hualahuises, General Terán, Allende,
Santiago y Cadereyta; además, se planta maíz, sorgo, frijol, trigo, alfalfa, cebada y papa;
entre otros frutales cabe citar el aguacate, la manzana y el perón.
Los cítricos representan el frutal más importante en México por su superficie, la cual
es superior a las 460 mil hectáreas, con casi 25 millones de jornales al año. En Nuevo
León (región centro) reviste también gran importancia, ya que existen 32 mil hectá-
reas establecidas y una generación de jornales de más de 2 millones al año. La región
citrícola del noreste de México se encuentra ubicada al pie de la Sierra Madre Oriental
desde la parte sur del área metropolitana de Monterrey hasta el límite sur de la sierra
de Tamaulipas. Existen más de 200,000 has. agrícolas, y la mitad de dicha superficie es
ocupada por el cultivo de maíz bajo condiciones de temporal. En esta región se observa
una tendencia de reducción de la producción maicera, un estatismo en la producción
de naranja y una gran expansión del cultivo del sorgo y de la cría de bovinos.

Zona de producción ganadera en el estado de


Nuevo León (OEIDRUS).

Por otra parte, la ganadería es una actividad de mayor representatividad en el estado


ya que el 85.8% (5 535 938 ha) de la superficie se dedica a esta actividad, dividiéndose
en 90.1% (4, 990,301 ha) agostadero y 9.9% (545,637 ha) praderas. Esta actividad se
presenta en la mayoría de los municipios (Mapa 2) observándose que en los munici-

44
pios del norte se concentran las praderas. Las principales especies que se producen
en la entidad son: bovinos, porcinos, ovinos y caprinos.
En esta entidad también se realiza la cría de otras especies como porcinos, prin-
cipalmente en los municipios alejados del área metropolitana. Esta producción de
porcinos asciende a 26, 444 vientres. Los municipios que reportan una producción
mayor a los 1 000 vientres son, en orden de aportación, Cadereyta (8,240), Dr.
González (3,328), General Zuazua (2,715), Allende (2,009), Salinas Victoria (1,897),
Montemorelos (1,558), Pesquería (1,150) y Ciénega de Flores (1,000).
El inventario de aves reproductoras asciende a 370,560 aves, distribuidas en seis
municipios: Galeana (240,000), Dr. González (79,000), Allende (22,260), Montemo-
relos (14,300), Linares (13,000) y Pesquería (2,000). Además existen en la entidad 95
granjas de engorda de pollo distribuidas en 25 municipios con una población total
de 10, 248,621, de los cuales, Salinas Victoria, Marín y Pesquería presentan la mayor
cantidad de granjas
Existen también 89 granjas de aves de postura comercial con una producción
actual de 5, 558,376. Éstas se concentran en 10 municipios destacando Allende,
Montemorelos, Mina y Cadereyta Jiménez.

Recreación y cultura

El estado de Nuevo León cuenta con gran cantidad de sitios recreativos y culturales
a través de sus diferentes municipios.
En el municipio de Abasolo, en el Templo de la Advocación de Nuestra Señora de
Guadalupe, se presume con orgullo un óleo del siglo XVIII de la Virgen de Guadalupe
de José C. Alcívar, quien fuera discípulo de Miguel Cabrera.
En Aramberri, municipio ubicado al sur de Nuevo León, conocido también como
“El Paraíso del Sur”, se pueden encontrar atractivos naturales y pinturas rupestres
en áreas de descanso en las riberas del Río Blanco.

Grutas de Bustamante,
Nuevo León. (Gobierno
de Nuevo León).

Bustamante es un lugar privilegiado por su ubicación al noroeste del estado, en-


tre el cañón y la Sierra de Gomas, y la Sierra Morena. Las grutas de Bustamante son
famosas en todo México, sus zonas accesibles pueden ser visitadas por los turistas.
45
Algunos de sus pozos y cavernas son interminables y son consideradas sólo para
expertos en rappel o descensos en cuerdas.
Galeana con sus 1, 655 metros sobre el nivel del mar, cuenta con uno de los mejores
climas del estado. Por su orografía peculiar, el municipio más grande del estado, tiene
una extensión mayor de 7, 150 km, que se caracteriza por una gran variedad de flora
y fauna. La Laguna de Labradores es el sitio ideal para los aficionados a la pesca.
García, actualmente es un municipio próspero con grandes expectativas de
crecimiento. Sus grutas, con una antigüedad de 500 mil años, son el paseo familiar
obligado de todo turista que desea conocer el estado. Además de sus extraordinarias
formaciones de estalactitas y estalagmitas, conchas y caracoles pueden ser observados
en las paredes de varias secciones. Por su cercanía a Monterrey, García es uno de los
municipios con mayor plusvalía. Sus casonas de principios del siglo pasado son parte
del colorido y la elegancia norestense de esta región.
San Pedro Garza García, conocido como el municipio modelo, se destaca diaria-
mente por su gran crecimiento urbano y comercial. Es el sitio ideal para estar cerca
de la naturaleza, ir de compras, bailar en un antro o simplemente comer en algún
restaurante. Es el sitio favorito de los golfistas, ciclistas y excursionistas, quienes
tienen en Chipinque un paraíso inigualable para descubrir.

El Salto, Zaragoza, Nuevo León.


Biól. Joel Francisco Ortega
Pimienta

General Zaragoza, ubicado al sur del estado de Nuevo León, tiene una historia
que se remonta al siglo XVII, con las visitas de los frailes españoles. Su clima es ideal
para tomar vacaciones en verano o cualquier época del año. La famosa caída de agua
conocida como El Salto, es el atractivo principal de este lugar que atrae a cientos de
turistas nacionales y extranjeros.
Linares cuenta con otra ciudad de la entidad con atractivo turístico, la Ciudad de
Linares, fundada en 1712. Se localiza en la parte sureste del estado. Es uno de los
municipios más característicos de Nuevo León por su producción de dulces de leche
y por las historias de magos y brujos que la hacen una ciudad llena de misticismo y

46
magia. La ciudad se erige entre edificios públicos y religiosos con una arquitectura
sobria pero con un aire único en la zona. En esta urbe siempre hay mucho por hacer
y por ver, ya sea en alguna de sus fiestas tradicionales o en alguno de sus múltiples
espacios para la recreación.

Museo de Mina, Nuevo


León. (Gobierno del Esta-
do de Nuevo León).

Mina, el municipio de Mina ha sido popular por los seguidores del fidencismo,
se ubica en la localidad de Espinazo, donde el Niño Fidencio hacía milagrosas cura-
ciones en los años 30. Sus tierras son prodigiosas y guardan los vestigios de miles de
petroglifos de antiguas civilizaciones indígenas. Los hallazgos de fósiles de mamut le
dieron un nuevo auge al Municipio, con la creación del museo Bernabé de las Casas
que recibe cada semana a cientos de visitantes.

Faro del Comercio y Catedral


de Monterrey, Nuevo León.
(Gobierno del Estado de
Nuevo León).

Monterrey, capital de Nuevo León. También conocida como La Ciudad de las


Montañas y más recientemente como la Ciudad del Conocimiento, es una fortaleza
que está enmarcada por el Cerro de la Silla, la Loma Larga, el Topo Chico, el Cerro
de las Mitras y la Sierra Madre Oriental. Monterrey es una ciudad vanguardista, con
atractivos turísticos y culturales, siempre sorprendiendo a sus visitantes con modernos
conceptos como el de la arquitectura industrial, que se puede apreciar en el Parque
Fundidora. Este proyecto representa todo un ícono para la ciudad, toda vez que fue
escenario del auge económico de la localidad gracias a su producción de acero.

47
En lo que fue una de las fundidoras de Monterrey, edificada en 1900, se encuentra
un parque público que intenta emular con un sello propio y definido, un concepto que
engloba descanso, deporte, entretenimiento, actividades de formación, exposiciones
comerciales y empresariales, arte y cultura. El Parque Fundidora se encuentra asen-
tado en lo que fuera el primer alto horno de América Latina. Una de sus chimeneas
se conserva intacta y es apreciada como una pieza de arqueología industrial.

Cerro de la Silla Monterrey, Nuevo


León. Biól. Joel Francisco Ortega
Pimienta

La zona alberga a la filmoteca de Nuevo León, una sala con capacidad para espectácu-
los multimedia, una pinacoteca con dos salas de exhibición, un espacio para talleres
infantiles y un teatro con 350 butacas.
El complejo cuenta con lugares para descanso y recreación, como los dos ojos
de agua, el Lago Aceración, un imponente estanque de 2.5 hectáreas, y el Raje, una
obra que data de 1950, producto de la búsqueda de los manantiales necesarios para
mantener la industria del acero.
La ciudad ofrece múltiples opciones de paseo, como las rutas turísticas del Barrio
Antiguo, el Callejón Cultural y una amplia gama de servicios de ecoturismo y turismo
de aventura. Ésta es una palpitante comunidad llena de importantes negocios así
como de espectáculos y vida nocturna.
En la entidad, la carne es el platillo principal en la dieta de los nuevoleoneses, y
los cortes propios de la región, son un orgullo de la ganadería de esta localidad, como
la arrachera, o la carne asada. A diferencia del centro del país, las salsas tienen un
toque más suave, están aderezadas con cominos y chiles secos no tan picantes que
buscan ser un complemento importante. La tortilla tradicional es la de harina con
la que se crean enormes sabanas que sirven de preámbulo para preparar deliciosos
burritos con frijoles, carne y queso.
El conjunto cuenta con varios hoteles, los cuales representan afamadas firmas de
hospedaje que se caracterizan por ofrecer los mejores servicios: Internet inalámbri-
co, gimnasios, albercas, bares, restaurantes y centros de negocios, para resolver las
necesidades de los inversionistas que visitan la ciudad.

48
Estos hoteles tienen, además, la ventaja de situarse muy cerca del centro de
convenciones de la localidad, lo que da un valor agregado a este tipo de estancias.
El corredor turístico de la ciudad de Monterrey cuenta con un buen número de
servicios de hospedaje para todos los bolsillos y las necesidades del viajero de negocios
o de placer.

La Estanzuela, Santa Catarina, Nuevo León. Biól. Joel Francis-


co Ortega Pimienta

Santa Catarina con su escultura La Puerta de Monterrey les da la bienvenida a


todos los visitantes que llegan por carretera. La Huasteca, paisaje único en Santa Ca-
tarina, una zona predominantemente habitada por chichimecas, es un valle bañado
por las corrientes del Río Santa Catarina y otras pequeñas precipitaciones pluviales.
Cuenta con un clima y naturaleza que le permite atraer turistas a la serranía de la
Huasteca.
Entre sus atractivos destacan el Templo de Santa Catarina Mártir, una edificación
que data del siglo XIX, y la fábrica textil La Fama de Nuevo León, así como el impre-
sionante cañón de la Huasteca: una formación natural que llama la atención por la
falta de flora, sus cortes verticales, sus formas y un arco formado en la cúspide que
cuenta con interesantes petroglifos.
En la zona se logra disfrutar de un parque ecológico y dos balnearios que cuentan
con servicio de albercas y asadores.

Potrero Chico, Hidalgo, Nuevo León. Biól.


Joel Ortega Pimienta

49
Para las personas que gustan del turismo de aventura y la escalada en roca, la lo-
calidad ofrece otro atractivo llamado Potrero Chico, un parque recreativo en el que
es posible practicar el ascenso a las formaciones rocosas bajo normas de seguridad
muy bien establecidas.

Santiago, Nuevo León. (Go-


bierno del Estado de Nuevo
León).

Santiago es considerado como el nuevo desarrollo urbano preferido por los neo-
leoneses. Para los visitantes el fin de semana es obligado a visitar el pueblo, con sus
restaurantes típicos y de comida internacional, los balnearios y comprar artesanías
de la región. La Presa de la Boca, la Cola de Caballo y otros sitios son visitados todos
los días por turistas extranjeros y mexicanos.

Referencias bibliográficas

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desarrollo agropecuario de Nuevo León, Mexico.
Corporación para el Desarrollo Agropecuario con datos de la Dirección Pecuaria de la CDANL y de la Unión
Regional de Porcicultores de Nuevo León. (Septiembre 2008). Título del documento consultado.
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Secreteria de Gobernación 2005
(www.e-loera.gob.mx/elloc_encicolpedia)
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Disponible en: http://www.nl.gob.mx
Sección Amarilla. 2009. Turismo Nuevo León, México.
Disponible en:
http://www.seccionamarilla.com.mx/LocalDirectoryPage.aspx?localDirectoryPageId=78&IdEstado=N
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Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. 2009.
Oficina Estatal de Información para el Desarrollo Rural Sustentable (OEIDRUS). Producción Agrícola y
Pecuaria. Disponible en: http://www.oeidrus-nl.gob.mx/oeidrus/index.php

50
FLORA SILVESTRE DE NUEVO LEÓN

Velazco-Macías CGa*, Alanís-Flores GJ b Foroughbakhch-Pournavab Rc, Alvarado-Vázquez MAc


a
Parques y Vida Silvestre de Nuevo León, Av. Eugenio Garza Sada # 6604, Col. Lagos del
Bosque, C.P. 64890, Monterrey, Nuevo León, México. bDepartamento de Ecología, cDeparta-
mento de Botánica, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de Nuevo León,
Ave. Pedro de Alba s/n, Ciudad Universitaria C.P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo
León, México.
* carlos.velazco@gmail.com

Resumen

H
asta el año 2008 el estado de Nuevo León contaba con un listado florístico
que data de 1965 en el que tan sólo se enlistaban cerca de 1,500 especies
de plantas vasculares, mientras que hoy en día la cifra oficial de especies de
plantas vasculares rebasa las 3,100, con estimaciones que podrían llegar a más de
3,350 especies. Asimismo, existen datos e información referente a la flora del estado,
que abarcan un periodo que sobrepasa ya un siglo. Mucha de esta información se
encuentra depositada en tesis de licenciatura o postgrado de las Facultades de Ciencias
Biológicas y Ciencias Forestales de la Universidad Autónoma de Nuevo León. El presen-
te trabajo plantea un resumen actualizado de dicha información mediante la revisión
bibliográfica y el uso de bases de datos de la Comisión Nacional para el Conocimiento
y Uso de la Biodiversidad en donde se compila la información curatorial de ejemplares
de flora conservados en 35 instituciones nacionales e internacionales. Se obtiene así
un nuevo panorama florístico para el estado. La flora vascular de Nuevo León está
integrada por 159 familias, 1,034 géneros, 3,181 especies y 109 taxa infraespecíficos.
Para el grupo de los helechos se registran 9 familias, 38 géneros, 134 especies y 2 taxa
infraespecíficos; en las Pinophyta se presentan 4 familias, 11 géneros y 41 especies.
En el grupo de las plantas con flor se registran para las Liliopsida (monocotiledóneas)
19 familias, 180 géneros, 562 especies y 18 taxa infraespecíficos. Por ultimo, el grupo
magnoliopsida (dicotiledóneas) incluye 126 familias, 805 géneros, 2,444 especies y 89
taxa infraespecíficos. Las familias con mayor diversidad son: Asteraceae (148 géneros
y 481 especies), Poaceae (97 géneros y 301 especies), Fabaceae (76 géneros y 258
especies), Cactaceae (37 géneros y 139 especies) y Euphorbiaceae (15 géneros y 85
especies); por otra parte, los 10 géneros con mayor número de especies son Euphorbia
(Euphorbiaceae / 58 especies), Salvia (Lamiaceae / 38 especies), Quercus (Fagaceae
/ 37 especies), Dalea (Fabaceae / 29 especies), Ageratina (Asteraceae / 28 especies),

51
Senecio (Asteraceae / 27 especies), Coryphantha (Cactaceae / 24 especies), Muhlen-
bergia (Poaceae / 23 especies), Mammillaria (Fabaceae / 21 especies) y Eragrostis
de la familia Poaceae con 18 especies. La flora de Nuevo León es una aportación
importante al conocimiento florístico de México, la cual en conjunto con la flora de
los estados de Coahuila y Texas permitirá la toma de decisiones fundamentadas en lo
respectivo al manejo y conservación de los recursos naturales. Se prevé un incremento
en el número de especies presentes, el cual se estima superará las 3,000 conforme se
estudien en detalle regiones hasta ahora poco colectadas y se haga énfasis en cada
una de las familias que integran la flora.

Introducción

México ha sido catalogado como un país megadiverso, estimándose que ocupa el 4°


lugar mundial con respecto a la riqueza florística (Mittermeier et al., 1997; Villaseñor,
2003). La riqueza estimada para esta diversidad florística es de casi 23,000 especies
de plantas vasculares (Rzedowski, 1998) incluidas en 2,804 géneros y 304 familias
(Villaseñor, 2004). Esta diversidad se atribuye a factores físicos tales como la orografía,
climas, hidrología y la ubicación de México entre los reinos biogeográficos neártico y
neotropical (Rzedowski, 1978).
A pesar de que el país cuenta con más de 2.3 millones de colectas botánicas y existen
numerosas floras regionales, aún no se cuenta con una flora nacional y se estima que
un 30% del territorio no está incluido en algún estudio florístico formal (Sosa y Dávila,
1994). La necesidad de documentar la flora es fundamental para respaldar numerosas
investigaciones biológicas, tanto básicas como aplicadas (Vázquez-García et al., 2004).
Para el estado de Nuevo León se registraban aproximadamente 2,382 especies de
plantas vasculares en una superficie de cerca de 65,000 km2 (Alanís Flores, 1996), sin
embargo, estas estimaciones solamente están respaldadas por registros de literatura y
no por ejemplares depositados en herbarios. Hoy en día la riqueza florística de Nuevo
León supera las 3,100 especies de plantas vasculares (Villarreal y Estrada, 2008) y aún
se presentan nuevos retos y metas por cumplir en cuanto a la investigación florística se
refiere. Entre estos destacan: el profundizar en el conocimiento de las especies endémicas
y de distribución restringida, la ilustración de las especies a través de medios digitales y
las relaciones que guarda la flora con otras especies tanto animales como de plantas.

Material y método

A través de una extensa revisión bibliográfica se integra la historia relativa a la inves-


tigación florística de Nuevo León, se presenta una narrativa que resume los diversos
trabajos que fueron compilados, los cuales fueron agrupados en los siguientes rubros:
1) Primeros Estudios Botánicos para Nuevo León, 2) Estudios Botánicos Puntuales, 3)
Estudios Botánicos Específicos de Municipios de Nuevo León, 4) Estudios Botánicos
Dirigidos a Zonas de Importancia para la Conservación, 5) Estudios Dirigidos a Grupos
52
Taxonómicos Específicos (pteridofitas, gimnospermas, liliopsida y magnoliopsida), y
6) Descripción de Nuevas Especies en Nuevo León. Se integran también resultados
parciales derivados del trabajo doctoral “Análisis florístico del estado de Nuevo León”
(Velazco Macías, 2009).

Resultados

Primeros Estudios Botánicos para Nuevo León

La acumulación del conocimiento botánico en el noreste de México dio comienzo


mucho antes de la llegada de los españoles, esto se atestigua en diversas crónicas
escritas por los mismos exploradores españoles en las que se narran de manera breve
e ilustrativa los usos alimenticios que daban las tribus nativas a las especies de flora
locales (De León, 1649 y Chapa, 1685). No fue sino hasta después de la consumación
de la Independencia que se iniciaron estudios un poco más formales por parte de
diversos científicos extranjeros y nacionales en los que se compila información florís-
tica y de vegetación (Wislizenus, 1848; Berlandier y Chovel, 1850; Berlandier, 1857;
Emory, 1957; McWhood, 1983). Para finales del siglo XIX y principios del XX el notable
botánico Cyrus G. Pringle realiza un extenso trabajo de colecta florística en el estado,
principalmente en Monterrey y sus alrededores, en localidades como el Cerro del
Obispado, Cerro de las Mitras, Cerro de la Silla y en la Sierra Madre, en sitios como
Caja Pinta, El Carrizo y el Cañón del Diente (Pringle, 1888, 1890; Watson, 1890, 1891;
Davis, 1936; Dampf, 1940). Sin embargo, no es sino hasta finales del siglo XIX cuando
por primera vez se realiza un listado florístico para Nuevo León en donde se mencionan
principalmente las plantas útiles en la ciudad de Monterrey y sus inmediaciones, en
donde se incluye un total de 378 especies, 160 silvestres y 218 cultivadas (González,
1873, 1874 y 1888); y para principios de la segunda mitad del siglo XX se compila un
listado florístico con mejores bases científicas en donde se incluyen 148 familias de
plantas vasculares, con un total de 1,484 especies o categorías subespecíficas en 657
géneros (Rojas-Mendoza, 1965).

Estudios Botánicos Puntuales

De forma específica se han realizado estudios puntuales sobre vegetación y florística


en áreas o zonas restringidas no limitadas a zonas geopolíticas, por ejemplo, tenemos
que se realiza un estudio comparativo en tres áreas salinas en los municipios de Mina,
Los Ramones y Galeana, en donde se analiza la vegetación, los rasgos climáticos y
edáficos. Este estudio aporta un listado de flora con 86 especies, distribuidas en 27
familias y 71 géneros (Marroquín de la Fuente, 1959); en otro estudio del matorral
submontano en los alrededores de Monterrey se identifican 55 familias, 135 géneros
y 174 especies (Gutiérrez-Lobatos, 1970) y en un estudio similar se realiza una compa-

53
ración utilizando comunidades de matorral submontano en el municipio de Santiago,
enfatizando las diferencias entre una comunidad clímax, una de cinco años y una de
cinco meses de edad; encontrándose en la comunidad clímax 51 especies distribuidas
en 25 familias y 49 géneros, mientras que la comunidad de cinco años de edad presentó
16 familias, 33 géneros y 37 especies; por último fueron encontradas 18 familias, 36
géneros y 38 especies en la comunidad de cinco meses de edad (Melgoza-Castillo,
1977). Un trabajo en el municipio de Anáhuac, en tres ejidos distintos, describe tres
comunidades vegetales e incluye un listado florístico de especies con 28 familias
con 71 géneros y 72 especies, teniendo a las leguminosas, gramíneas y cactáceas
como las familias con mayor número de especies (García-Alanís, 1982). Al utilizar
procesos de percepción remota y verificación de campo se analiza la vegetación del
río Cabezones-Conchos en el municipio de Linares, dando como resultado un listado
florístico con 126 especies, 100 géneros y 46 familias (Cavazos-Camacho, 1997). Un
estudio sobre las especies de cactáceas presentes en el matorral de Pinus catarinae
en los municipios de Santa Catarina y García, muestran un total de 48 especies de
flora y 21 familias, entre las que destacan 22 especies de cactáceas distribuidas en
11 géneros (Velazco-Macías, 1999). Por su parte, Silva-Rodríguez (2007) llevó a cabo
un estudio sobre la composición florística, estructura de la vegetación y algunos pa-
rámetros ecológicos de los mezquitales del centro y norte del estado registrándose
193 especies, 151 géneros y 51 familias.

Estudios Botánicos Específicos de Municipios de Nuevo León

Entre los estudios enfocados a la vegetación y flora de un municipio específico dentro


del estado, tenemos que en el municipio de Mina se estudia su vegetación, sus ca-
racterísticas y condiciones ecológicas en las que se desarrolla, determinándose siete
tipos distintos de vegetación y el listado florístico incluye 123 especies, 74 géneros y
37 familias (Rodríguez-Guajardo, 1974). En el municipio de Los Ramones, se describen
cinco tipos de vegetación de acuerdo a la clasificación de Miranda y Hernández X.,
proporcionándose una breve descripción de cada uno de ellos y presentando anotacio-
nes sobre su distribución y condiciones en el municipio (Villarreal-Quintanilla, 1979).
En el municipio de Santiago se describen 6 tipos de vegetación con su localización,
condiciones del medio, características fisonómicas y estructurales, composición florís-
tica, variantes y transiciones (Váldez-Támez, 1981). El municipio de Parás cuenta con
un trabajo de investigación en donde se determinan 6 tipos de vegetación utilizando
los mismos criterios que Villarreal-Quintanilla (1979), la lista de especies registradas
comprende 165 especies incluidas en 124 géneros y 50 familias (Marmolejo-Monsivais,
1982). Para el municipio de Lampazos de Naranjo, se realiza un estudio sinecológico
y florístico utilizando la fotointerpretación, se proponen siete tipos de vegetación y
registran 543 especies y cinco variedades de flora en 89 familias, las familias con mayor
número de especies son las gramíneas, compuestas y leguminosas (Briones-Villarreal,
1984). En el municipio de General Zaragoza, se registran ocho tipos de vegetación

54
con 323 especies en 171 géneros y 65 familias (Treviño-Garza, 1984). En el municipio
de Santiago se realizó un estudio para el desarrollo de estrategias para la conserva-
ción de la diversidad florística, encontrándose 10 tipos de vegetación entre los que
destacan el matorral de coníferas integrado por Pinus culminicola y bosque mesófilo
de montaña; se registran además 375 especies en 260 géneros y 89 familias (Váldez-
Támez, 2002). Por último, para el municipio de Cadereyta Jiménez, se caracterizan
cinco tipos diferentes de vegetación y se localiza un relicto de bosque de Pinus teocote
en una localidad del municipio; además se genera cartografía digital para observar la
distribución espacial de los tipos de vegetación (Villalón-Moreno, 2003).

Estudios Botánicos Dirigidos a Zonas de Importancia para la Conservación.

Existen algunas investigaciones dirigidas a zonas o áreas geográficas que representan


importancia para la conservación de ecosistemas o que bien hoy en día están decla-
radas como Áreas Naturales Protegidas (Peródico Oficial del estado, 2000); tal es el
caso de la Sierra de la Silla, donde se hace una descripción y análisis florístico de las
unidades sinecológicas, describiéndose tres tipos de vegetación y generándose un lista
de flora con 263 especies incluidas en 208 géneros y 65 familias (Montoya-Rodríguez,
1982). Otro estudio realizado en 1984 acerca de las unidades fisonómico-florísticas
de la Sierra Las Mitras registró 330 especies, 267 géneros y 76 familias, de las cuales
destacan con mayor número de especies las compuestas (43 sp), leguminosas (32 sp)
y gramíneas (25 sp) (Ramírez-Álvarez, 1984). En el Cerro El Potosí, en el municipio de
Galeana, se analizaron su flora y vegetación, registrándose 26 familias, 54 géneros y
64 especies en cuatro diferentes comunidades vegetales (García-Arévalo, 1989). En
el Parque Natural La Estanzuela se realizó un estudio en las comunidades riparias del
Arroyo El Calabozo, registrándose 55 familias, 93 géneros y 107 especies; las fami-
lias con mejor representación son Asteraceae, Polypodiaceae, Fabaceae y Labiatae
(Ontiveros-Rodríguez, 1999). En la sierra de San Antonio Peña Nevada, municipio de
General Zaragoza, se llevó a cabo la caracterización de las comunidades de bosque de
pino y chaparral, registrándose entre las dos comunidades 81 especies, 63 géneros y 27
familias (Gérez-Hernández, 2003), mientras que al caracterizarse el bosque de oyamel
de esa misma localidad se reportan 54 especies, 44 géneros y 27 familias (Balderas-
García, 2004). Se realiza un estudio florístico y etnobotánico de la vertiente norte de
la Sierra Picachos, en donde se determinan cuatro tipos de vegetación y se reportan
231 especies, 178 géneros y 73 familias, siendo las mejor representadas Asteraceae
con 24 especies y Fabaceae con 19 especies. Del total de plantas vasculares, 116 se
reportan con algún tipo de uso por parte de los habitantes (Ramos-Silva, 2004). En
el Parque Nacional Cumbres de Monterrey, se realiza un estudio etnobotánico en
el cual se registran con algún tipo de uso por parte de los habitantes locales 240
especies en 170 géneros y 69 familias (Estrada et al., 2007). En el Área Natural Pro-
tegida estatal “Sierra Corral de los Bandidos” ubicada en el municipio de García se
registran 145 especies, 105 géneros y 42 familias, de las cuales las más importantes

55
por el número de especies son: Cactaceae (32 spp), Asteraceae (20 spp), Poaceae (16
spp) y Euphorbiaceae (9 spp) (Carmona-Lara, 2008). Por otro lado, en este mismo
estudio se reportan para otra Área Natural Protegida estatal denominada “Sierra El
Fraile y San Miguel”, un total de 175 especies, 119 géneros y 42 familias, siendo las
que presentan mayor número de especies: Cactaceae (42 spp), Asteraceae (19 spp),
Poaceae (15 spp) y Euphorbiaceae y Mimosaceae (9 spp). Sin embargo, para el ANP
“Sierra Corral de los Bandidos” se han reportado una menor cantidad de especies
para la familia Cactaceae, 24 en total, incluidas en 13 géneros (Ortíz-Llanas, 2008).
En esta misma ANP se realizó un estudio para conocer los polinizadores de cinco
especies de la familia cactaceae: Echinocereus stramineus, Neolloydia conoidea,
Opuntia engelmannii, Stenocactus multicostatus y Thelocactus rinconensis (Ramírez-
Freire, 2008). En otros estudios tenemos que se llevó a cabo un importante trabajo
acerca del estado de conservación de las comunidades de mezquital en el estado de
Nuevo León (273,890 ha), el cual incluyó además aspectos de caracterización de las
comunidades de mezquital y descripción de la flora asociada, encontrándose una
diversidad florística constituida por 302 especies distribuidas en 199 géneros y 59
familias, además taxa infraespecíficos representados por 28 variedades y dos híbridos
(Foroughbakhch et al., 2007; Guzmán Lucio, 2009).

Estudios Dirigidos a Grupos Taxonómicos Específicos

Pteridofitas

Se estudian las especies de pteridofitas en los municipios de Allende, Garza García,


Guadalupe, Monterrey, Santa Catarina y Santiago, realizándose 15 colectas con cerca
de 1, 200 números de ejemplares y se revisan tres herbarios (UNL, ENCB y MEXU); se
registra un total de tres Clases, tres Ordenes, cuatro familias, 20 géneros, 60 especies
y 10 variedades (Aguirre-Claverán, 1983). En el sur del estado, para el municipio de
General Zaragoza se reportan 36 especies y cinco variedades incluidas en 20 géneros
(Favela-Lara, 1983). Mientras que para el municipio de Iturbide se enlistan cuatro
familias, 17 géneros, 36 especies y seis variedades (Espinosa-Ornelas, 1986). Se
realiza un estudio haciendo énfasis en la zona montañosa centro – oeste del estado
(municipios de Santiago, Garza García, Monterrey, Santa Catarina, Guadalupe Allende
y García), encontrándose 77 especies y 11 variedades en cinco familias y 28 géneros,
mientras que para el resto del estado se estiman 6 familias, 33 géneros, 98 especies
y 14 variedades, donde la vegetación con mayor diversidad de especies es el ecoto-
no entre el bosque de encino y bosque de pino, además del matorral submontano
(Rodríguez-López, 1987). Por último se realiza un estudio sobre la pteridoflora del
municipio de Abasolo en donde se encuentran dos familias, nueve géneros, 17 espe-
cies y una variedad, siendo el género Cheilanthes quien presenta el mayor número
de especies con siete (Ortega-Martínez, 2002). Por otra parte, tenemos que en la
obra “Las pteridofitas de México”, en la cual se revisaron 42 herbarios nacionales y

56
de Estados Unidos de América, se reportan para Nuevo León 121 especies y 10 va-
riedades en 34 géneros (Mickel y Smith, 2004). Por su parte, Monroy-Lazcano (2009),
llevó a cabo un estudio acerca de los helechos y grupos afines de la vertiente norte
de la Sierra de Picachos, Nuevo León, México, reportando 12 especies de helechos
pertenecientes a siete géneros y dos familias, además de tres especies de Selaginella
(un género, una familia).

Gimnospermas

La riqueza de la familia Pinaceae, así como del género Pinus, ha sido estudiada de
manera extensa para Nuevo León y México (Martínez, 1948 y 1963; Perry, 1991;
Farjon, 1996; Farjon y Styles, 1997). De manera más puntual, tenemos que se realiza
un análisis taxonómico y de distribución de las coníferas del estado de Nuevo León.
Dicho estudio arroja un total de 42 especies y categorías subespecíficas incluidas en
siete géneros: Cupressus, Juniperus, Abies, Picea, Pinus, Pseudotsuga y Taxus, este
último corresponde al primer registro para el estado (Capó-Arteaga, 1972). Se efectúa
un estudio intensivo sobre la distribución del género Pinus en el noreste de México
en donde se colectan ejemplares de las especies encontradas en cada localidad. Esta
investigación generó una base de datos utilizada para elaborar mapas de distribución
del género en el noreste de México (Favela-Lara, 2008). De manera más específica se
realiza un trabajo sobre la autoecología del pino piñonero (Pinus cembroides Zucc.)
dentro del estado, dando importancia a esta especie por ser de interés comercial
debido al consumo de sus semillas para alimento (Flores-Olvera, 1983).

Liliopsida

La mayoría de los trabajos para este grupo de plantas se ha enfocado en la familia


Poaceae (pastos); las cuales se han estudiado en el oriente del estado, obteniéndose
datos ecológicos y un listado con 26 género y 55 especias, donde 5 son naturalizadas y 2
introducidas (Valdés-Reyna, 1973); por otra parte en la Zona Metropolitana de Monte-
rrey se reportan 29 géneros y 53 especies en cinco municipios (Jiménez-Valdez, 1977).
En Linares y Hualahuises se reportan 84 especies y dos variedades en 43 géneros, 12
tribus y seis subfamilias (Ortíz-Díaz, 1983). Un estudio donde se incluye a la familia
Cyperaceae y los pastos del municipio de Santiago registra un total de 161 especies
y 17 variedades en 66 géneros, 15 tribus y seis subfamilias para la familia Poaceae, y
30 especies y dos variedades en ocho géneros para la familia Cyperaceae, para ambas
familias se agregan nuevos registros para el estado (Cabral-Cordero, 1984).
Para la familia Agavaceae se realiza un estudio sobre la distribución geográfica y
palinología de cuatro especies de la sección Salmianae del género Agave en el noreste
de México, en donde se aportan datos referentes a las características del polen de
Agave mapisaga, A. gentry, A. montana, A. salmiana ssp crassispina y A. salmiana

57
ssp salmiana (Lozano-Rodríguez, 2006); dentro de esta misma familia podemos
mencionar también la obra monográfica del género Agave “Agaves de Norteamérica
Continental” en donde se realiza una extensa revisión de las especies presentes en
el territorio nacional, así como de Estados Unidos de América y la región de Centro-
américa (Gentry, 1982).

Magnoliopsida

Siendo este el grupo de plantas vasculares con mayor diversidad, los estudios especí-
ficos de grupos particulares se han enfocado a sólo unas cuantas familias, por ejemplo
para la familia Fagaceae (encinos), se realiza un trabajo taxonómico y de distribución
sobre el género Quercus en cinco municipios del sur del estado (Linares, Iturbide,
Galeana, Aramberri y General Zaragoza), encontrándose 31 especies, tres formas y
un híbrido en 28 localidades estudiadas (Banda-Silva, 1974).
Un grupo que ha recibido especial atención es el de las Leguminosas (familia Fa-
baceae). Para el municipio de Linares se registran 105 especies y 14 variedades en 50
géneros y tres subfamilias en un total de 53 sitios de muestreo. Nuevos registros para
el estado y para México son encontrados durante el desarrollo de esta investigación
(Estrada-Castillón,1987); asimismo para 21 municipios del centro del estado se regis-
tran 168 especies, 65 géneros y 36 taxa infraespecíficos, siendo los géneros con mayor
número de especies Acacia (14), Senna (13), Desmodium (11spp), Dalea (10), Phaseolus
(7), Mimosa (6) y Crotalaria (5), la mayor diversidad de especies se presentó en los bos-
ques de encino con 85 especies y la menor diversidad se registró en el matorral xerófito
con 36 especies (Estrada-Castillón et al., 2004); mientras que para 20 municipios del
norte de Nuevo León se registran 38 géneros, 94 especies y 26 taxa infraespecíficos,
siendo los géneros con más especies, Acacia con 12, Dalea con 10, Mimosa con seis
y Senna con cinco (Estrada-Castillón, 2005). Un estudio enfocado al uso de la familia
como recurso natural se desarrolló en el matorral espinoso tamaulipeco del noreste
de México, encontrándose 27 géneros, 68 especies y 16 taxa infraespecíficos, de las
cuales 31 especies se registran con algún uso para el hombre (Morales-Arroyo, 2006).
Otra familia que ha recibido particular interés son las cactáceas, las cuales han
sido estudiadas de forma extensa sentándose como antecedentes importantes las
diversas monografías para la familia en todo el continente y, en particular, en México y
Nuevo León (Britton y Rose, 1919-1923; Gold, 1969; Bravo-Hollis, 1978; Benson, 1982;
Bravo-Hollis y Sánchez-Mejorada, 1991; Glass, 1998; Anderson, 2001; Guzmán et al.,
2007). Existen trabajos más puntuales o específicos para esta familia, por ejemplo
en los municipios de Mina (Elizondo-Elizondo, 1979), García (Sauceda-Méndez, 1985)
y Doctor Arroyo (Hernández-Valencia, 1981), en donde se analizan los usos tradicio-
nales y distribución de las especies de cactáceas en dichos municipios; se realiza un
estudio sobre la distribución de la familia en el matorral espinoso tamaulipeco en donde
se incluye la porción norte de Nuevo León, encontrándose 19 géneros y 42 especies
(Meneses-Casanova, 2005). Se registran un total de 32 géneros y 139 especies, sin

58
tomar en cuenta las categorías infraespecíficas. Nuevo León cuenta con el 60% de
los 53 géneros presentes en México, la mayoría pertenecientes a la tribu Cactae, tres
de ellos endémicos al estado (Aztekium, Geohintonia y Digitostigma), se consideran
nueve especies endémicas al estado y 41 especies (29%) están dentro de la NOM-059
-SEMARNAT-2001 (Velazco-Macías y Alanís-Flores, 2002); por otro lado, se reportan
para el estado 33 géneros, 134 especies y 66 taxa infraespecíficos para esta familia
(González-Botello, 2004).
Entre las familias que han recibido menor atención están las Malvaceas, respecto a las
cuales se registran nueve géneros y 13 especies para el centro del estado (Valadéz-Cerda,
1988). Para la familia Asteraceae se realiza una contribución al conocimiento de las
especies de dicha familia en cinco municipios del Área Metropolitana de Monterrey,
identificándose 49 especies en nueve tribus; se reconoce además que la mayoría de
estos taxa son considerados malezas (Torres-Cepeda, 1978). En una revisión de la
familia Nymphaeaceae se encuentran dos géneros (Nuphar y Nymphaea) y cuatro
especies (Nuphar advena, Nymphaea ampla, N. elegans y N. mexicana) restringidas
en hábitats acuáticos en el norte y centro del estado (Velazco-Macías et al., 2008)

Descripción de Nuevas Especies en Nuevo León

A través de los años se han descrito numerosas especies de flora para el estado de
Nuevo León, se menciona que son 72 especies nuevas descritas para Nuevo León y
algunas áreas adyacentes de Coahuila hasta el año de 1995 (Hinton y Hinton, 1995).
Sin embargo, de manera más específica y por mencionar tan sólo algunos ejemplos,
tenemos que para el grupo de las coníferas se describe Picea martinezii (Pinaceae)
para el centro y sur de Nuevo León (Patterson, 1988); mientras que en el grupo de
las denominadas “monocotiledóneas” (Liliopsida) para la familia Orchidaceae se han
descrito Galeottiella hintoniorum para el municipio de General Zaragoza (Todzia, 1994)
y Malaxis chica también para este mismo municipio (Todzia, 1995). Para la familia
Agavaceae se describe Yucca linearifolia de una localidad entre los municipios de
Rayones y Galeana (Clary, 1995), Agave montana se describe para el municipio de
Rayones (Villarreal-Quintanilla, 1996), y recientemente se describe Agave albopilo-
sa endémica del municipio de Santa Catarina (Cabral-Cordero et al., 2007). Para la
familia Poaceae se describe Stipa hirticulmis para el municipio de Galeana (Hatch et
al., 1986). Dentro del grupo de las dicotiledóneas (Magnoliopsida) se ubican la ma-
yoría de las especies que han sido descubiertas en años recientes, por ejemplo para
la familia Asteraceae se han descrito: Bidens longistyla para el municipio de Iturbide
(Hart, 1978), Verbersina hintoniorum en hábitats gipsófilos en el municipio de Ga-
leana (Turner, 1985) y Machaeranthera odyssei en el municipio de General Zaragoza
en la Sierra de Peña Nevada (Nesom, 1978). Para la familia Acanthaceae se describe
Mirandea husatecensis, una segunda especie para este género, la cual es endémica
a los cañones de La Huasteca en el municipio de Santa Catarina (Daniel, 1978); se
describen tres nuevas especies del género Phacelia (Hydrophyllaceae), P. hintoniorum,

59
P. potosina y P. zaragozana, las primeras dos para el municipio de Galeana y la ter-
cera en el municipio de General Zaragoza (Turner, 1986). Para la familia Fabaceae se
describe Myriospermum sousanum en el municipio de Bustamante (Delgado-Salinas
y Johnston, 1984). Para la familia Papaveraceae se describe Argemone subalpina, la
cual se restringe a las praderas alpinas de San Antonio Peña Nevada en el munici-
pio de General Zaragoza (McDonald, 1991); Cercocarpus mexicanus (Rosaceae) se
describe para el municipio de Galeana en la localidad de Santa Rita de Cardeladas
(Henrickson, 1987). Para la familia Apiaceae se describe Arracacia hintonii cerca de la
localidad de Pablillo en el municipio de Galeana (Constance y Affolter, 1995), mientras
que Tauschia infernicola es descubierta en el Cerro del Infiernillo en el municipio de
Galeana y Tauschia hintoniorum se describe en la Sierra La Marta en los límites entre
Nuevo León y Coahuila (Constance y Affolter, 1987). Para la familia Lentibulariaceae
se describen cuatro nuevas especies del género Pinguicula, P. gracilis en el Cerro
las Mitras, municipio de Monterrey, P. immaculata para el municipio de Rayones,
P. jorgehintonii para el municipio de Aramberri y P. hintoniorum en el municipio de
General Zaragoza (Zamudio, 1988; Zamudio y Lux, 1992; Turner, 1994). Por último a
nivel genérico también se han realizado importantes descubrimientos, teniendo como
ejemplos dos géneros monotípicos, el primero, Strotheria gypsophila de la familia
Asteraceae en el municipio de Galeana (Turner, 1972) y Jaimehintonia gypsophila de
la familia Themidaceae también para el municipio de Galeana (Turner, 1993), mientras
que para la familia Cactaceae se han descrito dos géneros monotípicos endémicos
para el estado: Geohintonia mexicana en áreas gypsofilas del municipio de Galeana
y Digitostigma caput-medusae en el matorral espinoso tamaulipeco en centro oeste
de Nuevo León (Glass y Fitz-Maurice, 1992; Velazco y Nevarez, 2002)

Estado actual de la flora de Nuevo León

La flora vascular de Nuevo León está integrada por 159 familias, 1,034 géneros,
3,181 especies y 109 taxa infraespecíficos. Para el grupo de los helechos se registran
9 familias, 38 géneros, 134 especies y 2 taxa infraespecíficos; en las Pinophyta se
presentan 4 familias, 11 géneros y 41 especies. En el grupo de las plantas con flor se
registran para las Liliopsida (monocotiledóneas) 19 familias, 180 géneros, 562 espe-
cies y 18 taxa infraespecíficos; por ultimo, el grupo magnoliopsida (dicotiledóneas)
incluye 126 familias, 805 géneros, 2,444 especies y 89 taxa infraespecíficos. Las fa-
milias con mayor diversidad son: Asteraceae (148 géneros y 481 especies), Poaceae
(97 géneros y 301 especies), Fabaceae (76 géneros y 258 especies), Cactaceae (37
géneros y 139 especies) y Euphorbiaceae (15 géneros y 85 especies); por otra pare
los 10 géneros con mayor número de especies son Euphorbia (Euphorbiaceae / 58
sp), Salvia (Lamiaceae / 38 sp), Quercus (Fagaceae / 37 sp), Dalea (Fabaceae /29 sp),
Ageratina (Asteraceae / 28 sp), Senecio (Asteraceae / 27 sp), Coryphantha (Cactaceae
/24 sp), Muhlenbergia (Poaceae /23 sp), Mammillaria (Fabaceae /21 sp) y Eragrostis
de la familia Poaceae con 18 especies (Villarreal y Estrada, 2008). La flora se divide

60
en cuatro grandes grupos filogenéticamente independientes, siendo el grupo de las
magnoliopsida (dicotiledóneas) el que mayor número de especies aporta, seguido
por liliopsida (monocotiledóneas); el tercer lugar de importancia es ocupado por las
pteridofitas (helechos) y por último, se encuentran las gimnospermas (Figura 1).

3%
1%
16%

Pteridofitas
Gymnospermas
Liliopsida
Magnoliopsida

80%

Figura 1. Flora vascu-


lar de Nuevo León dis-
tribuida por grupos

Discusiones

El primer reporte para la flora de Nuevo León contabilizaba 378 especies de plantas
cultivadas y nativas de la ciudad de Monterrey y sus inmediaciones (González, 1888),
mientras que en el segundo listado florístico para el estado en donde se realizó un
análisis de la vegetación del estado, se registraron un total de 148 familias, 657
géneros, 1158 especies y 326 categorías infraespecíficas (Rojas-Mendoza, 1965) En
contraste, las 3,175 especies de flora (Quintanilla y Estrada, 2008) incrementa el nú-
mero de especies para Nuevo León en un 665% y 160% respectivamente; se estimó
que el segundo listado de 1965 representaba el 60% de la flora del estado, más sin
embargo, no llegó a representar el 50% del total de especies de acuerdo a los datos
más recientes. Aún así, podemos observar especies que no están incluidas en el listado
florístico de Nuevo León más reciente, entre estas detectamos Pinus pinceana (Pina-
ceae), Magnolia dealbata (Magnoliaceae), Nymphaea elegans, Nymphaea mexicana
y Nuphar luteum (Nyphaeaceae), y Eurystemon mexicanum en Pontederiaceae, esto
eleva el numero de especies a 3,181. Incluso, si se hacen estimaciones utilizando como
base el número de géneros y especies de la familia Asteraceae (Rzedowski, 1998) en
donde se usa el cociente (3.25) resultado de la división del número de especies entre
el total de géneros (481 sp/148 géneros) para esta familia (Asteraceae) y se multiplica
por el total de géneros (1,031) presentes en toda la flora de Nuevo León, nos daría un

61
total de 3,350 especies posibles para una flora relativamente completa. Esto supera
las estimaciones previas de 2,380 y 2,900 especies (Alanís-Flores, 1996; Villaseñor,
2003; Alanís Flores et al., 2004; Velazco-Macías, 2009). A nivel nacional la flora de
Nuevo León representaría entre el 13.1 y el 14. 5% si se estima que la totalidad de
la flora de México alcanza entre las 20,000 y 22,000 especies (Dirzo y Gómez, 1996;
Rzedowski, 1998; Villaseñor, 2003); por otro lado, los 1,034 géneros presentes en el
estado representan un 36% del total reportado para México (Villaseñor, 2004).

Conclusiones y perspectivas

El conocimiento florístico de Nuevo León, si bien abarca un enorme periodo de tiem-


po el cual se puede considerar inicia desde antes de la llegada de los colonizadores
españoles, aun se encuentra lejos de estar completo. Es durante la segunda década
del siglo XX cuando comienza a formalizarse el estudio de la flora regional, y de
manera constante, después de la fundación de la Facultad de Ciencias Biológicas de
la Universidad Autónoma de Nuevo León, se observa un notable incremento en los
trabajos relativos a la vegetación y flora del estado. También es notable el esfuerzo
de colecta realizado por la familia Hinton, en especial en el sur del estado, dichas
colectas representan hoy en día una de las mayores contribuciones para el conoci-
miento de la flora estatal.
Se presenta hoy en día un amplio horizonte para la investigación florística y de la
vegetación, teniendo como prioridades los estudios dirigidos a especies endémicas
estatales o regionales, las cuales no están en su mayoría incluidas en la legislación
mexicana como objeto de conservación. En este mismo rubro, es importante gene-
rar información relativa a las relaciones que guarda la flora con su entorno físico y
con otros organismos silvestres como por ejemplo los polinizadores y dispersores
de frutos y semillas. Es importante, además, retomar los estudios florísticos clásicos
encaminados al conocimiento de entidades políticas, como los municipios, y de igual
forma fomentar la integración de herramientas digitales para la difusión de este
conocimiento hacia un público no académico.

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67
PLANTAS DE CONSUMO DIRECTO
POR EL HOMBRE
PLANTAS SILVESTRES DE IMPORTANCIA
ALIMENTICIA
Alanís-Flores G, J, a*, Amezcua-Llerenas R, b, Ledezma-Menxueiro A, a Morrales-Arroyo S, a
a
Cuerpo Académico de Ecología y Ambiente, Departamento de Ecología, Facultad de Cien-
cias Biológicas de la UANL. Ciudad Universitaria, C. P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo
León, México. bConsejo Estatal de Flora y Fauna Silvestre de Nuevo León, A.C. (CEFFSNL). Padre
Mier No. 545-F Poniente, Monterrey, N.L., México. C.P. 64000. *galanis44@hotmail.com

Resumen

L
as comunidades naturales de plantas en Nuevo León en distintos hábitats, han
sido aprovechadas por los diferentes grupos étnicos que habitaron nuestra
región; actualmente pobladores de áreas rurales y en ciudades, aún siguen
consumiendo este tipo de plantas. Las especies de la flora nativa han sido utilizadas
como cobertizo, construcción, fibras, medicina tradicional, ceremoniales, dendroener-
géticas, substitutos de jabón, implementos agrícolas, forrajeras, etc., remarcando
la importancia que han tenido como fuente de alimentos, condimentos y bebidas.
Muestras de restos botánicos analizados de fogones y de piedras de molienda en el
área de Boca de Potrerillos, Mina, N.L, nos indican que grupos indígenas regionales
ya utilizaban la flora nativa para su subsistencia. Se recabó información de la flora
nativa que se consumen como alimentos, condimentos y bebidas, parte de la planta
usada y forma de uso de 32 familias botánicas y 60 especies considerando los tipos
de vegetación donde se ubican. Destacan componentes florísticos de la familia de las
cactáceas, leguminosas, rosáceas, agaváceas y liliáceas, de las cuales de aprovechan
sus tallos, hojas, flores y frutos.

Introducción

Las necesidades alimentarias del hombre recolector y cazador se debieron satisfacer,


en parte, con la búsqueda de nuevas fuentes de alimento; probablemente el hombre
primitivo, sin nociones especiales de botánica, recolectaba todo tipo de plantas. Debió
aprender a reconocer, por ejemplo, las plantas labiadas aromáticas, que, si bien no
son un alimento propiamente dicho, dejan un agradable aroma, capaz de mejorar el

71
sabor de otros alimentos. Y no se trataba únicamente de una cuestión de sabores,
la unión de algunos alimentos con determinadas hierbas posibilitaba una mejor
digestión y muy pronto se extendió probablemente la costumbre de acompañar los
alimentos con algunas semillas aromáticas. La historia de la utilización de las plantas
y en especial las especias, aromas y perfumes, está relacionada con el desarrollo de
determinadas culturas (Simonetti, 1991). En China, hace 5000, el emperador Shen
Nung compiló la primera documentación sobre las hierbas; los chinos, ya en el siglo IV
a.C. consumían clavos de especia; los sumerios han dejado testimonio de centenares
de plantas en las tablillas de arcilla (3000-2000 a.C.); en Mesopotamia, las poblaciones
se alimentaban de cereales y legumbres, dando sabor a las verduras con brotes y hojas
de mostaza, añadiendo cerveza, que también habían inventado, probablemente no
lo aromatizaban con lúpulo, pero si empleaban algún tipo de planta aromática local.
En Babilonia se cultivaron laurel, tomillo y cilantro, y se exportaron aromas, espe-
cias y aceites aromáticos hacia Egipto. Posteriormente, llegarían de Oriente el anís
estrellado, opio, tomillo y azafrán, utilizadas en alimentación, medicina, fabricación
de cosméticos y perfumes. En la Creta minoica, las labiadas y umbelíferas, de fuerte
aroma y sabor, eran muy utilizadas como condimento en los alimentos, entre ellas la
cebolla y el ajo; los griegos conocían también el sésamo y la adormilera, procedentes
de Asia menor. En el siglo I a.C. se introdujo el cedro, sus hojas y frutos se utilizaron
tanto en medicina como en la condimentación de los alimentos (Simonetti, 1991).
En nuestro país y en especial para Nuevo León, las asociaciones naturales de plantas
a través del tiempo han sido aprovechadas por los grupos étnicos que habitaron la
región, actualmente numerosos pobladores de sitios rurales y de las ciudades, siguen
utilizando plantas de comunidades naturales. La diversidad de flora nativa ha sido
empleada como cobertizo, para construcción, como fibras, medicina tradicional, en
ceremonias, dendroenergéticas, substitutos de jabón, implementos agrícolas, forra-
jeras, etc., subrayando la importancia que han tenido como fuente de alimentos,
condimentos y bebidas.
Nuevo León comprende tres zonas florísticas bien definidas (Rzedowski y Reyna,
1990), las cuales corresponden a las descritas como provincias fisiográficas (Alanís-
Flores et al.,1996): Sierra Madre Oriental, con bosques de coníferas, bosques de
niebla, bosques mixtos de encino-pino, bosques de encinos, bosques de ríos y matorral
submontano; Altiplanicie Mexicana, con matorrales desérticos, matorral desértico
rosetófilo, matorral desértico micrófilo y pastizales; y Planicie Costera del Golfo, con
matorral espinoso tamaulipeco, mezquital, vegetación de ríos y arroyos, matorrales
desérticos y pastizales.
La flora y vegetación de Nuevo León es escasa a primera vista, sin embargo, para el
buen observador las comunidades vegetales son asombrosamente ricas en unidades
florísticas. Los registros dan un total de 2,903 especies de plantas vasculares (Velazco-
Macías, 2009), tan impactante fenómeno de diversidad botánica no es casual, se trata
de una etapa en plenitud, de una evolución de la flora en el curso de largos períodos de
tiempo.
Los pobladores del Estado de Nuevo León, han desarrollado su propio conoci-
miento sobre las plantas que están en su entorno tanto en las planicies, lomeríos
72
como en las montañas y que utilizan en forma habitual, ya sean como fuente de ali-
mento, condimentos, fuente de bebidas, otras veces las usan en la medicina casera,
para construcción, como leña o carbón, algunas otras como fuentes de forraje para
el ganado. Como parte importante del presente trabajo es el de mostrar las especies
nativas que integran las comunidades vegetales que son usadas por los distintos núcleos
culturales que habitan en las diferentes regiones ecológicas del estado de Nuevo León,
incluyendo, formas de uso, parte usada, forma biológica y tipo de vegetación donde se
localizan.

Antecedentes

Información paleoambiental de partes botánicas analizados de fogones y de piedras


de molienda en el área de Boca de Potrerillos, Mina, N.L, muestra que los grupos in-
dígenas que habitaban dicha región ya utilizaban la flora nativa para su subsistencia.
restos vegetales identificados mediante análisis de polen y fitolitos, se logro identifi-
car más de 25 especies, que indican la existencia de un hábitat de mayor humedad,
muy distinto al desierto actual. Los restos botánicos fueron fechados en el año de
6960 a.C. para culminar en 1760; esta amplia cronología establece una prolongada
secuencia de 8000 años de desarrollo cultural indígena en la región noreste de
México. De las plantas comestibles identificadas están la nuez, tuna, nopal, vaina de
mezquite y especies como fuentes de fibra; también se encontraron plantas como
juncos, ortigas y pastos altos, otras especies descubiertas pertenecen a asociacio-
nes arbóreas como acacia, sauce, encino y pino que actualmente no se encuentran
en el sitio o en los alrededores (Valadez-Moreno et al., 1998). Además se realizó
un análisis sobre la colonización de Nuevo León, que fue notablemente impulsada
por tlaxcaltecas. En la actualidad se mantiene aún la influencia tlaxcalteca en: a) el
uso del adobe en la construcción; b) en los techos de los jacales, con la utilización
de zacate, palmito u hoja de caña; c) el uso carrizo en las cercas o tachacuales; d) el
uso de algunos tejidos de palma, particularmente para la fabricación de sombreros,
petates y cestería; y e) la elaboración de algunas piezas de alfarería (Alanís-Flores y
Foroughbakhch-Pournavab, 2008).
El Dr. José Eleuterio González, “Gonzalitos”, publica La Flora de Nuevo León, en
la cual, enlista plantas con el propósito de que sirvan de base para la formación de
un registro de la flora neolonesa y su Discurso Sobre el Estudio de la Botánica fue
dirigido a los entonces estudiantes de la escuela de medicina, ambos trabajos son
editados en el Catálogo de plantas clasificadas en 1880 (González, 1888).
Obras sobre plantas medicinales y plantas útiles de México, mencionan que los
conocimientos que poseen los indígenas sobre las plantas no han sido organizados
completamente, pues la transmisión del conocimiento ha sido verbal (Martínez, 1944;
Martínez, 1959).
En el estudio sobre generalidades de la vegetación del Estado de Nuevo León y
datos acerca de su flora, se mencionan crónicas del capitán Alonso de León, sobre

73
las comunidades de plantas y sus formas de uso (Rojas-Mendoza, 1965). El Instituto
Mexicano de Recursos Naturales Renovables realizó un estudio sobre las zonas áridas
del centro y noreste de México y el aprovechamiento de sus recursos, agrupando a
las especies por forma de uso en alimenticias, elaboración de bebidas, productoras
de fibras, para fines de construcción, como forrajeras, productoras de cera, plantas
productoras de hule y como sustitutos de jabón; además mencionan especies utili-
zadas en medicina tradicional (I.M.R.N.R., 1964).
En un estudio del aprovechamiento de la flora nativa en el estado de Nuevo
León, se realizó una clasificación de las mismas por sus formas de uso en forrajeras
herbáceas y arbustivas, tóxicas al ganado, productoras de bebidas, fibras, ceras, hule,
taninos, sustitutos del jabón, medicinales y para construcción rural (Alanís-Flores,
1981). Posteriormente se elaboró una lista de plantas de interés económico para el
estado de Nuevo León, agrupándolas en forrajeras, productoras de fibras, maderables,
ornamentales, tóxicas y cultivadas alimenticias (Ratikanta et al., 1990).
Por su parte, Alanís-Flores y Ledezma-Menxueiro (2000) establecen que uno de
los grupos de plantas que ha sido el sustento para los habitantes de la zonas áridas
y semiáridas lo constituyen los magueyes (Agave sp) que ha encontrado su máxima
diversidad en México. Las crónicas destacan que las comidas de los grupos étnicos
de la región en invierno eran el mezale, hecho cortando pencas de maguey y con
el corazón del maguey, lo hacen en barbacoa y lo consumen. En la Sierra Madre
Oriental, específicamente en Laguna de Sánchez (Santiago, N.L.), se elabora mezcal
en alambiques caseros usando el maguey mezcal silvestre (A. scabra) mezclado con
maguey aguamielero semicultivado (A. salmiana); y en la Ascensión (Galeana, N.L.)
también se elabora mezcal pero con especies silvestres de Agave. En el municipio
de Bustamante se localiza la mezcalera conocida como La Guadalupana, establecida
hace más de un siglo, donde se elabora mezcal artesanal, pero a partir de 1972, el
proceso es semiindustrializado, este mezcal es obtenido de Agave americana y otras
especies silvestres del desierto Chihuahuense.
En el libro El valor de nuestras plantas (Alanís-Flores, 2007) se describen 30 especies
de flora regional utilizada, ilustrada por los escolares del estado de Nuevo León de
destinos municipios. Además, se elaboró una narrativa sobre cómo se han utilizado
de muy diversas maneras las plantas regionales desde épocas remotas. También se
hace referencia a que de sus troncos y ramas proveían los instrumentos de caza de
nuestros antepasados y desde entonces hasta nuestros días, algunos utensilios agrí-
colas. Aún hoy seguimos utilizando las plantas en la construcción de viviendas, y con
las fibras obtenidas de ellas. De sus hojas, flores, frutos o raíces obtenemos alimentos
y muchas veces alivio, pues el uso medicinal de las plantas también se remonta a los
orígenes de nuestra civilización. Como materia prima para la industria, obtenemos
de los árboles la madera, papel, resinas, taninos y colorantes, entre otros. Las plantas
también se utilizan como forraje para el ganado y fuente de abrigo y alimento para
la fauna silvestre.

74
Material y Método

Se recorrieron las diferentes áreas fisiografías del estado de Nuevo León y en los
municipios se visitaron centros de población, poblados, pequeñas comunidades o
rancherías, donde se recabó información sobre el uso de las plantas regionales, en
base a entrevistas informales con los habitantes, acentuando la exploración en la bús-
queda de información sobre especies de flora que son consumidas como alimentos,
usadas como condimentos y las que mediante algunos procesos son usadas como
fuente de bebidas.
Se indagaron datos sobre la parte de la planta utilizada (inflorescencia, flor, fruto,
semilla, hoja, raíz, tallo, corteza, madera, alguna otra parte). También la forma en que
la planta es consumida, por ejemplo fresca, seca, o en su estado natural, cocida o
triturada.
En el recorrido de los centros de población, se hicieron observaciones en los huer-
tos familiares y en “jardines de patio o traspatio”, ya que en estos espacios caseros
se localizan algunas plantas nativas en semidomesticación que son aprovechadas. En
ocasiones las cercas vivas de magueyes, palmas del desierto o algunas cactáceas son
fuente de algunos productos alimenticios o bebidas.
Además se complementó la información con visitas a mercados establecidos y
rodantes del área metropolitana de Monterrey, entrevistando a vendedores de plantas
regionales en hierberías, negocios o puestos para corroborar la venta y el consumo
de algunas especies de flora del estado.

Resultados y Discusión

En base a la investigación realizada en los centros de población y rancherías en las


áreas rurales, cotejando además algunos datos en los mercados (rodantes y estable-
cidos) del área Metropolitana de Monterrey, Nuevo León, se presentan 32 familias
y 60 especies de la flora que son usadas por la población (Tabla 1). En la Tabla 2 se
incluye información de la parte de la planta usada, forma de consumirla y el tipo de
vegetación donde se encuentra dentro del estado de Nuevo León, ya sea en bosque
de coníferas, bosque mixto de encino-pino, bosques de encinos, matorral submontano,
matorral desértico, matorral desértico rosetófilo, matorral desértico micrófilo, pastizales,
matorral espinoso tamaulipeco, mezquital, vegetación de ríos y arroyos.
La diversidad florística del Estado de Nuevo León da un total de 2,903 especies de
plantas vasculares (Velazco-Macías, 2009), esto es el resultado de variados hábitats
ecológicos en sus zonas fisiográficas, que ha permitido a los pobladores usar en forma
tradicional las plantas por generaciones. Las 32 familias botánicas y las 60 especies
que se presentan en ésta investigación nos dan ejemplo de lo valioso, como recurso
natural, que representa la flora regional.
Desde el punto de vista botánico, la familia de las cactáceas son las que manifies-
tan más especies alimenticias con 10, siguiendo en orden decrecientes de número

75
de especies aprovechadas están las agavácea, rosáceas, leguminosas, labiadas y
asteráceas (Figura 1). Es importante hacer notar que dentro de las cactáceas, que
integra un importante grupo de plantas suculentas propias de nuestros desiertos,
destacan las biznagas, las pitayas y los nopales, especies cuyos tallos (pencas) son
consumidas como verdura nopalitos (Figura 2) y los frutos como las tunas y pitayas
son muy apetecidas como alimenticias (Figura 3).
Las agaváceas destacan con dos especies de magueyes, cuyo escapo floral ya madu-
ro, y asado en pozo se le denomina “quiote” y se consume como golosina, además son
tradicionalmente fuente de aguamiel y de una bebida destilada denominada mezcal
(Figura 4 y 5). El sotol es fuente de una bebida destilada del mismo nombre, además
sus flores, junto con las de tres especies de palmas del desierto, forman parte de la
dieta de los pobladores en época de cuaresma (Figura 6).
Para las leguminosas se consideraron dos especies de mezquites y los ébanos
o maguacatas (Figura 7) cuyos frutos y semillas son consumidos por los habitantes
rurales; el chile piquín es un fruto complementario como condimento, muy utilizado
en la dieta de los pobladores tanto rurales como urbanos (Figura 8); otras especies
como las comas, los chapotes, los granjenos, las anacuas, las zarzamoras, las fresas y
ciruelos silvestres, los capulines y los madroños, frutos carnosos y jugosos son con-
sumidos frescos como golosinas (Figura 9); las nueces y piñones son consumidos en
épocas invernales (Figura 10); algunos frutos y semillas son asados como los talayotes
y las maguacatas; no escapan las plantas cuyas hojas y tallos jóvenes son usadas para
hacer té, como el hojasén, la salvia y el laurel de la sierra, éste último junto con los
diferentes oréganos, que son muy aprovechados como condimentos en la cocina
regional (Figura 11).
Las especies de nuestra flora que tienen un amplio uso entre los consumidores
como condimentos, y que en los últimos años se le ha dedicado atención, son las
especies de oréganos; en este trabajo mencionamos dos especies pertenecientes a
la Familia Lamiaceae, Monarda citriodora conocido como orégano de hoja ancha de
la sierra y Poliomintha longiflora (orégano de Higueras u orégano de Nuevo León),
sobre todo esta última especie, ya que es muy apreciada por los Chefs para especia-
lidades gastronómicas y además se le ha valorado por su palatabilidad y fuente de
antioxidantes; además de estas dos especies, está el orégano chino (Lippia graveolens,
familia Verbenaceae), el cual es usado y aprovechado en su hábitat natural y es fuente
de ingreso para los campesinos que la cosechan (Figura 12).

Conclusiones y perspectivas

Dentro de la problemática que presentan algunas especies que son aprovechas, hay
que recalcar el caso de las “biznagas”, ya que en la NOM-059-ECOL-2001, la biznaga
verde y la biznaga roja se ubican en la categoría de Protección especial (Pr). Hacien-
do referencia a estas especies de hábitat desértico, presentan crecimiento lento y
su mecanismo de dispersión por medio de frutos y semillas es truncado, ya que al
aprovecharse las flores jóvenes llamadas comúnmente cabuches, se rompe parte de
76
su ciclo reproductivo al no permitir la maduración de frutos y dispersión de semillas
y carecer de germoplasma disponible para la permanencia de estas especies en su
hábitat natural (Figura 13).
En la actualidad, considerando el impacto antrópico que padecen las comunidades
vegetales en la naturaleza y evaluando la potencialidad de dichas comunidades al po-
seer fitorecursos de gran valor que fueron el sustento de antiguos y diversos grupos
étnicos de la localidad y que en hoy en día se siguen aprovechando, es recomenda-
ble establecer en el medio rural programas de manejo y conservación sostenibles,
mediante estrategias agroforestales (especies de uso múltiple) mediante cosechas
racionales de este tipo de fuentes alimenticias, establecer pequeñas áreas destinadas
a la semidomesticación o cultivo de las especies útiles, de esta forma se protegería
a las comunidades de plantas en su habita natural. Agregando el establecimiento
de bancos de germoplasma de estructurales sexuales y vegetativas, instituyendo
además viveros especializados en la propagación de estas especies para programas
de restauración ecológica en áreas degradadas.
La variedad de plantas investigadas nos muestra el potencial alimenticio que
constituye la flora nativa. Un aspecto importante a considerar es la evaluación des-
de el punto de vista de atributo nutricional, valorar sus carbohidratos, vitaminas,
aminoácidos y su palatabilidad. Complementando información práctica sobre los
procesos de cosecha, cocción, deshidratación, conservación y comercialización.

Figura 1. Familias
con más de dos es-
pecies aprovecha-
das en el estado de
Nuevo León.

77
Figura 2. Tallos de
nopales Opuntia spp
denominados clado-
dios (pencas), son
cosechados y consu-
midos crudos como
verdura o guisados
en diferentes combi-
naciones

Figura 3. Frutos de cactáceas como tunas del no-


pal de castillas (Opuntia ficus-indica) y pitayas
alicoche (Echinocereus stramineus)

78
Figura 5. De los magueyes
se obtiene quiote, agua-
miel, miel y mezcal una
bebida destilada

Figura 6. Palma del de-


sierto palma samandoca
Yucca treculeana, de la
cual se consumen las
flores en época de cua-
resma

Figura 7. Las leguminosas


como el mezquite y el
ébano, proporcionan
frutos y semillas que
son consumidos por los
pobladores rurales

79
Figura 8. El chile piquín o
chile del monte, fruto uti-
lizado como condimento,
muy arraigado en la dieta
de los pobladores, se le
puede consumir fresco,
seco o en salsas

Figura 9. Frutos carnosos


y jugosos que son con-
sumidos frescos como
golosinas o en forma de
mermelada

Figura 10. Nueces y pi-


ñones consumidos en
el invierno

80
Figura 11. Plantas de las
comunidades regionales
cuyas flores, hojas y tallos
jóvenes son usados para
elaborar té

Figura 12. Especies de


orégano consumidos por
los pobladores del estado
de Nuevo León

81
Figura 13. Grandes bizna-
gas aprovechadas por los
pobladores por sus tallos
y flores jóvenes

Tabla 1. Listado de familias y especies de plantas útiles del estado de Nuevo León

FAMILIA ESPECIE
Agave americana L.
Agave asperrima Jacobi
Dasylirion texanum Scheele
Agavaceae
Yucca filifera Chabaud
Yucca thompsoniana Trel.
Yucca treculeana Carrière
Amaranthaceae Amaranthus retroflexus L.
Anacardiaceae Rhus microphylla Engelm. ex A. Gray
Rhus pachyrrachis Hemsley
Asclepiadaceae Cynanchum unifarium (Scheele) Woodson
Tagetes lucida Cav
Asteraceae Parthenium incanum Kunth
Flourencia cernua D.C.
Berberidaceae Berberis trifoliolata Moric
Boraginaceae Ehretia anacua (Terán.&Berl.) I.M.Johnst

82
Cylindropuntia imbricata (Haworth) F.M. Knuth
Echinocactus platyacanthus Link & Otto
Echinocereus enneacanthus Engelmann
Echinocereus stramineus (Engelmann) F. Seitz
Ferocactus pilosus (Galeotti ex Salm-Dyck) Werderman
Cactaceae
Myrtillocactus geometrizans (Martius) Console
Opuntia engelmannii Salm-Dyck ex Engelmann
Opuntia ficus-indica (L.) Mill.
Opuntia rastrera Weber
Selenicereus spinulosus (A.P. de Candolle) Britton & Rose
Caprifoliaceae Sambucus mexicana C. Presl
Chenopodiaceae Chenopodium ambrosioides L.
Diospyros texana Scheele
Ebenaceae
Diospyros virginiana Eastw.
Ericaceae Arbutus xalapensis Kunth
Euphorbiaceae Croton torreyanus Muell.
Fouquieriaceae Fouquieria splendens Engelm.
Juglandaceae Carya illinoensis (Wang.) K. Koch.
Hedeoma drummondi Benth.
Lamiaceae Monarda citriodora Cerv. ex Lag.
Poliomintha longiflora A. Gray
Lauraceae Litsea novoleontis Bartlett
Ebenopsis ebano (Berl.) Barneby & Grimes
Leguminosae Prosopis glandulosa Torr.
Prosopis laevigata (Humb. & Bonpl. ex Willd.) M.C. Johnst.
Malpigiaceae Malpighia glabra L.
Oxalidaceae Oxalis corniculata L.
Brahea dulcis (Kunth) Mart.
Palmae
Sabal mexicana Mart.
Pinaceae Pinus cembrides Gordon
Polygonaceae Rumex crispus L.
Portulacaceae Portulaca oleracea L.
Fragaria virginiana Mill.
Prunus mexicana S. Watson
Rosaceae
Prunus serotina Ehrh.
Rubus trivialis Michx.
Rhamnaceae Condalia hookeri M.C. Johnston

83
Sideroxylon celastrinum Kunth
Sapotaceae
Sideroxylon lanuginosum Michx.
Solanaceae Capsicum annuum L. var. glabriusculum (Dunal) Heiser & Pickersgill
Turneraceae Turnera diffusa Willd. ex Schult.
Celtis laevigata Willd.
Ulmaceae
Celtis pallida Torr.
Verbenaceae Lippia graveolens Kunth
Vitaceae Vitis cinerea Engelm.

84
Tabla 2. Listado de familias y especies, su uso, forma biológica y tipo de vegetación del estado de Nuevo León

85
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Referencias bibliográficas

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91
IMPORTANCIA ALIMENTICIA DE LAS
HORTALIZAS EN NUEVO LEÓN
Robledo-Torres Va, Foroughbakhch-Pournabav Rb Benavides-Mendoza A.a, Ramírez-Godina F.a*
a
Departamento de horticultura, Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro. Buenavista,
C.P. 25315. Saltillo, Coahuila. b Facultad de Ciencias Biológicas, Departamento de Botánica.
Universidad Autónoma de Nuevo León, Pedro de Alba s/n, Ciudad Universitaria, C.P. 66451,
San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
*framgod@uaaan.mx

Resumen

N
uevo León con una superficie aproximada a 65,000 km2, tiene cuatro de
las cinco zonas ecológicas terrestres más importantes del país. En esta
diversidad se encuentran más de 40 especies de importancia económica
y/o alimenticia, destacando por su aportación económica, las hortalizas que con
sólo el 2.06% de la superficie total de los cultivos en el estado de Nuevo León, en el
2007 aportaron el 60.24% del valor total de la producción agrícola del estado. De las
hortalizas que se siembran en el estado, sobresale la producción de tomates, chiles
y papas. Otros cultivos de menor importancia son: tomate de cáscara, col, zanahoria,
sandía, melón y calabacita. Estas hortalizas, como otras frutas, son particularmente
ricas en fitoquímicos, además son excelentes fuentes de minerales y vitaminas, A,
C y E, resultando de gran importancia en la nutrición y por su aportación a la salud
humana, ya que previenen diversas patologías como son algunos tipos de cánceres
y enfermedades cardiovasculares, entre otras.
En la actualidad existe un interés general por los temas de la calidad en la ali-
mentación originando una tendencia mundial hacia el mayor consumo de hortalizas,
como resultado de una creciente preocupación por una dieta más equilibrada, con
menor proporción de carbohidratos, grasas y aceites y con mayor contenido de fibra,
vitaminas y minerales. Esto se fundamenta, en parte, en las menores necesidades
calóricas de la vida moderna, caracterizadas por un mayor confort y sedentarismo.
El otro factor que determina esta tendencia es la mayor conciencia de la importancia
de la dieta en la salud y longevidad

93
Introducción

En la Región Norte de México, en años recientes, las hortalizas han cobrado un auge
sorprendente desde el punto de vista de la superficie sembrada, contribuyendo al
desarrollo económico regional, debido a la alta demanda de insumos de diferentes
industrias (semillas, sustratos, plásticos, fertilizantes e insecticidas, entre otros), a la
gran demanda de mano de obra, y a la captación de divisas. Las hortalizas son fun-
damentales en la alimentación humana, ya que son fuente importante de vitaminas,
minerales, fibras y antioxidantes, haciendo que su consumo sea imprescindible para
conseguir una alimentación sana y equilibrada. La diversidad de climas del estado de
Nuevo León hace posible la siembra de cultivos Hortícolas a lo largo de todo el año,
como melones, calabacitas, sandías, tomates y chiles en el ciclo primavera-verano
y coles, brócolis, coliflores, lechugas, cebollas y ajos en el ciclo otoño-invierno. Per-
mitiendo además la producción de hortalizas silvestres que, ocasionalmente, son
consumidas por los pobladores rurales. En general, esta diversidad climática y la
cercanía del estado de Nuevo León a uno de los mercados de hortalizas más gran-
des del mundo, como lo es Estados Unidos de Norteamérica, indica que es posible
incrementar tanto la superficie como la diversidad de hortalizas a sembrarse en la
Región noreste del país.

Superficie con especies de uso agrícola

Nuevo León es un estado que tiene una superficie aproximada a 65,000 km2 y 51
municipios ubicados en cuatro de las cinco zonas ecológicas terrestres más impor-
tantes del país, con una diversidad florística de aproximadamente 2,382 especies
de plantas vasculares (Alanís et al., 2004). Dentro de esta diversidad se encuentran
más de 40 especies de importancia económica y/o alimenticia, que se cultivan para
alimentación del ganado o consumo humano, principalmente en la Región Centro del
estado por su alta actividad agropecuaria (Figura 1), destacando 10 municipios que
abarcan 143,254.56 ha, lo cual representa más del 86% de la superficie sembrada en
el estado en el 2007 (Magdaleno-Hernández, 2006).

Sup. Sembrada (Ha)

Otros
Los Ramones Municipios Anáhuac Cadereyta de
7,020.00 22,806.21 8,325.31 Jiménez
14,627.00
Pesquería
Figura 1. Superficie agrícola sem- 8,464.25 Dr. Arroyo
brada en el estado de Nuevo León 25,450.00
en el 2007. Fuente http://reportes. Montemorelos
siap.gob.mx/aagricola_siap/iculti- 12,535.00
Galeana
vo/index.jsp Mier y Noriega
Linares 26,077.00
5,300.00
13,196.00
General Terán
22,260.00

94
Es importante señalar que en Nuevo León, en el 2007 se sembraron 372,309.91 ha con
diversas especies, de las cuales 7659.85 ha fueron de hortalizas, lo cual representa
el 2.06% de la superficie total de siembras de cultivos.

Hortalizas más importantes

Se consideran hortalizas todas aquellas plantas de ciclo anual o bianual de prácticas


agronómicas intensivas cuyos productos son usados en la alimentación humana en
estado natural (fresco) o procesado (cocida o preservada), presentan un alto conte-
nido de agua (mayor al 70%), un bajo contenido energético (inferior de 100 cal/100
g) y una corta vida útil en postcosecha. Además, son de alto rendimiento por unidad
de superficie y normalmente tienen un alto valor económico en el mercado. Es tal
la importancia económica de las hortalizas que tan sólo el 2.06% de la superficie
total de los cultivos sembrados en el estado de Nuevo León en el 2007, aportaron el
60.24% del valor total de la producción agrícola del estado. Las principales hortali-
zas que se siembran en el estado de Nuevo León son 17, sin embargo, ocho de ellas
ocupan el 88% de la superficie total sembrada con hortalizas en el estado (Figura 2).
Las hortalizas son considerados cultivos generadores de grandes cantidades de mano
de obra y también son importantes desde el punto de vista de su contribución a la
dieta alimenticia de la población.
Es importante destacar que la biodiversidad confiere salud, de diferentes formas,
por ejemplo, la variedad en los alimentos es esencial para mantener la salud en se-
res humanos; por lo tanto, un amplio rango de diferentes fuentes de alimentos es
indispensable para protegerse contra desastres climáticos o biológicos que pueden
afectar una o más fuentes de alimentos. La diversidad de plantas y animales pueden
proveer una rica fuente de materiales esenciales para la extracción de compuestos
terapéuticos (Wahlqvist y Specht, 1998).
Las frutas y hortalizas son consumidas principalmente por su valor nutritivo, así
como por la variedad de formas, colores y sabores que las hace atractivas para la
preparación de alimentos. Por ser consumidas crudas o con muy poca preparación, la
principal preocupación del consumidor es que se encuentren libres de contaminantes
bióticos o abióticos que puedan afectar la salud (López-Camelo, 2003).

95
Sup. Sembrada (Ha)

Otras
Zanahoria Hortalizas
308 890.75 Calabacita CHile Verde
114 654 Col
Tomate de
Cáscara 319
433

Jitomate
Figura 2. Principales hortalizas 586.6
sembradas en el estado de Nuevo Papa
Sandía
León en el 2007. Fuente http:// 4,128.00
226.5
reportes.siap.gob.mx/aagrico-
la_siap/ientidad/index.jsp

Aun y cuando la producción de hortalizas en Nuevo León no es preponderante, exis-


ten niveles importantes de producción de las mismas. Dentro de las hortalizas que
se siembran en el estado de Nuevo León sobresale la producción de tomates, chiles
y papas. El 50% de los productores destina su producto al mercado de Monterrey.
Además de estos cultivos, el estado produce jitomate, tomate de cáscara (Figura 3),
col, zanahoria, sandía, melón (Figura 4) y calabacita. De acuerdo con López-Camelo
(2003), estas hortalizas como otras frutas son particularmente ricas en fitoquímicos
como los terpenos (carotenoides en frutos de color amarillo, naranja y rojo), fenoles
(los colores azul y violeta de las berenjenas), lignanos (brócoli), y tioles (compuestos
que poseen azufre, presentes en ajo, cebolla, puerro y otros alliums, y en repollos y
coles en general).

Figura 3. Physalis ixocarpa (Tomate cáscara). Foto: Ra-


mírez Godina

96
Figura 4.Cucumis melo L. var. reticulatus (Melón).
Foto: Robledo Torres

Aportación de las hortalizas a la dieta alimenticia

Desde el punto de vista nutritivo, las hortalizas no son suficientes para satisfacer los
requerimientos nutricionales diarios, esencialmente por su bajo contenido de mate-
ria seca. Poseen un alto contenido de agua y bajo de carbohidratos —exceptuando
batata, papa, yuca y otros órganos subterráneos—, y bajo contenido de proteínas
(salvo las leguminosas y algunas crucíferas) y de lípidos, pero son, en general, una
buena fuente de minerales y vitaminas.
La fibra dietética se puede definir como la porción vegetal que no puede ser
digerida por las enzimas del tracto digestivo humano aunque sus componentes son
metabolizados anaeróbicamente en proporciones variables por la microflora del colon.
Son polisacáridos estructurales de las plantas y se dividen en celulosa, hemicelulosas,
lignina, pectinas, gomas y mucílagos. La fibra dietética contribuye a la regulación del
tránsito fecal, por lo que combate tanto la diarrea como el estreñimiento, contribuye
a mantener los niveles de glucosa en sangre y a eliminar parte del colesterol circulan-
te. Entre las utilidades alimentarias de las hortalizas, destacan el aprovechamiento
nutricional de diversos compuestos bioquímicos inherentes a su composición.
La reciente introducción de numerosas variedades hortícolas orgánicas y no or-
gánicas, constituye una respuesta a las exigencias de mayor productividad y calidad,
vida útil más amplia, mayor resistencia a enfermedades, y mejor aceptación por parte
del consumidor. No obstante, el gran número de variedades de hortalizas de reciente
creación no ha venido acompañado de un conocimiento nutritivo de las mismas.
Este conocimiento se plantea como necesario, habida cuenta de la gran oscilación
que pueden sufrir los compuestos nutritivos en función de la variedad de hortalizas.
Numerosos autores señalan que los tomates pueden presentar variaciones en el con-
tenido de vitamina C en función de la variedad de los mismos de hasta un 200%. Por
ello, es indispensable el conocimiento nutricional de las variedades de hortalizas.

97
Perfil nutricional de las horalizas de Nuevo León

En general, el consumo de hortalizas trae como consecuencia altos consumos de agua,


ya que todas ellas tienen por lo regular porcentajes casi siempre superiores al 90%;
por lo tanto, la cantidad de materia seca en un tomate, una calabacita, un pepino o
bien una sandía llega a ser inferior al 5%, sin embargo, a pesar del reducido aporte
de materia seca, el beneficio más grande que se obtiene con el consumo de horta-
lizas es debido al consumo de los fitoquímicos que se encuentran en las hortalizas
en cantidades reducidas, pero no por ello poco importantes, desde el punto de vista
de la salud, ya que en algunos casos se puede rebasar los requerimientos diarios de
algunos elementos esenciales en la salud humana (Tabla 1 y 2). Lo anterior, tomando
como base los requerimientos diarios para lograr una vida saludable (Tabla 3).

Tabla 1. Comparación del contenido de vitaminas, minerales y aminoácidos en


diferentes especies de hortalizas

Especies Vitamina A Vitamina C Tiamina Riboflavina Hierro Fibra

Acelga MB B
Apio B MB
Batata E B
Brócoli B S-R B S-R
Cebolla bulbo MB
Coliflor S-R E
Colinabo E
Espárrago B B E
Espinaca E MB B
Lechuga Romana MB MB
Melón E B
Nabo B
Papa E MB
Pepino B
Pimiento S-R
Rabanito MB
Remolacha B
Repollo E S-R E
Repollo colorado B E
Sandía MB E MB B
Tomate B E
Zanahoria S-R
B = Buena; MB = Muy buena; E = Excelente, S-R = Supera los requerimiento diario

98
Tabla 2. Perfil de nutrientes esenciales de hortalizas
Agua y Energía Proteínas Lípidos-grasas Vitaminas

elementos

elementos
Macro-

Micro-
(Aminoáci- (Ácidos grasos)
dos)

Agua Histidina Ácido Oléico Na Fe A


Carbohidratos Isoleucina Ácido Linoléico K Zn D
Leucina Ca Cu E
Lisina Mg Mn K
Metionina S I C (Ac. Ascór-
bico)
Fenila- P F B1 (tiamina)
lanina
Treonina Cl B B2 (ribofla-
vina)
Triptófano Se B3 (niacina)
Valina Mo B5 (Ac. Pan-
totenico)
Ni B6 (piridoxi-
na)
Cr B7 (biotina)
Si B9 (Ac.
Fólico)
As B12 (cobala-
mina)
Li
Sn
V
Co
(en
B12)
Fuente: Welch y Graham, 2004.

Tabla 3. Contenido de minerales y vitaminas en una porción de 100 g de la parte


comestible de las hortalizas más comunes
Hortaliza Ca Vitamina Tiamina Riboflavina Fe P Niacina Ácido
100gr mg A (UI) mg Mg (mg) (mg) (mg) Ascórbico
(mg)
Calabaza 19 2800 55 100 0.8 44 0.7 9
Cebolla 32 120 60 45 0.5 44 0.2 10
Zanahoria 37 11000 60 50 0.7 36 0.6 8
Brócoli 400 402 70 150 1.5 70 0.8 75
Coliflor 123 92 60 80 0.6 61 0.5 28
Repollo 49 130 50 50 0.4 16 0.06 47
Tomate 13 900 60 40 0.5 27 0.7 23
Papa 10 Trazas 100 30 1.0 50 1.0 16
Bolaños-Herrera A. 2001. Introducción a la Olericultura. Editorial Universidad Estatal a distancia San
José, Costa Rica. ISBN 9977-64-967-7

99
De manera particular se ha encontrado que hortalizas como el chile (Figuras 5 y 6) es
una fuente excelente de minerales y vitaminas C, E y A, además de la presencia de
algunos compuestos fenólicos (Tabla 4), de los cuales se sabe que reducen el riesgo
de contraer cáncer, problemas cardiovasculares y otras enfermedades crónico dege-
nerativas (Dillard y German, 2000).
Mediante el método de la capacidad de absorción del radical oxigeno de un total
de 927 muestras de hortalizas, se ha determinado que el chile verde, espinaca, ce-
bolla roja, brócoli, betabel y coliflor (Figuras 5, 6 y 7) son las fuentes que encabezan
la actividad antioxidante contra los radicales peróxido (Ou et al., 2002).

Figura 5. Capsicum annuum L. var. grossum (Chile


ancho). Foto: Robledo Torres

Figura 6. Capsicum annuum L. var. longum (Chile


guajillo). Foto: Robledo Torres

100
Figura 7. Spinacia oleraceae L. (Chenopodiaceae)-
espinaca. Foto: R. Ferris

Tabla 4. Ingestión diaria recomendada de vitaminas y minerales para la población


mexicana (Fuente: Inst. Nac. Nut. Salvador Zubirán. 2001)
Niños Niños
Vitaminas 7 a 18 Adultos Minerales 7 a 18 Adultos
años años
Vitamina A (retinol) (mg eq) 1000 1000 Calcio (mg) 1000 800
Vitamina C (mg) 60 60 Cinc (mg) 15 15
Vitamina B1 (tiamina)b (mg) 1.2 1.5 Cobre (mg) 2 2
Vitamina B2 (riboflavina) (mg) 1.5 1.7 Flúor (mg) 2 2
Vitamina B3 (niacina) (mg) 16 19 Fósforo (mg) 1000 800
Vitamina B6 (piridoxina) (mg) 1.7 2 Hierro (mg) 15 15
Vitamina B12 (mg) 1.7 2 Magnesio(mg) 400 350
Vitamina D (mg)a ……… …….. Yodo( mg) 150 150
Vitamina E (mg eq) 10 10
Ácido Fólico (mg) 180 200
a
Debido al grado de exposición al sol, no se dan valores, pero se recomiendan 10 mg para adultos mayores
de 65 años de edad. bSi la actividad física es intensa, considerar 0.5 mg de tiamina, 0.6 mg de riboflavina
y 8 mg eq de niacina por cada 1000 Kcal. de gasto energético.

Las vitaminas y minerales en las hortalizas y su importancia para la salud

Las hortalizas, además de ser portadores importantes de antioxidantes, también


poseen vitaminas y minerales que contribuyen a la salud del ser humano.
Las característica general de las hortalizas es su elevado contenido en vitaminas
(A, C, E), minerales y ácido fólico, entre otros, reconocidos como antioxidantes (pro-
tectores de tejidos contra la acción de factores mutagénicos y cancerígeno) para el
ser humano y reguladoras de ciertos procesos metabólicos, y por ello, recomendadas
para la prevención de diversas patologías como son algunos tipos de cánceres y en-
fermedades cardiovasculares, que constituyen las principales causas de muerte en
nuestra sociedad. Además, las hortalizas son fuente de elementos minerales de alto

101
valor nutricional como cobre, hierro, fósforo, cinc, manganeso, calcio, yodo, flúor y
fibra dietética.
Estudios epidemiológicos han establecido que el alto consumo de frutos y hortali-
zas está asociado con la baja incidencia en las tasas de mortalidad por cáncer causado
por el daño oxidativo del ADN, que es considerado un importante mecanismo que
promueve el desarrollo de muchos cánceres. La reducción de la cantidad de daño
oxidativo del ADN puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer. Esta reducción en
el daño oxidativo del ADN puede ser lograda mediante el consumo de antioxidantes
y quimioprotectores que se encuentran en las hortalizas. Este sistema antioxidante
protector es proporcionado por el β-caroteno, vitaminas E, C y el selenio (Martí-
nez et al., 2001); lo antes indicado coincide con lo señalado por Szeto et al. (2000),
quienes indican que el ácido ascórbico y otros micronutrientes antioxidantes están
relacionados con la promoción de la salud. Por su parte, Müller (1997) indica que
estudios epidemiológicos han mostrado una correlación inversa entre el consumo de
hortalizas y frutos ricos en carotenoides, y la incidencia de cáncer y enfermedades
cardiovasculares.
Los minerales son elementos químicos imprescindibles para el normal funciona-
miento metabólico. Los minerales de las hortalizas desempeñan un papel importan-
tísimo en el organismo, ya que son necesarios para la elaboración de tejidos, síntesis
de hormonas y en la mayor parte de las reacciones químicas en las que intervienen los
enzimas. Por ejemplo el β-caroteno presente en cantidades considerables en la raíz
de la zanahoria y los tejidos verdes de las plantas es considerado un protector impor-
tante de la piel y los ojos contra las radiaciones solares. En general, este compuesto
protege a los lípidos del cuerpo de la oxidación, con lo que preserva la integridad de
los tejidos.
El calcio ha sido asociado a la reducción de la incidencia de varios tipos de cáncer
y previene contra la osteoporosis. Este elemento está presente en varias especies
vegetales, como por ejemplo: el repollo, el brócoli, el pepino y la coliflor (Figuras 8
y 9). Recientemente, el consumo de alimentos ricos en selenio, como el brócoli, se
ha asociado a la disminución de cáncer de piel, hígado y colón, además de reducir la
incidencia de tumores en los senos.
El cinc participa en la modulación del sistema inmune e interviene en el metabo-
lismo de los hidratos de carbono, aminoácidos y lípidos, y promueve la reproducción
celular y la reparación de tejidos, mientras que el cobre interviene en la síntesis de
la hemoglobina y en la absorción del hierro. Por su parte, el flúor forma parte de los
huesos y dientes otorgándole a éstos, resistencia contra la caries.

102
Figura 8. Brassica olerácea L. var. itálica (Brócoli).
Foto: Robledo Torres

Figura 9. Cucumis sativus L. (pepino). Foto: Robledo


Torres

El fósforo juega también un papel importante en el cuerpo humano, ya que forma


parte de numerosas coenzimas y de algunas vitaminas hidrosolubles y de los ácidos
nucleicos, e interviene en la formación de la membrana celular. En cambio, el hie-
rro forma parte de la hemoglobina, de la mioglobina, de los citocromos y de varias
enzimas. El magnesio está involucrado en la biosíntesis de los aminoácidos y forma
parte de un grupo prostético de más de 300 acciones enzimáticas relacionadas con
la integridad de los ácidos nucleicos y de los ribosomas. El yodo, por su parte, forma
parte de las hormonas tiroideas, importantes en el metabolismo del cuerpo humano.
Otros elementos, como el potasio, están involucrados en la regulación de la presión
osmótica y transporte de nutrimentos (Instituto Nacional de la Nutrición, Salvador
Zubirán, 2001).
Las hortalizas son ricas en fitoquímicos como los terpenos, que se encuentran
en la familia de los carotenoides y dan el color rojo al tomate (Figura 10), sandía y
pomelo; tienen probadas propiedades antioxidantes, es decir, neutralizan los radi-
cales libres que pueden dañar las células humanas. Las hortalizas con más de 10 mg
de carotenoides totales por 100 g de porción comestible fueron el chile rojo (30.4
103
mg), la zanahoria (15.9 mg) y el tomate (12.7 mg). Además, las hortalizas contienen
fenoles (el color violeta de las berenjenas), lignanos (brócoli), y tioles —compuestos
que poseen azufre, presentes en ajo (Figura 11), cebolla, puerro, otras especies de
Allium, repollos y coles en general—.

Figura 10. Licopersicon esculentum (Tomate). Foto:


Robledo Torres

Figura 11. Allium sativum var. vulgare (Ajo) Foto:


René Ferris

104
Las vitaminas son sustancias orgánicas muy importantes para los procesos metabó-
licos de todos los seres vivos. Su función no es aportar energía, sino que ayudan a
que el organismo pueda aprovechar la energía de los demás alimentos. Por ejemplo
el ácido ascórbico, vitamina C, está presente en varias hortalizas y es un antioxidante
que tiene propiedades anticancerígenas importantes.
Tanto los microelementos como las vitaminas son considerados micronutrientes
esenciales para la nutrición humana. Las deficiencias de hierro (Fe), yodo (I), vitamina
A (Daucus carota L.) y zinc (Zn) son actualmente las deficiencias de micronutrientes
de mayor importancia para la salud humana en el mundo en desarrollo. La deficiencia
de hierro es el desorden nutricional más común en el mundo, provocando la anemia.
Mientras que la deficiencia de yodo es la principal causa de daño cerebral en el mundo
y la deficiencia de vitamina A es la principal causa de ceguera en el mundo. La defi-
ciencia de vitamina A incrementa los riesgos de enfermedad y muerte por infecciones
severas, causa ceguera nocturna en mujeres embarazadas, y puede incrementar el
riesgo de mortalidad maternal (Hotz y Brown, 2004).

Mejoramiento de la calidad nutricional de las hortalizas

El valor nutritivo de las hortalizas es afectado por factores del ambiente en que son
sometidos para su producción, así como por las condiciones de manejo poscosecha y
la forma en que se preparen para su consumo. Estas consideraciones hacen evidente
que los valores nutricionales presentados en las tablas 2-4, son solamente puntos
de referencia, o estimaciones generales sobre el valor nutritivo de los mismos. Se ha
demostrado que el valor nutritivo de las hortalizas puede variar de acuerdo al sistema
de producción, la concentración en fruto de un cultivo bajo riego diferirá a la de un
cultivo desarrollado bajo condiciones de temporal, la concentración de elementos
minerales, vitaminas y antioxidantes en general también podrá variar de acuerdo
al nivel de nutrición utilizado en el cultivo. Se ha encontrado que la fertilización ni-
trogenada tiene un efecto positivo en el nivel de caroteno en zanahoria y espinaca
(Dibb et al., 2006). Se indica que la fertilización con fósforo podría incrementar el
contenido de azúcar en tomate y mejorar el color de la remolacha. La acidez del
tomate y los contenidos de sólidos y almidón en papa se relacionan positivamente
con la fertilización con potasio.
Con el uso de nuevas tecnologías, como la protección mediante el uso de los plás-
ticos en la agricultura, también se ha mejorado la calidad nutricional de las hortalizas
e incluso el color del acolchado plástico o la cubierta, en el caso de túneles altos,
influyen en la calidad de las hortalizas. En un estudio con tomate de cáscara y tres
colores de acolchado y un tratamiento con suelo desnudo se demostró que al haber
una modificación de la temperatura del suelo se afectó el crecimiento, rendimiento
de fruto y contenido de algunos minerales en el área foliar y semilla (Díaz et al., 2005).
Situación similar fue observada en el cultivo de melón al estudiar cinco colores de
acolchado plástico y un tratamiento sin acolchado, encontrando que el color del acol-
chado influyó favorablemente para incrementar las cantidades de algunos minerales
105
en la pulpa del fruto (Sosa-Romero, 2003). En base a lo antes citado podemos concluir
que la calidad de las hortalizas puede ser modificada favorablemente, incrementando
la calidad nutricional de las partes de importancia económica (hojas, tallos, frutos,
raíces) de acuerdo al manejo realizado en el cultivo.

Hortalizas silvestres

En el estado de Nuevo León existe una amplia riqueza florística que permite el uso de
algunas especies como especies hortícolas, la mayoría de ellas son especies que nor-
malmente no son comercializadas de manera intensiva, sin embargo, ocasionalmente
se llegan a encontrar en mercados de la localidad, o bien, forman parte de platillos
en restaurantes de la ciudad. Este tipo de hortalizas juega un papel muy importante
en la nutrición de las poblaciones más marginadas del estado, ya que aportan canti-
dades importantes de fitoquímicos que contribuyen a la alimentación y salud de la
población. Dentro de estas hortalizas se encuentra el Chile piquín (Capsicum annuum
var. aviculare) y la verdolaga (Portulaca oleracea), la cual ha sido reconocida como
la fuente más rica de ácido linoléico (4 mg/gr-1 de peso fresco) y antioxidantes, entre
los vegetales de hojas verdes (Omara Alwala et al., 1991). Considerando lo anterior,
la verdolaga puede ser una fuente sustituta del aceite de pescado, debido a su alto
contenido de ácido linoléico, el precursor más importante de los ácidos grasos
omega-3 (Páez et al., 2007), que se cree disminuyen los niveles de colesterol sérico,
controlan la presión arterial y previenen las enfermedades coronarias, además de
proveer vitamina C, E y antioxidantes (Simopoulos, 2004).
Otra especie importante de uso alimenticio ocasional son los quelites (Amaranthus
spp), los cuales no sólo contienen fibra, vitaminas, minerales y proteínas, también
contienen ácidos grasos poli-insaturados, como el omega-6 y el omega-3 (Torres
Acosta et al., 2009). Por otra parte, también se indica que en el género Chenopodium
se pueden encontrar cantidades de hierro superiores a 8 mg/100 (Guil-Guerrero,
1994; Martínez et al., 2001).
Otras especies que, aunque no son de crecimiento herbáceo, se consume el bo-
tón floral, como es el caso de la palma yuca (Yuca filifera, Yuca carnerosana), zábila
(Aloe vera), Biznaga (Echinocactus biznaga y Ferocactus pringlei) y nopal (Opuntia
engelmannii, Opuntia ficus-indica)

Panorama actual de hortalizas

En primer lugar, existe una tendencia mundial hacia un mayor consumo de hortalizas,
motivado fundamentalmente por una creciente preocupación por una dieta más
equilibrada, con menor proporción de carbohidratos, grasas y aceites, y con una
mayor participación de fibra dietaria, vitaminas y minerales. Esto se fundamenta, en
parte, en las menores necesidades calóricas de la vida moderna, caracterizadas por

106
un mayor confort y sedentarismo. El otro factor que determina esta tendencia es la
mayor conciencia de la importancia de la dieta en la salud y la longevidad.
Otra característica que se observa es la creciente segmentación del mercado a
través del incremento en las formas, los colores, los sabores, las formas de prepa-
ración y/o el empaque en que un producto es presentado. Entre otros, el tomate es
un ejemplo de ello, ya que hoy en día pueden adquirirse al menos 4 tipos distintos:
redondo convencional, “larga vida”, “cherry” y “perita”, todos ellos en distintos
tamaños, formas de empaque y, en algunos casos, de color. Estos mismos tomates
también se comercializan en racimos. También se detecta una creciente oferta de
hortalizas exóticas y orgánicas o no convencionales, lo que conjuntamente con el
aspecto anterior, incrementa notablemente las opciones de compra.
Cabe mencionar que actualmente existe una creciente demanda de una calidad
superior tanto externa como interna. Los aspectos externos (presentación, aparien-
cia, uniformidad, madurez, frescura) son los componentes principales de la decisión
de compra, la que normalmente es tomada cuando el consumidor ve la mercadería
exhibida en el local de venta. La calidad interna (sabor, aroma, textura, valor nutritivo,
ausencia de contaminantes bióticos y abióticos) está vinculado a aspectos general-
mente no perceptibles pero no por ello menos importantes para los consumidores.

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108
PLANTAS MEDICINALES DE NUEVO LEÓN
González-Ferrara M
“Pacalli” La Casa de las Hierbas, Río Nazas # 515
Col. Jardines de Roma, Monterrey, N. L., México
mauricio@pacalli.com.mx

Resumen

E
n el presente capítulo presentamos el registro contemplado hasta el momento
de las plantas medicinales reportadas en el estado de Nuevo León. Se inclu-
yen 221 especies de 180 géneros y 78 familias botánicas. Dentro de éstas se
reportan 2 especies de dos familias de líquenes, un helecho y una flor de peña; el
resto es representado por 217 especies de plantas fanerógamas. Se hace un listado
taxonómico y posteriormente se presentan las especies con sus nombres comunes y
los usos reportados a las mismas. 156 especies están consideradas dentro de la flora
nativa de la región, las restantes 65 especies incluyen plantas introducidas desde la
época de la Colonia como la manzanilla, el romero, la ruda y la albahacar, hasta las
de reciente introducción como la chaya, el algarrobo, el árbol del neem y la melissa.
Sólo se enlistan las plantas que forman parte de la flora silvestre y/o ornamental que
se encuentra en el estado, por lo tanto, no se incluyen todas las que se comercializan
en nuestros mercados y tiendas herbolarias.

Introducción

El uso de los vegetales para la procuración y el mantenimiento de la salud se remonta


a los mismos inicios de la evolución humana. En ese entonces el hombre sólo conocía
dos extremos, la vida y la muerte. El descubrimiento de la curación debió colocar a
los hombres y las mujeres que poseían tales conocimientos sanatorios en una jerar-
quía especial. Así surgieron los primeros chamanes, los hombres sabios, los primeros
hombres de la medicina.
Con el paso del tiempo fue necesario registrar los importantes descubrimientos
medicinales. Por ejemplo, hace 4 mil 500 años los asirios consultaban una farmacopea

109
que utilizaba las propiedades medicinales de 250 plantas. El Código de Hamurabi (Rey
de Babilonia) es uno de los más extensos registros tallados en roca, que mencionan
numerosas plantas de uso medicinal. La farmacopea de la antigua Mesopotamia
incluía 250 plantas que eran aplicadas para sanar, como la amapola, la belladona, el
tomillo, el ajo y el sen, entre otras.
Uno de los más antiguos registros de herbolaria se encuentra en los documentos gra-
bados en los papiros egipcios de Ebes, que datan del siglo XVI antes de Cristo, los cuales
contienen 877 recetas y prescripciones médicas. Entre las muchas plantas que mencionan,
están la linaza, el opio, la mirra, el aloe, el ricino, el enebro, el hinojo y la henna.
México, nuestro país, es sin duda, uno de los lugares más favorecidos en la Tierra,
su diversidad de climas, terrenos y parajes hace de este territorio un laboratorio
químico natural en el que las diferentes especies botánicas viven, se transforman y
conviven con nuestra población desde el pasado indígena. La medicina y la terapia
desarrolladas por las comunidades prehispánicas sorprendieron enormemente a los
conquistadores españoles.
Hernán Cortés, en una de las cartas que envió al Rey Carlos V, le pedía que no
enviara médicos a la Nueva España, dado que en esta tierra los hombres de medicina
curaban pronto y bien, apoyados en la experiencia y, particularmente, en el uso y
conocimiento de la botánica. El impacto que causó en España la herbolaria de las
tierras recién conquistadas fue tal, que Felipe II envió a su célebre médico Francisco
Hernández a estudiar las plantas curativas que tan eficientemente se aplicaban en la
Nueva España. Hernández, recopiló un herbario sobre el cual basó su tratado Rerum
Medicarum Novae Hispaniae Thesaurus. Las culturas prehispánicas produjeron, en
diversos lugares de México, herbarios medicinales, curaciones y atención médica y
quirúrgica a sus pobladores, incluso después de la llegada de los conquistadores. Fray
Bernardino de Sagahún y el Códice Floriano divulgaron a todo el mundo la imponde-
rable virtud médica del México Prehispánico.
En el noreste de nuestro país, los primeros datos sobre el uso de plantas como
alimento o medicina se remontan a 1649, en los relatos del capitán Alonso de León
en su “Relación y Discursos del descubrimiento, población y pacificación de este
Nuevo Reino de León; temperamento, y calidad de la tierra”. Esta crónica relata la
vida cotidiana de los primeros habitantes de estas tierras. En ellos se menciona al
mezquite, la tuna y el maguey como algunos de los principales alimentos locales,
haciendo también referencia, aunque sin detalle, del uso que los indígenas hacían
“con muy buenos aciertos” de muchas plantas medicinales.
Debido a que las tribus que habitaron el noreste de México opusieron gran re-
sistencia a la colonización, los conquistadores, en su afán de someter a las culturas
autóctonas, acabaron prácticamente por completo con las culturas norestenses
precolombinas. Las autoridades virreinales desarrollaron una estrategia colonizadora
que tenía como fin promover mediante el ejemplo las ventajas de la vida sedentaria,
fundando pueblos con indígenas sedentarios, principalmente tlaxcaltecas y otomíes
—aunque también llegaron cholultecas y tarascos—, para lograr sus propósitos de
conquista. Estas culturas nativas del centro y sur de México trajeron con ellos no
sólo su trabajo, sino su cultura, incluyendo el uso de algunas plantas medicinales.
110
Los españoles contribuyeron también a la herbolaria local trayendo plantas de origen
europeo como la manzanilla, la ruda y el romero, que pronto fueron absorbidas por
la cultura local.
La Comisión de Límites, organizada en 1827, fue dirigida por Luis Berlandieri y
Rafael Chovel, encargada de marcar los puntos convenidos en el tratado celebrado
en 1819 por Don Luis de Onís. Como parte de este trabajo, se encargaron de marcar
la flora correspondiente al noreste de México y sureste de Texas, dando así a conocer
los usos de muchas plantas medicinales de la región. Posteriormente, Berlandieri ejer-
ció la farmacia en Matamoros, Tamaulipas entre los años 1834-1851, aprovechando
muchas de las especies medicinales de esta región.
En 1873, en los alrededores de Monterrey, el Dr. Joaquín María Gómez cultivaba
la adormidera (Papaver somniferum) para obtener el opio y mencionaba el nativo
cardo o chicalote (Argemone spp) como otra posible fuente de morfina (hoy en día
sabemos que las especies del género Argemone de nuestra región contienen otros
alcaloides pero no morfina).
Hace más de 100 años que el insigne Dr. José Eleuterio González (Ilustre botánico,
fundador y primer director del Hospital-escuela de Monterrey, desde su fundación
–1859— hasta su deceso en 1888, hoy Hospital Universitario de la U.A.N.L. Dr. José
Eleuterio González), citaba en su cátedra de Farmacia más de una decena de plantas
medicinales originarias de Nuevo León, las cuales incluyó en un informe publicado en
el tercer tomo de La Naturaleza, en 1874, y después en su obra “Un Discurso y Un Ca-
tálogo de Plantas Clasificadas” y “Lecciones Orales de Materia Médica y Terapéutica”
impresas en 1888 aunque concluidas en 1881. Entre las plantas medicinales citadas
figuran la hierba de las almorranas (Teucrium cubense), el gordolobo (Gnaphalium
obtusifolium), el cenizo (Leucophyllum frutescens), el estafiate (Artemisia mexicana)
y el toloache (Datura spp).
La fama de algunas plantas medicinales como el chaparro amargo (Castela texana),
y la anacahuita (Cordia boissieri) era ya tan grande que fueron investigadas por el
Instituto Médico Nacional (1880-1917) y la información resumida se publicó en “Datos
para la Materia Médica Mexicana” (1894-1907).
Entre los años de 1894 y 1911, Edward Palmer recabó información etnobotánica
en los mercados de Monterrey, Saltillo, San Luis Potosí, Durango, Zacatecas y Gua-
najuato (Martínez, 1976). Sus notas han sido utilizadas por otros investigadores de
la flora mexicana, como Stafford y Stanley.
A mediados del siglo XX, las plantas medicinales son ordenadas en las diversas
fuentes bibliográficas por los padecimientos para los cuales son utilizadas, lo que fue
llamado una visión moderna; para esto están las obras de Díaz (1976), y las tesis diri-
gidas por el M. en C. Rafael Martín del Campo entre los años 1973 a 1987. El artículo
publicado en 1979 “Notas sobre el uso de las plantas medicinales en las comunida-
des rurales del estado de Nuevo León” de Mauricio González y Leonor González, es
la primera obra en donde aparece la mención de un cuadro básico de plantas; esto
obedeció a las pláticas entre los autores con los investigadores del Instituto Mexicano
para el estudio de las plantas medicinales (IMEPLAM). Esta forma de agrupar a las
plantas por aparatos y sistemas toma fuerza cuando se forma la Unidad de Inves-
111
tigación Biomédica en Medicina tradicional y Herbolaria del IMSS, con las obras de
Aguilar y Camacho (1984–1985).
Actualmente, México es uno de los países con mayor riqueza y diversidad en
plantas medicinales, y que, de una forma natural, contribuye hoy, como antaño, a
procurar la salud y el mantenimiento de la misma, gracias a la cantidad de plantas
que se desarrollan en nuestro territorio.
La naturaleza nos demuestra que todo paraje exuberante o desértico, arenoso o
selvático, húmedo o seco, es parte de un ecosistema que interactúa para mantener
la vida en forma equilibrada, haciendo esto de igual importancia al tallo del cactus
que al mangle de la selva.
En fechas recientes se ha tenido conocimiento del abuso excesivo en la reco-
lección, explotación y comercio de plantas con propiedades medicinales, por parte
de personas y corporaciones sin escrúpulos. Año con año se destruyen especies de
plantas medicinales por la irresponsable comercialización de las mismas. Son arran-
cadas y destruidas, impidiendo su reproducción y minando sus fuerzas y cualidades;
los terrenos son deforestados, como si no hubiera un estrecho vínculo de vida entre
el hombre y la naturaleza, actos que encaminan a todo ser viviente a la agonía, a la
enfermedad y la muerte.
Por otro lado y también como consecuencia del llamado “boom” del uso de las
plantas medicinales, se ha registrado la introducción reciente de especies exóticas
como la chaya (Cnidoscolus chayamansa) originaria de Yucatán, introducida en
nuestras tierras a principios de los años 70 por el botánico empírico Don Anacleto
Botello (“Cleto Botello”), quién dedicó sus últimos años de vida a promover su cultivo
y uso en nuestra región; la introducción del algarrobo (Ceratonia siliqua) por nuestro
querido y visionario maestro y fundador de las Facultades de Ciencias Biológicas y de
Agronomía de la U.A.N.L., el Dr, Eduardo Aguirre Pequeño, quien prefería llamar a este
árbol “Pan Gonzalitos” en honor al Dr. José Eleuterio González; o la aún más reciente
introducción del árbol originario de la India conocido como Neem (Azadirachta indica)
por la Facultad de Agronomía de la UANL, o la limonaria o toronjil español (Melissa
officinalis), planta originaria de Italia e introducida a su cultivo en nuestra región por el
Biol. Mauricio González Ferrara. Plantas consideradas en su momento exóticas y que
hoy en día observamos con bastante naturalidad, cultivadas en nuestro territorio.
Desde el principio de los tiempos, en todas las culturas y para todos los hombres,
la salud es el regalo más preciado, el cual nos permite vivir en forma íntegra y dichosa.
Las plantas han sido desde entonces, son ahora y serán en el futuro, nuestras aliadas
más poderosas para procurar la salud y mantenerla.

Registro de especias medicinales

Tenemos por el momento 221 especies reportadas con uso medicinal que se han
encontrado físicamente en Nuevo León. El número es un poco mayor, ya que algunos
géneros donde la gente no distingue las especies y/ó se utilizan de manera indistinta

112
los hemos agrupado bajo el género, pudiendo ser más de una ó dos especies, como
es el caso de los sauces (Salix spp), fresnos (Fraxinus spp), palmas chinas (Yucca spp),
y nopales (Opuntia spp).
Estas 221 ó más especies pertenecen a 180 géneros de 78 familias diferentes.
Es importante mencionar que no hacemos referencia al uso medicinal de hongos
en la zona, que es muy escaso, mas sí a líquenes (2 géneros de 2 familias), helechos
(1 especie) y fanerógamas (el resto de las especies). Las familias más representadas
son: Asteraceae con 33 especies, Lamiaceae 20 especies, Euphorbiaceae 13 especies,
Solanaceae 10 especies.
Estamos incluyendo tanto especies nativas de la región (156) como introducidas
y cultivadas (65 especies). En el caso de las especies introducidas, si se mencionan es
porque ejemplares de las mismas han sido encontradas físicamente en la región, no
estamos incluyendo a todas las especies que se comercian en nuestros mercados. Hay
casos donde el registro es raro, como los ejemplares de Vitex agnus castus (alucema
o mejor conocido como árbol casto), colectados en una comunidad del municipio
de Anáhuac que no lo hemos vuelto a encontrar en otras comunidades, o en el otro
extremo, algunas introducidas que se están cultivando ya incluso a manera comercial
como es la Azadirachta indica (árbol de neem) y la Melissa officinalis (melisa), ú otras
que están siendo utilizadas en la región como especies de ornato como el árbol de
olivo (Olea europea) o el Ginkgo biloba.
A continuación presentaremos las especies, primero desde una perspectiva taxo-
nómica, agrupadas por familia y, por último, enlistadas alfabéticamente por especie.
En este último listado se presenta, primero por el nombre científico, seguido, por su(s)
nombre(s) popular(es), la parte ó partes de la planta que se utilizan medicinalmente
y finalmente los usos reportados para las especies de manera resumida, ya sea en la
información etnobotánica cómo en la literatura técnica.
Este registro no pretende ser un registro final ya que aún hay ejemplares que no
hemos podido determinar su taxón por falta de material suficiente y el hecho de que
aún hay información etnobotánica que no ha sido documentada. De cualquier ma-
nera consideramos que es una buena fuente de información para los investigadores
interesados en el estudio de las plantas medicinales.

LISTADO DE ESPECIES POR FAMILIA, EN ORDEN ALFABÉTICO

ACANTHACEAE AMARANTHACEAE
Jacobinia spicigera Alternanthera caracasana
Amaranthus retroflexus
AGAVACEAE Tidestromia lanuginosa
Agave americana
Agave striata var. falcata ANACARDIACEAE
Agave lechuguilla Rhus pachyrachis
Agave salmiana Schinus molle

113
APIACEAE Verbesina virginica
Eryngium sp Zaluzania triloba
Foeniculum vulgare
BALSAMINACEAE
ASCLEPIADACEAE Impatiens sp
Asclepias sp.
Asclepias curassavica BIGNONIACEAE
Tecoma stans
ASTERACEAE
Achillea millefolium BORAGINACEAE
Acourtia nana Borago officinalis
Ageratina altissima var. altissima Cordia boissierii
Ambrosia confertiflora Heliotropum angiospermum
Artemisia absinthium
Artemisia frígida BRASSICACEAE
Artemisia ludoviciana Brassica nigra
Bidens pilosa var. calcicola Brassica oleracea
Calendula officinalis Lepidium virginicum
Chromolaena bigelovii Raphanus sativus
Chrysactinia mexicana Rorippa nasturtium- aquaticum
Cirsium sp Sinapsis alba
Cynara scolymus
Echinacea laevigata BROMELIACEAE
Flourensia cernua Tillandsia recurvata
Gnaphalopsis micropoides Tillandsia usneoides
Gymnosperma glutinosum
Heterotheca inuloides BURSERACEAE
Lactuca sativa Bursera simaruba
Macharaenthera pinnatifida
Matricaria recutita CACTACEAE
Parthenium hysterophorus Echinocereus stramineus var. conglo-
Parthenium incanum meratus
Parthenium lozanianum Lophophora williamsii
Pseudognaphalium obtusifolium spp. Opuntia cantabrigiensis
saxicola Opuntia imbricada var. imbricata
Psilostrophe gnaphalodes Opuntia leptocaulis
Sanvitalia ocymoides Opuntia spp
Silybum marianum Pachycereus marginatum
Stevia rebaudiana Wilcoxia poselgeri
Tagetes lucida
Taraxacum officinale CAPRIFOLIACEAE
Thymophylla pentachaeta Sambucus nigra spp. canadensis
Thymophylla setifolia

114
CHENOPODIACEAE Caesalpinia mexicana
Chenopodium ambrosioides var ambrosioides Ceratonia siliqua
Chenopodium graveolens Dalea sp
Eysenhardtia polystachyia
COMELINACEAE Eysenhardtia texana
Commelina erecta var. angustifolia Mimosa malacophylla
Parkinsonia aculeata
CUCURBITACEAE Prosopis glandulosa var. glandulosa
Cucurbita pepo Prosopis laevigata
Sechium edule Senna lindheimeriana
Senna bauhinioides
EBENACEAE
Diospyros texana FAGACEAE
Quercus spp
EPHEDRACEAE
Ephedra trifurca FOUQUIERIACEAE
Fouquieria splendens var. splendens
EQUISETACEAE
Equisetum arvense GENTIANACEAE
Centaurium calycosum
ERICACEAE
Arctostaphylos pungens GERANIACEAE
Pelargonium zonale
EUPHORBIACEAE
Acalypha monostachya GINGKOACEAE
Cnidoscolus chayamansa Gingko biloba
Croton ciliatoglandulifer
Croton dioicus HYDROPHYLLACEAE
Croton incanus Nama sp
Croton monanthogynus
Euphorbia antisyphilitica JUGLANDACEAE
Euphorbia maculata Juglans nigra
Euphorbia postrata Juglans regia
Jatropha dioica var. graminea
Pedilanthus tithymaloides KOEBERLINEACEAE
Ricinus communis Koeberlinia spinosa
Stillingia sylvatica
Tragia glandulifera KRAMERIACEAE
Krameria ramosissima
FABACEAE
Acacia farnesiana ssp. farnesiana LAMIACEAE
Acacia rigidula Cedronella mexicana
Bahuinia divaricata Hedeoma drummondii
Lavandula dentata
115
Leonotis nepetifolia MELIACEAE
Marrubium vulgare Azadirachta indica
Melissa officinalis
Mentha piperita MORACEAE
Mentha spicata Ficus carica
Nepeta cataria Morus nigra
Ocimum basilicum
Origanum majorana MYRTACEAE
Origanum vulgare Eucalyptus globulus
Poliomintha longiflora Psidium guajava
Rosmarinus officinalis
Salvia ballotaeflora NYCTAGINACEAE
Salvia coccinea Allionia choisyi
Salvia officinalis Allionia incarnata var. incarnata
Salvia sp Boerhavia coccinea
Teucrium cubense Bougainvillea glabra
Thymus vulgaris
OLEACEAE
LAURACEAE Fraxinus spp
Cinnamomum verum Olea europea
Lindera benzoin
Litsea pringlei ONAGRACEAE
Persea americana Oenothera rosea
Sassafras albidum
PAPAVERACEAE
LILIACEAE Argemone mexicana var. mexicana
Allium cepa Argemone sanguinea
Allium sativum
Aloe vera PARMELIACEAE
Sansevieria zeylanica Usnea sp
Yucca spp
PASSIFLORACEAE
LINACEAE Passiflora incarnata
Linum usitatissimum
PHYTOLACACEAE
LOGANIACEAE Phytolacca octandra
Buddleja cordata var. cordata
Buddleja marrubiifolia PINACEAE
Buddleja scordioides Pinus spp

MALVACEAE PIPERACEAE
Malvastrum americanum Piper sanctum
Sida abutifolia

116
PLANTAGINACEAE SAPOTACEAE
Plantago major Bumelia celastrina

POACEAE SCROPHULARIACEAE
Cenchrus incertus Castilleja lanata
Coix lachryma-jobi Leucophyllum frutescens
Cymbopogon citratus
Zea mays SELAGINELLACEAE
Selaginella lepidophylla
PTERIDACEAE
Notholaena aurea SIMARUBACEAE
Castela erecta spp. texana
PORTULACACEAE
Portulaca oleracea SMILACACEAE
Smilax bona nox
PUNICACEAE Smilax tamnoides
Punica granatum
SOLANACAEAE
RAMALINACEAE Capsicum annum var. glabriusculum
Ramalina sp Datura inoxia
Datura sp.
RANUNCULACEAE Nicotiana glauca
Clematis drummundii Nicotiana trigonophylla
Physalis pubescens
RESEDACEAE Solanum chrysotrichum
Reseda odorata Solanum ptychanthum
Solanum rostratum
RHAMNACEAE
Karwinskia humboldtiana TROPAEOLACEAE
Tropaeolum majus
ROSACEAE
Crataegus mexicana TURNERACEAE
Purshia plicata Turnera diffusa
Rosa centifolia
ULMACEAE
RUTACEAE Celtis pallida
Citrus aurantifolia
Citrus aurantium URTICACEAE
Citrus limon Urtica dioica
Helietta parvifolia
Ruta chalepensis VERBENACEAE
Lantana camara
SALICACEAE Vitex agnus castus
Salix spp
117
VISCACEAE ZINGIBERACEAE
Arceuthobium vaginatum Curcuma longa
Phoradendron tomentosum Zingiber officinalis

VITACEAE ZYGOPHILLACEAE
Cissus incisa Guaiacum angustifolium
Larrea tridentata

LISTADO DE ESPECIES POR ORDEN ALFABÉTICO INCLUYENDO NOMBRES POPULARES,


PARTE UTILIZADA Y USOS Ó EFECTOS REPORTADOS.

Acacia farnesiana spp farnesiana


Huizache. Flores; cefalea, dispepsia. Fruto; disentería, antiinflamatorio. Hojas; cica-
trizante. Corteza; antiinflamatorio.

Acacia rigidula
Chaparro prieto. Parte aérea; antiinflamatorio, antivomitivo, antioxidante.

Acalypha monostachya
Hierba del cáncer. Parte aérea; infecciones de la piel, heridas, duchas cáncer vaginal,
cólicos estomacales.

Achillea millefolium
Milenrama, plumajillo, real de oro. Parte aérea; cicatrizante, antiinflamatorio, tónico
venoso, tónico matriz, cólicos menstruales, menstruación irregular, hemorroides,
dispepsia.

Acourtia nana
Pionía. Raíz; pulmonía, estreñimiento.

Agave americana
Maguey. Cutícula; hemostático. Hoja; antiinflamatorio tópico. Aguamiel; nutritivo,
diurético, digestivo, estreñimiento, fortalecedor óseo, hipocolesterémico, antitu-
moral, antioxidante.

Agave striata var. falcata


Espadín. Hoja; antiparasitario.

Agave lechuguilla
Lechuguilla, amole. Tallo; jabón, antimicótico, infecciones de la piel.

118
Agave salmiana
Maguey pulquero. Cutícula; hemostático. Hoja; antiinflamatorio tópico. Aguamiel;
nutritivo, diurético, digestivo, estreñimiento, fortalecedor óseo, hipocolesterémico,
antitumoral, antioxidante.

Ageratina altissima var.altissima


Hierba del burro. Hojas; dolor de estómago.

Allionia choisyi
Hierba de la hormiga. Parte aérea; problemas renales y de la vejiga, ampollas.

Allionia incarnata var. incarnata


Hierba de la hormiga. Parte aérea; problemas renales y de la vejiga, ampollas.

Allium cepa
Cebolla. Catafilo; hemostático.

Allium sativum
Ajo. Bulbo; antibiótico, hipocolesterémico, hipotensor, reumas, ciática, circulación.

Aloe vera
Sábila. Hoja; antiinflamatorio, cicatrizante, quemaduras, golpes, heridas, hipoglice-
miante, infecciones de la piel, gastritis, colitis, úlceras digestivas, estreñimiento.

Alteranthera caracasana
Tianguis, verdolaga de puerco. Raíz; febrífugo.

Amaranthus retroflexus
Quelite. Hojas y flores; hipotensor.

Ambrosia confertiflora
Amargosa. Parte aérea; empacho y “susto”.

Arceuthobium vaginatum
Crameria. Tallos; hipoglicémica.

Arctostaphylos pungens
Manzanita, pingüica. Hojas y fruto; diurético, cistitis, litiasis renal, antidiarreico,
febrífugo.

Argemone mexicana
Cardo, chicalote. Látex; cataratas. Pétalos; sedante, cefaleas.

119
Argemone sanguinea
Cardo, chicalote. Látex; cataratas. Pétalos; sedante, cefalas.

Artemisia absinthium
Ajenjo, ajenjo español. Parte aérea; antiparasitario, dispepsias, aperitivo, empacho,
febrífugo.

Artemisia frigida
Estafiate, ajenjo del país. Parte aérea; antiparasitario, dispepsias, aperitivo, empacho,
febrífugo.

Artemisia ludoviciana
Estafiate, ajenjo del país. Parte aérea; antiparasitario, dispepsias, aperitivo, empacho,
febrífugo.

Asclepias curassavica
Plato y taza. Hojas; como amuleto contra las hemorroides.

Asclepias sp
Romerito. Hojas; infecciones en la piel.

Azadirachta indica
Neem. Hojas, corteza y frutos; hipoglicémico, antibiótico, hipotensor, insecticida,
espermaticida, digestivo amargo.

Bauhinia divaricata
Pata de vaca. Hojas; hipoglicémico.

Bidens pilosa var. calcicola


Aceitilla, pícaro, té de milpa. Toda; hipoglicémico, tónico cerebral.

Boheravia coccinea
Hierba de la hormiga. Parte aérea; problemas renales.

Borago officinalis
Borraja. Parte aérea; tos, fiebre, gripes.

Bougainvillea glabra
Buganvilea. Flores; antitusígeno, antibiótico.

Brassica nigra
Mostaza negra. Semillas; expectorante, irritante.

120
Brassica oleracea
Repollo, col. Raíz; pulmonía. Hojas; úlceras varicosas y digestivas.

Buddleja cordata var. cordata


Tepozán. Parte aérea; hipoglicémica.

Buddleja marrubiifolia
Salvia de bolita, suelda. Hojas; cólicos estomacales, antidiarreico, aperitivo, niños
lactantes.

Buddleja scordioides
Escobilla, suelda. Hojas; empacho y “frialdad”.

Bumelia celastrina
Coma. Hojas; empacho, tos.

Bursera simaruba
Palo mulato. Tallo; pulmonía.

Caesalpinia mexicana
Potro, retamilla, tabachin del monte. Hojas; laxante. Tallos; como “amuleto” para la
inflamación de ganglios inguinales.

Calendula officinalis
Caléndula, Reyna, Mercadela. Flor; cicatrizante, emoliente, antiséptico.

Capsicum annum var. glabriusculum


Chile del monte, chile piquín. Fruto; aperitivo, digestivo, antiflatulento, analgésico
local.

Castela erecta spp. texana


Chaparro amargo, bisbirinda. Parte aérea; antidiarreico, amebicida, antiparasitario,
digestivo, aperitivo, febrífugo, cólicos estomacales, visión cansada.

Castilleja lanata
Hierba de la almorrana. Toda; hemorroides.

Cedronella mexicana
Toronjil. Parte aérea; insomnio, nerviosismo, cefalea tensional, dolor de pecho y
corazón.

Celtis pallida
Granjeno. Hojas; cefaleas.

121
Cenchrus incertus
Cadillo. Toda; problemas renales, cistitis.

Centaurium calycosum
Centaura. Toda; hipoglicémica.

Ceratonia siliqua
Algarrobo, “pan gonzalitos”. Fruto; antidiarreico, nutritivo, sustituto de chocolate.

Chenopodium ambrosioides var. ambrosioides


Epazote. Parte aérea en floración; antiparasitario, vermífugo, amebicida, digestivo,
carminativo.

Chenopodium graveolens
Epazote de zorrillo. Parte aérea; antiparasitário, diarreas.

Chromolaena bigelovii
Ámbula. Hojas; hipoglicémica, digestiva, aperitiva, cólicos estomacales.

Chrysactinia mexicana
Hierba de San Nicolás, falsa damiana. Parte aérea; infertilidad, afrodisíaca, disfunción
eréctil, antiparasitaria, antidiarreica.

Cirsium sp
Cardo santo. Parte aérea; antiasmático.

Cissus incisa
Hierba del buey. Hojas; infecciones en la piel, abscesos, tumores.

Citrus aurantifolia
Lima. Tallo; diurético, obesidad.

Citrus aurantium
Azahar, naranjo agrio. Hojas y flores; digestivo, sedante, cefalea tensional, aperiti-
vo.

Citrus limonia
Limón. fruto; antirreumático, vitamínico.

Clematis drummundii
Barbas de chivo. Hojas; caída de cabello, congestión nasal, infecciones de la piel,
dolor de muelas.

122
Cnidoscolus chayamansa
Chaya. Hojas; nutritivo, hipocolesterémico, hipoglicémico, reductor de ácido úrico,
depurativo, antianémico, mejora de la circulación.

Coix lachryma-jobi
Lágrimas de Job. Parte aérea; hipoglicémica.

Commelina erecta var. angustifolia


Hierba del pollo. Hojas; hemostático, hemorroides.

Cordia boissierii
Anacahuita. Hojas, flores y frutos; antitusígeno, febrífugo.

Crataegus mexicana
Tejocote. Tallos y flores; hipoglicémico, obesidad, cardiotónico.

Croton ciliatoglandulifer
Enchiladora, palillo. Parte aérea; febrífugo, piquetes de insectos. Raíz; cizotes.

Croton dioicus
Hierba del gato. Toda; laxante.

Croton incanus
Salvia, salvia de monterrey, salvia de los niños. Hojas; antianémico, aperitivo, niños
lactantes, digestivo.

Croton monanthogynus
Hierba del gato. Toda; laxante.

Curcuma longa
Azafrán, azafrán de raíz, azafrán del pobre. Rizoma; antioxidante, antiinflamatório,
reumatismo, artritis, tendinitis, aperitivo, digestivo.

Cucurbita pepo
Calabaza. Semilla; antiparasitario, prostatitis.

Cymbopogon citratus
Zacate limón. Hojas; antioxidante, digestivo, carminativo, sudorífico.

Cinnamomum vernum
Canela. Corteza; dolores de parto y “dolor de aire”, hipoglicémico, sudorífico, anti-
séptico bucal, estimulante, digestivo, carminativo.

123
Cynara scolymus
Alcachofa. Hojas; digestivo, tónico hepático, antioxidante, aperitivo.

Dalea sp
Ramón. Hojas; estreñimiento, empacho.

Datura inoxia
Toloache. TOXICA. Hojas; tópicamente como analgésico, desinfectante, hemorroides.

Diospyros texana
Chapote. Fruto; granos y cizotes.

Echinacea laevigata
Echinacea. Toda; inmunoestimulante, inmunomodulador, enfermedades respiratorias,
gripes, resfríos.

Echinocereus stramineus var. conglomeratus


Biznaga de pitahaya. Pulpa del tallo; infecciones de la piel, febrífugo.

Ephedra trifurca
Canutilla, pitorreal, popotillo. Parte aérea; diurético, obesidad, enfermedades vené-
reas, en veterinaria para facilitar el parto como oxitócico.

Equisetum arvense
Cola de caballo. Parte aérea; diurético, cicatrizante, utilizado en alergias, artritis,
reumatismo, gota, psoriasis, y como mineralizante.

Eryngium sp
Hierba del sapo. Parte aérea; hipocolesterolémico, obesidad.

Eucalyptus globulus
Eucalipto. Hojas y frutos; tos, bronquitis, laringitis, asma, gripes, resfriados, diabetes,
antiséptico.

Euphorbia antisyphilitica
Candelilla. Tallo; bronquitis.

Euphorbia maculata
Golondrina. Parte aérea y látex; desinfectante de heridas leves, cicatrizante, hemo-
rroides, tiña, cataratas, vaginitis.

Euphorbia postrata
Golondrina. Parte aérea y látex; desinfectante de heridas leves, cicatrizante, hemo-
rroides, tiña, cataratas, vaginitis.
124
Eysenhardtia polystachyia
Palo azul, vara dulce, taray. Tallo; diurético, “para prevenir enfermedades”, cicatri-
zante, febrífugo.

Eysenhardtia texana
Palo azul, vara dulce, taray. Tallo; diurético, “para prevenir enfermedades”, cicatri-
zante, febrífugo.

Ficus carica
Higuera. Hojas; hemorragias internas. Látex; verrugas.

Flourensia cernua
Hojasén. Hojas; antidiarreico, digestivo, aperitivo, cólicos estomacales, empacho,
expectorante, desinfectante, antiparasitario.

Foeniculum vulgare
Hinojo. Parte aérea; digestivo, cólicos estomacales, carminativo, galactógeno, afrodisíaco.

Fouquieria splendens var. splendens


Ocotillo, albarda. Tallos y flores; problemas menstruales, antitusígeno, problemas
renales.

Fraxinus spp
Fresno. Hojas y corteza; dolor de cabeza, insolación.

Gingko biloba
Hojas; problemas de circulación, problemas de memoria, tinitus, laberintitis, demen-
cia senil.

Gnaphalopsis micropoides
Hierba de la virgen, hierba del pelotazo, pachona. Parte aérea; digestivo, cólicos
estomacales, empacho, tos.

Guaiacum angustifolium
Guayacán. Tallo y raíz; antiinfamatoria, astringente, antidiarreica, enjuagues bucales
para “amacizar la dentadura”, evitar la caída de cabello.

Gymnosperma glutinosum
Tatalencho, pegajosa. Parte aérea; externamente como analgésico en reumatismo,
golpes y artralgias, cicatrizante. Internamente como antidiarreico.

Hedeoma drummondii
Poleo. Parte aérea; digestivo, carminativo, insomnio, nerviosismo, descongestionante
respiratorio.
125
Helietta parvifolia
Barreta. Hojas y tallos; “amacizar” las encías y los dientes, piorrea.

Heliotropum angiospermum
Hierba del alacrán. Parte aérea; infecciones de la piel.

Heterotheca inuloides
Árnica. Hojas, tallos y flores; golpes, infecciones de la piel, reumatismo, cicatrizante,
antiinflamatorio.

Impatiens sp
Belén. Hojas; infecciones de la piel.

Jacobinia spicigera
Muicle. Parte aérea; cólicos estomacales, anemia, tónico cardiaco.

Jatropha dioica var. gramínea


Sangre de drago. Raíz; “amacizar las encías y los dientes”, piorrea, anticariogénico,
cicatrizante, erupciones cutáneas (enfermedades infantiles), hemorroides, caída de
cabello.

Juglans nigra
Nogal negro, nogal encarcelado. Corteza y hojas; antiinflamatorio, golpes, heridas,
gastritis, colitis, antidiarreico, antivaricoso, hemorroides, caída del cabello, para os-
curecer las canas, para evitar estrías en la piel. Perícarpo; antimicótico, antibiótico.

Juglans regia
Nogal. Corteza y hojas; antiinflamatorio, golpes, heridas, gastritis, colitis, antidiarreico,
antivaricoso, hemorroides, caída del cabello, para oscurecer las canas, para evitar
estrías en la piel.

Karwinskia humboldtiana
Coyotillo, tullidora. TÓXICA. Tallo; dolores de muelas en enjuagues.

Koeberlinia spinosa
Junco. Tallo; dolor de estómago.

Krameria ramosissima
Calderona, zarzaparrilla. Tallo; tónico sanguíneo, antianémico, para “amacizar la
dentadura”.

Lactuca sativa
Lechuga. Hojas; para tranquilizar a los niños. Raíz; bronquitis.

126
Larrea tridentata
Gobernadora. PLANTA DE RIESGO (Puede causar hepatotoxicidad). Hojas; dolor de
estomago, dolor de bazo, cálculos renales, cálculos vesicales, paludismo, artritis,
antiséptico, cicatrizante, infecciones de la piel, antibiótico, antimicótico, mareos.

Lavandula dentata
Lavanda, alucema. Hojas y flores; digestivo, sedante suave, dolor de cabeza, nervio-
sismo.

Leonotis nepetaefolia
Cabezona del huerto. Parte aérea; “dolor de aire”.

Lepidium virginicum
Lentejilla. Parte aérea; dolores e inflamación de las vías digestivas.

Leucophyllum frutescens
Cenizo. Hojas; febrífugo, antitusígeno, enfermedades respiratorias, asma, tónico
hepático, hepatitis, infecciones de la piel, reumatismo.

Lindera benzoin
Laurel. Hojas; sudorífico, antitusígeno, asma, dolor de cabeza, nerviosismo, insomnio,
antivomitivo, antinausea.

Linum usitatissimum
Linaza. Semillas; estreñimiento, reductor del apetito, inflamaciones de piel y gástricas,
irritación de la piel, golpes, quemaduras.

Litsea pringlei
Laurel. Hojas; sudorífico, antitusígeno, asma, dolor de cabeza, nerviosismo, insomnio,
antivomitivo, antináusea.

Lophophora williamsii
Peyote. Tallo; uso ceremonial, anoréxico, analgésico y antiséptico local.

Macharaenthera pinnatifida
Árnica. Hojas, tallos y flores; golpes, infecciones de la piel, reumatismo, cicatrizante,
antiinflamatorio.

Malvastrum americanum
Malva. Hojas; infecciones e irritaciones cutáneas, bronquitis.

Marrubium vulgare
Marrubio. Parte aérea; estimular la secreción de bilis, digestivo, aperitivo, antidiarréi-
co, febrífugo, cólicos estomacales, diurético, congestión bronquial, obesidad.
127
Matricaria recutita
Manzanilla. Flores; cólicos estomacales y menstruales, indigestión, nausea, mareos,
dolor de cabeza, carminativo, antiséptico, infecciones de la piel, acné, cicatrizante,
conjuntivitis oftálmica y nasal, antitóxica, sedante, antiinflamatoria, carminativa.

Melissa officinalis
Melisa, toronjil español. Parte aérea; relajante, nerviosismo, insomnio, digestivo,
carminativo, antioxidante, inmunoestimulante, antiviral (herpes), enuresis.

Mentha X piperita
Menta. Parte aérea; relajante, nerviosismo, insomnio, digestivo, carminativo, antioxi-
dante, antiviral, dolor de cabeza, descongestionante respiratorio, nauseas, mareos,
refrescante bucal.

Mentha spicata
Hierbabuena. Parte aérea; sedante, digestiva, carminativa, cólicos estomacales, an-
tiparasitaria, antidiarreica, cólicos menstruales, halitosis, antivomitiva.

Mimosa malacophylla
Carrasquilla. Parte aérea; diurética, cálculos renales.

Morus nigra
Moral. Hojas; hipoglicémico.

Nama sp
Chisme. Hojas; enfermedades del corazón.

Rorippa nasturtium-aquaticum
Mastuerzo. Toda; vitamínico, antiescorbútico, antianémico, estimula el metabolismo,
obesidad, digestivo.

Nepeta cataria
Toronjil. Parte aérea; dolor de pecho y corazón.

Nicotiana glauca
Gigante. TOXICA. Hojas; analgésico tópico, dolores de cabeza, dolores reumáticos,
artríticos.

Nicotiana trigonophylla
Tabaquillo. TOXICA. Hojas; analgésico tópico, dolores de cabeza, dolores reumáticos,
artríticos.

Notholaena aurea
Helecho, calaguala. Frondas; asma, resfríos, pulmonía, bronquitis.
128
Ocimum basilicum
Albahacar. Parte aérea; digestiva, antiparasitaria, sedante, cólicos estomacales, dolor de
cabeza, antitusígeno, antibiótico, antimicótico, para “dolor de aire, susto, mal de ojo”.

Oenothera rosea
Hierba del golpe. Parte aérea; antiinflamatorio, golpes.

Olea europea
Olivo. Hojas; antibiótico, hipocolesterolémico, hipotensor, antiinflamatorio.

Opuntia cantabrigiensis
Nopal cuijo. Cladodios; febrífugo, inflamación de anginas, hipoglicémico.

Opuntia imbricata var. imbricata


Coyonoxtle. Fruto; amigdalitis, asma. Parénquima del tallo; torceduras, fracturas.

Opuntia leptocaulis
Tasajillo. Jugo del fruto; punzadas en el oído. Raíz; empacho.

Opuntia spp
Nopales. Cladodios; hipoglicémico, hipocolesterémico, estreñimiento, obesidad.

Origanum majorana
Mejorana. Parte aérea; tos, bronquitis, amigdalitis, faringitis, ronquera, digestivo.

Origanum vulgare
Orégano. Parte aérea; tos, bronquitis.

Pachycereus marginatum
Órgano. Tallo; hipoglicémico, febrífugo.

Parkinsonia aculeata
Eetama. Hojas y tallos jóvenes; tos, hipoglicémico.

Parthenium hysterophorus
Hierba amargosa, hierba del pajarito, quesitos de pájaro. Parte aérea en floración;
analgésico, antiinflamatorio, cefaleas, artralgias, reumatismos, neuralgia, dolor de
oído.

Parthenium incanum
Mariola. Parte aérea en floración; dolores estomacales, antidiarreico, febrífugo.

Parthenium lozanianum
Mariola. Parte aérea; dolores estomacales, antidiarreico, febrífugo.
129
Passiflora incarnata
Pasionaria, flor de la pasión. Parte aérea; relajante, insomnio, nerviosismo, utilizado
para niños inquietos.

Pedilanthus tithymaloides
Perico. Hojas; granos en la piel.

Pelargonium zonale
Geranio. Flores; tónico del corazón. Hojas y tallos; dolores musculares, relajante.

Persea americana
Aguacate. Semilla; antibiótico, infecciones de la piel, para “sanar el ombligo después
de cortar el cordón umbilical”. Hojas; digestivo, expectorante, emenagogo, febrífugo.
Pulpa del fruto; emoliente de la piel, cabello reseco, afrodisíaco.

Phoradendron tomentosum
Injerto. Tallos y hojas (FRUTO TÓXICO); várices, infecciones renales, cólico menstrual,
hipoglicémico.

Physalis pubescens
Costomate. Raíz; cólicos estomacales, digestivo, secretor de bilis, empacho.

Phytolacca octandra
Mazorquilla, cóngora, góngora. Frutos maduros; antimicótico, tiña, colorante. Raíz;
laxante, estimulante metabólico, obesidad.

Pinus spp
Pino, ocote. Tallo; expectorante.

Piper sanctum
Hoja santa, palo santo. Hojas; emoliente, antiséptico, cicatrizante, antiinflamatorio,
hipoglicémico. Irritación de la piel, raspones, heridas, golpes.

Plantago major
Llantén. Infrutescencias; pulmonía, estreñimiento.

Poliomintha longiflora
Orégano. Parte aérea; tos, bronquitis.

Portulaca oleracea
Verdolaga. Parte aérea; várices, arrugas de la piel, nutritivo, mineralizante.

130
Prosopis glandulosa var. glandulosa
Mezquite. Hojas y corteza; diarreas, gastritis, garganta irritada, heridas leves. Tallo;
menstruación excesiva. Goma; diarreas, afecciones de la garganta.

Prosopis laevigata
Mezquite. Hojas y corteza; diarreas, gastritis, garganta irritada, heridas leves. Tallo;
menstruación excesiva. Goma; diarreas, afecciones de la garganta.

Pseudognaphalium obtusifolium spp saxicola


Gordolobo. Flores; tos, irritación de la garganta, infecciones respiratorias.

Psidium guajava
Guayaba. Hojas; antiparasitario, antidiarreico. Fruto; diarreas, vitamínico.

Psilostrophe gnaphalodes
Hierba del lobo. Hojas; granos e infecciones.

Punica granatum
Granado. Hojas; antiparasitario, amebicida, diurético. Fruto; antioxidante.

Purshia plicata
Rosa de castilla del monte, rosa de castilla cimarrona. Hojas; antidiarreico, cólicos
estomacales

Quercus spp
Encinos. Corteza; antiinflamatoria, hipoglicémica, golpes, diarreas, gastritis.

Ramalina sp
Pulmonaria. Toda; pulmonía, bronquitis.

Raphanus sativus
Rábano. Raíz; pulmonía.

Reseda odorata
Resedad. Flores; cólicos estomacales.

Rhus pachyrachis
Lantrisco. Tallo y hojas; hipoglicémico.

Ricinus communis
Higuerilla. Hojas (uso tópico); úlceras varicosas, galactógeno, dolor de cabeza,
fiebre, dolor de vientre, inflamaciones musculatres, golpes, dolores reumáticos y
artríticos.

131
Rosa centifolia
Rosa. Pétalos; laxante suave infantil, emoliente de la piel, cicatrizante.

Rosmarinus officinalis
Romero. Hoja; internamente como estimulante, digestiva, para la baja presión ar-
terial, emenagogo, carminativo, problemas de memoria. Externamente para; acné,
piel grasosa, caída del cabello, seborrea, recoger la piel y el tejido vaginal después
del parto, cicatrizante.

Ruta chalepensis
Ruda. Parte aérea; falta de menstruación, menstruación irregular, cólicos menstruales,
dolor de cabeza, cólicos estomacales, antidiarreico. Externamente, dolor de oído,
para combatir piojos y pulgas.

Salix spp
Sauces. Hojas y corteza; fiebre, dolor de cabeza, dolores reumáticos, musculares y
artríticos.

Salvia ballotaeflora
Peistón. Parte aérea; dolor de estomago.

Salvia coccinea
Mirto. Hojas, cólicos estomacales, diarreas, dolores musculares. Semillas; limpieza
de la conjuntiva ótica.

Salvia officinalis
Salvia de olor, salvia española. Hojas; digestivo, relajante, insomnio, cicatrizante,
antiséptico, antiinflamatorio.

Salvia sp
Betónica. Hojas, descongestionante respiratorio, digestivo.

Sambucus nigra spp. canadensis


Sauco. Flores y frutos; catarros, resfríos, fiebre, tos, empacho. Externamente como
antiinflamatorio.

Sansevieria zeylanica
Guaco. Hojas; picaduras de insectos, arañas y alacranes.

Sanvitalia ocymoides
Huarachera. Toda; hemorragias internas.

Sassafras albidum
Sasafrás. Corteza; digestivo, tónico sanguíneo, anemias.
132
Senna bauhinioides
Pata de res. Hojas; antidiarreico. Raíz; granos y cizotes.

Senna lindheimeriana
Hierba del cizote. Raíz; granos y cizotes.

Schinus molle
Pirul. Goma; cataratas. Hojas y frutos; analgésico externo.

Sechium edule
Chayote. Fruto; diabetes.

Selaginella lepidophylla
Doradilla, flor de peña. Toda; diurético, cálculos renales, cistitis. Externamente como
hemostático.

Silybum marianum
Cardo mariano, cardo lechoso. Semillas; tónico, regenerador y protector del hígado,
alergias, problemas renales, antioxidante.

Sida abutifolia
Hierba del buen día. Parte aérea; gripes y resfriados.

Sinapsis alba
Mostaza blanca. Semillas; expectorante, irritante.

Smilax bona nox


Zarzaparrilla. Raíz; diurético, tónico, afrodisíaco.

Smilax tamnoides
Cocolmeca. Raíz; diurético, estimulante metabólico, obesidad.

Solanum chrysotrichum
Sosa. Hojas; infecciones de la piel, cáncer.

Solanum pychanthum
Hierbamora. Parte aérea; enfermedades renales, bronquitis.

Solanum rostratum
Duraznillo, mala mujer, manca mula. Parte aérea; antitusígeno.

Stevia rebaudiana
Hierba dulce, estevia. Parte aérea; endulzante para diabetes y obesidad.

133
Stillingia sylvatica
Hierba del sapo. Latex (IRRITANTE); externamente contra cizotes.

Tagetes lucida
Yerbanís, pericón. Parte aérea; digestivo, dolor estomacal. Externamente para infec-
ciones de la piel y como repelente de insectos.

Taraxacum officinale
Diente de león. Toda; digestivo, aperitivo, tónico del hígado, riñón y páncreas, diuré-
tico, mineralizante, antianémico.

Tecoma stans
Tronadora, árbol de San Pedro. Hojas; hipoglicémico.

Teucrium cúbense
Verbena, verbena blanca. Parte aérea; fiebres, esta es la planta más reportada para
control de temperatura en la región.

Thymophylla pentachaeta
Limoncillo, parraleña, simonillo. Parte aérea; digestivo, cólicos estomacales, empa-
cho, tos.

Thymophylla setifolia
Limoncillo, parraleña. Parte aérea; digestivo, cólicos estomacales, empacho, tos.

Tidestromia lanuginosa
Oreja de ratón. Parte aérea; hipoglicémica, enfermedades urinarias, dolor de estó-
mago.

Tillandsia recurvata
Paistle. Toda; dolor de estómago, tos y bronquitis. Externamente para quemaduras.
En enjuagues para dolor dental.

Tillandsia usneoides
Paistle. Toda; dolor de estómago, tos y bronquitis. Externamente para quemaduras.
En enjuagues para dolor dental.

Tragia glandulifera
Ortiguilla. Toda; “mal del susto”.

Tropaeolum majus
Mastuerzo. Hojas; infecciones de la piel, aftas bucales, dolores dentales, dolor de
oídos, antiescorbútico, amigdalitis, favorecer la circulación linfática, antianémica.

134
Turnera diffusa
Hierba del venado, damiana, hierba de la loma. Hojas; afrodisíaco, diurético, disfunción
sexual, frigidez, infertilidad, agotamiento físico y mental, digestivo, hipoglicémico.

Urtica dioica
Ortiga. Parte aérea; antiinflamatoria, analgésica, artralgias, dolores reumáticos, ciática,
mineralizante, diurético, desintoxicante, antianémico. Fresca se aplica para distintos
tipos de dolores e inflamaciones. Raíz; inflamación prostática benigna.

Usnea sp
Pulmonaria. Toda; pulmonía y bronquitis.

Verbesina virginica
Capitana. Hojas; granos y heridas.

Vitex agnus castus


Azulema, árbol casto. Toda; “frialdad” y dolor del bazo. Frutos; problemas hormo-
nales.

Wilcoxia poselgeri
Sacasil. Raíz en emplasto; torceduras, fracturas, astilladuras.

Yucca spp
Palma china, palma pita. Hojas; artritis. Cenizas de las hojas; problemas estomacales
de infantes.

Zaluzania triloba
Altamis. Hojas; dolor de oídos, piquetes de insectos.

Zea mays
Pelos de elote, maíz. Pistilos; diurético, cistitis, cálculos renales.

Zingiber officinalis
Jengibre. Rizoma; antiinflamatorio, expectorante, estimulante circulatorio, antináusea,
artritis, reumatismo, caída del cabello.

LISTADO ALFABÉTICO DE NOMBRES COMUNES CON SUS RESPECTIVOS NOMBRES


CIENTÍFICOS
Aceitilla Bidens pilosa var. calcicola
Aguacate Persea americana
Ajenjo español Artemisia absinthium
Ajo Allium sativum

135
Albahacar Ocimum basilicum
Albarda Fouquieria splendens var. splendens
Alcachofa Cynara scolymus
Algarrobo Ceratonia siliqua
Altamis Zaluzania triloba
Anacahuita Cordia boissierii
Árnica Heterotheca inuloides
Árnica Macharaenthera pinnatifida
Azafrán Curcuma longa
Azahar Citrus aurantium
Azulema Vitex agnus castus
Barbas de chivo Clematis drummundii
Barreta Helietta parvifolia
Belén Impatiens sp
Berro Rorippa nasturtium aquaticum
Betónica Salvia sp
Biznaga de pitaya Echinocereus stramineus var. conglomeratus
Borraja Borago officinalis
Buganvillea Bougainvillea glabra
Cabezona del huerto Leonotis nepetifolia
Cadillo Cenchrus incertus
Calabaza Cucurbita pepo
Calaguala Notholaena aurea
Caléndula Calendula officinalis
Calderona Krameria ramosissima
Candelilla Euphorbia antisyphilitica
Canela Cynamomum verum
Canutilla Ephedra trifurca
Capitana Verbesina virginica
Cardo santo Cirsium spp
Cardo mariano Silybum marianum
Cebolla Allium cepa
Cenizo Leucophyllum frutescens
Centaura Centaurium calycosum
Chaparro amargo Castela erecta ssp. texana
Chaparro prieto Acacia rigidula
Chapote Diospyros texana

136
Charrasquilla Mimosa malacophylla
Chaya Cnidoscolus chayamansa
Chayote Sechium edule
Chía del monte (mirto) Salvia coccinea
Chicalote Argemone mexicana var. mexicana
Chicalote Argemone sanguinea
Chile de monte Capsicum annum var. glabriusculum
Chisme Nama sp
Cocolmeca Smilax tamnoides
Cola de caballo Equisetum arvense
Coma Bumelia celastrina
Cóngora Phytolacca octandra
Costomate Physalis pubescens
Coyonoxtle Opuntia imbricata var. imbricata
Coyotillo Karwinskia humboldtiana
Crameria Arceuthobium vaginatum
Damiana Turnera diffusa
Diente de león Taraxacum officinale
Doradilla Selaginella lepidophylla
Drago Jatropha dioica var. graminea
Duraznillo Solanum rostratum
Enchiladota Croton ciliatoglandulifer
Encino Quercus spp
Epazote Chenopodium ambrosioides var. ambrosioides
Epazote de zorrillo Chenopodium graveolens
Escobilla Buddleja scordioides
Espadín Agave falcata
Estafiate Artemisia frigida
Estafiate Artemisia ludoviciana
Eucalipto Eucalyptus globulus
Falsa damiana Chrysactinia mexicana
Falsa zarzaparrilla Krameria ramosissima
Flor de peña Selaginella lepidophylla
Fresno Fraxinus spp
Gatuño Mimosa malacophylla
Geranio Pelargonium zonale
Gigante Nicotiana glauca

137
Gobernadora Larrea tridentata
Golondrina Euphorbia maculata
Golondrina Euphorbia postrata
Góngora Phytolacca octandra
Gordolobo Pseudognaphalium obtusifolium ssp. saxicola
Granado Punica granatum
Granjeno Celtis pallida
Guaco Sansevieria zeylanica
Guayacán Guaiacum angustifolium
Helecho Notholaena aurea
Hierba amargosa Parthenium hysterophorus
Hierba de la almorrana Castilleja lanata
Hierba de la hormiga Allionia choisyi
Hierba de la hormiga Allionia incarnata var. incarnata
Hierba de la hormiga Boerhavia coccinea
Hierba de la virgen Gnaphalopsis micropoides
Hierba de san Nicolás Chrysactinia mexicana
Hierba del alacrán Heliotropum angiospermum
Hierba del buen día Sida abutifolia
Hierba del buey Cissus incisa
Hierba del burro Senna bauhinioides
Hierba del burro Ageratina altissima var. altissima
Hierba del cáncer Acalypha hederacea
Hierba del cizote Cassia lindheimeriana
Hierba del gato Croton dioicus
Hierba del gato Croton monanthogynus
Hierba del golpe Oenothera rosea
Hierba del lobo Psilostrophe gnaphalodes
Hierba del pelotazo Gnaphalopsis micropoides
Hierba del pollo Commelina erecta var. angustifolia
Hierba del potro Caesalpinia mexicana
Hierba del sapo Eryngium sp
Hierba del sapo Stillingia sylvatica
Hierbabuena Mentha spicata
Hierbamora Solanum ptychanthum
Higuera Ficus carica
Higuerilla Ricinus communis

138
Hinojo Foeniculum vulgare
Hojasén Flourensia cernua
Huarachera Sanvitalia ocymoides
Huizache Acacia farnesiana ssp. farnesiana
Injerto Phoradendron tomentosum
Jarilla Gymnosperma glutinosum
Junco Koeberlinia spinosa
Lágrimas de San Pedro Coix lachryma-jobi
Lantrisco Rhus pachyrachis
Laurel Litsea pringlei
Lechuga Lactuca sativa
Lechuguilla Agave lechuguilla
Lentejilla Lepidium virginicum
Lima Citrus aurantifolia
Limón Citrus limon
Limoncillo Thymophylla pentachaeta
Limoncillo Thymophylla setifolia
Llantén Plantago major
Maguey Agave americana
Maguey pulquero Agave salmiana
Mala mujer Solanum rostratum
Malva Malvastrum americanum
Manca mula Solanum rostratum
Manzanilla Matricaria recutita
Manzanita Arctostaphylos pungens
Mariola Parthenium incanum
Mariola Parthenium lozanianum
Marrubio Marrubium vulgare
Mastuerzo Tropaeolum majus
Mazorquilla Phytolacca octandra
Mejorana Origanum majorana
Menta Mentha X piperita
Mezquite Prosopis glandulosa var. glandulosa
Mezquite Prosopis laevigata
Milenrama Achillea millefolium
Mirto Salvia coccinea
Moral negro Morus nigra

139
Mostaza blanca Sinapsis alba
Mostaza negra Brassica nigra
Muicle Justicia spicigera
Naranjo agrio Citrus aurantium
Níspero Cydonia oblonga *
Nogal Juglans regia
Nogal encarcelado Juglans nigra
Nopal Opuntia spp
Nopal cuijo Opuntia cantabrigiensis
Ocote Pinus spp
Ocotillo Fouquieria splendens var.splendens
Orégano Origanum vulgare
Orégano de Nuevo León Poliomintha longiflora
Oreja de ratón Tidestromia lanuginosa
Órgano Pachycereus marginatum
Ortiga Urtica dioica
Ortiguilla Tragia glandulifera
Pachona Gnaphalopsis micropoides
Paistle Tillandsia recurvata
Paistle Tillandsia usneoides
Palillo Croton ciliatoglandulifer
Palma china Yucca spp
Palma pita Yucca spp
Palo azul Eysenhardtia polystachya
Palo azul Eysenhardtia texana
Palo mulato Bursera simaruba
Palo santo Piper sanctum
Parraleña Thymophylla pentachaeta
Parraleña Thymophylla setifolia
Pata de res Senna bahuinioides
Pata de vaca Bahuinia divaricata
Pegajosa Gymnosperma glutinosum
Peistón Salvia ballotaeflora
Pelos de elote Zea mays
Perico Pedilanthus tithymaloides
Peyote Lophophora williamsii
Pingüica Arctostaphylos pungens

140
Pionía Acourtia nana
Pirul Schinus molle
Pitorreal Ephedra trifurca
Plato y taza Asclepias curassavica
Plumajillo Achillea millenfolium
Poleo Hedeoma drummondii
Popotillo Ephedra trifurca
Potro Caesalpinia mexicana
Pulmonaria Ramalina sp
Pulmonaria Usnea sp
Quelite Amaranthus retroflexus
Rábano Raphanus sativus
Ramón Dalea sp
Real de oro Achillea millenfolium
Repollo Brassica oleracea
Resedad Reseda odorata
Retama Parkinsonia aculeata
Retamilla Caesalpinia mexicana
Reyna Calendula officinalis
Romerito Asclepias sp
Romero Rosmariunus officinalis
Rosa Rosa centifolia
Rosa cimarrona Purshia plicata
Rosa de castilla del monte Purshia plicata
Ruda Ruta chalepensis
Sábila Aloe vera
Sacasil Wilcoxia poselgeri
Salvia Croton incanus
Salvia Salvia officinalis
Salvia de bolita Buddleja marrubiifolia
Sarsaparrilla Smilax bona nox
Sasafrás Sassafras albidum
Sauce Salix spp
Sauco Sambucus nigra spp. canadensis
Simonillo Thymophylla pentachaeta
Suelda Buddleja marrubiifolia
Suelda Buddleja scordioides

141
Tabachin del monte Caesalpinia mexicana
Tabaquillo Nicotiana trigonophylla
Taray Eysenhardtia polystachya
Tatalencho Gymnosperma glutinosum
Tazajillo Opuntia leptocaulis
Té de milpa Bidens pilosa var. calcicola
Tejocote Crataegus mexicana
Tepezquite Arctostaphylos pungens
Tepozán Buddleja cordata var. cordata
Tianguis Alternanthera caracasana
Toloache Datura inoxia
Tomillo Thymus vulgaris
Toronjil Nepeta cataria
Tronadora Tecoma stans
Vara dulce Eysenhardtia polystachya
Verbena Teucrium cubense
Verdolaga Portulaca oleracea
Verdolaga de puerco Alhernanthera caracasana
Yerbanís Tagetes lucida
Zacate limón Cymbopogon citratus
Zarzaparrilla Smilax bona nox

Agradecimientos
Deseo agradecer a la M.C. María del Consuelo González de la Rosa por su apoyo en la
revisión y actualización de los taxones que se mencionan en el presente escrito.

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143
LAS PLANTAS TÓXICAS COMO FACTOR DE
RIESGO A LA SALUD Y ESPECIES COMUNES
EN ÁREAS URBANAS
Vargas-López VR*, Salcedo-Martínez SM
Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de Nue-
vo León, Ave. Pedro de Alba, s/n Ciudad Universitaria C.P. 64451, San Nicolás de los Garza,
Nuevo León, México.
*vvargas@fcb.uanl.mx

Resumen
De acuerdo a la Asociación Mundial para la Conservación existen 326,175 especies de
vegetales en el mundo y de ellas 272,655 son plantas. México es uno de los cinco países
megadiversos del planeta y posee entre 29 y 30 mil especies de plantas superiores, de las
cuales se estima que 3,175 se distribuyen en el estado de Nuevo León como resultado de
los diversos hábitats ecológicos en sus zonas fisiográficas. Entre ellas existen más de cien
especies que sintetizan compuestos que presentan diferentes grados de toxicidad para el
ser humano, ya sea porque están en la atmósfera, por el roce de la piel o por ingesta de las
mismas. Sin embargo, se desconoce si las plantas que no han sido reportadas como tóxicas
realmente no lo son, y se estima que el 1% de ellas pueden resultar tóxicas al estudiarlas.
El estudio de los tóxicos de las plantas es un área de oportunidad para el descubrimiento
de principios bioactivos novedosos y susceptibles de aprovechamiento para el control de
patógenos y enfermedades del ser humano.

Resumen histórico

El conocimiento de los efectos nocivos y benéficos de algunas plantas no es nuevo.


La planta tóxica más famosa quizás sea la cicuta que causó la muerte del sabio griego
Sócrates (V a.C.). Teofrasto describió y clasificó las plantas de su región en su obra
“Historia Plantarum”, haciendo una distinción de aquellas que eran venenosas (Valle,
2000) y Dioscórides (40 a.C.) describió 600 plantas medicinales en su “Materia Medica
plantas” (Porter y Teich, 1995). Se sabe que algunas de estas plantas tuvieron otros
usos mucho más misteriosos y reservados muy ligados a los actos de brujería, a la
licantropía e incluso a la aparición de pequeños seres mitológicos, personajes que
abundaron en Europa antes y durante la Edad Media (Gómez, 1996).

145
Actualmente se conoce que ciertas sustancias tóxicas presentes en bajas pro-
porciones en muchos de los vegetales utilizados durante la Edad Media, pueden
causar severas alucinaciones. Así, la “farmacopea diabólica” recurría a las hierobo-
tanas, plantas adivinatorias, de las que hoy sabemos que sus principios activos son
principalmente los alcaloides (Gómez, 1996). Parte del ocultismo surgido en la edad
media ha perdurado hasta nuestros días como una tradición en el uso de determi-
nadas plantas por brujos y chamanes, quienes guardan y transmiten conocimientos
ancestrales sobre la identidad y efecto de ciertas plantas y las utilizan para elaborar
ungüentos y brebajes para inducir visiones mágicas, alteraciones de conducta o la
muerte (Escohotado, 1994).
La toxicología moderna surgió con Paracelso (siglo XVI), quien comprendió que
la toxicidad de cualquier sustancia depende de la dosis (Klaassen et al., 1986). Al
inicio del siglo XVIII aparecieron en Europa compilaciones sobre plantas tóxicas, que
dividían el conocimiento en dos categorías: I) Causas de envenenamiento y su trata-
miento (toxicología) y II) Listado y descripción de plantas tóxicas. A finales del siglo
XVIII, Hahnemann (estudioso de las plantas y de su toxicidad y considerado el padre
de la homeopatía) dedujo que la sustancia que podía provocar unos síntomas en una
persona sana, podía curar los mismos síntomas en un enfermo (Berkowitz, 1994).
En el siglo XIX, Mateo Orfila realizó cientos de experimentos que publicó en 1814
y 1815, intentando trazar la ruta y el sitio de acumulación de las sustancias tóxicas
y tratando de correlacionar sistemáticamente la información química y biológica de
los venenos conocidos, por lo que se le considera el Padre de la Toxicología (Repetto
y Repetto, 2008).
En la actualidad, a pesar de la notable incidencia de casos de intoxicaciones y de la
extensa bibliografía, son muy pocos los médicos que conocen las plantas venenosas
y los efectos de sus toxinas sobre el organismo humano (Marcano, 1992). Una de las
referencias más importantes para consulta es el tratado “Poisonous Plants of the
United States and Canada”, de Kingsbury (1964) que abarca desde algas hasta mo-
nocotiledóneas y cita un total de 965 especies y 1715 fichas bibliográficas, mientras
“Poisonous plants of the Southeastern United States” de Everest, Powe y Freeman es
una magnífica referencia regional. En nuestro país la obra de Aguilar y Zolla (1982)
“Plantas Tóxicas de México” es una referencia obligada, pues reporta 228 especies
de plantas distribuidas a través de la República Mexicana, incluyendo los principios
activos de las mismas. Y en lo que respecta al estado de Nuevo León, los trabajos
de González y Vargas (2000) respecto a la toxicidad de plantas de ornato, y las tesis
de Cantú (2007), Guevara (2006) y Hernández (2006) han servido para elaborar este
capítulo.

Definición de veneno y tóxico

La palabra “tóxico” deriva directamente del término griego τοξικότητα o toxon, que
significa punta de flecha y hace alusión al uso que antiguamente se le daba a algunas
plantas con las que se envenenaban las flechas, matando de esta forma con mayor
146
rapidez al adversario. Un tóxico es toda sustancia química que, administrada a un
organismo vivo, tiene efectos nocivos. Veneno es cualquier sustancia altamente tóxica
de origen animal, mineral o vegetal que puede producir una enfermedad, lesión o
alteración de las funciones del organismo cuando entra en contacto con él y puede
incluso provocar la muerte. Generalmente un veneno es mortal a una determinada
dosis y carece de función terapéutica. El estudio de los venenos es conocido como
toxicología, cuyo objeto de estudio es el efecto de una sustancia a condición extrema.
Se llama plantas tóxicas a aquellas que contienen alguna sustancia química capaz de
producir algún tipo de trastorno a la salud del ser humano. La intoxicación puede
definirse como los trastornos metabólicos provocados por la ingestión, inhalación o
el contacto con una sustancia tóxica.

Presencia del tóxico

De acuerdo a la presencia del tóxico en la planta a lo largo de su ciclo vegetativo, su


toxicidad puede ser:

* Permanente: La cual se manifiesta en cualquier momento de su ciclo biológico,


aunque su peligrosidad puede variar.
* Temporal: La planta sólo es tóxica en un período de su crecimiento; un ejemplo,
es el caso del sorgo de alepo, que sólo produce problemas cuando es pequeña
o está rebrotando.
* Circunstancial: Plantas con eventual toxicidad, es el caso de pastos del género
Cynodon (gramilla común, pasto estrella) que pueden ser nocivos cuando cre-
cen en suelos con alta concentración de nitrógeno. Los barbascos, las asclepias,
o los pastos (Braquiaria decumbens) y granos forrajeros adquieren toxicidad al
ser parasitados por hongos tóxicos como Claviceps o Fusarium (Gallo, 1987).

Síntomas de intoxicación por plantas y factores de riesgo

Los venenos presentes en las plantas tóxicas tienen distintos grados de toxicidad y
causan una variedad importante de daños al organismo. Hardin y Arena (1974) cla-
sificaron los envenenamientos causados por plantas nativas y cultivadas a humanos
en: 1) Alergias o reacciones alérgicas causadas por esporas, polen o sustancias de
las plantas. 2) Dermatitis o irritaciones de la piel, causadas por el contacto directo o
indirecto con las plantas. 3) Envenenamiento, causado por ingerir partes de las plan-
tas. 4) Daño mecánico, causado por púas, espinas y abrojos encontrados en diversas
plantas. Esta última categoría no se considera como venenosa en sentido estricto,
sin embargo, causa daños que producen infecciones secundarias que requieren
atención médica.

147
Desde el punto de vista clínico, los síntomas de alergias pueden ser ligeros: como
irritación severa e hinchazón de la lengua, labios y mucosas; o dermatitis, que puede
fluctuar de ardor e irritación hasta lesiones. Los envenenamientos pueden producir
dolores intensos en la región abdominal, nausea, vómito, diarrea y como consecuen-
cia, deshidratación, letargo y anorexia. O bien provocar ataques severos al tejido
hepático, renal o pulmonar, mientras otros más afectan al sistema nervioso central
provocando somnolencia y alucinaciones e incluso la muerte. Un concepto central de
la toxicología es que la toxicidad resulta de una interacción entre la sustancia química
y el organismo, por lo que ésta variará según la especie, el tiempo de exposición, la
edad, el sexo, la vía de administración y la concentración (dosis). Existen numerosos
factores que influencian la acción del veneno; la severidad de la reacción dependerá
de 1) La cantidad ingerida y en qué periodo de tiempo, 2) La naturaleza química del
veneno, 3) El origen del veneno (parte de la planta y condición de la planta), 4) La cantidad
de llenado del estómago antes de la ingestión de la sustancia, 5) La salud general del
paciente antes de comer la planta venenosa y 6) El tamaño, edad y sexo del paciente.
Recuerde que aún el agua es capaz de envenenar a los animales a una dosis crítica,
que mientras algunos venenos requieren ser ingeridos por un largo periodo de tiempo
a fin de causar daño, otros causan daño inmediatamente y algunas personas son más
susceptibles a ciertos compuestos venenosos que otras, dependiendo de las diferentes
preferencias por alimentos, hábitos o factores fisiológicos. El tamaño es importante
debido a que un bocado de una planta venenosa puede afectar a un infante más que a
un adulto, debido a la dosis de veneno compuesto por kilo de peso vivo. Por lo general,
una persona adulta tendría que comer más de 60 g de la parte venenosa de la planta
para intoxicarse (esta cantidad es, en proporción, menor para los niños). No obstante,
algunas plantas son tóxicas en cantidades muy inferiores; así, bastan una o dos semillas
de ricino (higuerilla) para matar a un niño (Carvajal, 1992).

Frecuencia y gravedad de las intoxicaciones humanas causadas por plantas

Las plantas tóxicas presentan una amplia distribución en distintos hábitats tales
como: bosques, praderas, pantanos, matorrales, bordes de caminos y parques, y
crecen tanto silvestres como cultivadas. Una de cada cuatro plantas es venenosa,
pues tienen principios activos que pueden dar problemas a quienes las consumen
(Carvajal, 1992). La toxicidad no se limita a plantas raras o exóticas, sino que muchas
de ellas podemos encontrarlas en un parque público o en un domicilio particular
como una planta decorativa. Las intoxicaciones más severas se originan por la inges-
tión accidental de plantas de ornato o malezas de jardín por niños, por el consumo
de plantas silvestres que se recogen de forma equivocada para la alimentación por
adultos, y por la utilización de algunas como sustancia de abuso por adolescentes
(Dreisbach, 1984). En algunos casos, basta pasar cerca de la planta para sufrir diversos
malestares o llevar una pequeña parte de ella a la boca para sufrir una intoxicación
de consideración. Otra causa importante de intoxicación es la automedicación, en la
que plantas consideradas inofensivas o medicinales son administradas (comúnmente
148
como tisanas o tés a lactantes) con fines terapéuticos, pero con un desconocimiento
total de los riesgos que ello implica (Secretaría de Salud, 1999). Por ello es muy impor-
tante detectar las plantas nocivas para el hombre, especialmente las que se cultivan
para uso ornamental y alertar a la comunidad del peligro que constituye el tenerlas
en lugares públicos, jardines, escuelas e incluso en el hogar. Esto hace imperativo el
establecimiento de programas científicos permanentes encaminados a identificar
las especies tóxicas regionales y sus áreas de distribución, establecer sus principios
tóxicos, sintomatología y mecanismo de acción, órganos donde se concentran los
venenos en la planta y épocas del año en que son más tóxicas, así como establecer
programas de divulgación complementarios, que permitan que el ciudadano común
pueda identificar estas plantas, con las que convive cotidianamente y conocer su
peligrosidad (especialmente para los niños).
El envenenamiento por la ingestión de plantas tóxicas, en las zonas urbanas y
rurales, es un problema de salud más frecuente de lo que se piensa. La ingestión
de plantas comprende entre el 1-2% de todas las intoxicaciones; la mayoría son ac-
cidentales y en el 85% de los casos afecta a niños menores de 6 años (Ogzewalla et
al., 1987). Aunque hay casos en que las plantas son consumidas con fines abortivos
o propósitos suicidas (Dreisbach, 1984).
Las intoxicaciones relacionadas con la alimentación humana por ingestión de
plantas constituyen una pequeña proporción del total de los envenenamientos: las
intoxicaciones por consumo de plantas o vegetales tóxicos oscila entre el 5 y 10%
de las urgencias o consultas por intoxicación. Menos del 0.5% de los casos requiere
ingreso hospitalario, raramente son vistos en las Unidades de Cuidados Intensivos y
aquellas intoxicaciones que llegan a ser agudas alcanzan menos del 0.2% de morta-
lidad (Nogué, 1986).
Aunque estos porcentajes son bajos, el total de las muertes por envenenamiento
en niños de 0 -14 años ocurridas en la República Mexicana, entre 1979 y 1994 fue de
11,272 defunciones, siendo las principales causas el envenenamiento y las reacciones
tóxicas causadas por plantas (Híjar et al., 1998).

Prevención y tratamiento

Puesto que la población de menor edad es susceptible de sufrir intoxicaciones por


plantas por su conducta innata de llevárselas a la boca, es necesario conocer cuáles
son las plantas venenosas y mantenerlas fuera del alcance de los niños. Un primer
paso podría ser el exigir que no haya plantas venenosas o potencialmente dañinas en
los centros de cuidados infantiles, ya que alrededor del 50% de las plantas utilizadas
como ornamentales en nuestras ciudades son tóxicas (Flores et al., 2001).
Acciones prudentes en caso de un envenenamiento por plantas son: tratar de
identificar la planta, definir la parte de la misma que se ingirió o causó la intoxicación,
tomar una muestra de la planta para ayudar al diagnóstico, buscar auxilio médico
inmediato; si el paciente está inconsciente hay que revisar su boca y retirar todo resto
de la planta, mantener al paciente tibio y en descanso para evitar que entre en shock,
149
si el auxilio médico está distante se puede administrar fluidos rehidratantes, tabletas
de carbón mineral y aceite mineral, lo cual hay que evitar si hay vómito. Conviene
obtener datos en relación al tiempo transcurrido entre la ingestión y la aparición de
los primeros síntomas y sobre la naturaleza de éstos, así como sobre la cantidad y
la parte de la planta ingerida (hojas, frutos, raíces, etc.) y la forma de preparación,
como cruda o cocinada (Lewis y Elvin, 1977).

Origen, función y sitios de acumulación de los compuestos tóxicos en las plantas

La ocurrencia de sustancias potencialmente tóxicas en plantas es común, su presencia


en algunos casos se asocia con funciones antioxidantes, de protección contra especies
reactivas de oxígeno, fitopatógenos o herbívoros, así como con actividades antago-
nistas inter e intra específicas. La gran mayoría de estos compuestos son sintetizados
en vías metabólicas diferentes a las implicadas en la respiración y síntesis de metabo-
litos necesarios para el crecimiento, como lípidos, carbohidratos, proteínas y ácidos
nucleicos, por lo que son llamados metabolitos secundarios. Es muy posible que su
presencia (algunas veces aún no explicada) le otorgue una ventaja competitiva a la
planta en diferentes etapas de su desarrollo, aumentando su probabilidad de super-
vivencia, idea que se refuerza por el hecho de que no todos los tejidos de la planta
contienen la misma concentración de toxina en un momento dado, las sustancias se
redistribuyen conforme avanza el desarrollo fenológico y algunas plantas sólo son
venenosas en ciertas épocas o solamente cuando son dañadas (Makkar et al., 1991).
En general, las semillas, la corteza, la savia y los frutos son las principales áreas de
acumulación de compuestos tóxicos y es posible encontrar toxinas aun en la planta
seca. Frente a condiciones severas, como las que se dan en climas áridos, las plantas
tienden a aumentar sus defensas, sobre todo de tipo cualitativo (alcaloides, glicósidos
cianogenéticos, etc.), ya que en estos casos les resulta mucho más difícil regenerar
los tejidos dañados por los herbívoros (Rhoades, 1991; Johnson et al., 1985; Lundberg
y Palo, 1993). Por otra parte, las plantas que deben su toxicidad a la presencia de
alcaloides o compuestos nitrogenados prefieren suelos con niveles elevados de este
elemento, principalmente en forma de nitratos y sales amoniacales. En estas condi-
ciones aumenta la cantidad de sus venenos, lo que parece estar relacionado con el
carácter nitrogenado de sus principios activos (Gómez, 1996).

Principales compuestos tóxicos en las plantas

Algunas familias de plantas que agrupan un gran número de especies tóxicas son:
Fabaceae (Leguminosae), Euphorbiaceae, Asteraceae (Compositae), Solanaceae y
Apocynaceae, entre otras.
Las plantas elaboran una variedad muy amplia de fitoquímicos. Estas sustancias
tienen como función alimentar, proteger o estimular el crecimiento de las plantas.

150
Estos compuestos secundarios suelen ser agrupados según su naturaleza química en:
compuestos fenólicos (taninos, fitoestrógenos y cumarinas); toxinas nitrogenadas
(alcaloides, glicósidos cianogenéticos, glucosinolatos, aminoácidos tóxicos, lectinas e
inhibidores de las proteasas); terpenos (lactonas sesquiterpénicas, glicósidos cardía-
cos, saponinas); hidrocarburos poliacetilénicos y oxalatos. Además de los compues-
tos tóxicos en pteridofitos y de las micotoxinas (Ramos et al., 1998; Kaufman et al.,
1999).

Polipéptidos, aminoácidos y aminas

Ciertas algas (Microcystis), hongos (Amanita), y plantas superiores (Blighia), contie-


nen péptidos tóxicos. Otras especies (Phoradendron) contienen aminas que han sido
reportadas con acción tóxica. El grupo de las aminas se divide en aminas alifáticas
que son compuestos que tienen olores muy fuertes y desagradables que poseen
algunas plantas para atraer a insectos; y las aminas aromáticas que destacan por sus
propiedades fisiológicas, ya que aquí se encuentran los alcaloides (Kaufman et al.,
1999). Los aminoácidos tóxicos se encuentran principalmente en las semillas de le-
guminosas como el haba común Vicia sativa (β-cianoalanina) y las especies tropicales
Leucaena indigofera (mimosina) y Canavalia ensiformis (canatoxina). El latirismo es
una enfermedad que afecta al hombre y al ganado, caracterizada por daño neuronal
o a los tejidos esquelético y conectivo, asociada a la ingestión de semillas de algunas
especies de Lathyrus (Fabaceae), que contienen Glutamil- β-aminopropionitrilo o de
Vicia sativa, que contiene β-cianoalanina. Las aminas histamina, tiramina, triptamina,
serotonina, adrenalina y noradrenalina son derivadas de aminoácidos aromáticos y se
encuentran en plantas comúnmente empleadas como alimento humano. Todas ellas
son químicos potentes en el cuerpo y su toxicidad depende de la cantidad ingerida
y la eficiencia con que se degradan una vez consumidas. Las lectinas (proteínas) he-
maglutinantes del frijol (Phaseolus vulgaris) provocan trastornos gastrointestinales.
Las enzimas proteolíticas y la L-asparagina de Dieffenbachia seguine propician la
producción de histaminas.

Alcaloides

Son compuestos nitrogenados complejos, de sabor amargo, generalmente insolu-


bles en agua y solubles en alcohol, que actúan sobre el sistema nervioso, primero
excitándolo y luego paralizándolo. Comprenden tropanos, pirrolizidina, piridina,
isoquinolina, indol, quinolicidina, esteroides y diterpenoides policíclicos. El 90% de
los alcaloides conocidos se encuentra en las plantas con flores. El contenido de los
alcaloides de una planta varía poco con los factores ecológicos tales como el clima y
la disponibilidad de agua. Frecuentemente se distribuyen en todas las plantas por lo
que cualquiera puede ser tóxica, tal es el caso de la teresita (Vinca rosea L., Apocy-

151
naceae), que contiene vincamina y reserpina, sobre todo cuando florece, los cuales
causan ataxia, caída del cabello y deterioro muscular. Existen dos mil alcaloides reco-
nocidos, responsables de la toxicidad de ciertas plantas y todos se conservan bien en
las plantas secas. Los alcaloides han sido considerados por diferentes autores como
sustancias de desecho, de reserva o vehículos para la circulación de las sustancias
nitrogenadas en el organismo vegetal (Cheeke, 1997). La solanina, un glucoalcaloide
que se genera en la papa cuando se expone a la luz y reverdece es un tóxico que causa
severos trastornos digestivos y síntomas nerviosos. La maravilla (Mirabilis jalapa L.,
Nyctaginaceae), contiene el alcaloide trigonelina y resinas, el manejo de su raíz puede
causar dermatitis y su ingestión dolor estomacal, náusea, vómito, diarrea y aborto
por estimulación uterina, en mujeres gestantes.
Los frutos y raíces del canelo (Melia azedarach L., Meliaceae) concentran los alca-
loides del neem y margosina, que afectan el sistema nervioso central y una saponina
con propiedades hemolizantes, los síntomas de la intoxicación son náuseas, diarrea,
vómito, cólicos violentos, timpanitis, hipotermia, espuma en la boca, congestión
gastrointestinal, hepática y pulmonar, trastornos motores, temblores y muerte por
parálisis cardiaca.
El peyote (Lophophora williamsii (Lam.) Coulter, Cactaceae) posee alcaloides psico-
trópicos y alucinógenos como la mezcalina, además de tipo estricnina que provocan
irritabilidad y tipo morfina de acción sedante y somnífera, como anhalina, anhalanina,
anhalonidina, anhalonina, anhalamina, anhaladina, lofoforina y peyotina. Al ingerirse
provoca inicialmente euforia, enrojecimiento de piel y rostro, dilatación pupilar, delirio,
taquicardia, disminución del pulso, aumento de la presión arterial, salivación, diuresis,
insomnio, temblores, falta de coordinación de movimientos, contracciones musculares,
adormecimiento de la lengua, labios y cara, fotofobia, alucinaciones y visiones.
Algunas familias botánicas que destacan por su riqueza en alcaloides son: Buxa-
ceae, Amaryllidaceae, Euforbiaceae, Leguminosae, Liliaceae, Papaveraceae, Ranun-
culaceae, Solanaceae y Asteraceae (Mulet, 1997). Por ejemplo, el tallo y las hojas del
tomate (Solanum lycopersicum) contienen alcaloides que provocan excitación nerviosa
y trastornos digestivos.

Glucósidos

Los glucósidos comprenden otro grupo numeroso de sustancias químicas de estructura


compleja, que se desintegran enzimáticamente o al ser tratados con ácidos minerales
diluidos, dando lugar a azúcar y a un componente no carbohidrato (aglucón) que puede
resultar tóxico. Los de mayor importancia son los denominados cianogenéticos, que
producen al descomponerse ácido prúsico o cianhídrico (HCN) y los cardíacos, como
la digitalina y la estrofantina. Los glucósidos cardíacos producidos por las especies de
Digitalis y la adelfa o laurel de la India (Nerium oleander) provocan un aumento en la
fuerza y contracción del corazón, así como diuresis. El laurel de la India provoca además
alteraciones gastrointestinales, siendo toda la planta tóxica debido a la presencia de

152
oleandrina y neriosina. En el caso de la rosita, anisillo o centauro (Centaurium calycosum)
al igual que sucede con otras plantas medicinales mal administradas, si se excede la
dosis adecuada se vuelve tóxica y de un auxiliar digestivo pasa a un purgante drástico,
causando diarreas abundantes, poliuria, debilidad generalizada e incluso puede llegar
a causar coma y la muerte, debido a los glucósidos amargos como la gentiopicrina, que
son acumulados por la planta principalmente en la etapa de floración.
El ácido cianhídrico es una de las substancias más venenosas que existen en la
naturaleza y las plantas que lo contienen son generalmente mortales si se ingieren.
Los glucósidos cianogenéticos se acumulan cuando la planta es joven o detiene su
crecimiento por efecto de las sequías resultando más peligrosas y el HCN queda en
libertad cuando las plantas están marchitas o son dañadas por el pisoteo, por cortes
o por congelamiento o bien en el tubo digestivo de las personas y de los animales,
cuando el glucósido cianogenético (amigdalina) es desdoblado por la enzima emulsina.
Al combinarse el HCN con la citocromo oxidasa, se desacopla la respiración celular
por la formación de cianoferrocitocromoxidasa y se detiene la reducción del oxíge-
no y la producción de energía metabólica. Gran número de plantas son capaces de
producir HCN durante su desarrollo, conduciendo casi siempre a cuadros tóxicos de
evolución más o menos aguda. Los glucósidos cianogenéticos derivados de la leucina
son comunes en las subfamilias Amygdaloideae y Maloideae de las Rosáceas, y otros
similares son encontrados en las Fabaceae y Sapindaceae. Los huesos y semillas de
los frutos de las Rosáceas (manzanas, peras, ciruelas, cerezas, duraznos, albaricoques,
almendras, etc.), suelen plantear un serio problema, pues aun un consumo mínimo
de ellos causa envenenamientos graves e incluso mortales. Los glucósidos cianoge-
néticos ciclopentenoides están restringidos a las familias Achariaceae, Passifloraceae,
Turneraceae, Malesherbiaceae y algunas Thymeliaceae. Los glucósidos cianogenéticos
derivados de la tirosina son comunes en muchas familias de Magnoliales y Laurales.
Otro tipo de glucósidos son las saponinas. Los glucósidos cycasina y la macrozamina
se encuentran respectivamente en los géneros de gimnospermas Cyca y Macrozamia,
semejantes a palmas, la aglicona metil azoximetanol es un cancerígeno potente que
produce tumores semejantes a los causados por las nitrosaminas cuando se consume
con el almidón de semillas y tubérculos de estas plantas. La piracanta o espino de
fuego (Pyracantha coccinea) contiene amigdalina en corteza, hojas y semillas. Sus
frutos color rojo o anaranjado brillante son muy llamativos para los niños y el riesgo de
ingestión es alto pues la planta es una ornamental muy común en parques y jardines,
donde se utiliza para formar setos resistentes a la sequía y de rápido crecimiento.

Saponinas

Grupo de compuestos glucósidos amorfos de estructura esteroide, caracterizados


por una capacidad de formar emulsiones y de hacer espuma en soluciones acuosas,
disminuyen la tensión superficial de ésta y son usados como detergentes; son de sabor
amargo y algunas, irritantes. Se encuentran en la célula vegetal pero su función en

153
la permeabilidad de la membrana y en los cambios respiratorios no ha sido aclarada.
Las saponinas por vías digestivas no son muy tóxicas, en grandes cantidades provocan
diarreas, gastroenteritis, incoordinación de movimientos y pérdida de las sensibilidad;
actúan sobre el protoplasma inhibiendo las funciones vitales de las células (Gallo,
1987). Por vía intraperitoneal son mucho más peligrosas, así como por vía sanguínea,
por su acción hemolítica.

Oxalatos

El ácido oxálico es corrosivo. Los oxalatos son sustancias quelantes, que secuestran
cationes formando sales. Se encuentran en las plantas en forma soluble (oxalato de
sodio o potasio) e insoluble (oxalato de calcio). El mayor contenido de éstos se en-
cuentra en las hojas, seguido por las semillas y es mínimo en los tallos de las plantas.
El contacto con la piel causa irritación, enrojecimiento y quemaduras. Su ingestión
causa hinchazón de labios, boca y lengua, babeo, vómitos, dificultad para respirar,
frecuencia cardiaca baja y si los oxalatos se solubilizan y pasan a sangre, provocan
hipocalcemia y al recristalizarse, daños en diferentes tejidos, incluyendo el cerebro,
hígado y sobre todo los riñones. Diversas especies de la familia Araceae acumulan
estos compuestos, y son muy apreciadas y comunes como plantas de ornato, como la
“paleta de pintor” (Caladium bicolor Aiton Vent.), las hojas de la suerte (Dieffenbachia
seguine (L.) Schoff.), la costilla de Adán (Philodendron pertusum), los agritos (Oxalis
corniculata L) contienen la “sal de las acederas” y la oreja de elefante o lampazo
(Xanthosoma robustum Schott.) (González Alfonso et al., 1988).

Resinas

Son sustancias sólidas, amorfas y brillantes que forman un grupo muy heterogéneo,
tratándose por lo general de ácidos complejos no nitrogenados. Frecuentemente
se encuentran mezclados en los vegetales con los aceites esenciales, formando las
oleorresinas. Estas sustancias son irritantes de las mucosas, e ingeridas provocan
deposiciones acuosas a las 2 o 3 horas, dando diarreas profusas y sanguinolentas,
produciendo cólicos intensos. Algunos autores las consideran esencias oxidadas, sóli-
das, coloreadas, insolubles en el agua y solubles en alcohol; se forman en los canales
secretores de las plantas y su función no es bien conocida aunque, al parecer, una
vez formadas no vuelven a ser utilizadas por las plantas. Causan los envenenamientos
más dramáticos tanto en el hombre como en los animales. La resina verdadera es una
resina dura, quebradiza, parecida exteriormente a la goma, pero insoluble y que no
se reblandece en agua. La gomorresina es un jugo lechoso que fluye, naturalmente
o por incisión, de varias plantas, y se solidifica al aire, es una mezcla natural de goma
y resina que se emulsiona al mezclarse con agua. Puede contener o no, además, un
aceite esencial volátil. La oleorresina es una mezcla más o menos fluida de resina y

154
aceite esencial, como la trementina de pino o extractos de especias. El bálsamo es
una secreción vegetal compuesta de resina, ácidos aromáticos, alcoholes y ésteres,
por ejemplo el incienso. Las lactoserinas son resinas vegetales procedentes del látex
coagulado por polimerización del isopreno, como caucho, hule y gutapercha.

Fitotoxinas (Toxoalbúminas)

Son proteínas de alta toxicidad producidas por un número reducido de plantas. Causan
reacciones fisiológicas de inmunidad ocasionando la formación de anticuerpos espe-
cíficos o antitoxinas (antirricina, antirobina). Pueden provocar estados de alergia, ya
que el principio tóxico posee características de alérgeno, también se conocen como
toxoalbúminas (González Stuart, 1989). Las más comunes son la abrina de las semillas
de Abrus precatorius que causa daño gastrointestinal, pulmonar y shock, la ricina de las
semillas de Ricinus communis, con los mismos síntomas, la ricina de semillas y frutos de
Jatropha multifida con efecto gastrointestinal, la curcina de frutos y semillas de Jatropha
curcas que también tiene efecto gastrointestinal, la robina y fasina de la corteza, hojas
y yemas de Robinia pseudoacacia que afecta al SNC y tiene efecto gastrointestinal y la
hurina de Hura crepitans, que además del daño gastrointestinal causa ceguera.

Compuestos fenólicos, aromáticos, aceites volátiles/esenciales

Prácticamente todas las plantas contienen una variedad de productos naturales


que incluyen un anillo aromático. Dentro de los compuestos aromáticos fenólicos
se encuentran los fenilpropanoides, flavonoides, taninos y quinonas. También están
los compuestos aromáticos fenólicos en su forma de ésteres metílicos, y el ejemplo
más común en las plantas son las cumarinas (Murphy, 1999). Por otro lado están los
compuestos aromáticos no fenólicos, un ejemplo de estos compuestos son los tetra-
pirroles, donde se incluyen la clorofila, ficoeritrina, ficocianina, y otros compuestos
que son pigmentos de las plantas (Murphy, 1999). La intoxicación por fenoles puede
dividirse en dos clases: primaria y secundaria. La intoxicación primaria es la produ-
cida por la ingestión o paso a través de la piel de éstos compuestos. La intoxicación
secundaria es la producida por la ingestión, por parte de los animales, de plantas que
contienen compuestos que por hidrólisis pueden originar fenoles; los compuestos más
típicos son los taninos, que se encuentran en cáscaras de la nuez y hojas de encinos
(Jurado, 1989). Los taninos son compuestos que reaccionan con proteínas y metales,
inhiben enzimas, disminuyen el crecimiento, son de baja palatabilidad y en ocasiones
de sabor amargo. Son astringentes en mucosa y piel, pueden originar procesos dege-
nerativos en hígado y riñón, se eliminan después de sufrir metilación, en los vegetales
parecen tener un efecto protector frente a los hongos, y en el suelo son formadores
de humus. Se pueden distinguir 2 grandes grupos de taninos: hidrolizables y conden-
sados. La hierba mala Rhus radicans posee una toxina en el látex de toda la planta,

155
el 3-N-pentadecil-catecol, que produce desde irritación hasta quemaduras en la piel
y puede originar afecciones graves y daño gastrointestinal y a las vías respiratorias,
que si desencadena reacciones secundarias, puede llegar a ser fatal.
Los taninos hidrolizables son aquellos que fácilmente presentan hidrólisis, por
ácidos o enzimas, dando como resultado ácidos fenólicos y azúcares. Los taninos
condensados son polímeros difícilmente hidrolizables. Desde el punto de vista toxi-
cológico son más importantes los taninos hidrolizables que los condensados. Entre
las plantas que contienen una alta proporción de taninos se encuentran Vitis sp.,
Sorghum vulgare y Acacia spp. Sin embargo, hay que señalar que algunas de estas
plantas originan trastornos tóxicos por la acción concomitante de taninos y otras
sustancias presentes (Clarke et al., 1981).
Las plantas alimenticias de la familia del repollo (Brassicaceae) y la cebolla (Alliaceae)
contienen una serie de compuestos azufrados que les dan sus olores característicos.
Estos compuestos, al igual que los tioglucósidos del berro de jardín (Lepidium sativum),
del berro indio (Tropaeolum majus) y del repollo (glucobrasicina), se convierten enzi-
máticamente a tiocianato cuando la planta es aplastada. El ion tiocianato (SCN)- tiene
un efecto goitrogénico (bociogénico), al igual que la goitrina del repollo.

Plantas que causan fotosensibilización

La fotosensibilización se debe, entre otras causas, a la ingestión de algunas plantas


verdes, en rebrote o en inflorescencia que contienen agentes fotodinámicos que
lesionan el hígado con acumulación de filoeritrina en tejidos periféricos y que son
almacenados en las capas superficiales de la piel, produciendo dermatitis con la ex-
posición al sol (Plumlee, 1995). Existen plantas como el Hypericum perforatum la cual
es rica en el agente fotodinámico Hipericina. La Lantana camara produce este efecto
al igual que la lechuguilla (Agave lechuguilla) que posee un agente fotosensibilizante
(pigmento fotodinámico) que afecta al hombre causando dermatitis y en animales
la enfermedad “cabeza hinchada” por exposición al sol. La savia de Nerium oleander
contiene oleandrina y puede causar irritaciones en la piel, inflamación e irritaciones
severas de los ojos y llegar a reacciones alérgicas caracterizadas por dermatitis.
La hiedra venenosa Rhus radicans L. o Toxicodendron radicans produce un aceite
urushiol que contiene la toxina 3-n-pentadecil-catecol y se encuentra en todas las
partes de la planta excepto el polen. Esta toxina se produce todo el año y provoca
una irritación dolorosa y ampollas en la piel. Esta dermatitis aparentemente es una
reacción anafiláctica, ya que hay sensibilización por exposiciones previas (o con la
edad) y en otros casos, inmunidad. Hay reportes de envenenamientos graves por
aspirar el humo de esta planta y de daños gastrointestinales y encefalopatía humana
por ingestión de su extracto. En ocasiones las reacciones secundarias pueden causar
la muerte en humanos, sin embargo, las cabras y ovejas, venados y otra fauna silvestre
son insensibles al veneno y las abejas hacen miel de ella. Los frutos son comidos por
aves que ayudan a dispersar la planta.

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Plantas que causan lesión mecánica

Algunas plantas presentan espinas o punzones, capaces de afectar los ojos o rasgar
o perforar la piel, como el nopal cegador, los cadillos, las puntas de las hojas de los
agaves, la mayoría de los cactos y muchas leguminosas. En caso de ingestión accidental,
pueden causar una lesión interna y trastornos intestinales.

Principios venenosos desconocidos

Existen actualmente gran cantidad de plantas cuya toxicidad se desconoce en Nuevo


León; un cálculo conservador es que existe un 1% de especies de plantas venenosas
aún por ser reconocidas como tales.

Una lista más completa de las plantas tóxicas al ganado y los animales domésticos
y potencialmente tóxicas a los seres humanos se encuentra en el capítulo “Plantas
tóxicas al ganado en Nuevo León” de este libro. La lista de especies y su distribución
está basada en ejemplares del herbario UNL y la obra de Villarreal y Estrada (2008).

Conclusiones y perspectivas

Tomando en cuenta que los principales factores de riesgo en el caso de envenenamien-


tos por plantas son a) la ignorancia sobre las dosis adecuadas en caso de las infusiones
tomadas por adultos o administradas a infantes y b) la conducta inherente a llevarse
las cosas a la boca en el caso de los infantes, la prevención de las intoxicaciones pro-
vocadas por plantas sólo será posible cuando la población adulta esté familiarizada
con las especies de riesgo y consciente de su grado de peligrosidad.
El desarrollo de metodologías sencillas para el diagnóstico del carácter tóxico en
las plantas de nuestra región ayudaría a prevenir accidentes y dar un valor agregado
a sus características al promoverlas como plantas de ornato y reforestación.

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PLANTAS TÓXICAS Y DAÑINAS EN NUEVO LEÓN

Cilindropuntia leptycaulis Echinocactus horazontalonius Opuntia microdasys


Tasajillo Mancacaballo Nopal cegador

Dieffenbachia seguine Vinca rosea Lantana camara Delphinium madrense Lupinus cacuminis
Amoena Teresita Lantana Espuela de caballero Lupino

Argemone mexicana Lophophora williamsi Datura wrightii Centaurea sp


Cardo Peyote Toloache Flor de canasta

Cephalanthus occidentalis Sophora secundiflora Quercus fusiformis


Alamillo mielero Colorín Encino siempre verde

158
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160
PLANTAS DE USO CEREMONIAL
Farfán-Morales MO
Instituto Nacional de Antropología e Historia, Centro INAH Nuevo León
Rafael José Verger S/N Col. Obispado, Monterrey, C. P. 64010, N. L.
olimpiafarfan@hotmail.com

Resumen

H
istóricamente ha existido una fuerte relación entre el hombre y la naturaleza,
acumulándose a lo largo del tiempo una gran cantidad de conocimiento par-
ticularmente acerca de las plantas y sus usos. Sin embargo, en la actualidad
y por efecto de la modernidad y la globalización existe un gran riesgo de pérdida de
este conocimiento, al extinguirse las culturas nativas o mezclarse con las sociedades
modernas. En el presente trabajo se hace un análisis acerca del uso ceremonial de las
plantas en el noreste de México con énfasis en el estado de Nuevo León, incluyendo
la época prehispánica, la etapa colonial y la época actual.

Introducción

En la historia de la humanidad la relación entre el hombre y la naturaleza ha sido


determinante. El hombre ha utilizado las plantas para alimentarse, curarse o para
usarlas como recurso material en la construcción de sus viviendas. A lo largo de siglos
de experimentación descubrió poco a poco cuáles eran sus propiedades nutritivas
o curativas; con estas prácticas cada sociedad ha configurado un cuerpo teórico de
conocimientos herbolarios, que engloba concepciones ideológicas y que es aplicado
por los especialistas.
Existe el peligro de que gran parte de estos conocimientos y prácticas desapa-
rezcan, por la extinción de algunas culturas nativas y por la modernización, por ello
es necesario dedicar más esfuerzos a su estudio, porque aún estamos a tiempo de
prestar la debida atención a la tradición popular (Thompson, 1994).

161
La cosmovisión de los Nahuas prehispánicos

En la etapa Colonial una de las primeras acciones de los conquistadores fue desterrar
las creencias y las prácticas ceremoniales y terapéuticas de los indígenas, porque
una de las principales misiones de los conquistadores españoles y de los frailes era
la evangelización de los habitantes del Nuevo Mundo. En aquella época, la medicina
española tenía mucho de magia, se creía en los malos aires, en el mal de ojo, en el
empacho, conceptos que fueron rápidamente asimilados por la cultura indígena
popular (Lozoya, 1992).
Algunos elementos de la medicina mágico religiosa que practicaban los habitantes
de Mesoamérica fueron sustituidos por formas “equivalentes” cristianas, los dioses
se sustituyeron por vírgenes y santos cristianos, los nombres de muchas hierbas se
castellanizaron, por ejemplo, el Iztauhyatl Artemisa mexicana, se conoció como es-
tafiate, el toloatzin Datura stramonium se llamó toloache. La planta yoyotli, Thevetia
thevetioides fue conocida como hueso de fraile y se utilizó para curar el susto y la
alferecía.
El conocimiento de los pueblos nahuas prehispánicos ha llegado hasta nuestros días
a través de relatos, crónicas y relaciones de los españoles del siglo XVI, sin embargo,
conocemos muy poco sobre estos conocimientos en el noreste del país porque hay
escasos documentos sobre el tema. Del grupo que se tiene más información es del
náhuatl; los nahuas o mexicatl, habitaban, a la llegada de los españoles, el Valle de
México, lugar que compartían con otros grupos étnicos: los otomíes, matlatzincas y
mazahuas.
Los nahuas poseían un conjunto de creencias, dogmas, ritos y ceremonias que
demostraban que eran un pueblo profundamente religioso y politeísta; creían que los
dioses habían creado a los hombres y eran responsables de su destino y todo lo rela-
cionado con su vida, como la salud, las buenas cosechas de maíz y de otros cultivos.
El curandero se conocía en náhuatl como “tizitl“, persona que tiene experiencia en
hierbas, piedras, árboles y raíces, pero si es malo y enferma a la gente se le llamaba
nahualli; además, existían otras especialidades como tetonalmacani, que recupera el
alma-tonalli que se había perdido (López-Austin, 1975). En maya recibían el nombre de
ah-pul-yaah, echador de enfermedad y/o h-men, un mago que cura y se transforma
en animal (De la Garza, 1990). Como podemos observar, estos especialistas tenían
un nombre distinto en cada grupo étnico.
En la época prehispánica se creía que los dioses eran los causantes de las enferme-
dades y había que ofrendarlos para recobrar la salud. Para conservar la benevolencia
de los dioses y seguir gozando de sus dones, se les festejaba con música, danza,
ofrendas de flores, comida y sacrificios. El tener contentos a los dioses aseguraba la
salud, la continuidad de la vida y el renacimiento en cada ciclo.
Tlaloc provocaba las enfermedades relacionadas con el agua, como el tullimiento,
la tortícolis, la atrofia y la deformación de manos y pies; su culto se vinculaba a los
cerros, lugar adonde se llevaban las ofrendas, porque se pensaba que de ahí proce-
dían las enfermedades relacionadas con el frío. Xochipilli también era conocido como

162
Macuilxóchitl, cinco flor, relacionado con el sol; en su fiesta se le hacían ofrendas de
comida y castigaba con enfermedades secretas a quien no le guardaba ayuno. La
deidad conocida como Xipe Totec, nuestro señor desollado, al que se consideraba
Dios de la fertilidad, de la primavera y de la renovación de la flora, enviaba diversas
enfermedades, en especial: “males de los ojos”; para lograr su contento había la fiesta
llamada “tlacaxipehualiztli” que estaba dedicada a él.
Las plantas alucinógenas como el peyote, (Lophophora williamsii), el ololihuqui y
los hongos eran considerados divinidades, los indígenas nahuas los ingerían auxiliados
por los tizitl o curanderos para acceder a estados alterados de conciencia y lograr
comunicarse con los dioses con fines curativos y adivinatorios. En el estado de Méxi-
co se encontró una escultura de Xochipilli que tiene grabados plantas alucinógenas,
como el peyote, los hongos y algunas daturas.

La herbolaria Náhuatl

La clasificación botánica utilizada por los nahuas formaba grupos de plantas iden-
tificables por sus raíces, sus tallos, sus hojas, sus frutos, sus flores y usos. Del Paso
y Troncoso (1988), describe cómo el sistema mexicano agrupaba a las plantas de
acuerdo a caracteres útiles y prácticos. Además, en muchas crónicas del siglo XVI,
existe información fraccionaria sobre la botánica nahua.
Hay dos libros que fueron utilizados durante mucho tiempo como libros de con-
sulta por los médicos de esa época; el de López, Gregorio, Tesoro de la medicina que
se publicó en 1672 y el del médico jesuita checoslovaco, Esteyneffer, Juan, Florilegio
medicinal de todas las enfermedades., que se publicó en 1719. El fraile vivió entre
los indígenas del noroeste de México y en su obra se observa el conocimiento de las
yerbas de los indígenas de esa región y algunos elementos de la religión cristiana y
el uso de herbolaria europea.
En estas obras se intenta rescatar el conocimiento de la herbolaria por considerarlo
valioso y en otras su objetivo es dar una muestra de las supercherías de los indígenas
y descalificar a los sacerdotes y curanderos demostrando su ignorancia de frente a
la cosmovisión europea. Los colonizadores, portadores de la religión católica, creían
que los ritos, conjuros, fiestas y ceremonias nahuas eran manifestaciones de idolatría
y que todas estas prácticas eran dictadas por el diablo, al que había que temer y que
horrorizaba a los evangelizadores, que querían, de acuerdo a su fe, “salvar almas”.
Los religiosos españoles con sus inquisidores estaban alerta para descubrir el
uso de las yerbas con fines idolátricos, adivinatorios y licenciosos. En los archivos es
frecuente encontrar documentos que registran juicios en contra de una población
que ya era pluriétnica formada por indios, españoles, europeos, negros, mestizos o
mulatos y judíos acusados de emplear con esos fines, peyote, toloache, y ololihuqui
u otros productos similares.

163
Las plantas ceremoniales en la actualidad

Los pueblos indígenas mexicanos mantienen en su cosmovisión algunos elementos


religiosos como el culto a los dueños de la tierra, del agua, del sol y son todavía
depositarios de un conocimiento milenario en la utilización de plantas, el cual se ha
transmitido en forma oral a las nuevas generaciones a través de los curanderos. En
muchas poblaciones este conocimiento es la única alternativa en la búsqueda de la
salud. Porque el acceso a la medicina oficial está fuera de su alcance, ya sea por la
falta de centros de salud, por la falta de medios económicos o porque es una práctica
que choca con sus conceptos culturales entorno al proceso de salud- enfermedad.
En la actualidad, en algunas regiones de México, todavía persisten curanderos que
ejercen sus funciones y son poseedores de un importante conocimiento de recursos
naturales como plantas, animales y minerales aplicadas en rituales de curación sobre
todo en las regiones indígenas. Hoy en día contamos con plantas de origen prehis-
pánico y europeo que se utilizan popularmente en muchas zonas y se comercializan
en los mercados, como la gobernadora, de origen mexicano o la ruda, el romero, la
sábila y el pirul, de origen europeo.
En la comunidad, las respuestas sociales a la enfermedad y la recuperación de la
salud se realizan en tres ámbitos. El primero de ellos es la propia casa del enfermo en
donde la madre o algún otro miembro de la familia recetan alguna hierba o medicina
de patente, el segundo es en la propia comunidad y el tercero es la asistencia a los
centros de salud o la consulta con un médico alópata.
En el ámbito del grupo doméstico la mujer asume un papel muy importante porque
desempeña diversos roles de acuerdo a su género: es la encargada del cuidado de los
hijos y del esposo, realiza los quehaceres de la casa, elabora los alimentos y muchas
veces tiene que trabajar fuera del hogar. Entre estas actividades está la atención a la
familia en el momento en que se presenta alguna enfermedad.
El núcleo familiar es muy importante porque dentro del mismo se manifiestan
elementos del sistema de creencias y de prácticas curativas que se han transmitido
de generación en generación. Algunas de ellas provienen de la época prehispánica
—como, por ejemplo, el susto, enfermedad a la que algunos antropólogos identifican
como un síndrome de filiación cultural que se cura por medio de una “limpia”— y no
son reconocidas por la medicina occidental.
A partir de esta investigación obtuvimos el nombre y el uso de algunas plantas,
entre cortezas, flores, tallos y raíces que son utilizadas para diversos ritos y ceremo-
nias, la transmisión de este conocimiento ha pasado de forma oral de generación en
generación, algunas plantas las emplean porque han visto que las recomiendan por
medio de libros o en los medios de comunicación (Tabla 1).

164
Tabla 1. Algunas plantas registradas para el estado de Nuevo León con uso cere-
monial

Parte de la planta em-


Nombre común Uso
pleada
Azahar Ingerida en té, para ayudar en la
Flor
Tila curación del susto.
Para alejar las enfermedades y ma-
Una penca o toda la planta
Sábila los espíritus. Se coloca en la parte
cuando es pequeña.
interior de la entrada de la casa.
Albahaca Se barre y se rezan tres credos Una rama
Dos cactus chiquitos El peyote
Se corta y se ingiere en pequeños
Peyote se recolecta para llevar a cabo
trozos
el ritual.
Ruda Se barre y se rezan tres credos Una rama

Pirul Se barre y se rezan tres credos Una rama


Se elabora un ramo con las
Palma Los sacerdotes católicos las bendi-
tres plantas y se coloca atrás
Manzanilla cen en la ceremonia del Domingo
de la puerta de entrada del
Laurel de Ramos
hogar para su protección
Romero Se barre y se rezan tres credos Tallos
En la ceremonia de la quema de
Candelilla candelilla en la víspera (11 de dici-
Ramas
(Mortonia greggii) embre) de las Fiestas de la Virgen de
Guadalupe

El susto y su tratamiento terapéutico

En la actualidad existe la creencia, muy antigua, de que algunas hierbas y minerales


tienen espíritu y por esa razón se les invoca tratándolos como seres vivientes, para
que durante el ritual, con sus poderes especiales otorgados por las divinidades, ayu-
den a curar al enfermo. En Chiapas, el investigador Carlos Navarrete (1968, citado
por Anzures y Bolaños, 1983), recogió la siguiente oración, la cual se debe rezar antes
de comenzar la barrida, durante los días miércoles y viernes considerados sagrados,
y dice así:

Albahaca, Ruda y Romero


Albahaca, Ruda y Romero,
de la tierra y Dios consagradas
que por virtud silvestre nacieron

165
y no fueron por manos sembradas.
Albahaca, Ruda y Romero,
Por el secreto que Dios les ha dado
Retires de mi hogar cuanto hechizado,
Y venga lo sano que Dios ha creado.
Albahaca, Ruda y Romero,
Por tus secretos y virtudes
Destierra con tus humos primeros
A los malévolos con sus actitudes

El concepto de susto ha sido estudiado por varios investigadores, 1 quienes encontra-


ron que éste tiene dos consecuencias. Una de ellas, es la de que se pierde el espíritu,
la otra es que el cuerpo se vuelve susceptible a que entren en él substancias u objetos.
Estar asustado se basa en el supuesto de que un individuo se compone de cuerpo físico
material y de una substancia inmaterial, fluido o esencia; ésta puede separarse del
cuerpo en circunstancias especiales como una caída, un accidente, un sobresalto o el
miedo motivado por el encuentro inesperado con entes sobrenaturales, individuos o
animales. Esta substancia al que se le da el nombre de espíritu es atrapada por entes
sobrenaturales y, en consecuencia, la persona enferma.
Los síntomas son insomnio, decaimiento del cuerpo, desgano, agotamiento, sueño
y falta de interés por todas sus actividades. Estos síntomas y el tratamiento del susto
no son privativas de la cultura mexicana, se encuentran también en América Latina y
en los Estados Unidos entre la población mexiconorteamericana; a ésta enfermedad
también se le da el nombre de pasmo, espanto y sombra.
Uno de los ritos mágicos religiosos que persisten en el Nuevo León es la curación
de la enfermedad del susto, en el cual se utilizan algunas de las plantas descritas en
la Tabla 1. En el Área metropolitana de Monterrey, entre los sectores populares, exis-
ten algunos especialistas encargados de tratar esta enfermedad y realizar un rito de
curación, en el que se emplean plantas como la ruda, el romero, el pirul, la albahaca;
en algunas ocasiones éste se lleva acabo en el ámbito familiar, pues algún miembro
de la familia posee ese conocimiento.
El ritual debe realizarse durante tres días, los días propicios son lunes, miércoles
y viernes a las 12: A.M. se inicia prendiendo carbón en una cazuela o anafre y se
quema en él una resina conocida como sahumerio, al mismo tiempo el curandero
dice oraciones católicas y pasa el manojo de plantas, impregnado de loción, por el
cuerpo del enfermo de la cabeza a los pies, sacudiendo fuertemente las manos.
Después toma la piedra alumbre y barre con ella el cuerpo, se detiene en las
articulaciones, coloca la piedra en ambas manos y sigue barriendo todo el cuerpo,

1. El susto es una entidad reconocida con una establecida etiología, diagnóstico y régimen de curación.
Véase Rubel, Arthur, Carl W. O´Nell y Rolando Collado Ardón, Susto una enfermedad popular, Colección
Popular, Fondo de Cultura, México, 1989, pp.405; Farfán Morales, María Olimpia, “El susto, una enferme-
dad popular entre los fidencistas”, en La Medicina Tradicional en el Norte de México, Silvia Ortiz Echaniz
(coordinadora), Serie Antropología Física, INAH, 1999, pp.175-183.

166
algunas veces repite estas acciones con el huevo o una veladora. Al terminar toma la
cabeza del enfermo y dice: ¡Juan Garza: regresa no te vayas! Y él contesta ¡Ahí voy!
Para terminar inicia una oración: “En el nombre de Dios…luz divina…”. El último día
del ritual se quema la piedra alumbre y ahí aparece la enfermedad. Algunas veces se
recomienda tomar té de azahar o de tila.
Con este ritual se cumple el objetivo de regresar el espíritu al cuerpo y al mismo
tiempo purificarlo y limpiarlo de substancias nocivas que estuvieran dentro de él. En
este caso encontramos que la enfermedad como lo plantean Lagarriga y Alcaraz (1986),
es un hecho social, no sólo biológico. Por lo tanto está relacionado con creencias o
normas sociales, no se define sólo en términos naturistas, empíricos y sintomáticos,
sino también mágicos y religiosos. La salud implica tanto lo físico como lo ritual. Existe
la creencia de que la enfermedad es un castigo divino, un pecado o una trasgresión
de las normas sociales.
En algunos grupos indígenas como los huicholes y mazatecos se emplean las plantas
alucinógenas en algunos ritos mágicos y religiosos, que permiten la comunicación con
las divinidades y la curación de enfermedades por medio de los especialistas, entre
ellas se encuentran el peyote, los hongos y algunas semillas.

Las plantas alucinógenas

El “peyotl” o peyote, es un cactus que ha llamado la atención a los investigadores de


las diversas disciplinas por su importancia histórica, social y cultural. Las plantas psi-
coactivas como el peyote, los teonanacal hongos, el olioliuqui o semillas de la virgen
fueron empleadas por los chamanes de los grupos indígenas en la época prehispánica
para entrar en trance, estado alterado de conciencia con el fin de comunicarse con
sus deidades, con diversos fines tal como lo comprobamos en los relatos de los cro-
nistas y en algunos códices. Los grupos de cazadores recolectores que habitaban en
el norte del país ingerían en sus ritos el cactus de peyote, además lo intercambiaban
con otros grupos.
En la Nueva España su práctica fue restringida y la ingestión era duramente san-
cionada por el Santo Tribunal de la Inquisición, el cual hizo circular un Edicto en 1617
prohibiendo su uso. Estas ordenes fueron colocadas en las puertas de las iglesias para
el conocimiento de los habitantes, pues la idea común era que los que los tomaban
tenían un pacto con el demonio; a lo largo del periodo Colonial circularon más edictos
de este tipo (Quezada, 1989).
Aún con estas restricciones las plantas alucinógenas se siguieron utilizando con
objetivos similares. Durante toda la época colonial el empleo de plantas alucinógenas
y las prácticas relacionadas con ellas continuaron considerándose como supersticiones
ligadas con Satanás y las asociaban con la brujería europea. A las plantas psicoativas
las comparaban con las plantas europeas como la mandrágora, el beleño, el ajenjo y
la yerbamora, que eran empleadas por las brujas del viejo mundo.
Los cronistas describían con precisión su relación con lo sagrado al ser ingerido como
inductor del trance en distintas ceremonias con diversos fines, entre los que destacan:
167
la curación de enfermedades, el empleo como estimulante y protector de los peligros
de la guerra y la veneración como a una deidad; así como para la adivinación.
El peyote fue el alucinógeno2 sagrado más importante del norte de México, el
cual fue descrito por primera vez por Sahagún en 1560 como un cactus utilizado
ritualmente por los chichimecas en sus mitotes:

También tenían gran conocimiento de las hierbas y raíces, y conocían sus cualidades
y virtudes: ellos mismos descubrieron y usaron primero la raíz que llaman péyotl, y
las que la conocían y tomaban la tomaban en lugar de vino, y lo mismo hacían de los
que llaman nanácatl que son los hongos malos que emborrachan también como el
vino; y se juntaban en un llano después de lo haber bebido o comido, donde bailaban
y cantaban de noche y de día, porque el día siguiente lloraban todos mucho, y decían
que se limpiaban y lavaban los ojos y caras con sus lágrimas… Hay otra hierba, como
tunas de tierra, que se llama péyotl; es blanca, hácese hacia la parte norte. Los que la
comen o beben ven visiones espantosas, o de risas; dura esta borrachera dos o tres
días, y después se quita. Es como un manjar de los chichimecas, que los mantiene y
da ánimo para pelear y no tener miedo, ni sed, ni hambre, y dicen que los guarda de
todo peligro.

De la Serna en 1626 da a conocer su empleo como oráculo y para la curación de


enfermedades:

Grandes supersticiones tienen también con una semilla a modo de lentejas que llaman
ololiuhqui y con otra mayor, que es una raíz, que llaman peyote, a quienes dan tanta
veneración como si fuera una deidad, pues bebiendo esta hierbas las consultan como
a oráculo para cuantas enfermedades pretenden curar, y para cuantas cosas desean
saber, así perdidas como hurtadas, y aquellas a que el conocimiento humano no puede
llegar para saber el origen de las enfermedades principalmente si son prolijas y largas,
y las atribuían a hechizo.” 3

2. Los alucinógenos son sustancias químicas que, en dosis no tóxicas, producen cambios en la percepción,
en el pensamiento y en el estado de ánimo, pero casi nunca producen confusión mental, pérdida de
memoria o desorientación de la persona, ni de espacio, ni de tiempo. El peyote y la mariguana causan
cambios profundos en la esfera de la experiencia, en la percepción de la realidad, incluidos el espacio y
el tiempo, y en la misma conciencia. También puede provocar despersonalizaciones, es común que los
colores cobren una brillantez inexplicable; se presentan alucinaciones auditivas. Las plantas alucinógenas
deben su actividad a un número limitado de sustancias químicas que actúan de un modo específico en
alguna parte definida del sistema nervioso. Shultes, Evans Richard, Hofmann, Albert, Plantas de los Dioses,
Orígenes del uso de alucinógenos, Fondo de Cultura Económica, México, 1982, pp. 12, 13.
3. Véase, Sahagún, fray Bernardino, Historia natural de las cosas de Nueva España, Editorial Porrúa,
1982, p.666

168
Para el noreste de México, Alonso De León, en el año de 1648, 4 describe la ceremonia
del mitote 5 en la que se ingiere un brebaje elaborado con esta planta: “…en cualquier
género de mitote es costumbre tener cogido mucho peyote; y si en su comarca no
lo hay lo envían a buscar ocultamente o por vía de mercancía; con cueros o flechas
que es su moneda.”

Beben el peyote molido y deshecho en agua, la cual bebida embriaga; de manera que
les hace perder el sentido, y se quedan, del movimiento y del vino, en el suelo como
muertos.”

Según La Barre (1987), la primera descripción botánica la hace Hernández al describir


la planta como:

“una raíz” de mediano tamaño que no echa ramos ni hojas fuera de la tierra, sino sólo
una pelusa, hay macho y hembra y es curativa, sana dolores de las articulaciones y cura
calenturas intermitentes, “bebiendo sólo una poquita”; quienes las comen, presienten
y predican todas las cosas, incluso dónde se encuentra dicha raíz.6

Por medio de las crónicas se ha comprobado que los nahuas usaban el peyote en
sus ritos sagrados pero como no era nativo de Mesoamérica, es muy probable que
lo hayan obtenido por medio del tributo o del comercio.7 Otros frailes como An-
drés Pérez de Lira (1654) en Zacatecas, José Ortega (1754) y como Antonio Arias de
Saavedra (1899) denunciaron el uso del peyote en la región de Nayarit y José Arlegui
(1899) en Sinaloa.8
Entre 1760 y 1777 los frailes Juan Agustín Morfi y Bartolomé García, en su visita a
la “Misión del Dulce nombre de Jesús de los peyotes”, que se localiza en el municipio
de Villa Unión, Coahuila, menciona que el peyote abundaba en la zona y tiene diversos
usos medicinales y con él se preparaba un brebaje dañino que al ser tomado dotaba
de fuerzas y vigor a los individuos y era usado en festividades y danzas.9 Ahora existe

4. Cavazos Garza, Israel, Historia del Nuevo León, con noticias sobre Coahuila, Tamaulipas, Texas y Nuevo
México, escrita en el siglo XVII por el Cap. Alonso de León, Juan Bautista Chapa y el General Fernando
Sánchez de Zamora, Biblioteca de Nuevo León, num. 1, Gobierno del Estado de Nuevo León, Centro de
Estudios Humanísticos de la Universidad de Nuevo León, Monterrey, Nuevo León, 1961, pp. 24, 25.
5. La palabra mitote del azteca mitotl, especie de baile o danza que usaban los aztecas en gran número
de ellos adornados vistosamente, iban bailando en torno de una bandera, junto a la cual había una va-
sija y bebiendo de rato en rato, hasta que se embriagaban y perdían el sentido, Santamaría, Francisco,
Diccionario de Mexicanismos, editorial Porrúa, 1992.
6. La Barre, Op. cit., pp. 598-596.
7. De la Garza Mercedes, Op. cit. pp.71.
8. Nahmad Sittón, Salomón, El peyote y los huicholes, SEP/Setentas núm. 29, México, 1972, pp. 22.
9. Fray Agustín Morfi, (1778); García Bartolomé (1760), Citados por Valádez Moreno, “Plantas alucinógenas
y ceremoniales utilizadas por las sociedades pretéritas en el noreste, en La medicina tradicional en el
norte de México, Silvia Ortiz Echániz (coordinadora), Serie Antropología Física, INAH, 1999.

169
una Iglesia con ese nombre, es en honor al santo Niño de Atocha y en el lugar existen
muchos peyotes.10
También se conocen confesionarios como el del padre García y Santa María en los
que se interroga a los indígenas si han consumido peyote o frijolillo (Sophora secundiflo-
ra) y si han bailado en sus mitotes. En estudios recientes llevados a cabo en el sitio Boca
de Potrerillos, ubicado en el municipio de Mina, Nuevo León, el arqueólogo Moisés
Valadez Moreno,11 detectó bacana (Scirpus atrovirens) que actualmente utilizan los
tarahumaras para tener visiones de viajes distantes y hablar con los antepasados.
Encontró también maravilla (Mirabilis multiflora) que según los indígenas, al
mascarla se quita el hambre, y botón de oro (Ranunculus acris), que produce delirio,
el investigador señala que estas plantas probablemente fueron empleadas en las
ceremonias rituales llevadas a cabo en ese sitio. En este lugar en el que ahora se
encuentra un Museo de Sitio, se localizan representaciones rupestres elaboradas
por los indígenas que se relacionan con las ceremonias rituales llamadas mitotes,
dirigidas por los chamanes.
El etnocidio que terminó con los grupos indígenas en el noreste de México durante
el siglo XIX finalizó también con el uso sagrado que se le atribuía al peyote, pero su
empleo curativo, mencionado, persistió y ahora se utiliza tanto en las comunidades
rurales como urbanas; aunque su utilización y comercialización es penalizado.
En México, los huicholes, coras, tarahumaras y kikapúes continúan empleándolo
en sus ritos. El culto al peyote se difundió a algunas tribus indígenas de los Estados
Unidos de Norteamérica y Canadá. Se dice que los indios kiowas y Comanches durante
su recorridos por tierras mexicanas fueron los primeros en conocer esta planta sagrada
en América, dando pie a un nuevo culto del peyote que se adaptó a las necesidades
de estos grupos indígenas.
El éxito del nuevo culto practicado por más de 40 tribus (kiowas, delawares, co-
manches, caddos, winnebagos, iowas, ottos, kikapu, wichitas, cheyenes, entre otras)
fue difundido desde 1890 y trajo como resultado una fuerte oposición por parte de
los misioneros y los grupos locales, los cuales promulgaron una ley represiva. Con la
intención de proteger el derecho a una libre actividad religiosa, los grupos indígenas
organizaron el culto al peyote en grupos religiosos legalizados, creando La Iglesia del
Primogénito fundada el 8 de diciembre de 1914 en Red Oklahoma; después se legalizó
La Iglesia Indígena Americana, en Cheyenne al noroeste de Calumet. Este movimiento
religioso creado en 1855 reunió en 1922 a 13 300 miembros. En la actualidad también
está registrada en Montana y Nebraska y se afirma que los miembros ascienden a
250 000. En Oklahoma también surgió la Iglesia Negra del Primogénito que existió
primeramente en Tulsa, Oklahoma fundada por John Jaminson quien había crecido
entre los indios, pero al morir el fundador ésta no sobrevivió. 12

10. La Barre, Op. cit.


11. Heartf ield, Lorraine (1976) citada por Moisés Valadez en “Plantas alucinógenas y ceremoniales utili-
zadas por las sociedades pretéritas en el noreste, en La medicina tradicional en el norte de México, Silvia
Ortiz Echaniz, (coordinadora), Serie Antropología Física, INAH, 1999, p.119.
12. Schultes Evans, Richard & Hoffman, Albert, Op. cit.; p.139-142; Weston La Barre, Op. cit., pp.155-160.

170
Hábitat del peyote

Actualmente el hábitat de este cactus se extiende desde la cuenca del río Bravo en
Texas, hacía la alta meseta central del norte de México, ubicado entre las Sierras Madre
Oriental Y Occidental. Según Shultes y Hofmann (1982) se reconocen dos especies
de Lophophora las cuales difieren morfológicamente y químicamente. Estas son:
Lophophora diffusa tiene una corona verde gris algunas veces verde-amarillenta con
costillas indefinidas y surcos sinuosos; y L. williamsii, es una planta pequeña sin espinas,
de color azul verde; la parte superior o corona de la planta es suculenta clorofílica y
mide más de 8 centímetros de diámetro, crece en las regiones desérticas y pedregosas
generalmente sobre suelos calcáreos su color es azul-verde está dividida radialmente
por 5 o 13 costillas o surcos redondeados. Cada tubérculo tiene una pequeña aureola
plana y de su punta surge un mechón de pelos de 2 centímetros de largo, las flores
son blanquecinas o rosadas, nacen en el centro de la corona. Contiene más de 30
alcaloides, incluyendo la mezcalina, sobre todo feniletilaminas o isoquinolinas.
Los efectos de la ingestión de esta planta son fuertes, se presentan visiones cali-
doscópicas ricamente coloreadas. También provocan alucinaciones en otros sentidos,
como el oído, el gusto y el tacto. El cactus se puede comer crudo, seco, en pasta y
en infusión. Los alcaloides del peyote se dividen en dos clases en lo que se refiere a
su acción fisiológica: los del tipo estricnina (incremento de la actividad refleja hasta
llegar al espasmo) y los de tipo morfina (sedante somnífero).
En las investigaciones que han llevado a cabo Schultes y Hoffman,13 se han detec-
tado dos estados de intoxicación; primero se experimenta un periodo de satisfacción
y sensibilidad y luego una fase de gran calma y pesadez muscular con un cambio en la
atención de estímulos externos hacia la introspección y la meditación. En la actuali-
dad se continúan revisando sus propiedades terapéuticas, algunos investigadores de
la Universidad de Arizona aislaron una sustancia cristalina de un extracto de etanol
de peyote que manifestaba una actividad antibiótica contra un amplio espectro de
bacterias y de una variedad de un hongo (Furst, 1980). Sin embargo en la Ley General
de Salud se sigue considerando nulo su uso terapéutico.

El uso actual del peyote en las áreas rurales y urbanas

En el México moderno, el peyote ha estado al alcance de la población, algunas veces


en los mercados, herbarios o a través de los campesinos que viven cerca de la región
en donde crece en forma silvestre, pero su obtención se dificulta debido a la penali-
zación de su posesión y comercialización.
En el trabajo de campo que llevamos a cabo en el Área Metropolitana de Monte-
rrey, y en el municipio de Mina y Aramberri,14 registramos su empleo para la curación

13. Schultes Evans Richard & Hoffman Alberto, Op. cit.


14. La información sobre el uso del peyote para usos terapéuticos en el sur del estado fue proporcionada
por Ma. de Jesús Rodríguez de la organización Promotores Populares José P. Llaguno a quienes agradez-

171
de enfermedades. También tenemos noticias de otros municipios como Linares y
Zaragoza, pero en ninguno de estos sitios se considera una planta sagrada, pero sí
muy efectiva, y ha sido aprovechada desde generaciones anteriores. En los munici-
pios antes nombrados observamos que le dan el nombre de peyote a varios tipos
de cactus, pero ellos reconocen que el más efectivo es el Lophophora williamsii, al
que algunos identifican como “el de la estrellita”, también distinguen entre peyote
hembra y macho (Tabla 2).

Tabla 2. Relación de usos del peyote en Nuevo León

Combinación de Uso Forma de empleo Localidad o Muni-


plantas cipio
para reumas y dolo- se corta en pedazos Sandia, y la Ascen-
res de hueso y es macerado en sión, municipio de
aguardiente Aramberri

para la epilepsia se corta en pedazos San José, municipio.


macerado en aguar- de Linares
Peyote solo diente
para las calenturas se come un pedazo Monterrey
intermitentes verde

Para los dolores de se machuca y se Monterrey


piernas macera en aguardi-
ente.
Con huereque, tuna, Para la diabetes en microdosis Monterrey
eucalipto

Con ruda y marigua- Para los dolores de se corta en pedazos Mina


na piernas macerado en aguar-
diente

Con sábila, ruda, Para las reumas, se hierve durante 15 Monterrey


romero, tabaco, dolores y granos minutos
gobernadora, árnica,
alcanfor y vaselina.
Con alcanfor y Dolor de rodillas se corta en pedazos, Mina
dientes de ajo se machaca y se
macera en alcohol

co su amabilidad al permitirme observar la realización de algunos talleres comunitarios en Aramberri,


Nuevo León.

172
Con romeo y ruda reumas se corta en pedazos Mina
se le agregan ramas
de ruda y romeo

En el sur del estado los campesinos que lo recolectan arriesgan su libertad, puesto que
pueden ser encarcelados por ésta práctica. Algunos de ellos han sido detenidos con
base en la Ley General de Salud en capítulo 6 artículo 145, y según los informantes,
en algunos casos se les acusa de ser brujos. Se han dado casos en los que “las autori-
dades” han quemado peyote en el campo en Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila.

La penalización de su empleo

En México está prohibido el uso y comercialización de las plantas alucinógenas


como el peyote, tal como se especifica en la Ley Estatal de Salud,15 art. 245,
en el que se registran como substancias psicotrópicas, la mezcalina, peyote
Lophophora Williamsii II, cuya denominación química es 3,4,5,- trimetoxife-
niletilamina.
En el art. 45 se registra al peyote como de escaso valor terapéutico, que por
ser susceptible de uso indebido o abuso, constituyen un problema especial-
mente grave para la salud pública. Aunque nuestro país se adhirió al convenio
de Viena y consideró el peyote en su uso ritual, no se maneja de esta forma en
la legislación.16 Recientemente los representantes de algunos grupos étnicos
de 22 estados de la República Mexicana que participaron en el Encuentro
Nacional sobre Legislación y Derechos de los Pueblos Indígenas realizado en
Chetumal, Quintana, Roo, en el mes de septiembre, pidieron despenalizar el uso
de animales y plantas rituales entre ellas el peyote y los hongos; de igual forma
exigieron poner fin a la persecución en su contra por acusaciones de brujería
y narcotráfico. Reclamaron, una vez más, que las leyes mexicanas excluyan a
los pueblos indígenas y los condenen a vivir prácticamente en la ilegalidad o
con una observación acotada de la ley, tal como ocurre con la utilización del
peyote por el pueblo huichol en sus celebraciones religiosas. 17
La despenalización de los alucinógenos es un asunto de importancia para
las comunidades indígenas y para los campesinos del norte del estado que ven
acotado el uso de un recurso natural que es parte de su hábitat y que para ellos
a sido de utilidad durante muchos años pero que han tenido que privarse de
su empleo medicinal y ritual muchas veces para no tener problemas legales.

15. Reglamento de la Ley General de Salud, Secretaría de Salud, cap. VI, art. 245, p.46, 47.
16. García, Martha, “Piden indígenas despenalizar el uso de plantas y animales rituales Demandaron
cesar la persecución y hostigamiento por acusaciones de brujería y narcotráfico. Periódico La Jornada,
p. 45, domingo 28 de septiembre de 1997.
17. García, Martha, op. cit.

173
La ceremonia Huichol en el Municipio de Santa Catarina, Nuevo León

Actualmente el peyote es indispensable en las ceremonias de curación de los huicho-


les del estado de Nayarit, ellos le dan el nombre de hikuri; este cactus está situado
en el centro de su religión junto con el maíz y el venado. Con ese mismo nombre es
conocido por los indígenas tarahumaras y coras, los primeros viajan para recolectarlo
y los segundos lo compran a los huicholes.18 El chaman o “maraä káame” de estos
grupos indígenas es el encargado de obtenerlo para efectuar los rituales y administrar
la dosis necesaria. El peyote se recolecta en largos viajes que realizan anualmente a
las regiones en donde crece esta planta.
Los huicholes emigraron a la región en que actualmente se localizan en Jalisco y
Nayarit, algunos investigadores dicen que es muy probable que su antiguo hábitat
estuviera localizado en el Suroeste de los Estados unidos, cerca de la Cuenca del río
Gila. Los huicholes pudieron haber sido cazadores recolectores de frutos silvestres
que vivían en chozas circulares, así como en enramadas y refugio de rocas, todavía
comparten muchos elementos culturales importantes con los grupos de habla yuto-
azteca, entre ellos la lengua que pertenece a la misma familia.19
Los indígenas huicholes viajan grandes distancias para obtener el peyote que
crece en el desierto de San Luis Potosí, esta peregrinación es al mismo tiempo un
rito de iniciación de los nuevos chamanes. A su regreso llevan consigo bastante pe-
yote, el cual necesitarán para el ciclo ceremonial anual. Desde hace siete años se dio
a conocer que algunos grupos de huicholes llegan anualmente al estado de Nuevo
León, algunos vienen de una colonia urbana de Tepic y otros de Jalisco, ellos llegan
casi siempre a fines de octubre o principios de noviembre y algunas veces en julio o
agosto a un lugar conocido como el cañón de las Guitarritas, localizado a 15 km del
municipio de Santa Catarina, Nuevo León.
Su objetivo es realizar una ceremonia dentro de la zona arqueológica de petro-
glifos conocido como Guitarritas; los integrantes del grupo son de 50 a 80 personas
entre hombres, mujeres y niños. Su recorrido inicia en la sierra de Nayarit pasando
por la comunidad de San Diego del mismo estado, llegan a Santa Catarina, de ahí
continúan su viaje al cerro Gordo en Durango y luego al cerro Quemado en San Luis
Potosí. El maraä káame dice que vienen a Guitarritas desde hace cuarenta años. Uno
de los objetivos es recolectar el cactus de peyote que crece en forma silvestre en el
estado.
Según el cronista de la ciudad de Santa Catarina, el señor Hildebrando Garza,
algunos fragmentos de la Sierra Madre Oriental son identificados como “el abuelo
del mundo”, “la madre del mundo”, “el dios de la lluvia”, “la fuerza del mundo”, en
el sitio, danzan, cantan en círculos y ofrecen en sacrificio un becerro y una cabra, los
cuales han sido proporcionados por funcionarios del municipio.20 En esta ceremonia
permiten la presencia de autoridades del municipio, periodistas y visitantes.

18 Furst T. Peter, Nahmad Salomón, Mito y Arte Huicholes, SEP SETENTAS, México, 1972, p.15
19 Nahmad Sittón, Salomón, Op. cit., pp. 96.
20 Guerrero, Vicente, “Monterrey les llama para su mágica”, El Norte, 7 julio de 1997 p. 4

174
Una tarde antes de la ceremonia los huicholes se distribuyen entre los cerros en
busca del peyote, antes de ingerirlo lo cortan en forma de estrella. El ritual se lleva
a cabo a las 12 de la noche, se inicia con cantos, rezos y acompañados por la música
de violín y guitarra bailan alrededor del fuego, en el suelo se depositan ofrendas de
elotes, granos de maíz, chocolate, velas, zacate, jícaras, plumas, semillas de calabaza,
monedas y pequeños trozos de peyote. Sostiene un cristo crucificado y despliegan
la bandera nacional, colocan prendas infantiles y el punto culminante del rito es el
sacrificio de un becerro y con la sangre marcan algunas rocas.21
En Nuevo León, en el municipio de Higueras existe otra planta de uso ritual liga-
da a la fiesta de la virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre de cada año, en ella se
encienden impresionantes luminarias que reúnen a su alrededor a los habitantes de
la población y sus visitantes.

La Fiesta de la Candelilla

La candelilla (Mortonia greggii)22 es una planta herbácea de la familia Celastraceae


que crece de manera silvestre en el noreste de México.23 Para llevar a cabo esta ce-
lebración religiosa, primero tienen que ir a cortarla a los cerros para traer las ramas
cargando en los hombros, hasta llegar al pueblo y colocarla frente a las casas y en la
iglesia. Las ramas se deben trozar con las manos o con los pies, nunca con un machete
pues existe el peligro que no encienda el día de la fiesta.
El 11 de diciembre el pueblo antes solitario comienza a recibir muchos visitantes
para ser testigos del encendido de la candelilla. Como señal de que empieza la fiesta
se oye el tañer de las campanas que indican el inicio de la misa. En el atrio los ma-
tachines danzan al ritmo del tambor sin parar, luciendo sus penachos multicolores y
sus bellos trajes. Al terminar la misa salen de la iglesia el sacerdote y los asistentes,
las campanas repican sin parar y el sacerdote va bendiciendo cada uno de las pilas de
candelilla. Al terminar hace una señal y se retira, es el momento esperado por todos:
la quema de la candelilla. Algunos hombres se acercan con cerillos y encienden las
pilas frente a las casas y en la iglesia, así se ilumina la noche festejada alegremente
por todos los presentes. La fiesta es un momento de cohesión social y la forma de
conseguir indulgencias,24 que reúne los habitantes de Higueras, en torno a una planta,
la candelilla.

21 Cuéllar, Margarito, “El ritual de la tribu Huichola en la Huasteca de Santa Catarina”.en Santa Catarina.
Un acercamiento a su historia, Presidencia municipal de Santa Catarina, Monterrey, N.L, 1996.
22 No confundir con la candelilla del desierto chihuahuense (Euphorbia antisiphylitica), la cual se utiliza
para la extracción de cera.
23 Véase, Homero Adame Martínez, La fiesta de la Candelilla. Una singular Tradición en Higueras, N.
L., México Desconocido.com, México Desconocido, num.298.
24 El Papa Paulo VI definía la indulgencia como la remisión ante Dios de la pena corporal por los pecados
cometidos. Folleto E.V.C. Las Indulgencias num. 256, Arquidiócesis Primada de México. IMPRIMATUR,
pp. 10, 11.

175
Comentario final

En esta investigación constatamos la relevancia de las plantas ceremoniales para los


grupos sociales y la utilización de algunas de ellas como mediadores entre las deida-
des y los seres humanos. Este conocimiento se resiste a desaparecer y se encuentra
depositado entre los especialistas elegidos socialmente para ser transmitido. Sin
embargo, la eficacia simbólica del ritual y el conocimiento empírico de las plantas se
va perdiendo poco a poco, junto con su función social. La investigación de este acervo
popular es una necesidad imperativa y un reto para nuestro país.

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domingo 28 de septiembre de 1997.
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177
PLANTAS NATIVAS CON POTENCIAL
AGROINDUSTRIAL Y COMBUSTIBLE
PLANTAS MADERABLES DE NUEVO LEON
Jiménez-Pérez J*; Aguirre-Calderón OA
Profesor-Investigador, Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Autónoma de Nuevo
León, Carretera Linares-Cd. Victoria km 145. Apartado Postal 41.
C. P. 67700, Linares, N. L. México.
* jjimenez@fcf.uanl.mx

Resumen

E
n la primera parte del subcapítulo se presentan las cifras estadísticas de los
recursos forestales y la producción forestal maderable en Nuevo León, des-
tacando los datos referentes a la superficie forestal del estado: 5’196,346 ha;
la superficie arbolada de 348,637 ha; existencias maderables: 22’746,725 m3 y la pro-
ducción forestal maderable que en 2008 fue de 13,841 m3. El segundo tema se refiere
a la contribución de los recursos maderables del estado a la captura de carbono. Se
presentan resultados de las evaluaciones del contenido de carbono para diferentes
especies de los bosques templados y de matorral, así como diferentes instrumentos
para la estimación del contenido de carbono en árboles individuales y bosques. Se
incluyen ejemplos de cálculo de contenido de carbono en bosques mixtos y puros. En
la tercera parte se aborda la problemática de la producción maderable en el estado,
presentando diferentes aspectos relativos al manejo forestal. Finalmente se tratan
aspectos relacionados con las perspectivas del manejo de recursos forestales made-
rables, presentando estrategias para la gestión sostenible de los mismos.

Recursos forestales y producción forestal maderable

Nuevo León cuenta con una superficie forestal de 5’196,346 ha, que representan
el 3.67% del total nacional, estimado en 141’745,169 ha. La superficie arbolada del
Estado es de 348,637 ha constituidas por bosques; las restantes (4,847,709 ha) co-
rresponden a las denominadas otras áreas forestales, que comprenden vegetación
de zonas áridas, vegetación hidrófila y halófila y áreas perturbadas. En la Figura 1
se muestran las superficies de las diferentes áreas forestales, observándose que la

181
mayor proporción corresponde a la vegetación de zonas áridas (87.4%), seguida de
los bosques (6.7%), la vegetación hidrófila y halófila (3.4%) y finalmente las áreas
perturbadas con 2.5% (SEMARNAT, 2005).

Figura 1. Superficie
forestal de Nuevo
León

Las 348,637 ha de superficie de bosques de Nuevo León corresponden al 1.15% del


total nacional (30’433,893 ha). En cuanto a su composición, existen 121,802 ha de
coníferas (34.9%), 136,744 ha de coníferas y latifoliadas (39.2%) y 576,246 ha (25.9%)
de latifoliadas (Figura 2).

Figura 2. Superficie
de bosques

En el año 2000, las existencias maderables en los bosques de Nuevo León se estima-
ron en 22’746,725 m3, representando el 0.81% del total nacional (2,803’487,861 m3),
correspondiendo 5’793,960 m3 a coníferas, 11’823,483 m3 a coníferas y latifoliadas y
4’983,665 m3 a latifoliadas (Figura 3).
182
Figura 3. Existen-
cias maderables en
bosques

El volumen promedio por hectárea es de 65.2 m3, lo que ubica al Estado por debajo
del promedio nacional, que corresponde a 92.1 m3/ha. Lo anterior explica el hecho
de que la participación porcentual de los bosques de Nuevo León con respecto a los
totales nacionales es mayor en superficie (1.15%) que en existencias (0.81%). Los bos-
ques de coníferas tienen existencias promedio de 47.6 m3/ha, los mixtos de coníferas
y latifoliadas 86.46 m3/ha y los de latifoliadas 55.32 m3/ha. Los bosques de coníferas
presentan existencias notablemente menores al promedio nacional, alcanzando un
52.7% en relación al valor estimado para el país (90.25 m3/ha). En tanto, en el caso
de los bosques de coníferas y latifoliadas, los promedios estatales son mayores a los
promedios nacionales calculados (Figura 4).

Figura 4. Existen-
cias volumétricas
promedio en Nue-
vo León y a nivel
nacional

En Nuevo León, el incremento anual total estimado para madera de coníferas es de


100,410 m3, que constituyen el 0.40% del total nacional (24’940,775 m3). Del total

183
estatal, los bosques de coníferas aportan 79,141 m3, mientras que los de coníferas y
latifoliadas su aporte es de 21,269 m3.
La industria forestal en el Estado tiene un incipiente desarrollo. El total de esta-
blecimientos industriales reportados en el año 2004 fue de 265, con una capacidad
instalada de 45,540 m3, de los que se logra transformar 25,960 m3 (57%). Las industrias
forestales representan el 2.9% del total a nivel nacional (8,903) en número; en cuanto
a capacidad instalada y utilizada el promedio nacional (30%) es menor al del estado.
En el año 2008, la producción forestal maderable en Nuevo León fue de 13,841
m3. En cuanto a grupos de especies, la producción forestal del Estado se presenta
en la Figura 5. Los porcentajes para cada grupo de especies se distribuyeron como
sigue: Pino 72%, Encino 7%, y especies de matorral 21% (SEMARNAT, 2009).

Figura 5. Producción
maderable por grupo
de especies en el año
2008

En lo referente a grupos de productos, la producción maderable se dedicó fundamental-


mente a escuadría (78.9%) y carbón (19.0%), y en menor proporción a leña (1.3%) y postes,
pilotes y morillos (0.8%), de acuerdo a los datos que se muestran en la Figura 6.

Figura 6. Producción
maderable por grupos
de productos en el año
2008

184
Los grupos de productos obtenidos durante 2008 para las especies aprovechadas se
presentan en la Tabla 1 (SEMARNAT, 2009). En ésta se observa que de las especies
de pino y encino se obtienen únicamente productos de escuadría, mientras que de
las especies de matorral se obtiene principalmente carbón.

Tabla 1. Volumen de los productos por grupo de especies


Pino Encino Especies de Matorral
Producto 3 3
m (%) m (%) m3 (%)
Escuadría 9,959 100 963 100
Postes, pilotes y morillos 108 3.7
Leña 175 6.0
Carbón 2636 90.3
Total 9,959 100 963 100 2,919 100

En relación al valor por grupo de productos, a la escuadría correspondió el 75.5%; a


postes, pilotes y morillos 3.0%; leña 2.5% y carbón 18.9%. En la Tabla 2 se presentan
los valores totales y porcentuales de los diferentes tipos de productos por grupo de
especies.

Tabla 2. Valor de los productos por grupo de especies


Pino Encino Especies de Matorral
Producto
$ (%) $ (%) $ (%)
Escuadría 4,979,500 100 288900 100
Postes, pilotes y morillos 216000 12.64
Leña 175000 10.24
Carbón 1318000 77.12
Total 4,979,500 100 288900 100 1709000 100

Recursos maderables y captura de carbono

En Nuevo León se reconoce actualmente la importancia de los recursos maderables


como un medio para mitigar las emisiones de gases efecto invernadero, considerados
los causantes del cambio climático, como se ha determinado a nivel internacional
(IPCC, 2007; Streck et al., 2008). El bióxido de carbono (CO2) es el gas con mayor
participación y se fija a través del proceso de fotosíntesis. Así, para contrarrestar las
emisiones de carbono, un número creciente de instituciones y organizaciones están

185
considerando planes para preservar bosques naturales, mejorar el manejo de bosques
y establecer plantaciones.
En este capítulo se describen algunos avances en torno al desarrollo de procedi-
mientos de medición confiables para determinar el porcentaje de carbono de especies
maderables en Nuevo León, así como métodos para evaluar el contenido de carbono
de ecosistemas forestales.
En la Tabla 3 se presenta el contenido de carbono de 19 especies arbóreas repre-
sentativas de los bosques templados de Nuevo León. El género con mayor presencia
es Pinus con 10 especies, seguido por Juniperus con 5. Otros géneros registrados
fueron Abies, Cupressus, Picea y Pseudotsuga con una especie cada uno. La especie
que presentó el valor promedio más alto fue Juniperus flaccida con 51.18% y la de
menor valor Pinus remota con 45.67%. El valor promedio de contenido carbono total
fue de 48.58%. El género Juniperus es el que presenta el mayor valor promedio con
50.09%, seguido por Pinus con 48.12% y el resto de los géneros (Abies, Cupressus,
Picea y Pseudotsuga) con 47.58% (Jiménez, 2007).

Tabla 3. Contenido de carbono para diferentes especies arbóreas de clima templado


Especie Contenido de carbono total (%)
Abies vejarii 47.35
Cupressus arizonica 49.23
Juniperus deppeana 50.65
Juniperus erythrocarpa 50.66
Juniperus fláccida 51.18
Juniperus monosperma 49.11
Juniperus montícola 49.34
Picea mexicana 46.98
Pinus arizonica 49.36
Pinus ayacahuite 48.86
Pinus cembroides 50.25
Pinus culminicola 46.13
Pinus greggii 47.13
Pinus hartwegii 46.87
Pinus nelsonii 47.41
Pinus pseudostrobus 50.35
Pinus remota 45.67
Pinus teocote 47.48
Pseudotsuga menziesii 46.76
Promedio 48.58

186
Las tres especies que presentaron el mayor promedio de contenido de carbono total
fueron del género Juniperus, (J. flaccida, J. erythrocarpa y J. deppeana), seguidas por
tres especies del género Pinus (P. pseudostrobus, P. cembroides y P. pinceana). Es
importante destacar la importancia de conservar los ecosistemas de Juniperus, ya
que este género presenta el mayor aporte de fijación de carbono atmosférico.
Otro ecosistema forestal de gran importancia en Nuevo León es el matorral espi-
noso tamaulipeco (MET), el cual está conformado por una gran variedad de especies
arbóreas. En la Tabla 4 se muestran las 11 especies frecuentes en el MET, siendo Fo-
restiera angustifolia (47.08%), Havardia pallens (46.44%) y Bumelia celastrina (46.25%)
las que presentan mayor contenido de carbono total, las especies que obtuvieron
el menor porcentaje fueron Cordia boissieri, Acacia farnesiana y Cercidium macrum
con 44.25 %, 44.52% y 44.73%, respectivamente (Yerena, 2009).

Tabla 4. Contenido de carbono para diferentes especies de matorral


Especie Contenido de carbono total (%)
Forestiera angustifolia 47.08
Havardia pallens 46.44
Bumelia celastrina 46.25
Acacia schaffneri 45.49
Prosopis laevigata 45.47
Diospyros texana 45.22
Eysenhardtia texana 45.07
Acacia rigidula 44.98
Cercidium macrum 44.73
Acacia farnesiana 44.52
Cordia boissieri 44.25
Promedio 45.41

Con objeto de realizar estimaciones sobre el contenido de carbono en ecosistemas


forestales de clima templado en el estado, se han desarrollado diversos instrumentos
tanto para árboles individuales, como para la totalidad de los individuos en un área
determinada (Hoover, 2008), lo que permite diseñar estrategias para el aprovecha-
miento diversificado y sustentable de los recursos forestales maderables.
Para la estimación de la biomasa de árboles individuales y posterior cálculo del
contenido de carbono de árboles individuales, se generaron ecuaciones para Pinus
pseudostrobus, P. teocote y Quercus spp (Aguirre, 2007).

Pinus pseudostrobus:

Pinus teocote:

Quercus spp:
187
donde:
b = biomasa (kg)
d = diámetro normal (d1.3) en cm

Empleando las ecuaciones anteriores se han desarrollado tarifas con objeto de esti-
mar el contenido de biomasa y carbono a partir de la variable diámetro normal. La
Tabla 5 constituye un ejemplo de las tarifas desarrolladas para diferentes especies
arbóreas.

Tabla 5. Tarifa para la estimación de biomasa y contenido de carbono de Pinus


pseudostrobus Lindl

Diámetro (cm) Biomasa (kg) Carbono (kg)


5 1.32 0.66
10 8.83 4.39
15 52.40 26.04
20 134.42 66.81
25 237.77 118.17
30 348.13 173.02
35 457.27 227.26
40 561.11 278.87
45 657.98 327.02
50 747.41 371.46
55 829.56 412.29
60 904.89 449.73

A continuación se presentan ejemplos del contenido de carbono estimado en bosques


mixtos del Sur de Nuevo León, empleando datos de inventario forestal obtenidos en
sitios de muestreo.
El primer caso lo constituye un bosque de Pino-Encino conformado por Pinus
pseudostrobus, Pinus teocote y Quercus spp con 275 individuos por ha. La Figura 7
muestra la distribución diamétrica de las especies.

188
50
45
40

No. de árboles / ha
35
30
25
20
Figura 7. Distribución 15
diamétrica de los árbo- 10
les en un bosque mixto 5
de Pino-Encino 0
5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
Categoría diamétrica (cm)

Pinus pseudostrobus Pinus teocote Quercus spp.

En la Tabla 6 se presentan los valores de biomasa y contenido de carbono por cate-


goría diamétrica y totales. El total de biomasa es de 89.26 ton de biomasa/ha y el de
carbono 44.63 ton/ha.

Tabla 6. Contenido de carbono en un bosque mixto de Pino-Encino en el sur de


Nuevo León

Cat.
diam. Pinus teocote Pinus pseudostrobus Quercus spp
(cm)
Biomasa

Biomasa

Biomasa
Carbono

Carbono

Carbono
N /ha

N/ha

N/ha
(ton)

(ton)

(ton)

(ton)

(ton)

(ton)
5 4 0.005 0.003 - - - 6 0.008 0.004
10 8 0.084 0.042 2 0.018 0.009 20 0.098 0.048
15 14 0.858 0.431 10 0.524 0.260 7 0.279 0.135
20 26 4.013 2.014 7 0.941 0.468 6 0.762 0.370
25 8 2.158 1.083 10 2.378 1.182 11 2.827 1.374
30 33 12.930 6.491 6 2.089 1.038 4 1.647 0.800
35 43 22.002 11.045 - - - - - -
40 24 15.003 7.532 - - - - - -
45 13 9.497 4.768 - - - - - -
50 4 3.310 1.662 4 2.990 1.486 2 2.117 1.029

189
55 1 0.916 0.460 - - - - - -
60 - - - 2 1.810 0.899 - - -
Total 178 70.778 35.531 41 10.748 5.342 56 7.738 3.761

Un segundo ejemplo de cálculo de contenido de carbono en bosques mixtos se refie-


re a un bosque de Encino-Pino constituido por Quercus spp y Pinus teocote con 395
individuos por ha, cuya distribución diamétrica se presenta en la Figura 8.

90
80
70
No. de árboles / ha

60
50
40
30
Figura 8. Distribu-
20
ción diamétrica
de los árboles en 10
un bosque mixto 0
de Encino-Pino 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
Ca tegoría diamétri ca (cm)

Quercus spp. Pinus teocote

Los valores de biomasa y contenido de carbono por categoría diamétrica y totales


se muestran en la Tabla 7. El total de biomasa es de 118.96 ton /ha y el de carbono
de 58.12 ton/ha.

Tabla 7. Contenido de carbono en un bosque mixto de Encino-Pino en el sur de


Nuevo León
Categoría Quercus spp Pinus teocote
diamétrica Número
Número de Biomasa Carbono Biomasa Carbono
(cm) de árbo-
árboles/ha (ton) (ton) (ton) (ton)
les/ ha
5 4 0.005 0.003 - - -
10 56 0.275 0.134 5 0.053 0.026
15 39 1.553 0.755 4 0.245 0.123
20 79 10.036 4.878 16 2.469 1.240

190
25 44 11.307 5.495 8 2.158 1.083
30 46 18.938 9.204 7 2.743 1.377
35 25 14.418 7.007 - - -
40 16 11.883 5.775 - - -
45 22 19.894 9.668 8 5.844 2.934
50 4 4.234 2.058 1 0.828 0.415
55 4 4.817 2.341 5 4.582 2.300
60 2 2.681 1.303 - - -
Total 341 100.042 48.620 54 18.923 9.499

Para ecosistemas puros de densidad completa de Pinus pseudostrobus y Pinus teo-


cote, se han desarrollado tablas de biomasa y contenido de carbono para diferentes
condiciones de productividad expresadas mediante el índice de sitio (Aguirre, 2007).
En la Tabla 8 se presenta el modelo desarrollado para la especie Pinus pseudostrobus,
índice de sitio 21.

Tabla 8. Tabla de biomasa y contenido de carbono para Pinus pseudostrobus, índice


de sitio 21

Edad Número de Diámetro Área Biomasa/ Carbono/


(años) árboles/ha (cm) basal (m2) ha (ton) ha (ton)
10 4240 6.5 13.9 6.96 3.46
15 1929 12.4 23.1 46.66 23.19
20 1233 17.6 30.0 112.54 55.93
25 915 22.2 35.1 163.11 81.07
30 738 26.0 39.1 191.60 95.23
35 625 29.3 42.3 207.89 103.32
40 548 32.2 44.8 217.34 108.02
45 491 34.9 46.9 223.47 111.06
50 449 37.1 48.6 225.25 111.95
55 415 39.2 50.1 226.15 112.40
60 387 41.1 51.3 225.64 112.14
65 365 42.7 52.4 224.23 111.44

191
Con base en la Tabla 8 se estimó el contenido de carbono en un rodal puro de Pinus
pseudostrobus, para el cual se obtuvieron los siguientes datos dasométricos: edad
promedio de 35 años; altura dominante de 16.5 m; área basal de 28.6 m2/ha.
Determinado el índice de sitio, se empleó la tabla de biomasa y contenido de
carbono para Pinus pseudostrobus, IS 21. El ecosistema objeto de estudio tiene un
grado de densidad de 0.68, esto es, 68% en relación a la densidad de la tabla, por lo
que este bosque tiene un contenido de carbono de 70.26 toneladas por ha.

Problemática de la producción maderable

La problemática de la producción forestal maderable en Nuevo León puede abordarse


considerando una división de la entidad conforme a la predominancia de las especies
maderables bajo aprovechamiento, integrando una primer zona aquellas superficies
con aprovechamiento de coníferas y latifoliadas, y una segunda las áreas donde se
aprovechan principalmente las especies de matorral.
Las superficies donde se aprovechan coníferas y latifoliadas (básicamente encino) se
ubican en la fracción de la Sierra Madre Oriental (SMO). En el año 2004 se registraron
aprovechamientos autorizados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Natu-
rales (SEMARNAT) en 24 predios localizados en los municipios de Allende, Aramberri,
China, Galeana, General Bravo, General Terán, General Zaragoza, Iturbide, Linares,
Montemorelos y Rayones; estos programas de manejo forestal comprenden una su-
perficie total de producción de 6,460 ha y un volumen de 135,436 m3. Considerando
que anualmente se cosecha en promedio una décima parte del volumen autorizado, se
tendría que los aprovechamientos de las especies de bosque templado representan un
13.54% del incremento anual total estimado para madera de coníferas, lo que denota la
posibilidad de un incremento notable de los volúmenes de producción sustentable.
El manejo de los bosques templados se realiza en el Estado básicamente conforme
a las normas del Método de Desarrollo Silvícola y del Método Mexicano de Orde-
nación de Bosques Irregulares, observándose en diferentes predios deficiencias de
densidad de los rodales intervenidos o niveles de regeneración deficientes. En algunos
casos se carece de instrumentos confiables para la estimación del volumen de las
especies objeto de manejo, o de las tasas de cosecha sustentable de las mismas. Por
otra parte, los programas de manejo están orientados básicamente a la producción
maderable de manera exclusiva y no al manejo del ecosistema como unidad de toma
de decisiones, incluyendo factores económicos, sociales y ecológicos; no se aplican
tampoco sistemas de manejo a nivel de paisaje.
La producción maderable en los bosques templados se ha visto afectada en
diversos predios como consecuencia de los incendios forestales, sobre todo los
ocurridos en 1998 y que alcanzaron dimensiones catastróficas (2,039 ha de arbolado
adulto siniestradas), ya que los habitantes de la región se vieron forzados a cosechar
grandes volúmenes de madera muerta en un periodo corto, lo que los ha privado del
aprovechamiento programado para los años posteriores.

192
Los bosques de coníferas y latifoliadas que carecen de programas de manejo au-
torizados se ven afectados por la tala clandestina y los cambios de uso de suelo no
autorizados. Estas áreas constituyen, asimismo, focos de riesgo de incendios forestales
o de dispersión de plagas y enfermedades.
Los bosques de coníferas presentan algunos problemas de sanidad, principalmente
causados por descortezadores. Durante el año 2004 se expidieron en el estado 16
notificaciones para llevar a cabo saneamiento forestal en un número de 15 predios,
comprendiendo una superficie afectada de 1,298 ha, autorizándose la extracción de un
volumen afectado de 7,278 m3. Las especies arbóreas infestadas fueron principalmente
del género Pinus y los agentes patógenos Dendroctonus sp, Phloesynus sp e Ips sp.
Por otra parte, en los bosques templados se observa que los apoyos gubernamen-
tales destinados al desarrollo forestal, fundamentalmente a través del ProÁrbol, han
carecido de una planeación estratégica y de una visión de paisaje, por lo que se han
distribuido de manera aislada en diferentes predios en los que, si bien han apoyado
actividades de desarrollo, los impactos han sido poco relevantes en la mayoría de los
casos, principalmente en los ejidos y comunidades.
En las zonas de matorral, la especie con mayor aprovechamiento es el mezquite
(Prosopis sp), cuyo destino principal es la elaboración de carbón. Este recurso está
sometido a una fuerte presión antropogénica dadas las condiciones de pobreza de
muchas comunidades y la gran demanda de carbón en el Estado, misma que se estima
en 5,800 toneladas mensuales en el Área Metropolitana de Monterrey. Lo anterior
ha motivado la tala clandestina de esa especie, la falsificación, duplicación y rehúso
de formatos para el control de la legal procedencia de las materias primas y los pro-
ductos forestales, así como el transporte ilegal de los mismos, principalmente en la
región norte; ocasionando además, por otra parte, condiciones inequitativas para
los productores con aprovechamientos autorizados y aquellos que comercializan
materias primas o productos de procedencia ilegal.
Cabe mencionar que el aprovechamiento de las especies de matorral se efectúa en
muchos predios conforme a programas de manejo forestal aprobados por la autoridad
responsable. De acuerdo a las cifras de la SEMARNAT, en el 2004 se registraron 11
aprovechamientos vigentes en cuatro municipios: China, General Terán, General Bravo
y Vallecillo. La especie predominante bajo aprovechamiento es el mezquite, seguida
de huizache (Acacia farnesiana), ébano (Pithecellobium ebano), barreta (Helietta par-
vifolia), coma (Bumelia celastrina), brasil (Condalia hookerii), tenaza (Pithecellobium
pallens), chaparro prieto (Acacia amentacea) y anacahuita (Cordia boissieri). Estos
programas representan una superficie total de producción de 2,349 ha y un volumen
total autorizado de 22,373 m3 rollo, que son insuficientes para cubrir la demanda
estatal. Es importante destacar que la superficie de mezquitales de Nuevo León con
existencias maderables para producción de carbón vegetal es de 571,977 ha, lo que
significa que la superficie total de producción con programas de manejo autorizados
representa sólo el 6.6% de la que podría incorporarse al manejo sustentable.
El mezquite presenta, por otra parte, un problema de sanidad en diversas áreas en las
que se ve afectado por barrenadores de los géneros Chrysobthris, Stenodontes, Oncideres,
Amphicerus y Xilobiops. Los árboles de esta especie presentan porcentajes de infestación
193
diversos en diferentes regiones del Estado, ocurriendo en mayor grado en los predios
de la región norte, particularmente en los municipios de Anáhuac y Lampazos, donde
ocurren infestaciones del 100%, lo que afecta el vigor y crecimiento de los árboles. En
algunos predios bajo aprovechamiento mediante el sistema de podas, se ha detectado
que la totalidad de los árboles podados presentan infestaciones por barrenadores.

Perspectivas del manejo de recursos forestales maderables

Con el objeto de generar alternativas de solución a los problemas de la producción


forestal maderable, así como propiciar un verdadero desarrollo forestal en Nuevo
León, es importante elaborar y gestionar un Plan Estatal de Desarrollo Forestal, con
la visión de contar con un sector integrado al desarrollo económico, con productores
responsables, organizados y competitivos, asistencia técnica de calidad, tecnología
adecuada y cadenas productivas, que permitan una mejora de la calidad de vida sin
ocasionar el deterioro de los ecosistemas. Un marco de referencia lo constituye el
Plan Estratégico Forestal para México 2025 (SEMARNAT-CONAFOR, 2001).
La promoción del desarrollo sustentable e integral del sector forestal en el Estado,
debe darse mediante la conjunción de los esfuerzos y acciones de todas las institu-
ciones y organizaciones participantes en el mismo, de manera que se definan en un
marco de participación las políticas de desarrollo, las estrategias y los programas
necesarios para el logro de los objetivos establecidos, así como para dar seguimiento
a los planes y acciones que deberán ser ejecutados.
Una condición necesaria para el desarrollo de sistemas de manejo sustentable de
recursos forestales maderables, es el desarrollo de un inventario forestal que permi-
ta conocer con precisión la condición de los ecosistemas en cuanto a diversidad de
especies, existencias volumétricas, contenido de carbono, calidad, densidad, estado
de desarrollo, sanidad, distribución de productos, etc. A partir de lo anterior, podrían
identificarse realmente las áreas forestales con capacidad de producción maderable y
aquellas que puedan destinarse a la provisión de servicios ambientales como la captura
de carbono, a fin de incorporar al aprovechamiento ordenado grandes superficies que
son hoy objeto de cosecha clandestina y deterioro de los recursos que sustentan. La
incorporación de nuevas áreas al buen manejo forestal constituiría una contribución
importante a la conservación de los ecosistemas, el bienestar de las comunidades y
la satisfacción de la creciente demanda de productos forestales (Aguirre, 1997; Hig-
man et al., 2000; Thomas y Packham, 2007). En este marco, es importante destacar
la necesidad de promover las plantaciones forestales comerciales.
La producción forestal maderable debe planearse de manera estratégica, no
solamente en lo que se refiere a la estimación de las tasas de cosecha sustentable,
sino considerando la distribución de productos y el destino industrial de las materias
primas, a fin de que la industria pueda abastecerse en forma suficiente y oportuna
con volúmenes autorizados y se desaliente la tala clandestina y la comercialización
de productos de procedencia ilegal.

194
Los productores forestales deben recibir una asistencia técnica de calidad y de
forma oportuna, a fin de que puedan incorporar nuevas tecnologías de gestión de
recursos forestales que les permita mejorar la condición de los ecosistemas y crecer
en la integración de cadenas productivas y de comercialización de productos con
valor agregado, así como los derivados de la prestación de servicios ambientales.
Deben mejorarse los sistemas de prevención y combate de incendios forestales,
así como de detección y monitoreo de plagas y enfermedades. De igual manera, las
prácticas silvícolas que deben aplicarse luego de la ocurrencia de siniestros de esa
naturaleza, deben realizarse conforme a procedimientos técnicos validados. Por otra
parte, deben mejorarse las acciones de control y vigilancia de las áreas forestales a
fin de disminuir la deforestación.
Los apoyos dirigidos al desarrollo forestal deben asignarse considerando los im-
pactos esperados con una visión estatal, más que a nivel de predio. Esta estrategia
permitiría realmente la promoción de acciones que abatieran los rezagos de las áreas
forestales en la incorporación de superficies a la producción sustentable de bienes y
servicios, asesoría y capacitación de productores, infraestructura, industria y tecno-
logía.
En relación a la problemática de las especies de matorral, particularmente el
mezquite, es necesario realizar un inventario de existencias y generar conocimiento
sobre la dinámica de las especies y el crecimiento de las mismas, a fin de establecer
tasas de cosecha sustentable que garanticen la conservación y fomento de estos
recursos, particularmente mediante el desarrollo de plantaciones comerciales que
permitan cubrir la gran demanda de productos derivados de esa especie.
La producción de carbón vegetal en el Estado debe mejorarse empleando tecno-
logías que eleven la eficiencia de la carbonización y permitan un mayor rendimiento.
Asimismo, deben establecerse mecanismos de control y vigilancia que disminuyan
la producción y comercialización clandestina de este producto. En referencia al con-
sumo, debe promoverse que éste sea responsable y se oriente hacia los productos
que cuenten con certificación de origen de predios autorizados.
Es importante mencionar el papel de la investigación en la solución de los pro-
blemas relacionados con la producción forestal maderable. En este sentido, la gene-
ración de conocimiento e instrumentos que permitan la toma de decisiones sobre
bases científicas, constituye una necesidad de primer orden para lograr el manejo
sustentable de los recursos maderables (Gadow et al., 2004)
La superficie forestal de Nuevo León representa una importante riqueza ambien-
tal, social y económica. Además de los productos maderables, los recursos forestales
otorgan a la sociedad múltiples servicios ambientales, entre los que pueden mencio-
narse: cantidad y calidad de agua en cuencas, protección contra erosión, productos
farmacéuticos y biodiversidad, así como turismo y recreación y, como se ha descrito
en este trabajo, la captura de carbono cuya importancia es cada vez mayor. De estos
servicios dependen, entre otros, el suministro de agua a zonas urbanas y agrícolas,
la fertilidad de los suelos y la estabilidad climática regional (Earth Summit, 1992). En
el Estado, los bosques tienen un carácter estratégico para la captura de carbono y la
provisión de agua a los centros urbanos.
195
El valor de los servicios ambientales que producen las zonas arboladas forestales
del país se estima en 13 mil millones de dólares por año, lo que significa que en pro-
medio cada hectárea genera anualmente servicios con un valor de 244 dólares, lo
que representa 8.5 veces más que el valor del promedio nacional de la producción
maderable de los últimos años (SEMARNAT, 2005). De acuerdo a las cifras anteriores,
las zonas forestales arboladas de Nuevo León producen anualmente un valor por
servicios ambientales de 85,067,428 dólares, de lo que se deduce la importancia de
tales recursos y la necesidad de fomentar los esquemas de manejo sustentable de
los mismos.
Es necesario revisar las oportunidades que el Estado tiene en materia forestal
a partir de una planeación participativa que contemple todos los sectores involu-
crados (Davis et al., 2001). Lo anterior, permitirá desarrollar programas y proyectos
que conlleven a la diversificación productiva, integrando los servicios ambientales
proporcionados por los recursos forestales. Algunas áreas de oportunidad en este
contexto son:

• El ecoturismo
• El cobro de servicios ambientales por el mejoramiento de las funciones pro-
tectoras y productoras de los ecosistemas forestales como:

. Captura de carbono
. Abastecimiento de agua de las cuencas
. Provisión de hábitat para la fauna silvestre
. Provisión de paisajes
. Protección a recursos asociados

Para frenar el ritmo de la deforestación y degradación, se requiere una estrategia


conjunta de todos los programas dirigidos al subsector forestal, aplicación de normas
para reducir el problema, reforzar los programas de protección forestal, combatir la
tala y desmontes clandestinos, garantizar el manejo técnico sustentable, regularizar
el acceso a los bienes ejidales y comunales, desarrollar programas de dendroenergía,
incrementar y enriquecer las masas forestales, estimular el desarrollo de las planta-
ciones comerciales, recuperar la frontera silvícola e inducir prácticas silvopastoriles
y agroforestales a través de programas de empleo.
Por otra parte, es necesario fomentar la integración de las cadenas productivas que
favorezcan la competitividad a nivel nacional e internacional, fortaleciendo también
el mercado de productos y servicios forestales. Lo anterior con el objetivo de lograr
el desarrollo forestal sustentable, objeto último de la gestión de estos recursos.

196
Referencias bibliográficas

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and Social Values. McGraw Hill: Boston, 804 pp.
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Streck Ch, O’Sullivan R, Janson-Smith T, Tarasofsky R. 2008. Climate Change and Forests. Emerging Policy
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de Maestría. Facultad de Ciencias Forestales, U.A.N.L., 112 pp.

197
PLANTAS PRODUCTORAS DE FIBRAS DE
IMPORTANCIA ECONÓMICA
Salcedo-Martínez SMa*, González-Álvarez Mb , Moreno-Limón Sa
a
Laboratorio de Anatomía y Fisiología Vegetal, bHerbario,
Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias Biológicas,
Universidad Autónoma de Nuevo León, Ave. Pedro de Alba s/n,
Ciudad Universitaria, C.P. 64451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
* checosalcedo@yahoo.com.mx

Resumen

L
as fibras vegetales forman parte del esclerénquima, tejido de sostén que se
origina a partir de diferentes meristemos por alargamiento de las células y
engrosamiento de su pared celular con celulosa y lignina. Las fibras que se apro-
vechan económicamente se obtienen de diferentes especies y partes de las plantas,
separándolas de otros tejidos mediante el enriado, la decorticación o el despepitado. Las
características morfo-anatómicas de una fibra le proporcionan sus propiedades físicas,
químicas, geométricas y de absorción, que a su vez determinan la calidad industrial y
su valor económico, así como el servicio que presta y las características del producto
terminado. La clasificación de las fibras varía en función de su origen anatómico, la parte
de la planta de la que se obtienen, su constitución química, su uso o su calidad. El uso
de las fibras vegetales ha evolucionado con la civilización humana y se ha diversificado
al paso del tiempo para suplir algunas de sus necesidades básicas. Solamente algunas
poseen importancia comercial mundial mientras otras se consumen localmente, pero
en general la explotación de fibras posee una importancia socioeconómica fundamental
para comunidades donde las condiciones ambientales sólo permiten una agricultura
de subsistencia, convirtiéndose en una alternativa de ingreso económico familiar. La
globalización y la industrialización han acentuado la pobreza en las zonas productoras
fomentando un desplazamiento de muchos de los artículos fabricados con fibras locales,
por no poder competir en precio con los elaborados con fibras introducidas o artificiales.
En México las fibras más importantes comercialmente son el algodón, henequén y el
ixtle. En Nuevo León, numerosas especies son potencialmente explotables, tal es el caso
de Agave americana, A. parrasana, A. striata, Hechtia glomerata, Muhlenbergia spp,
Nolina spp, Yucca carnerosana y Y. filifera; Abutilon malacum, A. trisulcatum, Hibiscus
rosa-sinensis, Sida spinosa, Malvastrum americanum, Brahea berlandieri y Tillandsia
usneoides, entre otras.

199
Introducción

A lo largo de la historia el hombre ha tenido que satisfacer sus necesidades básicas de


alimento, vestido, abrigo y transporte. En la prehistoria el hombre posiblemente utilizó
tiras de corteza, tallos flexibles y listones delgados de hojas para vestirse, atar sus
pertenencias, construir refugios, hacer arcos de caza y tejer recipientes simples para
almacenar granos o recubiertos con arcilla para llevar agua y cocinar. Exploraciones
arqueológicas han confirmado que las hojas de yuca (Yucca spp.) se tejían para hacer
botes, con las ramas de sauce o del árbol sumac (Rhus spp.) se elaboraban canastas
o bandejas, con las hojas de la cola de gato (Typha) y tiras de yuca se hacían petates
y con las de esta última, entrelazadas con piel de conejo y plumas de pavo, se tejían
mantas. Las hojas de yuca se torcían juntas después de hervidas y se hacían cuerdas
para redes de pesca, cintos, escaleras y zapatos para nieve. Ya familiarizado con las
plantas y sus usos, seguramente se dio cuenta que podía obtener diferentes fibras
individuales de sus partes y con ellas elaborar hilos y tejidos más suaves, ligeros y
frescos que las pieles animales, o cordones trenzados más resistentes, empezando
así el aprendizaje de las propiedades de las fibras vegetales, su extracción, hilado y
tejido (Simpson y Ogorzaly, 1986).
En la actualidad, la explotación de las plantas productoras de fibras se realiza
tanto cultivándolas, como obteniéndolas de forma silvestre. Algunas de ellas están
adaptadas a una gran diversidad de ambientes, por lo que en regiones donde el clima
no es favorable para la producción de cultivos básicos, estas especies ofrecen una
alternativa de subsistencia, aunque es común que en estos sitios la explotación se
realice sin control alguno sobre su aprovechamiento, lo cual puede poner en riesgo
el recurso (Sheldon, 1980).
Globalmente, las plantas productoras de fibra siguen en importancia económica a
las alimenticias. Por sus características de calidad, resistencia, durabilidad, coloración
y lustrosidad compiten en uso con las fibras de origen animal y sintéticas (Maiti, 1980).
Sin embargo, el incremento constante del volumen de demanda mundial de fibras ha
propiciado su sustitución por las fibras químicas, las cuales, aunque no permiten una
buena transpiración, acumulan electricidad estática, son más incómodas al contacto
con la piel y pueden provocar manifestaciones alérgicas, poseen las ventajas sobre
las fibras naturales de no depender del crecimiento natural de una planta o animal,
producirse continuamente según las necesidades del mercado, poseer una calidad
uniforme y, generalmente, ser más económicas.

Definición de fibras

El término botánico “fibra” se emplea para designar a un tipo de célula esclerenqui-


mática, alargada, de membrana engrosada, a menudo lignificada, que proporciona
soporte mecánico a la planta y que deriva de una célula meristemática. El término
técnico o comercial se refiere a cada uno de los filamentos que, dispuestos en haces,
entran en la composición de los hilos y tejidos, ya sean minerales, vegetales, animales
200
o artificiales. En el caso de los filamentos vegetales, comprende los cordones fibrosos
floemáticos (lino, cáñamo, ramio, yute, etc.), los haces vasculares y sus fibras asociadas
(hojas de monocotiledóneas), segmentos de hojas (rafia), tallos (roten de calamos), pe-
los epidérmicos de la semilla (algodón), sistemas vasculares radicales (Muhlenbergia)
o plantas enteras (Tillandsia). Se denomina fibra textil a los materiales compuestos de
filamentos y susceptibles de ser usados para formar hilos o telas, bien sea mediante
el tejido o mediante otros procesos físicos o químicos. La fibra textil es la unidad de
materia de todo textil. Se denominan materiales textiles todos aquellos materiales
que están formados por fibras que pueden ser hiladas y, por lo tanto, tejidas.

Clasificación de fibras

Una clasificación básica de las fibras las divide en dos grandes grupos: fibras natu-
rales y fibras artificiales. Dentro de las fibras naturales se encuentran las vegetales,
las animales y las minerales. Las fibras vegetales se componen generalmente de
celulosa y pueden ser monocelulares, como el algodón, o estar formadas por haces
de células, arden con una llama luminosa despidiendo un olor característico a papel
quemado y dejando cenizas blanquecinas en pequeña cantidad. Las fibras animales
como lana, pelos y seda, están formadas generalmente por la proteína albúmina y
arden con una llama viva desprendiendo un olor característico a cuerno quemado y
dejando cenizas oscuras. Las fibras minerales como amianto, asbesto, fibra de vidrio o
la fibra cerámica, generalmente están formadas por compuestos inorgánicos. Debido
a su constitución química diferente, las fibras animales y vegetales no reaccionan de
igual forma al calor, diferentes químicos, al agua y a los organismos que las atacan.
Por ejemplo, el calor desnaturaliza y vuelve quebradizas a las fibras animales como
la lana, arruinando las prendas, pero no afecta a las vegetales. Las fibras animales
se tiñen más fácilmente, mientras el uso de mordentes es más común en las fibras
vegetales. Las fibras animales son atacadas frecuentemente por polillas y pececillos
de plata (Orden Thysanura), mientras que las vegetales son más afectadas por hon-
gos, mohos y termitas. Las fibras animales son más elásticas que las vegetales, sin
embargo, estas últimas poseen mayor capacidad absorbente.
Las fibras artificiales son fabricadas industrialmente y hay una gran diversidad de
ellas. Las más raras y menos abundantes son las que por medios físicos le confieren
a una materia forma de fibra, por ejemplo, el vidrio, el papel y muchos metales. Otro
gran conjunto lo constituyen las fibras obtenidas en la industria química a base de
polímeros naturales o polímeros sintéticos. La Tabla 1 resume diferentes clasificaciones
de las fibras, resaltando las referentes a las fibras vegetales de acuerdo a la parte del
vegetal de donde se obtienen (Kundu, 1954; Matthew, 1954), su origen anatómico
(Esau, 1976), constitución química y usos industriales (Matthew, 1954; Hill, 1965).

201
Origen y estructura de las fibras vegetales

En general las fibras están compuestas por polímeros de alto peso molecular cuya
molécula es alargada. Estas fibras están formadas por una pared primaria de celulosa
y pueden engrosarse por una pared secundaria de celulosa y lignina, que constriñe
el lumen y frecuentemente termina aislando el citoplasma celular, matando la cé-
lula. Se originan a partir de distintos meristemos. Las del xilema y floema derivan
del procambium o del cambium, otras derivan del meristemo fundamental, de una
combinación de estos meristemos o de la protodermis.
El crecimiento de las fibras celulares después de su origen a partir del tejido
respectivo tiene principalmente dos fases, la fase de elongación celular, asociada a
una rápida expansión de la pared celular primaria y la fase de engrosamiento de la
pared celular, la cual ocurre después de la elongación, asociada con la deposición de
material en la pared secundaria (Maiti, 1980). La expansión de la pared celular es un
fenómeno fisiológico similar en todas las células que se están desarrollando y depende
de la presión de turgencia, la cual a su vez está asociada con la absorción de agua.
La síntesis de proteína aumenta la presión osmótica en la célula, lo que explicaría
la elongación de la misma. Algunos fitoreguladores como las auxinas disminuyen el
pH ocasionando la disolución del pectato de calcio y la ruptura de algunos enlaces
entre las fibras celulósicas, lo que ocasiona un ablandamiento de la pared celular y
un aumento de la permeabilidad al agua, favoreciendo que la presión de turgencia
cause la elongación celular y la expansión de la pared celular. Durante la elongación
de la célula hay un aumento del citoplasma, enseguida la elasticidad de la pared
celular es reducida por la formación de enlaces entre las microfibrillas de celulosa y,
por último, hay un endurecimiento de la pared celular, que se engrosa con el depósito
de materiales en la pared nueva sobre las lamelas preexistentes, formando capas por
el proceso de intususcepción (Maiti, 1980). En Agave asperrima y Agave lechuguilla
la pared secundaria se forma por depósito de materiales protoplasmáticos en forma
de bandas con espacios entre ellas aumentando gradualmente el grosor de la pared
celular (Barrón, 1987; Lozano, 1988).
El origen de las fibras difiere en las especies de las que se extraen. Estudios en
detalle sobre el desarrollo de la fibra en yute (Corchorus capsularis); kenaf (Hibiscus
cannabinus y H. sabdariffa) y cáñamo sun (Crotalaria juncea) han sido realizados por
Kundu (1954) y Maiti (1980); del desarrollo de las bandas de fibra en lino (Linum usita-
tissimum) por Maiti (1980) y del ramio (Bohemeria nivea) por Kundu y Sen (1960) y Maiti
(1980). En el caso de la mayoría de las fibras de corteza como yute y kenaf, las fibras
se originan a partir de cambios durante el crecimiento secundario, principalmente
las fibras del floema secundario y, en pequeña parte, la fibra protofloemática; pero
en el caso del ramio, lino y cáñamo sun, las fibras surgen de divisiones procambiales
o parenquimáticas y están aisladas en bandas, pero el ordenamiento de bandas de
fibras y su estructura difiere en las especies (Maiti, 1980).
Las fibras de la hoja en los géneros Sansevieria, Agave y Musa y en Agave america-
na, se desarrollan a partir de parénquima fundamental con un contenido citoplasmá-
tico cada vez más denso, a través de repetidas divisiones celulares. La pared celular
202
del parénquima crece en la base de la hoja y estas fibras iniciales tienen la misma
longitud pero un diámetro menor que el parénquima original. Las fibras iniciales tie-
nen un rápido crecimiento vertical hasta 70 veces la longitud de su tamaño original,
de modo que las fibras largas son encontradas en pecíolos y nervaduras de las hojas
y las fibras cortas conectando los haces vasculares en la región de anastomosis de la
hoja (Meeuse,1938 citado por Maiti, 1980; Datta,1973).

Tabla 1. Clasificación de los diferentes tipos de fibras


ARTIFICIALES
MANUFACTURAFÍSICA
Depapel,demetal,delvidrio, Fibradevidrio,hilodeplata,hilodeoro
deotrasmaterias
MANUFACTURAQUÍMICA
Artificialesosemisintéticasde Acetato,triacetato,rayón,viscosa,alginato,
polímerosnaturales ealstodieno,lyocel,modal,cupropolinósica
Artificialessintéticasde Polyester,nylon,ilion,antron,carbyl,elastano,
polímerossintéticos teklan,lycra,poliamida,tergal,nomex,kevlar
NATURALES
MINERALES
Asbestos,Amianto
ANIMALES
Deglándulassedosas Seda,sedasalvaje
Defolículospilosos Pelodedealpaca,angora,debuey,decaballo,
conejo,castor,camello,cabra,cachemira,
guanaco,llama,nutria,vicuña,yak
VEGETALES
Partesdelaplantadedondeseobtienen
Delasemilla Algodón
Deltalloocortezas Lino,cáñamosun,yute,yute,ramio,kenaf
Delahoja Sisalcantala,henequénlechuguillayabacá
Delfruto Coco
Raíces,líberyotras Esparto,banana,dunn,formio,maguey,ananá
Usos
Cepillosyescobas Rígidasyresistentes:sisal,cáñamosun
Trenzadosytejidos Flexibles:yute,cáñamo,kenaf
Kapok,madar,akund,pochote,sumohu,
Rellenoyempaque asclepias,espadaña,musgoespañol,palmito,
paloborracho
Papelyproductosespeciales Algodón,ramio,lino,cáñamo,cáñamosun
Origenanatómico
Primarias(procambium) Ramio,lino,cáñamosun
Secundarias(cambiumsec.) Yute,kenaf,yutedelcongo
Constituciónquímica
Celulosa Algodón,ramio
Lignocelulosa Yute,kenaf
Posición
Xilares Fibrotraqueidas,fibrasliberiformes
Extraxilares Fibrasliberianas,f.corticales,f.perivasculares

203
En la hoja de A. lechuguilla la fibra celular se desarrolla desde la base de la hoja por
mitosis de células parenquimatosas que inicialmente mantienen su tamaño pero se
distinguen por ser poligranuladas. El citoplasma de éstas se va condensando alrededor
de la pared primaria hasta definirse la pared secundaria y empiezan a alargarse en
sus extremos. Mientras, el lumen se define y se va estrechando al lignificarse la pared
celular, que lo constriñe hasta provocar que el citoplasma finalmente desaparezca.
Las bandas de fibra de la hoja de esta misma planta se originan por la delimitación de
un área circular de tejido parenquimatoso por el procambium en la base de la hoja, el
cual gradualmente se transforma en fibras de la parte interna hacia la periferia de la
banda. En la periferia de la hoja se encuentran bandas no agrupadas y hay dos bandas
centrales internas, en forma de media luna, que contienen los haces vasculares (Garza
y Maiti, 1984). La formación de fibras en Agave asperrima y Yucca carnerosana es a
partir del parénquima fundamental de la base hacia el ápice. La formación de la pared
secundaria es similar en ambas especies, por deposición del material citoplasmático
de la pared primaria, con la única diferencia en el número de poros que se forman en
las primeras etapas del desarrollo de la pared secundaria (Barrón, 1987).

Presencia y arreglo en la planta

Las fibras pueden encontrarse tanto en monocotiledóneas como en dicotiledóneas.


En el tallo de las primeras pueden estar presentes entre la epidermis y la región vas-
cular, formando un cilindro subepidérmico (gramíneas), cordones separados (palmas);
rodeando los haces vasculares formando una vaina (Zea, Saccharum, Andropogon,
Sorghum) o dispersas en el xilema y el floema. En las hojas de monocotiledóneas
pueden formar vainas que rodean los haces vasculares, cordones entre la epidermis
y los haces vasculares o cordones subepidérmicos no asociados con los haces vascula-
res. En el tallo de dicotiledóneas, las fibras se encuentran frecuentemente formando
cordones o láminas en la parte más externa del floema o cilindros completos unidos
o separados a los tejidos vasculares, ya sea asociadas al floema primario o al secun-
dario en número reducido o abundante. En las gimnospermas comúnmente no hay
fibras en el floema primario, pero puede haberlas en el secundario y a veces las hay
corticales (Esau, 1976).

Extracción de fibras

Aunque las fibras provienen de diferentes partes de las plantas y diferentes especies
de plantas, existen procedimientos básicos para separarlas de las otras células en
que están embebidas. Los procesos primarios son la pudrición bacteriana o enriado,
la decorticación y el despepitado (Wood, 1974, Maiti et al., 1980).
La pudrición bacteriana o enriado (retting) es un proceso de extracción que disuel-
ve las gomas y pectinas que mantienen unidas las células y descompone los tejidos
vegetales suaves, dejando las fibras intactas. Se emplea principalmente para las fibras
204
de corteza (yute) y liber (cáñamo sun) y aprovecha el hecho de que las fibras tienen
paredes más gruesas que la mayoría de las otras células vegetales y, comparativamen-
te, son más resistentes al ataque bacteriano. En el proceso se sumergen las plantas
en tanques con agua o se dejan sobre el suelo y se les humedece repetidamente.
Paulatinamente los tejidos absorben agua y se hinchan, liberando los compuestos
que ayudan a nutrir las bacterias descomponedoras. Durante varias semanas se revisa
el material hasta asegurar el punto al cual la mayoría del tejido se ha desintegrado,
enseguida las células xilemáticas y epidérmicas que persisten se remueven lavando
y secando el material para luego romperlo al pasarlo bajo rodillos acanalados que
desmoronan el material duro (agramado), dejando intactas las fibras flexibles.
En ocasiones las fibras pueden ser separadas fácil y económicamente de otros
tejidos por el proceso de descortezamiento, que implica el aplastar el material vegetal
y raspar el material no fibroso de las fibras. Se emplea en general para fibras foliares
y fibras de corteza. En el caso del ramio la decorticación se realiza con un aparato
decorticador, seguida por la eliminación de gomas por medio de sustancias químicas.
Para las fibras de las hojas de Agave y Sansevieria, la decorticación separa las fibras
lignocelulósicas del parénquima (Maiti, 1980).
Finalmente las fibras pueden ser rastrilladas o “peinadas” (hackled) para separarlas
y alinearlas. Esto se logra dirigiendo una masa de fibras a través de un conjunto de
alfileres verticales parecidos a un peine (sedadera). Las fibras largas se seleccionan
para tejerse, las cortas o estopa se destinan a relleno.
El despepitado es un proceso único para las fibras de semilla. Durante el mismo
las semillas son retiradas de las fibras que las cubren. En el caso del algodón luego
hay que limpiar las fibras y peinarlas extensivamente.
Las fibras textiles pueden someterse a procesos de blanqueado, calentado o ambos
en soluciones alcalinas, para luego ser teñidas, hiladas y tejidas.

Extracción de la fibra de Agave

Agave lechuguilla. La fibra de lechuguilla se conoce en México como “Ixtle”, indepen-


dientemente que se obtenga de A. lechuguilla o de A. funkiana, pero en el mercado
internacional se cotizan a distintos precios, por su diferencia en calidad. Al ixtle de
A. lechuguilla se le conoce como “ixtle de Tula”, “lechuguilla” o “ixtle de Tampico”;
al ixtle de A. funkiana se le nombra “ixtle de Jamuave”, “lechuguilla de Jamuave” o
“Tampico fiber”. Para obtenerla se corta el cogollo o brote con un instrumento rústico
de alambre o “cogollera”, rodeándolo y desprendiéndolo por torsión. Los cogollos
se depositan en un cesto denominado “huajaca” o “huacal” que se transporta sobre
la espalda a los centros de acopio. El tallado se efectúa en los sitios de recolección o
lugares cercanos a los sitios de secado, seleccionando las 6 a 8 hojas con longitud y
dureza de fibra adecuada. Se retira la espina terminal y enseguida se extrae la fibra
separándola del tejido o “guishe” que comprende la parte carnosa de la hoja. Esto
se puede hacer a mano o a máquina. A mano se estiran repetidamente las hojas

205
hacia el cuerpo mientras se presionan entre el banco (piedra o trozo de madera) y el
tallador (utensilio de metal puntiagudo, sin filo). El “despunte” consiste en obtener
las fibras de las hojas y el “destronque” de la base de las hojas. A máquina, se pasan
las hojas y cogollos por una caja con un rodillo con clavos incrustados que separan
la fibra, los cogollos se meten en un sentido y en otro, primero las puntas y luego
la base del cogollo (Mayorga et al., 2004). Finalmente la fibra se extiende en capas
delgadas y se deja secar al sol por un período de 2 a 3 horas (Castillo et al., 2005).
Su aprovechamiento está regulado por la NOM-008-SEMARNAT-1996 y el índice de
aprovechamiento varía del 50% en sierras y mesetas al 70% en lomas y bajadas. Se
recomienda no explotar áreas con pendiente superior a 40o o donde se aprovechen
otras plantas. El 20% de las plantas maduras debe respetarse para regeneración por
semilla (Blando-Navarrete y Baca, 2001).
Otros agaves. La obtención de la fibra del maguey es un proceso que tiene más
de 500 años y toma 15 días en promedio. Después de cortadas las pencas se asan
por varios días según la cantidad, para luego dejarlas reposar. Luego las pencas se
machacan con ayuda de una herramienta hecha de madera y se ponen a secar. La
fibra se remoja durante algunos días, se peina, se seca nuevamente y se blanquea,
este proceso se repite según la calidad del ixtle que se desea. Una vez que se tiene
la fibra peinada y blanqueada, se utiliza una herramienta parecida a un trompo de
madera llamada malacate, con la cual se hila la fibra para elaborar una sola hebra.

Extracción de la fibra de Yucca

La fibra de yuca se conoce en México como “ixtle” y en el mercado internacional


como “ixtle de palma” o “palma ixtle”, independientemente de la especie productora
de la misma. Su aprovechamiento está regulado por la NOM-008-SEMARNAT-1996.
Para la recolección de los cogollos se escogen los de una longitud mínima de 30 cm
y se emplea un palo liviano de 2 a 3 m de largo y de 5 cm de diámetro, cuyo extremo
más delgado tiene un aro de fierro que se inserta en el cogollo y con un fuerte tirón
lo desprende. Los cogollos cortados se juntan en una “huajaca” o canasta y se trans-
portan al ejido, donde se cuecen las hojas en “pailas” o “toneles” durante 6 a 12 h
con el fin de ablandar la pulpa de las hojas. Una vez frías se procede al desfibrilado o
“tallado”, el cual se hace manualmente de manera similar a la descrita para la lechu-
guilla. Los productores cortan, cuecen y tallan los cogollos de las plantas que tienen
un 80% del tallo desprovisto de hojas para obtener el ixtle (Esquer, 1962). El secado
se realiza a temperatura ambiente extendiendo las fibras en capas sobre el suelo. La
fibra extraída es de color blanco amarillento, resistente, flexible y de buena calidad,
cualidades que se conservan almacenando el producto en lugares limpios, aireados
y secos para evitar el ataque por hongos. La fibra seca se embala en pacas que se
llevan al centro de acopio para su venta (Villavicencio, 1993).

206
Extracción de la fibra de Nolina cespitifera

Regulada por la NOM-007-SEMARNAT-1997, la explotación de la fibra se hace de indivi-


duos que presentan una altura mínima de la hoja de 40 cm. El corte se hace entre 10 y
15 cm arriba de la base de la planta, para lo cual se utiliza una hoz. En las áreas donde
ya previamente se ha cortado la planta, el período de recuperación varía de 18 a 21
meses (Castañeda, 1993). Las hojas o “fibra en greña” se agrupan y transportan a la
planta beneficiadora donde se someten a tres procesos para la obtención de la fibra: el
corte en longitud, que se realiza comúnmente a 40 cm o de acuerdo a las exigencias de
las empresas elaboradoras de escobas, el ripiado o desfibrado, que se hace pasando las
hojas repetidamente a través de una máquina con un rodillo con clavos hasta tener un
diámetro reducido de la fibra, y el secado en el cual los manojos ripiados se extienden
en forma circular y se dejan secar al sol por un período de 4 hasta 14 h. Las puntas
residuales se consideran como desperdicio, el cual se estima es del 40% (Castañeda,
1993). El cortadillo se separa en las “Palmilleras” en dos categorías, según la consistencia
y coloración de la planta. La primera presenta coloración verde intenso y la segunda
coloración parduzca y consistencia seca y quebradiza. Cuando se han secado las fibras,
se prensan manual o mecánicamente en pacas de 75 a 80 kg que se encinchan y se
etiquetan con el peso y calidad de fibra. Si el cortadillo se emplea para la elaboración
de escobillones para barredoras mecánicas, sólo se desfibra la hoja, se despunta, se
seca y se procede al embalaje sin cortar la fibra (SEMARNAT, 2008).

Propiedades de las fibras

Las propiedades físicas, químicas, geométricas y de absorción de una fibra son me-
dibles y determinan la calidad industrial y su valor económico, así como el servicio
que presta y las características del producto terminado.
Las propiedades físicas de las fibras vegetales se subdividen en térmicas (com-
bustibilidad, punto de fusión y comportamiento al calor o tratamientos térmicos),
mecánicas (elasticidad, flexibilidad, resistencia a la torsión y tensión), superficiales
(comportamiento a la fricción o abrasión), eléctricas (conductividad y generación de
electricidad estática) y ópticas (color y brillantez).
Las propiedades de absorción determinan la facilidad con que se tiñen, la durabi-
lidad del teñido y lo confortables que son al contacto con la piel, debido a la cantidad
de humedad y agua que absorben y retienen. Las propiedades químicas determinan
la respuesta a los disolventes orgánicos, mordentes y blanqueadores (como hincha-
miento o disolución); así como la resistencia a la intemperie (lavado y secado al sol),
a los microorganismos e insectos. Las propiedades geométricas, como la longitud de
la fibra, determinan el proceso de hilatura a aplicar, la calidad y el precio de la fibra;
así como la finura, el brillo y el volumen influyen en el comportamiento y la sensa-
ción al tacto de los textiles. En los hilados el rizado confiere la cohesión, elasticidad,
resistencia a la abrasión y la conservación del calor, y la sección transversal influye
en el brillo, volumen, sensación al tacto y rigidez de la torsión.
207
Tabla 2. Tipos de fibras por especie vegetal y longitud promedio
Tipo de Longitud
Especie Fibra
fibra (mm)
Dura Agave spp Henequén, sisal 0.8-8.0
Dura Musa textilis Abacá 2.0-12.0
Dura Yucca Ixtle de palma 2.0-15.0
Dura Phormium tenax Cáñamo de Nueva Zelanda 2.0-15.0
Blanda Linum usitatissimum Lino 9.0-70.0
Blanda Cannabis sativa Cáñamo 5.0-55.0
Blanda Corchorus capsularis Yute 0.8-6.0
Blanda Bohemeria nivea Ramio 50.0-250.0
Blanda Hibiscus cannabinus Kenaf 3.0-7.0
Blanda Gossypium sp Algodón 16.0-30.0
Animal Bombyx mori Seda indefinida
Animal Ovis aries Lana 350.0
Mineral Asbesto 1.0
Sintética Viscosa indefinida

Las fibras deben tener una resistencia considerable para no romperse fácilmente
ya que comúnmente son trenzadas, enroscadas, hiladas y tejidas para formar ma-
teriales con los que se fabrican cuerdas, hilados y textiles; de allí la importancia de
las propiedades físicas y químicas en la resistencia y durabilidad de las fibras. Las
fibras gruesas dan mayor firmeza y resistencia al arrugado, pero son rígidas y áspe-
ras; mientras las fibras finas son más suaves y flexibles y le dan una buena caída al
material textil. El rizado consiste en la frecuencia, amplitud y la forma de las ondas
o dobleces que se suceden a lo largo de la fibra, que pueden ser de forma tridimen-
sional (helicoidal) o bidimensional (aserrada). Algunas fibras tienen una rotación a la
derecha (lino y ramio), mientras la mayoría de las restantes fibras vegetales tienen
una ligera rotación izquierda. El algodón presenta aleatoriamente giros a diestra y
siniestra. Este rizado es una característica natural del algodón (y la lana animal), que
reduce el brillo de las prendas pero mejora las otras cualidades arriba mencionadas.
En una fibra natural se distinguen tres zonas en sección transversal: piel o cutícula,
cuerpo principal y núcleo, el cual puede o no estar hueco. La presencia de pequeñas
cavidades en estas secciones, así como las características de la superficie lateral de
la fibra (estriada, lisa), contribuye a las características de esta propiedad geométrica.
La cohesión ayuda a mantener adheridas las fibras unas a otras. La porosidad indica
la capacidad que tiene la fibra para absorber líquidos. Las fibras de madera y corteza
tienen células alargadas conectoras como las apreciadas en lino, cáñamo y cierto tipo
de papel (Maiti, 1980). Las propiedades industriales más apreciadas en una fibra son
un elevado punto de fusión, hidrofilidad moderada, facilidad de teñido, gran resis-
tencia, elasticidad y durabilidad. Esta última cualidad depende de su resistencia a la
fatiga causada por agentes físicos (tracción, humedad, luz, temperatura) y químicos
(mordentes, colorantes, blanqueadores) a los que se sujeta durante la manufactura,

208
y el uso o el mantenimiento de los productos finales (textiles, cordeles, cepillos, etc).
Las características finales de las prendas de vestir más apreciadas son: el aspecto
visual y la percepción al tacto, la protección que ofrecen frente al calor, al frío o al
agua, el confort que brindan, la durabilidad y el requerir un mínimo de cuidados y
mantenimiento.

Propiedades relacionadas con la calidad y la tecnología de las fibras vegetales

De acuerdo al uso, es deseable que las fibras posean características adecuadas de


resistencia, longitud, finura, uniformidad, porosidad, elasticidad, suavidad, color,
brillo y cierta cantidad de superficie de fricción para poder maquilarlas; propiedades
que son indicadores de una mejor calidad de la fibra. El aspecto y sensación al tacto
son determinados por su longitud y estructura. Las redondas son más sedosas y de
aspecto más suave que las planas. La fuerza tensil depende de su área en sección
transversal; la longitud, de sus células individuales y la forma en que están unidas
entre ellas; la elasticidad, de la cantidad que ha sido torcida, la forma en que las
células se mantienen juntas y el número de células por fibra. La caída depende de la
densidad y su química las hace reaccionar diferente al agua, sol, calor, ácidos, álcalis,
solventes, electricidad y microorganismos. Las fibras deben de tener alto contenido
de celulosa libre de lignina, pared celular delgada y estar en proporción de 200 a 300
veces más largas que anchas. En la fabricación de costales, los filamentos son más
fuertes y menos reticulados entre ellos. En el cordel las fibras se prefieren gruesas
y las células son regulares en morfología, con alta proporción de largo y ancho. Las
fibras y filamentos para cepillos deben tener una resistencia más alta a la fricción y
ser moldeables para curvarse, así como un gran grosor y densidad de la pared celu-
lar, menos proporción del largo por ancho, más compactación de las células en los
filamentos y menos pérdida en fricción (Maiti, 1980).

Características anatómicas relacionadas con la calidad

Existe gran cantidad de información sobre las características anatómicas de las fibras
vegetales que puede servir como guía para su uso y ayudar a predecir la calidad de
las fibras vegetales. Algunas de estas características son la relación longitud/diámetro
de la fibra, el número de células por banda y el contorno y dimensiones de la banda
(Kundu, 1954; Matthew, 1954; Rao y Saha, 1961; Maiti y Basu, 1968; Maiti, 1969, 1979;
Maiti y Chakravarty, 1977; Maiti, 1969; Maiti y Chakravarty, 1977; Maiti, 1979).
Un estudio de las características micrométricas de los filamentos de fibra y su
modo de orientación puede servir en la predicción de la calidad de la fibra. La pro-
porción en cuanto a su largo y ancho está correlacionada con una mayor fuerza y
tenacidad, la rigidez y superficie de fricción con la irregularidad de la superficie del
filamento y la reticulación del filamento con la sección longitudinal de la corteza de la
fibra (Rao y Saha, 1961; Maiti y Basu, 1968; Maiti, 1980). Por su parte, Valadés (1988),
209
clasificó varias especies de malváceas de Nuevo León de acuerdo a la uniformidad
de las fibras, grosor y número de interconexiones, en productoras de fibra de mejor,
mediana y pobre calidad. Asimismo, Lozano (1988) estudió las condiciones ecológi-
cas y las características morfo-anatómicas de Agave lecheguilla relacionadas con la
productividad y calidad de las fibras en el municipio de Mina, N.L., encontrando que
las variables más importantes correlacionadas con el rendimiento fueron el grosor
de la hoja, el número de bandas de fibras, el ancho de la hoja y el número de capas
de banda de fibras, características a considerar además del largo de hoja y número
de hojas. Respecto a la calidad, observó que el grosor de la pared y el largo de la
fibra celular se incrementaba gradualmente desde la base hacia el ápice de la hoja; y
que la fibra celular que se presenta en el cogollo presenta menor lignificación y una
mejor calidad en comparación con las hojas media y externa, que tienen alto grado
de lignificación. Concluye que las condiciones ecológicas que prevalecen en el área,
influyen en la productividad y calidad de las fibras.

Importancia de las fibras

Aunque existen más de 2,000 fibras naturales, muy pocas son en realidad las que
pueden utilizarse industrialmente, pues no todas las materias se pueden hilar o tejer.
Las fibras vegetales de importancia económica y comercial a nivel mundial son propor-
cionadas por especies distribuidas en diferentes familias, entre las que se encuentran
el algodón Gossypium hirsutum de la familia Malvaceae, usado solo o combinado
con fibras sintéticas para fabricar hilados y tejidos; el lino Linum usitatissimum de
la familia Linaceae, usado para la fabricación de telas, hilos, lona, dril, bramante,
papel de fumar, papel de cartas y materiales aislantes; el yute Corchorus capsularis
y C. olitorius de las Tiliaceae, con el que se elaboran sacos, cordeles y alfombras; el
kenaf Hibiscus cannabinus de las Malvaceae usado como sustituto del yute donde
éste no se cultiva, para fabricar costales y para la elaboración de un amplio rango
de productos de papel y de cartón; el cáñamo sun Crotalaria juncea de las Fabaceas,
usado en sacos, redes, lonas, papel de fumar y cordelería; el ramio Bohemeria nivea
de las Urticaceas, empleado para fabricar telas cortinajes, tapicería, hilo y papel; el
abacá Musa textilis de las Musaceas, útil en cabuyería y cordelería así como para
elaborar arpilleras, cartón y papeles gruesos; el henequén Agave fourcroydes y el
sisal Agave sisalana de las Amaryllidaceas, empleados para hacer cordeles; el ixtle
Agave funkiana y A. lechuguilla, también de las Amaryllidaceas, utilizados para hacer
cepillos, cuerdas y sacos, aunque el ixtle también se obtiene de las hojas de Yucca
spp., que pertenecen a la familia Liliaceas. Por último, el coco Cocos nucifera de las
Palmáceas cuya fibra se trenza en cables, cordeles y guindalezas para cabuyería o se
emplea para cepillos, esteras, alfombrillas, sacos, material de relleno en tapicería, así
como sustrato en horticultura (Seale et al., 1953; Wilson y Menzel, 1964; Hill, 1965;
Nelson, 1977; Wilson, 1978; Maiti, 1980).
Mientras algunas especies productoras de fibra se producen en muchos países,
en otros casos su producción es limitada por la capacidad de adaptación a las condi-
210
ciones ecológicas o bien está restringida a un uso local o regional por su ocurrencia
o empleo tradicional. Por ejemplo, el cultivo del lino tiene un rango de distribución
más estrecho que el algodón ya que este último se desarrolla en una gran diversidad
de ambientes, por lo cual es una fuente principal de fibras textiles a nivel mundial.
Mientras Agave sisalana, Bohemeria nivea, Hibiscus sabdariffa, H. cannabinus y Yuc-
ca carnerosana, entre otras, son sólo de importancia regional (Wilson et al., 1969;
Nelson, 1977 y Maiti, 1980). La sustitución de especies y cambios de uso según la
disponibilidad no es rara, el kenaf es usado básicamente para la producción de sacos
y cuerdas en la India, sin embargo, en Australia y Estados Unidos se cultiva para la
pulpa de papel. Las ceibas de México o pochotes (Ceiba aesculifolia, C. acuminata,
etc.), el palo borracho (Chorisia insignis) y el samohu (Chorisia speciosa) de Sudamé-
rica, producen un algodón sedoso similar en propiedades de flotación y elasticidad
al kapok al cual ha sustituido en estas regiones.
En México existen pocas plantas que son explotadas como fuente de fibras por
la industria; las más importantes son: algodón (Gossypium hirsutum), palma ixtlera
(Yucca carnerosana), lechuguilla (Agave lechuguilla), henequén (Agave fourcroydes)
y zacatón (Muhlenbergia spp.); las dos primeras especies son explotadas en condicio-
nes de cultivo y las restantes en condiciones naturales. El algodón se cultiva en Baja
California, Coahuila, Durango, Sonora y Tamaulipas, aunque la baja en el precio por la
sobreoferta mundial ha reducido las áreas de cultivo mexicanas en la última década.
En México se distribuyen 25 especies del género Yucca desde la frontera norte hasta
la meseta central, la lechuguilla y la palma ixtlera se explotan en condiciones naturales
en las zonas áridas y semiáridas de los estados de San Luis Potosí, Coahuila, Nuevo
León, Zacatecas, Chihuahua, Durango y sur de Tamaulipas (Sheldon, 1980; Marroquín
et al., 1981). Las especies Y. filifera y Y. decipiens se distribuyen en 25 municipios de
los estados de Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas, pero
su extracción es menos importante que la de Y. carnerosana (Nava et al., 1980). El
henequén se cultiva principalmente en los estados de Yucatán, Campeche y centro
de Tamaulipas para la fabricación de cuerdas y costales (Nelson y Summers, 1977) y
el zacatón (Muhlenbergia macroura, Gramineae) se colecta en sierras de Chihuahua,
Distrito Federal, Estado de México, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Oaxaca,
Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Tlaxcala y Veracruz para elaborar cepillos (Mejía-
Saulés y Dávila, 1992).
La disponibilidad de plantas específicas en ciertas áreas ha provocado la espe-
cialización regional, por ejemplo en Yucatán y Campeche se producen sombreros
“Panamá” con la palma o jipi (Carludovica palmata, Ciclantaceae), mientras en So-
nora los indios Seri hacen “coritas” o canastas de tiras torcidas del arbusto “torote”
(Jatropha cuneata, Euphorbiaceae), que pueden incluso retener agua cuando los
cordones cosidos se expanden al mojarse (Cortés et al., 1999).
La gran importancia social de la fibra como fuente de ingresos primarios para los
campesinos productores de las zonas áridas y semiáridas de México y, en particular.
del Estado de Nuevo León, ha despertado el interés de las comunidades científica y
gubernamental sobre la ecología, características morfo-anatómicas, productividad
y manejo del recurso. Destacando los trabajos de aprovechamiento de especies no
211
maderables en zonas áridas (SEMARNAT, 2008) y en Nuevo León sobre las Malvaceae,
lechuguilla y yuca (Garza y Maiti, 1984; Barrón, 1987; Lozano, 1988; Valadés, 1988;
Villarreal, 1988).

Especies productoras de fibra reportadas para Nuevo León

Familia Agavaceae (Amaryllidaceae)

Los Agaves o magueyes. Las hojas de plantas maduras de color amarillento a rojizo se
prefieren porque contienen mayor cantidad de fibra. Con las fibras se hacen ayates,
esponjillas, costales, papel, tapetes, morrales y cordeles (Balls, 1962; Hedrick, 1972;
Usher, 1974; Bean 1991). Las espinas se utilizan como agujas; de las raíces se elaboran
cepillos, escobas y canastas (Castillo et al., 2005).
En Nuevo León se han reportado A. albopilosa I.Cabral, Villarreal et Estrada de la
Sierra Madre Oriental; Agave americana var. Americana L. (agave chichimeco, meco o
teometl) en Galeana, Monterrey, Pesquería, Gral. Zaragoza y la subespecie protoame-
ricana X scabra en Dr. Arroyo y Galeana; A. bracteosa S. Watson en Monterrey y Santa
Catarina; A. celsii Hook var. Celsii en Gral. Zaragoza; A. falcata Engelm (sotolillo) en
Galeana; A. funkiana Kunt et Bouché en Galeana; A. gentryi B. Ullrich en Aramberri,
Galeana, Monterrey y Gral. Zaragoza; A. lophanta Schiede (estoquillo) en Dr. González,
Galeana, Linares, Monterrey y Gral. Zaragoza; A. montana Villarreal en Rayones; A.
ovatifolia Starr et Villarreal en Bustamante; A. parrasana A. Berger; A. scabra Salm-
Dyck ssp scabra en Galeana, Lampazos. y Monterrey; A. striata Zucc. ssp. falcata en
Bustamante, Dr. Arroyo, Galeana y Santa Catarina y la ssp, striata en Aramberri, Dr.
Arroyo, Galeana, Guadalupe, Iturbide, Monterrey, Rayones, Santa Catarina, Santiago
y Gral. Zaragoza; A. victoria-reginae T. Moore (noa o pintilla) en Monterrey y Santa
Catarina y A. asperrima (maguey del cerro) en Galeana, y A. falcata (Villarreal, 1988).
Los productos son comercializados directamente por los productores o en tiendas de
artesanías que exportan a Estados Unidos y Europa.

Agave lechuguilla Torr. o lechuguilla es un agave muy importante comercialmente.


Se reproduce por hijuelos principalmente. Si no se daña el meristemo apical, puede
sobrevivir de 15 a 20 años bajo explotación (Sheldon, 1980). Esta especie está regis-
trada para Lampazos, Sabinas Hidalgo, Santa Catarina, Santiago y García.
Las poblaciones naturales tienen una densidad de 21,000 a 56,000 plantas/ha,
de las cuales solamente 4,200 son maduras y explotables (altura mayor a 25 cm). La
producción promedio es de 74 kg/ha. Aunque la recolección se puede realizar todo
el año, se prefieren los meses secos cuando baja el contenido de agua de la planta,
mejora la calidad de la fibra y se rompe menos durante el tallado (Blando-Navarrete y
Baca, 2001). El aprovechamiento es regulado por las NOM-005-RECNAT-1997 y NOM-
007-RECNAT-1997. En Nuevo León existen dos zonas ixtleras, la norte comprende
los municipios de Mina, García y Santa Catarina y la sur comprende los de Rayones,

212
Galeana, Iturbide, Doctor Arroyo, General Zaragoza y Mier y Noriega, siendo Galeana
y Mina los municipios de mayor importancia (Cortés et al., 1999). En 2007 Nuevo León
tuvo una producción autorizada de 4,951 ton en 230,730 ha (Aldana, 2007). El ixtle
de mejor calidad (Grado I) se extrae de la parte central de la roseta o cogollo. El ixtle
Grado II se obtiene de las pencas u hojas exteriores (DGN, 2008). La extracción del
cogollo estimula su crecimiento pero no afecta la densidad de población a corto plazo
(Pando et al., 2004), y sí perpetúa las poblaciones (Sheldon, 1980). Si no se lastiman
los brotes, el cogollo se recupera en 6-12 meses dependiendo de la precipitación.
La producción de fibra es del 1.3 al 2% del peso de la planta, su productividad está
determinada por la cantidad de agua en el suelo. En plantaciones con manejo la talla
legal (25 cm) se alcanza entre los 9 a 10 meses y la productividad se puede incremen-
tar fertilizando con N, P, K y B y entre un 119-171% con riego (Aldana, 2007). Pando-
Moreno et al. (2008), han generado una tabla de campo para estimar la producción
de fibra seca por planta utilizando el producto de la altura por su diámetro como
variable independiente en una ecuación de regresión cuadrática polinomial.
De la lechuguilla se obtiene el ixtle, que es una fibra dura de alta resistencia y
durabilidad, utilizada como materia prima para cestería y en la elaboración de cor-
deles, peines, estropajos, escobetas, cepillos caseros e industriales, brochas para
maquillaje y para albañilería, tapetes, arpilleras, morrales, bajo alfombras y filtros para
automóviles, mezclada con resina poliéster forma el ixtle reforzado, similar a la fibra
de vidrio pero más económica (Cortés et al., 1999; Rohman, 1992). La utilización de
la fibra en el país se hace a pequeña escala en industrias domésticas. Alrededor del
93% de la producción nacional se exporta, principalmente a Estados Unidos, Canadá,
Holanda, Alemania, España, Francia, Suiza, Japón, América Central y algunos países
de América del Sur.

Familia Agavaceae (Liliaceae)

Hesperaloe funifera (Koch.). Falsa yuca, pita samandoque, samandoque. Produce


fibras fuertes, con buena fuerza tensil y resistencia a romperse, que son usadas en
cordelería, para papel moneda, biblias, bolsas de té, filtros o mezcladas con otras
fibras para aumentar la fuerza y mejorar la textura de productos como toallas, papel
de escritura y sanitario y papeles elaborados con fibra reciclada. La subespecie funi-
fera se ha reportado de Bustamante, Dr. González, Lampazos, Mina, Salinas Victoria,
Santa Catarina.
El género Yucca ha sido de gran utilidad para los americanos nativos desde la
prehistoria. Las hojas fueron utilizadas para fabricar sandalias y tapetes. Las fibras
foliares de varias especies eran extraídas para hacer hilos, sogas, redes y varios artí-
culos tejidos como costales, cubiertas de pacas de algodón, tapetes, bolsas, cestos y
prendas de vestir.

213
Yucca filifera (Chabaud, 1976). Izote, palma grande, palma corriente, palma china. Se
utiliza para la industria de la celulosa, en la fabricación de papel “kraft”, papel resistente
a la ruptura y al desgaste. La fibra que se obtiene de sus hojas se usa para hacer cuerdas,
cestos y tapetes (Sargent, 1965). Se ha colectado en Cerralvo, Dr. Arroyo, Galeana, San
Pedro Garza García y Rayones.

Yucca carnerosana (Trel.) McKelvey. Palma samandoca, palma carnerosana, palma ba-
rreta, palma loca o palma pita. El ixtle de palma es una fibra dura de mejor calidad que
la extraída de otras especies no maderables, con ella se produce hilo o tela de diferente
calibre y resistencia, para la manufactura de sacos, mantas y forros para empaque; así
como cordeles de diferentes dimensiones. Los cogollos pueden recolectarse durante
todo el año, pero es más común hacerlo antes de la época de lluvias (Villavicencio,
1993). Su comercialización inició en 1940, floreció en los 60´s y declinó a finales de los
90´s, cuando fueron desplazados por productos similares de menor precio, fabricados
con materiales sintéticos y otras fibras naturales como el sisal y el yute procedentes
de India, Indonesia y Bangladesh. El precio de garantía se mantiene desde hace 15
años en $ 9.00 por kilo de fibra seca. La producción de palma samandoca genera un
ingreso directo que va de $ 270.00 a $450.00/día en función del número de cogollos
cortados, que oscila entre 300 y 400 cogollos/día, para obtener de 30 a 50 kg de fibra
seca (SEMARNAT, 2008). En Nuevo León se distribuye en los municipios de Aramberri,
Dr. Arroyo, Mier y Noriega, García y Galeana.

Familia Apocynaceae

Apocynum cannabinum L. Cáñamo indio. La fibra se obtiene de los tallos, cocién-


dolos con potasa y machacándolos con mazos o por enriado sobre el suelo. Produce
una fibra de buena calidad, de 12-18 mm de largo, fuerte, que no encoge y retiene
su fuerza en agua, usada como sustituto del lino y principalmente en velámenes y
redes de jardín, o para hacer ropa, trenzados, bolsas, papel y otros artículos. Otros
miembros del género producen fibras de calidad ligeramente inferior (Uphof, 1959;
Balls, 1962; Sweet, 1962; Hedrick, 1972; Schery, 1972; Usher, 1974; Harrington y Mat-
sumura, 1974; Saunders, 1976; Bell, 1992), la variedad glaberrimum se ha colectado
en Galeana, Montemorelos, Monterrey y Santiago.

Familia Arecaceae (Palmae)

Brahea berlandieri Bartl. Palma, sabal mexicana, palmito mexicano. Las hojas se
emplean para hacer canastas, asientos de sillas o techados (Elias, 2000). Una fibra
de calidad excelente de hasta 50 cm de largo que resiste la sosa y el agua caliente, se
obtiene de los peciolos foliares, sobre todo de los jóvenes y se usa para hacer cepillos
(Hill, 1965). Reportada en Anáhuac, Aramberri, Galeana, Linares, Monterrey, Santa
Catarina, Villa de García, Zaragoza.

214
Familia Asclepiadaceae

Las especies del género Asclepias son buenas productoras de fibras. Tienen pelos
sedosos sobre sus semillas y los de varias especies se han empleado como material
textil o de relleno por ser ligero, aislante y flotar. Hay 22 especies del género Asclepias
reportadas para Nuevo León, posiblemente algunas posean potencial industrial.

Asclepias asperula (Dcne.) Woods. De la corteza de esta planta llamada cuernos de


antílope se obtiene una fibra de buena calidad usada para hacer hilo, tela, papel, etc.
que baja su calidad en época de lluvia, pero se cosecha fácilmente al morir la planta
jalando la fibra de los tallos secos (Whiting, 1943; Saunders, 1976). La subespecie
asperula se ha colectado en Monterrey.

Asclepias curassavica L. Veintiunilla. Se reporta como productora de fibra. Se ha


encontrado en Rayones, Santa Catarina y Santiago.

Asclepias tuberosa L. Llamada raíz de la pleuresía o yerba de la mariposa. Productora


de fibra cuya subespecie terminalis se ha colectado en Aramberri, Galeana, Iturbide,
Linares, Montemorelos y Gral. Zaragoza.

Asclepias viridiflora Raf. Ha sido reportada para nuestro estado sin mencionar en
qué municipios se distribuye. Produce fibras que pueden tener el mismo uso que el
de otras especies del género (Barkley, 1986).

Familia Asteraceae

Helianthus annuus L. Girasol. De los receptáculos de la semilla se obtiene papel


secante (Hedrick, 1972; Turner y Szczawinski, 1988; Rosengarten, 2004). De la parte
interna del tallo se obtiene papel para escritura de alta calidad (Grieve, 1971; Polu-
nin y Everard, 1969; Holtom y Hylton, 1979) y tela de calidad fina (Chittenden, 1953;
Sweet, 1962; Turner y Szczawinski, 1988). Reportada en Aramberri, Bustamante,
General Terán y Monterrey.

Familia Bignoniaceae

Chilopsis linearis (Cav.) Sweet. Mimbre, sauce del desierto. Con las ramas jóvenes
y flexibles se tejen canastas. Los tallos descortezados se emplean como base para
canastos. La corteza se ha empleado para hacer camisetas y redes (Vines, 1982). La
especie linearis tiene dos subespecies en Nuevo León, linearis en Iturbide y tomenti-
caulis en Lampazos, Linares, Monterrey y Santiago.

215
Familia Bromeliaceae

Hechtia glomerata Zucc. Guapilla. Reportada como productora de fibra, para el


municipio de Aramberri.

Tillandsia usneoides (L.) L., el musgo español o paixtle. Produce una fibra parda o
negra, muy elástica y lustrosa que se ha utilizado en tapicería como material de relleno
o como sustituto del pelo de caballo. Reportada para los municipios de Aramberri,
Galeana, Monterrey y Santiago.

Familia Cucurbitaceae

Luffa cylindrica (L.) Roem. Esponja vegetal, estropajo. Produce frutos comestibles
que contienen una red de fibras rizadas que se obtienen por enriado y una vez lim-
pias se emplean para hacer sombreros, para lavar y restregar maquinaria, en ciertos
tipos de filtros de aceite y como sustituto de esponjas de baño. Especie cultivada en
Nuevo León.

Familia Cupressaceae

Thuja occidentalis. Tuya. Reportada en Hualahuises y Monterrey, aunque es común


en jardines de todo el estado, de ella se obtiene algún tipo de fibra.

Familia Euphorbiaceae

Ricinus communis L. Higuerilla, ricino. De los tallos se obtiene una fibra para hacer
sogas (Chiej, 1984). Reportada en Allende, Monterrey y Bustamante.

Familia Fabaceae (Leguminosae)

Robinia pseudoacacia L. Acacia, robinia. La corteza se utiliza para hacer papel y como
sustituto de la seda y lana (Triska, 1975). Reportada para el municipio de Santiago.

Familia Malvaceae

Abutilon malacum Wats. Planta que produce fibra de buena calidad, reportada para
Villaldama

Abutilon sonorae Gray. Planta que produce fibra de buena calidad, de N. L.

Anoda cristata (L.). Schlecht. Amapolita morada, violeta de campo, helanche. Planta
216
que produce fibra de pobre calidad. Registrada en Galeana, Iturbide, Linares, Santiago
y Gral. Zaragoza.

Herissantia crispa (L.) Brizicky. Planta que produce fibra de pobre calidad. Registrada
en Allende, Aramberri, Bustamante, China, Galeana, Monterrey, Sabinas Hidalgo,
Santa Catarina y Vallecillo.

Hibiscus cardiophyllus Gray. Tulipán del monte. Planta que produce fibra de pobre
calidad, reportada para N. L.

Hibiscus rosa-sinensis L. Tulipán, rosa china. Se obtiene fibra de buena calidad de los
tallos. En áreas subtropicales cálidas se reportan fibras hasta de 3 m de longitud. La
fibra se emplea en telas gruesas, redes y papel. Se reporta como una planta cultivada
para Monterrey.

Hibiscus syriacus L. Flor de una hora. Planta cultivada en Nuevo León de la cual se
puede extraer algún tipo de fibra de buena calidad.

Malvastrum americanum (L.) Torr. Malva loca. Colectada en Aramberri, General


Bravo, Linares, Montemorelos, Monterrey, Los Ramones y Santa Catarina.

Malvastrum coromandelianum (L.) Garcke. Malva. Reportada en Iturbide, Mina,


Montemorelos, Monterrey, Ramones, Sabinas Hidalgo, Santiago y Gral. Zaragoza.

Sida rhombifolia L. Reportada como productora de algún tipo de fibra y colectada


en Allende, Iturbide, Montemorelos, Santa Catarina y Santiago.

Sida spinosa L. Planta que produce fibra de buena calidad, reportada para Allende,
Aramberri, San Pedro Garza García, Iturbide, Linares, Montemorelos y Los Ramones.

Sphaeralcea angustifolia (Cav.) D. Don. Hierba del negro. Planta que produce fibra de me-
diana calidad, reportada en los municipios de Aramberri, Galeana, Monterrey y Santiago.

Familia Moraceae

Morus nigra L. Mora negra. Reportada como productora de un tipo de fibra y co-
lectada en Linares.

Familia Nolinaceae (Agavaceae)

Dasylirion spp. Sotol, sereque o seregue. Se recolecta durante todo el año para produ-
cir sotol y agua-vino, pero las fibras tienen mejores cualidades para la industrialización

217
en el otoño. Su aprovechamiento está regulado por la NOM-005-SEMARNAT-1996.
Con las hojas se elaboran varios utensilios domésticos, tales como tapetes y canastas
y algunos adornos para diversas fiestas religiosas. Los escapos florales son usados en
la construcción de cercos y las hojas para la elaboración de techos (Olhagaray, 1994).
Para el estado de Nuevo León se reportan las especies Dasylirion texanum Scheele,
D. berlandieri S. Watson se ha reportado en Aramberri, Dr. Arroyo, Galeana, Guada-
lupe, Iturbide, Monterrey, Los Ramones, Santiago y Gral. Zaragoza, D. cedrosanum
Trelease en Bustamante, Santa Catarina y Villa de García; D. miquihuanense Bogler
en Dr. Arroyo, y D. quadrangulatum S. Watson en Aramberri y Dr. Arroyo.

Nolina cespitifera Trel. Zacate cortador, hierba del oso, palmilla, cortadillo por sus
hojas delgadas. Las plantas se recolectan todo el año. La fibra es muy resistente y se
emplea en la elaboración canastas, en la fabricación de discos para barredoras mecá-
nicas, rodillos y cartuchos de explosivos y en combinación con el sorgo escobero en
la elaboración de escobas y cepillos. El total de la producción es comercializada a las
empresas elaboradoras de escobas situadas en los municipios de Cadereyta Jiménez y
Monterrey, Nuevo León. La producción de fibra de cortadillo en poblaciones naturales
varía entre 905 y 1,134 kg/ha. Reportado en Galeana y Gral. Zaragoza.

Familia Onagraceae

Epilobium angustifolium L. Solamente reportada como productora de algún tipo de


fibra, sin especificarla. Presente en Rayones.

Familia Plantaginaceae

Plantago lanceolata L. Solamente reportada como productora de un tipo de fibra


sin especificar el tipo. Colectada en Galeana.

Familia Poaceae

Arundo donax L. Carrizo. La cestería con Carrizo es una actividad importante en


Oaxaca (Cortés et al., 1999) aunque existen algunos tejedores inmigrantes que se
dedican a esta actividad en Nuevo León, que comercializan sus canastas en mercados
populares. En Santiago se elaboran persianas con este material y se ha reportado en
General Terán, Montemorelos, Monterrey y Santiago.
Varias especies de gramíneas han sido reportadas como productoras de fibra
sin especificar el tipo. Tal es el caso de la avena silvestre (Avena fatua) y la variedad
cultivada y escapada sativa. La paja de esta última se ha usado para fabricar papel,
construir tablas y techos, así como material de relleno de colchones que benefician
a pacientes reumáticos (Chevallier, 1996; Chiej, 1984; Hill, 1965) y ha sido reportada
en Monterrey, Sabinas Hidalgo y Santiago.

218
Cortaderia selloana (Schult. et. Schult. f.) Asch. Et Graebn. Pasto de las pampas.
Reportada como planta productora de fibra y cultivada en Galeana.

Muhlenbergia sp. El número de especies de este género reportado para Nuevo León
es de 23 (Villarreal y Castillón, 2008).

Muhlenbergia rigida (Kunth) Kunth. De sus tallos se hacen escobas, reportada para
Dr. Arroyo, Galeana, Santiago y Gral. Zaragoza.

Phragmites australis (Cav.) Steud. Reportada como planta productora de fibra de


ocurrencia en Linares.

Sporobolus indicus (L.) R. Br. Reportada como planta productora de fibra presente
en Allende, Aramberri, Galeana, San Pedro Garza García, Montemorelos, Monterrey,
Santiago y Gral. Zaragoza.

Andropogon glomeratus (Walter) Britton, Sterns et Poggenb. La variedad glomeratus


se ha reportado en Aramberri, Galeana, Monterrey y Santa Catarina. Se emplea en
elaboración de figuras decorativas.
Familia Salicaceae

Salix lasiolepis Benth. Los tallos se han utilizado enteros o partidos, para hacer ca-
nastos. La corteza interna se ha utilizado para elaborar cuerdas y ropa (Elias, 2000).
La variedad bracelinae se reporta en Santiago.

Familia Tiliaceae

Tilia americana L. Una fibra fuerte se obtiene de la corteza interna hirviéndola en


agua y tallándola con un palo para separar las fibras, con las que se hace hilo para
coser, hilaza fina para tejer bolsas, ropa y cuerdas para hacer redes, zapatos, tapetes
y bramante (Vines, 1982; Bell, 1992). La variedad caroliniana ha sido colectada en
Aramberri, Bustamante, Iturbide, Monterrey, Santiago, Villaldama y Gral. Zaragoza.

Familia Thyphaceae

Typha domingensis. Pers. Los tallos y hojas tienen varios usos, para techumbre, fabricar papel,
tejer sillas, tapetes, sombreros y otros artículos. De sus raíces se obtiene una fibra que sirve
para hacer cuerda (Low, 1989). Los pelos del fruto se emplean para rellenar almohadas. Poseen
buenas propiedades aislantes y de flotabilidad. Reportada en el municipio de Aramberri.

219
Familia Urticaceae

Laportea canadensis (L.) Wedd. Una fibra que se extrae del tallo es hasta 50 veces
más fuerte que el algodón y se emplea para hacer redes, cuerdas y otros productos
(Uphof, 1959; Grieve, 1971; Usher, 1974; Mc Pherson, 1977). Reportada para Aram-
berri y Gral. Zaragoza.

Boehmeria cylindrica (L.) Sw. Una fibra que se extrae de los tallos es usada para
cordelería, hechura de redes y otros usos (Fernald, 1950). La variedad drummondiana
se ha encontrado en Aramberri, Montemorelos y Santiago.

Conclusiones y perspectivas

La principal fuente de fibra en Nuevo León es la lechuguilla. Según datos del 2007, en
ese año se produjeron 1058.54 ton (9.2% de la producción nacional) cifra por debajo
de San Luis Potosí, que produce 7 veces más con el doble de unidades de producción
y Coahuila, que nos supera en porcentaje y unidades de producción por un 17%. El
siguiente producto son las hojas de palma, cuyas cifras son muy inferiores a otros
estados. Se puede concluir que aunque la diversidad de fuentes de fibra autóctonas
es grande en el estado, este recurso está subexplotado. Aunque la tendencia mundial
es hacia la disminución en el empleo de las fibras naturales, tal vez un manejo integral
del recurso con apoyos federales iniciales que incluyesen investigación, diversifica-
ción y explotación estacional, así como la comercialización de los productos finales
con denominación de origen y resaltando su carácter orgánico y natural, ayudaría a
elevar el ingreso en las zonas rurales áridas y frenar su migración, creando empleos
y pequeñas empresas.

220
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223
Familia Agavaceae (Amaryllidaceae)

Familia Agavaceae (Liliaceae)

Familia Asclepiadaceae

224
Familia Bignoniaceae

Asclepias viridiflora Chilopsis linearis Tillandsia


id

Familia Fabaceae (Leguminosae)

Robinia pseudoacacia Hibiscus. rosa-sinensis Sida spinosa

Familia Malvaceae

Malvastrum. americanum Dasylirion quadrangulatum Cortaderia selloana

225
Familia Nolinaceae (Agavaceae)

Familia Tiliaceae

Muhlenbergia rigida Tilia americana Typha dominguensis


PLANTAS PRODUCTORAS DE CERAS, GOMAS
Y RESINAS
Verde-Star MJ
Laboratorio de Fitoquímica, Departamento de Química, Facultad de Ciencias Biológicas,
UANL, Ave. Pedro de Alba s/n, Ciudad Universitaria, C.P. 66451, San Nicolás de los Garza,
Nuevo León, México.
jverdestar@gmail.com

Resumen

M
uchas son las sustancias que las plantas producen y que el hombre ha utili-
zado para su provecho, en este capítulo trataremos sobre las ceras, gomas
y resinas. Se describen los principales tipos de ceras para nuestro estado,
como son las ceras obtenidas de la candelilla (Euphorbia cerifera), y la cera de jojoba
(Simmondsia chinensis), especies abundantes en el noreste de México, incluyendo
el estado de Nuevo León. Se detalla su origen, estructuras químicas, propiedades
físicas, importancia económica y usos. En cuanto a las gomas, se clasifican según la
planta que las produce, dándose información acerca de su composición química y
diferentes usos, haciendo énfasis en la goma extraída del mezquite Prosopis sp. Las
resinas vegetales que se describen son principalmente las que son exudadas en forma
de látex a través de cortes o heridas en las cortezas de los tallos y que se aprovechan
a nivel industrial, así como las que son tóxicas al hombre y animales domésticos.

Introducción

Desde los tiempos del hombre primitivo, las plantas han sido de primordial importancia
para darle no solo alimento, vestido y aposento, sino todos los requerimientos para
una vida más cómoda y placentera, ya que aunque algunos animales y productos
minerales contribuyen a su bienestar, es el reino de las plantas el que es esencial
para su vida.
Entre los beneficios que las plantas traen a la vida del hombre están los alimentos,
pero también las fibras de las que se elabora su ropa, la madera para sus utensilios y
mobiliario, y el combustible. Subproductos muy importantes son el papel, el corcho,

227
los materiales para curtir pieles, los colorantes, los aceites, las resinas, gomas y ceras
utilizados en la fabricación de pinturas, barnices, jabones, perfumes; el hule natural,
uno de los materiales mejor aprovechados de la civilización moderna.
Todas las sustancias químicas no son sintetizadas en la planta para el uso exclusivo
del hombre, sino que cada una desempeña un papel definido en la vida de la planta
misma. Algunas sustancias contribuyen al mantenimiento y buen estado de la planta,
mientras que otras representan productos de desecho.
Las plantas son extraordinarias plantas químicas , su almacenaje de energía solar,
su crecimiento diario, sus procesos mediante los cuales florece o produce semillas, son
suficientemente complejos e involucran la síntesis de una gran variedad de moléculas
orgánicas. Estas actividades primarias son comunes a todas las plantas, sin embargo,
cada especie produce muchas otras sustancias llamadas metabolitos secundarios,
los cuales difieren de planta a planta dependiendo de sus circunstancias. En esta
categoría están las drogas usadas para la cura de las enfermedades y para atenuar
molestias y dolores. De gran difusión han sido los alcaloides, quinonas, compuestos
cardiotónicos, aceites esenciales, flavonoides, etc., a través de revistas científicas,
libros de texto y también por medio de fuentes de menor rigor científico, como el
Internet y la propaganda de preparados “milagrosos” elaborados de las plantas.
Sin embargo, no sólo los metabolitos secundarios dan valor a las plantas, se han
amasado grandes fortunas a través del aprovechamiento de productos y subproductos
de ellas, por ejemplo el rattan, la soya, el café, las semillas, las ceras, las resinas, las
gomas y el hule.
En este capítulo trataremos de las ceras, resinas y gomas extraídas de las plantas,
especialmente las provenientes de zonas áridas, como el estado de Nuevo León y el
norte de México.

Ceras

Las ceras naturales son combinaciones complejas de compuestos orgánicos de peso


molecular relativamente elevado. Son de muy variable composición, dependiendo
del origen y el momento de obtención, por lo que los fabricantes deben mezclar los
diferentes lotes de ceras para obtenerlas. Generalmente son ésteres producto de la
reacción de ácidos grasos con alcoholes de peso molecular elevado, monovalentes,
de cadena larga lineal, aunque también las hay que son hidrocarburos de 30 carbonos
o más, alcoholes monohidroxilados de alto peso molecular como el alcohol cetílico,
el carnaubílico, miricílico, y algunos ácidos grasos. Las ceras tienden a ser sólidas a
temperatura ambiente y proporcionan un recubrimiento durable y protector a plantas
y animales. Son sustancias altamente insolubles en medios acuosos y a temperatura
ambiente se presentan sólidas y duras.
Las ceras comprenden productos vegetales, como la cera de carnauba, y productos
animales, como el esperma de ballena, la cera de abeja y la llamada lanolina (Evans,
1991).

228
Las ceras vegetales han sido aprovechadas por el hombre desde tiempos muy
remotos, durante varios siglos le permitieron iluminarse a través de velas, muchas
de ellas fabricadas de ceras vegetales.
Es común encontrar ceras al realizar un análisis fitoquímico en plantas, pero aun
más común en aquellas que crecen en zonas áridas. La razón es que las ceras recu-
bren la epidermis de frutos y tallos, junto con la cutícula o la suberina, evitando la
pérdida de agua por evaporación en las plantas. El recubrimiento de frutos y quesos
para alargar el tiempo de vida en anaquel, ha sido otro de los usos que el hombre ha
dado a las ceras obtenidas de plantas.

Función de las ceras en las plantas

Por su naturaleza, las ceras vegetales tienen como función natural proteger a la planta,
ya que debido a su carácter altamente hidrófobo repelen el agua. A nivel orgánico,
las ceras recubren ciertos tejidos, dándoles consistencia y protección frente a la ac-
ción externa en hojas y frutos de plantas. También forman una cubierta protectora
e impermeabilizante sobre las partes aéreas de las hojas, flores o frutos, que repele
los parásitos y ayuda a conservar el agua del vegetal.

Propiedades características de las ceras

Intervalo de fusión. Dado que las ceras están compuestas por tipos similares de molé-
culas de diferentes pesos moleculares, y pueden contener también distintos tipos de
moléculas similares, cada una de las cuales con una variedad de pesos moleculares,
no poseen punto de fusión, sino intervalos de fusión.
Expansión térmica. Las ceras se expanden cuando aumenta la temperatura y
se contraen cuando la temperatura disminuye. Esta propiedad puede modificarse
mezclando diferentes tipos de cera.
La expansión y la contracción de las ceras dentales debido a los cambios de tem-
peratura son bastante pronunciadas. En general, las ceras y sus componentes tienen
coeficientes de variación térmica superior a los de cualquier otro material.
Propiedades mecánicas. Las ceras poseen módulo elástico, limite proporcional y
resistencia a la compresión muy bajos en comparación con las de otros materiales;
dichas propiedades dependen en gran medida de la temperatura.
Fluidez. Es el resultado del deslizamiento de las moléculas unas sobre otras. Depen-
de de la temperatura de la cera, de la fuerza que la deforma y el tiempo de aplicación
de esa fuerza. Con leves cambios de temperatura se logra la fluidez deseada.
Tensión residual. Generada cuando se somete al sólido a fuerzas por debajo de
su intervalo de fusión, esta tensión se produce durante el tallado o durante el enfria-
miento bajo presión.

229
Ductilidad. Aumenta al incrementarse la temperatura de la cera. En general, las
ceras con temperaturas de fusión más bajas son más dúctiles a una temperatura
determinada que las de temperaturas de fusión más elevadas. La ductilidad de una
mezcla de ceras depende en gran medida de la distribución de las temperaturas de
fusión de las ceras que la componen. Una mezcla de ceras con intervalos de fusión
muy amplios tiene una ductilidad mayor que las de intervalo más estrecho. Siempre
que existe un intervalo de temperaturas de fusión amplia, se alcanza primero el punto
de ablandamiento del componente de punto de fusión más bajo; si la temperatura
sigue aumentando comienza a licuarse este componente y se acerca más a los puntos
de ablandamiento de los componentes que funden a temperaturas más altas; esto
tiende a plastificar toda la masa de cera, aumentando su ductilidad.

Tipos de ceras

Cera de jojoba Simmondsia chinensis

La jojoba (pronunciada como ho-ho-ba) es un arbusto de la familia Simmondsiaceae


(Simpson, 2001). Se le encuentra en los litorales del estado de Sonora, Baja California
Norte y Sur y en la parte suroeste de los Estados Unidos. La jojoba vive asociada a las
plantas típicas de nuestros desiertos norestenses, tales como el ocotillo (Fouquieria
splendens) muy característico en todo el norte del país, a la gobernadora (Larrea tri-
dentata) abundante en todos nuestros desiertos y al copalquín (Pachycormus discolor)
endémico de la península de Baja California.
La jojoba es la única fuente vegetal conocida en el mundo cuyas semillas contienen
en realidad una cera líquida y/o un aceite graso, ya que no contiene glicerol, variando
su contenido de 30 a 50% al extraerlo de las semillas por prensado o con solventes,
respectivamente (Simpson, 2001). Esta cera, líquida a temperatura ambiente, debido
a su composición a base de ácidos grasos insaturados, tiene propiedades lubricantes
útiles en la maquinaria de alta velocidad que opere a altas presiones y temperaturas,
requiere muy poca refinación para obtener una pureza máxima. La cera de jojoba
puede hidrogenarse para producir una cera sólida para la fabricación de velas de luz
brillante y sin humo, así como ceras para dar brillo a pisos, automóviles y muebles.
Es también una fuente de alcoholes y ácidos de cadena larga que pueden utilizarse
en la preparación de detergentes y lubricantes. En medicina, el aceite se emplea
como agente antiespumante en la producción de penicilina. Para uso de la industria
cosmética, donde se elaboran champús, aceite para el pelo, cremas humectantes,
lociones, bronceadores, jabones, tratamiento para pieles, aceite para masajes, geles
y muses, maquillaje, productos para uñas, lápiz labial, esencia aromática (CONAFORT,
2009).

230
Cera de candelilla

La candelilla es una planta de la familia Euphorbiaceae, cuyas especies se caracterizan


por exudar un látex lechoso de sus tallos. Su nombre común “candelilla”, se dice que
deriva de la forma de sus tallos delgados y erectos como velas, “candles” en inglés.
Otra versión del origen de este nombre común es que de su exudado manufacturaban
velas para iluminarse (Figura 1). El nombre científico de esta planta es actualmente
Euphorbia cerifera, desde que Alcocer la clasificó a principios del siglo XX, ya que antes
de esto se llamaba Euphorbia antisyphilitica (Zuccarini, 1829), debido a las propiedades
del jugo de la planta para combatir enfermedades venéreas.
La cera extraída es de alta calidad, se obtiene de las tallos suculentos de la cande-
lilla que es nativa del desierto de Chihuahua, pero crece en estado silvestre también
en San Luis Potosí, Zacatecas, Durango, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y en el
sur de Estados Unidos (Bósquez-Molina, 2003). La candelilla se asocia con especies
propias de la región, alcanzando su mejor desarrollo y conservación cuando se en-
cuentra asociada con especies tales como la lechuguilla (Agave lechuguilla), guapilla
china (Hechtia glomerata), albarda (Fouquieria splendens), sangre de drago (Jatropha
spathulata), nopal (Opuntia spp), sotol (Dasylirion spp), maguey (Agave asperrima),
gobernadora (Larrea tridentata), algunas gramíneas y cactáceas como Ferocactus spp,
Opuntia sp, Mammilaria spp, Echinocactus spp (Marroquín et al., 1964).

Características físicas

La naturaleza física de la cera es de color blancuzco, dura, quebradiza y fácil de pul-


verizar, su temperatura de fusión entre 68º y 75ºC le permite ayudar a endurecer las
ceras parafinas. Su apariencia es opaca, de color amarillo hasta café claro, según la
etapa de refinación. Una vez terminado el proceso de refinación, la cera de la can-
delilla adquiere un brillo muy especial. Se mezcla homogéneamente con colorantes,
es insoluble en agua. Contiene aproximadamente un 50% de hidrocarburos y algo de
ésteres volátiles, la consistencia pegajosa se debe a su alto contenido de resina. En
la Tabla 1 se presenta la composición de la cera de la candelilla (Hagenmaier y Baker,
1996 en Bósquez-Molina, 2003).

Tabla 1. Composición aproximada de la cera de candelilla

Componente %
30.6–45.6
Hidrocarburos
Ésteres simples
20 – 21
Ésteres hidroxilados
6-8

231
Alcoholes libres, esteroles y resinas
neutras 12-14

Ácidos libres
7-9
Materia mineral
0.7
Material volátil
0.5-1

Forma de extracción

Después de colectar las varas de candelilla, se atan y se transportan al lugar en que


se sumergirán en solución de agua-ácido sulfúrico, se calienta a ebullición para que
se separe la cera aún impura y de consistencia espumosa, ésta se extrae por decan-
tación y se pasa al proceso de purificación.

Usos

Se utiliza en la fabricación de pulimentos para automóviles, calzado, madera y pisos.


En las industrias de adhesivos, anticorrosivos, cerillos, plásticos, pinturas, gomas de
mascar, crayones, hules, aislantes, textiles, impermeabilizantes, lacas, papel, lubri-
cantes, dulces confitados, velas, tintes, como recubrimiento en frutas, etc. (Vázquez
García et al., 2009) (Figura 2 y 3).

Figura 1. Planta de candelilla


Euphorbia cerífera

232
Otras ceras

Cera de carnauba. La importancia de las ceras es de tal magnitud que Brasil, país inmi-
nentemente destacado como productor de aceites, grasas y ceras vegetales, coloca a
la cera en primer lugar en este renglón de su economía. Se obtiene del exudado de las
hojas de la palma de cera de Brasil (Copernicia prunifera Mill., familia Arecaceae). La
cera se remueve de hojas nuevas o inmaduras, las cuales una vez secas son golpeadas
para desalojar el exudado (Simpson, 2003). La cera se funde y se moldea en bloques
para exportación. Es una cera muy dura, frágil y con alta temperatura de fusión de 84
a 91°C. Su uso principal es para pulir autos, como cera de pisos y cera para zapatos.
Es una de las ceras más finas, es secretada por las hojas de la Palma de cera de Brasil.
Aunque muy cara, es el ingrediente principal de los pulimentos de muebles y autos, así
como en barnices y cosméticos. El tronco de Ceroxylon andicola de la Región Andina
produce una cera similar, que se ha utilizado como un sustituto.

Figura 2. Crayones de cera

Figura 3. Ceras utilizadas para recu-


brimiento de frutas

233
Cera de cauassú. Otra planta productora de cera es la llamada Calathea lutea, conocida
como Cauassú, crece en las riveras de los ríos en Amazonia. Bajo condiciones normales,
la calabaza de cera crece más fácilmente que las otras especies cercanas de calabazas
y melón de modo que pueden alcanzar 2 ó 3 cosechas anuales. Estas calabazas tienen
hasta 2 m de largo y hasta 35 Kg de peso y su pulpa blanca, carnosa y crujiente puede
comerse en cualquier época de crecimiento de varias formas. Tiene un sabor suave,
se prepara como vegetal cocido, en sopas o como postre mezclada con miel. Su piel
gruesa y cerosa puede almacenarse hasta por un año sin refrigeración.

Gomas

Las verdaderas gomas se forman como resultado de la desintegración de tejidos


internos, aparecen en las plantas principalmente como resultado de desarreglos
fisiológicos o patológicos, los cuales producen una descomposición de las paredes y
del contenido celular a través del proceso llamado gomosis o degeneración gomosa
(Esau, 1976; Mauseth, 1988; Langenheim, 2003). Éstas contienen una gran cantidad
de azúcares (arabinosa, galactosa, manosa y xilosa) y se relacionan muy cercanamente
con las pectinas. Son de naturaleza coloidal y solubles en agua pero insolubles en
alcohol y éter (Simpson, 2001; Langenheim, 2003).

Propiedades físicas y químicas

Estructuralmente son semejantes a la hemicelulosa, aunque con propiedades físicas


distintas. Son polisacáridos heterogéneos formados por diferentes azúcares y, en
general, llevan ácidos urónicos. Se caracterizan por formar disoluciones coloidales
viscosas. Se hinchan y forman geles con el agua. Por hidrólisis pierden con facilidad
algunos monosacáridos que llevan, pero queda siempre un núcleo más resistente
que requiere de enzimas más enérgicas. Estas sustancias se hinchan al absorber agua
dando sustancias pegajosas.

Producción en las plantas

Las gomas son más comunes en plantas de regiones secas. Son exudadas en forma
natural por los tallos o como reacción a heridas. Las gomas comerciales se venden
en forma de exudados secos. Las plantas las producen en condiciones normales y
muchas veces como consecuencia de agentes patológicos, heridas, etc. Son ejemplos
la goma de mezquite, goma arábiga y la goma tragacanto, producidas en los radios
medulares de diversas especies de la familia Leguminosae. La formación del tragacanto
es completamente distinta que en el caso de la goma arábiga, pues la goma exuda
inmediatamente después de herir el árbol y, por lo tanto, estará preformada en la

234
planta, mientras que la goma arábiga se produce lentamente después de la herida.
Un corte del tallo de la planta muestra que las paredes celulares de la médula y radios
medulares se transforman gradualmente en goma, proceso denominado gomosis. La
goma absorbe agua y da lugar a una considerable presión dentro del tallo.

Usos

Su uso principal es como adhesivos, así como en la impresión y acabado de textiles,


como cola para papel. Las más finas se usan en las industrias de pintura, cosméticos
y dulces, material para acuarela, para clarificar licores, terminar la seda, así como en
la fabricación de medicamentos; y las menos finas en tintas, emulsiones y cerillos.
Las artes en sus diferentes manifestaciones, pintura, moda, etc., deben mucho a las
plantas productoras de gomas.

Goma de mezquite Prosopis sp

El mezquite es originario de las zonas áridas y semiáridas de México, en matorrales


espinosos tipo tamaulipeco, mezquitales y matorrales desérticos, sobre distintos
tipos de suelo. Abundante en Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila (Alanís-Flores y
González-Alanís, 2003).
Es un arbusto o árbol pequeño de 6 a 14 m de altura con tallos y ramas jóvenes
espinosas, hojas compuestas, folíolos de 15 a 60 mm de largo. Las flores en espigas
pequeñas, amarillentas o blanco cremosas, muy perfumadas. El fruto es una vaina
recta y larga, coriácea, color pardo amarillento a rojizo con varias semillas (Alanís-
Flores et al., 1996; Alanís-Flores y González-Alanís, 2003) (Figura 4).
La goma de mezquite, Prosopis spp, ha sido utilizada como sustituto de la goma
arábiga (Vilela y Ravetta, 2005). Esta goma es una sal neutra de un polisacárido ra-
mificado de naturaleza acídica, formado por un núcleo de residuos de B-D-galactosa.
Esta macromolécula contiene L-arabinosa, L-rhamnosa, B-D-glucuronato y 4-o-metil-
B-D-glucuronato. La goma de mezquite contiene, además, una pequeña cantidad de
proteína en la parte central de la estructura, siendo muy similar a la estructura de la
goma arábiga (Williams et al., 1990; Vernon-Carter et al., 2000; Orozco Villafuerte et
al., 2003) (Figura 5). Esta goma posee un gran número de grupos ionizables, actuando
como un polielectrolito. Es un agente emulsificante muy efectivo, por su contenido
proteico, que puede alcanzar hasta 5.8%, todo esto da a la goma de mezquite la po-
sibilidad de ser utilizada para la elaboración de películas comestibles emulsificadas
y recubrimientos. También se han desarrollado formulaciones a base de goma de
mezquite y cera de candelilla, como material hidrofóbico, para recubrir frutas a las
cuales, además de añadir brillo, les prolonga la vida de almacén, les retiene el color
y disminuye la pérdida de peso del fruto (Bósquez-Molina, 2003; Bósquez-Molina y
Vernor-Carter, 2005; Bósquez-Molina, 2007).

235
Los investigadores Vernon-Carter y Monroy-Hermosillo (Departamento de Biotecnolo-
gía, UNAM) han iniciado un proyecto sobre aprovechamiento de la goma de mezquite
para la formación de microcápsulas como membrana para la difusión selectiva de con-
taminantes, de modo que estas encapsulen los metales pesados o sustancias tóxicas
presentes en aguas residuales o contaminadas, por ejemplo en estanques de granjas
acuícolas. Con estos materiales han encapsulado también el alimento y los pigmentos
que ingieren camarones y otras especies de cultivo de interés económico, evitando su
descomposición, para un mejor aprovechamiento). Por su parte, Pedroza-Islas et al.
(1996) proponen como agentes encapsulantes a la goma de mezquite, goma arábiga y
maltodextrina 10DE, utilizados en dietas para el camarón Penaeus schmitti. Lo anterior
se basa en la hipótesis de que tanto la formación de la pared, así como las características
generales de las microcápsulas, son puntos críticos para tener un alimento eficiente.

Figura 4. Planta de mezquite


Prosopis sp

Figura 5. Estructura primaria propuesta para el componente polisacárido de la goma de mezquite

236
Otras gomas

Goma de guar. Proviene del guar, que crece en Pakistán y al sur de Estados Unidos
y tiene aplicación en las industrias de papel, cosméticos, farmacéutica y tabaco y
es también utilizada en la industria del petróleo como estabilizador en las líneas de
perforación. Se obtiene del endospermo de la semilla de Cyamopsis tetragonolobus.
Carece de grupos ionizables, lo cual la hace prácticamente inalterable a los cambios de
pH, ya que es estable en el intervalo 1-10.5, pero su máxima capacidad de hidratación
se alcanza a pH de 7.5-9.0. La adición de altas concentraciones de sales multivalentes
provoca que se produzcan geles. Al hidratarse en agua fría forma dispersiones coloi-
dales viscosas con características tixotrópicas.
Goma arábiga. Es un exudado seco gomoso obtenido de Acacia senegal y otras
especies de Acacia. Estos son árboles pequeños nativos de zonas áridas del norte
de Africa. Son muy utilizadas en Sudán. Las gomas se recogen de los árboles entre
los meses de febrero a mayo, cuando los frutos están maduros, se les hacen cortes
transversales con un hacha pequeña, luego se desprenden tiras delgadas de la corteza
exterior. La goma es exudada lentamente como un líquido viscoso, se colecta por
goteo y endurece. Después de 3 a 8 semanas se colectan estas gotas de exudado, se
blanquean al sol y las impurezas se remueven antes de empacarla. La goma arábiga
fue utilizada por los egipcios alrededor de 2000 años antes de Cristo. Esta goma es
completamente soluble en agua fría y tiene un alto grado de adhesividad y viscosidad.
La mayor producción se emplea en textiles, mucílago, pasta, pulimento, confitería,
y como abrillantador en pintura. En medicina, se usa como agente emulsificante.
Es un heteropolisacárido muy ramificado formado por una cadena principal de uni-
dades de B-galactopiranosas a la cual se le unen residuos de L-ramnopiranosas, de
L-arabinofuranosas y de acido glucurónico; su peso molecular varía entre 250 000 y
un millón. En estado natural es una molécula compacta.
Goma de tragacanto. Esta goma se forma como resultado de la transformación
de los radios medulares en una sustancia mucilaginosa que es exudada de forma
natural o bien después que la corteza se pincha o se le hacen cortes. Se obtiene de
Astragalus gummifer y otras especies del mismo género. Está constituida por dos
fracciones: una soluble en agua llamada tragacantita y otra insoluble, la basorina. La
adición de ácidos, álcalis o NaCl reduce la viscosidad y sus geles son susceptibles de
ataque microbiano
Goma karaya. Contiene moléculas de L-ramnosa, D-galactosa y ácido galacturónico
parcialmente acetiladas. Tiene un peso molecular de 9.5 millones; es una de las gomas
menos solubles en agua y produce soluciones muy viscosas que pueden desarrollar
olor a vinagre por la liberación de acido acético. En algunos casos se utiliza como
sustituto de la goma tragacanto.
Goma xantano. Es un heteropolisacárido ramificado sintetizado por diferentes
especies de bacterias, principalmente Xanthomonas campestris, formado por residuos
de D-glucosa, D-manosa y acido D-glucurónico, también contiene grupos acetilo y
acido pirúvico; su peso molecular es superior a un millón. Es soluble en agua fría y
caliente (Figura 6).
237
Figura 6. Estructura química de la goma de xantano

Goma de alerce. Su estructura química corresponde a una arabinogalactana for-


mada por moléculas de L-arabinosa y D-galactosa en una relación 1:6. Su estructura
es muy ramificada, su peso molecular es 80 000 y es muy soluble en agua.
Goma de algarrobo. Su estructura química corresponde a una galactomanana
formada por una cadena de moléculas de D-manosas unidas (1,4), a la cual se le
unen varias ramas de D-galactosas a través de enlaces (1,6) cada 4 o 5 manosas. Se
dispersa en agua fría o caliente formando un sol que puede convertirse en gel por la
adición de borato de sodio (estas soluciones no son comestibles); las soluciones son
estables a pH 3 a 10.
Goma Gatti. Es un heteropolisacárido formado por: L-arabinosa, D-galactosa,
D-manosa, D-xilosa y ácido D-glucurónico en una relación 10:6:2:1:2; tiene un peso
molecular de 12 000. Sus dispersiones son estables en un intervalo de pH de 3.5 a
10 y se puede emplear como sustituto de la goma arábiga.
Gomas sintéticas. Las gomas semisintéticas se elaboran a partir de un polímero
natural que se somete a alguna transformación física o química; en esta categoría están
los almidones modificados, al igual que los distintos derivados celulósicos. Las gomas
sintéticas son polímeros vinílicos y acrílicos que hasta la fecha no están aprobadas
para el consumo humano, aunque presentan muchas de las propiedades naturales.
Al igual que ocurre con la mayoría de los polímeros las propiedades funcionales de
las gomas, como son la de espesante y gelificante, dependen de varios factores: a) los
intrínsecos propios de la molécula, como el peso molecular, los grados de ionización y
de ramificación, etc. y b) los extrínsecos, que son los propios del sistema; tales como
el pH, la fuerza iónica, la temperatura, la concentración de los otros componentes.
Cada goma presenta características físicas y químicas determinadas, que no

238
pueden fácilmente ser sustituidas con el uso de otro polisacárido; la combinación de
dos o más de estos compuestos genera nuevas propiedades funcionales que en lo
individual no tienen; éste es el caso de la emulsificación de sistemas aceite-agua, que
se logra con mezclas de gomas. En la industria alimentaría es utilizada para helados,
confitería, jugos de frutos, cerveza, vinos, mayonesa, quesos, mermeladas, aderezos,
embutidos, productos dietéticos, etc. (Figura 7).

Figura 7. Elaboración de dulces y con-


fitados

Resinas

Las resinas han tenido un papel importante en la historia de muchas culturas. Las
primeras pinturas, incienso para los servicios religiosos, y como recubrimientos para
barcos, todos estos provenían de las resinas; actualmente la mayoría de las resinas
son producidas en forma sintética (Simpson, 2001).
Estas sustancias son un grupo diverso de compuestos químicos, pero los domi-
nantes son los terpenos, los cuales están mezclados con aceites volátiles (Fahn, 1979;
Simpson, 2001). Generalmente exudados a través de cortes o heridas en la corteza
de los arbustos y árboles leñosos, principalmente (Langenheim, 2003). Las resinas
son insolubles en agua, sólidos a temperatura ambiente y ausencia de nitrógeno
(Simpson, 2001).

Clasificación y composición

Los compuestos resínicos están formados por azúcares llamadas glicorresinas y los
que están formados por aceites se les llama oleorresinas. El término utilizado para
describir aquellas toxinas que aparecen en emulsiones es látex, este se produce en
los ductos de las plantas y es secretado cuando la planta sufre daño físico.

239
Origen

Las resinas son producidas en una gama muy amplia de plantas, destacando los árboles
de regiones boscosas. En los bosques de Nuevo León, dominan las especies de porte
arbóreo, las más comunes son los encinos (Quercus spp), los pinos (Pinus spp), Pseu-
dotsuga spp, abeto (Abies spp), ciprés (Cupressus spp) y enebros (Juniperus spp). Sin
embargo, son también productoras de resinas, exudadas en forma de fluido lechoso
o látex, las plantas que más comúnmente adornan jardines públicos y particulares,
estas resinas son tóxicas por lo general.

Toxicidad

Entre las resinas naturales se encuentran las que provienen de plantas tóxicas, que
en la mayoría son plantas domésticas de ornato, y que han ocasionado intoxicacio-
nes de leves a mortales a cientos de personas y a mascotas domésticas en México y
Estados Unidos. Todas estas especies son muy apreciadas como ornato en interiores
y exteriores, además las siguientes especies, muchas de ellas, domésticas también
exudan látex y son en mayor o menor grado tóxicas por ingestión o por contacto como
Philodendron sp, Phytolacca americana, Toxicodendron radicans, Ilex opaca, Digitalis
sp, Malus sp, Epipremnum areum, Narcissus pseudonarcissus, Spinacia oleracea, Rosa
sp, Quercus sp, entre otras (Figura 8).

Usos

Las resinas naturales, sin embargo, tienen una amplia gama de usos en barnices,
pulimentos y recubrimientos para pisos, tintas de impresión, aprestos y compues-
tos repelentes al agua, jabón y cemento. De resina se fabrica el aceite o espíritu de
trementina, que es un solvente de gran importancia. Los productos de destilación
de las resinas forman también parte de la preparación de medicinas y ungüentos.
Las coníferas son productoras de resinas, muy valoradas en farmacia, producción de
desinfectantes, aromatizantes y limpiadores. El pino sureño es una fuente importante
de resinas para dar sabor a vinos.

240
Figura 8. Plantas de ornato productoras de resinas tóxicas

Conclusiones y perspectivas

Las zonas áridas y semidesérticas, incluyendo las del noreste de México, son áreas de
oportunidad para el desarrollo de tecnologías en que se utilicen como materia prima
los productos valiosos de las plantas, arbustos y árboles, que crecen en estas zonas. Las
ceras, las gomas y resinas exudadas por plantas resistentes a la sequía han dado lugar
a investigaciones en que se han analizado sus composiciones y estructuras químicas
con el fin de ampliar la gama de aplicaciones de estos productos naturales. Entre los
usos, se han mencionado en el presente capítulo sólo algunos, tales como: pegamentos,
pinturas, abrillantadores, confitados, pulimentos, recubrimientos, encapsulados, etc.
En el presente, grupos de investigadores se encuentran en la búsqueda de nue-
vas aplicaciones para estos productos vegetales: las ceras, las gomas y las resinas,
promoviendo, no sólo su aprovechamiento, sino creando fuentes de trabajo para

241
habitantes de estas zonas tan inhóspitas, en cuanto a condiciones de vida, y apor-
tando productos biotecnológicos de aplicación en medicina, herbolaria, alimentos,
acuacultura y cosmética.
A medida que se invierta más en el campo mexicano y se promueva la explotación
regulada de sus productos, incluyendo los de las zonas áridas, grandes bloques de
población resultarán beneficiados, con más y mejores fuentes de empleo, productos
de interés comercial, más oportunidades de investigación científica para identificación
de especies y variedades, análisis bromatológico de especies, análisis fitoquímico de
las mismas, técnicas de aprovechamiento y comercialización de productos y subpro-
ductos del campo, enfermedades de las plantas, etc.

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243
PIGMENTOS EXTRAÍDOS DE PLANTAS DEL
ESTADO DE NUEVO LEÓN
Núñez-González MAa*, Baez-González JG a Castañeda-Garza ME b, Heredia-Rojas JA b
b
Departamento de Ciencias Exactas y Desarrollo Humano
a
Departamento de Alimentos, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de
Nuevo León, Ave. Pedro de Alba s/n, Ciudad Universitaria, C.P. 66451, San Nicolás de los
Garza, Nuevo León, México.
*manunez@fcb.uanl.mx

Resumen

E
l término “pigmento” es utilizado para describir una molécula que absorbe luz y
presenta un color. Las plantas contienen una gran variedad de pigmentos que dan
lugar a los colores que en ellas observamos. Obviamente, las flores y los frutos
contienen muchas moléculas orgánicas que absorben luz. Las hojas, tallos, raíces, fru-
tos, madera, etc. también contienen muchos pigmentos, que incluyen las antocianinas,
flavonoides, betalaínas y taninos, sin embargo, ninguno de éstos debe ser considerado
como un pigmento fotosintético. Los pigmentos fotosintéticos son los únicos que tienen
la capacidad de absorber la energía de la luz solar y hacerla disponible para el aparato
fotosintético. En las plantas terrestres hay dos clases de pigmentos fotosintéticos: las
clorofilas y los carotenoides. La mayoría de las plantas terrestres presenta dos formas
de clorofilas a y b que absorben luz de longitudes de onda ligeramente diferentes dentro
del espectro visible. La otra clase de pigmentos fotosintéticos son los carotenoides. La
mayoría de las plantas terrestres contiene una gran variedad de carotenoides que incluye
β-caroteno, luteina, neoxantina y cantaxantina, licopeno, etc. El uso de los pigmentos
vegetales es una práctica ancestral, para todo tipo de propósitos desde artesanales hasta
rituales pasando por alimenticios y cosméticos. Actualmente es necesaria la investiga-
ción de nuevas fuentes naturales potenciales de colorantes para uso alimenticio por
cuestiones de seguridad toxicológica y regulación. Las fuentes vegetales de pigmentos
son opciones seguras, económicas y estables en un extenso rango de alimentos. En
el estado de Nuevo León se producen especies tanto silvestres como cultivadas que
pueden ser fuentes potenciales de dichos pigmentos. Así, tenemos como fuentes de
taninos a barreta, brasil, canelón, chapote, ébano, granjeno, mezquite, retama, uña de
gato y tenaza, entre otros. Como fuentes de carotenoides están la naranja, guayaba,
leucaena y chile. Las antocianinas están presentes en granada, higo, mora y manzana.
Las betalaínas en guayaba y tuna, y los flavonoides en guayaba y granada.

245
Introducción

Entre todos los caracteres externos de los vegetales, el más notable y característico
es probablemente el color. No es únicamente un atributo, sino que, además, algunos
de los pigmentos que lo condicionan están estrechamente ligados a las actividades
fisiológicas del propio vegetal. Si bien es posible encontrar en el reino vegetal todos los
matices y combinaciones de colores del espectro, existe un predominio general de los
colores primarios (verde, amarillo, rojo, azul). Éstos son conferidos a los vegetales por
determinados compuestos químicos definidos, llamados pigmentos. El color particular
que presenta un determinado órgano vegetal depende generalmente del predominio
de uno u otro o la combinación de ellos. Se debe tener claro que cuando un vegetal
presenta un color blanco, es debido a la falta de tales pigmentos. La luz solar que incide
sobre ellas no es absorbida selectivamente como ocurre en las partes coloreadas,
sino que es transmitida o reflejada prácticamente sin sufrir modificación.
El color verde, tan uniformemente presente en los vegetales, es debido a la pre-
sencia de dos pigmentos estrechamente emparentados llamados clorofila a y clorofila
b. Se encuentran prácticamente en todas las plantas con semilla, helechos, musgos
y algas. Pueden formarse en las raíces, tallos, hojas y frutos a condición de que estos
órganos estén situados por encima del suelo y queden expuestos a la luz. También,
aunque aparentemente falten en algunas hojas de color rojo o amarillo, cuando se
extraen las otras sustancias colorantes de éstas, puede comprobarse incluso allí la
presencia de las clorofilas, que estaban enmascaradas por los demás pigmentos. Es-
tos pigmentos se encuentran en el interior de las células vegetales, específicamente
en un organelo llamado cloroplasto. Los cloroplastos son simplemente plastidios
que contienen pigmentos clorofílicos, los cuales están ligados químicamente con
las estructuras internas del cloroplasto (membrana tilacoides) y se hallan retenidos
en estado coloidal. Asociados con las clorofilas, existen también en los cloroplastos
dos clases de pigmentos amarillos y amarillo-anaranjados que son las xantofilas y
carotenoides.
Los pigmentos naturales se clasifican de acuerdo a su origen en vegetales, animales
y minerales. En este capítulo se hará una breve revisión de las características en gene-
ral de los pigmentos vegetales: Carotenoides, Antocianinas, Flavonoides, Betalaínas
y Taninos, ya que la clorofila se encuentra prácticamente en todos los vegetales.

Grupos de pigmentos

• Los Pigmentos vegetales se dividen en 6 grupos (Fennema, 2000; Badui,


2006)
• Carotenoides. La estructura química básica de la mayoría de estos compuestos
es poliénica, de 40 átomos de carbono y se dividen en carotenos y xantofi-
las.

246
• Clorofila. Pigmento más abundante en la naturaleza, se encuentra en los clo-
roplastos. Los tipos de clorofila más importantes son las a y b, teniendo una
proporción de 3:1.
• Antocianinas. Son pigmentos hidrosolubles responsables de los colores rojo,
anaranjado, azul y púrpura de las uvas, manzanas y fresas.
• Flavonoides. Son glucósidos formados por una aglicona, que en muchos casos
deriva del 2-fenilbenzopirona. Son amarillos.
• Betalaínas. Este término se refiere a un grupo de aproximadamente 70 pig-
mentos hidrosolubles con estructura de glucósidos y que se han dividido en
dos grandes clases: betacianinas (rojo) y betaxantinas (amarillo).
• Taninos. Son compuestos fenólicos incoloros amarillo-café que se dividen en
dos grupos: hidrolizables y condensados.

En la Tabla 1 se presentan las plantas de Nuevo León y sus pigmentos principales,


describiéndolos posteriormente.

Tabla 1. Pigmentos principales en algunas plantas de Nuevo León

NOMBRE COMÚN ESPECIE C A B F T

Barreta Helietta parvifolia (Gray) Benth x


Brasil Condalia hookeri M.C. Johnst. x
Canelón Melia azedarach L. x
Chapote Diospyros texana Scheele x
Chile Capsicum annuum L. x
Ébano Ebenopsis ebano (Berl.) Muller x
Granada Punica granatum x x
Granjeno Celtis pallida Torr. x
Guayaba Psidium guajava L. x x x
Higo Ficus carica L x x
Huizache Acacia farnesiana. Willd x
Manzana Malus domestica L. x
Mora Morus microphylla x

247
Mezquite Prosopis glandulosa Torr x
Naranja Citrus sinensis L. x
Nogal Juglans regia L. x
Retama Parkinsonia aculeata L. x
Tenaza Pithecellobium pallens (Benth) x
Tuna Opuntia ficus–indica (L.) Miller. x
Uña de gato Acacia wrightii Bentham, A. Gray x
C=Carotenoides, A=Antocianinas, F=Flavonoides, B=Betalaínas, T=Taninos

Carotenoides

Los carotenoides son los responsables de la gran mayoría de los colores amarillos,
anaranjados o rojos presentes en los vegetales, y también de los colores anaranjados
de varios alimentos animales. Desde el punto de vista químico, pertenecen a la familia
de los terpenos, es decir, están formados por unidades de isopreno (ocho unidades,
es decir, cuarenta átomos de carbono), y su biosíntesis se produce a partir de isopen-
tenil pirofosfato. Se conocen alrededor de 600 compuestos de esta familia, que se
dividen en dos tipos básicos: los carotenos, que son hidrocarburos, y las xantofilas,
sus derivados oxigenados. A estos tipos hay que unir los apocarotenoides, de tamaño
menor, formados por ruptura de los carotenoides típicos (Meléndez et al., 2004).

β-caroteno

El β-caroteno fue el primer carotenoide purificado. Son ricas en β-caroteno la zana-


horia —que contiene entre 70 y 140 mg / kg—, los vegetales verdes como la espinaca
y algunas frutas. Se emplea mucho como colorante alimentario. Al ser insoluble en
agua, no es fácil de utilizar, por ejemplo, para colorear bebidas refrescantes, una de
sus principales aplicaciones (Meléndez et al., 2004).

Licopeno

El licopeno es el carotenoide más abundante en el tomate. El contenido depende mu-


cho del grado de maduración y exposición a la luz (aumenta con ellas), tipo de suelo,
y variedad; puede considerarse representativa la cifra de 40 mg de licopeno por cada
100 gramos. Es el precursor del β-caroteno en el tomate (Meléndez et al., 2004).

248
Cantaxantina

La cantaxantina se encuentra en la seta Cantharellus cinnabarinus, de donde se ex-


trajo por primera vez, y de cuyo nombre latino procede el del carotenoide. Se utiliza
extensamente como aditivo en los piensos destinados a los salmónidos, para dar color
a su carne, y en el destinado a las gallinas y pollos, para dar color a la yema del huevo,
piel y carne. Se utiliza como “bronceador químico”, dado que se deposita en la piel
y permite obtener un tono dorado sin necesidad de sol. Dado que en su utilización
como bronceador aparecieron en los usuarios problemas de salud asociados con el
depósito del pigmento en la retina, su utilización está limitada, tanto en alimentos
para uso humano como en piensos con efecto “colorante” (Meléndez et al., 2004).

β-criptoxantina

La β-criptoxantina es el carotenoide predominante en las naranjas. También está presente


en otras frutas de color amarillo o anaranjado como la papaya o el durazno, en el camote
y acompañando a la zeaxantina en algunas variedades de maíz (Meléndez et al., 2004).

Capsantina

La capsantina es el principal carotenoide del pimiento común (Capsicum annuum),


en el que representa hasta el 60% del total de los carotenoides presentes. También
es el más abundante en otras especies del mismo género y, naturalmente, también
en el pimentón, utilizado extensamente en España (y en Hungría, con el nombre de
páprika) como especia, por su color y aroma. En el pimiento y en sus extractos (polvo,
oleorresina) aparecen otros muchos carotenoides, del orden de 50, una buena parte
de los cuales no se conoce con detalle. El segundo más importante es la capsorrubina.
También contiene cantidades significativas de β-caroteno (Martin et al., 2006).

Zeaxantina

La zeaxantina se encuentra bastante distribuida entre los vegetales, acompañando


a otros carotenoides. Es el carotenoide típico del maíz, y de ahí procede su nombre.
También se encuentra en muchas bacterias (Martínez et al., 2000).

249
Luteína

La luteína se encuentra en muchos vegetales, como ejotes, espinacas o brócoli,


aunque su color está enmascarado por el de la clorofila. Junto con la zeaxantina, es
el carotenoide responsable del color de la yema de huevo. Se utiliza para añadirla
al pienso de pollos y gallinas para colorear la piel, carne y huevos. En los pétalos de
algunas flores, como el cempoalxóchitl (Tagetes erecta), es muy abundante. Esta
flor es interesante porque precisamente de ella se extrae gran parte de la luteína
comercializada (generalmente como oleorresina) como suplemento para piensos
(McLaren y Frigg, 2001).

A continuación se presenta la concentración promedio de algunos carotenoides en


productos vegetales comestibles (Tablas 2-4), basado en McLaren y Frigg (2001) y
Tejacal et al., (2002).

Tabla 2. Concentración de Luteína y β Caroteno en hortalizas (μg/100g peso fresco)

Hortaliza Luteína β-Caroteno

Verde, de hojas 330 5.03

Verde, sin hojas 217 763.00

Hortalizas “cruciferosas” 280-34.20 8-14.60

Vainas 40 1.70

Tabla 3. Concentración de carotenoides en frutos (μg/100g peso fresco)


Criptox- α Caro-
Fruto Luteína Licopeno β-Caroteno
antina teno

Plátano 20-40 0 0 60-100 40-100

Bayas, Uvas 20-200 0 0 0-60 6-150

Mango - - - - 63-615
Naranja, Man-
20-30 7-300 - 20 25-80
darina

250
450-1 2 000-5
Papaya, Sandia 0 0 228-324
500 300
Zapote mamey x x

Tabla 4. Concentración de carotenoides en raíces y tubérculos (μg/100g peso fresco)

Fruto Luteína Criptoxantina Licopeno Β Caroteno

Camote amarillo 25 0 42 19

Camote anaranjado 7 27 147 140

Yuca blanca 2 3 1 20

Yuca amarilla - - - 40-790

Papa 13-60 trazas trazas 3-40

Especies como fuentes de carotenoides

De acuerdo a INEGI, México, en 2007, produjo 258 011 toneladas de naranja y gran
parte de las mismas fueron cosechadas e industrializadas en el municipio de Monte-
morelos. Este municipio es considerado como el vergel del estado de Nuevo León, por
su frondosidad y bondad para el cultivo de frutos y granos. Por la importante calidad
de sus cítricos, la ciudad de Montemorelos es conocida como la capital naranjera.
Además de ésta, se cultiva toronja y mandarina. En gran parte de las industrias que
existen en este municipio se realizan tareas relacionadas con los cítricos. Cuenta con
la primer planta procesadora de jugo de naranja en Latinoamérica, además de ésta,
existen plantas procesadoras de jugos concentrados, empresas que se dedican a
desgajar y enlatar naranja y toronja (Enciclopedia de los Municipios de México).
Diversos estudios indican que las especies del género Leucaena son una buena
fuente de pigmentos naturales del tipo carotenoides. Yeverino-Gutiérrez (1995)
menciona valores que van de 1.7 hasta 3.23 ppm en L. leucocephala y L. collinsii,
respectivamente, en primavera. Para el invierno reporta valores de 0.77 a 3.94 ppm
en L. greggii y L. collinsii, respectivamente.

251
Perspectivas

En la actualidad se ha encontrado que las cáscaras de los frutos son las principales fuentes
de antioxidantes naturales, por lo que se ha propuesto utilizar estos subproductos de la
industria como antioxidantes naturales. Además de los colorantes naturales que están
registrados y permitidos por la FDA, varios grupos se encuentran en la búsqueda de nuevos
colorantes de origen natural. En la industrialización de los cítricos, la pulpa extraída de la
fruta se utiliza para la preparación de concentrados, pulpas, néctares y jugos. La cáscara
representa aproximadamente del 45 al 60% del peso de la fruta (Moreno et al., 2006) y
representa un subproducto de los cítricos que está constituido principalmente por cás-
caras, semillas y membranas capilares a partir de los cuales se pueden obtener harinas
cítricas, pectina cítrica, aceites esenciales, pigmentos y productos cítricos especiales; así
como también compuestos bioactivos que tienen efectos benéficos sobre la salud, tales
como la fibra y los polifenoles, en especial los carotenoides y flavonoides (Yovera et al.,
2001). Otras fuentes que se han estudiado son extractos de frutos de cactáceas, por
ejemplo de Opuntia y Stenocereus (García, 2000; Cerón et al., 2002).

Antocianinas

Las antocianinas representan el grupo más importante de pigmentos hidrosolubles que


se hallan en la región, visible por el ojo humano. Estos pigmentos son responsables de
la gama de colores que abarcan desde el rojo hasta el azul en varias frutas, vegetales
y cereales, y se encuentran acumulados en las vacuolas de la célula (Xueming et al,
2004). El interés por los pigmentos antociánicos y su investigación científica se ha
incrementado en los últimos años, debido no solamente al color que confieren a los
productos que las contienen, sino a su probable papel en la reducción de las enferme-
dades coronarias, cáncer y diabetes; y a sus efectos antiinflamatorios y mejoramiento
de la agudeza visual y comportamiento cognitivo. A pesar de las ventajas que ofrecen
las antocianinas como sustitutos potenciales de los colorantes artificiales, factores
como su baja estabilidad y la falta de disponibilidad de material vegetal limitan su
aplicación comercial (Cevallos y Cisneros, 2004).

Especies como fuentes de antocianinas

Ficus carica L.

Árbol caducifolio perteneciente a la Familia Moraceae, es uno de los primeros árbo-


les frutales cultivados. Sus frutos contienen una de las mayores concentraciones de
antocianinas (Vinson et al., 2005).
El color de la cáscara de los higos varía desde el púrpura oscuro a verde, se puede
comer, pero a menudo son pelados, la carne se come y la piel es desechada. Su et
252
al. (2002), mencionan que los higos de una variedad desconocida elegidos al azar
para su estudio contenían varios carotenoides, incluyendo la luteína, criptoxantina,
licopeno, α caroteno; el licopeno fue el carotenoide más abundante, seguido de la
luteína y α-caroteno.
Analizando la actividad antioxidante total en diversas frutas, Halvorson et al.
(2002), demostraron que los higos color miel tuvieron una menor capacidad antioxi-
dante total comparado con la granada, uva y ciruela, pero mayor capacidad que la
papaya, mango, manzana, o banano, confiriendo dicha actividad al contenido total
de antocianinas, polifenoles y flavonoides.

Otras fuentes de antocianinas

En las uvas el contenido y perfil de antocianinas varía entre especies (Cantos et al.,
2002), cultivares, estados de madurez (Downey et al., 2003), condiciones estacionales,
áreas de producción (Mezza et al., 1999; Mateus et al., 2003), prácticas culturales
(Guidoni et al., 2002) y también con el nivel de rendimiento (Keller y Hrazdina, 1998;
Esteban et al., 2001).
Por su parte Xueming et al. (2004) desarrollaron un método barato e industrial-
mente posible de purificación de antocianinas de frutas de mora, dando colorantes
rojos de alto valor colórico. Encontraron que 31 cultivares chinos de mora estudiados
rindieron un total de antocianinas de 147.68 a 2725.46 mg/L de jugo de fruta. Los
resultados indicaron que los azúcares, ácidos totales y vitaminas permanecieron
intactos en el jugo residual después de remover las antocianinas cuyo contenido
depende del clima y es mayor en áreas muy soleadas.

Perspectivas

Las antocianinas son pigmentos naturales que imparten colores a las plantas para
diversas funciones. Estos pigmentos representan un potencial para el reemplazo com-
petitivo de colorantes sintéticos en alimentos, productos farmacéuticos y cosméticos
y para la obtención de productos con valor agregado dirigidos al consumo humano.
Las antocianinas son pigmentos comestibles, usados como colorantes de alimen-
tos naturales. Como la seguridad de los pigmentos sintéticos está en duda y con la
demanda insatisfecha de colorantes naturales, su significado en la industria alimen-
ticia aumenta. Las antocianinas rinden atractivos colores como anaranjados, rojos,
azules. Además son hidrosolubles, por lo que su incorporación en sistemas acuosos
alimentarios es fácil.
La creciente preocupación por la toxicidad de los colorantes sintéticos usados en
alimentos, cosméticos y productos farmacéuticos ha sido investigada por Hallagan
(1991), quien reporta que los colorantes rojo No. 2 y No. 40 se han prohibido en Aus-
tria, Japón, Noruega y Suecia, pero el rojo No. 40 aún se encuentra en escrutinio en

253
Estados Unidos. Al mismo tiempo, dichos hallazgos se relacionan con modificaciones
en la hiperactividad de niños de edad escolar, lo cual puede considerarse un mal neu-
ronal agudo (McCann et al., 2007). Tales antecedentes son indicios suficientes para
disminuir la demanda de colorantes artificiales a favor del consumo generalizado de
colorantes naturales como las antocianinas (Birks, 1999; Ersus y Yurdagel, 2007; Olaya
et al., 2008; Wallace y Giusti, 2008).
Las políticas regulatorias en cuanto al uso de colorantes derivados de las antociani-
nas varían de país a país. Estados Unidos es el país más restrictivo en cuanto al uso de
las antocianinas como colorantes naturales. Allí, cuatro de los 26 colorantes que están
exentos de certificación y aprobados para el uso en alimentos se derivan de la cáscara
de la uva, del extracto de la uva, del jugo de vegetales y del jugo de frutas. Las fuentes
más comunes de jugo de vegetales son el repollo morado, los rábanos y diferentes
variedades de bayas. En contraste, en la Unión Europea, Chile, Colombia, Irán, Israel,
Corea del Sur, Malta, Perú, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes, todos los colorantes
derivados de las antocianinas son reconocidos como naturales (Wrolstad, 2004).
Muchos de los colorantes usados en alimentos son de origen sintético, por lo
que obtenerlos es relativamente fácil y de bajo costo pero tienen el inconveniente
de ser nocivos para la salud, por lo que se buscan fuentes naturales de pigmentos
encontrándose en especies como Vitis spp (uva), Hibiscus, Sambucus nigra L., Rubus
spp (mora), Solanun tuberosum L. (papa) y Raphanus sativus L (rábano), Ficus carica
L. (higo), entre otras. La base de los colorantes naturales son antocianinas que con-
sisten en metabolitos secundarios que se encuentran en las plantas superiores. Estos
pigmentos, además de ser excelentes sustitutos de los colorantes artificiales, tienen
la ventaja de ser antioxidantes, pero el proceso de obtencion es de bajo costo debido
principalmente a las bajas concentraciones en que normalmente se encuentran en las
plantas. Este tipo de compuestos tambien se han encontrado en chile, mora, e higo,
de los cuales es posible extraer pigmentos para la industria alimentaria (embutidos,
yogur, helados, etc.). El chile guagillo produce frutos de colores vistosos, rojos claros
a muy intensos debido al alto contenido de antocianinas (Moreno et al., 2006).

Flavonoides

Del latín flavus, “amarillo”, es el término genérico con que se identifica a una serie
de metabolitos secundarios de las plantas. Se biosintetizan en todas las “plantas
terrestres” o embriofitas, y también en algunas algas Charophyta, y aunque todas
las especies comparten la vía biosintética central, poseen una gran variabilidad en
la composición química de sus productos finales y en los mecanismos de regulación
de su biosíntesis, por lo que la composición y concentración de flavonoides es muy
variable entre especies y en respuesta al ambiente. Cumplen funciones metabólicas
importantes en las plantas, algunas funciones son comunes a todas las plantas y otras
son específicas de algunos taxones. Los flavonoides son responsables de la resistencia
de las plantas a la fotooxidación de la luz ultravioleta, intervienen en el transporte
de la hormona auxina, y funcionan como defensa ante el herbivorismo. Una función
254
importante cumplida en muchas plantas es la atracción de los animales polinizadores,
a través del color o el olor que dan a la planta o a sus flores (Winkey, 2001).
Los flavonoides poseen propiedades muy apreciadas en medicina, como ser anti-
microbianos, anticancerígenos, y disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas, entre
otros efectos (Martínez, et al, 2002). También son conocidos por los cultivadores de
plantas ornamentales, que manipulan el ambiente de las plantas para aumentar la
concentración de flavonoides que dan color a las hojas y flores (Williams y Grayer,
2004).
Los flavonoides tienen las siguientes funciones en las plantas: protección ante la
luz UV, defensa ante el herbivorismo, regulación del transporte de la hormona auxina,
atracción de animales polinizadores y presas, atracción de animales dispersores de
semillas y frutos, inducción de la nodulación por parte de las bacterias fijadoras de
nitrógeno, y protección contra los hongos (Re et al., 1999; Durbin et al., 2000).

Especies como fuente de flavonoides

Psidium guajava L.

La guayaba es una fruta tropical de gran aceptación en los trópicos, donde se consume
fresca y procesada. Contiene flavonoides en la piel (10.6 g/100 g piel) e incluso en la mer-
melada (1.47 g/100g mermelada), expresados en base seca (Marquina et al., 2008).
La guayaba, al igual que el té y la manzana, tiene un alto contenido de flavonoides
(Nair et al., 1998). Al igual que el tomate, la guayaba contiene licopenos (Hassimotto et
al., 2005). El consumo de guayaba reduce el estrés oxidativo, y el riesgo de enferme-
dades causadas por los radicales libres y la hipercolesterolemia (Rahmat et al., 2004).
Mediante el consumo moderado de guayaba en la dieta, pueden ocurrir cambios en
los ácidos grasos y en los carbohidratos, además de proveer de fibra dietética (Tarwadi
y Agte., 2005) y vitaminas antioxidantes y minerales sin ningún efecto secundario;
reduce el colesterol total, los triglicéridos y la presión arterial (Singh et al., 1992). El
contenido de flavonoides es mayor en la hoja del guayabo que en sus frutos; por lo que
podrían usarse para extraer flavonoides (Vargas et al., 2006). También para sugerir su
consumo en formas menos tradicionales como extractos o infusiones (Jiménez et al.,
2001). Por lo tanto, se dice que la guayaba y sus derivados son una fuente económica
de antioxidantes (polifenoles y flavonoides).

Otras fuentes de flavonoides

Angostini et al., (2004), reportan la presencia de flavonoides en manzanas rojas


con y sin cáscaras, fresas y tomates. Dichos flavonoides presentan mayor actividad
antioxidante en estado fresco, disminuyendo al ser sometidos a los distintos tipos
de calor (cocción).

255
La granada, fruta del árbol del granado (Punica granatum), presenta gran
cantidad de flavonoides, que son los pigmentos vegetales responsables del co-
lor rojizo de sus granos, de acción antioxidante y antiséptica (Guía práctica de
frutas). También contiene polifenoles (taninos) aunque éstos se encuentran fun-
damentalmente en la corteza, y en las láminas y tabiques membranosos (Das et
al., 1999). Además, la granada posee flavonoides del tipo delfinidina, cianidina y
pelargonidina, con una importante acción antioxidante, inhibidora de la produc-
ción de radicales libres y de la peroxidación lipídica y preventiva frente al cáncer
(Chidambara et al., 2002).

Perspectivas

El número de flavonoides diferentes que es en teoría posible es astronómico, si se


tiene en cuenta que diez de los carbonos del esqueleto del flavonoide pueden ser sus-
tituidos por una variedad de grupos diferentes, que a su vez pueden ser hidroxilados,
metoxilados, metilados, isoprenilados o benzilados. Además, cada grupo hidroxilo y
algunos de los carbonos pueden ser sustituidos por uno o más azúcares diferentes,
y a su vez, cada uno de esos azúcares puede ser acilado con una variedad de ácidos
fenólicos o alipáticos diferentes. Se han identificado y aislado alrededor de 9 000
flavonoides, pero sin duda aún hay muchos más por descubrir.
Debido a las importantes funciones metabólicas que los flavonoides tienen en
las plantas y los animales, sus vías biosintéticas y mecanismos de regulación están
siendo cuidadosamente estudiadas. La ciencia aplicada aprovechó este conocimien-
to en muchos trabajos de ingeniería metabólica, en los que se buscó, por ejemplo,
aumentar la concentración de flavonoides beneficiosos en las plantas de consumo
humano o de uso farmacéutico, modificar su concentración en flores ornamentales
para cambiarles el color, e inhibir su producción en el polen para lograr la esterilidad de
los híbridos de interés comercial. Aún queda mucho por investigar de los flavonoides,
su valor medicinal y su impacto en la nutrición y la salud humana y de los animales.
También es necesario continuar la investigación de su estructura, su metabolismo y
su biodisponibilidad, por lo que se esperan importantes progresos.

Betalaínas

Son un grupo de aproximadamente 70 pigmentos. Químicamente son moléculas


solubles en agua, derivadas del ácido betalámico, que se clasifican en dos grupos: los
rojos o betacianinas y los amarillos o betaxantinas. Son pigmentos localizados en hojas,
raíces y frutos (Odoux y Domínguez, 1996; Delgado et al., 2000). Pertenecen a los
cinco aditivos colorantes de origen natural más ampliamente utilizados en alimentos,
principalmente en productos cárnicos a base de soya, embutidos y productos lácteos
(Barrera et al., 1998). Se ha determinado que presentan actividad biológica, son mar-

256
cadores taxonómicos y filogenéticos, atraen dispersores de semillas y/o polinizadores,
además de ser pigmentos naturales de alimentos (Viloria-Matos et al., 2002).

Especies como fuentes de Betalaínas


Entre los metabolitos mayoritarios encontrados en los frutos de Opuntia se han seña-
lado a las betalaínas. Las principales fuentes vegetales de betalaínas son la raíces de
Beta vulgaris, el tallo de Amaranthus y los frutos de las especies del género Opuntia.
Odoux y Domínguez (1996) señalan que el contenido de betalaínas en Opuntia ficus-
indica es de 4.1 mg · 100 g-1 y el de O. robusta es 86.1 mg · 100 g-1, lo cual indica la
presencia de estos metabolitos en importantes concentraciones (Viloria-Matos et
al., 2001). Dentro de la familia Cactaceae, diversas especies del género Opuntia han
sido objeto de estudio, con la finalidad de no sólo aprovechar las betalaínas por sus
beneficios a la salud, sino de encontrarles aplicabilidad en la confección de diferentes
productos alimenticios (Sáenz, 1997; Sáenz et al., 1998; Sepúlveda et al., 2000), permi-
tiendo la utilización de especies con poca utilidad comercial. En la Tabla 5 se presenta
el contenido de betalaínas en vegetales reportadas por diversos autores (Soriano et
al., 2007; Cai et al., 1998, Pedreño y Escribano, 2000, Viloria-Matos et al., 2002).

Tabla 5. Comparación del contenido de Betalaínas de diferentes vegetales

PIGMENTO DEL EXTRACTO mg/kg

Crudo Beta- Crudo Betaxan-


Especie/Variedad Sección
cianinas tinas
Pulpa del
Escontria chiotilla 89 2.2
fruto
Amaranthus cruentus Flor 1340 29

Amaranthus hybridus Flor 820 17

Amaranthus lívidus Semilla 460 19

Beta vulgaris (Betabel) Raíz 1410 No cuantificado

Stenocereus spp (Pitaya) Fruto 800 No cuantificado

Opuntia spp (Tuna) Fruto 800 No cuantificado

257
Perspectivas

Las betacianinas y las betaxantinas tienen utilidad como sustitutos de colorantes


artificiales en diversos alimentos, y son aceptados por la Comunidad Económica
Europea (Moreno y Betancourt, 2007).
El uso de los colorantes sintéticos de la industria alimentaria es cada vez más
estricto debido a la regulación para su uso, por los problemas de toxicidad, reac-
ciones de intolerancia y alérgicas. Lo anterior ha favorecido el interés para obtener
colorantes de fuentes naturales como posibles sustitutos de los colorantes sintéticos,
ya que a la fecha no existe evidencia de su toxicidad en humanos y comúnmente
se le asocia con el mantenimiento de una buena salud (Pedreño y Escribano, 2000;
Fernández y Amela, 2001). Entre los pigmentos naturales de interés para la industria
alimentaria, están las betalaínas, que actualmente se reconocen como nutraceú-
ticos ya que se ha evaluado su actividad antioxidante y su beneficio potencial a la
salud (Stintzing y Carle, 2004). Las betalaínas comprenden dos tipos de pigmentos
hidrosolubles: las betacianinas (pigmentos rojo-violetas) y las betaxantinas (pig-
mentos amarillos). El betabel (Beta vulgaris spp.) es la principal fuente de obtención
de betalaínas y es uno de los productos más utilizados debido a su alto contenido
de uno de sus componentes, las betacianinas, lo que permite obtenerlas a nivel
industrial. Sin embargo, es de gran interés encontrar otras fuentes de explotación
de estos pigmentos. Stintzing y Carle (2004) consideran que las fuentes promisorias
de betalaínas se encuentran en la familia Cactácea, especialmente el género Opun-
tia como la tuna y la pitaya (Stintzing et al., 2002), aunque también son la familia
Amaranthaceae, principalmente Amaranthus cruentus (Cai et al., 1998). El color
rojo intenso de la pulpa de estos frutos sugiere su uso como fuente de pigmento
rojo natural. Aunque a la fecha hay pocos estudios acerca de la estabilidad de sus
betalaínas (Moreno y Betancourt, 2007).

Taninos

Los taninos son un grupo de sustancias que poseen ciertas propiedades físicas y quí-
micas en común, pero pueden diferir en su estructura molecular. Son compuestos
fenólicos secundarios de elevado peso molecular (500 a 20000 KD) presentes en
la naturaleza, que se encuentran frecuentemente en frutas, árboles, en forrajeras
templadas, principalmente leguminosas y otras especies como sorgo y maíz, utiliza-
das comúnmente en la alimentación del ganado. Son compuestos naturales no muy
complejos y están formados por carbono, hidrógeno y oxígeno, derivan biosintéti-
camente el catecol o el pirogalol, y se agrupan en una gran variedad de compuestos
que tienen como característica común uno o varios anillos aromáticos hidroxilados en
su estructura. Tienen la particularidad de combinarse con las proteínas de los cueros
o pieles transformándolos en materiales muy resistentes al ataque bacteriológico,
al calor y a la abrasión. Científicamente son compuestos orgánicos no nitrogenados,

258
amorfos, de sabor astringente y de estructura química variable, débilmente ácidos,
solubles en agua, alcohol y acetona pero poco solubles en éter (Badui, 2006).
En la naturaleza pueden encontrarse dos tipos de taninos: condensados (TC) e
hidrolizables (TH), según su estructura química. Los TC son polímeros tipo flavonoides,
que pueden ser oxidativamente degradados en ácido a antocianidinas. Los TH son
polímeros de ácido gálico o ácido hexahidroxidifenólico, ésteres de glucosa y otros
polifenoles. Las principales diferencias estructurales existentes entre los taninos con-
densados e hidrolizables afectarían la actividad de los taninos. Los principales efectos
estarían dados por la interacción con la proteína por parte de los TC, no así con los
TH; éstos últimos son rápidamente degradados en grupos fenólicos más pequeños,
incapaces de reaccionar con las proteínas del medio. Los TC o proantocianidinas, son
polímeros de flavonas que se encuentran presentes en los tallos, las hojas e inflo-
rescencias de diversas especies forrajeras. Este grupo de taninos interactúan con las
proteínas formando complejos. En general, esta interacción es muy selectiva teniendo
especial afinidad por aquellas de cadenas más largas. Producto de esta interacción
las proteínas precipitan a un pH cercano a su punto isoeléctrico. La facilidad de los TC
de formar esos complejos es el aspecto más importante en sus efectos nutricionales
y toxicológicos. La proteína no es degradada en el rumen, pero está disponible para
la digestión en el abomaso e intestino delgado. En un rango de pH de entre 5 y 7.5
en el rumen, la proteína permanece unida a los taninos, pero a pH bajos (< 3.5) es
liberada (Otero e Hidalgo, 2004).
Los taninos condensados se encuentran principalmente en plantas dicotiledóneas, las
plantas herbáceas tienen a menudo TC en las semillas, por ejemplo alfalfa, semillas de
algodón, porotos y en los pétalos de las flores. Las especies templadas contienen los TC
en el follaje como el género Lotus y Hedysarium coronarium (Waghorn y Shelton, 1997).
La cantidad y el tipo de taninos sintetizados por las plantas varían considerable-
mente dependiendo entre otras cosas de la especie, el cultivar, tejido, el estado de
desarrollo y las condiciones ambientales (Barry y Manley, 1984). Douglas et al. (1993)
determinaron en distintas especies forrajeras la concentración de taninos totales
en los tallos y en las láminas de las hojas, expresada como porcentaje de la materia
seca de la especie forrajera considerada. Así, encontraron que cuando se trata de
especies con alta concentración de taninos (5-8% de materia seca) las hojas y tallos
tienen concentración semejante y cuando la concentración es baja (<2% de materia
seca) la lámina de la hoja posee entre 2 a 5 veces más que en otros órganos de la
planta como por ejemplo los tallos.
Los árboles presentan dos mecanismos básicos de defensa: uno activo y otro pasivo.
Los mecanismos activos ocurren en los tejidos vivientes del árbol (albura y corteza inte-
rior) como consecuencia de un estímulo o ataque externo en un proceso de aislamiento.
En los sistemas pasivos los compuestos químicos de defensa están ya depositados y
acumulados en la corteza externa y en el duramen del árbol como extraíbles tóxicos.
La relativa coloración de estas partes del árbol es característica de la presencia, entre
otros, de taninos. Se observa comúnmente que si las maderas durables son sometidas
a una extracción exhaustiva con solventes, se mantienen relativamente resistentes.
Ahora, si una madera no durable se trata con el extracto obtenido de las anteriores,
259
no alcanza la resistencia de la maderas extraídas (Morrell, 1992). Lo anterior sugiere
que existen aún muchos aspectos por aclarar para explicar qué es lo que hace durable
a una madera. Tanto en el sistema activo como en el pasivo, los taninos o polifenoles
vegetales se encuentran presentes en concentraciones importantes.
No existe evidencia de que los taninos tengan una función establecida en los proce-
sos fisiológicos de las plantas. Sin embargo, su papel en los mecanismos de protección
de la planta contra insectos, hongos de pudrición, o como agente alelopático es bien
reconocido. Los taninos reaccionan rápidamente con otras biomoléculas formando
productos complejos con proteínas (estructurales y catalíticas), almidón, sustancias
pécticas y celulosas. Así se tiene que el ataque enzimático derivado del metabolismo
de hongos o bacterias hospedados en la madera puede ser inactivado o disminuido
sustancialmente ante la presencia de taninos. El mecanismo de acción de éstos se
puede resumir en tres posibilidades:

1.- La formación de complejos metal-taninos insoluble y preservadora de la ma-


dera y sus productos (Laks, 1989).
2.- La síntesis y aplicación de fitoalexinas y compuestos análogos. Existe una gran
variedad de compuestos químicos que actúan como fitoalexinas, incluyendo
terpenoides y alcoholes poliacetilénicos, pero los más importantes son poli-
fenoles del tipo de los flavonoides (Ingham, 1982).
3.- La modificación química de la madera mediante reacciones de derivación del
material celulósico con taninos condensados (Laks, 1989).

Especies como fuente de taninos

Al respecto, Valadez-Cerda (2005) y Foroughbakhch et al., (2008) evaluaron las pro-


piedades químicas de 11 especies maderables del matorral tamaulipeco como indica-
dores de resistencia y uso potencial. Entre los parámetros evaluados se encuentra el
contenido de taninos condensados; encontrando que las especies con mayor y menor
concentración de taninos en corteza son Condalia Hookeeri y Diospyrus texana con
17.35 y 0.31%, respectivamente (Tabla 6).

260
Tabla 6. Especies maderables como fuente de taninos condensados
Parte usada Nombre común Nombre científico

Huizache Acacia farnesiana L. Willd


Uña de gato Acacia wrightii Bentham, A. Gray
Granjeno Celtis pallida Torr
Brasil Condalia hookeri M.C. Johnst.
Madera
Corteza Chapote Diospyros texana Scheele
Semilla Tenaza Havardia pallens (Benth)
Ébano Ebenopsis ebano (Berl.) Muller
Barreta Helietta parvifolia (Gray). Benth
Canelón Melia azedarach L.
Retama Parkinsonia aculeata L.

Mezquite Prosopis glandulosa Torr.

Perspectivas

La principal ventaja de una formulación comercial de preservadores para madera a


base de taninos es la de tipo ecológico, con un impacto ambiental reducido durante
la preparación y aplicación del tratamiento. Adicionalmente, como se trata de un
material renovable, es independiente de implicaciones económicas y sociales, es-
pecialmente de especulaciones en las reservas y abastos petroleros y sus derivados
petroquímicos.
Conocer e imitar los mecanismos de supervivencia de los árboles es un objetivo
que los especialistas en preservación de maderas tratan de alcanzar. El contacto con
el suelo, alta humedad, intemperie y microorganismos son algunos de los factores de
deterioro que se desea superar. La tecnología actual para prolongar la vida útil de la
madera y sus productos ha alcanzado metas aún poco significativas comparadas con
la longevidad natural de muchas especies maderables. Por ejemplo, cincuenta años
de servicio en un poste tratado se considera sobresaliente, aunque resulte insigni-
ficante ante los varios milenios que pueden vivir algunas especies Sequoia (Morrell,
1992). Así, se espera que en el futuro mediato exista la capacidad de comprender los
mecanismos de autoprotección de las plantas, particularmente las leñosas, contra
agentes u organismos destructores; y entonces adaptarlos y utilizarlos para nuestra
conveniencia.

Conclusiones

Desde las primeras civilizaciones el hombre usó materias colorantes naturales. Estas
materias eran empleadas para teñir ropas, pintar las pieles y fabricar objetos reli-
261
giosos y decorativos. Los pigmentos o sustancias coloreadas se extraían de plantas,
animales y minerales.
Hay diferentes tipos de pigmentos: naturales y sintéticos. A principios del siglo XX
fueron sintetizados un gran número de colorantes para ser adicionados en alimentos;
sin embargo, hasta mediados de este siglo se comienza a regular su uso, debido a
que muchos de ellos contenían plomo, cobre y arsénico y representan riesgos muy
significantes para la salud. A finales del siglo XX, el mercado sufrió un cambio debido
a una fuerte tendencia hacia el consumo de productos de origen natural.
Los colorantes permitidos en México, para uso alimentario, son los siguientes:
aceite de zanahoria, achiote (extracto de semillas), b-apocarotenal, betabel deshidra-
tado, β-caroteno, cantaxantina, clorofila, cochinilla, cúrcuma (polvo y oleorresina),
extracto de color de uva, extracto de cáscara de uva, harina de semilla de algodón,
jugo de frutas, chile en polvo, oleorresina de chile, riboflavina, riboflavina 5 fosfato,
éster apocarotenoico y xantofilas (Norma Oficial Mexicana NOM-119-SSA1-1994).
En el estado de Nuevo León se producen especies tanto silvestres como cultivadas
que pueden ser fuentes potenciales de dichos pigmentos. Así tenemos como fuentes
de taninos a barreta, brasil, canelón, chapote, ébano, granjeno, mezquite, retama,
uña de gato y tenaza, entre otros. Como fuentes de carotenoides están la naranja,
guayaba, Leucaena y chile. Las antocianinas están presentes en granada, higo, mora y
manzana. Las betalaínas en guayaba y tuna, y los flavonoides en guayaba y granada.

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265
PLANTAS PRODUCTORAS DE LEÑA Y CARBÓN
Villalón-Mendoza H.a* Carrillo-Parra A.b
a* b
Departamento Agroforestal, Departamento de Tecnología de la Madera.
Facultad de Ciencias Forestales, Universidad Autónoma de Nuevo León. Carr. Nal. km. 145.
C.P. 67700, Linares, Nuevo León, México.
*hvillalonm@yahoo.com.mx

Resumen

L
os bosques son una fuente natural de recursos, representan aspectos importan-
tes para el desarrollo de la vida humana. La biomasa de los recursos vegetales,
incluidos los productos procedentes de las actividades forestales, residuos de
éstos y de la agricultura son las fuentes de energía más antiguas utilizadas por el
hombre y las principales fuentes de energía renovable. El uso de las especies que se
desarrollan en el matorral se considera como fuente energética renovable al utilizar su
madera. El carbón vegetal proveniente de este tipo de vegetación ha incrementando
su importancia como substituto de algunos combustibles de origen fósil debido al
agotamiento e incremento del costo de este tipo de energía. Sin embargo el uso que
se le dé a la biomasa forestal, a los residuos de los aprovechamientos y de la industria
maderera debe ser óptimo para asegurar su sustentabilidad.
Las condiciones preponderantemente semiáridas que se presentan en los bosques
del noreste de México y en general en toda la región, favorecen la lenta formación de
madera cuyas características físicas y químicas las hacen un recurso muy preciado para
la obtención de energía calorífica. Se necesitan estudios que resalten la importancia
de la energía proveniente de los recursos forestales, el uso en el medio rural, donde
el impacto de las crisis económicas por lo general se viven drásticamente, por lo que
el uso de energía producida por hidrocarburos se ve más restringido.
Por otra parte, un uso energético eficiente de la madera también contribuiría a
reducir el cambio climático; la madera al formarse, retiene el dióxido de carbono at-
mosférico. El empleo de energía proveniente de la madera permite mayor eficacia a la
gestión forestal y, a largo plazo, impulsa el crecimiento de las reservas de madera.
La generación y utilización de nuevas tecnologías que propicien la competitividad
y el desarrollo de la industria forestal en la región, mejorarían el uso sustentable de
los recursos forestales de la región. La transformación de la leña por productos más

267
elaborados para la generación de energía, estimulará también un aprovechamiento
integral de los recursos forestales y el manejo del bosque que tendría un importante
impacto en el desarrollo de las tecnologías empleadas en la combustión de recursos
leñosos.

Introducción

Los bosques son una importante fuente natural de recursos para el desarrollo de la
vida humana. La biomasa procedente de los recursos vegetales, residuos y subpro-
ductos de las actividades forestales y agrícolas son las fuentes de energía más anti-
guas utilizadas por el hombre y la principal fuente de energía renovable. En forma
directa, han proporcionado madera para cocinar y calefacción, también han servido
como medio de protección, proveedores de alimento para la fauna silvestre que en
él se desarrolla.
Por mucho tiempo el uso del carbón elaborado a partir de la leña fue el único
combustible utilizado en la producción de hierro. La escasez de madera en algunos
países dio lugar a la utilización de coque como combustible de sustitución, en la
actualidad éste predomina en la mayoría de los países, aun en aquellos que cuentan
con importantes recursos forestales por la elevada productividad de los hornos que
utilizan coque. Se cree que el uso del carbón vegetal para este mismo fin sería menos
eficaz (Unasylva, 1964).
El bosque aporta en forma indirecta otros servicios como recreación, biodiversi-
dad de especies, agua, aire y en términos generales soporta las funciones de la vida
(Bjørnstad y Skonhoft, 2002). La importancia de éste como fuente de energía se ha
incrementado debido al agotamiento y alto costo de la energía procedente de combus-
tibles fósiles. En relación a lo anterior, la Dirección General de Normatividad Forestal
(1988), menciona que el carbón vegetal se considera una alternativa atractiva como
fuente energética renovable para substituir algunos combustibles de origen fósil. Sin
embargo, mencionan que el carbón vegetal debe ser uno de los últimos usos que se
le dé a la biomasa forestal y se debe presentar como un aprovechamiento óptimo de
los desperdicios de la industria maderera en el uso integral del bosque.
La población mundial estimada en 6.5 billones de habitantes consume de 0.3 a 0.6
m3 de madera. Para satisfacer éste consumo se requieren de 3.5 billones de m3, de lo
anterior el 66% corresponde a latifoliadas, el restante 44% son coníferas (Youngquist
y Hamilton, 1999).
La madera, a diferencia de los combustibles fósiles, es un producto ambiental-
mente aceptable cuando es utilizado como combustible, se puede utilizar con un
propósito energético en varias formas, la más simple, eficiente y ampliamente utili-
zada es quemarla directamente; también, se puede aumentar la densidad y con ello,
el poder calorífico al elaborar briquetas y pélets. Otra forma de utilizar la madera
de esta forma es mediante la producción de combustibles sólidos como el carbón,
la gasificación y la fracción liquida (Zerbe, 1982). El dióxido de carbono que libera

268
a la atmósfera durante la combustión proviene del carbono reciclado denominado
“carbón neutro” (Ríos, 1989).

Producción de leña y carbón

La superficie total de México es de 1´964,375 km2, el 60% está cubierto por áreas
montañosas y el 40% son terrenos planos o ligeramente ondulados (Rodríguez y
Maldonado, 1996). Según resultados del inventario forestal nacional finalizado en el
año 2000, se destaca que las especies xerófitas ocupan un 27% del territorio nacional,
seguida por tierras de agricultura con 23.5%, suelos forestales con 16.9% y selvas con
el 15.8% (Palacio-Prieto et al., 2000).
El noreste de México está constituido por asociaciones vegetales extremadamen-
te diversas, teniendo una composición florística que va desde 60 hasta 80 especies
con densidades de 15,000 a 21,000 individuos-ha (Rojas-Mendoza, 1965; Heiseke y
Foroughbakhch, 1985). Históricamente, la vegetación de estas áreas se ha utilizado
desde finales del siglo XVI para la extracción de material para la leña, fabricación de
carbón y la alimentación de ganado, considerándose como sistema silvopastoril. La
utilización de estas prácticas en zonas con alto riesgo de deterioro, han reducido el
potencial reproductivo y productor del matorral al extraer plantas de mayor valor
desde el punto de vista económico, permitiendo la presencia y reproducción de
individuos con menos valor comercial (Foroughbackch et al., 1987).
La vegetación predominante en el norte del estado de Nuevo León fue definida por
Muller (1939) como matorral espinoso tamaulipeco, el cual está constituido por las
especies ‘‘chaparro prieto’’ (Acacia rigidula), ‘‘tenaza’’ (Havardia pallens), ‘‘huajillo’’
(Acacia berlandieri), ‘‘vara dulce’’ (Eysenhardtia texana), ‘‘huizache’’ (Acacia farne-
siana), ‘‘uña de gato’’ (Acacia greggii), ‘‘palo verde’’ (Parkinsonia texana), ‘‘retama’’
(Parkinsonia aculeata), ‘‘ébano’’ (Ebenopsis ebano), ‘‘gatuño’’ (Mimosa aculeaticarpa)
y ‘‘mezquite’’ (Prosopis glandulosa) que son utilizadas de diversas maneras como son:
postes para la construcción de cercas, mangos para la herramientas e implementos
agrícolas, leña, carbón vegetal, material de construcción de casas, corrales, uso me-
dicinal (Carrillo, 1991; Estrada et al., 2005). Gran parte de la superficie ocupada por
éste tipo de vegetación, es utilizada para el establecimiento de áreas de cultivo y de
pastoreo (Correa, 1996).

Características de los árboles y productos de energía

Las características presentes en los árboles han hecho que determinados grupos
de especies sean utilizados para proveer energía de los que se puede destacar las
siguientes:

269
Composición química de la madera

La pared de las células que forman la madera está compuesta principalmente de


celulosa, hemicelulosas y lignina (Timell, 1967; Fengel y Wegener, 1989; Willför et al.,
2005). Adicionalmente se encuentran otros grupos en menor proporción conocidos
como extractivos y sustancias minerales. La proporción en que estos grupos de com-
ponentes se encuentran presentes en la madera puede presentar variaciones entre
especies, entre árboles de la misma especie, en diferentes partes de un mismo árbol,
también hay diferencias entre la madera de albura y duramen, y aún si es considerada
la dirección radial y longitudinal de un corte de madera. En términos generales la
madera de las coníferas tiene una concentración de celulosa de 40 a 45%, lignina de
26 a 34% y hemicelulosas de 7 a 14%, mientras que en la madera de las latifoliadas la
proporción de celulosa va desde 38 hasta 49%, lignina de 23 a 30% y las hemicelulosas
se encuentran de 19 a 26% (Fengel y Wegener, 1989; Rowell, 2005).

Contenido de humedad

La madera se forma en un ambiente saturado de agua y este contenido de humedad


ayuda a conservar la elasticidad del árbol para soportar la tensión ambiental tal como
las cargas de viento. El contenido de agua en la madera verde es la cantidad total de
agua libre, vapor de agua y el agua enlazada en la estructura química de la madera
de un árbol vivo. Los cambios de dimensión que presenta la madera, sus propiedades
mecánicas, elásticas, térmicas y caloríficas dependen en gran medida del contenido de
agua. La cantidad de agua presente en la madera también afecta significativamente
su propiedad calorífica, ya que se requiere de energía para disminuir el contenido
de humedad y acondicionarla para funcionar como combustible. El porcentaje de
humedad en la madera respecto a su peso seco, tiende a aumentar con la altura
del árbol. Las diferentes especies de maderables presentan su propio porcentaje de
humedad y los valores entre ellas son muy variables, aún creciendo en los mismos
ecosistemas (Villalón et al., 1992).

Densidad

La densidad de la madera es un aspecto importante a considerar durante el proceso de


combustión, ya que determina qué tan viable es cierta especie para ser utilizada como
tal. Existe una relación directa entre la densidad y el poder calorífico de la madera.
Al igual que la humedad, pero en forma inversa, la densidad de la madera tiende
a aumentar a medida que la procedencia de la madera se acerca al suelo. De allí la
importancia del sitio de donde es obtenida la madera en cuanto a la altura del árbol.
Cabe mencionar que existen especies que su densidad tiende a comportarse con
mayor estabilidad dentro de la altura del árbol (Villalón et al., 1992). Según Barrichelo

270
(1990), las ventajas que ofrece el uso de la madera con una alta densidad con fines
energéticos son las siguientes:

Menor área de almacenamiento y manejo de la madera


Mayor rendimiento durante el transporte de la materia seca
Mayor rendimiento del equipo cuando se requiere transformarlas en astillas
Mayor rendimiento volumétrico en el proceso de carbonización
Mayor rendimiento de las calderas cuando se quema directamente
Mayor rendimiento de los gasificadores al producir gas
Mayor rendimiento de los reactores durante la hidrolización

Poder calorífico

El poder calorífico está definido como la cantidad de calor que puede desprender
un kilogramo de combustible en combustión completa a la presión y temperatura
atmosférica normal (Coronel, 1994). El calor señalado en la definición anterior tam-
bién incluye al generado por los gases de la combustión que deben ser enfriados a
la temperatura de 25°C. El poder calorífico de las maderas en condición anhidra y
sin considerar las cenizas es en promedio de 4,500 kcal·kg-1, éste valor es constante
en todas las maderas ya que la composición de las mismas casi no cambia (C=50%;
H=6.5%, O=43%). La Tabla 1, muestra el poder calorífico de diferentes combustibles,
en ella se puede observar el alto poder calorífico que presenta el carbón.

Tabla 1. Poder calorífico de diferentes combustibles


Combustible Kcal·kg-1
Petróleo 10,300
Carbón mineral 6,000
Gas natural 4,200 – 9,000
Carbón vegetal 7,500 – 8,000

Como se señaló anteriormente, el poder calorífico se ve afectado por ciertos


factores. El contenido de humedad influye en éste, debido a la necesidad de
formar en vapor el exceso de agua contenida en la madera. Con un contenido
de humedad del 50% en relación a la madera seca, el poder calorífico se reduce
hasta un valor de 1,950 kcal·kg-1.
La diferencia en poder calorífico también está influenciada por la compo-
sición química. La lignina tiene un poder calorífico de 6,100 kcal·kg-1 que es
mayor que el de la celulosa que tiene un valor alrededor de 4,000 kcal·kg-1
debido a que en su estructura se encuentran mayores cantidades de átomos
de carbono y menores de oxígeno, razón por el que el poder calorífico de las
coníferas (mayor porcentaje de lignina) sea mayor que el de las latifoliadas. De

271
la misma manera, el porcentaje de extractivos afecta el poder calorífico, en
la mayoría de los casos el poder calorífico de los extractivos es mayor que el
de la madera. Por ejemplo el poder calorífico de especies resinosas es mayor
debido a que el poder calorífico de la resina es de 8,500 a 9,100 kcal·kg-1.

Tecnologías para la obtención de leña y producción de carbón

El bosque constituye una fuente de recursos naturales renovables, dentro de los


cuales se encuentra la leña y ésta a su vez puede ser trasformada en carbón vegetal.
En México, la materia prima utilizada como combustible sólido ha sido obtenida
tradicionalmente de la vegetación natural, como el caso de la combustión total de
la leña, ó al someterla al proceso de la carbonización para su transformación en
carbón vegetal.

Leña

La leña es un producto renovable, disponible, fácil de colectar y utilizar, ha sido el


insumo principal para el suministro de energía básica para satisfacer las necesidades
de la población rural (Rodríguez y Patiño, 1989). El destino principal de la leña ha
sido el consumo doméstico donde se utiliza en la preparación de alimentos, a nivel
nacional es el segundo combustible de importancia después del gas licuado propano
(Patiño, 1989). El quemado de la leña, es la forma más fácil de aprovechar la biomasa
al presentar una combustión directa (Moragues y Rapallini, 2009), sin embargo existe
mayor desperdicio de materia prima, la Asociación Internacional de Fomento (AIF,
2007), en proyectos internacionales, demostró que es posible estabilizar la producción
y comercialización de combustibles tradicionales de biomasa y, a la vez, detener la
deforestación, con lo que se contribuye a la conservación ecológica y al aumento en
los ingresos de los poblados.

Carbón

El proceso utilizado para la elaboración de carbón vegetal es el tratamiento químico


más antiguo que se conoce de la madera y es denominado pirólisis (Juvilar, 1980).
Al calentar la madera en presencia de oxígeno se presenta lo que se conoce como
combustión, durante el proceso de carbonización se evita la presencia de aire creando
una barrera física que aísla la madera del exterior para que no ocurra una combustión
de la madera.
Durante el proceso para la producción de carbón vegetal a partir de leña, se
puede distinguir la etapa de recepción y preparación de la leña; donde la madera
proveniente de las áreas de aprovechamiento generalmente viene en dimensiones

272
adecuadas para ser utilizadas en los hornos; cuando no es así, éstas se tienen que
trocear para poder realizar la carga del horno. En el apilado se busca dejar el material
de mayor tamaño en las partes bajas del horno con la finalidad de que tenga mayor
tiempo para la combustión. En la alimentación del horno; se va colocando el material
por la parte superior para continuar en la parte central. En el encendido; se aplica
calor al horno hasta alcanzar temperaturas de hasta 650°C. Para este momento, en
la parte baja de la zona media del horno, ya se está formado el carbón vegetal en
altas temperaturas, pasando a continuación a la zona inferior, donde se enfriará en
ausencia de oxigeno. El acondicionamiento del carbón es de las últimas etapas del
proceso de carbonización donde se deja que el producto reduzca su temperatura.
Cuando el carbón sale del horno, se coloca en cajones que se tapan; de esta forma el
carbón se enfría lentamente en ausencia de oxigeno, de modo que no exista riesgo
de combustión. El carbón ya frío de los cajones se almacena, donde es clasificado,
los trozos de mayor tamaño son triturados hasta entrar en la clasificación. Después
de la clasificación se envasa para la comercialización.

Sistemas de producción de carbón

Existen actualmente muchas formas de producir carbón, las cuales pueden ser cata-
logadas por la forma en crear la barrera física que impide la entrada de aire ya sea
por medio de tierra, ladrillos, cemento armado y metal; también se pueden clasifi-
car por la fuente del combustible para secar y calentar la madera siendo éstos gas,
madera ó gasolina ó bien por los procesos de producción siendo éstos continuos o
discontinuos.
En el estado de Nuevo León, el proceso de producción de carbón se puede cla-
sificar como un proceso discontinuo, donde se utiliza la madera como combustible
para extraer la humedad. Particularmente para el Estado, los sistemas de producción
más utilizados son los hornos rústicos de tierra, conocidos como “chabetes, molotes,
o muelas” que son las formas más antiguas y rudimentarias para elaborar carbón.
Estos tipos de hornos se pueden clasificar según la forma en que se lleva a cabo la
carbonización: hornos de tierra vertical con carbonización ascendente y hornos de
tierra vertical con carbonización descendente. Además, existen aquellos hornos
subterráneos con diversas variantes que van desde los sistemas sencillos donde so-
lamente se coloca la madera, se cubre con tierra y se enciende, hasta aquellos donde
se puede controlar el flujo de gases por orificios y tubos (Wolf y Vogel, 1985) según
se observa en la Figura 1.

273
Figura 1. Izquierda) Horno rústico construido al ras del suelo donde es colocada la madera para la
producción de carbón vegetal, la parte superior es cerrada con una estructura metálica; derecha)
Chimenea colocada en un extremo del horno para controlar el flujo de gases

Las ventajas de este tipo de horno radican en el bajo costo y en la facilidad en ser ela-
borados, además de reducir los costos de transporte de madera verde, ya que cuando
se cuenta con un volumen suficiente de madera en cierta área, se puede construir el
horno en el sitio seleccionado. Sin embargo, tiene la desventaja obtener rendimientos
del 10% al 20% que son considerados bajos, además, de eliminar la cubierta vegetal
de 20 a 30 m2 para preparar el sitio donde será instalado el horno y tener espacio
suficiente para seleccionar el material, y para el llenado de costales.
Por otra parte, los hornos semi-fijos o portátiles también son utilizados en diversas
regiones del Estado, principalmente en predios particulares donde existen recursos
para invertir en dichos hornos, la ventaja principal es que se pueden desarmar y ser
transportados fácilmente hasta el sitio donde se encuentre la madera además de tener
mayores rendimientos en comparación con los hornos de tierra. En la Figura 2 se ob-
serva un horno metálico desarmable en el momento en que la madera es apilada.

Figura 2. Horno móvil utilizado en diferentes


áreas del estado de Nuevo León

Finalmente, los hornos fijos construidos de mampostería, tienen la ventaja de obtener


mayor uniformidad de la calidad del carbón producido, así como mayores rendimientos

274
que pueden ser superiores al 25%. Cuentan con chimeneas que permiten controlar
el flujo de gases, y reducir el tiempo de carbonización, además de evitar el impacto
a la vegetación como el que se produce en los hornos semi-fijos. El inconveniente
que se puede encontrar es, el gasto generado durante el traslado de la madera hasta
el horno.

El recurso y la cultura

La leña es la principal fuente de energía en muchos hogares rurales y urbanos en


México, es utilizada durante las actividades diarias para cocinar, hornear y calentar
los alimentos en aproximadamente el 64.4% de los hogares, lo que corresponde a
un consumo anual de 4.14 m3 o 3.27 t que equivale a un volumen total de leña de
1´609,829 m3 (López, 1997). En el noreste de México y en particular en la zona me-
tropolitana de Monterrey, Nuevo León, por razones culturales, se consumen grandes
cantidades de carbón vegetal para asar carne. Según la Secretaría del Medio Ambiente
y Recursos Naturales (SEMARNAT, 2007), existían para ese año 95 aprovechamientos
de mezquite en el Estado que en total suman 243,617 m3 de madera para la elaboración
de carbón. El consumo de carbón en el área metropolitana de Monterrey, N.L., es de
alrededor de 5,833 toneladas por mes. Por este consumo de carbón, se aprovechan
29,167 árboles. Asimismo la SEMARNAT menciona que el consumo de carbón en el
área metropolitana de Monterrey es superior en 190% de lo autorizado en todo el
estado, por lo que se requiere importar de otros estados de la República Mexicana.

Especies y uso

Las preferencias en el uso de determinadas especies forestales como fuente de energía


no presentan un patrón general, la selección se basa principalmente en la costumbre
a utilizarlas, el gusto, disponibilidad y facilidad en el uso del material combustible en
cada región, sin embargo, cuando existe disponibilidad de varias especies en un área,
se prefiere a las que generan mayor cantidad de calor, más braza y con ello mayor
duración del fuego.
En la Tabla 2 se resumen las especies descritas por Estrada y Marroquín (1992), que
son utilizadas como fuente de combustible en el estado de Nuevo León, se incluyen
de igual manera, especies utilizadas en regiones en la Sierra de San Carlos, Tamaulipas
según lo reportado por Medina (2002).

275
Tabla 2. Especies utilizadas como combustible en el estado de Nuevo León y en la
Sierra de San Carlos
No. Genero Especie Nombre común Uso* Densidad
1 Acacia amentacea Gavia L -
2 Acacia berlandieri Huajillo L1** 0.813
1 1
3 Acacia farnesiana Huizache L ,C 0.723
4 Acacia greggii Uña de gato L, C -
5 Acacia rigidula Chaparro prieto L1 0.793
6 Acacia romeriana Palo prieto L1 -
7 Acacia Schaffneri Huizache chino L, C 0.743
8 Acacia wrightii Uña de gato L 0.763
9 Amyris madrensis Barreta china L 0.763
1
10 Berberis chochoco Palo amarillo L 0.643
11 Bumelia angustifolia Coma L -
12 Bumelia celastrina Coma L 0.743
13 Bumelia spiniflora Coma L -
14 Caesalpinea mexicana Árbol del potro L 0.603
15 Castela texana Chaparro amargoso L -
16 Celtis laevigata Palo blanco L 0.633
17 Celtis pallida Granjeno L1 0.763
18 Condalia hookeri Brasil L1,C1 0.843
19 Cordia boissieri Anacahuita L1 0.463
1
20 Diospyros palmeri Chapote manzano L 0.663
21 Diospyros texana Chapote prieto L 0.673
1 1
22 Ebenopsis ebano Ebano L ,C 0.76
23 Ehretia anacua Anacua L1 0.563
24 Esenbeckia berlandieri Limoncillo L1 -
25 Eysenthardtia polystachia Vara dulce L 0.683
26 Fraxinus gregii Barretilla L1 0.673
1
27 Gochnatia hypoleuca Ocotillo L 0.793
1
28 Helietta parvifolia Barreta L 0.763
1
29 Phoebe tampicensis Mahuira L -
1
30 Pino spp Pino 0.40
31 Pithecellobium brevifolium Tenaza L -
32 Pithecellobium pallens Tenaza L1 0.633
33 Porlieria angustifolia Guayacán L -
34 Prosopis glandulosa Mezquite L, C -
35 Prosopis laevigata Mezquite L1,2,C1,2 0.753
36 Quercus spp Encino L1,,C1, -
37 Rhus virens Agrito L1 -
38 Salix Nigra Sauce L -
39 Sargentia greggii Chapote amarillo L1 -
40 Schaefferia cuneifolia Panalero L -
41 Shophora secundiflora Patol L1 -
42 Zanthoxylum fagara Colima L 0.523
*Uso: L=leña, C= Carbón, ** Fuente: 1Medina (2002), 2Carrillo (2007), 3Villalón (1992)

276
Existen 42 especies reportadas en el estado de Nuevo León y en la Sierra de San Carlos
que son usadas como combustible (Tabla 2), de las cuales, sólo 8 son utilizadas para
producir carbón, las especies Prosopis laevigata y P. glandulosa (Mezquite) que su
uso para la elaboración de carbón es ampliamente conocido; además están presentes
otras especies como Condalia hookeri y Ebenopsis ebano, que de igual forma como
las otras ocho especies, presentan una densidad superior a los 0.7 g.cm-3 además
de presentar una altura adecuada para obtener piezas con diámetros superiores a
los 10 cm. Existen especies que según su valor de densidad (≥0.7 g·cm-3), podrían
ser utilizadas para la elaboración de carbón, sin embargo por su tamaño y la poca
disponibilidad sólo se utilizan como leña. Por otra parte la distancia recorrida para la
colecta de madera es de uno a tres kilómetros (Wolf y Perales, 1985).

Evolución de la madera como fuente de energía

La utilización de biomasa forestal en la producción de combustibles ha evolucio-


nando considerablemente, actualmente existe un mercado internacional de nuevos
productos derivados de la madera y nuevos procedimientos que permiten reducir el
espacio ocupado por los combustibles lo que facilita el almacenaje y la transportación,
además de aumentar su poder calorífico y la reducción de contaminantes emitidos a
la atmósfera. Se considera importante la adopción de estas nuevas tecnologías para
la elaboración de productos para la generación de calor, lo que mejorará el aprove-
chamiento integral de los recursos.

Combustibles sólidos

En el carbón vegetal, la producción podría mejorarse al implementar una mayor


cantidad de hornos semi-fijos y fijos. Por otra parte, se encuentran los pélets que
se elaboran al comprimir mecánicamente el aserrín de madera en estado seco o en
húmedo, es un proceso conocido como densificación, ya que se parte de valores de
densidad del aserrín del orden de 0.4 g·cm-3 hasta tener valores de 1 g·cm-3 ó más.
Cuando los pélets se producen en condiciones secas, se requieren altas presiones de
compactación, razón por la cual no es necesario usar aglomerantes. Las presiones
utilizadas para la elaboración en condiciones de humedad son menores, sin embargo
es necesario usar sustancias aglomerantes.
Otro combustible sólido son las briquetas que se producen mediante un proceso
similar que el anterior, en ocasiones han sido sometidas a combustión parcial, similar
al la carbonización; lo anterior permite reducir la energía necesaria para disminuir la
cantidad de humedad.

277
Combustibles líquidos

La generación de biogás ha sido enfocada principalmente a cultivos anuales, el bioe-


tanol o biodiesel se puede generar a partir de la madera mediante el calentamiento
en una cámara sin oxígeno y en altas temperaturas; con esto, más de un tercio de
la madera se transforma en carbón, el resto se convierte en gas (Busch, 2009). El
gas generado se condensa formando lo que se conoce como bio-aceite, que puede
ser tratado químicamente para ser utilizado en motores como biocombustible. Sin
embargo, la manera de procesarla de manera efectiva y barata para los vehículos
convencionales aún no es aplicada ampliamente.
La adopción de las tecnologías anteriormente señaladas fomentaría el desarrollo de
la industria forestal; el correcto uso la leña estimularía también un aprovechamiento
integral de los recursos forestales, traería un importante impacto en el desarrollo
para las tecnologías empleadas en la combustión de recursos leñosos. Por otro lado,
el aumento en la eficiencia en el uso de la energía generada de los recursos forestales
apoyará grandemente la competitividad de la producción de energía por medio del
manejo forestal sustentable.

Conclusiones y perspectivas

En el noreste de México se encuentra muy difundido el uso del carbón y la leña en los
hogares rurales y en los urbanos cuando de asa carne. Si existiera un incremento en
su utilización, implicaría, la utilización de un potencial energético renovable, el uso
adecuado traería la reducción de las emisiones de dióxido de carbono.
Las características físicas y químicas de las maderas de los bosques del noreste
de México con sus condiciones preponderantemente semiáridas, hacen de éstas un
recurso muy preciado para la obtención de energía calorífica.
Se hace necesario realizar estudios sobre el uso y la importancia de la energía
proveniente de los recursos forestales en el noreste de México, sobre todo en el
medio rural, donde el impacto de las crisis económicas por lo general se vive más
drásticamente, por lo que el uso de la energía procedente del gas originario de hi-
drocarburos se ve más restringido.
El uso energético eficiente de la madera también contribuiría a contener el cambio
climático, ya que con el desarrollo de los árboles se retiene el dióxido de carbón at-
mosférico. El empleo de energía proveniente de la madera permite mayor eficacia a la
gestión forestal y, a largo plazo, impulsa el crecimiento de las reservas de madera.
La generación de nuevas tecnologías que apoyen la competitividad y el desarrollo
de la industria forestal en la región, mejorarán el uso sustentable de los recursos
forestales. Por otro lado, el uso eficiente de las leñas estimularía también un aprove-
chamiento integral de los recursos forestales y el manejo de bosques. Con lo anterior
se tendría un importante impacto en el desarrollo de las tecnologías empleadas en
la combustión.

278
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280
ESPECIES VEGETALES CON POTENCIAL PARA
LA PRODUCCIÓN DE BIOCOMBUSTIBLES
Zavala-García Fa*, Piñera-Chávez Fb Gámez-González Hc
a
Profesor-Investigador, Laboratorio de Genética-Fisiología, Subdirección de Postgrado e
Investigación, bEstudiante de Maestría en Ciencias en Producción Agrícola, Subdirección de
Postgrado e Investigación, Facultad de Agronomía, Universidad Autónoma de Nuevo León,
Carretera a Zuazua-Marín km 17, Marín, Nuevo León. cLaboratorio de Anatomía y Fisiología
Vegetal, Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias Biológicas, UANL, Pedro de Alba
s/n Ciudad Universitaria, C.P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León., México.
*f _zavala_g@hotmail.com

Resumen

L
os cambios macroambientales, principalmente los asociados con los incremen-
tos en la temperatura asociados a incrementos de CO2 en el aire, hacen necesaria
la búsqueda y el desarrollo de tecnologías que permitan disminuir las tasas de
emisión de este gas a través de la substitución de los altos consumos del petróleo, con
energías renovables más amigables con el ambiente, como son los bioenergéticos a
base de bioetanol y biodiesel. La información sobre la tecnología desarrollada a nivel
mundial permite establecer que cultivos como la caña de azúcar, el maíz, la colza,
la jatrofa, entre otros, son una opción viable en la producción de la materia prima
para la elaboración de biocombustibles. A diferencia de Brasil y Estados Unidos, que
son los países líderes en la producción de biocombustibles a nivel mundial, México
no ha desarrollado la tecnología a pesar de la necesidad de buscar fuentes alternas
al petróleo, por el bajo inventario a corto plazo del que se dispone de este recurso.
Sin embargo, las condiciones ambientales del país, y particularmente del estado de
Nuevo León, permiten el establecimiento y la producción de los bioenergéticos en
forma exitosa.
Al respecto, en este capítulo se presenta información de las diferentes opciones
que se pueden tener para la producción de los bioenergéticos en Nuevo León, princi-
palmente a base de cultivos que puedan establecerse bajo las condiciones de cultivo
y ambientales existentes. Se concluye que los cultivos con mayor potencial para la
producción de biocombustibles en el estado son el sorgo dulce, para la producción
de bioetanol, y la higuerilla, para la producción de biodiesel. En ambos casos, la in-
vestigación que se desarrolla actualmente, con apoyos económicos de la UANL y de
la Comunidad Europea, permite visualizar para Nuevo León un éxito en la producción
de biocombustibles que ayude a mejorar las condiciones de vida de los habitantes de
este planeta.

281
Introducción

En años recientes se ha especulado mucho sobre las posibles causas del Calentamiento
Global, del Efecto de Invernadero y de los impactos negativos que esto está teniendo
sobre el planeta y los seres vivos. Entre las teorías mas aceptadas sobre ese incremento
en la temperatura está la que se relaciona con los cambios en la concentración del CO2
en la atmósfera terrestre. Según el estudio de Mc Kibben (2007), la concentración de
CO2 se ha incrementado a una tasa de 2 ppm de CO2 por año. Hay que recordar que
son las propiedades de este gas, las que permiten el paso de los rayos de onda corta
que son enviados por el sol, pero impide el paso hacia la atmósfera de las ondas largas
reflejadas por la superficie de la tierra, lo que ocasiona que el calor se concentre en
la atmósfera y se produzca el efecto invernadero.
El incremento en la concentración del CO2 en el aire es debido, a que el 92.5%
de la energía que se utiliza en México para las diferentes actividades de la industria,
domésticas y de transporte, proviene de los hidrocarburos y del carbón fósil; mientras
que la energía de la biomasa (leña) apenas alcanza el 3.4%.
El consumo del petróleo representa el 59% y ante el escenario de que México
importa el 40% de las gasolinas que consume y que las reservas probadas de petróleo
son sólo de 9 años, se hace necesario buscar fuentes alternativas de energía como
son los biocombustibles, los cuales pueden ser sustitutos del petróleo, y ayudan a
reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera y a disminuir el calentamiento global por
el efecto invernadero.

Pero, ¿qué son los biocombustibles y por qué su uso pudiera ayudar a disminuir el
incremento en la concentración del CO2 en la atmósfera?

Según el origen de la palabra, los biocombustibles serían combustibles de origen


biológico, pero obtenidos de manera renovable a partir de productos orgánicos; a
diferencia del petróleo que también es biocombustible, pero fósil y no renovable. Si
se utilizan las plantas como fuente de biocombustible, la quema de éstas regresaría
a la atmósfera el CO2 capturado del aire en el proceso de la fotosíntesis, por lo que el
balance neto de CO2 en la atmósfera sería igual a cero.
El uso de los biocombustibles en los motores de combustión interna no es nuevo.
Nicolaus Otto, inventor del motor Otto en 1876, utilizó etanol, y el primer vehiculo
construido por Henry Ford funcionaba con etanol. Lo mismo sucedió con los motores
de diesel, inventados por Rudolph Diesel, quien operó su primer motor diesel en 1897
a base de aceite de cacahuate.
En la actualidad, muchos países en el mundo utilizan biocombustibles que llaman
de “primera generación”, que se refiere a combustibles derivados de almidón, azúcar,
grasas animales o aceites vegetales. Algunos ejemplos de éstos son: maíz, caña de
azúcar, sorgo dulce, remolacha azucarera, jatrofa, higuerilla, palma de aceite, soya,
girasol, colza, etc. Estos cultivos tienen ciertas limitantes, ya que su producción puede

282
competir directa o indirectamente con cultivos que se utilizan en alimentación hu-
mana. Aunque algunos de estos cultivos no necesariamente se utilizan para consumo
humano, la superficie de suelo que ocupan pudiera competir con la superficie de
tierra disponible para cultivos importantes para la sobrevivencia del ser humano.
Los llamados biocombustibles de “segunda generación” pudieran solucionar este
problema, ya que ayudarían a una mayor producción de biocombustibles con menores
costos de producción y mayores beneficios ambientales. Este tipo de combustible
depende para su producción de material orgánico de partes no comestibles, como
las hojas y el tallo, o de cultivos que producen mucha biomasa como el switchgrass
u otro tipo de zacates C4 cuyo rendimiento de biomasa fuera alto. Uno de los proble-
mas actuales en el uso de este tipo de combustibles es la poca disponibilidad en la
tecnología para la extracción de las celulosas y hemicelulosas, que son compuestos
ricos en carbono y que se utilizarían para la producción de los biocombustibles.
Aparte de estos dos tipos de biocombustibles (primera y segunda generación)
se está trabajando en el desarrollo de los biocombustibles de “tercera generación”;
estos biocombustibles dependen principalmente de las algas, de ahí que se les nombre
como “oilgae”, algal fuel o algaeolum. La ventaja de este tipo de biocombustibles es
que las algas no afectarían la disponibilidad de agua fresca, se pudieran producir en
agua de mar o también en agua de desecho, son biodegradables y no causan daño
al ambiente. El departamento de Energía de los Estados Unidos estima que si se
remplazara todo el combustible fósil por el que se pudiera producir por las algas, se
requerirían alrededor de 40,000 km2, o sea, 1/7 de toda la superficie sembrada con
maíz en Estados Unidos en el año 2000.
Independientemente del tipo de biocombustibles del que se trate, uno de los
aspectos que es importante considerar en el uso de éstos, es el balance neto de
energía, es decir, cuánta energía cuesta la producción de los biocombustibles y cuánta
energía está disponible para su uso. Existe una gran controversia en este aspecto y
mucho depende del cultivo (plantas C3 vs. C4), de las formas de producirlos (utilizando
fertilizantes químicos vs. fertilización orgánica, o riego vs. temporal) o del método de
extracción y producción del etanol. Autores como Lorenz y Morris (1995) señalan que
hay una ganancia neta de energía. Por su parte, Pimentel y Patzek (2005) establecen
una ganancia neta negativa, es decir, cuesta más energía producirlos que la energía
que realmente está disponible para su uso.
A nivel mundial, el uso de los biocombustibles de primera generación ha desperta-
do gran interés y muchos países han hecho del uso de éstos una opción para disminuir
la dependencia del petróleo y para contribuir a la disminución de los llamados efectos
de invernadero. En primer término, los biocombustibles los podemos distinguir según
la función del producto a obtener, tal es el caso del Bioetanol y del Biodiesel.
El Bioetanol de primera generación se produce a base de almidones y azúcares;
de esta forma, los cultivos más importantes para la producción de este bioenergético,
para el caso de almidón, son el maíz y el sorgo de donde se utiliza el grano; para el
caso del azúcar los cultivos más importantes son la caña de azúcar, el sorgo dulce
y la remolacha azucarera, utilizando principalmente el jugo de donde se extrae el
azúcar.
283
Dado que en la actualidad los biocombustibles de primera y segunda generación
todavía no se encuentran a escala comercial, la información que se presenta a con-
tinuación corresponde a los biocombustibles de primera generación.
Entre los países con mayor producción de biocombustibles se encuentran Brasil
y Estados Unidos de Norteamérica, utilizando caña de azúcar y grano de maíz para el
caso de Bioetanol; mientras que Alemania, Francia e Italia son los importantes para
el caso del Biodiesel, utilizando cultivos como colza, soya, girasol y aceite de palma
(Figura 1).

Source: IEA analysis based on F.O.Lichts – IEA World Energy Outlook 2006

Figura 1. Producción de Bioetanol y Biodisel en diferentes países (fuente: IEA analysis based on
F.O.Lichts – IEA World Energy Outlook 2006).

La producción total de bioetanol en Estados Unidos de América fue de 34 000 millo-


nes de litros en el 2008, mientras que en Brasil la producción fue de 24 496 millones
de litros. Para el caso del biodiesel, la producción en el 2008 fue para Alemania 2.8,
Francia 1.8 e Italia 0.6 millones de toneladas.

En México, la producción de biocombustibles es todavía muy baja y depende prin-


cipalmente de la biomasa, y, más específicamente, del uso de leña como fuente de
energía. En la Figura 2 se observa que el uso de otro tipo de biocombustibles es
todavía nulo; sin embargo, el 1 de febrero del 2008 se publicó en el Diario Oficial de
la Federación la Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos, con la que se
permite la producción de bioenergéticos en México, mencionando que queda excluido
el uso del maíz con este propósito, a menos que se tenga un excedente de acuerdo
al dictamen que haga el Gobierno de México a través de la SAGARPA.

284
4 .1 3 .4 1.9

9 0 .6

Figura 2. Tipos de
combusti bles uti li- CA RB ÓN HIDROCA RB UROS ELECTRICIDA D PRIM A RIA B IOM A SA
zados en México.

Por este motivo, se han iniciado en todo el país acciones que deriven en la produc-
ción de biocombustibles, no sólo por el sector oficial, sino también por la parte de
la Industria Privada en México. En forma inmediata, los ingenios azucareros quedan
posibilitados para la producción de bioetanol a base de caña de azúcar. Sin embargo,
la producción de biocombustibles está abierta para el uso de otros cultivos; por tal
motivo se estructura la Comisión Nacional de Bioenergéticos por parte del INIFAP,
perteneciente al sector oficial, pero también queda abierta la puerta para compañías
privadas para el uso de sorgo dulce o higuerilla, para la producción de bioenergéticos
de primera generación.
Específicamente en Nuevo León, la producción de cultivos que pueden utilizarse
en la elaboración de bioenergéticos es posible; sin embargo, la explotación a nivel
comercial depende de otros factores tales como el tamaño de la planta industrial
que se quiera utilizar para la producción del biocombustibles, del precio comercial
del mismo, de la disponibilidad de tierras para su cultivo que no interfieran con las
que se utilizan para la producción de alimentos, etc. Estos aspectos quedan fuera
del contexto de este capítulo por lo que a continuación se presentarán solamente
aspectos relacionados con la producción de los cultivos en el contexto ambiental del
estado de Nuevo León, sin importar, por el momento, que sean cultivos que puedan
estar restringidos para su uso en la producción de los biocombustibles, por competir
con la producción de alimentos. Para esto, primeramente se definirán algunas carac-
terísticas de ubicación y ambientales del Estado de Nuevo León.
Nuevo León cubre una superficie de 64 081.94 km2, con 504 km de longitud máxima
Norte-Sur y 225 km longitud máxima este-oeste; está situado en la parte noreste de
México con las siguientes coordenadas: al norte 27°49´, al sur 23°11´ LN y al este 98°26´
y oeste 101°14´ LE. Las altitudes van desde los 90 hasta los 1,207 msnm. Debido a la
gran variedad de sistemas orográficos, propicia la existencia de 12 climas distintos
a lo largo del estado. Los climas principales, que mayor porción territorial ocupan,
son: semiseco, muy cálido y cálido, ubicado en la región semidesértica cercana a la
serranía; el clima seco, semicálido y semicálido subhúmedo en la planicie costera del
golfo; semicálido subhúmedo con lluvias en verano en las zonas aledañas a la Sierra

285
Madre Occidental; y el clima seco y semiseco templado en el sur y el poniente nue-
voleonés. El clima muy cálido y extremoso de las zonas más bajas predomina en el
paisaje urbano, con una temperatura promedio anual de 27.6°C (Contreras, 2007).
En la Figura 3 se observa que predominan los climas secos y cálidos. Los climas
templados se asocian a la Sierra Madre Oriental que atraviesa al estado de Noroeste a
Sureste más o menos a la mitad de Nuevo León. Los climas subhúmedos y semicálidos
están asociados a la parte pegada a la sierra hacia el norte de la misma. Hacia el sur
de la Sierra Madre Oriental están los climas secos pero templados; mientras que los
secos y cálidos se encuentran hacia la parte norte del estado.

Figura 3. Mapa
de Nuevo León
con los dife-
rentes tipos
de clima

286
Considerando las condiciones climáticas y los sistemas hidrológicos con los que
cuenta el estado, se conforman algunas áreas dedicadas a la producción agrícola.
Según datos de la Corporación para el Desarrollo Agropecuario de Nuevo León, se
sembraron 372,310.00 ha en el 2007, considerando superficies de riego y temporal
a todo lo largo y ancho del estado (Tabla 1).

Tabla 1. Superficie sembrada en los cuatro distritos de Nuevo León


Riego Temporal
Distritos Anuales Perennes Anuales Perennes Totales
Anáhuac 820.5 11,336.9 9,062.1 12,540.0 33,759.5
Apodaca 15,500.9 6,845.5 16,267.9 91,385.5 129,999.8
Galeana 10,798.6 3,487.0 49,716.0 1,674.2 65,675.8
Montemorelos 10,515.0 33,906.7 53,380.0 45,073.2 142,874.9
37,635.0 55,576.1 128,426.0 150,672.9 372,310.0

De acuerdo a la información disponible de los cultivos que se siembran actualmente


en Nuevo León, en la Tabla 2 aparece la superficie sembrada de cada uno de ellos.
Cabe mencionar que, aunque en teoría todos los cultivos pueden utilizarse para la
producción de bioenergéticos debido a su potencial para la producción de biomasa, no
todos ellos tienen las características adecuadas; por ejemplo, en los biocombustibles
de primera generación, alto contenido de almidones o azúcares es importante para
bioetanol y alto contenido de aceite es lo adecuado para biodiesel; para bioenergé-
ticos de segunda generación, alta producción de biomasa por unidad de tiempo es
lo adecuado.

Tabla 2. Cultivos y superficie sembrada en Nuevo León


Sup. Sembrada Producción Rendimiento
Cultivo
(Ha) (Ton) (Ton/Ha)
1 Acelga 0.75 6 8
2 Aguacate 751.75 3,846.60 5.12
3 Ajo 42 516 12.29
4 Alfalfa verde 2,315.25 215,769.50 98.03
5 Avena forrajera 2,502.80 70,156.25 28.03
6 Betabel 0.75 10 13.33
7 Calabacita 114 2,325.00 20.4
8 Calabaza 6.5 76 11.69
9 Caña de azúcar otro uso 4 20 5

287
10 Canola 100 10 0.17
11 Cártamo 1,865.80 653 0.36
12 Cebada forrajera en verde 240 5,082.50 21.18
13 Chabacano 11.07 12.17 1.1
14 Chile verde 654 21,985.00 33.62
15 Cilantro 70 116.5 1.66
16 Ciruela 118 220.5 2.66
17 Col (repollo) 319 13,720.00 43.01
18 Crisantemo 0.5 1.5 3
19 Durazno 1,223.50 1,683.09 1.42
20 Frijol 4,665.62 2,189.25 0.48
21 Lechuga 20 400 20
22 Maíz grano 61,055.86 59,418.70 1
23 Mandarina 3,601.00 49,487.50 13.74
24 Mano de león 6 21 3.5
25 Manzana 1,957.64 4,382.33 4.34
26 Melón 0.5 4 8
27 Naranja 25,662.98 325,962.22 12.7
28 Nuez 4,098.50 2,436.27 0.61
29 Papa 4,128.00 133,630.00 33.01
30 Pastos 164,948.95 2,258,637.92 13.78
31 Pera 54 237 4.39
32 Perejil 0.25 4 16
33 Rye grass en verde 21 624 29.71
34 Sandía 226.5 3,542.00 15.64
35 Sorgo escobero 2,016.00 1,298.60 0.72
36 Sorgo forrajero verde 25,740.80 472,839.70 19.24
37 Sorgo grano 32,932.54 83,365.28 2.53
38 Tomate rojo (jitomate) 586.6 4,557.00 9.36
39 Tomate verde 433 5,235.00 12.09
40 Toronja (pomelo) 1,762.50 24,289.50 14.26
41 Trigo grano 27,684.00 66,021.33 2.43
42 Triticale grano 60 270 4.5
43 Zanahoria 308 8,485.00 27.55
372,309.91
Verde = Cultivos para bioetanol; Amarillo = cultivos para biodiesel; Rojo = cultivos para biomasa

288
Cultivos más importantes para la producción de biocombustibles a nivel mundial, sus
características y la posible adaptación a las zonas agroclimáticas de Nuevo León

Maíz (Zea mays L.)


Cultivo Temperatura Temperatura Temperatu- EUA Fuente
máxima mínima ra óptima
Maíz 39°C 9°C 28°C 370 kg Warrington y
H2O/kg Kanemasu (1983);
ms Greenwood et al.,
(2005); Augusto et
al., (2008)

En Estados Unidos de América el grano del maíz se utiliza para la producción de bioe-
tanol, el cual es considerado como de primera generación. El rendimiento promedio
es de 470 litros de etanol por tonelada de materia seca utilizando el grano; pero el
rendimiento puede ser de hasta de 427 litros de etanol por tonelada de materia seca
de la paja. Sin embargo, es importante considerar que la extracción de etanol a partir
de la paja es considerada como bioetanol de segunda generación, el cual todavía no
se encuentra en explotación comercial al momento.
Aunque en México el uso del maíz para la producción de biocombustibles no está
permitido; considerando el rango de temperaturas donde el maíz puede prosperar,
en Nuevo León se puede sembrar prácticamente en cualquiera de las áreas agrícolas
identificadas en los cuatro distritos. Es importante considerar que el rendimiento de-
penderá de las condiciones ambientales y según la Tabla 2, el rendimiento promedio
es de apenas 1 ton ha-1. La superficie del maíz en Nuevo León representa el 16% del
total y la mayor superficie se concentra en las áreas temporaleras del sur de Nuevo
León, dentro del Distrito de Galeana con poco más de 45,000 ha; la otra área de maíz
de temporales es la del distrito de Montemorelos con poco mas de 8,000 ha. Las áreas
de riego se reducen a sólo poco más de 6,000 ha, 4,000 de ellas en el sur de Nuevo
León y poco más, 1,300 ha, en el distrito de riego de Montemorelos. Prácticamente,
las zonas en el Norte de Nuevo León se encuentran muy limitadas a la producción de
este cultivo tanto en las áreas de riego como de temporal.

Sorgo (Sorghum bicolor L. Moench)


Cultivo Temperatura Temperatura Temperatura EUA Fuente
máxima mínima óptima
310 kg Reddy et al.,
Sorgo 38°C 21°C (18°C) 27°C
H2O/kg ms (2007)

El sorgo dulce para la producción de bioetanol difiere un poco del sorgo de grano
utilizado para la alimentación del ganado, aunque pertenecen al mismo género y
especie. En el primero, la materia prima son los azúcares que se producen en el ta-

289
llo, mientras que en los segundos, la materia prima es el grano que se produce en la
panoja de la planta. La producción del bioetanol por unidad de producción depende
del contenido de azúcares que se encuentran en el jugo del tallo. La concentración
de azúcares varía desde los 6-7° hasta los 22° Brix, normalmente son plantas de porte
alto (2.0 a 3.0 m de altura). Por este motivo, los rendimientos de etanol por tonelada
dependen de la concentración de azúcares, variando desde 40 lt ton-1 hasta 108 lt
ton-1 (Mc Kibben, 2007; Reddy et al., 2007).
De acuerdo a los datos de la Tabla 2, el sorgo en Nuevo León se siembra en poco
más de 60,700 ha, lo que representa el 16.27% de las superficies agrícolas del estado.
La producción se concentra en los Distritos de Apodaca y Montemorelos, con más
del 50% bajo condiciones de temporal. La zona de riego está, principalmente, en el
Distrito de Apodaca. La producción en el Distrito de Anáhuac es muy baja (10%) y no
se siembra en el Distrito de Galeana debido a las bajas temperaturas que se presentan
en esa región sur de Nuevo León.
Estudios desarrollados por uno de los autores en el Campo Experimental de la
Facultad de Agronomía de la UANL en Marín, N.L., indicaron valores de hasta 60 ton
ha-1 con concentraciones de azúcar hasta de 22° Brix.

Caña de azúcar (Saccharum officinarum L.)


Cultivo Temperatu- Temperatura Temperatura EUA Fuente
ra máxima mínima óptima t/100 mm

Caña de 45°C 15°C 27°C 12.4-18.4 Ebrahim et al.,


azúcar (1998); Olivier y
Singels (2003)

La caña de azúcar es un cultivo que se adapta favorablemente a las áreas tropicales;


es originaria de la India y sus requerimientos hídricos son altos. Necesita una lámina
de agua entre los 800 y 1500 mm para su ciclo de cultivo (Jiménez et al., 2004), con
rendimientos promedio de 60-70 ton ha-1 en México. El rendimiento de etanol repor-
tado es aproximadamente entre 70-75 lt ton-1 (Mc Kibben, 2007).
La caña de azúcar es la principal fuente de bioetanol en Brasil, el segundo productor de
biocombustibles en el mundo con 28 billones de litros en el 2009, después de Estados Uni-
dos.
Considerando las temperaturas para su crecimiento y las necesidades hídricas
que se requieren para su producción, las áreas potenciales para su producción en el
Estado de Nuevo León son muy limitadas. De acuerdo a las estadísticas de la Tabla 2,
se aprecia que apenas son 4 ha las que se encuentran reportadas en el estado y su
explotación no es precisamente para la producción de azúcar, sino para producción
de piloncillo artesanal en la región de Montemorelos, Nuevo León.
Como puede observarse en la misma Tabla, el rendimiento es apenas de 4 ton
ha-1, muy por debajo de la media nacional de los 60 - 70 ton ha -1. De esta forma, la
caña de azúcar tiene pocas expectativas de que pueda utilizarse como un cultivo en

290
Nuevo León para la producción de bioetanol, sobre todo por las necesidades hídricas
que requiere para su crecimiento.

Remolacha azucarera (Beta vulgaris L.)


Cultivo Temperatura Temperatura Temperatura EUA Fuente
máxima mínima óptima
Remolacha 28-30°C 5-7°C 24-25°C 2.83 g Raudke y Bauer
azucarera M.S. / (1969); Brown
Kg de (1979); Forbes y
H2O Watson (1996);
Rinandi y
Vittorio-Vonella
(2005)

La remolacha azucarera es originaria del mediterráneo y del medio oeste; se siembra


principalmente en climas frescos o templados, con rendimientos que pueden variar
desde las 50 hasta las 100 t ha-1 y con rendimientos de azúcar blanca desde 8.6 hasta
las 15.65 t ha-1 (Kenter, 2003). Aunque no hay reportes de siembras comerciales de
remolacha azucarera en Nuevo León, en las zonas altas del sur, donde existe un poten-
cial de zonas de riego de aproximadamente 14,000 ha (Tabla 1), se puede establecer
durante la primavera y cosechar en el otoño; sin embargo, en lugares cálidos como
el norte de Nuevo León, la remolacha azucarera se puede sembrar como cultivo de
invierno. Recientemente, Syngenta AG (Compañía privada) ha desarrollado una re-
molacha tropical que puede adaptarse a temperaturas más cálidas. Para este caso,
la zona potencial para la siembra de la remolacha en Nuevo León se puede extender
hacia los otros distritos que existen en el estado.
Actualmente en Inglaterra existen plantas productoras de etanol a base de remo-
lacha azucarera. Cada tonelada es capaz de producir 0.108 m3 de bioetanol.
Aunque la remolacha no aparece en las estadísticas de producción como un cultivo
comercial, se sabe que la remolacha se ha sembrado en Nuevo León, principalmente
en la zona centro y norte del estado, pero con propósitos forrajeros, ya que, por su alto
nivel de azúcar es utilizado como suplemento alimenticio para el ganado de carne.

Jatrofa o Piñon (Jatropha curcas L.)


Cultivo Temperatura Tempera- Temperatu- EUA Fuente
máxima tura ra óptima
mínima
Jatrofa 34°C -3°C 28°C 300 and Aparecida et al.,
400 L / kg (2008); Zamar-
de aceite ripa y Díaz (2008);
Abou-Kheira y Atta
(2009)

291
La jatrofa es originaria del Sureste de México y Centroamérica, donde también se le
conoce con el nombre de Piñón o Piñoncillo o Sikil-Te por los mayas. Es una planta
perenne y se adapta principalmente a climas tropicales. El rendimiento de semilla
puede ser hasta de 5 t ha-1, el cual se alcanza al quinto año de establecido el cultivo.
La mayoría de las variedades existentes son tóxicas; sin embargo, sólo en México
se han encontrado variedades no tóxicas. A diferencia de los cultivos mencionados
anteriormente, esta planta se utiliza para la producción de Biodiesel, el cual se ex-
trae de la semilla, ya que ésta posee entre un 55–50% de grasa; la pasta que queda
como producto después de la extracción del aceite contiene un alto contenido de
proteína (25-30%).
En un estudio desarrollado por Zamarripa y Díaz (2008), utilizando un Sistema de
Información Geográfica, determinaron zonas potenciales en México para la producción
de jatrofa. Los principales estados con mayor potencial para la producción de jatrofa
fueron Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz, Chiapas y Michoacán, con alturas inferiores a
los 1000 m. Nuevo León aparece en este estudio como adecuado para la siembra
de este cultivo sobre todo en la zona centro del estado, principalmente en lo que
corresponde al Distrito de Montemorelos (Tabla 1).
Aunque el rendimiento de biodiesel por tonelada de semilla de jatrofa varía de-
pendiendo del contenido de aceite, algunos reportes ubican una producción de 343
litros de biodiesel por tonelada de semilla de jatrofa.

HiguerilIa (Ricinus communis L.)


Cultivo Temperatura Temperatura Temperatura EUA Fuente
Máxima Mínima Óptima
Higue- 40°C 5°C 20-30°C 155.55 kg Soares y Souza
rilla H2O/kg (2005); Córdoba
ms y Ríos (2008);
Ruiz (2009)

La higuerilla es originaria de África y resulta sumamente interesante en la producción


de biodiesel, ya que es una planta que puede llegar a concentrar hasta un 50% de aceite
en el peso total de sus semillas (Córdoba y Ríos, 2008). Este aceite es conocido común-
mente como aceite de ricino y es utilizado para motores altamente revolucionados,
la fabricación de pinturas y cosméticos; sin embargo, representa gran potencial en la
producción del biodiesel debido al bajo costo y a que no es un producto alimenticio
(Ruiz, 2009). Según Falaseca et al. (2007), la higuerilla puede tener un rendimiento
por hectárea de biodiesel de 1,320 litros.
En algunos estados del país como Chiapas, Veracruz y Michoacán, entre otros,
existe interés en el cultivo de esta planta, por lo que desde hace algunos años ya
se evalúa de manera experimental. En el caso de Nuevo León, ya existe una planta
generadora de biodiesel, la cual está localizada en Cadereyta Jiménez y tiene una
capacidad de 60,000 litros y otra de 5,000 litros que se encuentra en el campus del
ITESM (CEDRSSA, 2007; Martínez-Pérez et al., 2007). Las materias primas utilizadas

292
son grasas vegetales y animales de desecho; sin embargo, existen proyectos tanto
en el ITESM como en la UANL para desarrollar cultivos ricos en aceites que puedan
proveer la materia prima para este fin entre los que se encuentra el cultivo de la
higuerilla.
Dado que es un cultivo sensible a las heladas, su cultivo en Nuevo León estaría
limitado a los distritos de Anáhuac, Apodaca y Montemorelos, que es donde se en-
cuentra concentrada la mayor superficie agrícola del estado.

Palma de aceite (Elaeis guineensis Jacq.)


Cultivo Temperatura Temperatu- Tempera- EUA Fuente
máxima ra mínima tura óptima
Palma de 28-34°C 17°C 22-28°C 900 (20 tons) Masera et
aceite 450 (40 tons) al., (2006);
kg H2O/kg mf Aceves et
al., (2009)

La palma de aceite es originaria de África y Madagascar, es perenne y empieza a pro-


ducir hasta el tercer año después de haber sido plantada. Dicha producción se puede
extender hasta los 25 años, después de éste, la altura de la planta dificulta la cosecha
(SDR-SAGARPA, 2004). Es considerada la oleaginosa más productiva del mundo, el
aceite que produce puede utilizarse de manera comestible y no comestible (Raygada,
2005). En países como Costa Rica, donde existen nuevas variedades, se han alcanzado
entre 38 y 40 toneladas por hectárea de racimos frescos (fruto), que pueden dar un
rendimiento de 9.8 toneladas de aceite y que, a su vez, pueden generar 12,302 litros
de biodiesel (Masera et al., 2006).
Su cultivo se recomienda para lugares debajo de los 500 msnm. En México se siem-
bra en tierras de riego y temporal en los estados de Campeche y Chiapas y en tierras
de temporal en los estados de Tabasco y Veracruz. Los rendimientos a nivel nacional en
temporal alcanzan las 12 toneladas por hectárea, mientras que en riego se han registrado
21 toneladas por hectárea. Según el SIAP-SAGARPA (2008), durante el 2007 se sembraron
29,276.77 hectáreas de las cuales sólo 758 fueron de riego (Raygada, 2005).
Considerando el grado de adaptación, para el cultivo de la palma de aceite en
Nuevo León, sería muy difícil su establecimiento debido al riesgo de heladas duran-
te el invierno. Y aunque su siembra pudiera estar muy limitada a algunas áreas de
traspatio en el distrito de Montemorelos, a nivel comercial sería imposible.

Soya (Glycine max L., Merril.)


Cultivo Temperatura Temperatura Temperatura EUA Fuente
máxima mínima óptima
Soya 40°C 10°C 20-30°C 515.46 kg SAGARPA
H2O/kg ms (2009)

293
La soya es un cultivo anual originario de la parte central y norte de China; produce semillas
con un porcentaje de aceite del 18%, por lo cual resulta de interés en la producción de
biodiesel. Los rendimientos más altos que se han obtenido alcanzan las 2.66 toneladas
por hectárea; sin embargo, a nivel mundial el promedio es de 1.94 toneladas (SAGARPA,
2009). Por otro lado, se estima que al procesar una tonelada de granos de soya, se obtienen
alrededor de 200 litros de aceite que, al procesarse para la obtención de biodiesel, darán
como rendimiento 220 litros del biocombustible (Masera et al., 2006).
Hasta el año 2004, en México, los estados más representativos en superficie de
soya sembrada fueron Tamaulipas, Chiapas y San Luis Potosí. En promedio se alcan-
zaron 1.5 toneladas por hectárea, por debajo de la media mundial y lejos de los más
altos rendimientos (Masera et al., 2006). Según el INIFAP, se cuenta con las varieda-
des Huastecas 200, 300 y 400, de las que se esperan resultados prometedores bajo
condiciones de buen temporal. La SAGARPA, por su parte, indica que se requiere de
variedades con mayor tolerancia a la roya asiática y a la mosquita blanca.
Específicamente en Nuevo León, su cultivo sería recomendado a las zonas de
riego de los distritos de Anáhuac, Apodaca y Montemorelos, ya que en el distrito de
Galeana las bajas temperaturas, aún durante el verano, pudieran limitar su cultivo a
nivel comercial.

Colza (Brasica napus L.)


Cultivo Temperatu- Temperatu- Temperatura EUA Fuente
ra máxima ra mínima óptima
Canola o 32°C 5°C 20°C 750 kg Ruiz et al.,
Colza H2O/kg ms (1999); SAG-
ARPA (2009)

La colza es probablemente originaria de la parte occidental de Asia o del Mediterráneo.


En Europa es el principal cultivo para la producción de biodiesel, debido a que produce
semillas ricas en aceite (Masera et al., 2006). El nombre de CANOLA (Canadian Oil
Low Acid) fue atribuido al trabajo desarrollado en el mejoramiento para reducir los
ácidos tóxicos existentes en este cultivo, desarrollado en Canadá. Los rendimientos
más altos que se han obtenido alcanzan las 3.22 toneladas por hectárea; sin embargo,
a nivel mundial el promedio es de 2 toneladas (SAGARPA, 2009). La producción de
biodiesel que se puede esperar por cada tonelada cosechada de canola es de 460
litros, que se generaran a partir de los 380 a 400 kilos de aceite que se extraen de
una tonelada de semilla (Masera et al., 2006).
El rendimiento promedio en México de este cultivo fue de 1.48 toneladas por
hectárea durante el periodo de 2004-2008, por debajo del promedio mundial. Según
el proyecto Pro-oleaginosas 2009, promovido por SAGARPA, en este cultivo aún no
se cuenta con variedades con altos rendimientos en el país; sin embargo, por cues-
tiones técnicas, los rendimientos son limitados (SAGARPA, 2009). Hasta el año 2005
los principales estados del país con este cultivo fueron Tamaulipas, Jalisco, Tlaxcala,
México y Guanajuato (Masera et al., 2006).

294
Es un cultivo que se adapta bien a regiones frescas, por lo que este tipo de clima lo
favorece en la producción de aceite. En Nuevo León, este cultivo pudiera establecerse
en el Distrito de Galeana porque es el que presenta las condiciones físicas, sobre todo
de temperatura, que pudieran favorecer su producción. Sin embargo, se puede esta-
blecer en cualquiera de los otros distritos durante la época fresca del año. En el 2007
aparecen estadísticas de 100 ha sembradas en el Distrito de Apodaca, principalmente
para un uso distinto a la producción de biodiesel, tal como se tiene en Europa.

Trigo (Triticum vulgare L.)


Cultivo Temperatura Temperatura Temperatura EUA Fuente
máxima mínima óptima kg ha-1 / mm
Trigo 25°C 5°C 15-20°C 7.8 Ruiz et al.,
(1999)

El cultivo moderno parece ser originario de Asia, de lo que hoy se le conoce como Irak;
sin embargo, hay restos de trigo duro de hace 8,000 años en la región de Mesopota-
mia y a lo que hoy se conoce como Etiopía. Este cultivo representa dos fuentes para
la producción del biocombustible, una es el grano donde es aprovechado el almidón
para la conversión a etanol y otra es la paja donde la fibra es la materia prima. Aunque,
en el caso del grano, si éste presenta un porcentaje de proteína mayor al 13% no es
viable para la conversión al biocombustible. Por separado, el rendimiento de etanol
en grano es de 360 litros por tonelada, para la paja es de 345 litros por tonelada. Una
estimación de la producción de etanol por hectárea en la zona del Valle de Mexicali
en Baja California, indica rendimientos de 4, 678 litros (Masera et al., 2006).
El cultivo del trigo en México se encuentra extendido en un buen número de sus
estados, siendo el más representativo Sonora, con la mayor producción y rendimientos
promedio de 6.11 toneladas por hectárea, seguido por Guanajuato con rendimientos
de 5.68 toneladas por hectárea y Baja California con 5.84 toneladas por hectárea.
En el caso de Nuevo León, la superficie sembrada es de aproximadamente 27,000
hectáreas y los rendimientos promedios en el estado se encuentran alrededor de las
2.43 toneladas por hectárea (Raygada, 2005). Este cultivo representa el tercero en
importancia después del maíz y sorgo.
Dadas sus características de comportamiento, en Nuevo León se siembra durante
el invierno en los distritos de Anáhuac, Apodaca y Montemorelos; sin embargo, se
puede establecer durante la primavera en el distrito de Galeana, ya que presenta
condiciones de temperatura adecuadas.

Switchgrass (Panicum virgatum L.)


Cultivo Temperatura Temperatura Temperatura EUA Fuente
máxima mínima óptima kg ha-1 /cm H2o
Switch- 35°C 12°C 25°C 58.3 Koshi et al.,
grass (1982); Kiniry
et al., (1996)

295
El switchgrass es originario de Norteamérica, en años recientes ha sido propuesto
como un cultivo energético para la generación de biocombustibles a partir de biomasa
o materia seca (Moser y Vogel, 1995; Sanderson et al., 1996). La distribución de esta
planta abarca desde la parte sureste de Canadá, pasando por el noreste, centro y
sureste de E. U. A, terminando en la parte central de México (Gunderson et al., 2008).
Los resultados de investigación predicen que las variedades de tipo upland tienen una
expectativa de 18 a 20 t ha-1 de materia seca, mientras que las variedades lowland
pueden llegar de entre 23 a 27 t ha-1 (Gunderson et al., 2008). Los rendimientos de
etanol por tonelada de materia seca se estiman alrededor de 380 L (Renewable and
Applicable Energy Laboratory, 2007).
En México, aun no existe mucha información sobre este cultivo; sin embargo, el
establecimiento de pastos forrajeros está bastante extendido, por tal motivo en la
Universidad Autónoma de Nuevo León ya se ha realizado una evaluación preliminar
del rendimiento y la calidad de la materia seca de este cultivo en cuatro genotipos,
a cargo de dos de los autores del presente capítulo. Resultado de esta evaluación se
ha identificado una variedad o genotipo nativo del sur de Texas (var. Álamo) de la cual
se obtuvieron rendimientos de materia seca de hasta 10.58 t ha-1, lo que representan
4020.4 litros de etanol por tonelada de materia seca, según el rendimiento de etanol
por tonelada de biomasa antes mencionado.
Considerando que los pastos ocupan la mayor superficie agrícola del estado de
Nuevo León (casi 165,000 ha), este cultivo es el que pudiera tener un mayor impacto
en la producción de bioetanol, una vez que se hayan resuelto los problemas actuales
en el uso directo de la materia seca en la producción de bioetanol como de segunda
generación, sobre todo en lo relacionado al comportamiento eficiente de las enzimas
para desdoblar las cadenas de la materia seca en cadenas simples de carbón.

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298
PLANTAS CON ACTIVIDAD BIOLÓGICA
PLANTAS CON PROPIEDADES
ALELOPÁTICAS
Gámez-González H a*, Moreno-Limón S a, Zavala-García F b
a
Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias Biológicas. bSubdirección de Posgrado,
Facultad de Agronomía, Universidad Autónoma de Nuevo León, Ave. Pedro de Alba, s/n,
Ciudad Universitaria, C. P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
*hilda.gamezgn@uanl.edu.mx

Resumen

L
a agricultura moderna utiliza extensivamente agroquímicos de alto impacto
ambiental que en muchos casos constituyen un serio riesgo a la salud humana.
Las investigaciones en alelopatía en algunos casos permiten plantear estrategias
orientadas a una mayor sustentabilidad de los sistemas de producción agrícola, con
un menor consumo de insumos contaminantes.
Los efectos alelopáticos de las especies cultivadas sobre las malas hierbas son
objeto actualmente de una actividad investigadora importante con el objetivo de
reducir el uso de herbicidas. Teniendo los conocimientos adecuados, ésta es un área
que puede y está siendo aplicada para aminorar la cantidad de pesticidas utilizados
además de fertilizantes. Para lograr un mejor aprovechamiento de los agentes alelo-
páticos es necesario ampliar el conocimiento de los mismos en relación a la rotación
de cultivos, manejo de residuos, prácticas de labranza y la implementación de control
biológico de malezas. Por último, debe señalarse nuevamente que el conocimiento
de los modos de acción de los agentes alelopáticos es clave para la exploración del
uso de los mismos como bioherbicidas.

Concepto y generalidades de la alelopatía

En un ecosistema, los organismos vegetales están expuestos a factores tanto abióticos


como bióticos, junto con los cuales han evolucionado. La presión de selección ejerci-
da por estos factores ha provocado el desarrollo de numerosas rutas de biosíntesis
a través de las cuales los vegetales sintetizan y acumulan en sus órganos una gran
variedad de metabolitos secundarios. Estos metabolitos juegan un papel muy impor-

301
tante en las interacciones entre organismos en los ecosistemas. A estas sustancias se
les conoce con el nombre de aleloquímicos, y al fenómeno de interacción en el que
están involucradas se le llama aleloquimia o alelopatía.
El término alelopatía (del griego allelon = uno al otro, y pathos = sufrir) fue utiliza-
do por primera vez para referirse a los efectos perjudiciales o benéficos que son ya
sea directa o indirectamente el resultado de la acción de compuestos químicos que,
liberados por una planta, ejercen su acción en otra, incluyendo a los microorganismos
(Molisch, 1937 en Rice, 1984).
Rice (1984) planteó los fundamentos para la alelopatía “moderna” al definirla
como un efecto positivo o negativo, directo o indirecto, de un vegetal (incluyendo
los microorganismos) sobre otro, por acción de los compuestos químicos liberados al
medio ambiente. La Sociedad Internacional de Alelopatía (AIS) definió a la alelopatía
como cualquier proceso que involucre metabolitos secundarios producidos por las
plantas, microorganismos, virus y hongos que influyan ya sea inhibiendo o estimulando
el crecimiento y desarrollo de sistemas agrícolas y biológicos. Es necesario puntualizar
que muchas sustancias con actividad alelopática tienen efectos benéficos a muy bajas
concentraciones y, superado un determinado umbral, actúan negativamente sobre
la planta receptora.
También se define como la producción de sustancias químicas por una planta o por
la descomposición de sus tejidos, que interfiere con el crecimiento de otras plantas
a su alrededor (Rangel, 2002).
El potencial de productos naturales que pueden ser usados por sus propiedades
biológicas particulares como herbicidas, plaguicidas, antibióticos, inhibidores o esti-
mulantes de crecimiento, etc., es prácticamente inagotable.
En la actualidad existe la tendencia a la utilización de prácticas sostenibles en
la agricultura, la reducción de productos químicos, las rotaciones y asociaciones
benéficas, entre otras. La utilización de residuos alelopáticos como una herramienta
de manejo en las plantas puede ser uno de los usos más prácticos aplicables de la
alelopatía en los agroecosistemas, principalmente para el control de malas hierbas
(Putnam y Duke, 1978).
No todas las sustancias liberadas por las plantas son inhibidoras, y por el contra-
rio, algunas manifiestan efectos estimulantes; más aún, ciertos metabolitos pueden
provocar reacciones de estímulo o de inhibición dependiendo de su concentración.
Así, la toxicidad depende de la sustancia en sí y de la concentración en el sitio de
acción y de la especie sobre la cual se ejerce (Kogan, 1992; Anaya, 1999).

Presencia del fenómeno

Los trabajos sobre alelopatía empezaron a divulgarse formalmente a principios del


siglo pasado. Las publicaciones son actualmente numerosas y hay una excelente re-
copilación de datos al respecto (Rice, 1984). Autores de muchos lugares del mundo
han investigado y definido la alelopatía con mayor o menor exactitud: Molisch (1937),
Bonner (1950), Grümmer (1955), Putnam y Duke (1978), Camero (1992), Barceló et al.
302
(1992), Anaya (1999), Hickman et al. (1999), An et al (1998), Einhellig (2004), Lozano
(1992), Gámez et al. (2002, 2007 a, b) entre muchos más han coincidido en ver la alelo-
patía de forma general como el efecto producido por las interacciones bioquímicas que
se establecen en un agroecosistema entre una especie donante sobre otra receptora,
que incluye a plantas y microorganismos y puede ser de daños o beneficios.
La actividad alelopática depende de factores como: 1) Sensibilidad de la especie
receptora, 2) Liberación de la toxina al medio, y 3) Actividad e interacciones bióticas
y abióticas que ocurren en el suelo con la toxina (microorganismos, temperatura, pH,
etc). Duke et al. (1997) mencionan que es necesario establecer cuatro condiciones para
que una interacción pueda considerarse como alelopatía: 1) Demostrar la existencia de
interferencias, describir los síntomas y cuantificar el grado de interferencia; 2) Aislar,
ensayar y caracterizar los aleloquímicos; 3) Los síntomas de interferencia previamente
diagnosticados deben ser repetidos por la aplicación de toxinas a dosis presentes en
la naturaleza; y 4) La liberación de las toxinas, su movimiento y captación por parte
de la planta receptora debe ser monitoreada y demostrar que la dosis es suficiente
para explicar la interferencia observada.
Según An et al. (1998), los efectos reales de los aleloquímicos son visibles en el
porcentaje de la germinación de semillas inhibidas o retrasadas, necrosadas, raíz y
tallo reducido, necrosis en las extremidades de las raíces, pérdida de pelos radiculares,
reducción de la acumulación de masa seca y una capacidad reproductiva reducida,
entre otros daños.
Los mecanismos de acción de los agentes alelopáticos fueron resumidos por
Rice (1984), bajo las siguientes categorías: 1) Efectos en la elongación de las células
y ultraestructura del extremo radical, incluyendo la inhibición de la división celular,
2) Efectos en la inducción de hormonas de crecimiento, 3) Inhibición en la síntesis de
proteínas y cambios en el metabolismo de lípidos y orgánicos, 4) Inhibición y/o esti-
mulación de enzimas específicas, 5) Efectos en la permeabilidad de la membrana, 6)
Efectos en la apertura estomática y en la fotosíntesis, 7) Efectos en la respiración, 8)
Efectos sobre la absorción mineral, 9) Extraordinario atascamiento de los elementos
del xilema y de la transmisión de agua por el tallo, y 10) Efectos sobre la disponibilidad
de fósforo y potasio en el suelo.

Naturaleza química y biosíntesis de la sustancias alelopáticas

Como resultado del conocimiento derivado de las investigaciones en la alelopatía se


creó, alrededor del concepto, una abundante terminología que intentaba poner orden
en la descripción de los diversos tipos de interacciones alelopáticas y los compuestos
en ellas implicados (Figura 1).

303
Figura 1. Términos para describir los tipos de interacciones alelopáticas y los compuestos involucrados
en ellas.

Muchos aleloquímicos han sido clasificados como “metabolitos secundarios”, debido


a que no se encuentran en toda la materia viva sino que se presentan de manera
esporádica, no juegan un papel en el metabolismo primario y son producidos como
consecuencia de los caminos al metabolismo primario, e incluyen cientos de compo-
nentes moleculares de bajo peso (Rice, 1984 y An et al., 1998).
La mayoría de los agentes alelopáticos son metabolitos secundarios derivados de
las rutas del acetato-mevalonato (terpenos, esteroides, ácidos orgánicos solubles en
agua, alcoholes de cadena lineal, aldehídos alifáticos, cetonas, ácidos grasos insatura-
dos simples, ácidos grasos de cadena larga, poliacetilenos, naftoquinonas, antroqui-
nonas, quinonas complejas y floroglucinol) o del ácido shikímico (fenoles simples, el
ácido benzoico y sus derivados, el ácido cinámico y sus derivados, cumarinas, sulfuros,
glicósidos, alcaloides, cianhidrinas, algunos de los derivados de quinonas y taninos
hidrolizables y condensados). Existen también compuestos (p. ej. los flavonoides) en
cuya síntesis participan metabolitos de las dos rutas (Figura 2).

Figura 2. Rutas de
biosíntesis de ale-
loquímicos (Sam-
pietro, 2008).

Rice (1984) utilizó un sistema que contiene catorce categorías, más un grupo
misceláneo de compuestos. Los 14 grupos son: 1) Derivados del ácido cinámico,
2) Cumarinas, 3) Fenoles simples, derivados del ácido benzóico, ácido gálico, ácido
protocatequico y floroglucinoles, 4) Flavonoides, 5) Taninos hidrolizables y conden-

304
sados, 6) Terpenoides y esteroles, 7) Ácidos orgánicos solubles en agua, alcoholes de
cadena larga, aldehídos alifáticos y cetonas, 8) Lactonas simples insaturadas, 9) Ácidos
grasos de cadena insaturadas y Ácidos grasos de cadena larga, 10) Naftaquinonas,
antraquinonas y quinonas complejas, 11) Aminoácidos y polipéptidos, 12) Alcaloides
y Cianohidrinas, 13) Sulfuros y glucósidos de los aceites de la mostaza y 14) Purinas
y nucleósidos.
De entre estos compuestos, los que presentan reconocida actividad alelopática
son: Glucósidos cianogénicos, la hidrólisis de estos compuestos da lugar no sólo a cian-
hídrico sino también a hidroxibenzaldehído que al oxidarse origina el ácido p-hidroxi-
benzoico. La durina es frecuente entre especies tanto cultivadas como silvestres del
género Sorghum. Amigdalina y prunasina son frecuentes en semillas de Prunaceae y
Pomaceae actuando como inhibidores de germinación. La mayoría de los miembros
de la familia Brassicaceae producen grandes cantidades de estos glucósidos, los que
por hidrólisis producen isotiocianato con igual actividad biológica.
Los Compuestos aromáticos comprenden la más extensa cantidad de agentes
alelopáticos e incluye: a) Fenoles simples: hidroxiquinonas y la arbutina, aislados de
lixiviados de Arctostaphylos, b) Ácido benzoico y derivados: tales como los ácidos
hidroxibenzoico y vainíllico encontrados en el pepino, la avena y el sorgo, c) Ácido
cinámico y sus derivados: son derivados de la ruta metabólica del ácido shikímico y
están ampliamente distribuidos en plantas como el pepino, girasol (Helianthus annuus)
y guayule (Parthenium argentatum), así como otros derivados tales como clorogénico,
cafeico, p-cumárico, y ferúlico que son inhibitorios de una gran variedad de cultivos
y malezas, d) Quinonas y derivados: provienen de la ruta metabólica del ácido shikí-
mico. El ejemplo clásico de estos compuestos es la Juglona y naftoquinonas que se
aislaron del nogal, e) Cumarinas: la metil esculina fue identificada en Ruta, Avena e
Imperata. Compuestos como escopolina, escopoletina y furanocumarinas inhiben el
crecimiento vegetal, f) Flavonoides: una amplia variedad de flavonoides como floridzi-
na y sus productos de degradación tales como glicósidos de quempferol, quercetina
y myrcetina, g) Taninos: tanto los hidrolizables como los condensados, tienen efectos
inhibitorios debido a su capacidad para unirse a proteínas. Los hidrolizables como
los ácidos gálico, elágico, trigálico, tetragálico y quebúlico están presentes en suelos
de bosques en concentraciones suficientes para inhibir nitrificación. Los taninos
condensados, originados de la polimerización oxidativa de las catequinas, inhiben las
bacterias nitrificantes en suelos forestales y reducen el ritmo de descomposición de
la materia orgánica, el cual es importante para los ciclos de circulación de minerales
en el suelo.

Clasificación de las interacciones alelopáticas

Alelopatía Positiva. Es el efecto benéfico que tiene una planta sobre otra. Por
ejemplo el frijol verde y la fresa prosperan más cuando son cultivados juntos que
cuando se cultivan por separado. La lechuga sembrada con espinaca se hace más
jugosa. El frijol sembrado con maíz ayuda a repeler y disminuir ataques del gusano
305
cogollero. La interacción entre malezas y cultivos puede ser positiva, según Jiménez
et al. citados por An et al. (1998), al interplantar cantidades controladas de mostaza
silvestre (Brassica campestris) con brócolis (Brassica oleracea var. premium crop) se
incrementó la cosecha en un 50%.

Alelopatía negativa. Es la no convivencia de algunas plantas en un mismo espacio,


pues hay determinadas plantas que segregan sustancias tóxicas por sus raíces y hojas,
impidiendo el desarrollo de las plantas vecinas como el ajenjo, el eneldo, el diente de
león y otras como el eucalipto. Algunas hortalizas no se aconsejan sembrar asociadas
por sus propiedades alelopáticas negativas (Tabla 1).

Tabla 1. Asociación de cultivos antagónicos

Lechuga

Rábano
Cebolla

Coliflor
Brócoli
Acelga

Perejil
Nabo

Poro
Apio
Ajo

Col

Acelga – – – –

Ajo – –

Apio –

Brócoli – – –

Cebolla – – – – –

Coliflor – – – – – –

Lechuga –

Poro –

Rábano – –
- No es conveniente

Aplicaciones y beneficios de la alelopatía en la agricultura

La posible aplicación de los conocimientos adquiridos sobre alelopatía está en conso-


nancia con la actual demanda social, preocupada por una aproximación más respetuosa
al medio ambiente de las prácticas agrícolas. En cualquier caso, deberán emprenderse
nuevos trabajos para estudiar la biodegradabilidad de estos compuestos alelopáticos,
en comparación con la de los herbicidas actualmente comercializados.

306
Entre los beneficios de esta interacción planta-planta se pueden mencionar:
Disminuye los costos de producción; Independiza a los cultivadores de las casas
productoras de abonos y pesticidas químicos; Preserva los cultivos, los animales y
al hombre; Mejora la estructura del suelo; Da fuerza a la agricultura autosostenible
(aquella que puede perdurar por tiempo indefinido en beneficio de la humanidad
sin deteriorar el medio ambiente); Mejora la calidad de los productos agrícolas y
Contribuye a la alimentación sana.

Alelopatía de cultivos sobre malezas

En la actualidad resulta de gran importancia investigar y encontrar las variantes que


nos permitan el desarrollo de una agricultura rentable y no contaminante del medio
ambiente. Los efectos alelopáticos de las especies cultivadas sobre las malas hierbas
son objeto actualmente de una actividad investigadora importante con el objetivo
de reducir el uso de herbicidas.
La utilización de residuos alelopáticos como una herramienta de manejo y control
de malas hierbas puede ser uno de los usos más prácticos, exitosos y reales aplicables
de la alelopatía, encontrando que éstos pueden inhibir o estimular el crecimiento de
las plantas durante un período limitado en los agroecosistemas (An y Haig, 1998).
El uso de extractos de cultivos sobre las malezas como vía alternativa en el manejo
de herbicidas, aunque es poco común, también ha sido reportado por autores como
Rice (1984), quien nombra un número de especies cuya presencia ha demostrado
que tiene un efecto inhibitorio en un número de malas hierbas. La lista incluye:
remolacha (Beta vulgaris L.), frijol chocho (Lupinus spp L.), maíz (Zea mays L.), trigo
(Triticum vulgaris Willd.), avena (Avena sativa L.), chícharos (Pisum sativum L.), trigo
sarraceno (Fagopyrum esculentum Moench), trigo graso peludo (Vicia villosa Roth),
y el pepino (Cucumis sativus L.).
Overland (1966) verificó que los extractos acuosos de semillas y raíces de cebada
(cultivo con acción competidora sobre malezas) tenían efectos inhibitorios sobre
la germinación de la Stellaria media y menos sobre la Capsella bursa sin afectar el
cultivo del trigo. Observó que los extractos de raíces vivas eran más efectivas que las
muertas, lo que indicaba una secreción metabólica de sustancias alelopáticas.
Hickman (1999) comprobó el efecto alelopático del centeno sobre el mastuerzo,
que a su vez es alelopático para el mijo japonés, por lo que propuso la utilización del
centeno como cultivo de cobertura que puede ser usado como controlador de esta
maleza en lugar de la aplicación de herbicidas químicos. Leather (1983) comprobó el
carácter inhibitorio del extracto de girasol (Helianthus annuus L.) sobre la germinación
y desarrollo de las malezas asociadas al mismo: zacate Johnson (Sorghum halepen-
se), hierba lechosa (Euphorbia heterophylla), coquillo (Cyperus rotundus), verdolaga
(Portulaca oleracea) y el quelite (Amaranthus dubius).
Las sustancias que se encuentran presentes en Helietta parvifolia, Helianthus
annuus, Piper auritum, y Croton pyramidalis inhiben el crecimiento de otras plantas a

307
su alrededor; por lo que este efecto puede utilizarse para beneficio de la agricultura
al ser usadas como pesticidas naturales (Rice, 1984; Campos, 2009).

Modo de liberación de los agentes alelopáticos

Una variedad de agentes alelopáticos son sintetizados y almacenados en diferentes


células de la planta, ya sea en forma libre o conjugada con otras moléculas, y son
liberados en el entorno en respuesta a diferentes estreses bióticos y abióticos, de-
pendiendo de su naturaleza química. Se desconoce si los aleloquímicos son liberados
en forma activa o a través de un escape pasivo. Existen sustancias exudadas por las
raíces de ciertas plantas que no pueden aislarse de los tejidos radiculares de éstas.
En sorgo las p-benzoquinonas, conocidas como sorgoleone, son exudadas en forma
abundante por la raíz. Sin embargo no han sido encontradas en los tejidos radicales
(Einhellig,1986). Por tanto existen 4 vías principales de liberación al entorno de los
aleloquímicos (Figura 3). A continuación analizaremos cada una de ellas.

Volatilización. La liberación de agentes alelopáticos por volatilización está frecuente-


mente confinada a plantas que producen terpenoides. Los géneros que comúnmente li-
beran compuestos volátiles incluyen Artemisia, Salvia, Parthenium, Eucalyptus y Brassica
(Tabla 2). La toxicidad de los compuestos volátiles es prolongada, debido a su adsorción
a las partículas del suelo, lo cual les permite permanecer varios meses en él.

Figura 3. Vías a través de las cuales


se liberan los agentes alelopáticos al
entorno (Sampietro, 2008)

308
Tabla 2. Potencial alelopático de compuestos volátiles

Nombre de la planta Efecto inhibitorio sobre la Naturaleza química del


planta blanco compuesto volátil
Germinación de semillas y crec- Monoterpenos, α-pineno,
Salvia reflexa imiento de plántulas. β-pineno, cineol.

Brassica juncea, B. napus Germinación de lechuga y trigo. No determinada

Germinación de tomate, cebolla 2-Octanona, 2-nonanona,


Amaranthus palmeri y zanahoria. 2-heptanona.

Germinación y crecimiento de
Eucalyptus globulus Variedad de terpenos.
plantas de cultivo.

Es autotóxica e inhibitoria del


Artemisia princeps var. orientalis No determinada.
desarrollo de callos de lechuga.

Estimula el crecimiento de
Heliotropium europaeum No determinada.
rabanito y trigo sarraceno.

Lixiviación. La lixiviación es la remoción de sustancias presentes en la planta por


efecto de la lluvia, nieve, niebla o rocío, que va a depender del tipo de tejido vegetal,
la edad de la planta y la cantidad y naturaleza de la precipitación, liberándose una
gran variedad de agentes alelopáticos tales como compuestos fenólicos, terpenos y
alcaloides. Se ha determinado la toxicidad de muchos lixiviados de semillas y hojas
sobre plantas silvestres y cultivadas (Tabla 3).

Tabla 3. Potencial alelopático de lixiviados

Nombre de la planta Efecto inhibitorio sobre la Naturaleza química


especie blanco
Datura stramonium Crecimiento de trigo y soya. Escopolamina, hyoscyamina.

Crecimiento de cebada,
Brassica rapa (L.) No determinado.
centeno y rabanito.
Brassica napus Germinación de soya. Alil isotiocianato.
Crecimiento de cebada,
Artemisia sp. No determinado.
lechuga crisantemo.
Crecimiento de plantas de
Eucalyptus globulus No determinado.
cultivo.
Germinación y crecimiento (+) Evodona y desacetil cala-
Calamintha ashei de Rudberkia hirta y Lep- minthona.
tochloa dubia.

309
Exudados radiculares. Las toxinas liberadas por ciertos cultivos y malezas adyacentes
pueden contribuir a la disminución en rendimiento presentada por algunos cultivos. La
mayoría de los agentes alelopáticos conocidos son exudados radiculares que reducen
la germinación de las semillas, el crecimiento de raíces y brotes, la incorporación de
nutrientes y la nodulación (Tabla 4). Factores tales como la edad del vegetal, nutrición,
luz y humedad influencian cualitativa y cuantitativamente la liberación de sustancias
por las raíces.

Tabla 4. Potencial alelopático de algunos exudados de raíces

Efecto inhibitorio sobre la


Nombre de la planta Naturaleza química
especie blanco
Crecimiento de raíces, materia
Elytrigia repens seca, nodulación y fijación de No determinada.
nitrógeno.

Longitud de vástago y espiga y


Chenopodium murale No determinada.
peso seco en trigo.

Crecimiento de raíz y brote y


Avena spp. Escopoletina y ácido vainíllico.
longitud de espiga en trigo.

Área foliar, crecimiento y materia


Bidens pilosa No determinada.
seca en maíz, sorgo y lechuga.

Nodulación en Cajanus cajan y


Celosia argentea L. No determinada.
Vigna aconitifolia.

Crecimiento y nodulación de
Parthenium hysterophorus No determinada.
poroto.

Crecimiento de soya, maíz, No determinada.


cebada y rabanito.
Medicago sativa Cultivo de suspensiones celu- Canavanina.
lares de repollo y tomate.

Crecimiento de lechuga y
Lycopersicum esculentum No determinada.
berenjena.

Crecimiento de mostaza y
Brassica campestris No determinada.
autotóxico.
Ácidos benzoico, clorogénico,
Cucumis sativus Crecimiento de lechuga. mirístico y palmítico.
Escopoletina y ácidos benzoico,
Avena spp. Crecimiento de trigo. cumárico y vainíllico.
Asparagus officinalis Autotóxico. No determinada.

Triticum aestivum Crecimiento de avena silvestre. Ácido hidroxámico.

310
Crecimiento de plántulas de Hirsutita y pirocatecol, ácidos
Rorippa sylvestris lechuga. p-hidroxibenzoico y vainíllico.
Descomposición de residuos vegetales. Los residuos de la planta en descomposición
liberan una gran cantidad de agentes alelopáticos influenciados por la naturaleza del
residuo, el tipo de suelo, y las condiciones de descomposición, y que ejercen su acción
en el suelo al entrar en contacto con las raíces de plantas presentes en el mismo (Tabla
5). Al mismo tiempo sufren transformaciones realizadas por la microflora del suelo,
que pueden originar productos con actividad biológica mayor que sus precursores.
Prácticas agrícolas como la siembra directa sobre rastrojo para una mejor conserva-
ción de agua y suelo no son aconsejables para ciertas combinaciones de cultivos por
los efectos nocivos de las toxinas liberadas de los residuos en descomposición sobre
la emergencia, crecimiento y productividad del cultivo siguiente.

Tabla 5. Potencial alelopático de los residuos en descomposición

Efecto inhibitorio sobre la


Nombre de la planta Naturaleza química
especie blanco
Crecimiento de plantines de Ácido 5-hidroxi indol,
Agropyron repens alfalfa, maíz y soja. 3-acético.

Partenina, coronopilina y
Germinación de semillas de Bras- ácidos cafeico, p-cumárico,
Parthenium hysterophorus sica napus. clorogénico, cumárico, hidroxi-
benzoico y vainíllico.

Germinación y crecimiento de Ácidos clorogénico, cumárico,


Sorghum halepense girasol, tomate y rabanito. hidroxibenzoico y vainíllico.

Rendimiento de tomate, arroz,


Cyperus rotundus repollo, pepino, zanahoria, soya Polifenoles y sesquiterpenos.
y algodón.

Germinación y crecimiento de Ácidos ferúlico, hidroxiben-


Cyperus esculentus remolacha azucarera, lechuga, zoico, siríngico y vainíllico.
tomate, maíz, soya y tabaco.

Crecimiento de soya, maíz y


Setaria viridis No determinada.
sorgo.

Germinación y crecimiento de
Chenopodium album trigo, centeno, maíz, soya, mo- No determinada.
staza y garbanzo.

Escopolina, Escopoletina y
Crecimiento de maíz, centeno,
Imperata cylindrical ácidos benzoico, clorogénico,
sorgo y tomate. cumárico, gentísico y vainíllico.

Germinación y crecimiento de Ácidos benzoico, cafeico, cloro-


Xanthium spp. trigo, maíz, tabaco, garbanzo, génico y cumárico.
repollo y lechuga.

311
Crecimiento, peso seco y conteni-
Artemisia princeps do calórico de Lactuca, Plantago, No determinada.
Chrysantemum y Achryranthus.

Mecanismos de acción de los agentes alelopáticos

Limitaciones en el estudio de los mecanismos de acción. Debido a la diversidad de


la naturaleza química de los diferentes agentes alelopáticos, no existe un mecanismo
de acción único que explique la manera en que éstos afectan a la planta receptora.
Las cantidades en que se encuentran disponibles muchas de estas sustancias son
inferiores a las que presentan actividad en bioensayos en laboratorio. Esto se debe
a las interacciones sinérgicas y aditivas, lo cual dificulta determinar la actuación de
cada compuesto. La importancia del estudio de cómo actúan estas sustancias es
evidente si se tiene en cuenta que son aproximadamente sólo doce los sitios mole-
culares de acción conocidos de los herbicidas actualmente utilizados en agricultura y
entre las malezas es logarítmico el ritmo de aparición de resistencias a los productos
comerciales en uso. La utilización de sustancias con nuevos sitios de acción diferentes
a los explotados hasta el momento permitiría reducir el impacto de este problema
(Sampietro, 2008).
Los más estudiados hasta el presente en este aspecto son los compuestos fenólicos,
muchos de los cuales son capaces de provocar alteraciones en el balance hormonal de
la planta receptora, lo cual en ciertos casos conducen a una inhibición del crecimiento
(Figura 4). Esto permite entender a qué partes son predominantemente transportados
y en qué tejidos es factible que ejerzan su acción. Los primeros estudios de este tipo
mostraron que semillas en germinación de lechuga y cebada son capaces de incorporar
cumarina y los ácidos cinámico, cafeico y ferúlico. Otros trabajos indican que los ácidos
salicílico, ferúlico y p-hidroxibenzoico son rápidamente extraídos de medios nutritivos y
traslocados a través de la planta. A continuación se analizarán diferentes aproximaciones
destinadas a comprender los mecanismos de acción de estas sustancias.

Alteraciones hormonales provocadas por agentes alelopáticos. Los compuestos


fenólicos pueden reducir o incrementar la concentración de Ácido Indol Acético
(AIA), una fitohormona del grupo de las auxinas. Monofenoles tales como los ácidos
p-hidroxibenzoico, vainíllico, p-cumárico y siríngico reducen la disponibilidad de AIA
promoviendo su decarboxilación. En contraste, muchos di y polifenoles (p. ej. los áci-
dos clorogénico, cafeico, ferúlico y protocatequico) sinergizan el crecimiento inducido
por AIA suprimiendo la degradación de la hormona. Estos resultados sugirieron que
existiría un control en los niveles de AIA a través del balance entre mono y polifenoles.
La enzima polifenoloxidasa actúa sintetizando polifenoles a partir de fenoles simples.
Su actividad regularía, por tanto, la destrucción y preservación de la auxina.
Ciertos glicósidos de flavonoides como la naringenina, la 2´,4,4´-trihidroxichalcona
y la floridzina estimulan fuertemente enzimas del tipo AIA oxidasa, involucradas en
la degradación de auxinas. Los ácidos hidroxámicos 6,7-dimetoxi-2-benzoxazolinona
(DIMBOA) y 6-metoxi-2-benzoxazolinona (MBOA) modifican la afinidad de unión de

312
las auxinas a sitios re-
ceptores de unión de las
mismas a membrana.
Esta actividad guarda
correlación con la inhi-
bición de crecimiento
inducido por auxinas en
secciones de coleóptilo
de avena.

Figura 4. Modelo propuesto


para relacionar la acción deletérea de aleloquímicos fenólicos. Las flechas sugieren un impacto ne-
gativo sobre los procesos y las superposiciones sombreadas implican interacciones probables entre
dominios (Sampietro, 2008).

Varios compuestos fenólicos inhiben la acción de otras fitohormonas, las gibere-


linas, ya sea por unión a la molécula hormonal o por bloqueo del proceso mediado
por las mismas. Se sabe que los ácidos ferúlico, p-cumárico, vainíllico y las cumarinas
inhiben el crecimiento inducido por giberelinas. Muchos taninos también lo hacen,
provocando paralelamente una reducción en la síntesis de enzimas hidrolíticas tales
como la amilasa (Campos, 2009) y la fosfatasa ácida en endospermo de semillas de
cebada.
El ácido abscísico (ABA), es una hormona vegetal cuyo incremento en la planta
normalmente está asociado a una condición de estrés fisiológico. Un estrés hídrico
conduce a un incremento de ABA provocando el cierre de estomas. La cumarina y varios
flavonoides tienen actividad antagónica contra el efecto inhibitorio del ABA y estimulan
el crecimiento inducido por el ácido giberélico. La inhibición de crecimiento de plántulas
de pepino debida a ácido ferúlico y otros compuestos fenólicos ha sido correlacionada
con el incremento en los niveles de ácido Abscísico (Barceló et al., 1995).

Efectos sobre la actividad enzimática. Existen muchos compuestos alelopáticos con


capacidad de modificar ya sea la síntesis o la actividad de enzimas tanto in vivo como
in vitro, presentando un efecto dual sobre la misma, provocando un incremento
cuando se encuentran en bajas concentraciones. En la situación opuesta se observa
una reducción de actividad. Por ejemplo, plántulas de maíz tratadas con ácido ferúlico
mostraron un incremento en los niveles de enzimas oxidativas (peroxidasas, catalasa
y ácido indolacético oxidasa) junto con una elevación de enzimas de la ruta del ácido
shikímico tales como fenil alanina amonio liasa y la cinamil alcohol deshidrogenasa

313
involucrada en la síntesis de compuestos fenilpropanoides. También al ácido ferúli-
co se le atribuye la inhibición de enzimas hidrolíticas tales como amilasa, maltasa,
invertasa, proteasa y fosfatasa ácida involucradas en la movilización de material de
alimento (Campos, 2009).
Efectos sobre la fotosíntesis. Bioensayos con Abutilon theophrasti y Lemna minor
demostraron que varios ácidos derivados del benzoico y el cinámico (p. ej. el ácido
ferúlico), escopoletina y clorogénico en bajas concentraciones eran capaces de inhibir
la fotosíntesis de plantas enteras. Experimentos con suspensiones de células foliares
de A. theophrasti, mostraron que el ácido ferúlico, p-cumárico, clorogénico y vainí-
llico son capaces de inhibir la fotosíntesis con concentraciones de los aleloquímicos
menores a las requeridas para planta entera. El efecto inhibitorio es el resultado de
una modificación en los niveles de clorofila o por cierre de estomas y la subsecuente
reducción en la provisión de CO2 vital para la producción de fotosintatos.
En soya los ácidos ferúlico, vainíllico y p-cumárico reducen el contenido de cloro-
fila. En sorgo, las mismas sustancias no provocan esa disminución. Los ácidos ferúlico,
p-cumárico y otros cinámicos a bajas concentraciones revierten el cierre de estomas
mediado por ABA y estimulan la fotosíntesis. A concentraciones altas, sin embargo,
provocan el cierre de estomas e inhibición del proceso fotosintético. Los ácidos
fenólicos actúan en concentraciones relativamente altas inhibiendo el transporte
de electrones lo que sugeriría según Einhellig (1995) que el sitio blanco de acción
de estas sustancias es otro. Ciertos flavonoides parecen interferir en la organización
funcional o estructural del cloroplasto. El quempferol, por ejemplo, aparentemente
actúa como un inhibidor de transferencia de energía, impidiendo la síntesis de ATP.
Un caso especial son las quinonas. Existen compuestos sintéticos de esta natura-
leza que son empleados como herbicidas. Algunas de origen natural son reconocidos
agentes alelopáticos como el sorgoleone y la juglona. El sorgoleone, una benzoquinona
presente en los exudados radiculares de sorgo, a concentraciones similares a las em-
pleadas con el herbicida atrazina, es capaz de desacoplar el transporte de electrones en
el fotosistema II. La juglona afecta también la evolución del oxígeno en el cloroplasto,
sin aparentemente desacoplar la fotofosforilación. Compuestos de otro tipo como el
alcaloide gramina también provocan desacople en el transporte de electrones.

Efectos sobre respiración. Para estudiar el efecto de los aleloquímicos sobre la res-
piración, normalmente se ensayan los mismos sobre suspensiones mitocondriales.
Entre los compuestos fenólicos el orden de mayor a menor actividad es quinonas,
flavonoides, cumarinas y ácidos fenólicos. Las quinonas sorgoleone y juglona son
efectivos inhibidores a muy baja concentración. Nuevamente el sorgoleone afecta el
transporte de electrones, mientras que la juglona afecta la incorporación mitocondrial
de oxígeno. Flavonoides tales como la quercetina, naringenina y umbeliferona inhiben
la producción de ATP en la mitocondria (Gámez et al., 2001; Peñuelas et al., 1996).

Efectos sobre procesos asociados a membranas. Los derivados de los ácidos benzoico
y cinámico tienen profundos efectos sobre las membranas. Son capaces de provocar
cambios en la polaridad lo cual provocaría alteraciones en la estructura y permeabili-
314
dad de las mismas. Otras sustancias como el ácido hidroxibutírico también presente
en rastrojos, provoca efectos similares.
Los ácidos fenólicos tienen un efecto directo sobre la incorporación de iones. Los
ácidos benzoicos y cinámicos inhiben el ritmo de incorporación de fósforo y potasio
en raíces cortadas. Algunos flavonoides inhiben la absorción mineral. La inhibición de
las ATPasas de membranas y la alteración en la permeabilidad de las mismas pueden
contribuir a la reducción en la incorporación mineral. Estudios en sorgo muestran
que el ácido ferúlico reduce los niveles de fósforo y potasio en la parte aérea y las
raíces de la planta después de 3 a 6 días de tratamiento. Los contenidos de magnesio,
hierro y calcio también se ven afectados.
Los ácidos fenólicos también pueden alterar el contenido de minerales en la planta
receptora. En Caupí (Vigna sinensis) bioensayos mostraron que los ácidos cafeico,
siríngico, y protocatecuico reducen los contenidos en nitrógeno, fósforo, potasio,
hierro y molibdeno, pero los niveles de magnesio no son alterados. Durante 7 sema-
nas con el ácido clorogénico en Amaranthus retroflexus mostraron alteraciones en
sus contenidos minerales. Los niveles de fósforo descendieron y se incrementaron
los de nitrógeno sin sufrir alteraciones los de potasio.
Los ácidos fenólicos y las cumarinas también provocan alteraciones en el contenido
de agua en la planta, mientras que el ácido ferúlico reduce la incorporación de agua
por las raíces. Paralelamente, eleva los niveles endógenos de ABA.
Modelo de acción alelopática de compuestos fenólicos. Según Einhellig (1996,
2004), si bien muchos compuestos fenólicos actuarían a nivel celular simultáneamente
en varios blancos alterándola fisiológicamente, parece que algunos efectos son mas
importantes que otros
y es central la acción
que estas sustancias
tienen sobre membra-
na plasmática para pro-
vocar la interrupción
de la mayoría de los
restantes procesos en
que están involucrados
(Figura 4 y 5).

Figura 5. Modelo que ilustra


los sitios de acción de agentes alelopáticos del sorgo en la fisiología celular. Algunos sitios primarios de
acción deletérea están sugeridos por flechas (Sampietro, 2008) (cw = pared celular; ch = cloroplasto;
mt = mitocondria; nu = núcleo; pm = plasmalema; va = vacuola).

315
Conclusiones y perspectivas

Los ecosistemas naturales mantienen un equilibrio ecológico que permite regular


y mantener estables a cada uno de los componentes bióticos y abióticos de dicho
ecosistema. Enfocados en el sistema agrícola, específicamente en las interacciones
planta-planta, se ha descubierto que muchas plantas son capaces de mantener un
equilibrio competitivo entre cultivo/maleza mediante compuestos que contienen
y que poseen propiedades estimulantes o inhibitorias que contribuyen a la preser-
vación y/o producción de los cultivos. La utilización de residuos alelopáticos como
una herramienta de manejo en las plantas puede ser uno de los usos más prácticos
aplicables de la alelopatía en los agroecosistemas.
Esto usualmente ofrece herramientas para combatir la evolución de resistencias
a biocidas de malezas actualmente utilizados y alternativas para aquellos para los
cuales la resistencia ya existe. Además, el tener conocimiento sobre estos efectos
debe conducirnos hacia metas ecológicas y hacia la búsqueda de mayor información
que nos permita aprovechar dicho potencial para el beneficio humano.
Como conclusión final podemos mencionar que aunque ha habido grandes avances
en el conocimiento de los metabolitos secundarios involucrados, el universo por es-
tudiar es todavía muy grande, sin olvidar que deben de estudiarse en combinaciones
diversas para abrir nuevas perspectivas, ya que en la naturaleza un principio activo
no funciona individualmente.

316
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN: ESTUDIO DE CASO

Potencial alelopático de extractos foliares de Helietta parvifolia (A. Gray) Benth,


Karwinskia humboldtiana (J.A. Schultes) Zucc. y Larrea tridentata (Moç.) sobre algunos pro-
cesos fisiológicos en semillas de seis genotipos de sorgo (Sorghum bicolor L. Moench)

Introducción

El sorgo de grano es uno de los cereales más resistentes a la sequía, en condiciones de


sequedad y calor extremas. Es de muy alto rendimiento con hasta doce toneladas de
grano por hectárea, y se emplea mucho en todo el mundo como fuente de proteína
vegetal en la engorda de los animales fundamentales en la dieta humana. En las áreas
tropicales el sorgo es importante como alimento humano, por su utilidad forrajera y
como combustible y material para construcción (Maiti, 1986).
En México no se satisface la demanda de sorgo por parte de las empresas proce-
sadoras de alimentos, viéndose éstas en la necesidad de importar sorgo de Estados
Unidos. Una de las formas de cubrir esta demanda es a través del uso de variedades
más rendidoras y resistentes, las cuales se obtienen a partir de un proceso de mejo-
ramiento genético (Maití, 1986). Sin embargo, estos cultivos frecuentemente se ven
expuestos a una serie de factores que limitan su producción.
Este estudio pretende obtener información acerca de la posible acción alelopática
de H. parvifolia, K. humboldtiana y L. tridentata sobre la germinación y el crecimiento
temprano de seis genotipos de sorgo.

Descripción y propiedades químicas y alelopáticas de las especies utilizadas

Helietta parvifolia (A. Gray) Benth “Barreta”. Especie perteneciente a la familia


Rutaceae. Son arbustos sin espinas, de 2 a 4 m de alto; hojas opuestas, trifoliadas, de
35-50 mm de largo, en su mayoría glabras. Hojas sésiles o casi sésiles, generalmente
oblongadas u ovadas, redondeadas en el ápice; flores en panículas terminales, perfectas
y pequeñas; el cáliz seccionado en 3 ó 4 partes, de 2 mm de ancho con 3 ó 4 pétalos,
imbricados en botón, elípticos de 2.5 a 3 mm de largo. Tres o cuatro estambres, ovarios
de 3 a 4 lóbulos, frutos con 3 a 4 carpelos indehiscentes de tipo samara, que se separan
en la madurez; alados en la parte dorsal, de 10-15 mm de largo, con 2 óvulos en cada
cavidad, pero las semillas solitarias al liberarse. Confinada a colinas de grava y roca, se
distribuye al este del Río Grande, en el extremo sur de Texas, en donde originalmente
era muy abundante. También se encuentra en Hidalgo, San Luis Potosí, Tamaulipas y
Nuevo León, México (Graue, 1981). En un estudio se reportó que la barreta ejerce una
dominancia en número y biomasa en su comunidad, debido a la liberación de cumarinas,
alcaloides del tipo de las furanoquinolinas y aceites esenciales al suelo, los cuales evitan
la germinación de otras semillas ahí presentes (Rovalo y Graue, 1983).

317
Estudios fitoquímicos de H. parvifolia (Gray) Benth demostraron la presencia de los
alcaloides furanoquinolina, flindersiamina y cucosaginina; los componentes del aceite
volátil son isosafrol, safrol, eugenol y methyleugenol; un alcano dotriacontano y una ca-
dena recta de alcohol tetracosanol (Domínguez, 1971, en Graue, 1981). El predominio de
H. parvifolia en sitios cubiertos por matorral submontano podría deberse a la liberación
de algunos alcaloides presentes en sus hojas, los cuales, disueltos por la lluvia, inhiben la
germinación y el crecimiento de otras especies vegetales (Huerta y García, 2004).
Una evidencia del potencial alelopático de Helietta parvifolia es la liberación con el
agua de lluvia de alcaloides presentes en las hojas que inhiben selectivamente la ger-
minación y el desarrollo de otras especies vegetales (Graue y Rovalo, 1982 en Huerta y
García, 2004). De acuerdo con Lozano (1992), las plantas de frijol tratadas con el extracto
de agua de arrastre de Helietta parvifolia muestran un efecto alelopático positivo sobre
los componentes del rendimiento del frijol. El efecto alelopático se manifiesta en el
incremento de la asimilación de CO2 a 600 ppm con el extracto de agua de arrastre.
Gámez et al. (2007) observaron inhibición en la germinación de semillas de ca-
labaza, tomatillo, melón y sandía, al aplicar extractos acuosos de H. parvifolia en
diferentes concentraciones.

Karwinskia humboldtiana (J.A. Schultes) Zucc. “Coyotillo”. Arbusto perteneciente a


la familia Rhamnaceae. No espinoso de 3 a 7 m de altura. Presenta en sus ramas nu-
merosas hojas. La corteza que es inicialmente verdosa pasa a un color pardo grisáceo.
Las hojas son finas y blandas pero con el tiempo se hacen coriáceas. Son elípticas,
con margen entero y con pelos en las costillas del envés. Las flores aparecen en cimas
axilares. Son de un color blanco verdoso, con 5 sépalos y 5 pétalos. Los estambres
presentan filamentos cortos y largas anteras.
Karwinskia es un género que agrupa unas 15 especies de árboles y arbustos cuyo
hábitat natural se extiende del sureste de los Estados Unidos de América al norte
de Colombia y las Antillas, siendo su centro de distribución la República Mexicana.
Aunque el género frecuentemente se asocia a las zonas áridas puede encontrarse
bien representado en bosques tropicales caducifolios, pastizales y en zonas ecotonales
de encinares y matorrales xerófilos, desde el nivel del mar hasta los 2200 m sobre
el nivel del mar. Las zonas templadas, semihúmedas y húmedas parecen ambientes
poco propicios para el desarrollo de las especies de este género (Tapia et al., 2002).
Karwinskia humboldtiana (Roem & Schult) Zucc., también conocida como tullidora,
capulincillo o coyotillo, es la especie que alcanza mayor distribución en México y por
lo tanto es la de mayor tolerancia ecológica, encontrándose el grueso de sus pobla-
ciones en las zonas áridas (Tapia et al., 2002).
El coyotillo es de gran importancia médica, por lo que se han encontrado dos
nuevos antimicrobianos dimetilbencisocromanes conocidos como quinonas eleuterina
y 7-metoxieleuterina que fueron aislados de sus raíces, siendo su efecto alelopático
principalmente contra microorganismos (Lester et al., 1985). Además, los frutos y,
en menor medida, las hojas de la plantas, contienen un compuesto polifenólico acu-
mulativo, conocido con el nombre de tullidinol, responsable de una neurotoxicidad
que afecta a humanos y animales (Villar y Ortiz, 2006).
318
Las sustancias tóxicas de la planta se encuentran en las semillas y se disuelven
fácilmente en la saliva. Éstas se ligan a la albúmina de la sangre y poco a poco se
van liberando, por lo que su efecto puede ser acumulativo, de ahí que la parálisis
aparezca semanas o meses después de la ingestión del fruto (Bermúdez, 1989). Las
toxinas de la Karwinskia afectan las fibras periféricas de las neuronas motoras. Su
acción específica es sobre las células de Schwann o neurolemocitos, cuya función es
la de mantener la conducción del impulso nervioso así como de aislar y proteger al
axón (Hernández & Muñoz, 1982; Bermúdez et al., 1995).

Larrea tridentata (Moç. & Seseé ex DC.) Coville “Gobernadora”. Perteneciente a la


familia Zygophyllaceae, se trata de un arbusto muy ramificado desde la base, peren-
nifolio, de 0.6 a 3 m de altura con hojas formadas por 2 folíolos unidos entre sí en
la base. Los folíolos son oblicuamente ovados a lanceolados o falcados, divaricados,
de 4 a 15 mm de largo por 3 a 8 mm de ancho, enteros, coriáceos, resinosos, de olor
penetrante, verde o verde amarillentos. La copa tiene un volumen promedio de 0.124
m3 x arbusto. Las flores son solitarias de 2.5 cm de diámetro, sépalos elípticos de 6
mm de largo por 4 mm de ancho, pubescentes, caedizos; pétalos de color amarillo
fuerte, oblongos a lanceolados, de 1 cm de largo por 3 a 5 mm de ancho, caedizos.
Los frutos son de subglobosos a obovoides, de 7 mm de largo, coriáceo, con pelos
blancos, sedosos, que se vuelven café-rojizos con el tiempo, 5 mericarpios con una
semilla cada uno. Las semillas pueden ser de cafés a negras, algo curvadas, de 2 a
4 mm de largo con contornos triangulares. El sistema radical es superficial, poco
profundo y muy extenso. Llega a ocupar casi el total del espacio que hay entre un
arbusto y otro (CONABIO, 2008).
Esta planta se distribuye geográficamente en los estados de Aguascalientes, Baja
California Norte y Sur, Coahuila, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco,
Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas. Fitogeográficamente
es dominante en el Desierto Chihuahuense, Desierto de Sonora, Desierto de Mojave
y en Norte América.
La resina de la gobernadora proporciona 19 aglicon-flavonoides, diversos lignanos
como el ya mencionado NDGA, flavonoides, glicósidos, sapogeninas y ceras y se ha
observado que la fracción clorofórmica y etanol, estimulan y aceleran la brotación
en árboles de durazno, lo anterior se relacionó con el descanso invernal en árboles
como una característica para que éstos resistan descensos de temperatura. El com-
puesto más importante se encuentra en la resina de las células cercanas a las capas
epidermales superior e inferior de las hojas y tallos (Ledezma, 2001).
Es el ácido nordihidroguayarético (NDGA), uno de los antioxidantes mejor cono-
cido. Se ha determinado que este ácido tiene propiedades como antioxidante, anti-
inflamatorio, citotóxica, antimicrobial e inhibidor de enzimas (Lira, 2003). Un estudio
fotoquímico a Larrea tridentata establece que son más de 125 los compuestos que se
han caracterizado estructuralmente, así que 90% se representa por aceite volátil.
Por otra parte, Lira-Saldivar y Medina-Torres (2007) reportaron que los extractos
resinosos de gobernadora (Larrea tridentata L.), tienen un efecto bioestimulante en
la germinación de semillas y crecimiento de plántulas de frijol, maíz, lechuga y bró-
319
coli. Haghighi et al. (2008), mencionaron el efecto benéfico de sustancias orgánicas
como el ácido húmico y el glutamato monosódico en la germinación de semillas de
diversas especies hortícolas. Campos (2009), reporta que los extractos de Barreta
(Helietta parvifolia) presentan un potencial de aplicación herbicida, mientras que los de
Karwinskia humboldtiana y Larrea tridentata estimulan la germinación y crecimiento
temprano de diferentes genotipos de sorgo.

Materiales y métodos

El presente trabajo se desarrolló en el área correspondiente al laboratorio de Fisio-


logía Vegetal del Departamento de Botánica en la Facultad de Ciencias Biológicas de
la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Material Biológico

Para la obtención del material vegetal a partir del cual se obtuvieron los extractos
se realizó una colecta de plantas de Helietta parvifolia, Karwinskia humboldtiana y
Larrea tridentata en el ejido Mina, del municipio de Mina, Nuevo León. Este material
se secó a temperatura ambiente hasta peso constante. Por otra parte se utilizaron
semillas de sorgo (Sorghum bicolor L. Moench) de seis genotipos suministrados por
el Banco de Germoplasma de la Facultad de Agronomía de la Universidad Autónoma
de Nuevo León que corresponden a los siguientes genotipos: AB 7500, Azul Verde,
Gemex 987, Milenio, Pampa Verde II y UR.

Preparación de Extractos

Los extractos fueron obtenidos a partir de hojas secas de cada una de las especies
a evaluar, las cuales se molieron en una licuadora Osterizer Modelo 465-015, hasta
obtener un tamaño de partícula de 0.5-1 mm. El polvo obtenido se utilizó para la
preparación de extractos acuosos y etanólicos en diferentes concentraciones.
Acuosos. Los extractos acuosos se prepararon tomando 2.5, 7.5 y 12.5 g de polvo,
y se dejaron reposar en 250 ml de agua destilada durante una semana a temperatura
ambiente en recipientes envueltos en papel aluminio para evitar fotodeterioro. Pos-
teriormente se filtraron con gasa y algodón estériles donde se obtuvieron soluciones
de concentraciones de 1%, 3% y 5%.
Etanólicos. Los extractos etanólicos se obtuvieron luego de pesar 50 g de polvo
se le agregaron 500 ml de alcohol etílico absoluto, y se mantuvieron en agitación en
un agitador Orbit Shaker marca Lab-Line durante cinco días. Los recipientes fueron
envueltos en papel aluminio para evitar fotodeterioro. Una vez pasado ese tiempo los
extractos se filtraron con gasa y algodón estériles. El extracto que se obtuvo luego de

320
la filtración se pasó por un sistema de rotavapor marca Yamato a 60°C para eliminar
el exceso de solvente y concentrar el extracto. Se disolvieron 25 ml del extracto ob-
tenido y se agregaron 500 ml de agua destilada, siendo ésta la concentración de 5%.
Para las concentraciones de 3% y 1% se utilizaron 150 ml y 50 ml respectivamente
del extracto al 5%, luego se agregó agua destilada hasta aforar a 250 ml.

Evaluación in vitro de la actividad alelopática

Bioensayo 1. Evaluación in vitro de la germinación y movilización de reservas en


semillas de sorgo. En cajas petri con papel filtro se colocaron diez semillas de cada
genotipo por caja, agregando 10 ml de extracto de cada una de las concentraciones
(1%, 3% y 5%), se utilizó agua destilada como control. Se mantuvieron a temperatura
ambiente en una cámara bioclimática Biotronette Mark III marca Lab-Line durante
siete días. Posteriormente se evaluó el porcentaje de germinación, luego se cortaron
por separado la radícula, el talluelo y el endospermo colocándolos en bolsitas de pa-
pel para secarse en estufa marca Felisa a 40° C durante 48 h para obtener los pesos
secos. La prueba se llevó a cabo por triplicado.

Bioensayo 2. Evaluación in vitro de la producción de CO2 de semillas de sorgo. Se


pesaron 10 porciones 5, g de semillas de sorgo. Éstas se dejaron remojando durante
24 horas en 15 ml de cada uno de los extractos, en sus diferentes concentraciones, al
igual que en un control con agua destilada. Por separado, se vertieron 50 ml de NaOH
0.2N en 61 frascos de 450 ml con tapa de rosca para después ser tapados rápidamen-
te. Transcurridas las 24 horas, cada porción de semillas se colocó en un “saquito” de
manta que se suspendió del tapón del frasco por medio de un cordel de tal modo
que la semilla no esté en contacto con el NaOH. Un frasco debe quedar sin semilla. A
las 36 horas se extrajeron las semillas y se taparon los frascos rápidamente. Se tituló
para encontrar la cantidad de CO2 respirado por las semillas. Para ello se tomaron 10
ml de NaOH de cada uno de los frascos, poniéndolos en vasos de precipitado de 50
ml. Después se añadieron 5 ml de solución de BaCl2 1M que precipitara el CO2 absor-
bido por el álcali, más tres gotas de fenoftaleína que le dio un color rosa violáceo y
se tituló con HCl 0.2 N. El procedimiento se realizó por triplicado. Se restó la cantidad
de mililitros de ácido utilizado para titular el CO2 del ambiente (frasco sin semillas)
y se obtuvo el CO2 desprendido por la semilla mediante la fórmula de equivalencia
2*44*[(N NaOHxV NaOH)–(N HClxV HCl)] = g de CO2.

Bioensayo 3. Evaluación de la cinética de degradación de almidón en semillas de


sorgo. Se colocaron diez semillas de sorgo por caja petri en diez grupos de 15 cajas para
cada tratamiento y se aplicaron 10mL de extractos de Helietta parvifolia, Karwinskia
humboldtiana y Larrea tridentata en concentraciones de 1%, 3% y 5% de cada una
y agua destilada para el control. Durante los primeros dos días se mantuvieron en
oscuridad, para después ser puestos en una cámara bioclimática Biotronette Mark
III marca Lab-Line a 26°C durante cinco días. Posteriormente se retiraron 3 repeticio-
321
nes, cortándose por separado la radícula, el talluelo y el endospermo colocándolos
en bolsitas de papel para secarse en estufa marca Felisa a 40º C durante 48 h para
obtener los pesos secos. Este procedimiento se repitió cada tercer día.
Diseños experimentales y análisis de datos

El diseño de los bioensayos 1 y 2 fue un diseño completamente al azar con arreglo


factorial AxBxC=4x2x3 siendo A=origen del extracto (Control, Barreta, Coyotillo y
Gobernadora) B=tipo de extracto (Acuoso, Etanólico) C=concentración del extracto (1,
3 y 5%). El diseño para el bioensayo 3 fue completamente al azar con arreglo factorial
AxBxC=4x5x3 siendo A= origen del extracto B= días de tratamiento C=concentración
del extracto. Los resultados se analizaron mediante el paquete estadístico de Diseños
Experimentales FAUANL Versión 2.5 (Olivares, 1994).

Resultados y discusión

Los resultados del primer bioensayo muestran que hay diferencias altamente signi-
ficativas entre el origen del extracto, la concentración de éstos y el tipo de extracto
así como también entre el genotipo utilizado. Se observó que con el tratamiento de
extractos de barreta, el porcentaje de germinación disminuyó considerablemente al
ser comparado con el control (Figura 6). Estos resultados coinciden con lo reportado
por Rovalo et al. (1983), quienes reportaron que la barreta ejerce una dominancia en
número y biomasa, ya que debido a la liberación de cumarinas evita la germinación
de otras semillas presentes en el suelo.

Figura 6. Porcen-
taje de germina-
ción de seis ge-
notipos de sorgo
tratados con agua
destilada como
control y con
extractos de ba-
rreta, coyotillo y
gobernadora du-
rante siete días.
Cada columna es
el promedio de
tres repeticiones
más error estándar.

También se observó que conforme se aumenta la concentración del extracto hay


una disminución en la germinación de las semillas de sorgo en todos los genotipos
evaluados. Sin embargo, para los genotipos Azul Verde y Milenio se observó un

322
comportamiento diferente en el peso seco de la radícula, ya que Azul Verde obtuvo
un valor mayor de peso seco en la radícula tratado con extractos a concentración de
5% que a la de 3%, mientras que Milenio tuvo un mayor peso seco radicular tratado
con extractos a concentración de 3% que a 1%. Esto podría deberse a que estos
genotipos mostraron mayor resistencia a las concentraciones señaladas. Milenio
se muestra como un genotipo variable en la mayor parte de los bioensayos, esto
podría deberse a que se trata de un híbrido y por las diferencias que presenta en
su germinación. En contraste, el valor del peso seco del talluelo de todos los geno-
tipos disminuyó conforme la concentración de los extractos aumenta. Tejada et al.
(2004), señalaron que a mayores concentraciones de extracto acuoso del residuo
seco del tallo del amaranto (Amaranthus hypochondriacus) hay mayor inhibición
de la germinación de Amaranthus hybridus. Este efecto estimulatorio se observó
para los genotipos Pampa Verde II y UR, hay un ligero aumento de porcentaje de
germinación con respecto al control siendo esto consecuencia probablemente del
vigor presentados por estos genotipos y al posible efecto estimulatorio de estos
extractos. Asimismo, Gámez et al. (2002), encontraron que tanto el porcentaje de
germinación como la acumulación de materia seca en la radícula, talluelo y en-
dospermo de semillas de trigo y avena, se vieron afectadas negativamente por la
aplicación de diferentes extractos de Cynodon dactylon y Sorghum halepense. Estas
diferencias se pueden explicar por el material genético de cada genotipo. Como lo
reportado por Gámez et al. (2007 a), con extractos acuosos de barreta, coyotillo y
gobernadora donde observaron estímulo en la germinación de semillas de toma-
tillo y calabaza al ser comparados con el control, coincidiendo con los resultados
obtenidos con los dos genotipos anteriormente mencionados.
En comparación con el tipo de extracto, se observa que los extractos etanólicos
presentan un menor valor en los resultados de los bioensayos uno y tres para todos
los genotipos, tal vez ocasionado por la presencia del alcohol etílico, el cual tiene
efectos alelopáticos con actividad inhibitoria de la germinación de las semillas y el cre-
cimiento de las plantas (Sampietro, 2008). Este aspecto es congruente a lo reportado
por García et al., (2005), que también utilizaron extractos diferentes además de los
acuosos, usando extractos metanólicos y diclometanólicos de Erythrina americana,
Petiveria alliacea y Calia secundiflora para extraer los alcaloides presentes en estas
plantas. Estos extractos se aplicaron en semillas de trigo, arroz, lechuga y amaranto.
Observaron que los extractos metanólicos y diclorometanolicus presentaron una
mayor capacidad de inhibición en la germinación de plantas dicotiledóneas. En este
estudio concluyeron que, aunque los extractos que presentaron mayor inhibición fue-
ron los que se obtuvieron con solventes orgánicos, la mejor opción son los extractos
acuosos al tener estos menos implicaciones ecológicas.
La segunda parte del primer bioensayo corrobora lo observado en la prueba de
germinación, ya que con los extractos de barreta hubo menor crecimiento de las
plántulas de sorgo, ya que mostró un mayor peso en endospermo y menores valores
tanto en radícula como en talluelo, por lo que los seis genotipos de sorgo utilizados
fueron más susceptibles al uso de estos extractos. El estudio realizado por Rovalo et.
al., (1983) también menciona que hubo inhibición en el crecimiento al utilizar extrac-
323
tos de barreta sobre la maleza Convolvulus arvensis L., (Convolvulaceae), conocida
coloquialmente como correhuela loca.
Asimismo, Gómez et al. (2003), reportaron que los ensayos de crecimiento para
trigo, rábano, pepino y remolacha en concentraciones de 0.1 % y 0.05% de extractos
acuosos de hojas de Polygonum segetum demostraron actividad inhibitoria para la
longitud de la radícula; además, todos los extractos inhibieron significativamente el
crecimiento de las especies utilizadas. A nivel de campo, González y Sotomayor (2005)
evaluaron los efectos alelopáticos del glucósido cianogénico amigdalina presente en
los extractos de especies de Prunus y de suelo de replante en plántulas de duraznero
Nameguard (Prunus persica x P. davidiana). Comprobaron que las plántulas cultivadas
en suelo libre de amigdalina mostraron mayor crecimiento, mientras que la mayor
concentración de amigdalina en el suelo tuvo un efecto adverso sobre el crecimiento
de las plántulas de Nemaguard. Esto concuerda con lo encontrado en este trabajo a
pesar de que el crecimiento fue evaluado a partir del crecimiento in vitro de la semilla
de sorgo. También Chung y Miller (1995) señalaron que la germinación y crecimiento
de muchas especies de plantas se reduce al aplicarse extractos acuosos de hojas y
raíces de diversas especies de malezas, siendo estos aplicados en alfalfa. El peso seco
de las plántulas de alfalfa se vio reducido significativamente para casi todos los ex-
tractos de malezas usados, sin embargo, los extractos acuosos de Agrostis gigantea,
Agrostis alba y Phalaris arundinacea no afectaron significativamente el peso seco
de las diferentes partes de las plántulas de alfalfa; por lo que se deduce que no sólo
depende de la susceptibilidad de la semilla a la cual se aplican los extractos, sino
también de la capacidad inhibitoria de las especies utilizadas.
La respiración de las semillas de sorgo se evaluó en el bioensayo dos, donde se
encontró que hay diferencias altamente significativas para el tipo de extracto, la
concentración del extracto y el tipo de solvente que se utilizó. Es de mencionar que
los mayores valores de liberación de CO2 se presentaron con los extractos etanólicos,
mientras que los menores valores se observaron en el control en casi todos los geno-
tipos (Figura 7). Además, las semillas tratadas con extractos etanólicos liberaron una
mayor cantidad de gramos de CO2 que el control y los extractos acuosos, indicando
con esto el inicio de una cascada de acontecimientos en el proceso enzimático que
culminan en un disturbio respiratorio. Se ha sugerido que el efecto sobre la respiración
es a través de la pérdida de la integridad de las membranas, como resultado de las
peroxidaciones de fosfolípidos inducido por radicales libres, simultáneamente con
la inhibición de la síntesis vegetal de antioxidantes naturales (Kunert et al., 1987).
Blanco (2006) señaló que para estudiar el efecto de los aleloquímicos sobre la res-
piración, normalmente se ensayan éstos sobre suspensiones mitocondriales. Entre
los compuestos fenólicos, el orden de mayor a menor actividad es: quinonas, flavo-
noides, cumarinas, ácidos fenólicos. Las quinonas sorgoleone y juglone son efectivos
inhibidores a muy baja concentración. Nuevamente el sorgoleone afecta el transporte
de los electrones, mientras que la juglona afecta la incorporación mitocondrial de
oxígeno. Flavonoides tales como la quercetina, naringenina y umbeliferona inhiben
la producción de ATP en la mitocondria por lo que hay un déficit en el desarrollo de
la planta.
324
Por otro lado, Zeng et al. (2001) reportaron que Aspergillus japonicus contiene un
compuesto alelopático llamado Ácido Secalónico que es capaz de incrementar la libera-
ción de radicales libres en la planta afectada, lo cual provoca que haya un decremento
en la capacidad de fotosíntesis y un aumento en la respiración que afecta el balance
energético de las células vegetales, por lo que hay una inhibición del crecimiento de
la planta. Esto coincide con los resultados de este trabajo, donde se observa que la
liberación de CO2 aumenta conforme las semillas se ven sometidas a condiciones que
afectaron su germinación y crecimiento en los bioensayos anteriores.

Figura 7. Gramos de
CO 2 liberados en la
respiración de seis
genotipos de sorgo
tratados con agua
destilada como con-
trol y con extractos
de barreta, coyotillo y
gobernadora durante
36 horas. Cada punto
es el promedio de tres
repeticiones más error
estándar.

Por último, en el bioensayo tres donde se evaluó la actividad alelopática en la


cinética de degradación se tomaron en cuenta únicamente los extractos acuosos
debido al poco crecimiento y germinación de los extractos etanólicos. El bioensayo
fue dividido en dos partes, la primera evaluó la actividad alelopática en la cinética
de degradación del almidón durante cinco días, mientras que la segunda parte tomó
en cuenta únicamente el quinto día. La degradación del almidón se midió con base
en el peso seco del endospermo, talluelo y radícula, expresando la pérdida de peso
seco diario del órgano de reserva que es el endospermo y la ganancia de peso seco
del talluelo y la radícula. Los resultados obtenidos mostraron que el tipo de extracto,
la concentración del mismo y los cinco días que duró el experimento presentaron
diferencias altamente significativas en todos los genotipos. Además, se observó el
mismo comportamiento que en bioensayo 1, ya que el extracto de barreta fue el que
causó mayor inhibición en todos los genotipos de acuerdo a los pesos secos obtenidos
a lo largo de cinco días. También se observó que los genotipos más susceptibles al
efecto de los extractos acuosos durante los cinco días fueron Gemex 987 y Milenio.
Por otro lado, los genotipos que se mostraron más resistentes fueron Pampa Verde II
y UR. A lo largo de los cinco días se observó el aumento de los pesos secos de radícula
y talluelo así como la disminución del peso seco del endospermo. En el quinto día
de evaluación los resultados fueron parecidos a los obtenidos en los cinco días de
evaluación, donde los genotipos Milenio y Gemex 987 fueron los más susceptibles a
la acción alelopática de los extractos acuosos, mientras que los genotipos más resis-

325
tentes fueron Pampa Verde II y UR. Gemex 987 es el genotipo que presentó menor
peso seco de radícula y talluelo y mayor peso de endospermo, por lo que se estima
que hubo menor degradación del almidón al no ser utilizado completamente para su
crecimiento (Figura 8). Esto se podría deber al bajo porcentaje de germinación que
tuvo este genotipo en el primer bioensayo.

Nota: Letras diferentes


en genotipos indican dife-
rencias estadísticamente
significativas (P<0.05).
Figura 8. Peso seco (g) de
endospermo de seis ge-
notipos de sorgo tratados
con agua destilada como
control y con extractos
acuosos de barreta, coyo-
tillo y gobernadora en el
quinto día de evaluación.
Cada columna es el pro-
medio de tres repeticio-
nes más error estándar.

La degradación del almidón ha sido estudiada en diversas especies como un


parámetro para evaluar la eficiencia de la semilla en la transformación de almidón a
biomasa. Jarbas et al. (1992, en Gámez et al. 2007 b), estimaron la degradación del
endospermo de café (Coffea arabica L.) durante 90 días obteniendo como resultado un
decremento en el peso seco de endospermo entre los días 10 y 50 cuando las semillas
se mantuvieron en condiciones de oscuridad. Contrario a los resultados presentados
en este trabajo, Gámez et al. (2007 b) evaluaron el efecto de las giberelinas en la
degradación del almidón en semillas de sorgo, las cuales estimularon la degradación
del almidón pues se obtuvieron menores pesos secos en endospermo y mayores
pesos secos de talluelo y radícula en los tratamientos con giberelinas que en los tra-
tamientos control (agua destilada y solución Hoagland). Por su parte, Tofiño (2007)
menciona que hay diversos factores que pueden afectar la degradación del almidón
en las semillas, tales como la luz, que es un factor determinante en la activación y
regulación del metabolismo del almidón, pero también menciona que hormonas
como las giberelinas y citoquininas pueden afectar el mecanismo de degradación del
almidón. Asimismo, los extractos acuosos utilizados en este trabajo mostraron que
tienen un efecto inhibitorio en la degradación del almidón al impedir su movilización
óptima al talluelo y radícula de la plántula.

326
Conclusiones

Los extractos etanólicos tuvieron un mayor efecto inhibitorio sobre los genotipos
de sorgo. Los extractos de H. parvifolia mostraron un mayor efecto inhibitorio en
todos los genotipos. Los efectos alelopáticos de Karwinskia humboldtiana y Larrea
tridentata estuvieron sujetos al genotipo de sorgo al que fueron aplicados. El genotipo
más susceptible a los extractos utilizados en cualquier concentración y con los dos
tipos de extractos utilizados fueron Gemex 987 y Milenio. Los genotipos de sorgo
más resistentes a los tres orígenes de los extractos aplicados fueron Pampa Verde II
y UR en los cuatro bioensayos realizados.

Referencias bibliográficas

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329
FUNGICIDAS DE ORIGEN VEGETAL Y SU
APLICACIÓN EN POSCOSECHA DE SEMILLAS
González-Solís LN
Laboratorio de Micología y Fitopatología. Departamento de Microbiología e Inmunología,
Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de Nuevo León, Pedro de Alba s/n,
Ciudad Universitaria, C.P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México. CP.
lydia_normagonzalez@hotmail.com

Resumen

L
a Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO), estima que a escala mundial se pierde el 5% de las cosechas de semillas,
señalando que las mermas poscosecha para África y Latinoamérica son del or-
den del 15 al 40%, afirma también que el uso prolongado y extensivo de fungicidas,
especialmente los de alta residualidad, ha conducido a un deterioro ambiental, motivo
por lo cual es importante reflexionar sobre las ventajas de buscar y utilizar productos
de origen natural, como son los extractos de plantas superiores, que ejercen su acción
a dosis bajas y se han convertido en una alternativa orgánica ya que son estables en
su acción, de baja o nula residualidad y a la vez biodegradables. Las zonas del noreste
de México han sido ampliamente estudiadas desde el punto de vista botánico y fito-
químico, en particular dos especies; la gobernadora Larrea tridentata (D.C.) Coville,
dominante en zonas áridas, y la barreta Helietta parvifolia Gray (Benth), dominante
en matorral submontano. Al investigarse la acción de los compuestos presentes en la
resina de Larrea tridentata se observó que presentan una potente acción fungicida in
vitro contra hongos que afectan semillas almacenadas. Por lo que respecta al aceite
esencial de Helietta parvifolia se comprobó que es un fungicida eficaz, inhibiendo
totalmente el crecimiento de ciertas especies de hongos que afectan semillas al-
macenadas sensibles a su acción, así como causando malformaciones anatómicas y
fisiológicas a otras que revelaron ser más resistentes; mostrando efectos óptimos al
ser aplicado por volatilidad y por contacto. Se ha demostrado claramente que éste es
un fungicida efectivo para el control de hongos de almacén aun bajo condiciones de
humedad relativa saturada, resultando tener mejor comportamiento que el fungicida
comercial Captán, contra el que fue comparado; por lo cual es factible su empleo en
la protección de semillas almacenadas a humedad relativa ambiente hasta por 40
semanas, así como, el empleo de los extractos y el follaje deshidratado a humedad

331
relativa saturada hasta por ocho semanas. Se recomienda su uso, en semillas desti-
nadas para siembra, por no afectar su germinación.

Introducción

Un tercio de la producción mundial de alimentos es destruida por plagas y enfermeda-


des vegetales durante su crecimiento, cosecha y almacenamiento. Sobre éste último
punto, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO) estima que a escala mundial se pierde el 5% de las cosechas de semillas, dichas
pérdidas son mayores en relación indirecta al desarrollo tecnológico del país o de
la región, señalando que las mermas poscosecha para África y Latinoamérica son
del orden del 15 al 40% de lo cosechado. En México no existen cifras precisas que
indiquen el volumen de pérdida de granos y semillas; sin embargo, se estima que
anualmente se pierde entre el 5% y el 25% de la producción total de maíz, trigo y frijol,
principales granos básicos producidos en el país, variando de acuerdo a la zona del
país de que se trate, ya que las condiciones ecológicas y la carencia de tecnologías
adecuadas propician la presencia de insectos, hongos y roedores que dañan el grano,
al causar mermas significativas tanto en el aspecto económico como en la calidad
nutricional, industrial y sanitaria de los mismos (Hernández-Guzmán, 2008; Colín,
2002). El uso de compuestos químicos para el control de enfermedades, en especial
las de origen fungoso, actualmente es de gran importancia económica, reportándose
a nivel internacional en las décadas de los ochentas y noventas la utilización anual de
aproximadamente 24,500 toneladas de ditiocarbamatos y de 224,000 de compuestos
cúpricos (Lyons et al., 1990; Zalomon y Staus, 1990; Acquaah, 2002).
En México, el control químico de estos fitopatógenos es aplicado frecuentemente
en cultivos de alto valor económico; desafortunadamente en ocasiones su empleo
no es el adecuado, habiendo tendencia en algunas zonas del país, especialmente
en las de mayor desarrollo agrícola, al uso indiscriminado de ellos y/o en dosis más
altas de las necesarias, hecho que influye sobre el desarrollo de resistencia genética
de los hongos a estos. Al respecto, la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura FAO, afirma también que el uso prolongado y extensivo
de fungicidas, especialmente los de alta residualidad, ha conducido a un deterioro
ambiental, con efectos nocivos sobre diferentes organismos, tanto de hábitats acuá-
ticos como terrestres, micro y macroscópicos; además diversas investigaciones han
comprobado que estos compuestos han causado resistencia en diversas cepas de
hongos que afectan en poscosecha. Es también importante el peligro de residualidad
tóxica en productos alimenticios, cuyos efectos sobre humanos son conocidos aun
cuando se maneje sólo la cantidad del ingrediente activo dentro del nivel de tolerancia
permitido, pudiéndose presentar un efecto nocivo por acumulación o uso prolongado
(Velázquez-Del Valle et al., 2007; Diouf, 2003).
Por lo tanto, ante la perspectiva anterior es importante reflexionar sobre las
ventajas de buscar y utilizar productos de origen natural, como son los extractos de

332
plantas superiores, que ejercen su acción a dosis bajas, por lo que se han convertido
en una alternativa orgánica muy importante ya que son estables en su acción, de baja
o nula residualidad y a la vez biodegradables, por lo tanto, con un mínimo impacto
negativo sobre la salud humana y el medio ambiente (Barrera-Necha et al., 2008). Al
mismo tiempo, se propone que se puedan obtener bajo condiciones de tecnología
simple y su aplicación a nivel de campo sea accesible para los agricultores, sobre todo
para aquellos de escasos recursos económicos (Suquilanda, 1996).
Hernández-Lazurdo et al. (2007), indican que la Comisión Nacional para el Cono-
cimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) reporta que en México se encuentran
aproximadamente el 10% de las especies de plantas superiores del mundo y más
de un 40% de ellas son especies endémicas, motivo por el cual resulta conveniente
explorar el potencial de empleo de sus extractos para el control de enfermedades
vegetales.
Las zonas del noreste de México han sido ampliamente estudiadas desde el pun-
to de vista botánico y fitoquímico, analizando los ecosistemas para buscar en ellos
substancias naturales con efectos fungicidas que resuelvan problemas fitopatológicos
de interés agrícola, dentro de las cuales y entre otras, las zonas áridas representan
un gran potencial por guardar una riqueza basada no tanto en su densidad, sino
en su especialización biológica, donde la flora es el producto de miles de años de
adaptación fisiológica para su sobrevivencia, un caso típico de esto lo representa la
gobernadora Larrea tridentata (D.C.) Coville, especie dominante en las zonas áridas
del norte de México (Lira-Saldívar, 2003). Otra de las zonas estudiadas es el matorral
submontano dentro del cual se encuentra formando parte de la flora dominante la
barreta Helietta parvifolia Gray (Benth), arbusto originario del noreste de México
(Rzedowski, 1978).

Agricultura orgánica

La agricultura orgánica es un sistema holístico de ordenación de la producción que


promueve y potencia la salud del ecosistema, teniendo en cuenta la biodiversidad,
los ciclos biológicos y la actividad biológica del terreno; se basa en reducir al mínimo
la utilización de insumos externos, evitando utilizar fertilizantes y plaguicidas sinté-
ticos (FAO, 2004).
Partiendo de la base de que la agricultura en México en un rango del 30% al 40%
la desarrollan los agroindustriales y entre un 60 y un 70% los agricultores rurales, es
importante por lo tanto una intensificación de este tipo de desarrollo, aplicando para
ello patrones diferentes y originales, no tomándose el modelo extensivista y alterante
de los ecosistemas representado por la agricultura convencional, sino la experiencia
de la modernización de la agricultura ecológica (europea), así como retomar los mo-
delos agrícolas autóctonos, lo que da como resultado la aplicación de una agricultura
orgánica, la que propone entre otras técnicas el uso de metabolitos secundarios
con propiedades pesticidas para fines de protección fitosanitaria; el uso de estos

333
compuestos toma una gran importancia en la protección de semillas almacenadas,
ya que si se logra poner a disposición de este tipo de campesinos como alternativa
de paquete tecnológico alternativo que incluya la obtención sencilla de extractos a
partir de plantas silvestres presentes en su ecosistema de trabajo, cuyas propiedades
pesticidas estén ya determinadas científicamente por una parte se estarán validando
técnicas agrícolas autóctonas ancestrales (no se puede negar, por la información ver-
nácula existente), y por otro lado, definitivamente se logrará abatir la falta de recur-
sos económicos para la compra de otro tipo de insumos, que a largo plazo ha traído
como ya se mencionó, una serie de disturbios ecológicos graves (Toledo et al., 1989;
Suquilanda, 1996; Altieri, 1999). Un ejemplo de lo anterior, lo reportan en Nigeria,
Poswal et al. (1992), quienes indicaron el uso por parte de pequeños productores de
métodos alternativos para el control de problemas de almacenaje de las cosechas,
entre los cuales se involucra el empleo de extractos vegetales, aceites esenciales y
ahumado entre otros.

Aspectos históricos del estudio del potencial fungicida de los metabolitos secun-
darios

Por lo que respecta al uso potencial de extractos y aceites esenciales vegetales como
fungicidas de fitopatógenos, se han hecho innumerables estudios para evaluar su
efectividad desde el año de 1959 cuando Maruzzella y Balter probaron 119 aceites
esenciales sobre 12 fitopatógenos entre ellos especies de Fusarium, Alternaria, Cla-
dosporium, Botrytis y Claviceps, un 80% de ellos inhibieron a Claviceps purpurea y
el 58% a Alternaria tenuis que mostró ser más resistente. Posteriormente, en 1963
Barnes reportó la propiedad fungicida de aceites esenciales sobre el hongo causan-
te de la roña del nogal causada por Fusicladium effusum, cuyos resultados in vitro
competían positivamente con los obtenidos por fungicidas comerciales. Fukuiy et al.
(1972, Citado por González-Solís, 2004) publican haber evaluado dos compuestos
tóxicos obtenidos de frutos inmaduros de Lupinus luteus (Leguminoseae) sobre un
grupo de 14 microorganismos, demostrando que presentan un elevado poder fun-
gicida. Asimismo Grant y Clebsch. (1975) y Feeney. (1976 en Gonzalez-Solis, 2004),
trabajaron con extractos de diferentes especies de la familia Compositae ricos en
terpenos, observando que actúan óptimamente como fungicidas.
Los estudios realizados sugieren que la actividad antifúngica de los metabolitos
vegetales secundarios es un fenómeno frecuente. De la información recabada por
Grainge y Ahmed en 1988 se desprende que existían hasta esa fecha alrededor de
400 plantas reportadas con propiedades para inhibir el desarrollo de 142 especies de
hongos fitopatógenos, clasificadas taxonómicamente dentro de 50 familias destacando
algunas de ellas como Asteraceae, Fabaceae y Brassicaceae. En México, Montes et al.
(2000), evaluaron 206 especies vegetales contra 26 especies de hongos fitopatógenos,
reportando que entre 32 y 51% de las plantas evaluadas interactuaban con los hongos
causando inhibición total de su actividad.

334
Naturaleza de los metabolitos secundarios con potencial fungicida y factores que
influyen en su producción

Los metabolitos pueden ser obtenidos de los diferentes órganos y tejidos vegetales
por diversos métodos y según sea el utilizado, el producto obtenido se caracteriza
como: aceite esencial, extractos crudos, acuosos y clorofórmicos; dentro de todos
estos se han encontrado metabolitos que presentan acción fungicida, dividiéndose
en dos grupos: aquellos que presentan un amplio rango de acción, y los de acción
específica, predominando estos últimos (Montes-Belmont, 1996).
En el grupo de aceites fungicidas están clasificados los aceites esenciales, carac-
terizándose por ser de origen vegetal, solubles en agua, aromáticos y constituidos
químicamente por mezclas de pequeñas moléculas orgánicas (a lo que deben su
volatilidad) de terpenos, aldehídos y ésteres, los que se obtienen por arrastre en
corriente de vapor de agua, encontrándose almacenados en órganos y estructuras
anatómicas muy diversas. El número y tipo de componentes, así como sus propor-
ciones, pueden experimentar importantes cambios dentro de una misma especie
botánica, sea por razones ecológicas (luz, temperatura, altitud), agronómicas (época
de corte, fertilización) o puramente genéticas (quimiotipos o variedades químicas)
(García Vallejo, 1988).
Se ha determinado también que la variabilidad cualitativa y cuantitativa de los meta-
bolitos, cambia en los diferentes órganos donde son producidos: raíz, tallo, hojas, flores
y fruto e inclusive pueden estar ausentes en uno o varios de ellos. Ejemplo de lo antes
mencionado es lo propuesto por Zangerl y Bazzaz en 1992, quienes indican que las con-
diciones ambientales pueden ser determinantes ya que la producción de un metabolito
puede ser alta en una estación del año y escasa en otra; tal es el caso por ejemplo de la
“gobernadora” Larrea tridentata planta típica del noreste de México de la cual Hurtado
et al. (1981), indican que disminuye la producción de alcaloides y los aceites esenciales
alelopáticos en el verano, como respuesta a las altas temperaturas. Svoboda et al. (1990),
en contraste, reportan los resultados sobre el análisis del aceite volátil obtenido a partir
de la Satureja hortensis (Ajedrea) creciendo durante la estación de verano en el oeste de
Escocia que fue comparado durante cuatro estaciones contrastantes mostrando que, sin
excepción, la calidad y cantidad del aceite producido fueron de un estándar aceptable.
Este grupo de investigadores estudiaron además el estado fenológico como factor de
influencia, determinando que el tiempo óptimo de cosecha para el rendimiento máximo
y buena cantidad de aceite se encontró desde el inicio hacia la mitad de la floración,
observándose que las condiciones secas y calientes no alteraron el contenido del aceite.
Los trabajos de Itieva (1990), con Salvia sclarea añaden a los factores antes citados la
influencia de la geografía, al estudiar tres diferentes regiones ecológicas de Bulgaria: (i)
Samokov (1050 m de altitud), (ii) Sofia-Vranya (550 m) y (iii) Kazanluk (380 m), llevándose
a cabo el monitoreo en diferentes fases del desarrollo de la planta, determinándose la
calidad y el rendimiento del aceite esencial; los resultados indican que el contenido del
aceite esencial fue superior (0.18-0.23%) en la estación de Kazanluk (380 m), mientras
que la calidad del aceite esencial (expresada como contenido de acetato de linalil) fue
superior (63-78%) en la estación de Samokov (1050 m de altitud).
335
Influencia de los factores botánicos y estacionales en la acción fungicida de los
aceites esenciales

Arras y Grella en 1992 realizaron una investigación sobre los cambios cualitativos y
cuantitativos del aceite esencial de Thymus capitatus creciendo silvestremente en la
región de Sardinia, cambios que fueron estudiados mensualmente por un período
de dos años (1987-1988). Los hongos sobre los que se realizaron las pruebas fueron
Penicillium italicum y Alternaria alternata, los resultados mostraron que la máxima
producción del aceite ocurrió en el mes de agosto ya sea que se usaran para su
obtención hojas, flores o residuos de infrutescencias; el aceite provocó un efecto
fungistático sobre P. italicum y fungicida a 400 ppm sobre A. alternata.
Dentro de los estudios efectuados a los aceites esenciales con potencial fungicida
se ha investigado su acción selectiva, como es el caso de lo publicado por Mwangi
et al. (1994), quienes probaron los aceites obtenidos de varias especies de Lippia sp
sobre Colletotrichum coffeanum, Fusarium solani, Cercospora spp y Aspergillus spp,
manifestando una fuerte actividad fungicida sobre Colletotrichum coffeanum.
La efectividad de los aceites esenciales vegetales ha sido comparada con la de
fungicidas comerciales tal fue el caso del aceite esencial obtenido de rizomas de
Curcuma longa a diferentes concentraciones sobre Aspergillus flavus, utilizando al
fungicida comercial Benlate como testigo, observando que se presentó una total in-
hibición del crecimiento del hongo a concentraciones de aceite de 0.025, 0.05 y 0.1%
en comparación con las mismas del fungicida comercial (Ishrat-Niaz et al. 1994).

Investigaciones sobre el potencial fungicida de aceites esenciales para el control


de hongos de poscosecha

Mishra y Dubey (1990a) probaron el aceite esencial obtenido de hojas frescas de


nueve especies de plantas colectadas en Varanasi, India a 5000 ppm contra el hongo
de almacén Aspergillus flavus. El porcentaje de inhibición mostrado fue del 100% por
Amomum subulatum, 85% por Aegle marmelos, Ageratum houstonianum, Alpinia
galanga y Lippia alba, 70% por Curcuma longa, 66.6% por Artemisia vulgaris, 60%
por Elettaria cardamomum y 54% por Salvia plebeia. Posteriores investigaciones
realizadas con el aceite de A. subulatum mostraron que la concentración inhibitoria
mínima fue de 3000 ppm; las pruebas de germinación efectuadas a las semillas de
arroz tratadas con estos aceites mostraron que no se presentaba un efecto negativo
sobre las mismas. Este mismo grupo de investigadores publicó posteriormente en
ese mismo año (Mishra y Dubey,1990b) los resultados obtenidos de la investigación
realizada con hojas de 15 plantas superiores entre las cuales las de duraznero inhi-
bieron completamente el desarrollo de Aspergillus flavus. El aceite no fue fitotóxico
para la germinación de las semillas y el crecimiento de plántulas de trigo.
Gangrade et al. (1991) determinaron la actividad in vitro contra Aspergillus niger,
A. flavus, Fusarium oxysporum y Penicillium sp; de los aceites esenciales obtenidos a

336
partir del follaje de Cymbopogon martinii var. motia, de semillas de Pimpinella anisum
y raíces de Vetiveria zizanoides. Cuatro diluciones de dimetilsulfóxido (1:10, 1:100,
1:1000 y 1:10,000) fueron comparadas con el aceite puro; así como la ciclohexamida
y el hamicin fueron usados como fungicidas testigo. Los aceites puros de las tres
especies inhibieron el crecimiento de los patógenos de un 70 a 80%, comparado con
los testigos. Garg et al. (1991), probaron la actividad antifungal del aceite esencial de
Capillipedium foetidum obtenido de inflorescencias frescas y probado sobre Aspergillus
niger, A. fumigatus, A. flavus, A. candidus y A. ochraceus, la griseofulvina fue usada
como testigo al determinar la actividad antifungal del aceite que mostró excelente
actividad a una dilución baja de 1:200.
Singh (1992), investigó aceites esenciales extraídos de seis plantas con propieda-
des alelopáticas, de las cuales Callistemon citrinus, Eucalyptus tereticornis, Ageratum
conyzoides, y Ocimum kelmandescherium inhibieron el crecimiento de Aspergillus
flavus, A. niger, A. fumiqatus. A. terreus, A. parasiticus, Alternaria alternata, Fusarium
oxysporum, Colletotrichum truncatum y Helminthosporium turicum.

Acción fungicida de aceites esenciales volátiles

En particular investigaciones sobre la actividad antifungal de aceites esenciales vo-


látiles son reportadas por Dubey (1991) al investigar el efecto volátil y no volátil de
los aceites obtenidos del epicarpio de toronja y de hojas frescas de Ocinum canurn
(O. amerkanum) y Pinus roxburghii sobre la germinación de esclerocios viables de
Macrophomina phaseolina. El aceite esencial de O. americanum fue el más tóxico
mostrando solamente el 5% de esclerocios germinados a una concentración de
0.05%. Los esclerocios expuestos a 0.3% del aceite esencial de toronja y P. roxburghii
tuvieron un rango de germinación de 25 y 28% respectivamente. Esto ha sugerido la
aplicación del aceite esencial durante el almacenamiento de semillas siendo de mucha
ayuda para eliminar la sobrevivencia del inóculo en las mismas. Del mismo modo,
Tiwari y Dixit (1994) reportan la actividad fungicida de los gases emitidos por algunas
plantas superiores sobre hongos de almacén indicando que el vapor emitido por la
corteza de Cinnamomum zeylanicum inhibió completamente el crecimiento micelial
de Aspergillus flavus y A. niger y fue el vapor más efectivo de 20 especies probadas
contra el crecimiento de estos hongos.

Investigaciones sobre la actividad fungicida de los componentes químicos de los


aceites esenciales

Thakur et al. (1989), realizaron estudios in vitro de actividades antifungales de seis


aceites esenciales aromáticos obtenidos de Ocinum gratissimum, O. viridae, O. canum
(O. americanum) O. basilicum. Cymbopogon winterianus y C. martinii var. motia en
donde el eugenol, timol, linalol, metil cavicol, citronela y geraniol fueron probados

337
respectivamente. Los resultados mostraron que el eugenol al 0.1% provocó un halo
de inhibición sobre Sclerotium rolfsii, Rhizoctonia spp. y Alternaria alternata, el timol
inhibió a R. solani y S. rolfsii, el linalol inhibió el crecimiento de R. solani mientras
que el aceite de citronela inhibió a S. rolfsii, al igual que el geraniol para R. solani. S.
rolfsii, Fusariurn solani y Rhizoctonia spp. Garg y Siddiqui (1992) reportan los efectos
del cumaldehido aislado del aceite esencial de las semillas de Cuminuin cyminum; del
1-8-cineol aisaldo del aceite de los frutos de Luvunga scandens y del cariofileno y el
eugenol aislado a partir del aceite de las hojas de Ocimum sanctum sobre Alternaria
alternata, Aspergillus niger, Absidia glauca, Colletotrichum capsici, Fusariurn moni-
liforme, Helminthosporium oryzae, Phytophthora parasitica, Penicillium expansurn,
Pestalotia psidii. El concentrado y las diluciones del cumaldehido mostraron una
muy buena actividad al probarse contra A. niger, C. capsici, A. alternata, P. psidii, F.
monliforme y P. expansum comparado con la griseofulvina a 1000 ppm. El eugenol
presentó una actividad fuerte contra A. niger, C. capsici, F. moniliforme y P. psidii en
todas las diluciones. El cariofileno mostró una fuerte actividad antifungal contra A.
glauca en todas las diluciones. El 1, 8-cineol presentó una muy buena actividad contra
A. alternata y F. moniliforme y una actividad de buena a moderada contra el resto de
los hongos tratados. En un análisis químico y espectofotométrico del aceite esencial
de Cupressus sempervirens y de Algeria cypress llevado a cabo por Chanegriha et al.
(1994), reportan la identificación de 70 compuestos, entre los que predominan en
mayor cantidad el alfa-pineno, el delta-3-careno, el limoneno y el acetato de terpenilo;
su actividad antifungal contra Fusarium oxysporum fue investigada mostrando ser
inhibido por el alpha-pineno y el delta-3-careno, no mostrando actividad fungicida
el limoneno y el tacetato de terpenilo.

Los mecanismos de acción de los compuestos son variables:

• Inhibición enzimática por oxidación de compuestos.


• Rompimiento de la membrana a través de los compuestos lipofílicos.
• Intercalado con el DNA de la célula del hongo.
• Formación de canales iónicos en la membrana fungosa
• Inhibición competitiva por adhesión de proteínas microbianas a los polisacá-
ridos receptores del hospedero (Hernández-Lazurdo et al., 2007).

Investigaciones sobre la actividad fungicida de extractos vegetales acuosos

Extractos acuosos fueron investigados por Figueroa et al. (1995), quienes indican que
se probaron los extractos obtenidos de 58 especies de plantas sobre la germinación
de esporas, desarrollo del micelio y protección de granos de maíz contra Aspergillus
flavus. Los extractos que inhibieron la germinación de esporas fueron Chenopodium
album (80%), Ficus tecualensis (75%), Raphanus raphinastrum (80%) y Larrea divari-

338
cata (80%); se concluye que los extractos actúan eficientemente sobre los procesos
fisiológicos del hongo. Montes et al. en 1995, indica que se probaron los extractos de
52 especies de plantas para determinar su efecto sobre la germinación de esporas,
desarrollo micelial y protección de granos de maíz atacados por el hongo Aspergillus
flavus. El follaje de las plantas se secó y pulverizo; con los polvos se elaboraron ex-
tractos acuosos al 2%. Los resultados mostraron que se redujo la contaminación de
granos de maíz con Psidium guajava en un 23%, Rosmarinus officinalis en un 61%,
Coleus blumei en un 40.5%, Lantana camara en un 20% y Coffea arabica en un 43%,
se concluyó de esta investigación que la protección del grano se debió a la cobertura
del extracto.
Flores y Montes en 1999, en base a la poca eficacia mostrada por el fungicida
Captán en la protección de semilla comercial de sorgo contaminada con Fusarium
moniliforme probó el uso de extractos acuosos, alcohólicos y polvos obtenidos de
epazote, orégano, clavo, canela, tomillo, así como el bicarbonato de sodio, sobre
semillas contaminadas con el hongo para determinar su acción fungicida, dejando
como testigo al mismo Captán; observando que los mejores resultados fueron con
el polvo en la combinación clavo+bicarbonato de sodio.

Acción fungicida de Larrea tridentata y Helietta parvifolia, plantas nativas del


noreste de México, sobre hongos de poscosecha

I. “Gobernadora”, “sonora”, “tasajo”, “jarilla” y “hediondo” o “hediondilla” Larrea


tridentata (D.C.) Coville. Especie perenne perteneciente a la familia Zygophyllaceae,
está ampliamente distribuida ya que se reporta 17.5 millones de hectáreas, dominando
grandes extensiones en las zonas áridas de los desiertos Mojave, Sonorense y Chihu-
ahuense (Barbour, 1969). En la República Mexicana, la gobernadora se encuentra en
parte del Desierto Sonorense, incluyendo los estados de Baja California Norte, Baja
California Sur y Sonora, y en el Desierto Chihuahuense incluyendo los estados de
Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Zacatecas, San Luis Potosí y Durango. Se estima
que el 25% del territorio nacional (500,000 km2) está cubierto con este arbusto de
las zonas áridas (Belmares et al., 1979).
Gobernadora crece óptimamente en planicies secas y mesas, rodeando colinas y
declives, y en varios tipos de suelo, excepto arcillosos, salinos o graníticos (Shreve y
Wiggins, 1964). L. tridentata es un arbusto perenne xerófito siempre verde. Su edad
puede exceder los 100 años, aunque algunas plantas pueden sobrevivir cientos o miles
de años a través de la producción vegetativa asexual, ya que las raíces producen brotes
o retoños que después se convierten en nuevas plantas (Brinker, 1993). El tamaño de
la planta varía de 0.5 a 4 m de altura dependiendo de la lluvia de invierno o verano,
y la altura promedio varía de acuerdo a su raza de ploidia: diploide 86cm, hexaploide
112cm y tetraploide 138cm (Coyle y Roberts, 1975). Las hojas son pequeñas y bifoliadas,
de un verde oscuro a verde amarillo con cutículas gruesas y una capa resinosa, tienen
pecíolos cortos y crecen opuestas en las ramas. Las flores son amarillas, usualmente

339
aparecen al final del invierno o a principios de la primavera, pero pueden florecer en
cualquier momento después de una lluvia; crecen cerca de las terminaciones de los
retoños jóvenes como capullos solitarios con cinco pétalos. Los frutos son pequeños,
tienen una cubierta vellosa y contienen cinco semillas que se esparcen en primavera y
al principio del otoño por el viento y la lluvia (Shreve y Wiggins, 1964; Coyle y Roberts,
1975).
Los principales compuestos en la resina de L. tridentata reportados en la lite-
ratura son numerosos. Destacan por su mayor contenido en base al peso seco del
follaje los lignanos fenólicos, seguidos por las saponinas, flavonoides, aminoácidos y
minerales. El compuesto más importante que se encuentra en la resina de las células
cercanas a las capas epidermales superior e inferior de las hojas y tallos es el ácido
nordihidroguayarético (NDGA), uno de los antioxidantes mejor conocido (Seigler et
al., 1974). Químicamente se le ha descubierto como beta, gamadimetil-alfa, delta-
bis (3,4-dihidroxifenil) butano. Se ha determinado que este ácido tiene propiedades
como antioxidante, antiinflamatorio, citotóxico, antimicrobial e inhibidor de enzimas
(Mabry et al., 1977; Fernández et al., 1979; Brinkr, 1993).
Estudios interpoblacionales de L. tridentata realizados en el Desierto Sonorense
revelaron que las concentraciones de NDGA encontradas en la resina de sus hojas
varían en función de la latitud y de la época del año (Downum et al., 1988), así como
con factores ecológicos, ya que la concentración de NDGA puede reducirse por la
contaminación ambiental provocada por concentraciones elevadas de ozono (Gon-
zález-Coloma et al.,1988). También hay mas de 20 flavonoides metil aglyconas que
constituyen la otra mitad de la resina. Los posibles efectos de todos los diferentes
flavonoides y otros constituyentes son numerosos y variados. Los efectos combina-
dos de estos constituyentes apuntan hacia un sinergismo que amplia el efecto del
compuesto activo primario (NDGA), esto sugiere la ventaja de usar extracto de la
estructura entera (hoja/rama) en comparación con usar una preparación de NDGA
purificado o sintetizado.
En un estudio de Lira-Saldivar et al. (2002), se encontró que los extractos me-
tanólicos hidrosolubles de resina de L. tridentata colectados a diferentes latitudes
(paralelos 24, 25, 26, 27 y 28° ) en los Desiertos de Chihuahua y Sonora, mostraron
claramente una acción inhibidora sobre el crecimiento del hongo Fusarium oxysporum,
revelando un marcado efecto diferencial en relación con la región geográfica donde
se colectó el follaje de gobernadora, debido a que la mayor inhibición (90.3%) ocurrió
con extracto de latitudes sur del Desierto Sonorense. Estos resultados aluden que
las condiciones ecológicas donde se desarrollan los arbustos de esta planta tienen
un efecto en las características fisicoquímicas de la resina y consecuentemente en
su acción fungicida.
El efecto de la gobernadora también se ha estudiado sobre hongos de alma-
cén productores de aflatoxinas, tal es el caso de Aspergillus flavus y A. parasiticus.
Arispuro et al. (1997), encontraron que los mejores resultados se obtuvieron con el
extracto de Larrea a 500ppm obtenido con diclorometano, ya que inhibió en 92 y
86%, respectivamente el crecimiento de los hongos antes mencionados. En cambio,
el extracto metanólico tuvo poco efecto sobre el crecimiento de ambos patógenos.
340
II. “Barreta”, “barreto” o “palo blanco” Helietta parvifolia Gray (Benth). Planta de
la familia Rutaceae, es un arbusto originario del noreste de México, se presenta for-
mando parte de la flora dominante del matorral submontano citado por Rzedowsky,
encontrándose distribuida en la parte sur del estado de Texas a unos cuantos kilóme-
tros al este del Río Grande en los E.U.A., donde originalmente era muy abundante.
En México se reporta su presencia en las laderas o porciones bajas de la altiplanicie
y en las vertientes este y oeste de la parte norte de la Sierra Madre Oriental en los
estados de Hidalgo, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas y Nuevo León. En el estado
de Nuevo León donde esta planta en particular recibe el nombre común de barreta,
se localiza en las laderas de la Sierra Madre Oriental en los municipios de Monterrey,
Hualahuises, Santiago, Allende, Montemorelos, Rayones, Linares, General Terán,
General Bravo, China, Juárez, Cadereyta Jiménez, Los Ramones y Doctor González;
así como también, en las sierras de Lampazos, La Iguana, Minas Viejas, Del Fraile y
Las Minas y en las estribaciones orientales de Sierra de Picachos (Correl y Johnston,
1970; Rzedowski, 1978).
A nivel de laboratorio se han obtenido a través de destilación con arrastre por
vapor a partir de follaje dos tipos de extractos: el primero una solución acuosa y el
segundo, un aceite esencial concentrado.
El aceite esencial de las hojas de esta planta fue analizado por Domínguez et al.
(1971), quien reporta está compuesto por 12 constituyentes, entre los que destacan
el isosafrol, safrol, eugenol y el o-metil-eugenol. Chang et al. (1976), reportan después
de analizar extractos etéreos de hojas y ramas pequeñas la presencia de los alcaloides
heliparvifolina, o-dermetilptelina, flindersamina, isoflindersamina, furoquinolina y
tetraconazol.
Por su parte Graue y Rovalo (1982), reportan que la “barreta” ejerce dominancia en
número y biomasa en su comunidad debido a la liberación de sustancias alelopáticas
como las cumarinas, alcaloides del tipo de las furanoquinolinas y aceites esenciales al
suelo, que evitan la germinación de semillas ahí presentes. También reportan estudios
preliminares sobre su actividad microbicida, donde se destaca el poder inhibitorio
del aceite esencial probado in vitro sobre especies de hongos saprofitos del suelo,
en los que se presentó una inhibición de crecimiento total.
En el noreste de México los campesinos explotan los troncos de este arbusto en
la elaboración de estacas para cercas de alambre y para la construcción de casas, su
madera es bastante apreciada por su gran resistencia al deterioro fungoso, pudiendo
durar hasta más de 30 años en buenas condiciones (Tamez, 1984).
Arana (1982) y Solares (1982) evaluaron la toxicidad aguda del aceite esencial y
extractos acuosos obtenidos del follaje, al administrarlo por vía oral y por inyección
dérmica, utilizando pollos jóvenes, por un período de siete semanas. Los resultados
indicaron ausencia de síntomas especiales. El análisis histopatológico reveló no haber
alteraciones en los tejidos.
González-Solís (2004) evaluó la actividad fungicida de extractos obtenidos del
follaje, así como del follaje per se y su aplicación en la protección de semillas al-
macenadas, como una alternativa tecnológica en el desarrollo de una agricultura
orgánica. La metodología aplicada consistió inicialmente en llevar a cabo la colecta
341
del follaje de la planta en las laderas de la Sierra Madre Oriental. Los extractos (agua
de arrastre y aceite esencial) fueron obtenidos a través de destilación con arrastre
por vapor, implementándose modificaciones al sistema, para hacerlo accesible al
pequeño productor agrícola o aquel que desarrolla agricultura de subsistencia. Se
llevó a cabo un análisis fisicoquímico (pH y presión osmótica) a los extractos y me-
dios de cultivo para descartar un efecto inhibitorio fungoso indirecto. Los hongos de
almacén fueron aislados de semillas de maíz var. NL-V-S-2, frijol var. Delicias, sorgo
var. Melacero y trigo var. Monterrey 78-100. Se valuó in vitro sobre Aspergillus niger,
A. ochraceus, A. flavus, Penicillium sp., Rhizopus stolonifer y Fusarium oxysporum, el
efecto fungicida del aceite esencial por contacto y volatilidad; el efecto del agua de
arrastre por contacto; la actividad funguicida del aceite esencial extraído de follaje
colectado en: diferentes áreas geográficas y diferentes estaciones climáticas del año;
así como el obtenido bajo diferentes condiciones. Se evaluó in vivo sobre semillas
almacenadas de maíz var. NL-V-S-2, frijol var. Delicias, sorgo var. Melacero y trigo var.
Monterrey 78-100, la actividad fungicida del aceite esencial por volatilidad a humedad
relativa saturada y por contacto a dos niveles de humedad relativa; sobre semillas
de maíz var. NL-V-S-2 se determinó la dosis óptima del aceite esencial por contacto
a humedad relativa saturada; sobre semillas de maíz var. NL-V-S-2 se llevó a cabo un
estudio comparativo de la actividad fungicida por contacto del aceite esencial y el
fungicida comercial Captán a dos niveles de humedad relativa. La actividad fungicida
del agua de arrastre se evaluó in vivo empleando diferentes métodos de aplicación
sobre semillas de maíz var. NL-V-S-2 almacenadas a humedad relativa saturada; así
como el efecto del follaje deshidratado se evaluó in vivo sobre semillas de maíz var.
NL-V-S-2 almacenadas a humedad relativa ambiente. Se analizaron estadísticamente
los resultados mediante un arreglo factorial AXB con un diseño completamente al
azar y AXBXC con un diseño de bloques al azar, realizándose análisis de varianza y
comparación múltiple de medias de Tukey.
Los resultados indicaron que al modificarse el sistema de destilación empleando
el recipiente de lámina, o una olla de presión, se acortó el tiempo de la misma y au-
mentó el rendimiento de los extractos. Las pruebas fisicoquímicas indicaron que tanto
los extractos como los medios de cultivo están dentro de los niveles normales para
el crecimiento fungoso. Se aislaron los hongos de almacén: Penicillium sp., Rhizopus
stolonifer, Fusarium oxysporum, Aspergillus niger, A. ochraceus y A. flavus. En la eva-
luación de la actividad fungicida de los extractos vegetales in vitro sobre hongos que
afectan semillas en poscosecha, al determinarse el efecto fungicida del aceite esencial
por contacto y volatilidad los hongos sembrados directamente en placa presentaron
una inhibición total del crecimiento en las dos formas de acción. Al sembrarse por di-
fusión, Penicillium sp. y Rhizopus stolonifer presentan el mayor diámetro en el halo de
inhibición, Aspergillus ochraceus y A. flavus el menor. Al evaluarse el efecto del agua
de arrastre sobre el número de colonias en las especies tratadas; Aspergillus flavus
registró el menor número de colonias (84), mientras que Penicillum sp. el mayor con
178 colonias. En las especies del género Aspergillus se presentaron alteraciones en el
tiempo de crecimiento de la colonia y en la intensidad de esporulación, así como a nivel
microscópico cambios morfológicos. Después de analizarse estadísticamente la actividad
342
fungicida de los aceites esenciales extraídos de follaje colectado en diferentes áreas
geográficas, en diferentes estaciones climáticas del año, y bajo diferentes condiciones,
se observó que no hubo diferencias en su efecto, por lo que el origen de las plantas y
su manipulación en laboratorio no influyó sobre los resultados.
Por lo que respecta a la actividad fungicida del aceite esencial in vivo en la pro-
tección de semillas almacenadas, después de evaluarse la acción protectora del
aceite esencial volátil sobre semillas de maíz var. NL-V-S-2, frijol var. Delicias, trigo
var. Monterrey 78-100 y sorgo var. Melacero almacenadas a humedad relativa satu-
rada se observó que se presentaron diferencias estadísticamente significativas entre
tratamientos, obteniéndose 149,681 esporas de hongos de almacén por gramo en el
testigo, las que disminuyeron a 39,151 en las tratadas con el aceite esencial volátil.
Al determinar la dosis óptima del aceite esencial por contacto en la protección de
semillas de maíz almacenadas a humedad relativa saturada, se observó que el mayor
número de esporas se presentó en el testigo, disminuyendo gradualmente hasta el
tratamiento, al 25% que presentó el número mas bajo.
En el estudio comparativo de la actividad fungicida por contacto del aceite esencial
y el fungicida comercial Captán sobre semillas de maíz almacenadas a dos niveles de
humedad relativa se presentaron diferencias tanto entre los niveles de humedad
relativa, como entre los tratamientos aplicados: testigo, Captán, aceite esencial, pre-
sentándose en el testigo la mayor cantidad de esporas por gramo de semilla, mismas
que disminuyeron con la aplicación de Captán, para reducirse significativamente con
el aceite esencial. En la estimación de la actividad fungicida del agua de arrastre in vivo
sobre semillas de maíz empleando diferentes métodos de aplicación se presentaron
diferencias entre los tratamientos (testigo, dos bandas, dos círculos, tres círculos, papel
confeti), registrando el de papel confeti el menor número de esporas por gramo.
Al evaluarse in vivo la actividad fungicida del follaje deshidratado en diferentes
proporciones (1:1, 1:2, 1:3), sobre semillas de maíz almacenadas a humedad relativa
ambiente, se registró el mayor número de esporas por gramo en el testigo, disminu-
yendo conforme se incrementó la proporción del follaje, teniéndose el menor número
de esporas en la proporción 1:3. Al determinarse el efecto del aceite esencial por
contacto sobre semillas de maíz var. NL-V-S-2, frijol var. Delicias, trigo var. Monte-
rrey 78-100 y sorgo var. Melacero, almacenadas a dos niveles de humedad relativa
(saturada y ambiente), el mayor número de esporas se presentó en las semillas de
trigo testigo, número que se redujo en el tratamiento al aplicar el aceite; del mismo
modo se presentaron diferencias entre los niveles de humedad relativa, en donde el
trigo presentó la mayor cantidad de esporas por gramo en el tratamiento humedad
relativa saturada, disminuyendo a humedad relativa ambiente.

Conclusiones y perspectivas

Los estudios realizados a Larrea tridentata y Helietta parvifolia, plantas nativas del
noreste de México, revelan que existen evidencias claras del poder fungicida de sus

343
metabolitos secundarios. Al investigarse la acción de los compuestos presentes en
la resina de Larrea tridentata “gobernadora” se observó que presentan una potente
acción fungicida in vitro contra hongos que afectan semillas almacenadas; los estu-
dios in vivo ya sea bajo condiciones de invernadero o campo, son insuficientes, sin
embargo, sus resultados son consistentes al señalar un claro efecto inhibidor tanto de
los polvos como de los extractos de la resina obtenidos con diversos solventes. Por lo
que respecta al aceite esencial de Helietta parvifolia se comprobó que es un fungicida
eficaz, inhibiendo totalmente el crecimiento de ciertas especies de hongos que afec-
tan semillas almacenadas sensibles a su acción, así como causando malformaciones
anatómicas y fisiológicas a otras que revelaron ser más resistentes; mostrando efectos
óptimos al ser aplicado por volatilidad y por contacto. Se ha demostrado claramente
que éste es un fungicida efectivo para el control de hongos de almacén aun bajo con-
diciones de humedad relativa saturada, resultando tener mejor comportamiento que
el fungicida comercial Captán, contra el que fue comparado; por lo cual es factible
su empleo en la protección de semillas almacenadas a humedad relativa ambiente
hasta por 40 semanas, así como el empleo de los extractos y el follaje deshidratado a
humedad relativa saturada hasta por ocho semanas. Se recomienda su uso en semillas
destinadas para siembra, por no afectar su germinación.
Para el pequeño agricultor de las regiones donde se desarrollan estas plantas,
son un recurso de fácil obtención para el control de las pudriciones poscosecha de
semillas almacenadas, ya que la metodología empleada se puede implementar en
el campo, a un bajo costo y fácil adquisición, impulsando así el desarrollo de una
agricultura orgánica, tomando en cuenta el uso sustentable del recurso en apego a
la Normatividad vigente.

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347
PLANTAS INSECTICIDAS:
INSECTICIDAS DE ORIGEN NATURAL
Oranday-Cárdenas Aa* Rivas-Morales Ca
a
Departamento de Química, Facultad de Ciencias Biológicas, UANL.
Ave. Pedro de Alba s/n, Cd. Universitaria, C. P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
*azucenaoranday@hotmail.com

Resumen

L
as plantas, en su ambiente natural y como parte de su metabolismo, producen
gran diversidad de compuestos orgánicos conocidos como metabolitos secun-
darios, que parecen no tener una influencia directa sobre su crecimiento y desa-
rrollo, pero que sin embargo han estado relacionados con los mecanismos evolutivos
y de adaptación para su sobrevivencia. El reconocimiento de las propiedades de los
metabolitos secundarios ha llevado a clasificarlos de acuerdo al tipo de organismos
sobre los que actúan, o bien, a las aplicaciones que de ellos se dan, tales como antibió-
ticos, fungicidas, herbicidas, nematicidas, rodenticidas e insecticidas y/o plaguicidas.
Más de 2,000 especies de plantas de más de 170 familias tienen cierto valor para
matar insectos. El control de plagas y enfermedades tanto en el sector salud como en
el agropecuario se ha dado mediante la utilización de productos químicos sintéticos,
cuyo uso continuo e indiscriminado ha desarrollado efectos colaterales dentro de los
que destacan el impacto negativo sobre el medio ambiente, mediante la acumulación
por bioconcentración y el desarrollo de resistencia a ciertos insecticidas. La utilización
de extractos vegetales para el control de plagas tiene la ventaja de no provocar con-
taminación debido a que estas substancias son degradadas rápidamente en el medio
(Cooperación, 1991). El uso de éstos no es nuevo ya que se emplean desde antes de la
Segunda Guerra Mundial, sin embargo, éstos fueron remplazados por la introducción
de compuestos químicos como el DDT y otros compuestos organoclorados, debido a
que eran más tóxicos, mas baratos y más persistentes en el ambiente, ventajas que
en la actualidad se han revertido, ya que los efectos colaterales de su uso han gene-
rado, por un lado, resistencia en los organismo hacia ciertos insecticidas y, además,
daños ambientales irreversibles. Ante esta situación es imprescindible encontrar y
promover alternativas ambientalmente sanas para su control.

349
Introducción

Los insectos forman parte inevitable de nuestro entorno, existen unas 950,000 espe-
cies descritas y la cifra de insectos por descubrir se calcula entre 6 y 10 millones, con
lo que, podrían representar más del 90% de las formas de vida del planeta.
Aunque la mayoría son inocuos y otros aportan beneficios para el hombre, como
los que nos proveen miel, en este capítulo nos referiremos a aquellos que son perju-
diciales por ser transmisores de enfermedades; entre éstos, los insectos hematófagos
son vectores de enfermedades infecciosas graves para el ser humano, tales como el
paludismo (transmitida por los mosquitos del género Anopheles), la enfermedad de
Chagas (transmitida por Triatominos redúvidos), la enfermedad del sueño o tripano-
somiasis africana (cuyo vector es la mosca tse-tse), la fiebre amarilla y el dengue (el
mosquito Aedes aegypti), tifus (transmitido por piojos, pulgas y garrapatas), peste
bubónica (pulgas de las ratas), leishmaniasis (mosquitos Phlebotomus), filariasis y
elefantiasis (mosquitos Anopheles, Culex, Stegomyia, Mansonia).
Para el control de los insectos se han utilizado tanto métodos físicos (tempe-
ratura, luz, etc.), químicos (compuestos especiales) y biológicos (organismos vivos
para controlar la plaga). Otro tipo de control es aquel en el que se utilizan productos
naturales, que tienen la ventaja de no producir resistencia como en el caso de los
compuestos químicos y que no dañan el ecosistema. El conocimiento empírico de
plantas útiles para combatir plagas de insectos es utilizado por diversas civilizaciones
en diferentes partes del mundo desde hace mucho tiempo; por ejemplo, las hojas del
árbol nativo de la India, Neem (Azadirachta indica), han sido usadas en éste y países
cercanos para el control de insectos en infestaciones con granos comestibles, desde
1,500 años a. C. y todavía en el 2009 hay estudios sobre la actividad insecticida de
esta planta, las flores de Pyrethrum (Chrysanthemum cinerariifolium), originaria de
China, han sido usadas desde la antiguedad para este fin, de este género derivan los
piretroides, insecticidas sintéticos utilizados actualmente. Las propiedades del tabaco
(Nicotiana tabacum) como insecticidas fueron utilizadas por los indios americanos, y
en Europa se empezaron a usar en las granjas desde el siglo XVII.

Mecanismos de defensa vegetal

Se estima que en el mundo existen poco más de 700,000 especies de plantas, dis-
tribuidas, la mayoría de ellas, en los trópicos; sin embargo, se calcula también que
solamente 10% de ellas han sido evaluadas en la búsqueda de actividad biológica de
sus metabolitos (Harvey, 2000). Estos metabolitos, y sus propiedades químicas, se
han investigado ampliamente desde mediados del siglo XIX (Croteau et al., 2000).
Más de 2,000 especies de plantas de más de 170 familias tienen cierto valor para
matar insectos. Y de acuerdo a Harborne (1977), se conocen unos 30,000 compues-
tos de metabolitos secundarios de los 400,000 potenciales que pueden existir. Este
mismo autor ha recopilado una cifra cercana a los 3,000 compuestos naturales de
origen vegetal y con actividad biológica.
350
Los mecanismos de defensa en plantas son muy variados y complejos, ya que la
ausencia de un mecanismo inmunológico como el que se presenta en los animales,
que les permita resistir el ataque de patógenos, las ha llevado a desarrollar estrategias
de defensa diversificadas (Verporte, 2000). Por un lado, se presentan las defensas
estructurales o constitutivas, que corresponden a barreras físicas como epidermis
especializada, espinas y otras características morfológicas. Por otra parte, se pre-
sentan las defensas inducidas por factores externos o defensas metabólicas, que
corresponden a un sistema complejo que parte desde una señal química o elicitor que
desencadena la producción de enzimas del metabolismo secundario, y cuyo resultado
final sería la síntesis de compuestos con propiedades insecticidas, los cuales afectan,
además de a los patógenos, a los consumidores de las plantas y a sus enemigos na-
turales (Langenheim, 1994).
Los compuestos responsables de conferir alguna propiedad a los extractos ve-
getales rara vez se encuentran aislados, y más bien, son una mezcla de compuestos
que pueden afectar diferencialmente a los parásitos y patógenos en determinadas
concentraciones y proporciones (Espinosa-García, 2001).
Se ha observado que la diversidad química en las poblaciones de plantas mues-
tra un efecto selectivo hacia herbívoros, actuando como una defensa multifacética.
En respuesta a esta selectividad el conjunto de herbívoros que ataca a una planta
puede ser determinante en la promoción o mantenimiento de la diversidad química
dentro de una población de plantas. Esto es evidenciado al detectarse diferencias
en la composición química de los alcaloides de una planta creciendo en localidades
donde predomina uno u otro insecto plaga (Vrieling et al., 1991).
Otros factores que influyen sobre el contenido y características de los metabolitos
es el clima. Levin y York (1978) sugieren que la mayor concentración de alcaloides en
el follaje de las plantas se presenta en las de regiones tropicales bajas en compara-
ción con las de regiones subtropicales y templadas. En este sentido, Macias y Galindo
(2001) observaron que los ecosistemas desérticos o semidesérticos son los sitios más
adecuados para el desarrollo de especies vegetales aromáticas cuyo aroma se acentúa
conforme las condiciones se vuelven más aridas.
Por otra parte, el sitio de producción de metabolitos en la planta muestra varia-
ciones, en algunos casos pueden producirse en toda la planta, o bien, puede mostrar
selectividad entre órganos. Se ha observado que la mayoría de los terpenoides tiende
a concentrarse en los órganos reproductivos y que, de acuerdo con Zangerl y Bazzaz
(1992), este comportamiento esta relacionado con el proceso evolutivo de las plantas.
También se ha observado que la producción de los metabolitos es cíclica —e incluso
diaria— y esto ha sido demostrado por Macias y Galindo (2001) quienes observaron
que el alcaloide perlonina en la especie Festuca arundinacea Schreb tiene una mayor
producción en julio y agosto, relacionándose además con la época de mayor actividad
de los patógenos o parásitos.

351
Antecedentes históricos del uso de las plantas en el control de insectos

Al hablar de plantas con propiedades insecticidas, éstas deben relacionarse con


las plantas tóxicas en general, cuyo concepto, en un sentido amplio, incluye todas
aquellas plantas que originan graves alteraciones de salud en el hombre y animales
susceptibles que consumen pequeñas cantidades de sus semillas, raíces u órganos
aéreos (Forsth, 1968).
Desde la antigüedad, el uso de extractos de plantas, ya sea por su acción me-
dicamentosa o su acción plaguicida, apareció en el primer manuscrito verdadero
perteneciente a la farmacia y la medicina llamado Papiro de Ebers, que data del siglo
XVI antes de Cristo. En este mismo sentido, en el siglo XVII existen antecedentes del
uso de insecticidas como extractos de hojas de tabaco, cuyo principio activo es la
nicotina; y después, en el siglo XIX, el empleo de piretrinas naturales extraídas del
crisantemo (piretrum).
Investigadores del Departamento de Entomología y Cuarentena Vegetal (USDA)
demostraron que Heliopsis longipes, distribuida en México y conocida como Chilama-
gua en San Luis Potosí (Vidales, 1991), al igual que otras especies del mismo género
que se distribuyen en Estados Unidos, presentan toxicidad para la mosca doméstica.
La especies Heliopsis scabra resultó cerca de tres veces más tóxica para la mosca que
las piretrinas (Brannam et al., 1970).
El uso de plantas como insecticidas tiene orígenes muy antiguos. Lozoya (1976)
señala que en el siglo XVI en los estados de México y Morelos le daban usos ceremo-
niales y medicinales a plantas como Tagetes lucida que más tarde fueron usadas como
insecticidas. Por otra parte, se menciona que existen referencias del uso de soluciones
a base de la hierba de la cucaracha Haplophyton cimicidum para el combate de la mosca
y gusano de la naranja, así como para el picudo del algodonero (Lagunes 1984). En 1989
Lagunes y Rodríguez reportan varios usos antiguos de plantas en México: señalan que
en Toluca, Estado de México, se usaba la raíz de Microsechum helleri contra plagas del
suelo; y que en puebla se utilizaba la semilla de Trichilia havanensis en forma de pasta
para impregnar la semilla del maíz antes de la siembra y así repeler el ataque de pará-
sitos durante la germinación. También mencionan que en la región de Ixtapan de la Sal,
Estado de México, se acostumbraba intercalar plantas secas de Artemisia ludoviciana
entre costales de maíz para evitar el daño de gorgojos.
Existen muchas plantas cuyos extractos poseen propiedades insecticidas; sin
embargo, desde el punto de vista comercial, sólo algunas se han aprovechado. Otras
plantas contienen substancias “venenosas”, como la nicotina del tabaco, que es un
veneno muy fuerte (Arenas, et al. 1984; Forsth, 1968), y los aceites de la cáscara de
los cítricos que probablemente causan cáncer (Eckert y Wubker, 1991). Según Lukon-
sky, el narciso (Nerium oleander L.) contiene propiedades tóxicas y dos alcaloides: la
seudoumarina y oleandrina. Muchos autores opinan que sólo la oleandrina es tóxica.
La oleandrina posee además estrofantina, que es un potente glicósido cardiotónico
capaz de inducir un paro cardíaco en humanos. Un animal experimentalmente enve-
nenado con N. oleander muere con dosis de 300 mg por cada kg de peso (Gutiérrez,
1988).
352
Naturaleza química de los principios activos de las plantas

Sólo a partir de 1930 se produjeron los avances más importantes en la invención de


plaguicidas sintéticos, usando como modelos piretrinas, cuasina, rotenona y nicotina,
seguida por la invención de orgánicos sintéticos: clorados, fosforados y carbamatos,
algunos de los cuales ya están retirados del mercado por ser de alta toxicidad o,
simplemente, inconvenientes a la armonía ambiental.
Las sustancias activas biológicamente, pueden estar contenidas en diferentes partes de
las plantas, de aquí que el descubrimiento de una planta insecticida de un valor real será
fortuito; los éxitos actuales provienen del escrutinio hecho a las preparaciones galénicas
de los antiguos; ejemplo, la rotenona en el oriente, el piretro en Asia, la causina en las
Indias Orientales, los alcaloides de la wilfornia de China y muchas más. Consideraciones
similares se aplican a muchas de nuestras drogas medicinales modernas, muchas prepa-
raciones médicas tienen su origen en las plantas (Gunther y Jeppson, 1962).
Desde 1927 los químicos de la Oficina de Entomología y Cuarentenas Vegetales
(Departamento de Agricultura de Estados Unidos, USDA) han hecho investigaciones
sobre los principales insecticidas de origen vegetal, como la nicotina, la neonicotina,
la anabasina, la rotenona, el deguelin y otros rotenoides, el cuasin y las piretrinas.
También han trabajado con muchas plantas intentando descubrir nuevas fuentes de
esos y otros insecticidas, así como atrayentes, repelentes y auxiliares contra insectos
dañinos (Brannam, et al., 1970). Brannam et al., (1970) reportan que en 1922, Smith
realizó una investigación sobre el insecticida del tabaco, la nicotina, un alcaloide liquido
de nombre 1-metil-2-(3-piridil) pirrolidina, quien reportó que este compuesto mató
muchas clases de insectos. La mayor parte de especies de Afidios se puede controlar
con concentraciones de una parte de nicotina y mil partes de agua. La nicotina se
recomienda sólo contra los insectos de cuerpo blando, las chicharritas, los psilidos,
los trips, los ácaros, las arañas y algunos parásitos externos de los animales.
En años recientes se ha observado la relación de los flavonoides con las propieda-
des defensivas de las plantas, encontrando por ejemplo, que la presencia de algunos
O-glicosidos evita el ataque de herbívoros en diferentes variedades de arroz, y en
general, cada vez se encuentran en la literatura más reportes que informan de las
propiedades alelopaticas de los flavonoides. Hoy en día el numero de flavonoides
conocidos y que además han sido aislados y evaluada su actividad biológica in vitro
rebasa los 6,400 (Brouillard y Dangles, 1993).
La rotenona es un flavonoides que se extrae de las raíces de algunas plantas per-
tenecientes a la familia de las Leguminosas y cuyo rendimiento varía según el género
y la especie. Este es un insecticida de contacto e ingestión cuya acción implica una
inhibición del transporte de electrones a nivel mitocondrial. Los insectos intoxicados
con rotenona muestran una disminución del consumo de oxígeno, depresión en la
respiración y ataxia, que provocan convulsiones y conducen, finalmente, a la parálisis
y muerte del insecto por paro respiratorio (Silva, et al. 2002). El material insecticida
se obtiene de las raíces de Derris elliptica, Derris spp, Lonchocarpus spp y Tephrosia
spp. Su uso principal es doméstico (Barberá, 1976; Cremlyn, 1982). Estas plantas

353
fueron usadas por poblaciones nativas de países tropicales como tratamiento contra
infecciones de insectos, parásitos y algunas otras plagas.
Las piretrinas son una mezcla de compuestos orgánicos con propiedades in-
secticidas que se encuentran de modo natural en las flores de plantas del género
Chrysanthemum (denominado piretro o pelitre), y cuyo rendimiento alcanza hasta
20-25% del extracto seco de estas flores.
Durante cerca de 30 años los químicos suizos Staudinger y Ruzicka (según Brannam
et al., 1970) descubrieron insecticidas en las flores del piretro. En 1924 anunciaron
dos compuestos: Piretrina I y Piretrina II. Forge (según Brannam et al., 1970) y sus
colaboradores del USDA volvieron a examinar el piretro en 1934 y descubrieron otros
dos ésteres insecticidas en las flores; los llamaron cinerin I y cinerin II.
La actividad insecticida se debe a su acción sobre la bomba de sodio de las neuro-
nas. Mediante un proceso fisicoquímico estas moléculas inhiben el cierre del canal de
sodio de la membrana celular, de manera que producen una transmisión continua del
impulso nervioso (Narahashi, 1971). Las consecuencias de esta transmisión continua
son los temblores, la parálisis muscular (llamado “efecto derribo” o “knock-down”,
característico de las piretrinas II) y, eventualmente, la muerte (específica de las pire-
trinas I). Esta actividad insecticida, que afecta especialmente a los insectos voladores,
depende de la estructura química (Casida, 1980; Elliot 1970, 1976). La incorporación
de las moléculas de piretrinas a un organismo animal (incluido el humano) puede
realizarse por vía dérmica, pulmonar y gástrica.
Uno de los derivados vegetales de carácter insecticida que más uso tiene es el
pelitre, especialmente como insecticida doméstico, a pesar de su alto costo y su sus-
ceptibilidad a la fotodescomposición. Las piretrinas derivadas del pelitre continúan
siendo un insecticida económicamente prominente a causa de su baja toxicidad oral
para los mamíferos NAS (1978). Actualmente se considera como planta productora
de extracto de pelitre, principalmente a Chrysanthemum cinerariaefolium (Visiani),
además de otras especies.

Efectos y modos de acción de plaguicidas orgánicos

Se ha observado que los Principios Activos derivados de plantas actúan de una ma-
nera lenta y gradual a diferencia del efecto fulminante que provocan los insecticidas
sintéticos. Esta característica es considerada una desventaja de los plaguicidas na-
turales, ya que las poblaciones de insectos plaga tratados con insecticidas naturales
no disminuyen rápidamente, (Munch, 1988).
De acuerdo con Solorzano (1993), los efectos que causan los insecticidas naturales
son principalmente fisiológicos y se han podido distinguir los siguientes: a) repelencia
en larvas y adultos; b) suspensión de alimentación; c) reducción de la movilidad del
intestino; d) impedimento de la formación de quitina; e) bloqueo de la muda en ninfas
y larvas; f) impedimento del desarrollo; g) impedimento del crecimiento; h) toxicidad en
larvas y adultos; i) interferencia en la comunicación sexual en la cópula; j) suspensión
de la ovoposición y k) esterilización de adultos.
354
El efecto de un plaguicida vegetal, así como el contenido de sus ingredientes
activos, depende de algunos factores; la especie y variedad de la planta, época de
recolección, influencia del ambiente (clima, suelo, enfermedades), parte cosechada
de la planta, forma de preparación, forma de extracción y aplicación del plaguicida.
Comúnmente no se conoce el modo exacto de aplicación de los plaguicidas vegetales,
razón por la que se debe mantener una experimentación constante; es necesario
también recopilar y anotar todos los datos y resultados obtenidos (Girón y Cáceres,
1994).

Uso de plantas en el control de insectos en granos almacenados

Desde hace cientos de años los agricultores han combatido a los insectos y aceptan el
hecho de que éstos consumen y destruyen cierta cantidad de sus semillas, ya sean para
comercialización, alimentación o siembra para la próxima temporada. Los métodos
de control utilizados son de naturalezas muy diversas, encontrándose alternativas
como el control físico, químico y biológico, entre otros. La protección de semillas
constituye uno de los permanentes desafíos para los profesionales e investigadores
que trabajan en la protección vegetal y aún más si no se cuenta con la herramienta
más recurrida (para bien o para mal), que son los insecticidas de origen sintético.
Sin embargo, existe una serie de métodos naturales de control que permiten obte-
ner niveles satisfactorios de protección a los cuales se puede recurrir cuando, por
ejemplo, se trata de un sistema orgánico de producción. En el presente manuscrito
se hará una revisión de algunos de estos métodos que son susceptibles de utilizar
y que, bien aplicados, sin lugar a dudas producirán una adecuada protección de los
granos almacenados.
El uso de polvos vegetales es una técnica recuperada de la agricultura de subsis-
tencia de países principalmente de Africa y América Central (Lagunes y Rodríguez,
1989). Según Rodríguez (2000), las plantas que tradicionalmente se han utilizado
en graneros rústicos para evitar el daño del grano por insectos son; cebolla (Allium
cepa), ajo (Allium sativum), neem (Azadirachta indica), ají o chile (Capsicum spp),
cedro (Cedrela spp), Croton spp, colorín (Erythrina americana), eucalipto (Eucalyptus
globulus), paraíso (Melia azedarach), menta (Mentha spicata), tabaco (Nicotiana
tabacum) hierba santa (Piper auritum), homeoquelite (Piper sanctum), saúco (Sam-
bucus mexicana), jaboncillo (Sapindus spp) y ramatinaja (Trichilia havanensis). Sin
lugar a dudas este es un método de control que ha tenido una segunda época, pues
se podría decir que ya está quedando atrás el tiempo en que hablar de insecticidas
vegetales se limitaba al uso de piretro (Tanacetum cineraeifolium), tabaco (Nicotiana
tabacum) y rotenona (Derris spp) entre otros, ya que hoy en día en varios lugares del
mundo hay grupos de investigación trabajando en la búsqueda de nuevas plantas
con propiedades insecticidas. La mayoría de las especies de plantas que se utilizan
en la protección vegetal, exhiben un efecto insectistático más que insecticida (Silva
et al. 2002). Es decir, inhiben el desarrollo normal de los insectos. Sin embargo, no se
puede olvidar que algunas sustancias vegetales sí provocan un efecto insecticida como
355
sucede con las piretrinas, la nicotina o la rotenona (Izuru,1970). Según Coats (1994),
los compuestos naturales tienen un efecto protector que principalmente se debe a
repelencia, disuasivo de la alimentación u oviposición y regulador de crecimiento.
Además, Metcalf y Metcalf (1992) también señalan el efecto confusor o disruptor.
Por lo tanto, debemos considerar a todos aquellos compuestos que sabemos que su
efecto es insectistático como preventivos más que como curativos (Rodríguez, 1993).
Un ejemplo de lo último lo encontramos en el caso de los granos almacenados en
donde una vez que el insecto ya penetró el grano, cualquier polvo vegetal de probada
eficacia protectora no tendrá efecto (Lagunes, 1994).
Cuevas (2006) por su acción contra el gorgojo del maíz Sitophilus zeamais (Mots.),
observó que las plantas de chicalote Argemone sp. y valeriana Valeriana officinalis
provocan el 98.9% de mortalidad, 0% de emergencias de la primera generación y 0%
de daño al grano: se incluye también la ruda Ruta graveolens con 43.3%, 0% y 0%.
Como material diverso la cal causó 100%, 0% y 0% respectivamente. Para el gorgojo
del frijol Zabrotes subfasciatus (Boh.) el chicalote originó 98.7% de mortalidad, 0%
de emergencias y 0% de daño; en tanto que la cal 100%, 0% y 0%. Finalmente, se
redujeron las poblaciones del gorgojo del garbanzo Callosobruchus maculatus (Fab.)
con el chicalote, induciendo el 26.2% de mortalidad y 0% tanto de emergencias como
de daño al grano (Tabla 1).
En la Tabla 1 se muestran las plantas y materiales diversos evaluados en los
bioensayos, así como la parte usada y su formulación. Las especies de insectos de
granos almacenados sobre los que se evaluaron estos materiales son el gorgojo del
maíz Sitophilus zeamais (Coleoptera:Curculionidae), gorgojo del frijol Zabrotes subfas-
ciatus (Coleoptera:Bruchidae) y el gorgojo del garbanzo Callosobruchus maculatus
(Coleoptera:Bruchidae).

Tabla 1. Especies vegetales y materiales diversos experimentados

Especie vegetal Familia común Nombre Parte usada Formulación


Acacia farnesiana Leguminosae Huizache Hoja Polvo

Allium cepa Liliaceae Cebolla Tallo Polvo

Allium sativum Liliaceae Ajo Raíz Infusión

Zapatito de
Amaranthus hybridus Amaranthaceae Hoja Polvo
la virgen

Annona diversifolia Annonaceae Ilama Hoja Polvo


Raíz, tallo,
Polvo, infusión
Argemone sp. Papaveraceae Chicalote hoja, fruto y
y extracto
semilla
Oreja de
Apetes glaberrima Asclepiadaceae Planta entera Polvo
liebre

356
Eichhorrnia crassipes Pontederiaceae Lirio acuático Planta entera Polvo

Corteza y
Enterolobium cyclocarpum Leguminosae Parota Polvo
hoja

Capsicum sp. Solanaceae Chile guajillo Semilla Infusión

Chenopodium ambrosioides Chenopodiaceae Epazote Hoja Polvo

Crescentia alata Bignoniaceae Coatecomate Fruto Polvo

Tripas de
Cuscuta tintorea Convolvulaceae Tallo Polvo
judas

Eritrina americana Leguminosae Colorín Flor y semilla Polvo

Hierba del
Estilingia celayensis Euphorbiaceae Hoja Polvo
sapo

Euphorbia pulcherrima Euphorbiaceae Noche buena Hoja Polvo

Hedera sp. Araliaceae Hiedra Hoja Polvo

Ipomoea muricoides Convolvulaceae Casahuate Hoja Polvo

Lirio ter-
Iris sp. Iridiaceae Hoja Polvo
restre

Jacaranda acutifolia Bignoniaceae Jacaranda Hoja Polvo

Leucaena leucocephala Leguminosae Guaje Hoja Polvo

Mostera deliciosa Araceae Piñanona Hoja Polvo

Ocimum basilicum Labiatae Albahaca Hoja Polvo

Phytolacca octandra Phytolaccaceae Mazorquilla Fruto Polvo

Apetes ha coccinea Rosaceae Piracanto Fruto Polvo

Pithecellobium dulce Leguminosae Guamúchil Hoja Polvo

Ruta graveolens Rutaceae Ruda Hoja Polvo

Solanum amazonicum Solanaceae Mala mujer Hoja Polvo

357
Quita
Solanum sp. Solanaceae Fruto Polvo
manteca

Syngonium podophyllum Araceae Siete dedos Hoja Polvo

Tagetes lucida Compositae Pericón Hoja Polvo, infusión

Valeriana Officinalis Valerianaceae Valeriana Raíz Polvo

Hoja
Xanthosoma robustum Araceae Hoja Polvo
elegante

Xanthosoma sp. Araceae Mafafa Tallo Polvo

Las hojas de neem han sido utilizadas de diferentes maneras, para controlar
insectos de almacén. Por ejemplo, mezclando de 2 a 3 kg de hojas secas de neem
por cada 100 kg de grano. También, mezclando barro y una pasta hecha con hojas
de neem; para construir recipientes para almacenar el grano. Algunos agricultores
indopakistanos remojan sacos durante la noche en 100 litros de agua que contiene
de 2 a 10 kg de hojas de neem, luego los ponen a secar y, finalmente, los llenan con
el grano (Ahmed y Grainge, 1986).
Jortwani y Srivastava (1985) probaron semillas de neem contra plagas de granos
almacenados. El polvo de semilla se mezcló con grano de trigo en una proporción de
1 a 2% (peso/peso) proporcionando protección satisfactoria contra Sitophilus oryzae,
Rhyzopertha dominica y Trogoderma granarium, por 270, 310 y 380 días, respecti-
vamente. Pruebas posteriores de germinación con semillas tratadas no mostraron
efectos negativos por el tratamiento. Jacobson (1986) estudiando el efecto de neem
contra artrópodos y nematodos encontró inhibición de la alimentación en Rhyzoper-
tha dominica, S. granarius y S. zeamais; inhibición de la alimentación y toxicidad en
S. oryzae, T. confusum y toxicidad en T. castaneum.
Existen varios reportes sobre el efecto antialimentario de derivados del neem sobre
insectos de granos almacenados. El polvo de semilla de neem mezclado con grano de
trigo al 1 y 2% lo protegió de daño de S. oryzae, R. dominica y Trogoderma granarium
por 9, 11 y 13 meses, respectivamente (Otwani, citado por Saxena et al., 1988).
Ali et al., (1983) reportan el uso de aceites vegetales contra Callosobruchus chi-
nensis. Estos aceites, diluidos en un solvente orgánico y aplicados en dosis de 0.5 y
1.0 ml por 100 g de grano produjeron mortalidades sólo en adultos. Las especies de
plantas utilizadas en este estudio fueron: neem Azadirachta indica, coco cocos nuci-
fera, sésamo sesamum orientale, palma Elaeis guineensis, rábano Raphanus sativus.,
mostaza Brassica sp. Los aceites fueron adquiridos en el mercado local.
En experimentos de laboratorio donde se colocó maíz rojo en frascos de vidrio
tratados con neem, los tratamientos provocaron efecto repelente contra Tribolium
confusum y Sitophilus zeamais. De manera general, el efecto del aceite de neem y el
polvo de semilla se incrementaron a altas concentraciones, pero la diferencia entre
ellas no fue significativa en los insectos probados. Hubo un decremento en el número

358
de adultos emergente de T. confusum, lo cual probablemente se debió a la mortalidad
de las larvas, causada por el tratamiento de neem (Akou-Edi, 1983).
Cortez et al., (1989) probaron extractos con agua, etanol, metanol, hexano y
benceno, en relación 1:100 (planta:solvente), de siete plantas silvestres de Sonora,
para controlar a R. dominica en trigo. Concluyeron que los extractos acuosos de palo
loco, higuerilla y estafiate fueron los mejores.
En estudios recientes Cortez et al. (1991), evaluaron el efecto antagónico de 10 plan-
tas silvestres contra el gorgojo pinto del frijol Zabrotes subfasciatus, y el gorgojo pardo
del frijol Acanthoscelides obtectus. Las plantas fueron guayabilla Salpianthus macrodon-
thus, hediondilla Larrea tridentata, cardo amarillo Argemone mexicana, atriplex Atriplex
elegans, cardo blanco Argemone platyceras, toloache Datura atramonium, palo loco
Nicotiana glauca, higuerilla Ricinus communis, batamote Baccharia glutinosa y hierba
ceniza Senecio longilobus. Se hicieron macerados e infusiones al 5 y 10%, los polvos se
aplicaron al 1 y 5%. Se evaluaron porcentajes de mortalidad, emergencia de nuevos
insectos adultos, porcentajes de oviposicióny porcentaje de germinación. El extracto
de batamote al 5% presentó la mortalidad más alta para Z. subfasciatus, que fue de
15.6%. El frijol tratado con extractos de hediondilla fue más susceptible al ataque de
este insecto, mientras que las tratadas con extractos de cardo amarillo, toloache y palo
loco repelieron más al insecto; efecto que se reflejó en el porcentaje de oviposición.
Por otro lado, se encontró que todos los polvos aplicados al frijol causaron 100% de
mortalidad en A. obtectus en ambas dosis aplicadas (Tabla 2).

Tabla 2. Plantas utilizadas para el control de insectos en granos almacenados

Especie Usos y aplicaciones Fuente

2 a 3 kg de hojas secas/100 kg de grano se utilizan


para el control de Insectos de almacén
Azadirachta indica Ahmed y Grainge
“neem” Mezclando barro y una pasta hecha con hojas, (1986).
para construir recipientes para almacenar el grano
para controlar insectos de almacén

El polvo de semilla se mezcló con grano de trigo


Azadirachta indica Jortwani y
para el control de Sitophilus oryzae, Rhyzopertha
“neem” Srivastava (1985)
dominica y Trogoderma granarium

359
Polvo de hojas inhibe la alimentación de ar-
trópodos y nemátodos Rhyzopertha dominica, S.
granarius y S. zeamais
Azadirachta indica
Jacobson (1986)
“neem” Polvo de hojas inhiben la alimentación y provocan
toxicidad en S. oryzae, T. confusum

Polvo de hojas provoca toxicidad en T. castaneum

Polvo de semilla mezclado con granos de trigo 1


(Otwani, citado
Azadirachta indica y 2% protegió de daño de S. oryzae, R. dominica
por Saxena et al.,
“neem” y Trogoderma granarium por 9, 11 y 13 meses,
1988)
respectivamente

Azadirachta indica
“neem”
cocos nucifera
“coco”
sesamum orientalis
Aceite vegetal, dosis de 0.5 y 1.0 ml por 100 g de
“sésamo”
grano produjeron mortalidades sólo en adultos Ali et al., (1983)
Elaeis guinensis
contra Callosobruchus chinensis.
“palma”
Raphanus sativus
“rábano”
Brassica sp.
“mostaza”

Aceite y Polvo de semillas provocaron efecto


Azadirachta indica
repelente contra Tribolium confusum y Sitophilus Akou-Edi (1983)
“neem”
zeamais

“Palo loco”
Extractos acuosos controlaron a R. dominica en Cortez et al.,
“Higuerilla”
trigo (1989)
“Estafiate”

360
Salpianthus macrodonthus
“guayabilla”
Larrea tridentata Macerados e infusiones al 5 y 10%, y polvos al 1
“hediondilla” y 5% se aplicaron sobre Gorgojo pinto del frijol
Argemone mexicana Zabrotes subfasciatus, y el gorgojo pardo del frijol
“cardo amarillo” Acanthoscelides obtectus
Atriplex elegans
“atriplex” El extracto de batamote al 5% presentó la mor-
Argemone platycera talidad más alta para Z. subfasciatus, que fue de
“cardo blanco” 15.6%. Cortez et al .,
Datura stramonium (1991)
“toloache” El frijol tratado con extractos de hediondilla fue
Nicotiana glauca más susceptible al ataque de este insecto, mien-
“palo loco” tras que las tratadas con extractos de cardo
Ricinus communis amarillo, toloache y palo loco repelieron más al
“higuerilla” insecto; efecto que se reflejó en el porcentaje de
Baccharia glutinosa oviposición. Los polvos aplicados al frijol causaron
“batamote” 100% de mortalidad en A. obtectus.
Senecio longilobus
“hierba ceniza”

Amaranthus hybridus
Hoja
(Amaranthaceae)
Argemone mexicana
Semilla
(Papaveraceae)
Asclepias glaberrima
Completa
(Asclepiadaceae)
Crescentia alata Cubierta externa del fruto y
(Bignoniaceae) fruto completo de
Cuscuta tinctorea Tallo
Eichhornia crassipes Raíz
Estilingia celayensis Hojas
Gorgojo Cuevas et al.,
Euphorbia pulcherrima Hojas Sitophilus (1989)
zeamais
Hedera sp. Hojas
Ipomoea muricoides Hojas
Iris sp. Hojas
Monstera deliciosa Hojas
Syngonium podophyllum Hojas
Xanthosoma robustum Hoja y tallo
Phytolaca octandra Fruto
Pyracantha coccínea Fruto
Solanum amazonicum Hoja
Solanum sp. Fruto
Ortega y
gnaphalium inortatum Costales impregnados con dosis del 10% presen-
Rodríguez,
“gordolobo” taron menor infestación
(1991)

361
Productos naturales activos contra insectos vectores de enfermedades para el ser
humano

En esta sección se presenta información sobre productos naturales que han resultado
activos contra insectos que son vectores de enfermedades para el ser humano, en
particular nos referimos a Aedes aegypti (Figura 1 y Tabla 4) que produce el dengue y
fiebre amarilla, a Culex pipiens (Figura 2 y Tabla 5) vector de encefalitis y otras enfer-
medades y a Periplaneta americana (Figura 3 y Tabla 6) que son factor determinante
para la diseminación de diversas enfermedades.
Se presenta información sobre los insectos y las enfermedades que trasmiten,
así como tablas resumidas para cada uno de los insectos, indicando las especies de
plantas estudiadas por nuestro grupo de trabajo e investigadores de diferentes partes
del mundo incluyéndose además, la familia, origen, compuestos activos, método de
evaluación de la actividad biológica y dosis efectiva. Estos estudios son importantes
ya que los datos que publican en años recientes la Organización Mundial de la Salud
(OMS) y la Organización Panamericana de La Salud (OPS) indican la alta incidencia de
las enfermedades trasmitidas por estos insectos de ahí la relevancia de contar con
métodos de control biológicos efectivos y seguros.

Aedes aegypti

A. aegypti (L.) de la familia Culicidae es un mosquito doméstico, que se encuentra


en todo el mundo, abarcando las latitudes comprendidas entre 35° latitud norte y
35° latitud sur, generalmente a no más de 1000 m de altitud. El adulto es de color
negro con diseños blancos formados por escamas claras que se disponen en forma
de “lira” en el dorso del tórax, y mostrando un anillado a nivel de los tarsos, tibia y
fémures de las patas.

Figura 1. Aedes aegypti a)


adulto, b) larva.

362
En 1906, Brancoft encontró que el mosquito Aedes aegypti participaba como el vector
del Dengue; se sabe que actualmente es el principal vector de esta enfermedad en
América. El mosquito es una especie diseminada por el hombre, con el transporte
ya sea de sus huevos, larvas o adultos, puede ser portador del virus del dengue, de
la fiebre amarilla, así como de otras enfermedades. La OMS considera al dengue
como la segunda infección re-emergente más importante entre las enfermedades
tropicales y como una de las principales enfermedades virales transmitidas al hom-
bre por artrópodos, ya que la prevalencia del dengue ha crecido dramáticamente en
décadas recientes. La OMS indica que ésta enfermedad es endémica en más de 100
países en África, América, en el este del Mediterráneo, sureste de Asia y en el oeste
del Pacífico (CDC, 2005).
La Organización Panamericana de Salud señala que en Centroamérica y México,
en el periodo 2001–2007, se reportaron 545,049 casos de dengue clásico (12,5% del
total de dengue reportado en las Américas), 35,746 casos de dengue hemorrágicos y
209 defunciones. Honduras, México y Costa Rica notificaron el número más alto de
casos en este período.
En 2008, Centroamérica y México reportaron 157,933 casos de dengue, siendo
9,347 casos de dengue hemorrágico y 39 defunciones. Los países con más altas tasas
de incidencia por cada 100,000 habitantes fueron: 288.0 en Honduras, 255.2 en Costa
Rica y 108.5 en México. En lo que va del 2009, se han reportado 4,639 casos de dengue
en todo el Caribe, incluido 304 casos de dengue hemorrágico y 3 defunciones (OPS,
2009).

Culex pipiens

Los mosquitos del grupo Culex pipiens Linnaeus,1758 (Diptera: Culicidae), pertenecen
a un género de mosquito hematófago, del cual muchas de las especies actúan como
vectores para importantes enfermedades, tales como el Virus del Nilo Occidental,
filariasis, encefalitis etc., aunque según el consenso en taxonomía se ha promovido
el uso del nombre Culex pipiens quinquefasciatus por el momento se acepta que se
continúe utilizando “Culex pipiens” (Culex, 2009).

Figura 2. Culex pipiens a) adulto, b) larvas

363
El mosquito adulto puede medir de 4 -10 mm (0.16-0.4 in.), y morfológicamente
se compone de una cabeza y abdomen. Posee además alas, las cuales lo habilitan
para volar, un factor importante en la capacidad del artrópodo para transmitir enfer-
medades. Los miembros de este grupo se distribuyen a lo largo y ancho del planeta,
abunda principalmente en América y África tropical, Medio y Lejano Oriente, sur de
Asia, Nueva Guinea, Australia y al sur de Estados Unidos (Salazar y Moncada, 2004).
El reservorio del virus, de la fiebre del Nilo Occidental, enfermedad actualmente
emergente en Norteamérica, como en otros muchos casos, se encuentra en las aves.
El comportamiento picador (trófico) de estas especies es muy variable, habiendo cepas
del mosquito que pican a las aves y a los mamíferos, el virus del Nilo Occidental es un
virus que puede causar diversas patologías que van desde fiebre hasta complicaciones
mucho más serias como la encefalitis y la meningitis. Este virus crece y se propaga de
un ave a otra a través de mosquitos infectados. Si los mosquitos infectados con el virus
pican a los caballos o a los humanos, el animal o la persona pueden enfermarse.
En los Estados Unidos se presentó por primera vez en Nueva York durante el verano
de 1999. Desde entonces se ha diseminado a lo largo de la mayor parte del territorio
continental de los Estados Unidos. No se sabe cómo entró a los Estados Unidos, sin
embargo este proceso ocurre de manera natural en Europa, África y Asia desde al
menos la primera parte del siglo XX (Fonseca et al., 2004).
En cuanto a la encefalitis de San Luis, también trasmitida por Culex pipiens, se ha
reportado que interacciones complejas entre el medio ambiente y factores biológi-
cos influyen en la susceptibilidad del mosquito quinquefasciatus y pueden afectar la
epidemiología de la transmisión del virus (Richards et al., 2009).
Los métodos de control que se han utilizado para erradicar este vector incluyen:
Saneamiento del medio, control químico, control biológico y control integrado.
El control de mosquitos no es tan fácil, debido a que ciertas especies presentan
resistencia a algunos insecticidas convencionales que además dañan el ambiente
cuando son utilizados indiscriminadamente, requiriéndose de métodos alternativos
de control (Perich et al., 1995). Estudios realizados en especies de mosquitos de la
familia Culicidae han demostrado que productos extraídos de plantas tienen un gran
potencial para ser utilizados como control alternativo (Bautista, 1996; García, 2000).
Persea americana (Miller) (Lauraceae) es nativa y cultivada ampliamente en América
Central. En México esta planta (aguacate) es abundante y se desarrolla con facilidad
y se utiliza contra parásitos (Sauer, 1993).

Periplaneta americana

Las cucarachas aparecieron en el periodo cambriano y los registros fósiles más


antiguos datan de 340 millones de años. Las cucarachas son consideradas como un
grupo sinantropico debido a la estrecha relación existente con el hombre, la cual data
desde que este último habitaba las cavernas. Actualmente se conocen cerca de 3,500
especies, siendo la mayoría de regiones tropicales.

364
Figura 3. Periplaneta americana

La cucaracha americana (Periplaneta americana)


es una especie de insecto de la familia Blattidae, se
encuentra ahora ocasionalmente en Europa ya que su
origen, como su topónimo indica, es América; tiene su
propia fauna parasitaria y al mismo tiempo es huésped
intermediario de algunos helmintos de vertebrados pero que, al vivir en contacto con
material orgánico en descomposición proveniente del sistema de alcantarillado de las
viviendas y de las industrias, está en íntima relación con otros organismos patógenos
como quistes de protozoarios y huevos de helmintos que permanecen viables tanto en
el tegumento como en el intestino. Por esta razón, es un importante vector mecánico
y transmisor de microorganismos que afectan la salud del hombre y de los animales
domésticos porque contamina los alimentos con sus patas o excrementos o con sus
vómitos (Fernández et al., 2001). La alternancia de hábitat durante el día y la noche
los convierte en insectos contaminadores peligrosos al desplazarse en las cocinas y
comedores de domicilios, almacenes y aun de hospitales, Ponce et al. (2005), reportan
las enfermedades relacionadas a la presencia de patógenos presentes en Periplaneta
americana (Tabla 3).

Tabla 3. Enfermedades producidas por patógenos diseminados por Periplaneta


americana

Patógeno Enfermedad
Bacterias
Alcaligenes faecalis Gastroenteritis, infección de heridas, vías urinarias
Bacillus subtilis Conjuntivitis, contaminación de comidas
Campylobacter jejuni Enteritis
Escherichia coli Diarrea, Infección de heridas
Klebsiella pneumoniae Neumonía, Infecciones en vías urinarias
Salmonella bredeney Gastroenteritis, Contaminación de alimentos
Salmonella newport Gastroenteritis, Contaminación de alimentos

365
Salmonella oranienburg Gastroenteritis, Contaminación de alimentos
Salmonella panama Gastroenteritis, Contaminación de alimentos
Salmonella paratyphi-B Gastroenteritis, Contaminación de alimentos
Serratia marscesens Contaminación de alimentos
Infección de heridas, infección de piel, infección de órganos
Staphylococcus aureus
internos
Streptococcus faecalis Neumonía
Hongos
Aspergillis Níger Neumomicosis, otomicosis
Helmintos
Ancylostoma duodenale Parasitosis
Ascaris lumbricoides Parasitosis
Ascaris sp. Parasitosis
Enterobius vermicularis Parasitosis
Hymenolepis sp. Parasitosis
Necator americano Parasitosis
Trichuris trichuria Triquinosis
Entamoeba hystolytica Amibiasis

Tabla 4. Productos naturales con actividad sobre Aedes aegypti

Nombre científico Compuesto Método Dosis Muerte Observaciones


activo utilizado Tiempo %
Persea americana Esteroles y Inmersión 16.7 24 50 Tratamiento a
triterpenos mg/ml (1) larvas de 3° y 4°
(1, 2) 20.39 estadío
mg/ml (2) Dosis: LC50 (2)

(1) Leite JJG et al. 2009. Rev. Soc. Bras. Med. Trop., 42(2):110-113.
(2) Ramos F, Oranday A, Verde MJ, Flores A, Ponce G. 2007. CIENCIA UANL,
Familia: Lauraceae 10(1):25-28.
Origen: México

366
g
Agave lophanta Saponinas Inmersión 37.4 mg/ml 24 50 Tratamiento a
esteroidales (1, 2) larvas de 3° y 4°
estadío
Dosis = LC50 (2)

(1) Abdel-Khalik SM, Miyase T, Melek FR, el-Shabraway OA, Mahmoud II, Mina
SA. 2002. Pharmazie, 57(8): 562-566.
(2) De la Torre S, Oranday A, Rivas C, Verde MJ. 2006. RESPYN UANL Edición
Familia: Agavaceae Especial, 4.
Origen: Norte de
México
Guatteria gaumeri Alfa asarona (1, 2) Inmersión 36.3 mg/ml 24 50 Tratamiento a
larvas de 3° y 4°
estadío
Dosis = LC50 (2)

(1) Chamorro G, Salazar M, Mendoza T. 1993. Rev. Invest. Clin., 45 (6) 597-604.
(2) Oranday A, Rivas C, Tamariz J, Chamorro G, Cruz DE, Salinas CP, Garza EM. 2007.
RESPYN UANL Edición Especial, 8.
Familia: Annonáceas
Origen: América
Centaurea scabiosa 1, 7, 9, 15-HEPTA Inmersión 100.0ȝg/g 24 100 Tratamiento a
DECATETRAENE- larvas del 4°
11, 13-DINE estadío, radiación
C17H20 PM 224.33 UV
(1, 2) por 30 min (3)
Mp:27-29° (1, 2)

(1) Andersen AB, Lam J & Wrang P. 1977. Phytochemistry, 16:1829.


(2) (1982) Dictionary of Organic Compounds, 5th ed, vol 3, p. 2854. Chapman and Hall:
Familia: Asteraceae London.
Origen: Europa (3) Amason JT, Swain T, Wat CK, Graham EA, Partignton S. & Towers GNH. 1981.
Biochem Syst. Ecol., 9:63.

Tagetes minuta (E)-OCIMENON Inmersión 40 ppm 24 100 Tratamiento a


C10H14O
larvas (2)
PM 150.21
P.eb.63-64°/2.1m
(1, 3)

(1) Naves YR. 1948. Helv. Chim. Acta, 31: 29.


(2) Maradufo A, Lubega R, y Dorn F. 1978. Lloydia, 41:181
Familia: Asteraceae
(3) Dev S, Narula APS & Yadav JS. 1982. Handbook of Terpenoids,
Origen: América
Monoterpenoids, vol 1, p.72. CRCPress: Boca Ratón, Florida.

Spilanthes N-ISOBUTYLDO- Inmersión 1X10-5 24 100 Tratamiento a


mauritiana DECA- 2(E), 4(E) mg/ml larvas del 3°
10(Z)- TETRA- estadío
ENAMIDA
C16H25ON
PM 247.37
Acite amarillo
(1,2)
Familia:
(1) Jondiko IJO, 1986. Phytochemistry, 25:2289.
Asteraceae
(2) Kokwaro JO. 1976. Medicinal Plants of East Africa. E. A. Lit. Bureau: Nairobi.
Origen: África

367
Anethum (+) CARVONA Inmersión 107 ppm 24 50 Tratamiento a
graveolens C10H14O larvas del 3°
PM 150.21 (1) estadío.
Dosis = LD50 (2)
P. eb. 230° (1)

(1) Dev S, Narula APS & Yadav JS. 1982. Handbook of Terpenoids,
Monoterpenoids, vol 1, p.72. CRCPress: Boca Ratón, Florida.
(2) Lichtenstein EP, LiangTT, Schulz KR, Schones HK & Carter GT. 1974. J.
Familia: Apiaceae Agric. Food Chem., 22;658.
Origen: Región
Mediterránea
Tagetes patula FENILHEPTA- Inmersión 1.0 ppm 24 50 Tratamiento
TRINO 2.7 ppm 24 90 larvas del 4°
C13H8 estadío,
PM 164.19 radiación UV
P. f. 55 – 56° (1) por 30 min (2)

(1) Wat CK, Biswas RK, Graham EA, Boom L, Towers GHN & Waygood ER.
1979.) J. Nat.Prod., 42:103.
Familia:
(2) Arnason T, Swain T, Wat CK, Graham EA, Partington S, Towers GHN. 1981.
Asteraceae
Biochem.Syst. Ecol., 9:63.
Origen: América
Aloe pluridens PULRIDON Inmersión 0.05 ppm 24 50 Tratamiento a
C12H12O3S larvas Dosis
PM 236.28 corresponde al
P. f.. 101 – 102° valor LD50 (1)
(1)

(1) Confalone PN, Huie EM & Patel NG. 1983. The isolation, structure
determination, and synthesis of pluridone, a novel insecticide from Aloe pluridens.
Familia: Aloaceae Tetrahedron Lett., 24: 5563.
Origen: Sudáfrica
Magnolia virginiana 4 METOXI- Inmersión 100 ppm 30 min 100.0 Tratamiento a
HONOKIOL 10 ppm 2h 100.0 larvas del 4°
C19H20O2 estadío
PM 280.14
Aceite coloreado

4,4´DIALYL- 2,3´ Inmersión 100 ppm 30 min 100.0


DIHIDROXY 10 ppm 2h 100.0 Tratamiento a
BIFENIL ETHER larvas del 4°
C18H18O3 estadío
PM 283.13
Familia: Aceite amarillo (1,
Magnoliaceae 2)
Origen:
Norteamérica
(1) Nitro JK, Fair MG, Thorogood DL, & y Scriber JM. 1991. Phytochemistry,
30:2193.
(2) El-Feraly FS & Li WS. 1978. Lloydia, 41: 442.
Pastinca sativa MIRISTICINA Inmersión 0.5 24 100 Tratamiento a
C11H12O3 larvas
PM 192.21
P.Eb. 157°/21mm

(1) Okogun JI & Ekong DEU. 1974. J. Chem. Soc Perkin I: 2195.
(2) Scott WP. & McKibben GH. 1978. J. Econ. Entomol., 71: 343.
(3) Su HCE & Horvat R. 1981. J. Agric. Food Chem., 29: 115.
Familia: Apiaceae
Origen: Eurasia

368
g
Annona bullata BULLATACIN Inmersión 10.0 80 Tratamiento
C37H66O7 PM larvas
622.90 (1)
P.f. 69-70° (1)

(1) Hui YH, Rupprecht JK, Liu YM, Anderson JE, Smith DL, Chang CJ &
McLaughlin JL.1989. J. N. Prod., 52: 463.

Familia:
Annonaceae
Origen: Cuba
Chrysanthemum 2-(1-NONENO- Inmersión 0.079 24 50 Tratamiento a
leucanthemum 3,5,7- TRINUL) 0.16 24 90 larvas, radiación
FURANO UV. Conc. =.
C13H8O LC50 y LC90 Bajo
PM 180.19 1.0 24 luz UV en seco
Cristales 1.0 24 (3)
amarillos
P.f. 68° (1, 2)

Familia: (1) Bohlmann F., Kap-Herr WV, Fanghanel L & Arndt C. 1965. Chem.Ber.,
Asteraceae 98:1411.
Origen: Europa y (2) Arnason JT, Philogene BJR, Berg C, McEachern A, Kaminski J, Leitch LC,
Asia Morand P & Lam J. 1986. Phytochemistry, 25:1609.
(3) Arnason T, Swain T, Wat CK, Graham EA, Partington S & Towers GHN. 1981.
Biochem.Syst. Ecol., 9:63.
Asimina triloba ASIMICIN Inmersión 100.0 24 100 Tratamiento a
C37H66O7 larvas
PM 662.90
P.f. 68 -69°
(1, 2)

(1) Mikolajczak Kl, McLaughlin JL & Rupprecht JK. 1988. US patent, 4721727.
(2) Alkofahi A, Rupprecht JK, Anderson JE, McLaughlin JL, Mikolajczak Kl & Scott
BA. 1989. Insecticides of Plant Origin. Arnason JT, Philogene BJR & Morand P.
Familia:
(Eds.). Pp: 25-43. ACS: Washington.
Annonaceae
Origen:
Norteamérica

Tabla 5. Productos naturales con actividad sobre Culex pipiens

Nombre científico Compuesto activo Método Dosis Muerte Observaciones


utilizado Tiempo %
Azadirachta indica Azadiractina (1) Inmersión 1.8 ppm 24 50 Tratamiento a
larvas de 4°
estadío.
Dosis = LC50 (1)

(1) Virendra KD, Akhilesh CP, Kamaraju R, Ashish G, Trilochan S & Aditya PD. 2009.
Malar J.; 8: 124.

Familia: Moraceae
Origen: India
Á

369
g
Citrullus colocynthis Ácido Oleico Inmersión 8.8 18.2 24 50 Tratamiento a
Ácido linoleico (1) mg/ml larvas de 4to
estadío.
Dosis = LC50 (1)

(1) Rahuman AA, Venkatesan P, Gopalakrishnan G. 2008. Parasitol Res.103 (6):1383-


90.

Familia:
Cucurbitaceae
Origen: Africa
Anthriscus sylvestris (2Z)-2-ANGELOILOXY- Inmersión 20 24 50 Tratamiento a larvas
(2)
METIL-2- ACIDO
BUTENOÍCO

C10H14O4 48 50
PM 198.21
P.f. : 43 - 44° (1)
Familia: Apiaceae
(1) Kozawa M., Morita N. y Hata K. (1978) Yakugaku Zasshyi,98, 1986
Origen:Europa
(2) Kozawa M., Baba K., Matsuyama Y., Kido T., Sakai M. y Takamoto T. (1982) Chem
Pharm. Bull, 30, 2885

Zanthoxylum piperitum ECHINACEINA Inmersión 0.01 24 100 Tratamiento a


C16H25O4 N 0.003 24 100 larvas (1)
PM 247.37 0.001 24 100
P.f-: 43 - 44° (1) 0.0003 24 0
%

(1) Jacobson M. 1971. The unsaturated isobutylamides. In: Naturally Occurring


Insecticides, Jacobson M & Crosby DG (Eds.). New York: Marcel Dekker, pp. 137 - 176.
Familia: Rutaceae
Origen: China
Helianthus EUPATOLIDE Inmersión 10.0 24 60 Tratamiento a
argophyllus C15H20O3 larvas (1)
PM 248.31
P.f.: 185- 188°(1,2)

(1) Wantanabe K, Ohno N, Yoshioka H, Gershenzon J & Mabry TJ. 1982.


Phytochemistry, 21: 709.
Familia: (2) 1982. Dictionary of Organic Compounds. 5th edn, vol 3, p. 3060 Chapman y Hall
Astereaceae New York: London: Chapman y Hall.
Origen: America
Allium sativum SULFURO DE DIALILO Inmersión 1ppm 24 4 Tratamiento
C6H10S2 3ppm 24 70 larvas del 3°
PM 146.26 5ppm 24 100 estadío (2)
P. eb: 79 - 81°/16mm (1,
3)

(1) Guenther E. 1949. The Essencial Oils. Vol II, p 1731, New York: Van Nostrand
Familia Liliáceas Reinhold.
Origen: Centro de (2) Amokar SV & Banerji A. 1971. Science, 174: 1344.
Asia (3) 1982. Dictionary of Organic Compounds. 5th edn, vol 2, p.1954. London: Chapman y
Hall.

370
Juniperus recurva TUJOPSENO Tópico 0.45 24 50 Tratamiento a
C15H24 PM 204.34 mg/ml adultos
P. eb: 79 - 81°/16mm (1) femeninos
CEDROL Dosis= LD50 (2)
C15H26O PM 222.36 Tópico 21.2 24 50 Tratamiento a
P.f.: 86 - 87° (3) mg/ml adultos fem
8,14 CEDRANOXIDO Dosis = LD50 (2)
C15H24O Tópico 10.7 24 Tratamiento a
PM 220.34 P.f.: 100° (4, 5) mg/ml adultos
Familia: femeninos Dosis
Cupressaceae = LD50 (2)
Origen: Himalaya
(1) Naves YR, Papazian G & Perrottet E. 1963. Helv. Chem. Acta, 26: 302.
(2) Oda J, Ando N, Nakajima Y & Inouye Y. (1977) Agric. Biol Chem., 41:201-204.
(3) Stork G & Clarke Jr.- FH. 1961. J. Am Che. Soc., 83: 3114.
(4) Runeberg J. 1961 ACTA Chem. Scand., 15: 721.
(5) Baggaley KH, Erdtman H & Norin T. 1968. Thetrahedrom, 24, 201.

Croton tiglium 12–O- Inmersión 0.6 72 100 Tratamiento a


TETRADECANOILFORBOL- larvas 2° estadío
13 ACETATO (2)
C36H56O8
PM 616.81(1, 2)

(1) Hecker E, Bresh H & Szczepanski C. 1964. Angew. Chem., 3: 227.


(2) Marshall GTM, Klocke JA, Lin L & Kinghorn AD. 1985. J. Chem. Ecol., 11:191.
Familia:
Euphorbiaceae.
Origen: Regiones
tropicales
Artemisia nilagirica CAPILLINA Inmersión 6.35ppm 24 50 Tratamiento a
C12H8O 10.0ppm 24 73 larvas del 3°
PM 168.18 estadío
P.f. 82 83° (1, 2, 3) Conc = LC50 (1)
(1) Banerjee A, Luthria DL & Kokate SD. 1990. Ind. J. Expt. Biol., 28: 558.
(2) Nash BW, Thomas DA, Warburton WK & Williams TD. 1965. J. Chem. Soc., 2983.
(3) Yano, K. 1987. J. Agric. Food. Chem., 35: 889.
Familia Asteraceae
Nativa: Asia Menor
NIcotiana glauca ANABASINA Inmersión Toxicidad
C10H14N2 PM162.24 relativa = 2.6
P. eb. 276° (1, 2) Nicotina =1
(3)
(1) Lukes R, Arolan AA, Kovar J & Blaha K. 1962. Collect. Czech. Chem. Commun.,
27:751.
(2) Quraishi MS. 1977. Biochemical Insect Control. New York: Wiley, pp. 22-25,.
Familia: (3) Yamamoto I. 1965. Adv. Pest. Cont. Res., 6: 231.
Solanáceas
Origen:
Latinoamérica
Hemizonia fitchii 6-VILIL-7-METOXI-2,2- Inmersión 1.8ppm 48 50 Tratamiento a
DIMETIL 3.8ppm 48 50 larvas del 1er y
CROMENO 3er estadío
C14H16O2 respectivamente
PM 216.27 (1) Conc = LC50 (1)
(1) Klocke JA, Balandrin MF, Adams RP & Kingsford E. 1985. J. Chem. Ecol., 11: 701.

Familia:
Asteraceae
Origen:
Norteamerica

371
Piper nigrum DIHIDROPIRERCIDA Inmersión 0.92ppm 24 50 Tratamiento a
C22H31O3N PM 357.48 larvas
(1,2,3) Conc = LC50 (4)
GUINEENSINE Inmersión 7.0ppm 24 Tratamiento a
C24H33O3N PM 383.51(5) larvas
Conc = LC50(4)
(1) Miyakado M, Nakayama I & Yoshioka H. 1980. Agric. Biol. Chem., 44: 1701.
(2) Miyakado M, Nakayama I & Yoshioka H. 1979. Agric. Biol. Chem., 34: 1609.
Familia Piperáceas
(3) Miyakado M, Nakayama I & y Ohno N. 1989. In: Insecticides of Plant Origin, Arnason
Origen: India
JT, Philogene BJR & Morand P. American Chemical Society: Washington.
(4) Miyakado M, Nakayama I, Ohno N & Yoshioka H. 1983. Curr. Themes Trop. Sci., 2:
369.
(5) Okogun JI & Ekong DEU. 1974. J. Chem.Soc. Perkin, I: 2195.
Anthriscus METIL ETHER Inmersión 20ppm 24 5 Tratamiento a
sylvestris ANTRICINOL 48 5 larvas (2)
C12H14O4 PM 222.23
P.f. 89° (1)

ANTRICINA Inmersión 20ppm 24 40 Tratamiento a


C22H22O7 PM 398.40 48 90 larvas (2)
P.f.. 168 - 174° (3)
Familia: Apiaceae
Origen: Europa (1) Kazawa M, Morita N & Hata K. 1978. Yakugaku Zasshi, 98:1946.
(2) Kazawa M, Baba K, Matsuyama Y, Kido T, Sakai M & Takemoto T. 1982. Chem
Pharm. Bull., 30: 2885.
(3) Noguchi K & Kawanami M. 1940. J. Pharm. Soc. Jap., 60: 629.
Encelia farinosa ENCECALINA Inmersión 3.0ppm 48h 50.0 Tratamiento a
C14H16O3 6.6ppm 48h 50.0 larvas del 3°
PM 232.27 estadío
P. eb. 135-137° (1) Conc = LC50 (2)

(1) Steelink C & Marshall GP. 1979. Org. Chem., 44: 331.
Familia: (2) Klocke JA, Balandrin MF, Adams RP & Kingsford E. 1985. J. Chem. Ecol., 11:701.
Asteraceae.
Origen:
Norteamérica

Tabla 6. Productos naturales con actividad sobre Periplaneta americana

Nombre Compuesto activo Método Dosis Muerte Observaciones


científico utilizado Tiempo %
Quassia amara QUASSINA Inyección 100.0ȝg/g 24 100 Tratamiento
C22H28O6 adultos ataxia
PM 388.44 es inducida
P.f. 221° (1) después de 3 h.
(2)

(1) Dev S & Nagasampagi BA. 1989. Handbook of Terpenoids, vol 1, p.477.
(2) Park MH, Komura M, Nakanish K & Nomoto K. 1987. Chem. Pharm. Bull., 35:3082.
Familia:
Simaroubaceae
Origen: Brazil

372
g
Picrasma NEOQUASSINA Inyección 12.5ȝg/g 24 100 Ataxia es
quassioide C22H30O6 inducida
PM 390.46 después de 3h.
Pf: 231° (1) (3)

NIGAKILACTONA-J Inyección 100.0ȝg/g 24 100 Reversible


C22H34O7 ataxia es
PM 422.50 inducida
Pf: 240-241°, después de 3 h
Familia: 250-252° (2) a una dosis de
Simaroubaceae 25ȝg (3)
Origen: América
tropical PICRASINA-D Inyección 100.0ȝg/g 24 100 Ataxia es
C22H30O6 inducida
PM 390.46 después de 3 h
Pf: 283.5-285° (2) (2)

QUASSINA Inyección 100.0ȝg/g 24 100 Ataxia es


C22H28O6 inducida
PM 388.44 después de 3 h
Pf. 221° (1) (3)

(1) Dev S & Nagasampagi BA. 1989. Handbook of Terpenoids: Triterpenoides. Vol 1, CRC
PRESS: Boca Raton: p. 477.
(2) Hikino H, Ohta T & Takemoto T. 1975. Phytochemistry, 14: 2473.
(3) Park MH, Komura M., Nakanish K & Nomoto K. 1987. Chem. Pharm. Bull., 35:3082.

Veratrum viride GERMINA Inyección 0.176 96 25 Tratamiento con


C27H43O8N PM 509.62 mg/g 96 143 cucarachas
Pf. 221.5 - 223° (1) 0.264 96 62 adultos en 24 h
mg/g 96 100 (2)
0.44 mg/g
0.66 mg/g

(1) Kupchan SM & Narayanan CR. 1959. J. Am.Chem. Soc., 81: 1913,1921.
Familia: (2) Seiferele EJ, Johns IB & Richardson CH. 1942. J. Econ. Entomol., 35:35.
Melanthiaceae
Origen: Estados
Unidos.
Nicotiana NICOTINA Inmersión 0.05ȝ 16 100 Toxicidad
tabaccum C10143N3 depende del pH
PM 162.23 100% a pH 9.3
P.f-. 221.5°C (1) 40% a pH 6.4
17% a pH 2.8
(2)

(1) 1982. Dictionary of Organic Componds. 5th edn., vol V, p. 4868. New YorK: Chapman
and Hall.
Familia:
(2) Siegler EH & Bowen CV. 1946. J. Econ. Entomol., 39: 673.
Solanáceas
Origen: America
tropical

Conclusiones y perspectivas de uso de plaguicidas naturales

Es necesario estar concientes de que los principios activos que proporcionan las
plantas y que pueden ser utilizados como plaguicidas, no representan el remedio
universal para proteger las plantas contra los organismos nocivos. Para una protección
vegetal realmente ecológica, la cual no se puede lograr por medio de la sustitución
única de plaguicidas sintéticos por plaguicidas naturales, se necesitan buenos cono-
cimientos acerca de las relaciones biológicas y ecológicas entre planta y plaga, plaga

373
y ambiente, depredador y plaga. Estos conocimientos deben ser obtenidos a través
de la observación y experimentación, además de la integración y divulgación de los
resultados, a nivel técnico científicos, de tal manera que estén disponibles para el
uso de productores agrícolas y de centros de salud.

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376
PLANTAS CON ACTIVIDAD BACTERICIDA
Villarreal-Treviño La*, Carranza-Torres IEa, Mata-Cárdenas Bb
a
Laboratorio de Microbiología General del Departamento de Microbiología e Inmunología,
Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Ave. Pedro de
Alba s/n, Cd. Universitaria, C. P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
b
Laboratorio de Bioquímica y Fisiología Celular del Centro de Investigación Biomédica del
Noreste del I.M.S.S., Monterrey, N.L., México.
*sporothrix@hotmail.com

Resumen

S
e estima que en la Naturaleza existen entre 250,000 y 500,000 especies de
plantas, de las cuales, aproximadamente de 1 al 10% se utilizan como alimento
o medicina por humanos y otros animales. Miles de compuestos se han aislado
de las plantas, las cuales, se afirma, tienen propiedades antimicrobianas. Cientos de
investigaciones se han publicado cada año sobre la actividad antimicrobiana u otras
actividades funcionales de los ingredientes botánicos. Una gran variedad de productos
botánicos ya se emplea en la conservación de alimentos, tal es el caso del ajo, oré-
gano, mostaza, canela, albahaca, tomillo, pimienta, mejorana, chile, achiote, cebolla,
cilantro, té, limón, y naranja. Las hierbas y las especias han sido empleadas durante
siglos para aumentar la vida útil de los alimentos. Diversos han sido los estudios ten-
dentes a demostrar la actividad antimicrobiana de este tipo de sustancias. Entre ellas
se ha descrito su poder antioxidante, especialmente del tomillo, el orégano y el ajo,
plantas empleadas comúnmente para el especiado de alimentos, y que constituyen
una parte importante de la tradición culinaria en nuestro país.

Introducción

Siendo la naturaleza una gran fuente de riquezas, las plantas representan un poten-
cial para el origen y la explotación de nuevos agentes antimicrobianos (Haslam et
al., 1989). Lo anterior, debido a la existencia de datos que indican que las antiguas
civilizaciones utilizaban las plantas para la cura de diversas enfermedades, y que re-
conocían el potencial antiséptico y antimicrobial de una gran variedad de extractos
de plantas. Estas observaciones originan una gran necesidad de búsqueda de nuevos
agentes antimicrobianos para controlar la contaminación de alimentos, o bien, para

377
su aplicación en salud pública para combatir las enfermedades y vencer los proble-
mas de resistencia y de efectos secundarios (Ali-Shtayeh et al., 1998). Con base en
estas observaciones y ante el potencial de aplicaciones que representan los recursos
vegetales, diferentes grupos de investigadores de la Facultad de Ciencias Biológicas
de la Universidad Autónoma de Nuevo León se han dado a la tarea de realizar evalua-
ciones a diferentes niveles con el propósito de identificar recursos capaces de proveer
una gran diversidad de compuestos antimicrobianos contra patógenos causantes de
enfermedades de importancia en salud pública.

Antimicrobianos naturales

La principal causa de deterioro de los alimentos es el ataque por diferentes tipos de


microorganismos (bacterias, levaduras y mohos). El problema del deterioro microbiano
de los alimentos tiene implicaciones económicas evidentes, tanto para los fabricantes
(deterioro de materias primas y productos elaborados antes de su comercialización,
pérdida de la imagen de marca, etc.) como para distribuidores y consumidores (dete-
rioro de productos después de su adquisición y antes de su consumo). Se calcula que
más de 20% de todos los alimentos producidos en el mundo se pierden por acción
de los microorganismos. Por otra parte, los alimentos alterados pueden resultar muy
perjudiciales para la salud del consumidor.
Los conservadores en alimentos se refieren a las sustancias químicas que al ser
añadidas intencionalmente al alimento, tienden a prevenir o retardar el deterioro
causado a los alimentos por microorganismos (bacterias y hongos) y pueden ser
químicos (benzoato de sodio, el ácido sórbico, sulfitos, nitritos, nitratos, peróxidos
de hidrógeno y cloruro de sodio) o naturales (bioconservadores) (De Man, 1999).
El uso excesivo de conservadores químicos en alimentos procesados ha generado
un rechazo por parte de los consumidores, lo que ha llevado a nuevas tendencias
para conservar alimentos, principalmente, tratando de sustituir o minimizar su uso
(Welti-Chanes et al., 1997).
A pesar de que la mayor parte de los conservadores usados en alimentos son de
origen químico, existen diversos productos de origen natural provenientes de plantas
y microorganismos que pueden ser usados como bioconservadores en alimentos,
estimándose que de 1 a 10% de las especies de plantas en el mundo, tienen uso como
alimento o medicina.
Existen más de 1,340 plantas que producen compuestos antimicrobianos, y
aproximadamente 80 productos comestibles de origen vegetal contienen una alta
concentración de antimicrobianos —entre los que destacan el clavo, la cebolla, el
ajo, el cilantro, el orégano, la mostaza, la vainilla y la canela— (Wilkins y Board, 1989;
Ismael y Pierson, 1990). En algunos productos agrícolas se puede encontrar más de
un solo agente con actividad antimicrobiana, lo que hace que la combinación de éstos
de forma natural funcione de manera sinérgica.

378
Aceites esenciales

Los científicos creen que los aceites esenciales producidos por las plantas les propor-
cionan a las especias sus diferentes sabores; estos evolucionaron para proteger a las
plantas de los ataques de los insectos, las bacterias, los parásitos y demás organismos
dañinos. Los seres humanos son afectados por muchos de estos mismos organismos,
como las bacterias y los hongos, que viven sobre y dentro del tejido animal y vegetal.
Si las especias aniquilan a los microorganismos o inhiben su producción de toxinas,
entonces el uso de las especias podría reducir las probabilidades de contraer enfer-
medades transportadas por los alimentos o de envenenamiento por los alimentos.
Antiguamente se empleaba al extracto de ajo para tratar neumonía, mordeduras
de serpiente, disentería, tifoidea, cólera, etc. Por otro lado, la cebolla era empleada
para curar cálculos, tos, dolor de cabeza y eliminar gusanos. Recientemente se ha
observado que el ajo y la cebolla tienen efecto contra patógenos como Staphylococ-
cus aureus, Clostridium botulinum, Salmonella typhimurium y Escherichia coli. Son
antimicóticos, además interfieren con la producción de aflatoxina. El ajo presenta
alicina como principal bactericida, e inhibe a las enzimas con grupos sulfídrilo.
Varios aceites esenciales tienen un espectro amplio de inhibición, como el timol,
presente en tomillo y orégano; el aldehído cinámico de canela; el eugenol de clavo.
Estos compuestos presentan actividad inhibitoria a partir de 5 μg/g. Un compuesto-
de la vainilla similar al eugenol es también un antibiótico. Vale la pena resaltar que
estos compuestos tienen una función más prominente como sabor/olor que como
bacteriostáticos o bactericidas; sin embargo esta nueva orientación podría ampliar
el uso de químicos que brinden una mayor seguridad al consumidor (5).
Se sabe que las sustancias activas provenientes de plantas con actividad antimicro-
biana son compuestos fenólicos de sus aceites esenciales, siendo los más importantes
el carvacrol, el timol, el eugenol y el metil chavicol (Katayama y Nagai, 1960); además
de otros compuestos, como lo indican Santiesteban et al. (2002), y que se describen
en la Tabla 1, donde se menciona, además, el origen botánico de los mismos.
Existe un número importante de reportes acerca de la actividad antimicrobiana
de aceites, extractos de especias y condimentos, y es difícil obtener estimaciones
cuantitativas y hacer comparaciones de sus efectos debido a la gran variedad de
métodos que se han utilizado para evaluar su efectividad (Zaika, 1988).
Los principales extractos vegetales con actividad antimicrobiana son los aceites y
oleorresinas; éstos se extraen de las partes no leñosas de las plantas, en especial de
las hojas, mediante diferentes métodos, entre los cuales se encuentran: extrusiones,
destilación por arrastre de vapor de agua (más usada a nivel comercial), extracción
con solventes volátiles, enfleurage (generalmente para extractos con flores) y fluidos
supercríticos (Goñi, 2009).

379
Tabla 1. Sustancias provenientes de plantas con actividad antimicrobiana

Compuesto Químico
Planta
Nombre común Otros nombres
Canela
Mostaza Aldehído cinámico 3-fenilpropenal
Hinojo Alil isotiocianato Alil-iso-sulfacianato
Tomillo, albahaca, Anetol p-propenilanniso
estragón Carvacrol 2-hidroxi-p.cimeno, isotimol p-alifenol
Tomillo P-cimenol Isopropil-tolueno
Laurel, romero Cineol Eucaliptol
Limón Citral 3,7 dimetil-2-6 octadienal
Comino Cominal Culminaldehído p-isopropil benzaldehído
Clavo Eugenol 4-alil-2-metoxifenol
Limón, albahaca Geraniol 3,7dimetil-3-hidroxil,1,6-octadieno
Albahaca, cilantro, Mentol Hexahidrotimol
menta Pineno 2,6,6-trimetil biciclo (3.1.1.)-2-hepteno
Orégano, perejil Terpineol x-terpineol
Mejorana Timol 5-metil-4-hidroxibenzaldehído
Vainilla

Se ha demostrado actividad antimicrobiana de extractos de romero, orégano


y laurel, obtenidos mediante extracción por fluidos supercríticos, frente a Bacillus
cereus y Listeria monocytogenes (Muñoz et al., 2003).
Algunos de los aceites esenciales que se hacen ensayando en alimentos son: el
eucalipto (Malaleuca alternifolia), romero (Rosamarinus officinails), menta (Mentha
piperita), rosa mosqueta (Rosa moschata), trébol (Syzygium aromaticum), limón (Citrus
limonum) y orégano (Origanum vulgare). Se ha confirmado que el aceite de orégano
posee actividad antimicrobiana frente a bacterias Gram positivas como S. aureus, B.
cereus, así como algunas bacterias Gram positivas (Albado et al., 2001).
El aceite esencial que proviene de O. basilicum L. y de O. gratissimum L. ha mos-
trado potente actividad inhibitoria contra cepas de S. aureus y K. pneumoniae, pro-
bablemente debido a que en su composición están presentes el eugenol y el timol,
compuestos fenólicos a los que se les atribuye actividad antibacteriana (Acosta et
al., 2003).
El orégano tiene buena capacidad antioxidante y antimicrobiana contra microor-
ganismos patógenos como Salmonella typhimurium, E. coli, S. aureus, S. epidermis;
estas características son muy importantes para la industria alimentaria ya que pueden
favorecer la inocuidad y estabilidad de los alimentos como también protegerlos contra
alteraciones lipídicas (Arcila et al., 2004).
Se ha observado que en carne almacenada en empaque al vacío y en atmósfe-
ra modificada, la adición de aceite esencial de orégano es un medio efectivo para
controlar el deterioro del producto, aumentando con eso la inocuidad del consumo
(Arcila et al., 2004).

380
El ajo (Allium sativum) es una especie herbácea perteneciente a la familia de las
Liliaceae, posee alrededor de 62-64% de humedad, sus sólidos secos están formados
principalmente por polisacáridos (80%) y proteínas azufradas (14-16%). Cuando el
ajo es triturado, esas proteínas se degradan por acción enzimática, los productos
intermediarios son inestables a temperatura ambiente, derivando en una serie de
compuestos volátiles, entre los que se caracteriza el disulfuro alilo, que son respon-
sables del fuerte aroma característico (Daghero et al., 2004).
En 1940 se descubrió que el ajo contenía alliina, que se transforma en allicina,
potente antimicrobiano in vitro (Letosa, 2000).
El ajo es un condimento de gran importancia en la industria alimenticia, la cual lo
utiliza principalmente en su forma deshidratada, así como en sus productos derivados
como aceite esencial y oleorresinas (Daghero et al., 2004).
Cavallito y Bailey, en 1994, fueron los primeros en aislar el componente antimi-
crobiano del ajo a apartir de bulbos frescos, utilizando destilación por arrastre con
vapor, e identificaron al compuesto como alicina o ácido dialiltiosulfónico.
La alicina, o ácido dialiltiosulfónico, es un aceite altamente aromático, incoloro,
responsable del olor característico del ajo y la cebolla, en concentraciones de 1:85,000;
en pruebas de laboratorio la alicina se muestra como bactericida con amplio espectro
para microorganismos Gram positivos y Gram negativos (Beauchat y Golden, 1989).
Se menciona que muchos trabajos realizados sobre la actividad antimicrobiana del
ajo hacen referencia a su acción contra bacterias patógenas, mohos micotoxigénicos
y microorganismos deteriorativos, organismos que tienen en común a las enzimas
sulfihídricas.
Las bacterias Gram negativas, específicamente enterobacterias, presentaron
susceptibilidad frente al aceite de pimienta dioica, obteniéndose CMI de 0.63 mg/
mL para Klebsiella y Serratia y de 1.25 mg/mL para Escherichia y Enterobacter.
Por ejemplo, un escabeche para marinar pollo con orégano y tomillo almacenado
a 4°C fue altamente tóxico a Salmonella typhimurium, Campilobacter jejuni y Listeria
monocytogenes (Cate et al., 2000 en Draughon, 2004). Sin embargo otro tanto está
siendo investigado para conocer sus efectos potenciales (Beuchat y Golden, 1989;
Board y Gould, 1991).

Efectos y formas de acción antimicrobianos naturales

Se han reportado más de 1,340 plantas con potenciales fuentes de antimicrobia-


nos, que se encuentran generalmente en el aceite esencial obteniendo de flores,
hojas, bulbos, rizomas y frutos. Estos compuestos pueden ser letales para las células
microbianas o simplemente servir como inhibidores de producción de metabolitos
(Wilkins y Board, 1989).
Los antimicrobianos tienen varios sitios de ataque dentro de las células microbianas
y que, dependiendo de las concentraciones utilizadas, pueden causar la inhibición o
inactivación del microorganismo.

381
La actividad antimicrobiana de los aceites esenciales se basa en el deterioro de
varios sistemas enzimáticos, incluidos aquellos involucrados en la producción de
energía y síntesis de componentes estructurales. Una vez que el compuesto cruza la
membrana celular puede interactuar con las enzimas y proteínas causando un flujo
contrario de protones a través de ella, afectando así la actividad celular (Conner y
Dale, 1993).
Los compuestos fenólicos sensibilizan a la membrana celular y cuando se saturan
los sitios sobre los cuales actúan, se presenta un grave daño en la membrana cito-
plasmática (Juven et al., 1994).
Enzimas son responsables del inicio de la germinación de las esporas y de interferir
con el uso de aminoácidos necesarios para iniciar el proceso de germinación (Nychas,
1995).
Los efectos de los compuestos fenólicos pueden ser a dos niveles, sobre la integri-
dad de la pared celular y membrana citoplasmática, así como la respuesta fisiológica
del microorganismo (Kabara, 1991).

Tecnologías para el aprovechamiento y aplicación de antimicrobianos naturales

En este sentido, incluso se señala que el empleo de aceites esenciales podría prolon-
gar y mejorar la vida útil de muchos productos elaborados por diversas tecnologías
alimentarias, entre ellos, la congelación. Ésta es una tecnología que suele facilitar
la oxidación de los componentes grasos de los alimentos, por lo que la inclusión de
aceites esenciales de especias mediterráneas entre la composición de alimentos
congelados grasos podría favorecer la conservación, mantener el sabor habitual de
los alimentos y evitar pérdidas nutricionales.
Por este motivo, en la actualidad se está considerando la suplementación rutinaria
con antioxidantes naturales, especialmente en productos sensibles como pescado,
carne y cualquier otro, sobre todo si se comercializa congelado. Añadir aceites esen-
ciales no necesitaría diseñar acciones tecnológicas especiales, ya que los extractos
de plantas se disuelven en las membranas celulares del alimento (6).
La mayoría de los consumidores actuales están convencidos de que los mejores
y “más sanos” alimentos son, después de los frescos, los mínimamente procesados
que no tienen conservadores, colorantes u otras sustancias “dañinas a la salud”. Por
esto, la industria alimentaria se ve en la labor de orientar sus esfuerzos para cubrir
estas demandas investigando nuevas formas de conservación y estudiando el efecto
de la combinación de factores y formas tradicionales de conservación de alimentos,
para la obtención de alimentos estables y duraderos (Welti-Chanes et al., 1997).
El desarrollo de tecnologías no tradicionales de preservación de alimentos, donde
se busca la conservación del alimento manteniendo sus características originales, dio
paso a la aplicación combinada de distintos métodos (tecnología de obstáculos). Es
aquí donde la radiación de extractos vegetales tiene un campo prometedor (Goñi,
2009).

382
El interés en las películas antimicrobianas de empaques ha aumentado en los
últimos años debido a los riesgos de enfermedades producidas por alimentos, el
deseo de extender la vida de anaquel y los avances en tecnología para la producción
de películas.
Un ejemplo de uso potencial de los extractos naturales es la aplicación de pelí-
culas comestibles enriquecidas con sustancias con propiedades antimicrobianas y
antioxidantes. Las películas comestibles diminuyen la pérdida de humedad, aroma,
y son permeables al O2, reduciendo el deterioro.
El enriquecimiento con aceites esenciales u oleorresinas de las plántulas comes-
tibles permite la lenta liberación del agente antimicrobiano, prolongando su acción
(Goñi, 2009).
Los plásticos biodegradables son aquellos cuyas cadenas de polímeros se descom-
ponen por acción de enzimas liberadas por microorganismos (bacterias), degradán-
dose completamente a anhídrido carbónico, agua y biomasa.

Las plantas en salud pública

La lucha constante para mejorar la eficacia de la medicina moderna ha llevado a


descubrir nuevos antibióticos de utilidad clínica (Haslam et al., 1989). Por otra parte,
algunos de los antibióticos actuales presentan considerables desventajas en términos
de espectro antibacterial limitado o de serios efectos secundarios, los cuales incluyen
hipersensibilidad, disminución de la flora normal del intestino, inmunosupresión y
reacciones alérgicas, entre otros (Idose et al., 1968; Mitscher et al., 1972). Además,
el uso indiscriminado de los antibióticos ha originado resistencia hacia los microor-
ganismos.
La medicina tradicional es una importante fuente de información etnobotánica en
la búsqueda de compuestos con actividad biológica y farmacológica. De las 265,000
especies de plantas que se calcula habitan en el planeta, únicamente se han estu-
diado científicamente entre 5 y 10% en busca de actividad farmacológica. México
presenta una mayor diversidad biológica en el mundo, con aproximadamente 30,000
especies de plantas que representan 10% de la flora mundial. En 3,000 especies se
han encontrado propiedades medicinales y a un número menor se les ha realizado
estudios biológicos o farmacológicos (CONABIO, 2002).
Recientemente la medicina tradicional ha sido aceptada como forma alternativa
en el cuidado de la salud, así como para el descubrimiento y desarrollo de nuevos
compuestos para el tratamiento de infecciones causadas por microorganismos con
resistencia a los antibióticos, por lo cual, muchos investigadores han buscado actividad
antimicrobiana en plantas medicinales (Nostro et al., 2000).
De los fármacos oficiales de patente que se expenden actualmente, cerca del
50% proviene de productos vegetales, el resto lo constituyen productos sintéticos,
que sólo han sido sustitutos de drogas vegetales para reducir su costo de producción
(González, 1998).

383
Una de las ventajas del empleo de las plantas medicinales es que contienen una
gran cantidad de principios activos que las hacen tóxicas para los microorganismos
(Vander, 1985), aunque todavía no se conocen muchos de los principios activos a los
que deben las plantas sus extraordinarias cualidades (Rojas, 1998).
La mayoría de las infecciones urinarias son producidas por bacterias de procedencia
intestinal que pertenecen fundamentalmente a la familia de las enterobacterias. La
orina es estéril pero la infección ocurre cuando los microorganismos, generalmente
las bacterias del tracto digestivo, se adhieren a la uretra (1, 2 & 3).
Si se comprendiera la importancia del estudio del reino vegetal en lo que tiene
de relación directa con la salud, bastaría la buena aplicación de una planta medicinal
para prevenir una enfermedad infecciosa, que podría ser el foco de donde parta una
verdadera epidemia.

Enfermedades gastrointestinales

Las enfermedades gastrointestinales son una importante causa de morbilidad alre-


dedor del mundo. Estos desordenes se presentan frecuentemente como dolencias
en la población, presentando cuadros de diarrea y de dolor estomacal en infantes, y
gastroenteritis en adultos. Dentro de las bacterias patógenas más comunes causantes
de cuadros gastrointestinales en el hombre se encuentran los géneros de Escheri-
chia, Salmonella, Bacillus, Staphylococcus, Listeria y Clostridium. La mayoría de las
enfermedades causadas son transmitidas por alimentos que contienen cantidades
considerables de estos microorganismos, debido a contaminación fecal, o contacto
con material contaminado (Cáceres et al., 1990).
Las enfermedades causadas por toxiinfecciones alimentarias actualmente repre-
sentan un gran problema que causa enormes pérdidas económicas (Archer y Kvenberg,
1985; Yule et al., 1988). Los patógenos de alimentos se presentan ampliamente en la
naturaleza, motivo por el cual son más difíciles de prevenir en los alimentos (Chung
et al., 1993), por lo que es necesaria la búsqueda de nuevas alternativas para contra-
rrestar los efectos nocivos en la población.
La lucha constante para mejorar la eficacia de la medicina moderna ha llevado a
descubrir nuevos antibióticos de utilidad clínica (Haslam et al., 1989). Por otra parte,
algunos de los antibióticos actuales presentan considerables desventajas en términos
de espectro antibacterial limitado o de serios efectos secundarios, los cuales incluyen
hipersensibilidad, disminución de la flora normal del intestino, inmunosupresión y
reacciones alérgicas entre otros (Idose et al., 1968; Mitscher et al., 1972). Además,
por el uso indiscriminado de los antibióticos, los microorganismos han originado
resistencia hacia éstos. Estas observaciones sugieren la necesidad de búsqueda de
nuevos agentes antimicrobianos para controlar la contaminación de alimentos, o bien,
para combatir las enfermedades y vencer los problemas de resistencia y de efectos
secundarios (Ali-Shtayeh et al., 1998).
Siendo la naturaleza una gran fuente de riquezas, las plantas representan un

384
potencial para el origen y la explotación de nuevos agentes antimicrobianos. En los
últimos años, los investigadores alrededor del mundo han puesto atención y se han
inclinado a la búsqueda de plantas que posean compuestos con actividad antimicro-
biana como una posible fuente de drogas (Haslam et al., 1989). Lo anterior, debido
a la existencia de datos, que revelan que en las antiguas civilizaciones utilizaban las
plantas para la cura de diversas enfermedades, y que reconocían el potencial anti-
séptico y antimicrobial de una gran variedad de extractos de plantas.
Las enfermedades gastrointestinales son muy frecuentes en la población del
mundo, la mayoría de ellas son producidas por bacterias, virus o sustancias químicas.
Las más importantes son las toxiinfecciones alimentarias en niños y adultos, así como
los dolores estomacales en niños; y la constipación y las infecciones intestinales en
los adultos. Para contrarrestar estas enfermedades, se han establecido tratamientos
quimioterapéuticos, sin embargo, muchos de los microorganismos han adquirido,
con el paso del tiempo, resistencia contra los antibióticos usados en la actualidad.
Por otro lado, muchos de los antimicrobianos de uso común pueden presentar un
espectro limitado, efectos colaterales serios y, en algunos casos, difíciles de obtener,
ya sea por su precio o por su disponibilidad. Es por esto que ha sido necesario buscar
alternativas para combatir o controlar a estos patógenos.
La búsqueda de nuevos antimicrobianos se ha realizado en una diversidad de
plantas de todo el mundo, y de ellas se han aislado una gran cantidad de compues-
tos activos; sin embargo, existen aún muchas especies no estudiadas que pudieran
contener compuestos efectivos para tal o cual enfermedad microbiana; por lo cual,
se pensó en realizar el análisis de un determinado grupo de plantas de esta región,
conociendo de antemano su uso como agente terapéutico, con el fin de determinar su
actividad antimicrobiana contra bacterias predominantes causales de enfermedades
gastrointestinales.
En los últimos tiempos, la medicina ha tomado un gran auge entre los investiga-
dores con el afán de encontrar nuevas alternativas para el tratamiento de enferme-
dades para mejorar la medicina moderna, ya que las plantas representan una fuente
potencial de nuevos agentes antimicrobianos.
En México existe una gran cantidad de plantas, las cuales tienen actividad bioló-
gica. El valor médico de las plantas medicinales se debe a la presencia de uno o más
compuestos químicos, llamados principios activos, que se encuentran en los tejidos
de las plantas. Estos compuestos, en su mayoría, aun no han sido identificados; sin
embargo, muchos de ellos han sido reconocidos, aislados, e incluso sintetizados, y
forman parte de los medicamentos oficiales de patente.
Por tal motivo, es necesario abocarse al estudio de las plantas que se encuentran
en el territorio Mexicano, ya que éstas pueden contener y proveer una gran diversidad
de compuestos antimicrobianos contra una gran variedad de patógenos causantes
de enfermedades gastrointestinales.
Mier (2006) evaluó la actividad antimicrobiana de los extractos de Eysenhardtia
polystachya y Eysenhardtia texana e identificó parcialmente los compuestos que
presentaran actividad biológica sobre algunos microorganismos que causan enfer-
medades en vías urinarias. Los resultados obtenidos demostraron que el extracto
385
metanólico de Eysenhardtia polystachya presentó actividad contra Enterobacter
aerogenes, Proteus vulgaris, Staphylococcus aureus, Staphylococcus epidermidis; y
que el extracto metanólico de Eysenhardtia texana sólo tuvo actividad contra Sta-
phylococcus epidermis. Las pruebas químicas realizadas al extracto de Eysenhardtia
polystachya dieron positivas para flavonoides, sesquiterpenlactonas, instauraciones,
oxhidrilos fenólicos; y para el extracto de Eysenhardtia texana, flavonoides, instaura-
ción, carbohidratos y cumarinas.
Rosado et al. (2000), encontraron que los extractos metabólicos y acuosos de
cuatro especies de Fabaceas mostraron actividad contra las bacterias Gram positivas,
cinco exhibieron una cierta actividad contra Candida albicans, dos contra Aspergillus
niger y solamente una Mimosa pigra inhibió el crecimiento de Pseudomonas aerugi-
nosa. Ninguno de los extractos fue activo contra Escherichia coli.
Agnese et al. (2001), estudiaron la actividad antimicrobiana del extracto etanóli-
co de Adesmia aegiceras por el método de difusión en agar. Se detectó la actividad
antibacteriana de Micrococcus luteus y ocho bacterias patógenas, así como actividad
antifúngica contra Candida albicans. Estos datos indican la utilidad potencial del
extracto de Adesmia aegiceras como agente microbiostático, antiséptico o desin-
fectante. Además, el estudio químico del extracto alcohólico reveló al quercetina,
isorhamnetin-3-rutinoside, el isovitexin, el pinitol y el ácido chlorogénico como sus
componentes principales.
Majinda (2001) menciona a Bolusanthus speciosus, Erythrina latissima y Crotala-
ria podocarpa como plantas usadas para tratar infecciones microbianas. La corteza
interna de Bolusanthus speciosus se utiliza para tratar dolores abdominales y para la
tuberculosis. Los isoflavonoides, en general, demostraron actividad antibacteriana
contra Bacillus subtilis y Staphylococcus aureus y actividad débil contra Escherichia
coli. Además, para Erythrina altíssima los resultados preliminares demostraron que
la (+)- erysotrine y la (+)-ersodine tienen actividad antimicrobiana fuerte contra las
levaduras y las bacterias Gram positivas, pero débil contra bacterias Gram negativas.
Se utiliza la corteza quemada como preparación para las heridas abiertas (IUPAC,
2001). Crotalaria podocarpa, se utiliza como expectorante, antiinflamatorio y para
el tratamiento de los ojos irritados. El flavonoide apigenin-7-O-apio furanosyl(1´6)-
glucopyranoside demostró actividad antibacteriana contra Bacillus subtilis y Staphylo-
coccus aureus (IUPAC, 2001). El extracto acuoso-etanólico crudo de Elephantorrhiza
goetzei demostró actividad moderada contra bacterias Gram positivas y hongos,
mientras que el ácido gálico y el metílico eran débilmente activos contra bacterias
Gram-positivas (IUPAC, 2001).
Harumi et al. (2001), aislaron Bakuchiol de las semilla de Psoralea corylifolia. Baku-
chiol demostró efectos bactericidas contra todas las bacterias probadas, incluyendo
el S. mutans, S. sanguis, S. salivarius, S. sobrinus, Enterococcus faecalis, E. faecium,
Lactobacillus acidophilus, L. casei, L. plantarum, Actinomyces viscosus, y Porphyro-
monas gingivalis, con una concentración mínima inhibitoria (CMI) de 1 a 4 μg/mL.
Pistelli et al. (2002), investigaron las propiedades antibacterianas y antifúngicas
de varios extractos de las partes aéreas de Astragalus verrucosus por el método de
difusión en disco. Observaron actividad antifúngica en extractos más polares.
386
Katerere et al. (2005) extrajeron de Sutherlandia frutescens secuencialmente,
con solvente de diferente polaridad, obteniendo el extracto hexánico como el más
activo contra S. aureus, E. faecalis y E. coli con un MIC de 0.31, 1.25 y 2.50 mg/mL,
respectivamente.
Helicobacter pylori es una bacteria que constantemente se asocia a padecimientos
gastrointestinales y duodenales tales como úlceras, por lo que ha surgido un gran
interés para su erradicación, y esto es debido también a la creciente resistencia hacia
diversos antibióticos que ésta ha adquirido, para permitir que se desarrollen nuevas
alternativas en busca de un mejor tratamiento contra H. pylori. En este trabajo se
probaron extractos metanólicos de A. americana, A. lechuguilla y A. lophantha sobre
este microorganismo, ya que son consideradas efectivas en medicina tradicional para
tratar otros procedimientos infecciosos de origen bacteriano por poseer metabolitos
que pueden actuar como agentes bactericidas. Los extractos fueron sometidos a
distintas pruebas tales como: microbiológicas, cromatográfícas, hemolíticas y tóxicas
para determinar los componentes activos presentes en ellos. Los resultados de las
pruebas microbiológicas de A. lechuguilla y A. lophantha demostraron que el extrac-
to de la primera posee actividad antimicrobiana. Sobre A. lophantha mostró acción
bactericida en sus concentraciones de 5.0 y 10.0mg/mL y en las fracciones con Rf =
0.74 y =0.89; se encontró también que las saponinas presentes en la fracción con Rf de
=0.98 de esta especie son las responsables del efecto antimicrobiano sobre H. pylori;
en la prueba de toxicidad de Artemia salina se observó un DL50 de 1.14 μg/ml para el
extracto de A. lophantha y de 2.50 μg/ml para A. lechuguilla (Moreno, 2006).
Alarcón (2000) analizó el efecto inhibitorio del crecimiento de 48 plantas co-
múnmente utilizadas en la medicina tradicional mexicana contra Bacillus cereus,
Clostridium perfringens, Escherichia coli, Listeria monocytogenes, Salmonella typhi-
murium y Staphylococcus aureus. Se obtuvieron extractos etanólicos del 96% de las
plantas examinadas y se probaron mediante la técnica de pozo en agar, asimismo, se
determinó la concentración mínima inhibitoria del crecimiento para 2 de las plantas
analizadas en este estudio. Los resultados mostraron 42 extractos de plantas con acti-
vidad antimicrobiana contra las bacterias Gram positivas y solamente 3 de éstos contra
las bacterias Gram negativas. La concentración mínima inhibitoria de los extractos
analizados osciló de 300 a 2000 μg/mL. Con lo anterior, concluimos que la mayoría de
las plantas analizadas en este estudio sí presentan efecto antibacteriano (Tabla 2).
Debido al uso indiscriminado de los antibióticos y al observar que la mayoría de las
bacterias causantes de enfermedades en la población han adquirido resistencia contra
esos compuestos, los investigadores han vuelto a poner su atención en los produc-
tos naturales. Prueba de ello se observa en la gran cantidad de análisis que se están
realizando actualmente para encontrar plantas que presenten actividad antibacterial
contra diversos patógenos del hombre. Los resultados obtenidos frecuentemente
justifican el uso de las plantas en la medicina tradicional, ello constituye una base
seria para el mejoramiento de la eficacia, la seguridad y la calidad de los remedios
usados. Además, las plantas son conocidas por ofrecer excelentes perspectivas para
el descubrimiento de nuevos productos terapéuticos (Cox y Balick, 1994).

387
Más y más personas aún en países desarrollados utilizan la medicina tradicional
para el cuidado de la salud (Farnsworth, 1993; Houghton, 1995), por lo que un gran
número de revisiones sobre antibióticos de plantas superiores han sido realizadas. Estas
compilaciones son evidencias de considerables seguimiento, pero pocos estudios han
aislado e identificado los principios activos de las plantas (Mitscher et al., 1972).
Diversos artículos individuales han sido publicados dando como resultado estudios
de largos seguimientos. A continuación se mencionarán algunas de esas investiga-
ciones, como muestra de la gran actividad en esta área. En 1943 Osborn analizó la
actividad de 2, 300 especies de plantas de 166 familias contra S. aureus y E. coli; como
resultado, 63 géneros mostraron la presencia de substancias con actividad inhibitoria
para una o ambas especies. Más tarde Huddleston et al., en 1944, encontraron plantas
de 23 géneros activos contra S. aureus, E. coli y Brucella abortus. Asimismo, Sanders
et al. (1945) analizaron 270 plantas de las cuales solamente encontraron que 15 de
ellas presentaban actividad contra E. coli y Bacillus subtilis.
La República Mexicana es uno de los países que cuentan con una gran diversidad
vegetal, prueba de ello lo constituye la presencia de prácticamente todos los grandes
biomas que se han descrito en la superficie de nuestro planeta. En la actualidad se
estima la presencia de aproximadamente 30,000 especies vegetales.

Tabla 2. Especies vegetales para evaluar el efecto inhibitorio sobre Bacillus cereus,
Clostridium perfringens, Escherichia coli, Listeria monocytogenes, Salmonella typhi-
murium y Staphylococcus aureus

Nombre científico Nombre común Parte utilizada


Acacia farnesiana (L.) Willd Huizache Hojas, tallo
Anagallis arvensis L. Hierba del pájaro Fruto
Artemisa vulgaris L. Ajenjo Hojas, tallo
Asclepias linaria Cav. Romerillo Hojas, tallo
Cedrela mexicana Roemer Cedro Corteza
Chrysanthemum parthenium (L.) Bernh. Altamisa Hojas, flor
Citrus aurantifolia (Christm.) Swingle Limón Hojas
Coriandrum sativum L. Cilantro Hojas, tallo
Equisetum hyemale L. Cola de caballo Hojas, tallo
Eucalyptus globulus Labill. Eucalipto Hojas
Eugenia caryophyllata Clavo de olor Fruto
Euphorbia prostrata Hierba de la golondrina Hojas, tallo
Ficus carica L. Higo Hojas
Galphimia glauca Cav. Árnica roja Hojas, flor, tallo
Gnaphalium viscosum Kunth Gordolobo Hojas, tallo
Guazuma ulmifolia Lam. Guazima Fruto
Hedeoma polegioides Poleo Hojas, tallos
Heterotheca inuloides Cass. Árnica Hojas, tallos
Hyptis albida Salvia blanca Hojas

388
Hyptis suaveolens (L) Poit. Hierba del burro Hojas, tallos
Linum usitatissimum Linaza Semilla
Lippia alba (Miller) N.E. Brown. Salve real Hojas, tallos
Lippia palmeri S. Wats var. palmeri. Orégano Fruto
Litsea guatemalensis Mez. Laurel Hojas
Matricaria chamomilla Manzanilla Hojas, flor, tallo
Mentha piperita L. Hierbabuena Hojas, tallos
Ocium basilicum L. Albahaca Hojas, flor, tallo
Persea gratissima Gaerth. Aguacate Hojas
Plantago major L. Llanten Hojas, tallo
Prunus persica L. Durazno Hojas
Psidium guajava L. Guayaba Hojas
Rosmarinus officinalis L. Romero Hojas, tallo
Schinus molle Pirul Hojas, tallo
Solanum nigrum L. Hierba mora Hojas, tallo
Tagetes erecta L. Cempasúchil Hojas, tallo
Tagetes filifolia Lag. Anís Semilla
Teloxys ambrosioides L. Weber. Epazote Hojas, tallo
Teloxys graveolens (Willd.) Weber. Epazote de zorrillo Hojas, tallo
Thymus vulgaris L. Tomillo Hojas, tallo
Zingiber officinale Jengibre Hojas, tallo

Sánchez (1995), analizó el efecto inhibitorio del crecimiento de 33 extractos


alcohólicos y acuosos de plantas usadas como terapéuticos empíricos sobre el cre-
cimiento de 11 especies bacterianas causantes de enfermedades gastrointestinales
importantes. Se obtuvieron extractos etanólicos del 96% de las plantas examinadas
y se probaron mediante el método de difusión; asimismo, se consideró que una
inhibición fuerte sobre el crecimiento correspondía a un halo de inhibición mayor
a 15 mm, inhibición moderada cuando el halo era de 15 a 10 mm, y débil cuando
presentaba inhibición menor a 10 mm. Los extractos mostraron efectos fuertes,
moderados y débiles contra las bacterias probadas. Este trabajo indica que un grupo
de plantas usadas en la medicina tradicional mexicana presenta potencial para uso
en el tratamiento de enfermedades provocadas por esos patógenos. Por otra parte,
representa una validación científica preliminar del uso popular de algunos extractos
de plantas usados como terapéuticos empíricos en la zona norte de México (Tabla 3).

389
Tabla 3. Especies vegetales para evaluar el efecto inhibitorio sobre el crecimiento
de bacterias causantes de enfermedades gastrointestinales

Nombre científico Nombre común Parte usada


Agave lechuguilla Torr. Lechuguilla Raíz, hojas
Artemisa absintium L. Ajenjo Tallo, hojas
Artemisa mexicana L. Artemisa Tallo, hojas, flores
Artemisia ludoviciana Nutt. Estafiate Tallo, hojas
Brassica nigra Mostaza Frutos
Baccharis glutinosa Pers. Jarilla Tallo, hojas
Buddleja scordioides H.B.K. Suelda Tallo, hojas
Castela tortuosa Liebm. Chaparro amargoso Tallo
Cedronella mexicana Benth. Toronjil Tallo, hojas
Chenopodium ambrosioides L. Epazote Tallo, hojas
Cinnamomum zeylanicum Ness. Canela Corteza
Cuminum Cyminum Comino Frutos
Eugenia aromatica (L.) Baile. Clavo Frutos
Flourensia cernua DC. Hojasén Hojas
Jatropha dioica (H.B.K.) Mac Vaugh Sangregrado Tallo
Juliana adstringens Schl. Cuachalálate Tallo
Larrea tridentata DC Cov. Gobernadora Tallo, hojas, flores
Litsea glaucescens H.B.K. Laurel Hojas
Malva sylvestris Malva Tallo, hojas, flores
Marrubium vulgare L. Marrubio Tallo, hojas
Matricaria recutita L. Manzanilla Tallo, hojas, flores
Mentha piperita L. Hierbabuena Tallo, hojas
Origanum vulgare L. Orégano Hojas
Prosopis juliflora (Swartz) DC Mezquite Tallo
Rosmarinus officinalis L. Romero Tallo, hojas
Ruta graveolens L. Ruda Tallo, hojas
Schinus molle L. Pirul Tallo, hojas
Senecio candidissimum Green Té milagro Hojas
Simaba cedron Planch. Cedrón Tallo, hojas
Tagetes erecta L. Cempasúchil Flores
Tagetes filifolia Lag. Yerbanís Tallo, hojas
Verbena carolina L. Verbena Tallo, hojas
Yucca filifera Yuca Raíz, hojas

Dentro de las afecciones a las que el hombre ha hecho frente a través de las plantas
están las intestinales, entre ellas la amibiasis ocasionada por Entamoeba histolytica.
La amibiasis es un problema de salud en México y otros muchos países, que afecta
aproximadamente al 10% de la población mundial, lo cual la ubica en el tercer lugar
como causa de muerte por parásitos protozoarios después de la malaria y la esquis-
tosomiasis. Para el tratamiento de la amibiasis, la droga de elección es el metronida-

390
zol, sin embargo, esta droga presenta múltiples efectos secundarios indeseables al
humano, es mutagénica, carcinogénica y neurodegenerativa (en ratones, bacterias y
gatos, respectivamente). Esta situación ha llevado a la búsqueda de nuevas moléculas
de origen natural, que presenten menores efectos secundarios al humano.
Barrón et al. (2009), evaluaron la actividad amebicida de los extractos metanó-
licos de Lophocereus schoattii, Stenocereus gummosus, Astrophytum myriostigma,
Ariocarpus kotschoubeyanus, Ariocarpus retusus, Fouquieria splendens, Stenocereus
pruinosus, Echinocereus stramineus, Rubus adenotrichus y Astrophytum capricorne
sobre cultivos axénicos in vitro de E. histolytica. Se emplearon dosis entre 0.01 a 0.7
mg/mL de cada extracto, se determinó el porcentaje de inhibición y se realizaron cur-
vas dosis-respuesta para determinar la CI50 mediante análisis Probit. En los resultados
obtenidos se observó una marcada inhibición porcentual del crecimiento axénico
in vitro de E. histolytica en presencia del extracto metanólico de las nueve plantas
evaluadas, pero, principalmente de A. myriostigma y de F. splendens, también se
determinó el valor CI50 donde los resultados más relevantes fueron para A. retusus.
Por otra parte, Barrón et al. (2009) evaluaron algunos extractos (acetónicos, meta-
nólicos, etanólicos y acuosos) obtenidos de la semilla de Persea americana (cv. Hass),
que tiene gran arraigo y aceptación en nuestra cultura en medicina tradicional por
sus diferentes atributos, sobre cultivos axénicos de Entamoeba histolytica, y fueron
comparados con el metronidazol, que es el fármaco de primera elección para tratar
la amibiasis. Los resultados fueron procesados con análisis Probit. Los resultados
obtenidos indicaron que el extracto acetónico presenta mayor actividad amebicida,
ya que presentó una IC50 de 106.37μg/mL, seguido del extracto etanólico (250 μg/
mL), después el metanólico (493.94 μg/mL), pero no se encontró actividad inhibitoria
in vitro sobre E. histolytica con el extracto acuoso de semilla de Persea americana.
La IC50 del extracto acetónico es casi 100 veces mayor que la IC50 del metronidazol,
cosa que se esperaba, por tratarse esta última de una droga purificada.
Barrón y Morales (2009) determinaron la capacidad inhibitoria del extracto
metanólico de Castela texana sobre el proceso de enquistamiento de Entamoeba
histolytica. Desarrollamos el método de enquistamiento TGC7, el cual consistió en
inocular trofozoítos en muy buen estado en el medio TYI-S-33 glucosado y gaseado
con CO2/2 min, e incubados a 37° C por 7 días y, posteriormente, se determinó la CI50
del extracto metanólico de Castela texana sobre la inducción de estructuras seme-
jantes a quistes (ESQ) de E. histolytica con respecto al control. Se observó diferencia
significativa en el rendimiento de quistes de E. histolytica al emplear metronidazol y
el extracto metanólico de C. texana; estos resultados permitirán en un futuro estudiar
los cambios bioquímicos y morfológicos que ocurren durante el proceso de diferen-
ciación y establecer estrategias encaminadas al control de la amibiasis, rompiendo
el ciclo de vida de E. histolytica precisamente sobre su fase infectiva: el quiste.
El género Capsicum L. comprende todas las plantas de chile, desde los pimientos
menos picantes hasta los habaneros más picantes. La especie C. annuum es la más
ampliamente conocida, la de mayor importancia económica y de distribución mundial.
Además de sus usos y aplicaciones conocidas mundialmente, se ha incrementado su
interés por compuestos que tienen efectos benéficos sobre la salud humana; asi-
391
mismo se ha reportado su actividad en problemas cardiovasculares, enfermedades
crónico degenerativas, su capacidad de reducir el riesgo de contraer cáncer, y como
bactericida contra Helicobacter pylori.
Cárdenas et al. (2009), evaluaron la actividad biológica de extractos de frutos de
jalapeño y serrano (Capsicum annuum L) sobre Escherichia coli, Proteus vulgaris, Kle-
bsiella pneumoniae, Pseudomonas aeruginosa, Serratia marcescens, Bacillus subtilis
y Candida albicans. Los frutos se pesaron y maceraron para realizar la extracción
con metanol. En un agitador a temperatura ambiente se evaporó el solvente y se
hicieron las diluciones correspondientes en metanol. Para evaluar la actividad de los
extractos se utilizó el método de difusión en placa, con una micropipeta Eppendorf
se agregaron 100μL del inóculo (estandarizado a 1x 106 UFC) por el método turbidi-
métrico de McFarland, el cual se difuminó homogéneamente con una asa Driblasky,
se colocaron las diferentes concentraciones de los extractos en discos de papel filtro,
además de metanol y gentamicina como controles negativo y positivo, respectiva-
mente, se incubaron durante 24 h a 37° C y se midió el halo de inhibición formado. Se
observó que el extracto con mayor actividad fue el del chile jalapeño maduro contra
Pseudomonas aeruginosa, y Bacillus subtilis. Esto indica que estos frutos presentan
actividad bactericida contra estas bacterias, como lo reportado contra Helicobacter
pylori por otros autores.
Quiñones et al. (2009), obtuvieron y caracterizaron los compuestos activos de
las especies mexicanas de “anís” y realizaron ensayos contra microorganismos pa-
tógenos al hombre. Se llevó a cabo la colecta e identificación del material vegetal
(Illicium anisatum, Pimpinella anisum, Illicium verum) para, posteriormente, obtener
los extractos por el método Soxhlet, con hexano y metanol, respectivamente, y se
realizaron pruebas contra bacterias (B. subtilis, Salmonella sp, Klebsiella pneumoniae,
B. cereus, E. coli, S. typhi), resultando Illicium verum positivo para K. pneumoniae y
E. coli; I. anisatum positivo para E. coli y S. typhi; P. anisum positivo para Salmonella
sp., E. coli, S. typhi; P. anisum positivo para B. cereus. Correspondiente a los extractos
hexánicos, se probó también la actividad contra E. histolytica y se determinó su CI50
más baja sobre cultivos axénicos in vitro. Se encontró la actividad que muestran los
diferentes extractos de las especies de anís contra bacterias patógenas al hombre,
asimismo se demostró que los extractos polar y no-polar de las 3 especies de anís
presentaron actividad inhibitoria sobre el crecimiento axénico in vitro de E. histolytica,
siendo el extracto de P. anisum el que presentó la CI50 más baja (0.066 mg/mL).

Enfermedades infecciosas (Tuberculosis)

Las plantas medicinales y sus productos han sido utilizados a lo largo de la historia
contra la tuberculosis, enfermedad infecciosa causada principalmente por Mycobac-
terium tuberculosis. Se estima que causa más muertes que cualquier otra enfermedad
infecciosa curable y fue declarada una emergencia global en 1993 por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) (Grange et al., 2002; WHO, 2003).

392
Salinas (2007), al evaluar la actividad antimicrobiana de extractos de Bocconia
frutescens, Junglas regia, Junglas mollis y Carya illinoensis contra Mycobacterium tu-
berculosis intracelular, observó que los extractos metanólicos de hojas B. frutescens,
hexánico de corteza de C. illinoensis y J. regia, y los extractos metanólico y etanólico
de corteza de J. mollis presentaron un efecto bacteriostático sobre M. tuberculosis
intracelular; en presencia de estos extractos las UFC determinadas al final del tiempo
de incubación no cambiaron significativamente en comparación con las UFC al tiem-
po inicial. Por otra parte, el extracto hexánico de corteza de J. mollis redujo un 45%
el número de UFC presentes en los cultivos infectados intracelularmente. Por otra
parte, en el extracto metanólico de hojas de B. frutescens se identificaron: triterpe-
nos, flavonoides, cumarinas, sesquiterpenlactonas, alcaloides, oxhidrilos fenólicos y
azúcares. En el extracto hexánico de corteza de C. illinoensis: esteroles, flavonoides y
sesquiterpenlactonas. El extracto hexánico de corteza de J. regia presentó: triterpenos,
esteroles flavonoides y oxhidrilos fenólicos. En el extracto etanólico de corteza de J.
mollis: esteroles, flavonoides, sesquiterpenlactonas, oxhidrilos fenólicos y azúcares. En
el extracto hexánico de la corteza de J. mollis se identificaron: triterpenos, flavonoides,
sesquiterpenlactonas, oxhidrilos fenólicos y azúcares. Mientras que en el extracto
hexánico de corteza de J. mollis, el cual tuvo la mayor actividad antimicrobacteria-
na, se identificaron: esteroles, flavonoides, alcaloides y sesquiterpenlactonas. Los
resultados obtenidos en este trabajo sugieren que los extractos analizados pueden
ser una fuente importante de compuestos con actividad antituberculosa. El extracto
hexánico de J. mollis es el más prometedor para el aislamiento de compuestos con
actividad antimicrobacteriana.
Por otra parte, en estudios recientes se ha encontrado que algunas plantas tienen
un efecto inmunoestimulador que favorece el control del crecimiento intracelular
del agente infeccioso. Kolodziej et al. (2003) encontraron que compuestos presentes
en la planta Pelargonium sidoides estimularon la producción de la enzima iNOS y de
TNF-α en macrófagos de médula ósea de ratón. Este mismo efecto fue reportado
para extractos metanólicos de Plantago major en macrófagos peritoneales de ratón
(Gómez-Flores et al., 2000). Las dos especies de plantas son utilizadas de acuerdo a
la medicina tradicional para tratar enfermedades del tracto respiratorio, entre ellas,
tuberculosis. Por lo que los autores sugieren que el efecto antimicrobiano reportado
pueda deberse a una inmunomodulación.
Otros autores han probado los extractos de plantas en cultivos de células in vitro
infectadas con M. tuberculosis. Bapela et al. (2006) reportaron que el compuesto
7-metiljuglone aislado de la raíz de la planta Euclea natalensis, potenció la actividad
de isoniazida y rifampicina contra M. tuberculosis extracelular e intracelular. Martins
et al. (2005) analizó el extracto metabólico de Carpobrotus edulis, el cual inhibió el
crecimiento de M. tuberculosis fagocitados por monocitos derivados a macrófagos
humanos. Por lo que el efecto antimicrobiano puede deberse tanto a un efecto in-
munomodulador de algún compuesto, así como a un efecto directo del mismo u otro
compuesto presente en los extractos vegetales.
Rosales (2004) menciona que los extractos hexánicos y metabólicos de las hojas de
Bocconia frutescens L. presentaron actividad directa contra M. tuberculosis, mostran-
393
do una CMI de 125 μg/mL, y mediante ensayos de RT-PCR encontró que los extractos
hexánicos y metabólicos de las hojas de B. frutescens indujeron la expresión de IL-1β
y la producción de la enzima óxidonítrico sintetasa inducible (iNOS) en macrófagos
medulares de ratones BALB/c, pero no la expresión de IL.10, sugiriendo que tienen
una actividad inmunomoduladora.
Salinas (2004) reportó que el extracto hexánico de la corteza de J. regia presentó
actividad contra M. tuberculosis, con una CMI de 100 μg/mL, indicando que la actividad
mostrada es probablemente debida a la presencia de esteroles, oxhidrilos fenólicos
y flavonoides. Por otra parte, también observó que los extractos hexánico, etanólico
y metabólico de la corteza de J. mollis presentaron actividad contra M. tuberculosis,
con una CM de 50, 100 y 125μg/mL, respectivamente. En el extracto hexánico se
detectó la presencia de esteroles, triterpenos y sesquiterpenlactonas. En el extracto
etanólico se observó la presencia de esteroles, triterpenos, alcaloides, quinonas,
lactonas, sesquiterpenlactonas y oxhidrilos fenólicos, y para el extracto metaólico
se detectó la presencia de esteroles, triterpenos, lactosas, sesquiterpenlactonas,
oxhidrilos fenólicos y flavonoides. Lo que indica que la actividad mostrada por estos
extractos es probablemente debida a la presencia de estos compuestos.
Otras especies vegetales que han sido reportadas con alguna actividad inhibitoria
del crecimiento de M. tuberculosis en cultivo in vitro se presentan en la Tabla 4.

Tabla 4. Actividad inhibitoria del crecimiento de M. tuberculosis de compuestos o


extractos de plantas

CMI
Planta Compuesto activo (μg/ Referencia
mL)
Estearato 5α, 8α-
Ruprechtia triflora epidoxyergosta-6,22-dien- 2 Wolemichael et al., 2003
3β-yl
19-malonyloxydehydroabi-
entinol
Calceolaria pinnifolia Wolemichael et al., 2003
19-methylmalonyloxy-ent-
isoprimara-8(9),15-diene 4
Nevadesin
Limnophila geoffrayi 200 Suskararn et al., 2003
Isothymusin
Ácido 3-acetoxy-22-(2’-
Jiménez-Arellanes et al.,
Lantana hispida methyl-2z-butenoyloxy-12- 50
2006
oleanen-28-oil
Ácido ursólico
Jiménez-Arellanes et al.,
Chamaedora tepejilote Escualeno 100
2005
Farnesol
1α-hidroxy-6β-(2xi-
Senecio chionophilus methylbutyryloxy)-10αH-9- 119 Gu et al., 2004
oxofuranoeremophilane

394
(+)-1-hydroxy-2,6-bis-epi-
pinoresinol
Betulina
Ácido betulilíco
5,7-dihydroxy-3,6,4´- 15.5-
Valeriana laxiflora Gu et al., 2004
trimethoxyflavone 127
Ácido 23-hidroxyursolico
Ácido oleanolico
Tricina
Ácido ursólico
Moniladiol
Chrysanthemum morifolium 4 Akihisa et al., 2005
3-epilupeol

Anticancerígenos

El cáncer es actualmente la segunda causa de muerte en todo el mundo y se conocen


más de 100 tipos, dependiendo del tejido u órgano afectado. México cuenta con una
gran diversidad de plantas en sus diferentes zonas geográficas y muchas de ellas tienen
un uso medicinal de larga tradición pero no han sido investigadas fitoquímicamente
para establecer la estructura de los compuestos bioactivos. Gymnosperma glutinosum
es un arbusto que alcanza una altura promedio de 1.20 m y presenta pequeñas flores
amarillas durante el verano y el otoño (Martínez, 1959). En la medicina tradicional
de México se usa esta planta (conocida como Tatalencho, Mariquita, Motita, Jarilla,
Cola de zorro, Xonequitl, Hierba pegajosa, entre otros, nombres para el tratamiento
de diarreas, úlceras y reumatismo (SEMARNAT 2010). De esta planta se han aislado
diferentes flavonoides (Yu y Mabry, 1988) y 4 compuestos diterpénicos (Miyakado
et al., 1974; Maldonado et al., 1994; Martínez et al., 1994), pero hasta ahora no hay
un estudio que relacione la estructura de los compuestos aislados con la actividad
biológica derivada de las observaciones etnobotánicas, por lo que el objetivo de esta
investigación es corroborar la presencia de los productos naturales ya mencionados en
ejemplares de esta planta de algunas regiones de Nuevo León y estudiar por primera
vez la actividad antitumoral de extractos de la misma.
Quintanilla et al. (2009), realizaron la investigación fitoquímica de Gymnosperma
glutinosum utilizando la técnica de extracción Soxhlet con tres solventes de polaridad
creciente (Hexano, Cloroformo y Metanol) y subsecuentemente se realizaron pruebas
de actividad antitumoral frente a la línea de linfoma murino L5178Y–R. Los resultados
de actividad citotóxica indicaron que en los extractos hexánicos y de cloroformo se
encuentra la mayor actividad antitumoral, por lo que se realizó cromatografía en
columna de éstos. Los compuestos aislados fueron analizados mediante diferentes
técnicas de Resonancia Magnética Nuclear para lograr su elucidación estructural,
presentándose en este trabajo los avances al respecto. Se obtuvieron extractos cru-
dos de esta planta mediante extracción Soxhlet con Hexano, Cloroformo y Metanol,
y se probó su actividad citotóxica contra células L5178Y in vitro mediante la técnica
colorimétrica del MTT. Se observó que el extracto hexánico poseía hasta un 40% de
395
citotoxicidad; éste fue sometido a una separación mediante cromatografía en colum-
na con la cual se obtuvieron 8 fracciones. En la primera fracción obtenida (FC1) se
encontró actividad citotóxica significativa (p<0.05) in vitro de hasta 51% sobre células
L5178Y a concentraciones menores a 0.98 mg/ml. Posteriormente se evaluó su efecto
in vivo utilizando el modelo del linfoma murino L5178Y; esta fracción incrementó la
viabilidad hasta 79% de los ratones transplantados con el linfoma, que fueron tratados
con 0.05mg/kg por intravenosa, y disminuyó significativamente (p<0.05) el volumen
tumoral.

Conclusiones y perspectivas

En las plantas existen compuestos químicos que sirven como sistemas de protección y
para curar enfermedades, por lo que es importante investigar y comprobar las propie-
dades curativas de éstas y conocer las sustancias activas llamadas líderes que después
de ser modificadas químicamente son utilizadas para tratar diferentes enfermedades.
Es recomendable realizar la separación de sustancias puras y determinar si el biocida
es dado por la sinergia de varias de estas sustancias o bien de manera individual.

ESTUDIO DE CASO

Jatropha dioica: su actividad contra patógenos periodontales

Resumen

J. dioica es un arbusto que abunda de manera silvestre en el norte y centro de México.


Se le conoce comúnmente como Sangre de drago. Tanto las raíces como el jugo de los
tallos son ampliamente utilizados entre los mexicanos. Dentro de las propiedades que
se tienen registradas se encuentra que es astringente, previene la caída del cabello y
ennegrece el cabello cano; además fortifica los dientes por lo que es usado común-
mente entre las personas como remedio casero para las molestias bucales. Inclusive,
se usa contra enfermedades de la piel, hongos y contra la psoriasis y cáncer de piel.
En el Norte de México es utilizada como remedio para la gingivitis y periodontitis, por
lo que se realizó un estudio donde se evaluó su actividad antimicrobiana en bacterias
aisladas de pacientes con periodontitis. Se preparó el extracto etanólico del tallo de
J. dioica en una concentración de 170mg/mL y 250mg/mL, fue almacenado a 4°C,
protegido de la luz. Se evaluó la actividad antimicrobiana de este extracto determi-
nando la concentración mínima bactericida (CMB) para las bacterias en estudio. A
partir de muestras de pacientes con periodontitis del adulto se aislaron e identificaron
mediante pruebas bioquímicas: Bacillus, Streptococcus, Staphylococcus, Neisseria y
Branhamella y una Enterobacteria; y mediante el sistema API 20A de Biomerieux, se
identificaron Streptococcus intermedius y Actinomyces israelii, Bifidobacterium spp,

396
Porphyromonas gingivalis y Bacteroides. Las bacterias aisladas corresponden a las
reportadas en áreas subgingivales y gingivales. Se encontró una CMB de 0.6 mg/mL
y 0.8 mg/mL para Bacillus y Streptococcus spp, respectivamente, las cuales fueron
las bacterias más susceptibles al extracto. Bifidobacterium spp y una Enterobacteria
mostraron una susceptibilidad a 4 mg/mL. Streptococcus intermedius fue inhibida
a 5 mg/mL. Para Staphylococcus y Porphyromonas gingivalis la concentración ne-
cesaria para inhibir su crecimiento resultó ser de 7 mg/mL. Bacteroides no mostró
susceptibilidad a concentraciones ≤ 15 mg/mL. Conclusiones: Las CMB encontradas
nos abren un panorama favorable para, en un futuro, proponer a J. dioica como una
fuente para la obtención de fármacos de origen natural para el tratamiento de en-
fermedades periodontales y sustituir o complementar a los fármacos actuales. Los
efectos del extracto etanólico de J. dioica indican que su potencial como un agente
antimicrobiano debe seguir investigándose.

Introducción

J. dioica es un arbusto que abunda de manera silvestre en el norte y centro de México.


Se sabe que tanto las raíces como el jugo de los tallos son ampliamente utilizados
entre los nativos mexicanos. Dentro de las propiedades que se tienen registradas se
encuentra que es astringente, previene la caída del cabello y ennegrece el cabello cano;
además fortifica los dientes por lo que es usado comúnmente entre las personas como
remedio casero para las molestias bucales. Inclusive, se usa contra enfermedades de
la piel, hongos y contra la psoriasis y cáncer de piel.
Dentro de los compuestos que se tienen reportados para esta planta se encuen-
tra el diterpeno riolozatrion tricíclico, el cual fue aislado de extractos de raíz de esta
planta e identificado a través de espectros y cristalografía de rayos X. También se ha
identificado un diterpeno epóxido, llamado citlalitrione (Villarreal et al., 1988).
Los habitantes del estado de Nuevo León la utilizan para fortalecer los dientes y
para el sangrado de las encías, con resultados que muestran una mejora en su salud
bucal (Adame y Adame, 2000).
Ya que no existían reportes de ensayos en los que se haya evaluado la posible
actividad antimicrobiana de J. dioica sobre patógenos periodontales y que, por otro
lado, se ha observado resistencia de bacterias periodontopatógenas a los fármacos
utilizados en el tratamiento periodontal (Van Winkelhoff et al., 2000; Feres et al., 2002;
Villedieu et al., 2003), se realizó el primer análisis de la actividad antibacteriana de
J. dioica en periodontopatógenos, partiendo del uso que hacen de ella los hierberos
para el tratamiento de enfermedades dentales.
Otras plantas han sido reportadas como adyuvantes en el tratamiento periodontal,
con una significativa mejora en la reducción de periodontitis (Sastravaha et al., 2005;
Feres et al., 2005).

397
Descripción

A Jatropha dioica se le conoce común-


mente como Sangre de drago, otros
nombres que recibe son: Sangre de
dragón, Drago, Sangre de grado, tallo
sangrante.
Es un arbusto de la familia de las Eu-
forbiáceas, llega a medir de 30 a 90 cm
de alto, en promedio 70 cm. La planta
madura puede llegar a ocupar un área
de hasta 180 cm de ancho.
Sus tallos son gruesos y oscuros, pro-
ducen una resina blancuzca; las hojas son pequeñas; las flores crecen en primavera y
a inicios de verano, de un color rosa pálido; la raíz está generalmente muy adherida
a la tierra pedregosa, es larga y de ella se extrae una leche rojiza de la cual la planta
toma su nombre. Su fruto tiene la forma de una pequeña cápsula de cuero.
J. dioica crece en áreas expuestas al sol y en suelos bien drenados, puede resultar
dañada por temperaturas inferiores a -90° C. Es una planta adaptada a suelos alcali-
nos y con una alta tolerancia a climas áridos. En invierno se le puede ver como palos
muertos en posición vertical.
Son utilizados tanto las raíces como el jugo de los tallos. En cuanto a sus propieda-
des, es astringente, previene la caída del cabello y ennegrece el cabello cano; fortifica
los dientes, por lo que es usado comúnmente entre las personas como remedio casero
para las molestias bucales. Inclusive se usa contra enfermedades de la piel, hongos
y contra la psoriasis.
En su uso para fortalecer los dientes y para el sangrado de las encías se hacen
buches de la infusión de la raíz y también se mastican los tallos. Se prepara con agua
y alcohol de 96°, macerando la raíz en trozos. O bien se puede usar el cocimiento de
la raíz (Adame y Adame, 2000).

Distribución

Se le encuentra principalmente en el suroeste de Texas, EUA y en el Norte de México


(Figura 2) (Mielke, 1993). En Texas, crece principalmente desde las montañas de piedra
caliza en el área central texana hasta las zonas desérticas de los Trans-Pecos hacia
Nuevo México (Aggie, 2009). En México, abunda de manera silvestre en el centro del
país, Nuevo León, Tamaulipas y el Altiplano potosino (Adame y Adame, 2000).

398
Material y métodos

Las principales etapas de esta investigación fueron la toma y manejo de las muestras
de áreas periodontales dañadas; el aislamiento, cultivo e identificación de las bacte-
rias patógenas; preparación y evaluación de la actividad antimicrobiana del extracto
etanólico de J. dioica.

Toma y manejo de las muestras de áreas periodentales dañadas

La toma de muestra se realizó en el departamento de Estomatología de la U.M.F. No


43 del IMSS.
Se llevó a cabo la selección de los pacientes, previa historia clínica, valoración
clínica y radiográfica con diagnóstico de periodontitis, de acuerdo las siguientes
condiciones: a) edad entre 18 a 65 años; b) presencia de bolsas periodontales con
profundidad de 4 mm o más; c) clínicamente diagnosticados con periodontitis; d)
ambos sexos y e) se descartaron los individuos con enfermedades sistémicas trans-
misibles como tuberculosis, VIH y hepatitis viral.
Por cada paciente se tomaron dos muestras de las zonas afectadas cuyas bolsas
periodontales tenían una profundidad mayor a 4 mm. Las muestras fueron depositadas
en caldo soya tripticasa y caldo de tioglicolato.

Aislamiento, cultivo e identificación de las bacterias presentes en muestras con


periodontitis

Las muestras se dividieron en dos grupos para determinar microorganismos aerobios y


facultativos (cultivo en caldo soya) y anaerobios estrictos (cultivo en caldo tioglicolato).
Para el aislamiento de las bacterias aerobias y facultativas las muestras en caldo
soya tripticasa se colocaron en la incubadora a 37°C por 24-48h. Transcurrido ese
tiempo se realizó la inoculación por estría cruzada en placas con agar soya tripticasa
para el aislamiento de las colonias y se incubaron a 37°C por 24-48h. Posteriormente se
realizaron aislados continuos en placas con agar soya tripticasa y se incubaron a 37°C
por 24-48h. Los cultivos puros se sembraron en tubos con agar soya tripticasa y tubos
con agar nutritivo y se almacenaron en refrigeración a 4°C hasta su utilización.
Por otra parte, para el aislamiento de las bacterias anaerobias estrictas las muestras
depositadas en caldo tioglicolato se colocaron en una jarra haciendo uso del sistema
anaeróbico GasPak, el cual genera un ambiente anaerobio y se incubó a 37°C por
3-5 días. Una vez transcurrido este tiempo se inoculó con el asa bacteriológica una
pequeña cantidad de caldo de cultivo en cajas de agar soya tripticasa o en agar para
anaerobios extendiéndose por estría cruzada y se colocaron en la jarra para anae-
robiosis conteniendo un sobre generador de GasPak, catalizador y tirilla indicadora
redox, en la cual se generó un ambiente anaerobio y se incubó a 37°C por 3 días.

399
Finalmente se realizó el aislamiento de bacterias en agar infusión cerebro corazón,
enriquecido con extracto de levadura y suero para obtener cultivos puros, que una vez
obtenidos se tomaron colonias aisladas de manera aséptica y se inocularon en tubos
con caldo carne para su incubación a 37°C por 72h y se almacenaron en refrigeración
a 4°C hasta su utilización.
La identificación bacteriana se realizó de la siguiente manera: a) Se llevó a cabo la
observación de la morfología colonial de los aislados a simple vista y la morfología celu-
lar mediante el microscopio óptico compuesto a 100x, se realizaron tinciones de Gram
de los cultivos puros para clasificar las bacterias en Gram negativas y Gram positivas;
tinciones de Albert para gránulos metacromáticos y tinciones de Shaffer-Fulton para
endosporas. b) Se realizaron pruebas bioquímicas para la identificación de bacterias
aerobias y anaerobias facultativas basadas en la literatura consultada (MacFaddin, 1984;
Holt et al., 1994; Murray et al., 2007). c) La identificación de las bacterias anaeróbicas se
realizó utilizando el sistema API 20A, de Biomerieux, para microorganismos anaerobios
con las instrucciones especificadas por la casa comercial.

Preparación y evaluación de la actividad antimicrobiana del extracto etanólico de


J. Dioica

En cuanto al material vegetal, se colectaron los tallos de J. dioica en zonas nativas de


Nuevo León. La planta fue identificada por la M.C. María del Consuelo González de
la Rosa de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UANL con el número de vouchet
024026. Se secó el material vegetal (a 25°C) por varias semanas y finalmente se trozó.
Se aisló de la luz y se almacenó a temperatura ambiente hasta su utilización.
Para la preparación del extracto etanólico de J. dioica se colocaron en agitación
30g de trozos de tallo en 150mL de etanol absoluto a temperatura ambiente a 200-
250 rpm. Se filtró al vacío el extracto y posteriormente se evaporó hasta obtener un
polvo o pasta del mismo. Se hicieron resuspensiones del polvo o pasta obtenidas del
extracto en etanol absoluto para obtener soluciones stock del extracto. A partir de
este extracto se realizó una preparación stock a una concentración de 170mg/mL
y otra de 250mg/mL de las cuales se prepararon y ajustaron las concentraciones a
analizar y se esterilizaron por filtración utilizando filtros de membrana de 0.2μm.

Análisis de la actividad antibacteriana de J. Dioica por el método de difusión en


agar

Preparación del inóculo. Para asegurar la reproducibilidad de la prueba se estanda-


rizó el inóculo antes de realizar la prueba. Los aislados se activaron en caldo infusión
cerebro corazón enriquecido con extracto de levadura y suero a 37°C por 24-48
horas. Se ajustó la concentración del cultivo a la escala 0.5 McFarland (108 UFC/mL)
a partir del cual se obtuvo el inóculo final recomendado de 104 UFC/mL mediante

400
una dilución adecuada, según lo requerido por el CLSI, 2008 (Clinical and Laboratory
Standards Institute).
Procedimiento. Se prepararon placas con agar infusión cerebro corazón enriquecido.
Se sembró por extensión. Se realizaron pocillos cilíndricos de manera aséptica en el agar.
Se les agregó 100 μL de etanol al pocillo del testigo (-) y 100 μL del extracto al pocillo de
prueba a una concentración de 5 ó 10 mg/mL (se realizaron diluciones del stock hasta
obtener la concentración deseada). Se incubó a 37°C por 24-48 horas. Además, se incubó
una placa con el inóculo sin ningún agente antimicrobiano como prueba de la viabilidad
del microorganismo (control de crecimiento); y una placa como testigo de esterilidad del
extracto (sin cultivo). Todos los experimentos se realizaron por triplicado.

Determinación de la CMB (Concentración Mínima Bactericida) por el método de


dilución en tubo

Preparación del inóculo. Los aislados se activaron en caldo infusión cerebro corazón
enriquecido con extracto de levadura y suero a 37°C por 24-48 horas. Se ajustó la
concentración del cultivo a la escala 0.5 McFarland (108 UFC/mL) a partir del cual se
obtuvo el inóculo final recomendado de 105 UFC/mL por el CLSI 2008.
Procedimiento. Se prepararon tubos con 3 mL de caldo infusión cerebro corazón
enriquecido. Se les agregó a cada tubo, según correspondía, 100 mL de etanol al tes-
tigo (-), y extracto a los tubos de la prueba (se agregaron tantos L del extracto stock,
según se requirió, para obtener la concentración final deseada). Del cultivo activo se
tomaron los microlitros necesarios para obtener una concentración de 105 UFC/mL y
se inocularon en los tubos problema y testigo (-) con caldo infusión cerebro corazón
enriquecido con extracto de levadura y suero. Se incubó a 37°C por 24-48 horas.
Además, se incubó un tubo con el inóculo sin ningún agente antimicrobiano como
prueba de la viabilidad del microorganismo (control de crecimiento); y un tubo como
testigo de esterilidad del extracto (sin cultivo). Todos los experimentos se realizaron
por triplicado.

Resultados y discusión

El extracto etanólico obtenido del tallo de J. dioica de las muestras colectadas en el


estado de Nuevo León fue preparado a una concentración stock de 170 mg/mL y otra
de 250 mg/mL y almacenado a 4°C protegido de la luz.
J. dioica mostró actividad antibacteriana en cada una de las bacterias analizadas,
excepto para Bacteroides por el método de difusión en agar.
La concentración mínima bactericida del extracto etanólico de J. dioica para cada
microorganismo analizado se muestran en la tabla 5.
Las bacterias aisladas e identificadas corresponden a las citadas en la literatura,
como las encontradas frecuentemente en sitios con daño periodontal (Schuster, 1999;

401
Ximenez-Fyvie et al., 2000; Peters et al., 2000; Kolenbrander et al., 2002; Nair, 2004;
Haffajee et al., 2004; Goto et al., 2002; Helgason et al., 2000; Todar, 2002; Ferrari et
al., 2005) y dos de ellas, Porphyromonas gingivalis y Bacteroides, son consideradas
los principales periodontopatógenos (Takeuchi et al., 2001; Paster et al., 2001; Kumar
et al., 2003).
El extracto de J. dioica no es el primero en ser probado en bacterias presentes en
periodontitis, sin embargo, los datos obtenidos colocan a esta planta entre las más
prometedoras, dentro de las que se han probado, para el tratamiento de enferme-
dades periodontales.

Tabla 5. Concentración mínima bactericida para los aislados bacterianos en muestras


periodontales mediante la técnica de dilución en tubo

Microorganismo CMB

Bacillus 0.6 mg/mL


Staphylococcus 7 mg/mL
Streptococcus spp 0.8 mg/mL
Enterobacteria 4 mg/mL
Actinomyces israelii 11 mg/mL
Streptococcus intermedius 5 mg/mL
Bifidobacterium spp 4 mg/mL
Porphyromonas gingivalis 7 mg/mL
Bacteroides >15 mg/mL

Los resultados de este estudio resultan ser muy favorables si se les compara
con otros estudios similares, mencionados a continuación. Las CMB obtenidas se
encuentran en el rango de 0.6 mg/mL a 11 mg/mL y resultan ser muy adecuados en
comparación a la CMI de aceite de ajo (Allium sativum) y a la del puerro chino para
S. aureus, de 24 y 36 mg/mL respectivamente, reportadas por Tsao y Yin (2001).
Inclusive comparándolas con los resultados de otra investigación sobre el efecto del
extracto acuoso de ajo realizada por Bakri y Douglas (2005) arrojó valores de CMB
para los principales patógenos periodontales de 35.7-1.1 mg/mL. Otras dos plantas
medicinales chinas, Conth Su (CS) y Chi Tong Ning (CTN), utilizadas por cientos de
años por los chinos como un tratamiento para enfermedades periodontales fueron
analizadas por Chan et al. (2003), encontrando una CMI de 25 mg/mL para la CTN y
50 mg/mL para CS; estos valores fueron superiores, en concentración, a los arrojados
por el extracto etanólico del tallo de J. dioica.

402
Conclusiones

El extracto etanólico del tallo de J. dioica presentó actividad antibacteriana en las


cepas aisladas a partir de muestras periodontales. Las CMB obtenidas en este estudio
nos ayudan a conocer un poco más sobre la actividad de esta planta, sin embargo
debe seguir investigándose para poder así determinar en un futuro si es posible la
obtención de un nuevo fármaco de origen natural para el tratamiento de la enfer-
medad periodontal a partir de J. dioica.

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407
BIOTECNOLOGÍA VEGETAL
CULTIVO DE TEJIDOS VEGETALES EN PLANTAS
DE IMPORTANCIA ECONÓMICA
Cárdenas-Ávila MLa*, Villarreal-Garza JAb Flores-del Ángel MLb
a
Departamento de Biología Celular y Genética, bDepartamento de Botánica
Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de Nuevo León, Ave. Pedro de Alba
s/n, Ciudad Universitaria, C. P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
*cardenasavila@yahoo.com

Resumen

E
ste capítulo presenta una recopilación de investigaciones sobre el uso del
cultivo de tejidos vegetales en diversas plantas de importancia económica del
estado de Nuevo León. Dentro de las plantas investigadas se encuentran los
cítricos, sin duda las plantas cultivadas de mayor importancia para la región, otras
plantas cultivadas de importancia alimenticia como el frijol y el chile, gramíneas y
algunas plantas de uso medicinal. De cada investigación se mencionan aspectos de
la técnica de cultivo in vitro utilizada, la aplicación de la misma, el medio de cultivo y
diversas metodologías, haciendo énfasis en los resultados más relevantes de cada una
de ellas. Se destaca al cultivo de tejidos vegetales como una alternativa biotecnológica
para dar solución a problemas presentes de los cultivos en el campo.

Introducción

México está considerado dentro de los países con mayor riqueza en diversidad bio-
lógica, que es la materia prima para el desarrollo de la biotecnología, y es centro de
origen de un gran número de especies como el algodón, cacahuate, tomate, maíz,
frijol y chile, especies que están en la mira de la ingeniería genética.
El cultivo in vitro de tejidos vegetales incluye el cultivo de protoplastos, células,
tejidos, órganos y plantas en un medio nutritivo, bajo condiciones estériles y en un
ambiente controlado de luz y temperatura. Las especies o cultivos se seleccionan
para ser introducidos in vitro porque: tienen problemas de regeneración in vivo, es
decir, un bajo porcentaje de germinación; son especies en que las plantas de uno
de los sexos tiene valor comercial; son difíciles de propagar; son especies a las que,
al micropropagarlas, adquieren alguna característica que les hace incrementar su

411
valor comercial y/o especies a las que se les quiere aplicar la técnica de ingeniería
genética.
En este capítulo se enlistan especies nativas e introducidas, cultivadas o silvestres
de importancia alimenticia, forrajera o medicinal que por diferentes motivos han
sido consideradas para trabajarse por alguna de las diferentes técnicas de cultivo de
tejidos vegetales y cuyos resultados han permitido lograr la regeneración de especies
sobreexplotadas, vulnerables y/o en peligro de extinción. Se establecerán protocolos
de investigación que dan pauta a futuras investigaciones.

Requerimientos básicos para cultivo in vitro

Medio de cultivo

El medio de cultivo es la combinación sólida o líquida de nutrientes y agua. Usualmen-


te incluye sales inorgánicas, carbohidratos y vitaminas y aminoácidos. A menudo se
denomina Medio Basal y puede ser suplementado con algún regulador de crecimiento
y ocasionalmente con otras sustancias (Tabla 1). El medio MS o de Murashige y Skoog
(1962), es muy usado, particularmente si el objetivo es regenerar plantas; existen
numerosas variaciones comerciales de este medio. El medio B5 o de Gamborg et al.
(1968), junto con sus varios derivados, ha sido de un gran valor en el cultivo de células
y protoplastos, y también es utilizado eficazmente en regeneración de plantas. La
diferencia principal entre los medios MS y B5 es la menor concentración de nitratos
en B5. El medio WPM (1980) (Woody Plant Medium) de baja concentración de sales
está especialmente indicado para especies leñosas.

pH

El pH se ajusta añadiendo NaOH 0.1 N ó HCl 0.1N al medio, en general se trabaja a pH


entre 5.2 y 5.8. Una vez ajustado el pH se procede a esterilizar el medio, normalmente
a 121°C y 15 lbs de presión por 15 a 20 minutos.

Temperatura

Cada especie tiene un intervalo de temperaturas en el que se produce el crecimien-


to óptimo. Este intervalo puede variar en función del genotipo, del órgano del que
se ha obtenido el explante, de la época del año, de la edad de la planta madre, del
fotoperíodo, etc. En general, se obtienen resultados satisfactorios con temperaturas
de incubación que oscilan entre los 20 y 28°C.

Luz

Se asume que las necesidades de luz de los cultivos in vitro son inferiores a las de
la planta in vivo; dado que el medio de cultivo contiene cantidades importantes de
412
sacarosa, los cultivos in vitro se comportan sólo parcialmente de forma autotrófica.
Las lámparas fluorescentes son la fuente de luz más usada en las cámaras de cultivo.
Los fenómenos propios del desarrollo de las plantas (germinación, floración, tuberi-
zación, etc.) pueden ser activados por el número de horas diarias de luz que recibe la
planta. De forma análoga, el número de horas de luz que recibe el explante cultivado
in vitro puede afectar a su desarrollo. En general, el mejor fotoperíodo in vivo será
también el mejor fotoperíodo in vitro.

Tabla 1. Composición de medios de cultivo para células vegetales


Componentes Características y ejemplos

Agua destilada Representa el 95% del medio nutriente.

Generalmente se usa sacarosa. La fuente


de carbono se necesita porque los explan-
Fuente de carbono tes no son completamente autótrofos y no
pueden cubrir sus necesidades con la foto-
síntesis que pueden realizar in vivo.

Macroelementos (N, P, K, Ca, Mg, S) y mi-


croelementos (Fe, Co, Zn, Ni, B, Al, Mn, Mo,
Sustancias inorgánicas
Cu, I), en una proporción adecuada según
la planta elegida.
Vitaminas B1, B2, B6, vitamina H, vitami-
Vitaminas na E, ácido fólico, ácido nicotínico, entre
otras.
Auxinas: promueven la elongación celular,
la formación de callos y raíces adventicias,
inhiben la formación de brotes axilares ad-
venticios y, a veces, inhiben la embriogé-
Hormonas y reguladores del crec-
nesis.
imiento
Citoquininas: promueven la división celular,
regulan el crecimiento y el desarrollo de los
tejidos vegetales.
Otras: giberelinas, ácido abscísico, etileno.
Mezclas de sustancias poco defini-
Extracto de levadura, extractos vegetales.
das
Se usan como soporte: agar, agarosa, otros
Materiales inertes polisacáridos, lana de vidrio, papel de filtro,
arena.
Fuente: Biotecnología, UNQ 2006.

413
El cultivo de tejidos en plantas cultivadas

Cítricos

Los cítricos son un cultivo frutal de gran importancia nutricional y comercial. La


superficie cultivada con cítricos en México es de 485,000 hectáreas, las cuales pro-
ducen en promedio anual 5.6 millones de toneladas de fruta con un valor estimado
de 4,659 millones de pesos. Los principales productores nacionales son Veracruz,
San Luis Potosí, Tamaulipas, Sonora, Yucatán, Tabasco y Nuevo León; éste último con
32,000 hectáreas de plantación. En conjunto estas entidades concentran el 83% de la
superficie cultivada del país (Leos, 2001; Villarreal, 2001 en Vega-Pérez, 2004).
Con el objetivo de implementar la técnica de microinjerto (shoot tip grafting) de
Murashige et al. (1972), la cual permite la obtención de plantas de cítricos libres de
virus mediante la inducción al desarrollo in vitro, de un explante de meristemo apical
puesto sobre el epicótilo decapitado de una plántula originada a partir de una semilla
en un medio sintético en condiciones asépticas; y con ello, estar en posibilidad de
formar un banco de germoplasma de cítricos libres de virus, Acosta-Leal (1981) logró
inducir la brotación de microinjerto de 14 variedades de naranja, del meristemo apical
más 2 o 3 primordios foliares con dimensiones de 0.14 a 0.18 mm, obteniendo plantas
hasta la fase de invernadero. Las 14 variedades utilizadas como “fuente” de brotes
fueron árboles de maduración temprana y de maduración tardía (Citrus sinensis L.
Osbeck) localizadas en el banco de germoplasma de Cítricos del Campo Agrícola Ex-
perimental General Terán N. L. (CAEGET), de las cuales las variedades Hamlin (L.R.),
Parson Brown #1001 (L.R.), Temprano (L.R.) y San Miguel (L.R.) son procedentes del
Municipio de General Terán N. L., y el resto, de Texas y California E.U.A.
Para crear un programa de certificación de cultivares de cítricos libres de virus
basado en las técnicas de microinjerto y termoterapia de la región citrícola de Nuevo
León, para simplificar y reducir el tiempo y espacio de producción de brotes para
microinjerto y poder determinar el efecto de la termoterapia en la producción de
varetas in vitro, Rodríguez (1982) menciona que la producción de brotes de cítricos
para microinjerto y el tratamiento de termoterapia puede realizarse in vitro en varetas
de aproximadamente 5 meses de edad, de 5 a 6 mm de grosor, cilíndricas, endureci-
das y agua estéril como sustrato. Probó varetas obtenidas de árboles de “valencia”
(Citrus sinensis L. Osbeck) de huertas del municipio de General Terán, N. L. de 15 a
20 años de edad bajo condiciones de riego, de diferentes rangos de diámetro (4 a 5,
5 a 6 y 6 a 8 mm) y de 4 a 10 yemas por vareta, las que fueron lavadas, esterilizadas
superficialmente, tratadas con Benlate a 100 ppm y sembradas en diferentes sustra-
tos: 1) sales de Murashige-Skoog (1962); 2) Vitaminas; 3) Sacarosa al 3% y en 4) Agua
destilada a temperatura de 28°C, 35/28°C y 35°C con 8 y 16 horas de fotoperíodo.
Este tratamiento de termoterapia dado a las varetas de esta región se ha realizado exi-
tosamente al llevarse a cabo con cultivares introducidos al país procedentes de Hawai
y Riverside, California, de los que se han obtenido plantas hasta la fase de invernadero;
esto demuestra la viabilidad de la técnica para aplicarla en programas de introducción
de materiales de cítricos de otras regiones del mundo en nuestro país.
414
El virus tristeza de los cítricos (VTC) ocasiona una de las enfermedades más des-
tructivas del cultivo de los cítricos y se encuentra distribuido mundialmente. El efecto
más notorio ocasionado por el VTC es la declinación y muerte de árboles injertados
en patrón de naranjo agrio (Citrus aurantium L.) o en limón macrofila (Citrus macro-
phylla Webster). En México el VTC está reportado en 12 de 15 estados citrícolas; sin
registros de síntomas de declinación en campo. No obstante, la citricultura de México
se encuentra en una situación de riesgo permanente de ser afectada, principalmente
por el predominio del patrón de naranjo agrio en la mayoría de sus plantaciones.
En el estado de Nuevo León, en el año de 1995, se llevó a cabo un muestreo para
la detección del VTC en plantaciones comerciales de cítricos. De un total de 18,950
muestras en 155 huertas, se encontraron 47 plantas VTC positivas (0.025%) en tres
huertas ubicadas en los municipios de Montemorelos, Hualahuises y Linares. Las
plantas infectadas por el VTC se eliminan una vez que son encontradas en campo
(Nava-Coronel, 2001).
El virus de la tristeza de los cítricos es transmitido primariamente por medio de
injertos con material vegetal infectado y también por varias especies de áfidos, siendo
más efectiva la transmisión por el áfido oriental de los cítricos T. citricida Kirkaldy,
llamado también pulgón café o áfido café de los cítricos. De acuerdo al Instituto de
Investigaciones Forestales y Agropecuarias (INIFAP), el virus de la tristeza ha sido de-
tectado en México en forma de focos de infección durante los años de 1983, 1986-87
y 1992. En el estado de Nuevo León, en el noreste de México, se cuenta actualmente
con alrededor de 30,000 hectáreas de cítricos, donde el portainjerto predominante
es el naranjo agrio. Se han encontrado focos de infección en los años 1996 a 1998,
aunque en ninguno de los muestreos realizados se ha detectado al áfido café T. citri-
cida Kirkaldy (Silva Vara et al., 2001 citado por Irigoyen-Aranda, 2005).
La criopreservación es la técnica de almacenamiento de material biológico a
ultra bajas temperaturas (-196°C) usualmente en nitrógeno líquido (NL). Es el único
método seguro actualmente disponible y rentable para la conservación a largo
plazo de recursos genéticos de especies que tienen semillas recalcitrantes o que
son propagadas vegetativamente. La importancia de la conservación de brotes
apicales radica, principalmente, en que los cultivares de cítricos son propagados
vegetativamente, por consiguiente, este inóculo resulta ser el más importante para
el aseguramiento de la conservación de las características genotípicas del cultivar.
Por tal motivo, Vega Pérez (2004) desarrolló un protocolo para la conservación de
brotes apicales de la especie de mayor importancia económica en la citricultura, el
naranjo (Citrus sinensis (L.) Osbeck.) var. Valencia, utilizando la técnica de encapsula-
ción- vitrificación-deshidratación, mediante un proceso de pre-acondicionamiento
de los brotes en medio MS (1962) al 50% suplementado con vitaminas y 0.22 M de
sacarosa; medio de regeneración MS (1962) suplementado con vitaminas del medio
de Gamborg (1968), 0-4 μM de BA y 30 g.L-1 de sacarosa. Para la encapsulación, los
ápices fueron inmovilizados por inmersión directa en medio MS adicionado con 3%
(p/v) de alginato de sodio, 2 M de glicerol y 0.4 M de sacarosa; y después adicionados
a una solución 0.1 M de CaCl2, formándose esferas de 4mm, y colocadas en medio
MS de regeneración para la vitrificación; posteriormente se precultivaron en MS só-
415
lido. Las esferas precultivadas se deshidrataron hasta un 17% de humedad antes de
almacenarse en nitrógeno líquido (NL). Los brotes criopreservados se descongelaron
en agua a 40°C por 3 minutos. Las esferas descongeladas fueron postcultivadas y se
evaluó la supervivencia, observando formación de callo in vitro, elongación de brote
y hojas abiertas a 8 semanas del cultivo.
Por su parte Irigoyen-Aranda (2005), logró obtener una línea transgénica de toronja
Río Red (Citrus paradisi Macf.) que expresa un RNA (ácido ribonucléico) antisentido
contra la proteína de la cápside del virus tristeza de los cítricos.

Otras plantas cultivadas

Se investigó el efecto que produce la partenina y el extracto metanólico (MeOH) de


Parthenium hysterophorus en la morfología externa de Zea mays y Phaseolus vulgaris
usando principalmente la técnica de cultivo de embriones en medio nutritivo, así como
también los efectos en la anatomía interna mediante cortes histológicos; encontrando
que tanto la partenina como el MeOH tienen efecto inhibidor en el desarrollo de las
plantas (Montero Villalobos, 1973). Vásquez-Iturbide (1994), estableció una metodo-
logía para la propagación in vitro de crisantemo (Chrysanthemum morifolium Ram),
utilizando como explantes meristemos apicales de tres genotipos: tipo pompón “rosa”,
tipo araña “amarillo” y tipo margarita “guinda”, utilizando medio de cultivo MS con
hormonas. Obteniendo la inducción y multiplicación de brotes, formación de callo
basal en los brotes cultivados y propagación de plántulas (inducción de brotación,
multiplicación, enraizamiento y aclimatación in vivo). Cárdenas-Ávila (2001) indujo la
formación de callo in vitro de cuatro variedades de frijol (pinto americano, pastilla, flor
de mayo y flor de junio) a partir de diferentes explantes (hipocótilo, hoja cotiledonaria
y cotiledón) de plántulas de frijol obtenidas asépticamente, en dos concentraciones de
2, 4-Dicloro-fenoxi-acético (2, 4. D, 5 y 10 mgL-1) en medio de cultivo MS (Figura 1).

Figura 1. Callo in vitro de Phaseolus


vulgaris L., explante cotiledón en
medio MS con 10 mgL-1 de 2,4-D.

Otros autores han trabajado con diferentes variedades de chile, especie cultivada en
Nuevo León. Tal es el caso de Vázquez-Corpus et al., (2002) y Cárdenas-Ávila et al.
(2004), quienes lograron la inducción y mantenimiento de callo in vitro de Capsicum
annuum L. variedad morrón, a partir de explantes de hoja mediante el regulador de
416
crecimiento vegetal 2,4-D y el uso de agua de coco (20 y 30%) como aditivo natural
en el medio de cultivo Murashige-Skoog; ellos reportan que el mejor tratamiento
para la inducción de callo in vitro de chile morrón, es el que contiene 20% de agua
de coco, produciendo la mayor cantidad de callo (de color verde limón cristalino) a
los 30 días de la siembra.
En el 2005, Vázquez-Corpus consiguió la inducción de callo in vitro de hoja y pecíolo
de tres variedades de Capsicum annuum L. (chile morrón verde, morrón rojo y puya)
cultivadas en el Municipio de Cadereyta, N.L. mediante reguladores de crecimiento
vegetal (2,4-D 6.25 μM y BAP 0.444 μM) y el uso de agua de coco (0, 20, 30 y 40%)
como complemento natural en el medio de cultivo Murashige-Skoog, De los cuatro
tratamientos (T0, T1, T2, T3) resultantes de la adición de diferentes porcentajes de
agua de coco al medio de cultivo, el mejor para la inducción de callo in vitro para las
tres variedades de chile utilizadas fue el tratamiento T1, ya que se obtuvo callo in vitro
a partir de los 8 días del cultivo en los dos inóculos usados (hoja y pecíolo), logrando
el mayor crecimiento a los 30 días (Figura 2).

Figura 2. Callo in vitro


de Capsicum annuum
L. (chile morrón ver-
de)

Por otra parte, Flores del Angel (2005) reporta la inducción de callo in vitro de hojas
de chile jalapeño y serrano (Capsicum annuum L.) obtenidas a partir de plántulas que
se desarrollan en Benito Juárez, N.L. en el medio de cultivo Murashige-Skoog (1962)
mediante el uso de reguladores del crecimiento vegetal 2,4-D (6.25 μM) y BAP Ben-
cilaminopurina (0.444 μM) y el complemento natural agua de coco en porcentajes
de 0, 10, 20, 30 y 40%. De los tratamientos resultantes de la adición de diferentes
porcentajes de agua de coco (AC) al medio de cultivo, el mejor para la inducción de
callo in vitro para las variedades de chile Capsicum annuum L. utilizadas fue el trata-
miento con el 10% de AC (Figura 3).

417
a b

Figura 3. Callos in vitro de “chile” Capsicum annuum L. a) var. Jalapeño y b) var. Serrano.

Por su parte Cárdenas Ávila et al. (2007), lograron la inducción y mantenimiento de


callo in vitro de chile Capsicum annuum L de tres variedades (morrón verde, jalapeño y
serrano) mediante reguladores de crecimiento utilizando diferentes porcentajes (10, 20,
30 y 40%) de jugo de naranja como aditivo natural en el medio de cultivo de los cuales
se reporta una mayor proliferación de callo in vitro en los tratamientos que contienen
20% y 40% de jugo de naranja; los callos son de color blanco y verde, friables y sin signos
de oxidación. Fernández-Galindo (2008) evaluó el efecto del agua procesada en el dis-
positivo comercial PI-MAG en el cultivo de callo in vitro de dos variedades de chile “oro
puro y morrón” (Capsicum annuum L.) en medio de cultivo MS utilizando reguladores
de crecimiento vegetal (2,4-D y BAP) y adicionado con agua de coco (10%). Observó que
el agua del sistema PI-MAG en los medios de cultivo favoreció al mayor crecimiento y
proliferación de callo in vitro en las dos variedades de chile estudiadas.

Plantas nativas silvestres

Las zonas áridas y semiáridas en México representan un potencial de gran importancia


por sus recursos naturales vegetales; Alanís-Flores (2001), en una investigación sobre
propiedades de plantas nativas (conocidas también con el término de “silvestres”) explica
que la flora de Nuevo León en distintos habitats, ha sido usada como alimento, bebidas
y condimentos en forma tradicional por los pobladores. En su estudio se localizaron 20
familias botánicas y 39 especies útiles, que ejemplifican el valor de la flora regional; entre
éstos: los mezquites y ébanos, cuyos frutos y semillas son consumidos por los habitantes
rurales; las palmas, yucas del desierto cuya “flor de palma” forma parte de la dieta de
los pobladores en época de cuaresma; especies como “el poleo” y el “laurel de la sierra”,
que se usan para elaborar té; los oréganos, muy usados como condimentos en la cocina
regional y el “chile piquín”, un fruto de naturaleza condimentaría complementario de la
dieta de los pobladores tanto rurales como urbanos. Al respecto de esta última especie
silvestre, Cárdenas-Ávila et al. (1997) lograron el establecimiento aséptico del cultivo
in vitro y determinaron las concentraciones del RCV 2,4-D en el medio MS (1962) para
la inducción de callo de plantas de “chile piquín” (Capsicum annuum L., var. aviculare
D. & E.) de nueve meses de edad, utilizando explantes de hojas.
418
Villarreal-Garza (1993) reporta la proliferación de brotes in vitro de explantes de
ápices de 3-4 cm de plantas de candelilla (Euphorbia antisyphilitica Zucc.) colectadas en
Mina, Nuevo León; en medio MS suplementado con AIA y BAP. Menciona un número
de 4 a 7 brotes por explante después de 6 semanas del cultivo in vitro. Por su parte
De la Parra-Martínez (1994), realizó un estudio experimental sobre la producción ve-
getativa de Barreta Helietta parvifolia (Gray.) Benth., mediante las técnicas de estacas
y cultivo de tejidos in vitro; reportando enraizamiento de las estacas y aparición de
brotes pequeños. Los explantes recomendados para reproducción in vitro son los
tallos y pecíolo para formación de callo.
Con el propósito de establecer un protocolo para lograr la regeneración in vitro
de la candelilla (Euphorbia antisyphilitica Zucc.) del municipio de Mina, Nuevo León,
Cárdenas-Ávila et al. (2008) reportan la inducción de callo y la regeneración de la planta
a partir del callo in vitro, inducido mediante el establecimiento aséptico de ápices de
brotes en medio de cultivo MS (1962) y la combinación de los reguladores de crecimiento
vegetal, BAP (bencil amino purina) y acido indolacético (IAA) (Figura 4).

a b

Figura 4. Cultivo in vitro de candelilla (Euphorbia antisyphilitica Zucc.) en medio MS con 1.5 mg/L de
IAA y 1.5 mg/L de BAP: a) Callo in vitro de 30 días, b) regeneración de brotes.

Plantas medicinales

Las plantas medicinales, por sus diversos efectos terapéuticos, se han trabajado
también en cultivo de tejidos vegetales, como lo hizo Briones-Vargas (1989), que
realizó cultivo de tejidos de 6 plantas medicinales del noroeste de México y su estudio
fitoquímico preliminar. Dichas plantas fueron Teucrium cubense (verbena o gallinitas
ciegas del monte), con uso medicinal en infusiones de la parte aérea para combatir
cólicos, amibiasis y otros trastornos estomacales; Lippia graveolens (orégano del
monte, hierba dulce, orégano de cerro, romerillo del monte, canelilla, epazótl, xaakche
y xakliche), que se utiliza como remedio contra la diabetes, el extracto de las hojas
se utiliza para frenar la disentería y como antiséptico intestinal, regula el período
menstrual y un jarabe hecho de las hojas secas se toma como remedio para la tos,
también se utiliza como febrífugo y antiespasmódico; Salvia texana (salvia), utilizada

419
como planta medicinal y condimento; Lantana camara (flor de duende, zarzamora,
cinco negritos, bubita negra, comida de paloma, erua sagrada, indian lantana y alan-
tana), es tomada como remedio para el dolor de estomago y reumatismo. Karwinskia
humboldtiana (coyotillo o tullidora), las infusiones de la parte aérea de esta planta han
sido recomendadas para el tratamiento de epilépticos; la Castela texana (bisbirinda,
amargoso y chaparro), sus hojas y sus ramas se usan en medicina popular para curar
disenterías y fiebres.
Otra especie de importancia medicinal es Aristolochia reticulata L. la cual fue
estudiada por López-Nuño (1992), quien determinó condiciones de cultivo in vitro
para esta especie, adecuando métodos de desinfección, (agentes desinfectantes,
concentraciones y tiempos de tratamientos); probó diferentes fuentes de explantes
obteniendo que el segmento de tallo era el más exitoso; esto en medio MS con la
mitad de concentración de macronutrientes y un balance hormonal de 6 mgL-1 de
2,4-D más 1 mgL-1 de K.
Por otra parte, Cárdenas-Ávila (1995, 1997) reporta que mediante la técnica de
ápice de brote evaluó las variedades de ajo (Allium sativum L.) cadereyta, celaya y
taiwan cultivadas en Marín, N.L. comparando los medios de cultivo MS (1962) y B5
(1962), probando 18 tratamientos con diferentes concentraciones y combinaciones de
los reguladores de crecimiento vegetal (RCV) Kinetina (K) y Acido indolacético (IAA) y
los respectivos testigos de ambos medios sin RCV; logrando el establecimiento aséptico
del cultivo in vitro y la micropropagación o regeneración del ajo hasta formación de
bulbo y doble bulbo a las 20 semanas del cultivo in vitro en las variedades Cadereyta
y Celaya en el medio MS con Kinetina e IAA (Figura 5).

a b

Figura 5. Formación de doble bulbo a 20 semanas del cultivo in vitro variedad Cadereyta y b) variedad
Celaya.

Ortiz-Sánchez (1999) estableció las condiciones óptimas para la micropropagación de


Karwinskia humboldtiana, Zucc., aplicando reguladores de crecimiento para obtener
la formación de brotes y callo. Para la obtención de brotes se sembraron en WPM
con diferentes concentraciones de reguladores de crecimiento: IAA y BA. Para la
formación de callo se utilizaron explantes de hoja en WPM con diferentes concen-
traciones de reguladores de crecimiento: 2,4-D y BA. Reportó resultados positivos
420
en la formación de brotes al utilizar IAA 0.5 mg/L y BA 1 mg/L. En los explantes de
hoja y en todas las concentraciones de 2,4-D y BA existió la formación de callo. La
especie de Eysenhardtia texana (vara dulce), es otra planta medicinal usada para tratar
problemas en los riñones, se utiliza el tallo como diurético, para cualquier trastorno
renal y de vejiga, y para cortar el hipo. Rangel-Ávila (2007) germinó semillas in vitro
reportando un 60% de germinación, empleó las plántulas in vitro para obtener el
explante (tallo) y la producción de callo. Realizó pruebas fitoquímicas reportando
que tanto en tallo como en callo dieron positivo para insaturaciones, carbohidratos,
esteroles y triterpenos.

Gramíneas

Para realizar un cultivo in vitro es necesario tener una fuente de explantes. En el caso
de las gramíneas se usan con regularidad tejidos inmaduros como la base de las hojas
(Guiderdoni y Demarly, 1998 en Manzano Flores, 1993).
En el cultivo de tejidos vegetales hay un proceso llamado morfogénesis que puede
conducir a la regeneración de plantas completas a partir de explantes. Se dice que el
proceso de morfogénesis es organogenético cuando la formación de plantas involu-
cra la formación inicial de brotes o yemas adventicias y posterior enraizamiento de
éstos (Ochoa-Alejo, 1991; Thorpe y Patel, 1984). Cuando la regeneración de plantas
se obtiene a través de la producción de estructuras semejantes a embriones sexuales,
entonces la vía se denomina embriogenética (Ochoa-Alejo, 1991).
Embriogénesis somática en gramíneas para la inducción de CE (callos embriogéni-
cos) en Pennisetum purpureum fue reportada por Chandler y Vasil (1984) que utilizaron
segmentos de hojas jóvenes que inocularon en medio MS adicionado con agua de
coco, BAP y 2-4 D para regeneración de plantas. En Paspalum spp (pasto Bahía) los
investigadores Marouky y West (1990), indujeron CE inoculando cariópsides (sin lema
y palea) en medio MS con 2 mg/L-1 de 2-4 D; los CE fueron de color blanco, globulares y
friables. La regeneración de la planta la realizaron los CE en el medio MS sin 2-4 D. De
300 cultivos realizados 35 fueron embriogénicos, pero solo 10 produjeron plantas.
En Hordeum vulgare (cebada) Rangel y Jelaska (1986) utilizaron explantes de 2 mm
que consistieron del escutelo y el meristemo apical envueltos por la porción basal
de las 2 hojas jóvenes y obtuvieron la regeneración de plantas. En Zea mays (maíz)
Duncan et al. (1985), obtuvieron la mayor inducción de CE usando embriones inma-
duros sembrados en medio que contenía 4.5 μM de 2-4 D, los CE fueron duros, de
forma irregular y de color blanco amarillo. La regeneración la consiguieron colocando
CE en medio sin 2-4 D. En Sorghum spp. (sorgo) se indujo la formación de CE usando
segmentos de inflorescencias jóvenes inoculadas en el medio de MS conteniendo
0.01-5.0 mg.L-1 de 2-4 D e incubándose a 27°C en oscuridad continua. Las concentra-
ciones que indujeron más CE en el medio de MS (72%) fueron 0.5 y 1.0 mg.L-1 de 2-4
D. La regeneración de las plantas la lograron colocando los CE en el medio de MS
con 1 mg.L-1 de 2-4 D (Boyes y Vasil, 1984 en Manzano-Flores, 1993). Por su parte,
Manzano-Flores (1993) logró la inducción de callos embriogénicos (CE) de “zacate
421
buffel” Cenchrus ciliaris L. var. Higgins en 12 tratamientos con 2-4. En general, ex-
plantes etiolados fueron mejor para inducir CE que los explantes verdes de Cenchrus
ciliaris L. Se regeneraron un total de 56 plantas derivadas de los CE inducidos en los
doce tratamientos estudiados. Todas ellas se trasladaron al suelo, se aclimataron y
lograron sobrevivir.

Otras especies importantes para el estado de Nuevo León de las que se han repor-
tado resultados exitosos

Cabrera-Ponce (1984) indujo morfogénesis in vitro utilizando explantes de brotes


apicales, axilares y adventicios de algunas especies arbóreas y una arbustiva de la
familia Leguminoseae en medios de cultivo con altas concentraciones de citoquininas
y bajas de auxinas: Acacia spp y Bauhinia spp de Escobedo N.L. y Parkinsonia aculeata
y Leucaena spp de San Nicolás de los Garza. Reporta que en Parkinsonia aculeata y
Leucaena spp se indujo la formación de brotes en medio MS con diferentes concen-
traciones de reguladores de crecimiento (BAP, AIB, K y AIA). Obtuvo además callos
de Parkinsonia aculeata y Acacia spp en medio MS con diferentes concentraciones
de los reguladores de crecimiento 2,4-D, K y BAP.
Del Toro González (1987) utilizó semillas de tomate de cáscara Physalis ixocarpa
Brot. var. Rendidora, sembrando las semillas en medio de MS (1962) sin reguladores
de crecimiento. Después de 12 días de edad, éstas sirvieron como fuente de explante
a partir del hipocótilo (8 a 10 mm) y se pasaron a diferentes medios de cultivo. La
importancia de optimizar las necesidades de las plantas en cuanto a nutrición se
basa en que los distintos grupos de especies vegetales difieren en requerimientos
nutricionales. En este estudio se evaluó la influencia de macronutrientes y micro-
nutrientes en la morfogénesis de brotes de tomatillo. En lo referente a la inducción
de brotes a diferentes concentraciones de macronutrientes se observó que el KNO3
en concentraciones desde 18.8 a 75.2 mM fue altamente significativo. Asimismo,
se manifestó la importancia del NH4NO3 y el KH2PO4 para inducir morfogénesis en
tomate de cáscara. Por otro lado, los micronutrientes también jugaron un papel
primordial, ya que el Fe-EDTA, ZnSO4 y CuSo4 fueron significativos en la respuesta. El
MnSO4, KI y el NaMoO4 confirmaron su utilidad en la morfogénesis, siendo requeridos
a diferentes concentraciones. En relación a la inducción de meristemos, el CaCl2, el
Fe-EDTA y el CoCl2 fueron altamente significativos. El MnSO4, el H3BO3, el Na2MoO4
y el CuSO4 mostraron ser importantes para la morfogénesis del tomate de cáscara.
El NH4NO3 solo manifestaron ser requeridos pero la concentración, en este caso, no
fue importante.
González-Carranza (1993) trabajó con variedades de Manzana blanca y Manzano
San Miguel. Sembró varetas de manzana (yemas de invierno y yemas de verano) en
medios de cultivo tales como MS, WPM y medio A. reportando que los explantes de
yemas laterales y el patrón de manzano San Miguel en el medio WPM lograron mayor
longitud y mayor número de primordios.

422
Aplicación de cultivos de tejidos vegetales para evaluar condiciones de estrés

Cárdenas-Cerda e Iracheta-Donjuan (1992) estudiaron la respuesta de los brotes de


Phaseolus vulgaris y P. acutifolius en tres concentraciones de NaCl (0.1, 0.3 y 0.5 M)
en medio MS (1962); después de cuatro semanas en cultivo, las variables evaluadas
fueron: longitud de brote, número de hojas desplegadas y peso seco. La tendencia
que han mostrado en general las variables estudiadas, es que al elevarse los niveles
de NaCl en el medio, disminuye el crecimiento del inóculo. P. acutifolius a la concen-
tración de 0.1 M no mostró diferencia significativa con el testigo, lo cual representa
una mayor tolerancia de esta especie.
Mir-Araujo (1996), reporta que en callos de sorgo (Sorghum halepense y S. bicolor)
crecidos en MS líquido con 0.05, 0.1 y 1.5 M de NaCl, después de dos semanas el tra-
tamiento de NaCl dio una coloración café a los callos; la relación Na+/K+ fue más baja
en callos de S. halepense que en S. bicolor, y el contenido de prolina aumentó; por
lo que la proporción Na+/K+ en callos salinizados, puede ser utilizada como indicador
de la tolerancia a la salinidad de la planta completa de Sorghum.
Cárdenas-Ávila (2001), realizó cultivo in vitro de callo de cuatro variedades de
frijol Phaseolus vulgaris con la finalidad de seleccionar, mediante esta técnica, geno-
tipos resistentes a salinidad y sequía, factores que causan estrés en el noreste de la
republica mexicana. Se logró la inducción del callo de las cuatro variedades usadas,
se determinó su contenido de minerales, de prolina libre y se determinó su perfil
electroforético de proteínas encontrándose una proteína de 28 KDa la cual es un
indicador de resistencia a salinidad.
Mundo-Medina (2002) indujo callo in vitro de dos variedades comerciales de
Phaseolus vulgaris L. “frijol” a partir de explantes de hoja cotiledonaria usando el
regulador de crecimiento 2,4-D en medio de cultivo Murashige-Skoog (1962), para
posteriormente someterlos al estrés salino en medio de cultivo MS al que se agregaron
tres concentraciones de NaCl (0.1, 0.15 y 0.2 M) y sometieron cada concentración a
cuatro tiempos de exposición (1, 2, 3 y 4 semanas). Realizó un perfil electroforético
mediante electroforesis en gel de poliacrilamida. Reportando la presencia de un
polipéptido de 33 kDa en la variedad pinto americano en todos los tratamientos,
mientras que en la variedad flor de junio aparece un polipéptido de 28 kDa a partir
de la cuarta semana de tratamiento en las tres concentraciones de NaCl, con lo que
concluye que la variedad pinto americano es más resistente al estrés. Por otra parte,
Irigoyen-Aranda (2002) utilizó dos variedades comerciales de fríjol (flor de mayo y
pastilla). Logrando la inducción y exposición de callo in vitro a estrés de sequía con
polietilenglicol (PEG) en explante de hoja cotiledonaria de plántulas asépticas en
medio de MS (1962) con 2,4-D 5 mg.L-1 para obtención de callo in vitro; posterior-
mente fueron sometidos al estrés de sequía transfiriendo MS líquido con 2,4-D 5
mg.L-1 con 2 concentraciones de PEG (10% y 15%). Después de 30 días se cuantificó
la prolina libre. Los mejores resultados se obtuvieron en flor de mayo, ya que sus
semillas presentaron una germinación más rápida con respecto a pastilla. Además
de los callos in vitro de esta variedad se observó una acumulación de prolina libre.
En las dos concentraciones de PEG utilizadas y en callo in vitro de la variedad pastilla
423
se observaron niveles de prolina libre en concentración de PEG 10%. Concluye que la
var. flor de mayo presenta mayor tolerancia a sequía que la var. pastilla, ya que una
mayor acumulación de prolina en los tejidos está relacionada con mayor resistencia
al factor de estrés hídrico.

Otas aplicaciones de cultivo de tejidos

Recientemente el cultivo in vitro se utiliza para evaluar otros sustratos para la germi-
nación, tal es el caso de Salas-Cruz et al. (2009), quienes han logrado exitosamente
la germinación y el establecimiento de las especies de Astrophytum capricorne, A.
myriostigma (ambas endémicas y bajo estatus amenazada de acuerdo a la NOM-
ECOL-059-2001), Echinocereus reichenbachii, Escobaria dasyacantha, Mammillaria
prolifera y Sclerocactus scherii, cactáceas que se encuentran en las Áreas Naturales
Protegidas (ANP’s) del municipio de García, N.L.; sitios legalmente protegidos para
el resguardo de la diversidad biológica. Dichos autores utilizaron zeolitas naturales
en tres granulometrías (fina 0.71-1.0 mm, media 1.1-2.0 mm y gruesa 2.1-3.36 mm)
humedecidas con agua destilada; con ½ de sales de MS (1962) líquido con vitaminas;
comparado con ½ de sales de MS sólido con vitaminas, ½ de sales de MS sólido + 10 g
sacarosa, y phytagel. Estos investigadores reportan los más altos valores de porcentaje
de germinación para las 6 especies en el tratamiento de zeolita granulometría media
+ ½ de sales de MS líquido con 58% (Figura 6); comparado con 63.3% (p< 0.001) en
medio MS sólido. Estos resultados muestran la conveniencia de usar zeolitas naturales
como sustrato en la germinación de cactáceas, logrando resultados tan buenos como
los obtenidos con medios convencionales de cultivo in vitro.

Fig. 6. Astrophytum capricorne (A. Dietr.) Britton


& Rose en zeolita granulometría media + ½ de
sales de MS líquido.

En el Laboratorio de Física de la Facultad de Ciencias Biológicas, UANL, actualmente


se están realizando bioensayos con un modelo de cultivo in vitro de callo de chile
de diferentes variedades para demostrar el efecto de campos electromagnéticos

424
oscilantes de 60 Hertz de frecuencia sobre el crecimiento y desarrollo. Estos estudios
tienen por objeto comprobar si el campo electromagnético es un factor de estrés
en la planta, ya que previamente se ha informado que en modelos de células ani-
males los campos magnéticos inducen estrés oxidativo, lo que conduce a diversos
efectos bioquímicos que impactan directamente sobre la fisiología celular y sobre el
genoma. Los resultados preliminares indican que al menos a dosis de 0.1 m Teslas de
densidad de flujo magnético, no se observan efectos estadísticamente significativos
al compararse con aquellos cultivos no expuestos al magnetismo. Asimismo, se está
tratando de buscar la respuesta fisiológica mediante la expresión de proteínas de
estrés, pero no se han obtenido a la fecha resultados que indiquen que el campo
magnético es un estresor para las plantas en estas condiciones. El paso a seguir es
someter los cultivos vegetales a intensidades mayores de campos electromagnéticos
así como variar la frecuencia de la exposición, ya que se ha reportado que la respuesta
biológica de un organismo a estas radiaciones no-ionizantes depende no sólo de la
intensidad magnética, sino de la distribución espacial y temporal del campo aplicado
(Heredia-Rojas, 2009).
Por otra parte, se están realizando estudios de germinación in vitro de semillas
de Medicago sativa L. (alfalfa) en medio MS modificado; y con soluciones acuosas
de nitrato de plata a concentraciones de 50, 100, 150 y 300 ppm. Se asume que
una vez que la plata iónica está en el interior de los tejidos vegetales (plántulas in
vitro) ocurren reacciones en el complejo ambiente bioquímico celular que originan
su reducción a nanopartículas en su forma metálica, las cuales son de aplicaciones
importantes en las nanociencias. De este modo, la investigación tiene un doble im-
pacto relacionado, por un lado, con la fitoextracción de metales pesados de sustratos
con alto contenido metálico, y por el otro, con la biosíntesis de nanopartículas de un
modo no contaminante ya que la síntesis de nanopartículas por métodos químicos
genera gran cantidad de contaminantes tóxicos (Comunicación personal, Hernández
Piñero, 2009).

Conclusiones y perspectivas

El estudio de los cultivos más comúnmente consumidos por la población es de vital


importancia para fortalecer la producción y calidad de los mismos mediante métodos
compatibles con la conservación del medio ambiente. En este sentido los avances
biotecnológicos marcan pautas en la investigación y en la búsqueda de nuevas vías
en los programas de propagación acelerada de los cultivos de interés; y constituyen
una herramienta de vital importancia en el desarrollo de protocolos de trabajo de
investigación. El cultivo de tejidos vegetales aporta una especial contribución a la
propagación y tiene múltiples ventajas, en especial, la de una mayor tasa de multipli-
cación de material libre de plagas y resistencia a enfermedades. La ingeniería genética
permite traspasar las barreras naturales haciendo posible incorporar en especies de
plantas los caracteres genéticos de otros organismos taxonómicamente diferentes;
sin dejar pasar de vista que cualquier desarrollo tecnológico conlleva riesgos. El riesgo
425
más importante sería dejar pasar el tiempo y la oportunidad de investigar y sólo ser
espectadores ante estos importantes desarrollos científicos y tecnológicos.

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428
EXPERIENCIAS EN CULTIVO IN VITRO DE
CACTÁCEAS
Morales-Rubio ME*, Treviño-Neávez JF, Garza-Padrón RA, Rodríguez-Garza RG, Barrón-González MP
Departamento de Biología Celular y Genética y Cuerpo Académico de Biología Celular. Fa-
cultad de Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de Nuevo León. Ave. Pedro de Alba s/n,
C.P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México
* mmorales1132000@yahoo.com

Resumen

L
as Cactáceas están ampliamente representadas en nuestro país, sus usos son
muy variados, por lo que es importante tener alternativas para su aprove-
chamiento sin el deterioro de las fuentes naturales. Para su propagación se
emplea el cultivo de tejidos vegetales, técnica mediante la cual podemos micropro-
pagar, obtener metabolitos secundarios, preservar germoplasma, etc. La respuesta
morfogenética observada en las especies cultivadas in vitro en medio MS (1962) fue
la siguiente: para Stenocereus gummosus en medio adicionado con BAP 2 mg/L - K 1
mg/L formó callo y brotación abundante a partir de semillas germinadas; Lophocereus
schottii con las condiciones mencionadas para la especie anterior, desarrolla callo a
partir de explante con Arreola; Astrophytum myriostigma en medio adicionado con
BAP 2 mg/L forma abundante callo a partir de explantes de tallo; Ferocactus herrerae
en medio adicionado con BAP 2 mg/L – IBA 1 mg/L desarrolla abundante brotación y
posterior desarrollo de callo a partir de semillas germinadas; Stenocereus pruinosus
en medio sin reguladores, desarrolló plántulas vigorosas a partir de semillas; Steno-
cereus queretaroensis en medio adicionado con BAP 2 mg/L y 1 mg/L de K desarrolló
plántulas y posterior desdiferenciación a callo a partir de semillas germinadas in vitro;
Ariocarpus retusus en medio adicionado con 5 mg/L de 2,4-D formó abundante callo;
Echinocereus stramineus en medio sin reguladores logró una abundante germinación
con desarrollo de plántulas; y Astrophytum capricorne en medio sin reguladores indujo
la germinación de semillas y la posterior desdiferenciación a callo. Stenocereus griseus
formó abundante callo a partir de plántulas germinadas in vitro, en medio adicionado
con: 5 mg/L de 2,4-D y 5 mg/L de K. Con Hylocereus undatus en medio adicionado
con BAP 2 mg/L - K 1 mg/L, se logró la germinación y el desarrollo de brotes; mien-
tras que Acanthocereus occidentalis con 3 mg/L de BAP y 1 mg/L de K logró la misma
respuesta. Ariocarpus trigonus y Mammillaria spp fueron sembradas en medio sin

429
reguladores, para la primera se logró germinación y desarrollo de callo, mientras que
en la segunda se logra germinación y desarrollo de brote. Con Astrophytum ornatum
se emplearon explantes longitudinales, que desarrollaron una brotación múltiple en
medio adicionado con 2 mg/L de K.

Introducción

Como toda técnica, procedimiento o conocimiento, el cultivo de tejidos vegetales


tiene sus orígenes en los estudios y postulados de Gottlieb Haberlandt (1854-1945),
botánico austriaco que en 1902 propuso la teoría de la totipotencialidad celular en
vegetales, postulado que permitió el desarrollo de estas técnicas in vitro, ampliamente
usadas en la actualidad (Noé, 1934).
El “cultivo in vitro de tejidos vegetales” es una Biotecnología vegetal, que involucra
técnicas asépticas de cultivo de material vegetal diverso (denominado explante) que
incluye: esporas, embriones, óvulos, granos de polen, semillas, protoplastos, células,
tejidos y órganos. Es posible obtener diferentes respuestas morfogenéticas en base al
tipo de explante, a los componentes adicionados al medio nutritivo y a las condiciones
ambientales utilizadas. Esta técnica es relativamente sencilla pero se requiere de una
infraestructura básica, que en un principio puede ser cara, aunque con el tiempo
genera rendimientos y beneficios. La técnica requiere que las condiciones naturales
para la germinación y desarrollo de las plantas sean sustituidas por artificiales; esto
implica cambiar la tierra por un sustrato nutritivo conocido como medio de cultivo,
mantener en forma constante las condiciones asépticas, además de un entorno de
temperatura y luz controlado, así como albergarlos en contenedores pequeños, lo
que permite miniaturizar la producción. De esta forma es posible obtener: a) gran
cantidad de clones en corto tiempo, b) selección de líneas celulares resistentes a
patógenos o factores ambientales, c) plantas libres de virus, d) producción de me-
tabolitos secundarios, e) estudios morfogenéticos y bioquímicos, f) producción de
plantas modificadas genéticamente, g) crioconservación de germoplasma, entre otros
(Laimer y Rucker, 2003). Todo esto sin la necesidad de contar con grandes extensiones
de tierra y toda la derrama económica que esto implica.
El cultivo in vitro representa una alternativa sustentable para propagar especies
amenazadas, en peligro de extinción o con alto potencial económico, ya que permi-
te incrementar el volumen de plantas para especies con demanda comercial y así
satisfacer tanto el mercado nacional como el internacional sin alterar los recursos
naturales (Morales, 2000; INIFAP, 2003).
La vegetación de nuestro país es sumamente heterogénea y de acuerdo con la
clasificación del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), los
tipos de vegetación más ampliamente distribuidos en el país son: Bosque de coníferas,
Bosque de encinos, Bosque de coníferas y de latifoliadas (encinos), Bosque mesófilo
de montaña, Selva perennifolia y subperennifolia, Selva caducifolia y subcaducifolia,
Mezquital, Matorral xerófilo y Pastizal. Otros tipos como los Manglares, Popales,
Tulares, Palmares, Petén y Chaparrales se encuentran ocupando superficies mucho
430
menores y están relacionados a condiciones climáticas edáficas o hidrológicas muy
particulares.
Dentro del matorral xerófito, vegetación más abundante en nuestro país, se
encuentra una familia de plantas, las Cactáceas, que en la historia de los pueblos
indígenas ha tenido un papel importante en la vida cotidiana, religiosa y artística; y
que actualmente es explotada por industrias como la alimentaria y la farmacéutica,
entre otras (Domínguez, 1976; Bravo y Sánchez, 1991).
La familia Cactaceae es endémica del continente americano y en México está bien
representada. En esta familia existe una gran diversidad de acuerdo a la forma, hábito
y tamaño de sus tallos; los hay de gran porte arbóreo, como los ejemplares perte-
necientes a los géneros Stenocereus, Myrtillocactus, Carnegiea; los arbustivos como
Opuntia y Acanthocereus; otros más pequeños que apenas se distinguen del estrato
herbáceo, como Mammillaria, Melocactus, Ariocarpus, Astrophytum, entre otros. Los
hay también trepadores como Hylocereus, y epífitos como Epiphyllum. Esta familia
ha desarrollado adaptaciones anatómicas y fisiológicas asombrosas que le permiten
enfrentar las condiciones climáticas adversas, entre las cuales están: tallos gruesos
y carnosos, hojas modificadas a espinas, estructura crasa, aréolas y un metabolismo
de tipo ácido crasuláceo (CAM). Sin embargo, a pesar de todas estas adaptaciones
para sobrevivir en ambientes desérticos, se encuentran seriamente amenazadas
por diferentes factores como la destrucción o modificación de su hábitat natural, la
depredación, sobreexplotación y comercio ilegal (todos causados por el hombre).
Como responsables de estos cambios, debemos de implementar estrategias para
su recuperación y establecer un uso sustentable de este recurso. La Biotecnología
vegetal, con el cultivo in vitro, constituye una alternativa eficaz para este fin.
En el presente trabajo se cultivaron in vitro: Ariocarpus retusus, Ariocarpus tri-
gonus, Astrophytum myriostigma, Astrophytum capricorne, Astrophytum ornatum,
Acanthocereus occidentalis, Hylocereus undatus, Stenocereus griseus, Stenocereus
queretaroensis, Stenocereus gummosus, Stenocereus pruinosus, Lophocereus schottii,
Echinocereus stramineus, Mammillaria spp y Ferocactus herrerae.
Además, en algunas de ellas se realizaron bioensayos de actividad biológica, sobre
células cancerígenas y diversos microorganismos, obteniéndose resultados relevantes.

Antecedentes

Cultivo in vitro

Los cultivos in vitro pueden iniciarse prácticamente de cualquier parte de la planta.


Sin embargo la elección de un explante apropiado constituye el primer paso para el
establecimiento de los cultivos. Dicha elección dependerá del objetivo, de la especie
vegetal y del sistema de cultivo a utilizar (Roca, 1991; Rubluo, 1990).
Otro factor que influye en la repuesta morfogenética es la edad fisiológica del
explante. Mientras más joven y menos diferenciado esté el tejido que se va a sembrar,
mejor será la respuesta in vitro (Villalobos, 1985).
431
El proceso de desinfección implica la eliminación total de los microorganismos
mediante el uso de substancias químicas; por otro lado, la esterilización se refiere al
método físico (calor) para la destrucción de los microorganismos. Al cultivo in vitro
se le denomina aséptico porque se encuentra estéril (Roca, 1991).
Para la desinfección del material vegetativo se utiliza una serie de productos quí-
micos, pero comúnmente es generalizado el empleo de etanol e hipoclorito de sodio
(NaClO) de uso doméstico. La concentración y tiempo se establece para cada especie
y tipo de explante (Morales, 2006). La efectividad de los agentes desinfectantes puede
ser mejorada al adicionarles pequeñas cantidades de detergente, como Tween-20,
del 0.01% al 0.1%, ya que éste rompe la tensión superficial y permite que el agente
penetre y elimine los microorganismos (Roca, 1991).
El crecimiento y la morfogénesis in vitro son regulados por la interacción y el
balance entre reguladores suplementados en el medio de cultivo y las fitohormonas
producidas en forma endógena (Morales, 2006).

Cultivo in vitro de Cactáceas

De manera natural las cactáceas se reproducen por semillas o por multiplicación


vegetativa. Aún cuando los frutos producen gran cantidad de semillas, muy pocas
son las que llegan a germinar y alcanzar la madurez. La gran mayoría son depredadas
por insectos, aves y otros animales, o bien, al dispersarse no quedan en un área apta
para su germinación. Otras tienen un crecimiento tan lento, que a nivel in vitro es
mucho más rápido, ya que tiene nutrientes disponibles en el medio (Rubluo, 1990;
George, 1996).
Semillas, aréolas, ápice de brote, secciones verticales o laterales del tallo o cla-
dodios y tubérculos se han utilizado como explantes en cactáceas (Rubluo, 1990;
Hubstenberger et al., 1992).
El medio basal de Murashige y Skoog (1962) es muy empleado en el cultivo in
vitro de cactáceas adicionado con reguladores de crecimiento, citocininas (bencila-
minopurina y cinetina) y auxinas (ácido naftalenacético, ácido indolbutírico y ácido
indolacético) (Rubluo, 1990).
Se logró la multiplicación in vitro de diferentes especies de cactáceas en medio
Murashige y Skoog (1962), adicionado con auxinas (ácido indolacético y ácido nafta-
lenacético) y citocininas (cinetina y bencilaminopurina) en varias concentraciones y
combinaciones (Vyskot y Jará, 1984).
Una alternativa para evitar la problemática de contaminación en el cultivo in vitro
de las cactáceas y evitar así la pérdida de material valioso, es utilizar semillas como
explantes, ya que se facilita su manejo y son resistentes a los desinfectantes utilizados,
de hecho algunas de ellas requieren de escarificación con ácidos para inducir el proceso
de germinación. La germinación in vitro se refiere al cultivo de las semillas sobre un
medio nutritivo, en condiciones estériles, llevado a cabo a microescala y optimizando
las condiciones nutricionales, hormonales, luz y temperatura como una alternativa

432
para propagar diversas especies de plantas de lento crecimiento (Comparán y Luna,
1994).
Respecto a la germinación y cultivo in vitro de cactáceas, Martínez y Rubluo (1989)
lograron la propagación masiva de la casi extinta Mammillaria san-angelensis. El medio
de cultivo empleado fue el Murashige y Skoog suplementado con diferentes concentra-
ciones y combinaciones de bencilaminopurina (BAP) y ácido naftalenacético (NAA).
Semillas de pitaya de mayo fueron sembradas en agar y en medio Murashige y
Skoog (1962) adicionado con promotores de brotación. En ambos sustratos lograron
una germinación del 90% (Morales et al., 2000).
Utilizando medio Murashige y Skoog (1962), adicionado con reguladores de creci-
miento: K (Cinetina) 1mg/L con BAP (Bencilaminopurina) 2 mg/L y K 5 mg/L, e IAA (ácido
Indolacético) 0.3 mg/L, se logró la germinación de Hylocereus undatus. (Morales, 2000).
Se logró la regeneración de brotes de Mammillaria luethyi a partir de callo, en-
contrándose la mayor cantidad de brotes a concentraciones de 1 mg/L BAP, 3 mg/L
BAP y 1 mg/L de K. No se requirió la presencia de auxina en la producción de brotes
(Escobedo et al., 2002).
Los trabajos realizados y los que a continuación se presentan, ofrecen amplias
perspectivas para el cultivo in vitro de cactáceas, asimismo los resultados obtenidos
permiten vislumbrar aplicaciones de impacto para la propagación masiva in vitro
de estas especies y contribuir así a evitar la extinción y promover el uso racional y
sustentable de los recursos.

Compuestos químicos de las Cactáceas

Agua: Es uno de los constituyentes principales de las cactáceas reportando varios


autores concentraciones que van desde 74% hasta 94% de su peso total. La compo-
sición de sales minerales varía tanto entre las especies como entre los individuos, ya
que depende, en parte, de la composición química del suelo y de la disponibilidad
de ellos para la planta relacionados con la acidez, salinidad, conductividad, grado de
disociación o ionización, humedad y textura de los suelos (Bravo y Sánchez, 1978).
Compuestos Nitrogenados: a) Betalainas: colorantes presentes en flores, frutos e
interior de los tallos, las hay rojo violáceo (betacianinas) y amarillas (betaxantinas); b)
Alcaloides: los alcaloides en las plantas son productos terminales del metabolismo del
nitrógeno y están asociados con la protección del vegetal ante los actos predatorios
de insectos y animales herbívoros. Se han aportado datos que sugieren que algunos
alcaloides intervienen en el crecimiento vegetal, ya sea por su capacidad de formar
quelatos o intervenir en fenómenos de óxido-reducción. Las plantas alcaloideas
proporcionan productos de singulares características: estimulantes, alucinógenas
(mezcalina), venenos, antipiréticos, anestésicos, antiespasmódicos, expectorantes,
vasoconstrictores, hipotensores, reguladores cardiacos. Por esta razón las plantas
alcaloideas presentan un gran interés desde el punto de vista farmacológico, qui-
miotaxonómico y botánico (Martínez Vega, 1982; y Domínguez, 1973). Flavonoides y
compuestos fenólicos: Los flavonoides son pigmentos vegetales como la flavonona,
aurona, chalcona, flavona, flavononol, flavonol, flavandiol-3,4 (leucoantocianidina),
433
antocianidina, catequina, isoflavona, neoflavona. La mayoría de ellos aparecen en los
vegetales en forma de glucósidos y actualmente juegan todavía un papel importante
como colorantes (Domínguez, 1973; Domínguez y Domínguez, 1976). Son compuestos
formados por la combinación de un azúcar con una o más sustancias distintas, algunos
presentan propiedades tónicas para los órganos cardiovasculares. Las ceras juegan un
importante papel en las cactáceas como mecanismo de conservación de la humedad
(Bravo y Sánchez, 1978). Saponinas, Esteroides y Triterpenos: El término saponina
es aplicado a un grupo de productos naturales que tienen en común la propiedad
de formar espuma cuando sus soluciones acuosas se agitan. Están ampliamente
distribuidas en el reino vegetal y se han reportado muchos géneros de plantas que
las contienen. Químicamente, las saponinas son glicósidos, que al hidrolizarse pue-
den derivarse a: 1) una o más moléculas de azúcar; y 2) agliconas que son derivados
policíclicos y que comúnmente se les conoce como sapogeninas. Las sapogeninas
esteroidales están reconocidas como excelentes fuentes de hormonas sexuales y
pueden ser importantes precursores para la síntesis de cortisona. En los organismos
animales, el esteroide más abundante es el colesterol. Las hormonas gonadales y las
de la corteza suprarrenal, así como también los ácidos biliares, también son derivados
esteroidales (Harper, 1979). Los esteroides se pueden encontrar en cualquiera de los
órganos de las plantas, principalmente en semillas. Entre los esteroides vegetales
más importantes está el ergosterol, cuya importancia radica en ser el precursor de
la vitamina D. (Bravo y Sánchez 1978; Martínez, 1982).

Especies estudiadas

Ariocarpus retusus, Ariocarpus trigonus, Astrophytum myriostigma, Astrophytum capri-


corne, Astrophytum ornatum (introducida), Acanthocereus occidentalis (introducida),
Hylocereus undatus (introducida), Stenocereus griseus, Stenocereus queretaroensis
(introducida), Stenocereus gummosus (introducida), Stenocereus pruinosus, Lopho-
cereus schottii (introducida), Echinocereus stramineus, Mammillaria spp, Ferocactus
herrerae (introducida).

434
Posición taxonómica y características

Figura 1. Familia Cactácea

Familia Cactáceas
Reino: Plantae
DIVISIÓN: Magnoliophyta
Phylum: Angiospermas
Clase: Dicotiledonea (Magnoliopsida)
SUBCLASE: Caryophyllidae
Orden: Cactales (Caryophyllales)
Familia: CACTACEAE Lindley

Las cactáceas son plantas xerófitas, con tallo fotosintético y carnoso, generalmente
sin hojas o éstas suelen estar transformadas en espinas (Figura 1). Las especies con
hojas son las más primitivas (Pereskia) y de ellas evolucionaron los otros grupos de
cactáceas. Flores grandes, multicolores, hermafroditas, raramente unisexuales; ac-
tinomorfas o zigomorfas. Gineceo con tres a varios carpelos, ovario ínfero, excepto
en Pereskia, que tiene ovario súpero, pueden autopolinizarse o ser polinizadas por
abejas, colibrí, murciélagos o polillas. Estambres numerosos, polen trinucleado. Frutos
predominantemente bayas, rara vez cápsulas; indehiscentes, carnosos casi nunca
secos. En muchas especies los frutos son muy apreciados por su sabor y contenido
nutricio, como algunas pertenecientes a los géneros Hylocereus, Mammillaria, Opun-
tia, Stenocereus (Bravo y Sánchez, 1978).

Ariocarpus retusus Scheidweiler

Figura 2. A. retusus

Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Cacteae
Género: Ariocarpus
Especie: retusus
Nombre vulgar: “Peyote cimarrón”

435
Plantas de 12 cm de altura y 10 a 25 cm de diámetro, de color verde azulado o grisáceo
tallos muy enterrados, globosos. Tubérculos triangulares, atenuados hacia el ápice, a
veces con éste prolongado en forma de un mucrón angostamente cónico, superficie
convexa o casi plana, algo ondulada y más o menos arrugada, no fisurados, de 1.5 a 4
cm de longitud y 1 a 3.5 cm de anchura, casi tan largos como anchos (Figura 2). Aréolas
espiníferas en la punta de los tubérculos, muy pequeñas, circulares, como de 1 a 5
mm de diámetro, con algo de lana y a veces con algunas espinas diminutas; aréolas
floríferas cerca de la axila de los tubérculos, lanosas. Flores en las aréolas floríferas
de los tubérculos jóvenes del ápice de la planta, de 4 a 5 cm de diámetro y hasta 4.5
cm de longitud; segmentos exteriores del perianto blanquecinos, ocasionalmente con
la línea media rojiza, de 1.2 a 2 cm de longitud y 5 a 8 mm de anchura, segmentos
interiores del perianto lanceolados, acuminados, como de 2 cm de longitud y 5 a 9 mm
de anchura; estambres numerosos; filamentos blanquecinos; anteras de color amarillo
oro; granos de polen entre 80 y 85 micras; estilo blanco; lóbulos del estigma 7 o más.
Fruto ovoide, de 10 a 25 mm de longitud, blanco verdoso hasta rosado pálido, liso
ampliamente umbilicado, conserva los restos secos del perianto. Ha sido colectada
cerca de Saltillo, Coahuila; Monterrey, Nuevo León; Hacienda de Cedros, Zacatecas;
Valle de Jaumave, Tamaulipas; Matehuala, San Luis Potosí. De sus mucílagos se puede
obtener pegamento (Bravo y Sánchez, 1991 a, b; Anderson, 2001).

Ariocarpus trigonus Schumann

Figura 3. A. trigonus

Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Cacteae
Género: Ariocarpus
Especie: trigonus
Nombre vulgar: “Chautle”, “Chaute”

Tallo de hasta unos 25 cm de altura y 30 cm de diámetro, de color verde amarillento


con el ápice muy lanoso. Tubérculos largamente triangulares, prismáticos, agudos,
erectos, de 3 a 8 cm de longitud y 1 a 2.5 cm de anchura, aplanados y lisos adaxial-
mente, no fisurados, rectos o muy encorvados hacia adentro, divergentes. Aréolas
espiníferas ausentes. Fruto de 7 a 20 mm de longitud y 5 a 10 mm de diámetro, blan-
quecino o verdoso; semillas pequeñas (Figura 3). Se distribuye en Coahuila, Nuevo
León, Tamaulipas y San Luis Potosí (Bravo y Sánchez, 1991a).

436
Astrophytum myriostigma Lemaire

Figura 4. A. myriostigma

Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Cacteae
Género: Astrophytum Lemaire
Especie: myriostigma
Nombre vulgar: “Mitra”, “Bonete de obispo”

Tallo simple o cespitoso, globoso hasta cilíndrico, de 10 a 60 cm de altura y de 10 a


20 cm de diámetro. Costillas generalmente 5 pero en algunas plantas hay 3, 4 o 6 y
hasta 8, anchas y más o menos pronunciadas y con aristas desde muy agudas hasta
ligeramente redondeadas, con surco bien marcado; superficie cubierta de diminutas
borlas de pelos estrellados, blancos, que proporcionan a la planta un aspecto ceni-
ciento, a veces este revestimiento falta, tegumentos muy duros (Figura 4). Aréolas
próximas, distantes entre sí 8 a 15 mm, circulares, pequeñas, de unos 3 mm de diá-
metro, lanosas. Espinas ausentes. Flor campanulada, de 4 a 6 cm de longitud, de color
amarillo claro con tinte rojo en el centro; axilas de las escamas lanosas; segmentos del
perianto angostos, acuminados, con la punta escariosa, de color castaño; segmentos
interiores del perianto angostos y acuminados. Fruto globoso-alargado, verde, se
abre al madurar en forma de estrella. Semillas naviculares; hilo muy amplio; testa
casi negra, brillante, papilosa, de 3 mm de longitud y 2 mm de espesor. Se encuentra
ampliamente distribuida en matorrales rosetófilos en los estados de San Luis Potosí,
Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas (Bravo y Sánchez, 1991a; Anderson, 2001).

Astrophytum capricorne Britton and Rose

Figura 5. A. capricorne

Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Cacteae
Género: Astrophytum Lemaire
Especie: capricorne
Nombre vulgar: “Biznaga de estropajo”

437
Tallo subgloboso o cortamente cilíndrico, hasta de 25 cm de altura y cerca de 10 cm
de diámetro, al principio globoso, después ovoide hasta alargado. Costillas 7 u 8, altas
y agudas, con la superficie provista de estigmas blancos, más o menos numerosos.
Aréolas grandes, distantes entre sí 2 a 3 cm, con fieltro castaño (Figura 5). Espinas
desde alrededor de 6 hasta cerca de 20, algunas gruesas, más o menos aplanadas,
suaves, torcidas o recurvadas, de color rojizo, negruzco o ceniciento, largas, de 3 a 10
cm de longitud. Flores de 6 a 7 cm de longitud, que abren ampliamente; segmentos
exteriores del perianto rojizos, con el ápice mucronado; segmentos interiores del
perianto de color amarillo con la base anaranjado rojiza, espatulados, con el ápice
agudo o acuminado, con el margen entero o más o menos dentado; estambres nu-
merosos; estilo delgado, de color crema; lóbulos del estigma 5 a 9, lineares, de color
crema. Fruto pequeño, con escamas pungentes y axilas lanosas. Semillas de 2.5 mm
de espesor, brillantes. Se encuentra en los estados de San Luis Potosí, Coahuila y
Nuevo León (Bravo y Sánchez, 1991a; Anderson, 2001).

Astrophytum ornatum Britton and Rose

Figura 6. A. ornatum

Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Cacteae
Género: Astrophytum Lemaire
Especie: ornatum
Nombre vulgar: “Liendrilla”, “Reguilete”

Tallo al principio esférico, luego columnar. Planta toneliforme de hasta 160 cm de


altura y 30 cm de diámetro. Su tallo es de color verde grisáceo provisto de estigmas,
constituidos por tricomas blancos, principalmente en los individuos jóvenes; presentan
de 5 a 8 costillas agudas y espiraladas, con una a dos espinas centrales y de 6 a 10
radiales (Figura 6) (Jiménez-Sierra et al., 1991). Esta especie es endémica de México,
sus poblaciones se localizan en los estados de San Luís Potosí, Guanajuato, Querétaro
e Hidalgo (Bravo y Sánchez, 1991a; Anderson, 2001; Guzmán et al., 2003).

438
Acanthocereus occidentalis Britton and Rose

Fig. 7. A. occidentalis

Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Pachycereae Buxab
Género: Acanthocereus Engelmann (Britton and
Rose)
Especie: occidentalis (Britton and Rose)
Nombre vulgar: “Nopal estrella”

Plantas que forman densos matorrales. Tallos erguidos, ramosos; cuando alcanzan
determinada longitud se doblan; llegan a medir hasta 4 m de longitud (Figura 7). Artí-
culos de color verde claro con 3 a 5 costillas prominentes, sinuosas. Aréolas distantes
entre sí 1 a 3 cm., ligeramente elípticas, con lana blanca o café; en los tallos jóvenes
hay una escama rojiza. Espinas numerosas, al principio amarillas con tinte rojizo y
porciones semitransparentes, después grisáceas. Espinas centrales generalmente 4,
una superior de 3 a 7 cm de longitud, 2 laterales de 3 a 4 cm y una inferior de 2 a 2.5
cm. Espinas radiales 6 o más. Flores nocturnas, fragantes, de 14 a 20 cm de longitud,
segmentos interiores del perianto blancos; lanceolados, abruptamente acuminados;
los exteriores verde castaño, rojizos con márgenes blancos; estilo blanco verdoso;
lóbulos del estigma 11, amarillentos. Se distribuye por el noroeste y centro de México
(Bravo y Sánchez, 1991b; Anderson, 2001).

Hylocereus undatus Britton and Rose

Figura 8. H. undatus

Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Hylocereeae
Género: Hylocereus
Especie: undatus
Nombre vulgar: “Pitahaya”, “Pitahaya orejona”,
“Tasajo”, “Junco tapatío”, “Chac”, “Zacamb”, “Reina
de la noche”, “Chak-wob”.

439
Morfológicamente, la planta presenta tallos largos segmentados y ramificados, su
color es verde intenso, desarrollando numerosas raíces aéreas con las que se fijan a los
muros y árboles por los que trepan (Figura 8). Alcanzan una altura de hasta 5 metros
y un diámetro de hasta 6 cm. Cada segmento puede tener una longitud de 50 cm;
está conformado por tres costillas muy pronunciadas. Presenta aréolas con espinas
en número de 1 a 3 cortas y gruesas. Con flores grandes, hasta 30 cm. de longitud
de color blanco en el interior y amarillo verdosas en el exterior con tintes purpúreos.
Florecen desde agosto hasta septiembre y crecen en suelo compuesto, añadido de
un 25% de mantillo de hojas o turba enriquecida. Su fruto es oblongo, de 10 a 12 cm
de diámetro, rojo purpúreo, con grandes escamas foliáceas más o menos caducas
al madurar, es comestible y tiene pulpa blanca. Semillas pequeñas y negras (Bravo y
Sánchez, 1978; Anderson, 2001). En el plano estrictamente comercial y productivo,
la pitahaya tiene demanda documentada en Argentina, Estados Unidos, Alemania,
Suiza, Malasia, Checoslovaquia, Canadá, Bélgica, Italia, Inglaterra, Líbano, Japón y
Eslovaquia. La pitahaya es considerada como la fruta del futuro por la Fundación Tom
Scott and Tom First, debido a que se puede obtener de ella un súper néctar, incluido
en la línea de los jugos y tés de alto valor nutricional. Es una planta distribuida am-
pliamente por todo México (Lòpez, 2002 en: http://www.uasnet.mx/centro/deptos/
iies/revista1/la%20pitahaya.html)

Stenocereus griseus Buxbaum

Figura 9. S. griseus retusus

Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Pachycereeae.
Género: Stenocereus (Berg.) Ricc.
Especie: griseus
Nombre vulgar: “Pitayo de mayo”

Planta arborescente candelabriformes de 6 a 9 metros de altura, ramosa con tronco


bien definido, como de 35 cm de diámetro, o con ramas desde la base. Ramas de color
verde más o menos glauco, generalmente erectas, a veces flexuosas. Costillas de 8 a
10 aréolas, distantes entre sí 2 a 3 cm, de 8 mm de longitud, con fieltro moreno, con
el tiempo grisáceo. Espinas más o menos subuladas (estrechándose hacia el ápice).
Espinas radiales 10 a 11, de 6 a 10 mm de largo. Espinas centrales 3, de 15 mm de
largo o más, las más largas hasta de 4 cm de longitud, al principio color rojo claro con
la punta obscura, después grisáceas. Flores hasta de 10 cm de longitud; segmentos

440
exteriores del perianto rojizos; segmentos interiores del perianto blancos; botón floral
obtuso o redondeado, con el ápice cubierto por escamas obtusas, morenas (Figura
9). Fruto globoso hasta ligeramente ovoide, de 5 cm de diámetro, provisto de aréolas
espinosas y caducas, color que varía desde el verde amarillento hasta rojo purpúreo;
pulpa del mismo color que el pericarpelo, comestible. Distribución Venezuela, Antillas
y México. Los campesinos la cultivan en sus huertos por el sabor muy agradable de
sus frutos llamados “pitayas” que se venden en los mercados en los meses de mayo
(Bravo y Sánchez, 1978; Anderson, 2001).

Stenocereus queretaroensis Buxbaum

Figura 10. S. queretaroensis retusus

Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Pachycereeae
Género: Stenocereus
Especie: queretaroensis
Nombre vulgar: “Pitayo de Querétaro”.

Arborescente, candelabriforme, con tronco bien definido (Figura 10), de 5 a 6 m de


alto o más. Tronco leñoso, como de 1 metro de alto y 35 cm de diámetro, de color
verde, a veces con tinte rojizo; el conjunto de las ramas forma una copa muy amplia,
a veces como de 4 m de diámetro. Costillas 6 a 8, prominentes, separadas por amplios
intervalos. Aréolas distantes entre sí como 1 cm con fieltro café obscuro casi negro,
glandulosas. Espinas radiales 6 a 9, las inferiores como de 3 cm de largo, gruesas,
aciculares y desiguales. Espinas centrales 2 a 4, gruesas como de 4 cm de largo. Flo-
res en los lados de las ramas pero hacia las extremidades, infundibuliformes, de 10
a 12 cm de largo, pericarpelo con escamas ovaladas, de 2 mm de largo, segmentos
exteriores del perianto espatulados, rojizos, los interiores blancos con leve tinte rosa.
Fruto globoso hasta ovoide, como de 6 cm de largo, de color rojizo, amarillo o verde,
aréolas con lana amarillenta y espinas numerosas, largas del mismo color; cuando el
fruto madura, las aréolas se desprenden quedando el pericarpio desnudo. Semillas
de 2.5 mm de largo y 1.5 a 1.8 mm de ancho, testa negra toscamente verrucosa. La

441
planta se caracteriza por las aréolas obscuras negras. Se cultiva por su fruto comestible
muy agradable, que se conoce con el nombre de “Pitaya de Querétaro”. Distribución
en el centro de México (Bravo y Sánchez, 1978; Anderson, 2001).

Stenocereus gummosus Gibson & Horak

Figura 11. S. gummosus

Subfamilia: Cactoideae.
Tribu: Pachycereeae.
Género: Stenocereus (Engelmann)
Especie: gummosus. (Gibson y Horak)
Nombre vulgar: “Pitaya agria o Pitayo agrio”.

Es un arbusto semi-erecto que forma matorrales como de 10 o más metros de diá-


metro, de 1 a 3 de alto, con ramificación abierta desde abajo (Figura 11), los tallos
se inclinan generalmente del mismo lado o son semipostrados. Ramas de 5 a 8 cm
de diámetro, bajas, obtusas, color verde oscuro. Costillas 8, rara vez 7. Aréolas más
bien grandes, distantes entre sí como por 2 cm. Espinas gruesas; radiales 8 a 12,
redondeadas o algo aplanadas, como de 8 a 15 mm de largo, espinas centrales 3 a 9,
gruesas y fuertemente aplanadas, todas de color gris, con la punta ligeramente más
oscura. Una de las espinas centrales es más larga que las otras. Distribución Noroeste
de México y sur de Texas (4 cm de largo) (Bravo, 1978; Anderson, 2001).

Stenocereus pruinosus Buxbaum

Figura 12. S. pruinosus

Subfamilia: Cactoideae.
Tribu: Pachycereeae
Subtribu: Stenocereinae
Género: Stenocereus (Berg.) Ricc.
Especie: pruinosus (Otto) Buxbaum
Nombre vulgar: “Pitayo”, “Pitayo de octubre”

442
Con tronco bien definido, de 4 a 5 m de alto (Figura 12), ramoso. Ramas de 8 a 10 cm
de diámetro, de color verde obscuro, hacia la extremidad de las ramas azuloso, con
una pruinosidad blanquecina. Costillas 5 a 6 (8) prominentes agudas, algo onduladas.
Aréolas distantes entre sí 3 a 4 cm, grandes, de 8 a 10 mm de diámetro, circulares,
provistas de fieltro grisáceo claro. Espinas radiales 5 a 7 (8) de 1 a 2 cm de largo, radia-
das, subuladas, al principio amarillentas, después grises con la punta obscura. Espinas
centrales 1 a 4, grises, de 2 a 3 cm de longitud. Flores infundibuliformes, de 9 cm de
longitud, con tubo receptacular largo; escamas y segmentos exteriores del perianto
de color moreno verdoso; segmentos interiores del perianto de color blanco, más
largos y delgados que los exteriores; pericarpelo con numerosos podarios pequeños
que llevan escamas con aréolas provistas de lana corta. Fruto ovoide, de 5 a 8 cm de
largo, de color variable, rojo púrpura, anaranjado verdoso, con pulpa carnosa, del
mismo color que el pericarpelo; las aréolas grandes, lanosas y espinosas de que está
provisto se desprenden con facilidad cuando el fruto madura. Semillas pequeñas, de
2 a 2.5 mm de largo y 1.8 mm de ancho; amplio hilo basal; testa negra con gruesas
puntuaciones. Distribución: estados de Tamaulipas, Nuevo León, Veracruz, Puebla,
Guerrero, Oaxaca y Chiapas (Bravo y Mejorado, 1978; Anderson, 2001).

Lophocereus schottii Britton and Rose

Figura 13. L schottii retusus

Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Pachycereeae
Género: Lophocereus (Pachycereus según Anderson, 2001).
Especie: schottii (Engelmann) Britton and Rose.
Nombre vulgar: “Muso”, “Senita”, “Músaro”, “Viejo”, “Tuna
barbona”

Plantas arborescentes o en forma de matorrales con po-


cas o numerosas ramas que salen desde la base (Figura 13). Costillas de las ramas
jóvenes 4 a 10, en las ramas maduras 5 a 13. Aréolas inferiores pequeñas, ovales,
ligeramente lanosas, de 3 a 5 mm de ancho; espinas 1 a 15, de 2 a 10 mm de largo,
grises o morenas. Aréolas superiores circulares o elípticas, más anchas que largas,
de 7 a 15 mm de ancho, densamente lanosas; espinas 20 a 75, de 3 a 7 y hasta 11 cm
de largo, ligeramente aplanadas, torcidas, setosas, en fascículos compactos. Flores
infundibuliformes, hasta como de 4 cm de largo y 3 cm de ancho, blanquecinas o
con tinte rosa. Fruto rojo, carnoso, globoso hasta ovalado u oblongo, de 1 a 3 cm de
ancho, con pulpa roja. Semillas pardas, casi negras, brillantes, ovaladas, de 2 a 3 mm
de largo y 1.5 a 2 mm de ancho, hilo casi basal. Distribución noreste de México y Sur
de Texas (Bravo y Sánchez, 1978; Anderson, 2001).

443
Echinocereus stramineus Engelmann

Figura 14. E. stramineus

Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Pachycereeae
Género: Echinocereus
Especie: stramineus
Nombre vulgar: “Pitaya fresa”, “Pitaya”,
“Sanjuanera”

Plantas simples o cespitosas, bajas, perennes, erectas o postradas, a veces pendulosas,


que forman conglomerados más o menos esféricos. Tallos con costillas, de consisten-
cia casi siempre suave, globosos hasta cilíndricos a veces muy largos (Figura 14). El
fruto es carnoso, con pericarpio delgado, colorido, con aréolas espinosas, caducas
cuando madura el fruto; pulpa azucarada y comestible. Echinocereus stramineus,
pertenece a la subfamilia cactoideae. En este taxón se agrupan las cactáceas mono-
articuladas, no arbustivas, de tallos en su mayoría pequeños, globosos a cilindroides.
Se encuentra distribuida en el noreste de México y sur de Texas. (Bravo y Sánchez
1991a; Anderson, 2001).

Mammillaria spp

Figura 15. Mammillaria spp

Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Cacteae
Género: Mammillaria Haworth
Nombre vulgar: “Mamilaria”

Es uno de los géneros más grandes de esta familia. Plantas pequeñas simples o
cespitosas, tallos globosos, cortamente cilíndricos. La característica distintiva del
género está en el desarrollo de la areola, que está dividida en dos partes claramente
separadas: dimorfas, las espiníferas en el ápice de los tubérculos, y las floríferas en la
base (Figura 15). Flores de diversos colores, infundibiliformes o campanuladas. El fruto
es una baya pequeña y claviforme. La parte inferior no tiene espinas, pudiendo estar
recubierta por cerdas o lanas y produce las flores y frutos. El género está representado
444
por múltiples especies en todo México (Bravo y Sánchez, 1991b; Anderson, 2001).

Ferocactus herrerae J.G. Ortega

Figura 16. F. herrerae retusus

Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Cacteae
Género: Ferocactus
Especie: herrerae
Nombre vulgar: “Cactus barril”, “Ferocacto”

Plantas solitarias, globosas o cilíndricas, de hasta 2 metros


de altura y 45 centímetros de diámetro (Figura 16) con fuertes
espinas acabadas en gancho, en estado adulto normalmente tiene alrededor de 13
costillas, espiraladas. Cuando ha madurado produce abundantes flores de color ama-
rillo entre primavera y verano. Este cactus crece en forma globular hasta alcanzar su
tamaño máximo, y a partir de entonces crece en altura, algunos ejemplares pueden
llegar a medir en estado adulto unos 50 cm de diámetro y más de 1 metro de alto. Se
distribuye en el Noroeste de México (Bravo y Sánchez, 1991a; Anderson, 2001).

Materiales y métodos

El medio utilizado fue el Murashige y Skoog (1962), variando tipo y concentración de


reguladores de crecimiento.

Preparación de Soluciones (Simplificada) para el Medio MS (Murashige y Skoog,


1962)

445
A) solución stock de macronutrientes

Substancia Peso (en gramos/L)


NH4NO3 16.5
KNO3 19.0
CaCl2•2H2O 4.4
MgSO4•7H2O 3.7
KH2PO4 1.7

B solución stock de micronutrientes

Substancia Peso (en mg/L)


MnSO4•4H2O 2, 230.0
ZnSO4•7H2O 860.0
H3BO3 620.0
KI 83.0
Na2MoO4•2H2O 25.0
CuSO4•5H2O 2.5
CoCl2•6H2O 2.5

C solución stock de hierro

Calentar 50 mL de agua destilada en un agitador magnético, añadir 556 mg de


FeSO4·7H2O. Una vez que se haya disuelto, agregar 744 mg de Na2EDTA·H2O. A conti-
nuación, añadir una lenteja de NaOH, aforar a 100 mL.

D) solución stock de vitaminas e inositol

Substancia Peso (en mg/100 mL)


Mio-inositol 2.000
Ácido nicotínico 10.0
Piridoxina•HCl 10.0
Tiamina•HCl 2.0
Glicina 40.0

446
Preparación de 1 L de Medio MS

• En un vaso de precipitado de 2L de capacidad agregar 800mL de agua desti-


lada
• Añadir 100mL de solución stock de macronutrientes
• Agregar 10mL de solución stock de micronutrientes
• A continuación, añadir 5mL de solución stock de hierro
• Agregar 5mL de solución stock de vitaminas
• Añadir fuente de carbohidratos
• Reguladores en base a protocolo
• Aforar
• Ajustar el pH (5.2 – 5.8)
• Añadir solidificante, si se requiere
• Verter el contenido en los recipientes de cultivo y esterilizar (15 minutos, 15
lb, a 121°C).
• Almacenar
• Soluciones stock y medio de cultivo se almacenan en Refrigeración

Se emplearon como explantes semillas y tallos de cactáceas. Para las especies de


Stenocereus, Astrophytum y Ariocarpus, se requirió escarificar las semillas con ácido
sulfúrico concentrado.
Para el proceso de desinfección se procedió a lavar los explantes en agua corriente,
luego una inmersión rápida en alcohol etílico absoluto y se pasaron a una solución de
Cloralex ® comercial, en concentraciones de 10 a 20% en un rango de tiempo de 10 a
20 minutos. Los explantes se transfirieron a la campana de flujo laminar y se lavaron
con agua estéril, para luego proceder a la siembra. Los cultivos se mantuvieron en
condiciones controladas de 12 h luz y temperatura de 24°C± 2°C.

Resultados y discusión

Cada especie tuvo respuestas morfogenéticas diferentes. En la Tabla 1 se muestran los


resultados de cada especie, así como la concentración de reguladores de crecimiento
adecuados para su desarrollo. Para S. gummosus (Figura 17), en medio adicionado con
BAP 2 mg/L - K 1 mg/L se observó la formación de callo y brotación abundante a partir
de semillas germinadas; L. schottii (Figura 18) con las condiciones mencionadas para
la especie anterior desarrolla callo a partir de explante con areola; A. myriostigma
(Figura 19) en medio adicionado con BAP 2 mg/L forma abundante callo a partir de
explantes de tallo, F. herrerae (Figura 20) en medio adicionado con BAP 2 mg/L – IBA
1 mg/L desarrolla abundante brotación y posterior desarrollo de callo a partir de
semillas germinadas; S. pruinosus (Figura 21), en medio sin reguladores, desarrolló
plántulas vigorosas a partir de semillas; S. queretaroensis (Figura 22), en medio adi-
cionados con BAP 2 mg/L y 1 mg/L de K se logró el desarrollo de plántulas y posterior

447
desdiferenciación a callo a partir de semillas germinadas in vitro; Ariocarpus retusus
(Figura 23), en medio adicionado con 5 mg/L de 2,4-D formó abundante callo; E. stra-
mineus (Figura 24), en medio sin reguladores logró una abundante germinación con
desarrollo de plántulas y A. capricorne (Figura 25), en medio sin reguladores indujo la
germinación de semillas y la posterior desdiferenciación a callo. S. griseus (Figura 26),
formó abundante callo a partir de plántulas germinadas in vitro, en medio adicionado
con: 5 mg/L de 2,4-D y 5 mg/L de K. Con H. undatus (Figura 27), en medio adicionado
con BAP 2 mg/L - K 1 mg/L, se logro la germinación y el desarrollo de brotes, mientras
que A. occidentalis (Figura 28), con 3 mg/L de BAP y 1 mg/L logro la misma respuesta.
A. trigonus (Figura 29) y Mammilaria sp (Figura 30), fueron sembradas en medio sin
reguladores, para la primera se logro germinación y desarrollo de callo, mientras que
en la segunda se logra germinación y desarrollo de brote. Con A. ornatum (Figura 31),
se emplearon explantes longitudinales, que desarrollaron una brotación múltiple en
medio MS adicionado con K 2 mg/L.

Tabla 1. Resultados obtenidos del cultivo in vitro de las especies seleccionadas


Reg. del crec. Respuesta morfo-
Especie Tipo de explante
adicionados genética
1 Ariocarpus retusus Parénquima 2,4-D 5 mg/L Callo
Ariocarpus trigonus Germinación y
2 Semilla Sin Reguladores
(Martínez, 2009) callo
3 Astrophytum myriostigma Parénquima BAP 2 mg/L Callo
Germinación y
4 Astrophytum capricorne Semilla Sin reguladores callo
Astrophytum ornatum Secciones longitu- Brotación múl-
5 K 2 mg/L
(Crisóstomo, 2009) dinales tiple
Acanthocereus occidentalis BAP 3 mg/L - K 2 Germinación y
6 Semilla brotación múl-
(Garza, 2005) mg/L tiple
Hylocereus undatus BAP 2 mg/L - K 1 Germinación y
7 Semilla brotación múl-
(Morales, 2000; Molina, 2008) mg/L tiple
Stenocereus griseus 2,4-D 5 mg/L - K Germinación y
8 Semilla
(Treviño, 2000) 5 mg/L callo
Stenocereus queretaroensis BAP 2 mg/L - K 1 Germinación y
9 Semillas
(Cuellar, 2002) mg/L callo
Stenocereus gummosus BAP 2 mg/L - K 1 Germinación y
10 Semilla
(Garza, 2005; Morales, 2006) mg/L callo
Stenocereus pruinosus Germinación y
11 Semilla Sin reguladores desarrollo de
(Espinosa, 2008) planta
Lophocereus schottii BAP 2 mg/L - K 1
12 Areóla callo
(Morales, 2006) mg/L
Germinación y
13 Echinocereus stramineus Semilla Sin reguladores desarrollo de
planta
14 Mammillaria spp Semilla Sin reguladores Germinación
BAP 2 mg/L - IBA Germinación,
15 Ferocactus herrerae Semilla
1 mg/L callo, pigmento.

448
Figura 17. Stenocereus gummosus

Figura 18. Lophocereus schottii

Figura 19. Astrophytum myriostigma

Figura 20. Ferocactus herrerae

Figura 21. Stenocereus pruinosus

449
Figura 22. Stenocereus queretaroensis

Figura 23. Ariocarpus retusus

Figura 24. Echinocereus stramineus Ariocarpus retusus

Figura 25. Astrophytum capricorne

Figura 26. Stenocereus griseus

450
Figura 27. Hylocereus undatus

Figura 28. Acanthocereus occidentalis

Figura 29. Ariocarpus trigonus

Figura 30. Mammillaria spp.

Figura 31. Astrophytum ornatum

451
Figura 32. Plantas micropropagadas y aclimatadas a nivel de laboratorio, Stenocereus queretaroensis.

Los resultados obtenidos nos indican que el balance (combinación-concentración) de


auxinas / citoquininas, como es citado por diversos autores, es esencial para obtener
la respuesta morfogenética deseada. Un factor que debe de tomarse en cuenta es
la condición endógena del explante en cuanto a fitohormonas se refiere, ya que ese
aspecto es difícil de cuantificar y modifica en gran medida la respuesta in vitro del
explante.

Conclusiones y perspectivas

El éxito en el establecimiento in vitro de estas especies nos ha permitido el manteni-


miento de germoplasma, estudios fitoquímicos de los tejidos regenerados, estudios de
toxicidad y citotoxicidad así como llegar a la aclimatación de algunas de las especies
propagadas (Figura 32).
Se ha logrado la producción de pigmentos en callos regenerados de F. herrerae
(Figura 20), lo que nos permite predecir una nueva fuente de pigmentos.
Los estudios de actividad biológica sobre diversos microorganismos de interés
medico, así como los estudios de citotoxicidad, han tenido resultados relevantes
mismos que a continuación se enumeran:

• L. schottii resultó citotóxico contra células de cáncer cérvico uterino (HeLa).


• retusus y L. schottii resultan efectivos contra bacterias de interés médico.
• S. pruinosus y A. retusus son activos contra hongos dermatofitos.
• retusus, A. myriostigma, L. schottii y E. stramineus presentan una significativa
actividad amebicida.
• L. schottii, E: stramineus y A. myriostigma presentan actividad antioxidante.

Dado los resultados sobre actividad biológica y obtención de metabolitos secundarios,


el cultivo in vitro se vuelve una alternativa sustentable para la utilización de estos
recursos tanto de especies nativas como las introducidas en beneficio de la sociedad
y sin mermar las poblaciones silvestres, u originarias de otras zonas del país.

452
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454
BIOPELÍCULAS VEGETALES
Arévalo-Niño Ka*, Solís-Rojas Cb, Galán-Wong LJa, Morales-Ramos LHa
a
Instituto de Biotecnología, bDepartamento de Zoología de Invertebrados, Facultad de Cien-
cias Biológicas, Universidad Autónoma de Nuevo León, Pedro de Alba s/n, Cd. Universitaria,
C.P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León., México.*
*karevalo@fcb.uanl.mx

Resumen

L
os recursos naturales, así como los residuos de la actividad agrícola, deben servir
para distintas aplicaciones humanas. Sin embargo, el aprovechamiento de éstos
debe hacerse bajo un esquema de desarrollo sostenible, y parte de esto implica
conocer esa biodiversidad característica de nuestro país. El conocimiento de los recursos
vegetales regionales y de las propiedades de éstos para elaborar diversas sustancias, las
cuales a su vez puedan usarse como materia prima para generar productos y/o servicios
que satisfagan necesidades de la humanidad, es parte fundamental de la innovación
tecnológica. Es importante que los investigadores trabajen de manera multidisciplinaria
y conjunten sus conocimientos para el buen aprovechamiento de nuestros recursos. En
este capitulo se abordan de manera muy general las plantas que constituyen la principal
vegetación de nuestra región en base a su potencial de producir biopolímeros, los cuales
tienen una gama muy amplia de aplicaciones pero, en este caso, nos enfocaremos a su
aplicación para la obtención de “plásticos biodegradables”, “películas biodegradables”
o recubrimientos, utilizados principalmente en la industria de alimentos. De los polisa-
cáridos más estudiados se encuentra el almidón, seguido por la pectina y la celulosa;
finalmente, polisacáridos mas complejos como lo mucílagos, las resinas y algunas ceras
que, aunque no son polisacáridos, presentan interesantes aplicaciones y son recursos
renovables producto de nuestra región con un alto potencial para ser explotados.

Introducción

Se denominan recursos naturales a los elementos que el hombre encuentra en la


Tierra y utiliza para satisfacer sus necesidades. Estos recursos son el agua, aire, suelo,
fauna, flora y los minerales que se encuentran en el subsuelo.

455
El desarrollo económico de una población implica un aprovechamiento óptimo de
los recursos. Dentro del aprovechamiento de los recursos se encuentra la búsqueda
de fuentes alternativas de materias primas para aplicaciones en los diversos sectores
económicos. Esto había sido una actividad característica de ciertos países, sin embar-
go, la globalización ha traído como consecuencia la definición de prioridades comunes
de la humanidad y una de ellas es el cuidado del medio ambiente. El concepto del
cuidado del medio ambiente es y puede ser tan amplio como nuestra imaginación
nos lo permita, y en este caso se refiere al aprovechamiento de forma sostenible de
recursos naturales renovables propios de nuestra región con el objetivo de generar
productos que satisfagan necesidades concretas del hombre.
Es importante conocer los recursos característicos de cada región para poder
planear el aprovechamiento óptimo de los mismos. Está documentado que en el es-
tado de Nuevo León se encuentran representados cuatro de las cinco zonas terrestres
más importantes del país: tropical subhúmeda (selva espinosa), templada húmeda
(bosque mesófilo de montaña), templada subhúmeda (bosque de pino y encino) y
árida y semiárida (matorral xerófilo) (Alanís-Flores et al., 2004).
Sin embargo, en el caso de Nuevo León, el tipo de vegetación con mayor extensión
es el matorral, los matorrales se caracterizan porque generalmente están formados
o dominados por especies leñosas sin un tronco bien definido a la altura del pecho,
o están ramificadas desde la base de la planta, o sea, por arbustos.
Los matorrales se han clasificado de distintas maneras, dependiendo de su al-
tura (matorrales bajos, mediano y altos), con o sin espinas (Inermes, subinermes o
espinosos), o por la forma de las hojas de las especies que los componen (micrófilo,
rosetófilos); sin embargo, una de las clasificaciones más aceptadas es la propuesta por
Jerzy Rzedowski, en el libro La Vegetación de México, en donde, de manera general,
engloba los distintos tipos de matorrales bajo la categoría de “matorral desértico”
(Rzedowski, 1978). Sin embargo, se hacen descripciones específicas de este matorral
dependiendo de las especies que lo integren en las diversas regiones de México. Para
Nuevo León, existen los llamados “mezquitales” hacia la Planicie Costera del Golfo
(en el noreste del estado), dominado por mezquite (Prosopis glandulosa), chaparro
prieto (Acacia rigidula), huizache (Acacia farnesiana), granjeno (Celtis pallida), entre
otras especies. Otro tipo de matorral importante en nuestra región es el “matorral
submontano”, presente en la base de las montañas y lomeríos, que actúa muchas
veces como una transición entre el matorral desértico y los bosques de encino, re-
presentado por barreta (Helietta parvifolia), hoja dorada (Decatropis bicolor), tenaza
(Pithecellobium pallens), guajillo (Acacia berlandieri), entre otras. Lo que comúnmente
conocemos como “matorral desértico”, en Nuevo León presenta un gran número de
variantes en cuanto a su composición de especies, algunas de las más comunes son la
lechuguilla (Agave lechuguilla), espadín (Agave striata), guapilla (Hechtia glomerata),
sotol (Dasylirion texanum), gobernadora (Larrea tridentata), cenizo (Leucophyllum
frutecens), anacahuita (Cordia boissieri), palma pita o palma china (Yucca filifera),
entre cientos de especies más.
El Instituto Mexicano de Recursos Naturales Renovables realizó un estudio sobre
las zonas áridas del centro y noreste de México y el aprovechamiento de sus recur-
456
sos, agrupando a las especies en alimenticias, elaboración de bebidas, productoras
de fibras, para fines de construcción, como forrajeras, productoras de cera, plantas
productoras de hule y como sustitutos de jabón. Además mencionan especies utili-
zadas en medicina tradicional (I.M.R.N.R., 1964; Alanís-Flores et al., 1996).
Las plantas que constituyen este tipo de vegetación se caracterizan por la pro-
ducción de diversas sustancias, dentro de las cuales se encuentran los biopolímeros
que han sido aprovechados para diversas aplicaciones en los sectores farmacéutico,
médico, de alimentos y agrícola, entre otros. Debido a lo fascinante y amplio que
este tema puede llegar a ser necesario tratar de dividir en temas más específicos su
estudio.
En este capítulo daremos generalidades sobre los biopolímeros más importantes
producidos por algunas de estas plantas para, finalmente, enfocarnos a los polisa-
cáridos aplicados a la elaboración de “biopelículas” y la importancia de éstas en la
actualidad.

Biopolímeros de interés económico obtenidos de plantas del estado de Nuevo


León

Los biopolímeros son definidos como macromoléculas producidas por organismos


vivos, o provenientes de una fuente natural, las cuales son formadas por la unión de
varias moléculas pequeñas (monómeros). Los biopolímeros incluyen a los polipéptidos;
polisacáridos; híbridos de polipéptidos/polisacáridos; polinucleótidos (ARN, ADN);
polihidroxialcanoatos, una clase de poliésteres producidos por ciertas bacterias,
entre otros. De todos los biopolímeros existentes en la naturaleza, las proteínas, el
ADN y los polisacáridos son los más importantes y, frecuentemente, se encuentran
en forma de polielectrólitos, lo que les permite una capacidad de interacción muy
alta (Brown, 1998).
Las aplicaciones que se han dado a algunos de los biopolímeros han sido muy
diversas, y en casos muy particulares, muy extensas. Dentro de las aplicaciones que
actualmente están cobrando gran importancia está la búsqueda de materiales, es-
pecíficamente biomateriales, que puedan ser utilizados en productos aplicados en
alguna problemática en particular, en donde se busca una función muy específica. En
base a esto los biomateriales se pueden clasificar en dos categorías principalmente
(Abraham et al., 2004; Benítez, 2006):

• Obtenidos por biopolímeros que son producidos por sistemas biológicos tales
como microorganismos, plantas y animales.
• Obtenidos por biopolímeros que son sintetizados químicamente pero son de-
rivados de materiales biológicos iniciales, tales como aminoácidos, azúcares,
grasas naturales, o aceites.

457
Polisacáridos

Celulosa y almidón

La celulosa es la biomolécula más abundante de la biomasa terrestre (cada año se


sintetizan en la biosfera unos 1015 kg de celulosa), y realiza funciones estructurales
en la pared celular de las células vegetales (Saymour et al., 2002). Por otro lado, el
almidón está presente en cultivos de cereales y en muchos tubérculos, en los cuales
tiene función de reserva de energía.
Estos dos polisacáridos, principalmente el almidón, han sido los más estudiados
en la elaboración de biomateriales, debido a que la celulosa es un homopolisacárido,
es decir, está compuesto de un único tipo de monómero, es rígido, insoluble, y con-
tiene desde varios cientos hasta varios miles de unidades de glucosa. Se forma por
la unión de moléculas de β-glucosa mediante enlaces β-1,4-glucosídicos. Tiene una
estructura lineal o fibrosa en la que se establecen múltiples puentes de hidrógeno
entre los grupos hidroxilo de distintas cadenas yuxtapuestas de glucosa, haciéndolas
insoluble en agua (Fessenden et al., 1983; Primo, 1995).
La celulosa constituye la materia prima del papel y de los tejidos de fibras natu-
rales, también se utiliza en la fabricación de explosivos, celuloide, seda artificial y
barnices. Otros usos o aplicaciones más recientes son en la elaboración de empaques
o envases de alimentos como la “película de celulosa regenerada” o “celofana”, que
es una hoja delgada obtenida a partir de celulosa refinada procedente de madera o
algodón no reciclados (Aulton, 2004). Esta película suele ser empleada para fabricar
envases de alimentos como las bolsas transparentes de patatas fritas, autorizada en
España a partir del 2006 (Consumer Eroski, 2005).
Cabe mencionar que la celulosa en forma de ésteres, es la forma de mayor apli-
cación de este biopolímero en formulaciones de materiales para construcción, de-
tergentes líquidos, alimentos, pinturas, látex, productos farmacéuticos y cosméticos,
ya que actúan como espesantes, retenedores de humedad, lubricantes, agentes de
suspensión, protectores coloidales, como la Metilcelulosa MC, Hidroxipropilmetilce-
lulosa HPMC y la Hidroxietilcelulosa HEC (Stannett, 1950; Vian, 1996).
Por otro lado, el almidón es un polisacárido de reserva alimenticia predominante
en las plantas y está conformado por la amilosa o almidón no ramificado, que consiste
en una serie de residuos de glucosa unidos mediante enlaces 1,4 y la amilopectina o
forma ramificada del almidón, que tiene un enlace 1,6 cada treinta enlaces; de modo
que es semejante al glicógeno, pero mucho menos ramificada (Fessenden et al., 1983;
Badui, 1993).
Los almidones comerciales se obtienen de las semillas de cereales, particular-
mente de maíz (Zea mays), trigo (Triticum spp), varios tipos de arroz (Oryza sativa),
y de algunas raíces y tubérculos, particularmente de patata (Solanum tuberosum),
batata (Ipomea batatas) y mandioca (Manihot esculenta). Tanto los almidones como
los almidones modificados, en particular los del maíz, tienen un gran número de apli-
caciones en los alimentos, que incluyen las siguientes: adhesivo, ligante, enturbiante,
formador de películas, estabilizante de espumas, agente anti-envejecimiento de pan,
458
gelificante, glaseante, humectante, estabilizante, texturizante y espesante (Belitz et
al., 1999).
Sin embargo, el almidón tal como se encuentra en la naturaleza, no presenta un
comportamiento adecuado en todas las situaciones, por lo que se puede modificar la es-
tructura nativa por métodos químicos, físicos y enzimáticos para aplicaciones particulares.
Ejemplos de estos almidones modificados son: almidón acetilado, almidón oxidado, fosfato
de monoalmidón, hidroxipropil almidón, etc. (Wuzburg, 1986; Bello et al., 2006).
El almidón es de gran utilidad en una amplia variedad de productos no alimentarios
como (Marc et al., 2002):

Adhesivos: gomas de cola de fusión, estampillas, encuadernación, sobres,


etiquetas
Explosivos: adhesivo para la cabeza de los fósforos
Papel: recubrimientos de papel, pañales desechables
Construcción: aglutinante para tabiques de concreto, adhesivo para madera
laminada
Metal: adhesivo de metal poroso, aglutinantes para núcleos de fundición
Textiles: acabado de telas, estampado
Cosméticos: maquillajes, cremas faciales
Farmacéuticos: revestimiento de cápsulas, agentes dispersantes
Minería: separación de minerales por flotación y sedimentación
Otros: películas de plásticos biodegradables, baterías secas, como aglutinante
de materias primas en la fabricación de aislantes de asbesto y corcho, como
agente espesante en la fabricación de tintes y pinturas, aglutinante en la fa-
bricación de crayones, y/o en la elaboración de fibra de vidrio.

Una aplicación muy interesante del almidón es en la preparación de embalajes de


espuma, una alternativa biodegradable a los envases de poliestireno, así como en
la elaboración de películas biodegradables, tema que será analizado más adelante
(Gordon et al., 1996).
La utilización de almidones complejos de valor agregado destaca en los productos
de papel, ya que dan una mayor fuerza a los pañuelos y toallas de papel y permiten
aprovechar más el papel reciclado en cartón macizo y cartón. La exigencia cada vez
mayor de productos biodegradables aumentará el volumen de consumo de este
biopolímero, ya que el almidón se utiliza en las películas y hojas de plástico, así como
en las fórmulas de fibras naturales que irán reemplazando a las espumas de plástico.
(Arévalo et al., 2008).

Pectina

La pectina es el principal componente enlazante de la pared celular de todas las


plantas y, especialmente, en la piel de las frutas. Constituye el 30% de la pared ce-

459
lular y pega las paredes celulares entre si. Son polisacáridos de alto peso molecular
ácidos y neutros muy ramificados. En presencia de agua forman geles. Determinan
la porosidad de la pared y, por tanto, el grado de disponibilidad de los sustratos de
las enzimas implicadas en la modificación de la misma (Devia, 2002; Be Miller, 2008).
El término pectina incluye a una familia de oligosacáridos y polisacáridos que tienen
características en común, pero que difieren en cuanto a su estructura. En general,
la pectina está constituida por al menos un 65% de ácido galacturónico y puede
contener tres tipos de polisacáridos: homogalacturonano, ramnogalacturonano I y
ramnogalacturonano II (Boatella et al., 2004). La aplicación industrial y tecnológica
de las pectinas se basa en su habilidad para formar geles.
Las pectinas también proporcionan superficies cargadas que regulan el pH y el
balance iónico. Además son utilizadas ampliamente en la industria de alimentos como
agentes hidrocoloides (gomas) gelificantes. Tienen como componente común y princi-
pal a una cadena lineal central constituida de unidades de ácido poli-D-galacturónico
unidas por enlaces glicosídicos 1-4. Dependiendo del origen botánico y el proceso
de extracción los grupos carboxílicos están parcialmente esterificados con metanol
y en ciertas pectinas los grupos hidroxilo están parcialmente acetilados. Azúcares
neutros también están presentes como la ramnosa, arabinosa, galactosa, xilosa y
glucosa (Kang et al., 2007).
El uso de residuos industriales de origen vegetal para la obtención de pectina tiene
una relevancia alta desde el punto de vista económico y ambiental. Los residuos que
se obtienen del procesamiento industrial de manzana, durazno (melocotón), diversos
cítricos, mango, guayaba, papaya, maracuyá, tuna y nopal son una fuente importante
de materiales pécticos de alta calidad que pueden utilizarse en formulaciones alimen-
ticias, farmacéuticas y poliméricas.
Actualmente, la industria de extracción de pectina en México, y en los países
productores de la misma, está soportada en los desechos de cítricos, no obstante,
la presencia de este polisacárido en otro tipo de plantas crea nuevas fuentes de
pectina, las cuales pueden ser muy atractivas desde el punto de vista económico.
En este sentido, el nopal Opuntia sp, es una planta nativa de amplia distribución en
zonas áridas y semiáridas de México y el mundo. Las pencas de nopal excretan un
mucílago sin capacidad de gelificación que ha sido descrito como una pectina y cuyas
propiedades fisicoquímicas y reológicas en solución se han estudiando ampliamente.
Estudios sobre métodos para la extracción de los componentes del mucílago del
nopal han permitido obtener una pectina con excelente capacidad de gelificación y
con un perfil de composición similar a la pectina obtenida de cáscara de limón y de
la remolacha azucarera (Goycolea et al., 2000).

Mucílagos

Los mucílagos son un tipo de fibra soluble de naturaleza viscosa. Lo producen las
semillas o frutos de ciertas plantas, otras en sus hojas o tallos. etc. Se compone

460
básicamente de polisacáridos muy ramificados de pentosas (arabinosa y xilosa) que
secretan las plantas frente a las lesiones. La composición depende del grado de ma-
durez de la planta (Castillo y Martínez, 2007).
El género Opuntia sp es conocido comúnmente como tuna, nopal, tunera, chum-
bera, opuntia y cactus, entre otros. Sus frutos son conocidos como tunos, tunas, higos
pico, higos chumbos, cactus pera, etc. (López, 1977). Las condiciones geográficas,
relieve y clima de México han favorecido la diversificación de estas plantas y a la
fecha se reconocen en el país unas 100 especies (Bravo y Sánchez, 1991).
La presencia de esta planta en una amplia zona geográfica del país incluyendo
nuestro Estado ha llevado a la búsqueda de alternativas a su uso además de la ali-
mentación. El comportamiento del mucílago del nopal en materiales base cemento
es poco conocido. Investigaciones sugieren que el mucílago mejora las características
físicas de las pastas de cemento y morteros. Por ejemplo, en pastas de cemento, dis-
minuye la permeabilidad y aumenta la resistencia a la compresión. Se ha encontrado
que adiciones de nopal y sábila deshidratada en concentraciones pequeñas pueden
funcionar como aceleradores de fraguado de pastas de cemento y que disminuyen
la necesidad de acondicionamiento de morteros base cemento. Es decir, para que la
fluidez de esos morteros con adiciones sea igual a los morteros sin las adiciones se
tendría que aumentar la cantidad de agua en la mezcla. Esto podría aumentar la po-
rosidad de los morteros y, en consecuencia, disminuir su resistencia a la compresión
(Sáenz et al., 2004).
Los mucílagos, al igual que la pectina, presentes en productos hortofrutícolas
juegan un papel importante en la salud al promover la motilidad intestinal y reducir
la absorción intestinal de grasa, glucosa y colesterol. Por esto, hoy en día es común
encontrar en el mercado cápsulas de pectina de manzana, nopal, tuna o cítricos.
Algunas fracciones de fibra soluble presente en productos hortofrutícolas también
funcionan como prebióticos, estimulando el desarrollo de bacterias probióticas que
a través de la fermentación producen ácidos grasos de cadena corta (butírico, pro-
piónico y acético), relacionados con una disminución en el riesgo de padecer cáncer,
estimulación del sistema inmunológico; e impiden la colonización del intestino por
parte de bacterias patógenas, evitando con esto enfermedades gastrointestinales
(Castillo y Martínez, 2007).
Los mucílagos pueden tener una amplia aplicación industrial, por ejemplo, el mucí-
lago de nopal se ha utilizado para mejorar las propiedades reológicas y mecánicas en
productos cárnicos (embutidos), productos de panificación (tortillas, pan y galletas),
productos lácteos (flanes, gelatinas), bebidas y dulces. En México, bajo el auspicio de
una firma Alemana, se ha desarrollado un complemento alimenticio conteniendo fibra
soluble de nopal, principalmente mucílago, aprovechando sus propiedades reológicas
y biofuncionales, como lo es la reducción de glucosa, lípidos y colesterol en sangre,
además de reducir el estreñimiento (Pamplona, 2006).
La industria de la pintura se ha beneficiado también de las propiedades aportadas
por el nopal, ya que genera mayor resistencia y adhesividad a pinturas formuladas
con fibra soluble de nopal (Matsuhiro et al., 2006).

461
Gomas

Goma de mezquite

El mezquite es un árbol de 4 a 12 m de altura que pertenece a la Familia Legumino-


seae, Subfamilia Mimosoideae y género Prosopis. Es una leguminosa ampliamente
distribuida en las zonas áridas y semiáridas del mundo. En condiciones de estrés, el
árbol secreta en su corteza un exudado gomoso vítreo conocido como goma de mez-
quite cuyas propiedades químicas, macromoleculares y funcionales, son similares a
las de la goma arábiga, producto de múltiples usos industriales, particularmente en
alimentos, bebidas y farmacia (López et al., 2006).
La goma de mezquite es una sal neutra de un polisacárido ramificado de naturaleza
acídica formado por un núcleo de residuos de β-D-galactosa, constituyendo un esque-
leto de uniones (1-3) y ramificaciones (1-6) conteniendo L-arabinosa (formas cíclicas
de piranosa y furanosa), L-ramnosa, β-D-glucuronato y 4-o-metil-β-D-glucuronato
como azúcares simples o cadenas laterales de oligosacáridos. La goma de mezquite
también contiene una pequeña cantidad de proteína (0.7-5.8%), la cual desempeña
un papel importante como emulsificante, ya que estabiliza la emulsión previniendo
la coalescencia de las gotas de aceite, ubicada en la parte central de la estructura
principal, siendo químicamente, como se menciono anteriormente, muy similar a la
goma arábiga (Vernon-Carter et al., 2000; Orozco et al., 2003). Es un polielectrolito,
es decir, una macromolécula que posee un gran número de grupos ionizables.
La goma de mezquite es un agente emulsificante muy efectivo, esta propiedad
está relacionada con su contenido proteico, el cual le confiere un modelo de estruc-
tura de “Wattle–blossom” similar a la sugerida para la goma arábiga, en la que los
residuos de aminoácidos se anclan en la interfase y los bloques de carbohidratos se
extienden en la solución acuosa, evitando la floculación y coalescencia de las gotas
debido a efectos estéricos. Estas características y propiedades le confieren un gran
potencial para su uso como material estructural en la elaboración de recubrimientos
y películas comestibles emulsificadas (Estévez et al., 2004).
Cabe mencionar que existen otras gomas de gran importancia industrial producidas
por otras plantas que no son de nuestra región pero con una amplia aplicación sobre
todo en la industria de alimentos, algunos ejemplos son:

Goma arábiga

Este producto también recibe el nombre de goma acacia, ya que se obtiene al remover
la corteza de árboles de Acacia senegal. Es un heteropolisacárido muy ramificado
formado por una cadena principal de unidades de β-galactopirariosas a la cual se le
unen residuos de L-ramnopiranosas, de L-arabinofuranosas y de ácido glucurónico. Su
peso molecular varía entre 250000 y un millón, y en estado natural es una molécula
compacta que pertenece al grupo de los hidrocoloides naturales.

462
Tiene una solubilidad casi instantánea en el agua (también en frío), aún a altos nive-
les de concentración de aproximadamente 50%. A diferencia de otros hidrocoloides
como la goma guar, algarroba o el agar, la goma acacia tiene una baja viscosidad y
propiedades reológicas únicas, por ejemplo, su comportamiento “newtoniano” has-
ta niveles de concentración del 40%, y también su estabilidad en soluciones ácidas
(Cubero et al., 2002).

Goma guar

Químicamente, la goma Guar está formada por una cadena lineal constituida por
unidades de β-D manosa unidas en α(1-4) con ramificaciones constituidas por una
sola unidad de β-D-galactosa unida en α(1-6) las cuales, en conjunto, se les denomina
galactomananos; en promedio, la goma guar contiene 80% galactomanos, 12% agua,
5% proteína, 2% residuo insoluble en ácidos o fibra cruda, 0.7% ceniza, 0.7% grasa,
un rastro de metales pesados, cero arsénico, y cero plomo.
Se obtiene del endospermo de la semilla leguminosa Cyamopsis tetragono- lo-
bus. Su estructura química está ramificada y la cadena principal consiste en uni-
dades de β-o-manopiranosas unidas β (1,4) y a la cual se le añaden ramas de α-o-
galactopiranosas por enlaces α (I, 6). La relación de monosacáridos es de 2:1; es decir,
en cada tercer D-manosa se localiza una D-galactosa. Su peso molecular es variado,
pero el promedio se considera de 220000 (Figura 1).

Figura 1. Estructura de la goma de guar

463
Se usa principalmente como agente espesante con viscosidad en función de tempe-
ratura, puede usarse en una amplia variedad de productos, ya que es estable en un
rango de pH de 3 a 11. Presenta la ventaja de ser soluble en frio. La aplicación más
común es en alimentos como en queso fresco, queso fundido, helados, salsas, ade-
rezos, bebidas, productos de panadería y pastelerías (Cubero et al., 2002).

Ceras

No existe una definición satisfactoria para la palabra “cera” en términos químicos.


Una definición practica pudiera ser “una sustancia similar en composición y propie-
dades físicas a la cera de abeja. Los técnicos usan el término para una gran variedad
de productos comerciales de origen mineral, marino, de plantas e insectos, que
contienen grasas minerales de varios tipos. Los bioquímicos unen a las ceras con la
capa delgada de constituyentes, grasas que cubren las hojas de plantas o proveen
una superficie de cubierta para insectos o piel de animales. Todos estos tienden a
contener ésteres grasos como principal componente, por ejemplo, ésteres de cadenas
largas de alcoholes grasos con cadenas largas de ácidos grasos (Figura 2).

Figura 2. Esteres de ácidos grasos

La naturaleza de los otros constituyentes lipídicos puede variar grandemente con la


fuente del material ceroso, pero incluyen hidrocarburos, ésteres de esterol, aldehídos
alifáticos, alcoholes primarios y secundarios, cetonas, triglicéridos, y muchos más
(Diccionario Oxford, 2004).
Un gran número de ceras son producidas comercialmente en grandes cantidades
para uso en cosméticos, lubricantes, abrillantadores, cubiertas de superficies, tintas,
etc. (Tulloch, 1976; Von Wettstein-Knowles, 1995; Christie, 2003).

Cera de Candelilla

La mayoría de los constituyentes de la cera de Candelilla son componentes naturales


que se encuentran en los vegetales y en las frutas. Su composición química se ca-
racteriza por un alto contenido de hidrocarburos (alrededor del 50%) y una cantidad
relativamente baja de ésteres volátiles. Su contenido de resina puede llegar hasta
40% en peso, lo cual contribuye a sus propiedades adhesivas. Puede endurecer otras

464
ceras sin aumentar significativamente el punto de fusión de la mezcla. Es color café
a amarillo-café, dura, quebradiza. Prácticamente insoluble en agua, poco soluble
en alcohol, soluble en acetona, benceno, aceites, etc.; punto de ebullición >240°C,
punto de fusión 68°C a 72°C. Se obtiene de la planta silvestre Euphorbia cerífera, la
cual pertenece a la familia de las Euforbiáceas. La planta crece normalmente en zonas
de clima semidesértico y presenta un aspecto similar al de los cactus, de quiénes se
diferencia con claridad por el látex lechoso que contiene. La candelilla se desarrolla
casi exclusivamente en una región semidesértica de Norteamérica, conocida como
“El Desierto de Chihuahua” (López et al., 2005).
Se utiliza como diluyente en fórmulas que contienen carnauba, parafinas y otras ceras
para obtener mezclas con menor punto de fusión, mejoran apariencia en productos
impartiendo brillo lo que hace extenso su uso en confitería, cosméticos, aceites, lubri-
cantes, velas, cerillos lustradores para muebles, entre otras usos (Moreno, 2004).

Resinas

La resina es cualquiera de las sustancias de secreción con aspecto y propiedades más


o menos análogas a las de los productos así denominados. Se puede considerar como
resina las sustancias que sufren un proceso de polimerización o secado dando lugar
a productos sólidos siendo en primer lugar líquidas.
Las resinas u oleorresinas son secreciones producidas por plantas superiores lignifi-
cadas del género Pinus, constituidas por ácidos resinosos disueltos en una mezcla de
compuestos terpénicos. Se producen en células vivas del parénquima de la albura de
los árboles y permanecen en estructuras anatómicas especializadas (canales resinífe-
ros). La función biológica de la resina es de reserva y de cicatrización. Normalmente
permanece sometida a altas presiones en el interior de los canales. La ruptura de
estos provoca que fluya al exterior (Rodríguez y Arteaga, 2008).
El término es aplicado a un grupo de sustancias orgánicas, líquidas y pegajosas,
que normalmente se endurecen por la acción del aire, convirtiéndose en sólidos de
aspecto amorfo y brillante. Las resinas naturales son segregadas por muchas plantas,
y aparecen en su superficie externa cuando se les hace un corte. De hecho, forman
una capa que protege a la planta de organismos patógenos y de una pérdida excesiva
de savia a través del corte. Para su obtención comercial, se practica un corte en la
corteza del árbol, recogiéndose la resina en pequeños recipientes. El ámbar es una
de las numerosas resinas fósiles que se encuentran en depósitos en el suelo. Las
resinas naturales presentan un color que puede variar entre el amarillo y el amarillo
pardo. Arden con una llama humeante despidiendo un olor aromático. Aunque son
químicamente diferentes, todas ellas contienen carbono, hidrógeno y oxígeno. Son
insolubles en agua, a diferencia de las gomas que son solubles en agua, alcohol, éter
y otros disolventes orgánicos. Las resinas sintéticas son muy parecidas a las resinas
naturales. La resina natural conocida como laca no es en realidad un producto de las
plantas, sino que la forman unos insectos diminutos, los Laccifer lacca, originarios del

465
sureste de Asia. La laca se deposita en los árboles y se recoge para producir barniz
de laca (Shanley, 2004).
Las resinas naturales se clasifican en tres categorías principales, dependiendo
de su dureza y constitución: resinas duras, oleorresinas y gomorresinas. Las resinas
duras, entre las que se encuentran el ámbar, el copal, el lentisco y la sandáraca,
son duras, brillantes, inodoras e insípidas, y presentan una fragilidad parecida al
vidrio. Se obtienen tanto de fósiles como por destilación de productos derivados
de las oleorresinas. La más importante y, posiblemente, la de mayor importancia
comercial de todas las resinas es la de trementina, que se usa para encolar o pegar
papel, hacer jabón, como ingrediente de barnices y pinturas y para lubricar los arcos
de los instrumentos de cuerda. La resina de trementina se obtiene por destilación
de la oleorresina trementina. Las oleorresinas son semisólidas, amorfas y pegajosas
que contienen aceites esenciales. Entre ellas se encuentran la sangre de drago y el
bálsamo de copaiba; la trementina es, probablemente, la oleorresina más utilizada.
El aceite esencial de trementina (aguarrás) se emplea como disolvente para pinturas
y barnices, y se usa en la fabricación de productos abrillantadores del calzado y en
ceras para sellar. En la época de los barcos a vela, la trementina se utilizaba para
calafatear e impermeabilizar. Las resinas como el incienso, la mirra, la benzoína y la
asafétida contienen gomas y se denominan gomorresinas (Matteini y Miles, 2008).
Otra forma de clasificar a las resinas, debido a que no se tiene una estructura química
definida, y muy frecuentemente las resinas se encuentran mezcladas con otras sustan-
cias, seria: gomorresinas (resina+goma, en un vehículo acuoso); oleorresinas (resina
disuelta en un aceite esencial); bálsamos (oleorresina con un importante contenido en
ácido benzoico y cinámico); lactorresinas o látex (emulsiones de aspecto lechoso for-
madas por una resina y una disolución acuosa de sales y azúcares (López et al., 2005).
Las resinas naturales constituyen mezclas de compuestos de amplia variedad e
interés comercial y en la medida en que se han descubierto nuevos derivados y usos
de la resina de pino, ésta ha incrementando su valor.
El empleo de la resina de pino y colofonia como potenciales precursores de mate-
rias primas estructuralmente interesantes y factibles de transformaciones sintéticas,
es una variante que merece la atención, orientada hacia la transformación y obtención
de genéricos (commodities) denominados modificados de colofonia y resina, que por
su naturaleza “típicamente ecológica” no contaminante y biodegradable, constituyen
precursores sustentables de novedosos agentes útiles en la agroquímica, química fina
farmacéutica y en la química ecológica nacional y territorial (Neri et al., 2005; Cataldo
y Keheyan, 2006).

Biopelículas

Como podemos analizar, existe una variedad de biopolímeros y en particular polisa-


cáridos producidos por plantas. Los polisacáridos que pueden ser obtenidos de las
plantas debido a las propiedades particulares de cada uno de ellos permiten que sean
considerados para diversas aplicaciones.
466
Una de estas aplicaciones es la elaboración de biopelículas. Se denomina biopelí-
cula a la población de varios microorganismos, contenidos en una capa de productos
de excreción, unida a una superficie. De manera más especifica, una biopelícula o
“biofilm” es un ecosistema microbiano organizado, conformado por microorganis-
mos pertenecientes a diferentes géneros y especies, asociados a una superficie viva
o inerte, con características funcionales y estructuras complejas. Se caracteriza por
la excreción de una matriz adhesiva protectora. Una biopelícula puede contener
aproximadamente un 15% de células y un 85% de matriz extracelular, generalmente
formada de polisacáridos, que forma canales por donde circulan agua, enzimas, nu-
trientes, y residuos. Allí los individuos establecen relaciones y dependencias: viven,
cooperan y se comunican a través de señales químicas (quórum sensing), que regulan
la expresión de genes de manera diferente en las distintas partes de la comunidad,
como un tejido en un organismo multicelular (Wikipedia, 2009).
De tal forma que el término, en base a la definición anterior, ha sido erróneamente
utilizado para referirse a las membranas con características plásticas que se elaboran
a partir de materiales de origen biológico para diferenciarlos de aquellos que se ba-
san en materiales sintéticos. Cuando nos referimos a materiales biológicos estamos
incluyendo a los polisacáridos, proteínas, ceras, entre otros. Sin embargo, aunque el
término “biopelícula” es usado ampliamente para este tipo de membranas, existen
otros términos para referirnos a estos productos como membranas biodegradables,
películas biodegradables, plásticos biodegradables, etc.
Tomando en consideración la materia prima utilizada, nos referiremos a este tipo
de productos como plásticos a base de polisacáridos.
El uso de estos plásticos ha impactado a diversos sectores, inicialmente fue al
sector agrícola; sin embargo, actualmente se aplican en productos del área médica,
farmacéutica, de alimentos y en tecnologías muy específicas como la nanotecnolo-
gía.
Nuevamente por lo extenso del tema nos enfocaremos a productos aplicados a
la industria de alimentos y, en particular, a la industria del empaque.
La palabra empaque sirve para definir a una estructura fabricada con cualquier
material, ya sea película de hojalata, vidrio, polímero, madera, que sirve para contener
y portar un producto (TRAZACOMEX, 2008).
Dentro de los polisacáridos producidos por plantas utilizados en la elaboración de
empaques plásticos o recubrimientos a base de polisacáridos se encuentran almidón,
pectina, celulosa y algunas gomas.
Las investigaciones en plásticos biodegradables basadas en almidón se iniciaron
desde 1970 y continúan actualmente en varios laboratorios del mundo. Las tecno-
logías que aún se siguen desarrollando están relacionadas con la incorporación del
gránulo de almidón o almidón en forma gelatinizada a las formulaciones de las pelí-
culas fabricadas en procesos de compresión, extrusión soplado, extrusión de un sólo
tornillo o doble tornillo y moldeo por inyección. El problema que han presentado las
películas fabricadas con almidón es la sensibilidad a la humedad, la cual se ha redu-
cido utilizando en las formulaciones polivinilalcohol (PVA), glicerina, sorbitol, bases
nitrogenadas, etc. (Tharanathan, 2003).
467
Se ha trabajado intensamente para mejorar las propiedades de las películas obte-
nidas a partir de almidón buscando diversas fuentes de almidón a partir de cereales
como trigo, arroz, maíz y sorgo, destacando por su alto contenido de este polímero
los tubérculos como la papa y la yuca (Talja, 2007). También se han realizado mezclas
con otros polisacáridos, copolimerización con polímeros sintéticos y a través del uso
de agentes plastificantes (Ban et al., 2006).
Así tenemos que la mezcla de almidón con polímeros hidrofóbicos puede producir
formulaciones convenientes para el sistema de moldeo por inyección y en “casting” o
vaciado para la elaboración de empaques. Estos componentes pueden ser polímeros
sintéticos como el polietileno de baja densidad (PEBD) o polímeros sintéticos biode-
gradables como el polivinilalcohol (PVOH), lo que brinda mejores propiedades a las
películas obtenidas (Villada et al., 2007).
Otras investigaciones se han enfocado a estudiar las propiedades fisicomecánicas
y de biodegradabilidad de los plásticos obtenidos a partir de mezclas de almidón
con biopolímeros como pectina o quitosán, encontrando que las formulaciones de
almidón-quitosán presentaron mejores propiedades de elongación (6.70%) y fuerza de
tensión (72 Newtons) que las obtenidas con almidón-pectina (4.90% y 12.5 Newtons,
respectivamente); sin embargo la biodegradabilidad de ambas en estudios de respi-
rometría se alcanzó a los 45 días (Rutiaga, 2005).
En otros estudios se elaboraron películas con almidón oxidado de plátano y glicerol
usando la gelatinización térmica y vertido en placa; se evaluó el color, la solubilidad
en agua y el comportamiento térmico de las películas. Los almidones oxidados
presentaron mayor blancura que los nativos y este mismo patrón se observó en las
películas elaboradas, así mismo, la solubilidad de las películas con almidón oxidado
se vio incrementada (Zamudio et al., 2007).
Otros trabajos relacionados con el efecto de plastificantes en las propiedades de
las películas demuestran que éstas se ven mejoradas por la presencia de estos com-
puestos. Los plastificantes más utilizados en las películas con almidón son el glicerol
y el sorbitol (Mali, 2005). En un estudio realizado con películas de almidón con polie-
tilenglicol y glicerol, se encontró que, conforme se incrementa la concentración de
glicerol, la fuerza de tensión y la elongación se incrementan de 3.4 MPa y 3.0% a 34.1
Mpa y 11.85%, respectivamente. En este mismo estudio las pruebas de solubilidad
indicaron que las películas con glicerol resultaron menos solubles con un tiempo de
3’45”, mientras que las de polietilenglicol fue de 1’36” (Niño, 2008).
La celulosa se encuentra presente en una variedad de materiales sintéticos, entre
ellos el celofán y el rayón. El celofán es a menudo utilizado como recubrimiento para
alimentos, mezclado con recubiertas de cera o nitrocelulosa PVDC (Poli Cloruro de vinil-
dieno) para mejorar las propiedades barrera y en la forma que se utiliza para el envasado
de productos horneados y procesados como la carne, queso y dulces (Weber, 2000).
Por otro lado la celulosa es una materia prima barata, pero difícil de utilizar debido a su
naturaleza hidrofílica, insolubilidad y su estructura cristalina. Este problema puede ser
resuelto por derivados de celulosa con esterificación y reacciones de esterificación. La
celulosa en solución acuosa puede producir películas biodegradables con una adecuada
modificación química de esterificación de sus componentes (Alyanak, 2004).
468
Muchos derivados de celulosa poseen excelentes propiedades para la formación
de películas, pero son demasiado caras para su uso a granel. La investigación es ne-
cesaria para desarrollar tecnologías eficientes de procesamiento para la producción
de derivados de celulosa, ya que esta solución seria la respuesta (Weber, 2000). La
metilcelulosa es la menos hidrofílica de los ésteres de celulosa, sin embargo no es
buena barrera para la humedad, pero posee una excelente barrera para la migración
de grasas y aceites: sin embargo, la sustitución química de la celulosa la hace gene-
ralmente de biodegradación lenta.
Otras fuentes de celulosa han sido estudiadas como los desechos agrícolas o de
industrias a base de productos agrícolas como la industria de elaboración de jugos
de cítricos. El residuo de la cáscara de naranja mezclado con pectina y polivinilalcohol
como plastificante fueron probados para la elaboración de películas biodegradables,
midiendo el cambio en las propiedades fisicomecánicas de las películas después de 3
meses de almacenamiento. La elongación obtenida de estas películas es comparable e
incluso mayor (4.2-18.9%) a la obtenida con películas de almidón y esta propiedad es
mantenida después de 12 semanas de almacenamiento, asimismo la biodegradabilidad
de estas no fue mayor a 15 días en estudios de respirometría (Alemán, 2005).
Estudios mas recientes se realizaron con subproductos obtenidos de industrias
del Estado de Nuevo León, como son residuos de cítricos adicionados con pectina y
agentes plastificantes (glicerol y PVOH), para la elaboración de películas biodegra-
dables denominadas “empaques activos” (se refiere a empaques a los cuales se les
ha adicionado algún componente que se pretende pase hacia el alimento de manera
activa para conferirle alguna propiedad), adicionando benzoato de sodio como agente
antimicrobiano. Dichos estudios revelaron la factibilidad de elaborar películas mez-
clando estos residuos ricos en biopolímeros los cuales son biodegradables y parten
de recursos renovables, además de presentar propiedades de permeabilidad al vapor
de agua que las hace atractivas como empaques activos de alimentos que requieren
impermeabilidad al agua (Morales, 2008).
En América Latina existen países productores y distribuidores de pectina como
Brasil, México, Argentina, Ecuador, Costa Rica, Bolivia y Chile. En algunos de estos
países se obtiene la pectina a partir de cítricos como la naranja y en algunos países
industrializados como los europeos, también se obtiene de la manzana. Ésta se utiliza
principalmente en la industria alimentaria y farmacéutica, sin embargo su uso se ha
enfocado en la elaboración de películas biodegradables (Thakur et al., 1997).
Como se mencionó anteriormente, la pectina es un complejo aniónico polisacárido
compuesto de β-1,4-D–ácido galacturónico residual, ésta puede ser pectina de alto
metoxilo (HMP) o pectina de bajo metoxilo (LMP); la HMP forma excelentes películas.
La mezcla de plastificante de pectina cítrica y almidón de alta amilosa dan estabilidad
y flexibilidad a la película, la cual es térmicamente estable sobre 180°C. La pectina es
también miscible en polivinilalcohol o en glicerina en todas las proporciones; puede
usarse en la elaboración de películas por proceso de extrusión, compresión y/o otras
operaciones térmicas (Marshall y Coffin, 1998); es soluble en agua e igualmente es
usada en la fabricación de bolsas y en diversos sistemas médicos. Las películas que
resultan de las mezclas de pectina y quitosán junto con cualquier plastificante y PLA
469
(ácido poliláctico), generan buenas propiedades mecánicas y de barrera según el
porcentaje de los componentes y la relación con el material alimenticio en estudio
(Fishman et al., 2006).
Estudios realizados a base únicamente de pectina de cítricos y PVOH para elaborar
plásticos biodegradables y estudiar su posible aplicación en sistemas de acolchado
en suelo, demostraron que éstos presentaron menor capacidad de retención de
humedad que los sintéticos, lo que indicaría la necesidad de adicionar otro polímero
de carga opuesta que mejore dicha propiedad (Alemán, 2006).
Entre otros polisacáridos más complejos, la goma de mezquite ha sido estudiada
ampliamente como agente para micro-encapsular sustancias de interés farmacéutico,
de alimentos o de la industria de los cosméticos ya que presenta propiedades muy
semejantes o incluso superiores a la goma arábiga obtenida de Prosopis glandulosa
(López–Franco et al., 2006).
Finalmente, otros polisacáridos también complejos como serian los mucílagos han
sido estudiados en la elaboración de películas plásticas comestibles, específicamente
del mucílago del nopal Opuntia tomentosa, aunque su aplicación principal se ha cen-
trado como hidrocoloide emulsificante para sistemas alimentarios con propiedades
similares a la goma de guar (Iturriaga, 2005; Arizmendi, 2008).

Conclusiones y perspectivas

La producción de plásticos biodegradables puede enmarcarse dentro del contexto más


amplio de una “industria verde”. Así, la utilización de biomasa renovable (cosechas)
y de los “residuos” agroindustriales emerge como alternativa clave. Realmente, los
residuos constituyen la opción de suministro más prometedora: no sólo son baratos,
sino que su conversión resuelve otros problemas medioambientales, convirtiendo
“desechos” en productos útiles. Esto significa que los países sin posibilidades de
ampliar sus producciones agropecuarias podrían beneficiarse económica y ecológi-
camente, reduciendo el impacto ambiental asociado a la eliminación de sus residuos
industriales.
Sin embargo, el aprovechamiento racional de los recursos naturales nativos de
cada región es también una alternativa viable a la generación de biomateriales los
cuales se vislumbran como las materias primas de muchos productos necesarios en
la vida diaria del hombre.
El interés generalizado por la protección del medio ambiente ha llevado al desarro-
llo de nuevas tecnologías que involucran a los empaques como producto de consumo
masivo, creando alternativas que buscan reemplazar los plásticos convencionales.
El uso de los biopolímeros producidos por plantas es solo una parte de la historia,
existen otras fuentes de estos maravillosos materiales así como otras aplicaciones de
éstos además de las “biopelículas”; sin embargo la importancia de éstas en diversos
sectores industriales como el alimentario, farmacéutico, médico y agrícola aseguran
que su estudio e innovación tecnológica seguirá incrementándose en el futuro.

470
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473
PLANTAS DE IMPORTANCIA PECUARIA
PLANTAS TÓXICAS AL GANADO
González-Álvarez M*, Vargas-López VR, Salcedo-Martínez SM.
Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de Nue-
vo León.Ave. Pedro de Alba s/n, Ciudad Universitaria, C.P.64451, Monterrey, N. L., México
*marcgonzalez@fcb.uanl.mx

Resumen

E
l número de plantas nocivas presentes en Nuevo León no ha sido determinado,
pero se puede inferir que existen alrededor de cien especies nativas y este
número se supera fácilmente al considerar las plantas introducidas domesti-
cadas como plantas de ornato. Las familias con mayor número de especies tóxicas
en el estado son Fabaceae, Solanaceae, Cactaceae, Euphorbiaceae, Asteraceae y
Araceae. Los municipios donde más especies tóxicas han sido colectadas son Monte-
rrey, Linares, Santiago, Guadalupe, Allende, Santa Catarina, San Nicolás de los Garza,
Galeana, San Pedro, Garza García, Montemorelos, Hualahuises, García, Lampazos y
Escobedo. Los principios activos predominantes en las plantas tóxicas son alcaloides,
glucósidos, aceites y oxalatos. Además del daño mecánico que producen las plantas
con aguijones, espinas y púas, los fitotóxicos que contienen afectan al ganado en
forma variada, que van desde trastornos estomacales leves hasta lesiones severas
de la piel, gastroenteritis agudas, lesiones hepáticas o renales y alteraciones y daños
al sistema nervioso central, los cuales pueden revertirse o llevar a la muerte depen-
diendo del tipo de tóxico, la cantidad ingerida y la condición del animal al momento
del envenenamiento.

Introducción

El estado de Nuevo León cuenta con 3,175 especies de flora como resultado de los
diversos hábitats ecológicos en sus zonas fisiográficas (Villarreal y Estrada, 2008). Entre
ellas, noventa y siete especies han sido previamente enlistadas como tóxicas a los seres
humanos o animales (Guevara, 2006; Hernández, 2006; Cantú, 2007), pudiéndose elevar

477
este número si considerásemos las plantas ornamentales (Spoerke y Smolinske, 1990).
Por definición, una planta es tóxica si origina alteraciones al funcionamiento normal
del metabolismo afectando la salud de los animales susceptibles, bien por contacto o
al consumir alguna de sus partes. Son muchas las plantas que poseen algún tóxico, y
es difícil determinar cuáles son venenosas de las que no lo son, siendo comúnmente
la experiencia lo que al final conduce a este conocimiento, así como la parte de la
planta que contiene el tóxico, la época en que se produce y la cantidad necesaria
para causar envenenamiento.
Si bien existen plantas cuya toxicidad radica principalmente en un solo compuesto,
la mayoría posee más de un compuesto tóxico y su presencia puede variar de acuerdo
a las condiciones ambientales o fisiológicas de la planta. El efecto de estas sustancias
está generalmente relacionado a la edad del animal, su peso corporal, su condición
física y a la cantidad del compuesto ingerido, que es a menudo acumulativa. Algunas
de estas plantas venenosas importantes para el ganado son el astrágalo (Astragalus
spp), la espuela de caballero (Delphinium spp), la hierba lechosa verticilada (Asclepias
subverticillata), la yerba de la víbora (Gutierrezia spp), el cadillo (Xanthium spp) y el
senecio (Senecio longilobus).
Algunas plantas producen durante toda su vida la sustancia tóxica, otras pueden
producir sustancias venenosas en ciertos períodos de crecimiento debido a cambios
fisiológicos. Así, plantas que comúnmente son un buen forraje cuando adultas, pue-
den ser venenosas en su etapa juvenil, como la espuela de caballero (Delphinium
spp, Ranunculaceae) o el cadillo (Xanthium spp, Asteraceae), que es venenoso en la
etapa de plántula. En otras, como los lupinos o moradillos (Lupinus spp, Fabaceae),
la etapa de peligro es la semilla. En algunas plantas, todas sus partes son venenosas,
ya sea que se encuentren verdes o secas, como ocurre con la hierba lechosa vertici-
lada (Asclepias subverticillata, Asclepiadaceae), el loco (Astragalus spp, Fabaceae),
el helenio, la hierba del estornudo o del moro (Helenium hoopesii, Asteraceae), o el
helecho occidental o bracken (Pteridium aquilinum (L.) Khun, Dennstaedtiaceae).
Algunas plantas tóxicas son igualmente venenosas a todo tipo de ganado, mientras
que otras afectan solamente a ciertas clases de animales. Así el pingue (Hymenoxys
richardsonii, Asteraceae), la hierba lechosa verticilada (Asclepias subverticillata), o
el lupino (Lupinus spp) son dañinos principalmente a las ovejas, mientras la espuela
de caballero (Delphinium spp), la yerba de la víbora (Gutierrezia spp, Asteraceae) y el
largoncillo (Acacia constricta, Fabaceae) afectan principalmente al ganado bovino.
En general la corteza, la savia y los frutos son las partes más peligrosas.
Bavera (1971), menciona que las plantas tóxicas para el ganado constituyen una
permanente amenaza la cual debe atenderse, ya que anualmente causan grandes
pérdidas en la ganadería en México. Por ejemplo, existen plantas que contienen
toxinas naturales con actividad teratogénica, es decir, poseen diferentes tipos de
toxinas que al ser ingeridas por los animales en el período de la gestación, inducen a
la malformación y en casos, al aborto.
La mayoría de las pérdidas de ganado causadas por plantas tóxicas se deben a un
mal manejo de la alimentación del mismo, pudiéndose evitar las intoxicaciones sumi-
nistrando a tiempo y en cantidad adecuada forrajes apropiados, sobre todo cuando
478
las condiciones ambientales causan una disminución en las opciones y cantidades
que ofrecen las áreas de apacentamiento (Holechek, 2002). En otras ocasiones, los
envenenamientos se pueden evitar cercando a los animales en las épocas en que la
flora se vuelve o produce partes tóxicas; o bien, incorporando animales familiarizados
con los vegetales nocivos entre los de nueva adquisición o muy jóvenes.
Para lograr la identificación de las plantas tóxicas, las épocas y condiciones en las
cuales presentan toxicidad y los efectos y sintomatología que causa el contacto con
ellas o su consumo por los diferentes tipos de ganado, es primordial el conocimiento
de la flora regional. Al desarrollar esta experiencia se lograrán evitar disminuciones
significativas en la producción y muertes de animales por plantas tóxicas.
Las plantas elaboran una variedad muy amplia de fitoquímicos. Estas sustancias
tienen como función alimentar, proteger o estimular el crecimiento de las plantas
(Kaufman et al., 1999). La hipótesis más aceptada respecto a las sustancias tóxicas
vegetales es que se trata de compuestos que se originan por rutas metabólicas secun-
darias, que les sirven a las plantas para almacenar elementos nutritivos, o bien, que
se trata de sustancias que le protegen del herbivorismo o de fitopatógenos, aunque
se ha demostrado que su presencia muchas veces no es efectiva en este sentido, no
obstante que las cantidades en la planta resultan de elevada tóxicidad al ganado.
Las Tablas 1 y 2, anexas, resumen la información sobre las especies toxicas reporta-
das en el Estado por municipio, así como nombre común, parte tóxica y las sustancias
tóxicas o efectos reportados.

Compuestos Fitotóxicos

Los compuestos fitotóxicos que afectan al ganado han sido identificados como alcaloi-
des, glucósidos, saponinas, resinas, oxalatos, compuestos fotosensibilizadores y ciertos
minerales que la planta absorbe del suelo y los acumula, como selenio o nitratos.

Alcaloides

Los alcaloides actúan sobre diversos tipos de receptores. Sus efectos incluyen acciones
agonistas, agonistas parciales y antagonistas en los alfa-adreno receptores y recep-
tores dopamínicos del sistema nervioso central. Además, algunos alcaloides tienen
elevada afinidad por los receptores postsinápticos (Moreau, 1973). Los síntomas de
intoxicación incluyen salivación excesiva, náusea, pulso acelerado, respiración rápida
y corta, midriasis acentuada (dilatación anormal de la pupila manteniéndose inmóvil
el iris) excitación, temblor y falta de coordinación muscular, convulsiones, delirio,
postración y muerte por paro respiratorio. La teobromina del cacao puede producir
intoxicaciones al dar una cantidad alta de chocolate a perros o gatos. Las plantas que
provocan intoxicaciones en el estado, por su contenido de alcaloides son:

479
La hierba de Santiago (Senecio spp, Asteraceae), puede causar envenenamientos al
ingerirse junto a vegetales forrajeros e incluso contaminar la miel de abejas que trans-
portan su néctar. Los glucósidos de quercetol y alcaloides como senecionina, senecina,
senecifolidina, jacobina y jaconina presentan una acción hepatotóxica, colinérgica y
carcinogénica, cuyos síntomas pueden presentarse durante las primeras 24h después de
la ingestión hasta semanas más tarde. En el ganado se aprecia decaimiento, mal estado
general y aparición de edemas subcutáneos intermandibulares. Luego de varias semanas
puede ocurrir deshidratación, ascitis, hiperplasia de la vesícula biliar, hígado moteado y
firme, falta de coordinación motora e hiperexcitabilidad antes de la muerte.

La uña de gato (Acacia greggii A., Leguminosae) acumula alcaloides oxindoles y aminas
tóxicas en sus ramas y hojas, sobre todo en otoño e invierno. Afecta a no rumiantes
y ciertos animales como los cotorros.

El tabachin (Caesalpinia pulcherrima L., Leguminosae) puede causar una gastroen-


teritis severa pero no mortal al ingerirse sus hojas o raíces, posiblemente provocada
por su contenido de taninos, resinas, saponinas y alcaloides.

El cascabel (Crotalaria sagittalis L., Fabaceae) es tóxica para herbívoros, principalmente


afecta a caballos porque contiene la monocrotalina, un alcaloide de pirrolizidina.

El colorín (Sophora secundiflora (Ort.), Fabaceae) afecta al ganado bovino, caprino,


ovino y equino, causando envenenamientos comúnmente no fatales, excepto cuando
ocurre sobredosis en bovinos y equinos. Los alcaloides soforina y citicina provocan
además de los síntomas mencionados, temblores musculares en los miembros ante-
riores, dificultades en la marcha y para mantener la postura erecta. El follaje maduro
es más tóxico que el tierno.

La moradilla (Lupinus argenteus Pursh, Fabaceae), contiene los alcaloides lupinina,


lupanina y esparteína en vainas y semillas, que causan intoxicaciones agudas en ovejas
y ganado vacuno. En humanos es causa de deformaciones fetales.

La adormidera o cardo amarillo (Argemone mexicana L., Papaveraceae) contiene los


alcaloides berberina, protropina, sanguinarina, coptisina, cheleritrina, dihidrosangui-
narina, dihidrocheleritrina, norsanguinarina, criptopina, cheilantifolina y escoulerina
que afectan al sistema nervioso. Al ingerir la planta se producen cólicos y diarreas,
desórdenes circulatorio y renal y específicamente afecta a las aves causándoles
ataxia, edema, depresión, cianosis de cresta, enteritis hemorrágica, disminución de
la producción de huevos y muerte.

La espuela de caballero (Delphinium ajacis L., Ranunculaceae), contiene los alcaloides


ajacina, ajaconina y delfinina, que aumentan en concentración en otoño.

480
El miembro de la familia Rhamnaceae Ziziphus obtusifolia (Hooker ex Torrey et Gray)
Gray, posee la toxina solanina, que es un glucoalcaloide esteroidal sumamente tóxico,
de acción anticolinérgica parecida a la de los alcaloides tropánicos.

Al ingerir la escobilla (Melochia pyramidata L., Sterculiaceae) el alcaloide meloquinina


provoca al ganado bovino ulceraciones en mucosas, estreñimiento severo, parálisis,
bradicardia y muerte.

La ingestión accidental de solanáceas como el chamico (Datura inoxia Mill, Solanaceae)


o toloache (Datura meteloides D.C. y D. stramonium L.) y la trompeta o campanilla (D.
candida Pers.) causa el síndrome conocido como “intoxicación de etiología desconocida”
por la presencia de los alcaloides atropina, hiosciamina y escopolamina, todos ellos de
intensa acción anticolinérgica, que tiene un efecto perjudicial. Comúnmente afectan a
ganado bovino. D. inoxia media hora después de ingerida causa un cuadro de gastroen-
teritis (náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea y a veces tenesmo rectal).

El trompillo (Solanum eleagnifolium Cav., Solanaceae) posee el alcaloide solanina,


sobre todo en su fruto maduro. Basta la ingestión del 0.1% del peso corporal para la
intoxicación. El secado no afecta la toxicidad, pero la cocción la elimina.

La hierba mora (Solanum nigrum L.) contiene solanina de efectos similares.

La papa (Solanum tuberosum L.) en sus hojas, tallos, tubérculos dañados, germinados
o reverdecidos por acción del sol, así como en las cáscaras, contiene solanina que
puede causar intoxicaciones incluso después de la cocción.

El tabaquillo o cornetón (Nicotiana glauca Graham, Solanaceae) y el tabaco (N.


tabacum L.) son solanáceas herbáceas que afectan al ganado ovino y bobino cuando
accidentalmente las ingieren. La muerte se puede presentar de 3 a 4 h después de
la ingestión. Los alcaloides nicotina, nornicotina, anabasina, nicotirina, entre otros,
están presentes en el tabaco, y N. glauca contiene los alcaloides narcotina, narceína,
solanina, delfinina, anabasina y piperina, entre otros.

El huele de noche (Cestrum nocturnum L., Solanaceae) es un arbusto ornamental que


contiene en sus hojas y tallos el alcaloide parquita, alcaloides y glucósidos nocivos,
tanto para el hombre como sus animales domésticos y al ganado. Contiene un glu-
cósido parquinósido, que provoca alucinaciones, taquicardia, salivación abundante,
aumento de la temperatura corporal y parálisis de las extremidades.

Saponinas

Las saponinas tienen una actividad antiATPasa que afecta el transporte de sodio a
través de la membrana (descompensación iónica), lo cual interrumpe el estímulo
481
nervioso, paralizando la musculatura respiratoria y causando la muerte del animal
por asfixia. Además, las saponinas irritan el tracto gastrointestinal, incrementan
la permeabilidad de las células del epitelio permitiendo su entrada en el torrente
circulatorio y su acción hemolítica. Reducen la absorción del colesterol formando
compuestos con éste, disminuyen la funcionalidad intestinal e influyen en la digestión
y absorción de distintos componentes de la dieta (Mulet, 1997). Su principal acción
la ejercen lesionando los tejidos por donde penetran al organismo, ya que son vene-
nos protoplasmáticos y ejercen acción de parálisis por ser estupefacientes (Forsyth,
1968). El examen post-mortem puede descubrir hemólisis, lesiones en el hígado, bazo
y pulmones y a veces en los intestinos (Forsyth, 1968). Los síntomas de intoxicación
por saponinas en animales pueden incluir irritación bucal, diarrea, heces con sangre,
gastroenteritis, hepatitis, nefritis, hematuria, edema ótico y cefálico, incremento de
temperatura, incoordinación de movimientos y pérdida de sensibilidad, secreciones
amarillentas en ojos y pezuñas; por su acción de estupefaciente, ocasiona inapetencia,
indiferencia, decaimiento, somnolencia, parálisis con disnea y taquicardia, debilidad
progresiva, desarrollo de coma y la muerte (Gallo, 1987). Las plantas que provocan
intoxicaciones por su contenido de saponinas son:

Las cactáceas y agaves comúnmente contienen saponinas. En particular Agave


asperrima al igual que la lechuguilla (Agave lechuguilla Torr., Agavaceae) causan
intoxicaciones en bovinos. La esmilagenina de la lechuguilla, es una saponina que
causa mortandad en ganado caprino y ovino por disfunción hepática y renal.

La falsa damiana o hierba de San Nicolás (Gutierrezia sarothrae (Pursh) Britt. Rusby,
Compositae) crece abundantemente y se mezcla entre especies vegetales comestibles
cultivadas. Contiene una alta concentración de saponinas durante el desarrollo de sus
hojas, por lo que al ser accidentalmente ingerida por hembras gestantes provoca descar-
gas vaginales sanguinolentas, edema uterino y abortos con retención de la placenta.

La hortensia (Hydrangea macrophylla D.C., Saxifragaceae) afecta principalmente a


equinos. Al ingerir las hojas o botones florales desarrollan trastornos estomacales
hasta una gastroenteritis severa y diarrea sanguinolenta.

El tabachín (Caesalpinia pulcherrima L., Leguminosae) puede causar una gastroente-


ritis severa pero no mortal al ingerirse sus hojas o raíces.

La pitaya de agosto o alicoche (Echinocactus conglomeratus Forst, Cactaceae) produce


un fruto carnoso comestible, considerado como tóxico a humanos y animales.

El quelite (Atriplex acanthocarpa (Torr) Wats., Chenopodiaceae) es un valioso recurso


forrajero pero durante el desarrollo de las hojas puede presentar toxicidad debido a
las saponinas que contiene.

482
El cardo amarillo (Argemone mexicana L. Papaveraceae) además de los alcaloides
contiene saponinas y causa intoxicaciones en el ganado.

Nitratos (Metahemoglobinizantes)

Las plantas absorben nitratos del suelo que no son tóxicos, en el organismo se re-
ducen a nitritos que atraviesan fácilmente el tracto gastrointestinal incorporándose
al torrente sanguíneo. Una vez en la sangre se combinan con la hemoglobina de los
eritrocitos formando metahemoglobina (hemoglobina oxidada), incapaz de fijar y
transportar el oxígeno y liberarlo en los tejidos (Mulet, 1997). El rumen de los animales
favorece la rapidez de esta conversión del nitrito en amoníaco por su pH básico, tem-
peratura estable y la presencia de microorganismos. Si la entrada de nitratos excede
la capacidad fisiológica de degradación, los nitritos son absorbidos y pasan a la sangre
actuando sobre la hemoglobina, transformándola en metahemoglobina la cual es
inútil para el transporte de oxígeno. Los síntomas de intoxicación por nitritos son la
coagulación y el color café oscuro de la sangre, presencia de hemorragias petequiales
en el músculo cardiaco y tráquea, congestión vascular general con grados variables
en rumen y abomaso (Blood, 1985). Típicamente se presenta anoxia, disnea con res-
piración rápida y jadeante, temblor muscular, debilitamiento, marcha tambaleante,
cianosis intensa seguida de palidez de mucosas, pulso débil y rápido y temperaturas
anormales (Reyes, 1977; Blood, 1985), hasta el colapso, coma y la muerte (Fuller y
McClintock, 1986). La necropsia revela congestión de órganos, edema, degeneración
grasa del hígado, gastroenteritis, congestión de meninges y degeneración cardiaca y
renal. Plantas que provocan intoxicaciones por su contenido de nitratos son:

El maíz (Zea mays L., Poaceae), el zacate Johnson (Sorghum halepense, Poaceae),
los quelites (Amaranthus blitoides y A. retroflexus, Amaranthaceae), el amaranto de
Palmer (Amaranthus palmeri S. Watson, Amaranthaceae), y la barrilla o cardo ruso
(Salsola tragus L., Chenopodiaceae) pueden, bajo condiciones favorables del creci-
miento, acumular altas concentraciones del nitrato y llegar a ser venenosos incluso
en cantidades pequeñas. Al acumular nitrógeno en las hojas pueden causar la muerte
en bovinos por envenenamiento con nitratos al reducirse a nitritos en el intestino.

Resinas

Las resinas son productos vegetales propios de algunas familias de plantas originados
por polimerización y oxidación de derivados terpénicos. Se trata de sustancias sólidas
o semisólidas, insolubles en agua y no volátiles. En la naturaleza no se presentan
aisladas, sino asociadas a aceites esenciales constituyendo el conjunto oleorresinas
o bálsamos. Estas sustancias son irritantes de las mucosas, e ingeridas provocan

483
deposiciones acuosas a las 2 o 3 horas, dando diarreas profusas y sanguinolentas,
produciendo cólicos intensos, hasta afecciones muscular y cardiaca (Farias-Brito y
Tokarina, 1997). Plantas que contienen resinas tóxicas:
Los frutos secos del hojasé (Flourencia cernua D.C., Asteraceae) contienen una
resina que causa gastroenteritis al ganado bovino, caprino u ovino.
Las Euphorbiaceae producen un látex lechoso que en el caso de ciertas especies
de Euphorbia spp. puede ser irritante al ponerse en contacto con las mucosas, o
como es el caso del jugo del canelillo o solimán (Croton ciliato-glandulosus Ort.),
una gota basta para producir quemaduras, ulceraciones y descamación en la piel y
sus frutos maduros, quemaduras en la boca y tracto digestivo, aún secos, debido a
los glucósidos y resinas que contienen (aceite crotón). El látex de hojas, tallos y flores
de la celidonia (Euphorbia maculata L., Euphorbiaceae) produce síntomas más leves
de irritación cutánea, edematosis y fotosensibilización, así como el látex del tronco
del árbol del diablo (Hura poliandra Baill) que produce inflamación y quemaduras en
la piel. La golondrina (E. prostrata Ait.) es otro ejemplo; el látex de tallo y hojas y el
aceite de sus semillas contiene un euforbioesteroide irritante e inflamatorio intestinal,
tóxico para bovinos, peces y ratas.

Taninos

Son sustancias carentes de nitrógeno en su molécula y solubles parcialmente en agua


y en alcohol, capaces de desnaturalizar las proteínas, coagulándolas y precipitándolas.
Son muy frecuentes en los frutos inmaduros, dándoles el sabor astringente y desagra-
dable de éstos. Los taninos que contienen las hojas y corteza de las Fagaceae, como
el encino colorado (Quercus canbyi Trell.) o de las Anacardiaceae como el lantrisco
(Pistacia mexicana Kunth) y el lambrisco (Rhus virens A. Gray) causan un cuadro clí-
nico parecido a una intoxicación por oxalatos, ocurriendo edema y hemorragia renal
y edema perirenal debido a que en el tracto digestivo los taninos pasan a fenoles,
que precipitan proteínas en tracto digestivo, vasos sanguíneos y tejidos. Además se
pueden presentar dolores abdominales, diarrea, constipación, disminución de la leche
y saliva, gastroenteritis, taquicardia, hemorragias severas intestinales, deposiciones
abundantes, fétidas, pardo-negruzcas, sanguinolentas y mucosas. Así como micción
de color pardo oscuro. El diagnóstico se realiza por los síntomas y lesiones, deter-
minando en orina las concentraciones de ácido caféico y pirogalol y determinando
taninos en la dieta.

Aceites y terpenos

El Orégano (Lippia berlandieri Schauer, Verbenaceae) puede llegar a ser tóxico si se


ingiere en cantidad, por sus aceites esenciales (carvacrol y timol).

484
El burrito (Aloisya gratisima, Verbenaceae), es una planta tóxica para los caballos,
mulas y burros por su alto contenido de sesquiterpenos como cariofileno, copaenona,
ledol, espatulenol y copaenol. El germacreno al oxidarse produce una lactona que
causa reacciones citotóxicas o alérgicas en la piel. Otras Verbenaceae, son la Lantana
macropoda Torr y la lantana (Lantana camara L.) que poseen una toxina triterpénica
hepatotóxica llamada Lantano A, el cual afecta a las personas y ganado, después de
tres a cuatro días después de ingerir la planta.

El coyotillo o tullidora (Karwinskia humboldtiana (Roem. Et Schult), Rhamnaceae)


es un arbusto tóxico al ganado vacuno, caprino, ovino, porcino y aviar. Contiene
compuestos polifenólicos, principalmente dionas y antracenonas, responsables de su
toxicidad. Después de dos a tres semanas de ingerir 0.05 al 3% del peso del animal en
semillas de la planta, el animal empieza a dar saltos o caminar hacia atrás, presenta
debilidad y falta de coordinación en las patas traseras y las arrastra al caminar, luego
sufre postración y muerte. La ingestión de follaje (15 a 21% del peso del animal) causa
pérdida de vigor, baja de peso, náuseas, debilidad progresiva y muerte. En algunos
animales hay recuperación sin secuelas, dejándolos pastar libremente. Se recomienda
que no se introduzcan animales que desconozcan la planta en áreas donde esté en
fructificación. Entre las Asteraceae, el estafiate (Ambrosia confertiflora D.C.) aunque
medicinal, posee un terpeno que es abortivo y Aphanostephanus ramosissimus D.C.
acumula una lactona mortal llamada hymenoxon.
La ingestión accidental de la candelilla o zapatilla (Pedilanthus tithymaloides L.,
Euphorbiaceae) mezclada con especies forrajeras, provoca en el ganado bobino y equino
cólicos, diarrea intensa y vómitos, ya que el látex contiene ésteres diterpenos.
La toxina 3-n-pentadecil-catecol del látex de ramas, tallos y hojas de la hiedra
venenosa o zumaque (Rhus radicans L., Anacardiaceae) genera lesiones al entrar en
contacto con la piel y las mucosas, produciendo ámpulas o daños gastrointestinales
o en las vías respiratorias. En ocasiones las reacciones secundarias pueden causar la
muerte.

El árbol del diablo o haba de indio (Hura poliandra Baill., Euphorbiaceae) contiene
una fitotoxina concentrada en semillas, frutos y látex. El látex y semillas se han
utilizado para facilitar la pesca en ríos atontando a los peces y para matar cánidos
y otros animales nocivos a la agricultura y la ganadería. La ingestión de sus semillas
provoca náuseas, vómitos, dolor de estómago, diarrea con sangre, aceleración del
pulso, pérdida de la visión, convulsiones y finalmente la muerte.

La hierba amargosa (Hymenoxys odorata D.C., Asteraceae) contiene el hymenoxon


y la himenovina, que son sesquiterpen-lactonas tóxicas cuya dosis mortal varia del
0.5 al 1.3 % del peso corporal del animal y que a menor dosis causa depresión, sali-
vación excesiva, vómito, inflamación del aparato digestivo y cólico abdominal intenso
y parálisis de las extremidades. En algunos rumiantes se presenta una coloración
verdosa del hocico.

485
La coronilla o gongorilla (Anagallis arvensis L., Primulaceae) es una hierba muy
tóxica. Sus semillas tienen acción hemolítica e irritante de las mucosas digestivas y
respiratorias, al ingerirlas, además de lo anterior provocan depresión, inactividad,
pérdida de apetito, diarrea hemorrágica, congestión pulmonar y daño hepático, renal
y cardiaco, debido a los heterósidos terpénicos que contiene.

El epazote (Chenopodium ambrosioides, Chenopodiaceae) posee propiedades anti-


helmínticas gracias al monoterpeno bicíclico ascaridol, pero al sobrepasar la dosis
recomendada actúa sobre el sistema nervioso central provocando problemas diges-
tivos, cardiacos, respiratorios, hepáticos y renales, así como hipertensión, sordera y
trastornos visuales y en mujeres gestantes, abortos

Proteínas, Péptidos, Alcaloides, Aminoácidos Tóxicos

El frijolillo o mezquitillo (Cassia occidentalis L., Fabaceae) es tóxico para personas


y animales, debido a una albúmina tóxica que se encuentra principalmente en sus
semillas y provoca trastornos renales y gastroenteritis severa al ingerir éstas o partes
de la planta. El contacto con la piel, mucosas o tejido ocular causa irritación, infla-
mación y conjuntivitis.

El añil cimarrón (Indigofera suffruticosa Mil., Fabaceae) puede causar diarrea severa
y espasmos musculares por sobredosis al utilizarla como purgante. En las hojas se han
identificado los alcaloides del indol: índigo e indirubín. La planta completa contiene
el flavonoide lovisifieserona y el esterol beta-sitosterol.
Las neurotoxinas de las semillas de capulín (Karwinskia humboldtiana, Rhamna-
ceae) (antracenos), se ligan a la albúmina de la sangre acumulándose y afectando las
fibras periféricas de las neuronas motoras. En ganado bovino, ovino, equino, caprino,
porcino y aviar, causan una parálisis motora infebril, ascendente, progresiva y simétrica
que puede afectar los músculos intercostales y llevar a la muerte. Frecuentemente
se confunde con el Síndrome de Guillén-Barré y con la poliomielitis en el humano.

La higuerilla (Ricinus comunis L., Euphorbiaceae) es un arbusto cuyas partes son todas
tóxicas, aunque según reportes, 10 semillas bastan para matar una persona adulta.
Las especies más susceptibles son bovinos, equinos, ovinos, porcinos, aves, conejos
y otros pequeños animales. El consumo del 0.2% de su peso ha causado toxicosis en
ovinos y el 0.01% en caballos. El principio activo es la ricina, una lectina o toxoalbú-
mina que puede comprender hasta el 3% del peso de la semilla. Es una glicoproteína
soluble en agua que no contamina el aceite de ricino y se absorbe por el intestino y
el estómago. Otra fitotoxina causante de bocio, presente en la semilla, es la ricinina.
Los síntomas de intoxicación se presentan en algunas horas (comúnmente 12 a 48 h)
hasta días después de la ingestión y comprenden náusea, dolor abdominal, diarrea
con sangre, tenesmo y deshidratación, así como anorexia, cese ruminal, sed excesiva,

486
debilidad, rigidez muscular, visión borrosa, convulsiones, dispnea, opistotonía, coma
y parálisis respiratoria y cardiaca. En patos una parálisis ascendente puede confun-
dirse con botulismo, en estas aves y gansos han ocurrido intoxicaciones masivas. En
aves se presenta arrugamiento del plumaje, alas caídas y puede iniciarse una muda
prematura.

El guajillo (Acacia berlandieri Beneth, Fabaceae) contiene la amina simpatomimética


N-metil-betafeniletilamina, que produce ataxia de las patas traseras y ocasionalmente
delanteras, postración y muerte en cabras y ovejas que comen las hojas o frutos en
cantidades suficientes. Esta amina tóxica también puede causar midriasis.
En la corteza, hojas jóvenes y semillas de la acacia (Robinia pseudoacacia L.,
Fabaceae) se presentan las proteínas tóxicas robina y fasina y el glucósido robitina,
que causan envenenamientos en vacas y caballos que se manifiestan por anorexia,
lasitud, debilidad, parálisis de los miembros posteriores, hipotermia, dilatación pupilar,
taquicardia, irritación y edema de las mucosas del tracto digestivo y degeneración
del hígado y riñones.
La semilla del lino (Linum insitatissimum, L. linacea) posee también un aminoácido
toxico, además de un efecto anti-B6 en animales.

El guaje (Leucaena glauca (L.) Benthet, Fabaceae) contiene mimosina, un aminoácido


no proteico que causa caída del pelo (crin y cola en equinos), pérdida de peso, retardo
en el crecimiento, cataratas, bocio, disminución de la fertilidad, falta de coordinación
muscular, pérdida de pezuñas y mortalidad, sobre todo en no rumiantes. El meca-
nismo de su toxicidad es complejo y probablemente se debe al bloqueo de las vías
metabólicas de los aminoácidos aromáticos y el triptófano; a su acción quelante sobre
metales; antagonista de la acción de la vitamina B6; inhibitoria de las síntesis proteica
y de DNA y RNA y sus efectos adversos sobre la síntesis de colágeno e interfiriendo en
el metabolismo de algunos aminoácidos, principalmente glicina. La ingestión máxima
diaria de mimosina se ha estimado en 0.18 g por kg de peso corporal en bovinos y
caprinos y 0.14 g/kg en ovinos.

La malva (Malva parviflora, Malvaceae) causa un envenenamiento que afecta al


sistema nervioso, caracterizado por temblores musculares severos que puede des-
encadenar la muerte en ganado vacuno, equino y ovino, posiblemente debido a la
presencia del compuesto radicular 5α-estigmast-9(11)-en-3-ona, de una tiaminasa
o altos niveles de nitratos.

Oxalatos

Éstos existen en dos formas en los vegetales: oxalatos insolubles (sales de calcio y
magnesio) y oxalatos solubles en agua (sales de sodio y potasio). Los primeros cuando
son ingeridos no se absorben y son excretados sin causar problemas; los últimos,

487
al ingerirse son absorbidos y causan intoxicación al animal. Los oxalatos sódicos
pueden representar hasta un 12% en peso en las plantas, son transformados en el
ácido oxálico en el estómago debido al pH y de ahí pasa a la sangre, donde precipita
formando oxalatos de calcio y magnesio insolubles. Estos cristales destruyen los te-
jidos, afectando principalmente los riñones y pulmones (Gallo, 1987). Los animales
convierten los oxalatos en carbonatos y bicarbonatos no tóxicos en el rumen. Los
oxalatos también interfieren en el metabolismo de los carbohidratos, inhibiendo la
succinato deshidrogenasa y ocasionando la muerte por toxicosis. También pueden
causar hiperfosfatemia, hipernatremia, hipercapnia, aumento de la transaminasa
glutámico oxalacética sérica (SGOT), aumento de la transaminasa glutámico pirúvi-
co sérica (SGPT) y aumento de la lactatodeshidrogenasa y del nitrógeno uréico en
sangre. Los síntomas pueden apreciarse en la boca y el esófago, que pueden parecer
teñidos de sangre. Se aprecia hemorragia intensa en la mucosa del rumen, petequias
en la porción fúndica del abomaso y edema en la pared enteroventral del rumen.
Se presenta un cólico ligero, depresión y debilidad muscular. La marcha es irregular
y la cabeza inclinada hacia abajo. Los animales afectados muestran intranquilidad y
pueden levantarse y caerse con frecuencia. Los animales marchan rezagados al final
del rebaño, pueden aparecer semicomatosos, con la cabeza y el cuello hacia un lado
(Buck et al., 1981). Aquéllas plantas que contienen cristales de oxalatos además de
irritaciones del tracto digestivo pueden causar daños renales, hepáticos y al tejido
nervioso. Este es el caso de la paleta de pintor o caladio (Caladium bicolor Aiton
Vent. Araceae), así como el camilchigui (Dieffenbachia seguine (L.) Schoff, Araceae),
la costilla de adán (Phyllodendron pertusum o Monstera deliciosa), el lampazo u hoja
elegante (Xanthososma robustum Schott.) y los agritos (Oxalis dichondraefolia A.
Gray, Oxalidaceae), cuyo ácido oxálico precipita como cristales que lesionan estómago,
riñones, arterias e incluso pueden depositarse en cerebro. Este tipo de intoxicación
se presenta en ganado bovino, ovino, caprino y raramente equino. Los rumiantes por
otra parte, pueden ingerir grandes cantidades de oxalatos vegetales, aparentemente
porque la mayor parte de éstos son metabolizados en el rumen. El quelite de agua
(Amaranthus blitoides Watts) y el quelite (A. retroflexus L., Amaranthaceae) poseen
oxalatos en gran cantidad.

Ácido cianhídrico

Cianuro, ácido cianhídrico o ácido prúsico son términos que hacen referencia al mismo
principio tóxico. Es un veneno de acción rápida sobre los mamíferos. Diversas plantas
pueden acumular cantidades importantes de algún glucósido cianogénico al suspen-
der su desarrollo debido a condiciones ambientales de congelamiento o sequía, en
alguna etapa de su desarrollo o bien al ser lastimadas, que al ser hidrolizado genera
HCN libre (Buck, 1981). Las enzimas se encuentran en el citoplasma y los heterósidos
cianogénicos en las vacuolas, por lo que la hidrólisis se produce sólo al aplastar o
romper la planta o en el tracto digestivo de los herbívoros donde, una vez absorbido

488
el HCN, entorpece la liberación del oxígeno de los glóbulos rojos a los tejidos, ya que
se bloquea el transporte electrónico en las mitocondrias inhibiéndose la respiración
celular (González y Martinez, 1960; Humphreys, 1990; Sigmund, 1981). Esto provoca
una toxemia en la que la sangre adquiere un color rojo muy brillante y se coagula
lentamente. Se aprecia congestión hemorrágica en tráquea y pulmones. Se aprecian
congestión y distención de abomaso e intestino con presencia de petequias y gases
que desprenden un olor característico a almendras amargas (Lawrence, 1978; Buck
et al., 1981; Blood, 1985; Gallo, 1987; Humphreys, 1990). Son característicos la exci-
tación y temblores musculares generalizados, quejidos lastimeros, polipnea y disnea
pronunciadas, salivación, lagrimeo y eliminación de heces y orina, parálisis, timpa-
nismo, aumento de la frecuencia respiratoria, taquicardia, hipoxia, dificultades en la
marcha, ataxia de las extremidades, midriasis y postración, convulsiones y muerte
(Reyes, 1977; Buck, 1981; Sigmund, 1981; Blood, 1985; Gallo, 1987; Humphreys, 1990).
Plantas que contienen glucósidos cianogénicos:

El zacate Johnson (Sorghum halepense) y el pasto bermuda o grama (Cynodon dac-


tylon L., Poaceae o Gramineae) producen ácido cianhídrico. En el zacate Johnson la
durrina, un glucósido abundante antes de la floración y que se pierde por el secado
y el ensilado, es desdoblada en ácido cianhídrico, glucosa y parahidroxibenzaldehido
por la emulsina. Otras plantas silvestres que lo producen son las Fabaceae como el
Guajillo (Acacia berlandieri Benth), cuya amigdalina (N-metil-betafeniletilamina) es
responsable de los envenenamientos en ganado, principalmente de cabras y ovejas;
el largoncillo o espina blanca (Acacia constricta A. Gray), la uña de gato (Acacia gre-
ggii) que contiene prunasina, el palo dulce (Eysenhardtia texana Scheele), y la caoba
de montaña (Cercocarpus montanus Ralf., Cercocarpus spp., Rosaceae), la hortensia
(Hydrangea macrophylla D.C., Saxifragaceae) cuyo glucósido, la hidrangina, proba-
blemente no sea tan responsable como sus saponinas de los trastornos estomacales
que afectan principalmente a equinos que ingieren sus hojas o botones florales y el
capulín (Prunus serotina (Cav.) McVaught), que contiene amigdalina en su corteza,
ramas, hojas y semillas, la cual en contacto con la saliva libera ácido cianhídrico.

Glucósidos

La yerba lechosa (Asclepias emori, Asclepiadaceae). Posee glucósidos cardiotónicos


asociados con la resina llamada galitoxina que provoca irregularidades cardiacas al
ganado, las plantas son peligrosas durante todo su desarrollo, aun secas.

El cadillo, abrojo o arrancamoños (Xanthium strumarium L., Asteraceae), contiene


en los retoños y frutos, un glucósido tóxico llamado xantostrumarina responsable de
lesiones cardiacas y una hidroquinona que tiene efectos sobre el aparato digestivo y
riñón. Además contiene una lactona, la xantumina y un carboxiatractilósido tóxico.
Los síntomas en el ganado van de la anorexia, depresión, náuseas, vómito y debilidad

489
muscular hasta la disminución del ritmo cardiaco, la postración, convulsiones y la
muerte 12 a 24 h después de la ingesta.
Dentro de las plantas parásitas tóxicas, que son consumidas por error junto con
las plantas comestibles hospederas, se encuentra la cuscuta o tripa de judas (Cuscuta
spp., Convolvulaceae) que causa envenenamiento en equinos, debido al glucósido
cuscutina, que a bajas dosis actúa como laxante y promotor de la secreción biliar,
pero en altas dosis causa gastroenteritis severa, anorexia, debilidad general, cólicos y
muerte. El huele de noche (Cestrum nocturnum L., Solanaceae) contiene un glucósido
parquinósido.

El rábano cimarrón (Raphanus raphanistrum L., Cruciferae) causa envenenamientos


debido al aceite mirosina y un glucósido sulfurado similar a la sinalbina. En bovinos y
ovinos, su consumo causa ictericia, lesiones hepáticas y atonía ruminal, congestión
de los músculos abdominales y riñones y orina sanguinolenta.
Los frutos secos del hojasé (Flourencia cernua D.C., Asteraceae) contienen glucó-
sidos no caracterizados, que provocan pérdida de apetito, temblores, dolores abdo-
minales, hemorragias y úlceras perforantes del intestino. La severa gastroenteritis
puede llevar a la muerte después de 24 a 72 h después de la ingestión de la planta
por el ganado bovino, caprino u ovino.

La adelfa o laurel de la India (Nerium oleander L. Apocynaceae) contiene en su savia


el glucósido cardiaco oleandrina que, junto con la neandrina, son responsables de su
toxicidad, que provoca náuseas, cólicos, vómito, letargo, somnolencia, frío en extremi-
dades, anorexia, gastroenteritis aguda y diarrea sanguinolenta, pulso débil, alteración
del ritmo cardiaco, inconciencia y convulsiones violentas, parálisis y muerte.
En la corteza, hojas jóvenes y semillas de la acacia (Robinia pseudoacacia L., Fabaceae)
se presentan la fitotoxina robina y el glicósido robitina.

La veintiunilla o adelfilla (Asclepias curassavica L., Asclepiadaceae) contiene una


galitoxina además de glucósidos cardiotónicos que específicamente en ganado causan
anorexia, diarrea, timpanismo, edema submaxilar e irregularidades cardiacas.
La ingestión de frutos del naranjo agrio (Citrus aurantium L, Rubiaceae) en gran
cantidad provoca náuseas, vómitos y algunos dolores estomacales en animales y
personas, asociados posiblemente con los glucósidos hesperidina, isohesperidina y
aurantiamarina.

Daño Mecánico

Una gran cantidad de plantas son peligrosas por presentar aguijones o espinas. Par-
ticularmente las cactáceas, agaváceas y fabáceas. Entre las cactáceas que pueden
causar daño mecánico destacan el cegador (Opuntia microdasys (Lehm.) Pfeiff.),
(Ancistrocactus scheeri), el mancacaballo (Echinocactus horizonthalonius Lem. var.

490
horizonthalonius), el cactus arcoiris (Echinocereus pectinatus), el tasajillo o cactus de
navidad (Opuntia leptocaulis DC. var leptocaulis) y el sacasil (Wilcoxia poselgeri Br. et
R.) Dentro de las agaváceas se cuenta a las diferentes especies de Agave, (Dasylirion
y Manfreda) y entre las leguminosas con espinas destacan la uña de gato (Acacia
greggii) que es un peligro constante para los animales en pastoreo. El palo azul o
condalia (Condalia hookeri M.C. Johns. Rhamnaceae) también es considerada de alto
riesgo para el ganado, debido a sus espinas abundantes.

Otras Toxinas

Las hojas tiernas y los brotes de la coniza (Conyza coulteri Gray, Asteraceae o Com-
positae) son altamente venenosos para el ganado, el cual se ve forzado a ingerirla al
no haber otras plantas forrajeras como alternativa en épocas de sequía,

El suponte (Melochia pyramidata L., Sterculariaceae) es un arbusto tóxico, principal-


mente para el ganado bovino que causa parálisis del tren posterior, una fotofobia
notable y muerte.

Asclepias emory provoca efectos gastrointestinales y cardiacos al ganado. Los prime-


ros comprenden salivación excesiva, náusea, vómito, dolor abdominal y diarrea que
puede contener sangre, los segundos consisten de ansiedad respiratoria, intranqui-
lidad, falta de coordinación del movimiento y convulsiones.

El canalillo (Croton ciliato-glandulosus, Euphorbiaceae) posee una toxina llamada


cortina que ocasiona pérdida de control muscular, dificultad al caminar, espasmos
violentos y paro respiratorio.

El quelite (A. retroflexus L., Amaranthaceae) contiene una nefrotoxina no identificada


en las hojas y puede causar intoxicación por nitratos.

El tiosulfato que contienen la cebolla y el ajo, resulta tóxico a perros, gatos y algunos
tipos de ganado.

El injerto de mezquite (Phoradendron tomentosum DC. Oliver) es otra planta parásita


cuyo alto contenido de fenoles tóxicos en los frutos provoca náuseas, vómito, diarrea,
hemorragia nasal. Gastroenteritis aguda, hipotensión arterial, pulso lento y débil, convul-
siones, coma y muerte por paro respiratorio entre 12 y 48 h después de la ingestión.

El jazmín blanco o rosa de San Juan (Cephalanthus occidentalis L., Rubiaceae) es


un arbusto que contiene cefalatina, una sustancia hemolítica que provoca vómito,
convulsiones y parálisis de las extremidades, aunque no afecta a abejas, venados,
aves o insectos.

491
Selenio

El ambiente del suelo llega a ser importante cuando contiene altas concentraciones
del elemento selenio. Ciertas plantas, por ejemplo las especies de los géneros As-
tragalus spp., Aster spp. Machaeranthera spp. y Atriplex spp., absorben el selenio y
pueden acumular cantidades tóxicas, causando el envenenamiento del ganado por
este elemento. Tales plantas tienen la capacidad de cambiar el selenio insoluble a una
forma soluble de modo que otras plantas que crecen cerca puedan también causar el
envenenamiento absorbiendo el selenio. El latirismo es una enfermedad que afecta
al hombre y al ganado, caracterizada por daño neuronal o a los tejidos esquelético
y conectivo, asociada a la ingestión de semillas de algunas especies de Lathyrus (Fa-
baceae) y al parecer causada por Selenio. La malva (Malvastrum coromandelianum
(L.) Garcke, Malvaceae) puede llegar a causar intoxicaciones, ya que acumula zinc en
sitios contaminados.

Conclusiones y perspectivas

La información que se presenta en este capítulo corresponde a un listado preliminar


de algunas de las especies tóxicas para el ganado, reportadas para el Estado de Nue-
vo León. Es evidente la necesidad de realizar esfuerzos conjuntos entre científicos,
ganaderos y veterinarios para complementar esta información, integrando listados
florísticos, distribución, efectos, dosis letales, medidas preventivas, estadísticas e
impacto económico.
Es necesario impulsar la realización de estudios fitoquímicos, ya que la proporción
de plantas de las que se desconocen los principios tóxicos rebasa enormemente el
número de las que han sido caracterizadas en este sentido.
El conocimiento de esto permitirá definir si las intoxicaciones al ganado represen-
tan un problema en Nuevo León, así como una diagnosis oportuna y un tratamiento
efectivo para cada tipo de ganado según la especie tóxica. Ahorrando gastos médicos
y disminuciones en la producción.

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493
Tabla 1. Plantas tóxicas más comunes en el Estado de Nuevo León
No. Familia/especie Nombre común Parte tóxica Sustancia tóxica
AMARANTHACEAE

Quelite de agua, Nitrato, oxalatos y


1 Amaranthus blitoides Wats Hojas
Huee´e una nefrotoxina
Quelite, Cresta de Hojas, Nitratos, oxalatos,
2 Amaranthus sp.
gallo, Bledo tallos desconocido

3 Tidestromia retroflexus var lanuginosa Tidestromía lanosa Polen Alergénico

AMARYLLIDACEAE (AGAVACEAE)

4 Agave asperrima Jacobi Maguey de cerro Espinas Daño mecánico

5 Agave lechuguilla Torr. Lechuguilla, Tzuta Hojas


ANACARDIACEAE.
Corteza, Catecol - resorci-
6 Pistacia mexicana H.B.K. Lantrisco, Ramón
hojas nol - biflavonoide
Hierba mala, Hierba
Toda, hojas, Urushiol (alkylcat-
7 Rhus radicans L. venenosa, Hoja de
savia echols)
hiedra
8 Rhus virens Gray Lambrisco, Capuín Toda Indeterminado
APOCYNACEAE
Toda,
Adelfa,Narciso, Delfa, hojas tal- Oleandrina, un
9 Nerium oleander L.
Laurel, Rosa Laurel los, flores, glucósido cardiaco
retoños
Vincamina, reser-
pina (alcaloides),
flavonoides,
Toda en la taninos, ácidos
10 Vinca rosea L. Teresita
floración orgánicos (ca-
feico), vincósido
(un heterósido
fenólico)

ARACEAE
Corazón de maría,
11 Caladium bicolor Aiton Paleta de pintor, Toda Indeterminado
Begonia
Hojas, Oxalato, enzimas
12 Dieffenbachia seguine (L.) Schoff Hoja de la suerte
tallos proteolíticas
Oxalato de cal-
Toda, tallos, cium y posible-
13 Phylodendron pertusum Costilla de adán
hojas mente proteínas o
aminoacidos
Hoja elegante, Oreja Ácido oxálico,
14 Xanthosoma robustum Schoff. Hoja
de elefante asparagina

494
ASCLEPIADACEAE
Glicósidos car-
Ventiunilla, quiebra-
15 Asclepias curassavica L. Toda diacos, galitoxina
muelas
(resina)
Galiotitoxina
16 Asclepias emori Milkweed Toda (glicósidos cardia-
cos), resinas
CACTACEAE

17 Ancistrocactus scheeri (Salm Dyck)Br. & R. Biznaga Toda Indeterminado

Alicoche, Pitaya de
18 Echinocactus conglomeratus Forst Fruto Indeterminado
agosto

19 Echinocereus pectinatus Cactus arco iris Espinas Daño mecánico

Anhalina, Anha-
lanina, Anhaloni-
dina, Anhalonina,
20 Lophophora williamsii Lem. Couter Peyote, Peyotl Tallo Anhalamina,
Anhaladina, Lofo-
forina y Peyotina
(alcaloides)
Gloquidios
21 Opuntia leptocaulis D.C. Agujilla, Tasajillo Daño mecánico
(espinas)

22 Wilcoxia sp Sacasil, Zacoxóchitl Toda Indeterminado

CHENOPODIACEAE

23 Atriplex acanthocarpa (Torr)Wats Quelite Hojas Saponinas

Cresta, Epazote de Ascaridol y otros


24 Chenopodium ambrosioides L. Semillas
zorrillo terpenos

COMPOSITAE (ASTERACEAE)

Estafiate, Chichibu, Indeterminado


25 Ambrosia confertiflora D.C. Toda
Cola de zorra
Hymenoxon
26 Aphanostephus ramosissimus D.C. Toda
(Lactona)

27 Conyza coulteri Gray Coniza Hojas Indeterminado


Frutos
28 Flourensia cernua D.C. Hoja sen Glucósidos, resina
secos
Saponinas, Alfa-
pineno, geraniol
Hierba de san nico- Hojas y
29 Gutierrezia sarothrae (Pursh) Britt y Rusby (Monoterpeno),
lás, Escobilla tallos
gamma-humuleno
(sesquiterpeno)

495
Hymenovin
(hymenoxon)
30 Hymenoxys odorata D.C. Hierba amargosa Toda
(sesquiterpeno
lactona)
Flavonoides,
glicósidos y
alcaloides: sene-
cionina, senecina,
31 Senecio sp Hierba de santiago Toda
senecifolidina, ja-
cobina y jaconina,
pyrrolizidina
(alcaloide)
Carboxia-
tractilosido*
(glicosido), xan-
Frutos*, Se-
tumina (lactona
Abrojo, Cadillo, millas, co-
32 Xanthium strumarium L. sesquiterpénica),
Cadillo gigante tiledones,
xantostrumarina,
seedlings
xantostrumina
(glucósidos) ,
alcaloides

CONVOLVULACEAE

Toda, Cuscutina
33 Cuscuta sp Chipi,Tripa de judas tallos*, (gluósido), resina,
flores* gomas, flavona*

CRUCIFERAE (BRASSICACEAE)

Popoyauhquilitl, Mirosina (aceite


Toda, semi-
34 Raphanus raphanistrum L. Rabano cimarrón, graso), Glucosino-
llas*
Raíz fuerte latos*

EUPHORBIACEAE

Aceite croton
Canelillo, Domin-
35 Croton ciliato-glandulosus Orteg Toda, frutos (glucósidos,
guillo
resinas)
Hoja, tallo,
36 Euphorbia maculata L. Celidonia Indeterminado
flor, látex
Celidonia, Golon-
Hoja, tallo,
37 Euphorbia prostrata Aiton drina, Colondrina Euforbioesteroide
semilla
blanca
Hojas,
38 Euphorbia pulcherrima Willd Noche buena flores, tallo, Toxalbumina
latex
Semillas*,
Hierba del puyo,
39 Euphorbia sp hojas, tallo, Aceite*, latex
Lipá-cai-nofal
flores
Arbol del diablo, Toda, fruto,
40 Hura polyandra Baill. Haba, Haba de indio, semilla, Fitotoxina
Coatatachi látex,

496
Esteres diterpe-
Candelilla,Saca nos, acetilcolina,
41 Pedilanthus tithymaloides L. Toda, latex
espina atropina y adren-
alina
Ricin (toxalbúmi-
na), Ricinina y Ri-
42 Ricinus communis L. Ricino, Higuerilla Semilla
cidina (alcaloides),
ácido ricinoleico
FAGACEAE

Acido gálico, piro-


Hojas, bel-
43 Quercus canbyi Trell Encino colorado galol, ácido tánico
lotas
(fenoles)
Acido gálico, piro-
Hojas, bel-
44 Quercus sp. Encino galol, ácido tánico
lotas
(fenoles)
GENTIANACEAE

Rosita, Anisillo, Toda (flo- Gentiopicrina


45 Centaurium calycosum (Buckl)
Centauro ración) (Glicósido)

GRAMÍNEAE (POACEAE)

Ac. Cianhídrico
Gallitos, Pasta de Toda (esta-
46 Cynodon dactylon (L.) (glucósidos ciano-
pollo, Grama cional)
génicos)
Hojas, tal- Nitrato, durrina
Zacate Jonson,
47 Sorghum halepense (L.) los (antes (glucósido, ciano-
Maicillo
floración) genico)

Tridens , Pasto silves-


48 Tridens muticus (Torr). Hojas Indeterminado
tre forrajero

Fruto fer-
49 Zea mays L. Maíz Nitritos
mentado
LEGUMINOSAE (FABACEAE)

Espino ,Guajillo, Hojas, N-metil-betafeni-


50 Acacia berlandieri Benth.
Huizache frutos letilamina (amina)
Uña de gato, Palo Alcaloides oxin-
51 Acacia gregii A. Gray Hojas
chino, Gatuño doles
Hojas,
Bandarigu, Cacalaca, Saponinas, resina,
52 Caesalpinia pulcherrima L. flores,
Camarón natina (alcaloide)
raíces
Toda, Crisarobina y una
53 Cassia occidentalis L. Bricho, Cornezuelo
semillas albúmina tóxica

54 Eysenhardtia texana Scheele Palo dulce Toda Indeterminado

55 Indigofera suffruticosa Mill Añil, añil colorado Toda Estricnina

497
56 Leucaena glauca L. Benth Guacis, Chajal Hojas Mimosina
Lupinia, lupanina
Toda, y esparteina
57 Lupinus argenteus Pursh Moradillos vainas, (alcaloides
semillas quinolizidina ),
anagyrina
Cor- Robitina (glucósi-
teza, hojas do), Robina (o ro-
58 Robinia pseudo-acacia L. Acacia, Loco, Robina
jóvenes, binina) y phasina
semillas (toxalbuminas)
Soforina (alcal-
Colorin, Coralillo,
59 Sophora secundiflora Ort. Toda oide) y derivados
Frijol coral
de la quinolicidina
LORANTACEAE

Beta-feniletil-
Toda, hojas, amina y tiramina
60 Phoradendron tomentosum (D.CL.) Engelm Injerto de mezquite,
fruto (aminas), fora-
toxina (lectina)
MALVACEAE

Indeterminado,
61 Malva parviflora L. Juriata eranchi Toda, raíz* 5ª-estigmast-9-
(11)-en-3-ona*

62 Malvastrum coromadelianum (L)Garcke Malva, Totop-sots Toda Indeterminado

MELIACEAE

Azadiractina,
Frutos,
paraisina (alcaloi-
Canelo, Granillo, Lila, raíces, ho-
63 Melia azedarach L. des), Neurotoxi-
Lila de la indias jas, corteza,
nas tetranortriter-
flores
peno, saponina
NYCTAGINACEAE

Toda, Trigonelina (alcal-


Dondiego de noche,
64 Mirabilis sp raices, oide ), arabinosa,
Maravilla
semillas resinas

OXALIDACEAE

65 Oxalis corniculata L. Acedera, Agritos Toda, hojas Oxalatos

66 Oxalis dichondraefolia Gray Xocoyol, Agritos Toda, hojas Oxalatos

498
PAPAVERACEAE

Berberina, pro-
topina, sangui-
narina, coptisina,
cheleritrina,
Cardo amarillo, dihidrosanguinari-
Toda,
67 Argemone mexicana L. Adormidera amarillo, na, dihidrochele-
semilla
Cardo santo ritrina, norsangui-
narina, criptopina,
cheilantifolina,
escoulerina, Isqui-
nolina (alcaloides)

Berberina y pro-
topina, sangui-
narina, coptisina,
cheleritrina, dihid-
rosanguinarina,
68 Argemone sanguinea Greene Erizo rojo Toda dihidrocheleri-
trina, norsangui-
narina, criptopina,
cheilantifolina,
escoulerina (alcal-
oides)

PRIMULACEAE

Saponina triter-
penoide, glicosido
Coronilla, Anagalle, (cyclamina)het-
69 Anagallis arvensis L. Gongorilla, Hierba de Toda erósido triterpé-
la hinchazón nico; agtallósido,
flavonoides y
cucurbitacinas

RANUNCULACEAE

Ajacina, delf-
Toda, hojas, inina, ajaconina,
70 Delphinium ajacis L. Conejito, Espuela
semillas metilycaconitina
(alcaloides)
RHAMNACEAE

71 Condalia hookeri M.C.Jhons Madera añil de Brasil Espinas Daño mecánico

Tullidora o Coyotillo,
72 Karwinskia humboldtiana (Roem y Schul) Semillas Indeterminada
Cacachila, Capulín

Solanina (glucoal-
73 Ziziphus obtusifolia (T.G.)Gray Toda
caloide)

499
ROSACEAE
Hojas,
Cenizo negro, Amigdalina
corteza,
74 Prunus serotina Ehrh Capulín, Cerezo (glicósido ciano-
semillas,
negro génico)
ramitas
Glicósido ciano-
75 Pyracantha coccinea Roem Espino de fuego Toda
génico

RUBIACEAE

Cahuapate, Guaya-
76 Cephalanthus occidentalis L. Corteza Cefalantina
billo
RUTACEAE

Hesperidina (cit-
Azahar, Lima, Hoja Frutos rina), isohesperid-
77 Citrus aurantium L.
del naranjo agrio (exceso) ina y aurantiama-
rina (glucósidos )

SAXIFRAGACEAE

Hojas,
Hydracina (glicósi-
78 Hydrangea macrophylla Ser Hortensia yemas
do cianogénico)
florales
SOLANACEAE

Hierba hedionda, ga- Hojas, Solanina, atro-


79 Cestrum nocturnum L. lán de noche, dama bayas pina (alcaloides),
de noche verdes glucósidos
Hojas, Escopalamina,
Flor de
80 Datura candida Pers. frutos, atropina e hisos-
campanilla,Trompeta
semillas ciamia

Atropina, hiosci-
81 Datura inoxia Mill Chamico , Tecuyani Hojas amina y escopol-
amina (alcaloides)

Atropina, hioscina
82 Datura stramonium L. Toloache Toda (escopolamina),
hiosciamina

Atropina, hioscina
83 Datura meteloides D.C. Toloache, Tlapa Toda
(escopolamina)

Atropina, hiosci-
Hojas,
84 Lycium berlandieri Dun Josó amina, escopol-
tallos
amina

500
Tabaquillo, Tabaco
moro, Buena moza, Anabacina (alcal-
85 Nicotiana glauca Graham Toda
Cornetón, Mosataza oide)
montés

Anabasina, anata-
Hojas,
86 Nicotiana tabacum L. Tabaco bina (alcaloides de
tallos
piridina)

Cereza de tierra púr-


Solanina (glicoal-
87 Physalis lobata Torr. pura, Linterna china Fruto
caloide)
de los llanos

Atropina, hio-
Toda, scimina y escopo-
88 Solanum elaeagnifolium Cav Trompillo
fruto* lamina, solanina*
(alcaloides)

Solanina, solas-
Hierba mora, Toma-
89 Solanum nigrum L. Toda, fruto odina y chaconina
tillo, Hoja de salazar
(glicoalcaloides)

STERCULIACEAE

90 Melochia pyramidata Chichibé, Suponte Toda Indeterminado

VERBENACEAE

Germacreno, at-
ropina, hioscimina
91 Aloysia gratissima Gill. et Hook. Burrito Toda
y escopolamina
(Terpenos)

Fruto Lantadeno A (trit-


Lantana, Alfombrilla
92 Lantana camara L. inmaduro, erpeno pentací-
hedionda
hojas clico)
Lantadeno A y
93 Lantana macropoda Torr. Planta B (triterpenos
pentacíclicos)
Icterogenina, *
Hojas, carvacrol y timol
94 Lippia berlandieri Schauer Orégano, Ananté
raices* (aceites esen-
ciales)

501
FLORA NATIVA CON USO FORRAJERO EN
LA CUENCA PALO BLANCO, NUEVO LEÓN,
MÉXICO
Alanís–Flores Ga*, Villarreal-González JGb, Salgado de los Santos Gb, Ledesma-Menxueiro ARa.
a
Cuerpo Académico de Ecología y Ambiente, Departamento de Ecología, Facultad de
Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de Nuevo León, Ave. Pedro de Alba, s/n, Ciudad
Universitaria, 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
b
Consejo Estatal de Flora y Fauna Silvestre de Nuevo León, A.C. (CEFFSNL)
Padre Mier No. 545-F Pte. Zona Centro, Monterrey, Nuevo León, C.P. 64000
*galanis44@hotmail.com

Resumen

L
as comunidades de matorral de la Cuenca Palo Blanco al norte de Nuevo León,
son del tipo matorral submontano y espinoso tamaulipeco. Las especies arbus-
tivas de estas comunidades son fuente de forraje para la fauna silvestre y el
ganado doméstico. Presentan una fitodiversidad de 49 especies consumidas como
fuente de forraje dentro de 25 familias botánicas. En relación a las partes botánicas
consumidas como forraje, se muestra que hay una alta preferencia por el consumo
de hojas debido a la disponibilidad de las mismas durante casi todo el año. En rela-
ción a las preferencias de consumo de forraje por las distintas especies de fauna, los
venados, otros mamíferos silvestres y las aves muestran una mayor predilección por
los forrajes; contrastando con la fauna doméstica, muestran una menor preferencia
en el consumo de forrajes de especies arbustivas de los matorrales.

Introducción

La región árida y semiárida del norte de México es rica en plantas arbustivas con forraje
disponible de calidad media a alta. Por la fitodiversidad, el valor ecológico y el valor
forrajero de los arbustos, se han focalizado las investigaciones sobre las especies de
flora que son consumidas por animales vacunos, ovinos, caprinos y fauna silvestre.
Los proyectos de investigación donde se valorizan a las comunidades vegetales de
matorral han cambiado el paradigma en el cual se buscaba la erradicación indiscri-
minada de estas comunidades. Actualmente se han establecido estrategias hacia el
aprovechamiento de los arbustos, incluyendo el manejo sustentable de especies de
flora con utilidad práctica.

503
Los matorrales xerofíticos del norte de Nuevo León, compuestos por una diversidad de
especies cuya estructura fisonómica generalmente es de forma arbustiva (incluyendo
las cactáceas, sobre todo los nopales) o de árboles de bajo porte, disponen de nu-
trientes necesarios para mantener las demandas alimenticias de numerosas especies
de fauna silvestre y de ganado domestico, sobre todo en los períodos críticos como
prolongadas sequías o heladas en épocas invernales, cuando escasean otros tipos de
especies forrajeras como herbáceas o gramíneas. Estos matorrales, además, aportan
abrigo a la fauna como resguardo en intensos días soleados o en crudos inviernos.
Se puede lograr un excelente hábitat para el aprovechamiento diversificado o de
multipropósito de fauna doméstica y silvestre, al mantener, conservar y manejar estas
comunidades vegetacionales, regulando la presión de la capacidad de carga de los
hatos de ganado doméstico, y evitando los desmontes indiscriminados y las cargas
excesivas de fauna silvestre.
La presente investigación proyecta establecer un catalogo de especies forrajeras,
que son consumidas por el ganado doméstico y la fauna silvestre. Dichas especies
forman parte de las comunidades de los matorrales de la Cuenca Palo Blanco, situada
al norte de Nuevo León.

Localización del área de estudio

El área de estudio es la Cuenca Palo Blanco localizada en el norte del estado de Nuevo
León (Figura 1), dentro de la misma quedan comprendidas 48 Unidades de Manejo
para la Conservación de la Vida Silvestre (UMAS). Cuenta con una extensión terri-
torial aproximada de 110 mil hectáreas en la que se incluyen diversos ecosistemas
tales como pastizales, bosques de encino y matorrales xerófilos que son el hábitat
de una gran variedad de especies de flora y fauna silvestres. La cuenca es un sitio
de belleza escénica y sus terrenos naturales se localizan dentro de los municipios de
Salinas Victoria, Villaldama, Bustamante y Lampazos, Nuevo León. El Consejo Estatal
de Flora y Fauna Silvestre de Nuevo León, A.C. (CEFFSNL) estableció un Programa de
Manejo y Conservación de Vida Silvestre de la Cuenca Palo Blanco que fundamen-
talmente es el documento rector que contempla todas aquellas acciones que se
han de llevar a cabo. El objetivo general de la Cuenca es la conservación, manejo y
aprovechamiento sustentable de la vida silvestre. Dicha Cuenca representa un sitio
de gran interés para la ganadería diversificada, incluyendo actividades cinegéticas
sustentables (Anónimo, 2005).

504
Figura 1. Imagen sate-
lital, donde se ubica la
Cuenca Palo Blanco,
en la región norte de
Nuevo León

Material y Método

En base a una apropiada revisión bibliográfica sobre antecedentes relacionados con


el manejo y aprovechamiento de los recursos de flora y fauna, y considerando la
información cartográfica y fisiográfica, se fundamentó la caracterización del área de
estudio (SPP Programación y Presupuesto, 1981; Ramírez et al., 1996; Alanís-Flores y
Ramírez-Lozano, 2003; Ramírez-Lozano, 2004; Anónimo, 2005; Alanís-Flores, 2006;
Villarreal-González, 2009). Se realizó trabajo de campo con recorridos por el área de
estudio para determinar los tipos de vegetación y sus principales componentes flo-
rísticos. Se hicieron observaciones directas sobre la acción de la fauna en el consumo
“ramoneo” de las estructuras botánicas de las plantas (tallos, ramas, hojas, flores y
frutos) para observar qué partes eran consumidas por la fauna. También se entrevistó
a poseedores de terrenos (ganaderos diversificados) para que nos proporcionaran
sus experiencias sobre el consumo de forrajes por la fauna. Además se tomaron
fotografías de las especies que son aprovechadas como forraje.

Tipos de matorral en el área de estudio

Matorral submontano
Esta es una formación arbustiva rica en formas de vida. El vigor, talla y distribución de
las especies dominantes y co-dominantes están supeditados a la disponibilidad de agua
en el suelo. Las formas biológicas dominantes son arbustos o árboles de porte bajo con
hojas pequeñas, caducifolias y subespinosas. Se ubica en los taludes inferiores de las
montañas y de hecho forman un extenso umbral que separa los elementos del mato-
rral espinoso tamaulipeco de las planicies y los bosques de encinos existentes en los
505
taludes superiores de la Sierra (Figura 2). En términos generales se pueden diferenciar
dos subtipos de matorral submontano:

-Matorral submontano subinerme subcaducifolio


Ocupa moderadas extensiones superficiales del matorral submontano y tiene una altura
hasta de 5 m. Tiende a presentar una agrupación densa y cerrada con especies caduci-
folias (que pierden su follaje durante un breve período del año). Existe en laderas con
suelos de textura fina y con profundidades mayores a 35 centímetros, siempre y cuando
se mantengan las condiciones de humedad adecuada. El tamaño de las hojas es mayor
que las del matorral subinerme y del espinoso. Las especies más conspicuas son: “ba-
rreta” Helietta parvifolia, “anacahuita” Cordia boissieri, “ocotillo” Gochnatia hypoleuca,
“corvagallina” Neopringlea integrifolia, “hoja dorada” Decatropis bicolor, “candelilla”
Fraxinus greggii, “tenaza” Pithecellobium pallens, y “chaparro prieto” Acacia rigidula.

-Matorral submontano subinerme


Es el que se encuentra más extendido debido a que tiene una adaptación ambiental más
amplia. En él dominan las especies subespinosas que resisten condiciones más extremas
de baja humedad y pueden prosperar en substratos pedregosos calizos con suelos delga-
dos. Las especies dominantes son: “chaparro prieto” Acacia rigidula, “huizache” Acacia
farnesiana, “yerba del potro” Caesalpinia mexicana, “cenizo” Leucophyllum frutescens,
“mezquite” Prosopis glandulosa, “coma” Sideroxylon celastrinum, “chapote prieto”
Diospyros texana y “palo verde” Cercidium macrum, los cuales en suelos profundos
(mayores de 60 cm), en lugares de menor insolación y mayor humedad alcanzan más
de 4 metros de altura, así como una cobertura sumamente cerrada.

Figura 2. Matorral submon-


tano en lomeríos en la cuen-
ca Palo Blanco.

506
-Matorral espinoso tamaulipeco
Las comunidades vegetales naturales del matorral espinoso tamaulipeco presentan
variantes fisonómicas; cada matorral puede ser alto espinoso o mediano subinerme, y
representa las comunidades vegetales típicas de la región de la Planicie Costera del Golfo.
Está constituido por arbustos medianos ramificados desde su base, pero en condiciones
de suelos y humedad favorable los tallos presentan fustes bien definidos y se presentan
formas arbóreas de más de 5 m de altura, entre los que destacan por abundancia y cober-
tura: “mezquite” Prosopis glandulosa, “chaparro prieto” Acacia rigidula, “granjeno” Celtis
pallida, “ebano” Ebenopsis ebano, “palo verde” Cercidium macrum, “cruceto” Randia
laetevirens, “anacahuita” Cordia boissieri, “cenizo” Leucophyllum frutescens, “tasajillo”
Opuntia leptocaulis, “nopal” Opuntia lindheimeri, “colima” Zanthoxylum fagara, “coma”
Bumelia lanuginosa y “guayacán” Guajacum angustifolium. Como especie sobresaliente
en altura se tiene a “palma pita” Yucca treculeana de hasta 6 m de altura (Figura 3).

Figura 3. Matorrales en
partes planas, matorrales
más densos, y en laderas
y lomeríos, matorrales de
porte bajo

matorrales de porte bajo


Factores ecológicos que influyen en la distribución de los matorrales
La distribución y desarrollo de los matorrales que se localizan en las regiones de
clima árido y semiárido del norte del estado de Nuevo León obedecen a la disposición
del patrón de humedad en el suelo. En la Cuenca Palo Blanco los matorrales presen-
tan variantes, las características físico-químicas del suelo constituyen condiciones

507
importantes en la distribución y desarrollo de las especies del matorral, por ejemplo,
en los suelos de textura arenosa a limo-arenosa y arcillosa que tienen la capacidad
de retener mayor humedad en las partes planas sustentan comunidades de plantas
densas, mientras que los suelos pedregosos y esqueléticos en el lomeríos o laderas
de las montañas, que retienen menos humedad, sustentan comunidades de plantas
de porte bajo y dispersas.
Las especies florísticas que integran el ecosistema de matorral presentan variantes
morfo-fisonómicas como un mecanismo de adaptación de las plantas a la condición
de semiaridez o aridez. Presentan tallos ramificados desde su base, algunas veces son
suculentos (cactáceas), inclusive las hojas; algunas otras especies presentan microfilia
o pueden ser áfilas (sin hojas) o éstas transformase en espinas. Las características de
microfila y de espinas, así como la pérdida de las hojas durante la época de sequía
o inviernos severos, distinguen a las especies de estos matorrales. Otra variante im-
portante para algunas especies, que se desarrollan en suelos profundos y de mayor
humedad, es que presentan tallos no ramificados en su base, dando un porte más
alto y una forma biológica tipo arbórea, característico de especies de matorrales altos
espinosos.

Resultados y discusión

Florísticamente, las especies como fuente de forraje son 49 agrupadas en 25 fami-


lias. La familia Fabaceae (leguminosas) es la más representativa, con 12 especies,
mostrándonos el gran valor de este grupo de plantas que caracterizan los matorra-
les de la región. Otras familias también importantes son Rhamnaceae, Ulmaceae y
Verbenaceae (Figura 4, Tabla 1). Destacan especies del género Acacia (uña de gato,
guajillo y chaparro prieto), el ébano Ebenopsis ebano y la vara dulce Eysenhardtia
texana (Figura 5).

Figura 4. Familias y las


especies que son con-
sumidas por la fauna
silvestre y doméstica
en el estado de Nuevo
León.

508
Figura 5. “Vara dulce” Eysenhardtia texana, especie muy
apreciada como forraje

Algunas otras familias, aunque no tienen muchas especies que las representan, tie-
nen valor como fuente de forraje y son muy apetecidas por la fauna, como la colima
Zanthoxylum fagara y el guayacán Guaiacum angustifolium (Figura 6).

Figura 6. Ave “salta pared de


cola oscura” postrada sobre
“guayacán” Guaiacum angus-
tifolium

Dentro de las especies muy apreciadas por sus frutos está la coma (Sideroxylon
celastrinum) y el chapote (Diospyros texana). Las cactáceas, con el género Opuntia,
básicamente los nopales (Figura 7), son especies de gran valor, ya que constituyen
una fuente de forraje por sus tallos, y cuando presenta producción de frutos, éstos

509
son sumamente consumidos por toda la gama de fauna, tanto silvestre como do-
méstica.

Figura 7. Matorral es-


pinoso de fondo y al
frente con una gran
nopalera de “nopal
de monte” Opuntia
engelmannii, especie
de suma impor tan-
cia como fuente de
forraje.

En las hojas, la fauna tanto silvestre como doméstica encuentra los suplementos
alimenticios de su dieta; además las especies florísticas de los matorrales tienen la
gran capacidad de regeneración foliar, manteniendo esa fuente alimenticia durante
casi todo el año (Figura 8). La formación de frutos después de la floración, está supe-
ditada a la combinación de otras condiciones ecofisiológicas de las plantas como la
humedad y termo período apropiado.

Figura 8. Ejemplares de vacuno y venado en el hábitat de matorral en busca de forrajes

En la Figura 9 se muestra que la fauna tanto silvestre como doméstica, dentro de


su dieta tiene una preferencia por las hojas (follaje) principalmente, pero también
les apetecen los frutos, flores y semillas; siendo los menos consumidos los tallos y
rebrotes.

510
Figura 9. Parte vege-
tal preferida por la
fauna doméstica y
silvestre

En la Figura 10 se muestra las preferencias de consumo de forraje por las distintas


especies de fauna. En particular los venados, otros mamíferos silvestres y las aves
muestran una mayor predilección por los forrajes de diferentes especies de flora
arbustiva. En cambio, la fauna doméstica, es decir caprinos, ovinos y bovinos mues-
tran una menor preferencia en el consumo de forrajes de especies arbustivas de los
matorrales.

Figura 10. Preferencia


de consumo de forraje
por las distintas espe-
cies de fauna domés-
tica y silvestre

511
Tabla 1. Listado florístico de las plantas de uso forrajero, que son consumidas por
la fauna silvestre y el ganado doméstico

**Parte
* ***Ani-
Nombre botánica
Familia Especie Forma mal que la
común consu-
de vida consume
mida

Agavaceae Yucca treculeana Palma pita P Fl, Fr, Ho Ve, M, Av, I

Anacardiaceae Rhus microphylla Correosa Ar Fr, Ho Av, M, Ve

Asteraceae Flourensia cernua Hojasén Ar Fl, Ho Ve, C

Ve, Av, M,
Berberidaceae Mahonia trifoliolata Agarito Ar Ho, Fr, Fl
Za, C, O, I

Cordia boissieri Anacahuita Ar o A Ho, Fl, Fr Ve, Av, M, I


Boraginaceae

Ehretia anacua Anacua Ar o A Ho, Fr, Fl Ve, Av, M, I

Nopal de V, C, Av,
Opuntia engelmannii Ar Fl, Fr, T
monte R, M
Cactaceae
Opuntia leptocaulis Tasajillo Ar Fr Ve, Av, M

Capparaceae Koeberlinia spinosa Junco Ar o A Fr, Re M, Av

Symphoricarpos orbicu-
Caprifoliaceae latus
Perlilla Ar Av,M

Celastraceae Schaefferia cuneifolia Panalero Ar Ho, Fr Ve, Av,

Costilla de Ve, Co, Av,


Chenopodiaceae Atriplex canescens Ar Ho, S
vaca M, C, O

Ve, Av, M,
Ebenaceae Diospyros texana Chapote Ar o A Ho, Fr
Za, O

Popotillo,
Ephedraceae Ephedra antisyphilitica Ar Ho, T Ve, C
canatilla

Bernardia myricifolia Oreja de ratón Ar Ho, S Ve, Av


Euphorbiaceae
Croton torreyanus Salvia Ar Ho V, O, B

512
Acacia berlandieri Guajillo Ar Ho, S Ve, M, Av

S, Fr, Ho,
Acacia farnesiana Huizache Ar o A Ve, Av, M
Re

Ve, Co,
Acacia greggii Uña de gato Ar o A Re, S, Ho
Av, M

Chaparro Ho, Fl,


Acacia rigidula Ar Av, Ve
prieto Fr, S

Ve, Av, M,
Acacia schaffneri Huizachillo Ar Ho, Fr,S
C, O

Re, Fr, S,
Fabaceae Parkinsonia aculeata Retama Ar o A Ve, M, Av, I
Ho, PA, Fl

Ho, S, Fl,
Parkinsonia texana Palo verde Ar o A Ve, M, Av, I
Va

Ebenopsis ebano Ébano Ar o A Ho, S Ve, M

Ho, Fr, S,
Prosopis glandulosa Mezquite Ar o A Ve, M, Av,
PA

Colorín o
Sophora secundiflora Ar o A Fl I
Frijolito

Eysenhardtia texana Vara dulce Ar Ho, Fl, Re C, Ve, Av, I

Ve, Av, M,
Fagaceae Quercus virginiana Encino Ar Re, Fr
C,O, P

Lamiaceae Salvia ballotiflora Mejorana Ar Ho Ve, B

Chaparral Ve, Av, M,


Oleaceae Forestiera angustifolia Ar Ho, Fr
blanco Co

Colubrina texensis Colubrina Ar Ho, Fr, S Ve, Av, M

Condalia hookeri Capulín Ar o A Fr, Ho M, Za, Ve, C

Rhamnaceae Condalia spathulata Costilla Ar Ho, Re, Fr Ve, Av, C

Karwinskia humboldtiana Coyotillo Ar Fr M, Av

Ve, Av, M,
Ziziphus obtusifolia Clepe Ar Ho, Fr
C, O

513
Rutaceae Zanthoxylum fagara Colima Ar Ho, Fl Av, I, C

Sideroxylon celastrinum Coma Ar o A Ho, Fr, S Av, M, Ve


Sapotaceae
Sideroxylon lanuginosum Coma Ar o A Ho, Fr, S Av, M, Ve

Scrophulariaceae Leucophyllum frutescens Cenizo Ar Ho Ve, I

Simaroubaceae Castela erecta Amargosa Ar Ho, Fr Ve, C

Solanaceae Lycium berlandieri Tomatillo Ar Ho, Fr Ve, Av, M

Celtis laevigata Palo blanco A Ho, Fr, S Ve, Av, M, I

Ve, Av, M,
Ulmaceae Celtis pallida Granjeno Ar Ho, Re, Fr
Co, C, O

Ulmus crassifolia Olmo A Ho, Fr M, Av, Ve, I

Vara dulce,
Aloysia gratissima Ar Ho, Re, Fl Ve, C, I
Palo amarillo

Verbenaceae Lantana urticoides Lantana Ar Fr, Fl Av, I

Orégano
Lippia graveolens Ar Ho, Fl, Fr Ve, B, C
cimarrón

Guaiacum angustifolium Guayacán Ar o A Ho Ve, Av, O, C


Zygophyllaceae
Larrea tridentata Gobernadora Ar Fl, Fr, S M, Av

* Forma Biológica: Ar= arbusto, A= árbol, P= palma; ** Parte botánica consumida: T= tallo, Ho= hoja, Fl=
flor, Fr= fruto, S= semilla, Re= rebrote; *** Animal que la consume: B= bovino, O= ovino, P= porcino, C=
caprino, Av= aves, R= reptiles, M= mamíferos, Ve= venados, Co= conejos, Za= zarigüeya, I= insectos.

514
Referencias bibliográficas

Alanís-Flores GJ y Ramírez-Lozano RG. 2003. Valor forrajero de las principales arbustivas que consume
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515
CALIDAD NUTRICIONAL DE PLANTAS
FORRAJERAS DEL NORESTE DE MÉXICO
Ramírez-Lozano RGa*, González-Rodríguez Hb
a
Facultad de Ciencias Biológicas, Departamento de Alimentos, Universidad Autónoma de Nuevo León.
Pedro de Alba s/n, Ciudad Universitaria 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
b
Facultad de Ciencias Forestales, Universidad Autónoma de Nuevo León, 67700, Apartado Postal 41,
Linares, Nuevo León, México.
*roqramir@gmail.com

Resumen

E
n esta región árida y semiárida del noreste de México, con climas secos, la
disponibilidad de agua es el factor más limitante que controla el crecimiento,
desarrollo, sobrevivencia y distribución de las especies vegetales nativas.
En este contexto, las especies de plantas de esta región han desarrollado diversas
adaptaciones fisiológicas y morfoanatómicas, tales como la abscisión temprana de
las hojas, reducción del área foliar, extenso y profundo sistema radicular, acumula-
ción cerosa en la epidermis, reducción de la pérdida de agua por el cierre estomá-
tico y acumulación de solutos orgánicos e inorgánicos. Por las características de la
vegetación, esta región es considerada propicia para el desarrollo de la ganadería
doméstica extensiva (caprino, bovino y ovino) y fauna silvestre (venado cola blanca),
donde las especies nativas del matorral juegan un papel importante como fuente de
alimento. El valor nutritivo de un forraje es una función de la cantidad consumida de
alimento y la eficiencia con que los nutrientes son extraídos de ese alimento durante
la digestión. Las hojas, tallos, yemas y frutos de árboles y arbustos que en conjunto
constituyen el ramoneo, representan un importante recurso alimenticio para los
rumiantes en pastoreo. No obstante, las hierbas tienen más alto contenido nutricio-
nal que las arbustivas. Los pastos nativos e introducidos producen gran cantidad de
forraje disponible para el ganado, comparado con los arbustos y hierbas. Sin embargo,
las cabras y venados no hacen un uso intensivo de ellos debido, en gran parte, a sus
hábitos alimenticios, ya que prefieren el ramoneo y las hierbas. Algunas arbustivas
de la familia Fabaceae deberán ser tomadas en cuenta para ser incorporadas a los
sistemas de alimentación de pequeños rumiantes en pastoreo debido a que no sólo
sirven como fuente de nutrientes de los animales, sino también aportan nitrógeno
al suelo mejorando las propiedades físicas y químicas del mismo donde las plantas
crecen y se desarrollan.

517
Introducción

Los árboles, arbustos, hierbas y pastos nativos han sido asociados, principalmente,
por su diversidad, ventajas nutricionales y preferencias alimenticias por rumiantes
en pastoreo. Asimismo, el valor nutritivo y alimenticio de estos forrajes está asocia-
do con un gran número de ventajas: provisión y diversidad de sus dietas, fuente de
nitrógeno, energía, vitaminas y minerales. Además, el valor de los arbustos y árboles
forrajeros es excepcional en la mayoría de los sistemas extensivos de las regiones
áridas y semiáridas, en los cuales el ramoneo en las dietas de pequeños rumiantes
es muy importante. Esto para algunos rumiantes como cabras y venado cola blanca,
puede representar más del 50% de sus dietas. Reportes científicos del valor nutritivo
del ramoneo sugieren que en general, hojas de arbustos, árboles y hierbas contienen
altos niveles de calcio y proteína cruda que muchos forrajes comerciales. Sin embargo,
algunos arbustos y árboles contienen altos niveles de compuestos antinutrimentales
y las hierbas compuestos tóxicos.

Características de la vegetación del noreste de México

El principal tipo de vegetación en el noreste de México, conocido como matorral


espinoso tamaulipeco, se compone de arbustos y árboles diversos, densos y espino-
sos, los cuales se distinguen por un amplio rango de grupos taxonómicos mostrando
diferencias en patrones de crecimiento, diversidad en la longevidad foliar, dinámicas
de crecimiento y desarrollo fenológico (McMurtry et al., 1996; Northup et al., 1996).
La región cubre un área de aproximadamente 200,000 km2 (incluido el sur de Texas,
EUA), está caracterizada por un promedio anual de precipitación que varía de 400
a 800 mm y el potencial anual de evapotranspiración es de aproximadamente 2200
mm (González et al., 2004). En el caso particular del estado de Nuevo León, la distri-
bución del clima y suelo no es uniforme. La distribución irregular de la precipitación
y temperatura en el estado ha ocasionado que a lo largo del tiempo se hubiesen
formado varios tipos de vegetación, los cuales son también producto de la existen-
cia de microclimas y factores ecológicos muy particulares presentes en la zona. Por
tanto, se pueden identificar regiones áridas y semiáridas en las cuales predomina una
baja producción de forraje proveniente de pastos nativos, llevando al interés de la
utilización del follaje de árboles y arbustos como fuentes potenciales y sustentables
de alimento para rumiantes en pastoreo (Ramírez, 1999).
La amplia diversidad de plantas nativas del estado de Nuevo León con potencial
forrajero, es un ejemplo típico de una gran plasticidad en la respuesta a factores
físico-químicos extremos (Reid et al., 1990). En particular, muchos árboles y arbustos
de especies leguminosas son utilizados como alimento para el ganado dado que per-
manecen verdes y con un contenido relativamente alto de nutrientes a lo largo del año
(Ramírez-Lozano, 2009). Sin embargo, el uso de la vegetación como alimento por las
grandes especies de herbívoros domésticos (ganado bovino) en las áreas naturales ha
provocado modificaciones en la composición florística y la estructura de la formación
518
vegetal (Turner, 1999); por consiguiente, esta transformación de la estructura vege-
tal ha ocasionado cambios importantes en el balance de las poblaciones silvestres.
El impacto ecológico que ha comprometido la biodiversidad se asocia también a
problemas de deforestación y cambios en el uso del suelo. El efecto más importante
para los manejadores y propietarios de ranchos diversificados es el desplazamiento
de las poblaciones de fauna silvestre hacia lugares que puedan proporcionar los
requerimientos básicos como alimento, agua, cobertura vegetal y espacio vital, para
obtener un desarrollo vigoroso y saludable de los animales (Ramírez-Lozano, 2004).
Especies arbustivas como chaparro prieto (Acacia rigidula), mezquite (Prosopis
glandulosa), anacahuita (Cordia boissieri), tenaza (Havardia pallens), huizache (Acacia
farnesiana), panalero (Forestiera angustifolia), granjeno (Celtis pallida), cenizo (Leuco-
phyllum frutescens), guayacán (Porlieria angustifolia), palo verde (Cercidium macrum),
guajillo (Acacia berlandieri) y nopal (Opuntia engelmannii), generalmente forman
parte de las especies dominantes de algunos tipos vegetativos propios de esta zona,
las cuales a su vez son consideradas como una fuente importante de alimento tanto
para rumiantes en pastoreo como para animales de vida silvestre como el venado
cola blanca (INEGI, 2002; Estrada-Castillón y Jurado, 2005).

Forrajeras nativas y su valor nutritivo

El forraje se define como cualquier parte comestible no dañina en una planta o en


una parte de la planta que tiene un valor nutritivo y que es disponible a los anima-
les en pastoreo. Una planta o parte de la planta tiene que cumplir varios requisitos
antes de que pueda ser considerada como forraje. El más importante de éstos es
la aceptabilidad, la disponibilidad y si provee o no nutrientes. Respecto a la última
condición, muchas de las plantas consideradas como tóxicas o dañinas no pueden
ser catalogadas como especies forrajeras porque ellas no proveen nutrientes cuando
son consumidas, más bien en lugar de esto, causan enfermedades, daños tóxicos y
en ocasiones la muerte. Hay excepciones en aquellos animales que son capaces de
consumir cierta cantidad de plantas tóxicas sin daños, asimismo, algunas plantas
tóxicas son consideradas buen forraje y son tóxicas únicamente con un manejo in-
adecuado (Van Soest, 1994).
Además, el valor nutritivo de un forraje es una función de la cantidad consumida de
alimento y la eficiencia con que los nutrientes son extraídos de ese alimento durante
la digestión (Colleman y Henry, 2002). El alimento consumido por el rumiante es de-
terminado principalmente por el llenado ruminal que está directamente relacionado a
la velocidad de digestión, o más específicamente, a la velocidad del paso de partículas
fibrosas por el rumen (Forbes y Provenza, 2000). La productividad de los rumiantes
está estrechamente relacionada con el potencial que un alimento suplementa, a través
de una efectiva fermentación microbiana en el rumen, las cantidades y el balance de
los nutrientes necesarios para el mantenimiento y función productiva del animal. No
hay una definición simple del valor nutritivo. La composición química por sí misma

519
es una pobre definición del valor nutritivo, dado que la disponibilidad de nutrientes
de los forrajes es variable (Van Soest, 1994). Se ha demostrado que el consumo de la
materia seca digestible (o energía) está altamente correlacionado con la productividad
del rumiante para cualquier alimento, pero no provee información de la composición de
nutrientes absorbidos. Conforme el conocimiento acerca de la nutrición en rumiantes se
ha expandido, también ha aumentado la necesidad de distinguir alimentos de acuerdo
a su capacidad de suplementar nutrientes en proporciones balanceadas para satisfacer
funciones productivas particulares (Forbes, 2007).

Factores que afectan la calidad del forraje

Debido a que el valor nutritivo de los forrajes es influenciado por la cantidad y dispo-
nibilidad de productos metabólicos y anabólicos, incluyendo los contenidos celulares y
la pared celular, cualquier factor que altere estos productos también afecta la calidad
del forraje. La temperatura usualmente tiene un gran impacto en calidad del forraje
más que otros factores ambientales a los que se enfrenta las plantas. La temperatura
de la planta es el resultado de interacciones complejas entre la planta y el intercam-
bio de energía en el medio ambiente y es influenciada por el flujo de la densidad de
radiación, calor de conducción, calor de convección, calor latente, respiración, energía
almacenada, y características anatómicas y morfológicas, fisiológicas y bioquímicas.
Además, debido a las variaciones en la cobertura, aspectos particulares de las partes
de las plantas y el resultado de diferencias en la carga de radiación, la temperatura de
los tejidos puede variar ampliamente en cualquier tiempo (Alldredge et al., 2002).
La disminución en la digestibilidad in vitro de la materia seca asociada con ele-
vadas temperaturas es frecuentemente atribuida a altas concentraciones de los
constituyentes de la pared celular, pero pocos estudios han intentado demostrar el
mecanismo involucrado en este fenómeno. La temperatura no sólo puede aumentar
la concentración de la pared celular, sino también puede reducir la digestibilidad de la
misma. Es probable que la temperatura juegue un papel importante en la composición
química y, por lo tanto, ésta esté relacionada con la digestibilidad de los constituyentes
de la pared celular, pero pocas investigaciones han intentado documentar esto. Los
cambios en la concentración de la pared celular con la temperatura son muy pocos
en relación con la materia seca. Mientras que, generalmente, se ha asumido que los
efectos de la temperatura sobre la digestibilidad están mediados por la lignina debido
a la alta correlación negativa entre lignina y digestibilidad. Una baja en la digestibilidad
del forraje a altas temperaturas ha sido consistentemente asociada con un aumento
substancial en la cantidad de pared celular indigestible (Waterman et al., 2007).
Las variaciones de temperatura pueden alterar la digestión de la pared celular
modificando el grosor de la célula. Paredes celulares gruesas son digeridas más lenta-
mente que las paredes celulares delgadas, como resultado de la cantidad relativa del
área superficial en relación a la cantidad de material celular. Se observaron efectos
consistentes de la temperatura sobre el grosor de las paredes celulares, cuando varios

520
forrajes estuvieron creciendo a temperaturas de 16 a 22°C o 26 a 32°C, concluyendo
que los efectos de las temperaturas sobre la anatomía de las hojas o tallos no fueron
factores importantes en la diferencia que induce la temperatura en la digestibilidad
del forraje (Bruinenberg et al., 2002).
Las plantas C4 han sido reconocidas por su relativamente baja digestibilidad y
altas concentraciones de polisacáridos estructurales comparados con las plantas C3.
De hecho, dentro de la familia Poaceae, la gran diferencia en digestibilidad y en la
composición de la pared celular se debe a la temperatura. Dentro de la Festucoidae
y las subfamilias tropicales Panicoidae, las primeras exhibieron la vía fotosintética C3
y las últimas tuvieron la vía C4. Las plantas de estaciones cálidas también mostraron
alto contenido de celulosa y hemicelulosa, más que los pastos de clima templado.
Este aspecto no ha sido suficiente para precisar si las diferencias son verdaderamente
taxonómicas o son causadas por condiciones diferentes del medio ambiente bajo las
cuales la especie de estación cálida y estación templada usualmente crecen (Scheirs
et al., 2001).
El alto potencial de producción vegetal está usualmente asociado negativamente
a muchas plantas adaptadas a la sequía. Asimismo, las características xeromórficas de
las plantas decrecen en climas cálidos o secos, teniendo paredes celulares delgadas,
cutícula delgada y tejido altamente lignificado. Estas características son generalmente
asociadas con una baja digestibilidad. El estrés por agua generalmente tiene un pe-
queño efecto sobre la calidad del forraje más que sobre el crecimiento y desarrollo,
y la mayoría de los efectos sobre la calidad del forraje son positivos primeramente
debido a que la madurez se retrasa por estrés hídrico (Bruinenberg et al., 2002).
El sombreado típicamente tiene un reducido efecto sobre la calidad de las plantas,
comparado con la morfología o producción. Los componentes de la pared celular
son depositados previamente en el siguiente orden: hemicelulosa, celulosa y ligni-
na; aunque hay traslapes. La reducción en la composición de la pared celular por el
sombreado se ve reflejada en un aumento en la digestibilidad de la materia seca en
un 5% con un sombreado intenso (Linl et al., 2001).

Árboles y arbustos forrajeros

Los árboles y arbustos pueden contribuir a asegurar una dieta nutritiva para el
ganado. Muchos árboles forrajeros tienen su hábitat en zonas áridas y semiáridas
donde las condiciones del medio son difíciles para el cultivo de pastos introducidos;
y en estos casos, el pastoreo depende exclusivamente de dichos árboles y arbustos
ya que, de otra forma, los animales no podrían sobrevivir (Ramírez-Orduña et al.,
2008). En numerosas regiones del mundo, la mayor parte de los ganaderos y pastores
reconocen el valor de los árboles y han establecido medidas para su protección, pero
en otras, éstas medidas se las dejan a la naturaleza que actúa sobre la regeneración
espontánea de las especies. Cuando hay exceso de pastoreo el suelo se erosiona y,
por tanto, disminuye su capacidad productiva, lo que se refleja en la pérdida de cu-

521
bierta vegetal que podría seguir suministrando forraje durante varios años. Cuando
el suelo se somete a cultivos intensivos el espacio para los árboles es poco o nulo.
Muchas veces las necesidades de alimentación de los rebaños son compensadas por
el forraje producido de árboles plantados en los linderos, como cercas vivas y cortinas
rompevientos (Ramírez-Lozano, 2009).

Mezclas de forrajes

Los árboles forrajeros han jugado siempre un papel muy importante en la alimenta-
ción de animales domésticos. Estos recursos alimenticios habían sido generalmente
ignorados por científicos debido al conocimiento inadecuado de su uso potencial y
a la carencia de iniciativas para desarrollar sistemas alimenticios más innovadores
(Haenlein y Ramírez, 2007). El enfoque convencional para los árboles forrajeros es
estudiar y promover especies en forma individual, cuando la realidad es que, en mu-
chas partes del mundo, los animales consumen o son alimentados con mezclas de
distintos follajes arbóreos; en especial las cabras, que en su dieta incluyen una amplia
diversidad de alimentos, sobre todo, los más nutritivos (Guerrero-Cervantes et al.,
2009). Los ensayos de cafetería han sido usados extensamente para determinar las
diferencias de palatabilidad relativa dentro de diferentes especies arbóreas. Aparte de
mostrar las preferencias del animal por una especie forrajera en particular, también
demuestran que, si se presenta la oportunidad, los rumiantes se alimentarán con
mezclas de forrajes (Duncan et al., 2003)
Los ganaderos en diversas partes del mundo suministran mezclas de hojas de
árboles forrajeros a sus animales como un suplemento o como ración entera. El uso
de mezclas asegura un suministro más diverso de forrajes y, por tanto, reduce el
riesgo de dependencia en una sola especie vegetal. Además, los ganaderos usan la
diversidad genética como una forma de seguro sobre el cultivo, pues en ambientes
marginales, la uniformidad puede llevar al fracaso total de un cultivo en circunstan-
cias desfavorables, mientras que cultivar una mezcla de diferentes especies significa
que una parte del cultivo logrará sobrevivir a pesar del mal tiempo, las plagas o las
enfermedades (Duncan et al., 2003).
Desde el punto de vista científico, el mayor contenido nutricional de la combinación
de especies comparado con aquel obtenido con las especies ofrecidas individualmente
puede explicarse por razones relacionadas con: 1) la reducción de los efectos tóxicos
de un forraje en particular, 2) los efectos sinergéticos a nivel digestivo de los compo-
nentes de la mezcla y 3) el incremento en la variedad y palatabilidad de la dieta. Bajo
estas circunstancias se destacan tres aspectos importantes del valor nutritivo de las
mezclas de árboles forrajeros: los factores antinutricionales, los efectos asociativos en
digestibilidad y los efectos asociativos en el consumo voluntario (Forbes y Provenza,
2000).

522
Importancia del ramoneo

Las hojas, tallos, talluelos, yemas y frutos de árboles y arbustos, que en conjunto cons-
tituyen el ramoneo, representan un importante recurso alimenticio para los rumiantes
en pastoreo. Además, la condición perenne de muchos arbustos les permite mantenerse
verdes durante los inviernos húmedos y no disminuye notablemente su valor nutricional,
como es el caso de pastos y hierbas con ciclo vegetativo anual que al madurar dismi-
nuyen la disponibilidad de sus nutrientes accesibles para el animal que los consume.
Sin embargo, muchas de las especies arbustivas pueden reducir el aprovechamiento
de sus nutrientes, especialmente de la proteína (Ramírez et al., 2000).
Bajo condiciones de pastoreo todos los pequeños rumiantes consumen forraje
selectivamente, y las cabras y el venado no son la excepción. Por lo general se les
considera como ramoneadores debido a que consumen vegetación del matorral,
aunque prefieren las hierbas más que los arbustos, pero están obligados a consu-
mir arbustivas cuando las plantas herbáceas no están presentes en el agostadero o
declinan en calidad nutritiva. En la mayoría de los estudios realizados, el ramoneo
excede el 50% de los componentes de la dieta anual de cabras y venados. Existen
varias causas para explicar la habilidad de ellos para consumir forraje proveniente de
árboles pequeños y arbustos destacando lo siguiente: son de talla pequeña, el total
de los nutrientes consumidos por peso corporal es alto, además, su boca pequeña,
labios móviles y lengua prensil permiten una gran selección de hojas pequeñas, entre
otros (Ramírez-Lozano, 2004; 2009).

Utilización de arbustivas en la alimentación animal

Las hojas, yemas y las ramas de árboles y arbustos son un componente de la vegeta-
ción nativa y son más comunes en áreas montañosas frías y regiones semiáridas. Las
especies presentes y su densidad varían ampliamente con respecto al clima, tipo de
suelo y precipitación. Se ha encontrado extensa variabilidad en los valores nutritivos
en especies de arbustos y árboles usados en la alimentación del ganado. Esta variación
es debida a la amplia diversidad inherente de los valores nutritivos entre especies,
así como a la fluctuación encontrada dentro de las especies, por las diferencias en
las partes de las plantas, edad del tejido, tipos de suelos y las condiciones ambienta-
les prevalecientes, en las cuales las plantas están creciendo. Por otra parte, el valor
nutritivo de los forrajes está en función de su digestibilidad, composición química y
presencia de toxinas o factores antinutritivos. Aunque el potencial de ramoneo es
ampliamente conocido, notablemente hay una acentuada escasez de información
de su uso por los rumiantes, lo anterior da como resultado una necesidad de más
investigación dentro del hábito del manejo del ramoneo para el balance de calidad
y cantidad del forraje hacia la productividad y sustentabilidad dentro del pastoreo y
el ramoneo (Devendra, 1990).
El estudio de árboles y arbustos que se desarrollan en regiones áridas y semiáridas
en el mundo, como fuente de alimento para pequeños rumiantes bajo sistemas de
523
manejo extensivo, recientemente ha cobrado gran interés por parte de los nutricio-
nistas del pastizal. Además, fomenta una nueva forma de utilización de los recursos
naturales que conlleva a la generación de productos alimenticios en beneficio del
hombre. Los recursos naturales que se encuentran en los agostaderos del norte de
México pueden ser de utilidad en la alimentación animal bajo sistemas extensivos,
sin embargo, pocos de ellos han sido estudiados para tal fin.
Se ha determinado que los pequeños rumiantes en pastoreo en el noreste de
México seleccionan 32 plantas arbustivas nativas de la flora del noreste de México
(Tabla 1), que son pertenecientes al Matorral Espinoso Tamaulipeco de la Planicie
Costera del Golfo; todas representan un importante componente del agostadero para
la nutrición de los rumiantes debido a que dichas plantas proporcionan una dieta de
calidad; sin embargo, conforme cambian las estaciones, también varían en su calidad
nutricional.

Utilización de hierbas nativas en la alimentación animal

La calidad nutritiva de las hierbas está asociada con el estado de crecimiento de la


planta, tipo de planta y factores ambientales tales como disponibilidad de humedad
en el suelo, propiedades físicas del suelo y precipitación. Generalmente, las hierbas
tienen mayor contenido nutricional que las arbustivas nativas o pastos nativos. Anual-
mente, las hierbas tienden a ser 35 a 40% más elevadas en el contenido de energía
que las especies de arbustivas, similares en proteína y 40 a 45% más altas en fósforo.
Sin embargo, las hierbas son altamente dependientes de una adecuada humedad y
temperaturas moderadas (Ramírez y Núñez-Hernández, 2006).

Tabla 1. Arbustos y árboles nativos forrajeros que crecen en el noreste de México


Nombre científico Familia Nombre común
Acacia berlandieri Benth. Fabaceae Guajillo
Acacia farnesiana (L.) Wild. Fabaceae Huizache
Acacia rigidula Benth. Fabaceae Chaparro prieto
Acacia wrightii Benth. Fabaceae Uña de gato
Caesalpinia mexicana A. Gray Fabaceae Hierba del potro
Cercidium macrum IM Johnst. Fabaceae Palo verde
Desmanthus virgathus L. Fabaceae Huizachillo
Eysenhardtia polystachya (Ortega) Sarg. Fabaceae Vara dulce
Leucaena leucocephala L. Fabaceae Leucaena
Parkinsonia aculeata L. Fabaceae Retama
Pithecellobium ebano (Berl) Muller. Fabaceae Ebano
Pithecellobium pallens (Benth) Standl. Fabaceae Tenaza
Prosopis glandulosa Torr. Fabaceae Mezquite
Bernardia myricaefolia (Scheele) Wats. Euphorbiaceae Oreja de ratón

524
Bumelia celastrina H.B.K. Sapotaceae Coma
Castela texana T. and G. Rose. Rutaceae Chaparro amargoso
Celtis pallida Torr. Ulmaceae Granjeno
Condalia obovata Hook Rhamnaceae Brasil
Cordia boissieri A. DC. Boraginaceae Anacahuita
Diospyros texana Scheele Ebenaceae Chapote prieto
Forestiera angustifolia Torr. Oleaceae Panalero
Gymnosperma glutinosum (Spreng) Less. Compositae Tatalencho
Helietta parvifolia (Gray) Benth. Rutaceae Barreta
Karwinskia humboldtiana (R. and S.) Zucc. Rhamnaceae Coyotillo
Lantana macropoda Torr. Verbenaceae Mejorana
Larrea tridentata DC. Zygophyllaceae Gobernadora
Leucophyllum frutescens Berl. Scrophulariaceae Cenizo
Opuntia engelmannii Engelm. Cactaceae Nopal
Porlieria angustifolia Engelm. Zygophyllaceae Guayacán
Schaefferia cuneifolia Gray. Celastraceae Capul
Zanthoxylum fagara (L.) Sarg. Rutaceae Colima
Ziziphus obtusifolia T. and G. Rose Rhamnaceae Junco

Existe considerable evidencia (Holechek y Pieper, 2001), de que cuando el rumiante


incluye las hierbas en su dieta mejora su comportamiento, sobre todo, en períodos
cuando otros grupos de plantas tienen baja calidad nutritiva. Aparentemente, los
pequeños rumiantes en pastoreo en los agostaderos del noreste de México seleccio-
nan hierbas con alto contenido nutricional cuando están disponibles; especialmente,
en las épocas húmedas y son las siguientes: Coldenia greggii, Dyssodia pentachaeta,
Haplopappus spinolosus, Heliotropium angiospermun, Palafoxia texana, Polyanthes
maculosa, Ruellia corzoi, Sida filicaulis, Zephyranthes arenicola, entre otras de menor
importancia.

Utilización de pastos nativos en la alimentación animal

Los pastos nativos e introducidos producen gran cantidad de forraje disponible para
el ganado, comparado con los arbustos. Sin embargo, las cabras y venados no hacen
uso intensivo de ellos debido en gran parte a sus hábitos alimenticios, ya que prefieren
el ramoneo y las hierbas. Se ha reportado (Gallina, 1993) que los pastos no son selec-
cionados, cuando hay suficiente disponibilidad de forraje proveniente de arbustos y
hierbas o cuando se ha modificado la disponibilidad y calidad del forraje. Pollock et
al. (1994) mencionan que los pequeños rumiantes aumentan la selección de pastos,
después de la estación de lluvias. El valor nutritivo de los pastos se basa en su nivel
nutricional (energía, proteína, etc.) y su disponibilidad en el sistema digestivo del ru-
miante. Conforme el porcentaje de materia seca se incrementa, el comportamiento
animal, en términos de ganancia de peso, producción de leche, peso al destete de
las crías y la tasa de concepción, también se incrementan. En general, los pastos de
525
clima templado son más digestibles que los de clima cálido y los anuales son más di-
gestibles que los perennes. Sin embargo, las cabras y venados en pastoreo, prefieren
consumir hierbas y arbustivas.
El valor nutritivo de los pastos es mayor cuando se encuentran en crecimiento
y disminuye conforme la planta madura. La primera razón es que las hojas son más
digestibles que los tallos; sin embargo, el porcentaje de hojas disminuye conforme
las plantas maduran y se incrementa el porcentaje de tallos. La segunda razón es
que el contenido celular es 98% digestible e incluye carbohidratos solubles, proteína,
triglicéridos y glucolípidos. La pared celular está compuesta de celulosa, hemicelulosa
y lignina, pero su digestibilidad varía de 30 a 75%. Conforme las plantas crecen, la
pared celular se incrementa de 30 a 80% disminuyendo su digestibilidad (Ramírez-
Lozano, 2007). Aparentemente, los pastos nativos más preferidos por rumiantes en
el noreste de México (Ramírez et al., 1997) son: Aristida spp., Bouteloua gracilis, Cen-
chrus incertus, Hilaria belangeri, Bouteloua curtipendula, Bouteloua trifida, Brachiaria
fasciculata, Digitaria insularis, Chloris ciliata, Leptochloa filiformis, Panicum hallii,
Panicum obtusum, Paspalum unispicatum, Setaria macrostachya, Setaria grisebachii,
Tridens eragrostoides, Tridens muticus. Entre los cultivados destacan Cenchrus ciliaris
y Rhynchelytrum repens, entre otros de menor importancia.

Contenido de proteína en plantas nativas

Uno de los principales problemas que limitan la producción animal en muchas áreas
del mundo es el estado nutricional de los animales. De acuerdo con la mayoría de los
investigadores, los principales factores que limitan el comportamiento productivo
de los animales en pastoreo son: el bajo contenido proteico de las plantas, un bajo
consumo de energía debido al alto contenido de fibra en los forrajes y deficiencias
de minerales y/o de vitaminas (Escudero y Mandivilla, 2003; McDowell, 2003). Uno
de los nutrientes más importantes para los animales en pastoreo es la proteína.
Aparentemente, el nivel de proteína de 7% en un forraje es considerado como con-
veniente para mantener la actividad de los microorganismos benéficos (bacteria,
protozoarios y hongos) en el rumen del animal. Con excepción del nopal y el pasto
Aristida longiseta, todas las arbustivas (Tabla 2), hierbas (Tabla 3) y pastos (Tabla 4),
que crecen en el noreste de México, contienen niveles de proteína para cubrir las
demandas de pequeños rumiantes en la mayoría de sus estados fisiológicos. Por
tanto, es importante mantener la diversidad de plantas forrajeras en el agostadero
para proveer a los animales en pastoreo con otro tipo de vegetación (hierbas) y, de
esta manera, aumentar las opciones de consumo de plantas con proteína de mayor
disponibilidad ruminal (Ramírez-Lozano, 2004).

526
Contenido de fibra en las plantas

Hay una considerable variación entre especies de plantas con respecto a la concen-
tración y composición de los carbohidratos estructurales que conforman la fibra
(pared celular). La concentración de celulosa es típicamente más alta en las paredes
de las Fabaceaes (leguminosas), que las de Poaceaes (gramíneas). Esto refleja una
concentración mucho más baja de hemicelulosa en leguminosas comparadas con los
pastos. La concentración de celulosa frecuentemente parece ser similar entre pastos.
Sin embargo, los pastos perennes de clima cálido realmente tienen carbohidratos es-
tructurales más abundantes que los pastos de clima templado (Buxton y Fales, 1994).
El contenido de pared celular promedio de las arbustivas (37%; Tabla 2) y hierbas (38%;
Tabla 3) es relativamente bajo comparados con el de los pastos nativos (75%, Tabla 4).
Aparentemente, aquellas plantas forrajeras con bajo contenido de pared celular es
indicativo de una elevada calidad nutricional debido a su elevado contenido celular,
que es abundante en carbohidratos no estructurales, como el almidón, que las plantas
almacenan principalmente en las hojas y semillas y son muy solubles (digestibles).
Como era de esperarse, la celulosa y la hemicelulosa tuvieron un comportamiento
similar al de la pared celular en los tres grupos de plantas (arbustos, hierbas y pastos).
Por lo general, la celulosa tiende a ser más elevada en las plantas forrajeras.
La lignina es el componente de la fibra que es reconocido como limitante de la
digestión ruminal de los polisacáridos de la fibra en el rumen (Van Soest, 1994). Al
someter a un análisis de regresión simple entre los datos de lignina y los de digesti-
bilidad de la materia orgánica (DMO) de las arbustivas (Tabla 2), hierbas (Tabla 3) y
pastos (Tabla 4) se obtuvo un coeficiente de correlación negativo (r = -0.41; P<0.05). Lo
anterior significa que al elevar los niveles de lignina en las plantas, la DMO disminuye
significativamente. Lo anterior confirma la influencia negativa de la lignina sobre la
digestibilidad de los nutrientes en las plantas arbustivas.
Los taninos condensados están ampliamente distribuidos en el follaje de las plantas,
sobre todo en árboles y arbustos. En los herbívoros, cuando consumen cantidades con-
siderables de árboles y arbustos con alto contenido de taninos condensados, disminuye
la palatabilidad y digestibilidad de la materia seca y proteína. Sin embargo, bajo ciertas
circunstancias actúan como toxinas más que como inhibidores de la digestión. La mayoría
de los herbívoros, que son muy selectivos de los forrajes que consumen, seleccionan
plantas con relativamente bajas concentraciones de taninos. Los pequeños rumiantes en
el noreste de México prefieren seleccionar hojas maduras que los rebrotes de chaparro
prieto (Acacia rigidula); aparentemente, el material maduro contiene menos taninos
condensados; aun cuando las hojas nuevas contienen más nutrientes.

527
Tabla 2. Promedios anuales de la composición química (% base seca) y digestibilidad
in situ de la materia orgánica (DMO, % base seca) de arbustivas nativas que crecen
en el noreste de México.
Arbustivas Proteína Fibra Cel Hemi Lignina Taninos DMO
Fabaceae
Acacia berlandieri 22 34 9 8 16 23 29
Acacia farnesiana 21 33 8 14 14 2 59
Acacia rigidula 17 45 15 11 14 19 28
Acacia wrightii 22 41 18 13 13 1 47
Caesalpinia mexicana 14 28 13 7 8 1 62
Cercidium macrum 25 27 7 12 7 9 64
Desmanthus virgathus 20 35 8 8 12 9 31
Eysenhardtia polystachya 21 34 11 15 10 1 63
Leucaena leucocephala 24 44 7 28 9 8 63
Parkinsonia aculeata 19 49 23 15 13 3 49
Pithecellobium ebano 21 42 12 19 21 2 35
Pithecellobium pallens 21 36 17 11 9 2 63
Prosopis glandulosa 20 44 16 11 15 1 61
Promedio 20 38 13 13 12 6 50

Otras familias
Bernardia myricaefolia 17 29 18 4 7 0 60
Bumelia celastrina 17 53 31 15 13 3 49
Castela texana 15 43 8 12 22 4 58
Celtis pallida 23 25 11 6 5 0 53
Condalia obovata 16 41 7 11 5 1 47
Cordia boissieri 15 38 21 5 9 0 55
Diospyros texana 13 33 15 8 11 2 61
Forestiera angustifolia 17 42 7 23 12 0 66
Gymnosperma glutinosum 15 30 8 6 9 5 68
Helietta parvifolia 13 24 14 2 4 0 68
Karwinskia humboldtiana 21 39 10 15 11 3 53
Lantana macropoda 17 30 8 8 8 0 67
Larrea tridentata 17 25 7 4 10 2 52
Leucophyllum frutescens 12 44 9 11 24 1 48
Opuntia engelmannii 5 39 13 24 1 0 50
Porlieria angustifolia 17 41 13 10 16 2 43
Schaefferia cuneifolia 15 51 15 17 11 0 46
Zanthoxylum fagara 22 34 9 14 9 0 61
Ziziphus obtusifolia 16 30 5 12 12 13 54
Promedio 16 36 12 11 10 2 56
Cel = celulosa, Hemi=hemicelulosa

528
Aparentemente los pequeños rumiantes, domésticos y silvestres, en el noreste de
México consumen dietas, durante la mayor parte del año, compuestas principalmente
de especies arbustivas, algunas contienen cantidades elevadas de taninos condensa-
dos, otras tienen niveles intermedios y las menos están prácticamente desprovistas
de taninos. Al correlacionar el contenido de taninos condensados, que se encuentran
en las plantas arbustivas y los valores de digestibilidad de la materia orgánica de esas
mismas plantas (Tabla 2) se encontró una relación negativa (r = - 0.53; P<0.001). Lo
anterior pudiera indicar que el follaje de arbustivas, con mayor contenido de taninos
condensados en su materia orgánica, es menos digerido por los microbios de rumen
del herbívoro.

Digestividad de las plantas nativas forrajeras

El promedio anual de DMO de las 32 especies arbustivas fue de 53% (Tabla 2), de las
hierbas fue de 70% (Tabla 3) y la DPC de los pastos fue 44% (Tabla 4). La mayoría de
las arbustivas de la familia Fabaceae destacan por su alta digestibilidad. Sin embar-
go, las hierbas son muy superiores a los otros dos grupos de plantas. Con excepción
de los pastos, las hierbas y la mayoría de los árboles y arbustos contienen energía
digestible durante la mayor parte del año, para satisfacer las demandas de energía
de pequeños rumiantes en pastoreo.

Tabla 3. Promedios anuales de la composición química (% base seca) y digestibilidad


in situ de la materia orgánica (DMO, % base seca) de hierbas nativas forrajeras que
crecen en el noreste de México
Hierbas Proteína Fibra Cel Hemi Lignina DMO

Coldenia greggii (T. y G.) Gray. 14 45 23 7 8 61


Dyssodia pentachaeta (DC.) Robins 11 50 30 11 10 50
Haplopappus spinolosus (Greene) Hall. 15 38 16 10 10 66
Heliotropium angiospermum Murr. 20 39 18 13 7 64
Palafoxia texana DC. 17 39 15 17 5 73
Polyanthes maculosa (Hook.) Shinners. 12 25 11 8 4 85
Ruellia corzoi Tram y Burlk. 17 43 15 14 8 70
Sida filicaulis T. y G. 17 35 18 13 5 75
Zephyranthes arenicola Hansel 24 30 18 5 3 87

Cel= celulosa, Hemi= hemicelulosa

529
Contenido de macrominerales

Aparentemente, el forraje de arbustivas nativas (Tabla 5), hierbas nativas (Tabla 6) y


pastos nativos (Tabla 7) que crecen en el noreste de México y son consumidos por
rumiantes en pastoreo contienen calcio (Ca) en concentraciones suficientes, durante
todo el año, para satisfacer los requerimientos de rumiantes en pastoreo en todos
sus estados fisiológicos. Las hierbas nativas contienen más altas cantidades de Ca
que las arbustivas y pastos nativos. Sobresalen Heliotropium angiospermum, Colde-
nia greggii y Ruellia corzoi. Los pastos, por otra parte, contienen las cantidades más
bajas de Ca comparadas con arbustivas y hierbas. Panicum hallii, Bouteloua gracilis
y Chloris ciliata tienen los contenidos más altos de Ca. A pesar de su relativamente
bajo contenido de Ca, los pastos nativos cubren las necesidades metabólicas de Ca
de rumiantes durante todo el año.

Tabla 4. Promedios anuales de la composición química (%) y digestibilidad in situ de


la pared celular (DPC %) de pastos nativos que crecen en el noreste de México
Pastos Proteína Fibra Cel Hemi Lignina DPC

Aristida longiseta (Steud.) Vasey 6 87 37 37 10 45


Bouteloua curtipendula
11 74 29 28 8 37
(Gould & Kapadia)
Bouteloua gracilis (Thurb) 9 82 34 34 8 56
Bouteloua trifida (Thurber) 11 74 30 28 8 37
Brachiaria fasciculata (Sw.) 14 65 24 24 8 44
Cenchrus incertus (M.A. Curtis) 8 77 31 32 7 55
Chloris ciliata (Swartz.) 14 72 27 26 8 44
Digitaria insularis (L.) 11 68 32 31 5 42
Hilaria belangeri (Steud. Nash) 7 79 32 31 6 55
Leptochloa filiformis (Lam.) Beauv 12 70 27 26 8 43
Panicum hallii (Vasey.) 13 70 30 29 7 43
Panicum obtusum (H.B.K.) Parodi. 14 65 26 24 8 49
Paspalum unispicatum (L.) 11 68 28 28 7 40
Setaria grisebachii (Fourn.) 14 69 26 26 8 40
Setaria macrostachya (H.B.K.) 13 69 27 26 9 41

Tridens eragrostoides (Vasey & Scribn.) Nash 13 73 30 30 7 41

Tridens muticus (Torr.) Wash. 11 75 28 27 9 39

Cel = celulosa; Hemi = hemicelulosa

530
Sin embargo, el fósforo (P) es un nutriente limitante en el noreste de México para los
rumiantes en pastoreo consumiendo la vegetación nativa. La deficiencia de este ele-
mento puede ser considerada como la más difundida e importante económicamente
de todos los minerales no disponibles que afectan al ganado en pastoreo (McDowell,
2003). Los suelos deficientes en P son comunes y los forrajes producidos en estos
suelos son pobres en P. Además, muchas gramíneas que contienen más del 3.0 g/kg
de P durante las primeras etapas de crecimiento están disponibles sólo por cortos
períodos de tiempo para rumiantes en pastoreo (McDowell, 2003). Las condiciones
de aridez, el aumento en la madurez también repercuten en bajas concentraciones
de P en el forraje (Spears, 1994). Por tanto, todas las plantas (arbustivas, hierbas y
pastos, Tabla 5, 6 y 7, respectivamente) tuvieron niveles insuficientes de P para las
demandas específicas de rumiantes; sin embargo, se ha determinado que los pequeños
rumiantes en pastoreo no muestran los síntomas de deficiencia característicos de la
deficiencia de P. Lo anterior pudiera explicarse debido a que los animales consumen
hierbas con alto contenido de P, siempre y cuando estén disponibles en el agosta-
dero. Además, es probable que los animales tengan mecanismos de conservación y
transferencia de P, proveniente del tejido óseo, similar a aquellos conocidos del Ca.
Tales mecanismos pudieran permitir a los animales seleccionar plantas altas en P en
la primavera y conservar el P para los períodos críticos.
Aparentemente el potasio (K) y magnesio (Mg) contenidos en las plantas arbustivas,
hierbas y pastos nativos no son nutrientes limitantes para el crecimiento y desarrollo
corporal de los animales rumiantes. Sin embargo, el sodio (Na) es el mineral más
comúnmente deficiente en los ecosistemas de clima templado como los del noreste
de México, y es el único nutriente por el cual los herbívoros específicamente desa-
rrollan un alto apetito. Aparentemente, todas las plantas nativas son deficientes en
Na (Tablas 5-7). La sal común usualmente se utiliza para compensar la deficiencia. El
fósforo debe ser suplementado también.

Contenido de elementos traza

Aun cuando la cantidad requerida es muy pequeña para llevar a cabo las funciones
metabólicas de los rumiantes en pastoreo que requieren cobre (Cu), algunas especies
arbustivas (Tabla 5), hierbas (Tabla 6) y pastos nativos (Tabla 7) que crecen en el noreste
de México, tienen concentraciones marginalmente menores a sus requerimientos
de Cu. En muchas regiones del mundo, después del P, la deficiencia de Cu es la más
importante para animales en pastoreo.

531
Tabla 5. Promedios anuales del contenido de Ca, K, Mg, Na, P (g/kg base seca), Cu,
Mn, Fe y Zn (mg/kg base seca) de arbustivas nativas forrajeras que crecen en el
noreste de México y requerimientos mínimos.
Arbustivas Ca K Mg Na P Cu Fe Mn Zn
Fabaceae
Acacia berlandieri 11 8 6 1.0 1.0 6 122 27 17
Acacia farnesiana 10 10 8 0.4 1.0 8 110 33 34
Acacia rigidula 8 8 4 0.3 1.0 13 99 20 22
Acacia wrightii 32 15 4 0.3 1.9 20 244 152 46
Caesalpinia mexicana 33 6 2 0.2 0.9 4 58 56 32
Cercidium macrum 12 16 11 0.4 1.0 18 103 25 55
Desmanthus virgathus 13 9 8 0.4 1.0 10 442 61 28
Eysenhardtia polystachya 25 8 2 0.2 0.9 5 107 57 85
Leucaena leucocephala 12 16 6 1.0 1.0 14 149 30 21
Parkinsonia aculeata 19 12 2 0.3 1.4 8 102 42 33
Pithecellobium ebano 22 13 3 0.2 1.0 6 37 46 19
Pithecellobium pallens 21 8 4 0.3 0.9 7 93 50 15
Prosopis glandulosa 6 16 4 0.4 1.3 16 117 35 49
Promedio 17 11 5 0.4 1.1 10 137 49 35
Otras familias
Bernardia myricaefolia 42 7 2 0.1 0.9 3 67 30 33
Bumelia celastrina 30 14 5 0.4 1.0 3 163 60 38
Castela texana 29 8 7 0.3 0.7 4 274 66 47
Celtis pallida 45 16 13 0.1 1.5 5 74 40 24
Condalia obovata 10 12 2 0.3 1.1 11 137 20 18
Cordia boissieri 14 17 8 1.0 1.3 11 259 19 24
Diospyros texana 26 15 5 0.3 0.7 8 105 120 16
Forestiera angustifolia 28 14 3 0.4 1.4 5 262 129 81
Gymnosperma glutinosum 11 20 6 0.2 1.3 7 73 41 161
Helietta parvifolia 29 9 3 0.1 0.7 5 57 46 43
Karwinskia humboldtiana 53 17 14 0.3 1.5 9 167 78 47
Lantana macropoda 22 22 2 0.8 1.8 13 100 45 47
Larrea tridentata 39 25 6 0.8 1.0 5 334 122 54
Leucophyllum texanum 8 15 5 0.4 1.0 15 364 23 41
Opuntia engelmannii 26 17 3 0.2 0.5 17 64 36 19
Porlieria angustifolia 14 13 15 1.0 1.0 13 156 19 26
Schaefferia cuneifolia 77 14 9 0.2 0.9 8 132 32 40
Zanthoxylum fagara 45 14 5 0.2 1.8 6 198 121 42
Ziziphus obtusifolia 8 23 5 0.3 1.0 17 89 62 17
Promedio 29 15 6 0.4 1.1 9 162 58 43
Requerimientos 3 1 6 1.0 3 8 40 30 30

532
Debido a las múltiples interacciones del Cu, se han categorizado las deficiencias de
Cu en 4 grupos; cuando el alimento contiene: 1) niveles altos de Mo (más de 20 mg/
kg), 2) nivel bajo de Cu pero un nivel de Mo considerablemente alto (por ejemplo,
una proporción de menos de 2:1), 3) deficiencia de Cu (menos de 5 mg/kg), y 4) nivel
normal de Cu y bajo en Mo, con un nivel alto de proteína soluble (que proviene de
pastos verdes) ya que ésta incrementa la cantidad de sulfuros producidos en el rumen,
resultando en sulfuro de Cu y el animal no puede utilizarlo (McDowell, 2003).

Tabla 6. Promedios anuales del contenido de Ca, K, Mg, Na, P (g/kg base seca),
Cu, Fe, Mn, y Zn (mg/kg base seca) de hierbas nativas forrajeras que crecen en el
noreste de México y requerimientos mínimos.
Hierbas Ca K Mg Na P Cu Fe Mn Zn

Coldenia greggii (T and G) Gray. 49 15 5 0.7 1.2 14 173 55 67


Dyssodia pentachyata (DC) Robins 32 16 5 0.9 1.5 15 267 46 63
Haplopappus spinolosus (Greene) Hall. 36 18 4 0.7 1.6 15 196 50 56
Heliotropium angiospermun Murr. 37 27 11 1.8 1.9 19 151 44 55
Palafoxia texana DC. 18 30 9 1.1 1.6 15 230 65 48
Polyanthes maculosa (Hook) Shinners. 33 26 6 0.7 2.0 12 253 46 47
Ruellia corzoi Tram and Burlk. 39 24 11 0.7 1.6 16 371 56 39
Sida filicaulis T and G. 22 30 6 1.0 1.4 13 426 81 44
Zephyranthes arenicola hansel 23 33 5 0.6 2.8 19 428 82 42
Requerimientos 3 1 6 1.0 3 8 40 30 30

El hierro (Fe) es un mineral que se encuentra en abundancia en todos los tipos de


plantas que seleccionan los rumiantes en pastoreo en el noreste de México. Las defi-
ciencias de Fe para rumiantes en pastoreo son raras a menos que ocurra pérdida de
sangre (por parásitos o enfermedad). Todas las arbustivas (Tabla 5), hierbas (Tabla 6)
y pastos nativos (Tabla 7) tienen concentraciones de Fe que cubren y, en muchas de
ellas, exceden los requerimientos de Fe de rumiantes adultos. Arbustos como Acacia
berlandieri, Acacia rigidula, Desmanthus Virgathus, Leucaena leucocephala y Ziziphus
obtusifolia contienen altos niveles de taninos condensados (Tabla 2), por tanto, altos
consumos de estas plantas pueden reducir la absorción de Fe. Pero también se sabe
que los animales en pastoreo, sobre todo el venado cola blanca, tienen enzimas en la
saliva que degradan o se asocian con taninos condensados, por lo que su presencia
puede que no inhiba la digestión de la plantas o la absorción de los minerales (Van
Soest, 1994).

533
Los forrajes varían considerablemente en su contenido de Mn, pero las con-
centraciones generalmente son superiores a 20 mg/kg (Minson, 1990). Aunque los
requerimientos de este elemento se incrementan cuando el contenido de Ca y P es
alto en la dieta, la mayoría de los tres grupos de plantas tienen concentraciones de
Mn para satisfacer los requerimientos metabólicos de pequeños rumiantes.
Doce de las 32 arbustivas (Tabla 5) tienen concentraciones de Zn marginalmente
bajas para los requerimientos metabólicos de rumiantes en pastoreo. El requerimiento
mínimo de Zn para rumiantes varía con la forma química de combinación con otros
componentes de la dieta. Con excepción de Cercidium macrum, Leucophyllum frutes-
cens, Gymnosperma glutinosum, Helietta parvifolia, Lantana macropoda y Parkinsonia
aculeata. En cambio todas las hierbas (Tabla 6) y pastos nativos (Tabla 7) tienen niveles
de Zn en cantidades suficientes para cubrir los requerimientos de rumiantes en pastoreo
(30 mg/kg).

Tabla 7. Promedios anuales del contenido de Ca, K, Mg, Na, P (g/kg base seca), Cu,
Fe, Mn y Zn (mg/kg base seca) de pastos nativos que crecen en el noreste de México
y sus requerimientos mínimos.
Pastos Ca K Mg Na P Cu Fe Mn Zn

Aristida longiseta (Steud.) Vasey 7 3 1 0.4 1 6 179 39 50


Bouteloua curtipendula (Gould & Kapadia) 4 5 1 0.2 1 2 74 45 48
Bouteloua gracilis (Thurb) 10 5 1 0.5 1 6 108 39 49
Bouteloua trifida (Thurber) 5 3 1 0.2 1 4 105 36 25
Brachiaria fasciculata (Sw.) 7 15 2 0.2 1 4 164 63 52
Cenchrus incertus (M.A. Curtis) 9 24 2 0.3 1 9 134 65 58
Chloris ciliata (Swartz.) 7 13 1 0.2 1 4 125 27 60
Digitaria insularis (L.) 7 13 2 0.4 1 3 208 88 43
Hilaria belangeri (Steud. Nash) 9 4 1 0.4 1 7 94 37 49
Leptochloa filiformis (Lam.) Beauv 5 6 2 0.2 2 3 122 25 53
Panicum hallii (Vasey.) 6 10 2 0.2 1 5 245 43 37
Panicum obtusum (H.B.K.) Parodi. 7 17 2 0.2 1 4 408 35 46
Paspalum unispicatum (L.) 7 14 2 0.3 1 4 222 40 69
Setaria grisebachii (Fourn.) 5 17 2 0.2 1 4 141 31 60
Setaria macrostachya (H.B.K.) 4 25 2 0.5 2 4 105 35 55
Tridens eragrostoides (Vasey & Scribn.) Nash 4 14 1 0.2 1 2 210 38 58
Tridens muticus (Torr.) Wash. 5 5 1 0.2 1 4 115 27 34
Requerimientos 3 1 6 1.0 3 8 40 30 30

534
Conclusiones y perspectivas

Se concluye que, en condiciones normales, los rumiantes en pastoreo que se desarro-


llan en agostaderos del noreste de México, consumiendo plantas forrajeras nativas,
no requieren ser suplementados con fuentes de proteína, carbohidratos (fibra), Ca,
Mg, K, Fe y Mn, y muy probablemente, con vitaminas liposolubles tales como K, D, E
y A y las del complejo B, debido a que dichas plantas contienen los niveles adecuados,
siempre y cuando estén disponibles y en cantidades suficientes; para lo cual se deberá
tener un buen manejo de la vegetación y un buen control del número de animales en
los predios o agostaderos. Sin embargo, cerca de los abrevaderos, fuentes de mine-
rales que contengan P, NA (sal común) y microminerales (Cu, Mn y Zn) deberán estar
presentes en los ranchos y al acceso de la fauna silvestre y doméstica. Por tanto, las
plantas nativas forrajeras que se muestran en este escrito, en su mayoría, representan
una importante fuente de alimento para los rumiantes domésticos, así como para el
venado cola blanca que tiene mecanismos digestivos adaptados para consumir dicha
vegetación. Las cabras en pastoreo tienen un comportamiento similar a los venados,
debido que seleccionan las mismas plantas que éstos. Los ovinos y bovinos en pasto-
reo, aun cuando prefieren los pastos durante las épocas críticas, también hacen uso
extensivo de arbustivas y hierbas nativas. Algunas arbustivas de la familia Fabaceae
deberán ser tomadas en cuenta para ser incorporadas a los sistemas de alimentación
de pequeños rumiantes en pastoreo, debido a que no sólo sirven como fuente de
nutrientes para los animales, sino también aportan nitrógeno al suelo mejorando el
medio ambiente donde se desarrollan.

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537
DIVERSIDAD E IMPORTANCIA PECUARIA DE LAS
GRAMÍNEAS (POACEAE) EN NUEVO LEÓN
Valdés-Reyna Ja*, González-de la Rosa MCb; Foroughbakchk-Pournavab Rb; Guzmán-Lucio MAb
1
Departamento de Botánica, Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro,
Blvd. Antonio Narro s/n, Buenavista, C.P. 25315, Saltillo, Coahuila.
b
Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias Biológicas,
Universidad Autónoma de Nuevo León, Ave. Pedro de Alba, s/n,
Ciudad Universitaria, 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
* jvaldes@uaaan.mx

Resumen

L
as gramíneas forman, sin lugar a dudas, uno de los grupos vegetales más im-
portantes desde el punto de vista económico. En la historia del ser humano
las gramíneas han sido un factor fundamental en la formación y evolución de
las grandes civilizaciones, pues se han usado como alimento primario. Representan,
además de su gran diversidad e importancia ecológica, una familia importante desde el
punto de vista económico. En términos de producción agrícola son miembros de esta
familia: el maíz (Zea mays L.), el trigo (Triticum aestivum L.), el arroz (Oryza sativa L.),
la cebada (Hordeum vulgare L.), el centeno (Secale cereale L.), la avena (Avena sativa
L.), el sorgo (Sorghum bicolor (L.) Moench.) y el mijo (Pennisetum glaucum (L.) R. Br.),
cereales ampliamente cultivados. Otros usos notables de las gramíneas incluyen su
utilización como forraje para el ganado, como plantas de ornato, en la fabricación
de artesanías, y en actividades relacionadas con la construcción, la recreación y la
industria, por ejemplo, la caña de azúcar (Saccharum officinarum L.).

Introducción

La familia Poaceae o Gramineae es considerada como consmopolita ya que se le


puede encontrar en cualquier tipo de bioma y es por lo tanto uno de los grupos mejor
adaptados a diferentes ambientes. Se les puede localizar en comunidades diversas que
abarcan, desde la tundra ártica, los bosques templados y cálido húmedos, hasta las
zonas áridas y semiáridas e incluso en ambientes acuáticos. La familia de las gramíneas,
ocupa el tercer lugar en cuanto al número de especies, después de las compuestas
(Asteraceae) y orquídeas (Orquidaceae), dentro de las plantas vasculares. Para el Es-

539
tado de Nuevo León, Bettle et al., en 1969 registra 81 géneros y 295 espacios, Valdés
Reyna en 1997 estima para Nuevo León 88 géneros y 250 especies, actualmente para
el estado de Nuevo León se encuentran registradas poco más de 300 especies de
gramíneas, representadas tanto por especies nativas como por especies introducidas,
las cuales, a la vez, pueden ser cultivadas o silvestres. En el estado, al igual que en
el resto del mundo, los miembros de esta familia son ampliamente utilizados para
una gran diversidad de fines, destacando el aprovechamiento forrajero, lo cual está
íntimamente relacionado con la actividad ganadera que se desarrolla en la entidad.

Morfología, taxonomía y diversidad

Los miembros de esta familia son plantas generalmente herbáceas, con raíz fascicu-
lada, tallo hueco de tipo caña, y hojas alternas de disposición dística, de nerviación
paralela, formadas por una vaina que envuelve al tallo, generalmente hendida por
detrás, con una lámina linear y una estructura pelosa o membranosa llamada lígula,
situada entre la lámina y la vaina. Las gramíneas son de inflorescencia en espiga, ra-
cimo o panícula, compuesta por unidades básicas llamadas espiguillas. Las espiguillas
son dísticas y presentan, generalmente, dos escamas basales llamadas glumas, que
protegen uno o muchos flósculos de unidades generalmente hermafroditas e incons-
picuas. Cada flósculo está compuesto por dos escamas: la lema, con un nervio central
que en ocasiones se prolonga en forma de arista, y la palea, biquillada y terminada
generalmente en dos dientes; estambres con filamentos largos y anteras versátiles,
casi siempre en número de tres por cada flor; ovario súpero con dos estigmas plu-
mosos; y el fruto típico de tipo cariopsis, es decir, parecido a un aquenio pero con la
testa de la semilla soldada al pericarpo.
La familia de las Gramíneas representa uno de los grupos vegetales más diversos
en el mundo, pues incluye de 750 a 800 géneros, con alrededor de 11,000 especies
según varios criterios, ya que se trata de una familia con grandes dificultades de
clasificación. Es la tercera o cuarta familia en importancia por el número de espe-
cies, y sin duda la primera por su interés económico, ya que incluye a los cereales y
a muchas plantas forrajeras. También, desde el punto de vista de la vegetación, son
de principal importancia, ya que constituyen el componente principal de la flora en
formaciones vegetales como son: la estepa, la sabana y la pradera, que cubren el 20%
de la superficie terrestre.
La familia de las gramíneas ha ido cambiando a lo largo del tiempo en subfamilias y
tribus. La primera subdivisión científica de esta familia reconoció dos tipos diferentes de
espiguillas entre la subfamilia Panicoideae y Pooideae (Festucoideae). Bentham (1881)
reconoce 13 tribus agrupadas en dos subfamilias. Hitchcock (1935) y Hitchcock y Chase
(1951), reconocen dos subfamilias y 14 tribus. Esta clasificación de dos subfamilias fue
aceptada por la mayoría de los agrostólogos por más de 150 años hasta la llegada una
nueva síntesis. Con la aceptación de información morfológica y molecular, nuestro
concepto y clasificación de las gramíneas está cambiando rápidamente. Actualmente

540
se reconocen 12 subfamilias: Bambusoideae, Anomochlooideae, Pharoideae, Pueloi-
deae, Ehrhartoideae, Centothecoideae, Pooideae, Arundinoideae, Danthonoideae,
Aristidoideae, Chloridoideae, y Panicoideae (GPWG, 2001), con 40 tribus y 76 subtribus
(Soreng et al., 2000). En México se han registrado 206 géneros (Valdés y Dávila, 1995),
1,182 especies y 207 categorías infraespecíficas (Beetle, 1987; Dávila et al., 2006), de
las cuales se han registrado 564 con algún uso (Mejía y Dávila, 1992).
La clasificación de las gramíneas de Nuevo León sigue lo presentado por este
grupo, pues 8 de las 12 subfamilias están presentes. Siguiendo el patrón para Norte
América y México, la flora de gramíneas de Nuevo León está dominada por tres
grandes subfamilias. La Chloridoideae, incluyendo las gramíneas de las zonas áridas
y semiáridas, seguida por la Panicoideae, con especies características de hábitats
húmedos, y la Pooideae o gramíneas de crecimiento de invierno presentes en las
partes de montaña. Cinco de las ocho subfamilias están representadas por una sola
tribu. Para el estado están reportadas 320 taxa distribuidas en 18 tribus, 104 géneros,
303 especies, 45 variedades y 5 subespecies. En la Tabla 1 se presenta el listado de
las especies de gramíneas reportadas para el Estado de Nuevo León, de acuerdo a la
clasificación para las gramíneas mexicanas.
La subfamilia Pooideae presenta 6 tribus, seguida por Panicoideae con 4 tribus y,
finalmente, Chloridoideae con 3 tribus. La tribu con mayor géneros es Cynodonteae,
con 23, seguida por Paniceae con 19, Poeae con 18 y Andropogoneae con 15. El género
Muhlenbergia es el que tiene mayor cantidad de especies, siendo éstas 25. Le sigue
Eragrostis, con 17, Bouteloua con 15, Paspalum con 13, Sporobolus con 10, Setaria
con 10 y Aristida con 9.

Diversidad de usos en gramíneas

La importancia económica de la familia Poaceae es incuestionable, su relación con


las actividades humanas data desde tiempos inmemoriales. Además de su utilización
como alimento y forraje, las gramíneas son empleadas por el hombre en la elaboración
de productos medicinales, artesanales, y en la industria, construcción, recreación y
ceremonias religiosas. Además cumplen un papel fundamental en la conservación y
regeneración de suelos.
La diversidad de usos que se les da a los miembros de esta familia en el estado
de Nuevo León se indica en la Tabla 3. El aspecto alimenticio está representado por
14 especies, destacando el maíz (Zea mays), el trigo (Triticum aestivum) y el sorgo
(Sorghum bicolor). El aspecto medicinal lo cubren 17 especies, entre las cuales se en-
cuentran el carricillo (Arundinella berteroniana), el carrizo (Arundo donax) y la avena
(Avena fatua). El aspecto ornamental lo representan 14 especies en las que se incluyen
gramíneas como: la cola de zorro (Andropogon glomeratus var. glomeratus), el carrizo
o carricillo (Arundo donax), el bambú (Bambusa vulgaris), el zacate de las pampas
(Cortaderia selloana), el bambú negro (Phyllostachys nigra), el pasto San Agustín
(Stenotaphrum secundatum), entre otros. También, uno de los usos que a veces no
se considera y que es de suma importancia es el aspecto ecológico como retenedor
541
o protector del suelo, entre los cuales se enlistan 11 especies, considerándose, entre
otras, el zacate buffel (Cenchrus ciliaris), el zacatón arenoso (Sporobolus cryptandrus)
y el zacate africano (Eragrostis lehmanniana). El uso en las construcciones rurales (te-
chos, vigas, cercas, jacales, tubos de riego), el artesanal, el industrial o el ceremonial
también estan contemplados con especies de esta familia. Sin embargo, el aspecto
forrajero constituye, definitivamente, el uso mejor representado por miembros de
esta familia, ya que en el estado se pueden contabilizar poco más de 200 especies de
esta familia con este uso, lo cual queda demostrado en la Figura 1, en la que podemos
apreciar la distribución de las especies gramíneas por tipo de uso.

Figura 1. Distribución
de los usos princi-
pales de la familia
Poaceae

En el estado de Nuevo León, en la familia de las gramíneas, el número de especies


útiles mejor representadas son las pertenecientes a la tribu Cynodonteae con 50. Les
siguen las de la tribu Paniceae, con 44 especies. Andropogoneae con 19, Poeae con
13, Aristideae con 9, la tribu Stipeae con 5 especies, Eragrostideae con 5 especies,
Triticeae 5 y Bromeae y Zoysieae con 3 especies, respectivamente. El resto de las tribus
son escasamente representadas con un total de 21 especies (Figura 2).

Figura 2. Distribución
de especies útiles mejor
representadas por tribu,
en número y por ciento

542
La subfamilia Chloridoideae es la más abundante en cuanto al número de especies
con 76 (35%), seguida de la subfamilia Panicoideae y Pooideae con 75 y 47 especies,
que representan el 34 y 21 porciento respectivamente, la subfamilia Aristoideae con
15 y el resto de las subfamilias con 7 especies (Figura 3). Un aspecto a considerar es
que, del total de especies útiles de gramíneas, 91 son nativas, 31 introducidas y 7
cultivadas. En cuanto a los géneros más abundantes encontramos a Bouteloua, que
es el género que más especies forrajeras presenta con 15, seguida de los géneros
Aristida y Paspalum con 10 y 9 especies, respectivamente.

Figura 3. Subfamilias
con especies útiles
mejor representadas

Importancia y manejo de gramíneas forrajeras

Las gramíneas constituyen, sin lugar a dudas, uno de los grupos vegetales más im-
portantes desde el punto de vista económico, ya que son el principal componente
de los pastizales y, consecuentemente, el principal uso que se ha dado a esta familia
ha sido como fuente de forraje para la alimentación del ganado. Es precisamente su
utilización como fuente de energía para el ganado doméstico y fauna silvestre lo que
convierte a las gramíneas forrajeras en el grupo de plantas más importante para el
hombre.

Características adaptativas

La adaptación, proliferación y disposición de biomasa de gramíneas forrajeras está en


función de una serie de características adaptativas que aseguran el éxito de estos vege-
tales en zonas áridas y semiaridas del noreste de México, e incluso en todo el mundo.
La determinación de cómo, cuándo y con qué intensidad hacer uso de los pastizales
debe estar basada en el conocimiento de la morfología y la fisiología de las especies
que la constituyen, debido a que la utilización y naturaleza de los pastizales implica
cosechas repetidas para obtener una máxima disponibilidad de materia seca con
óptima calidad. La velocidad de recuperación y la persistencia pueden lograrse si se

543
consideran tres aspectos fundamentales: rápida y abundante iniciación de rebrote,
nivel y movilización de los carbohidratos de reserva y mantenencia de una buena
velocidad de rebrote abundante. En las especies forrajeras son muy importantes
los meristemas apicales responsables del crecimiento en longitud y los meristemas
intercalares de crecimiento rápido pero limitado, desde los cuales se producen pe-
riódicamente nuevos tejidos y órganos.
La amplia distribución y desarrollo de esta familia se debe, en parte, a la morfología
de sus semillas que favorece su dispersión, a la alta capacidad reproductiva y a su ele-
vada tolerancia a diferentes tipos de restricciones ambientales; por ejemplo, muchas
de las plantas más tolerantes a la sequía se encuentran en esta familia Poaceae.
Es importante, considerar también que casi todos los zacates de clima templado
tienen un número cromosómico básico de siete (trigo, cebada, avena y centeno),
mientras que en zacates tropicales el genoma haploide es de 8, 9 o 10 cromosomas.
Estas diferencias cromosómicas permiten la presencia de poliploídia en poco más
del 70% de las especies de Poaceas. Aunque existen barreras que pueden impedir el
cruzamiento intergenérico o aún interespecífico entre las gramíneas, algunas especies
de Agropyron han sido cruzadas exitosamente con ciertas especies de trigo, cebada
y centeno (Ahloowalia, 1984).
El mecanismo de asimilación de CO2 es también una característica importante que
les confiere diferencias en la potencialidad de producción de materia seca por unidad
de superficie y en la eficiencia de la utilización del agua, todo lo cual tiene una gran
importancia desde el punto de vista agronómico (Melo y Boetto, 1993). Además, las
vías fotosintéticas están acompañadas por diferencias anatómicas, ultraestructurales
y bioquímicas, las cuales condicionan el consumo y la digestión que son factores re-
lacionados con la productividad animal (Wilson, 1991; Melo y Boetto, 1993; Minson
y Wilson, 1994).
Las plantas que poseen el paso fotosintético conocido como C4 son más eficientes
en la captación de CO2 cuando las concentraciones de este compuesto son bajas. Estas
condiciones se presentan con temperatura e intensidad de luz altas, debido a que la
concentración de CO2 declina como consecuencia de su reducida solubilidad relativa
a la de O2 (Sage, 2004), además tienen mayor resistencia estomática a la pérdida de
agua (Wentworth, 1983), características que, bajo ambientes semiáridos, permiten
que las especies C4 sean muy eficientes en el uso del agua y del nitrógeno (Ehleringer
et al., 1997). Así, la fotosíntesis en plantas C4 puede ocurrir bajo condiciones de estrés
térmico e hídrico, cuando la fotosíntesis en especies C3 estaría limitada.
La anatomía foliar cuantitativa se constituye en una herramienta útil para estimar
calidad y puede ser utilizada en la selección de especies forrajeras, ya que ésta pre-
senta variaciones tanto en tipo como en contenido de tejidos (Akin et al., 1991). Los
estudios realizados para evaluar los tejidos y el porcentaje que ocupa cada uno de
ellos (anatomía cuantitativa) han mostrado considerable variación entre las especies
de gramíneas forrajeras observando que la proporción de los distintos tejidos foliares
está directamente relacionada con la velocidad con que son digeridos en el rumen
y, consecuentemente, a la calidad forrajera de la especie (Akin, 1984; Tivani et al.,
1990; Wilson, 1991).
544
Calidad y valor nutricional de forrajes

El conocimiento de la calidad del forraje y del valor nutritivo de las especies más
abundantes en sus diferentes estados fenológicos son elementos de fundamental
importancia al momento de iniciar planes de manejo que permitan mejorar la pro-
ductividad animal. Algunos investigadores consideran que el valor nutricional puede
expresarse en términos de su composición química (concentración de nutrientes), de
su digestibilidad y de la naturaleza de los productos de la digestión; la calidad es el
resultado del valor nutricional y del consumo efectivo por los animales.
Cada región ofrece posibilidades y limitaciones en cuanto a clima y suelo, por lo
que la búsqueda de forrajeras que se comporten bien en las condiciones ofrecidas
resulta la primera tarea. Las forrajeras tienen distintos mecanismos de adaptación
a las condiciones climáticas que le ofrece la naturaleza (Melo y Boetto, 1993), por lo
que presentan una gran variación en calidad en sus distintas etapas de crecimiento
y en las diferentes fracciones de la planta, las cuales además de las condiciones am-
bientales se deben también al material genético y al manejo (Gaggiotti et al., 1996).
Todos los forrajes difieren en su capacidad de proveer los nutrientes necesarios
para llevar a cabo las funciones corporales de mantenimiento, crecimiento y reproduc-
ción en el ganado, lo cual está en función del consumo voluntario, la concentración de
nutrientes, la digestibilidad y la eficiencia con que los animales utilizan los nutrientes
absorbidos para llevar a cabo sus funciones fisiológicas. Además, de acuerdo con
Humphrey (1991), debe considerarse dentro del concepto general de valor nutritivo
la presencia o acumulación de sustancias tóxicas o antinutricionales que pueden
afectar la salud o el desempeño productivo de los animales.
Algunos de los autores antes citados han estudiado propiedades nutricionales de
interés para estas especies en otros ambientes (Fernández Greco y Viviani Rossi, 1997;
Gaggiotti et al., 1996; Galli, 1997; Suarez et al., 2001) y considerado que la implemen-
tación de alternativas de manejo de mayor impacto requiere del conocimiento del
potencial forrajero de la pastura, para lo cual necesariamente deberá realizarse un
diagnóstico, utilizando como principal herramienta a las especies componentes del
pastizal (Fernández Greco y Viviani Rossi, 1997).
Se ha reportado que en el noreste de México los animales en pastoreo consumen
una gran variedad y cantidad de plantas, entre las que destacan por su número los
zacates nativos (Ramírez et al., 1993, 1995, 1997). Aunque algunos de ellos son con-
sumidos ávidamente por los rumiantes, ya que producen mayor cantidad de forraje
que otros grupos de plantas, no se conoce su calidad nutritiva y, por lo tanto, se
desconoce su contribución nutricional en la dieta de animales en pastoreo.
La degradabilidad ruminal efectiva, grado de digestión ruminal, tiempo de retar-
do (fase lag), tasa de digestión ruminal y digestibilidad potencial son importantes
características de digestión del forraje. Tales características pueden ser usadas para
predecir el valor nutritivo más acertadamente y comparar la utilidad de los forrajes
en las dietas para rumiantes (Singh et al., 1989).
Ramírez et al. (2001) estimaron el valor nutritivo y el grado de digestión ruminal
del forraje de plantas de zacate buffel común (Cenchrus ciliaris L.) y de los zacates
545
nativos: aristida (Aristida spp.), navajita (Bouteloua gracilis Thurb), cadillo (Cenchrus
incertus M.A. Curtis), verdillo de fleco (Chloris ciliata Swartz), punta blanca (Digitaria
califórnica (Benth) Henr.), zacate mezquite (Hilaria belangeri (Steud) Nash), rizado
(Panicum hallii Varsey), pajita tempranera (Setaria macrostachya H.B.K.) y tridento
esbelto (Tridens muticus (Torr.) Nash), colectados en el municipio de Marín, N. L. La
tasa de digestión, degradabilidad potencial y degradabilidad efectiva en los zaca-
tes nativos C. incertus, C. ciliata, D. californica y P. hallii resultaron ser mayores o
comparables a los de C. ciliaris. Sin embargo, el elevado contenido de pared celular
en Aristida spp., B. gracilis, H. belangeri, S. macrostachya y T. muticus tuvo efectos
negativos sobre la degradabilidad de la materia seca (MS) y fibra detergente neutro
(FDN). La proteína cruda (PC) de los zacates nativos, con excepción de Aristida spp y T.
muticus, fue degradada en mayor grado que la de C. ciliaris. Por lo que recomiendan
que zacates como B. gracilis, C. incertus, C. ciliata, D. californica y P. hallii pueden ser
considerados como buena fuente de alimento para los animales en pastoreo, debido
a que su MS, FDN Y PC fueron difgeridos en mayor o similar forma que C. ciliaris, que
en este estudio se usó como referencia.

En cuanto al aspecto forrajero, en nuestro Estado se contabilizan 76 géneros con


180 especies, representadas en la Figura 4, de las cuales 21 tienen un valor forrajero
excelente (VFE), 85 valor forrajero bueno (VFB), 62 valor regular (VFR), 12 con valor
forrajero indefinido (Beetle,1983, 1995).

Figura 4. Caracteriza-
ción del valor forrajero
de las especies del Esta-
do de Nuevo León

546
Modelos de simulación

El uso de modelos de simulación es una alternativa en la toma de decisiones, sirven


para minimizar los costos de investigación y reducir los riesgos económicos y de
producción. Los modelos resumen la interacción entre los factores del proceso pro-
ductivo permitiendo anticipar eventos. Además estos modelos ayudan a entender
las relaciones fisiológicas entre planta-ambiente.
Al respecto Rojas et al. (2009), se propusieron Calibrar el programa DSSAT (De-
cision Support System for Agrotechnology Transfer) para tres cultivares de maíz en
el campo experimental Navidad de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro
ubicado en el municipio de Galeana, Nuevo León. Los cultivares evaluados fueron:
AN447, AN388 y A7573. Las variables evaluadas fueron: materia seca parcial total,
materia seca parcial en hoja, materia seca parcial en tallo, materia seca parcial en
grano e índice de área foliar. DSSAT pudo ser calibrado para maíz y produjo resultados
satisfactorios.
Rodríguez et al. (2009) se propusieron calibrar y validar los modelos del pro-
grama DSSAT 4.0.2.0 para los cultivos de cebada (Hordeum vulgare), trigo (Triticum
aestivum) y triticale (X: Triticosecale Wittmack), en el sur de Nuevo León, México. El
experimento de campo se estableció en el Centro Agrícola Experimental de Navidad,
Galeana, Nuevo León, México, de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.
Los materiales genéticos utilizados fueron cebada NARRO-92-05, trigo AN-239, y
triticale (Eronga, AN-125 y AN-31-B) establecidos en un diseño de bloques al azar;
las siembras se efectuaron en los ciclos primavera-verano de 2007 y de 2008, con
muestreos semanales de fenología y rendimiento de materia seca. El programa DS-
SAT 4.0.2.0 fue parametrizado dentro de cada uno de sus módulos y posteriormente
se calibró mediante la manipulación de coeficientes genéticos. La calibración de los
modelos de cebada trigo y triticale en el programa DSSAT 4.0.2.0 para los genotipos
y región de estudio se realizó satisfactoriamente y los modelos tuvieron la capacidad
de simular valores con buen nivel de precisión al comparar con valores observados,
en acumulación de materia seca aérea y para acumulación de materia seca en grano.
Se concluye que mediante el uso de los modelos de simulación del programa DSSAT
4.0.2.0 es factible predecir el crecimiento y rendimiento de cultivos forrajeros.

Manejo biotecnológico y transformación genética de gramíneas forrajeras

La biotecnología, en un sentido amplio, comprende un grupo de procedimientos


y herramientas científicas y tecnológicas utilizadas para desarrollar con rapidez y
eficiencia una gran variedad de procesos y productos, mediante la manipulación
de los seres vivos o parte de ellos. En términos prácticos, la biotecnología vegetal
incluye, entre otras aplicaciones, la micropropagación de plantas, la transformación
genética, la hibridación somática, el empleo de biofertilizantes o el uso de marcadores
moleculares.

547
La presencia de polinización cruzada y autoincompatibilidad en muchas de las
especies de zacates forrajeros, e.g., Lolium perenne, además de la complejidad gené-
tica inherente de muchas otras, complica el manejo de estas plantas, lo que genera
esquemas de selección complejos que resultan en un avance muy lento en la obten-
ción de variedades mejoradas. Esto ha llevado al reconocimiento de la biotecnología
como una herramienta fundamental para el desarrollo de cultivares de gramíneas
forrajeras mejoradas (Bingham y Conger, 1995).
La producción de leche, carne y lana en el mundo depende en gran medida de la
utilización de mezclas de leguminosas y gramíneas, en las cuales el aporte de estas
últimas constituye la principal fuente de energía para el crecimiento y desarrollo de los
animales. Por lo tanto, el mejoramiento de la calidad y rendimiento de las gramíneas
forrajeras es de crucial importancia para incrementar la capacidad de carga y la cali-
dad del forraje de las áreas de pastoreo (pastizales y praderas) y, consecuentemente,
la producción animal. El incremento del rendimiento y persistencia de los zacates
forrajeros son otros dos retos importantes a ser enfrentados mediante la tecnología
de transformación genética (Wang et al., 2001).
El cultivo de meristemos, la producción de plantas haploides y, por lo tanto, de
individuos diploides homocigotos, la rápida propagación de material clonal de valor y
la fusión e hibridación de plantas son sólo algunas de las aplicaciones más evidentes a
la biotecnología de zacates forrajeros dentro de la tecnología del cutlivo de tejidos.
La familia Poaceae ha sido tradicionalmente recalcitrante a la manipulación in
vitro y transformación genética; las gramíneas forrajeras y los cereales se encuen-
tran entre las especies más difíciles de manejar in vitro (Vasil, 1988; Potrykus, 1990).
A la fecha se ha logrado, sin embargo, un avance significativo en la manipulación y
transformación genética de cereales, si bien este progreso ha sido menos evidente
en el caso de los zacates.
Aunque el establecimiento de cultivos asépticos de gramíneas fue intentado con
éxito en los años 40’s, no fue sino hasta finales de los años 60’s que se logró la re-
generación de plantas completas a partir de callos en cereales, y a principios de los
70’s, en el caso de zacates forrajeros. Todavía en los años 80 las técnicas de cultivo
de tejidos no habían contribuido de manera significativa al mejoramiento genético
de los zacates forrajeros (Ahloowalia, 1984).
Manzano Flores (1993) hace un resumen sobre los resultados obtenidos por
diferentes investigadores en relacion a la generación de callos embriogénicos en
gramíneas:
La producción de embriogénesis somática en gramíneas para la inducción de CE
(callos embriogénicos) en Pennisetum purpureum fue reportada por Chandler y Vasil
(1984) a partir de segmentos de hojas jóvenes inoculadas en medio MS adicionado
con agua de coco, BAP y 2-4 D para regeneración de plantas. En Paspalum spp. (pasto
Bahía), Marouky y West (1990) indujeron CE inoculando cariópsides (sin lema y palea)
en medio MS con 2 mg/L-1 de 2-4 D, los CE fueron de color blanco, globulares y friables.
La regeneración de la planta la realizaron los CE en el medio MS sin 2-4 D. De 300
cultivos realizados 35 fueron embriogénicos, pero sólo 10 produjeron plantas.

548
En Hordeum vulgare (cebada) Rangel y Jelaska (1986) utilizaron explantes de 2 mm
que consistieron del escutelo y el meristemo apical envueltos por la porción basal
de las 2 hojas jóvenes y obtuvieron la regeneración de plantas. En Zea mays (maíz)
Duncan et al. (1985), obtuvieron la mayor inducción de CE usando embriones inmadu-
ros sembrados en un medio que contenían 4.5 μM de 2-4 D, los CE fueron duros, de
forma irregular y de color blanco amarillo. La regeneración la consiguieron colocando
CE en medio sin 2-4 D.
En Sorghum spp Boyes y Vasil (1984) indujeron la formación de CE usando segmen-
tos de inflorescencias jóvenes inoculadas en el medio de MS conteniendo 0.01-5.0
mg/L-1 de 2-4 D e incubándose a 27°C en oscuridad continúa. Las concentraciones
que indujeron más CE en el medio de MS (72%) fueron 0.5 mg/L y 1.0 mg/l de 2-4 D.
La regenegación de las plantas la lograron colocando los CE en el medio de MS con
1 mg/L de 2-4 D, todo lo anterior citado por Manzano Flores (1993).
Manzano Flores (1993), logró la inducción de callos embriogénicos (CE) de zacate buffel
Cenchrus ciliaris L. var. Higgins en 12 tratamientos con 2-4-D. En general, explantes
etiolados fueron mejores para inducir CE que los explantes verdes. Se regeneraron un
total de 56 plantas derivadas de los CE inducidos en los doce tratamientos estudiados.
Todas ellas se trasladaron al suelo, se aclimataron y lograron sobrevivir.

Transformación genética de gramíneas forrajeras

La introducción de características genéticas entre especies no relacionadas o, incluso,


entre reinos distintos ha llegado a ser una realidad (DeBlock, 1993). El alcance de las
técnicas actuales para la manipulación del genoma de las plantas permite la conse-
cución de objetivos cada vez más ambiciosos y específicos. La primera generación
de plantas genéticamente modificadas, tolerantes a enfermedades o a herbicidas,
ha dado paso a nuevas aplicaciones para las tecnologias relacionadas con la mani-
pulación del genoma vegetal y se encuentra en proceso una revolución tecnológica
sin precedente, que impactará de manera decisiva la producción de alimentos y la
vida humana.
A partir de la obtención del primer zacate forrajero genéticamente modificado,
Dactylis glomerata (Horn, 1988), se han descrito once sistemas más para la transfor-
mación genética de zacates forrajeros: Agrostis palustris (Zhong et al., 1991; Yu et al.,
2000), A. alba (punta roja) (Asano y Ugaki, 1994), A. stolonifera (Dalton et al., 1998),
Festuca arundinaceae (Dalton et al., 1998; Wang et al., 2001), F. pratensis (Spangen-
berg et al., 1995), F. rubra (Spangenberg et al., 1995; Cho et al., 2000; Spangenberg
et al., 1994), Lolium perenne (Dalton et al., 1998; Spangenberg et al., 1995; Wang et
al., 1997), L. multiflorum (Dalton et al., 1998; Wang et al., 1997; Ye et al., 1997), L.
rigidum (Bhalla et al., 1999), Panicum virgatum (Richards et al., 2001), Psathyrostachys
juncea (Wang et al., 2001) y Zoysia japonica (pasto japonés) (Inokuma et al., 1998).
La aplicación de la biotecnología al mejoramiento genético de zacates forrajeros
tiene un gran potencial para complementar y, en ocasiones, reemplazar los métodos

549
tradicionales de mejoramiento genético de plantas (Spangenberg et al., 1995), al crear
puentes entre los grupos individuales de genes presentes en la naturaleza y permitir
la utilización de material genético proveniente de fuentes heterólogas. Uno de los
primeros logros en la ingeniería genética de gramíneas fue el control de enfermedades
(Koziel et al., 1993).

Gramíneas forrajeras cultivadas

En el estado de Nuevo León la actividad agrícola se realiza en 392,415 ha, que repre-
sentan unicamente el 6.1% de la superficie total del estado. Esta actividad se lleva a
cabo principalmente en los municipios que corresponden al centro y sur del estado,
en los cuales se concentra el 82% de la superficie agrícola y en contraparte el 18%
restante se realiza en los municipios del norte. La superficie agrícola se divide en
66.7% (261,923) bajo condiciones de temporal y 33.3% (130,492) bajo riego, siendo los
municipios del centro sur del estado los que trabajan bajo temporal y los del centro
norte bajo riego. La superficie sembrada para el año del 2007 ascendió a 387,582
has, distribuidas en el 55% para forrajes, 33% para granos, 8.0% cítricos, 1.06% nogal,
1.07% papa, 0.7% para diversas hortalizas como zanahoria, ajo, chiles, tomate, entre
otras, y 0.08% a otros cultivos. Como puede observarse, anualmente la superficie
sembrada de forrajes representa alrededor del 50% de la superficie.
De 1998 al 2007 la superficie cosechada de forrajes presenta un promedio anual
de 197,988 has, siendo en el 2003 cuando se alcanzó una mayor superficie con cultivos
de este tipo al registrarse 237, 031 hectáreas. Por otra parte, el volumen promedio
de producción en este mismo periodo ascendió a 1, 013 millones 282 mil pesos. En
el 2007 la superificie cosechada con especies forrajeras fue de 210,255 has con un
volumen de producción de 3,207,229 toneladas y con un valor de la producción de
954 millones con 599 mil pesos, lo que representa el 33% del valor agrícola del estado
(Figuras 5 y 6).
Los principales cultivos forrajeros en el estado corresponden a pastos, sorgo, avena,
cebada y maíz. La producción de pastos ocupa el noveno lugar nacional al aportar el
4% del volumen de producción, y en la producción estatal éstos representan el 59%
del volumen total y el 26% del valor total con un rendimiento que oscila en 14 t/ha.
Este cultivo se presenta en la mayoría de los municipios del centro norte del estado,
destacando por su producción China y Anáhuac. Por otra parte, la producción de
sorgo ocupa el cuarto lugar nacional al aportar el 9% del volumen de producción y a
nivel estatal este cultivo representa el 12% del volumen total y el 4% del valor total,
con un rendimiento alrededor de 19 t/ha, los principales municipios productores de
sorgo forrajero son General Terán, Montemorelos y Linares. En las Figuras 5 y 6 se
presenta la información de la superficie cosechada (Ha) y los volúmenes de producción
para los cultivos de gramíneas en el estado de Nuevo León durante 1998 y 2007.

550
Figura 5. Superfi cie cosechada con culti vos Figura 6. Volumen de producción de culti vos
forrajeros en Nuevo León, 1998-2007. forrajeros en Nuevo León, 1998-2007.

Esta actividad reviste una gran importancia, no sólo por representar el 33% del valor
agrícola anual en promedio, sino también por su contribución al desarrollo del sector
ganadero del estado, ya que el sistema de producción predominante es el de agos-
tadero extensivo. En cuanto a pastizales inducidos, hay aproximadamente 500,000
ha de praderas inducidas de temporal donde predomina el pasto buffel, cerca de
20,000 ha de praderas bajo riego, con pastos estrella africana y bermuda cruza, y
alrededor de 150,000 ha de cultivos forrajeros como sorgo, maíz, avena, pastos,
entre otros. Cabe mencionar que el 56% de la producción de pastos se realiza en el
norte del estado, el 25% en los municipios del centro y el 19% restante en la región
centro-sur de la entidad.

Tabla 1. Superfies cosechada (Has) de garmineas cultivados en Nuevo León, 1998-


2007

Forrajes: Superficie Cosechada (Has)


Año Agrícola
Media
1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007
98-07
Total 198,542 177,716 167,120 191,202 204,225 237,031 201,920 190,348 201,522 210,255 197,988
Pastos 118,332 122,495 126,788 133,117 136,485 146,696 146,900 152,575 151,864 163,689 139,894
Sorgo 17,142 17,503 15,862 26,732 38,071 38,895 25,863 27,566 24,394 39,831 27,186
Avena 2,187 1,629 2,121 3,266 3,666 3,525 2,455 1,588 2,553 2,503 2,549
Cebada 765 582 386 435 522 1,015 520 530 400 240 539
Maiz 57,008 31,619 17,730 23,052 21,000 41,879 21,500 2,575 18,590 0 23,495
Otros 3,108 3,889 4,234 4,601 4,481 5,022 4,683 5,515 3,722 3,992 4,325

551
Las variaciones en las precipitaciones, entre años y entre estaciones, son caracte-
rísticas de las regiones semiáridas (Bailey, 1979). Durante los períodos lluviosos, los
productores tienden a aumentar la carga, mientras que en los secos ésta no se reduce
con la misma velocidad y en similar magnitud. Esto ocurre por diversas razones, entre
ellas, la reducción de precios y la esperanza de un cambio positivo en la situación
climática. El proceso conduce, por lo tanto, a una sobrecarga en los potreros (Gastó,
1993), que lleva al sobrepastoreo. El avance de la agricultura sobre sistemas ganaderos
ha agravado la situación, desplazando animales hacia estas zonas.

Tabla 2. Volúmenes de producción (Toneladas) de gramíneas cultivadas, en Nuevo


León, 1998-2007

Forrajes: Volumen de produccion en toneladas


Año Agrícola
Media
1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007
98-07
Total 3,923,684 1,687,969 1,409,957 3,849,005 5,544,641 3,665,386 3,449,668 2,882,927 3,228,082 3,207,229 3,284,855

Pastos 2,724,271 1,057,744 1,048,423 3,038,034 4,233,736 1,943,047 2,154,171 2,116,115 2,169,952 2,248,438 2,273,393

Sorgo 312,856 185,813 85,049 520,547 930,203 960,074 616,185 567,688 513,401 666,485 535,830

Avena 242,925 181,025 130,615 140,595 143,496 270,159 306,655 104,739 235,574 215,770 197,155

Cebada 403 887 1,467 1,499 1,094 1,160 1,016 2,716 831 1,299 1,237

Maiz 586,094 243,456 116,471 37,047 138,700 407,642 289,350 34,875 209,890 0 206,352

Otros 57,135 19,044 27,932 111,283 97,413 83,306 82,291 56,794 98,435 75,239 70,887

Conclusiones y perspectivas

Si bien en cierto que a nivel nacional existen numerosos estudios relacionados a la


producción y productividad de forrajes, particularmente para el estado es necesario
enfocar esfuerzos e implementar estudios que contribuyan a un mejor aprovecha-
miento de este recurso tanto de forma silvestre como cultivada.
Primeramente es necesario realizar un inventario sobre los recursos fitogenéticos
de esta familia en el estado. Posteriormente, y debido a experiencias en algunas
especies, obtener una evaluación sistemática de la riqueza genética de este recurso.
Realizar evaluaciones en aspectos de comparación de especies y variedades, mane-
jo y fertilización, frecuencias de corte y pastoreo, suplementación al ganado, valor
nutritivo, etc. Formación de recursos humanos e involucrar investigadores en el
aprovechamiento racional y sistemático de los recursos genéticos disponibles.

552
Tabla 3. Subfamilias, tribus, géneros y especies de las gramíneas de Nuevo León
y sus usos.

Construcción
Alimentición

Ornamental

Ceremonial
Medicinal

Artesanal
Industrial
Ecológico

Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie

BAMBUSOIDEAE
I
1 BAMBUSEAE
Bambusa vulgaris √ √
√ √
Phyllostachys nigra

EHRHARTOIDEAE
II
2 ORYZEAE
Leersia ligularis
Leersia monandra

Leersia oryzoides

POOIDEAE
III
3 STIPEAE
Achnatherum editorum

Achnatherum eminens

Achnatherum hirticulme
Achnatherum multinode
Achnatherum robustum
Amelichloa clandestina √
Hesperostipa neomexicana √
Jarava ichu
Metcalfia mexicana √
Nassella leucotricha √
Nassella mucronata √
Nassella tenuísima
Piptochaetium angustifolium √
Piptochaetium avenaceum
Piptochaetium brevicalyx
Piptochaetium fimbriatum √
Piptochaetium stipoides

553
Construcción
Alimentición

Ornamental

Ceremonial
Medicinal

Artesanal
Industrial
Ecológico

Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie

Piptochaetium virescens √

4 MELICEAE
Glyceria striata
Melica montezumae √
Melica nitens √
5 BRACHYPODIEAE
Brachypodium mexicanum var. inerme
Brachypodium mexicanum var. mexicanum √
Brachypodium pringlei √
6 POEAE
Avena fatua var. fatua √ √ √
Avena fatua var. sativa √
Agrostis hyemalis
Briza subaristata √
Calamagrostis coahuilensis
Calamagrostis pringlei
Catapodium rigidum
Dactylis glomerata √
Deschampsia flexuosa
Festuca amplissima
Festuca arizonica √
Festuca hintoniana
Festuca pinetorum
Festuca pringlei
Festuca rubra √
Festuca thurberi
Festuca baldeéis
Koeleria macrantha √
Limnodea arkansana
Lolium perenne √

Peyritschia deyeuxioides

554
Construcción
Alimentición

Ornamental

Ceremonial
Medicinal

Artesanal
Industrial
Ecológico

Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie

Phalaris caroliniana √
Phalaris minor √
Phleum alpinum √
Poa annua √

Poa bigelovii
Poa mulleri
Poa pratensis √

Polypogon viridis √
Sphenopholis obtusata
Trisetum curvisetum
Trisetum spicatum √
Trisetum viride

7 BROMEAE
Bromus anomalus √
Bromus attenuatus
Bromus carinatus √

Bromus catharticus √
Bromus densus √
Bromus lanatipes
Bromus porteri √
8 TRITICEAE
Elymus arizonicus √

Elymus canadensis √
Elymus elymoides √
Elymus longifolius
Elymus pringlei
Elymus trachycaulus √
Elymus vaillantianus √
Hordeum adscendens
Hordeum jubatum √
Hordeum vulgare √

555
Construcción
Alimentición

Ornamental

Ceremonial
Medicinal

Artesanal
Industrial
Ecológico

Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie

Secale cereale √ √ √
Triticum aestivum √ √ √
PANICOIDEAE
IV
9 CENTOTHECEAE
Chasmanthium latifolium
10 ARUNDINELLEAE
Arundinella berteroniana √

11 PANICEAE
Cenchrus brownii √
Cenchrus ciliaris √

Cenchrus echinatus √
Cenchrus incertus

Cenchrus myosuroides √
Dichanthelium acuminatum var. acuminatum
Dichanthelium acuminatum var. lindheimeri
Dichanthelium oligosanthes var. scribnerianum √
Dichanthelium pedicellatum
Dichanthelium sphaerocarpon √
Digitaria bicornis
Digitaria californica √
Digitaria ciliaris √
Digitaria cognata √
Digitaria hitchcockii
Digitaria insularis
Digitaria sanguinalis
Digitaria sellowii
Echinochloa colona √

Echinochloa cruz-gallii var. crusgallii √
Eriochloa punctata √
Hopia obtusa
Hymenachne amplexicaulis √

556
Construcción
Alimentición

Ornamental

Ceremonial
Medicinal

Artesanal
Industrial
Ecológico

Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie

Lasiacis nigra √
Lasiacis ruscifolia var. ruscifolia √
Megathyrsus maximus √
Melinis repens √
Oplismenus hirtellus ssp. hirtellus
Oplismenus hirtellus ssp. setarius √
Panicum capillarioides
Panicum coloratum √
Panicum hallii var. filipes √
Panicum hallii var. hallí √
Panicum virgatum
Paspalum botterii √
Paspalum conjugatum √

Paspalum dilatatum √
Paspalum distichum √

Paspalum hartwegianum √
Paspalum hümboldtianum √
Paspalum langei √
Paspalum lividum √
Paspalum notatum √

Paspalum plicatulum √
Paspalum pubiflorum var. pubiflorum √
Paspalum setaceum var. ciliatifolium √
Paspalum setaceum var. setaceum √
Paspalum unispicatum √
Paspalum urvillei √
Pennisetum clandestinum √ √ √
Pennisetum purpureum √
Setaria adhaerens
Setaria grisebachii √
Setaria leucopila √

557
Construcción
Alimentición

Ornamental

Ceremonial
Medicinal

Artesanal
Industrial
Ecológico

Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie

Setaria macrostachya √
Setaria parviflora √
Setaria pumila
Setaria reverchonii subsp. ramiseta
Setaria scheelei √
Setaria texana
Setaria villosissima
Steinchisma laxa
Stenotaphrum secundatum √

Urochloa fasciculata
Urochloa meziana
Urochloa ophryodes
Urochloa panicoides
Urochloa plantaginea √
Urochloa reptans
Urochloa texana √
Zuloagaea bulbosa
12 ANDROPOGONEAE
Andropogon glomeratus var. glomeratus √ √
Andropogon glomeratus var. pumilus
Andropogon spadiceus
Andropogon virginicus √
Bothriochloa barbinodis var. barbinodis √
Bothriochloa edwardsiana
Bothriochloa hybrida
Bothriochloa ischaemum var. songarica √
Bothriochloa laguroides var. laguroides
Bothriochloa laguroides var. torreyana
Bothriochloa longipaniculata
Bothriochloa pertusa
Bothriochloa saccharoides ssp. reevesii √

558
Construcción
Alimentición

Ornamental

Ceremonial
Medicinal

Artesanal
Industrial
Ecológico

Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie

Bothriochloa saccharoides ssp. saccharoides √


Bothriochloa wrightii √
Cymbopogon citratus √
√ √
Dichanthium annulatum
Dichanthium aristatum √
Dichanthium sericeum √
Elionurus tripsacoides var. tripsacoides √
Hemarthria altissima
Heteropogon contortus √
Hyparrhenia hirta √ √
Saccharum trinii
Schizachyrium cirratum √
Schizachyrium sanguineum
Schizachyrium scoparium var. scoparium √
Sorghastrum brunneum √
Sorghastrum nutans √ √
Sorghum bicolor √ √ √
Sorghum halepense √
Trachypogon plumosus
Tripsacum dactyloides √
Tripsacum lanceolatum √
Zea mays √ √ √ √
ARUNDINOIDEAE
V
13 ARUNDINEAE
Arundo donax √ √ √ √ √ √ √
Phragmites australis √ √ √ √ √ √
ARISTIDOIDEAE
VI
14 ARISTIDEAE
Aristida adscensionis √ √
Aristida curvifolia √
Aristida divaricata √

559
Construcción
Alimentición

Ornamental

Ceremonial
Medicinal

Artesanal
Industrial
Ecológico

Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie

Aristida eludens
Aristida havardii
Aristida pansa var. contracta √
Aristida pansa var. dissita
Aristida pansa var. pansa
Aristida purpurea var. fendleriana √
Aristida purpurea var. longiseta √
Aristida purpurea var. nealleyi √
Aristida purpurea var. perplexa
Aristida purpurea var. purpurea √
Aristida purpurea var. wrightii √
Aristida schiedeana var. schiedeana √
Aristida ternipes var. ternipes √
DANTHONIEAE
VII
15 DANTHONIEAE
Cortaderia selloana √
CHLORIDOIDEAE
VIII
16 CYNODONTEAE
Aegopogon tenellus
Blepharidachne bigelovii
Blepharoneuron tricholepis √
Bouteloua chasei √
Bouteloua curtipendula var. cespitosa √
Bouteloua curtipendula var. curtipendula √
Bouteloua curtipendula var. tenuis √
Bouteloua dactyloides √
Bouteloua eriopoda
Bouteloua gracilis √
Bouteloua hirsuta var. hirsuta √
Bouteloua karwinskii √
Bouteloua pedicellata

560
Construcción
Alimentición

Ornamental

Ceremonial
Medicinal

Artesanal
Industrial
Ecológico

Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie

Bouteloua radicosa √
Bouteloua ramosa √
Bouteloua repens √
Bouteloua scorpioides √
Bouteloua simples √
Bouteloua trifida √
Bouteloua uniflora var. coahuilenses √
Bouteloua uniflora var. uniflora √
Chloris andropogonoides √
Chloris chloridea √
Chloris ciliata √
Chloris crinita √
Chloris cucullata √
Chloris gayana √

Chloris rufescens √
Chloris subdolichostachya √
Chloris submutica
Chloris verticillata
Chloris virgata √

Cynodon dactylon √
Dactyloctenium aegyptium √
√ √
Dasyochloa pulchella
Distichlis littoralis
Distichlis spicata √
Eleusine indica √ √ √
Eleusine multiflora √

Enteropogon chlorideus
Erioneuron avenaceum √
Erioneuron pilosum var. pilosum
Gouinia virgata √
Hilaria belangeri √

561
Construcción
Alimentición

Ornamental

Ceremonial
Medicinal

Artesanal
Industrial
Ecológico

Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie

Hilaria swallenii √
Leptochloa dubia √
Leptochloa fascicularis √
Leptochloa mucronata √
Lycurus phleoides √
Muhlenbergia atenacea
Muhlenbergia arenicola √
Muhlenbergia depauperata
Muhlenbergia dubia √
Muhlenbergia emersleyi
Muhlenbergia glauca
Muhlenbergia gypsophila
Muhlenbergia jaime-hintonii
Muhlenbergia lindheimeri
Muhlenbergia microsperma
Muhlenbergia porteri √
Muhlenbergia pubigluma √
Muhlenbergia purpusii
Muhlenbergia quadridentata
Muhlenbergia repens √
Muhlenbergia rigens
Muhlenbergia rigida √ √
Muhlenbergia robusta
Muhlenbergia setifolia
Muhlenbergia spiciformis
Muhlenbergia tenuifolia
Muhlenbergia torreyi
Muhlenbergia utilis
Muhlenbergia villiflora var. villiflora √
Muhlenbergia virescens
Pappophorum bicolor √

562
Construcción
Alimentición

Ornamental

Ceremonial
Medicinal

Artesanal
Industrial
Ecológico

Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie

Pappophorum vaginatum √
Pleuraphis mutica √
Scleropogon brevifolius √
Tragus berteronianus
Trichloris pluriflora √
Tridens albescens √
Tridens eragrostoides √
Tridens flavus
Tridens muticus var. elongatus √
Tridens muticus var. muticus √
Tridens texanus √

17 ERAGROSTIDEAE
Cottea pappophoroides √ √
Enneapogon desvauxii √
Eragrostis barrelieri
Eragrostis cilianensis

Eragrostis curtipedicellata
Eragrostis curvula √

Eragrostis erosa
Eragrostis hirsuta
Eragrostis hirta var. longiramea
Eragrostis hypnoides
Eragrostis intermedia √
Eragrostis lehmanniana √

Eragrostis lugens √
Eragrostis mexicana √
Eragrostis palmeri √
Eragrostis pectinacea var. miserrima
Eragrostis pectinacea var. pectinacea √
Eragrostis pilosa var. pilosa √
Eragrostis silveana

563
Construcción
Alimentición

Ornamental

Ceremonial
Medicinal

Artesanal
Industrial
Ecológico

Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie

Eragrostis spectabilis
18 ZOYSIEAE
Spartina spartinae
Sporobolus tiroides √ √
Sporobolus buckleyi √
Sporobolus contractus
Sporobolus cryptandrus √ √ √ √
Sporobolus indicus √
Sporobolus nealleyi
Sporobolus pyramidatus √
Sporobolus spiciformis
Sporobolus virginicus √
Sporobolus wrightii

564
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567
PLANTAS Y AMBIENTE
PLANTAS NATIVAS DE NUEVO LEÓN
CON VALOR ORNAMENTAL
Alvarado-Vázquez MAa*, Rocha-Estrada Aa, Guzmán-Lucio MAa, Foroughbakhch-Pournavab Ra,
Alanís-Flores GJb
1
Departamento de Botánica, 2 Departamento de Ecología, Facultad de Ciencias Biológicas,
Universidad Autónoma de Nuevo León, Ave. Pedro de Alba, s/n, Ciudad Universitaria,
C. P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
* marco.alvaradovz@uanl.edu.mx

Resumen

E
l desarrollo urbano que han tenido ciudades como Monterrey y su área me-
tropolitana en las últimas décadas, ha traído como consecuencia un deterioro
ambiental, por lo que la demanda de una mejor calidad de vida con el menor
daño al ambiente hace urgente la adecuación del arbolado y áreas verdes urbanas
para resolver múltiples problemas ambientales, sociales y de sustentabilidad. El uso
de las plantas en el entorno urbano y suburbano, ya sean nativas o introducidas, debe
manejarse bajo diferentes criterios de acuerdo a la finalidad requerida y, por tanto,
la selección de las especies debe regirse por: a) las condiciones locales imperantes,
b) el resultado que se pretende obtener, c) la opción que presente el menor costo
ambiental y d) en aquellos casos en que se tengan equivalentes ecológicos nativos e
introducidos, dar preferencia a los nativos que seguramente traerán algunos benefi-
cios adicionales no contemplados. En el presente trabajo se presentan las ventajas y
desventajas del uso urbano ornamental de plantas nativas e introducidas. Se detallan
los estudios sobre flora ornamental en el Área Metropolitana de Monterrey (AMM),
mostrando aspectos de diversidad, frecuencia y origen de la flora urbana. Se indican
también las especies nativas más utilizadas en el AMM y se proporciona una lista de
especies subutilizadas o con potencial ornamental para el AMM describiendo ade-
más sus características, ventajas ecológicas y posibles usos en el ambiente urbano.
Finalmente, y en concordancia con todo lo anterior, se concluye que las especies
nativas son opciones altamente recomendables ya que presentan grandes ventajas
ecológicas, fácil propagación, resistencia a plagas, requieren poca agua, bajos costos
de mantenimiento, y muchas de ellas presentan portes elegantes y estéticos que
armonizan con el paisaje local.

571
Introducción

Las áreas verdes y jardines urbanos tienen su origen en los albores de la civilización,
donde el hombre por su tendencia innata de reunirse en comunidades fue abando-
nando los espacios naturales abiertos y agrupándose en clanes o grupos sociales
donde podía desarrollar con mayor facilidad su instinto de progreso cultural. Con-
forme las necesidades sociales fueron llevando al hombre a crear ciudades cada vez
más complejas, su espíritu naturalista le recordaba sus orígenes en la libertad de los
espacios verdes. Esta necesidad de sentir la naturaleza cercana hizo que el hombre
llevara primeramente el árbol a su hábitat, para posteriormente combinarlo con otras
especies de plantas y hacer su entorno más agradable.
En este sentido, se podría definir el área verde urbana como una extensión de te-
rreno transformada vegetalmente por el hombre, según su criterio estético, a imagen
de la naturaleza. El jardín ornamental busca como fin primordial el contacto directo
del hombre con la naturaleza. Este contacto se debe respetar, conservar y fomentar,
aún en un medio artificial y hostil como es el urbano.
De acuerdo a Fischesser (2009), el uso de los árboles con fines ornamentales
se remonta al siglo XVII, y antes de esa época la vegetación urbana cultivada (con
excepción de plantas espontaneas) se limitaba a frutales y plantas medicinales en
jardines privados.
La extensión y condición de los árboles, de una comunidad y en conjunto de las áreas
verdes urbanas, es con frecuencia la primera impresión que la comunidad proyecta hacia
sus visitantes, por lo tanto son bienes valiosos en ciudades y pueblos. El bosque urbano
contribuye al sentimiento de identidad y orgullo de la comunidad, añade un carácter
natural a nuestras ciudades y pueblos y oculta paisajes desagradables. Sin árboles, las
ciudades presentan un paisaje estéril, de concreto, ladrillo, acero y asfalto; con ellos, las
ciudades y pueblos se hacen habitables, añaden belleza y crean un ambiente benéfico
para nuestra salud física y mental (Martínez-González y Chacalo-Hilú, 1994).
Las zonas arboladas en las ciudades son los mejores agentes para modificar en
forma favorable las condiciones climáticas de las mismas, además de añadir belleza
escénica al entorno. En calles y plazas, el arbolado tiene la misión de hacer grato al
ciudadano su tránsito y convivencia social, además de brindar múltiples beneficios
ecológicos, paisajísticos y sociales.
Por otro lado, la composición del arbolado urbano de las ciudades no es unifor-
me, ni constante, ya que además de estar influida por las características naturales
de la zona, está determinada, dentro de los límites impuestos por la naturaleza, por
factores personales, sociales y económicos (Granados-Sánchez y Mendoza-Ángeles,
1992). Estos factores pueden ser resumidos en: a) propósito o función de la especie,
b) popularidad de las especies, c) factores socioeconómicos (los criterios de selección
de árboles varían de acuerdo a los sectores sociales), d) movilidad de las personas (por
lo general los habitantes de áreas de economía baja y media no permanecen mucho
tiempo en un lugar, por lo que no se interesan tanto en el plantado y selección de
árboles) y e) nostalgia por lo familiar (al cambiar de residencia, la gente suele llevar
consigo plantas de su lugar de origen).
572
Plantas nativas vs. introducidas en el ambiente urbano

El enorme desarrollo urbano que han tenido ciudades como Monterrey y su área
metropolitana en las últimas décadas, ha traído como consecuencia un deterioro am-
biental, de tal suerte, que pareciera que hay una relación inversamente proporcional
entre el desarrollo urbano y el equilibrio ecológico, lo cual no tiene que ser forzosa-
mente válido ni aplicable en todos los casos, ya que con una adecuada planeación,
diseño y cultura se puede vivir en equilibrio con el ambiente.
Es importante recalcar la importancia de la utilización de especies nativas como
opciones altamente recomendables para ornato, y mencionar que, posiblemente, el
rechazo que puede existir en algunos sectores de la población hacia el uso de plantas
nativas para este fin se deba a cuestiones culturales donde se cree que lo introducido
o exótico tiene más valor que lo autóctono. Las plantas nativas presentan grandes
ventajas ecológicas, fácil propagación, resistencia a plagas, requieren poca agua,
bajos costos de mantenimiento, además de que muchas de ellas presentan portes
elegantes y estéticos que armonizan con el paisaje local, junto con otras cualidades
como atractivas flores y frutos.
Por su parte, las plantas introducidas en el AMM, en contraste con las plantas nati-
vas, tienen un amplio mercado en los viveros del área, a esto se suma la introducción
de especies provenientes de otros estados de la República e incluso del extranjero,
por habitantes que gustan de las plantas nativas de su lugar de origen: entre éstas
destacan el naranjo, limón, plátano, granada, albahacar, yerbabuena, menta, rosa,
fresno, trueno, árbol del sebo, álamo, alamillo, ficus y níspero, entre otros.
Las plantas introducidas, si bien son atractivas, se han usado de manera indiscrimi-
nada y sin considerar los requerimientos para su establecimiento, por lo que muchas
de ellas no han tenido éxito en su plantación; por otro lado, algunas de ellas presentan
inconvenientes tales como, daños a construcciones y banquetas, interfieren con el
cableado aéreo, demandan demasiada agua en su desarrollo, algunas son tóxicas y
no cubren las necesidades para establecimiento de fauna silvestre.
El uso de las plantas en el entorno urbano y suburbano, ya sean nativas o intro-
ducidas, debe manejarse bajo diferentes criterios de acuerdo a la finalidad requerida
y, por tanto, la selección de las especies debe regirse por: a) las condiciones locales
imperantes, b) el resultado que se pretende obtener c) aquella que presente el menor
costo ambiental y d) en aquellos casos en que se tengan equivalentes ecológicos na-
tivos e introducidos, dar preferencia a los nativos, que seguramente traerán algunos
beneficios adicionales no contemplados.

Ventajas del uso de especies nativas como alternativa ornamental en el AMM

• Se adaptan perfectamente a las condiciones de suelo


• Soportan bien las condiciones del clima (temperaturas)
• Presentan resistencia o tolerancia al ataque de muchas plagas

573
• Tienen pocos problemas por enfermedades
• Algunas especies presentan vida muy larga (encino, sabino)
• Bajos costos en producción
• Facilidad para obtener las semillas
• Tienen bajos requerimientos de agua
• No son muy exigentes en cuanto a requerimientos de fertilizantes
• Hay ahorro de trabajo y tiempo para su mantenimiento
• Lucen bien en parques y avenidas de la ciudad
• Algunas especies producen frutos y semillas comestibles
• Algunas especies producen madera fina y resistente

Causas posibles del poco uso de especies nativas para ornato en el AMM

• Falta de información en la población sobre su uso


• Cultura arraigada en la comunidad de dar preferencia a lo exótico
• Algunas especies presentan un crecimiento lento
• Algunas especies presentan vestiduras como espinas
• Algunas especies requieren de trabajos especiales para su producción en los
viveros
• No se consiguen con facilidad en los viveros de la localidad
• Tienen costos elevados cuando se llegan a conseguir en estado adulto

Flora ornamental urbana del área metropolitana de Monterrey

Antecedentes acerca de la Flora Urbana del AMM

Los estudios más antiguos acerca de la flora del AMM quedan enmarcados dentro
de trabajos más generales acerca de la flora del estado de Nuevo León. Aquí cabe
destacar los trabajos realizados por el ilustre Dr. José Eleuterio González “Gonzalitos”,
pionero de los trabajos botánicos en Nuevo León, quien en 1888 publicó un inventa-
rio florístico acerca de las plantas cultivadas y silvestres de Nuevo León, reportando
264 especies. Rojas-Mendoza (1965), en su obra acerca de la vegetación y flora de
Nuevo León reporta 1484 plantas en las categorías de especie, subespecie, variedad
o forma. Por su parte Gutiérrez-Lobatos (1970), estudió las áreas representativas del
matorral submontano establecido en la periferia de la zona urbana, reportando una
diversidad florística de 173 especies.
En tiempos más recientes y trabajos más enfocados al AMM podemos destacar
los siguientes:

Maldonado (1983), menciona que las principales especies arbóreas utilizadas, en esa
época, en el AMM son: fresno, trueno, alamillo, jacaranda, canelo, araucaria, árbol

574
del hule y magnolia. Sin embargo, destaca que la mayoría de estas especies tienen
altos requerimientos de agua, recurso muy limitado en Monterrey y sus alrededores,
por lo que recomienda especies que prosperan satisfactoriamente en la región sin
ningún tipo de mantenimiento (riego, podas, etc.) tales como: mezquite, huizache,
retama, tabachín, palo verde, mimbre y anacua.

Rocha-Estrada (1994) y Rocha-Estrada et al. (1998), realizaron un inventario de las


especies utilizadas como ornamentales en áreas verdes urbanas (plazas, parques y
jardines públicos) en cinco municipios del área metropolitana, reportando un total
de 137 especies, de las cuales 42 son árboles, siendo el fresno, trueno y canelo las
especies más frecuentes.

Alanís-Flores y Cervantes-Borja (1995), afirman que la vegetación del AMM está de-
terminada básicamente por los factores de clima, topografía y profundidad de suelo.
Los autores destacan como principales tipos de vegetación en la zona el bosque de
encino y pino, el bosque de pino, bosque de encino, matorral submontano, matorral
espinoso con palma de desierto, matorral desértico rosetófilo, chaparral, mezquital,
bosque de galería y vegetación riparia, pastizales y vegetación secundaria.

Alanís-Flores y Ledezma-Menxueiro (1997), realizaron un trabajo de prospección sobre


áreas verdes en el municipio de San Nicolás de los Garza, N.L.; en su trabajo destacan
la importancia del uso de especies regionales en la forestación urbana; mencionan
algunas especies nativas y hacen recomendaciones para el uso particular de cada
especie en el ámbito urbano.

Alanís-Flores (1998), reporta en un trabajo acerca de especies nativas con belleza


escénica, 33 especies recomendadas para el AMM; 17 de estas especies son árboles,
destacando el huizache, la hierba del potro, el cedro blanco, el ébano y el colorín.

Alanís-Flores y Cornejo-Cerda (1999), estudiaron las plantas nativas ornamentales


usadas en el campus de la Universidad de Monterrey, como parte del programa para
incrementar el área verde a 20 ha para el año 2005, con la finalidad de establecer
una “isla verde” en la zona metropolitana de Monterrey.

Guzmán-Lucio (1999), en un importante trabajo acerca de la flora espontánea, parti-


cularmente malezas presentes en el AMM, reporta la presencia de 186 especies, de
las cuales sólo siete son árboles.

Alvarado-Vázquez et al. (2000), realizan una evaluación preliminar acerca de las plantas
ornamentales en jardines públicos del AMM, reportando un total de 191 especies
ornamentales, de las cuales 40% son nativas; reportan que la forma biológica con
mayor diversidad a nivel de especie es la de los árboles con 71 taxa.

575
Alanís-Flores y González-Alanís (2002), en un estudio acerca de la flora ornamental
en el AMM, reportan un total de 289 especies ornamentales, de las cuales 103 son
árboles (55 especies introducidas y 48 nativas). En su trabajo hacen énfasis en el valor
ecológico de las especies ornamentales.

Ledezma-Menxueiro y Alanís-Flores (2002), realizan un estudio retrospectivo acerca


de la vegetación en el municipio de Monterrey, mencionando que la vegetación
existente en la zona en el pasado estuvo representada por mezquitales, matorral de
gobernadora (bajo inerme), matorral de lechuguilla (desértico rosetófilo), matorral
de anacahuita (mediano subinerme), matorral submontano, bosque de encino-pino y
bosque de Galería. Los autores reportan que en la actualidad, y debido al crecimiento
urbano, los tipos de vegetación antes mencionados han desaparecido o están muy
pobremente representados.

Alanís-Flores y González-Alanís (2003), en un trabajo acerca de la flora nativa orna-


mental adecuada para el AMM, realizan una zonificación ecológica del AMM y hacen
una selección de especies adecuadas para cada zona, recomendando un total de 52
especies nativas con potencial ornamental, 31 de las cuales son árboles, y destacando
especies como: anacahuita, anacua, mezquite, chapote prieto, encinos, jaboncillo,
mimbre, palo blanco, nogales, tenaza y sicomoro, entre otros.

Reséndiz-Infante (2003), evaluó el arbolado urbano en el municipio de Monterrey,


reportando un total de 260 áreas verdes en el área urbana, las cuales ocupan una
superficie de 5´281,680 m2 (2.76% del área municipal), se determinó que la superficie
de área verde por habitante alcanza apenas 4.8 m2. Una quinta parte de las áreas
verdes tiene una cobertura arbórea de 20% o menos, dos terceras partes alcanzan
una cobertura que va de 20 a 60%, mientras que sólo 10% de las áreas verdes tienen
un arbolado denso (80% o más). Reporta también que sólo 11.9% de los árboles del
municipio son nativos, en tanto que 88.1% son introducidos.

Alvarado-Vázquez et al. (2004), realizan un estudio acerca de especies nativas con


potencial ornamental y de forestación en el AMM. De acuerdo a sus resultados
recomiendan un total de 40 especies. La mayoría de estas especies no se usan en
la actualidad con fines ornamentales o de forestación urbana, o su uso es muy
limitado. Recomiendan el uso de especies tales como: coma, vara dulce, encino
memelito, cerezo negro, brasil, tascate, chapote amarillo, olmo y madroño, entre
otros.

Alanís-Flores et al. (2004), en un destacado trabajo acerca del arbolado urbano del
AMM reportan una diversidad arbórea de 115 especies agrupadas en 37 familias y
73 géneros.

Alanís-Flores (2005), describe la importancia del uso de especies nativas como orna-
mentales y presenta un listado de plantas con uso ornamental potencial además de
576
una descripción de las principales especies, sus requerimientos, el uso paisajístico y
el manejo dasonómico.

Cruz Rubio (2007), realizó una evaluación ecológica y análisis de valoración económica
del arbolado urbano del AMM, para esto utilizó un muestreo aleatorio en 70 plazas
públicas del AMM (10 por municipio). Contabilizó 8,126 árboles, siendo el municipio
de San Pedro el que presenta mayor abundancia con 1,938 ejemplares en 10 plazas;
Monterrey, 1,642; San Nicolás; 1,397, Guadalupe 1,148); Santa Catarina, 704; Apodaca,
649 y Escobedo, 647.

Diversidad florística

De acuerdo a Alanís-Flores et al. (2004), la diversidad florística urbana en el AMM


asciende a 298 especies, pertenecientes a 92 familias y 224 géneros. Este resultado
contrasta con el reportado por Capitanachi-Moreno y Amante-Hadad (1995), quienes
reportan para el área urbana de Xalapa, Veracruz una diversidad de 443 especies en
117 familias, no obstante que se trata de una ciudad mucho menor en superficie que
el AMM; sin embargo, este fenómeno puede ser explicado en base a las condiciones
climáticas y edafológicas, que favorecen la diversidad en el área de Xalapa.
Por su parte, Rapoport et al. (1983), reportan para las calles y baldíos de la Ciu-
dad de México una diversidad florística de 564 especies, incluyendo tanto la flora
ornamental como la espontánea. Las especies cultivadas fueron sólo 147 especies, lo
cual nos indica que la mayor contribución a la diversidad florística urbana ornamental
debe ser la de los jardines públicos y privados, esto es confirmado por el trabajo de
Díaz-Betancourt et al. (1987), quienes reportan una diversidad de 750 especies para
los jardines públicos y privados de la Ciudad de México.

Formas biológicas
La flora urbana del AMM está conformada por una diversidad de formas biológicas,
donde resaltan en primer término los árboles con 115 especies (38.6%), seguidos
por las plantas herbáceas no suculentas con 76 (25.5%) y los arbustos con 53 es-
pecies (17.8%) (Alanís-Flores et al., 2004). Este resultado difiere del reportado por
Capitanachi-Moreno y Amante-Hadad (1995), quienes reportan para el área urbana
de Xalapa, a las plantas herbáceas como las más diversas (107 especies), seguidas de
árboles y arbustos con 96 y 74 especies, respectivamente.

Origen de las especies


De acuerdo a Alanís et al. (2004), las especies ornamentales del AMM son principal-
mente introducidas, representadas por 175 especies (59%), en tanto que las especies
nativas son sólo 123 (41%). Estos resultados son similares a los reportados por Díaz-
577
Betancourt et al. (1987), quienes reportan que en los jardines públicos y privados de
la Ciudad de México 63.6 % de las especies son introducidas y sólo 32.5% nativas. Sin
embargo, contrasta con Rapoport et al. (1983) y López-Moreno y Díaz-Betancourt
(1989), quienes reportan para calles y baldíos de la Ciudad de México, que 70% de
las especies son nativas y sólo 30% exóticas, esto es de esperarse si se considera el
hecho de que la flora de calles y baldíos es básicamente espontánea. Por su parte,
Capitanachi-Moreno y Amante-Hadad (1995) reportan para la flora urbana de Xa-
lapa, Veracruz 51.46% de especies introducidas, 32.50% nativas y 16.02% de origen
desconocido, lo cual refleja, en estas tres ciudades, la preferencia por las especies
introducidas, aunque esto no sea lo más adecuado ambientalmente.
La existencia de especies nativas adaptadas en los jardines del AMM se debe, en
la mayoría de los casos a que la mayoría de éstas ya se habían establecido en esas
áreas con anterioridad, siendo seleccionadas al momento de urbanizar para apro-
vechar aquellos individuos bien formados para ser utilizados en las áreas verdes. A
la fecha se han realizado algunos esfuerzos aislados por parte de diversos viveros e
instituciones, para la propagación de especies nativas para el mercado del AMM, sin
embargo, la respuesta no ha sido del todo favorable, aunque en los últimos parece
que las especies nativas empiezan a ser más apreciadas por la población.

Frecuencia de las especies

En cuanto a las especies más frecuentes (Tabla 1) tenemos que el fresno (Fraxinus sp)
es la planta de ornato más común en el AMM, seguido por el Ficus (Ficus benjamina) y
el trueno (Ligustrum lucidum); después de éstos tenemos el canelo (Melia azedarach),
la tuya (Thuja occidentalis), la bugambilia (Bouganvillea glabra) y la palma abanico
(Washingtonia filifera) entre otras (Rocha Estrada et al., 1998; Cruz Rubio, 2007). Lo
anterior pone en evidencia que las especies más frecuentes en la ciudad de Monterrey
son introducidas.
Así, tenemos que las especies nativas, no obstante constituir 41% de la diversidad de
especies, presentan una frecuencia individual muy pobre y, en la mayoría de los casos,
se trata de ejemplares que ya existían al momento de construir el área verde y debido
a su porte, belleza o tamaño fueron seleccionados para permanecer en el lugar. Esto se
ve confirmado con los resultados de Resendiz-Infante (2003), quien menciona que sólo
11.9% de los árboles del municipio son nativos, en tanto que 88.1% son introducidos.

578
Tabla 1. Especies presentes con mayor frecuencia en los jardines públicos del
AMM

Especie Nombre Común


Fraxinus sp Fresno
Ficus benjamina Ficus
Ligustrum lucidum Trueno
Melia azedarach Canelo
Thuja occidentalis Tuya
Bouganvillea glabra Bugambilia
Washingtonia filifera Palma abanico
Nerium oleander Laurel Rosa
Rosa sp Rosa
Buxus sempervirens Boj, Box
Euonimus japonicus Evónimo
Ehretia anacua Anacua
Populus nigra Alamillo
Sapium sebiferum Chinesse
Quercus sp Encino

Especies en categoría de riesgo

De acuerdo a la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2001 de especies en riesgo


(SEMARNAT, 2002), cinco de las especies presentes en la flora ornamental urbana del
AMM se encuentran en alguna categoría de riesgo, estas son: el maguey llamado Noha
Agave victoriae-reginae (en peligro de extinción); el chamal o palma de dolores Dioon
edule (amenazada), el vara cohete Dasylirion longissimum propuesto por El Dr. Glafiro
Alanís-Flores en la categoría de amenazada, la biznaga verde Echinocactus platycanthus (en
protección especial) y la corona de San Pedro Cornus florida (sujeta a protección especial).
Desafortunadamente, hay personas que no tienen información al respecto y compran
estas especies viveristas sin escrúpulos que han obtenido estos ejemplares directamente
en colectas ilegales del medio natural, llegando a comercializarlas ilegítimamente.

Especies nativas de Nuevo León con potencial uso ornamental

Especies nativas ornamentales actualmente cultivadas en el AMM


Existen múltiples especies nativas que son utilizadas como ornamentales en el AMM,
la mayoría de ellas, como ya se mencionó, no han sido plantadas sino, más bien, se
desarrollaron espontáneamente, y una vez establecidas estas especies, las personas
aprecian su belleza y beneficios, por lo que las conservan y favorecen su desarrollo.

579
Entre las especies nativas mejor representadas o con mayor frecuencia en el AMM
tenemos árboles o arbolillos como el alamillo, anacahuita, anacua, barreta, chapote
prieto, colorín, duraznillo, ébano, encino duraznillo, encino molino, encino roble,
huizache, jaboncillo, mezquite, nogal de nuez lisa, nogal encarcelado, palo blanco,
palo verde, pino blanco, pino colorado, retama, sabino o ahuehuete, sauce de río,
álamo de río, tronadora, uña de gato.
Entre los arbustos y hierbas nativas destacan la albarda, cenizo, chaparro prieto,
gobernadora, granjeno, hierba del potro, lantana, veintiunilla, lechuguilla, maguey
cenizo, nopal, pitaya y orégano. Además, tenemos algunas palmas como palma yuca,
palma sabal y palmilla.
Aquí es importante destacar que, si bien son más de 50 especies nativas las que
podemos encontrar con uso ornamental en el AMM, la frecuencia con que éstas
aparecen o su proporción en las especies ornamentales es sumamente limitada, ya
que representan menos de 10% de la flora urbana ornamental.

Especies nativas con potencial ornamental

Además de las especies antes mencionadas existen múltiples especies de la flora nativa
del estado de Nuevo León que pueden ser utilizadas para fines ornamentales en el
AMM y aportar múltiples beneficios al entorno urbano y sin los problemas que pueden
presentar las especies introducidas. Entre estas especies destacamos un listado de
cuarenta especies (Tabla 2), algunas de las cuales tienen una mínima representación
en la ciudad, pero la mayoría no tienen individuos en el ambiente urbano, por lo que
su uso vendría a aportar diversidad y salud ecológica a la flora urbana. Estas espe-
cies nativas fueron seleccionadas en base a sus características morfológicas, porte,
beneficios ambientales, flores y frutos.

Tabla 2. Plantas nativas con potencial ornamental y de reforestación no utilizadas


o subutilizadas en el Área Metropolitana de Monterrey (tomado de Alvarado Váz-
quez et al., 2004)

Forma biológica Nombre científico Nombre común Algunos usos sugeridos


Enredadera Vitis cinerea Parra silvestre Bardas
Rosetófila Hesperaloe funifera Samandoque Núcleos de jardín
Pasto Buchlöe dactyloides Zacate búfalo Césped público y privado
Hierba anual Monarda citriodora Monarda Arriates, Jardineras, Macetas
Hierba Amoreuxia wrightii Arriates, Maceteros, Jardines
Sombrero de
Hierba Ratibida columnaris Arriates, Macetas, Jardineras
Zapata

580
Hierba Gaillardia mexicana Gallarda Arriates, Jardineras, Jardines
Macetas, Jardines residen-
Hierba Chrysactinia mexicana Damiana ciales
Hierba Salvia coccinea Mirto Arriates, Macetas, Jardines
Hierba Zexmenia hispida Arriates, Macetas, Jardineras
Hierba Ruellia nudiflora Arriates, Macetas
Hierba / Arbusto Hibiscus cardiophyllus Tulipán de Monte Macetas, Jardines
Arbusto pequeño Cassia greggii Jardineras de ventana
Arbusto pequeño Amyris texana Chapotillo Arreglos florales, Jardineras
Arbusto pequeño Heimia salicifolia Sinicuil Jardineras de ventana
Arbusto Larrea tridentata Gobernadora Jardines xerófilos
Arbusto Philadelphus coulteri Jardín residencial y público
Panalero, Setos perimetra-
Arbusto Schaefferia cuneifolia les, Macetas
Arbusto Porlieria angustifolia Guayacán Setos perimetrales, Jardines
Arbusto Bouvardia ternifolia Trompetilla Arriates, Jardineras, Macetas
Arbusto Colubrina texensis Setos, Jardines
Árbol / Arbusto Bumelia celastrina Coma Jardines públicos
Árbol / Arbusto Cercocarpus montanus Banquetas, Jardín residencial
Árbol / Arbusto Eysenhardtia polystachya Vara dulce Jardín residencial y público
Árbol / Arbusto Ungnadia speciosa Monilla Jardines públicos
Árbol / Arbusto Cupressus arizonica Cedro Jardín residencial y Público
Árbol / Arbusto Quercus laceyi Encino memelito Banquetas y Jardines
Perlas de la
Árbol / Arbusto Chiococca pachyphylla Jardín residencial e interiores
Virgen
Árbol / Arbusto Colubrina greggii Manzanita Plazas y Jardines
Árbol / Arbusto Arbutus xalapensis Madroño Naturaleza muerta, Plazas
Árbol / Arbusto Condalia hookeri Brasil Plazas y Jardines públicos
Árbol / Arbusto Pistacia mexicana Lantrisco Banquetas, Jardines
Árbol / Arbusto Prunus serotina Cerezo negro Jardín residencial y público
Árbol / Arbusto Juniperus flaccida Tascate, Cedro Plazas y Jardines
Árbol / Arbusto Cephalanthus salicifolius Banquetas, Plazas y Jardines
Árbol Sargentia greggii Chapote amarillo Banquetas, Jardines públicos
Árbol Ulmus crassifolia Olmo Plazas y Jardines
Árbol Chilopsis linearis Mimbre Jardín residencial y público
Corona de San
Árbol Cornus florida Jardín residencial y público
Pedro
Árbol Acer grandidentatum Palo de azúcar Jardín residencial y público

581
A continuación se presenta una breve descripción de las especies seleccionadas, así
como su distribución, características que las hacen atractivas y su posible utilización
ornamental y/o de reforestación (tomado de Alvarado-Vázquez et al., 2004):

Prunus serotina Ehrh. “Cerezo negro” Rosaceae


Árbol de 5 a 15 m de altura y hasta 1 m de diámetro, copa ancha, corteza café-rojiza
o grisácea. Hojas simples, alternas, firmes a coriáceas, oblongo-lanceoladas a ovado-
oblongas; flores blancas, numerosas; fruto una drupa globosa roja o negra, jugosa,
dulce a amarga, comestible. Este y sur de los Estados Unidos, Nuevo León, centro
de México hasta Guatemala. Se desarrolla bien en ambientes contaminados, se le
atribuyen propiedades medicinales, las hojas tiernas y las semillas son tóxicas, muy
apreciado como árbol ornamental por el colorido de sus frutos en la Ciudad de México;
también utilizado para ornato en Texas.

Juniperus flaccida Schl. “Tascate”, “Cedro blanco” Cupressaceae


Arbusto o árbol de 5 a 12 m de altura, tronco de 25 a 50 cm de diámetro; ramas
principales con ramillas colgantes que aparentan un estado de tristeza en la planta;
corteza dividida longitudinalmente, café-rojiza; hojas opuestas, angostamente ovadas
y fuertemente acuminadas o lanceoladas; flores en conos unisexuales, con escamas
ovadas o peltadas, los femeninos subglobosos con 2 a 3 series de escamas; semillas
irregularmente triangulares y angulosas, amarillentas o castaño claro. Texas, Sinaloa,
Nayarit, Nuevo León y centro de la República Mexicana. Se utiliza como maderable
y ornamental. En forma natural crece en los sistemas montañosos aledaños asociado
a bosques de pino-encino; su atractivo principal es denotado por la resina olorosa que
exuda y la declinación de sus ramillas.

Sargentia greggii Wats. “Chapote amarillo” Rutaceae


Arbusto o árbol de 4 hasta 13 m de altura, tallo recto con ramas ascendentes, corteza
lisa, grisácea; hojas compuestas, alternas, persistentes, de 2 o 3 folíolos con glándulas
punteadas olorosas; flores verde amarillentas o blancas, floración en abril y mayo;
fruto una drupa globosa, amarilla, con una semilla (hueso). Planta endémica de Nuevo
León, Tamaulipas y San Luis Potosí. En el área es común en cañadas y escurrimientos
de los sistemas montañosos; los tallos se usan como leña para cocinar, para cons-
trucción rural y fabricación de partes de carretas; el fruto es comestible. Presenta un
alto valor ornamental por su follaje perennifolio y frondoso, además de ser resistente
a bajas temperaturas.

Pistacia mexicana H.B.K. “Lantrisco” Anacardiaceae


Arbusto o árbol de 6 m de alto, corteza delgada, lisa, castaño claro; hojas compuestas,
pinnadas, alternas, verde obscuro brillante; flores blancas, unisexuales, masculinas y
femeninas en plantas separadas; fruto una drupa roja, oblicua, ligeramente comprimida.
Texas, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Guerrero, Chiapas y Guatemala. Por su atractivo

582
y resistencia a la sequía, presenta un notable potencial para uso paisajista dentro de las
zonas áridas; prospera principalmente en matorral submontano y en riberas de arroyos,
resultando una planta con aptitud en la protección y retención de taludes, las semillas
son comestibles; es una planta atractiva y resistente a la sequía, su tamaño es ideal para
evitar problemas en las banquetas y cableado aéreo. Las semillas son comestibles.

Arbutus xalapensis H.B.K. “Madroño” Ericaceae


Arbusto o árbol de hasta 10 m o más de altura, perennifolio, tronco de hasta 30
cm de diámetro, corteza delgada, rosa a café-rojiza, exfoliándose en largas láminas
papirosas, ramas encorvadas; hojas simples, alternas, pecioladas, oval a ovaladas u
oblongo-elípticas, haz verde brillante, envés pálido y opaco; flores blancas a menudo
con tintes rosa, corola urceolada, dispuestas en panículas; floración de febrero a abril.
Fruto una baya rojo amarillento a rojo obscuro, comestible aunque no debe consumirse
en grandes cantidades ya que produce embriaguez. Nuevo México, Texas, Chihuahua,
Nuevo León, Veracruz, Oaxaca y Guatemala. Es una planta atractiva por la corteza de
sus tallos y ramas que se desprende en tiras; la madera tiene posibilidad para utilizarse
como naturaleza muerta u otros propósitos.

Colubrina greggii S. Wats. “Manzanita” Rhamnaceae


Arbustos o árboles de 1.5 a 5 m de altura, ramas delgadas; hojas simples, alternas,
ovadas a lanceoladas, ápice acuminado, de borde glandular serrulado; flores peque-
ñas, verde-amarillentas; dispuestas en tirsos con 15 a 40 flores; fruto una cápsula
dura, casi esférica, semillas negras, brillantes, oblongas a obovadas. Fruto reportado
como comestible. Texas, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí. Hidalgo y
Veracruz. Con poda adecuada se logran árboles rústicos ideales para la reforestación
de plazas y jardines públicos. Reportada en peligro de extinción para Texas.

Amyris texana (Buckl.) P. Wils. “Chapotillo” Rutaceae


Arbusto aromático glabro, de 1 a 2 m de altura; hojas alternas trifoliadas, folíolos lustrosos
con bordes ondulados; flores pequeñas y poco atractivas; se distribuye en Texas, Nuevo
León, Tamaulipas, norte de Veracruz. Floración de primavera a otoño. Prospera en lugares
preferentemente planos o de poca inclinación; tiene posibilidad de usarse en arriates
arbustivos en combinación con otras especies de follaje no muy denso, ni cerrado.

Hesperaloe funifera (Koch) Trel. “Samandoque” Liliaceae


Plantas arrosetadas con hojas de aproximadamente 2 m de longitud y 4 cm de ancho;
flores de color salmón, dispuestas sobre un escapo floral que sobresale del follaje al-
canzando alturas de 4 a 5 m, al madurar el fruto se producen varias semillas aplanadas;
presenta una distribución endémica para los estados de Coahuila, Nuevo León, y San
Luis Potosí; es una planta que ha sido cultivada en Nuevo León para obtener fibras de sus
hojas; es apropiada para jardines desérticos y áreas verdes municipales con elementos
xerofíticos.

583
Ulmus crassifolia Nutt. “Olmo” Ulmaceae
Árbol de hasta 30 m de altura y un tronco de 1 m de diámetro, ramas a menudo con
dos alas de apariencia corchosa; hojas lustrosas, simples, alternas, ovadas, o elípticas,
de borde aserrado; flores color café, en fascículos corto pedunculados, con 3 a 5 flores,
dispuestos en las axilas de las hojas, floración de julio a octubre; fruto una sámara
oblonga, plana, de aproximadamente 1 cm de largo. Mississipi, Texas, Nuevo León y
Tamaulipas. En el área es común en cañadas y escurrimientos de montaña; el follaje es
persistente a tardíamente deciduo; la madera tiene uso en la construcción de muebles
y en la fabricación de ruedas de carreta; por su tamaño es deseable en la reforestación
de jardines habitacionales amplios, y en áreas verdes públicas.

Chiococca pachyphylla Wern. “Perlas de la virgen” Rubiaceae


Arbusto o árbol liso de 2 a 6 m de altura; hojas opuestas, elíptico-oblongas a ovadas
de 7-14 cm, coriáceas; flores monopétalas rojas, en inflorescencias paniculadas axi-
lares, floración durante todo el año; fruto una drupa blanca con 3 semillas. Es una
especie endémica para los estados de Nuevo León y Veracruz. En los alrededores del
AMM habita en matorrales asociados al bosque de encino; su follaje es semejante en
apariencia al del trueno Ligustrum lucidum, la cual es una de las principales plantas de
ornato que existen en la zona, de ahí su potencial ornamental. Utilizada comúnmente
por sus propiedades medicinales en afecciones como dolor de estómago, gastritis,
diabetes, trastornos renales.

Buchlöe dactyloides (Nutt.) Engelm. “Zacate búfalo” Gramineae


Zacate perenne, monoico o dioico, estolonífero, de tallos cortos; las hojas forman-
do macollos basales, generalmente planas, pilosas al menos en la base y formando
espirales, limbos con pelos glandulares en la parte basal; flores estaminadas en 2 o
3 espigas cortas (cada espiga con cerca de 10 espiguillas), las pistiladas en capítulos
sésiles escondidos parcialmente entre las hojas, floración en primavera, verano y
otoño. Distribuida desde Mississipi, Texas, noreste de México hasta Puebla. Tiene un
excelente valor forrajero y por su tamaño, características físicas y resistencia a la sequía
y al frío es un pasto excelente para utilizarse como césped en áreas verdes, e incluso
campos deportivos.

Larrea tridentata (DC.) Cov. “Gobernadora” Zygophyllaceae


Arbusto resinoso y aromático de 1 a 3.5 m de altura; ramas de color café, flexibles, nudos
conspicuos; hojas de color verde oscuro a verde amarillento, opuestas, compuestas,
con 2 folíolos cónicos, carnosos, con el ápice agudo; flores con pétalos amarillo bri-
llantes; floración de febrero a agosto; el fruto es una cápsula pentalobada lanosa.
California, Utah, Texas, Baja California, Sonora, Tamaulipas, Nuevo León, Durango,
Querétaro, Guatemala. Es uno de los arbustos más característicos de las planicies se-
cas del norte de México, por lo cual no puede faltar en los jardines xerofíticos, además
de resaltar por su follaje pardo brillante y flores llamativas; a menudo cubre grandes
extensiones formando comunidades vegetales en donde el terreno es dominado prácti-
camente por esta planta, de donde proviene su nombre (gobernadora), tal particularidad
584
es debida a la producción de sustancias inhibitorias para el desarrollo y establecimiento
de otras especies; se usa en medicina doméstica, pero debe tenerse cuidado en su uso
sobre todo ingerido, ya que tiene gran cantidad de resinas.

Vitis cinerea Engelm. “Parra silvestre” Vitaceae


Enredadera arbustiva, con tallos nudosos o articulados, provistos de zarcillos común-
mente bifurcados en la punta, ramillas angulosas, con abundante pubescencia gris o
blanca; hojas simples y alternas, suborbiculares a ampliamente ovadas, margen con
2 a 4 lóbulos, con pequeños dientes irregulares, el envés verde pálido; flores verde
amarillentas dispuestas en panículas, floración de septiembre a noviembre; fruto
una baya negra o morada. Centro y sur de los Estados Unidos, Sonora, Chihuahua,
Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí y Durango. Fruto comestible para
fauna silvestre y para humanos. Plantas de larga vida, resistentes a la humedad alta
y sequía extremas, así como bajas temperaturas; por su crecimiento difuso es útil en
la protección de suelos, puede usarse para revestir bardas y barandales, además de
sombrear en patios y lavanderías.

Amoreuxia wrightii Gray Cochlospermaceae


Planta herbácea de hasta 50 cm de altura, con pubescencia glandular excepto en las
hojas; hojas con pecíolos de hasta 8 cm de longitud, lámina con 5 divisiones; flores algo
grandes, cáliz con estriaciones de color rojo, pétalos rosados a naranja con una mancha
en la base; fruto oblongo u ovoide de hasta 5 cm de longitud; se distribuye en Texas
y parte adyacente de México; en el área se localiza en suelos calizos bien drenados y
rara vez en jardines urbanos; además de ser una especie en peligro de extinción, posee
hermosas flores con potencial en jardinería.

Bouvardia ternifolia (Cav.) Schl. “Trompetilla” Rubiaceae


Arbustito de 1 m con hojas ternadas largamente ovado-cuminadas, flores rojas, tubu-
lares, con el limbo corto de 4 divisiones, floración de mayo a noviembre; el fruto es
una cápsula subglobosa. Texas, Arizona, Nuevo México, en el norte de México desde
Sonora a Nuevo León, y hacia el sur hasta Puebla, Veracruz y Oaxaca. En la zona se
encuentra en bosques de encino o pino, o en bosques mixtos de estas comunidades;
en Texas es una planta a menudo cultivada; se le emplea para afecciones tales como
disentería, hidrofobia. Las flores representan el mayor atractivo de esta planta, la cual
puede usarse en macetas o para combinarla en arriates de flores.

Chilopsis linearis (Cav.) Sweet. “Mimbre” Bignoniaceae


Arbusto o árbol de hasta 10 m de altura; hojas opuestas y alternas, lineares; flores
monopétalas, fragantes, moradas, rosas o blancas, en grupos terminales, corola
campanulada, floración de abril a septiembre; el fruto es una cápsula delgada de dos
valvas y linear, semillas numerosas, ovales, aplanadas y aladas, con un mechón de
pelos en cada extremo. Baja California y Sonora a Tamaulipas, Zacatecas, Durango
y Nuevo León. No obstante su agradable estética, es poco usada como ornamental;

585
recomendable para jardines públicos y particulares. La madera es utilizada para postes
de cerca y se sabe que de sus ramas delgadas y correosas se elaboran canastas, sus
flores son empleadas como remedio para la tos y como un estimulante en el caso de
enfermedades cardíacas.

Cephalantus salicifolius Humb. et Bonpl. Rubiaceae


Arbusto o árbol pequeño de hojas opuestas o ternadas, ovadas a angostamente
lanceoladas, de 6-19 cm, color verde brillante y lustroso en el haz, flores pequeñas
en cabezas globosas, fruto capsular de 4.5 mm. Se distribuye de Sonora a Guerrero,
Morelos, Puebla, Tamaulipas y Nuevo León, también en Honduras. En el área es común
en riberas de arroyos; es una planta atractiva por su follaje y rusticidad.

Schaefferia cuneifolia Gray. “Panalero” Celastraceae


Arbustos en general de 1-2 m de altura, con ramas rígidas e intrincadas, algo espines-
centes, corteza gris claro; hojas pequeñas, sésiles, alternas o fasciculadas, cuneado-
obovadas, glabras, color verde pálido; flores estaminadas y pistiladas en plantas
separadas; flores solitarias o en varios grupos, pétalos verdosos; fruto subgloboso,
color naranja a rojo brillante, ligeramente comprimido, someramente bisulcado lon-
gitudinalmente, con 2 semillas. Valle del Río Grande y sur de Trans-Pecos, norte de
México. Planta común en planicies y menos frecuente en terrenos inclinados. Es una
planta con gran valor potencial, notable primariamente por su follaje verde pálido y
hojas prominentemente nervadas.

Hibiscus cardiophyllus Gray “Tulipán de monte” Malvaceae


Planta herbácea lignificada en la base, de 30 a 60 cm de altura; hojas bicoloras con base
cordada y márgenes dentados; flores grandes y vistosas con pétalos rojo intenso a pro-
fundamente rojo-rosado; fruto una cápsula de 1.5 cm de longitud, con pocas semillas;
floración durante todo el año; Texas y parte adyacente de México; en el área prefiere los
sitios localizados en cañones y colinas, aunque también se encuentra en lugares de escasa
pendiente; es una especie que puede utilizarse como ornamental en jardines públicos y
particulares utilizando plantaciones individuales o conjuntos de pocos individuos.

Colubrina texensis (T. & G.) Gray. Rhamnaceae


Arbusto redondeado de 1-2 m de altura, densamente ramificado, sin espinas; hojas
corto pecioladas elípticas u obovadas, alternas con la base aguda a redondeada; flores
solitarias o en grupos, ovario de tres lóculos; el fruto es una drupa seca, subglobosa,
que madura muy lentamente, ocurriendo la dehiscencia hasta varios meses después
de la antesis. Se distribuye en Texas, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. En la zona se
encuentra en la parte norte del Área Metropolitana de Monterrey, siendo común en
áreas desmontadas y pastizales deteriorados; es una especie apta para la protección
de suelos de áreas deforestadas, su porte bajo y achaparrado resulta atractivo para
la formación de islas en áreas verdes, plazas y jardines, potencialmente útil también
para usarse en terrazas.

586
Condalia hookeri M. C. Johnst. “Brasil”, “Capulín” Rhamnaceae
Arbusto o árbol pequeño de hasta 6 m de altura; hojas obovadas de 15-20 mm de largo
y 9-12 mm de ancho; ápice mucronado o redondeado, la base es acuminada, margen
entero, consistencia membranosa; flores poco vistosas, verdes, pequeñas, solitarias o
en fascículos; el fruto es una drupa de color azul obscuro, casi negra, de pericarpio car-
noso dulce. Coahuila, Tamaulipas, Nuevo León y Texas. La madera se utiliza como leña,
principalmente, su fruto es comestible. Es una planta común en matorrales de la planicie
costera del noreste y menos frecuentemente en el matorral submontano; la pulpa del
fruto es dulce y se utiliza en la elaboración de gelatina. La tonalidad verde pálido a verde
amarillento de su copa proporciona un matiz apropiado para obtener contrastes en el
paisaje de áreas verdes públicas o privadas debido a su singular aspecto.

Porlieria angustifolia (Engelm.) Gray. “Guayacán” Zygophyllaceae


Arbusto siempre verde hasta de 4 m de altura; muy ramificado, nudoso, espinescente;
las hojas son opuestas o agrupadas en fascículos en los nudos, pinnadas; folíolos de
color verde-obscuro, textura coriácea, de forma linear-oblongo; flores aromáticas,
pétalos azul o púrpura; el fruto es una cápsula con dos a cuatro lóbulos, aplanada, de
margen alado; semillas café-amarillentas, reniformes, con arilo. Chihuahua, Coahuila,
Nuevo León y Tamaulipas. La corteza de la raíz es usada como fuente de jabón; la
madera y la corteza es usada como sudorífico, en el tratamiento de reumatismo,
enfermedades venéreas y como estimulante vascular. Se estima también como un
buen desinfectante, la madera es durable y se usa para postería en cercas y otros pro-
pósitos; es una especie rústica de follaje siempre verde, que además puede arreglarse
con adornos en navidad.

Philadelphus coulteri S. Wats. Saxifragaceae


Arbusto de 1 a 3 m de altura, con hojas bicoloras con tomento blanco en el envés,
dentadas, ovadas a lanceolada, de 3 a 5 cm de longitud; flores blancas con una
mancha amarilla en la base de cada pétalo; es una especie que se distribuye desde
Nuevo León hasta el estado de Hidalgo. En nuestra zona se localiza en bosques de
pino-encino; por su particularidad para desarrollarse en zonas de pendiente se re-
comienda para reforestar taludes; sus bellas flores, además de ser muy atractivas,
tienen una agradable fragancia.

Zexmenia hispida (H.B.K.) Gray Compositae


Arbusto de 0.5-1 m de alto, estrigoso-híspidos; hojas rómbico-lanceoladas u ovado
lanceoladas, acutadas en la base, sésiles o casi sésiles, escasamente dentados o
lobadas, generalmente estrigosas en ambos lados; pedúnculos terminales, solitario
u ocasionalmente en una cima de tres; cabezas con involucro biseriado, cilíndrico,
campanulado, las filarias externas son lanceoladas, los rayos son anchos, conspicuos,
de color naranja amarillo; los aquenios son variables, los de las flores del disco son
ampliamente 2-alados o con 2 aurículas; el pappus está separado del cuerpo del
aquenio por una fuerte constricción o cuello. Texas, noreste y sureste de México
hasta Veracruz e Hidalgo. Es común encontrarla en el matorral submontano de la
587
región. Es una especie que tolera bien los suelos degradados y puede usarse en la
reforestación y protección de taludes; también tiene potencial para emplearse en
arriates en combinación con otras especies, en jardineras y terrazas.

Gaillardia mexicana Gray .“Gallarda” Compositae


Planta herbácea, perenne de 30 a 50 cm de altura, tallos ramificados desde la base,
frecuentemente con un tinte rojizo, pubescentes; las hojas de la base dispuestas
en roseta, márgenes lobados o enteros, las caulinares alternas. Oblongas u ovado-
lanceoladas, sésiles, con márgenes enteros o dentados; las flores dispuestas en ca-
bezuelas, las radiales con corola amarillo rojiza o púrpura, las del disco café rojizas,
con los lóbulos de la corola triangulares, pubescentes, con pelos moniliformes café
púrpura; el fruto un aquenio, glabro pero con pelos solamente en la base. Texas,
Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y San Luis Potosí. Se recomienda como
planta de ornato por sus flores vistosas.

Ratibida columnaris (Sims) D. Don “Sombrero de Zapata” Compositae


Planta herbácea de hasta 1.2 m de longitud, ramificada, las ramas laterales extendidas,
ocasionalmente resinosas, con pubescencia rígida y abundante; hojas profundamen-
te partidas en 5 a 13 segmentos, angostamente lanceolados, oblongo u oblongo-
lanceolados, con el margen entero o algunas veces trífido; flores del disco al centro
de cabezuelas cilíndricas que llevan en su periferia 3 a 7 flores radiales de pétalos
amarillos o con una mancha rojo obscuro en la base, las flores del disco numerosas,
café rojizas; floración de primavera a otoño; el fruto es un aquenio glabro. Nuevo
León, Texas, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. En el área se le encuen-
tra en terrenos planos, generalmente con algún grado de perturbación. Presenta
la particularidad de formar manchones herbáceos que resaltan por la forma de los
capítulos y vistosas flores liguladas y aterciopeladas. Muy atractiva para la formación
de arriates y uso en jardines públicos y privados.

Cornus florida L. “Corona de San Pedro” Cornaceae


Arbusto o árbol de hasta 12 m de alto, ramas usualmente verdosas; hojas simples,
opuestas, caducas, ovadas a ovado-elípticas o ampliamente elípticas, agudas acumi-
nadas en el ápice, verde obscuro en el haz y pálido, glabro o sedoso pubescente en
el envés, flores amarillas a blanco-verdosas sésiles, protegidas por cuatro brácteas
petaloides, blancas o rosas; drupa elipsoide, rojo-obscura, algunas veces amarilla. Se
distribuye en el este y centro de Texas, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Recomen-
dada para ser cultivada en jardines por la hermosura de sus brácteas.

Eysenhardtia polystachya (Ortega) Sarg. “Vara dulce” Fabaceae


Arbusto o árbol de hasta 8 m; hojas aromáticas, pinadas con 21-51 hojuelas oblongas
u ovales, pubescentes o glabras, con puntos glandulares, de 10-20 mm; flores blancas,
en racimos de 4 a 15 cm de longitud, aromáticas y melíferas; fruto una vaina de 1 a
1.5 cm de longitud. Arizona, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.
En el área es una planta común en matorrales subinermes de la planicie costera y
588
parte baja de la Sierra Madre Oriental. Es una planta forrajera, se le atribuyen diversas
propiedades medicinales. La madera puesta en agua produce una coloración azul
que combina con el rojo, amarillo, según la incidencia de la luz. Esta especie presenta
aptitud para formar islas en áreas verdes y para la protección de suelos e incluso es
atractiva para usarse en jardines particulares.

Cassia greggii Gray Fabaceae


Arbusto hasta de 1 m de altura; hojas pinnadas de dos a cinco pares de folíolos, oblan-
ceolados a obovados, de 5-15 mm de longitud y 3-5 mm de ancho, glabros, coriáceaos.
Flores solitarias con delgados pedicelos axilares, pétalos de 10-14 mm de largo, ama-
rillos. Fruto una vaina linear o linear lanceolada de 3-4 cm de longitud y 4-6 mm de
ancho, glabra, dehiscente, semillas negras, lustrosas. Frecuente en lomeríos. Texas,
Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. El follaje es consumido por el ganado. El follaje
es de color verde obscuro; por su tamaño y poca espesura de follaje, podría utilizarse
con fines decorativos al pie de vitrales en restaurantes y otros negocios.

Bumelia celastrina H.B.K. “Coma” Sapotaceae


Arbusto o árbol pequeño de 2-9 m de altura, espinoso. Hojas con los pecíolos hasta
de 1 cm de largo, generalmente fasciculadas, excepto en las ramas jóvenes; espatu-
ladas, ápice redondeado y la base cuneada, hasta de 4 cm de longitud y 2.5 cm de
ancho, generalmente más pequeñas; firmes, las venas no muy prominentes. De tres
a quince flores por grupo, aromáticas; los pedicelos glabros; corola de 3-4.5 mm de
largo, ovario piloso en la base, el estilo de 2.5-4 mm de longitud, fruto elipsoidal a
cilíndrico, de 7-13 mm de largo, azul-obscuro; presenta látex abundante en estado
inmaduro. Debido al denso follaje de este árbol y sus flores aromáticas, se le puede
utilizar como árbol de sombra, el fruto es comestible.

Ruellia nudiflora (Gray) Urban Acanthaceae


Hierba con tallos de cerca de 25 cm de alto y densamente puberulentos e hirsutos, con
la edad alcanza una altura de 7 dm de alto y se torna glabro; hojas basales, durante la
primavera tienen un aspecto oblongo a oblongo-ovado, de 6 cm de largo o menos, 3 cm
de ancho o menos, gris verdoso; en verano las hojas miden cerca de 12 cm de longitud o
menos; las flores producidas en verano son cleistogamas, son terminales están acomo-
dadas en panículas; corola morado-azulosa, conspicuamente curvada, cerca de 55 mm
de longitud y 3.5-4 cm de ancho; floración durante todo el año; cápsulas de las flores
cleistogamas cerca de 15 mm de longitud y 3.5-4 mm de ancho, gruesa, clavada, densa-
mente retrorsa-puberulenta; semillas de 4 o 5 en cada cavidad, color café; cápsulas de las
flores normales de 1.6-2 cm de largo y 4-4.5 mm de grosor, densamente fina-puberulenta,
semillas 18 o usualmente menos, café obscuro. Texas y noreste de México. Por sus bellas
flores puede utilizarse en la formación de arriates monocromáticos o en combinación con
otras especies. Hasta el momento ha pasado desapercibida y es una buena opción para
usarse en jardines residenciales y áreas verdes públicas y privadas.

589
Heimia salicifolia (H.B.K.) Link “Sinicuil” Lythraceae
Arbusto hasta de 3 m de altura, glabro; de hojas opuestas, generalmente sésiles, lan-
ceoladas o linear-lanceoladas; flores amarillas, solitarias y axilares, cáliz campanulado,
pétalos anaranjado-amarillentos, floración de marzo a junio. Texas, México hasta
Centro y Sudamérica, también en Jamaica. En el área es común en estrato inferior de
ríos y arroyos; la planta tiene usos en medicina como emética, antisifilítica, hemostática,
febrífuga, diurética, laxativa, sudorífica, también se emplea como tónico, se reporta su
uso como una planta que contrarresta los efectos de la hiedra; además, se le atribuyen
propiedades soporíferas. Se recomienda como una planta formadora de setos.

Chrysactinia mexicana Gray “Damiana” Compositae


Es una planta que permanece verde todo el año, da resina aromática, mide dos pies,
raramente es más largo y tiene muchas ramificaciones. Flores en cabezuelas solitarias y
en la terminación sostenidas en unos tallos pequeños, delgados, las flores de los rayos
son de color amarillo oro, las del disco tienen 5 lóbulos amarillos; floración de abril a
septiembre. Aquenios lineares, regularmente cortos, de color negro y con abundantes
vellosidades capilares. Hojas alternas, lineares o filiformes, ápice puntiagudo, margen
entero, carnosas, con abundantes glándulas de aceite. Ramas delgadas, grises o negras
amontonadas hacia el ápice de las ramas. Oeste de Texas, Nuevo México y México
(Tamaulipas, Chihuahua, Nuevo León, sur de Veracruz y en el Estado de México). En
la región es una planta común en sitios secos y rocosos. Es una planta muy utilizada en
medicina doméstica como afrodisíaco, antiespasmódica, sudorífica, y otras propiedades,
especialmente en el tratamiento de fiebres y reumatismo; es una planta que puede ser
utilizada en jardines habitacionales con fines ornamentales y medicinales; por su aspecto
puede tener uso también en la formación de jardines xerófilos.

Acer grandidentatum Nutt. “Palo de azúcar” Aceraceae


Árbol de hasta 15 m de altura, con corteza escamosa café obscuro; hojas con pecíolos
de 3-5 cm de largo, cordadas o truncadas en la base, de color verde azulado, limbo
con 3-5 lóbulos; flores dispuestas en inflorescencias corimbosas, corola ausente; fruto
una sámara alada de hasta 2.5 cm de longitud, floración de marzo a abril. Texas, Wyo-
ming, Utah, Nuevo México y norte de México. En el área se encuentra en cañones y
cañadas de la Sierra Madre Oriental. Se considera en peligro de extinción en la zona;
representa una especie con gran atractivo por su porte y sería de gran aceptación
en la reforestación de espacios abiertos.

Cupressus arizonica Greene “Cedro” Cupressaceae


Árbol aromático, monoico, de hasta 25 m de altura, aunque usualmente menor a
10 m, hojas escamosas, triangular-ovadas, color verde-azul, pálidas; la estructura
reproductora femenina es un cono corto pedicelado, leñoso de 2 a 2.5 cm de diáme-
tro, grisáceo; semillas numerosas bajo cada escama ovulífera. Texas, Nuevo México,
Arizona, California, norte de México; en Nuevo León es una planta común en la parte
oeste de la zona montañosa, también abunda en el altiplano y montañas del sur del

590
estado. Su madera se usa localmente en la construcción de viviendas. En Texas tiene
valor ornamental. Se recomienda para reforestación suburbana donde las condiciones
climáticas lo permitan y para ornato en parques y plazas públicos.

Cercocarpus montanus Raf. Rosaceae


Arbustos o pequeños árboles de 1-6 m de altura; hojas firmes en textura, ovadas u
obovadas, usualmente cuneadas en la base, de hasta 6 cm de longitud y 3.5 cm de
ancho; flores solitarias o en fascículos de 2 o 3, floración de marzo a junio; fruto un
aquenio provisto de un apéndice a manera de cola plumosa. Oeste de Estados Unidos
y norte de México. En la región se encuentra habitando en comunidades de chaparral,
cañones y laderas rocosas. El atractivo de esta planta está dado por su rusticidad,
follaje y frutos apendiculados, sería útil para reforestar áreas degradadas.

Ungnadia speciosa Endl. “Monilla” Sapindaceae


Arbusto o árbol de hasta 10 m de altura y un tronco de 20 cm de diámetro; hojas
alternas, pinnadas, deciduas, con 3 a 7 folíolos de 5 a 12 cm de longitud, ovados a
ovado-lanceolados, bordes aserrados; flores en fascículos laterales que aparecen
antes que las hojas o con las hojas de la siguiente estación, pétalos 4 o 5, de hasta 1
cm de longitud, las flores tienen un aroma dulzón, floración de marzo a junio; fruto
una cápsula trilobada, algo leñosa, de aproximadamente 5 cm de diámetro; semillas
negras y lustrosas, redondeadas, tóxicas. Nuevo México, Texas, Chihuahua, Coahuila,
Nuevo León y Tamaulipas. Por su porte arbóreo y follaje con folíolos amplios resulta
atractiva para uso ornamental; con las semillas se pueden confeccionar collares.

Quercus laceyi Small “Encino memelito” Fagaceae


Árbol o arbusto de hasta 8 m de altura; hojas de hasta 12 cm de longitud y 6 cm de
ancho, de color verde azulado a verde-amarillo, deciduas, algo gruesas y coriáceas,
oblongas a elípticas u obovadas, base cordada, bordes poco lobuladas o raramente
enteros; flores unisexuales, las estaminadas en amentos de 3-6 cm, las pistiladas con
1-3 flores; el fruto es una bellota con una nuez de hasta 2 cm de longitud. Texas y
noreste de México. En Nuevo León participa como componente del bosque de encino
localizado al frente de la Sierra Madre Oriental, sobre terrenos inclinados. Debido a su
tamaño es una planta adecuada para utilizarse debajo de líneas eléctricas o telefónicas
sin interferir con ellas, además sería útil en banquetas y en todo tipo de jardín.

Monarda citriodora Cerv. “Monarda” Labiatae


Planta anual o algunas veces bianual, de hasta 8 cm de altura; hojas pecioladas, lanceo-
ladas a oblongas, de márgenes aserrados, de 3 a 6 cm de longitud; flores dispuestas
en glomérulos de 1.5 a 3.5 cm, corolas bilabiadas blancas o rosas, frecuentemente con
tintes morados, de 0.7 a 1.9 cm. de longitud; florea de abril a octubre; se distribuye
desde Missouri y Kansas a Texas y al noreste de México; en el área encuentra lugar en
el bosque de pino-encino con suelos de pendiente moderada o fuerte; es una especie

591
de flor con potencial para la formación de arriates de temporada en áreas verdes y jar-
dines públicos del AMM, y como plantas de ornato en oficinas, sala de juntas, y eventos
de exposición.

Salvia coccinea Murr. “Mirto” Labiatae


Hierba perenne de base algo lignificada, de hasta 1 m de altura; hojas pecioladas, del-
toides a ovadas, base cordada y márgenes crenados, de hasta 7 cm de longitud y 5 cm
de ancho; flores racimosas con pocas a varias flores, corolas bilabiadas, de color rojo
brillante a profundamente rojo escarlata, de aproximadamente 2.5 cm de longitud; flo-
ración de febrero a noviembre. Carolina del Sur a Florida y Texas en EUA, hasta México;
es una planta atractiva usada como ornamental en Texas; es una especie de flor que
puede ser utilizada en maceteros de casas habitacionales, reforestación de terrazas,
formación de arriates en combinación con otras plantas de flor; puede ser usada tam-
bién en naturaleza muerta.

Conclusiones y perspectivas

En los tiempos actuales, la globalización, las innovaciones tecnológicas, el creci-


miento de la población, y con ello, la demanda de una mejor calidad de vida con el
menor deterioro ambiental hace urgente, particularmente en las grandes ciudades,
la adecuación del arbolado y áreas verdes urbanas para resolver múltiples problemas
ambientales, sociales y de sustentabilidad de estas urbes. Afortunadamente, está en
la conciencia de la sociedad actual, especialmente en las grandes concentraciones de
desarrollo urbano, la importancia de los parques y en general de las áreas verdes como
elementos compensadores de los desequilibrios ambientales y psicológicos propios de
las grandes ciudades.
Es importante tener en cuenta que las plantas son seres vivos, con un ciclo vital,
por lo que será indispensable el conocimiento de las cualidades biológicas y de las
limitaciones de las variadas especies que pueden ser utilizadas en programas de re-
forestación urbana o diseño de áreas verdes, así como el entorno ambiental donde
se ubicarán tales como: sitios de plantación adecuados, fechas apropiadas, tipo de
suelo y clima convenientes para los ejemplares, tolerancia a agentes contaminantes
y mantenimiento adecuado, pues solamente de esta manera tendremos una signifi-
cativa garantía de conseguir los fines deseados.
Por todo lo anterior, podemos concluir que, en la selección de especies para el
arbolado y ornato urbano, particularmente para grandes ciudades como el AMM, no
solamente hay que considerar los aspectos estético y paisajístico, sino considerar tam-
bién aquellas especies que estén adaptadas ecológicamente a la región, que ahorren
agua, que resistan la presión urbana (altas temperaturas, riegos insuficientes, efectos
de contaminación, daños mecánicos y acción humana) y que tengan una función de
mejoramiento ambiental. Consideramos que las especies nativas cubren la mayoría
de los requerimientos para la reforestación urbana en el AMM, por lo que tendrán
mayores posibilidades de adaptación.
592
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594
ESPECIES CON USO POTENCIAL
EN FITORREMEDIACIÓN
Hernández-Piñero JL*, Foroughbakhch-Pournavab R.
Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de
Nuevo León, Ave. Pedro de Alba s/n, Ciudad Universitaria, C. P. 66450,
San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México
*johernan59@gmail.com

Resumen

L
a fitorremediación es el empleo de plantas para el saneamiento ambiental de
suelos y mantos acuíferos. Esta técnica ha captado la atención de prestadores
de servicios ambientales, autoridades gubernamentales y público en general, de
modo positivo, debido a que son tecnologías económicas y otra serie de ventajas que al
final resultan en un suelo regenerado de manera satisfactoria. Ahora bien, las especies
botánicas que se emplean en esta tecnología deben tener óptimo crecimiento en las
zonas donde se aplique. En el caso del Estado de Nuevo León, es común observar zonas
con alta salinidad, altas temperaturas y sequías prolongadas, de modo que las especies
en consideración deben ser tolerantes a estas características especiales, además de ser
tolerantes a los compuestos o elementos tóxicos presentes en el área contaminada. En
el presente capítulo se proponen algunas especies nativas o bien establecidas en Nuevo
León que debido a su nivel de sobrevivencia en estos ambientes sugieren un alto poten-
cial para ser utilizadas en proyectos de fitorremediación de suelos contaminados con
metales pesados. Estas especies son Schinus molle L., Larrea tridentata (Moç. & Seseé ex
DC.) Coville, Haplopappus venetus (Kunth) S. F. Blake (=Isocoma veneta (Kunth) Greene),
Viguiera linearis (Cav.) Sch. Bip. ex Hemsl., Chenopodium graveolens Willd. (=Teloxys
graveolens (Willd.) W. A. Weber), Atriplex canescens (Pursh) Nutt., Dalea bicolor Humb.
& Bonpl. ex Willd., Polygonum aviculare L. (Poligonáceas) y Malva parviflora L.

Introducción

La concentración excesiva de compuestos tóxicos en los suelos es un peligro significa-


tivo a la salud de los humanos, plantas y animales, así como al ambiente en general.

595
La contaminación de los suelos ha sido a menudo el resultado de actividades que desa-
rrollamos los humanos, especialmente aquéllas relacionadas con la explotación minera,
las emisiones industriales, la disposición de desechos industriales, uso del lodo de aguas
residuales en suelos agrícolas, abono, fertilizantes y pesticidas (Raskin y Eslin, 2000). Un
caso especial es el de los metales pesados, debido a su alto potencial de toxicidad y per-
sistencia en suelos contaminados con estos elementos, por lo cual, se hace necesario la
toma de acciones que ofrezcan soluciones a este problema ambiental de forma eficaz y
de manera que sea económicamente viable. Aún cuando existen algunas tecnologías de
remediación, muchos suelos continúan contaminados debido a que los costos económicos
de su aplicación son demasiado elevados. Ante la alta demanda de tecnologías eficientes
a bajos costos de aplicación, el uso de plantas para restaurar sitios contaminados ha
llamado la atención de investigadores en las últimas dos décadas debido a una cantidad
de ventajas sobre otras tecnologías de la ingeniería moderna.

Estas ventajas son:

1.- El proceso es pasivo y la energía la obtiene del Sol.


2.- Se aplica in situ.
3.- Menor costo que las tradicionales técnicas ex situ de ingeniería.
4.- La transferencia es mayor que la de la atenuación natural.
5.- Menor liberación de aire y agua.
6.- El suelo permanece en el lugar y se puede usar post-tratamiento.
7.- El uso de plantas le da un valor visualmente estético y placentero al lugar tratado.
8.- El seguimiento del sistema es relativamente simple y con pocos ensayos.
9.- Buena aceptación tanto para el público en general, así como para los organis-
mos gubernamentales reguladores.

Desafortunadamente, existen también ciertas implicaciones que hay que tomar en


cuenta al momento de estudiar la aplicación de estrategias de biorremediación de
suelos con material vegetal. Éstas son:

1.- Se requieren largos períodos de tiempo para la descontaminación total.


2.- La profundidad de tratamiento está limitada por la extensión de la rizosfera.
3.- La presencia de altas concentraciones de residuos fitotóxicos.
4.- Dificultad de implementar técnicas agronómicas de cultivo en algunos sitios.
5.- Problemas de biodisponibilidad, lixiviación, heterogeneidad y complejidad del
perfil de contaminantes en el sitio.

El uso de las tecnologías existentes para la restauración de suelos deteriorados es


aprovechado por diversas empresas que ofrecen servicios de saneamiento ambiental.
Casi la totalidad de estas empresas registradas ante la SEMARNAT ofrece servicios que

596
utilizan el uso de plantas en tecnologías para degradar compuestos orgánicos, siendo
muy escaso el aprovechamiento de plantas superiores en la remoción o estabilización
de suelos contaminados con metales pesados.
Sin embargo, existen especies que habitan naturalmente en diversas áreas del
estado de Nuevo León que bien pudieran ser utilizadas en estrategias de depuración
de contaminantes en el suelo, tanto de compuestos orgánicos como de materiales
inorgánicos (metales pesados). Debido a lo poco que se conoce acerca de este último
punto, en este capítulo se hará énfasis en el mismo, en especial, aquellas plantas con
alto potencial fitorremediador de suelos contaminados con metales pesados.
Un problema muy importante presente en muchas áreas cultivables del estado
de Nuevo León es el alto contenido de salinidad de sus suelos. Generalmente la tasa
de evaporación excede a la tasa de precipitación pluvial a lo largo del año y el riego
de plantaciones se realiza con aguas subterráneas salinas, las cuales, al evaporase
dejan precipitados de sales que se acumulan en el terreno en ciclos repetidos que
conllevan a una hipersalinidad del suelo. Para solventar este problema se han reali-
zado plantaciones de plantas gramíneas como Lolium perenne (rye grass), Sorghum
sudanense (Sudan grass) y Cynodon dactylon (Bermuda grass) con las que se han
obtenido importantes reducciones en el contenido salino en los suelos de modo
experimental (Cerda et al., 2007). Estas especies incorporan las sales en sus tejidos
en tal concentración que hasta pueden formar exudados de las mismas en sus hojas
sin mayores efectos nocivos en su fisiología.
Por otro lado, algunas especies cultivables en Nuevo León tienen la capacidad de
incorporar y tolerar concentraciones moderadas de algunos metales, como es el caso
del sorgo (Sorgum vulgare), frijol (Phaseolus vulgaris) y tomate (Solanum lycopersi-
cum), los cuales acumulan Níquel y otros metales. Una planta que es considerada una
maleza en México, el ricino o higuerilla Ricinus communis, también tiene la capacidad
de acumular dichos metales pesados en sus tejidos.
La fitoestabilización de suelos en zonas áridas y semiáridas debe tomar en con-
sideración el uso de plantas tolerantes a la salinidad y a los metales pesados, de tal
forma que puedan ser extraídos del sustrato, o al menos, que sean retenidos para
que no migren o sean dispersados a lugares donde puedan ofrecer algún riesgo de
toxicidad a humanos, plantas y animales. Un caso especial es el de aquellos lugares
donde se depositan residuos de la actividad minera de la zona, los cuales, si no son
estabilizados, sufren la erosión del viento y de la precipitación en forma severa. Al
estabilizar estos jales mineros se previene la dispersión y alta toxicidad de los metales
pesados contenidos en ellos, ya que la planta facilita la formación de agregados me-
tálicos menos solubles y los retiene entre las raíces en formas metálicas precipitadas
de carbonato y sulfato o son absorbidas y acumuladas en el tejido radicular. A su
vez, la presencia de plantas en sitios altamente contaminados mejora el crecimiento
de la comunidad de microorganismos presentes, los cuales estimulan el proceso
de fitoestabilización y aceleran el proceso de sucesión ecológica hasta recuperarse
completamente la funcionalidad del ecosistema de forma autosustentable.
Las plantas candidatas a utilizarse en tecnologías de fitorremediación de suelos
contaminados en zonas áridas y semiáridas de Nuevo León deben reunir ciertas carac-
597
terísticas para su implementación en estos sistemas. Estas plantas deben ser tolerantes
al estrés hídrico y al estrés salino. De este modo las plantas nativas se convierten en
los candidatos óptimos si consideramos que ellas están evolutivamente adaptadas
a las condiciones ambientales imperantes en estas zonas y a las características del
suelo donde se desarrollan. Una especie importante que se puede utilizar en suelos
salinos debido a la constante desecación de aguas salinas subterráneas recicladas
sobre la superficie es Atriplex canescens.
El lugar que se quiere fitoestabilizar puede ser también poblado por plantaciones de
gramíneas que proporcionan una cubierta temporal contra la erosión por escurrimien-
tos o por los vientos mientras crece la población de arbustos y árboles. Las especies
gramíneas que mejor funcionan en los suelos de Nuevo León para estos fines son las
especies Lolium perenne (rye grass), Sorghum sudanense (Sudan grass) y Cynodon dac-
tylon (Bermuda grass), las cuales, como se mencionó anteriormente, poseen tolerancia
moderada a la alta salinidad, sequía y compuestos que son tóxicos a otras plantas.
La diversificación de especies cultivadas en el sitio donde se esté aplicando algún
proyecto de fitorremediación ayuda a la presencia de ambientes variados que, a su
vez mantiene, la diversidad funcional del hábitat.
Los arbustos y árboles proveen nutrientes a las especies herbáceas, proyectan una
cubierta vegetal protectora de la alta irradiación solar y mejoran las características
físicas del suelo y la retención de humedad en zonas con clima semiárido. La especie
arbustiva Larrea tridentata es un buen ejemplo de planta halófita que puede ser
utilizada en suelos áridos y semiáridos para su estabilización, ya que es altamente
competitiva y adaptada a estos ambientes. A esta especie se le conoce comúnmente
como Gobernadora y es capaz de habitar y crecer en hábitats ricos en metales pesados
diversos de donde los absorbe y los transfiere a sitios de acumulación en los tejidos
del tallo y hoja de manera substancial. Como apoyo a estas especies estabilizadoras
del suelo se pueden introducir otras especies que sirvan de suministro de nitrógeno,
tales como Acacia spp y Prosopis spp aportando mejores condiciones que promuevan
la colonización de suelos alterados.
La fitorremediación es una tecnología que toma en consideración el clima de la
región y las características fisicoquímicas del terreno donde se aplica. Por lo tanto,
las especies botánicas que se emplean deben estar adaptadas a estas características
para que realicen su función de forma eficiente. Desafortunadamente en el Estado
de Nuevo León no conocemos ejemplos exitosos de la aplicación de técnicas de fi-
torremediación de un modo extensivo sobre vastas áreas. Sin embargo, las especies
que a continuación describiremos son algunos ejemplos de especies nativas o bien
establecidas en este estado que tienen potencial para ser consideradas como plan-
tas de uso en proyectos de fitorremediación de suelos contaminados con metales
pesados. Estas especies son:

1.- Schinus molle L.


2.- Larrea tridentata (Moç. & Seseé ex DC.) Coville

598
3.- Haplopappus venetus (Kunth) S. F. Blake (=Isocoma veneta (Kunth) Greene)
4.- Viguiera linearis (Cav.) Sch. Bip. ex Hemsl.
5.- Chenopodium graveolens Willd. (=Teloxys graveolens (Willd.) W. A. Weber).
6.- Atriplex canescens (Pursh) Nutt.
7.- Dalea bicolor Humb. & Bonpl. ex Willd.
8.- Polygonum aviculare L.
9.- Malva parviflora L.

Schinus molle L.

Clasificación taxonómica

División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Sapindales
Familia: Anacardiaceae

Descripción

Esta planta es conocida en el Estado de Nuevo León y otras regiones de México


mayoritariamente bajo el nombre de Pirú o Pirul. Sin embargo, también se le conoce
con los nombres de pimentero falso y árbol del Perú. Este último nombre se debe a
que esta especie es originaria de la región andina de Perú. En México fue introducida
para su cultivo aunque es posible encontrarla también es estado silvestre. Es un árbol
que mide de 4 a 8 m de altura, con un diámetro del tronco de alrededor de 30 cm.
Sus hojas son compuestas perennifoliares. Se adapta a diversos hábitats, pudiéndose
encontrar entre los bosques de coníferas, bosque de Quercus, bosque mesófilo de
montaña, bosque espinoso, bosque tropical caducifolio, matorral xerófilo, pastizal
perturbado con vegetación secundaria y entre la vegetación halófita.

Usos

En México se elaboran bebidas mezclándolas con atole o fermentando con pulque. El


aceite esencial de las hojas frescas posee actividad antibacterial, antiviral, antifúngica
y antimicrobial, el cual se usa en enjuagues bucales y como dentífrico. Los extractos
de hojas, ramas, corteza y raíz se emplean para el teñido amarillo pálido de la lana,
mientras que los obtenidos de la corteza se pueden emplear para teñir pieles. El
aceite de las semillas se emplea en la elaboración de perfumes, lociones, talcos y
desodorantes. La madera se emplea en la fabricación de mangos de herramientas,
estacas y fustes de sillas de montar. La resina se podría utilizar en la fabricación de
599
barnices. Su ceniza rica en potasa se usa como blanqueador de ropa, así como en la
refinación del azúcar (Batis et al., 1999).

Potencial fitorremediador

Esta especie tiene gran potencial como estabilizadora de suelos alterados y contami-
nados. Se utiliza en proyectos de restauración ecológica y en reforestación. En sitios
contaminados con metales permite la estabilización en el suelo de Cu, Cd, Mn, Pb y
Zn (González y González-Chávez, 2006).

Larrea tridentata (Moç. & Seseé ex DC.) Coville


Clasificación taxonómica

División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Sapindales
Familia: Zygophyllaceae

Descripción

Esta planta es conocida en Nuevo León y estados del norte de México como Gober-
nadora. En otros estados se le conoce como Guamis, Hediondilla, Huamix y Jarilla.
Es un arbusto muy ramificado, perennifolio, de 0.6 a 3 m de altura con hojas for-
madas por 2 folíolos unidos entre sí en la base. Los folíolos oblicuamente ovados a
lanceolados o falcados, divaricados, enteros, coriáceos, resinosos, de olor penetrante,
verde o verde amarillentos. Arbusto erecto ramificado desde la base. Flores con pétalos
de color amarillo fuerte. Fruto con pelos blancos, sedosos, que se vuelven café-rojizos
con el tiempo, 5 mericarpios con una semilla cada uno y semillas cafés a negras de 2 a
4 mm de largo en forma de “boomerang”. Sistema radical superficial, poco profundo y
muy extenso. Llega a ocupar casi el total del espacio que hay entre un arbusto y otro.
Esta planta que crece en forma silvestre en los sitios más secos de México es
uno de los principales componentes de la vegetación árida y semiárida del país. Se
desarrolla formando comunidades exclusivas y extensas en terrenos planos, laderas
y lomeríos bajos que presentan hasta 8 meses de sequía, en climas áridos (BS) y muy
áridos (BW) y en precipitaciones de 150 a 500 mm anuales. No prospera en zonas
de clima isotermo. Los suelos en los que se desarrolla son de profundidad variable,
textura franco arenosa, estructura granular, drenaje interno medio, de consistencia
friable, de color café grisáceo, compacto-arcilloso, calcáreo, blanco-arenoso, aluvial
con pH de 6.8 a 7.6. Habita en áreas de bosque espinoso (perennifolio), bosque tropical
caducifolio y matorral xerófilo (matorral subdesértico micrófilo, matorral inerme).
600
Usos

De la hoja de esta planta se obtienen sustancias con propiedades adhesivas que


sirven para fabricar pegamento para triplay y cartón comprimido. Las hojas son
importantes por su contenido de proteínas, lo que permite utilizarlas para consumo
animal, aunque se requiere de la eliminación previa de las resinas para incrementar
su digestibilidad y palatabilidad. La resina que se extrae de las hojas contiene ácido
nordihidroguayarético, que se utiliza como antioxidante en la industria alimenticia, en
la elaboración de grasas (calzado), aceites, lubricantes, barnices como desincrustante
de materias salinas en calderas, productos farmacéuticos y hule. Las resinas muestran
actividad fungicida contra algunos hongos fitopatógenos y contra el gorgojo pardo del
frijol (Acanthoscelides obtectus) y el barrenador mayor de los granos (Prostephanus
truncatus). Esta planta recibe un amplio uso en el norte del país en afecciones de las
vías urinarias producidas por los cálculos renales y para deshacerlos y otras dolencias
gástricas, ginecológicas y reumáticas. También se utiliza en tratamientos para micosis
y posee actividad antiamibiana. Las resinas sirven para la elaboración de jabones y
grasas para calzado.

Potencial fitorremediador

La absorción de cantidades considerables de Cobre ha sido demostrada en esta


planta al punto que se le considera hiperacumuladora del metal. También es capaz
de acumular Plomo, Níquel y Cadmio en menor grado. Se ha propuesto como planta
con alto potencial para descontaminar suelos con alto contenido de cobre debido
a su tolerancia y tasa de captación (Gardea-Torresday, 1996). El uso de Larrea tri-
dentata en tecnologías de fitorremediación es bastante apropiado en zonas áridas
ya que esta especie concentra los metales pesados que absorbe en tejidos que no
son esenciales para su funcionamiento vital. Por otro lado, su característica de ser
una especie perenne permite que estas plantas sean utilizadas continuamente sin
requerir ciclos repetidos de siembra y cosecha para descontaminar completamente
la misma área de la tierra.

Haplopappus venetus (Kunth) S. F. Blake (=Isocoma veneta (Kunth) Greene)


Clasificación taxonómica

División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Asterales
Familia: Asteraceae

601
Descripción

Haplopappus venetus es una especie nativa de México. Distribuida ampliamente en el


Norte y centro del país, donde es conocida regularmente con los nombres de Boxosdá,
damiana, falsa damiana, jarilla chura, escobilla y tlalocote. Es una planta herbácea que
puede llegar a medir hasta 80 cm de alto. Presenta hojas alternas muy angostas aunque
algo más anchas hacia el ápice, de hasta 3 cm de largo y hasta 1 cm de ancho, ligera
o profundamente divididas en lóbulos puntiagudos, punteadas y resinosas, sésiles a
casi sésiles. La inflorescencia está compuesta de numerosas cabezuelas dispuestas en
grupos en la punta de los tallos, las cuales están formadas por pequeñas flores sésiles
dispuestas sobre un receptáculo plano cubierto de numerosos salientes. El conjunto
de flores está rodeado por fuera por 15 a 25 brácteas dispuestas en varias series que
constituyen el involucro. De 17 a 30 flores bisexuales salen del disco, mientras que
el cáliz se encuentra modificado formando una estructura llamada vilano. El fruto es
seco y no se abre (un aquenio), con una sola semilla, es oblongo, algo comprimido,
de más o menos 1.5 mm de largo, con abundantes y suaves pelillos. En el ápice del
fruto se presenta una estructura llamada vilano que consiste de cerca de 30 cerdas
desiguales y blanquecinas (Rzedowski y Rzedowski, 2001).
Esta planta puede encontrarse en las dunas costeras formando parte de su ve-
getación y en los pastizales del norte. En Nuevo León forma parte de la vegetación
secundaria, a veces como maleza ruderal o arvense, distribuida entre los matorrales
xerófilos y los pastizales naturales.

Usos

Esta especie no tiene mayor uso comercial o medicinal. En algunas regiones contribuye
en la práctica de la apicultura ofreciendo el polen de sus flores como alimento a las
abejas para la producción de miel. En algunas partes de los Estados Unidos se cultiva
como una planta ornamental.

Potencial fitorremediador

Esta especie se ha encontrado en forma silvestre sobre la superficie de montones


de suelo producto de actividades mineras extensivas y que contienen elevadas
concentraciones de metales pesados dispersos en la matriz. Por su alta tolerancia
debido a la adaptación a estos suelos, ejemplares tomados de allí pueden cultivarse
y emplearse en estrategias de fitoestabilización de suelos con alto contenido de Cad-
mio, Cobre, Manganeso, Plomo y Zinc (González y González-Chávez, 2006; Méndez
y Maier, 2008).

602
Viguiera linearis (Cav.) Sch. Bip. ex Hemsl.
Clasificación taxonómica

División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Asterales
Familia: Asteraceae

Descripción

Esta planta nativa y endémica de México es conocida vulgarmente con el nombre de


Romerillo, se distribuye ampliamente en los estados del centro y norte de México como
hierba erecta perenne o arbustiva de hasta 2 m de alto con el tallo ramificado, ligeramente
estriado y con algunos pelillos reclinados. Sus hojas son mayormente alternas, lineares y
oblongas de hasta 8.5 cm de largo y hasta 1.2 cm de ancho, con el ápice agudo a obtuso,
margen entero y con frecuencia enrollado hacia atrás. Posee inflorescencia formada por
pequeñas flores amarillas sésiles dispuestas sobre un receptáculo convexo a casi plano
y rodeado por el involucro. Habita en matorrales y pastizales, con frecuencia entre la
vegetación secundaria formando asociaciones con Opuntia e Ipomoea arborescente y
algunas veces con pinos o encinos o como maleza en las plantaciones de maíz.

Potencial fitorremediador

Esta planta es de las primeras especies en aparecer sobre los montones de tierra
de desperdicio que se acumulan por la actividad minera, llamados jales, los cuales
generalmente se disponen en áreas aledañas a la mina de donde provienen (Méndez
y Maier, 2008). Viguiera linearis crece en este suelo con alto contenido de metales
pesados y contribuye vigorosamente al establecimiento de otros arbustos en el te-
rreno, que la convierte en una especie importante en la estabilización de esos suelos.
Su potencial de absorción de metales pesados no ha sido demostrado, por lo que
su alta tolerancia se puede deber a un mecanismo de exclusión que no deja pasar al
metal hacia el interior de la planta.

Chenopodium graveolens Willd. (=Teloxys graveolens (Willd.) W. A. Weber).


Clasificación taxonómica

División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Caryophyllales
Familia: Amaranthaceae

603
Descripción

Chenopodium graveolens es una planta anual arvense y ruderal que crece erguidamente
hasta los 80 cm de alto con un tallo ramificado rojizo y con rayas a lo largo. Sus hojas
ovadas u oblongas miden cerca de 4 cm de largo por 2 cm de ancho o más con los ló-
bulos oblongos o deltoides, sin tricomas aunque con una cubierta pegajosa (víscidas)
en el haz, cubierta de glándulas amarillas en el envés y unidas al tallo por un peciolo
delgado. Sus flores son pediceladas, generalmente abortivas y caedizas, con pedicelos
espiciformes; perianto de menos de 1 mm de largo con una estructura en forma de
cuerno (cornículo) en el ápice de los lóbulos, el cual está cubierto de glándulas. Debido
al olor que desprende esta planta se le deben algunos de sus nombres vernáculos con
las que se le conoce popularmente, como son Epazote o quelite de zorrillo, hierba del
zorrillo, quelite apestoso, hediondillo, epazote de toro y quelite hediondo. Su importan-
cia radica en que se le encuentra en forma asociada en cultivos de chile, frijol, maíz y
uva. Medicinalmente se le conoce por sus propiedades antihelmínticas y como calmante
de algunos dolores estomacales. También se utiliza son fines ceremoniales y religiosos,
así como condimento y para aliviar infecciones en animales.

Potencial fitorremediador

Esta especie se ha encontrado sobre el suelo de jales mineros con alto contenido
de metales pesados en el estado de Zacatecas y se ha determinado su uso potencial
en la estabilización de suelos contaminados con Cadmio, Cobre, Manganeso, Plomo
y Zinc (González y González-Chávez, 2006). Sin embargo, poco se conoce sobre sus
capacidades de absorción y translocación de metales a sus partes aéreas. Debido a
la tolerancia a vivir en ambientes con alto contenido de metales pesados y su distri-
bución en suelos semiáridos de Nuevo León la hacen candidata para su utilización en
estrategias de restauración y estabilización de suelos alterados.

Atriplex canescens (Pursh) Nutt.


Clasificación taxonómica

División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Caryophyllales
Familia: Amaranthaceae

Descripción

Atriplex canescens es también conocida con los nombres de Cenizo, Costilla de Vaca,
Chamizo y Saladillo. Este arbusto perennifolio originario de las zonas áridas de América
604
del Norte es una especie dioica, perenne y leñosa, generalmente erecto, densamente
ramificado desde la base que llega hasta los 2 m de altura. Es una especie de activo
crecimiento que con frecuencia presenta raíces gruesas asociadas con micorriza ar-
buscular. Las hojas son finas de 2 a 4 cm de largo. Sus frutos poseen 4 alas en ángulo
de 90 grados (CONAFOR).

Potencial fitorremediador

Esta planta forma parte importante en la sucesión ecológica que ocurre en suelos alte-
rados. Se le puede encontrar prácticamente en todos los hábitats áridos y semiáridos y
en aquellas áreas perturbadas en esta zona. Generalmente crece formando pequeños
manchones que en ocasiones llegan a formar masas puras de consideración. Por sus ca-
racterísticas de alta adaptabilidad y tolerancia es utilizada ampliamente en proyectos de
restauración y estabilización de suelos alterados en regiones con clima árido y semiárido.
Presenta también una alta tolerancia a suelos con alto contenido salino que la hacen aún
más propicia para los proyectos mencionados. La gran tolerancia de esta especie a medios
altamente salinos la ha hecho apropiada para su uso en la desnitrificación en suelos afec-
tados por plúmulas de descarga de aguas en terrenos semiáridos (Jordan et al., 2008).
La biomasa de esta planta se ha utilizado en la remoción de Cadmio de agua
contaminada con este elemento tóxico (Maather et al., 2008) y en la fitofiltración de
Cromo, Plomo y Zinc (Maather et al., 2007). Por otro lado, la captación de Mercurio
por esta planta ha sido inducida mediante estimulación con tiosulfato de amonio
(Moreno et al., 2006).

Dalea bicolor Humb. & Bonpl. ex Willd.


Clasificación taxonómica

División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Fabales
Familia: Fabaceae (Leguminosae)

Descripción

A esta planta se le conoce bajo el nombre vernáculo de engordacabra, ramoncillo y


escobilla. Es un arbusto comúnmente redondeado y muy ramificado de tallos verru-
gosos. Sus ramas pueden extenderse sobre el suelo o retorcerse irregularmente hacia
las partes más superiores dependiendo de las condiciones ambientales del terreno
donde crece. Rara vez crece más de 2 m de altura. El tallo joven generalmente presenta
abundantes glándulas en forma de granos pequeños, con pelillos a veces muy abundan-

605
tes, mientras que los tallos viejos se observan agrietados en su corteza. Donde nace
cada hoja presenta un par de estructuras como hojitas angostas llamadas estípulas
de hasta 4.5 mm de largo. Las hojas miden cerca de 3 cm de largo, son compuestas
alternas con 4 a 12 foliolos de forma variable y de hasta 8 mm de largo, casi sésiles
y cubiertas de tricomas. La flor presenta una corola bicolor rosa-púrpura brillante, a
veces violeta o azul y el estandarte blanco, con 5 pétalos desiguales, el más externo
es el más ancho y vistoso, llamado estandarte, en seguida se ubica un par de pétalos
laterales similares entre sí, llamados alas y por último los dos más internos, también
similares entre sí y generalmente fusionados forman la quilla, que envuelve a los
estambres y al ovario.

Potencial fitorremediador

De esta especie no se conoce su nivel de tolerancia o capacidad de captación de


metales a su interior. Sin embargo se ha observado que es capaz de crecer de forma
natural sobre jales mineros en presencia de altas concentraciones de desperdicios
metálicos como Cadmio, Cobre, Manganeso, Plomo y Zinc sin daño aparente en su
organismo por toxicidad (González y González-Chávez, 2006). Debido a esta observa-
ción, que sugiere que D. bicolor tendría cierto nivel de tolerancia a los metales pesados
mencionados anteriormente, esta especie podría ser utilizada en la estabilización de
suelos contaminados. Además, la belleza de sus flores podría ser de gran atractivo para
su empleo en proyectos de restauración de suelos alterados. Esta especie también
se ha identificado creciendo en suelos altamente contaminados con petróleo y se ha
determinado que posee una alta tolerancia a hidrocarburos.

Polygonum aviculare L. (Polygonaceae)


Clasificación taxonómica

División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Polygonales
Familia: Polygonaceae

Descripción

Esta hierba anual es bien conocida por la población debido a sus diversos usos me-
dicinales bajo los nombres comunes de sanguinaria, cien nudos, nudosa y lengua de
pájaro. Aunque es una especie exótica en México, de origen euroasiático, se tienen
fundamentados registros de la misma en diversos Estados, tales como Baja California
Norte, Chihuahua, Coahuila, Distrito Federal, Durango, Hidalgo, Estado de México,

606
Michoacán, Morelos, Nuevo León, Puebla, Querétaro, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala, Ve-
racruz. Entre sus usos medicinales destaca su propiedad astringente.
Sus individuos generalmente crecen entre 20 y 40 cm, aunque se les puede encon-
trar de altura mayor a un metro. Su tallo rastrero o ascendente es delgado y posee
rayas longitudinales. Este, aunque es recto, tiende a ramificarse con frecuencia. Las
hojas son ocreadas y tienen forma lanceolada de 1 a 4 cm de largo por 0.3 a 1 cm
de ancho, agudas en el ápice y base, las cuales se unen al tallo por cortos pecíolos.
Sus flores blanco-rosadas están compuestas por brácteas en forma de embudo,
bifurcadas o partidas en forma irregular en la punta, perianto de 2 a 3 mm de largo,
verde con los bordes blancos o rojizos, de 5 divisiones unidas en la base, 8 estambres,
generalmente, y no sobrepasan el perianto.

Potencial fitorremediador

Polygonum aviculare, se le observa poblando en forma natural montones de tierra


de desperdicio producto de la actividad minera (jales mineros) con gran contenido
de metales pesados dispersos. Además de tolerar de alguna manera estas altas con-
centraciones de metales pesados presentes en el suelo, también se ha reportado que
absorbe Zinc y lo acumula en sus tejidos a niveles cercanos a los que lo hace una planta
hiperacumuladora (Carrillo y González-Chávez, 2006). Esta especie ha sido también re-
conocida en otras partes del mundo como una eficiente captadora de Cadmio, el cual es
translocado sin mayores problemas al tallo. Cabe destacar que el cadmio es un agente
de alta toxicidad para la mayoría de los vegetales a bajas concentraciones. Debido a
las propiedades comprobadas de esta especie silvestre como eficiente fitoextractora
de ciertos metales pesados, se puede sembrar en sitios con alto contenido de metales
pesados para su remoción del medio en combinación con otras especies naturales que
promuevan la estabilización del suelo correspondiente (Shuhe et al., 2009).

Malva parviflora L.
Clasificación taxonómica

División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Malvales
Familia: Malvaceae

Descripción

A esta planta herbácea se le conoce popularmente con el nombre de malva o malva


quesitos. Puede crecer de forma rastrera o ascendente, aunque no más de medio
607
metro de altura. Su tallo es erecto con extensas ramificaciones laterales. Sus hojas
son simples de forma palmatilobada y alternas con pecíolos bastante largos de cerca
de 4.5 cm de longitud y 7 cm de ancho. Sus pequeñas flores emergen de las axilas de
las hojas en cortos pedicelos, bractéolas filiformes y pétalos de color lila o blancos
de 4 a 5 mm de longitud.

Potencial fitorremediador

En un ensayo los individuos de esta especie que fueron transplantados de sus hábitats
naturales y expuestos a una alta concentración de Plomo en un medio hidropónico
continuaron creciendo normalmente durante varios días. Sin embargo en un ensayo
parecido con Cadmio las plantas desarrollaron síntomas letales de toxicidad aún a
bajas concentraciones (Hernández-Piñero, 2001). Estos resultados señalan que Malva
parviflora posee una tolerancia alta al Pb y nula al Cd. En el caso del plomo, una gran
concentración del metal es absorbida hacia el interior de la raíz, quedando retenido
en este órgano en su mayor parte. Sin embargo, una porción metálica considerable
es transportada hacia las partes aéreas, donde se acumula sin causar daño aparente.
Por otro lado, esta planta se puede observar en lugares inhóspitos de zonas áridas y
semiáridas, aunque con crecimiento limitado. Si se le cultiva en suelos alterados con
mínimos cuidados las plantas pueden prosperar y generar gran cantidad de biomasa
en poco tiempo, lo cual es ventajoso para su empleo en proyectos de fitorremedia-
ción. De este modo, dependiendo de los metales presentes en el suelo y sus niveles
de concentración, esta especie puede ser apta en ciertos casos de depuración de
contaminantes en el suelo.

Conclusiones y perspectivas

El uso de plantas superiores para la estabilización y la descontaminación de suelos


alterados o contaminados es una tecnología que llama la atención por sus diversas
ventajas sociales y económicas sobre otras técnicas de remediación de suelos. A pesar
de que en Nuevo León no hay actualmente proyectos importantes en este sentido
en operación, cuenta con una flora rica en especies que tienen el potencial de ser
apropiadas para su utilización como estabilizadoras de suelos alterados o contami-
nados con metales pesados o compuestos orgánicos. Debido a las características
ambientales propias de las zonas áridas y semiáridas no todas las especies que han
tenido comprobada capacidad fitorremediadora en otras regiones diferentes se pue-
den emplear en este Estado. Por lo tanto, hay una gran área de oportunidad para la
investigación y el desarrollo de proyectos viables de fitorremediación de suelos en
áreas industriales propias de la región, que son necesarias de atender por el bien de
la comunidad que habita en ciudades importantes de la región y del país.

608
Referencias bibliográficas

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610
CONCLUSIONES
FLORA ÚTIL DE NUEVO LEÓN
González de la Rosa MCa*, Foroughbakchk-Pournavab Ra, Guzmán-Lucio MAa, Cadena-López SMa.
a
Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de
Nuevo León, Ave. Pedro de Alba, s/n, Ciudad Universitaria, C. P. 66451,
San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
*mariadgo51@gmail.com

Resumen

P
ara el presente trabajo se realizó una revisión bibliográfica sobre las plantas
útiles del estado de Nuevo León, incluyendo los trabajos precedentes en este
libro, a fin de contar con un listado de plantas útiles, además de información
adicional que incluye nombres comunes de las plantas, usos, partes usadas, hábitat y
otras características como origen, longevidad y forma biológica. Se encontraron 969
especies (1,006 taxa incluyendo aquellos subespecíficos) con algún uso en nuestro
estado, incluidas en 551 géneros y 119 familias. Las plantas útiles se clasificaron en 12
usos principales. Se reportan un total de 1,753 usos, donde una misma especie puede
tener más de un uso. De acuerdo a lo anterior, se reportan 537 especies medicinales,
286 ornamentales, 276 forrajeras, 240 alimenticias; 92 especies con uso como combus-
tible; 89 especies tóxicas, 79 especies usadas en construcción, 60 con aprovechamiento
industrial, 30 especies de uso forestal; 26 especies frutales y 19 especies de plantas
productoras de fibras e igual número de plantas con uso ceremonial.

Introducción

La riqueza florística de Nuevo León es básicamente, el resultado de los procesos evolu-


tivos de las plantas influidos por los cambios climáticos y geológicos que durante miles
de años se han suscitado en la región. Como consecuencia de esto, en la actualidad
se reconoce para el estado una diversidad superior a las 3,100 especies de plantas
vasculares.
Además de la diversidad, otros aspectos que vale la pena mencionar acerca de la
riqueza florística de Nuevo León son sus notables endemismos y el hecho de que en
el estado se encuentran representadas cuatro de las cinco zonas ecológicas terrestres

613
más importantes del país: tropical subhúmeda (selva espinosa), templada húmeda
(bosque mesófilo de montaña), templada subhúmeda (bosque de Pino y Encino) y
árida y semiárida (matorral xerófilo).
En este trabajo se presenta un matiz de esta amplia diversidad florística del estado
de Nuevo León, en el cual mediante una revisión bibliográfica se elaboró un listado
de plantas útiles para el estado de Nuevo León donde se incluyen, además de las
especies, los nombres comunes de las plantas, usos, partes usadas, hábitat y otras
características como origen, longevidad y forma biológica.

Diversidad de plantas útiles para el estado de Nuevo león

Se registraron un total de 1,006 taxa (969 especies) de plantas útiles reportadas para
el Estado de Nuevo León; esta diversidad de especies está incluida en 551 géneros
y 119 familias. Los grupos representados en Nuevo León son: Pteridophytas, con 7
familias; Pinophytas, con 5; Magnoliophytas de la clase Liliopsida, con 11 familias y
la clase Magnoliopsida, con 86 familias.
Las plantas útiles se clasificaron en 12 usos, donde una especie determinada
puede presentar uno o más usos. Del total de especies mencionadas, 537 tienen
un uso medicinal, 286 son apreciadas por cualidades ornamentales, 276 presentan
aprovechamiento forrajero; 240 son usadas o tienen potencial alimenticio, 92 espe-
cies son usadas como combustible; existen 89 especies tóxicas, 79 son empleadas en
construcción, 60 tienen uso industrial; 30 con uso forestal; 26 especies frutales, 19
son plantas productoras de fibras y un número igual tienen uso ceremonial. El total
de usos contabilizados fue de 1,753 (Tabla 1).

Tabla 1. Número de especies útiles de acuerdo a uso reportadas para Nuevo León
Uso No. de Especies
Forestal 30
Forrajera 276
Medicinal 537
Industrial 60
Fibras 19
Frutos 26
Tóxica 89
Ornamental 286
Alimenticia 240
Construcción 79
Combustible 92
Ceremonial 19
Total 1,753

614
En cuanto a las familias con mayor diversidad de especies tenemos, en primer lugar, la
familia Asteraceae, con 132 especies, le siguen las Poaceae con 112, posteriormente
las Fabaceae con 91, luego las Cactaceae con 72, en seguida las Lamiaceae con 34 y
las Euphorbiaceae con 29. Estas son las familias que están mayormente represen-
tadas. En seguida se muestra una tabla con las familias con más de 10 especies de
plantas útiles (Tabla 2).
En lo referente a la diversidad de géneros y especies útiles, en primer lugar se
encuentra la familia Asteraceae con 81 géneros y 132 especies, le sigue la familia
Poaceae con 55 géneros y 112 especies, en tercer lugar la familia Fabaceae con 46
géneros y 91 especies, la familia Cactaceae con 29 géneros y 72 especies, y en quinto
lugar la familia Lamiaceae con 19 géneros y 34 especies útiles.

Tabla 2. Familias con mayor diversidad de especies útiles en el estado de Nuevo León

Familias No. de Especies


Asteraceae (Compositae) 132
Poaceae (Gramineae) 112
Fabaceae (Leguminosae) 91
Cactaceae 72
Lamiaceae (Labiatae) 34
Euphorbiaceae 29
Rosaceae 23
Liliaceae 18
Agavaceae 17
Brassicaceae (Cruciferae) 17
Malvaceae 17
Rutaceae 17
Chenopodiaceae 15
Cyperaceae 14
Orchidaceae 14
Solanaceae 14
Boraginaceae 12
Salicaceae 12
Rhamnaceae 11
Polygonaceae 10
Rubiaceae 10

615
Usos reportados de acuerdo a categorías taxonómicas

- División Pteridophyta
La División Pteridophyta incluye 17 especies de plantas útiles para el estado de Nue-
vo León y 23 tipos de usos. De éstas, 14 son reportadas como medicinales, 6 como
ornamentales, 2 son tóxicas y 1 especie alimenticia (Tabla 3).
En la Tabla 7 se presenta el listado de especies, nombres comunes, usos de
acuerdo a las categorías anteriormente mencionadas, partes usadas, hábitat y otras
características como origen, longevidad y forma biológica.

Tabla 3. Especies útiles de la División Pteridophyta en el estado de Nuevo León

Uso No. de Especies


Medicinal 14
Tóxica 2
Ornamental 6
Alimenticia 1
Total 23

- División Pinophyta
En esta división se encontraron 13 especies de plantas útiles, de las cuales 6 especies
son utilizadas en construcción, 5 como medicinales, 5 industriales, 4 ornamentales, 4
como combustible, 3 especies forestales, 2 alimenticias, 1 especie tóxica y 2 con uso
ceremonial, para un total de 32 usos (Tabla 4).
En la Tabla 8 se presenta el listado de especies, nombres comunes, usos de
acuerdo a las categorías anteriormente mencionadas, partes usadas, hábitat y otras
características como origen, longevidad y forma biológica.

Tabla 4. Especies útiles de la División Pinophyta en el estado de Nuevo León

Uso No. de Especies


Forestal 3
Medicinal 5
Industrial 5
Tóxica 1
Ornamental 4
Alimenticia 2
Construcción 6
Combustible 4
Ceremonial 2
Total 32

616
- División Magnoliophyta, clase Liliopsida
En lo que refiere a la clase Liliopsida de las Magnoliophyta se encontraron 112 es-
pecies forrajeras, 46 ornamentales, 37 medicinales, 34 alimenticias, 15 especies son
utilizadas para construcción, 14 industriales, 14 que se utiliza sus fibras, 6 son tóxicas,
2 forestales, 3 ceremoniales y 1 especie con frutos comestibles, para un total de 281
usos (Tabla 5).
El total de plantas útiles en este grupo fue de 196 taxa. En la Tabla 9 se presenta
el listado de éstos, incluyendo nombres comunes, usos de acuerdo a las categorías
anteriormente mencionadas, partes usadas, hábitat y otras características como
origen, longevidad y forma biológica.

Tabla 5. Especies útiles de la División Magnoliophyta, clase Liliopsida

Uso No. de Especies


Forestal 2
Forrajera 112
Medicinal 37
Industrial 14
Fibras 14
Frutos 1
Tóxica 6
Ornamental 46
Alimenticia 34
Construcción 15
Ceremoniales 3
Total 284

- División Magnoliophyta, clase Magnoliopsida


Para las Magnoliophyta de la clase Magnoliopsida se encontró que 481 especies tie-
nen uso medicinal, 230 especies ornamentales, 203 alimenticias, 164 son forrajeras,
88 con uso combustible, 80 especies tóxicas, 58 usadas en construcción, 41 especies
con uso industrial, 25 frutales, 25 forestales, 5 especies aprovechadas por sus fibras y
14 de interés ceremonial. El total de usos de la clase Magnoliopsida asciende a 1,414
(Tabla 6) distribuidos en 780 taxa (Tabla 10, ver Anexo) donde se presenta el listado
de especies, nombres comunes, usos de acuerdo a las categorías anteriormente
mencionadas, partes usadas, hábitat y otras características como origen, longevidad
y forma biológica.

617
Tabla 6. Especies útiles de la División Magnoliophyta, clase Magnoliopsida

Uso No. de Especies


Forestal 25
Forrajera 164
Medicinal 481
Industrial 41
Fibras 5
Frutos 25
Tóxica 80
Ornamental 230
Alimenticia 203
Construcción 58
Combustible 88
Ceremoniales 14
Total 1,414

618
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622
Tabla 7. Diversidad, nombres comunes, usos, partes usadas, características generales y hábitat de las plantas útiles de la División
Pteridophyta en el estado de Nuevo León

Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No. Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

1 Aspleniaceae Asplenium monanthes Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ


2 Dennstaedtiaceae Pteridium aquilinum Helecho hembra Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
3 Equisetaceae Equisetum arvense Cola de caballo Ɣ Ɣ
4 Equisetum hyemale var. affine Cola de caballo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
5 Equisetum myriochaetum Cola de caballo Ɣ Ɣ Ɣ
6 Marsileaceae Marsilea macropoda Trébol de agua Ɣ Ɣ Ɣ
7 Polypodiaceae Pleopeltis polylepis var. polylepis Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
8 Polypodium guttatum Helecho Ɣ Ɣ Ɣ
9 Polypodium vulgare Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
10 Pteridaceae Adiantum capillus - veneris Cilantrillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
11 Adiantum tenerum Culantrillo Ɣ Ɣ
12 Adiantum trapeziforme Culantrillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
13 Adiantum tricholepis Helecho Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
14 Notholaena aurea Helecho, Calaguala Ɣ Ɣ
15 Pellaea ternifolia var. ternifolia Ɣ Ɣ

623
16 Pteris cretica Helecho Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
17 Selaginellaceae Selaginella lepidophylla Doradilla, Flor de peña, Flor de roca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Tabla 8. Diversidad, nombres comunes, usos, partes usadas, características generales y hábitat de las plantas útiles de la División
Pinophyta en el estado de Nuevo León
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No. Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

1 Ephedraceae Ephedra antisiphylitica Ɣ Ɣ Ɣ


2 Ephedra trifurca Canutilla, Pitorreal, Popotillo Ɣ Ɣ
3 Ginkgoaceae Ginkgo biloba Ginkgo Ɣ Ɣ
4 Pinaceae Pinus spp. Pino, Ocote Ɣ Ɣ Ɣ
5 Pinus johannis Piñon blanco Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
6 Pinus montezumae Ocote, Pino de Montezuma Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
7 Pinus patula var patula Pino colorado, Pino llorón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
8 Pinus pseudostrobus var estevezii Pino lacio, Paciongo, Chamite Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
9 Pinus rudis Rudis Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
10 Pinus teocote Ocote chino Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Pseudotsuga menziessi
Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
11 Abeto de Douglas, Pino de Oregon

12 Taxaceae Taxus globosa Mezquitillo o Tejo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ


13 Taxodiaceae Taxodium mucronatum Ahuehuete, Ciprés mexicano Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ

624
Tabla 9. Diversidad, nombres comunes, usos, partes usadas, características generales y hábitat de las plantas útiles de la División
Magnoliophyta, clase liliopsida en el estado de Nuevo León
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No. Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

1 Agavaceae Agave americana Maguey Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ


2 Agave americana var. americana Agave amarillo, Pita Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
3 Agave asperrima Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
4 Agave bracteosa Ɣ
5 Agave celsii var celsii Maguey de las peñas Ɣ
6 Agave lechuguilla Lechuguilla, Amole Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
7 Agave salmiana Maguey pulquero Ɣ Ɣ Ɣ
8 Agave scabra ssp. scabra Maguey de mezcal o cenizo Ɣ Ɣ
9 Agave striata Ɣ Ɣ
10 Agave striata var. falcata Espadín Ɣ Ɣ
11 Agave victoriae-reginae Agave de la Reyna Victoria Ɣ Ɣ
12 Dasylirion cedrosanum Sotol Ɣ Ɣ Ɣ
13 Dasylirion texanum Sotol Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ

625
14 Hesperaloe funifera Ɣ Ɣ
15 Hesperaloe funifera ssp funifera Ɣ Ɣ
16 Nolina cespitifera Cortadillo Ɣ Ɣ
17 Yucca carnerosana Palma Ɣ Ɣ
18 Yucca filifera Palma yuca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
19 Yucca thompsoniana Ɣ Ɣ Ɣ
20 Yucca treculeana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
21 Arecaceae Brahea berlandieri Palma serucho Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
22 Brahea decumbens Palmita enana Ɣ Ɣ Ɣ
23 Brahea dulcis Ɣ Ɣ Ɣ
24 Sabal mexicana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
25 Bromeliaceae Hechtia glomerata Ɣ Ɣ
26 Tillandsia recurvata Paistle Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
27 Tillandsia usneoides Paistle Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
28 Commelinaceae Commelina erecta var. angustifolia Hierba del pollo Ɣ Ɣ
29 Tradescantia virginiana Ɣ Ɣ Ɣ
30 Cyperaceae Carex bella Ɣ Ɣ Ɣ
31 Cladium jamaicense Cortadera Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
32 Cyperus articulatus Tule chico Ɣ Ɣ Ɣ
33 Cyperus canus Tule ahuapetla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No. Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

34 Cyperus hermafroditus Tule o Zacate de tres filos Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ


35 Cyperus rotundus Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
36 Eleocharis cellulosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
37 Eleocharis geniculata Ɣ Ɣ
38 Eleocharis macrostachya Jaboncillo o Junco Ɣ Ɣ Ɣ
39 Fimbristylis complanata Ɣ Ɣ Ɣ
40 Fimbristylis littoralis Ɣ
41 Fuirena simplex Ɣ
42 Schoenoplectus americanus Zchacualtule o Zacate cuadrado Ɣ Ɣ
43 Scirpus spp. Ɣ
44 Iridaceae Sisyrinchium tenuifolium Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
45 Tigridia multiflora Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
46 Tigridia pavonia Cacomite o Flor de tigre Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
47 Liliaceae Allium cepa Cebolla de bulbo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
48 Allium cernuum Ɣ

626
49 Allium drummondii Ɣ
50 Allium glandulosum Cebolla del monte Ɣ
51 Allium sativum Ajo Ɣ Ɣ Ɣ
52 Aloe vera Zábila, Sabila Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
53 Asparragus officinalis Espárrago Ɣ Ɣ
54 Calochortus barbatus Mariposa lily Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
55 Hypoxis decumbens Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
56 Hypoxis mexicana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
57 Hypoxis pulchella Ɣ
58 Nothoscordum bivalve Cebolleta Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
59 Sansevieria zeylanica Guaco Ɣ Ɣ
60 Schoenocaulon drummondii Ɣ Ɣ Ɣ
61 Schoenocaulon inigenum Ɣ Ɣ Ɣ
62 Schoenocaulon marcrocarpum Ɣ Ɣ Ɣ
63 Schoenocaulon officinale Cebadilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
64 Yucca sp. Palma pita, Palma china Ɣ Ɣ
65 Orchidaceae Bletia adenocarpa Orquidea pino-rosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
66 Bletia parkinsonii Orquidea pino-rosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No. Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

34 Cyperus hermafroditus Tule o Zacate de tres filos Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ


35 Cyperus rotundus Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
36 Eleocharis cellulosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
37 Eleocharis geniculata Ɣ Ɣ
38 Eleocharis macrostachya Jaboncillo o Junco Ɣ Ɣ Ɣ
39 Fimbristylis complanata Ɣ Ɣ Ɣ
40 Fimbristylis littoralis Ɣ
41 Fuirena simplex Ɣ
42 Schoenoplectus americanus Zchacualtule o Zacate cuadrado Ɣ Ɣ
43 Scirpus spp. Ɣ
44 Iridaceae Sisyrinchium tenuifolium Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
45 Tigridia multiflora Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
46 Tigridia pavonia Cacomite o Flor de tigre Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
47 Liliaceae Allium cepa Cebolla de bulbo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
48 Allium cernuum Ɣ

627
49 Allium drummondii Ɣ
50 Allium glandulosum Cebolla del monte Ɣ
51 Allium sativum Ajo Ɣ Ɣ Ɣ
52 Aloe vera Zábila, Sabila Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
53 Asparragus officinalis Espárrago Ɣ Ɣ
54 Calochortus barbatus Mariposa lily Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
55 Hypoxis decumbens Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
56 Hypoxis mexicana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
57 Hypoxis pulchella Ɣ
58 Nothoscordum bivalve Cebolleta Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
59 Sansevieria zeylanica Guaco Ɣ Ɣ
60 Schoenocaulon drummondii Ɣ Ɣ Ɣ
61 Schoenocaulon inigenum Ɣ Ɣ Ɣ
62 Schoenocaulon marcrocarpum Ɣ Ɣ Ɣ
63 Schoenocaulon officinale Cebadilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
64 Yucca sp. Palma pita, Palma china Ɣ Ɣ
65 Orchidaceae Bletia adenocarpa Orquidea pino-rosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
66 Bletia parkinsonii Orquidea pino-rosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No. Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

100 Bouteloua scorpioides Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ


101 Bouteloua simplex Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
102 Bouteloua trifida Navajita roja Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
103 Bouteloua uniflora var. uniflora Navajita de uña Ɣ Ɣ Ɣ
104 Briza subaristata linternilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
105 Bromus anomalus Bromo dormilón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
106 Bromus carinatus Cebadilla criolla, Avena loca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
107 Bromus catharticus Cebadilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
108 Bromus densus Bromo del infierno Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
109 Bromus porteri Bromo frondoso Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
110 Cenchrus echinatus Cadillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
111 Cenchrus incertus Rosetilla, Cadillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
112 Cenchrus myosuroides Cadillo arenoso Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
113 Chloris ciliata Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
114 Chloris gayana Zacate gordura Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ

628
115 Chloris submutica Paragüitas Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
116 Chloris virgata Barba de chivo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
117 Coix lachryma-jobi Lágrimas de Job Ɣ Ɣ
118 Cortaderia selloana Zacate de la pampa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
119 Cottea pappophoroides Cotea Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
120 Cymbopogon citratus Zacate de limón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
121 Cynodon dactylon Zacate bermuda Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
122 Cynodon nlemfuensis Estrella africana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
123 Dactylis glomerata Zacate de la huerta Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
124 Dactyloctenium aegyptium Zacate egipcio Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
125 Digitaria californica Plumero blanco Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
126 Distichlis spicata Zacate salado Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
127 Echinochloa colona Arrocillo silvestre Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
128 Echinochloa crus-galli var. crus-galli Zacate de agua Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
129 Eleusine indica Pata de gallo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
130 Eleusine multiflora Zacate pata de ganso Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
131 Elymus canadensis Zacate silvestre de canada Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
132 Enneapogon desvauxii Zacate ladera Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No. Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

133 Eragrostis cilianensis Amor seco apestoso Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ


134 Eragrostis curvula Zacate amor seco llorón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
135 Eragrostis intermedia Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
136 Eragrostis lehmanniana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
137 Eragrostis lugens Amor seco llorón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
138 Eragrostis mexicana ssp. mexicana Zacate casamiento Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
139 Erioneuron pilosum Ɣ Ɣ Ɣ
140 Erioneuron pulchellum Ɣ Ɣ Ɣ
141 Festuca arundinacea Festuca alta, cañuela Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
142 Heteropogon contortus Retorcido moreno Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
143 Hilaria belangeri var. belangeri Zacate mezquite Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
144 Hilaria swalleni Ɣ Ɣ Ɣ
145 Hordeum jubatum Cola de ardilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
146 Hordeum vulgare Cebada Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
147 Leersia monandra Arrocillo cimarrón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ

629
148 Leptochloa dubia Zacate desparramado Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
149 Lycurus phleoides var. phleoides Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
150 Melinis repens Pasto rosado Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
151 Muhlenbergia emersleyi Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
152 Muhlenbergia porteri Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
153 Muhlenbergia repens Liendrilla aparejo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
154 Muhlenbergia rigida Liendrilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
155 Muhlenbergia robusta Zacatón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
156 Oplismenus hirtellus ssp. hirtellus Zacate labor Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
157 Panicum antidotale Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
158 Panicum hallii var. filipes Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
159 Panicum hallii var. hallii Panizo aserrín Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
160 Panicum maximum Zacate guinea Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
161 Panicum virgatum Ɣ Ɣ
162 Pappophorum bicolor Barbón bicolor Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
163 Paspalum lividum Pasto morado Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
164 Paspalum notatum Zacate bahía Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
165 Paspalum pubiflorum var. glabrum Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No. Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

166 Pennisetum ciliare Zacate buffel Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ


167 Pennisetum purpureum Zacate elefante Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
168 Piptochaetium fimbriatum Falso espartillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
169 Poa annua Zacate azul Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
170 Poa mulleri Pasto azul Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
171 Poa pratensis Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Schizachyrium scoparium var.
172 Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
scoparium
173 Secale cereale Centeno Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
174 Setaria grisebachii Zacate blanco Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
175 Setaria leucopila Pajita tempranera Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
176 Setaria macrostachya Pajita tempranera Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
177 Setaria texana Pajita globosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
178 Sorghastrum nutans Ɣ Ɣ Ɣ
179 Sorghum bicolor Sorgo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ

630
180 Sorghum halapense Zacate johnson Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
181 Sporobolus airoides ssp. airoides Zacaton alcalino Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
182 Sporobolus cryptandrus Zacaton desgranador Ɣ Ɣ Ɣ
183 Sporobulus indicus Pasto alambre Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
184 Stenotaphrum secundatum Ɣ Ɣ Ɣ
185 Trichloris pluriflora Ɣ Ɣ Ɣ
186 Tridens eragrostoides Tridente fina Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
187 Tridens muticus var. muticus Tridente esbelto Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
188 Tridens texanus Tridente texano Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
189 Tripsacum dactyloides var. dactyloides Zacate maicero Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
190 Triticum aestivum Trigo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
191 Urochloa fusca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
192 Zea mays Maíz Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
193 Smilacaceae Smilax aristolochiifolia Zarzaparrilla Ɣ Ɣ
194 Smilax domingensis Alambrillo Ɣ Ɣ Ɣ
195 Smilax lanceolata Cabeza de guajolote Ɣ
196 Typhaceae Typha domingensis Tule Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Tabla 10. Diversidad, nombres comunes, usos, partes usadas, características generales y hábitat de las plantas útiles de la Di-
visión Magnoliophyta, clase Magnoliopsida en el estado de Nuevo León
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

1 Acanthaceae Dicliptera resupinata Huachichila Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ


2 Jacobinia spicigera Muicle Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
3 Ruellia nudiflora Ɣ Ɣ Ɣ
4 Tetrameruim nervosum Olotillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
5 Aceraceae Acer negundo mexicanum Fresnillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
6 Amaranthaceae Alternanthera caracasana Verdolaga de puerco Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
7 Amaranthus hybridus Quelite Ɣ Ɣ
8 Amaranthus palmeri Bledo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
9 Amaranthus powellii Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
10 Amaranthus retroflexus Quelite Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
11 Amaranthus spp. Quelites Ɣ
12 Iresine difussa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
13 Tidestromia lanuginosa Orejas de ratón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
14 Anacardiaceae Mangifera indica Mango Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
15 Rhus microphylla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
16 Rhus pachyrachis Lantrisco Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
17 Rhus virens Agrito Ɣ
18 Schinus molle Pirul Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
19 Toxicodendron radicans spp. eximium Hiedra venenosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
20 Apiaceae Apium graveolens Apio Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ

631
21 Berula erecta Berro Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
22 Ciclospermum leptophyllum Apio silvestre Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
23 Daucus carota Zanahoria Ɣ Ɣ
24 Eryngium sp. Hierba del sapo Ɣ Ɣ
25 Foeniculum vulgare Hinojo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
26 Apocynaceae Nerium oleander Rosa-laurel Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
27 Thevetia peruviana Adelfa amarilla o Azuceno Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
28 Vinca major Hierba doncella Ɣ Ɣ Ɣ
29 Asclepiadaceae Asclepias spp. Romerito Ɣ Ɣ
30 Asclepias curassavica Plato y taza, Veintiunilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
31 Asclepias linaria Romerillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
32 Asclepias mexicana Flor de panal Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
33 Asclepias oenotheroides Hierba del zizote Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
34 Asclepias tuberosa spp. terminalis Ɣ Ɣ
35 Cynanchum unifarium Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
36 Asteraceae Achillea millefolium Mil hojas, Alcanfor Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
37 Acmella oppositifolia var. repens Botoncillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
38 Acourtia nana Pionía Ɣ Ɣ
39 Acourtia wrightii Ɣ Ɣ Ɣ
40 Ageratina altissima var. altissima Hierba del burro Ɣ Ɣ
41 Ambrosia artemisiifolia Artemisa, Estafiate Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
42 Ambrosia confertiflora Amargosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
43 Ambrosia psilostachya Altamisa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
44 Aphanostephus ramosissimus var. humilis Hierba del borracho Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
45 Archibaccharis serratifolia Romero silvestre Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
46 Artemisia absinthium Ajenjo, ajenjo español Ɣ Ɣ
47 Artemisia filifolia Ɣ Ɣ Ɣ
48 Artemisia frígida Estafiate, ajenjo del país Ɣ Ɣ
49 Artemisia klotzchiana Estafiate Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

50 Artemisia ludoviciana Estafiate Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ


51 Bacharis glutinosa Ɣ Ɣ Ɣ
52 Baccharis heterophylla Escobilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
53 Baccharis pteronioides Hierba del carbonero Ɣ Ɣ Ɣ
54 Baccharis salicifolia Jarilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
55 Bahia absinthifolia var. absinthifolia Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
56 Bahia absinthifolia var. dealbata Árnica Ɣ Ɣ Ɣ
57 Bidens aurea Acahualillo, Te de milea Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
58 Bidens bigelovii var. augustiloba Altamisa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
59 Bidens odorata var. odorata Rosetilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
60 Bidens pilosa var. calcicola Aceitilla, amor seco Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
61 Bidens serrulata Aceitilla, amarilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
62 Bidens triplinervia Cimarrón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
63 Brickellia secundiflora var. secundiflora Vara blanca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
64 Brickellia veronicifolia Pesto Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
65 Calendula officinalis Caléndula Ɣ Ɣ
66 Chromolaena bigelovii Ámbula Ɣ Ɣ Ɣ
67 Chrysactinia mexicana Falsa damiana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
68 Chrysanthemum parthenium Hierba Santa María Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
69 Cirsium sp. Cardo santo Ɣ Ɣ
70 Conyza canadensis Cola de caballo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
71 Conyza sophifolia Zacatechichi Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
72 Cosmos bipinnatus Mirasol Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
73 Cosmos sulphureus Mirasol amarillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ

632
74 Cynara scolymus Alcachofa Ɣ Ɣ Ɣ
75 Dahlia coccinea Charavesca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
76 Dyssodia micropoides Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
77 Dyssodia papposa Flor de muerto Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
78 Dyssodia pentachaeta Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
79 Dyssodia setifolia Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
80 Echinacea laevigata Echinacea Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
81 Eclipta prostrata Clavel de pozo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
82 Erigeron pubescens Hierba del naciente Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
83 Eupatorium serotinum Ɣ Ɣ Ɣ
84 Evax verna Ɣ Ɣ Ɣ
85 Flourensia cernua Hojasén Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
86 Gaillardia comosa var. comosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
87 Gaillardia pulchella Ɣ Ɣ Ɣ
88 Galinsoga parviflora Ɣ Ɣ Ɣ
89 Gnaphalium conoideum Gordolobo Ɣ
90 Gnaphalium semiamplexicaule Gordolobo Ɣ Ɣ Ɣ
91 Gnaphalium obtusifolium Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
92 Gnaphalium viscosum Gordolobo, Canelilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
93 Gnaphalopsis micropoides Hierba de la virgen, Pachona Ɣ Ɣ
94 Gochnatia hypoleuca Ocotillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
95 Grindelia inuloides var. inuloides Árnica Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
96 Gutierrezia microcephala Ɣ Ɣ Ɣ
97 Gutierrezia sarothrae Hierba de San Nicolás Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
98 Gutierrezia sphaerocephala Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

99 Gutierrezia texana Ɣ Ɣ Ɣ
100 Gymnosperma glutinosum Escobilla, Pegajosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
101 Helenium quadridentatum Manzanilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
102 Helianthus annuus Girasol Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
103 Heterotheca inuloides Árnica Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
104 Hymenoxys odorata Amargosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
105 Iostephane heterophylla Raíz del manso Ɣ Ɣ Ɣ
106 Isocoma veneta Damiana, Falsa damiana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
107 Lactuca sativa var. longifolia Lechuga romana Ɣ Ɣ Ɣ
108 Lactuca serriola Lechuga silvestre Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
109 Machaeranthera pinnatifida Árnica Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
110 Machaeranthera pinnatifida var. pinnatifida Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
111 Matricaria recutita Manzanilla Ɣ Ɣ
112 Melampodium divaricatum Margarita Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
113 Montanoa tomentosa var. Tomentosa Hierba de la parida Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
114 Parthenium argentatum Guayule Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
115 Parthenium bipinnatifidum Confetillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
116 Parthenium hysterophorus Hierba amargosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
117 Parthenium incanum Mariola Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
118 Parthenium lozanianum Mariola Ɣ Ɣ
119 Pinnaropappus roseus var. roseus Escorzonera Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
120 Piqueria trinervia Hierba de San Nicolás Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
121 Pluchea odorata var. odorata Calche, Canela Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
122 Polymnia maculata Planta del temascal Ɣ Ɣ

633
123 Porophyllum coloratum var. coloratum Hierba del venado Ɣ
124 Porophyllum macrocephalum Papaloquelite Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
125 Pseudognaphalium obtusifolium ssp. Saxicola Gordolobo Ɣ Ɣ
126 Psilostrophe gnaphalodes Hierba del lobo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
127 Pyrrhopappus pauciflorus Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
128 Ratibida columnaris Ɣ Ɣ Ɣ
129 Sanvitalia ocymoides Huarachera Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
130 Schkuhria pinnata var. guatemalensis Anisillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
131 Sclerocarpus uniserialis var. frutescens Mozote amarillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
132 Senecio bellidifolius Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
133 Senecio salignus Jarilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
134 Senecio spartioide Ɣ Ɣ Ɣ
135 Senecio toluccanus Rabanillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
136 Senecio vulneraria Lechugilla Ɣ Ɣ
137 Senecio vulgaris Hierba cana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
138 Silybum marianum Cardo mariano Ɣ Ɣ
139 Simsia amplexicaulis Acahual Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
140 Solidago velutina Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
141 Solidago canadensis Ɣ Ɣ Ɣ
142 Sonchus oleraceus Cerraja Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
143 Stevia elatior Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
144 Stevia pilosa Ɣ Ɣ Ɣ
145 Stevia rebaudiana Hierba dulce Ɣ Ɣ
146 Stevia salicifolia var. salicifolia Jarilla Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

147 Stevia serrata var. serrata Hierba de San Nicolás Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ


148 Stevia tephra Hierba de la mula Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
149 Tagetes lucida Yerbanís, Pericón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
150 Tanacetum parthenium Hierba de Santa María Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
151 Taraxacum officinale Diente de león Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
152 Thymophylla pentachaeta Limoncillo, Parraleña, Simonillo Ɣ Ɣ
153 Thymophylla setifolia var. setifolia Limoncillo, Parraleña Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
154 Tithonia tubiformis Girasol Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
155 Tragopogon porrifolius Salsifi Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
156 Tridax procumbens Hierba de San Juan Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
157 Varilla texana Ɣ Ɣ Ɣ
158 Verbesina encelioides Ɣ Ɣ Ɣ
159 Verbesina persicifolia Huichin Ɣ Ɣ
160 Verbesina virginica Capitana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
161 Viguiera stenoloba Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
162 Xanthium strumarium Abrojo, Cadillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
163 Youngia japonica Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
164 Zaluzania triloba Jediondilla, Altamis Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
165 Zexmenia brevifolia Ɣ Ɣ Ɣ
166 Zinnia acerosa Hierba del burro Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
167 Zinnia multiflora Ɣ Ɣ Ɣ
168 Zinnia peruviana Mal de ojo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
169 Balsaminaceae Impatiens sp. Belén Ɣ Ɣ Ɣ
Basellaceae Anredera leptostachys

634
170 Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
171 Anredera scandens Ɣ Ɣ
172 Begoniaceae Begonia gracilis Ala de ángel Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
173 Begonia uniflora Ɣ Ɣ
174 Berberidaceae Berberis chochoco Palo amarillo Ɣ
175 Berberis gracilis Palo amarillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
176 Berberis trifoliolata Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
177 Betulaceae Carpinus caroliniana Madera de hierro Ɣ Ɣ Ɣ
178 Ostrya virginiana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
179 Bignoniaceae Campsis radicans Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
180 Chilopsis linearis Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
181 Jacaranda mimosifolia Jacaranda Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
182 Tecoma stans Árbol de San Pedro, Tronadora Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
183 Tecoma stans, var, angustata Guarán amarillo, Tronadora Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
184 Bixaceae Amoreuxia palmatifida Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
185 Amoreuxia wrightii Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
186 Boraginaceae Borago officinalis Borraja Ɣ Ɣ
187 Coldenia canescens Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
188 Cordia boissieri Anacahuita Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
189 Cordia podocephala Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
190 Cryptantha albida Ɣ
191 Cryptantha mexicana Ɣ
192 Cynoglossum amabile No me olvides (chino) Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
193 Ehretia anacua Anacua Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
194 Heliotropium angiospermum Hierba del alacrán Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

195 Heliotropium confertifolium Ɣ Ɣ Ɣ


196 Lithospermum matamorense Ɣ Ɣ
197 Tiquilia greggii Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
198 Brassicaceae Brassica campestris Nabo de campo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
199 Brassica juncea Mostaza parda Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
200 Brassica kaber Mostaza de campo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
201 Brassica nigra Mostaza negra Ɣ Ɣ
202 Brassica oleracea Repollo colorado Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
203 Brassica oleracea var. acephala Col Ɣ Ɣ
204 Brassica oleracea var. botrytis Coliflor Ɣ Ɣ
205 Brassica oleracea var. capitata Repollo Ɣ Ɣ Ɣ
206 Brassica oleracea var. italica Brócoli Ɣ Ɣ Ɣ
207 Brassica napus var. napobrassica Colinabo Ɣ
208 Capsella bursa-pastori Paniquesillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
209 Descurainia pinnata Ɣ Ɣ Ɣ
210 Diplotaxis muralis Roqueta de barda Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
211 Eruca sativa Rucola Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
212 Lepidium virginicum Lentejilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
213 Raphanus raphanistrum Rabanillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
214 Raphanus sativus Rábano Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
215 Rorippa nasturtium- aquaticum Mastuerzo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
216 Sinapis alba Mostaza blanca Ɣ Ɣ
217 Sisymbrium irio Mostacilla comúin Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
218 Buddlejaceae Buddleja cordata var. cordata Tepozán Ɣ Ɣ

635
219 Buddleja cordata ssp. tomentella Tepozán Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
220 Buddleja marrubiifolia ssp. marrubifolia Azafrán, Azafrancillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
221 Buddleja scordioides Suelda, Escobilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
222 Buddleja sessilifolia Lengua de vaca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
223 Burseraceae Bursera fagaroides Palo xixote Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
224 Bursera schlechtendalii Chak chakaj Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
225 Bursera simaruba Palo mulato Ɣ Ɣ
226 Cactaceae Acanthocereus tetragonus Pitaya anaranjada Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
227 Acharagma roseana Ɣ Ɣ
228 Ancistrocactus scheeri Ɣ Ɣ Ɣ
229 Ariocarpus agavoides Magueyitos Ɣ Ɣ Ɣ
230 Ariocarpus kotschoubeyanus Pezuña de venado Ɣ Ɣ
231 Ariocarpus retusus Peyote, Cimarron Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
232 Astrophytum asterias Dólar de las arenas Ɣ Ɣ Ɣ
233 Astrophytum capricorne Ɣ Ɣ Ɣ
234 Astrophytum myriostigma Birrete de Obispo Ɣ Ɣ Ɣ
235 Aztekium hintonii Cactus azteca Ɣ Ɣ
236 Aztekium ritterii Cactus azteca Ɣ Ɣ
237 Coryphantha hintoniorum ssp hintoniorum Ɣ Ɣ
238 Coryphantha macromeris var. macromeris Doñana Ɣ
239 Coryphantha macromeris var. runyonii Doñana Ɣ Ɣ Ɣ
240 Coryphantha poselgeriana var. Poselgeriana Manca caballo Ɣ Ɣ
241 Coryphantha pseudoechinus Biznaga Ɣ Ɣ
242 Cumarina odorata Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

243 Echinocactus horizonthalonius var. Manca caballo


Ɣ
horizonthalonius
244 Echinocactus platyacanthus Biznaga burra Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
245 Echinocactus texensis Ɣ Ɣ Ɣ
246 Echinocereus blanckii Ɣ Ɣ Ɣ
247 Echinocereus enneacanthus Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
248 Echinocereus parkeri ssp. gonzalezii Alicoche Ɣ
249 Echinocereus pectinatus var. pectinatus Huevo de toro Ɣ Ɣ Ɣ
250 Echinocereus pentalophus ssp. leonensis Alicoche Ɣ Ɣ
251 Echinocereus pentalophus ssp. pentalophus Biznaga amacollada Ɣ Ɣ
252 Echinocereus pentalophus ssp. procumbens Biznaga amacollada Ɣ Ɣ
253 Echinocereus poselgeri Ɣ Ɣ Ɣ
254 Echinocereus pulchellus ssp. sharpii Biznaga aplanada Ɣ
255 Echinocereus reichenbachii ssp. fitchii Huevo de toso Ɣ
256 Echinocereus reichenbachii ssp. reichenbachii Ɣ Ɣ
257 Echinocereus stramineus var. conglomeratus Alicoche verde Ɣ Ɣ
258 Echinocereus stramineus var. occidentalis Alicoche Ɣ Ɣ
259 Echinocereus stramineus var. stramineus Alicoche Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
260 Echinocereus viereckii ssp. Morricalii Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
261 Echinofossulocactus lloydii Cactu cerebro Ɣ Ɣ
262 Echinofossulocactus violaciflorus Ɣ Ɣ
263 Echinomastus mariposensis Biznaga bola blanca Ɣ Ɣ
264 Epithelantha micromeris var. bokeri Biznaga Ɣ Ɣ Ɣ
265 Epithelantha micromeris var. micromeris Biznaga Blanca chilona Ɣ Ɣ

636
266 Epithelantha micromeris var. pachyrhiza Biznaga Ɣ Ɣ
267 Escobaria asperispina Ɣ Ɣ Ɣ
268 Ferocactus hamatacanthus var. hamatacanthus Uña de gavilán Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
269 Ferocactus hamatacanthus var. sinuatus Metzollin Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
270 Ferocactus pilosus Biznaga colorada Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
271 Leuchtenbergia principis Escoba de bruja Ɣ Ɣ
272 Lophophora williamsii Peyote Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
273 Mammillaria candida var. candida Cabeza de viejo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
274 Mammillaria glassii var. glassii Ɣ Ɣ
275 Mammillaria icamolensis Ɣ Ɣ
276 Mammillaria prolifera Biznaga de chilitos Ɣ Ɣ
277 Mammillaria sempervivi Ɣ Ɣ
278 Myrtillocactus geometrizans Garambullo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
279 Neolloydia schmiedickeana var. gracilis Ɣ Ɣ Ɣ
280 Neolloydia subterranea var. zaragozae Ɣ Ɣ Ɣ
281 Opuntia spp. Nopal Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
282 Opuntia engelmannii Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
283 Opuntia cantabrigiensis Nopal de Texas Ɣ Ɣ
284 Opuntia ficus- indica Nopal de Castilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
285 Opuntia imbricata var. imbricata Coyonoixtle Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
286 Opuntia lasiacantha Nopal de espinas lacias Ɣ Ɣ
287 Opuntia leptocaulis Tasajillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
288 Opuntia leucotricha Nopal duraznillo Ɣ Ɣ Ɣ
289 Opuntia lindheimeri var. aciculata Nopal azul Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
290 Opuntia lindheimeri var. lindheimeri Nopal azul Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

291 Opuntia lindheimeri var. tricolor Nopal Ɣ Ɣ Ɣ


292 Opuntia megacantha Nopal de coyote Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
293 Opuntia microdasys Nopal cegador Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
294 Opuntia phaeacantha var. phaeacantha Nopal tulipán Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
295 Opuntia rastrera Cuija Ɣ Ɣ Ɣ
296 Opuntia robusta Nopal tapón Ɣ Ɣ Ɣ
297 Pachycereus marginatus Órgano Ɣ Ɣ
298 Peleciphora strobiliformis Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
299 Peniocereus greggii Huevo de venado Ɣ Ɣ Ɣ
300 Selenicereus spinulosus Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
301 Stenocactus multicostatus Cactus cerebro Ɣ Ɣ
302 Stenocereus griseus Ɣ Ɣ Ɣ
303 Thelocactus conothelos var. argenteus Ɣ Ɣ Ɣ
304 Thelocactus conothelos var. aurantiacus Ɣ Ɣ
305 Thelocactus mandragora Ɣ Ɣ Ɣ
306 Thelocactus rinconensis var. nidulans Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
307 Thelocactus rinconensis var. rinconensis Manca caballo Ɣ Ɣ Ɣ
308 Thelocactus setispinus Cacto de fresas Ɣ Ɣ Ɣ
309 Thelocactus tulensis Ɣ Ɣ
310 Wilcoxia poselgeri Sacasil Ɣ Ɣ Ɣ
311 Campanulaceae Diastatea micrantha Aretitos, Mata piojos Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
312 Capparaceae Cleome speciosa Araña Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
313 Koeberlinia spinosa Corona de Cristo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
314 Polanisia uniglandulosa Hierba del coyote Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ

637
315 Caprifoliaceae Abelia coriacea Ɣ Ɣ
316 Sambucus mexicana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
317 Sambucus nigra ssp. cerulea Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
318 Sambucus nigra ssp. canadensis Sauco Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
319 Symphoricarpos microphyllus Perlitas Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
320 Symphoricarpos orbiculatus Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
321 Caryophyllaceae Drymaria gracilis Oreja de ratón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
322 Drymaria pachyphylla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
323 Saponaria officinalis Saponaria Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
324 Casuarinaceae Casuarina cunninghamiana Pino australiano Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
325 Celastraceae Mortonia greggii Afinador Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
326 Schaefferia cuneifolia Panelero Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
327 Chenopodiaceae Allenrolfea occidentalis Arbusto de yodo, Pepinillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
328 Atriplex acanthocarpa Ɣ Ɣ Ɣ
329 Atriplex canescens Costilla de vaca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
330 Atriplex semibaccata Ɣ Ɣ Ɣ
331 Atriplex texana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
332 Beta vulgaris Remolacha Ɣ
333 Beta vulgaris var. vulgaris Acelga, Betabel Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
334 Chenopodium ambrosioides var. ambrosioides Epazote Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
335 Chenopodium berlandieri Quelite Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
336 Chenopodium graveolens Epazote de zorrillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
337 Chenopodium spp. Epazotes Ɣ
338 Eurotia lanata var. subspinosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
339 Salsola tragus Rodadora Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

340 Spinacia oleracea Espinaca Ɣ Ɣ


341 Suaeda mexicana Romero, Romerillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
342 Suaeda palmeri Ɣ Ɣ Ɣ
343 Cistaceae Helianthemum glomeratum Juanita, Cenicilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
344 Clusiaceae Hypericum pauciflorum Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
345 Hypericum punctatum Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
346 Convolvulaceae Ipomoea batatas Batata Ɣ
347 Ipomoea purpurea Ɣ Ɣ Ɣ
348 Cucurbitaceae Citrullus lanatus Sandía Ɣ
349 Cucumis melo Melón Ɣ Ɣ
350 Cucumis sativus Pepino Ɣ
351 Cucurbita foetidissima Ɣ Ɣ Ɣ
352 Cucurbita pepo Calabaza Ɣ Ɣ Ɣ
353 Sechium edule Chayote Ɣ Ɣ
354 Ebenaceae Diospyros palmeri Chapote manzano Ɣ
355 Diospyros texana Chapote, chapote prieto Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
356 Diospyros virginiana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
357 Ericaceae Arctostaphylos pungens Manzanita, Pingüica Ɣ Ɣ Ɣ
358 Euphorbiaceae Acalypha hederacea Ɣ Ɣ Ɣ
359 Acalypha monostachya Hierba del cáncer Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
360 Acalypha phleoides Hierba del cáncer Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
361 Bernardia myricifolia var. myricifolia Oreja de ratón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
362 Cnidoscolus chayamansa Ɣ Ɣ Ɣ
363 Croton ciliatoglandulifer Canelilla, Enchiladora Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ

638
364 Croton dioicus Hierba del gato Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
365 Croton humilis Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
366 Croto incanus Salvia, Salvia de Monterrey Ɣ Ɣ Ɣ
367 Croton monanthogynus Hierba del gato Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
368 Croton torreyanus Ɣ Ɣ Ɣ
369 Euphorbia antisyphilitica Candelilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
370 Euphorbia campestris Hierba del coyote Ɣ Ɣ
371 Euphorbia cyathophora Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
372 Euphorbia dentata var. dentata Lechosilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
373 Euphorbia golondrina Hierba de la golondrina Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
374 Euphorbia graminea Lechilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
375 Euphorbia heterophylla Catalina, Fuego en el monte Ɣ Ɣ
376 Euphorbia hirta Hierba de la golondrina Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
377 Euphorbia maculata Golondrina Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
378 Euphorbia prostrata Hierba del soldado Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
379 Euphorbia serpens Hierba meona Ɣ Ɣ
380 Jatropha dioica var graminea Sangre de drago Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
381 Pedilanthus tithymaloides Perico Ɣ Ɣ
382 Phyllanthus caroliniensis Canastilla, hierba de la muina Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
383 Ricinus communis Higera infernal, Higuerilla, recina Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
384 Stillingia sylvatica Hierba del sapo Ɣ Ɣ Ɣ
385 Stillingia treculeana Delicia de la reyna Ɣ
386 Tragia glandulifera Ortiguilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
387 Fabaceae Acacia angustissima var. angustissima Guajillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
388 Acacia angustissima var. leucothrix Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

389 Acacia berlandieri Guajillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ


390 Acacia constricta Huizache Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
391 Acacia farnesiana spp. farnesiana Huizache Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
392 Acacia greggii var. greggii Uña de gato Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
393 Acacia greggii var. wrightii Gatuño Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
394 Acacia neovernicosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
395 Acacia rigidula Gavia, Chaparro prieto Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
396 Acacia roemeriana Palo prieto Ɣ Ɣ
397 Acacia schaffneri var. bravoensis Huizache Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
398 Acacia schaffneri var. schaffneri Huizache Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
399 Astragalus mollissimus Hierba loca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
400 Astragalus nuttallianus Ɣ Ɣ Ɣ
401 Bauhinia divaricata Pata de vaca Ɣ Ɣ
402 Bauhina lunaroides Ɣ Ɣ Ɣ
403 Bauhina macranthera Pata de vaca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
404 Bauhina purpurea Pata de vaca púrpura Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
405 Buhina ramosissima Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
406 Caesalpinia erecta var. mexicana Tabachin Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
407 Caesalpinia mexicana Hierba del potro Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
408 Caesalpinia pulcherrima Tabachin Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
409 Calliandra conferta Caliandra Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
410 Calliandra eriophylla Gatillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
411 Canavalia ensiformis Canavalia, frijolón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
412 Cassia fistula Lluvia de oro, Caña fistula Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ

639
413 Centrosema virginianum Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
414 Ceratonia silicua Algarrobo, Pan Gonzalitos Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
415 Cercidium macrum Palo verde Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
416 Cercidium texanum Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
417 Cercis canadensis var. mexicana Duraznillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
418 Chamaecrista greggii Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
419 Chamaecrista nictitans Ɣ Ɣ Ɣ
420 Clitoria ternatea Clitoria Ɣ Ɣ Ɣ
421 Cojoba arborea Cojoba, cola de mico Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
422 Crotalaria incana Cascabelillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
423 Crotalaria pumila Tronadora, Garbancillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
424 Crotalaria sagittalis Tronadora, Crispillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
425 Dalea bicolor var. bicolor Escobilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
426 Dalea frutescens Ɣ Ɣ Ɣ
427 Dalea lutea var. lutea Pata de conejo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
428 Dalea pogonathera var. pogonathera Hierba del corazon Ɣ
429 Dalea sp. Ramón Ɣ Ɣ
430 Delonix regia Framboyán Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
431 Desmanthus painteri Arrastradilla, Huizachito Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
432 Desmanthus virgatus var. virgatus Huizachillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
433 Diphysa minutifolia Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
434 Ebenopsis ebano Ébano Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
435 Erythrina americana Colorín Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
436 Erythrina crista-galli Pico de gallo Ɣ Ɣ
437 Erythrina flabelliformis Frijol rojo Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

438 Erythrina herbacea Patol colorín Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ


439 Eysenhardtia polystachya Palo azul, Vara dulce, Taray Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
440 Eysenhardtia texana Palo azul, Vara dulce, Taray Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
441 Genistidium dumosum Ɣ Ɣ Ɣ
442 Havardia pallens Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
443 Hoffmannseggia glauca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
444 Indigofera lindheimeriana Añil Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
445 Indigofera suffruticosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
446 Lablab purpureus Zarardaja Ɣ Ɣ Ɣ
447 Leucaena greggii Sacuata Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
448 Leucaena leucocephala Huaje, dormilón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
449 Leucaena pulverulenta Tepeguaje Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
450 Macroptilium longepedunculatum Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
451 Medicago lupulina Alfalfa lupulina Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
452 Medicago polymorpha var. vulgaris Carretón Ɣ Ɣ Ɣ
453 Medicago sativa Alfalfa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
454 Melilotus albus Melitoto blanco Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
455 Mimosa aculeaticarpa var. biuncifera Gatuño Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
456 Mimosa biuncifera Ɣ Ɣ Ɣ
457 Mimosa malacophylla Carrasquilla Ɣ Ɣ
458 Nissolia platycalix Ɣ Ɣ Ɣ
459 Parkinsonia aculeata Retama Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
460 Phaseolus coccineus Ayocote silvestre Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
461 Phaseolus vulgaris Frijol Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ

640
462 Pithecellobium brevifolium Tenaza Ɣ
463 Pithecellobium dulce Guamuchil Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
464 Prosopis glandulosa var. glandulosa Mezquite Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
465 Prosopis glandulosa var. torreyana Mezquite Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
466 Prosopis laevigata Mezquite Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
467 Prosopis laevigata x glandulosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
468 Prosopis reptans var. cinerascens Mezquite enano Ɣ Ɣ Ɣ
469 Rhynchosia diversifolia Frijolillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
470 Robinia pseudoacacia Acacia de flor blanca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
471 Senna alata Gacamaya francesa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
472 Senna bauhinioides Pata de Res Ɣ Ɣ Ɣ
473 Senna lindheimeriana Hierba del cizote Ɣ Ɣ
474 Senna obtusifolia Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
475 Senna occidentalis Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
476 Sophora nuttalliana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
477 Sophora secundiflora Patol Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
478 Tamarindus indica Tamarindo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
479 Teramnus uncinatus Frijolillo peludo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
480 Trifolium amabile Trébol de oveja Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
481 Vicia americana ssp. mexicana Haba Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
482 Zornia reticulata Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
483 Fagaceae Quercus spp. Encinos Ɣ Ɣ Ɣ
484 Quercus canbyi Encino duraznillo Ɣ Ɣ Ɣ
485 Quercus fusiformis Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
486 Quercus laceyi Encino memelito Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

487 Quercus laeta Encino blanco Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ


488 Quercus polymorpha Encino roble Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
489 Quercus rugosa Ɣ
490 Quercus virginiana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
491 Flacourtiaceae Neopringlea integrifolia Ɣ Ɣ Ɣ
492 Xylosma flexuosum Ɣ
493 Fouquieriaceae Fouquieria splendens Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
494 Fouquieria splendens var. splendens Ocotillo, Albarda Ɣ Ɣ Ɣ
495 Fumariaceae Fumaria parviflora Fumaria Ɣ Ɣ Ɣ
496 Garryaceae Garrya laurifolia spp. macrophylla Ɣ Ɣ Ɣ
497 Gentianaceae Centaurium calycosum Centaura Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
498 Eustoma exaltatum Ɣ Ɣ Ɣ
499 Gentiana spathacea Flor de hielo grande Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
500 Geraniaceae Erodium cicutarium Alfilerillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
501 Geranium seemanni Pata de león Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
502 Pelargonium zonale Geranio Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
503 Hamamelidaceae Liquidambor styraciflua Ɣ
504 Hydrophyllaceae Nama sp. Chisme Ɣ Ɣ
505 Juglandaceae Carya illinoinensis Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
506 Juglans nigra Nogal negro, nogal encarcelado Ɣ Ɣ Ɣ
507 Juglans regia Nogal Ɣ Ɣ Ɣ
508 Krameriaceae Krameria cytisoides Ɣ Ɣ Ɣ
509 Krameria ramosissima Calderona, zarzaparrilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
510 Lamiaceae Cedronella mexicana Toronjil Ɣ Ɣ

641
511 Hedeoma drummondii Poleo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
512 Hyptis mutabilis Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
513 Lavandula dentata Lavanda, aluzema Ɣ Ɣ Ɣ
514 Leonotis nepetifolia Cabezona del huerto Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
515 Marrubium vulgare Marrubio Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
516 Melissa officinalis Melisa, toronjil español Ɣ Ɣ
517 Mentha X piperita Menta Ɣ Ɣ
518 Mentha spicata Hierbabuena Ɣ Ɣ
519 Mentha rotundifolia Menta a Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
520 Monarda citriodora var. austromontana Rosetilla Ɣ Ɣ Ɣ
521 Monarda citriodora var. citriodora Rosetilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
522 Nepeta cataria Toronjil Ɣ Ɣ
523 Ocimum basilicum Albahacar Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
524 Origanum majorana Mejorana Ɣ Ɣ
525 Origanum vulgare Orégano Ɣ Ɣ
526 Poliomintha longiflora var. longiflora Orégano Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
527 Prunella vulgaris Olotrillo morado Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
528 Rosmarinus officinalis Romero Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
529 Salvia ballotiflora Crespa, Mejorana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
530 Salvia coccinea Mirto, Salvia Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
531 Salvia greggii Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
532 Salvia hispanica Chia Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
533 Salvia involucrata Mirto real Ɣ Ɣ
534 Salvia longispicata Cantahueso Ɣ Ɣ Ɣ
535 Salvia officinalis Salvia de olor, Salvia española Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

536 Salvia prunelloides Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ


537 Salvia reflexa Hierba del gallo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
538 Salvia regla Almaraduz grande Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
539 Salvia riparia Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
540 Salvia sp. Betónica Ɣ Ɣ
541 Stachys eriantha Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
542 Stachys sp. Ɣ Ɣ Ɣ
543 Teucrium cubense Hierba del negro, Verbena Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
544 Thymus vulgaris Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
545 Lauraceae Cinnamomum verum Canela Ɣ Ɣ
546 Cinnamomum verum Laurel Ɣ Ɣ
547 Litsea glaucescens Falso laurel, Laurel silvestre Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
548 Litsea novoleontis Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
549 Litsea pringlei Laurel Ɣ Ɣ
550 Phoebe tampicencis Ɣ
551 Persea americana Aguacate Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
552 Persea pachypoda Aguacatillo Ɣ Ɣ
553 Sassafras albidum Sasafrás Ɣ Ɣ
554 Linaceae Linum usitatissimum Linaza Ɣ Ɣ
555 Loasaceae Mentzelia hispida Pega ropa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
556 Loranthaceae Phoradendron tomentosum Ɣ Ɣ Ɣ
557 Lythraceae Cuphea aequipetala Hierba del cáncer Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
558 Heimia salicifolia Sinicuiche Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
559 Lagerstroemia indica Árbol de jupiter Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ

642
560 Malpighiaceae Malpighia glabra Acerola, Cereza de Barbados Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
561 Mascagnia macroptera Vejuco prieto, mariposa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
562 Malvaceae Abutilon hypoleucum Ɣ Ɣ Ɣ
563 Abutilon trisulcatum Pelotazo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
564 Anoda cristata Alache, Malvavisco Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
565 Gossypium hirsutum Algodón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
566 Hibiscus rosa - sinensis Obelisco, Tulipan Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
567 Hibiscus cardiophyllus Ɣ Ɣ Ɣ
568 Hibiscus tiliaceus Majagua Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
569 Malva parviflora Quesitos, Malva Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
570 Malvastrum americanum Malva Ɣ Ɣ
571 Malvastrum coromandelianum Malvon, huinare Ɣ Ɣ Ɣ
572 Malvaviscus arboreus var. arboreus Tulipán de capullo rojo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
573 Pavonia lasiopetala Pavonia Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
574 Sida abutifolia Arrastradilla, hierba de la viejita Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
575 Sida acuta Malvavisco Ɣ Ɣ
576 Sida rhombifolia Malvita, babosilla, escobilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
577 Sphaeralcea angustifolia Hierba del negro Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
578 Sphaeralcea hastulata Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
579 Meliaceae Azadirachta indica Neem Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
580 Melia azedarach Paraiso, canela Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
581 Menispermaceae Cocculus carolinus Hierba del ojo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
582 Moraceae Ficus benghalensis Ɣ Ɣ Ɣ
583 Ficus benjamina Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
584 Ficus carica Higuera Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

585 Morus celtidifolia Morera, Mora colorada Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ


586 Morus microphylla Mora Ɣ
587 Morus nigra Moral, Moral negro Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
588 Myrtaceae Eucalyptus globulus Alcanfor, Eucalipto Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
589 Psidium guajava Guayaba Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
590 Nyctaginaceae Acleisanthes longiflora Hierba de la rabia Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
591 Allionia choisyi Hierba de la hormiga Ɣ Ɣ
592 Allionia incarnata var. incarnata Hierba de la hormiga Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
593 Boerhavia coccinea Abrojo, Hierba de la hormiga Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
594 Boerhavia erecta Hierba blanca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
595 Bougainvillea glabra Bugambilia Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
596 Mirabilis jalapa Arrebolera, Maravilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
597 Mirabilis longiflora Sauce Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
598 Nyctaginia capitata Tabaquillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
599 Nymphaeaceae Nymphaea ampla var. ampla Ninfa, Flor de agua Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
600 Olacaceae Schoepfia schreberi Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
601 Oleaceae Forestiera angustifolia Agrito, Palo chino Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
602 Fraxinus spp. Fresno Ɣ Ɣ Ɣ
603 Fraxinus americana Fresno Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
604 Fraxinus berlandieriana Fresno Ɣ Ɣ Ɣ
605 Fraxinus greggii var. greggii Fresno Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
606 Ligustrum japonicum Trueno Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
607 Olea europea Olivo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
608 Onagraceae Epilobium angustifolium Hierba del fuego Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ

643
609 Lopezia racemosa Perilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
610 Ludwigia octovalvis ssp. octovalvis Ɣ Ɣ Ɣ
611 Oenothera kunthiana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
612 Oenothera pubescens Linda tarde Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
613 Oenothera rosea Agua de azahar, Hierba del golpe Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
614 Oxalis corniculata Agritos Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
615 Oxalis decaphylla Agritos Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
616 Oxalis latifolia Acederilla Ɣ Ɣ Ɣ
617 Oxalidaceae Oxalis corniculata Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
618 Papaveraceae Argemone grandiflora ssp. armata Chicalote Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
619 Argemone mexicana ssp. mexicana Cardo, Chicalote Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
620 Argemone ochroleuca ssp. ochroleuca Chicalote pálido, Cardo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
621 Argemone sanguinea Cardo, Chicalote Ɣ Ɣ
622 Bocconia arborea Llora sangre Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
623 Bocconia latisepala Ɣ
624 Eschscholzia mexicana Ɣ Ɣ Ɣ
625 Hunnemannia fumariifolia Amapola amarilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
626 Passifloraceae Passiflora foetida var. gossypifolia Flor de la pasión Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
627 Passiflora incarnata Pasionaria Ɣ Ɣ
628 Passiflora suberosa Ɣ Ɣ Ɣ
629 Phytolaccaceae Agdestis clematidea Hierba del indio Ɣ Ɣ
630 Phytolacca octandra Mazorquilla, Góngora, Amole Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
631 Rivina humilis Coralillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
632 Piperaceae Peperomia blanda Ɣ Ɣ Ɣ
633 Peperomia campylotropa Pimienta de tierra Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

634 Piper auritum Hierba santa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ


635 Piper sanctum Hoja santa, Palo santo Ɣ Ɣ
636 Plantaginaceae Plantago lanceolata Llanten de hojas angostas Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
637 Plantago major Llantén, Lante mayor Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
638 Plantago patagonica var. gnaphalioides Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
639 Platanaceae Platanus occidentalis var. palmeri Álamo de río Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
640 Platanus rzedowskii Álamo Ɣ Ɣ Ɣ
641 Plumbaginaceae Plumbago pulchella Hierba lumbre, Chilillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
642 Polemoniaceae Gilia rigidula var. rigidula Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
643 Loeselia coerulea Banderilla, Jarrito Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
644 Polygalaceae Polygala glandulosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
645 Polygonaceae Antigonum leptopus Flor de San Diego Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
646 Polygonum aviculare Sanguinaria, Lengua de pájaro Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
647 Polygonum hydropiperoides Achilli Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
648 Polygonum punctatum Chilillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
649 Portulaca oleracea Verdolaga Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
650 Portulaca pilosa Mañanita Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
651 Rumex crispus Lengua de vaca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
652 Rumex mexicanus Lengua de vaca cimarrona Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
653 Rumex obtusifolius Lengua de vaca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
654 Talinum paniculatum Rama de sapo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
655 Portulacaceae Portulaca oleracea Verdolaga Ɣ Ɣ Ɣ
656 Primulaceae Anagallis arvensis Coronilla, hierba del pájaro Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
657 Punicaceae Punica granatum Granada Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ

644
658 Pyrolaceae Chimaphila umbellata Tlalcapolin Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
659 Ranunculaceae Clematis drummondii Barba de chivo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
660 Clematis dioica Barbas de chivo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
661 Delphinium ajacis Espuelita Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
662 Ranunculus petiolaris var. arsenei Pata de león Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
663 Thalictrum strigillosum Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
664 Resedaceae Reseda luteola Gasparilla, gualda Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
665 Reseda odorata Reseda Ɣ Ɣ
666 Rhamnaceae Karwinskia humboldtiana Coyotillo, tullidora Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
667 Ceanothus coeruleus Chaquira, chaquirilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
668 Colubrina greggii var. greggii Manzanita, Guayul Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
669 Colubrina texensis Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
670 Condalia hookeri var. hookeri Brasil Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
671 Condalia mexicana Membrillo cimarrón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
672 Condalia spathulata Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
673 Karwinskia humboldtiana Capulín Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
674 Karwinskia mollis Capulincillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
675 Rhamus serrata var. serrata Capulincillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
676 Ziziphus obtusifolia var. obtusifolia Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
677 Rosaceae Cercocarpus macrophyllus Huasteco, Limoncillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
678 Cercocarpus montanus var. Paucidentatus Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
679 Crataegus baroussana var. Baroussana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
680 Crataegus mexicana Tejocote Ɣ Ɣ Ɣ
681 Crataegus rosei ssp. Paryana Tejocote Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
682 Cydonia oblonga Membrillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

683 Eriobotrya japonica Nispero / Mispero Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ


684 Fragaria virginiana var. glauca Ɣ Ɣ Ɣ
685 Fragaria vesca var. bracteata Fresa silvestre Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
686 Lindleya mespiloides Barreta, Palo estaca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
687 Prunus americana Chabacano Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
688 Prunus brachybotrya Cerezo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
689 Prunus serotina ssp. serutina Cerezo negro, Capulín Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
690 Purshia plicata Rosa de castilla o Rosa de castilla del monte Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
691 Pyracantha koidzumii Piracanta Ɣ Ɣ Ɣ
692 Pyrus communis Pera Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
693 Pyrus malus Manzano Ɣ Ɣ
694 Rosa centifolia Rosa Ɣ Ɣ
695 Rosa coralina Ɣ Ɣ
696 Rosa montezumae Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
697 Rosa serrulata Ɣ Ɣ
698 Rubus idaeus var. sachalinensis Frambuesa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
699 Rubus Trivialis Zarzamora Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
700 Rubiaceae Bouvardia ternifolia Trompetilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
701 Cephalanthus occidentalis Sauce botón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
702 Chiococca alba Bejuco Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
703 Chiococca pachyphylla Queradora Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
704 Cigarrilla mexicana Cigarrilla, Cacaloxóchilt Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
705 Faramea occidentalis Café falso o Cimarrón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
706 Galium aparine Azotalenguas Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ

645
707 Hedyotis rubra Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
708 Randia aculeata Crucecita Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
709 Randia rhagocarpa Ɣ Ɣ Ɣ
710 Rutaceae Amyris madrensis Chapotillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
711 Amyris marshii
712 Amyris texana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
713 Casimiroa pringlei Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
714 Choisya dumosa Sorrilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
715 Choisya palmeri Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
716 Citrus aurantifolia Lima Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
717 Citrus aurantium Azahar, Naranjo agrio Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
718 Citrus limon Limón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
719 Decatropis bicolor Hoja dorada Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
720 Casimiroa greggii Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
721 Esenbeckia berlandieri Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
722 Helietta parvifolia Barreta Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
723 Ptelea trifoliata Olmo de tres hojas Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
724 Ruta chalepensis Ruda Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
725 Thamnosma texana Pantalón holandés Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
726 Zanthoxylum fagara Colima Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
727 Sabiaceae Meliosma alba Cedrillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
728 Salicaceae Populus alba Álamo blanco Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
729 Populus deltoides Álamo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
730 Populus nigra var. nigra Álamo negro, Chopo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
731 Populus tremuloides Álamo temblón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat

No Familia Especie Nombre Común

Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos

732 Salix babylonica Sauce llorón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ


733 Salix bonplandiana Ahuejote Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
734 Salix gooddingii Sauce negro occidental Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
735 Salix jaliscana Saucillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
736 Salix lasiolepis Sauce arroyo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
737 Salix nigra Sauce negro Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
738 Salix paradoxa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
739 Salix spp. Sauces Ɣ Ɣ Ɣ
740 Sapindaceae Dodonea viscosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
741 Sapindus saponaria Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
742 Ungnadia speciosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
743 Sapotaceae Bumelia celastrina Coma Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
744 Sideroxylon celastrinum Coma Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
745 Sideroxylon lanuginosum Coma Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
746 Sideroxylon spiniflora Coma Ɣ
747 Scrophulariaceae Castilleja lanata Hierba de la almorrana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
748 Leucophyllum frutescens Cenizo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
749 Maurandya barclayana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
750 Mimulus glabratus var glabratus Quelite de venado Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
751 Veronica americana Ɣ Ɣ Ɣ
752 Ailanthus altissima Árbol del cielo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
753 Simaroubaceae Castela erecta ssp. Texana Chaparro amargo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
754 Cissus incisa Hierba del buey Ɣ Ɣ
755 Solanaceae Capsicum annuum Chile verde Ɣ

646
756 Capsicum annuum var. aviculare Chile piquín Ɣ
757 Capsicum annuum var. glabriusculum Chile verde Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
758 Capsicum annuum var. grossum Chile ancho Ɣ
759 Capsicum annuum var. longum Chile guajillo Ɣ
760 Capsicum baccatum var. pendulum Pimiento Ɣ Ɣ
761 Datura inoxia Toloache Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
762 Datura quercifolia Toloache Ɣ Ɣ Ɣ
763 Datura stramonium Hierba del diablo, Higuera del infierno Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
764 Jaltomata procumbens Chepes, Jaltomata Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
765 Lycium berlandieri var parviflorum Ɣ
766 Lycopersicum esculentum Tomate Ɣ
767 Nicotiana glauca Tabaquillo, Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
768 Nicotiana repanda Tabaco cimarrón Ɣ Ɣ Ɣ
769 Physalis ixocarpa Tomate cáscara Ɣ
770 Physalis philadelphica Miltomate, Tomatillo, Tomate verde Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
771 Physalis pubescens Aguaymanto, Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
772 Solanum tuberosum Papa Ɣ
773 Turneraceae Turnera diffusa Damiana Ɣ Ɣ
774 Ulmaceae Celtis laevigata Palo blanco Ɣ
775 Celtis pallida Granjeno Ɣ
776 Urticaceae Urtica dioica Ortiga Ɣ Ɣ Ɣ
777 Zingiberaceae Curcuma longa Azafrán, Azafrán del pobre Ɣ Ɣ
778 Zingiber officinale Jengibre Ɣ Ɣ
779 Zygophyllaceae Guaiacum angustifolium Guayacán Ɣ Ɣ Ɣ
780 Larrea tridentata Gobernadora Ɣ Ɣ Ɣ
EL DETERIORO DE LOS ECOSISTEMAS Y LA
DESERTIFICACIÓN EN NUEVO LEÓN, UNA
REFLEXIÓN
José Ángel de la Cruz Campa
Ex rector de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro
Pirul 510, Col. Del Valle. Saltillo, Coahuila
delacruzcampa@yahoo.com

A
l igual que en la mayoría de los Estados de la República, la desertificación en Nuevo León
se presenta en todos sus ecosistemas. La destrucción de sus recursos naturales, es el
mismo espejo para probar que se han explotado sin sustentabilidad, y es la misma razón
que ha ocasionado la pobreza del campesino, al no tener de qué vivir como sus antepasados,
que explotaron esos recursos cuando existían. Hoy en Nuevo León, tenemos la desaparición
de pastizales, bosques, y muchos tipos de vegetación que en la mayoría de los casos, han sido
sustituidos por plantas invasoras, que hoy causa tristeza observar.
Quién no tenga conocimientos sobre lo que es desertificación, difícilmente podrá diferenciar
los grados de destrucción que se presenta en los diferentes ecosistemas de cada Estado. Por esta
razón, sugiero que si las autoridades intentan una restauración, deben de recurrir a las Univer-
sidades, en este caso específico a la UANL, la cual cuenta con Biólogos, Agrónomos, Ingenieros
Forestales, etc. quienes son los especialistas indicados para realizar proyectos que vuelvan a hacer
productivo el campo de Nuevo León; recordemos que actualmente la mayoría de las comunidades
vegetales están invadidas por especies no deseadas, causando un deterioro en los ecosistemas y
una disminución en la productividad.
No se engañen, cuando observen una gran cantidad, por ejemplo, de guajillo (Acacia berlan-
dieri ) en la Sierra de Mamulique, eso puede ser un problema serio, si en el estrato inferior han
desaparecido pastos u otras especies que son utilizadas por el ganado. El guajillo es bueno, pero
en cantidades adecuadas, que no obligan al ganado a consumirlas, porque está probado que en
grandes cantidades es tóxico. Otro ejemplo, el exceso de nopales (Opuntia spp) o coyonostle (Opun-
tia imbricata), puede indicar también una invasión. Cuidado con alegrarse al ver estas especies
en grandes cantidades, o bien en muchos de los casos una combinación de mezquites y nopales
en exceso, y no ver las otras plantas que consume el ganado; también eso es desertificación.
Una de las mejores zonas de pastizal se localiza en el sur de Nuevo León; sin embargo, en
muchas áreas hoy solo crecen plantas invasoras, y gran parte de su suelo ha desaparecido. Por
otro lado, también se presentan casos de proyectos que se desarrollan como productivos, y al
no considerar los efectos a mediano plazo, destruyen los recursos naturales, como sucedió en el
Ejido El Jarro, Municipio de Dr. Arroyo, Nuevo León.
Un llamado a las autoridades del Estado de Nuevo León: ya es tiempo de que
dejen de diseñar ocurrencias cada seis años, en lugar de ello implementen verdade-
ros proyectos productivos que tengan continuidad a largo plazo y que sean acordes
al potencial de las diferentes zonas rurales. La mayor parte de la vegetación debe
ser para la ganadería, por lo que hay que restaurar el pastizal y destruir las especies
invasoras, dándoles trabajo a los campesinos y a los agrónomos, que sobran muchos,
para producir los alimentos que necesitan el ganado y los propios campesinos; eviten
que se extermine el pastizal, enseñen a los a los campesinos y dueños de la tierra a
manejar sustentablemente los recursos naturales. Hay que enseñarles metodologías
para restaurar los recursos naturales y, una vez logrado esto, indicarles la forma de
manejar sustentablemente los recursos.
Son muchos los desafortunados ejemplos que podemos citar de desertificación y deterioro
de los ecosistemas en el estado de Nuevo León, a continuación mencionaré algunos.
En el sur de Nuevo León, en el ejido El Mezquite municipio de Galeana, la explota-
ción sin sustentabilidad llevó al deterioro de un bosque de piñonero (Pinus cembroides)
y a la invasión de gobernadora sobre un pastizal que fue muy productivo (Bouteloua
gracilis) (Figura 1 izquierda); ahí el gobierno tiene la oportunidad de generar trabajo
para los campesinos de la zona, mediante la erradicación de las plantas invasoras se
puede rehabilitar el lugar y hacerlo productivo nuevamente. En la Figura 1 (derecha),
se muestra otro ejemplo de especies invasoras que se han apoderado del pastizal.

Figura 1. Ejemplos de desertificación y deterioro de ecosistemas.

En el Valle de Navidad, Municipio de Galeana, se observan dos casos de desertifica-


ción: el primero nos referimos al proyecto agrícola que se implementó antes de 1950,
ocasionando una desertificación sin precedente, al no tomar en cuenta que el suelo
tenia sales y yeso; se estableció una infraestructura en el valle que hoy ha quedado
abandonada, se perforaron cientos de pozos para extraer cantidades enormes de
agua, se trazaron bordos para melgas, se destruyó el pastizal de Bouteloua chasei
que alimentaba una ganadería ovina (Figura 2 izquierda). En la actualidad el pastizal
apenas está regresando, después de 50 años; y los ranchos que quedaron productivos,

648
son los que están cerca de la sierra donde los suelos no presentan salinidad y estaban
cubiertas de gobernadora como dominante.
El segundo caso lo tenemos en lugares no utilizados para agricultura, pero que
presentan otro tipo de desertificación ya que el pastizal está sobre pastoreado y en
muchos de éstos, la presencia de plantas indeseables, son problemas para el manejo
del ganado (Figura 2 derecha).

Figura 2. Desertificación en el Valle de Navidad, Galeana, Nuevo León.

En las cercanías de San Rafael, Municipio de Galeana, se localiza un bosque de Juni-


perus deppeana, es de los pocos que se encuentran en suelos yesosos, con un estrato
inferior de Bouteloua chasei, pero desafortunadamente muy sobrepastoreado; en
algunos lugares ya desapareció y en otros está invadido por plantas indeseables, que
deberían exterminarse a fin de obtener más forraje para el ganado. Esto nos lleva a
pensar: ¿Cuál es la razón por la que la CONAFOR separa los estratos superiores de
vegetación (bosque, matorral, chaparral, etc.) de los elementos del estrato inferior
(suelo, herbáceas, etc.)?, es decir solo se toma en cuenta el árbol para reforestar y
no se incluye el resto, olvidando que son parte del mismo ecosistema; ahí se explota
la ganadería de todo tipo y no hay programas que eviten la desertificación, dejando
esas acciones a otras dependencias, que tampoco hacen nada por manejarlo sus-
tentablemente (Figura 3 izquierda).
En la carretera San Roberto-Galeana, una vez que se llega al bosque de piñonero,
empieza la destrucción del bosque y los demás tipos de vegetación, incluyendo el
suelo. Continuemos culpando al calentamiento global de la alteración de nuestros
ecosistemas y de la migración de nuestra gente del campo (Figura 3 derecha).

649
Figura 3. Desertificación en Galeana, Nuevo León.

En el Valle de Navidad, Municipio de Galeana, antes de los años de 1950, se desarro-


llaron infinidad de proyectos que abarcaron grandes superficies, en las cercanías de
San Rafael, San Roberto, Providencia, El Potosí, Tokio, Raíces y otros; al final vino el
fracaso, debido a que no se previó o no se utilizaron técnicas adecuadas que consi-
deraran la calidad de los suelos, mismos que contenían un alto porcentaje de yeso;
no obstante se disponía de suficiente agua de riego para los cultivos. Hoy solo queda
la infraestructura, como la que se presenta en la foto superior; pero lo más triste
es observar como la ganadería, que por muchos años se había sostenido del zacate
yesoso, (Bouteloua chasei) desapareció, debido a la desertificación que se provocó.
En la actualidad, el pastizal apenas está regresando y esporádicamente se observan
hatos de borregos.
Por otro lado, nuevamente se registra la invasión de plantas indeseables, como el
coyonoxtle (Opuntia imbricata), que es un problema dentro del pastizal. Obsérvese
la desertificación en el Ejido El Tokio, Galeana (Figura 4 izquierda).
Después del ejido Tokio, entre San Roberto y la Primavera, se localiza un bosque
de palma samandoca (Yucca carnerosana) y nuevamente aparece la desertificación
(Figura 4 derecha); ¿Cómo podemos tener una ganadería próspera, si jamás prepa-
ramos a los campesinos para utilizar sustentablemente los pastizales?.

Figura 4. Desertificación en el municipio de Galeana, Nuevo León.

650
Siguiendo la carretera, rumbo a Galeana, nos encontramos un estanque para captar
agua de lluvia, y otra vez no se quiere entender que en estos ecosistemas, el agua
de lluvia se infiltra en ese tipo de suelo y casi nunca se capta el agua, salvo que se
destruya el suelo y la vegetación (Figura 5 izquierda). Por favor, ¡No más programas
de este tipo en estos ecosistemas!.
En el municipio de Galeana y otros, se puede encontrar la planta conocida como
Cortadillo (Cortaderia selloana), los campesinos por mucho tiempo lo han explotado
para beneficiarse (Figura 5 derecha). Dejemos de querer cambiar la actividad de los
campesinos, queriéndoles establecer ocurrencias como gallineros y otros que han
fracasado. Ayúdenlos con proyectos que ellos saben hacer y dejémonos de inventos
que solo traen la destrucción de sus ecosistemas. Si son recolectores de plantas
nativas, ayudémosles a manejarlas y explotarlas sustentablemente; si se dedican a
la explotación ganadera, programemos eso, pero estemos pendientes de darles el
seguimiento correcto para que sea sustentable; si ellos viven de la explotación de los
bosques, capacitémoslos con las técnicas adecuadas para que ese sea su sustento
permanente.

Figura 5. Izquierda, Malas prácticas de manejo y conservación de suelos. Derecha, aprovechamiento


del Cortadillo en Galeana, Nuevo León.

En el sur de Nuevo León, entre La Escondida y Dr. Arroyo, hay varios tipos de vege-
tación, uno de éstos son pastizales de zacatón alcalino (Sporobolus airoides). Se ha
cometido el error de manejarlos sin bases técnicas (Figura 6 izquierda), inclusive se
han agregado especies introducidas, como el Atriplex nummularia, con el consiguiente
fracaso (Figura 6 derecha). La desertificación es evidente, y la invasión de plantas
indeseables nos indica que es necesario integrar un programa de restauración, prime-
ro, y posteriormente estructurar un verdadero programa de manejo, para explotarlo
sustentablemente.

651
Figura 6. Manejo incorrecto de la vegetación nativa y el efecto de la introducción de especies.

En el Ejido El Jarro, Municipio de Dr. Arroyo, N.L., se observa una obra donde se des-
montó el terreno para un proyecto agrícola; quien la diseñó ni siquiera supo trazar las
melgas, y la bordería solo sirvió para que el agua tomara la pendiente y no cumpliera
su objetivo de conservar la humedad, además de arrastrar el suelo, sustento de la
vida (Figura 7 izquierda).
En Dr. Arroyo hace muchos años los programas de gobierno desaparecieron gran-
des extensiones de mezquitales con arbustos y pastos forrajeros, con el propósito
de incrementar la producción mediante el establecimiento de zacate buffel y solo
dejaron destrucción de plantas nativas, que mantenían una ganadería próspera. El
zacate buffel, jamás prosperó (Figura 7 derecha).

Figura 7. Manejo incorrecto del suelo y vegetación nativa, y el efecto de la introducción de especies.

En las cercanías de Dr. Arroyo, se localizan una cantidad importante de lomeríos y


planicies que están muy desertificados (Figura 8 izquierda), sobre todo, el estrato
inferior, que son pastizales y que han desaparecido junto con el suelo que lo ali-
mentaba, y que retenía el agua de lluvia. Al no haber alimento para el ganado, este
ha desaparecido y solo sobreviven aquellos que tienen la habilidad de ramonear las
plantas que son indicadoras de disturbio.

652
La mayoría de lomeríos que se localizan entre Dr. Arroyo, N.L. y Matehuala, S.L.P.,
presentan una pérdida de suelo y vegetación productiva para flora, fauna y produc-
tores del campo, de tal manera que cada uno de estos grupos, están migrando hacia
donde puedan existir. Obsérvese la evidencia de esta realidad (Figura 8 derecha).

Figura 7. Desertificación en lomeríos del municipio de Dr. Arroyo, Nuevo León.

En el Ejido Acuña, se presenta la misma destrucción en el estrato inferior. La pobla-


ción de sotol padillo (Dasylirion longisimum), es la mejor alternativa para un proyecto
productivo (Figura 8 izquierda).
El Ejido Capaderito, Municipio de Dr. Arroyo, N.L. al igual que todos los ejidos del
sur del estado, presenta áreas improductivas a causa de la desertificación (Figura 8
derecha); aquí se muestra el lugar donde hace muchos años se realizó un proyecto
de restauración, en un área donde el suelo ya había desaparecido, se trazaron bor-
dos rompiendo el caliche. Han transcurrido los años y no he tenido oportunidad de
regresar.

Figura 8. Izquierda, población de sotol en el ejido Acuña. Derecha, desertificación en el ejido Capa-
derito, Dr. Arroyo, N. L.

Pobre Dr. Arroyo., autoridades, técnicos e instituciones educativas han diseñado


proyectos productivos que en principio resolvieron un problema económico para los

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campesinos, pero al no darle seguimiento permanentemente y con los cambios sexe-
nales de autoridades, donde se acostumbra reinventar a México cada seis años, llega
el afán de suponer que lo que el anterior hizo no sirve, se abandonan los proyectos
anteriores y se diseñan otras ocurrencias para sobresalir políticamente.
En El Ejido Tanquecillo, podemos encontrar infraestructura abandonada y des-
trucción del tipo de vegetación que existía y que alimentaba una ganadería que hoy
hace falta (Figura 9 izquierda). Terrible desertificación, al fondo el matorral de mez-
quite donde se puede encontrar, costilla de vaca (Atriplex canescens), zacate alcalino
(Sporobolus airoides) y muchas especies forrajeras que ya no existen en el lugar; que
se desertificó o bien ha empezado a trabajar la sucesión vegetal y está regresando
las especies que antes estuvieron (Figura 9 derecha).

Figura 9. Desertificación en el ejido Tanquecillo, Dr. Arroyo, N. L.

La Figura 10 izquierda muestra un sitio entre Matehuala y Cedral, son llanuras con
yeso, donde hace mucho tiempo se diseñaron cultivos agrícolas y al no tener éxito
fueron abandonadas y el pastizal ha estado regresando, con el tiempo, sin la ayuda
del hombre.
En la Figura 10 derecha, se muestran lomeríos y sierras bajas que han sido sobre-
pastoreados y esto ha dado lugar a muchas plantas indeseables principalmente la
tullidora o coyotillo (Karwinskia humboldtiana), planta tóxica difícil de erradicar.

Figura 10. Desertificación por malas prácticas de manejo de los recursos naturales e invasión de
especies no deseadas.

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La desertificación en el sur de Nuevo León está en el último grado, el suelo ya ha
desaparecido junto con la vegetación original y fue sustituida por plantas indeseables,
años atrás fueron pastizales muy productivos, aquí hace muchos años se intentó res-
catar lo perdido y se hizo un trabajo de bordos a nivel; no tenemos idea cuantos años
tardará en formarse el suelo y que regrese el pastizal. Esto se localiza en terrenos del
ejido Capaderito municipio de Dr. Arroyo (Figura 11 izquierda).
Hace décadas en el ejido la Victoria del municipio de Aramberri, se hizo un gran
esfuerzo para convertir una superficie de más de 100 ha de gobernadora en praderas
forrajeras de Costilla de vaca (Atriplex canescens). Con el cambio de Gobierno, se
perdió el seguimiento al proyecto y se introdujo todo tipo de ganado a pastorear, sin
respetar los coeficientes de agostadero adecuados y rápidamente desaparecieron
las especies forrajeras (Figura 11 derecha). La gran experiencia que obtuvimos, es
que al no darle seguimiento a este tipo de proyecto seguirá pasando lo mismo.

Figura 11. Desertificación en los municipios de Dr. Arroyo y Aramberri, Nuevo León.

En el ejido Margaritas, municipio de Galeana, se puede observar una invasión muy


fuerte de nopal, aquí hay que verlo, como un problema de desertificación, ya que hay
lugares que ni ganado ni el hombre puede transitar. Este es un caso de invasión de
plantas indeseables, el mezquite es una planta considerada como deseable (Figura
12 izquierda).
En otro sitio cercano a los Medina, municipio de Galeana, con suelo yesoso, se
observa la desaparición de el estrato inferior donde dominaba el pastizal (Figura 12
derecha), aquí el sotol es la planta dominante junto con la palma samandoca (Yucca
carnerosana).

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Figura 12. Izquierda, invasión de nopal y desertificación en el ejido Las Margaritas, Galeana. N. L. Derecha,
desaparición del estrato inferior en una comunidad de sotol y palma samandoca en Galeana, N. L.

La desertificación en el ejido la Chiripa, Municipio de Dr. Arroyo, donde también ha


desaparecido uno de los pastizales nativos más productivos para alimento de gana-
do, las especies invasoras ya se han apoderado del poco suelo que queda (Figura
13 izquierda).
Antes de llegar a Galeana se localizan vestigios de un bosque de pino (Pinus sp)
en suelo yesoso, el cual se destruyó para convertirlo en agrícola. Hoy se encuentra
abandonado, ya que siendo su vocación forestal, al cambiarlo, vino la desertificación.
Obsérvense los bordos, que jamás debieron construirse (Figura 13 derecha).
La mayoría de las áreas desertificadas, que se encuentran en los Valles Circun-
dados por bosques de piñonero (Pinus cembroides), están deforestadas (sobrepas-
toreados), por esta razón el estado de Nuevo León debe implementar su programa
de restauración de los recursos naturales ¿Cómo quieren que los ejidos produzcan si
prácticamente han desaparecido?

Figura 13. Izquierda, desertificación en el ejido La Chiripa, Dr. Arroyo, N.L. Derecha, destrucción de un
bosque de Pino en Galeana, N.L., para convertirlo en área agrícola y posteriormente desertificación.

Obsérvese en la Figura 14 izquierda, la desertificación de una parte del ejido Francisco


Villa donde el pastizal ha desaparecido. Como explicarse que teniendo una Facultad

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de Agronomía en la Universidad Autónoma de Nuevo León, donde hay técnicos re-
conocidos en el manejo de pastizales, el Gobierno no los aproveche para restaurar
los pastizales destruidos?.
En el camino de Galeana a la Concepción (La Chona) pasa lo mismo, los pastizales
destruidos, también ahí se necesita la restauración, sin olvidar que solo son ejemplos
del mal manejo de los ecosistemas al explotarlos (Figura 14 derecha).

Figura 14. Desertificación en el estado de Nuevo León.

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De la lechuguilla a las biopelículas vegetales,
de Marco Antonio Alvarado Vázquez, Alejandra
Rocha Estrada y Sergio Moreno Limón. Termi-
nó de imprimirse en diciembre de 2010. En su
composición se utilizaron los tipos Calibri de 8,
9, 11, 13, 14, 20 y 22. El cuidado de la edición
estuvo a cargo de Nohemí Zavala. Formato
interior y diseño de portada de Claudio Tamez
Garza. El tiraje de esta edición consta de 1000
ejemplares.

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