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EDITORES
ISBN: 978-607-433-548-4
Medio físico 13
Aspectos sociodemográficos 29
BIOTECNOLOGÍA VEGETAL
Flora nativa con uso forrajero en la cuenca Palo Blanco, Nuevo León, México 503
PLANTAS Y AMBIENTE
CONCLUSIONES
E
s ampliamente reconocida la gran cantidad de beneficios, materias primas y
productos que obtenemos de las plantas. Este uso y aprovechamiento de los
recursos vegetales es tan antiguo como la misma humanidad y es tan grande
nuestra dependencia de los productos vegetales que difícilmente pasa un día sin que
utilicemos o consumamos algún producto vegetal.
El presente trabajo pretende recoger, organizar y sintetizar el conocimiento
que existe sobre las plantas útiles del estado de Nuevo León. En el estado de Nuevo
León, con una flora de poco más de 3000 especies, existen varios cientos de especies
aprovechadas para usos tan diversos como son: alimenticio, medicinal, ceremonial,
industrial, forrajero, ornamental y biotecnológico, entre otros.
Es importante mencionar, que esta obra no pretende ser definitiva sobre el tema;
hay aún mucha información por ser rescatada y documentada, además de aspectos
de las plantas útiles no cubiertos en el presente libro por la extensión del mismo.
Sea más bien este libro, una semilla que esperamos llegue a tierra fértil y germine en
estudiantes, investigadores y público en general, despertando su interés por la flora
útil del estado y su aprovechamiento.
En este mismo sentido, hay que destacar la necesidad de proyectos e investi-
gación sobre aspectos etnobotánicos que rescate conocimientos y tradiciones de
las comunidades rurales de nuestra región. Así mismo, son también necesarios
los trabajos encaminados a la búsqueda de nuevos productos, usos y aplicacio-
nes de la flora regional, que vengan a resolver problemas a nivel local, regional
o nacional.
El presente libro está organizado en ocho apartados, el primero de ellos presen-
ta una caracterización del medio natural y socioeconómico del estado, incluyendo
una síntesis de la flora silvestre del estado. En la segunda sección se hace una breve
revisión de las plantas de uso directo por el hombre e incluye, plantas alimenticias,
medicinales, tóxicas y de uso ceremonial.
La tercera sección hace énfasis en las plantas con potencial agroindustrial y
combustible, incluyendo plantas maderables, plantas productoras de leña y carbón,
plantas productoras de fibras, plantas productoras de ceras, gomas y resinas; plantas
productoras de pigmentos y especies con potencial aprovechamiento como biocom-
bustibles. En la cuarta y quinta sección se documenta la actividad biológica de las
plantas y las aplicaciones biotecnológicas respectivamente.
La sección plantas de importancia pecuaria, aborda los temas de plantas tóxicas al
ganado, plantas forrajeras y su calidad nutricional, así como gramíneas de importancia
pecuaria. En la sección siete se aborda la relación de las plantas con el ambiente y se
describen las plantas nativas de importancia ornamental y aquellas especies con uso
potencial en fitorremediación. Finalmente, la sección ocho presenta dos trabajos, el
primero de ellos nos muestra a manera de síntesis un listado de las plantas útiles
reconocidas para el estado, así como los usos y aplicaciones de las mismas; en tanto
que el segundo trabajo es una reflexión del Ing. José Ángel de la Cruz Campa respecto
a la desertificación y el deterioro de los ecosistemas en el estado de Nuevo León.
Los editores
CARACTERIZACIÓN NATURAL Y
SOCIOECONÓMICA DEL ESTADO
MEDIO FÍSICO
Rocha-Estrada A*, Alvarado-Vázquez MA
Laboratorio de Anatomía y Fisiología Vegetal, Departamento de Botánica, Facultad de
Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de Nuevo León, Ave. Pedro de Alba s/n, Ciudad
Universitaria, C.P. 66451, San Nicolás de los Garza, N.L. México
* alejandra.rochaes@uanl.edu.mx
Introducción
E
l estado de Nuevo León está localizado en el noreste de la República Mexi-
cana; se ubica entre los paralelos 23°11’ y 27°49’ de latitud norte, y entre los
0°42’16” al oriente y 2°5’5” al poniente del meridiano que pasa por la cruz este
de la Catedral de México, o sea los 98°26’ y 101°14’ de longitud oeste del Meridiano
de Greenwich. Colinda al norte con el estado de Coahuila, los Estados Unidos de
América —en la angosta zona fronteriza del municipio de Colombia—, y con el estado
de Tamaulipas; hacia el oeste limita con Coahuila, San Luis Potosí y Zacatecas. Al sur
comparte todo su límite oriental con San Luis Potosí y Tamaulipas.
Nuevo León tiene la forma de un polígono irregular y alargado, su superficie es de
64, 555 km2 ocupando el 3.3% del territorio mexicano. Mide 509 km de norte a sur.
Su parte más ancha mide 269 km, siendo ésta muy irregular. Por su extensión ocupa
el décimo tercer lugar en el país.
Con respecto a su fisiografía, se distinguen 3 regiones o provincias fisiográficas
principales: la de la Sierra Madre Oriental y la Llanura Costera del Golfo Norte, que por
su complejidad y diversidad morfológica se subdividen, ambas, en subprovincias, y la
de la Gran Llanura de Norteamérica (Tabla 1).
Sierra Madre Oriental. Esta zona cruza el estado de sureste al noroeste, con
algunas secciones que pueden considerarse islas geográficas, como es el caso de la
Sierra Picachos y la Sierra Papagayos. Está compuesta de terrenos muy accidentados
que forman pliegues paralelos y que alcanzan un promedio de 2,000 msnm. Es en
esta provincia donde se localizan los picos más altos, entre los cuales están el Cerro El
Potosí, La Ascensión y San Antonio Peña Nevada, todos con cerca de 4,000 msnm.
Llanura Costera del Golfo. Ocupa la porción norte, noreste y centro del estado,
se presentan elevaciones desde los 50 a los 250 msnm, su topografía es, de forma
general, plana, a excepción de algunos cerros y lomeríos de poca altitud. Es en esta
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zona donde se localizan los principales ríos del estado, los cuales fluyen hacia el este
en dirección al Golfo de México. Geológicamente hablando esta región se constituye
por sedimentos de la era Cenozoica del periodo Terciario.
Gran Llanura de Norteamérica. Esta provincia se extiende de norte a sur, desde
las provincias políticas canadienses de Alberta y Saskatchewan hasta el norte de
México, en Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Sus límites en el poniente, con las
montañas Rocallosas, y en México, con la Sierra Madre Oriental, van de norte a sur de
los 115 a los 105° de longitud oeste y los orientales (con la provincia estadounidense,
con los bajos centrales y con la Llanura Costera del Golfo Norte en Estados Unidos y
México) de los 100 a los 105°. En sus bordes occidentales alcanza altitudes superio-
res a los 1000 msnm y en los orientales cercanos a los 500, por lo que su territorio
está claramente inclinado de oeste a este. La característica más destacada de esta
provincia es la presencia de amplias llanuras, muy planas y cubiertas de vegetación
pradera. De las subprovincias que integran esta provincia, sólo una queda dentro
del territorio mexicano, la subprovincia de las Llanuras de Coahuila y Nuevo León. En
esta subprovincia se localizan los municipios de Los Aldama, Anáhuac, China, Doctor
Coss, General Bravo, General Treviño, Los Herrera, Melchor Ocampo, Parás, Vallecillo,
y parte de los de Agualeguas, Cerralvo, General Terán, Lampazos de Naranjo y Los
Ramones.
% de la
Provincia Subprovincia superficie
estatal
14
Geología
Sedimentaria 67.83
Metamórfica 0.7
Suelo 31.17
Hidrología
a.- No. 24 Río Bravo-Conchos: se ubica en el norte, centro y oriente del estado.
Los principales ríos son el San Juan, el Santa Catarina, el Ramos, el Pilón, el
Pesquería, el Salinas, el Sosa, el Salado, el Álamo y el Candela. En la cuenca
del río Bravo-Sosa (3,582.108 km2 , destaca el río Sosa que nace en la Sierra
Picachos. Afluente de este río son los arroyos Reyes, Arias y San Jerónimo, los
cuales se unen en una sola corriente cerca del municipio de General Treviño
para después unirse con el río Álamo, situado en el kilómetro ocho de la carre-
tera ciudad Mier-General Treviño. Tiene como subcuencas el arroyo Saladito,
río Sosa y río Álamo.
b.- No. 25 San Fernando-Soto La Marina: se ubica en el centro y oriente del estado.
Los principales ríos son: Blanco, Conchos, Potosí, San Lorenzo y Pablillo.
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c.- No. 26 Pánuco: se ubica al sur del estado. El principal afluente es el arroyo San
Pablo.
d.- No. 37 El Salado: la región hidrológica El Salado comprende, dentro del estado
de Nuevo León, parte de tres cuencas. La cuenca Sierra Madre Oriental con
una superficie dentro del estado de 8,510.144 km2, carece de corrientes de
importancia. Sus escurrimientos son superficiales y escasos, las corrientes
naturales de tipo permanente son mínimas, lo que hace de esta área una zona
desértica o semidesértica. Tiene las subcuencas de Santa Ana y San Rafael. La
cuenca Sierra Madre con 3,056.837 km2 de superficie, cuenta con corrientes
de corta duración. Tiene como subcuenca intermedia Doctor Arroyo. Y, por
último, la cuenca presa San José-Los Pilares, tiene una importancia mínima
dentro del estado de Nuevo León, ya que otros estados aprovechan al máximo
su suministro, Tiene como subcuenca la presa Los Pilares. El principal alma-
cenamiento de esta región es la presa El Carmen con 1,200.000 m3 irriga 120
hectáreas y beneficia a 80 familias. No obstante su aridez y la mala calidad
de los suelos, en el área de El Potosí, hacia el sur, en el municipio de Doctor
Arroyo, se han localizado buenos acuíferos en rocas calizas.
RH 24 Bravo-Conchos 61.82
Clima
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localidad de Raíces, municipio de Allende y de 225.8 mm en San José de la Popa, en
Mina, N.L. (Tabla 4).
Uso de suelo
Entre los usos de suelo, la superficie de agostadero es la más extensa del estado,
abarcando, fundamentalmente, los pastizales del centro y norte, y algunas zonas
de montaña, así como en las partes bajas de la Sierra Madre Oriental. Los zacates y
las especies arbustivas componen la vegetación natural dominante. El 2.33% de la
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superficie la componen las áreas urbanas, los cuerpos de agua, las vías de comuni-
cación, etc. (Tabla 5).
Edafología
Las unidades de suelo más sobresalientes en el estado son: el litosol, que se carac-
teriza por formar suelos de poca profundidad, mayormente en zonas montañosas;
el vertisol, que es un suelo arcilloso, pesado y muy compacto, siendo común en el
centro del estado: el xerosol, el más difundido en las regiones norte, oriental y sur,
asociándose a condiciones variadas de aridez (Tabla 6).
Cambisol 0.33
Castañozem 3.68
Feozem 2.03
Litosol 28.52
Luvisol 0.37
Regosol 9.03
Rendzina 7.74
18
Solonchak 0.62
Vertisol 9.86
Xerosol 35.65
Yermosol 1.46
Otros 0.71
Vegetación
19
Bosque
Bosque de pino
Bosque de Coníferas
20
generalmente entre 2 000 a 2 500 msnm en los municipios de Galeana, Iturbide, Aram-
berri y Zaragoza. Las especies que sobresalen dominando en el dosel arbóreo son pino
garabatillo Pinus greggii y pino negro Pinus hartwegii junto con el hallarín Pseudotsuga
rnenziesii y flahaulti oyamel Abies vejari, y cedro blanco Cupressus arizonica.
Hay otro tipo de bosque en áreas restringidas, formando manchones más o menos
puros en algunas pequeñas áreas, de bosques de cedro Cupressus spp se encuentra en
Iturbide, Galeana y Zaragoza. Los árboles no son corpulentos y alcanzan entre 10 y 15
m de altura, las especies características son cedros blancos Cupressus arizonica.
Otra comunidad es la de bosque de enebros Juniperus spp, que se asocia a los bosques
de pinos y encinos. Su forma de vida es arbórea o arbustiva según sean las condiciones
ambientales. Se sabe que estas especies de árboles prosperan en lugares de suelos ro-
cosos de calizas expuestas y baja humedad y su crecimiento es lento. Las especies más
comunes son enebros Juniperus monosperma y Juniperus flaccida. Se encuentra desde
Santa Catarina, San Pedro Garza García y Monterrey, hasta Iturbide y Galeana.
Bosque de pino–encino
Está integrado por bosques de especies de hoja ancha y en agujas, sobre áreas
templadas a subhúmedas en los municipios de Monterrey, Santiago, Allende, Mon-
temorelos, Rayones, Iturbide, Linares, Aramberri, Zaragoza, García, San Pedro Garza
García, Bustamante, Mina y Salinas Victoria. A pesar de la amplia gama de condiciones
climáticas en la región, la presencia de este tipo de bosque obedece más al factor
térmico que a la humedad. Este bosque se presenta entre una altitud de 550 a 900 m.
Dominan, principalmente, los encinos Quercus spp entre los que destacan el encino
de asta Q. rysophylla, el encino blanco Q. laeta, el encino roble Q. polymorpha y el
encino duraznillo Q. canbyi; y junto con los encinos y otras especies, destaca el pino
colorado Pinus teocote y el pino blanco Pinus pseudostrobus. Los árboles, en general,
no presentan grandes tallas en diámetro o en altura, siendo éstas de 10 a 30 cm y 10
a 14 m, respectivamente.
Bosque de encino
Este tipo de bosques forma parte de la comunidad forestal templada sobre el área
de la Sierra Madre Oriental; se pueden localizar en los municipios de Lampazos,
Sabinas, Villaldama, Hidalgo, Monterrey, San Pedro Garza García, Santiago, Allende,
Montemorelos, Rayones, Galeana, Iturbide, Linares, Aramberri y Zaragoza; desde áreas
con suelos delgados y rocosos, hasta en sitios de suelos profundos y bien drenados.
Fisonómicamente se componen de árboles y arbustos que van de 12 a 15m de altura,
dominando las especies del género Quercus. Los encinares están muy ligados ecológica
y florísticamente con los bosques mixtos y bosques de pinos. Las especies caracte-
rísticas son el encino de asta Q. rysophylla, el encino blanco Q. laeta, el encino roble
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Q. polymorpha, el encino memelito Q. laceyi, el encino duraznillo Q. canby, el encino
chaparro Q. pungens, el encino olivo Q. vaseyana y el encino enano Q. intricada.
Matorral submontano
Es una formación arbustiva y subarbórea muy rica en formas de vida. El vigor, la talla
y la distribución de las especies dominantes y co-dominantes dependen de la dispo-
nibilidad de agua en suelo y subsuelo. Las formas biológicas dominantes son arbustos
o árboles de 4 a 6 metros de alto, con hojas pequeñas, caducifolias y subespinosas. Se
ubican en los taludes inferiores de las montañas, de hecho, forman un extenso umbral
que separa los elementos del matorral desértico, de las planicies, y los bosques de
encino-pino existentes en los taludes superiores, de la Sierra Madre Oriental.
Aunque tiene variantes morfológicas y ecológicas, en términos generales, en este
matorral las especies más representativas son: barreta Helietta parvifolia, anacahuita
Cordia boissieri, frijolillo Sophora secundiflora, falso olivo Gochnatia hypoleuca, cor-
vagallina Neopringlea integrifolia, hoja dorada, Decatropis bicolor, escobilla Fraxinus
greggii, tenaza Pithecellobium pallens, cenizo Leucophyllum frutescens, chaparro prieto
Acacia rigidula, guajillo Acacia berlandieri, huizache Acacia farnesiana, hierba del
potro Caesalpinia mexicana, mezquite Prosopis glandulosa, chapote manzano Dyos-
piros virginiana, chapote prieto Dyospiros texana y palo verde Cercidium macrum. En
algunas áreas con hábitats protegidos con abundante humedad y suelos profundos,
podemos encontrar agrupaciones pequeñas de encino molino Quercus virginiana. El
matorral submontano se localiza en Santa Catarina, San Pedro Garza García, Mon-
terrey, Guadalupe, Santiago, Juárez, Cadereyta, Allende, Montemorelos Rayones,
Linares, Lampazos, Villaldama, Hidalgo, El Carmen, Abasolo, Marín e Higueras.
Las comunidades vegetales naturales del matorral espinoso y los mezquitales pre-
sentan variantes fisonómicas. Las especies pueden ser altas espinosas o medianas
subinermes, y representan las comunidades vegetales típicas de la región de La
Planicie Costera del Golfo. En condiciones de suelo y humedad favorables, los tallos
poseen fustes bien definidos y se presentan formas arbóreas de más de 6 metros
de altura, entre los que destacan, por abundancia y cobertura, el mezquite Prosopis
laevigata, el ébano Ebenopsis ebano, el chaparro prieto Acacia rigidula, el chaparro
amargoso Castela texana, el granjeno Celtis pallida, el palo verde Cercidium macrum,
la cruceta Randia laetevirens, la anacahuita Cordia boissieri, el cenizo Leucophyllum
frutescens, la guayacan Porlieria angustifolia, el tasajillo Opuntia leptocaulis, el nopal
Opuntia engelmannii, el colima Zanthoxylum fagara, y la coma Bumelia celastrina;
destacando la palma china Yucca filifera hasta de 10 metros de altura. En el estrato
herbáceo destaca el lupino Lupinus texensis.
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Este tipo de vegetación se localiza en los municipios de Anáhuac, Lampazos de
Naranjo, Sabinas Hidalgo, Vallecillo, Parás, Agualeguas, GraI. Treviño, Dr. Coss, Gral.
Bravo, Los Ramones, China, Gral. Terán, Cerralvo, Salinas Victoria, Ciénaga de Flores,
Higueras, El Carmen, Abasolo, Salinas Victoria, Los Herreras, Hualahuises, Montemo-
relos, Cadereyta, Allende, Monterrey, Linares, San Nicolás de los Garza, Guadalupe,
Juárez, Apodaca, Zuazua, Marín y Rayones.
Matorral desértico
Son característicos de los climas áridos y semiáridos del Estado. Su distribución irre-
gular obedece, principalmente, al patrón de humedad disponible en el suelo. Este
factor es otra condicionante que influye en la localización y desarrollo de las especies
del matorral desértico. Los suelos de textura arenosa a limo-arenosa y arcillosa, que
tienen la capacidad de retener humedad, sustentan comunidades densas y cerradas;
mientras que los suelos pedregosos, que retienen poco agua, presentan comunida-
des vegetales pobres y muy abiertas. Podemos mencionar dos tipos de matorrales
desérticos dominantes en Nuevo León.
Matorral desértico rosetófilo. Esta comunidad se presenta sobre flancos monta-
ñosos y taludes de varias elevaciones, en los cuales existen afloramientos rocosos o
suelos esqueléticos de litosoles. Se localizan en los municipios de Galeana, Rayones,
Dr. Arroyo, Aramberri, Zaragoza, Mier y Noriega, García, Santa Catarina, Abasolo, El
Carmen, Mina, Lampazos, Bustamante, Salinas Victoria, Villaldama, Higueras, Marín,
Dr. González, Cerralvo y Escobedo. Los elementos más conspicuos presentan hojas
suculentas agrupadas en rosetas, algunas con espinas terminales o mucrones.
Las especies más comunes son sotoles Dasylirion texanurn, guapilla Hechtia
glomerata, agritos Berberis trifoliolata, lechuguilla Agave lechuguilla, espadín Agave
striata, amole de Castilla Agave bracteosa, candelilla Euphorbia antisyphilitica, tasa-
jillo Opuntia leptocaulis, pitaya de mayo Echinocereus enneacanthus, nopal cegador
Opuntia rnicrodasys, biznaga de dulce Echinocactus platyacanthus, biznaga colorada
Ferocactus pilosus y nopales Opuntia spp.
Matorral desértico micrófilo. Este tipo de vegetación se caracteriza par la domi-
nancia de especies tipo arbustivo, con hojas o foliolos pequeños y a menudo olorosos,
Se encuentran abundantes cactáceas de tallos esféricos o planos; asimismo, plantas
tipo palma china o palma ixtlera se localizan abundantemente en terrenos planos o
en abanicos aluviales de lomas o cerros en el Altiplano, en los municipios de Mier y
Noriega, Dr. Arroyo, Galeana, Mina, Bustamante, García, Anáhuac y Santa Catarina.
Las especies características son gobernadora Larrea tridentata, hojasén Flourensia
cernua, mariola Partheniurn incanurn, albarda Fouquieria splendens, afinador Morto-
nia greggii guayule Partheniurn argentatum, comida de víbora Ephedra aspera, vara
resinosa Viguiera stenoloba, chaparro prieto Acacia rigidula, chaparro amargoso
Castela texana, guajillo Acacia berlandieri, granjeno Celtis pallida, mezquite Prosopis
glandulosa, mimbre Chilopsis linearis, biznaga burra Echinocactus platyacanthus, pal-
23
ma china Yucca filifera, palma samandoca Yucca carnerosana, nopal cegador Opuntia
rnicrodasys, coyonoztle O. imbricata, nopal rastrero O. rastrera, tasajillo O. leptocaulis
y zacatón alcalino Sporobolus airoides.
Pastizales
Recursos naturales
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Los yacimientos de minerales metálicos que se trabajan se encuentran en la lo-
calidad de Mamulique, donde se explota el zinc, y en la localidad de La Iguana donde
se trabaja eventualmente una mina de plomo y zinc.
En el cerro de las Mitras, en el cerro El Topo en el cañón de la Huasteca y cerca
de las grutas de García se llevan a cabo las explotaciones más grandes de caliza,
misma que se utiliza en la industria del vidrio; también, pequeños mineros explotan
la fosforita y la barita en el municipio de Galeana, los cuales tienen como mercado a
San Luis Potosí y a PEMEX.
El yeso se explota en algunas localidades de los municipios de García, Hidalgo y Mina;
y se expende a la industria de la construcción en el área conurbada de Monterrey.
En la porción nororiental del estado existen yacimientos de hidrocarburos; PEMEX
tiene en producción numerosos pozos que están intercalados con los gasoductos que
llevan el hidrocarburo a las refinerías del norte. También existe un yacimiento de ura-
nio que URAMEX está explorando. En los valles son explotadas por algunas compañías
privadas grava y arena, las cuales son utilizadas en la industria de la construcción y
en la fabricación de tabicón.
En la Llanura Costera del Golfo Norte se encuentran algunos bosques de encino,
encino-pino y pino en los sitios más altos. La extracción de los recursos maderables
en esta región con fines comerciales tiene limitaciones fuertes, no obstante éstas
son leves para la tala; aun así, el destino de lo obtenido es para consumo local.
25
Figura 1. Tipos de vegetación en Nuevo León
26
Referencias bibliográficas
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Presentación digital 1998. Aguascalientes, México.
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Rzedowski J. 1981. Vegetación de México. Primera edición. Editorial Limusa S.A. de C.V., Grupo Noriega
editores: México D.F., 432 pp.
27
ASPECTOS SOCIODEMOGRÁFICOS
Moreno-Limón S
Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de Nuevo
León, Ave. Pedro de Alba s/n, Ciudad Universitaria, C.P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo
León, México 6651.
sergio.morenolm@uanl.edu.mx
Introducción
E
l estado de Nuevo León cuenta con una superficie de 64,555 km2, que repre-
senta un 3.29% del territorio nacional. Políticamente está dividido en 51 mu-
nicipios y 5,762 localidades. Con una ubicación geográfica privilegiada, Nuevo
León ofrece cercanía con Texas y está a pocos kilómetros de las costas del Golfo de
México. Cuenta con una excelente red de vías de comunicación que incluye autopistas,
carreteras pavimentadas de primer orden, ferrocarril y aeropuertos, que le permiten
comunicarse con el resto del país y con los Estados Unidos, lo cual ha jugado un papel
importante en el desarrollo industrial y económico del estado.
Respecto a las carreteras, el estado cuenta con poco más de 1,611 kilómetros
de carreteras troncales federales con pavimento y 3,028 kilómetros de carreteras
alimentadoras estatales. La comunicación interestatal se da por: la carretera troncal
México-Nuevo Laredo, que conecta con Linares, Montemorelos, Allende, Monterrey
y Sabinas Hidalgo; la que va de Matamoros a Mazatlán; la de Monterrey a Castaños y
Monclova; y la de Monterrey a Anáhuac y Nuevo Laredo. Por otra parte, las carreteras
que conectan a Nuevo León con el resto del país son: Monterrey-México (Carretera
Nacional); Monterrey-México (carretera central vía San Luis Potosí); Monterrey-
Mazatlán, Sinaloa; Monterrey-Matamoros, Tamaulipas; Monterrey-Piedras Negras,
Coahuila (vía Monclova); Monterrey-Nuevo Laredo, Tamaulipas; Monterrey-Colombia,
Nuevo León; y Monterrey-Matehuala, San Luis Potosí (vía Linares y Galeana, Nuevo
León).
29
Tráfico de pasajeros 2008.
30
parte de su área metropolitana cuentan con el metro ligero que se caracteriza por ser
un moderno sistema de transporte que en gran medida ha solucionado el problema
de transporte urbano.
La longitud de vías férreas para carga y pasajeros es de 1,096 km. El ferrocarril,
cuyos antecedentes datan de 1881, ha comunicado al estado con todo el país. Las
vías México-Nuevo Laredo, Monterrey-Matamoros, Monterrey-Tampico y Monterrey-
Torreón, además de tocar importantes ciudades de la República, enlazan en Nuevo
León a diversas poblaciones como García, Santa Catarina, Monterrey, San Nicolás,
Salinas Victoria, Villaldama, Lampazos y Anáhuac, la primera; Apodaca, Pesquería,
Ramones, Doctor Coss y Los Herreras, la segunda; Cadereyta, Montemorelos, Linares,
la tercera; y Abasolo, Hidalgo y Mina, la cuarta.
Respecto a las comunicaciones, el estado de Nuevo León, particularmente en
Monterrey y su área metropolitana, cuenta con sucursales de correo, telégrafo,
teléfono, así como redes de Internet, recurso que hoy en día es altamente necesario
en industrias, agencias de viajes, hoteles e instituciones de educación. Operan en
la entidad estaciones de radio de amplitud modulada (AM) y frecuencia modulada
(FM), estaciones gubernamentales, televisoras y prensa de circulación nacional e
internacional.
La infraestructura que ha permitido el desarrollo económico del estado está con-
formada principalmente por el cruce fronterizo, escuelas técnicas, tres de las mejores
universidades de Latinoamérica, 57 parques industriales, carreteras, aeropuertos,
buen suministro de gas, electricidad y agua reciclada para la industria.
31
Estructura poblacional
por edad y sexo.
Fuente: INEGI. Conteo
de población y vivienda
2005.
4,199,292
3,834,141
4,500,000
3,550,114
3,098,736
4,000,000
2,513,044
3,500,000
Población total del
estado de Nuevo León 3,000,000
1,694,689
541,147
1,500,000
Población y Vivienda,
1995 y 2005. 1,000,000
500,000
0
1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 1995 2000 2005
A través de los registros oficiales se puede apreciar que de 1930 al 2005 la población
en el estado presenta un incremento continúo y permanente, siendo durante la dé-
cada de 1970 a 1980 cuando se presentó un mayor crecimiento hasta de poco más
de 800,000 habitantes.
A partir de 1950, década en que aumentó notablemente el desarrollo industrial
en el área metropolitana de Monterrey, integrada ésta por los municipios de General
Escobedo, Santa Catarina, San Pedro Garza García, San Nicolás de los Garza, Apoda-
ca, Guadalupe y la propia ciudad de Monterrey, se incrementó al mismo tiempo la
cantidad de inmigrantes provenientes, principalmente, de San Luis Potosí, Coahuila,
Tamaulipas, Zacatecas, Durango, Guanajuato y el Distrito Federal. Esto trajo consigo
una serie de problemas para el estado mismo, como la concentración de núcleos de
población en forma irregular, que sobrepasó la capacidad de las autoridades estatal,
federal y municipal para satisfacer los servicios básicos de agua, drenaje, energía
eléctrica, salud, recreación y educación.
32
La densidad poblacional en la entidad es de 60 habitantes por km2, cifra superior al
promedio nacional que es de 50 habitantes por km2, distribuyéndose de la siguiente
manera:
El 84.5% (3, 546,939) de la población del estado se concentra en ocho municipios
que conforman el área metropolitana y que en orden de contribución poblacional
son: Monterrey, Guadalupe, San Nicolás de los Garza, Apodaca, General Escobedo,
Santa Catarina, Juárez, y San Pedro Garza García. Cabe destacar que la Ciudad de
Monterrey es la tercera más grande del país.
En un segundo grupo de municipios cuyos rangos de población van de más de 30 000
y menos de 100 000 habitantes, se concentra en 9.3% (392,444) de la población del
estado incluyéndose en este grupo a los municipios de Sabinas Hidalgo, Doctor Arroyo,
Santiago, Galeana, García, Montemorelos, Linares y Cadereyta Jiménez.
Un tercer grupo de municipios con un rango poblacional de más de 5,000 y menos
de 30,000 habitantes, comprende el 5.3% (220,611) de la población de Nuevo León,
incluyéndose aquí los municipios de Mina, General Bravo, Marín, General Zaragoza,
Los Ramones, Hualahuises, General Zuazua, Carmen, Mier y Noriega, Cerralvo, China,
Pesquería, General Terán, Ciénega de Flores, Aramberri, Hidalgo, Anáhuac, Salinas
Victoria y Allende.
Finalmente el 0.9% (39,298) de los habitantes se concentran en los municipios
cuyos rangos de población van de 950 a menos de 5,000 habitantes, tales como Parás,
Melchor Ocampo, Higueras, General Treviño, Doctor Coss, Los Aldamas, Vallecillo,
Los Herreras, Rayones, Abasolo, Doctor González, Bustamante, Iturbide, Agualeguas,
Villaldama y Lampazos de Naranjo.
Como podemos observar, la población en la entidad muestra una distribución
agregada irregularmente, ya que la población urbana se concentra en unas cuantas
ciudades que conforman el área metropolitana, permaneciendo la dispersión de los
asentamientos humanos en áreas rurales. El 94% de la población del estado vive en
áreas urbanas con más de 2,500 habitantes.
Vivienda
El crecimiento urbano del área metropolitana del estado de Nuevo León ha manteni-
do un ritmo constante y actualmente podemos observar cómo las áreas verdes que
rodean el área metropolitana poco a poco han ido desapareciendo al ser tapizadas
por conjuntos habitacionales, industriales o comerciales. Del mismo modo se puede
observar cómo algunas fábricas y plantas Industriales que en un tiempo se ubicaban
fuera de la mancha urbana poco a poco han sido rodeadas por viviendas y estable-
cimientos comerciales.
El desarrollo urbano se ha dado de una manera improvisada debido a la afluen-
cia continua de inmigrantes en busca de mejores oportunidades económicas. Ante
esta situación se han generado planos reguladores para la ordenación urbanística,
incluyendo dentro de sus directrices el respeto a las amplias avenidas de tráfico rá-
pido y los circuitos funcionales que circunvalan el área metropolitana, procurando
33
el establecimiento de zonas suburbanas alejadas de las áreas industriales y de los
centros comerciales y administrativos. Por otra parte las viviendas de interés social se
construyen en la periferia. Para este propósito se han creado organismos estatales y
gubernamentales, FOMERREY (Fomento Metropolitano de Monterrey) y PROVILEON
(Promotora de la Vivienda de Nuevo León).
De acuerdo a información publicada por el INFONAVIT, el estado de Nuevo León
encabeza la lista de créditos otorgados para la adquisición de vivienda, y es la entidad
con la menor cartera vencida al respecto.
En este sentido, el total de viviendas en el estado asciende a 1, 228,288, de las
cuales, 1, 227,916 son particulares y solamente 372 colectivas. Respecto a las vivien-
das particulares 1, 014,042 son habitadas, 156,652 deshabitadas y 57,222 de uso
temporal.
Del total de viviendas particulares habitadas en el estado la mayor proporción
corresponde a Casa independiente (934,016), seguida por los Departamentos en
edificio (26,616), Vivienda o cuarto en vecindad (16,767), Vivienda o cuarto de azotea
(1,297), Local no construido para habitación (1,568), Vivienda móvil (60), Refugios
(59) y No especificado (33,659). Los ocupantes totales de las viviendas particulares
ascienden a 4, 184,688 de los cuales 2, 080,498 son hombres y 2, 104,190 mujeres.
Respecto a la disponibilidad de servicios, el 95.05% (945,767) de las viviendas par-
ticulares habitadas con características de vivienda fija (994,983) dispone de drenaje,
3.65% (36,274) no dispone de este servicio y el 1.30% no especificó. La disponibilidad
de drenaje es mediante conexión a la red pública en el 92.66% de las viviendas.
Por otra parte la disponibilidad de energía eléctrica en las viviendas es del 98.14%
(976,487), la no disponibilidad es de 0.67% (6,694) y el 1.19% (11,802) no especificó
si contaba o no con este servicio. Del mismo modo, respecto a la disponibilidad de
servicio sanitario en las viviendas particulares habitadas se registran porcentajes muy
altos, siendo del 96.99% (965,016), mientras que las que no disponen de este servicio
son el 2.05% (20,435); y el 0.96% (9,532) no especificó.
El material de construcción predominante en las viviendas es tabique y block,
mientras que en los pisos de las viviendas predomina el cemento firme: 484,462
(48.69%), seguido por el de madera, mosaico u otros materiales: 478,142 (48.05%); sin
embargo en la entidad todavía existen viviendas con piso de tierra: 23,049 (2.31%).
La disponibilidad de bienes en las viviendas es otro de los indicadores de bienestar
de la población. En este sentido, en el 97.70% de las viviendas de la entidad se dispone
de televisión, refrigerador, lavadora, computadora.
Educación
34
cuenta con una amplia infraestructura instalada a nivel educativo que, considerando
tanto instituciones con reconocimiento de validez oficial, como algunas escuelas
privadas, dicha infraestructura asciende a poco más de 160 de educación inicial,
2,550 de nivel preescolar, 2,574 primarias, 785 secundarias, 278 preparatorias y 51
instituciones de nivel superior. Es importante destacar que en el nivel superior la
entidad cuenta con planteles de gran antigüedad, tradición y arraigo como la Uni-
versidad Autónoma de Nuevo León (UANL) constituida en 1933 y vuelta a fundar en
1943, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) creado
en 1943 y decretado como universidad libre, que cuenta con diversos campus en di-
ferentes entidades del país, la Universidad Regiomontana (UR) fundada en 1967 y la
Universidad de Monterrey (UDEM). Otras instituciones de educación superior son: la
Universidad del Norte (UN), el Centro de Estudios Universitarios (CEU), la Universidad
Mexicana del Noreste (UMN), el Instituto Tecnológico Regional de Nuevo León (ITRNL),
la Universidad de Montemorelos (UM), el Instituto Superior de Cultura y Arte (ISCA),
impartiendo en todas ellas diferentes carreras a nivel de licenciatura, especialidades,
maestrías y doctorados.
En la entidad se dispone también de una alta red de más de 300 bibliotecas
públicas y privadas; la Biblioteca Universitaria Alfonso Reyes “Capilla Alfonsina”, la
Lic. Raúl Rangel Frías “Magna Universitaria” de la UANL, la Fray Servando Teresa de
Mier estatal, la Felipe Guerra Castro, la Benjamín Franklin y la del Magisterio, por
mencionar algunas. Además en cada una de las cabeceras municipales se cuenta con
al menos una biblioteca pública.
En las instalaciones educativas de la entidad se promueve el uso de tecnologías y
técnicas de enseñanza para fomentar la creatividad, la independencia y la participa-
ción individual y grupal, mismas que permiten crear ciudadanos desenvueltos y pro-
ductivos. En este sentido, las secundarias, secundarias técnicas y las telesecundarias
cuentan con porcentajes superiores a la media nacional en cuanto a computadoras
instaladas; asimismo, las secundarias que cuentan con Internet representan el 20.9%,
mientras que a nivel nacional es de 11.3%. Además en la entidad existen 1,320 pri-
marias que impartes clases de inglés.
Por otra parte, el personal académico de las escuelas secundarias públicas presenta
una constante capacitación y equipamiento acorde a las necesidades estudiantiles.
97.5
93.3
10 0
84.2
90
75.5
80
Porcentaje de maestros (%)
70
60
38.3
38.9
50
30.3
40
24.7
Porcentaje de maes-
19.6
20.5
19.1
30
14.7
tros en secundarias 20
públicas comparados 10
con los datos a nivel 0
NL País
35
El desarrollo educacional y capacitación en obreros y ejecutivos de las diferentes
empresas también está contemplado, por lo que existen varios organismos locales
encargados de impartir cursos sobre ventas, comunicación, prevención de accidentes,
producción y administración, entre otros aspectos.
La población de seis años y más en la entidad es de 3, 633,166 habitantes, que
representan el 86.51% de la población total. De esta población el 95.59% (3, 472,814)
sabe leer y escribir, mientras que el 3.97% (144,132) no, y el 0.45% (16,220) no espe-
cificó. De la población que sabe leer y escribir, el 49.70% (1, 725,935) son hombres y
el 50.30% (1, 746,879) mujeres.
La población de Nuevo León se caracteriza por presentar un alto nivel educativo,
ya que el promedio de escolaridad de la población de 15 años y más (2, 935,240) se
ha incrementado significativamente. En el 2000 fue de 8.8 mientras que en el 2005
fue de 9.5 superado sólo por el 10.2 registrado por la población del Distrito Federal,
ambos son superiores al 8.1 del promedio Nacional. Esto equivale a que la población
mayor de 15 años tiene en promedio educación de primer año de preparatoria.
En relación a esto, en la entidad se tiene que de cada 100 personas mayores de 15
años, 3 no tienen estudios, 9 estudiaron algo de primaria, 15 terminaron primaria,
4 estudiaron algo de secundaria, 28 terminaron la secundaria, 9 estudiaron algo de
preparatoria, 13 terminaron la preparatoria, 6 estudiaron algo de profesional, 12
terminaron profesional y 1 tiene algún posgrado.
Por otra parte, los indicadores de educación en los últimos 15 años han cam-
biado denotando un incremento en ésta. Por un lado la población con estudios de
posprimaria, que incluye a la población que tiene algún grado aprobado en estudios
técnicos o comerciales con primaria terminada, secundaría, educación media supe-
rior o superior, ha pasado de 57.1% en 1990 a 69.6% en el 2005. En contraparte, los
indicadores que de cierta manera señalan un retraso educacional han disminuido; la
población sin instrucción primaria pasó de 6.4% en 1990 a 3.1% en el 2005; además
la población con primaria incompleta pasó de 16.5% a 9.2% en el mismo periodo.
75 69.6
70 65.5
65
60 57.1
55
Porcentaje (%)
50
45
40
35
30
25 19 16.9 15
20
15 16.5
10 6.4 12
5 4.2 9.2
3.1
0
1990 2000 2005
Años
Porcentajes de la Población de 15 y más años por nivel de instrucción en 1990, 2000 y 2005.
36
La población de 18 años y más con estudios superiores fue de 535,538, que represen-
tan el 19.75% de este segmento de la población. Técnicos, 27,722 (5.18%); Profesional,
475,900 (88.86%); Maestría, 28,385 (5.30%); y Doctorado 3,531 (0.66%).
Salud
Para la atención a la salud y a la asistencia social, se puede señalar que la entidad goza
de un buen estatus en este sentido, ya que se dispone de una gran infraestructura
para todas las clases sociales. En el sector público podemos mencionar al Instituto
Mexicano del Seguro Social (lMSS), los servicios de Cruz Roja y Cruz Verde, el Insti-
tuto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado de Nuevo León
(lSSSTELEON), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del
Estado (lSSSTE), la Secretaría de Salud Estatal de Salud (SES), hospitales como el Metro-
politano, Infantil de Monterrey, clínicas y maternidades. En el sector privado destacan
clínicas y hospitales como el hospital Muguerza, la Clínica Hospital Oca, el Hospital
San Vicente, la Clínica Alfa, entre muchos más con excelentes instalaciones.
Además, el sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) cuenta con al-
bergues y centros de desarrollo comunitario municipales para proporcionar servicios
asistenciales a niños, jóvenes y ancianos.
De acuerdo a cifras obtenidas en el II Conteo de Población y Vivienda 2005, realiza-
do por el INEGI, la población total con derechohabiencia a servicios de salud ascendió
a 2, 904,194, que representa el 69.16% de la población total y que es atendida por
el Seguro Social, el ISSSTE o algún otro seguro público; en contraparte el 28.08% y
el 2.76% no son derechohabientes o no especificaron contar con este servicio y son
atendidos por la Secretaría de Salud Estatal.
1500000
1200000
900000
600000 125 472
233 620
104 529 54 408
300000 24 027
0
PEMEX, Seguro institución otra
IMSS ISSSTE SEDENA Popular privada institución
o SEMAR
Tipo de Institución
37
Las principales causas de muerte son las enfermedades del corazón, el cáncer y la
diabetes, al igual que en el resto del país. Sin embargo en Nuevo León son un poco más
comunes las muertes por enfermedades del corazón, cáncer y enfermedades cerebro
vasculares, y menos comunes las provocadas por diabetes, enfermedades del hígado
o problemas en el periodo perinatal (poco antes y poco después de nacer).
Economía
En el área económica se puede considerar que Nuevo León es uno de los estados más
desarrollados de la República Mexicana ya que posee una creciente infraestructura
productiva que lo coloca en un alto nivel competitivo en lo nacional e internacional.
La actividad económica en la entidad está comprendida en 137,019 Unidades Eco-
nómicas que se distribuyen en los sectores primario (agricultura, silvicultura, caza y
pesca), secundario (industria y construcción) y terciario (comercio, servicios, gobierno
y organismos internacionales).
La actividad industrial en el estado, y particularmente la industria de la trans-
formación, es muy importante, pues ocupa uno de los primeros lugares del país. La
mayor parte de la producción se concentra en el área metropolitana de la ciudad de
Monterrey. Las principales industrias son: siderúrgica, fabricación de maquinaria,
artículos metálicos, automotriz, productos químicos, celulosa y papel, vidrio, barro,
loza, cerámica, textil, cemento, eléctrica, electrónica, curtiduría y productos de
hule, cigarros, calzado, cerveza, aceites, jabones, productos lácteos, empacadoras
de frutas, legumbres y carnes, entre otros. El sector industrial está compuesto por
gran cantidad de grupos industriales con base en Monterrey, entre los que destacan:
Cementos Mexicanos, Vitro, Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma, Pulsar, y otras, las
cuales tienen plantas en diversas zonas del país. Además se han establecido com-
pañías extranjeras como ABB, Elcoteq, Mitsubishi, Alcoa-Fujikura, General Electric,
Phelps Dodge, BASF, John Deere, Pioneer, Caterpillar, Johnson & Johnson, Siemens,
Celestica, LG Electronics, Toyota Tsuho, Danfoss, Mercedez Benz y Unión Carbide.
La industria ofrece una gran variedad de alternativas. Una de ellas es la industria
cervecera, que nació en la década de los treinta. En la actualidad, la industria de esta
bebida controla 16 marcas ampliamente conocidas en el mercado mexicano. La cerveza
es una de las bebidas alcohólicas mas consumidas en nuestro país y ocupa el tercer
lugar en las exportaciones del estado. Su producción relaciona a 47 de las 74 ramas
industriales de todo el país. En su conjunto, la industria tiene 92 centros de cultivo de
cebada. Entre otras cosas la actividad genera 90 mil empleos directos, consume al año
2.6 millones de envases de vidrio y de lata, además de otras tantas toneladas de papel,
posicionando el producto en miles de centros de distribución que dan empleo indirecto
a unas 800 mil personas. La cerveza mexicana tiene una importante penetración en
los mercados de otras partes del mundo y una marca mexicana es el primer lugar en
ventas en Estados Unidos, llegándose a vender en hasta ocho dólares americanos.
Cadereyta Jiménez es una ciudad metalúrgica donde la producción de aceros es
una de las principales fuentes económicas para sus habitantes y para aquellos que
38
comercian con estos materiales. También tiene algunos yacimientos petroleros y con
una refinería de baja escala, los cuales le han ayudado a despuntar.
En lo que respecta al comercio, Monterrey, que a finales del siglo XVII empezó a
convertirse en cuarto distribuidor de mercancías extranjeras, y que en la Guerra de
Sesesión norteamericana tuvo su mayor auge, sufrió un estancamiento en la década
de los ochenta, al grado que los capitales formados en esa actividad se orientaron
a la industria. No obstante, el comercio siguió su crecimiento y modernización. Sus
principales ramas son artículos y servicios de uso personal, artículos para el hogar y
uso comercial, bienes raíces, alimentos y bebidas, productos y equipos para la salud,
construcción y transporte.
70.0
60.0
Participación (%)
50.0
40.0
Porcentaje
de población 30.0
ocupada de 20.0
14 años y más 10.0
por Sector 0.0
de Actividad 1998 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007
Económica
Años
1998-2004.
ENOE, 2007.
Primario Secundario Terciario No especificado
39
900 000
800 000
700 000
Personal Ocupado
600 000
500 000
400 000
Población
300 000
Ocupada
de 14 años 200 000
y más por 100 000
Rama de 0
Actividad 1998 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007
Económica.
Años
1998 a 2007.
Actividades agropecuarias Industria Construcción
Comercio Servicios Gobierno
No especificado
800,000
700,000
600,000
500,000
400,000
300,000
200,000
100,000
Personal 0
ocupado por
o
s
es
s
s
os
tamaño de la
ña
rn
na
tro
nd
icr
ie
ue
ia
empresa
ob
ra
M
ed
q
G
Pe
G
M
40
Respecto al nivel de ingreso, el 75.7% de la población ocupada recibe más de 2
salarios mínimos, por lo que los trabajadores del área metropolitana de Monterrey
Nuevo León están recibiendo más de $100.00 diarios, ya que de acuerdo con la Comi-
sión Nacional de Salarios Mínimos a partir del 1 de enero del 2008 el salario mínimo
es de $50.96 pesos en el Área Metropolitana, mientras que en el resto del estado,
éste es de $49.50 pesos.
No especificado 7.0
El Producto Interno Bruto (PIB) durante el 2007 fue de 830,668 millones de pesos a
precios corrientes, cifra que representa un 7.73% del Producto Nacional y que es supe-
rado solamente por el 17.47% que aporta el Distrito Federal y el 8.92% de México.
1000000
750000
Millones de pesos
500000
250000
Crecimiento del
PIB del 2003 al 0
2007 en la entidad. 2003 2004 2005 2006 2007
Años
Cerca del 70% de la contribución del PIB a la economía de la entidad en el 2007, estuvo
dada principalmente por las actividades desarrolladas en cinco de los sectores econó-
41
micos que, en orden de importancia, fueron: la Industria manufacturera con 219, 112
millones de pesos (26.38%), seguida del Comercio, que aporta 129, 202 millones (14.35%),
la Construcción con 89, 137 millones (10.73%), los Servicios inmobiliarios y de alquiler
de bienes muebles e intangibles con 78, 250 millones (9.42%) y Transportes, correos y
almacenamiento con 66, 658 millones (8.02%).
42
Naranja. Nuevo León ocupa el cuarto lugar nacional en la producción de naranja, al
aportar en 8% del volumen de este cultivo en el país. En la producción estatal este cultivo
representa el 8% del volumen total y 14% del valor total. El rendimiento promedio oscila
en 13t/ha. Los municipios con producción de este cultivo son Montemorelos, General
Terán, Cadereyta Jiménez, Linares, Allende y Santiago.
Papa. Nuevo León se distingue a nivel nacional como el sexto productor de papa más
importante del país, aportando el 8% del volumen de la producción de México. En la
producción estatal este cultivo representa el 3% del volumen total y el 24% del valor
total. El rendimiento promedio oscila en 33t/ha. Los municipios que producen este
cultivo son Galeana y Aramberri.
Sorgo forrajero. Nuevo León ocupa el cuarto lugar nacional en la producción de sorgo
forrajero, al aportar el 9% del volumen de este cultivo en el país. En la producción
estatal este cultivo representa el 12% del volumen total y 4% del valor total. El ren-
dimiento promedio oscila en 19t/ha. Este cultivo se presenta en la mayoría de los
municipios del centro norte de Nuevo León, destacando por su producción General
Terán, Montemorelos y Linares.
Sorgo grano. Nuevo León ocupa el noveno lugar nacional en la producción de sorgo gra-
no, al aportar el 1% del volumen de este cultivo en el país. En la producción estatal este
cultivo representa el 2% del volumen total y 5% del valor total. El rendimiento promedio
estatal oscila en 3t/ha. Este cultivo se presenta en los municipios ubicados al este del
estado, destacando por su producción Pesquería, Los Ramones y General Terán.
Trigo grano. Nuevo León es el noveno productor de trigo grano en el país, con el 2%
de la producción nacional. En la producción estatal este cultivo representa el 2% del
volumen total y 5% del valor total. El rendimiento promedio oscila en 2t/ha. Desta-
43
can por su volumen de producción los municipios de General Terán, Los Ramones y
Pesquería.
Los productos agrícolas más extendidos en el estado son los cítricos, principalmente
la naranja, cultivada en Montemorelos, Linares, Hualahuises, General Terán, Allende,
Santiago y Cadereyta; además, se planta maíz, sorgo, frijol, trigo, alfalfa, cebada y papa;
entre otros frutales cabe citar el aguacate, la manzana y el perón.
Los cítricos representan el frutal más importante en México por su superficie, la cual
es superior a las 460 mil hectáreas, con casi 25 millones de jornales al año. En Nuevo
León (región centro) reviste también gran importancia, ya que existen 32 mil hectá-
reas establecidas y una generación de jornales de más de 2 millones al año. La región
citrícola del noreste de México se encuentra ubicada al pie de la Sierra Madre Oriental
desde la parte sur del área metropolitana de Monterrey hasta el límite sur de la sierra
de Tamaulipas. Existen más de 200,000 has. agrícolas, y la mitad de dicha superficie es
ocupada por el cultivo de maíz bajo condiciones de temporal. En esta región se observa
una tendencia de reducción de la producción maicera, un estatismo en la producción
de naranja y una gran expansión del cultivo del sorgo y de la cría de bovinos.
44
pios del norte se concentran las praderas. Las principales especies que se producen
en la entidad son: bovinos, porcinos, ovinos y caprinos.
En esta entidad también se realiza la cría de otras especies como porcinos, prin-
cipalmente en los municipios alejados del área metropolitana. Esta producción de
porcinos asciende a 26, 444 vientres. Los municipios que reportan una producción
mayor a los 1 000 vientres son, en orden de aportación, Cadereyta (8,240), Dr.
González (3,328), General Zuazua (2,715), Allende (2,009), Salinas Victoria (1,897),
Montemorelos (1,558), Pesquería (1,150) y Ciénega de Flores (1,000).
El inventario de aves reproductoras asciende a 370,560 aves, distribuidas en seis
municipios: Galeana (240,000), Dr. González (79,000), Allende (22,260), Montemo-
relos (14,300), Linares (13,000) y Pesquería (2,000). Además existen en la entidad 95
granjas de engorda de pollo distribuidas en 25 municipios con una población total
de 10, 248,621, de los cuales, Salinas Victoria, Marín y Pesquería presentan la mayor
cantidad de granjas
Existen también 89 granjas de aves de postura comercial con una producción
actual de 5, 558,376. Éstas se concentran en 10 municipios destacando Allende,
Montemorelos, Mina y Cadereyta Jiménez.
Recreación y cultura
El estado de Nuevo León cuenta con gran cantidad de sitios recreativos y culturales
a través de sus diferentes municipios.
En el municipio de Abasolo, en el Templo de la Advocación de Nuestra Señora de
Guadalupe, se presume con orgullo un óleo del siglo XVIII de la Virgen de Guadalupe
de José C. Alcívar, quien fuera discípulo de Miguel Cabrera.
En Aramberri, municipio ubicado al sur de Nuevo León, conocido también como
“El Paraíso del Sur”, se pueden encontrar atractivos naturales y pinturas rupestres
en áreas de descanso en las riberas del Río Blanco.
Grutas de Bustamante,
Nuevo León. (Gobierno
de Nuevo León).
General Zaragoza, ubicado al sur del estado de Nuevo León, tiene una historia
que se remonta al siglo XVII, con las visitas de los frailes españoles. Su clima es ideal
para tomar vacaciones en verano o cualquier época del año. La famosa caída de agua
conocida como El Salto, es el atractivo principal de este lugar que atrae a cientos de
turistas nacionales y extranjeros.
Linares cuenta con otra ciudad de la entidad con atractivo turístico, la Ciudad de
Linares, fundada en 1712. Se localiza en la parte sureste del estado. Es uno de los
municipios más característicos de Nuevo León por su producción de dulces de leche
y por las historias de magos y brujos que la hacen una ciudad llena de misticismo y
46
magia. La ciudad se erige entre edificios públicos y religiosos con una arquitectura
sobria pero con un aire único en la zona. En esta urbe siempre hay mucho por hacer
y por ver, ya sea en alguna de sus fiestas tradicionales o en alguno de sus múltiples
espacios para la recreación.
Mina, el municipio de Mina ha sido popular por los seguidores del fidencismo,
se ubica en la localidad de Espinazo, donde el Niño Fidencio hacía milagrosas cura-
ciones en los años 30. Sus tierras son prodigiosas y guardan los vestigios de miles de
petroglifos de antiguas civilizaciones indígenas. Los hallazgos de fósiles de mamut le
dieron un nuevo auge al Municipio, con la creación del museo Bernabé de las Casas
que recibe cada semana a cientos de visitantes.
47
En lo que fue una de las fundidoras de Monterrey, edificada en 1900, se encuentra
un parque público que intenta emular con un sello propio y definido, un concepto que
engloba descanso, deporte, entretenimiento, actividades de formación, exposiciones
comerciales y empresariales, arte y cultura. El Parque Fundidora se encuentra asen-
tado en lo que fuera el primer alto horno de América Latina. Una de sus chimeneas
se conserva intacta y es apreciada como una pieza de arqueología industrial.
La zona alberga a la filmoteca de Nuevo León, una sala con capacidad para espectácu-
los multimedia, una pinacoteca con dos salas de exhibición, un espacio para talleres
infantiles y un teatro con 350 butacas.
El complejo cuenta con lugares para descanso y recreación, como los dos ojos
de agua, el Lago Aceración, un imponente estanque de 2.5 hectáreas, y el Raje, una
obra que data de 1950, producto de la búsqueda de los manantiales necesarios para
mantener la industria del acero.
La ciudad ofrece múltiples opciones de paseo, como las rutas turísticas del Barrio
Antiguo, el Callejón Cultural y una amplia gama de servicios de ecoturismo y turismo
de aventura. Ésta es una palpitante comunidad llena de importantes negocios así
como de espectáculos y vida nocturna.
En la entidad, la carne es el platillo principal en la dieta de los nuevoleoneses, y
los cortes propios de la región, son un orgullo de la ganadería de esta localidad, como
la arrachera, o la carne asada. A diferencia del centro del país, las salsas tienen un
toque más suave, están aderezadas con cominos y chiles secos no tan picantes que
buscan ser un complemento importante. La tortilla tradicional es la de harina con
la que se crean enormes sabanas que sirven de preámbulo para preparar deliciosos
burritos con frijoles, carne y queso.
El conjunto cuenta con varios hoteles, los cuales representan afamadas firmas de
hospedaje que se caracterizan por ofrecer los mejores servicios: Internet inalámbri-
co, gimnasios, albercas, bares, restaurantes y centros de negocios, para resolver las
necesidades de los inversionistas que visitan la ciudad.
48
Estos hoteles tienen, además, la ventaja de situarse muy cerca del centro de
convenciones de la localidad, lo que da un valor agregado a este tipo de estancias.
El corredor turístico de la ciudad de Monterrey cuenta con un buen número de
servicios de hospedaje para todos los bolsillos y las necesidades del viajero de negocios
o de placer.
49
Para las personas que gustan del turismo de aventura y la escalada en roca, la lo-
calidad ofrece otro atractivo llamado Potrero Chico, un parque recreativo en el que
es posible practicar el ascenso a las formaciones rocosas bajo normas de seguridad
muy bien establecidas.
Santiago es considerado como el nuevo desarrollo urbano preferido por los neo-
leoneses. Para los visitantes el fin de semana es obligado a visitar el pueblo, con sus
restaurantes típicos y de comida internacional, los balnearios y comprar artesanías
de la región. La Presa de la Boca, la Cola de Caballo y otros sitios son visitados todos
los días por turistas extranjeros y mexicanos.
Referencias bibliográficas
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desarrollo agropecuario de Nuevo León, Mexico.
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Oficina Estatal de Información para el Desarrollo Rural Sustentable (OEIDRUS). Producción Agrícola y
Pecuaria. Disponible en: http://www.oeidrus-nl.gob.mx/oeidrus/index.php
50
FLORA SILVESTRE DE NUEVO LEÓN
Resumen
H
asta el año 2008 el estado de Nuevo León contaba con un listado florístico
que data de 1965 en el que tan sólo se enlistaban cerca de 1,500 especies
de plantas vasculares, mientras que hoy en día la cifra oficial de especies de
plantas vasculares rebasa las 3,100, con estimaciones que podrían llegar a más de
3,350 especies. Asimismo, existen datos e información referente a la flora del estado,
que abarcan un periodo que sobrepasa ya un siglo. Mucha de esta información se
encuentra depositada en tesis de licenciatura o postgrado de las Facultades de Ciencias
Biológicas y Ciencias Forestales de la Universidad Autónoma de Nuevo León. El presen-
te trabajo plantea un resumen actualizado de dicha información mediante la revisión
bibliográfica y el uso de bases de datos de la Comisión Nacional para el Conocimiento
y Uso de la Biodiversidad en donde se compila la información curatorial de ejemplares
de flora conservados en 35 instituciones nacionales e internacionales. Se obtiene así
un nuevo panorama florístico para el estado. La flora vascular de Nuevo León está
integrada por 159 familias, 1,034 géneros, 3,181 especies y 109 taxa infraespecíficos.
Para el grupo de los helechos se registran 9 familias, 38 géneros, 134 especies y 2 taxa
infraespecíficos; en las Pinophyta se presentan 4 familias, 11 géneros y 41 especies.
En el grupo de las plantas con flor se registran para las Liliopsida (monocotiledóneas)
19 familias, 180 géneros, 562 especies y 18 taxa infraespecíficos. Por ultimo, el grupo
magnoliopsida (dicotiledóneas) incluye 126 familias, 805 géneros, 2,444 especies y 89
taxa infraespecíficos. Las familias con mayor diversidad son: Asteraceae (148 géneros
y 481 especies), Poaceae (97 géneros y 301 especies), Fabaceae (76 géneros y 258
especies), Cactaceae (37 géneros y 139 especies) y Euphorbiaceae (15 géneros y 85
especies); por otra parte, los 10 géneros con mayor número de especies son Euphorbia
(Euphorbiaceae / 58 especies), Salvia (Lamiaceae / 38 especies), Quercus (Fagaceae
/ 37 especies), Dalea (Fabaceae / 29 especies), Ageratina (Asteraceae / 28 especies),
51
Senecio (Asteraceae / 27 especies), Coryphantha (Cactaceae / 24 especies), Muhlen-
bergia (Poaceae / 23 especies), Mammillaria (Fabaceae / 21 especies) y Eragrostis
de la familia Poaceae con 18 especies. La flora de Nuevo León es una aportación
importante al conocimiento florístico de México, la cual en conjunto con la flora de
los estados de Coahuila y Texas permitirá la toma de decisiones fundamentadas en lo
respectivo al manejo y conservación de los recursos naturales. Se prevé un incremento
en el número de especies presentes, el cual se estima superará las 3,000 conforme se
estudien en detalle regiones hasta ahora poco colectadas y se haga énfasis en cada
una de las familias que integran la flora.
Introducción
Material y método
Resultados
53
ración utilizando comunidades de matorral submontano en el municipio de Santiago,
enfatizando las diferencias entre una comunidad clímax, una de cinco años y una de
cinco meses de edad; encontrándose en la comunidad clímax 51 especies distribuidas
en 25 familias y 49 géneros, mientras que la comunidad de cinco años de edad presentó
16 familias, 33 géneros y 37 especies; por último fueron encontradas 18 familias, 36
géneros y 38 especies en la comunidad de cinco meses de edad (Melgoza-Castillo,
1977). Un trabajo en el municipio de Anáhuac, en tres ejidos distintos, describe tres
comunidades vegetales e incluye un listado florístico de especies con 28 familias
con 71 géneros y 72 especies, teniendo a las leguminosas, gramíneas y cactáceas
como las familias con mayor número de especies (García-Alanís, 1982). Al utilizar
procesos de percepción remota y verificación de campo se analiza la vegetación del
río Cabezones-Conchos en el municipio de Linares, dando como resultado un listado
florístico con 126 especies, 100 géneros y 46 familias (Cavazos-Camacho, 1997). Un
estudio sobre las especies de cactáceas presentes en el matorral de Pinus catarinae
en los municipios de Santa Catarina y García, muestran un total de 48 especies de
flora y 21 familias, entre las que destacan 22 especies de cactáceas distribuidas en
11 géneros (Velazco-Macías, 1999). Por su parte, Silva-Rodríguez (2007) llevó a cabo
un estudio sobre la composición florística, estructura de la vegetación y algunos pa-
rámetros ecológicos de los mezquitales del centro y norte del estado registrándose
193 especies, 151 géneros y 51 familias.
54
con 323 especies en 171 géneros y 65 familias (Treviño-Garza, 1984). En el municipio
de Santiago se realizó un estudio para el desarrollo de estrategias para la conserva-
ción de la diversidad florística, encontrándose 10 tipos de vegetación entre los que
destacan el matorral de coníferas integrado por Pinus culminicola y bosque mesófilo
de montaña; se registran además 375 especies en 260 géneros y 89 familias (Váldez-
Támez, 2002). Por último, para el municipio de Cadereyta Jiménez, se caracterizan
cinco tipos diferentes de vegetación y se localiza un relicto de bosque de Pinus teocote
en una localidad del municipio; además se genera cartografía digital para observar la
distribución espacial de los tipos de vegetación (Villalón-Moreno, 2003).
55
por el número de especies son: Cactaceae (32 spp), Asteraceae (20 spp), Poaceae (16
spp) y Euphorbiaceae (9 spp) (Carmona-Lara, 2008). Por otro lado, en este mismo
estudio se reportan para otra Área Natural Protegida estatal denominada “Sierra El
Fraile y San Miguel”, un total de 175 especies, 119 géneros y 42 familias, siendo las
que presentan mayor número de especies: Cactaceae (42 spp), Asteraceae (19 spp),
Poaceae (15 spp) y Euphorbiaceae y Mimosaceae (9 spp). Sin embargo, para el ANP
“Sierra Corral de los Bandidos” se han reportado una menor cantidad de especies
para la familia Cactaceae, 24 en total, incluidas en 13 géneros (Ortíz-Llanas, 2008).
En esta misma ANP se realizó un estudio para conocer los polinizadores de cinco
especies de la familia cactaceae: Echinocereus stramineus, Neolloydia conoidea,
Opuntia engelmannii, Stenocactus multicostatus y Thelocactus rinconensis (Ramírez-
Freire, 2008). En otros estudios tenemos que se llevó a cabo un importante trabajo
acerca del estado de conservación de las comunidades de mezquital en el estado de
Nuevo León (273,890 ha), el cual incluyó además aspectos de caracterización de las
comunidades de mezquital y descripción de la flora asociada, encontrándose una
diversidad florística constituida por 302 especies distribuidas en 199 géneros y 59
familias, además taxa infraespecíficos representados por 28 variedades y dos híbridos
(Foroughbakhch et al., 2007; Guzmán Lucio, 2009).
Pteridofitas
56
de Estados Unidos de América, se reportan para Nuevo León 121 especies y 10 va-
riedades en 34 géneros (Mickel y Smith, 2004). Por su parte, Monroy-Lazcano (2009),
llevó a cabo un estudio acerca de los helechos y grupos afines de la vertiente norte
de la Sierra de Picachos, Nuevo León, México, reportando 12 especies de helechos
pertenecientes a siete géneros y dos familias, además de tres especies de Selaginella
(un género, una familia).
Gimnospermas
La riqueza de la familia Pinaceae, así como del género Pinus, ha sido estudiada de
manera extensa para Nuevo León y México (Martínez, 1948 y 1963; Perry, 1991;
Farjon, 1996; Farjon y Styles, 1997). De manera más puntual, tenemos que se realiza
un análisis taxonómico y de distribución de las coníferas del estado de Nuevo León.
Dicho estudio arroja un total de 42 especies y categorías subespecíficas incluidas en
siete géneros: Cupressus, Juniperus, Abies, Picea, Pinus, Pseudotsuga y Taxus, este
último corresponde al primer registro para el estado (Capó-Arteaga, 1972). Se efectúa
un estudio intensivo sobre la distribución del género Pinus en el noreste de México
en donde se colectan ejemplares de las especies encontradas en cada localidad. Esta
investigación generó una base de datos utilizada para elaborar mapas de distribución
del género en el noreste de México (Favela-Lara, 2008). De manera más específica se
realiza un trabajo sobre la autoecología del pino piñonero (Pinus cembroides Zucc.)
dentro del estado, dando importancia a esta especie por ser de interés comercial
debido al consumo de sus semillas para alimento (Flores-Olvera, 1983).
Liliopsida
57
ssp salmiana (Lozano-Rodríguez, 2006); dentro de esta misma familia podemos
mencionar también la obra monográfica del género Agave “Agaves de Norteamérica
Continental” en donde se realiza una extensa revisión de las especies presentes en
el territorio nacional, así como de Estados Unidos de América y la región de Centro-
américa (Gentry, 1982).
Magnoliopsida
Siendo este el grupo de plantas vasculares con mayor diversidad, los estudios especí-
ficos de grupos particulares se han enfocado a sólo unas cuantas familias, por ejemplo
para la familia Fagaceae (encinos), se realiza un trabajo taxonómico y de distribución
sobre el género Quercus en cinco municipios del sur del estado (Linares, Iturbide,
Galeana, Aramberri y General Zaragoza), encontrándose 31 especies, tres formas y
un híbrido en 28 localidades estudiadas (Banda-Silva, 1974).
Un grupo que ha recibido especial atención es el de las Leguminosas (familia Fa-
baceae). Para el municipio de Linares se registran 105 especies y 14 variedades en 50
géneros y tres subfamilias en un total de 53 sitios de muestreo. Nuevos registros para
el estado y para México son encontrados durante el desarrollo de esta investigación
(Estrada-Castillón,1987); asimismo para 21 municipios del centro del estado se regis-
tran 168 especies, 65 géneros y 36 taxa infraespecíficos, siendo los géneros con mayor
número de especies Acacia (14), Senna (13), Desmodium (11spp), Dalea (10), Phaseolus
(7), Mimosa (6) y Crotalaria (5), la mayor diversidad de especies se presentó en los bos-
ques de encino con 85 especies y la menor diversidad se registró en el matorral xerófito
con 36 especies (Estrada-Castillón et al., 2004); mientras que para 20 municipios del
norte de Nuevo León se registran 38 géneros, 94 especies y 26 taxa infraespecíficos,
siendo los géneros con más especies, Acacia con 12, Dalea con 10, Mimosa con seis
y Senna con cinco (Estrada-Castillón, 2005). Un estudio enfocado al uso de la familia
como recurso natural se desarrolló en el matorral espinoso tamaulipeco del noreste
de México, encontrándose 27 géneros, 68 especies y 16 taxa infraespecíficos, de las
cuales 31 especies se registran con algún uso para el hombre (Morales-Arroyo, 2006).
Otra familia que ha recibido particular interés son las cactáceas, las cuales han
sido estudiadas de forma extensa sentándose como antecedentes importantes las
diversas monografías para la familia en todo el continente y, en particular, en México y
Nuevo León (Britton y Rose, 1919-1923; Gold, 1969; Bravo-Hollis, 1978; Benson, 1982;
Bravo-Hollis y Sánchez-Mejorada, 1991; Glass, 1998; Anderson, 2001; Guzmán et al.,
2007). Existen trabajos más puntuales o específicos para esta familia, por ejemplo
en los municipios de Mina (Elizondo-Elizondo, 1979), García (Sauceda-Méndez, 1985)
y Doctor Arroyo (Hernández-Valencia, 1981), en donde se analizan los usos tradicio-
nales y distribución de las especies de cactáceas en dichos municipios; se realiza un
estudio sobre la distribución de la familia en el matorral espinoso tamaulipeco en donde
se incluye la porción norte de Nuevo León, encontrándose 19 géneros y 42 especies
(Meneses-Casanova, 2005). Se registran un total de 32 géneros y 139 especies, sin
58
tomar en cuenta las categorías infraespecíficas. Nuevo León cuenta con el 60% de
los 53 géneros presentes en México, la mayoría pertenecientes a la tribu Cactae, tres
de ellos endémicos al estado (Aztekium, Geohintonia y Digitostigma), se consideran
nueve especies endémicas al estado y 41 especies (29%) están dentro de la NOM-059
-SEMARNAT-2001 (Velazco-Macías y Alanís-Flores, 2002); por otro lado, se reportan
para el estado 33 géneros, 134 especies y 66 taxa infraespecíficos para esta familia
(González-Botello, 2004).
Entre las familias que han recibido menor atención están las Malvaceas, respecto a las
cuales se registran nueve géneros y 13 especies para el centro del estado (Valadéz-Cerda,
1988). Para la familia Asteraceae se realiza una contribución al conocimiento de las
especies de dicha familia en cinco municipios del Área Metropolitana de Monterrey,
identificándose 49 especies en nueve tribus; se reconoce además que la mayoría de
estos taxa son considerados malezas (Torres-Cepeda, 1978). En una revisión de la
familia Nymphaeaceae se encuentran dos géneros (Nuphar y Nymphaea) y cuatro
especies (Nuphar advena, Nymphaea ampla, N. elegans y N. mexicana) restringidas
en hábitats acuáticos en el norte y centro del estado (Velazco-Macías et al., 2008)
A través de los años se han descrito numerosas especies de flora para el estado de
Nuevo León, se menciona que son 72 especies nuevas descritas para Nuevo León y
algunas áreas adyacentes de Coahuila hasta el año de 1995 (Hinton y Hinton, 1995).
Sin embargo, de manera más específica y por mencionar tan sólo algunos ejemplos,
tenemos que para el grupo de las coníferas se describe Picea martinezii (Pinaceae)
para el centro y sur de Nuevo León (Patterson, 1988); mientras que en el grupo de
las denominadas “monocotiledóneas” (Liliopsida) para la familia Orchidaceae se han
descrito Galeottiella hintoniorum para el municipio de General Zaragoza (Todzia, 1994)
y Malaxis chica también para este mismo municipio (Todzia, 1995). Para la familia
Agavaceae se describe Yucca linearifolia de una localidad entre los municipios de
Rayones y Galeana (Clary, 1995), Agave montana se describe para el municipio de
Rayones (Villarreal-Quintanilla, 1996), y recientemente se describe Agave albopilo-
sa endémica del municipio de Santa Catarina (Cabral-Cordero et al., 2007). Para la
familia Poaceae se describe Stipa hirticulmis para el municipio de Galeana (Hatch et
al., 1986). Dentro del grupo de las dicotiledóneas (Magnoliopsida) se ubican la ma-
yoría de las especies que han sido descubiertas en años recientes, por ejemplo para
la familia Asteraceae se han descrito: Bidens longistyla para el municipio de Iturbide
(Hart, 1978), Verbersina hintoniorum en hábitats gipsófilos en el municipio de Ga-
leana (Turner, 1985) y Machaeranthera odyssei en el municipio de General Zaragoza
en la Sierra de Peña Nevada (Nesom, 1978). Para la familia Acanthaceae se describe
Mirandea husatecensis, una segunda especie para este género, la cual es endémica
a los cañones de La Huasteca en el municipio de Santa Catarina (Daniel, 1978); se
describen tres nuevas especies del género Phacelia (Hydrophyllaceae), P. hintoniorum,
59
P. potosina y P. zaragozana, las primeras dos para el municipio de Galeana y la ter-
cera en el municipio de General Zaragoza (Turner, 1986). Para la familia Fabaceae se
describe Myriospermum sousanum en el municipio de Bustamante (Delgado-Salinas
y Johnston, 1984). Para la familia Papaveraceae se describe Argemone subalpina, la
cual se restringe a las praderas alpinas de San Antonio Peña Nevada en el munici-
pio de General Zaragoza (McDonald, 1991); Cercocarpus mexicanus (Rosaceae) se
describe para el municipio de Galeana en la localidad de Santa Rita de Cardeladas
(Henrickson, 1987). Para la familia Apiaceae se describe Arracacia hintonii cerca de la
localidad de Pablillo en el municipio de Galeana (Constance y Affolter, 1995), mientras
que Tauschia infernicola es descubierta en el Cerro del Infiernillo en el municipio de
Galeana y Tauschia hintoniorum se describe en la Sierra La Marta en los límites entre
Nuevo León y Coahuila (Constance y Affolter, 1987). Para la familia Lentibulariaceae
se describen cuatro nuevas especies del género Pinguicula, P. gracilis en el Cerro
las Mitras, municipio de Monterrey, P. immaculata para el municipio de Rayones,
P. jorgehintonii para el municipio de Aramberri y P. hintoniorum en el municipio de
General Zaragoza (Zamudio, 1988; Zamudio y Lux, 1992; Turner, 1994). Por último a
nivel genérico también se han realizado importantes descubrimientos, teniendo como
ejemplos dos géneros monotípicos, el primero, Strotheria gypsophila de la familia
Asteraceae en el municipio de Galeana (Turner, 1972) y Jaimehintonia gypsophila de
la familia Themidaceae también para el municipio de Galeana (Turner, 1993), mientras
que para la familia Cactaceae se han descrito dos géneros monotípicos endémicos
para el estado: Geohintonia mexicana en áreas gypsofilas del municipio de Galeana
y Digitostigma caput-medusae en el matorral espinoso tamaulipeco en centro oeste
de Nuevo León (Glass y Fitz-Maurice, 1992; Velazco y Nevarez, 2002)
La flora vascular de Nuevo León está integrada por 159 familias, 1,034 géneros,
3,181 especies y 109 taxa infraespecíficos. Para el grupo de los helechos se registran
9 familias, 38 géneros, 134 especies y 2 taxa infraespecíficos; en las Pinophyta se
presentan 4 familias, 11 géneros y 41 especies. En el grupo de las plantas con flor se
registran para las Liliopsida (monocotiledóneas) 19 familias, 180 géneros, 562 espe-
cies y 18 taxa infraespecíficos; por ultimo, el grupo magnoliopsida (dicotiledóneas)
incluye 126 familias, 805 géneros, 2,444 especies y 89 taxa infraespecíficos. Las fa-
milias con mayor diversidad son: Asteraceae (148 géneros y 481 especies), Poaceae
(97 géneros y 301 especies), Fabaceae (76 géneros y 258 especies), Cactaceae (37
géneros y 139 especies) y Euphorbiaceae (15 géneros y 85 especies); por otra pare
los 10 géneros con mayor número de especies son Euphorbia (Euphorbiaceae / 58
sp), Salvia (Lamiaceae / 38 sp), Quercus (Fagaceae / 37 sp), Dalea (Fabaceae /29 sp),
Ageratina (Asteraceae / 28 sp), Senecio (Asteraceae / 27 sp), Coryphantha (Cactaceae
/24 sp), Muhlenbergia (Poaceae /23 sp), Mammillaria (Fabaceae /21 sp) y Eragrostis
de la familia Poaceae con 18 especies (Villarreal y Estrada, 2008). La flora se divide
60
en cuatro grandes grupos filogenéticamente independientes, siendo el grupo de las
magnoliopsida (dicotiledóneas) el que mayor número de especies aporta, seguido
por liliopsida (monocotiledóneas); el tercer lugar de importancia es ocupado por las
pteridofitas (helechos) y por último, se encuentran las gimnospermas (Figura 1).
3%
1%
16%
Pteridofitas
Gymnospermas
Liliopsida
Magnoliopsida
80%
Discusiones
El primer reporte para la flora de Nuevo León contabilizaba 378 especies de plantas
cultivadas y nativas de la ciudad de Monterrey y sus inmediaciones (González, 1888),
mientras que en el segundo listado florístico para el estado en donde se realizó un
análisis de la vegetación del estado, se registraron un total de 148 familias, 657
géneros, 1158 especies y 326 categorías infraespecíficas (Rojas-Mendoza, 1965) En
contraste, las 3,175 especies de flora (Quintanilla y Estrada, 2008) incrementa el nú-
mero de especies para Nuevo León en un 665% y 160% respectivamente; se estimó
que el segundo listado de 1965 representaba el 60% de la flora del estado, más sin
embargo, no llegó a representar el 50% del total de especies de acuerdo a los datos
más recientes. Aún así, podemos observar especies que no están incluidas en el listado
florístico de Nuevo León más reciente, entre estas detectamos Pinus pinceana (Pina-
ceae), Magnolia dealbata (Magnoliaceae), Nymphaea elegans, Nymphaea mexicana
y Nuphar luteum (Nyphaeaceae), y Eurystemon mexicanum en Pontederiaceae, esto
eleva el numero de especies a 3,181. Incluso, si se hacen estimaciones utilizando como
base el número de géneros y especies de la familia Asteraceae (Rzedowski, 1998) en
donde se usa el cociente (3.25) resultado de la división del número de especies entre
el total de géneros (481 sp/148 géneros) para esta familia (Asteraceae) y se multiplica
por el total de géneros (1,031) presentes en toda la flora de Nuevo León, nos daría un
61
total de 3,350 especies posibles para una flora relativamente completa. Esto supera
las estimaciones previas de 2,380 y 2,900 especies (Alanís-Flores, 1996; Villaseñor,
2003; Alanís Flores et al., 2004; Velazco-Macías, 2009). A nivel nacional la flora de
Nuevo León representaría entre el 13.1 y el 14. 5% si se estima que la totalidad de
la flora de México alcanza entre las 20,000 y 22,000 especies (Dirzo y Gómez, 1996;
Rzedowski, 1998; Villaseñor, 2003); por otro lado, los 1,034 géneros presentes en el
estado representan un 36% del total reportado para México (Villaseñor, 2004).
Conclusiones y perspectivas
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PLANTAS DE CONSUMO DIRECTO
POR EL HOMBRE
PLANTAS SILVESTRES DE IMPORTANCIA
ALIMENTICIA
Alanís-Flores G, J, a*, Amezcua-Llerenas R, b, Ledezma-Menxueiro A, a Morrales-Arroyo S, a
a
Cuerpo Académico de Ecología y Ambiente, Departamento de Ecología, Facultad de Cien-
cias Biológicas de la UANL. Ciudad Universitaria, C. P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo
León, México. bConsejo Estatal de Flora y Fauna Silvestre de Nuevo León, A.C. (CEFFSNL). Padre
Mier No. 545-F Poniente, Monterrey, N.L., México. C.P. 64000. *galanis44@hotmail.com
Resumen
L
as comunidades naturales de plantas en Nuevo León en distintos hábitats, han
sido aprovechadas por los diferentes grupos étnicos que habitaron nuestra
región; actualmente pobladores de áreas rurales y en ciudades, aún siguen
consumiendo este tipo de plantas. Las especies de la flora nativa han sido utilizadas
como cobertizo, construcción, fibras, medicina tradicional, ceremoniales, dendroener-
géticas, substitutos de jabón, implementos agrícolas, forrajeras, etc., remarcando
la importancia que han tenido como fuente de alimentos, condimentos y bebidas.
Muestras de restos botánicos analizados de fogones y de piedras de molienda en el
área de Boca de Potrerillos, Mina, N.L, nos indican que grupos indígenas regionales
ya utilizaban la flora nativa para su subsistencia. Se recabó información de la flora
nativa que se consumen como alimentos, condimentos y bebidas, parte de la planta
usada y forma de uso de 32 familias botánicas y 60 especies considerando los tipos
de vegetación donde se ubican. Destacan componentes florísticos de la familia de las
cactáceas, leguminosas, rosáceas, agaváceas y liliáceas, de las cuales de aprovechan
sus tallos, hojas, flores y frutos.
Introducción
71
sabor de otros alimentos. Y no se trataba únicamente de una cuestión de sabores,
la unión de algunos alimentos con determinadas hierbas posibilitaba una mejor
digestión y muy pronto se extendió probablemente la costumbre de acompañar los
alimentos con algunas semillas aromáticas. La historia de la utilización de las plantas
y en especial las especias, aromas y perfumes, está relacionada con el desarrollo de
determinadas culturas (Simonetti, 1991). En China, hace 5000, el emperador Shen
Nung compiló la primera documentación sobre las hierbas; los chinos, ya en el siglo IV
a.C. consumían clavos de especia; los sumerios han dejado testimonio de centenares
de plantas en las tablillas de arcilla (3000-2000 a.C.); en Mesopotamia, las poblaciones
se alimentaban de cereales y legumbres, dando sabor a las verduras con brotes y hojas
de mostaza, añadiendo cerveza, que también habían inventado, probablemente no
lo aromatizaban con lúpulo, pero si empleaban algún tipo de planta aromática local.
En Babilonia se cultivaron laurel, tomillo y cilantro, y se exportaron aromas, espe-
cias y aceites aromáticos hacia Egipto. Posteriormente, llegarían de Oriente el anís
estrellado, opio, tomillo y azafrán, utilizadas en alimentación, medicina, fabricación
de cosméticos y perfumes. En la Creta minoica, las labiadas y umbelíferas, de fuerte
aroma y sabor, eran muy utilizadas como condimento en los alimentos, entre ellas la
cebolla y el ajo; los griegos conocían también el sésamo y la adormilera, procedentes
de Asia menor. En el siglo I a.C. se introdujo el cedro, sus hojas y frutos se utilizaron
tanto en medicina como en la condimentación de los alimentos (Simonetti, 1991).
En nuestro país y en especial para Nuevo León, las asociaciones naturales de plantas
a través del tiempo han sido aprovechadas por los grupos étnicos que habitaron la
región, actualmente numerosos pobladores de sitios rurales y de las ciudades, siguen
utilizando plantas de comunidades naturales. La diversidad de flora nativa ha sido
empleada como cobertizo, para construcción, como fibras, medicina tradicional, en
ceremonias, dendroenergéticas, substitutos de jabón, implementos agrícolas, forra-
jeras, etc., subrayando la importancia que han tenido como fuente de alimentos,
condimentos y bebidas.
Nuevo León comprende tres zonas florísticas bien definidas (Rzedowski y Reyna,
1990), las cuales corresponden a las descritas como provincias fisiográficas (Alanís-
Flores et al.,1996): Sierra Madre Oriental, con bosques de coníferas, bosques de
niebla, bosques mixtos de encino-pino, bosques de encinos, bosques de ríos y matorral
submontano; Altiplanicie Mexicana, con matorrales desérticos, matorral desértico
rosetófilo, matorral desértico micrófilo y pastizales; y Planicie Costera del Golfo, con
matorral espinoso tamaulipeco, mezquital, vegetación de ríos y arroyos, matorrales
desérticos y pastizales.
La flora y vegetación de Nuevo León es escasa a primera vista, sin embargo, para el
buen observador las comunidades vegetales son asombrosamente ricas en unidades
florísticas. Los registros dan un total de 2,903 especies de plantas vasculares (Velazco-
Macías, 2009), tan impactante fenómeno de diversidad botánica no es casual, se trata
de una etapa en plenitud, de una evolución de la flora en el curso de largos períodos de
tiempo.
Los pobladores del Estado de Nuevo León, han desarrollado su propio conoci-
miento sobre las plantas que están en su entorno tanto en las planicies, lomeríos
72
como en las montañas y que utilizan en forma habitual, ya sean como fuente de ali-
mento, condimentos, fuente de bebidas, otras veces las usan en la medicina casera,
para construcción, como leña o carbón, algunas otras como fuentes de forraje para
el ganado. Como parte importante del presente trabajo es el de mostrar las especies
nativas que integran las comunidades vegetales que son usadas por los distintos núcleos
culturales que habitan en las diferentes regiones ecológicas del estado de Nuevo León,
incluyendo, formas de uso, parte usada, forma biológica y tipo de vegetación donde se
localizan.
Antecedentes
73
las comunidades de plantas y sus formas de uso (Rojas-Mendoza, 1965). El Instituto
Mexicano de Recursos Naturales Renovables realizó un estudio sobre las zonas áridas
del centro y noreste de México y el aprovechamiento de sus recursos, agrupando a
las especies por forma de uso en alimenticias, elaboración de bebidas, productoras
de fibras, para fines de construcción, como forrajeras, productoras de cera, plantas
productoras de hule y como sustitutos de jabón; además mencionan especies utili-
zadas en medicina tradicional (I.M.R.N.R., 1964).
En un estudio del aprovechamiento de la flora nativa en el estado de Nuevo
León, se realizó una clasificación de las mismas por sus formas de uso en forrajeras
herbáceas y arbustivas, tóxicas al ganado, productoras de bebidas, fibras, ceras, hule,
taninos, sustitutos del jabón, medicinales y para construcción rural (Alanís-Flores,
1981). Posteriormente se elaboró una lista de plantas de interés económico para el
estado de Nuevo León, agrupándolas en forrajeras, productoras de fibras, maderables,
ornamentales, tóxicas y cultivadas alimenticias (Ratikanta et al., 1990).
Por su parte, Alanís-Flores y Ledezma-Menxueiro (2000) establecen que uno de
los grupos de plantas que ha sido el sustento para los habitantes de la zonas áridas
y semiáridas lo constituyen los magueyes (Agave sp) que ha encontrado su máxima
diversidad en México. Las crónicas destacan que las comidas de los grupos étnicos
de la región en invierno eran el mezale, hecho cortando pencas de maguey y con
el corazón del maguey, lo hacen en barbacoa y lo consumen. En la Sierra Madre
Oriental, específicamente en Laguna de Sánchez (Santiago, N.L.), se elabora mezcal
en alambiques caseros usando el maguey mezcal silvestre (A. scabra) mezclado con
maguey aguamielero semicultivado (A. salmiana); y en la Ascensión (Galeana, N.L.)
también se elabora mezcal pero con especies silvestres de Agave. En el municipio
de Bustamante se localiza la mezcalera conocida como La Guadalupana, establecida
hace más de un siglo, donde se elabora mezcal artesanal, pero a partir de 1972, el
proceso es semiindustrializado, este mezcal es obtenido de Agave americana y otras
especies silvestres del desierto Chihuahuense.
En el libro El valor de nuestras plantas (Alanís-Flores, 2007) se describen 30 especies
de flora regional utilizada, ilustrada por los escolares del estado de Nuevo León de
destinos municipios. Además, se elaboró una narrativa sobre cómo se han utilizado
de muy diversas maneras las plantas regionales desde épocas remotas. También se
hace referencia a que de sus troncos y ramas proveían los instrumentos de caza de
nuestros antepasados y desde entonces hasta nuestros días, algunos utensilios agrí-
colas. Aún hoy seguimos utilizando las plantas en la construcción de viviendas, y con
las fibras obtenidas de ellas. De sus hojas, flores, frutos o raíces obtenemos alimentos
y muchas veces alivio, pues el uso medicinal de las plantas también se remonta a los
orígenes de nuestra civilización. Como materia prima para la industria, obtenemos
de los árboles la madera, papel, resinas, taninos y colorantes, entre otros. Las plantas
también se utilizan como forraje para el ganado y fuente de abrigo y alimento para
la fauna silvestre.
74
Material y Método
Se recorrieron las diferentes áreas fisiografías del estado de Nuevo León y en los
municipios se visitaron centros de población, poblados, pequeñas comunidades o
rancherías, donde se recabó información sobre el uso de las plantas regionales, en
base a entrevistas informales con los habitantes, acentuando la exploración en la bús-
queda de información sobre especies de flora que son consumidas como alimentos,
usadas como condimentos y las que mediante algunos procesos son usadas como
fuente de bebidas.
Se indagaron datos sobre la parte de la planta utilizada (inflorescencia, flor, fruto,
semilla, hoja, raíz, tallo, corteza, madera, alguna otra parte). También la forma en que
la planta es consumida, por ejemplo fresca, seca, o en su estado natural, cocida o
triturada.
En el recorrido de los centros de población, se hicieron observaciones en los huer-
tos familiares y en “jardines de patio o traspatio”, ya que en estos espacios caseros
se localizan algunas plantas nativas en semidomesticación que son aprovechadas. En
ocasiones las cercas vivas de magueyes, palmas del desierto o algunas cactáceas son
fuente de algunos productos alimenticios o bebidas.
Además se complementó la información con visitas a mercados establecidos y
rodantes del área metropolitana de Monterrey, entrevistando a vendedores de plantas
regionales en hierberías, negocios o puestos para corroborar la venta y el consumo
de algunas especies de flora del estado.
Resultados y Discusión
75
de especies aprovechadas están las agavácea, rosáceas, leguminosas, labiadas y
asteráceas (Figura 1). Es importante hacer notar que dentro de las cactáceas, que
integra un importante grupo de plantas suculentas propias de nuestros desiertos,
destacan las biznagas, las pitayas y los nopales, especies cuyos tallos (pencas) son
consumidas como verdura nopalitos (Figura 2) y los frutos como las tunas y pitayas
son muy apetecidas como alimenticias (Figura 3).
Las agaváceas destacan con dos especies de magueyes, cuyo escapo floral ya madu-
ro, y asado en pozo se le denomina “quiote” y se consume como golosina, además son
tradicionalmente fuente de aguamiel y de una bebida destilada denominada mezcal
(Figura 4 y 5). El sotol es fuente de una bebida destilada del mismo nombre, además
sus flores, junto con las de tres especies de palmas del desierto, forman parte de la
dieta de los pobladores en época de cuaresma (Figura 6).
Para las leguminosas se consideraron dos especies de mezquites y los ébanos
o maguacatas (Figura 7) cuyos frutos y semillas son consumidos por los habitantes
rurales; el chile piquín es un fruto complementario como condimento, muy utilizado
en la dieta de los pobladores tanto rurales como urbanos (Figura 8); otras especies
como las comas, los chapotes, los granjenos, las anacuas, las zarzamoras, las fresas y
ciruelos silvestres, los capulines y los madroños, frutos carnosos y jugosos son con-
sumidos frescos como golosinas (Figura 9); las nueces y piñones son consumidos en
épocas invernales (Figura 10); algunos frutos y semillas son asados como los talayotes
y las maguacatas; no escapan las plantas cuyas hojas y tallos jóvenes son usadas para
hacer té, como el hojasén, la salvia y el laurel de la sierra, éste último junto con los
diferentes oréganos, que son muy aprovechados como condimentos en la cocina
regional (Figura 11).
Las especies de nuestra flora que tienen un amplio uso entre los consumidores
como condimentos, y que en los últimos años se le ha dedicado atención, son las
especies de oréganos; en este trabajo mencionamos dos especies pertenecientes a
la Familia Lamiaceae, Monarda citriodora conocido como orégano de hoja ancha de
la sierra y Poliomintha longiflora (orégano de Higueras u orégano de Nuevo León),
sobre todo esta última especie, ya que es muy apreciada por los Chefs para especia-
lidades gastronómicas y además se le ha valorado por su palatabilidad y fuente de
antioxidantes; además de estas dos especies, está el orégano chino (Lippia graveolens,
familia Verbenaceae), el cual es usado y aprovechado en su hábitat natural y es fuente
de ingreso para los campesinos que la cosechan (Figura 12).
Conclusiones y perspectivas
Dentro de la problemática que presentan algunas especies que son aprovechas, hay
que recalcar el caso de las “biznagas”, ya que en la NOM-059-ECOL-2001, la biznaga
verde y la biznaga roja se ubican en la categoría de Protección especial (Pr). Hacien-
do referencia a estas especies de hábitat desértico, presentan crecimiento lento y
su mecanismo de dispersión por medio de frutos y semillas es truncado, ya que al
aprovecharse las flores jóvenes llamadas comúnmente cabuches, se rompe parte de
76
su ciclo reproductivo al no permitir la maduración de frutos y dispersión de semillas
y carecer de germoplasma disponible para la permanencia de estas especies en su
hábitat natural (Figura 13).
En la actualidad, considerando el impacto antrópico que padecen las comunidades
vegetales en la naturaleza y evaluando la potencialidad de dichas comunidades al po-
seer fitorecursos de gran valor que fueron el sustento de antiguos y diversos grupos
étnicos de la localidad y que en hoy en día se siguen aprovechando, es recomenda-
ble establecer en el medio rural programas de manejo y conservación sostenibles,
mediante estrategias agroforestales (especies de uso múltiple) mediante cosechas
racionales de este tipo de fuentes alimenticias, establecer pequeñas áreas destinadas
a la semidomesticación o cultivo de las especies útiles, de esta forma se protegería
a las comunidades de plantas en su habita natural. Agregando el establecimiento
de bancos de germoplasma de estructurales sexuales y vegetativas, instituyendo
además viveros especializados en la propagación de estas especies para programas
de restauración ecológica en áreas degradadas.
La variedad de plantas investigadas nos muestra el potencial alimenticio que
constituye la flora nativa. Un aspecto importante a considerar es la evaluación des-
de el punto de vista de atributo nutricional, valorar sus carbohidratos, vitaminas,
aminoácidos y su palatabilidad. Complementando información práctica sobre los
procesos de cosecha, cocción, deshidratación, conservación y comercialización.
Figura 1. Familias
con más de dos es-
pecies aprovecha-
das en el estado de
Nuevo León.
77
Figura 2. Tallos de
nopales Opuntia spp
denominados clado-
dios (pencas), son
cosechados y consu-
midos crudos como
verdura o guisados
en diferentes combi-
naciones
78
Figura 5. De los magueyes
se obtiene quiote, agua-
miel, miel y mezcal una
bebida destilada
79
Figura 8. El chile piquín o
chile del monte, fruto uti-
lizado como condimento,
muy arraigado en la dieta
de los pobladores, se le
puede consumir fresco,
seco o en salsas
80
Figura 11. Plantas de las
comunidades regionales
cuyas flores, hojas y tallos
jóvenes son usados para
elaborar té
81
Figura 13. Grandes bizna-
gas aprovechadas por los
pobladores por sus tallos
y flores jóvenes
Tabla 1. Listado de familias y especies de plantas útiles del estado de Nuevo León
FAMILIA ESPECIE
Agave americana L.
Agave asperrima Jacobi
Dasylirion texanum Scheele
Agavaceae
Yucca filifera Chabaud
Yucca thompsoniana Trel.
Yucca treculeana Carrière
Amaranthaceae Amaranthus retroflexus L.
Anacardiaceae Rhus microphylla Engelm. ex A. Gray
Rhus pachyrrachis Hemsley
Asclepiadaceae Cynanchum unifarium (Scheele) Woodson
Tagetes lucida Cav
Asteraceae Parthenium incanum Kunth
Flourencia cernua D.C.
Berberidaceae Berberis trifoliolata Moric
Boraginaceae Ehretia anacua (Terán.&Berl.) I.M.Johnst
82
Cylindropuntia imbricata (Haworth) F.M. Knuth
Echinocactus platyacanthus Link & Otto
Echinocereus enneacanthus Engelmann
Echinocereus stramineus (Engelmann) F. Seitz
Ferocactus pilosus (Galeotti ex Salm-Dyck) Werderman
Cactaceae
Myrtillocactus geometrizans (Martius) Console
Opuntia engelmannii Salm-Dyck ex Engelmann
Opuntia ficus-indica (L.) Mill.
Opuntia rastrera Weber
Selenicereus spinulosus (A.P. de Candolle) Britton & Rose
Caprifoliaceae Sambucus mexicana C. Presl
Chenopodiaceae Chenopodium ambrosioides L.
Diospyros texana Scheele
Ebenaceae
Diospyros virginiana Eastw.
Ericaceae Arbutus xalapensis Kunth
Euphorbiaceae Croton torreyanus Muell.
Fouquieriaceae Fouquieria splendens Engelm.
Juglandaceae Carya illinoensis (Wang.) K. Koch.
Hedeoma drummondi Benth.
Lamiaceae Monarda citriodora Cerv. ex Lag.
Poliomintha longiflora A. Gray
Lauraceae Litsea novoleontis Bartlett
Ebenopsis ebano (Berl.) Barneby & Grimes
Leguminosae Prosopis glandulosa Torr.
Prosopis laevigata (Humb. & Bonpl. ex Willd.) M.C. Johnst.
Malpigiaceae Malpighia glabra L.
Oxalidaceae Oxalis corniculata L.
Brahea dulcis (Kunth) Mart.
Palmae
Sabal mexicana Mart.
Pinaceae Pinus cembrides Gordon
Polygonaceae Rumex crispus L.
Portulacaceae Portulaca oleracea L.
Fragaria virginiana Mill.
Prunus mexicana S. Watson
Rosaceae
Prunus serotina Ehrh.
Rubus trivialis Michx.
Rhamnaceae Condalia hookeri M.C. Johnston
83
Sideroxylon celastrinum Kunth
Sapotaceae
Sideroxylon lanuginosum Michx.
Solanaceae Capsicum annuum L. var. glabriusculum (Dunal) Heiser & Pickersgill
Turneraceae Turnera diffusa Willd. ex Schult.
Celtis laevigata Willd.
Ulmaceae
Celtis pallida Torr.
Verbenaceae Lippia graveolens Kunth
Vitaceae Vitis cinerea Engelm.
84
Tabla 2. Listado de familias y especies, su uso, forma biológica y tipo de vegetación del estado de Nuevo León
85
86
87
88
89
90
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91
IMPORTANCIA ALIMENTICIA DE LAS
HORTALIZAS EN NUEVO LEÓN
Robledo-Torres Va, Foroughbakhch-Pournabav Rb Benavides-Mendoza A.a, Ramírez-Godina F.a*
a
Departamento de horticultura, Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro. Buenavista,
C.P. 25315. Saltillo, Coahuila. b Facultad de Ciencias Biológicas, Departamento de Botánica.
Universidad Autónoma de Nuevo León, Pedro de Alba s/n, Ciudad Universitaria, C.P. 66451,
San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
*framgod@uaaan.mx
Resumen
N
uevo León con una superficie aproximada a 65,000 km2, tiene cuatro de
las cinco zonas ecológicas terrestres más importantes del país. En esta
diversidad se encuentran más de 40 especies de importancia económica
y/o alimenticia, destacando por su aportación económica, las hortalizas que con
sólo el 2.06% de la superficie total de los cultivos en el estado de Nuevo León, en el
2007 aportaron el 60.24% del valor total de la producción agrícola del estado. De las
hortalizas que se siembran en el estado, sobresale la producción de tomates, chiles
y papas. Otros cultivos de menor importancia son: tomate de cáscara, col, zanahoria,
sandía, melón y calabacita. Estas hortalizas, como otras frutas, son particularmente
ricas en fitoquímicos, además son excelentes fuentes de minerales y vitaminas, A,
C y E, resultando de gran importancia en la nutrición y por su aportación a la salud
humana, ya que previenen diversas patologías como son algunos tipos de cánceres
y enfermedades cardiovasculares, entre otras.
En la actualidad existe un interés general por los temas de la calidad en la ali-
mentación originando una tendencia mundial hacia el mayor consumo de hortalizas,
como resultado de una creciente preocupación por una dieta más equilibrada, con
menor proporción de carbohidratos, grasas y aceites y con mayor contenido de fibra,
vitaminas y minerales. Esto se fundamenta, en parte, en las menores necesidades
calóricas de la vida moderna, caracterizadas por un mayor confort y sedentarismo.
El otro factor que determina esta tendencia es la mayor conciencia de la importancia
de la dieta en la salud y longevidad
93
Introducción
En la Región Norte de México, en años recientes, las hortalizas han cobrado un auge
sorprendente desde el punto de vista de la superficie sembrada, contribuyendo al
desarrollo económico regional, debido a la alta demanda de insumos de diferentes
industrias (semillas, sustratos, plásticos, fertilizantes e insecticidas, entre otros), a la
gran demanda de mano de obra, y a la captación de divisas. Las hortalizas son fun-
damentales en la alimentación humana, ya que son fuente importante de vitaminas,
minerales, fibras y antioxidantes, haciendo que su consumo sea imprescindible para
conseguir una alimentación sana y equilibrada. La diversidad de climas del estado de
Nuevo León hace posible la siembra de cultivos Hortícolas a lo largo de todo el año,
como melones, calabacitas, sandías, tomates y chiles en el ciclo primavera-verano
y coles, brócolis, coliflores, lechugas, cebollas y ajos en el ciclo otoño-invierno. Per-
mitiendo además la producción de hortalizas silvestres que, ocasionalmente, son
consumidas por los pobladores rurales. En general, esta diversidad climática y la
cercanía del estado de Nuevo León a uno de los mercados de hortalizas más gran-
des del mundo, como lo es Estados Unidos de Norteamérica, indica que es posible
incrementar tanto la superficie como la diversidad de hortalizas a sembrarse en la
Región noreste del país.
Nuevo León es un estado que tiene una superficie aproximada a 65,000 km2 y 51
municipios ubicados en cuatro de las cinco zonas ecológicas terrestres más impor-
tantes del país, con una diversidad florística de aproximadamente 2,382 especies
de plantas vasculares (Alanís et al., 2004). Dentro de esta diversidad se encuentran
más de 40 especies de importancia económica y/o alimenticia, que se cultivan para
alimentación del ganado o consumo humano, principalmente en la Región Centro del
estado por su alta actividad agropecuaria (Figura 1), destacando 10 municipios que
abarcan 143,254.56 ha, lo cual representa más del 86% de la superficie sembrada en
el estado en el 2007 (Magdaleno-Hernández, 2006).
Otros
Los Ramones Municipios Anáhuac Cadereyta de
7,020.00 22,806.21 8,325.31 Jiménez
14,627.00
Pesquería
Figura 1. Superficie agrícola sem- 8,464.25 Dr. Arroyo
brada en el estado de Nuevo León 25,450.00
en el 2007. Fuente http://reportes. Montemorelos
siap.gob.mx/aagricola_siap/iculti- 12,535.00
Galeana
vo/index.jsp Mier y Noriega
Linares 26,077.00
5,300.00
13,196.00
General Terán
22,260.00
94
Es importante señalar que en Nuevo León, en el 2007 se sembraron 372,309.91 ha con
diversas especies, de las cuales 7659.85 ha fueron de hortalizas, lo cual representa
el 2.06% de la superficie total de siembras de cultivos.
95
Sup. Sembrada (Ha)
Otras
Zanahoria Hortalizas
308 890.75 Calabacita CHile Verde
114 654 Col
Tomate de
Cáscara 319
433
Jitomate
Figura 2. Principales hortalizas 586.6
sembradas en el estado de Nuevo Papa
Sandía
León en el 2007. Fuente http:// 4,128.00
226.5
reportes.siap.gob.mx/aagrico-
la_siap/ientidad/index.jsp
96
Figura 4.Cucumis melo L. var. reticulatus (Melón).
Foto: Robledo Torres
Desde el punto de vista nutritivo, las hortalizas no son suficientes para satisfacer los
requerimientos nutricionales diarios, esencialmente por su bajo contenido de mate-
ria seca. Poseen un alto contenido de agua y bajo de carbohidratos —exceptuando
batata, papa, yuca y otros órganos subterráneos—, y bajo contenido de proteínas
(salvo las leguminosas y algunas crucíferas) y de lípidos, pero son, en general, una
buena fuente de minerales y vitaminas.
La fibra dietética se puede definir como la porción vegetal que no puede ser
digerida por las enzimas del tracto digestivo humano aunque sus componentes son
metabolizados anaeróbicamente en proporciones variables por la microflora del colon.
Son polisacáridos estructurales de las plantas y se dividen en celulosa, hemicelulosas,
lignina, pectinas, gomas y mucílagos. La fibra dietética contribuye a la regulación del
tránsito fecal, por lo que combate tanto la diarrea como el estreñimiento, contribuye
a mantener los niveles de glucosa en sangre y a eliminar parte del colesterol circulan-
te. Entre las utilidades alimentarias de las hortalizas, destacan el aprovechamiento
nutricional de diversos compuestos bioquímicos inherentes a su composición.
La reciente introducción de numerosas variedades hortícolas orgánicas y no or-
gánicas, constituye una respuesta a las exigencias de mayor productividad y calidad,
vida útil más amplia, mayor resistencia a enfermedades, y mejor aceptación por parte
del consumidor. No obstante, el gran número de variedades de hortalizas de reciente
creación no ha venido acompañado de un conocimiento nutritivo de las mismas.
Este conocimiento se plantea como necesario, habida cuenta de la gran oscilación
que pueden sufrir los compuestos nutritivos en función de la variedad de hortalizas.
Numerosos autores señalan que los tomates pueden presentar variaciones en el con-
tenido de vitamina C en función de la variedad de los mismos de hasta un 200%. Por
ello, es indispensable el conocimiento nutricional de las variedades de hortalizas.
97
Perfil nutricional de las horalizas de Nuevo León
Acelga MB B
Apio B MB
Batata E B
Brócoli B S-R B S-R
Cebolla bulbo MB
Coliflor S-R E
Colinabo E
Espárrago B B E
Espinaca E MB B
Lechuga Romana MB MB
Melón E B
Nabo B
Papa E MB
Pepino B
Pimiento S-R
Rabanito MB
Remolacha B
Repollo E S-R E
Repollo colorado B E
Sandía MB E MB B
Tomate B E
Zanahoria S-R
B = Buena; MB = Muy buena; E = Excelente, S-R = Supera los requerimiento diario
98
Tabla 2. Perfil de nutrientes esenciales de hortalizas
Agua y Energía Proteínas Lípidos-grasas Vitaminas
elementos
elementos
Macro-
Micro-
(Aminoáci- (Ácidos grasos)
dos)
99
De manera particular se ha encontrado que hortalizas como el chile (Figuras 5 y 6) es
una fuente excelente de minerales y vitaminas C, E y A, además de la presencia de
algunos compuestos fenólicos (Tabla 4), de los cuales se sabe que reducen el riesgo
de contraer cáncer, problemas cardiovasculares y otras enfermedades crónico dege-
nerativas (Dillard y German, 2000).
Mediante el método de la capacidad de absorción del radical oxigeno de un total
de 927 muestras de hortalizas, se ha determinado que el chile verde, espinaca, ce-
bolla roja, brócoli, betabel y coliflor (Figuras 5, 6 y 7) son las fuentes que encabezan
la actividad antioxidante contra los radicales peróxido (Ou et al., 2002).
100
Figura 7. Spinacia oleraceae L. (Chenopodiaceae)-
espinaca. Foto: R. Ferris
101
valor nutricional como cobre, hierro, fósforo, cinc, manganeso, calcio, yodo, flúor y
fibra dietética.
Estudios epidemiológicos han establecido que el alto consumo de frutos y hortali-
zas está asociado con la baja incidencia en las tasas de mortalidad por cáncer causado
por el daño oxidativo del ADN, que es considerado un importante mecanismo que
promueve el desarrollo de muchos cánceres. La reducción de la cantidad de daño
oxidativo del ADN puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer. Esta reducción en
el daño oxidativo del ADN puede ser lograda mediante el consumo de antioxidantes
y quimioprotectores que se encuentran en las hortalizas. Este sistema antioxidante
protector es proporcionado por el β-caroteno, vitaminas E, C y el selenio (Martí-
nez et al., 2001); lo antes indicado coincide con lo señalado por Szeto et al. (2000),
quienes indican que el ácido ascórbico y otros micronutrientes antioxidantes están
relacionados con la promoción de la salud. Por su parte, Müller (1997) indica que
estudios epidemiológicos han mostrado una correlación inversa entre el consumo de
hortalizas y frutos ricos en carotenoides, y la incidencia de cáncer y enfermedades
cardiovasculares.
Los minerales son elementos químicos imprescindibles para el normal funciona-
miento metabólico. Los minerales de las hortalizas desempeñan un papel importan-
tísimo en el organismo, ya que son necesarios para la elaboración de tejidos, síntesis
de hormonas y en la mayor parte de las reacciones químicas en las que intervienen los
enzimas. Por ejemplo el β-caroteno presente en cantidades considerables en la raíz
de la zanahoria y los tejidos verdes de las plantas es considerado un protector impor-
tante de la piel y los ojos contra las radiaciones solares. En general, este compuesto
protege a los lípidos del cuerpo de la oxidación, con lo que preserva la integridad de
los tejidos.
El calcio ha sido asociado a la reducción de la incidencia de varios tipos de cáncer
y previene contra la osteoporosis. Este elemento está presente en varias especies
vegetales, como por ejemplo: el repollo, el brócoli, el pepino y la coliflor (Figuras 8
y 9). Recientemente, el consumo de alimentos ricos en selenio, como el brócoli, se
ha asociado a la disminución de cáncer de piel, hígado y colón, además de reducir la
incidencia de tumores en los senos.
El cinc participa en la modulación del sistema inmune e interviene en el metabo-
lismo de los hidratos de carbono, aminoácidos y lípidos, y promueve la reproducción
celular y la reparación de tejidos, mientras que el cobre interviene en la síntesis de
la hemoglobina y en la absorción del hierro. Por su parte, el flúor forma parte de los
huesos y dientes otorgándole a éstos, resistencia contra la caries.
102
Figura 8. Brassica olerácea L. var. itálica (Brócoli).
Foto: Robledo Torres
104
Las vitaminas son sustancias orgánicas muy importantes para los procesos metabó-
licos de todos los seres vivos. Su función no es aportar energía, sino que ayudan a
que el organismo pueda aprovechar la energía de los demás alimentos. Por ejemplo
el ácido ascórbico, vitamina C, está presente en varias hortalizas y es un antioxidante
que tiene propiedades anticancerígenas importantes.
Tanto los microelementos como las vitaminas son considerados micronutrientes
esenciales para la nutrición humana. Las deficiencias de hierro (Fe), yodo (I), vitamina
A (Daucus carota L.) y zinc (Zn) son actualmente las deficiencias de micronutrientes
de mayor importancia para la salud humana en el mundo en desarrollo. La deficiencia
de hierro es el desorden nutricional más común en el mundo, provocando la anemia.
Mientras que la deficiencia de yodo es la principal causa de daño cerebral en el mundo
y la deficiencia de vitamina A es la principal causa de ceguera en el mundo. La defi-
ciencia de vitamina A incrementa los riesgos de enfermedad y muerte por infecciones
severas, causa ceguera nocturna en mujeres embarazadas, y puede incrementar el
riesgo de mortalidad maternal (Hotz y Brown, 2004).
El valor nutritivo de las hortalizas es afectado por factores del ambiente en que son
sometidos para su producción, así como por las condiciones de manejo poscosecha y
la forma en que se preparen para su consumo. Estas consideraciones hacen evidente
que los valores nutricionales presentados en las tablas 2-4, son solamente puntos
de referencia, o estimaciones generales sobre el valor nutritivo de los mismos. Se ha
demostrado que el valor nutritivo de las hortalizas puede variar de acuerdo al sistema
de producción, la concentración en fruto de un cultivo bajo riego diferirá a la de un
cultivo desarrollado bajo condiciones de temporal, la concentración de elementos
minerales, vitaminas y antioxidantes en general también podrá variar de acuerdo
al nivel de nutrición utilizado en el cultivo. Se ha encontrado que la fertilización ni-
trogenada tiene un efecto positivo en el nivel de caroteno en zanahoria y espinaca
(Dibb et al., 2006). Se indica que la fertilización con fósforo podría incrementar el
contenido de azúcar en tomate y mejorar el color de la remolacha. La acidez del
tomate y los contenidos de sólidos y almidón en papa se relacionan positivamente
con la fertilización con potasio.
Con el uso de nuevas tecnologías, como la protección mediante el uso de los plás-
ticos en la agricultura, también se ha mejorado la calidad nutricional de las hortalizas
e incluso el color del acolchado plástico o la cubierta, en el caso de túneles altos,
influyen en la calidad de las hortalizas. En un estudio con tomate de cáscara y tres
colores de acolchado y un tratamiento con suelo desnudo se demostró que al haber
una modificación de la temperatura del suelo se afectó el crecimiento, rendimiento
de fruto y contenido de algunos minerales en el área foliar y semilla (Díaz et al., 2005).
Situación similar fue observada en el cultivo de melón al estudiar cinco colores de
acolchado plástico y un tratamiento sin acolchado, encontrando que el color del acol-
chado influyó favorablemente para incrementar las cantidades de algunos minerales
105
en la pulpa del fruto (Sosa-Romero, 2003). En base a lo antes citado podemos concluir
que la calidad de las hortalizas puede ser modificada favorablemente, incrementando
la calidad nutricional de las partes de importancia económica (hojas, tallos, frutos,
raíces) de acuerdo al manejo realizado en el cultivo.
Hortalizas silvestres
En el estado de Nuevo León existe una amplia riqueza florística que permite el uso de
algunas especies como especies hortícolas, la mayoría de ellas son especies que nor-
malmente no son comercializadas de manera intensiva, sin embargo, ocasionalmente
se llegan a encontrar en mercados de la localidad, o bien, forman parte de platillos
en restaurantes de la ciudad. Este tipo de hortalizas juega un papel muy importante
en la nutrición de las poblaciones más marginadas del estado, ya que aportan canti-
dades importantes de fitoquímicos que contribuyen a la alimentación y salud de la
población. Dentro de estas hortalizas se encuentra el Chile piquín (Capsicum annuum
var. aviculare) y la verdolaga (Portulaca oleracea), la cual ha sido reconocida como
la fuente más rica de ácido linoléico (4 mg/gr-1 de peso fresco) y antioxidantes, entre
los vegetales de hojas verdes (Omara Alwala et al., 1991). Considerando lo anterior,
la verdolaga puede ser una fuente sustituta del aceite de pescado, debido a su alto
contenido de ácido linoléico, el precursor más importante de los ácidos grasos
omega-3 (Páez et al., 2007), que se cree disminuyen los niveles de colesterol sérico,
controlan la presión arterial y previenen las enfermedades coronarias, además de
proveer vitamina C, E y antioxidantes (Simopoulos, 2004).
Otra especie importante de uso alimenticio ocasional son los quelites (Amaranthus
spp), los cuales no sólo contienen fibra, vitaminas, minerales y proteínas, también
contienen ácidos grasos poli-insaturados, como el omega-6 y el omega-3 (Torres
Acosta et al., 2009). Por otra parte, también se indica que en el género Chenopodium
se pueden encontrar cantidades de hierro superiores a 8 mg/100 (Guil-Guerrero,
1994; Martínez et al., 2001).
Otras especies que, aunque no son de crecimiento herbáceo, se consume el bo-
tón floral, como es el caso de la palma yuca (Yuca filifera, Yuca carnerosana), zábila
(Aloe vera), Biznaga (Echinocactus biznaga y Ferocactus pringlei) y nopal (Opuntia
engelmannii, Opuntia ficus-indica)
En primer lugar, existe una tendencia mundial hacia un mayor consumo de hortalizas,
motivado fundamentalmente por una creciente preocupación por una dieta más
equilibrada, con menor proporción de carbohidratos, grasas y aceites, y con una
mayor participación de fibra dietaria, vitaminas y minerales. Esto se fundamenta, en
parte, en las menores necesidades calóricas de la vida moderna, caracterizadas por
106
un mayor confort y sedentarismo. El otro factor que determina esta tendencia es la
mayor conciencia de la importancia de la dieta en la salud y la longevidad.
Otra característica que se observa es la creciente segmentación del mercado a
través del incremento en las formas, los colores, los sabores, las formas de prepa-
ración y/o el empaque en que un producto es presentado. Entre otros, el tomate es
un ejemplo de ello, ya que hoy en día pueden adquirirse al menos 4 tipos distintos:
redondo convencional, “larga vida”, “cherry” y “perita”, todos ellos en distintos
tamaños, formas de empaque y, en algunos casos, de color. Estos mismos tomates
también se comercializan en racimos. También se detecta una creciente oferta de
hortalizas exóticas y orgánicas o no convencionales, lo que conjuntamente con el
aspecto anterior, incrementa notablemente las opciones de compra.
Cabe mencionar que actualmente existe una creciente demanda de una calidad
superior tanto externa como interna. Los aspectos externos (presentación, aparien-
cia, uniformidad, madurez, frescura) son los componentes principales de la decisión
de compra, la que normalmente es tomada cuando el consumidor ve la mercadería
exhibida en el local de venta. La calidad interna (sabor, aroma, textura, valor nutritivo,
ausencia de contaminantes bióticos y abióticos) está vinculado a aspectos general-
mente no perceptibles pero no por ello menos importantes para los consumidores.
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108
PLANTAS MEDICINALES DE NUEVO LEÓN
González-Ferrara M
“Pacalli” La Casa de las Hierbas, Río Nazas # 515
Col. Jardines de Roma, Monterrey, N. L., México
mauricio@pacalli.com.mx
Resumen
E
n el presente capítulo presentamos el registro contemplado hasta el momento
de las plantas medicinales reportadas en el estado de Nuevo León. Se inclu-
yen 221 especies de 180 géneros y 78 familias botánicas. Dentro de éstas se
reportan 2 especies de dos familias de líquenes, un helecho y una flor de peña; el
resto es representado por 217 especies de plantas fanerógamas. Se hace un listado
taxonómico y posteriormente se presentan las especies con sus nombres comunes y
los usos reportados a las mismas. 156 especies están consideradas dentro de la flora
nativa de la región, las restantes 65 especies incluyen plantas introducidas desde la
época de la Colonia como la manzanilla, el romero, la ruda y la albahacar, hasta las
de reciente introducción como la chaya, el algarrobo, el árbol del neem y la melissa.
Sólo se enlistan las plantas que forman parte de la flora silvestre y/o ornamental que
se encuentra en el estado, por lo tanto, no se incluyen todas las que se comercializan
en nuestros mercados y tiendas herbolarias.
Introducción
109
que utilizaba las propiedades medicinales de 250 plantas. El Código de Hamurabi (Rey
de Babilonia) es uno de los más extensos registros tallados en roca, que mencionan
numerosas plantas de uso medicinal. La farmacopea de la antigua Mesopotamia
incluía 250 plantas que eran aplicadas para sanar, como la amapola, la belladona, el
tomillo, el ajo y el sen, entre otras.
Uno de los más antiguos registros de herbolaria se encuentra en los documentos gra-
bados en los papiros egipcios de Ebes, que datan del siglo XVI antes de Cristo, los cuales
contienen 877 recetas y prescripciones médicas. Entre las muchas plantas que mencionan,
están la linaza, el opio, la mirra, el aloe, el ricino, el enebro, el hinojo y la henna.
México, nuestro país, es sin duda, uno de los lugares más favorecidos en la Tierra,
su diversidad de climas, terrenos y parajes hace de este territorio un laboratorio
químico natural en el que las diferentes especies botánicas viven, se transforman y
conviven con nuestra población desde el pasado indígena. La medicina y la terapia
desarrolladas por las comunidades prehispánicas sorprendieron enormemente a los
conquistadores españoles.
Hernán Cortés, en una de las cartas que envió al Rey Carlos V, le pedía que no
enviara médicos a la Nueva España, dado que en esta tierra los hombres de medicina
curaban pronto y bien, apoyados en la experiencia y, particularmente, en el uso y
conocimiento de la botánica. El impacto que causó en España la herbolaria de las
tierras recién conquistadas fue tal, que Felipe II envió a su célebre médico Francisco
Hernández a estudiar las plantas curativas que tan eficientemente se aplicaban en la
Nueva España. Hernández, recopiló un herbario sobre el cual basó su tratado Rerum
Medicarum Novae Hispaniae Thesaurus. Las culturas prehispánicas produjeron, en
diversos lugares de México, herbarios medicinales, curaciones y atención médica y
quirúrgica a sus pobladores, incluso después de la llegada de los conquistadores. Fray
Bernardino de Sagahún y el Códice Floriano divulgaron a todo el mundo la imponde-
rable virtud médica del México Prehispánico.
En el noreste de nuestro país, los primeros datos sobre el uso de plantas como
alimento o medicina se remontan a 1649, en los relatos del capitán Alonso de León
en su “Relación y Discursos del descubrimiento, población y pacificación de este
Nuevo Reino de León; temperamento, y calidad de la tierra”. Esta crónica relata la
vida cotidiana de los primeros habitantes de estas tierras. En ellos se menciona al
mezquite, la tuna y el maguey como algunos de los principales alimentos locales,
haciendo también referencia, aunque sin detalle, del uso que los indígenas hacían
“con muy buenos aciertos” de muchas plantas medicinales.
Debido a que las tribus que habitaron el noreste de México opusieron gran re-
sistencia a la colonización, los conquistadores, en su afán de someter a las culturas
autóctonas, acabaron prácticamente por completo con las culturas norestenses
precolombinas. Las autoridades virreinales desarrollaron una estrategia colonizadora
que tenía como fin promover mediante el ejemplo las ventajas de la vida sedentaria,
fundando pueblos con indígenas sedentarios, principalmente tlaxcaltecas y otomíes
—aunque también llegaron cholultecas y tarascos—, para lograr sus propósitos de
conquista. Estas culturas nativas del centro y sur de México trajeron con ellos no
sólo su trabajo, sino su cultura, incluyendo el uso de algunas plantas medicinales.
110
Los españoles contribuyeron también a la herbolaria local trayendo plantas de origen
europeo como la manzanilla, la ruda y el romero, que pronto fueron absorbidas por
la cultura local.
La Comisión de Límites, organizada en 1827, fue dirigida por Luis Berlandieri y
Rafael Chovel, encargada de marcar los puntos convenidos en el tratado celebrado
en 1819 por Don Luis de Onís. Como parte de este trabajo, se encargaron de marcar
la flora correspondiente al noreste de México y sureste de Texas, dando así a conocer
los usos de muchas plantas medicinales de la región. Posteriormente, Berlandieri ejer-
ció la farmacia en Matamoros, Tamaulipas entre los años 1834-1851, aprovechando
muchas de las especies medicinales de esta región.
En 1873, en los alrededores de Monterrey, el Dr. Joaquín María Gómez cultivaba
la adormidera (Papaver somniferum) para obtener el opio y mencionaba el nativo
cardo o chicalote (Argemone spp) como otra posible fuente de morfina (hoy en día
sabemos que las especies del género Argemone de nuestra región contienen otros
alcaloides pero no morfina).
Hace más de 100 años que el insigne Dr. José Eleuterio González (Ilustre botánico,
fundador y primer director del Hospital-escuela de Monterrey, desde su fundación
–1859— hasta su deceso en 1888, hoy Hospital Universitario de la U.A.N.L. Dr. José
Eleuterio González), citaba en su cátedra de Farmacia más de una decena de plantas
medicinales originarias de Nuevo León, las cuales incluyó en un informe publicado en
el tercer tomo de La Naturaleza, en 1874, y después en su obra “Un Discurso y Un Ca-
tálogo de Plantas Clasificadas” y “Lecciones Orales de Materia Médica y Terapéutica”
impresas en 1888 aunque concluidas en 1881. Entre las plantas medicinales citadas
figuran la hierba de las almorranas (Teucrium cubense), el gordolobo (Gnaphalium
obtusifolium), el cenizo (Leucophyllum frutescens), el estafiate (Artemisia mexicana)
y el toloache (Datura spp).
La fama de algunas plantas medicinales como el chaparro amargo (Castela texana),
y la anacahuita (Cordia boissieri) era ya tan grande que fueron investigadas por el
Instituto Médico Nacional (1880-1917) y la información resumida se publicó en “Datos
para la Materia Médica Mexicana” (1894-1907).
Entre los años de 1894 y 1911, Edward Palmer recabó información etnobotánica
en los mercados de Monterrey, Saltillo, San Luis Potosí, Durango, Zacatecas y Gua-
najuato (Martínez, 1976). Sus notas han sido utilizadas por otros investigadores de
la flora mexicana, como Stafford y Stanley.
A mediados del siglo XX, las plantas medicinales son ordenadas en las diversas
fuentes bibliográficas por los padecimientos para los cuales son utilizadas, lo que fue
llamado una visión moderna; para esto están las obras de Díaz (1976), y las tesis diri-
gidas por el M. en C. Rafael Martín del Campo entre los años 1973 a 1987. El artículo
publicado en 1979 “Notas sobre el uso de las plantas medicinales en las comunida-
des rurales del estado de Nuevo León” de Mauricio González y Leonor González, es
la primera obra en donde aparece la mención de un cuadro básico de plantas; esto
obedeció a las pláticas entre los autores con los investigadores del Instituto Mexicano
para el estudio de las plantas medicinales (IMEPLAM). Esta forma de agrupar a las
plantas por aparatos y sistemas toma fuerza cuando se forma la Unidad de Inves-
111
tigación Biomédica en Medicina tradicional y Herbolaria del IMSS, con las obras de
Aguilar y Camacho (1984–1985).
Actualmente, México es uno de los países con mayor riqueza y diversidad en
plantas medicinales, y que, de una forma natural, contribuye hoy, como antaño, a
procurar la salud y el mantenimiento de la misma, gracias a la cantidad de plantas
que se desarrollan en nuestro territorio.
La naturaleza nos demuestra que todo paraje exuberante o desértico, arenoso o
selvático, húmedo o seco, es parte de un ecosistema que interactúa para mantener
la vida en forma equilibrada, haciendo esto de igual importancia al tallo del cactus
que al mangle de la selva.
En fechas recientes se ha tenido conocimiento del abuso excesivo en la reco-
lección, explotación y comercio de plantas con propiedades medicinales, por parte
de personas y corporaciones sin escrúpulos. Año con año se destruyen especies de
plantas medicinales por la irresponsable comercialización de las mismas. Son arran-
cadas y destruidas, impidiendo su reproducción y minando sus fuerzas y cualidades;
los terrenos son deforestados, como si no hubiera un estrecho vínculo de vida entre
el hombre y la naturaleza, actos que encaminan a todo ser viviente a la agonía, a la
enfermedad y la muerte.
Por otro lado y también como consecuencia del llamado “boom” del uso de las
plantas medicinales, se ha registrado la introducción reciente de especies exóticas
como la chaya (Cnidoscolus chayamansa) originaria de Yucatán, introducida en
nuestras tierras a principios de los años 70 por el botánico empírico Don Anacleto
Botello (“Cleto Botello”), quién dedicó sus últimos años de vida a promover su cultivo
y uso en nuestra región; la introducción del algarrobo (Ceratonia siliqua) por nuestro
querido y visionario maestro y fundador de las Facultades de Ciencias Biológicas y de
Agronomía de la U.A.N.L., el Dr, Eduardo Aguirre Pequeño, quien prefería llamar a este
árbol “Pan Gonzalitos” en honor al Dr. José Eleuterio González; o la aún más reciente
introducción del árbol originario de la India conocido como Neem (Azadirachta indica)
por la Facultad de Agronomía de la UANL, o la limonaria o toronjil español (Melissa
officinalis), planta originaria de Italia e introducida a su cultivo en nuestra región por el
Biol. Mauricio González Ferrara. Plantas consideradas en su momento exóticas y que
hoy en día observamos con bastante naturalidad, cultivadas en nuestro territorio.
Desde el principio de los tiempos, en todas las culturas y para todos los hombres,
la salud es el regalo más preciado, el cual nos permite vivir en forma íntegra y dichosa.
Las plantas han sido desde entonces, son ahora y serán en el futuro, nuestras aliadas
más poderosas para procurar la salud y mantenerla.
Tenemos por el momento 221 especies reportadas con uso medicinal que se han
encontrado físicamente en Nuevo León. El número es un poco mayor, ya que algunos
géneros donde la gente no distingue las especies y/ó se utilizan de manera indistinta
112
los hemos agrupado bajo el género, pudiendo ser más de una ó dos especies, como
es el caso de los sauces (Salix spp), fresnos (Fraxinus spp), palmas chinas (Yucca spp),
y nopales (Opuntia spp).
Estas 221 ó más especies pertenecen a 180 géneros de 78 familias diferentes.
Es importante mencionar que no hacemos referencia al uso medicinal de hongos
en la zona, que es muy escaso, mas sí a líquenes (2 géneros de 2 familias), helechos
(1 especie) y fanerógamas (el resto de las especies). Las familias más representadas
son: Asteraceae con 33 especies, Lamiaceae 20 especies, Euphorbiaceae 13 especies,
Solanaceae 10 especies.
Estamos incluyendo tanto especies nativas de la región (156) como introducidas
y cultivadas (65 especies). En el caso de las especies introducidas, si se mencionan es
porque ejemplares de las mismas han sido encontradas físicamente en la región, no
estamos incluyendo a todas las especies que se comercian en nuestros mercados. Hay
casos donde el registro es raro, como los ejemplares de Vitex agnus castus (alucema
o mejor conocido como árbol casto), colectados en una comunidad del municipio
de Anáhuac que no lo hemos vuelto a encontrar en otras comunidades, o en el otro
extremo, algunas introducidas que se están cultivando ya incluso a manera comercial
como es la Azadirachta indica (árbol de neem) y la Melissa officinalis (melisa), ú otras
que están siendo utilizadas en la región como especies de ornato como el árbol de
olivo (Olea europea) o el Ginkgo biloba.
A continuación presentaremos las especies, primero desde una perspectiva taxo-
nómica, agrupadas por familia y, por último, enlistadas alfabéticamente por especie.
En este último listado se presenta, primero por el nombre científico, seguido, por su(s)
nombre(s) popular(es), la parte ó partes de la planta que se utilizan medicinalmente
y finalmente los usos reportados para las especies de manera resumida, ya sea en la
información etnobotánica cómo en la literatura técnica.
Este registro no pretende ser un registro final ya que aún hay ejemplares que no
hemos podido determinar su taxón por falta de material suficiente y el hecho de que
aún hay información etnobotánica que no ha sido documentada. De cualquier ma-
nera consideramos que es una buena fuente de información para los investigadores
interesados en el estudio de las plantas medicinales.
ACANTHACEAE AMARANTHACEAE
Jacobinia spicigera Alternanthera caracasana
Amaranthus retroflexus
AGAVACEAE Tidestromia lanuginosa
Agave americana
Agave striata var. falcata ANACARDIACEAE
Agave lechuguilla Rhus pachyrachis
Agave salmiana Schinus molle
113
APIACEAE Verbesina virginica
Eryngium sp Zaluzania triloba
Foeniculum vulgare
BALSAMINACEAE
ASCLEPIADACEAE Impatiens sp
Asclepias sp.
Asclepias curassavica BIGNONIACEAE
Tecoma stans
ASTERACEAE
Achillea millefolium BORAGINACEAE
Acourtia nana Borago officinalis
Ageratina altissima var. altissima Cordia boissierii
Ambrosia confertiflora Heliotropum angiospermum
Artemisia absinthium
Artemisia frígida BRASSICACEAE
Artemisia ludoviciana Brassica nigra
Bidens pilosa var. calcicola Brassica oleracea
Calendula officinalis Lepidium virginicum
Chromolaena bigelovii Raphanus sativus
Chrysactinia mexicana Rorippa nasturtium- aquaticum
Cirsium sp Sinapsis alba
Cynara scolymus
Echinacea laevigata BROMELIACEAE
Flourensia cernua Tillandsia recurvata
Gnaphalopsis micropoides Tillandsia usneoides
Gymnosperma glutinosum
Heterotheca inuloides BURSERACEAE
Lactuca sativa Bursera simaruba
Macharaenthera pinnatifida
Matricaria recutita CACTACEAE
Parthenium hysterophorus Echinocereus stramineus var. conglo-
Parthenium incanum meratus
Parthenium lozanianum Lophophora williamsii
Pseudognaphalium obtusifolium spp. Opuntia cantabrigiensis
saxicola Opuntia imbricada var. imbricata
Psilostrophe gnaphalodes Opuntia leptocaulis
Sanvitalia ocymoides Opuntia spp
Silybum marianum Pachycereus marginatum
Stevia rebaudiana Wilcoxia poselgeri
Tagetes lucida
Taraxacum officinale CAPRIFOLIACEAE
Thymophylla pentachaeta Sambucus nigra spp. canadensis
Thymophylla setifolia
114
CHENOPODIACEAE Caesalpinia mexicana
Chenopodium ambrosioides var ambrosioides Ceratonia siliqua
Chenopodium graveolens Dalea sp
Eysenhardtia polystachyia
COMELINACEAE Eysenhardtia texana
Commelina erecta var. angustifolia Mimosa malacophylla
Parkinsonia aculeata
CUCURBITACEAE Prosopis glandulosa var. glandulosa
Cucurbita pepo Prosopis laevigata
Sechium edule Senna lindheimeriana
Senna bauhinioides
EBENACEAE
Diospyros texana FAGACEAE
Quercus spp
EPHEDRACEAE
Ephedra trifurca FOUQUIERIACEAE
Fouquieria splendens var. splendens
EQUISETACEAE
Equisetum arvense GENTIANACEAE
Centaurium calycosum
ERICACEAE
Arctostaphylos pungens GERANIACEAE
Pelargonium zonale
EUPHORBIACEAE
Acalypha monostachya GINGKOACEAE
Cnidoscolus chayamansa Gingko biloba
Croton ciliatoglandulifer
Croton dioicus HYDROPHYLLACEAE
Croton incanus Nama sp
Croton monanthogynus
Euphorbia antisyphilitica JUGLANDACEAE
Euphorbia maculata Juglans nigra
Euphorbia postrata Juglans regia
Jatropha dioica var. graminea
Pedilanthus tithymaloides KOEBERLINEACEAE
Ricinus communis Koeberlinia spinosa
Stillingia sylvatica
Tragia glandulifera KRAMERIACEAE
Krameria ramosissima
FABACEAE
Acacia farnesiana ssp. farnesiana LAMIACEAE
Acacia rigidula Cedronella mexicana
Bahuinia divaricata Hedeoma drummondii
Lavandula dentata
115
Leonotis nepetifolia MELIACEAE
Marrubium vulgare Azadirachta indica
Melissa officinalis
Mentha piperita MORACEAE
Mentha spicata Ficus carica
Nepeta cataria Morus nigra
Ocimum basilicum
Origanum majorana MYRTACEAE
Origanum vulgare Eucalyptus globulus
Poliomintha longiflora Psidium guajava
Rosmarinus officinalis
Salvia ballotaeflora NYCTAGINACEAE
Salvia coccinea Allionia choisyi
Salvia officinalis Allionia incarnata var. incarnata
Salvia sp Boerhavia coccinea
Teucrium cubense Bougainvillea glabra
Thymus vulgaris
OLEACEAE
LAURACEAE Fraxinus spp
Cinnamomum verum Olea europea
Lindera benzoin
Litsea pringlei ONAGRACEAE
Persea americana Oenothera rosea
Sassafras albidum
PAPAVERACEAE
LILIACEAE Argemone mexicana var. mexicana
Allium cepa Argemone sanguinea
Allium sativum
Aloe vera PARMELIACEAE
Sansevieria zeylanica Usnea sp
Yucca spp
PASSIFLORACEAE
LINACEAE Passiflora incarnata
Linum usitatissimum
PHYTOLACACEAE
LOGANIACEAE Phytolacca octandra
Buddleja cordata var. cordata
Buddleja marrubiifolia PINACEAE
Buddleja scordioides Pinus spp
MALVACEAE PIPERACEAE
Malvastrum americanum Piper sanctum
Sida abutifolia
116
PLANTAGINACEAE SAPOTACEAE
Plantago major Bumelia celastrina
POACEAE SCROPHULARIACEAE
Cenchrus incertus Castilleja lanata
Coix lachryma-jobi Leucophyllum frutescens
Cymbopogon citratus
Zea mays SELAGINELLACEAE
Selaginella lepidophylla
PTERIDACEAE
Notholaena aurea SIMARUBACEAE
Castela erecta spp. texana
PORTULACACEAE
Portulaca oleracea SMILACACEAE
Smilax bona nox
PUNICACEAE Smilax tamnoides
Punica granatum
SOLANACAEAE
RAMALINACEAE Capsicum annum var. glabriusculum
Ramalina sp Datura inoxia
Datura sp.
RANUNCULACEAE Nicotiana glauca
Clematis drummundii Nicotiana trigonophylla
Physalis pubescens
RESEDACEAE Solanum chrysotrichum
Reseda odorata Solanum ptychanthum
Solanum rostratum
RHAMNACEAE
Karwinskia humboldtiana TROPAEOLACEAE
Tropaeolum majus
ROSACEAE
Crataegus mexicana TURNERACEAE
Purshia plicata Turnera diffusa
Rosa centifolia
ULMACEAE
RUTACEAE Celtis pallida
Citrus aurantifolia
Citrus aurantium URTICACEAE
Citrus limon Urtica dioica
Helietta parvifolia
Ruta chalepensis VERBENACEAE
Lantana camara
SALICACEAE Vitex agnus castus
Salix spp
117
VISCACEAE ZINGIBERACEAE
Arceuthobium vaginatum Curcuma longa
Phoradendron tomentosum Zingiber officinalis
VITACEAE ZYGOPHILLACEAE
Cissus incisa Guaiacum angustifolium
Larrea tridentata
Acacia rigidula
Chaparro prieto. Parte aérea; antiinflamatorio, antivomitivo, antioxidante.
Acalypha monostachya
Hierba del cáncer. Parte aérea; infecciones de la piel, heridas, duchas cáncer vaginal,
cólicos estomacales.
Achillea millefolium
Milenrama, plumajillo, real de oro. Parte aérea; cicatrizante, antiinflamatorio, tónico
venoso, tónico matriz, cólicos menstruales, menstruación irregular, hemorroides,
dispepsia.
Acourtia nana
Pionía. Raíz; pulmonía, estreñimiento.
Agave americana
Maguey. Cutícula; hemostático. Hoja; antiinflamatorio tópico. Aguamiel; nutritivo,
diurético, digestivo, estreñimiento, fortalecedor óseo, hipocolesterémico, antitu-
moral, antioxidante.
Agave lechuguilla
Lechuguilla, amole. Tallo; jabón, antimicótico, infecciones de la piel.
118
Agave salmiana
Maguey pulquero. Cutícula; hemostático. Hoja; antiinflamatorio tópico. Aguamiel;
nutritivo, diurético, digestivo, estreñimiento, fortalecedor óseo, hipocolesterémico,
antitumoral, antioxidante.
Allionia choisyi
Hierba de la hormiga. Parte aérea; problemas renales y de la vejiga, ampollas.
Allium cepa
Cebolla. Catafilo; hemostático.
Allium sativum
Ajo. Bulbo; antibiótico, hipocolesterémico, hipotensor, reumas, ciática, circulación.
Aloe vera
Sábila. Hoja; antiinflamatorio, cicatrizante, quemaduras, golpes, heridas, hipoglice-
miante, infecciones de la piel, gastritis, colitis, úlceras digestivas, estreñimiento.
Alteranthera caracasana
Tianguis, verdolaga de puerco. Raíz; febrífugo.
Amaranthus retroflexus
Quelite. Hojas y flores; hipotensor.
Ambrosia confertiflora
Amargosa. Parte aérea; empacho y “susto”.
Arceuthobium vaginatum
Crameria. Tallos; hipoglicémica.
Arctostaphylos pungens
Manzanita, pingüica. Hojas y fruto; diurético, cistitis, litiasis renal, antidiarreico,
febrífugo.
Argemone mexicana
Cardo, chicalote. Látex; cataratas. Pétalos; sedante, cefaleas.
119
Argemone sanguinea
Cardo, chicalote. Látex; cataratas. Pétalos; sedante, cefalas.
Artemisia absinthium
Ajenjo, ajenjo español. Parte aérea; antiparasitario, dispepsias, aperitivo, empacho,
febrífugo.
Artemisia frigida
Estafiate, ajenjo del país. Parte aérea; antiparasitario, dispepsias, aperitivo, empacho,
febrífugo.
Artemisia ludoviciana
Estafiate, ajenjo del país. Parte aérea; antiparasitario, dispepsias, aperitivo, empacho,
febrífugo.
Asclepias curassavica
Plato y taza. Hojas; como amuleto contra las hemorroides.
Asclepias sp
Romerito. Hojas; infecciones en la piel.
Azadirachta indica
Neem. Hojas, corteza y frutos; hipoglicémico, antibiótico, hipotensor, insecticida,
espermaticida, digestivo amargo.
Bauhinia divaricata
Pata de vaca. Hojas; hipoglicémico.
Boheravia coccinea
Hierba de la hormiga. Parte aérea; problemas renales.
Borago officinalis
Borraja. Parte aérea; tos, fiebre, gripes.
Bougainvillea glabra
Buganvilea. Flores; antitusígeno, antibiótico.
Brassica nigra
Mostaza negra. Semillas; expectorante, irritante.
120
Brassica oleracea
Repollo, col. Raíz; pulmonía. Hojas; úlceras varicosas y digestivas.
Buddleja marrubiifolia
Salvia de bolita, suelda. Hojas; cólicos estomacales, antidiarreico, aperitivo, niños
lactantes.
Buddleja scordioides
Escobilla, suelda. Hojas; empacho y “frialdad”.
Bumelia celastrina
Coma. Hojas; empacho, tos.
Bursera simaruba
Palo mulato. Tallo; pulmonía.
Caesalpinia mexicana
Potro, retamilla, tabachin del monte. Hojas; laxante. Tallos; como “amuleto” para la
inflamación de ganglios inguinales.
Calendula officinalis
Caléndula, Reyna, Mercadela. Flor; cicatrizante, emoliente, antiséptico.
Castilleja lanata
Hierba de la almorrana. Toda; hemorroides.
Cedronella mexicana
Toronjil. Parte aérea; insomnio, nerviosismo, cefalea tensional, dolor de pecho y
corazón.
Celtis pallida
Granjeno. Hojas; cefaleas.
121
Cenchrus incertus
Cadillo. Toda; problemas renales, cistitis.
Centaurium calycosum
Centaura. Toda; hipoglicémica.
Ceratonia siliqua
Algarrobo, “pan gonzalitos”. Fruto; antidiarreico, nutritivo, sustituto de chocolate.
Chenopodium graveolens
Epazote de zorrillo. Parte aérea; antiparasitário, diarreas.
Chromolaena bigelovii
Ámbula. Hojas; hipoglicémica, digestiva, aperitiva, cólicos estomacales.
Chrysactinia mexicana
Hierba de San Nicolás, falsa damiana. Parte aérea; infertilidad, afrodisíaca, disfunción
eréctil, antiparasitaria, antidiarreica.
Cirsium sp
Cardo santo. Parte aérea; antiasmático.
Cissus incisa
Hierba del buey. Hojas; infecciones en la piel, abscesos, tumores.
Citrus aurantifolia
Lima. Tallo; diurético, obesidad.
Citrus aurantium
Azahar, naranjo agrio. Hojas y flores; digestivo, sedante, cefalea tensional, aperiti-
vo.
Citrus limonia
Limón. fruto; antirreumático, vitamínico.
Clematis drummundii
Barbas de chivo. Hojas; caída de cabello, congestión nasal, infecciones de la piel,
dolor de muelas.
122
Cnidoscolus chayamansa
Chaya. Hojas; nutritivo, hipocolesterémico, hipoglicémico, reductor de ácido úrico,
depurativo, antianémico, mejora de la circulación.
Coix lachryma-jobi
Lágrimas de Job. Parte aérea; hipoglicémica.
Cordia boissierii
Anacahuita. Hojas, flores y frutos; antitusígeno, febrífugo.
Crataegus mexicana
Tejocote. Tallos y flores; hipoglicémico, obesidad, cardiotónico.
Croton ciliatoglandulifer
Enchiladora, palillo. Parte aérea; febrífugo, piquetes de insectos. Raíz; cizotes.
Croton dioicus
Hierba del gato. Toda; laxante.
Croton incanus
Salvia, salvia de monterrey, salvia de los niños. Hojas; antianémico, aperitivo, niños
lactantes, digestivo.
Croton monanthogynus
Hierba del gato. Toda; laxante.
Curcuma longa
Azafrán, azafrán de raíz, azafrán del pobre. Rizoma; antioxidante, antiinflamatório,
reumatismo, artritis, tendinitis, aperitivo, digestivo.
Cucurbita pepo
Calabaza. Semilla; antiparasitario, prostatitis.
Cymbopogon citratus
Zacate limón. Hojas; antioxidante, digestivo, carminativo, sudorífico.
Cinnamomum vernum
Canela. Corteza; dolores de parto y “dolor de aire”, hipoglicémico, sudorífico, anti-
séptico bucal, estimulante, digestivo, carminativo.
123
Cynara scolymus
Alcachofa. Hojas; digestivo, tónico hepático, antioxidante, aperitivo.
Dalea sp
Ramón. Hojas; estreñimiento, empacho.
Datura inoxia
Toloache. TOXICA. Hojas; tópicamente como analgésico, desinfectante, hemorroides.
Diospyros texana
Chapote. Fruto; granos y cizotes.
Echinacea laevigata
Echinacea. Toda; inmunoestimulante, inmunomodulador, enfermedades respiratorias,
gripes, resfríos.
Ephedra trifurca
Canutilla, pitorreal, popotillo. Parte aérea; diurético, obesidad, enfermedades vené-
reas, en veterinaria para facilitar el parto como oxitócico.
Equisetum arvense
Cola de caballo. Parte aérea; diurético, cicatrizante, utilizado en alergias, artritis,
reumatismo, gota, psoriasis, y como mineralizante.
Eryngium sp
Hierba del sapo. Parte aérea; hipocolesterolémico, obesidad.
Eucalyptus globulus
Eucalipto. Hojas y frutos; tos, bronquitis, laringitis, asma, gripes, resfriados, diabetes,
antiséptico.
Euphorbia antisyphilitica
Candelilla. Tallo; bronquitis.
Euphorbia maculata
Golondrina. Parte aérea y látex; desinfectante de heridas leves, cicatrizante, hemo-
rroides, tiña, cataratas, vaginitis.
Euphorbia postrata
Golondrina. Parte aérea y látex; desinfectante de heridas leves, cicatrizante, hemo-
rroides, tiña, cataratas, vaginitis.
124
Eysenhardtia polystachyia
Palo azul, vara dulce, taray. Tallo; diurético, “para prevenir enfermedades”, cicatri-
zante, febrífugo.
Eysenhardtia texana
Palo azul, vara dulce, taray. Tallo; diurético, “para prevenir enfermedades”, cicatri-
zante, febrífugo.
Ficus carica
Higuera. Hojas; hemorragias internas. Látex; verrugas.
Flourensia cernua
Hojasén. Hojas; antidiarreico, digestivo, aperitivo, cólicos estomacales, empacho,
expectorante, desinfectante, antiparasitario.
Foeniculum vulgare
Hinojo. Parte aérea; digestivo, cólicos estomacales, carminativo, galactógeno, afrodisíaco.
Fraxinus spp
Fresno. Hojas y corteza; dolor de cabeza, insolación.
Gingko biloba
Hojas; problemas de circulación, problemas de memoria, tinitus, laberintitis, demen-
cia senil.
Gnaphalopsis micropoides
Hierba de la virgen, hierba del pelotazo, pachona. Parte aérea; digestivo, cólicos
estomacales, empacho, tos.
Guaiacum angustifolium
Guayacán. Tallo y raíz; antiinfamatoria, astringente, antidiarreica, enjuagues bucales
para “amacizar la dentadura”, evitar la caída de cabello.
Gymnosperma glutinosum
Tatalencho, pegajosa. Parte aérea; externamente como analgésico en reumatismo,
golpes y artralgias, cicatrizante. Internamente como antidiarreico.
Hedeoma drummondii
Poleo. Parte aérea; digestivo, carminativo, insomnio, nerviosismo, descongestionante
respiratorio.
125
Helietta parvifolia
Barreta. Hojas y tallos; “amacizar” las encías y los dientes, piorrea.
Heliotropum angiospermum
Hierba del alacrán. Parte aérea; infecciones de la piel.
Heterotheca inuloides
Árnica. Hojas, tallos y flores; golpes, infecciones de la piel, reumatismo, cicatrizante,
antiinflamatorio.
Impatiens sp
Belén. Hojas; infecciones de la piel.
Jacobinia spicigera
Muicle. Parte aérea; cólicos estomacales, anemia, tónico cardiaco.
Juglans nigra
Nogal negro, nogal encarcelado. Corteza y hojas; antiinflamatorio, golpes, heridas,
gastritis, colitis, antidiarreico, antivaricoso, hemorroides, caída del cabello, para os-
curecer las canas, para evitar estrías en la piel. Perícarpo; antimicótico, antibiótico.
Juglans regia
Nogal. Corteza y hojas; antiinflamatorio, golpes, heridas, gastritis, colitis, antidiarreico,
antivaricoso, hemorroides, caída del cabello, para oscurecer las canas, para evitar
estrías en la piel.
Karwinskia humboldtiana
Coyotillo, tullidora. TÓXICA. Tallo; dolores de muelas en enjuagues.
Koeberlinia spinosa
Junco. Tallo; dolor de estómago.
Krameria ramosissima
Calderona, zarzaparrilla. Tallo; tónico sanguíneo, antianémico, para “amacizar la
dentadura”.
Lactuca sativa
Lechuga. Hojas; para tranquilizar a los niños. Raíz; bronquitis.
126
Larrea tridentata
Gobernadora. PLANTA DE RIESGO (Puede causar hepatotoxicidad). Hojas; dolor de
estomago, dolor de bazo, cálculos renales, cálculos vesicales, paludismo, artritis,
antiséptico, cicatrizante, infecciones de la piel, antibiótico, antimicótico, mareos.
Lavandula dentata
Lavanda, alucema. Hojas y flores; digestivo, sedante suave, dolor de cabeza, nervio-
sismo.
Leonotis nepetaefolia
Cabezona del huerto. Parte aérea; “dolor de aire”.
Lepidium virginicum
Lentejilla. Parte aérea; dolores e inflamación de las vías digestivas.
Leucophyllum frutescens
Cenizo. Hojas; febrífugo, antitusígeno, enfermedades respiratorias, asma, tónico
hepático, hepatitis, infecciones de la piel, reumatismo.
Lindera benzoin
Laurel. Hojas; sudorífico, antitusígeno, asma, dolor de cabeza, nerviosismo, insomnio,
antivomitivo, antinausea.
Linum usitatissimum
Linaza. Semillas; estreñimiento, reductor del apetito, inflamaciones de piel y gástricas,
irritación de la piel, golpes, quemaduras.
Litsea pringlei
Laurel. Hojas; sudorífico, antitusígeno, asma, dolor de cabeza, nerviosismo, insomnio,
antivomitivo, antináusea.
Lophophora williamsii
Peyote. Tallo; uso ceremonial, anoréxico, analgésico y antiséptico local.
Macharaenthera pinnatifida
Árnica. Hojas, tallos y flores; golpes, infecciones de la piel, reumatismo, cicatrizante,
antiinflamatorio.
Malvastrum americanum
Malva. Hojas; infecciones e irritaciones cutáneas, bronquitis.
Marrubium vulgare
Marrubio. Parte aérea; estimular la secreción de bilis, digestivo, aperitivo, antidiarréi-
co, febrífugo, cólicos estomacales, diurético, congestión bronquial, obesidad.
127
Matricaria recutita
Manzanilla. Flores; cólicos estomacales y menstruales, indigestión, nausea, mareos,
dolor de cabeza, carminativo, antiséptico, infecciones de la piel, acné, cicatrizante,
conjuntivitis oftálmica y nasal, antitóxica, sedante, antiinflamatoria, carminativa.
Melissa officinalis
Melisa, toronjil español. Parte aérea; relajante, nerviosismo, insomnio, digestivo,
carminativo, antioxidante, inmunoestimulante, antiviral (herpes), enuresis.
Mentha X piperita
Menta. Parte aérea; relajante, nerviosismo, insomnio, digestivo, carminativo, antioxi-
dante, antiviral, dolor de cabeza, descongestionante respiratorio, nauseas, mareos,
refrescante bucal.
Mentha spicata
Hierbabuena. Parte aérea; sedante, digestiva, carminativa, cólicos estomacales, an-
tiparasitaria, antidiarreica, cólicos menstruales, halitosis, antivomitiva.
Mimosa malacophylla
Carrasquilla. Parte aérea; diurética, cálculos renales.
Morus nigra
Moral. Hojas; hipoglicémico.
Nama sp
Chisme. Hojas; enfermedades del corazón.
Rorippa nasturtium-aquaticum
Mastuerzo. Toda; vitamínico, antiescorbútico, antianémico, estimula el metabolismo,
obesidad, digestivo.
Nepeta cataria
Toronjil. Parte aérea; dolor de pecho y corazón.
Nicotiana glauca
Gigante. TOXICA. Hojas; analgésico tópico, dolores de cabeza, dolores reumáticos,
artríticos.
Nicotiana trigonophylla
Tabaquillo. TOXICA. Hojas; analgésico tópico, dolores de cabeza, dolores reumáticos,
artríticos.
Notholaena aurea
Helecho, calaguala. Frondas; asma, resfríos, pulmonía, bronquitis.
128
Ocimum basilicum
Albahacar. Parte aérea; digestiva, antiparasitaria, sedante, cólicos estomacales, dolor de
cabeza, antitusígeno, antibiótico, antimicótico, para “dolor de aire, susto, mal de ojo”.
Oenothera rosea
Hierba del golpe. Parte aérea; antiinflamatorio, golpes.
Olea europea
Olivo. Hojas; antibiótico, hipocolesterolémico, hipotensor, antiinflamatorio.
Opuntia cantabrigiensis
Nopal cuijo. Cladodios; febrífugo, inflamación de anginas, hipoglicémico.
Opuntia leptocaulis
Tasajillo. Jugo del fruto; punzadas en el oído. Raíz; empacho.
Opuntia spp
Nopales. Cladodios; hipoglicémico, hipocolesterémico, estreñimiento, obesidad.
Origanum majorana
Mejorana. Parte aérea; tos, bronquitis, amigdalitis, faringitis, ronquera, digestivo.
Origanum vulgare
Orégano. Parte aérea; tos, bronquitis.
Pachycereus marginatum
Órgano. Tallo; hipoglicémico, febrífugo.
Parkinsonia aculeata
Eetama. Hojas y tallos jóvenes; tos, hipoglicémico.
Parthenium hysterophorus
Hierba amargosa, hierba del pajarito, quesitos de pájaro. Parte aérea en floración;
analgésico, antiinflamatorio, cefaleas, artralgias, reumatismos, neuralgia, dolor de
oído.
Parthenium incanum
Mariola. Parte aérea en floración; dolores estomacales, antidiarreico, febrífugo.
Parthenium lozanianum
Mariola. Parte aérea; dolores estomacales, antidiarreico, febrífugo.
129
Passiflora incarnata
Pasionaria, flor de la pasión. Parte aérea; relajante, insomnio, nerviosismo, utilizado
para niños inquietos.
Pedilanthus tithymaloides
Perico. Hojas; granos en la piel.
Pelargonium zonale
Geranio. Flores; tónico del corazón. Hojas y tallos; dolores musculares, relajante.
Persea americana
Aguacate. Semilla; antibiótico, infecciones de la piel, para “sanar el ombligo después
de cortar el cordón umbilical”. Hojas; digestivo, expectorante, emenagogo, febrífugo.
Pulpa del fruto; emoliente de la piel, cabello reseco, afrodisíaco.
Phoradendron tomentosum
Injerto. Tallos y hojas (FRUTO TÓXICO); várices, infecciones renales, cólico menstrual,
hipoglicémico.
Physalis pubescens
Costomate. Raíz; cólicos estomacales, digestivo, secretor de bilis, empacho.
Phytolacca octandra
Mazorquilla, cóngora, góngora. Frutos maduros; antimicótico, tiña, colorante. Raíz;
laxante, estimulante metabólico, obesidad.
Pinus spp
Pino, ocote. Tallo; expectorante.
Piper sanctum
Hoja santa, palo santo. Hojas; emoliente, antiséptico, cicatrizante, antiinflamatorio,
hipoglicémico. Irritación de la piel, raspones, heridas, golpes.
Plantago major
Llantén. Infrutescencias; pulmonía, estreñimiento.
Poliomintha longiflora
Orégano. Parte aérea; tos, bronquitis.
Portulaca oleracea
Verdolaga. Parte aérea; várices, arrugas de la piel, nutritivo, mineralizante.
130
Prosopis glandulosa var. glandulosa
Mezquite. Hojas y corteza; diarreas, gastritis, garganta irritada, heridas leves. Tallo;
menstruación excesiva. Goma; diarreas, afecciones de la garganta.
Prosopis laevigata
Mezquite. Hojas y corteza; diarreas, gastritis, garganta irritada, heridas leves. Tallo;
menstruación excesiva. Goma; diarreas, afecciones de la garganta.
Psidium guajava
Guayaba. Hojas; antiparasitario, antidiarreico. Fruto; diarreas, vitamínico.
Psilostrophe gnaphalodes
Hierba del lobo. Hojas; granos e infecciones.
Punica granatum
Granado. Hojas; antiparasitario, amebicida, diurético. Fruto; antioxidante.
Purshia plicata
Rosa de castilla del monte, rosa de castilla cimarrona. Hojas; antidiarreico, cólicos
estomacales
Quercus spp
Encinos. Corteza; antiinflamatoria, hipoglicémica, golpes, diarreas, gastritis.
Ramalina sp
Pulmonaria. Toda; pulmonía, bronquitis.
Raphanus sativus
Rábano. Raíz; pulmonía.
Reseda odorata
Resedad. Flores; cólicos estomacales.
Rhus pachyrachis
Lantrisco. Tallo y hojas; hipoglicémico.
Ricinus communis
Higuerilla. Hojas (uso tópico); úlceras varicosas, galactógeno, dolor de cabeza,
fiebre, dolor de vientre, inflamaciones musculatres, golpes, dolores reumáticos y
artríticos.
131
Rosa centifolia
Rosa. Pétalos; laxante suave infantil, emoliente de la piel, cicatrizante.
Rosmarinus officinalis
Romero. Hoja; internamente como estimulante, digestiva, para la baja presión ar-
terial, emenagogo, carminativo, problemas de memoria. Externamente para; acné,
piel grasosa, caída del cabello, seborrea, recoger la piel y el tejido vaginal después
del parto, cicatrizante.
Ruta chalepensis
Ruda. Parte aérea; falta de menstruación, menstruación irregular, cólicos menstruales,
dolor de cabeza, cólicos estomacales, antidiarreico. Externamente, dolor de oído,
para combatir piojos y pulgas.
Salix spp
Sauces. Hojas y corteza; fiebre, dolor de cabeza, dolores reumáticos, musculares y
artríticos.
Salvia ballotaeflora
Peistón. Parte aérea; dolor de estomago.
Salvia coccinea
Mirto. Hojas, cólicos estomacales, diarreas, dolores musculares. Semillas; limpieza
de la conjuntiva ótica.
Salvia officinalis
Salvia de olor, salvia española. Hojas; digestivo, relajante, insomnio, cicatrizante,
antiséptico, antiinflamatorio.
Salvia sp
Betónica. Hojas, descongestionante respiratorio, digestivo.
Sansevieria zeylanica
Guaco. Hojas; picaduras de insectos, arañas y alacranes.
Sanvitalia ocymoides
Huarachera. Toda; hemorragias internas.
Sassafras albidum
Sasafrás. Corteza; digestivo, tónico sanguíneo, anemias.
132
Senna bauhinioides
Pata de res. Hojas; antidiarreico. Raíz; granos y cizotes.
Senna lindheimeriana
Hierba del cizote. Raíz; granos y cizotes.
Schinus molle
Pirul. Goma; cataratas. Hojas y frutos; analgésico externo.
Sechium edule
Chayote. Fruto; diabetes.
Selaginella lepidophylla
Doradilla, flor de peña. Toda; diurético, cálculos renales, cistitis. Externamente como
hemostático.
Silybum marianum
Cardo mariano, cardo lechoso. Semillas; tónico, regenerador y protector del hígado,
alergias, problemas renales, antioxidante.
Sida abutifolia
Hierba del buen día. Parte aérea; gripes y resfriados.
Sinapsis alba
Mostaza blanca. Semillas; expectorante, irritante.
Smilax tamnoides
Cocolmeca. Raíz; diurético, estimulante metabólico, obesidad.
Solanum chrysotrichum
Sosa. Hojas; infecciones de la piel, cáncer.
Solanum pychanthum
Hierbamora. Parte aérea; enfermedades renales, bronquitis.
Solanum rostratum
Duraznillo, mala mujer, manca mula. Parte aérea; antitusígeno.
Stevia rebaudiana
Hierba dulce, estevia. Parte aérea; endulzante para diabetes y obesidad.
133
Stillingia sylvatica
Hierba del sapo. Latex (IRRITANTE); externamente contra cizotes.
Tagetes lucida
Yerbanís, pericón. Parte aérea; digestivo, dolor estomacal. Externamente para infec-
ciones de la piel y como repelente de insectos.
Taraxacum officinale
Diente de león. Toda; digestivo, aperitivo, tónico del hígado, riñón y páncreas, diuré-
tico, mineralizante, antianémico.
Tecoma stans
Tronadora, árbol de San Pedro. Hojas; hipoglicémico.
Teucrium cúbense
Verbena, verbena blanca. Parte aérea; fiebres, esta es la planta más reportada para
control de temperatura en la región.
Thymophylla pentachaeta
Limoncillo, parraleña, simonillo. Parte aérea; digestivo, cólicos estomacales, empa-
cho, tos.
Thymophylla setifolia
Limoncillo, parraleña. Parte aérea; digestivo, cólicos estomacales, empacho, tos.
Tidestromia lanuginosa
Oreja de ratón. Parte aérea; hipoglicémica, enfermedades urinarias, dolor de estó-
mago.
Tillandsia recurvata
Paistle. Toda; dolor de estómago, tos y bronquitis. Externamente para quemaduras.
En enjuagues para dolor dental.
Tillandsia usneoides
Paistle. Toda; dolor de estómago, tos y bronquitis. Externamente para quemaduras.
En enjuagues para dolor dental.
Tragia glandulifera
Ortiguilla. Toda; “mal del susto”.
Tropaeolum majus
Mastuerzo. Hojas; infecciones de la piel, aftas bucales, dolores dentales, dolor de
oídos, antiescorbútico, amigdalitis, favorecer la circulación linfática, antianémica.
134
Turnera diffusa
Hierba del venado, damiana, hierba de la loma. Hojas; afrodisíaco, diurético, disfunción
sexual, frigidez, infertilidad, agotamiento físico y mental, digestivo, hipoglicémico.
Urtica dioica
Ortiga. Parte aérea; antiinflamatoria, analgésica, artralgias, dolores reumáticos, ciática,
mineralizante, diurético, desintoxicante, antianémico. Fresca se aplica para distintos
tipos de dolores e inflamaciones. Raíz; inflamación prostática benigna.
Usnea sp
Pulmonaria. Toda; pulmonía y bronquitis.
Verbesina virginica
Capitana. Hojas; granos y heridas.
Wilcoxia poselgeri
Sacasil. Raíz en emplasto; torceduras, fracturas, astilladuras.
Yucca spp
Palma china, palma pita. Hojas; artritis. Cenizas de las hojas; problemas estomacales
de infantes.
Zaluzania triloba
Altamis. Hojas; dolor de oídos, piquetes de insectos.
Zea mays
Pelos de elote, maíz. Pistilos; diurético, cistitis, cálculos renales.
Zingiber officinalis
Jengibre. Rizoma; antiinflamatorio, expectorante, estimulante circulatorio, antináusea,
artritis, reumatismo, caída del cabello.
135
Albahacar Ocimum basilicum
Albarda Fouquieria splendens var. splendens
Alcachofa Cynara scolymus
Algarrobo Ceratonia siliqua
Altamis Zaluzania triloba
Anacahuita Cordia boissierii
Árnica Heterotheca inuloides
Árnica Macharaenthera pinnatifida
Azafrán Curcuma longa
Azahar Citrus aurantium
Azulema Vitex agnus castus
Barbas de chivo Clematis drummundii
Barreta Helietta parvifolia
Belén Impatiens sp
Berro Rorippa nasturtium aquaticum
Betónica Salvia sp
Biznaga de pitaya Echinocereus stramineus var. conglomeratus
Borraja Borago officinalis
Buganvillea Bougainvillea glabra
Cabezona del huerto Leonotis nepetifolia
Cadillo Cenchrus incertus
Calabaza Cucurbita pepo
Calaguala Notholaena aurea
Caléndula Calendula officinalis
Calderona Krameria ramosissima
Candelilla Euphorbia antisyphilitica
Canela Cynamomum verum
Canutilla Ephedra trifurca
Capitana Verbesina virginica
Cardo santo Cirsium spp
Cardo mariano Silybum marianum
Cebolla Allium cepa
Cenizo Leucophyllum frutescens
Centaura Centaurium calycosum
Chaparro amargo Castela erecta ssp. texana
Chaparro prieto Acacia rigidula
Chapote Diospyros texana
136
Charrasquilla Mimosa malacophylla
Chaya Cnidoscolus chayamansa
Chayote Sechium edule
Chía del monte (mirto) Salvia coccinea
Chicalote Argemone mexicana var. mexicana
Chicalote Argemone sanguinea
Chile de monte Capsicum annum var. glabriusculum
Chisme Nama sp
Cocolmeca Smilax tamnoides
Cola de caballo Equisetum arvense
Coma Bumelia celastrina
Cóngora Phytolacca octandra
Costomate Physalis pubescens
Coyonoxtle Opuntia imbricata var. imbricata
Coyotillo Karwinskia humboldtiana
Crameria Arceuthobium vaginatum
Damiana Turnera diffusa
Diente de león Taraxacum officinale
Doradilla Selaginella lepidophylla
Drago Jatropha dioica var. graminea
Duraznillo Solanum rostratum
Enchiladota Croton ciliatoglandulifer
Encino Quercus spp
Epazote Chenopodium ambrosioides var. ambrosioides
Epazote de zorrillo Chenopodium graveolens
Escobilla Buddleja scordioides
Espadín Agave falcata
Estafiate Artemisia frigida
Estafiate Artemisia ludoviciana
Eucalipto Eucalyptus globulus
Falsa damiana Chrysactinia mexicana
Falsa zarzaparrilla Krameria ramosissima
Flor de peña Selaginella lepidophylla
Fresno Fraxinus spp
Gatuño Mimosa malacophylla
Geranio Pelargonium zonale
Gigante Nicotiana glauca
137
Gobernadora Larrea tridentata
Golondrina Euphorbia maculata
Golondrina Euphorbia postrata
Góngora Phytolacca octandra
Gordolobo Pseudognaphalium obtusifolium ssp. saxicola
Granado Punica granatum
Granjeno Celtis pallida
Guaco Sansevieria zeylanica
Guayacán Guaiacum angustifolium
Helecho Notholaena aurea
Hierba amargosa Parthenium hysterophorus
Hierba de la almorrana Castilleja lanata
Hierba de la hormiga Allionia choisyi
Hierba de la hormiga Allionia incarnata var. incarnata
Hierba de la hormiga Boerhavia coccinea
Hierba de la virgen Gnaphalopsis micropoides
Hierba de san Nicolás Chrysactinia mexicana
Hierba del alacrán Heliotropum angiospermum
Hierba del buen día Sida abutifolia
Hierba del buey Cissus incisa
Hierba del burro Senna bauhinioides
Hierba del burro Ageratina altissima var. altissima
Hierba del cáncer Acalypha hederacea
Hierba del cizote Cassia lindheimeriana
Hierba del gato Croton dioicus
Hierba del gato Croton monanthogynus
Hierba del golpe Oenothera rosea
Hierba del lobo Psilostrophe gnaphalodes
Hierba del pelotazo Gnaphalopsis micropoides
Hierba del pollo Commelina erecta var. angustifolia
Hierba del potro Caesalpinia mexicana
Hierba del sapo Eryngium sp
Hierba del sapo Stillingia sylvatica
Hierbabuena Mentha spicata
Hierbamora Solanum ptychanthum
Higuera Ficus carica
Higuerilla Ricinus communis
138
Hinojo Foeniculum vulgare
Hojasén Flourensia cernua
Huarachera Sanvitalia ocymoides
Huizache Acacia farnesiana ssp. farnesiana
Injerto Phoradendron tomentosum
Jarilla Gymnosperma glutinosum
Junco Koeberlinia spinosa
Lágrimas de San Pedro Coix lachryma-jobi
Lantrisco Rhus pachyrachis
Laurel Litsea pringlei
Lechuga Lactuca sativa
Lechuguilla Agave lechuguilla
Lentejilla Lepidium virginicum
Lima Citrus aurantifolia
Limón Citrus limon
Limoncillo Thymophylla pentachaeta
Limoncillo Thymophylla setifolia
Llantén Plantago major
Maguey Agave americana
Maguey pulquero Agave salmiana
Mala mujer Solanum rostratum
Malva Malvastrum americanum
Manca mula Solanum rostratum
Manzanilla Matricaria recutita
Manzanita Arctostaphylos pungens
Mariola Parthenium incanum
Mariola Parthenium lozanianum
Marrubio Marrubium vulgare
Mastuerzo Tropaeolum majus
Mazorquilla Phytolacca octandra
Mejorana Origanum majorana
Menta Mentha X piperita
Mezquite Prosopis glandulosa var. glandulosa
Mezquite Prosopis laevigata
Milenrama Achillea millefolium
Mirto Salvia coccinea
Moral negro Morus nigra
139
Mostaza blanca Sinapsis alba
Mostaza negra Brassica nigra
Muicle Justicia spicigera
Naranjo agrio Citrus aurantium
Níspero Cydonia oblonga *
Nogal Juglans regia
Nogal encarcelado Juglans nigra
Nopal Opuntia spp
Nopal cuijo Opuntia cantabrigiensis
Ocote Pinus spp
Ocotillo Fouquieria splendens var.splendens
Orégano Origanum vulgare
Orégano de Nuevo León Poliomintha longiflora
Oreja de ratón Tidestromia lanuginosa
Órgano Pachycereus marginatum
Ortiga Urtica dioica
Ortiguilla Tragia glandulifera
Pachona Gnaphalopsis micropoides
Paistle Tillandsia recurvata
Paistle Tillandsia usneoides
Palillo Croton ciliatoglandulifer
Palma china Yucca spp
Palma pita Yucca spp
Palo azul Eysenhardtia polystachya
Palo azul Eysenhardtia texana
Palo mulato Bursera simaruba
Palo santo Piper sanctum
Parraleña Thymophylla pentachaeta
Parraleña Thymophylla setifolia
Pata de res Senna bahuinioides
Pata de vaca Bahuinia divaricata
Pegajosa Gymnosperma glutinosum
Peistón Salvia ballotaeflora
Pelos de elote Zea mays
Perico Pedilanthus tithymaloides
Peyote Lophophora williamsii
Pingüica Arctostaphylos pungens
140
Pionía Acourtia nana
Pirul Schinus molle
Pitorreal Ephedra trifurca
Plato y taza Asclepias curassavica
Plumajillo Achillea millenfolium
Poleo Hedeoma drummondii
Popotillo Ephedra trifurca
Potro Caesalpinia mexicana
Pulmonaria Ramalina sp
Pulmonaria Usnea sp
Quelite Amaranthus retroflexus
Rábano Raphanus sativus
Ramón Dalea sp
Real de oro Achillea millenfolium
Repollo Brassica oleracea
Resedad Reseda odorata
Retama Parkinsonia aculeata
Retamilla Caesalpinia mexicana
Reyna Calendula officinalis
Romerito Asclepias sp
Romero Rosmariunus officinalis
Rosa Rosa centifolia
Rosa cimarrona Purshia plicata
Rosa de castilla del monte Purshia plicata
Ruda Ruta chalepensis
Sábila Aloe vera
Sacasil Wilcoxia poselgeri
Salvia Croton incanus
Salvia Salvia officinalis
Salvia de bolita Buddleja marrubiifolia
Sarsaparrilla Smilax bona nox
Sasafrás Sassafras albidum
Sauce Salix spp
Sauco Sambucus nigra spp. canadensis
Simonillo Thymophylla pentachaeta
Suelda Buddleja marrubiifolia
Suelda Buddleja scordioides
141
Tabachin del monte Caesalpinia mexicana
Tabaquillo Nicotiana trigonophylla
Taray Eysenhardtia polystachya
Tatalencho Gymnosperma glutinosum
Tazajillo Opuntia leptocaulis
Té de milpa Bidens pilosa var. calcicola
Tejocote Crataegus mexicana
Tepezquite Arctostaphylos pungens
Tepozán Buddleja cordata var. cordata
Tianguis Alternanthera caracasana
Toloache Datura inoxia
Tomillo Thymus vulgaris
Toronjil Nepeta cataria
Tronadora Tecoma stans
Vara dulce Eysenhardtia polystachya
Verbena Teucrium cubense
Verdolaga Portulaca oleracea
Verdolaga de puerco Alhernanthera caracasana
Yerbanís Tagetes lucida
Zacate limón Cymbopogon citratus
Zarzaparrilla Smilax bona nox
Agradecimientos
Deseo agradecer a la M.C. María del Consuelo González de la Rosa por su apoyo en la
revisión y actualización de los taxones que se mencionan en el presente escrito.
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143
LAS PLANTAS TÓXICAS COMO FACTOR DE
RIESGO A LA SALUD Y ESPECIES COMUNES
EN ÁREAS URBANAS
Vargas-López VR*, Salcedo-Martínez SM
Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de Nue-
vo León, Ave. Pedro de Alba, s/n Ciudad Universitaria C.P. 64451, San Nicolás de los Garza,
Nuevo León, México.
*vvargas@fcb.uanl.mx
Resumen
De acuerdo a la Asociación Mundial para la Conservación existen 326,175 especies de
vegetales en el mundo y de ellas 272,655 son plantas. México es uno de los cinco países
megadiversos del planeta y posee entre 29 y 30 mil especies de plantas superiores, de las
cuales se estima que 3,175 se distribuyen en el estado de Nuevo León como resultado de
los diversos hábitats ecológicos en sus zonas fisiográficas. Entre ellas existen más de cien
especies que sintetizan compuestos que presentan diferentes grados de toxicidad para el
ser humano, ya sea porque están en la atmósfera, por el roce de la piel o por ingesta de las
mismas. Sin embargo, se desconoce si las plantas que no han sido reportadas como tóxicas
realmente no lo son, y se estima que el 1% de ellas pueden resultar tóxicas al estudiarlas.
El estudio de los tóxicos de las plantas es un área de oportunidad para el descubrimiento
de principios bioactivos novedosos y susceptibles de aprovechamiento para el control de
patógenos y enfermedades del ser humano.
Resumen histórico
145
Actualmente se conoce que ciertas sustancias tóxicas presentes en bajas pro-
porciones en muchos de los vegetales utilizados durante la Edad Media, pueden
causar severas alucinaciones. Así, la “farmacopea diabólica” recurría a las hierobo-
tanas, plantas adivinatorias, de las que hoy sabemos que sus principios activos son
principalmente los alcaloides (Gómez, 1996). Parte del ocultismo surgido en la edad
media ha perdurado hasta nuestros días como una tradición en el uso de determi-
nadas plantas por brujos y chamanes, quienes guardan y transmiten conocimientos
ancestrales sobre la identidad y efecto de ciertas plantas y las utilizan para elaborar
ungüentos y brebajes para inducir visiones mágicas, alteraciones de conducta o la
muerte (Escohotado, 1994).
La toxicología moderna surgió con Paracelso (siglo XVI), quien comprendió que
la toxicidad de cualquier sustancia depende de la dosis (Klaassen et al., 1986). Al
inicio del siglo XVIII aparecieron en Europa compilaciones sobre plantas tóxicas, que
dividían el conocimiento en dos categorías: I) Causas de envenenamiento y su trata-
miento (toxicología) y II) Listado y descripción de plantas tóxicas. A finales del siglo
XVIII, Hahnemann (estudioso de las plantas y de su toxicidad y considerado el padre
de la homeopatía) dedujo que la sustancia que podía provocar unos síntomas en una
persona sana, podía curar los mismos síntomas en un enfermo (Berkowitz, 1994).
En el siglo XIX, Mateo Orfila realizó cientos de experimentos que publicó en 1814
y 1815, intentando trazar la ruta y el sitio de acumulación de las sustancias tóxicas
y tratando de correlacionar sistemáticamente la información química y biológica de
los venenos conocidos, por lo que se le considera el Padre de la Toxicología (Repetto
y Repetto, 2008).
En la actualidad, a pesar de la notable incidencia de casos de intoxicaciones y de la
extensa bibliografía, son muy pocos los médicos que conocen las plantas venenosas
y los efectos de sus toxinas sobre el organismo humano (Marcano, 1992). Una de las
referencias más importantes para consulta es el tratado “Poisonous Plants of the
United States and Canada”, de Kingsbury (1964) que abarca desde algas hasta mo-
nocotiledóneas y cita un total de 965 especies y 1715 fichas bibliográficas, mientras
“Poisonous plants of the Southeastern United States” de Everest, Powe y Freeman es
una magnífica referencia regional. En nuestro país la obra de Aguilar y Zolla (1982)
“Plantas Tóxicas de México” es una referencia obligada, pues reporta 228 especies
de plantas distribuidas a través de la República Mexicana, incluyendo los principios
activos de las mismas. Y en lo que respecta al estado de Nuevo León, los trabajos
de González y Vargas (2000) respecto a la toxicidad de plantas de ornato, y las tesis
de Cantú (2007), Guevara (2006) y Hernández (2006) han servido para elaborar este
capítulo.
La palabra “tóxico” deriva directamente del término griego τοξικότητα o toxon, que
significa punta de flecha y hace alusión al uso que antiguamente se le daba a algunas
plantas con las que se envenenaban las flechas, matando de esta forma con mayor
146
rapidez al adversario. Un tóxico es toda sustancia química que, administrada a un
organismo vivo, tiene efectos nocivos. Veneno es cualquier sustancia altamente tóxica
de origen animal, mineral o vegetal que puede producir una enfermedad, lesión o
alteración de las funciones del organismo cuando entra en contacto con él y puede
incluso provocar la muerte. Generalmente un veneno es mortal a una determinada
dosis y carece de función terapéutica. El estudio de los venenos es conocido como
toxicología, cuyo objeto de estudio es el efecto de una sustancia a condición extrema.
Se llama plantas tóxicas a aquellas que contienen alguna sustancia química capaz de
producir algún tipo de trastorno a la salud del ser humano. La intoxicación puede
definirse como los trastornos metabólicos provocados por la ingestión, inhalación o
el contacto con una sustancia tóxica.
Los venenos presentes en las plantas tóxicas tienen distintos grados de toxicidad y
causan una variedad importante de daños al organismo. Hardin y Arena (1974) cla-
sificaron los envenenamientos causados por plantas nativas y cultivadas a humanos
en: 1) Alergias o reacciones alérgicas causadas por esporas, polen o sustancias de
las plantas. 2) Dermatitis o irritaciones de la piel, causadas por el contacto directo o
indirecto con las plantas. 3) Envenenamiento, causado por ingerir partes de las plan-
tas. 4) Daño mecánico, causado por púas, espinas y abrojos encontrados en diversas
plantas. Esta última categoría no se considera como venenosa en sentido estricto,
sin embargo, causa daños que producen infecciones secundarias que requieren
atención médica.
147
Desde el punto de vista clínico, los síntomas de alergias pueden ser ligeros: como
irritación severa e hinchazón de la lengua, labios y mucosas; o dermatitis, que puede
fluctuar de ardor e irritación hasta lesiones. Los envenenamientos pueden producir
dolores intensos en la región abdominal, nausea, vómito, diarrea y como consecuen-
cia, deshidratación, letargo y anorexia. O bien provocar ataques severos al tejido
hepático, renal o pulmonar, mientras otros más afectan al sistema nervioso central
provocando somnolencia y alucinaciones e incluso la muerte. Un concepto central de
la toxicología es que la toxicidad resulta de una interacción entre la sustancia química
y el organismo, por lo que ésta variará según la especie, el tiempo de exposición, la
edad, el sexo, la vía de administración y la concentración (dosis). Existen numerosos
factores que influencian la acción del veneno; la severidad de la reacción dependerá
de 1) La cantidad ingerida y en qué periodo de tiempo, 2) La naturaleza química del
veneno, 3) El origen del veneno (parte de la planta y condición de la planta), 4) La cantidad
de llenado del estómago antes de la ingestión de la sustancia, 5) La salud general del
paciente antes de comer la planta venenosa y 6) El tamaño, edad y sexo del paciente.
Recuerde que aún el agua es capaz de envenenar a los animales a una dosis crítica,
que mientras algunos venenos requieren ser ingeridos por un largo periodo de tiempo
a fin de causar daño, otros causan daño inmediatamente y algunas personas son más
susceptibles a ciertos compuestos venenosos que otras, dependiendo de las diferentes
preferencias por alimentos, hábitos o factores fisiológicos. El tamaño es importante
debido a que un bocado de una planta venenosa puede afectar a un infante más que a
un adulto, debido a la dosis de veneno compuesto por kilo de peso vivo. Por lo general,
una persona adulta tendría que comer más de 60 g de la parte venenosa de la planta
para intoxicarse (esta cantidad es, en proporción, menor para los niños). No obstante,
algunas plantas son tóxicas en cantidades muy inferiores; así, bastan una o dos semillas
de ricino (higuerilla) para matar a un niño (Carvajal, 1992).
Las plantas tóxicas presentan una amplia distribución en distintos hábitats tales
como: bosques, praderas, pantanos, matorrales, bordes de caminos y parques, y
crecen tanto silvestres como cultivadas. Una de cada cuatro plantas es venenosa,
pues tienen principios activos que pueden dar problemas a quienes las consumen
(Carvajal, 1992). La toxicidad no se limita a plantas raras o exóticas, sino que muchas
de ellas podemos encontrarlas en un parque público o en un domicilio particular
como una planta decorativa. Las intoxicaciones más severas se originan por la inges-
tión accidental de plantas de ornato o malezas de jardín por niños, por el consumo
de plantas silvestres que se recogen de forma equivocada para la alimentación por
adultos, y por la utilización de algunas como sustancia de abuso por adolescentes
(Dreisbach, 1984). En algunos casos, basta pasar cerca de la planta para sufrir diversos
malestares o llevar una pequeña parte de ella a la boca para sufrir una intoxicación
de consideración. Otra causa importante de intoxicación es la automedicación, en la
que plantas consideradas inofensivas o medicinales son administradas (comúnmente
148
como tisanas o tés a lactantes) con fines terapéuticos, pero con un desconocimiento
total de los riesgos que ello implica (Secretaría de Salud, 1999). Por ello es muy impor-
tante detectar las plantas nocivas para el hombre, especialmente las que se cultivan
para uso ornamental y alertar a la comunidad del peligro que constituye el tenerlas
en lugares públicos, jardines, escuelas e incluso en el hogar. Esto hace imperativo el
establecimiento de programas científicos permanentes encaminados a identificar
las especies tóxicas regionales y sus áreas de distribución, establecer sus principios
tóxicos, sintomatología y mecanismo de acción, órganos donde se concentran los
venenos en la planta y épocas del año en que son más tóxicas, así como establecer
programas de divulgación complementarios, que permitan que el ciudadano común
pueda identificar estas plantas, con las que convive cotidianamente y conocer su
peligrosidad (especialmente para los niños).
El envenenamiento por la ingestión de plantas tóxicas, en las zonas urbanas y
rurales, es un problema de salud más frecuente de lo que se piensa. La ingestión
de plantas comprende entre el 1-2% de todas las intoxicaciones; la mayoría son ac-
cidentales y en el 85% de los casos afecta a niños menores de 6 años (Ogzewalla et
al., 1987). Aunque hay casos en que las plantas son consumidas con fines abortivos
o propósitos suicidas (Dreisbach, 1984).
Las intoxicaciones relacionadas con la alimentación humana por ingestión de
plantas constituyen una pequeña proporción del total de los envenenamientos: las
intoxicaciones por consumo de plantas o vegetales tóxicos oscila entre el 5 y 10%
de las urgencias o consultas por intoxicación. Menos del 0.5% de los casos requiere
ingreso hospitalario, raramente son vistos en las Unidades de Cuidados Intensivos y
aquellas intoxicaciones que llegan a ser agudas alcanzan menos del 0.2% de morta-
lidad (Nogué, 1986).
Aunque estos porcentajes son bajos, el total de las muertes por envenenamiento
en niños de 0 -14 años ocurridas en la República Mexicana, entre 1979 y 1994 fue de
11,272 defunciones, siendo las principales causas el envenenamiento y las reacciones
tóxicas causadas por plantas (Híjar et al., 1998).
Prevención y tratamiento
Algunas familias de plantas que agrupan un gran número de especies tóxicas son:
Fabaceae (Leguminosae), Euphorbiaceae, Asteraceae (Compositae), Solanaceae y
Apocynaceae, entre otras.
Las plantas elaboran una variedad muy amplia de fitoquímicos. Estas sustancias
tienen como función alimentar, proteger o estimular el crecimiento de las plantas.
150
Estos compuestos secundarios suelen ser agrupados según su naturaleza química en:
compuestos fenólicos (taninos, fitoestrógenos y cumarinas); toxinas nitrogenadas
(alcaloides, glicósidos cianogenéticos, glucosinolatos, aminoácidos tóxicos, lectinas e
inhibidores de las proteasas); terpenos (lactonas sesquiterpénicas, glicósidos cardía-
cos, saponinas); hidrocarburos poliacetilénicos y oxalatos. Además de los compues-
tos tóxicos en pteridofitos y de las micotoxinas (Ramos et al., 1998; Kaufman et al.,
1999).
Alcaloides
151
naceae), que contiene vincamina y reserpina, sobre todo cuando florece, los cuales
causan ataxia, caída del cabello y deterioro muscular. Existen dos mil alcaloides reco-
nocidos, responsables de la toxicidad de ciertas plantas y todos se conservan bien en
las plantas secas. Los alcaloides han sido considerados por diferentes autores como
sustancias de desecho, de reserva o vehículos para la circulación de las sustancias
nitrogenadas en el organismo vegetal (Cheeke, 1997). La solanina, un glucoalcaloide
que se genera en la papa cuando se expone a la luz y reverdece es un tóxico que causa
severos trastornos digestivos y síntomas nerviosos. La maravilla (Mirabilis jalapa L.,
Nyctaginaceae), contiene el alcaloide trigonelina y resinas, el manejo de su raíz puede
causar dermatitis y su ingestión dolor estomacal, náusea, vómito, diarrea y aborto
por estimulación uterina, en mujeres gestantes.
Los frutos y raíces del canelo (Melia azedarach L., Meliaceae) concentran los alca-
loides del neem y margosina, que afectan el sistema nervioso central y una saponina
con propiedades hemolizantes, los síntomas de la intoxicación son náuseas, diarrea,
vómito, cólicos violentos, timpanitis, hipotermia, espuma en la boca, congestión
gastrointestinal, hepática y pulmonar, trastornos motores, temblores y muerte por
parálisis cardiaca.
El peyote (Lophophora williamsii (Lam.) Coulter, Cactaceae) posee alcaloides psico-
trópicos y alucinógenos como la mezcalina, además de tipo estricnina que provocan
irritabilidad y tipo morfina de acción sedante y somnífera, como anhalina, anhalanina,
anhalonidina, anhalonina, anhalamina, anhaladina, lofoforina y peyotina. Al ingerirse
provoca inicialmente euforia, enrojecimiento de piel y rostro, dilatación pupilar, delirio,
taquicardia, disminución del pulso, aumento de la presión arterial, salivación, diuresis,
insomnio, temblores, falta de coordinación de movimientos, contracciones musculares,
adormecimiento de la lengua, labios y cara, fotofobia, alucinaciones y visiones.
Algunas familias botánicas que destacan por su riqueza en alcaloides son: Buxa-
ceae, Amaryllidaceae, Euforbiaceae, Leguminosae, Liliaceae, Papaveraceae, Ranun-
culaceae, Solanaceae y Asteraceae (Mulet, 1997). Por ejemplo, el tallo y las hojas del
tomate (Solanum lycopersicum) contienen alcaloides que provocan excitación nerviosa
y trastornos digestivos.
Glucósidos
152
oleandrina y neriosina. En el caso de la rosita, anisillo o centauro (Centaurium calycosum)
al igual que sucede con otras plantas medicinales mal administradas, si se excede la
dosis adecuada se vuelve tóxica y de un auxiliar digestivo pasa a un purgante drástico,
causando diarreas abundantes, poliuria, debilidad generalizada e incluso puede llegar
a causar coma y la muerte, debido a los glucósidos amargos como la gentiopicrina, que
son acumulados por la planta principalmente en la etapa de floración.
El ácido cianhídrico es una de las substancias más venenosas que existen en la
naturaleza y las plantas que lo contienen son generalmente mortales si se ingieren.
Los glucósidos cianogenéticos se acumulan cuando la planta es joven o detiene su
crecimiento por efecto de las sequías resultando más peligrosas y el HCN queda en
libertad cuando las plantas están marchitas o son dañadas por el pisoteo, por cortes
o por congelamiento o bien en el tubo digestivo de las personas y de los animales,
cuando el glucósido cianogenético (amigdalina) es desdoblado por la enzima emulsina.
Al combinarse el HCN con la citocromo oxidasa, se desacopla la respiración celular
por la formación de cianoferrocitocromoxidasa y se detiene la reducción del oxíge-
no y la producción de energía metabólica. Gran número de plantas son capaces de
producir HCN durante su desarrollo, conduciendo casi siempre a cuadros tóxicos de
evolución más o menos aguda. Los glucósidos cianogenéticos derivados de la leucina
son comunes en las subfamilias Amygdaloideae y Maloideae de las Rosáceas, y otros
similares son encontrados en las Fabaceae y Sapindaceae. Los huesos y semillas de
los frutos de las Rosáceas (manzanas, peras, ciruelas, cerezas, duraznos, albaricoques,
almendras, etc.), suelen plantear un serio problema, pues aun un consumo mínimo
de ellos causa envenenamientos graves e incluso mortales. Los glucósidos cianoge-
néticos ciclopentenoides están restringidos a las familias Achariaceae, Passifloraceae,
Turneraceae, Malesherbiaceae y algunas Thymeliaceae. Los glucósidos cianogenéticos
derivados de la tirosina son comunes en muchas familias de Magnoliales y Laurales.
Otro tipo de glucósidos son las saponinas. Los glucósidos cycasina y la macrozamina
se encuentran respectivamente en los géneros de gimnospermas Cyca y Macrozamia,
semejantes a palmas, la aglicona metil azoximetanol es un cancerígeno potente que
produce tumores semejantes a los causados por las nitrosaminas cuando se consume
con el almidón de semillas y tubérculos de estas plantas. La piracanta o espino de
fuego (Pyracantha coccinea) contiene amigdalina en corteza, hojas y semillas. Sus
frutos color rojo o anaranjado brillante son muy llamativos para los niños y el riesgo de
ingestión es alto pues la planta es una ornamental muy común en parques y jardines,
donde se utiliza para formar setos resistentes a la sequía y de rápido crecimiento.
Saponinas
153
la permeabilidad de la membrana y en los cambios respiratorios no ha sido aclarada.
Las saponinas por vías digestivas no son muy tóxicas, en grandes cantidades provocan
diarreas, gastroenteritis, incoordinación de movimientos y pérdida de las sensibilidad;
actúan sobre el protoplasma inhibiendo las funciones vitales de las células (Gallo,
1987). Por vía intraperitoneal son mucho más peligrosas, así como por vía sanguínea,
por su acción hemolítica.
Oxalatos
El ácido oxálico es corrosivo. Los oxalatos son sustancias quelantes, que secuestran
cationes formando sales. Se encuentran en las plantas en forma soluble (oxalato de
sodio o potasio) e insoluble (oxalato de calcio). El mayor contenido de éstos se en-
cuentra en las hojas, seguido por las semillas y es mínimo en los tallos de las plantas.
El contacto con la piel causa irritación, enrojecimiento y quemaduras. Su ingestión
causa hinchazón de labios, boca y lengua, babeo, vómitos, dificultad para respirar,
frecuencia cardiaca baja y si los oxalatos se solubilizan y pasan a sangre, provocan
hipocalcemia y al recristalizarse, daños en diferentes tejidos, incluyendo el cerebro,
hígado y sobre todo los riñones. Diversas especies de la familia Araceae acumulan
estos compuestos, y son muy apreciadas y comunes como plantas de ornato, como la
“paleta de pintor” (Caladium bicolor Aiton Vent.), las hojas de la suerte (Dieffenbachia
seguine (L.) Schoff.), la costilla de Adán (Philodendron pertusum), los agritos (Oxalis
corniculata L) contienen la “sal de las acederas” y la oreja de elefante o lampazo
(Xanthosoma robustum Schott.) (González Alfonso et al., 1988).
Resinas
Son sustancias sólidas, amorfas y brillantes que forman un grupo muy heterogéneo,
tratándose por lo general de ácidos complejos no nitrogenados. Frecuentemente
se encuentran mezclados en los vegetales con los aceites esenciales, formando las
oleorresinas. Estas sustancias son irritantes de las mucosas, e ingeridas provocan
deposiciones acuosas a las 2 o 3 horas, dando diarreas profusas y sanguinolentas,
produciendo cólicos intensos. Algunos autores las consideran esencias oxidadas, sóli-
das, coloreadas, insolubles en el agua y solubles en alcohol; se forman en los canales
secretores de las plantas y su función no es bien conocida aunque, al parecer, una
vez formadas no vuelven a ser utilizadas por las plantas. Causan los envenenamientos
más dramáticos tanto en el hombre como en los animales. La resina verdadera es una
resina dura, quebradiza, parecida exteriormente a la goma, pero insoluble y que no
se reblandece en agua. La gomorresina es un jugo lechoso que fluye, naturalmente
o por incisión, de varias plantas, y se solidifica al aire, es una mezcla natural de goma
y resina que se emulsiona al mezclarse con agua. Puede contener o no, además, un
aceite esencial volátil. La oleorresina es una mezcla más o menos fluida de resina y
154
aceite esencial, como la trementina de pino o extractos de especias. El bálsamo es
una secreción vegetal compuesta de resina, ácidos aromáticos, alcoholes y ésteres,
por ejemplo el incienso. Las lactoserinas son resinas vegetales procedentes del látex
coagulado por polimerización del isopreno, como caucho, hule y gutapercha.
Fitotoxinas (Toxoalbúminas)
Son proteínas de alta toxicidad producidas por un número reducido de plantas. Causan
reacciones fisiológicas de inmunidad ocasionando la formación de anticuerpos espe-
cíficos o antitoxinas (antirricina, antirobina). Pueden provocar estados de alergia, ya
que el principio tóxico posee características de alérgeno, también se conocen como
toxoalbúminas (González Stuart, 1989). Las más comunes son la abrina de las semillas
de Abrus precatorius que causa daño gastrointestinal, pulmonar y shock, la ricina de las
semillas de Ricinus communis, con los mismos síntomas, la ricina de semillas y frutos de
Jatropha multifida con efecto gastrointestinal, la curcina de frutos y semillas de Jatropha
curcas que también tiene efecto gastrointestinal, la robina y fasina de la corteza, hojas
y yemas de Robinia pseudoacacia que afecta al SNC y tiene efecto gastrointestinal y la
hurina de Hura crepitans, que además del daño gastrointestinal causa ceguera.
155
el 3-N-pentadecil-catecol, que produce desde irritación hasta quemaduras en la piel
y puede originar afecciones graves y daño gastrointestinal y a las vías respiratorias,
que si desencadena reacciones secundarias, puede llegar a ser fatal.
Los taninos hidrolizables son aquellos que fácilmente presentan hidrólisis, por
ácidos o enzimas, dando como resultado ácidos fenólicos y azúcares. Los taninos
condensados son polímeros difícilmente hidrolizables. Desde el punto de vista toxi-
cológico son más importantes los taninos hidrolizables que los condensados. Entre
las plantas que contienen una alta proporción de taninos se encuentran Vitis sp.,
Sorghum vulgare y Acacia spp. Sin embargo, hay que señalar que algunas de estas
plantas originan trastornos tóxicos por la acción concomitante de taninos y otras
sustancias presentes (Clarke et al., 1981).
Las plantas alimenticias de la familia del repollo (Brassicaceae) y la cebolla (Alliaceae)
contienen una serie de compuestos azufrados que les dan sus olores característicos.
Estos compuestos, al igual que los tioglucósidos del berro de jardín (Lepidium sativum),
del berro indio (Tropaeolum majus) y del repollo (glucobrasicina), se convierten enzi-
máticamente a tiocianato cuando la planta es aplastada. El ion tiocianato (SCN)- tiene
un efecto goitrogénico (bociogénico), al igual que la goitrina del repollo.
156
Plantas que causan lesión mecánica
Algunas plantas presentan espinas o punzones, capaces de afectar los ojos o rasgar
o perforar la piel, como el nopal cegador, los cadillos, las puntas de las hojas de los
agaves, la mayoría de los cactos y muchas leguminosas. En caso de ingestión accidental,
pueden causar una lesión interna y trastornos intestinales.
Una lista más completa de las plantas tóxicas al ganado y los animales domésticos
y potencialmente tóxicas a los seres humanos se encuentra en el capítulo “Plantas
tóxicas al ganado en Nuevo León” de este libro. La lista de especies y su distribución
está basada en ejemplares del herbario UNL y la obra de Villarreal y Estrada (2008).
Conclusiones y perspectivas
157
PLANTAS TÓXICAS Y DAÑINAS EN NUEVO LEÓN
Dieffenbachia seguine Vinca rosea Lantana camara Delphinium madrense Lupinus cacuminis
Amoena Teresita Lantana Espuela de caballero Lupino
158
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160
PLANTAS DE USO CEREMONIAL
Farfán-Morales MO
Instituto Nacional de Antropología e Historia, Centro INAH Nuevo León
Rafael José Verger S/N Col. Obispado, Monterrey, C. P. 64010, N. L.
olimpiafarfan@hotmail.com
Resumen
H
istóricamente ha existido una fuerte relación entre el hombre y la naturaleza,
acumulándose a lo largo del tiempo una gran cantidad de conocimiento par-
ticularmente acerca de las plantas y sus usos. Sin embargo, en la actualidad
y por efecto de la modernidad y la globalización existe un gran riesgo de pérdida de
este conocimiento, al extinguirse las culturas nativas o mezclarse con las sociedades
modernas. En el presente trabajo se hace un análisis acerca del uso ceremonial de las
plantas en el noreste de México con énfasis en el estado de Nuevo León, incluyendo
la época prehispánica, la etapa colonial y la época actual.
Introducción
161
La cosmovisión de los Nahuas prehispánicos
En la etapa Colonial una de las primeras acciones de los conquistadores fue desterrar
las creencias y las prácticas ceremoniales y terapéuticas de los indígenas, porque
una de las principales misiones de los conquistadores españoles y de los frailes era
la evangelización de los habitantes del Nuevo Mundo. En aquella época, la medicina
española tenía mucho de magia, se creía en los malos aires, en el mal de ojo, en el
empacho, conceptos que fueron rápidamente asimilados por la cultura indígena
popular (Lozoya, 1992).
Algunos elementos de la medicina mágico religiosa que practicaban los habitantes
de Mesoamérica fueron sustituidos por formas “equivalentes” cristianas, los dioses
se sustituyeron por vírgenes y santos cristianos, los nombres de muchas hierbas se
castellanizaron, por ejemplo, el Iztauhyatl Artemisa mexicana, se conoció como es-
tafiate, el toloatzin Datura stramonium se llamó toloache. La planta yoyotli, Thevetia
thevetioides fue conocida como hueso de fraile y se utilizó para curar el susto y la
alferecía.
El conocimiento de los pueblos nahuas prehispánicos ha llegado hasta nuestros días
a través de relatos, crónicas y relaciones de los españoles del siglo XVI, sin embargo,
conocemos muy poco sobre estos conocimientos en el noreste del país porque hay
escasos documentos sobre el tema. Del grupo que se tiene más información es del
náhuatl; los nahuas o mexicatl, habitaban, a la llegada de los españoles, el Valle de
México, lugar que compartían con otros grupos étnicos: los otomíes, matlatzincas y
mazahuas.
Los nahuas poseían un conjunto de creencias, dogmas, ritos y ceremonias que
demostraban que eran un pueblo profundamente religioso y politeísta; creían que los
dioses habían creado a los hombres y eran responsables de su destino y todo lo rela-
cionado con su vida, como la salud, las buenas cosechas de maíz y de otros cultivos.
El curandero se conocía en náhuatl como “tizitl“, persona que tiene experiencia en
hierbas, piedras, árboles y raíces, pero si es malo y enferma a la gente se le llamaba
nahualli; además, existían otras especialidades como tetonalmacani, que recupera el
alma-tonalli que se había perdido (López-Austin, 1975). En maya recibían el nombre de
ah-pul-yaah, echador de enfermedad y/o h-men, un mago que cura y se transforma
en animal (De la Garza, 1990). Como podemos observar, estos especialistas tenían
un nombre distinto en cada grupo étnico.
En la época prehispánica se creía que los dioses eran los causantes de las enferme-
dades y había que ofrendarlos para recobrar la salud. Para conservar la benevolencia
de los dioses y seguir gozando de sus dones, se les festejaba con música, danza,
ofrendas de flores, comida y sacrificios. El tener contentos a los dioses aseguraba la
salud, la continuidad de la vida y el renacimiento en cada ciclo.
Tlaloc provocaba las enfermedades relacionadas con el agua, como el tullimiento,
la tortícolis, la atrofia y la deformación de manos y pies; su culto se vinculaba a los
cerros, lugar adonde se llevaban las ofrendas, porque se pensaba que de ahí proce-
dían las enfermedades relacionadas con el frío. Xochipilli también era conocido como
162
Macuilxóchitl, cinco flor, relacionado con el sol; en su fiesta se le hacían ofrendas de
comida y castigaba con enfermedades secretas a quien no le guardaba ayuno. La
deidad conocida como Xipe Totec, nuestro señor desollado, al que se consideraba
Dios de la fertilidad, de la primavera y de la renovación de la flora, enviaba diversas
enfermedades, en especial: “males de los ojos”; para lograr su contento había la fiesta
llamada “tlacaxipehualiztli” que estaba dedicada a él.
Las plantas alucinógenas como el peyote, (Lophophora williamsii), el ololihuqui y
los hongos eran considerados divinidades, los indígenas nahuas los ingerían auxiliados
por los tizitl o curanderos para acceder a estados alterados de conciencia y lograr
comunicarse con los dioses con fines curativos y adivinatorios. En el estado de Méxi-
co se encontró una escultura de Xochipilli que tiene grabados plantas alucinógenas,
como el peyote, los hongos y algunas daturas.
La herbolaria Náhuatl
La clasificación botánica utilizada por los nahuas formaba grupos de plantas iden-
tificables por sus raíces, sus tallos, sus hojas, sus frutos, sus flores y usos. Del Paso
y Troncoso (1988), describe cómo el sistema mexicano agrupaba a las plantas de
acuerdo a caracteres útiles y prácticos. Además, en muchas crónicas del siglo XVI,
existe información fraccionaria sobre la botánica nahua.
Hay dos libros que fueron utilizados durante mucho tiempo como libros de con-
sulta por los médicos de esa época; el de López, Gregorio, Tesoro de la medicina que
se publicó en 1672 y el del médico jesuita checoslovaco, Esteyneffer, Juan, Florilegio
medicinal de todas las enfermedades., que se publicó en 1719. El fraile vivió entre
los indígenas del noroeste de México y en su obra se observa el conocimiento de las
yerbas de los indígenas de esa región y algunos elementos de la religión cristiana y
el uso de herbolaria europea.
En estas obras se intenta rescatar el conocimiento de la herbolaria por considerarlo
valioso y en otras su objetivo es dar una muestra de las supercherías de los indígenas
y descalificar a los sacerdotes y curanderos demostrando su ignorancia de frente a
la cosmovisión europea. Los colonizadores, portadores de la religión católica, creían
que los ritos, conjuros, fiestas y ceremonias nahuas eran manifestaciones de idolatría
y que todas estas prácticas eran dictadas por el diablo, al que había que temer y que
horrorizaba a los evangelizadores, que querían, de acuerdo a su fe, “salvar almas”.
Los religiosos españoles con sus inquisidores estaban alerta para descubrir el
uso de las yerbas con fines idolátricos, adivinatorios y licenciosos. En los archivos es
frecuente encontrar documentos que registran juicios en contra de una población
que ya era pluriétnica formada por indios, españoles, europeos, negros, mestizos o
mulatos y judíos acusados de emplear con esos fines, peyote, toloache, y ololihuqui
u otros productos similares.
163
Las plantas ceremoniales en la actualidad
164
Tabla 1. Algunas plantas registradas para el estado de Nuevo León con uso cere-
monial
165
y no fueron por manos sembradas.
Albahaca, Ruda y Romero,
Por el secreto que Dios les ha dado
Retires de mi hogar cuanto hechizado,
Y venga lo sano que Dios ha creado.
Albahaca, Ruda y Romero,
Por tus secretos y virtudes
Destierra con tus humos primeros
A los malévolos con sus actitudes
1. El susto es una entidad reconocida con una establecida etiología, diagnóstico y régimen de curación.
Véase Rubel, Arthur, Carl W. O´Nell y Rolando Collado Ardón, Susto una enfermedad popular, Colección
Popular, Fondo de Cultura, México, 1989, pp.405; Farfán Morales, María Olimpia, “El susto, una enferme-
dad popular entre los fidencistas”, en La Medicina Tradicional en el Norte de México, Silvia Ortiz Echaniz
(coordinadora), Serie Antropología Física, INAH, 1999, pp.175-183.
166
algunas veces repite estas acciones con el huevo o una veladora. Al terminar toma la
cabeza del enfermo y dice: ¡Juan Garza: regresa no te vayas! Y él contesta ¡Ahí voy!
Para terminar inicia una oración: “En el nombre de Dios…luz divina…”. El último día
del ritual se quema la piedra alumbre y ahí aparece la enfermedad. Algunas veces se
recomienda tomar té de azahar o de tila.
Con este ritual se cumple el objetivo de regresar el espíritu al cuerpo y al mismo
tiempo purificarlo y limpiarlo de substancias nocivas que estuvieran dentro de él. En
este caso encontramos que la enfermedad como lo plantean Lagarriga y Alcaraz (1986),
es un hecho social, no sólo biológico. Por lo tanto está relacionado con creencias o
normas sociales, no se define sólo en términos naturistas, empíricos y sintomáticos,
sino también mágicos y religiosos. La salud implica tanto lo físico como lo ritual. Existe
la creencia de que la enfermedad es un castigo divino, un pecado o una trasgresión
de las normas sociales.
En algunos grupos indígenas como los huicholes y mazatecos se emplean las plantas
alucinógenas en algunos ritos mágicos y religiosos, que permiten la comunicación con
las divinidades y la curación de enfermedades por medio de los especialistas, entre
ellas se encuentran el peyote, los hongos y algunas semillas.
También tenían gran conocimiento de las hierbas y raíces, y conocían sus cualidades
y virtudes: ellos mismos descubrieron y usaron primero la raíz que llaman péyotl, y
las que la conocían y tomaban la tomaban en lugar de vino, y lo mismo hacían de los
que llaman nanácatl que son los hongos malos que emborrachan también como el
vino; y se juntaban en un llano después de lo haber bebido o comido, donde bailaban
y cantaban de noche y de día, porque el día siguiente lloraban todos mucho, y decían
que se limpiaban y lavaban los ojos y caras con sus lágrimas… Hay otra hierba, como
tunas de tierra, que se llama péyotl; es blanca, hácese hacia la parte norte. Los que la
comen o beben ven visiones espantosas, o de risas; dura esta borrachera dos o tres
días, y después se quita. Es como un manjar de los chichimecas, que los mantiene y
da ánimo para pelear y no tener miedo, ni sed, ni hambre, y dicen que los guarda de
todo peligro.
Grandes supersticiones tienen también con una semilla a modo de lentejas que llaman
ololiuhqui y con otra mayor, que es una raíz, que llaman peyote, a quienes dan tanta
veneración como si fuera una deidad, pues bebiendo esta hierbas las consultan como
a oráculo para cuantas enfermedades pretenden curar, y para cuantas cosas desean
saber, así perdidas como hurtadas, y aquellas a que el conocimiento humano no puede
llegar para saber el origen de las enfermedades principalmente si son prolijas y largas,
y las atribuían a hechizo.” 3
2. Los alucinógenos son sustancias químicas que, en dosis no tóxicas, producen cambios en la percepción,
en el pensamiento y en el estado de ánimo, pero casi nunca producen confusión mental, pérdida de
memoria o desorientación de la persona, ni de espacio, ni de tiempo. El peyote y la mariguana causan
cambios profundos en la esfera de la experiencia, en la percepción de la realidad, incluidos el espacio y
el tiempo, y en la misma conciencia. También puede provocar despersonalizaciones, es común que los
colores cobren una brillantez inexplicable; se presentan alucinaciones auditivas. Las plantas alucinógenas
deben su actividad a un número limitado de sustancias químicas que actúan de un modo específico en
alguna parte definida del sistema nervioso. Shultes, Evans Richard, Hofmann, Albert, Plantas de los Dioses,
Orígenes del uso de alucinógenos, Fondo de Cultura Económica, México, 1982, pp. 12, 13.
3. Véase, Sahagún, fray Bernardino, Historia natural de las cosas de Nueva España, Editorial Porrúa,
1982, p.666
168
Para el noreste de México, Alonso De León, en el año de 1648, 4 describe la ceremonia
del mitote 5 en la que se ingiere un brebaje elaborado con esta planta: “…en cualquier
género de mitote es costumbre tener cogido mucho peyote; y si en su comarca no
lo hay lo envían a buscar ocultamente o por vía de mercancía; con cueros o flechas
que es su moneda.”
Beben el peyote molido y deshecho en agua, la cual bebida embriaga; de manera que
les hace perder el sentido, y se quedan, del movimiento y del vino, en el suelo como
muertos.”
“una raíz” de mediano tamaño que no echa ramos ni hojas fuera de la tierra, sino sólo
una pelusa, hay macho y hembra y es curativa, sana dolores de las articulaciones y cura
calenturas intermitentes, “bebiendo sólo una poquita”; quienes las comen, presienten
y predican todas las cosas, incluso dónde se encuentra dicha raíz.6
Por medio de las crónicas se ha comprobado que los nahuas usaban el peyote en
sus ritos sagrados pero como no era nativo de Mesoamérica, es muy probable que
lo hayan obtenido por medio del tributo o del comercio.7 Otros frailes como An-
drés Pérez de Lira (1654) en Zacatecas, José Ortega (1754) y como Antonio Arias de
Saavedra (1899) denunciaron el uso del peyote en la región de Nayarit y José Arlegui
(1899) en Sinaloa.8
Entre 1760 y 1777 los frailes Juan Agustín Morfi y Bartolomé García, en su visita a
la “Misión del Dulce nombre de Jesús de los peyotes”, que se localiza en el municipio
de Villa Unión, Coahuila, menciona que el peyote abundaba en la zona y tiene diversos
usos medicinales y con él se preparaba un brebaje dañino que al ser tomado dotaba
de fuerzas y vigor a los individuos y era usado en festividades y danzas.9 Ahora existe
4. Cavazos Garza, Israel, Historia del Nuevo León, con noticias sobre Coahuila, Tamaulipas, Texas y Nuevo
México, escrita en el siglo XVII por el Cap. Alonso de León, Juan Bautista Chapa y el General Fernando
Sánchez de Zamora, Biblioteca de Nuevo León, num. 1, Gobierno del Estado de Nuevo León, Centro de
Estudios Humanísticos de la Universidad de Nuevo León, Monterrey, Nuevo León, 1961, pp. 24, 25.
5. La palabra mitote del azteca mitotl, especie de baile o danza que usaban los aztecas en gran número
de ellos adornados vistosamente, iban bailando en torno de una bandera, junto a la cual había una va-
sija y bebiendo de rato en rato, hasta que se embriagaban y perdían el sentido, Santamaría, Francisco,
Diccionario de Mexicanismos, editorial Porrúa, 1992.
6. La Barre, Op. cit., pp. 598-596.
7. De la Garza Mercedes, Op. cit. pp.71.
8. Nahmad Sittón, Salomón, El peyote y los huicholes, SEP/Setentas núm. 29, México, 1972, pp. 22.
9. Fray Agustín Morfi, (1778); García Bartolomé (1760), Citados por Valádez Moreno, “Plantas alucinógenas
y ceremoniales utilizadas por las sociedades pretéritas en el noreste, en La medicina tradicional en el
norte de México, Silvia Ortiz Echániz (coordinadora), Serie Antropología Física, INAH, 1999.
169
una Iglesia con ese nombre, es en honor al santo Niño de Atocha y en el lugar existen
muchos peyotes.10
También se conocen confesionarios como el del padre García y Santa María en los
que se interroga a los indígenas si han consumido peyote o frijolillo (Sophora secundiflo-
ra) y si han bailado en sus mitotes. En estudios recientes llevados a cabo en el sitio Boca
de Potrerillos, ubicado en el municipio de Mina, Nuevo León, el arqueólogo Moisés
Valadez Moreno,11 detectó bacana (Scirpus atrovirens) que actualmente utilizan los
tarahumaras para tener visiones de viajes distantes y hablar con los antepasados.
Encontró también maravilla (Mirabilis multiflora) que según los indígenas, al
mascarla se quita el hambre, y botón de oro (Ranunculus acris), que produce delirio,
el investigador señala que estas plantas probablemente fueron empleadas en las
ceremonias rituales llevadas a cabo en ese sitio. En este lugar en el que ahora se
encuentra un Museo de Sitio, se localizan representaciones rupestres elaboradas
por los indígenas que se relacionan con las ceremonias rituales llamadas mitotes,
dirigidas por los chamanes.
El etnocidio que terminó con los grupos indígenas en el noreste de México durante
el siglo XIX finalizó también con el uso sagrado que se le atribuía al peyote, pero su
empleo curativo, mencionado, persistió y ahora se utiliza tanto en las comunidades
rurales como urbanas; aunque su utilización y comercialización es penalizado.
En México, los huicholes, coras, tarahumaras y kikapúes continúan empleándolo
en sus ritos. El culto al peyote se difundió a algunas tribus indígenas de los Estados
Unidos de Norteamérica y Canadá. Se dice que los indios kiowas y Comanches durante
su recorridos por tierras mexicanas fueron los primeros en conocer esta planta sagrada
en América, dando pie a un nuevo culto del peyote que se adaptó a las necesidades
de estos grupos indígenas.
El éxito del nuevo culto practicado por más de 40 tribus (kiowas, delawares, co-
manches, caddos, winnebagos, iowas, ottos, kikapu, wichitas, cheyenes, entre otras)
fue difundido desde 1890 y trajo como resultado una fuerte oposición por parte de
los misioneros y los grupos locales, los cuales promulgaron una ley represiva. Con la
intención de proteger el derecho a una libre actividad religiosa, los grupos indígenas
organizaron el culto al peyote en grupos religiosos legalizados, creando La Iglesia del
Primogénito fundada el 8 de diciembre de 1914 en Red Oklahoma; después se legalizó
La Iglesia Indígena Americana, en Cheyenne al noroeste de Calumet. Este movimiento
religioso creado en 1855 reunió en 1922 a 13 300 miembros. En la actualidad también
está registrada en Montana y Nebraska y se afirma que los miembros ascienden a
250 000. En Oklahoma también surgió la Iglesia Negra del Primogénito que existió
primeramente en Tulsa, Oklahoma fundada por John Jaminson quien había crecido
entre los indios, pero al morir el fundador ésta no sobrevivió. 12
170
Hábitat del peyote
Actualmente el hábitat de este cactus se extiende desde la cuenca del río Bravo en
Texas, hacía la alta meseta central del norte de México, ubicado entre las Sierras Madre
Oriental Y Occidental. Según Shultes y Hofmann (1982) se reconocen dos especies
de Lophophora las cuales difieren morfológicamente y químicamente. Estas son:
Lophophora diffusa tiene una corona verde gris algunas veces verde-amarillenta con
costillas indefinidas y surcos sinuosos; y L. williamsii, es una planta pequeña sin espinas,
de color azul verde; la parte superior o corona de la planta es suculenta clorofílica y
mide más de 8 centímetros de diámetro, crece en las regiones desérticas y pedregosas
generalmente sobre suelos calcáreos su color es azul-verde está dividida radialmente
por 5 o 13 costillas o surcos redondeados. Cada tubérculo tiene una pequeña aureola
plana y de su punta surge un mechón de pelos de 2 centímetros de largo, las flores
son blanquecinas o rosadas, nacen en el centro de la corona. Contiene más de 30
alcaloides, incluyendo la mezcalina, sobre todo feniletilaminas o isoquinolinas.
Los efectos de la ingestión de esta planta son fuertes, se presentan visiones cali-
doscópicas ricamente coloreadas. También provocan alucinaciones en otros sentidos,
como el oído, el gusto y el tacto. El cactus se puede comer crudo, seco, en pasta y
en infusión. Los alcaloides del peyote se dividen en dos clases en lo que se refiere a
su acción fisiológica: los del tipo estricnina (incremento de la actividad refleja hasta
llegar al espasmo) y los de tipo morfina (sedante somnífero).
En las investigaciones que han llevado a cabo Schultes y Hoffman,13 se han detec-
tado dos estados de intoxicación; primero se experimenta un periodo de satisfacción
y sensibilidad y luego una fase de gran calma y pesadez muscular con un cambio en la
atención de estímulos externos hacia la introspección y la meditación. En la actuali-
dad se continúan revisando sus propiedades terapéuticas, algunos investigadores de
la Universidad de Arizona aislaron una sustancia cristalina de un extracto de etanol
de peyote que manifestaba una actividad antibiótica contra un amplio espectro de
bacterias y de una variedad de un hongo (Furst, 1980). Sin embargo en la Ley General
de Salud se sigue considerando nulo su uso terapéutico.
171
de enfermedades. También tenemos noticias de otros municipios como Linares y
Zaragoza, pero en ninguno de estos sitios se considera una planta sagrada, pero sí
muy efectiva, y ha sido aprovechada desde generaciones anteriores. En los munici-
pios antes nombrados observamos que le dan el nombre de peyote a varios tipos
de cactus, pero ellos reconocen que el más efectivo es el Lophophora williamsii, al
que algunos identifican como “el de la estrellita”, también distinguen entre peyote
hembra y macho (Tabla 2).
172
Con romeo y ruda reumas se corta en pedazos Mina
se le agregan ramas
de ruda y romeo
En el sur del estado los campesinos que lo recolectan arriesgan su libertad, puesto que
pueden ser encarcelados por ésta práctica. Algunos de ellos han sido detenidos con
base en la Ley General de Salud en capítulo 6 artículo 145, y según los informantes,
en algunos casos se les acusa de ser brujos. Se han dado casos en los que “las autori-
dades” han quemado peyote en el campo en Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila.
La penalización de su empleo
15. Reglamento de la Ley General de Salud, Secretaría de Salud, cap. VI, art. 245, p.46, 47.
16. García, Martha, “Piden indígenas despenalizar el uso de plantas y animales rituales Demandaron
cesar la persecución y hostigamiento por acusaciones de brujería y narcotráfico. Periódico La Jornada,
p. 45, domingo 28 de septiembre de 1997.
17. García, Martha, op. cit.
173
La ceremonia Huichol en el Municipio de Santa Catarina, Nuevo León
18 Furst T. Peter, Nahmad Salomón, Mito y Arte Huicholes, SEP SETENTAS, México, 1972, p.15
19 Nahmad Sittón, Salomón, Op. cit., pp. 96.
20 Guerrero, Vicente, “Monterrey les llama para su mágica”, El Norte, 7 julio de 1997 p. 4
174
Una tarde antes de la ceremonia los huicholes se distribuyen entre los cerros en
busca del peyote, antes de ingerirlo lo cortan en forma de estrella. El ritual se lleva
a cabo a las 12 de la noche, se inicia con cantos, rezos y acompañados por la música
de violín y guitarra bailan alrededor del fuego, en el suelo se depositan ofrendas de
elotes, granos de maíz, chocolate, velas, zacate, jícaras, plumas, semillas de calabaza,
monedas y pequeños trozos de peyote. Sostiene un cristo crucificado y despliegan
la bandera nacional, colocan prendas infantiles y el punto culminante del rito es el
sacrificio de un becerro y con la sangre marcan algunas rocas.21
En Nuevo León, en el municipio de Higueras existe otra planta de uso ritual liga-
da a la fiesta de la virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre de cada año, en ella se
encienden impresionantes luminarias que reúnen a su alrededor a los habitantes de
la población y sus visitantes.
La Fiesta de la Candelilla
21 Cuéllar, Margarito, “El ritual de la tribu Huichola en la Huasteca de Santa Catarina”.en Santa Catarina.
Un acercamiento a su historia, Presidencia municipal de Santa Catarina, Monterrey, N.L, 1996.
22 No confundir con la candelilla del desierto chihuahuense (Euphorbia antisiphylitica), la cual se utiliza
para la extracción de cera.
23 Véase, Homero Adame Martínez, La fiesta de la Candelilla. Una singular Tradición en Higueras, N.
L., México Desconocido.com, México Desconocido, num.298.
24 El Papa Paulo VI definía la indulgencia como la remisión ante Dios de la pena corporal por los pecados
cometidos. Folleto E.V.C. Las Indulgencias num. 256, Arquidiócesis Primada de México. IMPRIMATUR,
pp. 10, 11.
175
Comentario final
Referencias bibliográficas
176
Schultes R, Hoffman A. 1982. Las plantas de los dioses. Orígenes del uso de los alucinógenos. Fondo de
Cultura Económica: México.
Santa María F. 1992. Diccionario de mexicanismos. Editorial Porrúa: México.
Thompson W. 1994. Guía práctica ilustrada de las plantas medicinales. Editorial Blume: Barcelona.
Valadez-Moreno M.1999. Plantas útiles y alucinógenas utilizadas por las sociedades pretéritas del
noreste. En: Ortiz-Echaniz, S. (coordinadora). La Medicina Tradicional en el Norte de México, Serie
Antropología Física. INAH: México.
Referencias hemerográficas
García M. “Piden indígenas despenalizar el uso de plantas y animales rituales Demandaron cesar la per-
secución y hostigamiento por acusaciones de brujería y narcotráfico”. Periódico La Jornada, pp. 45,
domingo 28 de septiembre de 1997.
Guerrero V. “Monterrey les llama para su mágica cita”, El Norte, p. 4, 7 julio de 1997.
177
PLANTAS NATIVAS CON POTENCIAL
AGROINDUSTRIAL Y COMBUSTIBLE
PLANTAS MADERABLES DE NUEVO LEON
Jiménez-Pérez J*; Aguirre-Calderón OA
Profesor-Investigador, Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Autónoma de Nuevo
León, Carretera Linares-Cd. Victoria km 145. Apartado Postal 41.
C. P. 67700, Linares, N. L. México.
* jjimenez@fcf.uanl.mx
Resumen
E
n la primera parte del subcapítulo se presentan las cifras estadísticas de los
recursos forestales y la producción forestal maderable en Nuevo León, des-
tacando los datos referentes a la superficie forestal del estado: 5’196,346 ha;
la superficie arbolada de 348,637 ha; existencias maderables: 22’746,725 m3 y la pro-
ducción forestal maderable que en 2008 fue de 13,841 m3. El segundo tema se refiere
a la contribución de los recursos maderables del estado a la captura de carbono. Se
presentan resultados de las evaluaciones del contenido de carbono para diferentes
especies de los bosques templados y de matorral, así como diferentes instrumentos
para la estimación del contenido de carbono en árboles individuales y bosques. Se
incluyen ejemplos de cálculo de contenido de carbono en bosques mixtos y puros. En
la tercera parte se aborda la problemática de la producción maderable en el estado,
presentando diferentes aspectos relativos al manejo forestal. Finalmente se tratan
aspectos relacionados con las perspectivas del manejo de recursos forestales made-
rables, presentando estrategias para la gestión sostenible de los mismos.
Nuevo León cuenta con una superficie forestal de 5’196,346 ha, que representan
el 3.67% del total nacional, estimado en 141’745,169 ha. La superficie arbolada del
Estado es de 348,637 ha constituidas por bosques; las restantes (4,847,709 ha) co-
rresponden a las denominadas otras áreas forestales, que comprenden vegetación
de zonas áridas, vegetación hidrófila y halófila y áreas perturbadas. En la Figura 1
se muestran las superficies de las diferentes áreas forestales, observándose que la
181
mayor proporción corresponde a la vegetación de zonas áridas (87.4%), seguida de
los bosques (6.7%), la vegetación hidrófila y halófila (3.4%) y finalmente las áreas
perturbadas con 2.5% (SEMARNAT, 2005).
Figura 1. Superficie
forestal de Nuevo
León
Figura 2. Superficie
de bosques
En el año 2000, las existencias maderables en los bosques de Nuevo León se estima-
ron en 22’746,725 m3, representando el 0.81% del total nacional (2,803’487,861 m3),
correspondiendo 5’793,960 m3 a coníferas, 11’823,483 m3 a coníferas y latifoliadas y
4’983,665 m3 a latifoliadas (Figura 3).
182
Figura 3. Existen-
cias maderables en
bosques
El volumen promedio por hectárea es de 65.2 m3, lo que ubica al Estado por debajo
del promedio nacional, que corresponde a 92.1 m3/ha. Lo anterior explica el hecho
de que la participación porcentual de los bosques de Nuevo León con respecto a los
totales nacionales es mayor en superficie (1.15%) que en existencias (0.81%). Los bos-
ques de coníferas tienen existencias promedio de 47.6 m3/ha, los mixtos de coníferas
y latifoliadas 86.46 m3/ha y los de latifoliadas 55.32 m3/ha. Los bosques de coníferas
presentan existencias notablemente menores al promedio nacional, alcanzando un
52.7% en relación al valor estimado para el país (90.25 m3/ha). En tanto, en el caso
de los bosques de coníferas y latifoliadas, los promedios estatales son mayores a los
promedios nacionales calculados (Figura 4).
Figura 4. Existen-
cias volumétricas
promedio en Nue-
vo León y a nivel
nacional
183
estatal, los bosques de coníferas aportan 79,141 m3, mientras que los de coníferas y
latifoliadas su aporte es de 21,269 m3.
La industria forestal en el Estado tiene un incipiente desarrollo. El total de esta-
blecimientos industriales reportados en el año 2004 fue de 265, con una capacidad
instalada de 45,540 m3, de los que se logra transformar 25,960 m3 (57%). Las industrias
forestales representan el 2.9% del total a nivel nacional (8,903) en número; en cuanto
a capacidad instalada y utilizada el promedio nacional (30%) es menor al del estado.
En el año 2008, la producción forestal maderable en Nuevo León fue de 13,841
m3. En cuanto a grupos de especies, la producción forestal del Estado se presenta
en la Figura 5. Los porcentajes para cada grupo de especies se distribuyeron como
sigue: Pino 72%, Encino 7%, y especies de matorral 21% (SEMARNAT, 2009).
Figura 5. Producción
maderable por grupo
de especies en el año
2008
Figura 6. Producción
maderable por grupos
de productos en el año
2008
184
Los grupos de productos obtenidos durante 2008 para las especies aprovechadas se
presentan en la Tabla 1 (SEMARNAT, 2009). En ésta se observa que de las especies
de pino y encino se obtienen únicamente productos de escuadría, mientras que de
las especies de matorral se obtiene principalmente carbón.
185
considerando planes para preservar bosques naturales, mejorar el manejo de bosques
y establecer plantaciones.
En este capítulo se describen algunos avances en torno al desarrollo de procedi-
mientos de medición confiables para determinar el porcentaje de carbono de especies
maderables en Nuevo León, así como métodos para evaluar el contenido de carbono
de ecosistemas forestales.
En la Tabla 3 se presenta el contenido de carbono de 19 especies arbóreas repre-
sentativas de los bosques templados de Nuevo León. El género con mayor presencia
es Pinus con 10 especies, seguido por Juniperus con 5. Otros géneros registrados
fueron Abies, Cupressus, Picea y Pseudotsuga con una especie cada uno. La especie
que presentó el valor promedio más alto fue Juniperus flaccida con 51.18% y la de
menor valor Pinus remota con 45.67%. El valor promedio de contenido carbono total
fue de 48.58%. El género Juniperus es el que presenta el mayor valor promedio con
50.09%, seguido por Pinus con 48.12% y el resto de los géneros (Abies, Cupressus,
Picea y Pseudotsuga) con 47.58% (Jiménez, 2007).
186
Las tres especies que presentaron el mayor promedio de contenido de carbono total
fueron del género Juniperus, (J. flaccida, J. erythrocarpa y J. deppeana), seguidas por
tres especies del género Pinus (P. pseudostrobus, P. cembroides y P. pinceana). Es
importante destacar la importancia de conservar los ecosistemas de Juniperus, ya
que este género presenta el mayor aporte de fijación de carbono atmosférico.
Otro ecosistema forestal de gran importancia en Nuevo León es el matorral espi-
noso tamaulipeco (MET), el cual está conformado por una gran variedad de especies
arbóreas. En la Tabla 4 se muestran las 11 especies frecuentes en el MET, siendo Fo-
restiera angustifolia (47.08%), Havardia pallens (46.44%) y Bumelia celastrina (46.25%)
las que presentan mayor contenido de carbono total, las especies que obtuvieron
el menor porcentaje fueron Cordia boissieri, Acacia farnesiana y Cercidium macrum
con 44.25 %, 44.52% y 44.73%, respectivamente (Yerena, 2009).
Pinus pseudostrobus:
Pinus teocote:
Quercus spp:
187
donde:
b = biomasa (kg)
d = diámetro normal (d1.3) en cm
Empleando las ecuaciones anteriores se han desarrollado tarifas con objeto de esti-
mar el contenido de biomasa y carbono a partir de la variable diámetro normal. La
Tabla 5 constituye un ejemplo de las tarifas desarrolladas para diferentes especies
arbóreas.
188
50
45
40
No. de árboles / ha
35
30
25
20
Figura 7. Distribución 15
diamétrica de los árbo- 10
les en un bosque mixto 5
de Pino-Encino 0
5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
Categoría diamétrica (cm)
Cat.
diam. Pinus teocote Pinus pseudostrobus Quercus spp
(cm)
Biomasa
Biomasa
Biomasa
Carbono
Carbono
Carbono
N /ha
N/ha
N/ha
(ton)
(ton)
(ton)
(ton)
(ton)
(ton)
5 4 0.005 0.003 - - - 6 0.008 0.004
10 8 0.084 0.042 2 0.018 0.009 20 0.098 0.048
15 14 0.858 0.431 10 0.524 0.260 7 0.279 0.135
20 26 4.013 2.014 7 0.941 0.468 6 0.762 0.370
25 8 2.158 1.083 10 2.378 1.182 11 2.827 1.374
30 33 12.930 6.491 6 2.089 1.038 4 1.647 0.800
35 43 22.002 11.045 - - - - - -
40 24 15.003 7.532 - - - - - -
45 13 9.497 4.768 - - - - - -
50 4 3.310 1.662 4 2.990 1.486 2 2.117 1.029
189
55 1 0.916 0.460 - - - - - -
60 - - - 2 1.810 0.899 - - -
Total 178 70.778 35.531 41 10.748 5.342 56 7.738 3.761
90
80
70
No. de árboles / ha
60
50
40
30
Figura 8. Distribu-
20
ción diamétrica
de los árboles en 10
un bosque mixto 0
de Encino-Pino 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
Ca tegoría diamétri ca (cm)
190
25 44 11.307 5.495 8 2.158 1.083
30 46 18.938 9.204 7 2.743 1.377
35 25 14.418 7.007 - - -
40 16 11.883 5.775 - - -
45 22 19.894 9.668 8 5.844 2.934
50 4 4.234 2.058 1 0.828 0.415
55 4 4.817 2.341 5 4.582 2.300
60 2 2.681 1.303 - - -
Total 341 100.042 48.620 54 18.923 9.499
191
Con base en la Tabla 8 se estimó el contenido de carbono en un rodal puro de Pinus
pseudostrobus, para el cual se obtuvieron los siguientes datos dasométricos: edad
promedio de 35 años; altura dominante de 16.5 m; área basal de 28.6 m2/ha.
Determinado el índice de sitio, se empleó la tabla de biomasa y contenido de
carbono para Pinus pseudostrobus, IS 21. El ecosistema objeto de estudio tiene un
grado de densidad de 0.68, esto es, 68% en relación a la densidad de la tabla, por lo
que este bosque tiene un contenido de carbono de 70.26 toneladas por ha.
192
Los bosques de coníferas y latifoliadas que carecen de programas de manejo au-
torizados se ven afectados por la tala clandestina y los cambios de uso de suelo no
autorizados. Estas áreas constituyen, asimismo, focos de riesgo de incendios forestales
o de dispersión de plagas y enfermedades.
Los bosques de coníferas presentan algunos problemas de sanidad, principalmente
causados por descortezadores. Durante el año 2004 se expidieron en el estado 16
notificaciones para llevar a cabo saneamiento forestal en un número de 15 predios,
comprendiendo una superficie afectada de 1,298 ha, autorizándose la extracción de un
volumen afectado de 7,278 m3. Las especies arbóreas infestadas fueron principalmente
del género Pinus y los agentes patógenos Dendroctonus sp, Phloesynus sp e Ips sp.
Por otra parte, en los bosques templados se observa que los apoyos gubernamen-
tales destinados al desarrollo forestal, fundamentalmente a través del ProÁrbol, han
carecido de una planeación estratégica y de una visión de paisaje, por lo que se han
distribuido de manera aislada en diferentes predios en los que, si bien han apoyado
actividades de desarrollo, los impactos han sido poco relevantes en la mayoría de los
casos, principalmente en los ejidos y comunidades.
En las zonas de matorral, la especie con mayor aprovechamiento es el mezquite
(Prosopis sp), cuyo destino principal es la elaboración de carbón. Este recurso está
sometido a una fuerte presión antropogénica dadas las condiciones de pobreza de
muchas comunidades y la gran demanda de carbón en el Estado, misma que se estima
en 5,800 toneladas mensuales en el Área Metropolitana de Monterrey. Lo anterior
ha motivado la tala clandestina de esa especie, la falsificación, duplicación y rehúso
de formatos para el control de la legal procedencia de las materias primas y los pro-
ductos forestales, así como el transporte ilegal de los mismos, principalmente en la
región norte; ocasionando además, por otra parte, condiciones inequitativas para
los productores con aprovechamientos autorizados y aquellos que comercializan
materias primas o productos de procedencia ilegal.
Cabe mencionar que el aprovechamiento de las especies de matorral se efectúa en
muchos predios conforme a programas de manejo forestal aprobados por la autoridad
responsable. De acuerdo a las cifras de la SEMARNAT, en el 2004 se registraron 11
aprovechamientos vigentes en cuatro municipios: China, General Terán, General Bravo
y Vallecillo. La especie predominante bajo aprovechamiento es el mezquite, seguida
de huizache (Acacia farnesiana), ébano (Pithecellobium ebano), barreta (Helietta par-
vifolia), coma (Bumelia celastrina), brasil (Condalia hookerii), tenaza (Pithecellobium
pallens), chaparro prieto (Acacia amentacea) y anacahuita (Cordia boissieri). Estos
programas representan una superficie total de producción de 2,349 ha y un volumen
total autorizado de 22,373 m3 rollo, que son insuficientes para cubrir la demanda
estatal. Es importante destacar que la superficie de mezquitales de Nuevo León con
existencias maderables para producción de carbón vegetal es de 571,977 ha, lo que
significa que la superficie total de producción con programas de manejo autorizados
representa sólo el 6.6% de la que podría incorporarse al manejo sustentable.
El mezquite presenta, por otra parte, un problema de sanidad en diversas áreas en las
que se ve afectado por barrenadores de los géneros Chrysobthris, Stenodontes, Oncideres,
Amphicerus y Xilobiops. Los árboles de esta especie presentan porcentajes de infestación
193
diversos en diferentes regiones del Estado, ocurriendo en mayor grado en los predios
de la región norte, particularmente en los municipios de Anáhuac y Lampazos, donde
ocurren infestaciones del 100%, lo que afecta el vigor y crecimiento de los árboles. En
algunos predios bajo aprovechamiento mediante el sistema de podas, se ha detectado
que la totalidad de los árboles podados presentan infestaciones por barrenadores.
194
Los productores forestales deben recibir una asistencia técnica de calidad y de
forma oportuna, a fin de que puedan incorporar nuevas tecnologías de gestión de
recursos forestales que les permita mejorar la condición de los ecosistemas y crecer
en la integración de cadenas productivas y de comercialización de productos con
valor agregado, así como los derivados de la prestación de servicios ambientales.
Deben mejorarse los sistemas de prevención y combate de incendios forestales,
así como de detección y monitoreo de plagas y enfermedades. De igual manera, las
prácticas silvícolas que deben aplicarse luego de la ocurrencia de siniestros de esa
naturaleza, deben realizarse conforme a procedimientos técnicos validados. Por otra
parte, deben mejorarse las acciones de control y vigilancia de las áreas forestales a
fin de disminuir la deforestación.
Los apoyos dirigidos al desarrollo forestal deben asignarse considerando los im-
pactos esperados con una visión estatal, más que a nivel de predio. Esta estrategia
permitiría realmente la promoción de acciones que abatieran los rezagos de las áreas
forestales en la incorporación de superficies a la producción sustentable de bienes y
servicios, asesoría y capacitación de productores, infraestructura, industria y tecno-
logía.
En relación a la problemática de las especies de matorral, particularmente el
mezquite, es necesario realizar un inventario de existencias y generar conocimiento
sobre la dinámica de las especies y el crecimiento de las mismas, a fin de establecer
tasas de cosecha sustentable que garanticen la conservación y fomento de estos
recursos, particularmente mediante el desarrollo de plantaciones comerciales que
permitan cubrir la gran demanda de productos derivados de esa especie.
La producción de carbón vegetal en el Estado debe mejorarse empleando tecno-
logías que eleven la eficiencia de la carbonización y permitan un mayor rendimiento.
Asimismo, deben establecerse mecanismos de control y vigilancia que disminuyan
la producción y comercialización clandestina de este producto. En referencia al con-
sumo, debe promoverse que éste sea responsable y se oriente hacia los productos
que cuenten con certificación de origen de predios autorizados.
Es importante mencionar el papel de la investigación en la solución de los pro-
blemas relacionados con la producción forestal maderable. En este sentido, la gene-
ración de conocimiento e instrumentos que permitan la toma de decisiones sobre
bases científicas, constituye una necesidad de primer orden para lograr el manejo
sustentable de los recursos maderables (Gadow et al., 2004)
La superficie forestal de Nuevo León representa una importante riqueza ambien-
tal, social y económica. Además de los productos maderables, los recursos forestales
otorgan a la sociedad múltiples servicios ambientales, entre los que pueden mencio-
narse: cantidad y calidad de agua en cuencas, protección contra erosión, productos
farmacéuticos y biodiversidad, así como turismo y recreación y, como se ha descrito
en este trabajo, la captura de carbono cuya importancia es cada vez mayor. De estos
servicios dependen, entre otros, el suministro de agua a zonas urbanas y agrícolas,
la fertilidad de los suelos y la estabilidad climática regional (Earth Summit, 1992). En
el Estado, los bosques tienen un carácter estratégico para la captura de carbono y la
provisión de agua a los centros urbanos.
195
El valor de los servicios ambientales que producen las zonas arboladas forestales
del país se estima en 13 mil millones de dólares por año, lo que significa que en pro-
medio cada hectárea genera anualmente servicios con un valor de 244 dólares, lo
que representa 8.5 veces más que el valor del promedio nacional de la producción
maderable de los últimos años (SEMARNAT, 2005). De acuerdo a las cifras anteriores,
las zonas forestales arboladas de Nuevo León producen anualmente un valor por
servicios ambientales de 85,067,428 dólares, de lo que se deduce la importancia de
tales recursos y la necesidad de fomentar los esquemas de manejo sustentable de
los mismos.
Es necesario revisar las oportunidades que el Estado tiene en materia forestal
a partir de una planeación participativa que contemple todos los sectores involu-
crados (Davis et al., 2001). Lo anterior, permitirá desarrollar programas y proyectos
que conlleven a la diversificación productiva, integrando los servicios ambientales
proporcionados por los recursos forestales. Algunas áreas de oportunidad en este
contexto son:
• El ecoturismo
• El cobro de servicios ambientales por el mejoramiento de las funciones pro-
tectoras y productoras de los ecosistemas forestales como:
. Captura de carbono
. Abastecimiento de agua de las cuencas
. Provisión de hábitat para la fauna silvestre
. Provisión de paisajes
. Protección a recursos asociados
196
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197
PLANTAS PRODUCTORAS DE FIBRAS DE
IMPORTANCIA ECONÓMICA
Salcedo-Martínez SMa*, González-Álvarez Mb , Moreno-Limón Sa
a
Laboratorio de Anatomía y Fisiología Vegetal, bHerbario,
Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias Biológicas,
Universidad Autónoma de Nuevo León, Ave. Pedro de Alba s/n,
Ciudad Universitaria, C.P. 64451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
* checosalcedo@yahoo.com.mx
Resumen
L
as fibras vegetales forman parte del esclerénquima, tejido de sostén que se
origina a partir de diferentes meristemos por alargamiento de las células y
engrosamiento de su pared celular con celulosa y lignina. Las fibras que se apro-
vechan económicamente se obtienen de diferentes especies y partes de las plantas,
separándolas de otros tejidos mediante el enriado, la decorticación o el despepitado. Las
características morfo-anatómicas de una fibra le proporcionan sus propiedades físicas,
químicas, geométricas y de absorción, que a su vez determinan la calidad industrial y
su valor económico, así como el servicio que presta y las características del producto
terminado. La clasificación de las fibras varía en función de su origen anatómico, la parte
de la planta de la que se obtienen, su constitución química, su uso o su calidad. El uso
de las fibras vegetales ha evolucionado con la civilización humana y se ha diversificado
al paso del tiempo para suplir algunas de sus necesidades básicas. Solamente algunas
poseen importancia comercial mundial mientras otras se consumen localmente, pero
en general la explotación de fibras posee una importancia socioeconómica fundamental
para comunidades donde las condiciones ambientales sólo permiten una agricultura
de subsistencia, convirtiéndose en una alternativa de ingreso económico familiar. La
globalización y la industrialización han acentuado la pobreza en las zonas productoras
fomentando un desplazamiento de muchos de los artículos fabricados con fibras locales,
por no poder competir en precio con los elaborados con fibras introducidas o artificiales.
En México las fibras más importantes comercialmente son el algodón, henequén y el
ixtle. En Nuevo León, numerosas especies son potencialmente explotables, tal es el caso
de Agave americana, A. parrasana, A. striata, Hechtia glomerata, Muhlenbergia spp,
Nolina spp, Yucca carnerosana y Y. filifera; Abutilon malacum, A. trisulcatum, Hibiscus
rosa-sinensis, Sida spinosa, Malvastrum americanum, Brahea berlandieri y Tillandsia
usneoides, entre otras.
199
Introducción
Definición de fibras
Clasificación de fibras
Una clasificación básica de las fibras las divide en dos grandes grupos: fibras natu-
rales y fibras artificiales. Dentro de las fibras naturales se encuentran las vegetales,
las animales y las minerales. Las fibras vegetales se componen generalmente de
celulosa y pueden ser monocelulares, como el algodón, o estar formadas por haces
de células, arden con una llama luminosa despidiendo un olor característico a papel
quemado y dejando cenizas blanquecinas en pequeña cantidad. Las fibras animales
como lana, pelos y seda, están formadas generalmente por la proteína albúmina y
arden con una llama viva desprendiendo un olor característico a cuerno quemado y
dejando cenizas oscuras. Las fibras minerales como amianto, asbesto, fibra de vidrio o
la fibra cerámica, generalmente están formadas por compuestos inorgánicos. Debido
a su constitución química diferente, las fibras animales y vegetales no reaccionan de
igual forma al calor, diferentes químicos, al agua y a los organismos que las atacan.
Por ejemplo, el calor desnaturaliza y vuelve quebradizas a las fibras animales como
la lana, arruinando las prendas, pero no afecta a las vegetales. Las fibras animales
se tiñen más fácilmente, mientras el uso de mordentes es más común en las fibras
vegetales. Las fibras animales son atacadas frecuentemente por polillas y pececillos
de plata (Orden Thysanura), mientras que las vegetales son más afectadas por hon-
gos, mohos y termitas. Las fibras animales son más elásticas que las vegetales, sin
embargo, estas últimas poseen mayor capacidad absorbente.
Las fibras artificiales son fabricadas industrialmente y hay una gran diversidad de
ellas. Las más raras y menos abundantes son las que por medios físicos le confieren
a una materia forma de fibra, por ejemplo, el vidrio, el papel y muchos metales. Otro
gran conjunto lo constituyen las fibras obtenidas en la industria química a base de
polímeros naturales o polímeros sintéticos. La Tabla 1 resume diferentes clasificaciones
de las fibras, resaltando las referentes a las fibras vegetales de acuerdo a la parte del
vegetal de donde se obtienen (Kundu, 1954; Matthew, 1954), su origen anatómico
(Esau, 1976), constitución química y usos industriales (Matthew, 1954; Hill, 1965).
201
Origen y estructura de las fibras vegetales
En general las fibras están compuestas por polímeros de alto peso molecular cuya
molécula es alargada. Estas fibras están formadas por una pared primaria de celulosa
y pueden engrosarse por una pared secundaria de celulosa y lignina, que constriñe
el lumen y frecuentemente termina aislando el citoplasma celular, matando la cé-
lula. Se originan a partir de distintos meristemos. Las del xilema y floema derivan
del procambium o del cambium, otras derivan del meristemo fundamental, de una
combinación de estos meristemos o de la protodermis.
El crecimiento de las fibras celulares después de su origen a partir del tejido
respectivo tiene principalmente dos fases, la fase de elongación celular, asociada a
una rápida expansión de la pared celular primaria y la fase de engrosamiento de la
pared celular, la cual ocurre después de la elongación, asociada con la deposición de
material en la pared secundaria (Maiti, 1980). La expansión de la pared celular es un
fenómeno fisiológico similar en todas las células que se están desarrollando y depende
de la presión de turgencia, la cual a su vez está asociada con la absorción de agua.
La síntesis de proteína aumenta la presión osmótica en la célula, lo que explicaría
la elongación de la misma. Algunos fitoreguladores como las auxinas disminuyen el
pH ocasionando la disolución del pectato de calcio y la ruptura de algunos enlaces
entre las fibras celulósicas, lo que ocasiona un ablandamiento de la pared celular y
un aumento de la permeabilidad al agua, favoreciendo que la presión de turgencia
cause la elongación celular y la expansión de la pared celular. Durante la elongación
de la célula hay un aumento del citoplasma, enseguida la elasticidad de la pared
celular es reducida por la formación de enlaces entre las microfibrillas de celulosa y,
por último, hay un endurecimiento de la pared celular, que se engrosa con el depósito
de materiales en la pared nueva sobre las lamelas preexistentes, formando capas por
el proceso de intususcepción (Maiti, 1980). En Agave asperrima y Agave lechuguilla
la pared secundaria se forma por depósito de materiales protoplasmáticos en forma
de bandas con espacios entre ellas aumentando gradualmente el grosor de la pared
celular (Barrón, 1987; Lozano, 1988).
El origen de las fibras difiere en las especies de las que se extraen. Estudios en
detalle sobre el desarrollo de la fibra en yute (Corchorus capsularis); kenaf (Hibiscus
cannabinus y H. sabdariffa) y cáñamo sun (Crotalaria juncea) han sido realizados por
Kundu (1954) y Maiti (1980); del desarrollo de las bandas de fibra en lino (Linum usita-
tissimum) por Maiti (1980) y del ramio (Bohemeria nivea) por Kundu y Sen (1960) y Maiti
(1980). En el caso de la mayoría de las fibras de corteza como yute y kenaf, las fibras
se originan a partir de cambios durante el crecimiento secundario, principalmente
las fibras del floema secundario y, en pequeña parte, la fibra protofloemática; pero
en el caso del ramio, lino y cáñamo sun, las fibras surgen de divisiones procambiales
o parenquimáticas y están aisladas en bandas, pero el ordenamiento de bandas de
fibras y su estructura difiere en las especies (Maiti, 1980).
Las fibras de la hoja en los géneros Sansevieria, Agave y Musa y en Agave america-
na, se desarrollan a partir de parénquima fundamental con un contenido citoplasmá-
tico cada vez más denso, a través de repetidas divisiones celulares. La pared celular
202
del parénquima crece en la base de la hoja y estas fibras iniciales tienen la misma
longitud pero un diámetro menor que el parénquima original. Las fibras iniciales tie-
nen un rápido crecimiento vertical hasta 70 veces la longitud de su tamaño original,
de modo que las fibras largas son encontradas en pecíolos y nervaduras de las hojas
y las fibras cortas conectando los haces vasculares en la región de anastomosis de la
hoja (Meeuse,1938 citado por Maiti, 1980; Datta,1973).
203
En la hoja de A. lechuguilla la fibra celular se desarrolla desde la base de la hoja por
mitosis de células parenquimatosas que inicialmente mantienen su tamaño pero se
distinguen por ser poligranuladas. El citoplasma de éstas se va condensando alrededor
de la pared primaria hasta definirse la pared secundaria y empiezan a alargarse en
sus extremos. Mientras, el lumen se define y se va estrechando al lignificarse la pared
celular, que lo constriñe hasta provocar que el citoplasma finalmente desaparezca.
Las bandas de fibra de la hoja de esta misma planta se originan por la delimitación de
un área circular de tejido parenquimatoso por el procambium en la base de la hoja, el
cual gradualmente se transforma en fibras de la parte interna hacia la periferia de la
banda. En la periferia de la hoja se encuentran bandas no agrupadas y hay dos bandas
centrales internas, en forma de media luna, que contienen los haces vasculares (Garza
y Maiti, 1984). La formación de fibras en Agave asperrima y Yucca carnerosana es a
partir del parénquima fundamental de la base hacia el ápice. La formación de la pared
secundaria es similar en ambas especies, por deposición del material citoplasmático
de la pared primaria, con la única diferencia en el número de poros que se forman en
las primeras etapas del desarrollo de la pared secundaria (Barrón, 1987).
Extracción de fibras
Aunque las fibras provienen de diferentes partes de las plantas y diferentes especies
de plantas, existen procedimientos básicos para separarlas de las otras células en
que están embebidas. Los procesos primarios son la pudrición bacteriana o enriado,
la decorticación y el despepitado (Wood, 1974, Maiti et al., 1980).
La pudrición bacteriana o enriado (retting) es un proceso de extracción que disuel-
ve las gomas y pectinas que mantienen unidas las células y descompone los tejidos
vegetales suaves, dejando las fibras intactas. Se emplea principalmente para las fibras
204
de corteza (yute) y liber (cáñamo sun) y aprovecha el hecho de que las fibras tienen
paredes más gruesas que la mayoría de las otras células vegetales y, comparativamen-
te, son más resistentes al ataque bacteriano. En el proceso se sumergen las plantas
en tanques con agua o se dejan sobre el suelo y se les humedece repetidamente.
Paulatinamente los tejidos absorben agua y se hinchan, liberando los compuestos
que ayudan a nutrir las bacterias descomponedoras. Durante varias semanas se revisa
el material hasta asegurar el punto al cual la mayoría del tejido se ha desintegrado,
enseguida las células xilemáticas y epidérmicas que persisten se remueven lavando
y secando el material para luego romperlo al pasarlo bajo rodillos acanalados que
desmoronan el material duro (agramado), dejando intactas las fibras flexibles.
En ocasiones las fibras pueden ser separadas fácil y económicamente de otros
tejidos por el proceso de descortezamiento, que implica el aplastar el material vegetal
y raspar el material no fibroso de las fibras. Se emplea en general para fibras foliares
y fibras de corteza. En el caso del ramio la decorticación se realiza con un aparato
decorticador, seguida por la eliminación de gomas por medio de sustancias químicas.
Para las fibras de las hojas de Agave y Sansevieria, la decorticación separa las fibras
lignocelulósicas del parénquima (Maiti, 1980).
Finalmente las fibras pueden ser rastrilladas o “peinadas” (hackled) para separarlas
y alinearlas. Esto se logra dirigiendo una masa de fibras a través de un conjunto de
alfileres verticales parecidos a un peine (sedadera). Las fibras largas se seleccionan
para tejerse, las cortas o estopa se destinan a relleno.
El despepitado es un proceso único para las fibras de semilla. Durante el mismo
las semillas son retiradas de las fibras que las cubren. En el caso del algodón luego
hay que limpiar las fibras y peinarlas extensivamente.
Las fibras textiles pueden someterse a procesos de blanqueado, calentado o ambos
en soluciones alcalinas, para luego ser teñidas, hiladas y tejidas.
205
hacia el cuerpo mientras se presionan entre el banco (piedra o trozo de madera) y el
tallador (utensilio de metal puntiagudo, sin filo). El “despunte” consiste en obtener
las fibras de las hojas y el “destronque” de la base de las hojas. A máquina, se pasan
las hojas y cogollos por una caja con un rodillo con clavos incrustados que separan
la fibra, los cogollos se meten en un sentido y en otro, primero las puntas y luego
la base del cogollo (Mayorga et al., 2004). Finalmente la fibra se extiende en capas
delgadas y se deja secar al sol por un período de 2 a 3 horas (Castillo et al., 2005).
Su aprovechamiento está regulado por la NOM-008-SEMARNAT-1996 y el índice de
aprovechamiento varía del 50% en sierras y mesetas al 70% en lomas y bajadas. Se
recomienda no explotar áreas con pendiente superior a 40o o donde se aprovechen
otras plantas. El 20% de las plantas maduras debe respetarse para regeneración por
semilla (Blando-Navarrete y Baca, 2001).
Otros agaves. La obtención de la fibra del maguey es un proceso que tiene más
de 500 años y toma 15 días en promedio. Después de cortadas las pencas se asan
por varios días según la cantidad, para luego dejarlas reposar. Luego las pencas se
machacan con ayuda de una herramienta hecha de madera y se ponen a secar. La
fibra se remoja durante algunos días, se peina, se seca nuevamente y se blanquea,
este proceso se repite según la calidad del ixtle que se desea. Una vez que se tiene
la fibra peinada y blanqueada, se utiliza una herramienta parecida a un trompo de
madera llamada malacate, con la cual se hila la fibra para elaborar una sola hebra.
206
Extracción de la fibra de Nolina cespitifera
Las propiedades físicas, químicas, geométricas y de absorción de una fibra son me-
dibles y determinan la calidad industrial y su valor económico, así como el servicio
que presta y las características del producto terminado.
Las propiedades físicas de las fibras vegetales se subdividen en térmicas (com-
bustibilidad, punto de fusión y comportamiento al calor o tratamientos térmicos),
mecánicas (elasticidad, flexibilidad, resistencia a la torsión y tensión), superficiales
(comportamiento a la fricción o abrasión), eléctricas (conductividad y generación de
electricidad estática) y ópticas (color y brillantez).
Las propiedades de absorción determinan la facilidad con que se tiñen, la durabi-
lidad del teñido y lo confortables que son al contacto con la piel, debido a la cantidad
de humedad y agua que absorben y retienen. Las propiedades químicas determinan
la respuesta a los disolventes orgánicos, mordentes y blanqueadores (como hincha-
miento o disolución); así como la resistencia a la intemperie (lavado y secado al sol),
a los microorganismos e insectos. Las propiedades geométricas, como la longitud de
la fibra, determinan el proceso de hilatura a aplicar, la calidad y el precio de la fibra;
así como la finura, el brillo y el volumen influyen en el comportamiento y la sensa-
ción al tacto de los textiles. En los hilados el rizado confiere la cohesión, elasticidad,
resistencia a la abrasión y la conservación del calor, y la sección transversal influye
en el brillo, volumen, sensación al tacto y rigidez de la torsión.
207
Tabla 2. Tipos de fibras por especie vegetal y longitud promedio
Tipo de Longitud
Especie Fibra
fibra (mm)
Dura Agave spp Henequén, sisal 0.8-8.0
Dura Musa textilis Abacá 2.0-12.0
Dura Yucca Ixtle de palma 2.0-15.0
Dura Phormium tenax Cáñamo de Nueva Zelanda 2.0-15.0
Blanda Linum usitatissimum Lino 9.0-70.0
Blanda Cannabis sativa Cáñamo 5.0-55.0
Blanda Corchorus capsularis Yute 0.8-6.0
Blanda Bohemeria nivea Ramio 50.0-250.0
Blanda Hibiscus cannabinus Kenaf 3.0-7.0
Blanda Gossypium sp Algodón 16.0-30.0
Animal Bombyx mori Seda indefinida
Animal Ovis aries Lana 350.0
Mineral Asbesto 1.0
Sintética Viscosa indefinida
Las fibras deben tener una resistencia considerable para no romperse fácilmente
ya que comúnmente son trenzadas, enroscadas, hiladas y tejidas para formar ma-
teriales con los que se fabrican cuerdas, hilados y textiles; de allí la importancia de
las propiedades físicas y químicas en la resistencia y durabilidad de las fibras. Las
fibras gruesas dan mayor firmeza y resistencia al arrugado, pero son rígidas y áspe-
ras; mientras las fibras finas son más suaves y flexibles y le dan una buena caída al
material textil. El rizado consiste en la frecuencia, amplitud y la forma de las ondas
o dobleces que se suceden a lo largo de la fibra, que pueden ser de forma tridimen-
sional (helicoidal) o bidimensional (aserrada). Algunas fibras tienen una rotación a la
derecha (lino y ramio), mientras la mayoría de las restantes fibras vegetales tienen
una ligera rotación izquierda. El algodón presenta aleatoriamente giros a diestra y
siniestra. Este rizado es una característica natural del algodón (y la lana animal), que
reduce el brillo de las prendas pero mejora las otras cualidades arriba mencionadas.
En una fibra natural se distinguen tres zonas en sección transversal: piel o cutícula,
cuerpo principal y núcleo, el cual puede o no estar hueco. La presencia de pequeñas
cavidades en estas secciones, así como las características de la superficie lateral de
la fibra (estriada, lisa), contribuye a las características de esta propiedad geométrica.
La cohesión ayuda a mantener adheridas las fibras unas a otras. La porosidad indica
la capacidad que tiene la fibra para absorber líquidos. Las fibras de madera y corteza
tienen células alargadas conectoras como las apreciadas en lino, cáñamo y cierto tipo
de papel (Maiti, 1980). Las propiedades industriales más apreciadas en una fibra son
un elevado punto de fusión, hidrofilidad moderada, facilidad de teñido, gran resis-
tencia, elasticidad y durabilidad. Esta última cualidad depende de su resistencia a la
fatiga causada por agentes físicos (tracción, humedad, luz, temperatura) y químicos
(mordentes, colorantes, blanqueadores) a los que se sujeta durante la manufactura,
208
y el uso o el mantenimiento de los productos finales (textiles, cordeles, cepillos, etc).
Las características finales de las prendas de vestir más apreciadas son: el aspecto
visual y la percepción al tacto, la protección que ofrecen frente al calor, al frío o al
agua, el confort que brindan, la durabilidad y el requerir un mínimo de cuidados y
mantenimiento.
Existe gran cantidad de información sobre las características anatómicas de las fibras
vegetales que puede servir como guía para su uso y ayudar a predecir la calidad de
las fibras vegetales. Algunas de estas características son la relación longitud/diámetro
de la fibra, el número de células por banda y el contorno y dimensiones de la banda
(Kundu, 1954; Matthew, 1954; Rao y Saha, 1961; Maiti y Basu, 1968; Maiti, 1969, 1979;
Maiti y Chakravarty, 1977; Maiti, 1969; Maiti y Chakravarty, 1977; Maiti, 1979).
Un estudio de las características micrométricas de los filamentos de fibra y su
modo de orientación puede servir en la predicción de la calidad de la fibra. La pro-
porción en cuanto a su largo y ancho está correlacionada con una mayor fuerza y
tenacidad, la rigidez y superficie de fricción con la irregularidad de la superficie del
filamento y la reticulación del filamento con la sección longitudinal de la corteza de la
fibra (Rao y Saha, 1961; Maiti y Basu, 1968; Maiti, 1980). Por su parte, Valadés (1988),
209
clasificó varias especies de malváceas de Nuevo León de acuerdo a la uniformidad
de las fibras, grosor y número de interconexiones, en productoras de fibra de mejor,
mediana y pobre calidad. Asimismo, Lozano (1988) estudió las condiciones ecológi-
cas y las características morfo-anatómicas de Agave lecheguilla relacionadas con la
productividad y calidad de las fibras en el municipio de Mina, N.L., encontrando que
las variables más importantes correlacionadas con el rendimiento fueron el grosor
de la hoja, el número de bandas de fibras, el ancho de la hoja y el número de capas
de banda de fibras, características a considerar además del largo de hoja y número
de hojas. Respecto a la calidad, observó que el grosor de la pared y el largo de la
fibra celular se incrementaba gradualmente desde la base hacia el ápice de la hoja; y
que la fibra celular que se presenta en el cogollo presenta menor lignificación y una
mejor calidad en comparación con las hojas media y externa, que tienen alto grado
de lignificación. Concluye que las condiciones ecológicas que prevalecen en el área,
influyen en la productividad y calidad de las fibras.
Aunque existen más de 2,000 fibras naturales, muy pocas son en realidad las que
pueden utilizarse industrialmente, pues no todas las materias se pueden hilar o tejer.
Las fibras vegetales de importancia económica y comercial a nivel mundial son propor-
cionadas por especies distribuidas en diferentes familias, entre las que se encuentran
el algodón Gossypium hirsutum de la familia Malvaceae, usado solo o combinado
con fibras sintéticas para fabricar hilados y tejidos; el lino Linum usitatissimum de
la familia Linaceae, usado para la fabricación de telas, hilos, lona, dril, bramante,
papel de fumar, papel de cartas y materiales aislantes; el yute Corchorus capsularis
y C. olitorius de las Tiliaceae, con el que se elaboran sacos, cordeles y alfombras; el
kenaf Hibiscus cannabinus de las Malvaceae usado como sustituto del yute donde
éste no se cultiva, para fabricar costales y para la elaboración de un amplio rango
de productos de papel y de cartón; el cáñamo sun Crotalaria juncea de las Fabaceas,
usado en sacos, redes, lonas, papel de fumar y cordelería; el ramio Bohemeria nivea
de las Urticaceas, empleado para fabricar telas cortinajes, tapicería, hilo y papel; el
abacá Musa textilis de las Musaceas, útil en cabuyería y cordelería así como para
elaborar arpilleras, cartón y papeles gruesos; el henequén Agave fourcroydes y el
sisal Agave sisalana de las Amaryllidaceas, empleados para hacer cordeles; el ixtle
Agave funkiana y A. lechuguilla, también de las Amaryllidaceas, utilizados para hacer
cepillos, cuerdas y sacos, aunque el ixtle también se obtiene de las hojas de Yucca
spp., que pertenecen a la familia Liliaceas. Por último, el coco Cocos nucifera de las
Palmáceas cuya fibra se trenza en cables, cordeles y guindalezas para cabuyería o se
emplea para cepillos, esteras, alfombrillas, sacos, material de relleno en tapicería, así
como sustrato en horticultura (Seale et al., 1953; Wilson y Menzel, 1964; Hill, 1965;
Nelson, 1977; Wilson, 1978; Maiti, 1980).
Mientras algunas especies productoras de fibra se producen en muchos países,
en otros casos su producción es limitada por la capacidad de adaptación a las condi-
210
ciones ecológicas o bien está restringida a un uso local o regional por su ocurrencia
o empleo tradicional. Por ejemplo, el cultivo del lino tiene un rango de distribución
más estrecho que el algodón ya que este último se desarrolla en una gran diversidad
de ambientes, por lo cual es una fuente principal de fibras textiles a nivel mundial.
Mientras Agave sisalana, Bohemeria nivea, Hibiscus sabdariffa, H. cannabinus y Yuc-
ca carnerosana, entre otras, son sólo de importancia regional (Wilson et al., 1969;
Nelson, 1977 y Maiti, 1980). La sustitución de especies y cambios de uso según la
disponibilidad no es rara, el kenaf es usado básicamente para la producción de sacos
y cuerdas en la India, sin embargo, en Australia y Estados Unidos se cultiva para la
pulpa de papel. Las ceibas de México o pochotes (Ceiba aesculifolia, C. acuminata,
etc.), el palo borracho (Chorisia insignis) y el samohu (Chorisia speciosa) de Sudamé-
rica, producen un algodón sedoso similar en propiedades de flotación y elasticidad
al kapok al cual ha sustituido en estas regiones.
En México existen pocas plantas que son explotadas como fuente de fibras por
la industria; las más importantes son: algodón (Gossypium hirsutum), palma ixtlera
(Yucca carnerosana), lechuguilla (Agave lechuguilla), henequén (Agave fourcroydes)
y zacatón (Muhlenbergia spp.); las dos primeras especies son explotadas en condicio-
nes de cultivo y las restantes en condiciones naturales. El algodón se cultiva en Baja
California, Coahuila, Durango, Sonora y Tamaulipas, aunque la baja en el precio por la
sobreoferta mundial ha reducido las áreas de cultivo mexicanas en la última década.
En México se distribuyen 25 especies del género Yucca desde la frontera norte hasta
la meseta central, la lechuguilla y la palma ixtlera se explotan en condiciones naturales
en las zonas áridas y semiáridas de los estados de San Luis Potosí, Coahuila, Nuevo
León, Zacatecas, Chihuahua, Durango y sur de Tamaulipas (Sheldon, 1980; Marroquín
et al., 1981). Las especies Y. filifera y Y. decipiens se distribuyen en 25 municipios de
los estados de Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas, pero
su extracción es menos importante que la de Y. carnerosana (Nava et al., 1980). El
henequén se cultiva principalmente en los estados de Yucatán, Campeche y centro
de Tamaulipas para la fabricación de cuerdas y costales (Nelson y Summers, 1977) y
el zacatón (Muhlenbergia macroura, Gramineae) se colecta en sierras de Chihuahua,
Distrito Federal, Estado de México, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Oaxaca,
Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Tlaxcala y Veracruz para elaborar cepillos (Mejía-
Saulés y Dávila, 1992).
La disponibilidad de plantas específicas en ciertas áreas ha provocado la espe-
cialización regional, por ejemplo en Yucatán y Campeche se producen sombreros
“Panamá” con la palma o jipi (Carludovica palmata, Ciclantaceae), mientras en So-
nora los indios Seri hacen “coritas” o canastas de tiras torcidas del arbusto “torote”
(Jatropha cuneata, Euphorbiaceae), que pueden incluso retener agua cuando los
cordones cosidos se expanden al mojarse (Cortés et al., 1999).
La gran importancia social de la fibra como fuente de ingresos primarios para los
campesinos productores de las zonas áridas y semiáridas de México y, en particular.
del Estado de Nuevo León, ha despertado el interés de las comunidades científica y
gubernamental sobre la ecología, características morfo-anatómicas, productividad
y manejo del recurso. Destacando los trabajos de aprovechamiento de especies no
211
maderables en zonas áridas (SEMARNAT, 2008) y en Nuevo León sobre las Malvaceae,
lechuguilla y yuca (Garza y Maiti, 1984; Barrón, 1987; Lozano, 1988; Valadés, 1988;
Villarreal, 1988).
Los Agaves o magueyes. Las hojas de plantas maduras de color amarillento a rojizo se
prefieren porque contienen mayor cantidad de fibra. Con las fibras se hacen ayates,
esponjillas, costales, papel, tapetes, morrales y cordeles (Balls, 1962; Hedrick, 1972;
Usher, 1974; Bean 1991). Las espinas se utilizan como agujas; de las raíces se elaboran
cepillos, escobas y canastas (Castillo et al., 2005).
En Nuevo León se han reportado A. albopilosa I.Cabral, Villarreal et Estrada de la
Sierra Madre Oriental; Agave americana var. Americana L. (agave chichimeco, meco o
teometl) en Galeana, Monterrey, Pesquería, Gral. Zaragoza y la subespecie protoame-
ricana X scabra en Dr. Arroyo y Galeana; A. bracteosa S. Watson en Monterrey y Santa
Catarina; A. celsii Hook var. Celsii en Gral. Zaragoza; A. falcata Engelm (sotolillo) en
Galeana; A. funkiana Kunt et Bouché en Galeana; A. gentryi B. Ullrich en Aramberri,
Galeana, Monterrey y Gral. Zaragoza; A. lophanta Schiede (estoquillo) en Dr. González,
Galeana, Linares, Monterrey y Gral. Zaragoza; A. montana Villarreal en Rayones; A.
ovatifolia Starr et Villarreal en Bustamante; A. parrasana A. Berger; A. scabra Salm-
Dyck ssp scabra en Galeana, Lampazos. y Monterrey; A. striata Zucc. ssp. falcata en
Bustamante, Dr. Arroyo, Galeana y Santa Catarina y la ssp, striata en Aramberri, Dr.
Arroyo, Galeana, Guadalupe, Iturbide, Monterrey, Rayones, Santa Catarina, Santiago
y Gral. Zaragoza; A. victoria-reginae T. Moore (noa o pintilla) en Monterrey y Santa
Catarina y A. asperrima (maguey del cerro) en Galeana, y A. falcata (Villarreal, 1988).
Los productos son comercializados directamente por los productores o en tiendas de
artesanías que exportan a Estados Unidos y Europa.
212
Galeana, Iturbide, Doctor Arroyo, General Zaragoza y Mier y Noriega, siendo Galeana
y Mina los municipios de mayor importancia (Cortés et al., 1999). En 2007 Nuevo León
tuvo una producción autorizada de 4,951 ton en 230,730 ha (Aldana, 2007). El ixtle
de mejor calidad (Grado I) se extrae de la parte central de la roseta o cogollo. El ixtle
Grado II se obtiene de las pencas u hojas exteriores (DGN, 2008). La extracción del
cogollo estimula su crecimiento pero no afecta la densidad de población a corto plazo
(Pando et al., 2004), y sí perpetúa las poblaciones (Sheldon, 1980). Si no se lastiman
los brotes, el cogollo se recupera en 6-12 meses dependiendo de la precipitación.
La producción de fibra es del 1.3 al 2% del peso de la planta, su productividad está
determinada por la cantidad de agua en el suelo. En plantaciones con manejo la talla
legal (25 cm) se alcanza entre los 9 a 10 meses y la productividad se puede incremen-
tar fertilizando con N, P, K y B y entre un 119-171% con riego (Aldana, 2007). Pando-
Moreno et al. (2008), han generado una tabla de campo para estimar la producción
de fibra seca por planta utilizando el producto de la altura por su diámetro como
variable independiente en una ecuación de regresión cuadrática polinomial.
De la lechuguilla se obtiene el ixtle, que es una fibra dura de alta resistencia y
durabilidad, utilizada como materia prima para cestería y en la elaboración de cor-
deles, peines, estropajos, escobetas, cepillos caseros e industriales, brochas para
maquillaje y para albañilería, tapetes, arpilleras, morrales, bajo alfombras y filtros para
automóviles, mezclada con resina poliéster forma el ixtle reforzado, similar a la fibra
de vidrio pero más económica (Cortés et al., 1999; Rohman, 1992). La utilización de
la fibra en el país se hace a pequeña escala en industrias domésticas. Alrededor del
93% de la producción nacional se exporta, principalmente a Estados Unidos, Canadá,
Holanda, Alemania, España, Francia, Suiza, Japón, América Central y algunos países
de América del Sur.
213
Yucca filifera (Chabaud, 1976). Izote, palma grande, palma corriente, palma china. Se
utiliza para la industria de la celulosa, en la fabricación de papel “kraft”, papel resistente
a la ruptura y al desgaste. La fibra que se obtiene de sus hojas se usa para hacer cuerdas,
cestos y tapetes (Sargent, 1965). Se ha colectado en Cerralvo, Dr. Arroyo, Galeana, San
Pedro Garza García y Rayones.
Yucca carnerosana (Trel.) McKelvey. Palma samandoca, palma carnerosana, palma ba-
rreta, palma loca o palma pita. El ixtle de palma es una fibra dura de mejor calidad que
la extraída de otras especies no maderables, con ella se produce hilo o tela de diferente
calibre y resistencia, para la manufactura de sacos, mantas y forros para empaque; así
como cordeles de diferentes dimensiones. Los cogollos pueden recolectarse durante
todo el año, pero es más común hacerlo antes de la época de lluvias (Villavicencio,
1993). Su comercialización inició en 1940, floreció en los 60´s y declinó a finales de los
90´s, cuando fueron desplazados por productos similares de menor precio, fabricados
con materiales sintéticos y otras fibras naturales como el sisal y el yute procedentes
de India, Indonesia y Bangladesh. El precio de garantía se mantiene desde hace 15
años en $ 9.00 por kilo de fibra seca. La producción de palma samandoca genera un
ingreso directo que va de $ 270.00 a $450.00/día en función del número de cogollos
cortados, que oscila entre 300 y 400 cogollos/día, para obtener de 30 a 50 kg de fibra
seca (SEMARNAT, 2008). En Nuevo León se distribuye en los municipios de Aramberri,
Dr. Arroyo, Mier y Noriega, García y Galeana.
Familia Apocynaceae
Brahea berlandieri Bartl. Palma, sabal mexicana, palmito mexicano. Las hojas se
emplean para hacer canastas, asientos de sillas o techados (Elias, 2000). Una fibra
de calidad excelente de hasta 50 cm de largo que resiste la sosa y el agua caliente, se
obtiene de los peciolos foliares, sobre todo de los jóvenes y se usa para hacer cepillos
(Hill, 1965). Reportada en Anáhuac, Aramberri, Galeana, Linares, Monterrey, Santa
Catarina, Villa de García, Zaragoza.
214
Familia Asclepiadaceae
Las especies del género Asclepias son buenas productoras de fibras. Tienen pelos
sedosos sobre sus semillas y los de varias especies se han empleado como material
textil o de relleno por ser ligero, aislante y flotar. Hay 22 especies del género Asclepias
reportadas para Nuevo León, posiblemente algunas posean potencial industrial.
Asclepias viridiflora Raf. Ha sido reportada para nuestro estado sin mencionar en
qué municipios se distribuye. Produce fibras que pueden tener el mismo uso que el
de otras especies del género (Barkley, 1986).
Familia Asteraceae
Familia Bignoniaceae
Chilopsis linearis (Cav.) Sweet. Mimbre, sauce del desierto. Con las ramas jóvenes
y flexibles se tejen canastas. Los tallos descortezados se emplean como base para
canastos. La corteza se ha empleado para hacer camisetas y redes (Vines, 1982). La
especie linearis tiene dos subespecies en Nuevo León, linearis en Iturbide y tomenti-
caulis en Lampazos, Linares, Monterrey y Santiago.
215
Familia Bromeliaceae
Tillandsia usneoides (L.) L., el musgo español o paixtle. Produce una fibra parda o
negra, muy elástica y lustrosa que se ha utilizado en tapicería como material de relleno
o como sustituto del pelo de caballo. Reportada para los municipios de Aramberri,
Galeana, Monterrey y Santiago.
Familia Cucurbitaceae
Luffa cylindrica (L.) Roem. Esponja vegetal, estropajo. Produce frutos comestibles
que contienen una red de fibras rizadas que se obtienen por enriado y una vez lim-
pias se emplean para hacer sombreros, para lavar y restregar maquinaria, en ciertos
tipos de filtros de aceite y como sustituto de esponjas de baño. Especie cultivada en
Nuevo León.
Familia Cupressaceae
Familia Euphorbiaceae
Ricinus communis L. Higuerilla, ricino. De los tallos se obtiene una fibra para hacer
sogas (Chiej, 1984). Reportada en Allende, Monterrey y Bustamante.
Robinia pseudoacacia L. Acacia, robinia. La corteza se utiliza para hacer papel y como
sustituto de la seda y lana (Triska, 1975). Reportada para el municipio de Santiago.
Familia Malvaceae
Abutilon malacum Wats. Planta que produce fibra de buena calidad, reportada para
Villaldama
Anoda cristata (L.). Schlecht. Amapolita morada, violeta de campo, helanche. Planta
216
que produce fibra de pobre calidad. Registrada en Galeana, Iturbide, Linares, Santiago
y Gral. Zaragoza.
Herissantia crispa (L.) Brizicky. Planta que produce fibra de pobre calidad. Registrada
en Allende, Aramberri, Bustamante, China, Galeana, Monterrey, Sabinas Hidalgo,
Santa Catarina y Vallecillo.
Hibiscus cardiophyllus Gray. Tulipán del monte. Planta que produce fibra de pobre
calidad, reportada para N. L.
Hibiscus rosa-sinensis L. Tulipán, rosa china. Se obtiene fibra de buena calidad de los
tallos. En áreas subtropicales cálidas se reportan fibras hasta de 3 m de longitud. La
fibra se emplea en telas gruesas, redes y papel. Se reporta como una planta cultivada
para Monterrey.
Hibiscus syriacus L. Flor de una hora. Planta cultivada en Nuevo León de la cual se
puede extraer algún tipo de fibra de buena calidad.
Sida spinosa L. Planta que produce fibra de buena calidad, reportada para Allende,
Aramberri, San Pedro Garza García, Iturbide, Linares, Montemorelos y Los Ramones.
Sphaeralcea angustifolia (Cav.) D. Don. Hierba del negro. Planta que produce fibra de me-
diana calidad, reportada en los municipios de Aramberri, Galeana, Monterrey y Santiago.
Familia Moraceae
Morus nigra L. Mora negra. Reportada como productora de un tipo de fibra y co-
lectada en Linares.
Dasylirion spp. Sotol, sereque o seregue. Se recolecta durante todo el año para produ-
cir sotol y agua-vino, pero las fibras tienen mejores cualidades para la industrialización
217
en el otoño. Su aprovechamiento está regulado por la NOM-005-SEMARNAT-1996.
Con las hojas se elaboran varios utensilios domésticos, tales como tapetes y canastas
y algunos adornos para diversas fiestas religiosas. Los escapos florales son usados en
la construcción de cercos y las hojas para la elaboración de techos (Olhagaray, 1994).
Para el estado de Nuevo León se reportan las especies Dasylirion texanum Scheele,
D. berlandieri S. Watson se ha reportado en Aramberri, Dr. Arroyo, Galeana, Guada-
lupe, Iturbide, Monterrey, Los Ramones, Santiago y Gral. Zaragoza, D. cedrosanum
Trelease en Bustamante, Santa Catarina y Villa de García; D. miquihuanense Bogler
en Dr. Arroyo, y D. quadrangulatum S. Watson en Aramberri y Dr. Arroyo.
Nolina cespitifera Trel. Zacate cortador, hierba del oso, palmilla, cortadillo por sus
hojas delgadas. Las plantas se recolectan todo el año. La fibra es muy resistente y se
emplea en la elaboración canastas, en la fabricación de discos para barredoras mecá-
nicas, rodillos y cartuchos de explosivos y en combinación con el sorgo escobero en
la elaboración de escobas y cepillos. El total de la producción es comercializada a las
empresas elaboradoras de escobas situadas en los municipios de Cadereyta Jiménez y
Monterrey, Nuevo León. La producción de fibra de cortadillo en poblaciones naturales
varía entre 905 y 1,134 kg/ha. Reportado en Galeana y Gral. Zaragoza.
Familia Onagraceae
Familia Plantaginaceae
Familia Poaceae
218
Cortaderia selloana (Schult. et. Schult. f.) Asch. Et Graebn. Pasto de las pampas.
Reportada como planta productora de fibra y cultivada en Galeana.
Muhlenbergia sp. El número de especies de este género reportado para Nuevo León
es de 23 (Villarreal y Castillón, 2008).
Muhlenbergia rigida (Kunth) Kunth. De sus tallos se hacen escobas, reportada para
Dr. Arroyo, Galeana, Santiago y Gral. Zaragoza.
Sporobolus indicus (L.) R. Br. Reportada como planta productora de fibra presente
en Allende, Aramberri, Galeana, San Pedro Garza García, Montemorelos, Monterrey,
Santiago y Gral. Zaragoza.
Salix lasiolepis Benth. Los tallos se han utilizado enteros o partidos, para hacer ca-
nastos. La corteza interna se ha utilizado para elaborar cuerdas y ropa (Elias, 2000).
La variedad bracelinae se reporta en Santiago.
Familia Tiliaceae
Familia Thyphaceae
Typha domingensis. Pers. Los tallos y hojas tienen varios usos, para techumbre, fabricar papel,
tejer sillas, tapetes, sombreros y otros artículos. De sus raíces se obtiene una fibra que sirve
para hacer cuerda (Low, 1989). Los pelos del fruto se emplean para rellenar almohadas. Poseen
buenas propiedades aislantes y de flotabilidad. Reportada en el municipio de Aramberri.
219
Familia Urticaceae
Laportea canadensis (L.) Wedd. Una fibra que se extrae del tallo es hasta 50 veces
más fuerte que el algodón y se emplea para hacer redes, cuerdas y otros productos
(Uphof, 1959; Grieve, 1971; Usher, 1974; Mc Pherson, 1977). Reportada para Aram-
berri y Gral. Zaragoza.
Boehmeria cylindrica (L.) Sw. Una fibra que se extrae de los tallos es usada para
cordelería, hechura de redes y otros usos (Fernald, 1950). La variedad drummondiana
se ha encontrado en Aramberri, Montemorelos y Santiago.
Conclusiones y perspectivas
La principal fuente de fibra en Nuevo León es la lechuguilla. Según datos del 2007, en
ese año se produjeron 1058.54 ton (9.2% de la producción nacional) cifra por debajo
de San Luis Potosí, que produce 7 veces más con el doble de unidades de producción
y Coahuila, que nos supera en porcentaje y unidades de producción por un 17%. El
siguiente producto son las hojas de palma, cuyas cifras son muy inferiores a otros
estados. Se puede concluir que aunque la diversidad de fuentes de fibra autóctonas
es grande en el estado, este recurso está subexplotado. Aunque la tendencia mundial
es hacia la disminución en el empleo de las fibras naturales, tal vez un manejo integral
del recurso con apoyos federales iniciales que incluyesen investigación, diversifica-
ción y explotación estacional, así como la comercialización de los productos finales
con denominación de origen y resaltando su carácter orgánico y natural, ayudaría a
elevar el ingreso en las zonas rurales áridas y frenar su migración, creando empleos
y pequeñas empresas.
220
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223
Familia Agavaceae (Amaryllidaceae)
Familia Asclepiadaceae
224
Familia Bignoniaceae
Familia Malvaceae
225
Familia Nolinaceae (Agavaceae)
Familia Tiliaceae
Resumen
M
uchas son las sustancias que las plantas producen y que el hombre ha utili-
zado para su provecho, en este capítulo trataremos sobre las ceras, gomas
y resinas. Se describen los principales tipos de ceras para nuestro estado,
como son las ceras obtenidas de la candelilla (Euphorbia cerifera), y la cera de jojoba
(Simmondsia chinensis), especies abundantes en el noreste de México, incluyendo
el estado de Nuevo León. Se detalla su origen, estructuras químicas, propiedades
físicas, importancia económica y usos. En cuanto a las gomas, se clasifican según la
planta que las produce, dándose información acerca de su composición química y
diferentes usos, haciendo énfasis en la goma extraída del mezquite Prosopis sp. Las
resinas vegetales que se describen son principalmente las que son exudadas en forma
de látex a través de cortes o heridas en las cortezas de los tallos y que se aprovechan
a nivel industrial, así como las que son tóxicas al hombre y animales domésticos.
Introducción
Desde los tiempos del hombre primitivo, las plantas han sido de primordial importancia
para darle no solo alimento, vestido y aposento, sino todos los requerimientos para
una vida más cómoda y placentera, ya que aunque algunos animales y productos
minerales contribuyen a su bienestar, es el reino de las plantas el que es esencial
para su vida.
Entre los beneficios que las plantas traen a la vida del hombre están los alimentos,
pero también las fibras de las que se elabora su ropa, la madera para sus utensilios y
mobiliario, y el combustible. Subproductos muy importantes son el papel, el corcho,
227
los materiales para curtir pieles, los colorantes, los aceites, las resinas, gomas y ceras
utilizados en la fabricación de pinturas, barnices, jabones, perfumes; el hule natural,
uno de los materiales mejor aprovechados de la civilización moderna.
Todas las sustancias químicas no son sintetizadas en la planta para el uso exclusivo
del hombre, sino que cada una desempeña un papel definido en la vida de la planta
misma. Algunas sustancias contribuyen al mantenimiento y buen estado de la planta,
mientras que otras representan productos de desecho.
Las plantas son extraordinarias plantas químicas , su almacenaje de energía solar,
su crecimiento diario, sus procesos mediante los cuales florece o produce semillas, son
suficientemente complejos e involucran la síntesis de una gran variedad de moléculas
orgánicas. Estas actividades primarias son comunes a todas las plantas, sin embargo,
cada especie produce muchas otras sustancias llamadas metabolitos secundarios,
los cuales difieren de planta a planta dependiendo de sus circunstancias. En esta
categoría están las drogas usadas para la cura de las enfermedades y para atenuar
molestias y dolores. De gran difusión han sido los alcaloides, quinonas, compuestos
cardiotónicos, aceites esenciales, flavonoides, etc., a través de revistas científicas,
libros de texto y también por medio de fuentes de menor rigor científico, como el
Internet y la propaganda de preparados “milagrosos” elaborados de las plantas.
Sin embargo, no sólo los metabolitos secundarios dan valor a las plantas, se han
amasado grandes fortunas a través del aprovechamiento de productos y subproductos
de ellas, por ejemplo el rattan, la soya, el café, las semillas, las ceras, las resinas, las
gomas y el hule.
En este capítulo trataremos de las ceras, resinas y gomas extraídas de las plantas,
especialmente las provenientes de zonas áridas, como el estado de Nuevo León y el
norte de México.
Ceras
228
Las ceras vegetales han sido aprovechadas por el hombre desde tiempos muy
remotos, durante varios siglos le permitieron iluminarse a través de velas, muchas
de ellas fabricadas de ceras vegetales.
Es común encontrar ceras al realizar un análisis fitoquímico en plantas, pero aun
más común en aquellas que crecen en zonas áridas. La razón es que las ceras recu-
bren la epidermis de frutos y tallos, junto con la cutícula o la suberina, evitando la
pérdida de agua por evaporación en las plantas. El recubrimiento de frutos y quesos
para alargar el tiempo de vida en anaquel, ha sido otro de los usos que el hombre ha
dado a las ceras obtenidas de plantas.
Por su naturaleza, las ceras vegetales tienen como función natural proteger a la planta,
ya que debido a su carácter altamente hidrófobo repelen el agua. A nivel orgánico,
las ceras recubren ciertos tejidos, dándoles consistencia y protección frente a la ac-
ción externa en hojas y frutos de plantas. También forman una cubierta protectora
e impermeabilizante sobre las partes aéreas de las hojas, flores o frutos, que repele
los parásitos y ayuda a conservar el agua del vegetal.
Intervalo de fusión. Dado que las ceras están compuestas por tipos similares de molé-
culas de diferentes pesos moleculares, y pueden contener también distintos tipos de
moléculas similares, cada una de las cuales con una variedad de pesos moleculares,
no poseen punto de fusión, sino intervalos de fusión.
Expansión térmica. Las ceras se expanden cuando aumenta la temperatura y
se contraen cuando la temperatura disminuye. Esta propiedad puede modificarse
mezclando diferentes tipos de cera.
La expansión y la contracción de las ceras dentales debido a los cambios de tem-
peratura son bastante pronunciadas. En general, las ceras y sus componentes tienen
coeficientes de variación térmica superior a los de cualquier otro material.
Propiedades mecánicas. Las ceras poseen módulo elástico, limite proporcional y
resistencia a la compresión muy bajos en comparación con las de otros materiales;
dichas propiedades dependen en gran medida de la temperatura.
Fluidez. Es el resultado del deslizamiento de las moléculas unas sobre otras. Depen-
de de la temperatura de la cera, de la fuerza que la deforma y el tiempo de aplicación
de esa fuerza. Con leves cambios de temperatura se logra la fluidez deseada.
Tensión residual. Generada cuando se somete al sólido a fuerzas por debajo de
su intervalo de fusión, esta tensión se produce durante el tallado o durante el enfria-
miento bajo presión.
229
Ductilidad. Aumenta al incrementarse la temperatura de la cera. En general, las
ceras con temperaturas de fusión más bajas son más dúctiles a una temperatura
determinada que las de temperaturas de fusión más elevadas. La ductilidad de una
mezcla de ceras depende en gran medida de la distribución de las temperaturas de
fusión de las ceras que la componen. Una mezcla de ceras con intervalos de fusión
muy amplios tiene una ductilidad mayor que las de intervalo más estrecho. Siempre
que existe un intervalo de temperaturas de fusión amplia, se alcanza primero el punto
de ablandamiento del componente de punto de fusión más bajo; si la temperatura
sigue aumentando comienza a licuarse este componente y se acerca más a los puntos
de ablandamiento de los componentes que funden a temperaturas más altas; esto
tiende a plastificar toda la masa de cera, aumentando su ductilidad.
Tipos de ceras
230
Cera de candelilla
Características físicas
Componente %
30.6–45.6
Hidrocarburos
Ésteres simples
20 – 21
Ésteres hidroxilados
6-8
231
Alcoholes libres, esteroles y resinas
neutras 12-14
Ácidos libres
7-9
Materia mineral
0.7
Material volátil
0.5-1
Forma de extracción
Usos
232
Otras ceras
Cera de carnauba. La importancia de las ceras es de tal magnitud que Brasil, país inmi-
nentemente destacado como productor de aceites, grasas y ceras vegetales, coloca a
la cera en primer lugar en este renglón de su economía. Se obtiene del exudado de las
hojas de la palma de cera de Brasil (Copernicia prunifera Mill., familia Arecaceae). La
cera se remueve de hojas nuevas o inmaduras, las cuales una vez secas son golpeadas
para desalojar el exudado (Simpson, 2003). La cera se funde y se moldea en bloques
para exportación. Es una cera muy dura, frágil y con alta temperatura de fusión de 84
a 91°C. Su uso principal es para pulir autos, como cera de pisos y cera para zapatos.
Es una de las ceras más finas, es secretada por las hojas de la Palma de cera de Brasil.
Aunque muy cara, es el ingrediente principal de los pulimentos de muebles y autos, así
como en barnices y cosméticos. El tronco de Ceroxylon andicola de la Región Andina
produce una cera similar, que se ha utilizado como un sustituto.
233
Cera de cauassú. Otra planta productora de cera es la llamada Calathea lutea, conocida
como Cauassú, crece en las riveras de los ríos en Amazonia. Bajo condiciones normales,
la calabaza de cera crece más fácilmente que las otras especies cercanas de calabazas
y melón de modo que pueden alcanzar 2 ó 3 cosechas anuales. Estas calabazas tienen
hasta 2 m de largo y hasta 35 Kg de peso y su pulpa blanca, carnosa y crujiente puede
comerse en cualquier época de crecimiento de varias formas. Tiene un sabor suave,
se prepara como vegetal cocido, en sopas o como postre mezclada con miel. Su piel
gruesa y cerosa puede almacenarse hasta por un año sin refrigeración.
Gomas
Las gomas son más comunes en plantas de regiones secas. Son exudadas en forma
natural por los tallos o como reacción a heridas. Las gomas comerciales se venden
en forma de exudados secos. Las plantas las producen en condiciones normales y
muchas veces como consecuencia de agentes patológicos, heridas, etc. Son ejemplos
la goma de mezquite, goma arábiga y la goma tragacanto, producidas en los radios
medulares de diversas especies de la familia Leguminosae. La formación del tragacanto
es completamente distinta que en el caso de la goma arábiga, pues la goma exuda
inmediatamente después de herir el árbol y, por lo tanto, estará preformada en la
234
planta, mientras que la goma arábiga se produce lentamente después de la herida.
Un corte del tallo de la planta muestra que las paredes celulares de la médula y radios
medulares se transforman gradualmente en goma, proceso denominado gomosis. La
goma absorbe agua y da lugar a una considerable presión dentro del tallo.
Usos
235
Los investigadores Vernon-Carter y Monroy-Hermosillo (Departamento de Biotecnolo-
gía, UNAM) han iniciado un proyecto sobre aprovechamiento de la goma de mezquite
para la formación de microcápsulas como membrana para la difusión selectiva de con-
taminantes, de modo que estas encapsulen los metales pesados o sustancias tóxicas
presentes en aguas residuales o contaminadas, por ejemplo en estanques de granjas
acuícolas. Con estos materiales han encapsulado también el alimento y los pigmentos
que ingieren camarones y otras especies de cultivo de interés económico, evitando su
descomposición, para un mejor aprovechamiento). Por su parte, Pedroza-Islas et al.
(1996) proponen como agentes encapsulantes a la goma de mezquite, goma arábiga y
maltodextrina 10DE, utilizados en dietas para el camarón Penaeus schmitti. Lo anterior
se basa en la hipótesis de que tanto la formación de la pared, así como las características
generales de las microcápsulas, son puntos críticos para tener un alimento eficiente.
236
Otras gomas
Goma de guar. Proviene del guar, que crece en Pakistán y al sur de Estados Unidos
y tiene aplicación en las industrias de papel, cosméticos, farmacéutica y tabaco y
es también utilizada en la industria del petróleo como estabilizador en las líneas de
perforación. Se obtiene del endospermo de la semilla de Cyamopsis tetragonolobus.
Carece de grupos ionizables, lo cual la hace prácticamente inalterable a los cambios de
pH, ya que es estable en el intervalo 1-10.5, pero su máxima capacidad de hidratación
se alcanza a pH de 7.5-9.0. La adición de altas concentraciones de sales multivalentes
provoca que se produzcan geles. Al hidratarse en agua fría forma dispersiones coloi-
dales viscosas con características tixotrópicas.
Goma arábiga. Es un exudado seco gomoso obtenido de Acacia senegal y otras
especies de Acacia. Estos son árboles pequeños nativos de zonas áridas del norte
de Africa. Son muy utilizadas en Sudán. Las gomas se recogen de los árboles entre
los meses de febrero a mayo, cuando los frutos están maduros, se les hacen cortes
transversales con un hacha pequeña, luego se desprenden tiras delgadas de la corteza
exterior. La goma es exudada lentamente como un líquido viscoso, se colecta por
goteo y endurece. Después de 3 a 8 semanas se colectan estas gotas de exudado, se
blanquean al sol y las impurezas se remueven antes de empacarla. La goma arábiga
fue utilizada por los egipcios alrededor de 2000 años antes de Cristo. Esta goma es
completamente soluble en agua fría y tiene un alto grado de adhesividad y viscosidad.
La mayor producción se emplea en textiles, mucílago, pasta, pulimento, confitería,
y como abrillantador en pintura. En medicina, se usa como agente emulsificante.
Es un heteropolisacárido muy ramificado formado por una cadena principal de uni-
dades de B-galactopiranosas a la cual se le unen residuos de L-ramnopiranosas, de
L-arabinofuranosas y de acido glucurónico; su peso molecular varía entre 250 000 y
un millón. En estado natural es una molécula compacta.
Goma de tragacanto. Esta goma se forma como resultado de la transformación
de los radios medulares en una sustancia mucilaginosa que es exudada de forma
natural o bien después que la corteza se pincha o se le hacen cortes. Se obtiene de
Astragalus gummifer y otras especies del mismo género. Está constituida por dos
fracciones: una soluble en agua llamada tragacantita y otra insoluble, la basorina. La
adición de ácidos, álcalis o NaCl reduce la viscosidad y sus geles son susceptibles de
ataque microbiano
Goma karaya. Contiene moléculas de L-ramnosa, D-galactosa y ácido galacturónico
parcialmente acetiladas. Tiene un peso molecular de 9.5 millones; es una de las gomas
menos solubles en agua y produce soluciones muy viscosas que pueden desarrollar
olor a vinagre por la liberación de acido acético. En algunos casos se utiliza como
sustituto de la goma tragacanto.
Goma xantano. Es un heteropolisacárido ramificado sintetizado por diferentes
especies de bacterias, principalmente Xanthomonas campestris, formado por residuos
de D-glucosa, D-manosa y acido D-glucurónico, también contiene grupos acetilo y
acido pirúvico; su peso molecular es superior a un millón. Es soluble en agua fría y
caliente (Figura 6).
237
Figura 6. Estructura química de la goma de xantano
238
pueden fácilmente ser sustituidas con el uso de otro polisacárido; la combinación de
dos o más de estos compuestos genera nuevas propiedades funcionales que en lo
individual no tienen; éste es el caso de la emulsificación de sistemas aceite-agua, que
se logra con mezclas de gomas. En la industria alimentaría es utilizada para helados,
confitería, jugos de frutos, cerveza, vinos, mayonesa, quesos, mermeladas, aderezos,
embutidos, productos dietéticos, etc. (Figura 7).
Resinas
Las resinas han tenido un papel importante en la historia de muchas culturas. Las
primeras pinturas, incienso para los servicios religiosos, y como recubrimientos para
barcos, todos estos provenían de las resinas; actualmente la mayoría de las resinas
son producidas en forma sintética (Simpson, 2001).
Estas sustancias son un grupo diverso de compuestos químicos, pero los domi-
nantes son los terpenos, los cuales están mezclados con aceites volátiles (Fahn, 1979;
Simpson, 2001). Generalmente exudados a través de cortes o heridas en la corteza
de los arbustos y árboles leñosos, principalmente (Langenheim, 2003). Las resinas
son insolubles en agua, sólidos a temperatura ambiente y ausencia de nitrógeno
(Simpson, 2001).
Clasificación y composición
Los compuestos resínicos están formados por azúcares llamadas glicorresinas y los
que están formados por aceites se les llama oleorresinas. El término utilizado para
describir aquellas toxinas que aparecen en emulsiones es látex, este se produce en
los ductos de las plantas y es secretado cuando la planta sufre daño físico.
239
Origen
Las resinas son producidas en una gama muy amplia de plantas, destacando los árboles
de regiones boscosas. En los bosques de Nuevo León, dominan las especies de porte
arbóreo, las más comunes son los encinos (Quercus spp), los pinos (Pinus spp), Pseu-
dotsuga spp, abeto (Abies spp), ciprés (Cupressus spp) y enebros (Juniperus spp). Sin
embargo, son también productoras de resinas, exudadas en forma de fluido lechoso
o látex, las plantas que más comúnmente adornan jardines públicos y particulares,
estas resinas son tóxicas por lo general.
Toxicidad
Entre las resinas naturales se encuentran las que provienen de plantas tóxicas, que
en la mayoría son plantas domésticas de ornato, y que han ocasionado intoxicacio-
nes de leves a mortales a cientos de personas y a mascotas domésticas en México y
Estados Unidos. Todas estas especies son muy apreciadas como ornato en interiores
y exteriores, además las siguientes especies, muchas de ellas, domésticas también
exudan látex y son en mayor o menor grado tóxicas por ingestión o por contacto como
Philodendron sp, Phytolacca americana, Toxicodendron radicans, Ilex opaca, Digitalis
sp, Malus sp, Epipremnum areum, Narcissus pseudonarcissus, Spinacia oleracea, Rosa
sp, Quercus sp, entre otras (Figura 8).
Usos
Las resinas naturales, sin embargo, tienen una amplia gama de usos en barnices,
pulimentos y recubrimientos para pisos, tintas de impresión, aprestos y compues-
tos repelentes al agua, jabón y cemento. De resina se fabrica el aceite o espíritu de
trementina, que es un solvente de gran importancia. Los productos de destilación
de las resinas forman también parte de la preparación de medicinas y ungüentos.
Las coníferas son productoras de resinas, muy valoradas en farmacia, producción de
desinfectantes, aromatizantes y limpiadores. El pino sureño es una fuente importante
de resinas para dar sabor a vinos.
240
Figura 8. Plantas de ornato productoras de resinas tóxicas
Conclusiones y perspectivas
Las zonas áridas y semidesérticas, incluyendo las del noreste de México, son áreas de
oportunidad para el desarrollo de tecnologías en que se utilicen como materia prima
los productos valiosos de las plantas, arbustos y árboles, que crecen en estas zonas. Las
ceras, las gomas y resinas exudadas por plantas resistentes a la sequía han dado lugar
a investigaciones en que se han analizado sus composiciones y estructuras químicas
con el fin de ampliar la gama de aplicaciones de estos productos naturales. Entre los
usos, se han mencionado en el presente capítulo sólo algunos, tales como: pegamentos,
pinturas, abrillantadores, confitados, pulimentos, recubrimientos, encapsulados, etc.
En el presente, grupos de investigadores se encuentran en la búsqueda de nue-
vas aplicaciones para estos productos vegetales: las ceras, las gomas y las resinas,
promoviendo, no sólo su aprovechamiento, sino creando fuentes de trabajo para
241
habitantes de estas zonas tan inhóspitas, en cuanto a condiciones de vida, y apor-
tando productos biotecnológicos de aplicación en medicina, herbolaria, alimentos,
acuacultura y cosmética.
A medida que se invierta más en el campo mexicano y se promueva la explotación
regulada de sus productos, incluyendo los de las zonas áridas, grandes bloques de
población resultarán beneficiados, con más y mejores fuentes de empleo, productos
de interés comercial, más oportunidades de investigación científica para identificación
de especies y variedades, análisis bromatológico de especies, análisis fitoquímico de
las mismas, técnicas de aprovechamiento y comercialización de productos y subpro-
ductos del campo, enfermedades de las plantas, etc.
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243
PIGMENTOS EXTRAÍDOS DE PLANTAS DEL
ESTADO DE NUEVO LEÓN
Núñez-González MAa*, Baez-González JG a Castañeda-Garza ME b, Heredia-Rojas JA b
b
Departamento de Ciencias Exactas y Desarrollo Humano
a
Departamento de Alimentos, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de
Nuevo León, Ave. Pedro de Alba s/n, Ciudad Universitaria, C.P. 66451, San Nicolás de los
Garza, Nuevo León, México.
*manunez@fcb.uanl.mx
Resumen
E
l término “pigmento” es utilizado para describir una molécula que absorbe luz y
presenta un color. Las plantas contienen una gran variedad de pigmentos que dan
lugar a los colores que en ellas observamos. Obviamente, las flores y los frutos
contienen muchas moléculas orgánicas que absorben luz. Las hojas, tallos, raíces, fru-
tos, madera, etc. también contienen muchos pigmentos, que incluyen las antocianinas,
flavonoides, betalaínas y taninos, sin embargo, ninguno de éstos debe ser considerado
como un pigmento fotosintético. Los pigmentos fotosintéticos son los únicos que tienen
la capacidad de absorber la energía de la luz solar y hacerla disponible para el aparato
fotosintético. En las plantas terrestres hay dos clases de pigmentos fotosintéticos: las
clorofilas y los carotenoides. La mayoría de las plantas terrestres presenta dos formas
de clorofilas a y b que absorben luz de longitudes de onda ligeramente diferentes dentro
del espectro visible. La otra clase de pigmentos fotosintéticos son los carotenoides. La
mayoría de las plantas terrestres contiene una gran variedad de carotenoides que incluye
β-caroteno, luteina, neoxantina y cantaxantina, licopeno, etc. El uso de los pigmentos
vegetales es una práctica ancestral, para todo tipo de propósitos desde artesanales hasta
rituales pasando por alimenticios y cosméticos. Actualmente es necesaria la investiga-
ción de nuevas fuentes naturales potenciales de colorantes para uso alimenticio por
cuestiones de seguridad toxicológica y regulación. Las fuentes vegetales de pigmentos
son opciones seguras, económicas y estables en un extenso rango de alimentos. En
el estado de Nuevo León se producen especies tanto silvestres como cultivadas que
pueden ser fuentes potenciales de dichos pigmentos. Así, tenemos como fuentes de
taninos a barreta, brasil, canelón, chapote, ébano, granjeno, mezquite, retama, uña de
gato y tenaza, entre otros. Como fuentes de carotenoides están la naranja, guayaba,
leucaena y chile. Las antocianinas están presentes en granada, higo, mora y manzana.
Las betalaínas en guayaba y tuna, y los flavonoides en guayaba y granada.
245
Introducción
Entre todos los caracteres externos de los vegetales, el más notable y característico
es probablemente el color. No es únicamente un atributo, sino que, además, algunos
de los pigmentos que lo condicionan están estrechamente ligados a las actividades
fisiológicas del propio vegetal. Si bien es posible encontrar en el reino vegetal todos los
matices y combinaciones de colores del espectro, existe un predominio general de los
colores primarios (verde, amarillo, rojo, azul). Éstos son conferidos a los vegetales por
determinados compuestos químicos definidos, llamados pigmentos. El color particular
que presenta un determinado órgano vegetal depende generalmente del predominio
de uno u otro o la combinación de ellos. Se debe tener claro que cuando un vegetal
presenta un color blanco, es debido a la falta de tales pigmentos. La luz solar que incide
sobre ellas no es absorbida selectivamente como ocurre en las partes coloreadas,
sino que es transmitida o reflejada prácticamente sin sufrir modificación.
El color verde, tan uniformemente presente en los vegetales, es debido a la pre-
sencia de dos pigmentos estrechamente emparentados llamados clorofila a y clorofila
b. Se encuentran prácticamente en todas las plantas con semilla, helechos, musgos
y algas. Pueden formarse en las raíces, tallos, hojas y frutos a condición de que estos
órganos estén situados por encima del suelo y queden expuestos a la luz. También,
aunque aparentemente falten en algunas hojas de color rojo o amarillo, cuando se
extraen las otras sustancias colorantes de éstas, puede comprobarse incluso allí la
presencia de las clorofilas, que estaban enmascaradas por los demás pigmentos. Es-
tos pigmentos se encuentran en el interior de las células vegetales, específicamente
en un organelo llamado cloroplasto. Los cloroplastos son simplemente plastidios
que contienen pigmentos clorofílicos, los cuales están ligados químicamente con
las estructuras internas del cloroplasto (membrana tilacoides) y se hallan retenidos
en estado coloidal. Asociados con las clorofilas, existen también en los cloroplastos
dos clases de pigmentos amarillos y amarillo-anaranjados que son las xantofilas y
carotenoides.
Los pigmentos naturales se clasifican de acuerdo a su origen en vegetales, animales
y minerales. En este capítulo se hará una breve revisión de las características en gene-
ral de los pigmentos vegetales: Carotenoides, Antocianinas, Flavonoides, Betalaínas
y Taninos, ya que la clorofila se encuentra prácticamente en todos los vegetales.
Grupos de pigmentos
246
• Clorofila. Pigmento más abundante en la naturaleza, se encuentra en los clo-
roplastos. Los tipos de clorofila más importantes son las a y b, teniendo una
proporción de 3:1.
• Antocianinas. Son pigmentos hidrosolubles responsables de los colores rojo,
anaranjado, azul y púrpura de las uvas, manzanas y fresas.
• Flavonoides. Son glucósidos formados por una aglicona, que en muchos casos
deriva del 2-fenilbenzopirona. Son amarillos.
• Betalaínas. Este término se refiere a un grupo de aproximadamente 70 pig-
mentos hidrosolubles con estructura de glucósidos y que se han dividido en
dos grandes clases: betacianinas (rojo) y betaxantinas (amarillo).
• Taninos. Son compuestos fenólicos incoloros amarillo-café que se dividen en
dos grupos: hidrolizables y condensados.
247
Mezquite Prosopis glandulosa Torr x
Naranja Citrus sinensis L. x
Nogal Juglans regia L. x
Retama Parkinsonia aculeata L. x
Tenaza Pithecellobium pallens (Benth) x
Tuna Opuntia ficus–indica (L.) Miller. x
Uña de gato Acacia wrightii Bentham, A. Gray x
C=Carotenoides, A=Antocianinas, F=Flavonoides, B=Betalaínas, T=Taninos
Carotenoides
Los carotenoides son los responsables de la gran mayoría de los colores amarillos,
anaranjados o rojos presentes en los vegetales, y también de los colores anaranjados
de varios alimentos animales. Desde el punto de vista químico, pertenecen a la familia
de los terpenos, es decir, están formados por unidades de isopreno (ocho unidades,
es decir, cuarenta átomos de carbono), y su biosíntesis se produce a partir de isopen-
tenil pirofosfato. Se conocen alrededor de 600 compuestos de esta familia, que se
dividen en dos tipos básicos: los carotenos, que son hidrocarburos, y las xantofilas,
sus derivados oxigenados. A estos tipos hay que unir los apocarotenoides, de tamaño
menor, formados por ruptura de los carotenoides típicos (Meléndez et al., 2004).
β-caroteno
Licopeno
248
Cantaxantina
β-criptoxantina
Capsantina
Zeaxantina
249
Luteína
Vainas 40 1.70
Mango - - - - 63-615
Naranja, Man-
20-30 7-300 - 20 25-80
darina
250
450-1 2 000-5
Papaya, Sandia 0 0 228-324
500 300
Zapote mamey x x
Camote amarillo 25 0 42 19
Yuca blanca 2 3 1 20
De acuerdo a INEGI, México, en 2007, produjo 258 011 toneladas de naranja y gran
parte de las mismas fueron cosechadas e industrializadas en el municipio de Monte-
morelos. Este municipio es considerado como el vergel del estado de Nuevo León, por
su frondosidad y bondad para el cultivo de frutos y granos. Por la importante calidad
de sus cítricos, la ciudad de Montemorelos es conocida como la capital naranjera.
Además de ésta, se cultiva toronja y mandarina. En gran parte de las industrias que
existen en este municipio se realizan tareas relacionadas con los cítricos. Cuenta con
la primer planta procesadora de jugo de naranja en Latinoamérica, además de ésta,
existen plantas procesadoras de jugos concentrados, empresas que se dedican a
desgajar y enlatar naranja y toronja (Enciclopedia de los Municipios de México).
Diversos estudios indican que las especies del género Leucaena son una buena
fuente de pigmentos naturales del tipo carotenoides. Yeverino-Gutiérrez (1995)
menciona valores que van de 1.7 hasta 3.23 ppm en L. leucocephala y L. collinsii,
respectivamente, en primavera. Para el invierno reporta valores de 0.77 a 3.94 ppm
en L. greggii y L. collinsii, respectivamente.
251
Perspectivas
En la actualidad se ha encontrado que las cáscaras de los frutos son las principales fuentes
de antioxidantes naturales, por lo que se ha propuesto utilizar estos subproductos de la
industria como antioxidantes naturales. Además de los colorantes naturales que están
registrados y permitidos por la FDA, varios grupos se encuentran en la búsqueda de nuevos
colorantes de origen natural. En la industrialización de los cítricos, la pulpa extraída de la
fruta se utiliza para la preparación de concentrados, pulpas, néctares y jugos. La cáscara
representa aproximadamente del 45 al 60% del peso de la fruta (Moreno et al., 2006) y
representa un subproducto de los cítricos que está constituido principalmente por cás-
caras, semillas y membranas capilares a partir de los cuales se pueden obtener harinas
cítricas, pectina cítrica, aceites esenciales, pigmentos y productos cítricos especiales; así
como también compuestos bioactivos que tienen efectos benéficos sobre la salud, tales
como la fibra y los polifenoles, en especial los carotenoides y flavonoides (Yovera et al.,
2001). Otras fuentes que se han estudiado son extractos de frutos de cactáceas, por
ejemplo de Opuntia y Stenocereus (García, 2000; Cerón et al., 2002).
Antocianinas
Ficus carica L.
En las uvas el contenido y perfil de antocianinas varía entre especies (Cantos et al.,
2002), cultivares, estados de madurez (Downey et al., 2003), condiciones estacionales,
áreas de producción (Mezza et al., 1999; Mateus et al., 2003), prácticas culturales
(Guidoni et al., 2002) y también con el nivel de rendimiento (Keller y Hrazdina, 1998;
Esteban et al., 2001).
Por su parte Xueming et al. (2004) desarrollaron un método barato e industrial-
mente posible de purificación de antocianinas de frutas de mora, dando colorantes
rojos de alto valor colórico. Encontraron que 31 cultivares chinos de mora estudiados
rindieron un total de antocianinas de 147.68 a 2725.46 mg/L de jugo de fruta. Los
resultados indicaron que los azúcares, ácidos totales y vitaminas permanecieron
intactos en el jugo residual después de remover las antocianinas cuyo contenido
depende del clima y es mayor en áreas muy soleadas.
Perspectivas
Las antocianinas son pigmentos naturales que imparten colores a las plantas para
diversas funciones. Estos pigmentos representan un potencial para el reemplazo com-
petitivo de colorantes sintéticos en alimentos, productos farmacéuticos y cosméticos
y para la obtención de productos con valor agregado dirigidos al consumo humano.
Las antocianinas son pigmentos comestibles, usados como colorantes de alimen-
tos naturales. Como la seguridad de los pigmentos sintéticos está en duda y con la
demanda insatisfecha de colorantes naturales, su significado en la industria alimen-
ticia aumenta. Las antocianinas rinden atractivos colores como anaranjados, rojos,
azules. Además son hidrosolubles, por lo que su incorporación en sistemas acuosos
alimentarios es fácil.
La creciente preocupación por la toxicidad de los colorantes sintéticos usados en
alimentos, cosméticos y productos farmacéuticos ha sido investigada por Hallagan
(1991), quien reporta que los colorantes rojo No. 2 y No. 40 se han prohibido en Aus-
tria, Japón, Noruega y Suecia, pero el rojo No. 40 aún se encuentra en escrutinio en
253
Estados Unidos. Al mismo tiempo, dichos hallazgos se relacionan con modificaciones
en la hiperactividad de niños de edad escolar, lo cual puede considerarse un mal neu-
ronal agudo (McCann et al., 2007). Tales antecedentes son indicios suficientes para
disminuir la demanda de colorantes artificiales a favor del consumo generalizado de
colorantes naturales como las antocianinas (Birks, 1999; Ersus y Yurdagel, 2007; Olaya
et al., 2008; Wallace y Giusti, 2008).
Las políticas regulatorias en cuanto al uso de colorantes derivados de las antociani-
nas varían de país a país. Estados Unidos es el país más restrictivo en cuanto al uso de
las antocianinas como colorantes naturales. Allí, cuatro de los 26 colorantes que están
exentos de certificación y aprobados para el uso en alimentos se derivan de la cáscara
de la uva, del extracto de la uva, del jugo de vegetales y del jugo de frutas. Las fuentes
más comunes de jugo de vegetales son el repollo morado, los rábanos y diferentes
variedades de bayas. En contraste, en la Unión Europea, Chile, Colombia, Irán, Israel,
Corea del Sur, Malta, Perú, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes, todos los colorantes
derivados de las antocianinas son reconocidos como naturales (Wrolstad, 2004).
Muchos de los colorantes usados en alimentos son de origen sintético, por lo
que obtenerlos es relativamente fácil y de bajo costo pero tienen el inconveniente
de ser nocivos para la salud, por lo que se buscan fuentes naturales de pigmentos
encontrándose en especies como Vitis spp (uva), Hibiscus, Sambucus nigra L., Rubus
spp (mora), Solanun tuberosum L. (papa) y Raphanus sativus L (rábano), Ficus carica
L. (higo), entre otras. La base de los colorantes naturales son antocianinas que con-
sisten en metabolitos secundarios que se encuentran en las plantas superiores. Estos
pigmentos, además de ser excelentes sustitutos de los colorantes artificiales, tienen
la ventaja de ser antioxidantes, pero el proceso de obtencion es de bajo costo debido
principalmente a las bajas concentraciones en que normalmente se encuentran en las
plantas. Este tipo de compuestos tambien se han encontrado en chile, mora, e higo,
de los cuales es posible extraer pigmentos para la industria alimentaria (embutidos,
yogur, helados, etc.). El chile guagillo produce frutos de colores vistosos, rojos claros
a muy intensos debido al alto contenido de antocianinas (Moreno et al., 2006).
Flavonoides
Del latín flavus, “amarillo”, es el término genérico con que se identifica a una serie
de metabolitos secundarios de las plantas. Se biosintetizan en todas las “plantas
terrestres” o embriofitas, y también en algunas algas Charophyta, y aunque todas
las especies comparten la vía biosintética central, poseen una gran variabilidad en
la composición química de sus productos finales y en los mecanismos de regulación
de su biosíntesis, por lo que la composición y concentración de flavonoides es muy
variable entre especies y en respuesta al ambiente. Cumplen funciones metabólicas
importantes en las plantas, algunas funciones son comunes a todas las plantas y otras
son específicas de algunos taxones. Los flavonoides son responsables de la resistencia
de las plantas a la fotooxidación de la luz ultravioleta, intervienen en el transporte
de la hormona auxina, y funcionan como defensa ante el herbivorismo. Una función
254
importante cumplida en muchas plantas es la atracción de los animales polinizadores,
a través del color o el olor que dan a la planta o a sus flores (Winkey, 2001).
Los flavonoides poseen propiedades muy apreciadas en medicina, como ser anti-
microbianos, anticancerígenos, y disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas, entre
otros efectos (Martínez, et al, 2002). También son conocidos por los cultivadores de
plantas ornamentales, que manipulan el ambiente de las plantas para aumentar la
concentración de flavonoides que dan color a las hojas y flores (Williams y Grayer,
2004).
Los flavonoides tienen las siguientes funciones en las plantas: protección ante la
luz UV, defensa ante el herbivorismo, regulación del transporte de la hormona auxina,
atracción de animales polinizadores y presas, atracción de animales dispersores de
semillas y frutos, inducción de la nodulación por parte de las bacterias fijadoras de
nitrógeno, y protección contra los hongos (Re et al., 1999; Durbin et al., 2000).
Psidium guajava L.
La guayaba es una fruta tropical de gran aceptación en los trópicos, donde se consume
fresca y procesada. Contiene flavonoides en la piel (10.6 g/100 g piel) e incluso en la mer-
melada (1.47 g/100g mermelada), expresados en base seca (Marquina et al., 2008).
La guayaba, al igual que el té y la manzana, tiene un alto contenido de flavonoides
(Nair et al., 1998). Al igual que el tomate, la guayaba contiene licopenos (Hassimotto et
al., 2005). El consumo de guayaba reduce el estrés oxidativo, y el riesgo de enferme-
dades causadas por los radicales libres y la hipercolesterolemia (Rahmat et al., 2004).
Mediante el consumo moderado de guayaba en la dieta, pueden ocurrir cambios en
los ácidos grasos y en los carbohidratos, además de proveer de fibra dietética (Tarwadi
y Agte., 2005) y vitaminas antioxidantes y minerales sin ningún efecto secundario;
reduce el colesterol total, los triglicéridos y la presión arterial (Singh et al., 1992). El
contenido de flavonoides es mayor en la hoja del guayabo que en sus frutos; por lo que
podrían usarse para extraer flavonoides (Vargas et al., 2006). También para sugerir su
consumo en formas menos tradicionales como extractos o infusiones (Jiménez et al.,
2001). Por lo tanto, se dice que la guayaba y sus derivados son una fuente económica
de antioxidantes (polifenoles y flavonoides).
255
La granada, fruta del árbol del granado (Punica granatum), presenta gran
cantidad de flavonoides, que son los pigmentos vegetales responsables del co-
lor rojizo de sus granos, de acción antioxidante y antiséptica (Guía práctica de
frutas). También contiene polifenoles (taninos) aunque éstos se encuentran fun-
damentalmente en la corteza, y en las láminas y tabiques membranosos (Das et
al., 1999). Además, la granada posee flavonoides del tipo delfinidina, cianidina y
pelargonidina, con una importante acción antioxidante, inhibidora de la produc-
ción de radicales libres y de la peroxidación lipídica y preventiva frente al cáncer
(Chidambara et al., 2002).
Perspectivas
Betalaínas
256
cadores taxonómicos y filogenéticos, atraen dispersores de semillas y/o polinizadores,
además de ser pigmentos naturales de alimentos (Viloria-Matos et al., 2002).
257
Perspectivas
Taninos
Los taninos son un grupo de sustancias que poseen ciertas propiedades físicas y quí-
micas en común, pero pueden diferir en su estructura molecular. Son compuestos
fenólicos secundarios de elevado peso molecular (500 a 20000 KD) presentes en
la naturaleza, que se encuentran frecuentemente en frutas, árboles, en forrajeras
templadas, principalmente leguminosas y otras especies como sorgo y maíz, utiliza-
das comúnmente en la alimentación del ganado. Son compuestos naturales no muy
complejos y están formados por carbono, hidrógeno y oxígeno, derivan biosintéti-
camente el catecol o el pirogalol, y se agrupan en una gran variedad de compuestos
que tienen como característica común uno o varios anillos aromáticos hidroxilados en
su estructura. Tienen la particularidad de combinarse con las proteínas de los cueros
o pieles transformándolos en materiales muy resistentes al ataque bacteriológico,
al calor y a la abrasión. Científicamente son compuestos orgánicos no nitrogenados,
258
amorfos, de sabor astringente y de estructura química variable, débilmente ácidos,
solubles en agua, alcohol y acetona pero poco solubles en éter (Badui, 2006).
En la naturaleza pueden encontrarse dos tipos de taninos: condensados (TC) e
hidrolizables (TH), según su estructura química. Los TC son polímeros tipo flavonoides,
que pueden ser oxidativamente degradados en ácido a antocianidinas. Los TH son
polímeros de ácido gálico o ácido hexahidroxidifenólico, ésteres de glucosa y otros
polifenoles. Las principales diferencias estructurales existentes entre los taninos con-
densados e hidrolizables afectarían la actividad de los taninos. Los principales efectos
estarían dados por la interacción con la proteína por parte de los TC, no así con los
TH; éstos últimos son rápidamente degradados en grupos fenólicos más pequeños,
incapaces de reaccionar con las proteínas del medio. Los TC o proantocianidinas, son
polímeros de flavonas que se encuentran presentes en los tallos, las hojas e inflo-
rescencias de diversas especies forrajeras. Este grupo de taninos interactúan con las
proteínas formando complejos. En general, esta interacción es muy selectiva teniendo
especial afinidad por aquellas de cadenas más largas. Producto de esta interacción
las proteínas precipitan a un pH cercano a su punto isoeléctrico. La facilidad de los TC
de formar esos complejos es el aspecto más importante en sus efectos nutricionales
y toxicológicos. La proteína no es degradada en el rumen, pero está disponible para
la digestión en el abomaso e intestino delgado. En un rango de pH de entre 5 y 7.5
en el rumen, la proteína permanece unida a los taninos, pero a pH bajos (< 3.5) es
liberada (Otero e Hidalgo, 2004).
Los taninos condensados se encuentran principalmente en plantas dicotiledóneas, las
plantas herbáceas tienen a menudo TC en las semillas, por ejemplo alfalfa, semillas de
algodón, porotos y en los pétalos de las flores. Las especies templadas contienen los TC
en el follaje como el género Lotus y Hedysarium coronarium (Waghorn y Shelton, 1997).
La cantidad y el tipo de taninos sintetizados por las plantas varían considerable-
mente dependiendo entre otras cosas de la especie, el cultivar, tejido, el estado de
desarrollo y las condiciones ambientales (Barry y Manley, 1984). Douglas et al. (1993)
determinaron en distintas especies forrajeras la concentración de taninos totales
en los tallos y en las láminas de las hojas, expresada como porcentaje de la materia
seca de la especie forrajera considerada. Así, encontraron que cuando se trata de
especies con alta concentración de taninos (5-8% de materia seca) las hojas y tallos
tienen concentración semejante y cuando la concentración es baja (<2% de materia
seca) la lámina de la hoja posee entre 2 a 5 veces más que en otros órganos de la
planta como por ejemplo los tallos.
Los árboles presentan dos mecanismos básicos de defensa: uno activo y otro pasivo.
Los mecanismos activos ocurren en los tejidos vivientes del árbol (albura y corteza inte-
rior) como consecuencia de un estímulo o ataque externo en un proceso de aislamiento.
En los sistemas pasivos los compuestos químicos de defensa están ya depositados y
acumulados en la corteza externa y en el duramen del árbol como extraíbles tóxicos.
La relativa coloración de estas partes del árbol es característica de la presencia, entre
otros, de taninos. Se observa comúnmente que si las maderas durables son sometidas
a una extracción exhaustiva con solventes, se mantienen relativamente resistentes.
Ahora, si una madera no durable se trata con el extracto obtenido de las anteriores,
259
no alcanza la resistencia de la maderas extraídas (Morrell, 1992). Lo anterior sugiere
que existen aún muchos aspectos por aclarar para explicar qué es lo que hace durable
a una madera. Tanto en el sistema activo como en el pasivo, los taninos o polifenoles
vegetales se encuentran presentes en concentraciones importantes.
No existe evidencia de que los taninos tengan una función establecida en los proce-
sos fisiológicos de las plantas. Sin embargo, su papel en los mecanismos de protección
de la planta contra insectos, hongos de pudrición, o como agente alelopático es bien
reconocido. Los taninos reaccionan rápidamente con otras biomoléculas formando
productos complejos con proteínas (estructurales y catalíticas), almidón, sustancias
pécticas y celulosas. Así se tiene que el ataque enzimático derivado del metabolismo
de hongos o bacterias hospedados en la madera puede ser inactivado o disminuido
sustancialmente ante la presencia de taninos. El mecanismo de acción de éstos se
puede resumir en tres posibilidades:
260
Tabla 6. Especies maderables como fuente de taninos condensados
Parte usada Nombre común Nombre científico
Perspectivas
Conclusiones
Desde las primeras civilizaciones el hombre usó materias colorantes naturales. Estas
materias eran empleadas para teñir ropas, pintar las pieles y fabricar objetos reli-
261
giosos y decorativos. Los pigmentos o sustancias coloreadas se extraían de plantas,
animales y minerales.
Hay diferentes tipos de pigmentos: naturales y sintéticos. A principios del siglo XX
fueron sintetizados un gran número de colorantes para ser adicionados en alimentos;
sin embargo, hasta mediados de este siglo se comienza a regular su uso, debido a
que muchos de ellos contenían plomo, cobre y arsénico y representan riesgos muy
significantes para la salud. A finales del siglo XX, el mercado sufrió un cambio debido
a una fuerte tendencia hacia el consumo de productos de origen natural.
Los colorantes permitidos en México, para uso alimentario, son los siguientes:
aceite de zanahoria, achiote (extracto de semillas), b-apocarotenal, betabel deshidra-
tado, β-caroteno, cantaxantina, clorofila, cochinilla, cúrcuma (polvo y oleorresina),
extracto de color de uva, extracto de cáscara de uva, harina de semilla de algodón,
jugo de frutas, chile en polvo, oleorresina de chile, riboflavina, riboflavina 5 fosfato,
éster apocarotenoico y xantofilas (Norma Oficial Mexicana NOM-119-SSA1-1994).
En el estado de Nuevo León se producen especies tanto silvestres como cultivadas
que pueden ser fuentes potenciales de dichos pigmentos. Así tenemos como fuentes
de taninos a barreta, brasil, canelón, chapote, ébano, granjeno, mezquite, retama,
uña de gato y tenaza, entre otros. Como fuentes de carotenoides están la naranja,
guayaba, Leucaena y chile. Las antocianinas están presentes en granada, higo, mora y
manzana. Las betalaínas en guayaba y tuna, y los flavonoides en guayaba y granada.
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265
PLANTAS PRODUCTORAS DE LEÑA Y CARBÓN
Villalón-Mendoza H.a* Carrillo-Parra A.b
a* b
Departamento Agroforestal, Departamento de Tecnología de la Madera.
Facultad de Ciencias Forestales, Universidad Autónoma de Nuevo León. Carr. Nal. km. 145.
C.P. 67700, Linares, Nuevo León, México.
*hvillalonm@yahoo.com.mx
Resumen
L
os bosques son una fuente natural de recursos, representan aspectos importan-
tes para el desarrollo de la vida humana. La biomasa de los recursos vegetales,
incluidos los productos procedentes de las actividades forestales, residuos de
éstos y de la agricultura son las fuentes de energía más antiguas utilizadas por el
hombre y las principales fuentes de energía renovable. El uso de las especies que se
desarrollan en el matorral se considera como fuente energética renovable al utilizar su
madera. El carbón vegetal proveniente de este tipo de vegetación ha incrementando
su importancia como substituto de algunos combustibles de origen fósil debido al
agotamiento e incremento del costo de este tipo de energía. Sin embargo el uso que
se le dé a la biomasa forestal, a los residuos de los aprovechamientos y de la industria
maderera debe ser óptimo para asegurar su sustentabilidad.
Las condiciones preponderantemente semiáridas que se presentan en los bosques
del noreste de México y en general en toda la región, favorecen la lenta formación de
madera cuyas características físicas y químicas las hacen un recurso muy preciado para
la obtención de energía calorífica. Se necesitan estudios que resalten la importancia
de la energía proveniente de los recursos forestales, el uso en el medio rural, donde
el impacto de las crisis económicas por lo general se viven drásticamente, por lo que
el uso de energía producida por hidrocarburos se ve más restringido.
Por otra parte, un uso energético eficiente de la madera también contribuiría a
reducir el cambio climático; la madera al formarse, retiene el dióxido de carbono at-
mosférico. El empleo de energía proveniente de la madera permite mayor eficacia a la
gestión forestal y, a largo plazo, impulsa el crecimiento de las reservas de madera.
La generación y utilización de nuevas tecnologías que propicien la competitividad
y el desarrollo de la industria forestal en la región, mejorarían el uso sustentable de
los recursos forestales de la región. La transformación de la leña por productos más
267
elaborados para la generación de energía, estimulará también un aprovechamiento
integral de los recursos forestales y el manejo del bosque que tendría un importante
impacto en el desarrollo de las tecnologías empleadas en la combustión de recursos
leñosos.
Introducción
Los bosques son una importante fuente natural de recursos para el desarrollo de la
vida humana. La biomasa procedente de los recursos vegetales, residuos y subpro-
ductos de las actividades forestales y agrícolas son las fuentes de energía más anti-
guas utilizadas por el hombre y la principal fuente de energía renovable. En forma
directa, han proporcionado madera para cocinar y calefacción, también han servido
como medio de protección, proveedores de alimento para la fauna silvestre que en
él se desarrolla.
Por mucho tiempo el uso del carbón elaborado a partir de la leña fue el único
combustible utilizado en la producción de hierro. La escasez de madera en algunos
países dio lugar a la utilización de coque como combustible de sustitución, en la
actualidad éste predomina en la mayoría de los países, aun en aquellos que cuentan
con importantes recursos forestales por la elevada productividad de los hornos que
utilizan coque. Se cree que el uso del carbón vegetal para este mismo fin sería menos
eficaz (Unasylva, 1964).
El bosque aporta en forma indirecta otros servicios como recreación, biodiversi-
dad de especies, agua, aire y en términos generales soporta las funciones de la vida
(Bjørnstad y Skonhoft, 2002). La importancia de éste como fuente de energía se ha
incrementado debido al agotamiento y alto costo de la energía procedente de combus-
tibles fósiles. En relación a lo anterior, la Dirección General de Normatividad Forestal
(1988), menciona que el carbón vegetal se considera una alternativa atractiva como
fuente energética renovable para substituir algunos combustibles de origen fósil. Sin
embargo, mencionan que el carbón vegetal debe ser uno de los últimos usos que se
le dé a la biomasa forestal y se debe presentar como un aprovechamiento óptimo de
los desperdicios de la industria maderera en el uso integral del bosque.
La población mundial estimada en 6.5 billones de habitantes consume de 0.3 a 0.6
m3 de madera. Para satisfacer éste consumo se requieren de 3.5 billones de m3, de lo
anterior el 66% corresponde a latifoliadas, el restante 44% son coníferas (Youngquist
y Hamilton, 1999).
La madera, a diferencia de los combustibles fósiles, es un producto ambiental-
mente aceptable cuando es utilizado como combustible, se puede utilizar con un
propósito energético en varias formas, la más simple, eficiente y ampliamente utili-
zada es quemarla directamente; también, se puede aumentar la densidad y con ello,
el poder calorífico al elaborar briquetas y pélets. Otra forma de utilizar la madera
de esta forma es mediante la producción de combustibles sólidos como el carbón,
la gasificación y la fracción liquida (Zerbe, 1982). El dióxido de carbono que libera
268
a la atmósfera durante la combustión proviene del carbono reciclado denominado
“carbón neutro” (Ríos, 1989).
La superficie total de México es de 1´964,375 km2, el 60% está cubierto por áreas
montañosas y el 40% son terrenos planos o ligeramente ondulados (Rodríguez y
Maldonado, 1996). Según resultados del inventario forestal nacional finalizado en el
año 2000, se destaca que las especies xerófitas ocupan un 27% del territorio nacional,
seguida por tierras de agricultura con 23.5%, suelos forestales con 16.9% y selvas con
el 15.8% (Palacio-Prieto et al., 2000).
El noreste de México está constituido por asociaciones vegetales extremadamen-
te diversas, teniendo una composición florística que va desde 60 hasta 80 especies
con densidades de 15,000 a 21,000 individuos-ha (Rojas-Mendoza, 1965; Heiseke y
Foroughbakhch, 1985). Históricamente, la vegetación de estas áreas se ha utilizado
desde finales del siglo XVI para la extracción de material para la leña, fabricación de
carbón y la alimentación de ganado, considerándose como sistema silvopastoril. La
utilización de estas prácticas en zonas con alto riesgo de deterioro, han reducido el
potencial reproductivo y productor del matorral al extraer plantas de mayor valor
desde el punto de vista económico, permitiendo la presencia y reproducción de
individuos con menos valor comercial (Foroughbackch et al., 1987).
La vegetación predominante en el norte del estado de Nuevo León fue definida por
Muller (1939) como matorral espinoso tamaulipeco, el cual está constituido por las
especies ‘‘chaparro prieto’’ (Acacia rigidula), ‘‘tenaza’’ (Havardia pallens), ‘‘huajillo’’
(Acacia berlandieri), ‘‘vara dulce’’ (Eysenhardtia texana), ‘‘huizache’’ (Acacia farne-
siana), ‘‘uña de gato’’ (Acacia greggii), ‘‘palo verde’’ (Parkinsonia texana), ‘‘retama’’
(Parkinsonia aculeata), ‘‘ébano’’ (Ebenopsis ebano), ‘‘gatuño’’ (Mimosa aculeaticarpa)
y ‘‘mezquite’’ (Prosopis glandulosa) que son utilizadas de diversas maneras como son:
postes para la construcción de cercas, mangos para la herramientas e implementos
agrícolas, leña, carbón vegetal, material de construcción de casas, corrales, uso me-
dicinal (Carrillo, 1991; Estrada et al., 2005). Gran parte de la superficie ocupada por
éste tipo de vegetación, es utilizada para el establecimiento de áreas de cultivo y de
pastoreo (Correa, 1996).
Las características presentes en los árboles han hecho que determinados grupos
de especies sean utilizados para proveer energía de los que se puede destacar las
siguientes:
269
Composición química de la madera
Contenido de humedad
Densidad
270
(1990), las ventajas que ofrece el uso de la madera con una alta densidad con fines
energéticos son las siguientes:
Poder calorífico
El poder calorífico está definido como la cantidad de calor que puede desprender
un kilogramo de combustible en combustión completa a la presión y temperatura
atmosférica normal (Coronel, 1994). El calor señalado en la definición anterior tam-
bién incluye al generado por los gases de la combustión que deben ser enfriados a
la temperatura de 25°C. El poder calorífico de las maderas en condición anhidra y
sin considerar las cenizas es en promedio de 4,500 kcal·kg-1, éste valor es constante
en todas las maderas ya que la composición de las mismas casi no cambia (C=50%;
H=6.5%, O=43%). La Tabla 1, muestra el poder calorífico de diferentes combustibles,
en ella se puede observar el alto poder calorífico que presenta el carbón.
271
la misma manera, el porcentaje de extractivos afecta el poder calorífico, en
la mayoría de los casos el poder calorífico de los extractivos es mayor que el
de la madera. Por ejemplo el poder calorífico de especies resinosas es mayor
debido a que el poder calorífico de la resina es de 8,500 a 9,100 kcal·kg-1.
Leña
Carbón
272
adecuadas para ser utilizadas en los hornos; cuando no es así, éstas se tienen que
trocear para poder realizar la carga del horno. En el apilado se busca dejar el material
de mayor tamaño en las partes bajas del horno con la finalidad de que tenga mayor
tiempo para la combustión. En la alimentación del horno; se va colocando el material
por la parte superior para continuar en la parte central. En el encendido; se aplica
calor al horno hasta alcanzar temperaturas de hasta 650°C. Para este momento, en
la parte baja de la zona media del horno, ya se está formado el carbón vegetal en
altas temperaturas, pasando a continuación a la zona inferior, donde se enfriará en
ausencia de oxigeno. El acondicionamiento del carbón es de las últimas etapas del
proceso de carbonización donde se deja que el producto reduzca su temperatura.
Cuando el carbón sale del horno, se coloca en cajones que se tapan; de esta forma el
carbón se enfría lentamente en ausencia de oxigeno, de modo que no exista riesgo
de combustión. El carbón ya frío de los cajones se almacena, donde es clasificado,
los trozos de mayor tamaño son triturados hasta entrar en la clasificación. Después
de la clasificación se envasa para la comercialización.
Existen actualmente muchas formas de producir carbón, las cuales pueden ser cata-
logadas por la forma en crear la barrera física que impide la entrada de aire ya sea
por medio de tierra, ladrillos, cemento armado y metal; también se pueden clasifi-
car por la fuente del combustible para secar y calentar la madera siendo éstos gas,
madera ó gasolina ó bien por los procesos de producción siendo éstos continuos o
discontinuos.
En el estado de Nuevo León, el proceso de producción de carbón se puede cla-
sificar como un proceso discontinuo, donde se utiliza la madera como combustible
para extraer la humedad. Particularmente para el Estado, los sistemas de producción
más utilizados son los hornos rústicos de tierra, conocidos como “chabetes, molotes,
o muelas” que son las formas más antiguas y rudimentarias para elaborar carbón.
Estos tipos de hornos se pueden clasificar según la forma en que se lleva a cabo la
carbonización: hornos de tierra vertical con carbonización ascendente y hornos de
tierra vertical con carbonización descendente. Además, existen aquellos hornos
subterráneos con diversas variantes que van desde los sistemas sencillos donde so-
lamente se coloca la madera, se cubre con tierra y se enciende, hasta aquellos donde
se puede controlar el flujo de gases por orificios y tubos (Wolf y Vogel, 1985) según
se observa en la Figura 1.
273
Figura 1. Izquierda) Horno rústico construido al ras del suelo donde es colocada la madera para la
producción de carbón vegetal, la parte superior es cerrada con una estructura metálica; derecha)
Chimenea colocada en un extremo del horno para controlar el flujo de gases
Las ventajas de este tipo de horno radican en el bajo costo y en la facilidad en ser ela-
borados, además de reducir los costos de transporte de madera verde, ya que cuando
se cuenta con un volumen suficiente de madera en cierta área, se puede construir el
horno en el sitio seleccionado. Sin embargo, tiene la desventaja obtener rendimientos
del 10% al 20% que son considerados bajos, además, de eliminar la cubierta vegetal
de 20 a 30 m2 para preparar el sitio donde será instalado el horno y tener espacio
suficiente para seleccionar el material, y para el llenado de costales.
Por otra parte, los hornos semi-fijos o portátiles también son utilizados en diversas
regiones del Estado, principalmente en predios particulares donde existen recursos
para invertir en dichos hornos, la ventaja principal es que se pueden desarmar y ser
transportados fácilmente hasta el sitio donde se encuentre la madera además de tener
mayores rendimientos en comparación con los hornos de tierra. En la Figura 2 se ob-
serva un horno metálico desarmable en el momento en que la madera es apilada.
274
que pueden ser superiores al 25%. Cuentan con chimeneas que permiten controlar
el flujo de gases, y reducir el tiempo de carbonización, además de evitar el impacto
a la vegetación como el que se produce en los hornos semi-fijos. El inconveniente
que se puede encontrar es, el gasto generado durante el traslado de la madera hasta
el horno.
El recurso y la cultura
Especies y uso
275
Tabla 2. Especies utilizadas como combustible en el estado de Nuevo León y en la
Sierra de San Carlos
No. Genero Especie Nombre común Uso* Densidad
1 Acacia amentacea Gavia L -
2 Acacia berlandieri Huajillo L1** 0.813
1 1
3 Acacia farnesiana Huizache L ,C 0.723
4 Acacia greggii Uña de gato L, C -
5 Acacia rigidula Chaparro prieto L1 0.793
6 Acacia romeriana Palo prieto L1 -
7 Acacia Schaffneri Huizache chino L, C 0.743
8 Acacia wrightii Uña de gato L 0.763
9 Amyris madrensis Barreta china L 0.763
1
10 Berberis chochoco Palo amarillo L 0.643
11 Bumelia angustifolia Coma L -
12 Bumelia celastrina Coma L 0.743
13 Bumelia spiniflora Coma L -
14 Caesalpinea mexicana Árbol del potro L 0.603
15 Castela texana Chaparro amargoso L -
16 Celtis laevigata Palo blanco L 0.633
17 Celtis pallida Granjeno L1 0.763
18 Condalia hookeri Brasil L1,C1 0.843
19 Cordia boissieri Anacahuita L1 0.463
1
20 Diospyros palmeri Chapote manzano L 0.663
21 Diospyros texana Chapote prieto L 0.673
1 1
22 Ebenopsis ebano Ebano L ,C 0.76
23 Ehretia anacua Anacua L1 0.563
24 Esenbeckia berlandieri Limoncillo L1 -
25 Eysenthardtia polystachia Vara dulce L 0.683
26 Fraxinus gregii Barretilla L1 0.673
1
27 Gochnatia hypoleuca Ocotillo L 0.793
1
28 Helietta parvifolia Barreta L 0.763
1
29 Phoebe tampicensis Mahuira L -
1
30 Pino spp Pino 0.40
31 Pithecellobium brevifolium Tenaza L -
32 Pithecellobium pallens Tenaza L1 0.633
33 Porlieria angustifolia Guayacán L -
34 Prosopis glandulosa Mezquite L, C -
35 Prosopis laevigata Mezquite L1,2,C1,2 0.753
36 Quercus spp Encino L1,,C1, -
37 Rhus virens Agrito L1 -
38 Salix Nigra Sauce L -
39 Sargentia greggii Chapote amarillo L1 -
40 Schaefferia cuneifolia Panalero L -
41 Shophora secundiflora Patol L1 -
42 Zanthoxylum fagara Colima L 0.523
*Uso: L=leña, C= Carbón, ** Fuente: 1Medina (2002), 2Carrillo (2007), 3Villalón (1992)
276
Existen 42 especies reportadas en el estado de Nuevo León y en la Sierra de San Carlos
que son usadas como combustible (Tabla 2), de las cuales, sólo 8 son utilizadas para
producir carbón, las especies Prosopis laevigata y P. glandulosa (Mezquite) que su
uso para la elaboración de carbón es ampliamente conocido; además están presentes
otras especies como Condalia hookeri y Ebenopsis ebano, que de igual forma como
las otras ocho especies, presentan una densidad superior a los 0.7 g.cm-3 además
de presentar una altura adecuada para obtener piezas con diámetros superiores a
los 10 cm. Existen especies que según su valor de densidad (≥0.7 g·cm-3), podrían
ser utilizadas para la elaboración de carbón, sin embargo por su tamaño y la poca
disponibilidad sólo se utilizan como leña. Por otra parte la distancia recorrida para la
colecta de madera es de uno a tres kilómetros (Wolf y Perales, 1985).
Combustibles sólidos
277
Combustibles líquidos
Conclusiones y perspectivas
En el noreste de México se encuentra muy difundido el uso del carbón y la leña en los
hogares rurales y en los urbanos cuando de asa carne. Si existiera un incremento en
su utilización, implicaría, la utilización de un potencial energético renovable, el uso
adecuado traería la reducción de las emisiones de dióxido de carbono.
Las características físicas y químicas de las maderas de los bosques del noreste
de México con sus condiciones preponderantemente semiáridas, hacen de éstas un
recurso muy preciado para la obtención de energía calorífica.
Se hace necesario realizar estudios sobre el uso y la importancia de la energía
proveniente de los recursos forestales en el noreste de México, sobre todo en el
medio rural, donde el impacto de las crisis económicas por lo general se vive más
drásticamente, por lo que el uso de la energía procedente del gas originario de hi-
drocarburos se ve más restringido.
El uso energético eficiente de la madera también contribuiría a contener el cambio
climático, ya que con el desarrollo de los árboles se retiene el dióxido de carbón at-
mosférico. El empleo de energía proveniente de la madera permite mayor eficacia a la
gestión forestal y, a largo plazo, impulsa el crecimiento de las reservas de madera.
La generación de nuevas tecnologías que apoyen la competitividad y el desarrollo
de la industria forestal en la región, mejorarán el uso sustentable de los recursos
forestales. Por otro lado, el uso eficiente de las leñas estimularía también un aprove-
chamiento integral de los recursos forestales y el manejo de bosques. Con lo anterior
se tendría un importante impacto en el desarrollo de las tecnologías empleadas en
la combustión.
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280
ESPECIES VEGETALES CON POTENCIAL PARA
LA PRODUCCIÓN DE BIOCOMBUSTIBLES
Zavala-García Fa*, Piñera-Chávez Fb Gámez-González Hc
a
Profesor-Investigador, Laboratorio de Genética-Fisiología, Subdirección de Postgrado e
Investigación, bEstudiante de Maestría en Ciencias en Producción Agrícola, Subdirección de
Postgrado e Investigación, Facultad de Agronomía, Universidad Autónoma de Nuevo León,
Carretera a Zuazua-Marín km 17, Marín, Nuevo León. cLaboratorio de Anatomía y Fisiología
Vegetal, Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias Biológicas, UANL, Pedro de Alba
s/n Ciudad Universitaria, C.P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León., México.
*f _zavala_g@hotmail.com
Resumen
L
os cambios macroambientales, principalmente los asociados con los incremen-
tos en la temperatura asociados a incrementos de CO2 en el aire, hacen necesaria
la búsqueda y el desarrollo de tecnologías que permitan disminuir las tasas de
emisión de este gas a través de la substitución de los altos consumos del petróleo, con
energías renovables más amigables con el ambiente, como son los bioenergéticos a
base de bioetanol y biodiesel. La información sobre la tecnología desarrollada a nivel
mundial permite establecer que cultivos como la caña de azúcar, el maíz, la colza,
la jatrofa, entre otros, son una opción viable en la producción de la materia prima
para la elaboración de biocombustibles. A diferencia de Brasil y Estados Unidos, que
son los países líderes en la producción de biocombustibles a nivel mundial, México
no ha desarrollado la tecnología a pesar de la necesidad de buscar fuentes alternas
al petróleo, por el bajo inventario a corto plazo del que se dispone de este recurso.
Sin embargo, las condiciones ambientales del país, y particularmente del estado de
Nuevo León, permiten el establecimiento y la producción de los bioenergéticos en
forma exitosa.
Al respecto, en este capítulo se presenta información de las diferentes opciones
que se pueden tener para la producción de los bioenergéticos en Nuevo León, princi-
palmente a base de cultivos que puedan establecerse bajo las condiciones de cultivo
y ambientales existentes. Se concluye que los cultivos con mayor potencial para la
producción de biocombustibles en el estado son el sorgo dulce, para la producción
de bioetanol, y la higuerilla, para la producción de biodiesel. En ambos casos, la in-
vestigación que se desarrolla actualmente, con apoyos económicos de la UANL y de
la Comunidad Europea, permite visualizar para Nuevo León un éxito en la producción
de biocombustibles que ayude a mejorar las condiciones de vida de los habitantes de
este planeta.
281
Introducción
En años recientes se ha especulado mucho sobre las posibles causas del Calentamiento
Global, del Efecto de Invernadero y de los impactos negativos que esto está teniendo
sobre el planeta y los seres vivos. Entre las teorías mas aceptadas sobre ese incremento
en la temperatura está la que se relaciona con los cambios en la concentración del CO2
en la atmósfera terrestre. Según el estudio de Mc Kibben (2007), la concentración de
CO2 se ha incrementado a una tasa de 2 ppm de CO2 por año. Hay que recordar que
son las propiedades de este gas, las que permiten el paso de los rayos de onda corta
que son enviados por el sol, pero impide el paso hacia la atmósfera de las ondas largas
reflejadas por la superficie de la tierra, lo que ocasiona que el calor se concentre en
la atmósfera y se produzca el efecto invernadero.
El incremento en la concentración del CO2 en el aire es debido, a que el 92.5%
de la energía que se utiliza en México para las diferentes actividades de la industria,
domésticas y de transporte, proviene de los hidrocarburos y del carbón fósil; mientras
que la energía de la biomasa (leña) apenas alcanza el 3.4%.
El consumo del petróleo representa el 59% y ante el escenario de que México
importa el 40% de las gasolinas que consume y que las reservas probadas de petróleo
son sólo de 9 años, se hace necesario buscar fuentes alternativas de energía como
son los biocombustibles, los cuales pueden ser sustitutos del petróleo, y ayudan a
reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera y a disminuir el calentamiento global por
el efecto invernadero.
Pero, ¿qué son los biocombustibles y por qué su uso pudiera ayudar a disminuir el
incremento en la concentración del CO2 en la atmósfera?
282
competir directa o indirectamente con cultivos que se utilizan en alimentación hu-
mana. Aunque algunos de estos cultivos no necesariamente se utilizan para consumo
humano, la superficie de suelo que ocupan pudiera competir con la superficie de
tierra disponible para cultivos importantes para la sobrevivencia del ser humano.
Los llamados biocombustibles de “segunda generación” pudieran solucionar este
problema, ya que ayudarían a una mayor producción de biocombustibles con menores
costos de producción y mayores beneficios ambientales. Este tipo de combustible
depende para su producción de material orgánico de partes no comestibles, como
las hojas y el tallo, o de cultivos que producen mucha biomasa como el switchgrass
u otro tipo de zacates C4 cuyo rendimiento de biomasa fuera alto. Uno de los proble-
mas actuales en el uso de este tipo de combustibles es la poca disponibilidad en la
tecnología para la extracción de las celulosas y hemicelulosas, que son compuestos
ricos en carbono y que se utilizarían para la producción de los biocombustibles.
Aparte de estos dos tipos de biocombustibles (primera y segunda generación)
se está trabajando en el desarrollo de los biocombustibles de “tercera generación”;
estos biocombustibles dependen principalmente de las algas, de ahí que se les nombre
como “oilgae”, algal fuel o algaeolum. La ventaja de este tipo de biocombustibles es
que las algas no afectarían la disponibilidad de agua fresca, se pudieran producir en
agua de mar o también en agua de desecho, son biodegradables y no causan daño
al ambiente. El departamento de Energía de los Estados Unidos estima que si se
remplazara todo el combustible fósil por el que se pudiera producir por las algas, se
requerirían alrededor de 40,000 km2, o sea, 1/7 de toda la superficie sembrada con
maíz en Estados Unidos en el año 2000.
Independientemente del tipo de biocombustibles del que se trate, uno de los
aspectos que es importante considerar en el uso de éstos, es el balance neto de
energía, es decir, cuánta energía cuesta la producción de los biocombustibles y cuánta
energía está disponible para su uso. Existe una gran controversia en este aspecto y
mucho depende del cultivo (plantas C3 vs. C4), de las formas de producirlos (utilizando
fertilizantes químicos vs. fertilización orgánica, o riego vs. temporal) o del método de
extracción y producción del etanol. Autores como Lorenz y Morris (1995) señalan que
hay una ganancia neta de energía. Por su parte, Pimentel y Patzek (2005) establecen
una ganancia neta negativa, es decir, cuesta más energía producirlos que la energía
que realmente está disponible para su uso.
A nivel mundial, el uso de los biocombustibles de primera generación ha desperta-
do gran interés y muchos países han hecho del uso de éstos una opción para disminuir
la dependencia del petróleo y para contribuir a la disminución de los llamados efectos
de invernadero. En primer término, los biocombustibles los podemos distinguir según
la función del producto a obtener, tal es el caso del Bioetanol y del Biodiesel.
El Bioetanol de primera generación se produce a base de almidones y azúcares;
de esta forma, los cultivos más importantes para la producción de este bioenergético,
para el caso de almidón, son el maíz y el sorgo de donde se utiliza el grano; para el
caso del azúcar los cultivos más importantes son la caña de azúcar, el sorgo dulce
y la remolacha azucarera, utilizando principalmente el jugo de donde se extrae el
azúcar.
283
Dado que en la actualidad los biocombustibles de primera y segunda generación
todavía no se encuentran a escala comercial, la información que se presenta a con-
tinuación corresponde a los biocombustibles de primera generación.
Entre los países con mayor producción de biocombustibles se encuentran Brasil
y Estados Unidos de Norteamérica, utilizando caña de azúcar y grano de maíz para el
caso de Bioetanol; mientras que Alemania, Francia e Italia son los importantes para
el caso del Biodiesel, utilizando cultivos como colza, soya, girasol y aceite de palma
(Figura 1).
Source: IEA analysis based on F.O.Lichts – IEA World Energy Outlook 2006
Figura 1. Producción de Bioetanol y Biodisel en diferentes países (fuente: IEA analysis based on
F.O.Lichts – IEA World Energy Outlook 2006).
284
4 .1 3 .4 1.9
9 0 .6
Figura 2. Tipos de
combusti bles uti li- CA RB ÓN HIDROCA RB UROS ELECTRICIDA D PRIM A RIA B IOM A SA
zados en México.
Por este motivo, se han iniciado en todo el país acciones que deriven en la produc-
ción de biocombustibles, no sólo por el sector oficial, sino también por la parte de
la Industria Privada en México. En forma inmediata, los ingenios azucareros quedan
posibilitados para la producción de bioetanol a base de caña de azúcar. Sin embargo,
la producción de biocombustibles está abierta para el uso de otros cultivos; por tal
motivo se estructura la Comisión Nacional de Bioenergéticos por parte del INIFAP,
perteneciente al sector oficial, pero también queda abierta la puerta para compañías
privadas para el uso de sorgo dulce o higuerilla, para la producción de bioenergéticos
de primera generación.
Específicamente en Nuevo León, la producción de cultivos que pueden utilizarse
en la elaboración de bioenergéticos es posible; sin embargo, la explotación a nivel
comercial depende de otros factores tales como el tamaño de la planta industrial
que se quiera utilizar para la producción del biocombustibles, del precio comercial
del mismo, de la disponibilidad de tierras para su cultivo que no interfieran con las
que se utilizan para la producción de alimentos, etc. Estos aspectos quedan fuera
del contexto de este capítulo por lo que a continuación se presentarán solamente
aspectos relacionados con la producción de los cultivos en el contexto ambiental del
estado de Nuevo León, sin importar, por el momento, que sean cultivos que puedan
estar restringidos para su uso en la producción de los biocombustibles, por competir
con la producción de alimentos. Para esto, primeramente se definirán algunas carac-
terísticas de ubicación y ambientales del Estado de Nuevo León.
Nuevo León cubre una superficie de 64 081.94 km2, con 504 km de longitud máxima
Norte-Sur y 225 km longitud máxima este-oeste; está situado en la parte noreste de
México con las siguientes coordenadas: al norte 27°49´, al sur 23°11´ LN y al este 98°26´
y oeste 101°14´ LE. Las altitudes van desde los 90 hasta los 1,207 msnm. Debido a la
gran variedad de sistemas orográficos, propicia la existencia de 12 climas distintos
a lo largo del estado. Los climas principales, que mayor porción territorial ocupan,
son: semiseco, muy cálido y cálido, ubicado en la región semidesértica cercana a la
serranía; el clima seco, semicálido y semicálido subhúmedo en la planicie costera del
golfo; semicálido subhúmedo con lluvias en verano en las zonas aledañas a la Sierra
285
Madre Occidental; y el clima seco y semiseco templado en el sur y el poniente nue-
voleonés. El clima muy cálido y extremoso de las zonas más bajas predomina en el
paisaje urbano, con una temperatura promedio anual de 27.6°C (Contreras, 2007).
En la Figura 3 se observa que predominan los climas secos y cálidos. Los climas
templados se asocian a la Sierra Madre Oriental que atraviesa al estado de Noroeste a
Sureste más o menos a la mitad de Nuevo León. Los climas subhúmedos y semicálidos
están asociados a la parte pegada a la sierra hacia el norte de la misma. Hacia el sur
de la Sierra Madre Oriental están los climas secos pero templados; mientras que los
secos y cálidos se encuentran hacia la parte norte del estado.
Figura 3. Mapa
de Nuevo León
con los dife-
rentes tipos
de clima
286
Considerando las condiciones climáticas y los sistemas hidrológicos con los que
cuenta el estado, se conforman algunas áreas dedicadas a la producción agrícola.
Según datos de la Corporación para el Desarrollo Agropecuario de Nuevo León, se
sembraron 372,310.00 ha en el 2007, considerando superficies de riego y temporal
a todo lo largo y ancho del estado (Tabla 1).
287
10 Canola 100 10 0.17
11 Cártamo 1,865.80 653 0.36
12 Cebada forrajera en verde 240 5,082.50 21.18
13 Chabacano 11.07 12.17 1.1
14 Chile verde 654 21,985.00 33.62
15 Cilantro 70 116.5 1.66
16 Ciruela 118 220.5 2.66
17 Col (repollo) 319 13,720.00 43.01
18 Crisantemo 0.5 1.5 3
19 Durazno 1,223.50 1,683.09 1.42
20 Frijol 4,665.62 2,189.25 0.48
21 Lechuga 20 400 20
22 Maíz grano 61,055.86 59,418.70 1
23 Mandarina 3,601.00 49,487.50 13.74
24 Mano de león 6 21 3.5
25 Manzana 1,957.64 4,382.33 4.34
26 Melón 0.5 4 8
27 Naranja 25,662.98 325,962.22 12.7
28 Nuez 4,098.50 2,436.27 0.61
29 Papa 4,128.00 133,630.00 33.01
30 Pastos 164,948.95 2,258,637.92 13.78
31 Pera 54 237 4.39
32 Perejil 0.25 4 16
33 Rye grass en verde 21 624 29.71
34 Sandía 226.5 3,542.00 15.64
35 Sorgo escobero 2,016.00 1,298.60 0.72
36 Sorgo forrajero verde 25,740.80 472,839.70 19.24
37 Sorgo grano 32,932.54 83,365.28 2.53
38 Tomate rojo (jitomate) 586.6 4,557.00 9.36
39 Tomate verde 433 5,235.00 12.09
40 Toronja (pomelo) 1,762.50 24,289.50 14.26
41 Trigo grano 27,684.00 66,021.33 2.43
42 Triticale grano 60 270 4.5
43 Zanahoria 308 8,485.00 27.55
372,309.91
Verde = Cultivos para bioetanol; Amarillo = cultivos para biodiesel; Rojo = cultivos para biomasa
288
Cultivos más importantes para la producción de biocombustibles a nivel mundial, sus
características y la posible adaptación a las zonas agroclimáticas de Nuevo León
En Estados Unidos de América el grano del maíz se utiliza para la producción de bioe-
tanol, el cual es considerado como de primera generación. El rendimiento promedio
es de 470 litros de etanol por tonelada de materia seca utilizando el grano; pero el
rendimiento puede ser de hasta de 427 litros de etanol por tonelada de materia seca
de la paja. Sin embargo, es importante considerar que la extracción de etanol a partir
de la paja es considerada como bioetanol de segunda generación, el cual todavía no
se encuentra en explotación comercial al momento.
Aunque en México el uso del maíz para la producción de biocombustibles no está
permitido; considerando el rango de temperaturas donde el maíz puede prosperar,
en Nuevo León se puede sembrar prácticamente en cualquiera de las áreas agrícolas
identificadas en los cuatro distritos. Es importante considerar que el rendimiento de-
penderá de las condiciones ambientales y según la Tabla 2, el rendimiento promedio
es de apenas 1 ton ha-1. La superficie del maíz en Nuevo León representa el 16% del
total y la mayor superficie se concentra en las áreas temporaleras del sur de Nuevo
León, dentro del Distrito de Galeana con poco más de 45,000 ha; la otra área de maíz
de temporales es la del distrito de Montemorelos con poco mas de 8,000 ha. Las áreas
de riego se reducen a sólo poco más de 6,000 ha, 4,000 de ellas en el sur de Nuevo
León y poco más, 1,300 ha, en el distrito de riego de Montemorelos. Prácticamente,
las zonas en el Norte de Nuevo León se encuentran muy limitadas a la producción de
este cultivo tanto en las áreas de riego como de temporal.
El sorgo dulce para la producción de bioetanol difiere un poco del sorgo de grano
utilizado para la alimentación del ganado, aunque pertenecen al mismo género y
especie. En el primero, la materia prima son los azúcares que se producen en el ta-
289
llo, mientras que en los segundos, la materia prima es el grano que se produce en la
panoja de la planta. La producción del bioetanol por unidad de producción depende
del contenido de azúcares que se encuentran en el jugo del tallo. La concentración
de azúcares varía desde los 6-7° hasta los 22° Brix, normalmente son plantas de porte
alto (2.0 a 3.0 m de altura). Por este motivo, los rendimientos de etanol por tonelada
dependen de la concentración de azúcares, variando desde 40 lt ton-1 hasta 108 lt
ton-1 (Mc Kibben, 2007; Reddy et al., 2007).
De acuerdo a los datos de la Tabla 2, el sorgo en Nuevo León se siembra en poco
más de 60,700 ha, lo que representa el 16.27% de las superficies agrícolas del estado.
La producción se concentra en los Distritos de Apodaca y Montemorelos, con más
del 50% bajo condiciones de temporal. La zona de riego está, principalmente, en el
Distrito de Apodaca. La producción en el Distrito de Anáhuac es muy baja (10%) y no
se siembra en el Distrito de Galeana debido a las bajas temperaturas que se presentan
en esa región sur de Nuevo León.
Estudios desarrollados por uno de los autores en el Campo Experimental de la
Facultad de Agronomía de la UANL en Marín, N.L., indicaron valores de hasta 60 ton
ha-1 con concentraciones de azúcar hasta de 22° Brix.
290
Nuevo León para la producción de bioetanol, sobre todo por las necesidades hídricas
que requiere para su crecimiento.
291
La jatrofa es originaria del Sureste de México y Centroamérica, donde también se le
conoce con el nombre de Piñón o Piñoncillo o Sikil-Te por los mayas. Es una planta
perenne y se adapta principalmente a climas tropicales. El rendimiento de semilla
puede ser hasta de 5 t ha-1, el cual se alcanza al quinto año de establecido el cultivo.
La mayoría de las variedades existentes son tóxicas; sin embargo, sólo en México
se han encontrado variedades no tóxicas. A diferencia de los cultivos mencionados
anteriormente, esta planta se utiliza para la producción de Biodiesel, el cual se ex-
trae de la semilla, ya que ésta posee entre un 55–50% de grasa; la pasta que queda
como producto después de la extracción del aceite contiene un alto contenido de
proteína (25-30%).
En un estudio desarrollado por Zamarripa y Díaz (2008), utilizando un Sistema de
Información Geográfica, determinaron zonas potenciales en México para la producción
de jatrofa. Los principales estados con mayor potencial para la producción de jatrofa
fueron Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz, Chiapas y Michoacán, con alturas inferiores a
los 1000 m. Nuevo León aparece en este estudio como adecuado para la siembra
de este cultivo sobre todo en la zona centro del estado, principalmente en lo que
corresponde al Distrito de Montemorelos (Tabla 1).
Aunque el rendimiento de biodiesel por tonelada de semilla de jatrofa varía de-
pendiendo del contenido de aceite, algunos reportes ubican una producción de 343
litros de biodiesel por tonelada de semilla de jatrofa.
292
son grasas vegetales y animales de desecho; sin embargo, existen proyectos tanto
en el ITESM como en la UANL para desarrollar cultivos ricos en aceites que puedan
proveer la materia prima para este fin entre los que se encuentra el cultivo de la
higuerilla.
Dado que es un cultivo sensible a las heladas, su cultivo en Nuevo León estaría
limitado a los distritos de Anáhuac, Apodaca y Montemorelos, que es donde se en-
cuentra concentrada la mayor superficie agrícola del estado.
293
La soya es un cultivo anual originario de la parte central y norte de China; produce semillas
con un porcentaje de aceite del 18%, por lo cual resulta de interés en la producción de
biodiesel. Los rendimientos más altos que se han obtenido alcanzan las 2.66 toneladas
por hectárea; sin embargo, a nivel mundial el promedio es de 1.94 toneladas (SAGARPA,
2009). Por otro lado, se estima que al procesar una tonelada de granos de soya, se obtienen
alrededor de 200 litros de aceite que, al procesarse para la obtención de biodiesel, darán
como rendimiento 220 litros del biocombustible (Masera et al., 2006).
Hasta el año 2004, en México, los estados más representativos en superficie de
soya sembrada fueron Tamaulipas, Chiapas y San Luis Potosí. En promedio se alcan-
zaron 1.5 toneladas por hectárea, por debajo de la media mundial y lejos de los más
altos rendimientos (Masera et al., 2006). Según el INIFAP, se cuenta con las varieda-
des Huastecas 200, 300 y 400, de las que se esperan resultados prometedores bajo
condiciones de buen temporal. La SAGARPA, por su parte, indica que se requiere de
variedades con mayor tolerancia a la roya asiática y a la mosquita blanca.
Específicamente en Nuevo León, su cultivo sería recomendado a las zonas de
riego de los distritos de Anáhuac, Apodaca y Montemorelos, ya que en el distrito de
Galeana las bajas temperaturas, aún durante el verano, pudieran limitar su cultivo a
nivel comercial.
294
Es un cultivo que se adapta bien a regiones frescas, por lo que este tipo de clima lo
favorece en la producción de aceite. En Nuevo León, este cultivo pudiera establecerse
en el Distrito de Galeana porque es el que presenta las condiciones físicas, sobre todo
de temperatura, que pudieran favorecer su producción. Sin embargo, se puede esta-
blecer en cualquiera de los otros distritos durante la época fresca del año. En el 2007
aparecen estadísticas de 100 ha sembradas en el Distrito de Apodaca, principalmente
para un uso distinto a la producción de biodiesel, tal como se tiene en Europa.
El cultivo moderno parece ser originario de Asia, de lo que hoy se le conoce como Irak;
sin embargo, hay restos de trigo duro de hace 8,000 años en la región de Mesopota-
mia y a lo que hoy se conoce como Etiopía. Este cultivo representa dos fuentes para
la producción del biocombustible, una es el grano donde es aprovechado el almidón
para la conversión a etanol y otra es la paja donde la fibra es la materia prima. Aunque,
en el caso del grano, si éste presenta un porcentaje de proteína mayor al 13% no es
viable para la conversión al biocombustible. Por separado, el rendimiento de etanol
en grano es de 360 litros por tonelada, para la paja es de 345 litros por tonelada. Una
estimación de la producción de etanol por hectárea en la zona del Valle de Mexicali
en Baja California, indica rendimientos de 4, 678 litros (Masera et al., 2006).
El cultivo del trigo en México se encuentra extendido en un buen número de sus
estados, siendo el más representativo Sonora, con la mayor producción y rendimientos
promedio de 6.11 toneladas por hectárea, seguido por Guanajuato con rendimientos
de 5.68 toneladas por hectárea y Baja California con 5.84 toneladas por hectárea.
En el caso de Nuevo León, la superficie sembrada es de aproximadamente 27,000
hectáreas y los rendimientos promedios en el estado se encuentran alrededor de las
2.43 toneladas por hectárea (Raygada, 2005). Este cultivo representa el tercero en
importancia después del maíz y sorgo.
Dadas sus características de comportamiento, en Nuevo León se siembra durante
el invierno en los distritos de Anáhuac, Apodaca y Montemorelos; sin embargo, se
puede establecer durante la primavera en el distrito de Galeana, ya que presenta
condiciones de temperatura adecuadas.
295
El switchgrass es originario de Norteamérica, en años recientes ha sido propuesto
como un cultivo energético para la generación de biocombustibles a partir de biomasa
o materia seca (Moser y Vogel, 1995; Sanderson et al., 1996). La distribución de esta
planta abarca desde la parte sureste de Canadá, pasando por el noreste, centro y
sureste de E. U. A, terminando en la parte central de México (Gunderson et al., 2008).
Los resultados de investigación predicen que las variedades de tipo upland tienen una
expectativa de 18 a 20 t ha-1 de materia seca, mientras que las variedades lowland
pueden llegar de entre 23 a 27 t ha-1 (Gunderson et al., 2008). Los rendimientos de
etanol por tonelada de materia seca se estiman alrededor de 380 L (Renewable and
Applicable Energy Laboratory, 2007).
En México, aun no existe mucha información sobre este cultivo; sin embargo, el
establecimiento de pastos forrajeros está bastante extendido, por tal motivo en la
Universidad Autónoma de Nuevo León ya se ha realizado una evaluación preliminar
del rendimiento y la calidad de la materia seca de este cultivo en cuatro genotipos,
a cargo de dos de los autores del presente capítulo. Resultado de esta evaluación se
ha identificado una variedad o genotipo nativo del sur de Texas (var. Álamo) de la cual
se obtuvieron rendimientos de materia seca de hasta 10.58 t ha-1, lo que representan
4020.4 litros de etanol por tonelada de materia seca, según el rendimiento de etanol
por tonelada de biomasa antes mencionado.
Considerando que los pastos ocupan la mayor superficie agrícola del estado de
Nuevo León (casi 165,000 ha), este cultivo es el que pudiera tener un mayor impacto
en la producción de bioetanol, una vez que se hayan resuelto los problemas actuales
en el uso directo de la materia seca en la producción de bioetanol como de segunda
generación, sobre todo en lo relacionado al comportamiento eficiente de las enzimas
para desdoblar las cadenas de la materia seca en cadenas simples de carbón.
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298
PLANTAS CON ACTIVIDAD BIOLÓGICA
PLANTAS CON PROPIEDADES
ALELOPÁTICAS
Gámez-González H a*, Moreno-Limón S a, Zavala-García F b
a
Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias Biológicas. bSubdirección de Posgrado,
Facultad de Agronomía, Universidad Autónoma de Nuevo León, Ave. Pedro de Alba, s/n,
Ciudad Universitaria, C. P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
*hilda.gamezgn@uanl.edu.mx
Resumen
L
a agricultura moderna utiliza extensivamente agroquímicos de alto impacto
ambiental que en muchos casos constituyen un serio riesgo a la salud humana.
Las investigaciones en alelopatía en algunos casos permiten plantear estrategias
orientadas a una mayor sustentabilidad de los sistemas de producción agrícola, con
un menor consumo de insumos contaminantes.
Los efectos alelopáticos de las especies cultivadas sobre las malas hierbas son
objeto actualmente de una actividad investigadora importante con el objetivo de
reducir el uso de herbicidas. Teniendo los conocimientos adecuados, ésta es un área
que puede y está siendo aplicada para aminorar la cantidad de pesticidas utilizados
además de fertilizantes. Para lograr un mejor aprovechamiento de los agentes alelo-
páticos es necesario ampliar el conocimiento de los mismos en relación a la rotación
de cultivos, manejo de residuos, prácticas de labranza y la implementación de control
biológico de malezas. Por último, debe señalarse nuevamente que el conocimiento
de los modos de acción de los agentes alelopáticos es clave para la exploración del
uso de los mismos como bioherbicidas.
301
tante en las interacciones entre organismos en los ecosistemas. A estas sustancias se
les conoce con el nombre de aleloquímicos, y al fenómeno de interacción en el que
están involucradas se le llama aleloquimia o alelopatía.
El término alelopatía (del griego allelon = uno al otro, y pathos = sufrir) fue utiliza-
do por primera vez para referirse a los efectos perjudiciales o benéficos que son ya
sea directa o indirectamente el resultado de la acción de compuestos químicos que,
liberados por una planta, ejercen su acción en otra, incluyendo a los microorganismos
(Molisch, 1937 en Rice, 1984).
Rice (1984) planteó los fundamentos para la alelopatía “moderna” al definirla
como un efecto positivo o negativo, directo o indirecto, de un vegetal (incluyendo
los microorganismos) sobre otro, por acción de los compuestos químicos liberados al
medio ambiente. La Sociedad Internacional de Alelopatía (AIS) definió a la alelopatía
como cualquier proceso que involucre metabolitos secundarios producidos por las
plantas, microorganismos, virus y hongos que influyan ya sea inhibiendo o estimulando
el crecimiento y desarrollo de sistemas agrícolas y biológicos. Es necesario puntualizar
que muchas sustancias con actividad alelopática tienen efectos benéficos a muy bajas
concentraciones y, superado un determinado umbral, actúan negativamente sobre
la planta receptora.
También se define como la producción de sustancias químicas por una planta o por
la descomposición de sus tejidos, que interfiere con el crecimiento de otras plantas
a su alrededor (Rangel, 2002).
El potencial de productos naturales que pueden ser usados por sus propiedades
biológicas particulares como herbicidas, plaguicidas, antibióticos, inhibidores o esti-
mulantes de crecimiento, etc., es prácticamente inagotable.
En la actualidad existe la tendencia a la utilización de prácticas sostenibles en
la agricultura, la reducción de productos químicos, las rotaciones y asociaciones
benéficas, entre otras. La utilización de residuos alelopáticos como una herramienta
de manejo en las plantas puede ser uno de los usos más prácticos aplicables de la
alelopatía en los agroecosistemas, principalmente para el control de malas hierbas
(Putnam y Duke, 1978).
No todas las sustancias liberadas por las plantas son inhibidoras, y por el contra-
rio, algunas manifiestan efectos estimulantes; más aún, ciertos metabolitos pueden
provocar reacciones de estímulo o de inhibición dependiendo de su concentración.
Así, la toxicidad depende de la sustancia en sí y de la concentración en el sitio de
acción y de la especie sobre la cual se ejerce (Kogan, 1992; Anaya, 1999).
303
Figura 1. Términos para describir los tipos de interacciones alelopáticas y los compuestos involucrados
en ellas.
Figura 2. Rutas de
biosíntesis de ale-
loquímicos (Sam-
pietro, 2008).
Rice (1984) utilizó un sistema que contiene catorce categorías, más un grupo
misceláneo de compuestos. Los 14 grupos son: 1) Derivados del ácido cinámico,
2) Cumarinas, 3) Fenoles simples, derivados del ácido benzóico, ácido gálico, ácido
protocatequico y floroglucinoles, 4) Flavonoides, 5) Taninos hidrolizables y conden-
304
sados, 6) Terpenoides y esteroles, 7) Ácidos orgánicos solubles en agua, alcoholes de
cadena larga, aldehídos alifáticos y cetonas, 8) Lactonas simples insaturadas, 9) Ácidos
grasos de cadena insaturadas y Ácidos grasos de cadena larga, 10) Naftaquinonas,
antraquinonas y quinonas complejas, 11) Aminoácidos y polipéptidos, 12) Alcaloides
y Cianohidrinas, 13) Sulfuros y glucósidos de los aceites de la mostaza y 14) Purinas
y nucleósidos.
De entre estos compuestos, los que presentan reconocida actividad alelopática
son: Glucósidos cianogénicos, la hidrólisis de estos compuestos da lugar no sólo a cian-
hídrico sino también a hidroxibenzaldehído que al oxidarse origina el ácido p-hidroxi-
benzoico. La durina es frecuente entre especies tanto cultivadas como silvestres del
género Sorghum. Amigdalina y prunasina son frecuentes en semillas de Prunaceae y
Pomaceae actuando como inhibidores de germinación. La mayoría de los miembros
de la familia Brassicaceae producen grandes cantidades de estos glucósidos, los que
por hidrólisis producen isotiocianato con igual actividad biológica.
Los Compuestos aromáticos comprenden la más extensa cantidad de agentes
alelopáticos e incluye: a) Fenoles simples: hidroxiquinonas y la arbutina, aislados de
lixiviados de Arctostaphylos, b) Ácido benzoico y derivados: tales como los ácidos
hidroxibenzoico y vainíllico encontrados en el pepino, la avena y el sorgo, c) Ácido
cinámico y sus derivados: son derivados de la ruta metabólica del ácido shikímico y
están ampliamente distribuidos en plantas como el pepino, girasol (Helianthus annuus)
y guayule (Parthenium argentatum), así como otros derivados tales como clorogénico,
cafeico, p-cumárico, y ferúlico que son inhibitorios de una gran variedad de cultivos
y malezas, d) Quinonas y derivados: provienen de la ruta metabólica del ácido shikí-
mico. El ejemplo clásico de estos compuestos es la Juglona y naftoquinonas que se
aislaron del nogal, e) Cumarinas: la metil esculina fue identificada en Ruta, Avena e
Imperata. Compuestos como escopolina, escopoletina y furanocumarinas inhiben el
crecimiento vegetal, f) Flavonoides: una amplia variedad de flavonoides como floridzi-
na y sus productos de degradación tales como glicósidos de quempferol, quercetina
y myrcetina, g) Taninos: tanto los hidrolizables como los condensados, tienen efectos
inhibitorios debido a su capacidad para unirse a proteínas. Los hidrolizables como
los ácidos gálico, elágico, trigálico, tetragálico y quebúlico están presentes en suelos
de bosques en concentraciones suficientes para inhibir nitrificación. Los taninos
condensados, originados de la polimerización oxidativa de las catequinas, inhiben las
bacterias nitrificantes en suelos forestales y reducen el ritmo de descomposición de
la materia orgánica, el cual es importante para los ciclos de circulación de minerales
en el suelo.
Alelopatía Positiva. Es el efecto benéfico que tiene una planta sobre otra. Por
ejemplo el frijol verde y la fresa prosperan más cuando son cultivados juntos que
cuando se cultivan por separado. La lechuga sembrada con espinaca se hace más
jugosa. El frijol sembrado con maíz ayuda a repeler y disminuir ataques del gusano
305
cogollero. La interacción entre malezas y cultivos puede ser positiva, según Jiménez
et al. citados por An et al. (1998), al interplantar cantidades controladas de mostaza
silvestre (Brassica campestris) con brócolis (Brassica oleracea var. premium crop) se
incrementó la cosecha en un 50%.
Lechuga
Rábano
Cebolla
Coliflor
Brócoli
Acelga
Perejil
Nabo
Poro
Apio
Ajo
Col
Acelga – – – –
Ajo – –
Apio –
Brócoli – – –
Cebolla – – – – –
Coliflor – – – – – –
Lechuga –
Poro –
Rábano – –
- No es conveniente
306
Entre los beneficios de esta interacción planta-planta se pueden mencionar:
Disminuye los costos de producción; Independiza a los cultivadores de las casas
productoras de abonos y pesticidas químicos; Preserva los cultivos, los animales y
al hombre; Mejora la estructura del suelo; Da fuerza a la agricultura autosostenible
(aquella que puede perdurar por tiempo indefinido en beneficio de la humanidad
sin deteriorar el medio ambiente); Mejora la calidad de los productos agrícolas y
Contribuye a la alimentación sana.
307
su alrededor; por lo que este efecto puede utilizarse para beneficio de la agricultura
al ser usadas como pesticidas naturales (Rice, 1984; Campos, 2009).
308
Tabla 2. Potencial alelopático de compuestos volátiles
Germinación y crecimiento de
Eucalyptus globulus Variedad de terpenos.
plantas de cultivo.
Estimula el crecimiento de
Heliotropium europaeum No determinada.
rabanito y trigo sarraceno.
Crecimiento de cebada,
Brassica rapa (L.) No determinado.
centeno y rabanito.
Brassica napus Germinación de soya. Alil isotiocianato.
Crecimiento de cebada,
Artemisia sp. No determinado.
lechuga crisantemo.
Crecimiento de plantas de
Eucalyptus globulus No determinado.
cultivo.
Germinación y crecimiento (+) Evodona y desacetil cala-
Calamintha ashei de Rudberkia hirta y Lep- minthona.
tochloa dubia.
309
Exudados radiculares. Las toxinas liberadas por ciertos cultivos y malezas adyacentes
pueden contribuir a la disminución en rendimiento presentada por algunos cultivos. La
mayoría de los agentes alelopáticos conocidos son exudados radiculares que reducen
la germinación de las semillas, el crecimiento de raíces y brotes, la incorporación de
nutrientes y la nodulación (Tabla 4). Factores tales como la edad del vegetal, nutrición,
luz y humedad influencian cualitativa y cuantitativamente la liberación de sustancias
por las raíces.
Crecimiento y nodulación de
Parthenium hysterophorus No determinada.
poroto.
Crecimiento de lechuga y
Lycopersicum esculentum No determinada.
berenjena.
Crecimiento de mostaza y
Brassica campestris No determinada.
autotóxico.
Ácidos benzoico, clorogénico,
Cucumis sativus Crecimiento de lechuga. mirístico y palmítico.
Escopoletina y ácidos benzoico,
Avena spp. Crecimiento de trigo. cumárico y vainíllico.
Asparagus officinalis Autotóxico. No determinada.
310
Crecimiento de plántulas de Hirsutita y pirocatecol, ácidos
Rorippa sylvestris lechuga. p-hidroxibenzoico y vainíllico.
Descomposición de residuos vegetales. Los residuos de la planta en descomposición
liberan una gran cantidad de agentes alelopáticos influenciados por la naturaleza del
residuo, el tipo de suelo, y las condiciones de descomposición, y que ejercen su acción
en el suelo al entrar en contacto con las raíces de plantas presentes en el mismo (Tabla
5). Al mismo tiempo sufren transformaciones realizadas por la microflora del suelo,
que pueden originar productos con actividad biológica mayor que sus precursores.
Prácticas agrícolas como la siembra directa sobre rastrojo para una mejor conserva-
ción de agua y suelo no son aconsejables para ciertas combinaciones de cultivos por
los efectos nocivos de las toxinas liberadas de los residuos en descomposición sobre
la emergencia, crecimiento y productividad del cultivo siguiente.
Partenina, coronopilina y
Germinación de semillas de Bras- ácidos cafeico, p-cumárico,
Parthenium hysterophorus sica napus. clorogénico, cumárico, hidroxi-
benzoico y vainíllico.
Germinación y crecimiento de
Chenopodium album trigo, centeno, maíz, soya, mo- No determinada.
staza y garbanzo.
Escopolina, Escopoletina y
Crecimiento de maíz, centeno,
Imperata cylindrical ácidos benzoico, clorogénico,
sorgo y tomate. cumárico, gentísico y vainíllico.
311
Crecimiento, peso seco y conteni-
Artemisia princeps do calórico de Lactuca, Plantago, No determinada.
Chrysantemum y Achryranthus.
312
las auxinas a sitios re-
ceptores de unión de las
mismas a membrana.
Esta actividad guarda
correlación con la inhi-
bición de crecimiento
inducido por auxinas en
secciones de coleóptilo
de avena.
313
involucrada en la síntesis de compuestos fenilpropanoides. También al ácido ferúli-
co se le atribuye la inhibición de enzimas hidrolíticas tales como amilasa, maltasa,
invertasa, proteasa y fosfatasa ácida involucradas en la movilización de material de
alimento (Campos, 2009).
Efectos sobre la fotosíntesis. Bioensayos con Abutilon theophrasti y Lemna minor
demostraron que varios ácidos derivados del benzoico y el cinámico (p. ej. el ácido
ferúlico), escopoletina y clorogénico en bajas concentraciones eran capaces de inhibir
la fotosíntesis de plantas enteras. Experimentos con suspensiones de células foliares
de A. theophrasti, mostraron que el ácido ferúlico, p-cumárico, clorogénico y vainí-
llico son capaces de inhibir la fotosíntesis con concentraciones de los aleloquímicos
menores a las requeridas para planta entera. El efecto inhibitorio es el resultado de
una modificación en los niveles de clorofila o por cierre de estomas y la subsecuente
reducción en la provisión de CO2 vital para la producción de fotosintatos.
En soya los ácidos ferúlico, vainíllico y p-cumárico reducen el contenido de cloro-
fila. En sorgo, las mismas sustancias no provocan esa disminución. Los ácidos ferúlico,
p-cumárico y otros cinámicos a bajas concentraciones revierten el cierre de estomas
mediado por ABA y estimulan la fotosíntesis. A concentraciones altas, sin embargo,
provocan el cierre de estomas e inhibición del proceso fotosintético. Los ácidos
fenólicos actúan en concentraciones relativamente altas inhibiendo el transporte
de electrones lo que sugeriría según Einhellig (1995) que el sitio blanco de acción
de estas sustancias es otro. Ciertos flavonoides parecen interferir en la organización
funcional o estructural del cloroplasto. El quempferol, por ejemplo, aparentemente
actúa como un inhibidor de transferencia de energía, impidiendo la síntesis de ATP.
Un caso especial son las quinonas. Existen compuestos sintéticos de esta natura-
leza que son empleados como herbicidas. Algunas de origen natural son reconocidos
agentes alelopáticos como el sorgoleone y la juglona. El sorgoleone, una benzoquinona
presente en los exudados radiculares de sorgo, a concentraciones similares a las em-
pleadas con el herbicida atrazina, es capaz de desacoplar el transporte de electrones en
el fotosistema II. La juglona afecta también la evolución del oxígeno en el cloroplasto,
sin aparentemente desacoplar la fotofosforilación. Compuestos de otro tipo como el
alcaloide gramina también provocan desacople en el transporte de electrones.
Efectos sobre respiración. Para estudiar el efecto de los aleloquímicos sobre la res-
piración, normalmente se ensayan los mismos sobre suspensiones mitocondriales.
Entre los compuestos fenólicos el orden de mayor a menor actividad es quinonas,
flavonoides, cumarinas y ácidos fenólicos. Las quinonas sorgoleone y juglona son
efectivos inhibidores a muy baja concentración. Nuevamente el sorgoleone afecta el
transporte de electrones, mientras que la juglona afecta la incorporación mitocondrial
de oxígeno. Flavonoides tales como la quercetina, naringenina y umbeliferona inhiben
la producción de ATP en la mitocondria (Gámez et al., 2001; Peñuelas et al., 1996).
Efectos sobre procesos asociados a membranas. Los derivados de los ácidos benzoico
y cinámico tienen profundos efectos sobre las membranas. Son capaces de provocar
cambios en la polaridad lo cual provocaría alteraciones en la estructura y permeabili-
314
dad de las mismas. Otras sustancias como el ácido hidroxibutírico también presente
en rastrojos, provoca efectos similares.
Los ácidos fenólicos tienen un efecto directo sobre la incorporación de iones. Los
ácidos benzoicos y cinámicos inhiben el ritmo de incorporación de fósforo y potasio
en raíces cortadas. Algunos flavonoides inhiben la absorción mineral. La inhibición de
las ATPasas de membranas y la alteración en la permeabilidad de las mismas pueden
contribuir a la reducción en la incorporación mineral. Estudios en sorgo muestran
que el ácido ferúlico reduce los niveles de fósforo y potasio en la parte aérea y las
raíces de la planta después de 3 a 6 días de tratamiento. Los contenidos de magnesio,
hierro y calcio también se ven afectados.
Los ácidos fenólicos también pueden alterar el contenido de minerales en la planta
receptora. En Caupí (Vigna sinensis) bioensayos mostraron que los ácidos cafeico,
siríngico, y protocatecuico reducen los contenidos en nitrógeno, fósforo, potasio,
hierro y molibdeno, pero los niveles de magnesio no son alterados. Durante 7 sema-
nas con el ácido clorogénico en Amaranthus retroflexus mostraron alteraciones en
sus contenidos minerales. Los niveles de fósforo descendieron y se incrementaron
los de nitrógeno sin sufrir alteraciones los de potasio.
Los ácidos fenólicos y las cumarinas también provocan alteraciones en el contenido
de agua en la planta, mientras que el ácido ferúlico reduce la incorporación de agua
por las raíces. Paralelamente, eleva los niveles endógenos de ABA.
Modelo de acción alelopática de compuestos fenólicos. Según Einhellig (1996,
2004), si bien muchos compuestos fenólicos actuarían a nivel celular simultáneamente
en varios blancos alterándola fisiológicamente, parece que algunos efectos son mas
importantes que otros
y es central la acción
que estas sustancias
tienen sobre membra-
na plasmática para pro-
vocar la interrupción
de la mayoría de los
restantes procesos en
que están involucrados
(Figura 4 y 5).
315
Conclusiones y perspectivas
316
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN: ESTUDIO DE CASO
Introducción
317
Estudios fitoquímicos de H. parvifolia (Gray) Benth demostraron la presencia de los
alcaloides furanoquinolina, flindersiamina y cucosaginina; los componentes del aceite
volátil son isosafrol, safrol, eugenol y methyleugenol; un alcano dotriacontano y una ca-
dena recta de alcohol tetracosanol (Domínguez, 1971, en Graue, 1981). El predominio de
H. parvifolia en sitios cubiertos por matorral submontano podría deberse a la liberación
de algunos alcaloides presentes en sus hojas, los cuales, disueltos por la lluvia, inhiben la
germinación y el crecimiento de otras especies vegetales (Huerta y García, 2004).
Una evidencia del potencial alelopático de Helietta parvifolia es la liberación con el
agua de lluvia de alcaloides presentes en las hojas que inhiben selectivamente la ger-
minación y el desarrollo de otras especies vegetales (Graue y Rovalo, 1982 en Huerta y
García, 2004). De acuerdo con Lozano (1992), las plantas de frijol tratadas con el extracto
de agua de arrastre de Helietta parvifolia muestran un efecto alelopático positivo sobre
los componentes del rendimiento del frijol. El efecto alelopático se manifiesta en el
incremento de la asimilación de CO2 a 600 ppm con el extracto de agua de arrastre.
Gámez et al. (2007) observaron inhibición en la germinación de semillas de ca-
labaza, tomatillo, melón y sandía, al aplicar extractos acuosos de H. parvifolia en
diferentes concentraciones.
Materiales y métodos
Material Biológico
Para la obtención del material vegetal a partir del cual se obtuvieron los extractos
se realizó una colecta de plantas de Helietta parvifolia, Karwinskia humboldtiana y
Larrea tridentata en el ejido Mina, del municipio de Mina, Nuevo León. Este material
se secó a temperatura ambiente hasta peso constante. Por otra parte se utilizaron
semillas de sorgo (Sorghum bicolor L. Moench) de seis genotipos suministrados por
el Banco de Germoplasma de la Facultad de Agronomía de la Universidad Autónoma
de Nuevo León que corresponden a los siguientes genotipos: AB 7500, Azul Verde,
Gemex 987, Milenio, Pampa Verde II y UR.
Preparación de Extractos
Los extractos fueron obtenidos a partir de hojas secas de cada una de las especies
a evaluar, las cuales se molieron en una licuadora Osterizer Modelo 465-015, hasta
obtener un tamaño de partícula de 0.5-1 mm. El polvo obtenido se utilizó para la
preparación de extractos acuosos y etanólicos en diferentes concentraciones.
Acuosos. Los extractos acuosos se prepararon tomando 2.5, 7.5 y 12.5 g de polvo,
y se dejaron reposar en 250 ml de agua destilada durante una semana a temperatura
ambiente en recipientes envueltos en papel aluminio para evitar fotodeterioro. Pos-
teriormente se filtraron con gasa y algodón estériles donde se obtuvieron soluciones
de concentraciones de 1%, 3% y 5%.
Etanólicos. Los extractos etanólicos se obtuvieron luego de pesar 50 g de polvo
se le agregaron 500 ml de alcohol etílico absoluto, y se mantuvieron en agitación en
un agitador Orbit Shaker marca Lab-Line durante cinco días. Los recipientes fueron
envueltos en papel aluminio para evitar fotodeterioro. Una vez pasado ese tiempo los
extractos se filtraron con gasa y algodón estériles. El extracto que se obtuvo luego de
320
la filtración se pasó por un sistema de rotavapor marca Yamato a 60°C para eliminar
el exceso de solvente y concentrar el extracto. Se disolvieron 25 ml del extracto ob-
tenido y se agregaron 500 ml de agua destilada, siendo ésta la concentración de 5%.
Para las concentraciones de 3% y 1% se utilizaron 150 ml y 50 ml respectivamente
del extracto al 5%, luego se agregó agua destilada hasta aforar a 250 ml.
Resultados y discusión
Los resultados del primer bioensayo muestran que hay diferencias altamente signi-
ficativas entre el origen del extracto, la concentración de éstos y el tipo de extracto
así como también entre el genotipo utilizado. Se observó que con el tratamiento de
extractos de barreta, el porcentaje de germinación disminuyó considerablemente al
ser comparado con el control (Figura 6). Estos resultados coinciden con lo reportado
por Rovalo et al. (1983), quienes reportaron que la barreta ejerce una dominancia en
número y biomasa, ya que debido a la liberación de cumarinas evita la germinación
de otras semillas presentes en el suelo.
Figura 6. Porcen-
taje de germina-
ción de seis ge-
notipos de sorgo
tratados con agua
destilada como
control y con
extractos de ba-
rreta, coyotillo y
gobernadora du-
rante siete días.
Cada columna es
el promedio de
tres repeticiones
más error estándar.
322
comportamiento diferente en el peso seco de la radícula, ya que Azul Verde obtuvo
un valor mayor de peso seco en la radícula tratado con extractos a concentración de
5% que a la de 3%, mientras que Milenio tuvo un mayor peso seco radicular tratado
con extractos a concentración de 3% que a 1%. Esto podría deberse a que estos
genotipos mostraron mayor resistencia a las concentraciones señaladas. Milenio
se muestra como un genotipo variable en la mayor parte de los bioensayos, esto
podría deberse a que se trata de un híbrido y por las diferencias que presenta en
su germinación. En contraste, el valor del peso seco del talluelo de todos los geno-
tipos disminuyó conforme la concentración de los extractos aumenta. Tejada et al.
(2004), señalaron que a mayores concentraciones de extracto acuoso del residuo
seco del tallo del amaranto (Amaranthus hypochondriacus) hay mayor inhibición
de la germinación de Amaranthus hybridus. Este efecto estimulatorio se observó
para los genotipos Pampa Verde II y UR, hay un ligero aumento de porcentaje de
germinación con respecto al control siendo esto consecuencia probablemente del
vigor presentados por estos genotipos y al posible efecto estimulatorio de estos
extractos. Asimismo, Gámez et al. (2002), encontraron que tanto el porcentaje de
germinación como la acumulación de materia seca en la radícula, talluelo y en-
dospermo de semillas de trigo y avena, se vieron afectadas negativamente por la
aplicación de diferentes extractos de Cynodon dactylon y Sorghum halepense. Estas
diferencias se pueden explicar por el material genético de cada genotipo. Como lo
reportado por Gámez et al. (2007 a), con extractos acuosos de barreta, coyotillo y
gobernadora donde observaron estímulo en la germinación de semillas de toma-
tillo y calabaza al ser comparados con el control, coincidiendo con los resultados
obtenidos con los dos genotipos anteriormente mencionados.
En comparación con el tipo de extracto, se observa que los extractos etanólicos
presentan un menor valor en los resultados de los bioensayos uno y tres para todos
los genotipos, tal vez ocasionado por la presencia del alcohol etílico, el cual tiene
efectos alelopáticos con actividad inhibitoria de la germinación de las semillas y el cre-
cimiento de las plantas (Sampietro, 2008). Este aspecto es congruente a lo reportado
por García et al., (2005), que también utilizaron extractos diferentes además de los
acuosos, usando extractos metanólicos y diclometanólicos de Erythrina americana,
Petiveria alliacea y Calia secundiflora para extraer los alcaloides presentes en estas
plantas. Estos extractos se aplicaron en semillas de trigo, arroz, lechuga y amaranto.
Observaron que los extractos metanólicos y diclorometanolicus presentaron una
mayor capacidad de inhibición en la germinación de plantas dicotiledóneas. En este
estudio concluyeron que, aunque los extractos que presentaron mayor inhibición fue-
ron los que se obtuvieron con solventes orgánicos, la mejor opción son los extractos
acuosos al tener estos menos implicaciones ecológicas.
La segunda parte del primer bioensayo corrobora lo observado en la prueba de
germinación, ya que con los extractos de barreta hubo menor crecimiento de las
plántulas de sorgo, ya que mostró un mayor peso en endospermo y menores valores
tanto en radícula como en talluelo, por lo que los seis genotipos de sorgo utilizados
fueron más susceptibles al uso de estos extractos. El estudio realizado por Rovalo et.
al., (1983) también menciona que hubo inhibición en el crecimiento al utilizar extrac-
323
tos de barreta sobre la maleza Convolvulus arvensis L., (Convolvulaceae), conocida
coloquialmente como correhuela loca.
Asimismo, Gómez et al. (2003), reportaron que los ensayos de crecimiento para
trigo, rábano, pepino y remolacha en concentraciones de 0.1 % y 0.05% de extractos
acuosos de hojas de Polygonum segetum demostraron actividad inhibitoria para la
longitud de la radícula; además, todos los extractos inhibieron significativamente el
crecimiento de las especies utilizadas. A nivel de campo, González y Sotomayor (2005)
evaluaron los efectos alelopáticos del glucósido cianogénico amigdalina presente en
los extractos de especies de Prunus y de suelo de replante en plántulas de duraznero
Nameguard (Prunus persica x P. davidiana). Comprobaron que las plántulas cultivadas
en suelo libre de amigdalina mostraron mayor crecimiento, mientras que la mayor
concentración de amigdalina en el suelo tuvo un efecto adverso sobre el crecimiento
de las plántulas de Nemaguard. Esto concuerda con lo encontrado en este trabajo a
pesar de que el crecimiento fue evaluado a partir del crecimiento in vitro de la semilla
de sorgo. También Chung y Miller (1995) señalaron que la germinación y crecimiento
de muchas especies de plantas se reduce al aplicarse extractos acuosos de hojas y
raíces de diversas especies de malezas, siendo estos aplicados en alfalfa. El peso seco
de las plántulas de alfalfa se vio reducido significativamente para casi todos los ex-
tractos de malezas usados, sin embargo, los extractos acuosos de Agrostis gigantea,
Agrostis alba y Phalaris arundinacea no afectaron significativamente el peso seco
de las diferentes partes de las plántulas de alfalfa; por lo que se deduce que no sólo
depende de la susceptibilidad de la semilla a la cual se aplican los extractos, sino
también de la capacidad inhibitoria de las especies utilizadas.
La respiración de las semillas de sorgo se evaluó en el bioensayo dos, donde se
encontró que hay diferencias altamente significativas para el tipo de extracto, la
concentración del extracto y el tipo de solvente que se utilizó. Es de mencionar que
los mayores valores de liberación de CO2 se presentaron con los extractos etanólicos,
mientras que los menores valores se observaron en el control en casi todos los geno-
tipos (Figura 7). Además, las semillas tratadas con extractos etanólicos liberaron una
mayor cantidad de gramos de CO2 que el control y los extractos acuosos, indicando
con esto el inicio de una cascada de acontecimientos en el proceso enzimático que
culminan en un disturbio respiratorio. Se ha sugerido que el efecto sobre la respiración
es a través de la pérdida de la integridad de las membranas, como resultado de las
peroxidaciones de fosfolípidos inducido por radicales libres, simultáneamente con
la inhibición de la síntesis vegetal de antioxidantes naturales (Kunert et al., 1987).
Blanco (2006) señaló que para estudiar el efecto de los aleloquímicos sobre la res-
piración, normalmente se ensayan éstos sobre suspensiones mitocondriales. Entre
los compuestos fenólicos, el orden de mayor a menor actividad es: quinonas, flavo-
noides, cumarinas, ácidos fenólicos. Las quinonas sorgoleone y juglone son efectivos
inhibidores a muy baja concentración. Nuevamente el sorgoleone afecta el transporte
de los electrones, mientras que la juglona afecta la incorporación mitocondrial de
oxígeno. Flavonoides tales como la quercetina, naringenina y umbeliferona inhiben
la producción de ATP en la mitocondria por lo que hay un déficit en el desarrollo de
la planta.
324
Por otro lado, Zeng et al. (2001) reportaron que Aspergillus japonicus contiene un
compuesto alelopático llamado Ácido Secalónico que es capaz de incrementar la libera-
ción de radicales libres en la planta afectada, lo cual provoca que haya un decremento
en la capacidad de fotosíntesis y un aumento en la respiración que afecta el balance
energético de las células vegetales, por lo que hay una inhibición del crecimiento de
la planta. Esto coincide con los resultados de este trabajo, donde se observa que la
liberación de CO2 aumenta conforme las semillas se ven sometidas a condiciones que
afectaron su germinación y crecimiento en los bioensayos anteriores.
Figura 7. Gramos de
CO 2 liberados en la
respiración de seis
genotipos de sorgo
tratados con agua
destilada como con-
trol y con extractos
de barreta, coyotillo y
gobernadora durante
36 horas. Cada punto
es el promedio de tres
repeticiones más error
estándar.
325
tentes fueron Pampa Verde II y UR. Gemex 987 es el genotipo que presentó menor
peso seco de radícula y talluelo y mayor peso de endospermo, por lo que se estima
que hubo menor degradación del almidón al no ser utilizado completamente para su
crecimiento (Figura 8). Esto se podría deber al bajo porcentaje de germinación que
tuvo este genotipo en el primer bioensayo.
326
Conclusiones
Los extractos etanólicos tuvieron un mayor efecto inhibitorio sobre los genotipos
de sorgo. Los extractos de H. parvifolia mostraron un mayor efecto inhibitorio en
todos los genotipos. Los efectos alelopáticos de Karwinskia humboldtiana y Larrea
tridentata estuvieron sujetos al genotipo de sorgo al que fueron aplicados. El genotipo
más susceptible a los extractos utilizados en cualquier concentración y con los dos
tipos de extractos utilizados fueron Gemex 987 y Milenio. Los genotipos de sorgo
más resistentes a los tres orígenes de los extractos aplicados fueron Pampa Verde II
y UR en los cuatro bioensayos realizados.
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329
FUNGICIDAS DE ORIGEN VEGETAL Y SU
APLICACIÓN EN POSCOSECHA DE SEMILLAS
González-Solís LN
Laboratorio de Micología y Fitopatología. Departamento de Microbiología e Inmunología,
Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de Nuevo León, Pedro de Alba s/n,
Ciudad Universitaria, C.P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México. CP.
lydia_normagonzalez@hotmail.com
Resumen
L
a Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO), estima que a escala mundial se pierde el 5% de las cosechas de semillas,
señalando que las mermas poscosecha para África y Latinoamérica son del or-
den del 15 al 40%, afirma también que el uso prolongado y extensivo de fungicidas,
especialmente los de alta residualidad, ha conducido a un deterioro ambiental, motivo
por lo cual es importante reflexionar sobre las ventajas de buscar y utilizar productos
de origen natural, como son los extractos de plantas superiores, que ejercen su acción
a dosis bajas y se han convertido en una alternativa orgánica ya que son estables en
su acción, de baja o nula residualidad y a la vez biodegradables. Las zonas del noreste
de México han sido ampliamente estudiadas desde el punto de vista botánico y fito-
químico, en particular dos especies; la gobernadora Larrea tridentata (D.C.) Coville,
dominante en zonas áridas, y la barreta Helietta parvifolia Gray (Benth), dominante
en matorral submontano. Al investigarse la acción de los compuestos presentes en la
resina de Larrea tridentata se observó que presentan una potente acción fungicida in
vitro contra hongos que afectan semillas almacenadas. Por lo que respecta al aceite
esencial de Helietta parvifolia se comprobó que es un fungicida eficaz, inhibiendo
totalmente el crecimiento de ciertas especies de hongos que afectan semillas al-
macenadas sensibles a su acción, así como causando malformaciones anatómicas y
fisiológicas a otras que revelaron ser más resistentes; mostrando efectos óptimos al
ser aplicado por volatilidad y por contacto. Se ha demostrado claramente que éste es
un fungicida efectivo para el control de hongos de almacén aun bajo condiciones de
humedad relativa saturada, resultando tener mejor comportamiento que el fungicida
comercial Captán, contra el que fue comparado; por lo cual es factible su empleo en
la protección de semillas almacenadas a humedad relativa ambiente hasta por 40
semanas, así como, el empleo de los extractos y el follaje deshidratado a humedad
331
relativa saturada hasta por ocho semanas. Se recomienda su uso, en semillas desti-
nadas para siembra, por no afectar su germinación.
Introducción
332
plantas superiores, que ejercen su acción a dosis bajas, por lo que se han convertido
en una alternativa orgánica muy importante ya que son estables en su acción, de baja
o nula residualidad y a la vez biodegradables, por lo tanto, con un mínimo impacto
negativo sobre la salud humana y el medio ambiente (Barrera-Necha et al., 2008). Al
mismo tiempo, se propone que se puedan obtener bajo condiciones de tecnología
simple y su aplicación a nivel de campo sea accesible para los agricultores, sobre todo
para aquellos de escasos recursos económicos (Suquilanda, 1996).
Hernández-Lazurdo et al. (2007), indican que la Comisión Nacional para el Cono-
cimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) reporta que en México se encuentran
aproximadamente el 10% de las especies de plantas superiores del mundo y más
de un 40% de ellas son especies endémicas, motivo por el cual resulta conveniente
explorar el potencial de empleo de sus extractos para el control de enfermedades
vegetales.
Las zonas del noreste de México han sido ampliamente estudiadas desde el pun-
to de vista botánico y fitoquímico, analizando los ecosistemas para buscar en ellos
substancias naturales con efectos fungicidas que resuelvan problemas fitopatológicos
de interés agrícola, dentro de las cuales y entre otras, las zonas áridas representan
un gran potencial por guardar una riqueza basada no tanto en su densidad, sino
en su especialización biológica, donde la flora es el producto de miles de años de
adaptación fisiológica para su sobrevivencia, un caso típico de esto lo representa la
gobernadora Larrea tridentata (D.C.) Coville, especie dominante en las zonas áridas
del norte de México (Lira-Saldívar, 2003). Otra de las zonas estudiadas es el matorral
submontano dentro del cual se encuentra formando parte de la flora dominante la
barreta Helietta parvifolia Gray (Benth), arbusto originario del noreste de México
(Rzedowski, 1978).
Agricultura orgánica
333
compuestos toma una gran importancia en la protección de semillas almacenadas,
ya que si se logra poner a disposición de este tipo de campesinos como alternativa
de paquete tecnológico alternativo que incluya la obtención sencilla de extractos a
partir de plantas silvestres presentes en su ecosistema de trabajo, cuyas propiedades
pesticidas estén ya determinadas científicamente por una parte se estarán validando
técnicas agrícolas autóctonas ancestrales (no se puede negar, por la información ver-
nácula existente), y por otro lado, definitivamente se logrará abatir la falta de recur-
sos económicos para la compra de otro tipo de insumos, que a largo plazo ha traído
como ya se mencionó, una serie de disturbios ecológicos graves (Toledo et al., 1989;
Suquilanda, 1996; Altieri, 1999). Un ejemplo de lo anterior, lo reportan en Nigeria,
Poswal et al. (1992), quienes indicaron el uso por parte de pequeños productores de
métodos alternativos para el control de problemas de almacenaje de las cosechas,
entre los cuales se involucra el empleo de extractos vegetales, aceites esenciales y
ahumado entre otros.
Aspectos históricos del estudio del potencial fungicida de los metabolitos secun-
darios
Por lo que respecta al uso potencial de extractos y aceites esenciales vegetales como
fungicidas de fitopatógenos, se han hecho innumerables estudios para evaluar su
efectividad desde el año de 1959 cuando Maruzzella y Balter probaron 119 aceites
esenciales sobre 12 fitopatógenos entre ellos especies de Fusarium, Alternaria, Cla-
dosporium, Botrytis y Claviceps, un 80% de ellos inhibieron a Claviceps purpurea y
el 58% a Alternaria tenuis que mostró ser más resistente. Posteriormente, en 1963
Barnes reportó la propiedad fungicida de aceites esenciales sobre el hongo causan-
te de la roña del nogal causada por Fusicladium effusum, cuyos resultados in vitro
competían positivamente con los obtenidos por fungicidas comerciales. Fukuiy et al.
(1972, Citado por González-Solís, 2004) publican haber evaluado dos compuestos
tóxicos obtenidos de frutos inmaduros de Lupinus luteus (Leguminoseae) sobre un
grupo de 14 microorganismos, demostrando que presentan un elevado poder fun-
gicida. Asimismo Grant y Clebsch. (1975) y Feeney. (1976 en Gonzalez-Solis, 2004),
trabajaron con extractos de diferentes especies de la familia Compositae ricos en
terpenos, observando que actúan óptimamente como fungicidas.
Los estudios realizados sugieren que la actividad antifúngica de los metabolitos
vegetales secundarios es un fenómeno frecuente. De la información recabada por
Grainge y Ahmed en 1988 se desprende que existían hasta esa fecha alrededor de
400 plantas reportadas con propiedades para inhibir el desarrollo de 142 especies de
hongos fitopatógenos, clasificadas taxonómicamente dentro de 50 familias destacando
algunas de ellas como Asteraceae, Fabaceae y Brassicaceae. En México, Montes et al.
(2000), evaluaron 206 especies vegetales contra 26 especies de hongos fitopatógenos,
reportando que entre 32 y 51% de las plantas evaluadas interactuaban con los hongos
causando inhibición total de su actividad.
334
Naturaleza de los metabolitos secundarios con potencial fungicida y factores que
influyen en su producción
Los metabolitos pueden ser obtenidos de los diferentes órganos y tejidos vegetales
por diversos métodos y según sea el utilizado, el producto obtenido se caracteriza
como: aceite esencial, extractos crudos, acuosos y clorofórmicos; dentro de todos
estos se han encontrado metabolitos que presentan acción fungicida, dividiéndose
en dos grupos: aquellos que presentan un amplio rango de acción, y los de acción
específica, predominando estos últimos (Montes-Belmont, 1996).
En el grupo de aceites fungicidas están clasificados los aceites esenciales, carac-
terizándose por ser de origen vegetal, solubles en agua, aromáticos y constituidos
químicamente por mezclas de pequeñas moléculas orgánicas (a lo que deben su
volatilidad) de terpenos, aldehídos y ésteres, los que se obtienen por arrastre en
corriente de vapor de agua, encontrándose almacenados en órganos y estructuras
anatómicas muy diversas. El número y tipo de componentes, así como sus propor-
ciones, pueden experimentar importantes cambios dentro de una misma especie
botánica, sea por razones ecológicas (luz, temperatura, altitud), agronómicas (época
de corte, fertilización) o puramente genéticas (quimiotipos o variedades químicas)
(García Vallejo, 1988).
Se ha determinado también que la variabilidad cualitativa y cuantitativa de los meta-
bolitos, cambia en los diferentes órganos donde son producidos: raíz, tallo, hojas, flores
y fruto e inclusive pueden estar ausentes en uno o varios de ellos. Ejemplo de lo antes
mencionado es lo propuesto por Zangerl y Bazzaz en 1992, quienes indican que las con-
diciones ambientales pueden ser determinantes ya que la producción de un metabolito
puede ser alta en una estación del año y escasa en otra; tal es el caso por ejemplo de la
“gobernadora” Larrea tridentata planta típica del noreste de México de la cual Hurtado
et al. (1981), indican que disminuye la producción de alcaloides y los aceites esenciales
alelopáticos en el verano, como respuesta a las altas temperaturas. Svoboda et al. (1990),
en contraste, reportan los resultados sobre el análisis del aceite volátil obtenido a partir
de la Satureja hortensis (Ajedrea) creciendo durante la estación de verano en el oeste de
Escocia que fue comparado durante cuatro estaciones contrastantes mostrando que, sin
excepción, la calidad y cantidad del aceite producido fueron de un estándar aceptable.
Este grupo de investigadores estudiaron además el estado fenológico como factor de
influencia, determinando que el tiempo óptimo de cosecha para el rendimiento máximo
y buena cantidad de aceite se encontró desde el inicio hacia la mitad de la floración,
observándose que las condiciones secas y calientes no alteraron el contenido del aceite.
Los trabajos de Itieva (1990), con Salvia sclarea añaden a los factores antes citados la
influencia de la geografía, al estudiar tres diferentes regiones ecológicas de Bulgaria: (i)
Samokov (1050 m de altitud), (ii) Sofia-Vranya (550 m) y (iii) Kazanluk (380 m), llevándose
a cabo el monitoreo en diferentes fases del desarrollo de la planta, determinándose la
calidad y el rendimiento del aceite esencial; los resultados indican que el contenido del
aceite esencial fue superior (0.18-0.23%) en la estación de Kazanluk (380 m), mientras
que la calidad del aceite esencial (expresada como contenido de acetato de linalil) fue
superior (63-78%) en la estación de Samokov (1050 m de altitud).
335
Influencia de los factores botánicos y estacionales en la acción fungicida de los
aceites esenciales
Arras y Grella en 1992 realizaron una investigación sobre los cambios cualitativos y
cuantitativos del aceite esencial de Thymus capitatus creciendo silvestremente en la
región de Sardinia, cambios que fueron estudiados mensualmente por un período
de dos años (1987-1988). Los hongos sobre los que se realizaron las pruebas fueron
Penicillium italicum y Alternaria alternata, los resultados mostraron que la máxima
producción del aceite ocurrió en el mes de agosto ya sea que se usaran para su
obtención hojas, flores o residuos de infrutescencias; el aceite provocó un efecto
fungistático sobre P. italicum y fungicida a 400 ppm sobre A. alternata.
Dentro de los estudios efectuados a los aceites esenciales con potencial fungicida
se ha investigado su acción selectiva, como es el caso de lo publicado por Mwangi
et al. (1994), quienes probaron los aceites obtenidos de varias especies de Lippia sp
sobre Colletotrichum coffeanum, Fusarium solani, Cercospora spp y Aspergillus spp,
manifestando una fuerte actividad fungicida sobre Colletotrichum coffeanum.
La efectividad de los aceites esenciales vegetales ha sido comparada con la de
fungicidas comerciales tal fue el caso del aceite esencial obtenido de rizomas de
Curcuma longa a diferentes concentraciones sobre Aspergillus flavus, utilizando al
fungicida comercial Benlate como testigo, observando que se presentó una total in-
hibición del crecimiento del hongo a concentraciones de aceite de 0.025, 0.05 y 0.1%
en comparación con las mismas del fungicida comercial (Ishrat-Niaz et al. 1994).
336
partir del follaje de Cymbopogon martinii var. motia, de semillas de Pimpinella anisum
y raíces de Vetiveria zizanoides. Cuatro diluciones de dimetilsulfóxido (1:10, 1:100,
1:1000 y 1:10,000) fueron comparadas con el aceite puro; así como la ciclohexamida
y el hamicin fueron usados como fungicidas testigo. Los aceites puros de las tres
especies inhibieron el crecimiento de los patógenos de un 70 a 80%, comparado con
los testigos. Garg et al. (1991), probaron la actividad antifungal del aceite esencial de
Capillipedium foetidum obtenido de inflorescencias frescas y probado sobre Aspergillus
niger, A. fumigatus, A. flavus, A. candidus y A. ochraceus, la griseofulvina fue usada
como testigo al determinar la actividad antifungal del aceite que mostró excelente
actividad a una dilución baja de 1:200.
Singh (1992), investigó aceites esenciales extraídos de seis plantas con propieda-
des alelopáticas, de las cuales Callistemon citrinus, Eucalyptus tereticornis, Ageratum
conyzoides, y Ocimum kelmandescherium inhibieron el crecimiento de Aspergillus
flavus, A. niger, A. fumiqatus. A. terreus, A. parasiticus, Alternaria alternata, Fusarium
oxysporum, Colletotrichum truncatum y Helminthosporium turicum.
337
respectivamente. Los resultados mostraron que el eugenol al 0.1% provocó un halo
de inhibición sobre Sclerotium rolfsii, Rhizoctonia spp. y Alternaria alternata, el timol
inhibió a R. solani y S. rolfsii, el linalol inhibió el crecimiento de R. solani mientras
que el aceite de citronela inhibió a S. rolfsii, al igual que el geraniol para R. solani. S.
rolfsii, Fusariurn solani y Rhizoctonia spp. Garg y Siddiqui (1992) reportan los efectos
del cumaldehido aislado del aceite esencial de las semillas de Cuminuin cyminum; del
1-8-cineol aisaldo del aceite de los frutos de Luvunga scandens y del cariofileno y el
eugenol aislado a partir del aceite de las hojas de Ocimum sanctum sobre Alternaria
alternata, Aspergillus niger, Absidia glauca, Colletotrichum capsici, Fusariurn moni-
liforme, Helminthosporium oryzae, Phytophthora parasitica, Penicillium expansurn,
Pestalotia psidii. El concentrado y las diluciones del cumaldehido mostraron una
muy buena actividad al probarse contra A. niger, C. capsici, A. alternata, P. psidii, F.
monliforme y P. expansum comparado con la griseofulvina a 1000 ppm. El eugenol
presentó una actividad fuerte contra A. niger, C. capsici, F. moniliforme y P. psidii en
todas las diluciones. El cariofileno mostró una fuerte actividad antifungal contra A.
glauca en todas las diluciones. El 1, 8-cineol presentó una muy buena actividad contra
A. alternata y F. moniliforme y una actividad de buena a moderada contra el resto de
los hongos tratados. En un análisis químico y espectofotométrico del aceite esencial
de Cupressus sempervirens y de Algeria cypress llevado a cabo por Chanegriha et al.
(1994), reportan la identificación de 70 compuestos, entre los que predominan en
mayor cantidad el alfa-pineno, el delta-3-careno, el limoneno y el acetato de terpenilo;
su actividad antifungal contra Fusarium oxysporum fue investigada mostrando ser
inhibido por el alpha-pineno y el delta-3-careno, no mostrando actividad fungicida
el limoneno y el tacetato de terpenilo.
Extractos acuosos fueron investigados por Figueroa et al. (1995), quienes indican que
se probaron los extractos obtenidos de 58 especies de plantas sobre la germinación
de esporas, desarrollo del micelio y protección de granos de maíz contra Aspergillus
flavus. Los extractos que inhibieron la germinación de esporas fueron Chenopodium
album (80%), Ficus tecualensis (75%), Raphanus raphinastrum (80%) y Larrea divari-
338
cata (80%); se concluye que los extractos actúan eficientemente sobre los procesos
fisiológicos del hongo. Montes et al. en 1995, indica que se probaron los extractos de
52 especies de plantas para determinar su efecto sobre la germinación de esporas,
desarrollo micelial y protección de granos de maíz atacados por el hongo Aspergillus
flavus. El follaje de las plantas se secó y pulverizo; con los polvos se elaboraron ex-
tractos acuosos al 2%. Los resultados mostraron que se redujo la contaminación de
granos de maíz con Psidium guajava en un 23%, Rosmarinus officinalis en un 61%,
Coleus blumei en un 40.5%, Lantana camara en un 20% y Coffea arabica en un 43%,
se concluyó de esta investigación que la protección del grano se debió a la cobertura
del extracto.
Flores y Montes en 1999, en base a la poca eficacia mostrada por el fungicida
Captán en la protección de semilla comercial de sorgo contaminada con Fusarium
moniliforme probó el uso de extractos acuosos, alcohólicos y polvos obtenidos de
epazote, orégano, clavo, canela, tomillo, así como el bicarbonato de sodio, sobre
semillas contaminadas con el hongo para determinar su acción fungicida, dejando
como testigo al mismo Captán; observando que los mejores resultados fueron con
el polvo en la combinación clavo+bicarbonato de sodio.
339
aparecen al final del invierno o a principios de la primavera, pero pueden florecer en
cualquier momento después de una lluvia; crecen cerca de las terminaciones de los
retoños jóvenes como capullos solitarios con cinco pétalos. Los frutos son pequeños,
tienen una cubierta vellosa y contienen cinco semillas que se esparcen en primavera y
al principio del otoño por el viento y la lluvia (Shreve y Wiggins, 1964; Coyle y Roberts,
1975).
Los principales compuestos en la resina de L. tridentata reportados en la lite-
ratura son numerosos. Destacan por su mayor contenido en base al peso seco del
follaje los lignanos fenólicos, seguidos por las saponinas, flavonoides, aminoácidos y
minerales. El compuesto más importante que se encuentra en la resina de las células
cercanas a las capas epidermales superior e inferior de las hojas y tallos es el ácido
nordihidroguayarético (NDGA), uno de los antioxidantes mejor conocido (Seigler et
al., 1974). Químicamente se le ha descubierto como beta, gamadimetil-alfa, delta-
bis (3,4-dihidroxifenil) butano. Se ha determinado que este ácido tiene propiedades
como antioxidante, antiinflamatorio, citotóxico, antimicrobial e inhibidor de enzimas
(Mabry et al., 1977; Fernández et al., 1979; Brinkr, 1993).
Estudios interpoblacionales de L. tridentata realizados en el Desierto Sonorense
revelaron que las concentraciones de NDGA encontradas en la resina de sus hojas
varían en función de la latitud y de la época del año (Downum et al., 1988), así como
con factores ecológicos, ya que la concentración de NDGA puede reducirse por la
contaminación ambiental provocada por concentraciones elevadas de ozono (Gon-
zález-Coloma et al.,1988). También hay mas de 20 flavonoides metil aglyconas que
constituyen la otra mitad de la resina. Los posibles efectos de todos los diferentes
flavonoides y otros constituyentes son numerosos y variados. Los efectos combina-
dos de estos constituyentes apuntan hacia un sinergismo que amplia el efecto del
compuesto activo primario (NDGA), esto sugiere la ventaja de usar extracto de la
estructura entera (hoja/rama) en comparación con usar una preparación de NDGA
purificado o sintetizado.
En un estudio de Lira-Saldivar et al. (2002), se encontró que los extractos me-
tanólicos hidrosolubles de resina de L. tridentata colectados a diferentes latitudes
(paralelos 24, 25, 26, 27 y 28° ) en los Desiertos de Chihuahua y Sonora, mostraron
claramente una acción inhibidora sobre el crecimiento del hongo Fusarium oxysporum,
revelando un marcado efecto diferencial en relación con la región geográfica donde
se colectó el follaje de gobernadora, debido a que la mayor inhibición (90.3%) ocurrió
con extracto de latitudes sur del Desierto Sonorense. Estos resultados aluden que
las condiciones ecológicas donde se desarrollan los arbustos de esta planta tienen
un efecto en las características fisicoquímicas de la resina y consecuentemente en
su acción fungicida.
El efecto de la gobernadora también se ha estudiado sobre hongos de alma-
cén productores de aflatoxinas, tal es el caso de Aspergillus flavus y A. parasiticus.
Arispuro et al. (1997), encontraron que los mejores resultados se obtuvieron con el
extracto de Larrea a 500ppm obtenido con diclorometano, ya que inhibió en 92 y
86%, respectivamente el crecimiento de los hongos antes mencionados. En cambio,
el extracto metanólico tuvo poco efecto sobre el crecimiento de ambos patógenos.
340
II. “Barreta”, “barreto” o “palo blanco” Helietta parvifolia Gray (Benth). Planta de
la familia Rutaceae, es un arbusto originario del noreste de México, se presenta for-
mando parte de la flora dominante del matorral submontano citado por Rzedowsky,
encontrándose distribuida en la parte sur del estado de Texas a unos cuantos kilóme-
tros al este del Río Grande en los E.U.A., donde originalmente era muy abundante.
En México se reporta su presencia en las laderas o porciones bajas de la altiplanicie
y en las vertientes este y oeste de la parte norte de la Sierra Madre Oriental en los
estados de Hidalgo, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas y Nuevo León. En el estado
de Nuevo León donde esta planta en particular recibe el nombre común de barreta,
se localiza en las laderas de la Sierra Madre Oriental en los municipios de Monterrey,
Hualahuises, Santiago, Allende, Montemorelos, Rayones, Linares, General Terán,
General Bravo, China, Juárez, Cadereyta Jiménez, Los Ramones y Doctor González;
así como también, en las sierras de Lampazos, La Iguana, Minas Viejas, Del Fraile y
Las Minas y en las estribaciones orientales de Sierra de Picachos (Correl y Johnston,
1970; Rzedowski, 1978).
A nivel de laboratorio se han obtenido a través de destilación con arrastre por
vapor a partir de follaje dos tipos de extractos: el primero una solución acuosa y el
segundo, un aceite esencial concentrado.
El aceite esencial de las hojas de esta planta fue analizado por Domínguez et al.
(1971), quien reporta está compuesto por 12 constituyentes, entre los que destacan
el isosafrol, safrol, eugenol y el o-metil-eugenol. Chang et al. (1976), reportan después
de analizar extractos etéreos de hojas y ramas pequeñas la presencia de los alcaloides
heliparvifolina, o-dermetilptelina, flindersamina, isoflindersamina, furoquinolina y
tetraconazol.
Por su parte Graue y Rovalo (1982), reportan que la “barreta” ejerce dominancia en
número y biomasa en su comunidad debido a la liberación de sustancias alelopáticas
como las cumarinas, alcaloides del tipo de las furanoquinolinas y aceites esenciales al
suelo, que evitan la germinación de semillas ahí presentes. También reportan estudios
preliminares sobre su actividad microbicida, donde se destaca el poder inhibitorio
del aceite esencial probado in vitro sobre especies de hongos saprofitos del suelo,
en los que se presentó una inhibición de crecimiento total.
En el noreste de México los campesinos explotan los troncos de este arbusto en
la elaboración de estacas para cercas de alambre y para la construcción de casas, su
madera es bastante apreciada por su gran resistencia al deterioro fungoso, pudiendo
durar hasta más de 30 años en buenas condiciones (Tamez, 1984).
Arana (1982) y Solares (1982) evaluaron la toxicidad aguda del aceite esencial y
extractos acuosos obtenidos del follaje, al administrarlo por vía oral y por inyección
dérmica, utilizando pollos jóvenes, por un período de siete semanas. Los resultados
indicaron ausencia de síntomas especiales. El análisis histopatológico reveló no haber
alteraciones en los tejidos.
González-Solís (2004) evaluó la actividad fungicida de extractos obtenidos del
follaje, así como del follaje per se y su aplicación en la protección de semillas al-
macenadas, como una alternativa tecnológica en el desarrollo de una agricultura
orgánica. La metodología aplicada consistió inicialmente en llevar a cabo la colecta
341
del follaje de la planta en las laderas de la Sierra Madre Oriental. Los extractos (agua
de arrastre y aceite esencial) fueron obtenidos a través de destilación con arrastre
por vapor, implementándose modificaciones al sistema, para hacerlo accesible al
pequeño productor agrícola o aquel que desarrolla agricultura de subsistencia. Se
llevó a cabo un análisis fisicoquímico (pH y presión osmótica) a los extractos y me-
dios de cultivo para descartar un efecto inhibitorio fungoso indirecto. Los hongos de
almacén fueron aislados de semillas de maíz var. NL-V-S-2, frijol var. Delicias, sorgo
var. Melacero y trigo var. Monterrey 78-100. Se valuó in vitro sobre Aspergillus niger,
A. ochraceus, A. flavus, Penicillium sp., Rhizopus stolonifer y Fusarium oxysporum, el
efecto fungicida del aceite esencial por contacto y volatilidad; el efecto del agua de
arrastre por contacto; la actividad funguicida del aceite esencial extraído de follaje
colectado en: diferentes áreas geográficas y diferentes estaciones climáticas del año;
así como el obtenido bajo diferentes condiciones. Se evaluó in vivo sobre semillas
almacenadas de maíz var. NL-V-S-2, frijol var. Delicias, sorgo var. Melacero y trigo var.
Monterrey 78-100, la actividad fungicida del aceite esencial por volatilidad a humedad
relativa saturada y por contacto a dos niveles de humedad relativa; sobre semillas
de maíz var. NL-V-S-2 se determinó la dosis óptima del aceite esencial por contacto
a humedad relativa saturada; sobre semillas de maíz var. NL-V-S-2 se llevó a cabo un
estudio comparativo de la actividad fungicida por contacto del aceite esencial y el
fungicida comercial Captán a dos niveles de humedad relativa. La actividad fungicida
del agua de arrastre se evaluó in vivo empleando diferentes métodos de aplicación
sobre semillas de maíz var. NL-V-S-2 almacenadas a humedad relativa saturada; así
como el efecto del follaje deshidratado se evaluó in vivo sobre semillas de maíz var.
NL-V-S-2 almacenadas a humedad relativa ambiente. Se analizaron estadísticamente
los resultados mediante un arreglo factorial AXB con un diseño completamente al
azar y AXBXC con un diseño de bloques al azar, realizándose análisis de varianza y
comparación múltiple de medias de Tukey.
Los resultados indicaron que al modificarse el sistema de destilación empleando
el recipiente de lámina, o una olla de presión, se acortó el tiempo de la misma y au-
mentó el rendimiento de los extractos. Las pruebas fisicoquímicas indicaron que tanto
los extractos como los medios de cultivo están dentro de los niveles normales para
el crecimiento fungoso. Se aislaron los hongos de almacén: Penicillium sp., Rhizopus
stolonifer, Fusarium oxysporum, Aspergillus niger, A. ochraceus y A. flavus. En la eva-
luación de la actividad fungicida de los extractos vegetales in vitro sobre hongos que
afectan semillas en poscosecha, al determinarse el efecto fungicida del aceite esencial
por contacto y volatilidad los hongos sembrados directamente en placa presentaron
una inhibición total del crecimiento en las dos formas de acción. Al sembrarse por di-
fusión, Penicillium sp. y Rhizopus stolonifer presentan el mayor diámetro en el halo de
inhibición, Aspergillus ochraceus y A. flavus el menor. Al evaluarse el efecto del agua
de arrastre sobre el número de colonias en las especies tratadas; Aspergillus flavus
registró el menor número de colonias (84), mientras que Penicillum sp. el mayor con
178 colonias. En las especies del género Aspergillus se presentaron alteraciones en el
tiempo de crecimiento de la colonia y en la intensidad de esporulación, así como a nivel
microscópico cambios morfológicos. Después de analizarse estadísticamente la actividad
342
fungicida de los aceites esenciales extraídos de follaje colectado en diferentes áreas
geográficas, en diferentes estaciones climáticas del año, y bajo diferentes condiciones,
se observó que no hubo diferencias en su efecto, por lo que el origen de las plantas y
su manipulación en laboratorio no influyó sobre los resultados.
Por lo que respecta a la actividad fungicida del aceite esencial in vivo en la pro-
tección de semillas almacenadas, después de evaluarse la acción protectora del
aceite esencial volátil sobre semillas de maíz var. NL-V-S-2, frijol var. Delicias, trigo
var. Monterrey 78-100 y sorgo var. Melacero almacenadas a humedad relativa satu-
rada se observó que se presentaron diferencias estadísticamente significativas entre
tratamientos, obteniéndose 149,681 esporas de hongos de almacén por gramo en el
testigo, las que disminuyeron a 39,151 en las tratadas con el aceite esencial volátil.
Al determinar la dosis óptima del aceite esencial por contacto en la protección de
semillas de maíz almacenadas a humedad relativa saturada, se observó que el mayor
número de esporas se presentó en el testigo, disminuyendo gradualmente hasta el
tratamiento, al 25% que presentó el número mas bajo.
En el estudio comparativo de la actividad fungicida por contacto del aceite esencial
y el fungicida comercial Captán sobre semillas de maíz almacenadas a dos niveles de
humedad relativa se presentaron diferencias tanto entre los niveles de humedad
relativa, como entre los tratamientos aplicados: testigo, Captán, aceite esencial, pre-
sentándose en el testigo la mayor cantidad de esporas por gramo de semilla, mismas
que disminuyeron con la aplicación de Captán, para reducirse significativamente con
el aceite esencial. En la estimación de la actividad fungicida del agua de arrastre in vivo
sobre semillas de maíz empleando diferentes métodos de aplicación se presentaron
diferencias entre los tratamientos (testigo, dos bandas, dos círculos, tres círculos, papel
confeti), registrando el de papel confeti el menor número de esporas por gramo.
Al evaluarse in vivo la actividad fungicida del follaje deshidratado en diferentes
proporciones (1:1, 1:2, 1:3), sobre semillas de maíz almacenadas a humedad relativa
ambiente, se registró el mayor número de esporas por gramo en el testigo, disminu-
yendo conforme se incrementó la proporción del follaje, teniéndose el menor número
de esporas en la proporción 1:3. Al determinarse el efecto del aceite esencial por
contacto sobre semillas de maíz var. NL-V-S-2, frijol var. Delicias, trigo var. Monte-
rrey 78-100 y sorgo var. Melacero, almacenadas a dos niveles de humedad relativa
(saturada y ambiente), el mayor número de esporas se presentó en las semillas de
trigo testigo, número que se redujo en el tratamiento al aplicar el aceite; del mismo
modo se presentaron diferencias entre los niveles de humedad relativa, en donde el
trigo presentó la mayor cantidad de esporas por gramo en el tratamiento humedad
relativa saturada, disminuyendo a humedad relativa ambiente.
Conclusiones y perspectivas
Los estudios realizados a Larrea tridentata y Helietta parvifolia, plantas nativas del
noreste de México, revelan que existen evidencias claras del poder fungicida de sus
343
metabolitos secundarios. Al investigarse la acción de los compuestos presentes en
la resina de Larrea tridentata “gobernadora” se observó que presentan una potente
acción fungicida in vitro contra hongos que afectan semillas almacenadas; los estu-
dios in vivo ya sea bajo condiciones de invernadero o campo, son insuficientes, sin
embargo, sus resultados son consistentes al señalar un claro efecto inhibidor tanto de
los polvos como de los extractos de la resina obtenidos con diversos solventes. Por lo
que respecta al aceite esencial de Helietta parvifolia se comprobó que es un fungicida
eficaz, inhibiendo totalmente el crecimiento de ciertas especies de hongos que afec-
tan semillas almacenadas sensibles a su acción, así como causando malformaciones
anatómicas y fisiológicas a otras que revelaron ser más resistentes; mostrando efectos
óptimos al ser aplicado por volatilidad y por contacto. Se ha demostrado claramente
que éste es un fungicida efectivo para el control de hongos de almacén aun bajo con-
diciones de humedad relativa saturada, resultando tener mejor comportamiento que
el fungicida comercial Captán, contra el que fue comparado; por lo cual es factible
su empleo en la protección de semillas almacenadas a humedad relativa ambiente
hasta por 40 semanas, así como el empleo de los extractos y el follaje deshidratado a
humedad relativa saturada hasta por ocho semanas. Se recomienda su uso en semillas
destinadas para siembra, por no afectar su germinación.
Para el pequeño agricultor de las regiones donde se desarrollan estas plantas,
son un recurso de fácil obtención para el control de las pudriciones poscosecha de
semillas almacenadas, ya que la metodología empleada se puede implementar en
el campo, a un bajo costo y fácil adquisición, impulsando así el desarrollo de una
agricultura orgánica, tomando en cuenta el uso sustentable del recurso en apego a
la Normatividad vigente.
Referencias bibliográficas
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347
PLANTAS INSECTICIDAS:
INSECTICIDAS DE ORIGEN NATURAL
Oranday-Cárdenas Aa* Rivas-Morales Ca
a
Departamento de Química, Facultad de Ciencias Biológicas, UANL.
Ave. Pedro de Alba s/n, Cd. Universitaria, C. P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
*azucenaoranday@hotmail.com
Resumen
L
as plantas, en su ambiente natural y como parte de su metabolismo, producen
gran diversidad de compuestos orgánicos conocidos como metabolitos secun-
darios, que parecen no tener una influencia directa sobre su crecimiento y desa-
rrollo, pero que sin embargo han estado relacionados con los mecanismos evolutivos
y de adaptación para su sobrevivencia. El reconocimiento de las propiedades de los
metabolitos secundarios ha llevado a clasificarlos de acuerdo al tipo de organismos
sobre los que actúan, o bien, a las aplicaciones que de ellos se dan, tales como antibió-
ticos, fungicidas, herbicidas, nematicidas, rodenticidas e insecticidas y/o plaguicidas.
Más de 2,000 especies de plantas de más de 170 familias tienen cierto valor para
matar insectos. El control de plagas y enfermedades tanto en el sector salud como en
el agropecuario se ha dado mediante la utilización de productos químicos sintéticos,
cuyo uso continuo e indiscriminado ha desarrollado efectos colaterales dentro de los
que destacan el impacto negativo sobre el medio ambiente, mediante la acumulación
por bioconcentración y el desarrollo de resistencia a ciertos insecticidas. La utilización
de extractos vegetales para el control de plagas tiene la ventaja de no provocar con-
taminación debido a que estas substancias son degradadas rápidamente en el medio
(Cooperación, 1991). El uso de éstos no es nuevo ya que se emplean desde antes de la
Segunda Guerra Mundial, sin embargo, éstos fueron remplazados por la introducción
de compuestos químicos como el DDT y otros compuestos organoclorados, debido a
que eran más tóxicos, mas baratos y más persistentes en el ambiente, ventajas que
en la actualidad se han revertido, ya que los efectos colaterales de su uso han gene-
rado, por un lado, resistencia en los organismo hacia ciertos insecticidas y, además,
daños ambientales irreversibles. Ante esta situación es imprescindible encontrar y
promover alternativas ambientalmente sanas para su control.
349
Introducción
Los insectos forman parte inevitable de nuestro entorno, existen unas 950,000 espe-
cies descritas y la cifra de insectos por descubrir se calcula entre 6 y 10 millones, con
lo que, podrían representar más del 90% de las formas de vida del planeta.
Aunque la mayoría son inocuos y otros aportan beneficios para el hombre, como
los que nos proveen miel, en este capítulo nos referiremos a aquellos que son perju-
diciales por ser transmisores de enfermedades; entre éstos, los insectos hematófagos
son vectores de enfermedades infecciosas graves para el ser humano, tales como el
paludismo (transmitida por los mosquitos del género Anopheles), la enfermedad de
Chagas (transmitida por Triatominos redúvidos), la enfermedad del sueño o tripano-
somiasis africana (cuyo vector es la mosca tse-tse), la fiebre amarilla y el dengue (el
mosquito Aedes aegypti), tifus (transmitido por piojos, pulgas y garrapatas), peste
bubónica (pulgas de las ratas), leishmaniasis (mosquitos Phlebotomus), filariasis y
elefantiasis (mosquitos Anopheles, Culex, Stegomyia, Mansonia).
Para el control de los insectos se han utilizado tanto métodos físicos (tempe-
ratura, luz, etc.), químicos (compuestos especiales) y biológicos (organismos vivos
para controlar la plaga). Otro tipo de control es aquel en el que se utilizan productos
naturales, que tienen la ventaja de no producir resistencia como en el caso de los
compuestos químicos y que no dañan el ecosistema. El conocimiento empírico de
plantas útiles para combatir plagas de insectos es utilizado por diversas civilizaciones
en diferentes partes del mundo desde hace mucho tiempo; por ejemplo, las hojas del
árbol nativo de la India, Neem (Azadirachta indica), han sido usadas en éste y países
cercanos para el control de insectos en infestaciones con granos comestibles, desde
1,500 años a. C. y todavía en el 2009 hay estudios sobre la actividad insecticida de
esta planta, las flores de Pyrethrum (Chrysanthemum cinerariifolium), originaria de
China, han sido usadas desde la antiguedad para este fin, de este género derivan los
piretroides, insecticidas sintéticos utilizados actualmente. Las propiedades del tabaco
(Nicotiana tabacum) como insecticidas fueron utilizadas por los indios americanos, y
en Europa se empezaron a usar en las granjas desde el siglo XVII.
Se estima que en el mundo existen poco más de 700,000 especies de plantas, dis-
tribuidas, la mayoría de ellas, en los trópicos; sin embargo, se calcula también que
solamente 10% de ellas han sido evaluadas en la búsqueda de actividad biológica de
sus metabolitos (Harvey, 2000). Estos metabolitos, y sus propiedades químicas, se
han investigado ampliamente desde mediados del siglo XIX (Croteau et al., 2000).
Más de 2,000 especies de plantas de más de 170 familias tienen cierto valor para
matar insectos. Y de acuerdo a Harborne (1977), se conocen unos 30,000 compues-
tos de metabolitos secundarios de los 400,000 potenciales que pueden existir. Este
mismo autor ha recopilado una cifra cercana a los 3,000 compuestos naturales de
origen vegetal y con actividad biológica.
350
Los mecanismos de defensa en plantas son muy variados y complejos, ya que la
ausencia de un mecanismo inmunológico como el que se presenta en los animales,
que les permita resistir el ataque de patógenos, las ha llevado a desarrollar estrategias
de defensa diversificadas (Verporte, 2000). Por un lado, se presentan las defensas
estructurales o constitutivas, que corresponden a barreras físicas como epidermis
especializada, espinas y otras características morfológicas. Por otra parte, se pre-
sentan las defensas inducidas por factores externos o defensas metabólicas, que
corresponden a un sistema complejo que parte desde una señal química o elicitor que
desencadena la producción de enzimas del metabolismo secundario, y cuyo resultado
final sería la síntesis de compuestos con propiedades insecticidas, los cuales afectan,
además de a los patógenos, a los consumidores de las plantas y a sus enemigos na-
turales (Langenheim, 1994).
Los compuestos responsables de conferir alguna propiedad a los extractos ve-
getales rara vez se encuentran aislados, y más bien, son una mezcla de compuestos
que pueden afectar diferencialmente a los parásitos y patógenos en determinadas
concentraciones y proporciones (Espinosa-García, 2001).
Se ha observado que la diversidad química en las poblaciones de plantas mues-
tra un efecto selectivo hacia herbívoros, actuando como una defensa multifacética.
En respuesta a esta selectividad el conjunto de herbívoros que ataca a una planta
puede ser determinante en la promoción o mantenimiento de la diversidad química
dentro de una población de plantas. Esto es evidenciado al detectarse diferencias
en la composición química de los alcaloides de una planta creciendo en localidades
donde predomina uno u otro insecto plaga (Vrieling et al., 1991).
Otros factores que influyen sobre el contenido y características de los metabolitos
es el clima. Levin y York (1978) sugieren que la mayor concentración de alcaloides en
el follaje de las plantas se presenta en las de regiones tropicales bajas en compara-
ción con las de regiones subtropicales y templadas. En este sentido, Macias y Galindo
(2001) observaron que los ecosistemas desérticos o semidesérticos son los sitios más
adecuados para el desarrollo de especies vegetales aromáticas cuyo aroma se acentúa
conforme las condiciones se vuelven más aridas.
Por otra parte, el sitio de producción de metabolitos en la planta muestra varia-
ciones, en algunos casos pueden producirse en toda la planta, o bien, puede mostrar
selectividad entre órganos. Se ha observado que la mayoría de los terpenoides tiende
a concentrarse en los órganos reproductivos y que, de acuerdo con Zangerl y Bazzaz
(1992), este comportamiento esta relacionado con el proceso evolutivo de las plantas.
También se ha observado que la producción de los metabolitos es cíclica —e incluso
diaria— y esto ha sido demostrado por Macias y Galindo (2001) quienes observaron
que el alcaloide perlonina en la especie Festuca arundinacea Schreb tiene una mayor
producción en julio y agosto, relacionándose además con la época de mayor actividad
de los patógenos o parásitos.
351
Antecedentes históricos del uso de las plantas en el control de insectos
353
fueron usadas por poblaciones nativas de países tropicales como tratamiento contra
infecciones de insectos, parásitos y algunas otras plagas.
Las piretrinas son una mezcla de compuestos orgánicos con propiedades in-
secticidas que se encuentran de modo natural en las flores de plantas del género
Chrysanthemum (denominado piretro o pelitre), y cuyo rendimiento alcanza hasta
20-25% del extracto seco de estas flores.
Durante cerca de 30 años los químicos suizos Staudinger y Ruzicka (según Brannam
et al., 1970) descubrieron insecticidas en las flores del piretro. En 1924 anunciaron
dos compuestos: Piretrina I y Piretrina II. Forge (según Brannam et al., 1970) y sus
colaboradores del USDA volvieron a examinar el piretro en 1934 y descubrieron otros
dos ésteres insecticidas en las flores; los llamaron cinerin I y cinerin II.
La actividad insecticida se debe a su acción sobre la bomba de sodio de las neuro-
nas. Mediante un proceso fisicoquímico estas moléculas inhiben el cierre del canal de
sodio de la membrana celular, de manera que producen una transmisión continua del
impulso nervioso (Narahashi, 1971). Las consecuencias de esta transmisión continua
son los temblores, la parálisis muscular (llamado “efecto derribo” o “knock-down”,
característico de las piretrinas II) y, eventualmente, la muerte (específica de las pire-
trinas I). Esta actividad insecticida, que afecta especialmente a los insectos voladores,
depende de la estructura química (Casida, 1980; Elliot 1970, 1976). La incorporación
de las moléculas de piretrinas a un organismo animal (incluido el humano) puede
realizarse por vía dérmica, pulmonar y gástrica.
Uno de los derivados vegetales de carácter insecticida que más uso tiene es el
pelitre, especialmente como insecticida doméstico, a pesar de su alto costo y su sus-
ceptibilidad a la fotodescomposición. Las piretrinas derivadas del pelitre continúan
siendo un insecticida económicamente prominente a causa de su baja toxicidad oral
para los mamíferos NAS (1978). Actualmente se considera como planta productora
de extracto de pelitre, principalmente a Chrysanthemum cinerariaefolium (Visiani),
además de otras especies.
Se ha observado que los Principios Activos derivados de plantas actúan de una ma-
nera lenta y gradual a diferencia del efecto fulminante que provocan los insecticidas
sintéticos. Esta característica es considerada una desventaja de los plaguicidas na-
turales, ya que las poblaciones de insectos plaga tratados con insecticidas naturales
no disminuyen rápidamente, (Munch, 1988).
De acuerdo con Solorzano (1993), los efectos que causan los insecticidas naturales
son principalmente fisiológicos y se han podido distinguir los siguientes: a) repelencia
en larvas y adultos; b) suspensión de alimentación; c) reducción de la movilidad del
intestino; d) impedimento de la formación de quitina; e) bloqueo de la muda en ninfas
y larvas; f) impedimento del desarrollo; g) impedimento del crecimiento; h) toxicidad en
larvas y adultos; i) interferencia en la comunicación sexual en la cópula; j) suspensión
de la ovoposición y k) esterilización de adultos.
354
El efecto de un plaguicida vegetal, así como el contenido de sus ingredientes
activos, depende de algunos factores; la especie y variedad de la planta, época de
recolección, influencia del ambiente (clima, suelo, enfermedades), parte cosechada
de la planta, forma de preparación, forma de extracción y aplicación del plaguicida.
Comúnmente no se conoce el modo exacto de aplicación de los plaguicidas vegetales,
razón por la que se debe mantener una experimentación constante; es necesario
también recopilar y anotar todos los datos y resultados obtenidos (Girón y Cáceres,
1994).
Desde hace cientos de años los agricultores han combatido a los insectos y aceptan el
hecho de que éstos consumen y destruyen cierta cantidad de sus semillas, ya sean para
comercialización, alimentación o siembra para la próxima temporada. Los métodos
de control utilizados son de naturalezas muy diversas, encontrándose alternativas
como el control físico, químico y biológico, entre otros. La protección de semillas
constituye uno de los permanentes desafíos para los profesionales e investigadores
que trabajan en la protección vegetal y aún más si no se cuenta con la herramienta
más recurrida (para bien o para mal), que son los insecticidas de origen sintético.
Sin embargo, existe una serie de métodos naturales de control que permiten obte-
ner niveles satisfactorios de protección a los cuales se puede recurrir cuando, por
ejemplo, se trata de un sistema orgánico de producción. En el presente manuscrito
se hará una revisión de algunos de estos métodos que son susceptibles de utilizar
y que, bien aplicados, sin lugar a dudas producirán una adecuada protección de los
granos almacenados.
El uso de polvos vegetales es una técnica recuperada de la agricultura de subsis-
tencia de países principalmente de Africa y América Central (Lagunes y Rodríguez,
1989). Según Rodríguez (2000), las plantas que tradicionalmente se han utilizado
en graneros rústicos para evitar el daño del grano por insectos son; cebolla (Allium
cepa), ajo (Allium sativum), neem (Azadirachta indica), ají o chile (Capsicum spp),
cedro (Cedrela spp), Croton spp, colorín (Erythrina americana), eucalipto (Eucalyptus
globulus), paraíso (Melia azedarach), menta (Mentha spicata), tabaco (Nicotiana
tabacum) hierba santa (Piper auritum), homeoquelite (Piper sanctum), saúco (Sam-
bucus mexicana), jaboncillo (Sapindus spp) y ramatinaja (Trichilia havanensis). Sin
lugar a dudas este es un método de control que ha tenido una segunda época, pues
se podría decir que ya está quedando atrás el tiempo en que hablar de insecticidas
vegetales se limitaba al uso de piretro (Tanacetum cineraeifolium), tabaco (Nicotiana
tabacum) y rotenona (Derris spp) entre otros, ya que hoy en día en varios lugares del
mundo hay grupos de investigación trabajando en la búsqueda de nuevas plantas
con propiedades insecticidas. La mayoría de las especies de plantas que se utilizan
en la protección vegetal, exhiben un efecto insectistático más que insecticida (Silva
et al. 2002). Es decir, inhiben el desarrollo normal de los insectos. Sin embargo, no se
puede olvidar que algunas sustancias vegetales sí provocan un efecto insecticida como
355
sucede con las piretrinas, la nicotina o la rotenona (Izuru,1970). Según Coats (1994),
los compuestos naturales tienen un efecto protector que principalmente se debe a
repelencia, disuasivo de la alimentación u oviposición y regulador de crecimiento.
Además, Metcalf y Metcalf (1992) también señalan el efecto confusor o disruptor.
Por lo tanto, debemos considerar a todos aquellos compuestos que sabemos que su
efecto es insectistático como preventivos más que como curativos (Rodríguez, 1993).
Un ejemplo de lo último lo encontramos en el caso de los granos almacenados en
donde una vez que el insecto ya penetró el grano, cualquier polvo vegetal de probada
eficacia protectora no tendrá efecto (Lagunes, 1994).
Cuevas (2006) por su acción contra el gorgojo del maíz Sitophilus zeamais (Mots.),
observó que las plantas de chicalote Argemone sp. y valeriana Valeriana officinalis
provocan el 98.9% de mortalidad, 0% de emergencias de la primera generación y 0%
de daño al grano: se incluye también la ruda Ruta graveolens con 43.3%, 0% y 0%.
Como material diverso la cal causó 100%, 0% y 0% respectivamente. Para el gorgojo
del frijol Zabrotes subfasciatus (Boh.) el chicalote originó 98.7% de mortalidad, 0%
de emergencias y 0% de daño; en tanto que la cal 100%, 0% y 0%. Finalmente, se
redujeron las poblaciones del gorgojo del garbanzo Callosobruchus maculatus (Fab.)
con el chicalote, induciendo el 26.2% de mortalidad y 0% tanto de emergencias como
de daño al grano (Tabla 1).
En la Tabla 1 se muestran las plantas y materiales diversos evaluados en los
bioensayos, así como la parte usada y su formulación. Las especies de insectos de
granos almacenados sobre los que se evaluaron estos materiales son el gorgojo del
maíz Sitophilus zeamais (Coleoptera:Curculionidae), gorgojo del frijol Zabrotes subfas-
ciatus (Coleoptera:Bruchidae) y el gorgojo del garbanzo Callosobruchus maculatus
(Coleoptera:Bruchidae).
Zapatito de
Amaranthus hybridus Amaranthaceae Hoja Polvo
la virgen
356
Eichhorrnia crassipes Pontederiaceae Lirio acuático Planta entera Polvo
Corteza y
Enterolobium cyclocarpum Leguminosae Parota Polvo
hoja
Tripas de
Cuscuta tintorea Convolvulaceae Tallo Polvo
judas
Hierba del
Estilingia celayensis Euphorbiaceae Hoja Polvo
sapo
Lirio ter-
Iris sp. Iridiaceae Hoja Polvo
restre
357
Quita
Solanum sp. Solanaceae Fruto Polvo
manteca
Hoja
Xanthosoma robustum Araceae Hoja Polvo
elegante
Las hojas de neem han sido utilizadas de diferentes maneras, para controlar
insectos de almacén. Por ejemplo, mezclando de 2 a 3 kg de hojas secas de neem
por cada 100 kg de grano. También, mezclando barro y una pasta hecha con hojas
de neem; para construir recipientes para almacenar el grano. Algunos agricultores
indopakistanos remojan sacos durante la noche en 100 litros de agua que contiene
de 2 a 10 kg de hojas de neem, luego los ponen a secar y, finalmente, los llenan con
el grano (Ahmed y Grainge, 1986).
Jortwani y Srivastava (1985) probaron semillas de neem contra plagas de granos
almacenados. El polvo de semilla se mezcló con grano de trigo en una proporción de
1 a 2% (peso/peso) proporcionando protección satisfactoria contra Sitophilus oryzae,
Rhyzopertha dominica y Trogoderma granarium, por 270, 310 y 380 días, respecti-
vamente. Pruebas posteriores de germinación con semillas tratadas no mostraron
efectos negativos por el tratamiento. Jacobson (1986) estudiando el efecto de neem
contra artrópodos y nematodos encontró inhibición de la alimentación en Rhyzoper-
tha dominica, S. granarius y S. zeamais; inhibición de la alimentación y toxicidad en
S. oryzae, T. confusum y toxicidad en T. castaneum.
Existen varios reportes sobre el efecto antialimentario de derivados del neem sobre
insectos de granos almacenados. El polvo de semilla de neem mezclado con grano de
trigo al 1 y 2% lo protegió de daño de S. oryzae, R. dominica y Trogoderma granarium
por 9, 11 y 13 meses, respectivamente (Otwani, citado por Saxena et al., 1988).
Ali et al., (1983) reportan el uso de aceites vegetales contra Callosobruchus chi-
nensis. Estos aceites, diluidos en un solvente orgánico y aplicados en dosis de 0.5 y
1.0 ml por 100 g de grano produjeron mortalidades sólo en adultos. Las especies de
plantas utilizadas en este estudio fueron: neem Azadirachta indica, coco cocos nuci-
fera, sésamo sesamum orientale, palma Elaeis guineensis, rábano Raphanus sativus.,
mostaza Brassica sp. Los aceites fueron adquiridos en el mercado local.
En experimentos de laboratorio donde se colocó maíz rojo en frascos de vidrio
tratados con neem, los tratamientos provocaron efecto repelente contra Tribolium
confusum y Sitophilus zeamais. De manera general, el efecto del aceite de neem y el
polvo de semilla se incrementaron a altas concentraciones, pero la diferencia entre
ellas no fue significativa en los insectos probados. Hubo un decremento en el número
358
de adultos emergente de T. confusum, lo cual probablemente se debió a la mortalidad
de las larvas, causada por el tratamiento de neem (Akou-Edi, 1983).
Cortez et al., (1989) probaron extractos con agua, etanol, metanol, hexano y
benceno, en relación 1:100 (planta:solvente), de siete plantas silvestres de Sonora,
para controlar a R. dominica en trigo. Concluyeron que los extractos acuosos de palo
loco, higuerilla y estafiate fueron los mejores.
En estudios recientes Cortez et al. (1991), evaluaron el efecto antagónico de 10 plan-
tas silvestres contra el gorgojo pinto del frijol Zabrotes subfasciatus, y el gorgojo pardo
del frijol Acanthoscelides obtectus. Las plantas fueron guayabilla Salpianthus macrodon-
thus, hediondilla Larrea tridentata, cardo amarillo Argemone mexicana, atriplex Atriplex
elegans, cardo blanco Argemone platyceras, toloache Datura atramonium, palo loco
Nicotiana glauca, higuerilla Ricinus communis, batamote Baccharia glutinosa y hierba
ceniza Senecio longilobus. Se hicieron macerados e infusiones al 5 y 10%, los polvos se
aplicaron al 1 y 5%. Se evaluaron porcentajes de mortalidad, emergencia de nuevos
insectos adultos, porcentajes de oviposicióny porcentaje de germinación. El extracto
de batamote al 5% presentó la mortalidad más alta para Z. subfasciatus, que fue de
15.6%. El frijol tratado con extractos de hediondilla fue más susceptible al ataque de
este insecto, mientras que las tratadas con extractos de cardo amarillo, toloache y palo
loco repelieron más al insecto; efecto que se reflejó en el porcentaje de oviposición.
Por otro lado, se encontró que todos los polvos aplicados al frijol causaron 100% de
mortalidad en A. obtectus en ambas dosis aplicadas (Tabla 2).
359
Polvo de hojas inhibe la alimentación de ar-
trópodos y nemátodos Rhyzopertha dominica, S.
granarius y S. zeamais
Azadirachta indica
Jacobson (1986)
“neem” Polvo de hojas inhiben la alimentación y provocan
toxicidad en S. oryzae, T. confusum
Azadirachta indica
“neem”
cocos nucifera
“coco”
sesamum orientalis
Aceite vegetal, dosis de 0.5 y 1.0 ml por 100 g de
“sésamo”
grano produjeron mortalidades sólo en adultos Ali et al., (1983)
Elaeis guinensis
contra Callosobruchus chinensis.
“palma”
Raphanus sativus
“rábano”
Brassica sp.
“mostaza”
“Palo loco”
Extractos acuosos controlaron a R. dominica en Cortez et al.,
“Higuerilla”
trigo (1989)
“Estafiate”
360
Salpianthus macrodonthus
“guayabilla”
Larrea tridentata Macerados e infusiones al 5 y 10%, y polvos al 1
“hediondilla” y 5% se aplicaron sobre Gorgojo pinto del frijol
Argemone mexicana Zabrotes subfasciatus, y el gorgojo pardo del frijol
“cardo amarillo” Acanthoscelides obtectus
Atriplex elegans
“atriplex” El extracto de batamote al 5% presentó la mor-
Argemone platycera talidad más alta para Z. subfasciatus, que fue de
“cardo blanco” 15.6%. Cortez et al .,
Datura stramonium (1991)
“toloache” El frijol tratado con extractos de hediondilla fue
Nicotiana glauca más susceptible al ataque de este insecto, mien-
“palo loco” tras que las tratadas con extractos de cardo
Ricinus communis amarillo, toloache y palo loco repelieron más al
“higuerilla” insecto; efecto que se reflejó en el porcentaje de
Baccharia glutinosa oviposición. Los polvos aplicados al frijol causaron
“batamote” 100% de mortalidad en A. obtectus.
Senecio longilobus
“hierba ceniza”
Amaranthus hybridus
Hoja
(Amaranthaceae)
Argemone mexicana
Semilla
(Papaveraceae)
Asclepias glaberrima
Completa
(Asclepiadaceae)
Crescentia alata Cubierta externa del fruto y
(Bignoniaceae) fruto completo de
Cuscuta tinctorea Tallo
Eichhornia crassipes Raíz
Estilingia celayensis Hojas
Gorgojo Cuevas et al.,
Euphorbia pulcherrima Hojas Sitophilus (1989)
zeamais
Hedera sp. Hojas
Ipomoea muricoides Hojas
Iris sp. Hojas
Monstera deliciosa Hojas
Syngonium podophyllum Hojas
Xanthosoma robustum Hoja y tallo
Phytolaca octandra Fruto
Pyracantha coccínea Fruto
Solanum amazonicum Hoja
Solanum sp. Fruto
Ortega y
gnaphalium inortatum Costales impregnados con dosis del 10% presen-
Rodríguez,
“gordolobo” taron menor infestación
(1991)
361
Productos naturales activos contra insectos vectores de enfermedades para el ser
humano
En esta sección se presenta información sobre productos naturales que han resultado
activos contra insectos que son vectores de enfermedades para el ser humano, en
particular nos referimos a Aedes aegypti (Figura 1 y Tabla 4) que produce el dengue y
fiebre amarilla, a Culex pipiens (Figura 2 y Tabla 5) vector de encefalitis y otras enfer-
medades y a Periplaneta americana (Figura 3 y Tabla 6) que son factor determinante
para la diseminación de diversas enfermedades.
Se presenta información sobre los insectos y las enfermedades que trasmiten,
así como tablas resumidas para cada uno de los insectos, indicando las especies de
plantas estudiadas por nuestro grupo de trabajo e investigadores de diferentes partes
del mundo incluyéndose además, la familia, origen, compuestos activos, método de
evaluación de la actividad biológica y dosis efectiva. Estos estudios son importantes
ya que los datos que publican en años recientes la Organización Mundial de la Salud
(OMS) y la Organización Panamericana de La Salud (OPS) indican la alta incidencia de
las enfermedades trasmitidas por estos insectos de ahí la relevancia de contar con
métodos de control biológicos efectivos y seguros.
Aedes aegypti
362
En 1906, Brancoft encontró que el mosquito Aedes aegypti participaba como el vector
del Dengue; se sabe que actualmente es el principal vector de esta enfermedad en
América. El mosquito es una especie diseminada por el hombre, con el transporte
ya sea de sus huevos, larvas o adultos, puede ser portador del virus del dengue, de
la fiebre amarilla, así como de otras enfermedades. La OMS considera al dengue
como la segunda infección re-emergente más importante entre las enfermedades
tropicales y como una de las principales enfermedades virales transmitidas al hom-
bre por artrópodos, ya que la prevalencia del dengue ha crecido dramáticamente en
décadas recientes. La OMS indica que ésta enfermedad es endémica en más de 100
países en África, América, en el este del Mediterráneo, sureste de Asia y en el oeste
del Pacífico (CDC, 2005).
La Organización Panamericana de Salud señala que en Centroamérica y México,
en el periodo 2001–2007, se reportaron 545,049 casos de dengue clásico (12,5% del
total de dengue reportado en las Américas), 35,746 casos de dengue hemorrágicos y
209 defunciones. Honduras, México y Costa Rica notificaron el número más alto de
casos en este período.
En 2008, Centroamérica y México reportaron 157,933 casos de dengue, siendo
9,347 casos de dengue hemorrágico y 39 defunciones. Los países con más altas tasas
de incidencia por cada 100,000 habitantes fueron: 288.0 en Honduras, 255.2 en Costa
Rica y 108.5 en México. En lo que va del 2009, se han reportado 4,639 casos de dengue
en todo el Caribe, incluido 304 casos de dengue hemorrágico y 3 defunciones (OPS,
2009).
Culex pipiens
Los mosquitos del grupo Culex pipiens Linnaeus,1758 (Diptera: Culicidae), pertenecen
a un género de mosquito hematófago, del cual muchas de las especies actúan como
vectores para importantes enfermedades, tales como el Virus del Nilo Occidental,
filariasis, encefalitis etc., aunque según el consenso en taxonomía se ha promovido
el uso del nombre Culex pipiens quinquefasciatus por el momento se acepta que se
continúe utilizando “Culex pipiens” (Culex, 2009).
363
El mosquito adulto puede medir de 4 -10 mm (0.16-0.4 in.), y morfológicamente
se compone de una cabeza y abdomen. Posee además alas, las cuales lo habilitan
para volar, un factor importante en la capacidad del artrópodo para transmitir enfer-
medades. Los miembros de este grupo se distribuyen a lo largo y ancho del planeta,
abunda principalmente en América y África tropical, Medio y Lejano Oriente, sur de
Asia, Nueva Guinea, Australia y al sur de Estados Unidos (Salazar y Moncada, 2004).
El reservorio del virus, de la fiebre del Nilo Occidental, enfermedad actualmente
emergente en Norteamérica, como en otros muchos casos, se encuentra en las aves.
El comportamiento picador (trófico) de estas especies es muy variable, habiendo cepas
del mosquito que pican a las aves y a los mamíferos, el virus del Nilo Occidental es un
virus que puede causar diversas patologías que van desde fiebre hasta complicaciones
mucho más serias como la encefalitis y la meningitis. Este virus crece y se propaga de
un ave a otra a través de mosquitos infectados. Si los mosquitos infectados con el virus
pican a los caballos o a los humanos, el animal o la persona pueden enfermarse.
En los Estados Unidos se presentó por primera vez en Nueva York durante el verano
de 1999. Desde entonces se ha diseminado a lo largo de la mayor parte del territorio
continental de los Estados Unidos. No se sabe cómo entró a los Estados Unidos, sin
embargo este proceso ocurre de manera natural en Europa, África y Asia desde al
menos la primera parte del siglo XX (Fonseca et al., 2004).
En cuanto a la encefalitis de San Luis, también trasmitida por Culex pipiens, se ha
reportado que interacciones complejas entre el medio ambiente y factores biológi-
cos influyen en la susceptibilidad del mosquito quinquefasciatus y pueden afectar la
epidemiología de la transmisión del virus (Richards et al., 2009).
Los métodos de control que se han utilizado para erradicar este vector incluyen:
Saneamiento del medio, control químico, control biológico y control integrado.
El control de mosquitos no es tan fácil, debido a que ciertas especies presentan
resistencia a algunos insecticidas convencionales que además dañan el ambiente
cuando son utilizados indiscriminadamente, requiriéndose de métodos alternativos
de control (Perich et al., 1995). Estudios realizados en especies de mosquitos de la
familia Culicidae han demostrado que productos extraídos de plantas tienen un gran
potencial para ser utilizados como control alternativo (Bautista, 1996; García, 2000).
Persea americana (Miller) (Lauraceae) es nativa y cultivada ampliamente en América
Central. En México esta planta (aguacate) es abundante y se desarrolla con facilidad
y se utiliza contra parásitos (Sauer, 1993).
Periplaneta americana
364
Figura 3. Periplaneta americana
Patógeno Enfermedad
Bacterias
Alcaligenes faecalis Gastroenteritis, infección de heridas, vías urinarias
Bacillus subtilis Conjuntivitis, contaminación de comidas
Campylobacter jejuni Enteritis
Escherichia coli Diarrea, Infección de heridas
Klebsiella pneumoniae Neumonía, Infecciones en vías urinarias
Salmonella bredeney Gastroenteritis, Contaminación de alimentos
Salmonella newport Gastroenteritis, Contaminación de alimentos
365
Salmonella oranienburg Gastroenteritis, Contaminación de alimentos
Salmonella panama Gastroenteritis, Contaminación de alimentos
Salmonella paratyphi-B Gastroenteritis, Contaminación de alimentos
Serratia marscesens Contaminación de alimentos
Infección de heridas, infección de piel, infección de órganos
Staphylococcus aureus
internos
Streptococcus faecalis Neumonía
Hongos
Aspergillis Níger Neumomicosis, otomicosis
Helmintos
Ancylostoma duodenale Parasitosis
Ascaris lumbricoides Parasitosis
Ascaris sp. Parasitosis
Enterobius vermicularis Parasitosis
Hymenolepis sp. Parasitosis
Necator americano Parasitosis
Trichuris trichuria Triquinosis
Entamoeba hystolytica Amibiasis
(1) Leite JJG et al. 2009. Rev. Soc. Bras. Med. Trop., 42(2):110-113.
(2) Ramos F, Oranday A, Verde MJ, Flores A, Ponce G. 2007. CIENCIA UANL,
Familia: Lauraceae 10(1):25-28.
Origen: México
366
g
Agave lophanta Saponinas Inmersión 37.4 mg/ml 24 50 Tratamiento a
esteroidales (1, 2) larvas de 3° y 4°
estadío
Dosis = LC50 (2)
(1) Abdel-Khalik SM, Miyase T, Melek FR, el-Shabraway OA, Mahmoud II, Mina
SA. 2002. Pharmazie, 57(8): 562-566.
(2) De la Torre S, Oranday A, Rivas C, Verde MJ. 2006. RESPYN UANL Edición
Familia: Agavaceae Especial, 4.
Origen: Norte de
México
Guatteria gaumeri Alfa asarona (1, 2) Inmersión 36.3 mg/ml 24 50 Tratamiento a
larvas de 3° y 4°
estadío
Dosis = LC50 (2)
(1) Chamorro G, Salazar M, Mendoza T. 1993. Rev. Invest. Clin., 45 (6) 597-604.
(2) Oranday A, Rivas C, Tamariz J, Chamorro G, Cruz DE, Salinas CP, Garza EM. 2007.
RESPYN UANL Edición Especial, 8.
Familia: Annonáceas
Origen: América
Centaurea scabiosa 1, 7, 9, 15-HEPTA Inmersión 100.0ȝg/g 24 100 Tratamiento a
DECATETRAENE- larvas del 4°
11, 13-DINE estadío, radiación
C17H20 PM 224.33 UV
(1, 2) por 30 min (3)
Mp:27-29° (1, 2)
367
Anethum (+) CARVONA Inmersión 107 ppm 24 50 Tratamiento a
graveolens C10H14O larvas del 3°
PM 150.21 (1) estadío.
Dosis = LD50 (2)
P. eb. 230° (1)
(1) Dev S, Narula APS & Yadav JS. 1982. Handbook of Terpenoids,
Monoterpenoids, vol 1, p.72. CRCPress: Boca Ratón, Florida.
(2) Lichtenstein EP, LiangTT, Schulz KR, Schones HK & Carter GT. 1974. J.
Familia: Apiaceae Agric. Food Chem., 22;658.
Origen: Región
Mediterránea
Tagetes patula FENILHEPTA- Inmersión 1.0 ppm 24 50 Tratamiento
TRINO 2.7 ppm 24 90 larvas del 4°
C13H8 estadío,
PM 164.19 radiación UV
P. f. 55 – 56° (1) por 30 min (2)
(1) Wat CK, Biswas RK, Graham EA, Boom L, Towers GHN & Waygood ER.
1979.) J. Nat.Prod., 42:103.
Familia:
(2) Arnason T, Swain T, Wat CK, Graham EA, Partington S, Towers GHN. 1981.
Asteraceae
Biochem.Syst. Ecol., 9:63.
Origen: América
Aloe pluridens PULRIDON Inmersión 0.05 ppm 24 50 Tratamiento a
C12H12O3S larvas Dosis
PM 236.28 corresponde al
P. f.. 101 – 102° valor LD50 (1)
(1)
(1) Confalone PN, Huie EM & Patel NG. 1983. The isolation, structure
determination, and synthesis of pluridone, a novel insecticide from Aloe pluridens.
Familia: Aloaceae Tetrahedron Lett., 24: 5563.
Origen: Sudáfrica
Magnolia virginiana 4 METOXI- Inmersión 100 ppm 30 min 100.0 Tratamiento a
HONOKIOL 10 ppm 2h 100.0 larvas del 4°
C19H20O2 estadío
PM 280.14
Aceite coloreado
(1) Okogun JI & Ekong DEU. 1974. J. Chem. Soc Perkin I: 2195.
(2) Scott WP. & McKibben GH. 1978. J. Econ. Entomol., 71: 343.
(3) Su HCE & Horvat R. 1981. J. Agric. Food Chem., 29: 115.
Familia: Apiaceae
Origen: Eurasia
368
g
Annona bullata BULLATACIN Inmersión 10.0 80 Tratamiento
C37H66O7 PM larvas
622.90 (1)
P.f. 69-70° (1)
(1) Hui YH, Rupprecht JK, Liu YM, Anderson JE, Smith DL, Chang CJ &
McLaughlin JL.1989. J. N. Prod., 52: 463.
Familia:
Annonaceae
Origen: Cuba
Chrysanthemum 2-(1-NONENO- Inmersión 0.079 24 50 Tratamiento a
leucanthemum 3,5,7- TRINUL) 0.16 24 90 larvas, radiación
FURANO UV. Conc. =.
C13H8O LC50 y LC90 Bajo
PM 180.19 1.0 24 luz UV en seco
Cristales 1.0 24 (3)
amarillos
P.f. 68° (1, 2)
Familia: (1) Bohlmann F., Kap-Herr WV, Fanghanel L & Arndt C. 1965. Chem.Ber.,
Asteraceae 98:1411.
Origen: Europa y (2) Arnason JT, Philogene BJR, Berg C, McEachern A, Kaminski J, Leitch LC,
Asia Morand P & Lam J. 1986. Phytochemistry, 25:1609.
(3) Arnason T, Swain T, Wat CK, Graham EA, Partington S & Towers GHN. 1981.
Biochem.Syst. Ecol., 9:63.
Asimina triloba ASIMICIN Inmersión 100.0 24 100 Tratamiento a
C37H66O7 larvas
PM 662.90
P.f. 68 -69°
(1, 2)
(1) Mikolajczak Kl, McLaughlin JL & Rupprecht JK. 1988. US patent, 4721727.
(2) Alkofahi A, Rupprecht JK, Anderson JE, McLaughlin JL, Mikolajczak Kl & Scott
BA. 1989. Insecticides of Plant Origin. Arnason JT, Philogene BJR & Morand P.
Familia:
(Eds.). Pp: 25-43. ACS: Washington.
Annonaceae
Origen:
Norteamérica
(1) Virendra KD, Akhilesh CP, Kamaraju R, Ashish G, Trilochan S & Aditya PD. 2009.
Malar J.; 8: 124.
Familia: Moraceae
Origen: India
Á
369
g
Citrullus colocynthis Ácido Oleico Inmersión 8.8 18.2 24 50 Tratamiento a
Ácido linoleico (1) mg/ml larvas de 4to
estadío.
Dosis = LC50 (1)
Familia:
Cucurbitaceae
Origen: Africa
Anthriscus sylvestris (2Z)-2-ANGELOILOXY- Inmersión 20 24 50 Tratamiento a larvas
(2)
METIL-2- ACIDO
BUTENOÍCO
C10H14O4 48 50
PM 198.21
P.f. : 43 - 44° (1)
Familia: Apiaceae
(1) Kozawa M., Morita N. y Hata K. (1978) Yakugaku Zasshyi,98, 1986
Origen:Europa
(2) Kozawa M., Baba K., Matsuyama Y., Kido T., Sakai M. y Takamoto T. (1982) Chem
Pharm. Bull, 30, 2885
(1) Guenther E. 1949. The Essencial Oils. Vol II, p 1731, New York: Van Nostrand
Familia Liliáceas Reinhold.
Origen: Centro de (2) Amokar SV & Banerji A. 1971. Science, 174: 1344.
Asia (3) 1982. Dictionary of Organic Compounds. 5th edn, vol 2, p.1954. London: Chapman y
Hall.
370
Juniperus recurva TUJOPSENO Tópico 0.45 24 50 Tratamiento a
C15H24 PM 204.34 mg/ml adultos
P. eb: 79 - 81°/16mm (1) femeninos
CEDROL Dosis= LD50 (2)
C15H26O PM 222.36 Tópico 21.2 24 50 Tratamiento a
P.f.: 86 - 87° (3) mg/ml adultos fem
8,14 CEDRANOXIDO Dosis = LD50 (2)
C15H24O Tópico 10.7 24 Tratamiento a
PM 220.34 P.f.: 100° (4, 5) mg/ml adultos
Familia: femeninos Dosis
Cupressaceae = LD50 (2)
Origen: Himalaya
(1) Naves YR, Papazian G & Perrottet E. 1963. Helv. Chem. Acta, 26: 302.
(2) Oda J, Ando N, Nakajima Y & Inouye Y. (1977) Agric. Biol Chem., 41:201-204.
(3) Stork G & Clarke Jr.- FH. 1961. J. Am Che. Soc., 83: 3114.
(4) Runeberg J. 1961 ACTA Chem. Scand., 15: 721.
(5) Baggaley KH, Erdtman H & Norin T. 1968. Thetrahedrom, 24, 201.
Familia:
Asteraceae
Origen:
Norteamerica
371
Piper nigrum DIHIDROPIRERCIDA Inmersión 0.92ppm 24 50 Tratamiento a
C22H31O3N PM 357.48 larvas
(1,2,3) Conc = LC50 (4)
GUINEENSINE Inmersión 7.0ppm 24 Tratamiento a
C24H33O3N PM 383.51(5) larvas
Conc = LC50(4)
(1) Miyakado M, Nakayama I & Yoshioka H. 1980. Agric. Biol. Chem., 44: 1701.
(2) Miyakado M, Nakayama I & Yoshioka H. 1979. Agric. Biol. Chem., 34: 1609.
Familia Piperáceas
(3) Miyakado M, Nakayama I & y Ohno N. 1989. In: Insecticides of Plant Origin, Arnason
Origen: India
JT, Philogene BJR & Morand P. American Chemical Society: Washington.
(4) Miyakado M, Nakayama I, Ohno N & Yoshioka H. 1983. Curr. Themes Trop. Sci., 2:
369.
(5) Okogun JI & Ekong DEU. 1974. J. Chem.Soc. Perkin, I: 2195.
Anthriscus METIL ETHER Inmersión 20ppm 24 5 Tratamiento a
sylvestris ANTRICINOL 48 5 larvas (2)
C12H14O4 PM 222.23
P.f. 89° (1)
(1) Steelink C & Marshall GP. 1979. Org. Chem., 44: 331.
Familia: (2) Klocke JA, Balandrin MF, Adams RP & Kingsford E. 1985. J. Chem. Ecol., 11:701.
Asteraceae.
Origen:
Norteamérica
(1) Dev S & Nagasampagi BA. 1989. Handbook of Terpenoids, vol 1, p.477.
(2) Park MH, Komura M, Nakanish K & Nomoto K. 1987. Chem. Pharm. Bull., 35:3082.
Familia:
Simaroubaceae
Origen: Brazil
372
g
Picrasma NEOQUASSINA Inyección 12.5ȝg/g 24 100 Ataxia es
quassioide C22H30O6 inducida
PM 390.46 después de 3h.
Pf: 231° (1) (3)
(1) Dev S & Nagasampagi BA. 1989. Handbook of Terpenoids: Triterpenoides. Vol 1, CRC
PRESS: Boca Raton: p. 477.
(2) Hikino H, Ohta T & Takemoto T. 1975. Phytochemistry, 14: 2473.
(3) Park MH, Komura M., Nakanish K & Nomoto K. 1987. Chem. Pharm. Bull., 35:3082.
(1) Kupchan SM & Narayanan CR. 1959. J. Am.Chem. Soc., 81: 1913,1921.
Familia: (2) Seiferele EJ, Johns IB & Richardson CH. 1942. J. Econ. Entomol., 35:35.
Melanthiaceae
Origen: Estados
Unidos.
Nicotiana NICOTINA Inmersión 0.05ȝ 16 100 Toxicidad
tabaccum C10143N3 depende del pH
PM 162.23 100% a pH 9.3
P.f-. 221.5°C (1) 40% a pH 6.4
17% a pH 2.8
(2)
(1) 1982. Dictionary of Organic Componds. 5th edn., vol V, p. 4868. New YorK: Chapman
and Hall.
Familia:
(2) Siegler EH & Bowen CV. 1946. J. Econ. Entomol., 39: 673.
Solanáceas
Origen: America
tropical
Es necesario estar concientes de que los principios activos que proporcionan las
plantas y que pueden ser utilizados como plaguicidas, no representan el remedio
universal para proteger las plantas contra los organismos nocivos. Para una protección
vegetal realmente ecológica, la cual no se puede lograr por medio de la sustitución
única de plaguicidas sintéticos por plaguicidas naturales, se necesitan buenos cono-
cimientos acerca de las relaciones biológicas y ecológicas entre planta y plaga, plaga
373
y ambiente, depredador y plaga. Estos conocimientos deben ser obtenidos a través
de la observación y experimentación, además de la integración y divulgación de los
resultados, a nivel técnico científicos, de tal manera que estén disponibles para el
uso de productores agrícolas y de centros de salud.
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376
PLANTAS CON ACTIVIDAD BACTERICIDA
Villarreal-Treviño La*, Carranza-Torres IEa, Mata-Cárdenas Bb
a
Laboratorio de Microbiología General del Departamento de Microbiología e Inmunología,
Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Ave. Pedro de
Alba s/n, Cd. Universitaria, C. P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
b
Laboratorio de Bioquímica y Fisiología Celular del Centro de Investigación Biomédica del
Noreste del I.M.S.S., Monterrey, N.L., México.
*sporothrix@hotmail.com
Resumen
S
e estima que en la Naturaleza existen entre 250,000 y 500,000 especies de
plantas, de las cuales, aproximadamente de 1 al 10% se utilizan como alimento
o medicina por humanos y otros animales. Miles de compuestos se han aislado
de las plantas, las cuales, se afirma, tienen propiedades antimicrobianas. Cientos de
investigaciones se han publicado cada año sobre la actividad antimicrobiana u otras
actividades funcionales de los ingredientes botánicos. Una gran variedad de productos
botánicos ya se emplea en la conservación de alimentos, tal es el caso del ajo, oré-
gano, mostaza, canela, albahaca, tomillo, pimienta, mejorana, chile, achiote, cebolla,
cilantro, té, limón, y naranja. Las hierbas y las especias han sido empleadas durante
siglos para aumentar la vida útil de los alimentos. Diversos han sido los estudios ten-
dentes a demostrar la actividad antimicrobiana de este tipo de sustancias. Entre ellas
se ha descrito su poder antioxidante, especialmente del tomillo, el orégano y el ajo,
plantas empleadas comúnmente para el especiado de alimentos, y que constituyen
una parte importante de la tradición culinaria en nuestro país.
Introducción
Siendo la naturaleza una gran fuente de riquezas, las plantas representan un poten-
cial para el origen y la explotación de nuevos agentes antimicrobianos (Haslam et
al., 1989). Lo anterior, debido a la existencia de datos que indican que las antiguas
civilizaciones utilizaban las plantas para la cura de diversas enfermedades, y que re-
conocían el potencial antiséptico y antimicrobial de una gran variedad de extractos
de plantas. Estas observaciones originan una gran necesidad de búsqueda de nuevos
agentes antimicrobianos para controlar la contaminación de alimentos, o bien, para
377
su aplicación en salud pública para combatir las enfermedades y vencer los proble-
mas de resistencia y de efectos secundarios (Ali-Shtayeh et al., 1998). Con base en
estas observaciones y ante el potencial de aplicaciones que representan los recursos
vegetales, diferentes grupos de investigadores de la Facultad de Ciencias Biológicas
de la Universidad Autónoma de Nuevo León se han dado a la tarea de realizar evalua-
ciones a diferentes niveles con el propósito de identificar recursos capaces de proveer
una gran diversidad de compuestos antimicrobianos contra patógenos causantes de
enfermedades de importancia en salud pública.
Antimicrobianos naturales
378
Aceites esenciales
Los científicos creen que los aceites esenciales producidos por las plantas les propor-
cionan a las especias sus diferentes sabores; estos evolucionaron para proteger a las
plantas de los ataques de los insectos, las bacterias, los parásitos y demás organismos
dañinos. Los seres humanos son afectados por muchos de estos mismos organismos,
como las bacterias y los hongos, que viven sobre y dentro del tejido animal y vegetal.
Si las especias aniquilan a los microorganismos o inhiben su producción de toxinas,
entonces el uso de las especias podría reducir las probabilidades de contraer enfer-
medades transportadas por los alimentos o de envenenamiento por los alimentos.
Antiguamente se empleaba al extracto de ajo para tratar neumonía, mordeduras
de serpiente, disentería, tifoidea, cólera, etc. Por otro lado, la cebolla era empleada
para curar cálculos, tos, dolor de cabeza y eliminar gusanos. Recientemente se ha
observado que el ajo y la cebolla tienen efecto contra patógenos como Staphylococ-
cus aureus, Clostridium botulinum, Salmonella typhimurium y Escherichia coli. Son
antimicóticos, además interfieren con la producción de aflatoxina. El ajo presenta
alicina como principal bactericida, e inhibe a las enzimas con grupos sulfídrilo.
Varios aceites esenciales tienen un espectro amplio de inhibición, como el timol,
presente en tomillo y orégano; el aldehído cinámico de canela; el eugenol de clavo.
Estos compuestos presentan actividad inhibitoria a partir de 5 μg/g. Un compuesto-
de la vainilla similar al eugenol es también un antibiótico. Vale la pena resaltar que
estos compuestos tienen una función más prominente como sabor/olor que como
bacteriostáticos o bactericidas; sin embargo esta nueva orientación podría ampliar
el uso de químicos que brinden una mayor seguridad al consumidor (5).
Se sabe que las sustancias activas provenientes de plantas con actividad antimicro-
biana son compuestos fenólicos de sus aceites esenciales, siendo los más importantes
el carvacrol, el timol, el eugenol y el metil chavicol (Katayama y Nagai, 1960); además
de otros compuestos, como lo indican Santiesteban et al. (2002), y que se describen
en la Tabla 1, donde se menciona, además, el origen botánico de los mismos.
Existe un número importante de reportes acerca de la actividad antimicrobiana
de aceites, extractos de especias y condimentos, y es difícil obtener estimaciones
cuantitativas y hacer comparaciones de sus efectos debido a la gran variedad de
métodos que se han utilizado para evaluar su efectividad (Zaika, 1988).
Los principales extractos vegetales con actividad antimicrobiana son los aceites y
oleorresinas; éstos se extraen de las partes no leñosas de las plantas, en especial de
las hojas, mediante diferentes métodos, entre los cuales se encuentran: extrusiones,
destilación por arrastre de vapor de agua (más usada a nivel comercial), extracción
con solventes volátiles, enfleurage (generalmente para extractos con flores) y fluidos
supercríticos (Goñi, 2009).
379
Tabla 1. Sustancias provenientes de plantas con actividad antimicrobiana
Compuesto Químico
Planta
Nombre común Otros nombres
Canela
Mostaza Aldehído cinámico 3-fenilpropenal
Hinojo Alil isotiocianato Alil-iso-sulfacianato
Tomillo, albahaca, Anetol p-propenilanniso
estragón Carvacrol 2-hidroxi-p.cimeno, isotimol p-alifenol
Tomillo P-cimenol Isopropil-tolueno
Laurel, romero Cineol Eucaliptol
Limón Citral 3,7 dimetil-2-6 octadienal
Comino Cominal Culminaldehído p-isopropil benzaldehído
Clavo Eugenol 4-alil-2-metoxifenol
Limón, albahaca Geraniol 3,7dimetil-3-hidroxil,1,6-octadieno
Albahaca, cilantro, Mentol Hexahidrotimol
menta Pineno 2,6,6-trimetil biciclo (3.1.1.)-2-hepteno
Orégano, perejil Terpineol x-terpineol
Mejorana Timol 5-metil-4-hidroxibenzaldehído
Vainilla
380
El ajo (Allium sativum) es una especie herbácea perteneciente a la familia de las
Liliaceae, posee alrededor de 62-64% de humedad, sus sólidos secos están formados
principalmente por polisacáridos (80%) y proteínas azufradas (14-16%). Cuando el
ajo es triturado, esas proteínas se degradan por acción enzimática, los productos
intermediarios son inestables a temperatura ambiente, derivando en una serie de
compuestos volátiles, entre los que se caracteriza el disulfuro alilo, que son respon-
sables del fuerte aroma característico (Daghero et al., 2004).
En 1940 se descubrió que el ajo contenía alliina, que se transforma en allicina,
potente antimicrobiano in vitro (Letosa, 2000).
El ajo es un condimento de gran importancia en la industria alimenticia, la cual lo
utiliza principalmente en su forma deshidratada, así como en sus productos derivados
como aceite esencial y oleorresinas (Daghero et al., 2004).
Cavallito y Bailey, en 1994, fueron los primeros en aislar el componente antimi-
crobiano del ajo a apartir de bulbos frescos, utilizando destilación por arrastre con
vapor, e identificaron al compuesto como alicina o ácido dialiltiosulfónico.
La alicina, o ácido dialiltiosulfónico, es un aceite altamente aromático, incoloro,
responsable del olor característico del ajo y la cebolla, en concentraciones de 1:85,000;
en pruebas de laboratorio la alicina se muestra como bactericida con amplio espectro
para microorganismos Gram positivos y Gram negativos (Beauchat y Golden, 1989).
Se menciona que muchos trabajos realizados sobre la actividad antimicrobiana del
ajo hacen referencia a su acción contra bacterias patógenas, mohos micotoxigénicos
y microorganismos deteriorativos, organismos que tienen en común a las enzimas
sulfihídricas.
Las bacterias Gram negativas, específicamente enterobacterias, presentaron
susceptibilidad frente al aceite de pimienta dioica, obteniéndose CMI de 0.63 mg/
mL para Klebsiella y Serratia y de 1.25 mg/mL para Escherichia y Enterobacter.
Por ejemplo, un escabeche para marinar pollo con orégano y tomillo almacenado
a 4°C fue altamente tóxico a Salmonella typhimurium, Campilobacter jejuni y Listeria
monocytogenes (Cate et al., 2000 en Draughon, 2004). Sin embargo otro tanto está
siendo investigado para conocer sus efectos potenciales (Beuchat y Golden, 1989;
Board y Gould, 1991).
381
La actividad antimicrobiana de los aceites esenciales se basa en el deterioro de
varios sistemas enzimáticos, incluidos aquellos involucrados en la producción de
energía y síntesis de componentes estructurales. Una vez que el compuesto cruza la
membrana celular puede interactuar con las enzimas y proteínas causando un flujo
contrario de protones a través de ella, afectando así la actividad celular (Conner y
Dale, 1993).
Los compuestos fenólicos sensibilizan a la membrana celular y cuando se saturan
los sitios sobre los cuales actúan, se presenta un grave daño en la membrana cito-
plasmática (Juven et al., 1994).
Enzimas son responsables del inicio de la germinación de las esporas y de interferir
con el uso de aminoácidos necesarios para iniciar el proceso de germinación (Nychas,
1995).
Los efectos de los compuestos fenólicos pueden ser a dos niveles, sobre la integri-
dad de la pared celular y membrana citoplasmática, así como la respuesta fisiológica
del microorganismo (Kabara, 1991).
En este sentido, incluso se señala que el empleo de aceites esenciales podría prolon-
gar y mejorar la vida útil de muchos productos elaborados por diversas tecnologías
alimentarias, entre ellos, la congelación. Ésta es una tecnología que suele facilitar
la oxidación de los componentes grasos de los alimentos, por lo que la inclusión de
aceites esenciales de especias mediterráneas entre la composición de alimentos
congelados grasos podría favorecer la conservación, mantener el sabor habitual de
los alimentos y evitar pérdidas nutricionales.
Por este motivo, en la actualidad se está considerando la suplementación rutinaria
con antioxidantes naturales, especialmente en productos sensibles como pescado,
carne y cualquier otro, sobre todo si se comercializa congelado. Añadir aceites esen-
ciales no necesitaría diseñar acciones tecnológicas especiales, ya que los extractos
de plantas se disuelven en las membranas celulares del alimento (6).
La mayoría de los consumidores actuales están convencidos de que los mejores
y “más sanos” alimentos son, después de los frescos, los mínimamente procesados
que no tienen conservadores, colorantes u otras sustancias “dañinas a la salud”. Por
esto, la industria alimentaria se ve en la labor de orientar sus esfuerzos para cubrir
estas demandas investigando nuevas formas de conservación y estudiando el efecto
de la combinación de factores y formas tradicionales de conservación de alimentos,
para la obtención de alimentos estables y duraderos (Welti-Chanes et al., 1997).
El desarrollo de tecnologías no tradicionales de preservación de alimentos, donde
se busca la conservación del alimento manteniendo sus características originales, dio
paso a la aplicación combinada de distintos métodos (tecnología de obstáculos). Es
aquí donde la radiación de extractos vegetales tiene un campo prometedor (Goñi,
2009).
382
El interés en las películas antimicrobianas de empaques ha aumentado en los
últimos años debido a los riesgos de enfermedades producidas por alimentos, el
deseo de extender la vida de anaquel y los avances en tecnología para la producción
de películas.
Un ejemplo de uso potencial de los extractos naturales es la aplicación de pelí-
culas comestibles enriquecidas con sustancias con propiedades antimicrobianas y
antioxidantes. Las películas comestibles diminuyen la pérdida de humedad, aroma,
y son permeables al O2, reduciendo el deterioro.
El enriquecimiento con aceites esenciales u oleorresinas de las plántulas comes-
tibles permite la lenta liberación del agente antimicrobiano, prolongando su acción
(Goñi, 2009).
Los plásticos biodegradables son aquellos cuyas cadenas de polímeros se descom-
ponen por acción de enzimas liberadas por microorganismos (bacterias), degradán-
dose completamente a anhídrido carbónico, agua y biomasa.
383
Una de las ventajas del empleo de las plantas medicinales es que contienen una
gran cantidad de principios activos que las hacen tóxicas para los microorganismos
(Vander, 1985), aunque todavía no se conocen muchos de los principios activos a los
que deben las plantas sus extraordinarias cualidades (Rojas, 1998).
La mayoría de las infecciones urinarias son producidas por bacterias de procedencia
intestinal que pertenecen fundamentalmente a la familia de las enterobacterias. La
orina es estéril pero la infección ocurre cuando los microorganismos, generalmente
las bacterias del tracto digestivo, se adhieren a la uretra (1, 2 & 3).
Si se comprendiera la importancia del estudio del reino vegetal en lo que tiene
de relación directa con la salud, bastaría la buena aplicación de una planta medicinal
para prevenir una enfermedad infecciosa, que podría ser el foco de donde parta una
verdadera epidemia.
Enfermedades gastrointestinales
384
potencial para el origen y la explotación de nuevos agentes antimicrobianos. En los
últimos años, los investigadores alrededor del mundo han puesto atención y se han
inclinado a la búsqueda de plantas que posean compuestos con actividad antimicro-
biana como una posible fuente de drogas (Haslam et al., 1989). Lo anterior, debido
a la existencia de datos, que revelan que en las antiguas civilizaciones utilizaban las
plantas para la cura de diversas enfermedades, y que reconocían el potencial anti-
séptico y antimicrobial de una gran variedad de extractos de plantas.
Las enfermedades gastrointestinales son muy frecuentes en la población del
mundo, la mayoría de ellas son producidas por bacterias, virus o sustancias químicas.
Las más importantes son las toxiinfecciones alimentarias en niños y adultos, así como
los dolores estomacales en niños; y la constipación y las infecciones intestinales en
los adultos. Para contrarrestar estas enfermedades, se han establecido tratamientos
quimioterapéuticos, sin embargo, muchos de los microorganismos han adquirido,
con el paso del tiempo, resistencia contra los antibióticos usados en la actualidad.
Por otro lado, muchos de los antimicrobianos de uso común pueden presentar un
espectro limitado, efectos colaterales serios y, en algunos casos, difíciles de obtener,
ya sea por su precio o por su disponibilidad. Es por esto que ha sido necesario buscar
alternativas para combatir o controlar a estos patógenos.
La búsqueda de nuevos antimicrobianos se ha realizado en una diversidad de
plantas de todo el mundo, y de ellas se han aislado una gran cantidad de compues-
tos activos; sin embargo, existen aún muchas especies no estudiadas que pudieran
contener compuestos efectivos para tal o cual enfermedad microbiana; por lo cual,
se pensó en realizar el análisis de un determinado grupo de plantas de esta región,
conociendo de antemano su uso como agente terapéutico, con el fin de determinar su
actividad antimicrobiana contra bacterias predominantes causales de enfermedades
gastrointestinales.
En los últimos tiempos, la medicina ha tomado un gran auge entre los investiga-
dores con el afán de encontrar nuevas alternativas para el tratamiento de enferme-
dades para mejorar la medicina moderna, ya que las plantas representan una fuente
potencial de nuevos agentes antimicrobianos.
En México existe una gran cantidad de plantas, las cuales tienen actividad bioló-
gica. El valor médico de las plantas medicinales se debe a la presencia de uno o más
compuestos químicos, llamados principios activos, que se encuentran en los tejidos
de las plantas. Estos compuestos, en su mayoría, aun no han sido identificados; sin
embargo, muchos de ellos han sido reconocidos, aislados, e incluso sintetizados, y
forman parte de los medicamentos oficiales de patente.
Por tal motivo, es necesario abocarse al estudio de las plantas que se encuentran
en el territorio Mexicano, ya que éstas pueden contener y proveer una gran diversidad
de compuestos antimicrobianos contra una gran variedad de patógenos causantes
de enfermedades gastrointestinales.
Mier (2006) evaluó la actividad antimicrobiana de los extractos de Eysenhardtia
polystachya y Eysenhardtia texana e identificó parcialmente los compuestos que
presentaran actividad biológica sobre algunos microorganismos que causan enfer-
medades en vías urinarias. Los resultados obtenidos demostraron que el extracto
385
metanólico de Eysenhardtia polystachya presentó actividad contra Enterobacter
aerogenes, Proteus vulgaris, Staphylococcus aureus, Staphylococcus epidermidis; y
que el extracto metanólico de Eysenhardtia texana sólo tuvo actividad contra Sta-
phylococcus epidermis. Las pruebas químicas realizadas al extracto de Eysenhardtia
polystachya dieron positivas para flavonoides, sesquiterpenlactonas, instauraciones,
oxhidrilos fenólicos; y para el extracto de Eysenhardtia texana, flavonoides, instaura-
ción, carbohidratos y cumarinas.
Rosado et al. (2000), encontraron que los extractos metabólicos y acuosos de
cuatro especies de Fabaceas mostraron actividad contra las bacterias Gram positivas,
cinco exhibieron una cierta actividad contra Candida albicans, dos contra Aspergillus
niger y solamente una Mimosa pigra inhibió el crecimiento de Pseudomonas aerugi-
nosa. Ninguno de los extractos fue activo contra Escherichia coli.
Agnese et al. (2001), estudiaron la actividad antimicrobiana del extracto etanóli-
co de Adesmia aegiceras por el método de difusión en agar. Se detectó la actividad
antibacteriana de Micrococcus luteus y ocho bacterias patógenas, así como actividad
antifúngica contra Candida albicans. Estos datos indican la utilidad potencial del
extracto de Adesmia aegiceras como agente microbiostático, antiséptico o desin-
fectante. Además, el estudio químico del extracto alcohólico reveló al quercetina,
isorhamnetin-3-rutinoside, el isovitexin, el pinitol y el ácido chlorogénico como sus
componentes principales.
Majinda (2001) menciona a Bolusanthus speciosus, Erythrina latissima y Crotala-
ria podocarpa como plantas usadas para tratar infecciones microbianas. La corteza
interna de Bolusanthus speciosus se utiliza para tratar dolores abdominales y para la
tuberculosis. Los isoflavonoides, en general, demostraron actividad antibacteriana
contra Bacillus subtilis y Staphylococcus aureus y actividad débil contra Escherichia
coli. Además, para Erythrina altíssima los resultados preliminares demostraron que
la (+)- erysotrine y la (+)-ersodine tienen actividad antimicrobiana fuerte contra las
levaduras y las bacterias Gram positivas, pero débil contra bacterias Gram negativas.
Se utiliza la corteza quemada como preparación para las heridas abiertas (IUPAC,
2001). Crotalaria podocarpa, se utiliza como expectorante, antiinflamatorio y para
el tratamiento de los ojos irritados. El flavonoide apigenin-7-O-apio furanosyl(1´6)-
glucopyranoside demostró actividad antibacteriana contra Bacillus subtilis y Staphylo-
coccus aureus (IUPAC, 2001). El extracto acuoso-etanólico crudo de Elephantorrhiza
goetzei demostró actividad moderada contra bacterias Gram positivas y hongos,
mientras que el ácido gálico y el metílico eran débilmente activos contra bacterias
Gram-positivas (IUPAC, 2001).
Harumi et al. (2001), aislaron Bakuchiol de las semilla de Psoralea corylifolia. Baku-
chiol demostró efectos bactericidas contra todas las bacterias probadas, incluyendo
el S. mutans, S. sanguis, S. salivarius, S. sobrinus, Enterococcus faecalis, E. faecium,
Lactobacillus acidophilus, L. casei, L. plantarum, Actinomyces viscosus, y Porphyro-
monas gingivalis, con una concentración mínima inhibitoria (CMI) de 1 a 4 μg/mL.
Pistelli et al. (2002), investigaron las propiedades antibacterianas y antifúngicas
de varios extractos de las partes aéreas de Astragalus verrucosus por el método de
difusión en disco. Observaron actividad antifúngica en extractos más polares.
386
Katerere et al. (2005) extrajeron de Sutherlandia frutescens secuencialmente,
con solvente de diferente polaridad, obteniendo el extracto hexánico como el más
activo contra S. aureus, E. faecalis y E. coli con un MIC de 0.31, 1.25 y 2.50 mg/mL,
respectivamente.
Helicobacter pylori es una bacteria que constantemente se asocia a padecimientos
gastrointestinales y duodenales tales como úlceras, por lo que ha surgido un gran
interés para su erradicación, y esto es debido también a la creciente resistencia hacia
diversos antibióticos que ésta ha adquirido, para permitir que se desarrollen nuevas
alternativas en busca de un mejor tratamiento contra H. pylori. En este trabajo se
probaron extractos metanólicos de A. americana, A. lechuguilla y A. lophantha sobre
este microorganismo, ya que son consideradas efectivas en medicina tradicional para
tratar otros procedimientos infecciosos de origen bacteriano por poseer metabolitos
que pueden actuar como agentes bactericidas. Los extractos fueron sometidos a
distintas pruebas tales como: microbiológicas, cromatográfícas, hemolíticas y tóxicas
para determinar los componentes activos presentes en ellos. Los resultados de las
pruebas microbiológicas de A. lechuguilla y A. lophantha demostraron que el extrac-
to de la primera posee actividad antimicrobiana. Sobre A. lophantha mostró acción
bactericida en sus concentraciones de 5.0 y 10.0mg/mL y en las fracciones con Rf =
0.74 y =0.89; se encontró también que las saponinas presentes en la fracción con Rf de
=0.98 de esta especie son las responsables del efecto antimicrobiano sobre H. pylori;
en la prueba de toxicidad de Artemia salina se observó un DL50 de 1.14 μg/ml para el
extracto de A. lophantha y de 2.50 μg/ml para A. lechuguilla (Moreno, 2006).
Alarcón (2000) analizó el efecto inhibitorio del crecimiento de 48 plantas co-
múnmente utilizadas en la medicina tradicional mexicana contra Bacillus cereus,
Clostridium perfringens, Escherichia coli, Listeria monocytogenes, Salmonella typhi-
murium y Staphylococcus aureus. Se obtuvieron extractos etanólicos del 96% de las
plantas examinadas y se probaron mediante la técnica de pozo en agar, asimismo, se
determinó la concentración mínima inhibitoria del crecimiento para 2 de las plantas
analizadas en este estudio. Los resultados mostraron 42 extractos de plantas con acti-
vidad antimicrobiana contra las bacterias Gram positivas y solamente 3 de éstos contra
las bacterias Gram negativas. La concentración mínima inhibitoria de los extractos
analizados osciló de 300 a 2000 μg/mL. Con lo anterior, concluimos que la mayoría de
las plantas analizadas en este estudio sí presentan efecto antibacteriano (Tabla 2).
Debido al uso indiscriminado de los antibióticos y al observar que la mayoría de las
bacterias causantes de enfermedades en la población han adquirido resistencia contra
esos compuestos, los investigadores han vuelto a poner su atención en los produc-
tos naturales. Prueba de ello se observa en la gran cantidad de análisis que se están
realizando actualmente para encontrar plantas que presenten actividad antibacterial
contra diversos patógenos del hombre. Los resultados obtenidos frecuentemente
justifican el uso de las plantas en la medicina tradicional, ello constituye una base
seria para el mejoramiento de la eficacia, la seguridad y la calidad de los remedios
usados. Además, las plantas son conocidas por ofrecer excelentes perspectivas para
el descubrimiento de nuevos productos terapéuticos (Cox y Balick, 1994).
387
Más y más personas aún en países desarrollados utilizan la medicina tradicional
para el cuidado de la salud (Farnsworth, 1993; Houghton, 1995), por lo que un gran
número de revisiones sobre antibióticos de plantas superiores han sido realizadas. Estas
compilaciones son evidencias de considerables seguimiento, pero pocos estudios han
aislado e identificado los principios activos de las plantas (Mitscher et al., 1972).
Diversos artículos individuales han sido publicados dando como resultado estudios
de largos seguimientos. A continuación se mencionarán algunas de esas investiga-
ciones, como muestra de la gran actividad en esta área. En 1943 Osborn analizó la
actividad de 2, 300 especies de plantas de 166 familias contra S. aureus y E. coli; como
resultado, 63 géneros mostraron la presencia de substancias con actividad inhibitoria
para una o ambas especies. Más tarde Huddleston et al., en 1944, encontraron plantas
de 23 géneros activos contra S. aureus, E. coli y Brucella abortus. Asimismo, Sanders
et al. (1945) analizaron 270 plantas de las cuales solamente encontraron que 15 de
ellas presentaban actividad contra E. coli y Bacillus subtilis.
La República Mexicana es uno de los países que cuentan con una gran diversidad
vegetal, prueba de ello lo constituye la presencia de prácticamente todos los grandes
biomas que se han descrito en la superficie de nuestro planeta. En la actualidad se
estima la presencia de aproximadamente 30,000 especies vegetales.
Tabla 2. Especies vegetales para evaluar el efecto inhibitorio sobre Bacillus cereus,
Clostridium perfringens, Escherichia coli, Listeria monocytogenes, Salmonella typhi-
murium y Staphylococcus aureus
388
Hyptis suaveolens (L) Poit. Hierba del burro Hojas, tallos
Linum usitatissimum Linaza Semilla
Lippia alba (Miller) N.E. Brown. Salve real Hojas, tallos
Lippia palmeri S. Wats var. palmeri. Orégano Fruto
Litsea guatemalensis Mez. Laurel Hojas
Matricaria chamomilla Manzanilla Hojas, flor, tallo
Mentha piperita L. Hierbabuena Hojas, tallos
Ocium basilicum L. Albahaca Hojas, flor, tallo
Persea gratissima Gaerth. Aguacate Hojas
Plantago major L. Llanten Hojas, tallo
Prunus persica L. Durazno Hojas
Psidium guajava L. Guayaba Hojas
Rosmarinus officinalis L. Romero Hojas, tallo
Schinus molle Pirul Hojas, tallo
Solanum nigrum L. Hierba mora Hojas, tallo
Tagetes erecta L. Cempasúchil Hojas, tallo
Tagetes filifolia Lag. Anís Semilla
Teloxys ambrosioides L. Weber. Epazote Hojas, tallo
Teloxys graveolens (Willd.) Weber. Epazote de zorrillo Hojas, tallo
Thymus vulgaris L. Tomillo Hojas, tallo
Zingiber officinale Jengibre Hojas, tallo
389
Tabla 3. Especies vegetales para evaluar el efecto inhibitorio sobre el crecimiento
de bacterias causantes de enfermedades gastrointestinales
Dentro de las afecciones a las que el hombre ha hecho frente a través de las plantas
están las intestinales, entre ellas la amibiasis ocasionada por Entamoeba histolytica.
La amibiasis es un problema de salud en México y otros muchos países, que afecta
aproximadamente al 10% de la población mundial, lo cual la ubica en el tercer lugar
como causa de muerte por parásitos protozoarios después de la malaria y la esquis-
tosomiasis. Para el tratamiento de la amibiasis, la droga de elección es el metronida-
390
zol, sin embargo, esta droga presenta múltiples efectos secundarios indeseables al
humano, es mutagénica, carcinogénica y neurodegenerativa (en ratones, bacterias y
gatos, respectivamente). Esta situación ha llevado a la búsqueda de nuevas moléculas
de origen natural, que presenten menores efectos secundarios al humano.
Barrón et al. (2009), evaluaron la actividad amebicida de los extractos metanó-
licos de Lophocereus schoattii, Stenocereus gummosus, Astrophytum myriostigma,
Ariocarpus kotschoubeyanus, Ariocarpus retusus, Fouquieria splendens, Stenocereus
pruinosus, Echinocereus stramineus, Rubus adenotrichus y Astrophytum capricorne
sobre cultivos axénicos in vitro de E. histolytica. Se emplearon dosis entre 0.01 a 0.7
mg/mL de cada extracto, se determinó el porcentaje de inhibición y se realizaron cur-
vas dosis-respuesta para determinar la CI50 mediante análisis Probit. En los resultados
obtenidos se observó una marcada inhibición porcentual del crecimiento axénico
in vitro de E. histolytica en presencia del extracto metanólico de las nueve plantas
evaluadas, pero, principalmente de A. myriostigma y de F. splendens, también se
determinó el valor CI50 donde los resultados más relevantes fueron para A. retusus.
Por otra parte, Barrón et al. (2009) evaluaron algunos extractos (acetónicos, meta-
nólicos, etanólicos y acuosos) obtenidos de la semilla de Persea americana (cv. Hass),
que tiene gran arraigo y aceptación en nuestra cultura en medicina tradicional por
sus diferentes atributos, sobre cultivos axénicos de Entamoeba histolytica, y fueron
comparados con el metronidazol, que es el fármaco de primera elección para tratar
la amibiasis. Los resultados fueron procesados con análisis Probit. Los resultados
obtenidos indicaron que el extracto acetónico presenta mayor actividad amebicida,
ya que presentó una IC50 de 106.37μg/mL, seguido del extracto etanólico (250 μg/
mL), después el metanólico (493.94 μg/mL), pero no se encontró actividad inhibitoria
in vitro sobre E. histolytica con el extracto acuoso de semilla de Persea americana.
La IC50 del extracto acetónico es casi 100 veces mayor que la IC50 del metronidazol,
cosa que se esperaba, por tratarse esta última de una droga purificada.
Barrón y Morales (2009) determinaron la capacidad inhibitoria del extracto
metanólico de Castela texana sobre el proceso de enquistamiento de Entamoeba
histolytica. Desarrollamos el método de enquistamiento TGC7, el cual consistió en
inocular trofozoítos en muy buen estado en el medio TYI-S-33 glucosado y gaseado
con CO2/2 min, e incubados a 37° C por 7 días y, posteriormente, se determinó la CI50
del extracto metanólico de Castela texana sobre la inducción de estructuras seme-
jantes a quistes (ESQ) de E. histolytica con respecto al control. Se observó diferencia
significativa en el rendimiento de quistes de E. histolytica al emplear metronidazol y
el extracto metanólico de C. texana; estos resultados permitirán en un futuro estudiar
los cambios bioquímicos y morfológicos que ocurren durante el proceso de diferen-
ciación y establecer estrategias encaminadas al control de la amibiasis, rompiendo
el ciclo de vida de E. histolytica precisamente sobre su fase infectiva: el quiste.
El género Capsicum L. comprende todas las plantas de chile, desde los pimientos
menos picantes hasta los habaneros más picantes. La especie C. annuum es la más
ampliamente conocida, la de mayor importancia económica y de distribución mundial.
Además de sus usos y aplicaciones conocidas mundialmente, se ha incrementado su
interés por compuestos que tienen efectos benéficos sobre la salud humana; asi-
391
mismo se ha reportado su actividad en problemas cardiovasculares, enfermedades
crónico degenerativas, su capacidad de reducir el riesgo de contraer cáncer, y como
bactericida contra Helicobacter pylori.
Cárdenas et al. (2009), evaluaron la actividad biológica de extractos de frutos de
jalapeño y serrano (Capsicum annuum L) sobre Escherichia coli, Proteus vulgaris, Kle-
bsiella pneumoniae, Pseudomonas aeruginosa, Serratia marcescens, Bacillus subtilis
y Candida albicans. Los frutos se pesaron y maceraron para realizar la extracción
con metanol. En un agitador a temperatura ambiente se evaporó el solvente y se
hicieron las diluciones correspondientes en metanol. Para evaluar la actividad de los
extractos se utilizó el método de difusión en placa, con una micropipeta Eppendorf
se agregaron 100μL del inóculo (estandarizado a 1x 106 UFC) por el método turbidi-
métrico de McFarland, el cual se difuminó homogéneamente con una asa Driblasky,
se colocaron las diferentes concentraciones de los extractos en discos de papel filtro,
además de metanol y gentamicina como controles negativo y positivo, respectiva-
mente, se incubaron durante 24 h a 37° C y se midió el halo de inhibición formado. Se
observó que el extracto con mayor actividad fue el del chile jalapeño maduro contra
Pseudomonas aeruginosa, y Bacillus subtilis. Esto indica que estos frutos presentan
actividad bactericida contra estas bacterias, como lo reportado contra Helicobacter
pylori por otros autores.
Quiñones et al. (2009), obtuvieron y caracterizaron los compuestos activos de
las especies mexicanas de “anís” y realizaron ensayos contra microorganismos pa-
tógenos al hombre. Se llevó a cabo la colecta e identificación del material vegetal
(Illicium anisatum, Pimpinella anisum, Illicium verum) para, posteriormente, obtener
los extractos por el método Soxhlet, con hexano y metanol, respectivamente, y se
realizaron pruebas contra bacterias (B. subtilis, Salmonella sp, Klebsiella pneumoniae,
B. cereus, E. coli, S. typhi), resultando Illicium verum positivo para K. pneumoniae y
E. coli; I. anisatum positivo para E. coli y S. typhi; P. anisum positivo para Salmonella
sp., E. coli, S. typhi; P. anisum positivo para B. cereus. Correspondiente a los extractos
hexánicos, se probó también la actividad contra E. histolytica y se determinó su CI50
más baja sobre cultivos axénicos in vitro. Se encontró la actividad que muestran los
diferentes extractos de las especies de anís contra bacterias patógenas al hombre,
asimismo se demostró que los extractos polar y no-polar de las 3 especies de anís
presentaron actividad inhibitoria sobre el crecimiento axénico in vitro de E. histolytica,
siendo el extracto de P. anisum el que presentó la CI50 más baja (0.066 mg/mL).
Las plantas medicinales y sus productos han sido utilizados a lo largo de la historia
contra la tuberculosis, enfermedad infecciosa causada principalmente por Mycobac-
terium tuberculosis. Se estima que causa más muertes que cualquier otra enfermedad
infecciosa curable y fue declarada una emergencia global en 1993 por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) (Grange et al., 2002; WHO, 2003).
392
Salinas (2007), al evaluar la actividad antimicrobiana de extractos de Bocconia
frutescens, Junglas regia, Junglas mollis y Carya illinoensis contra Mycobacterium tu-
berculosis intracelular, observó que los extractos metanólicos de hojas B. frutescens,
hexánico de corteza de C. illinoensis y J. regia, y los extractos metanólico y etanólico
de corteza de J. mollis presentaron un efecto bacteriostático sobre M. tuberculosis
intracelular; en presencia de estos extractos las UFC determinadas al final del tiempo
de incubación no cambiaron significativamente en comparación con las UFC al tiem-
po inicial. Por otra parte, el extracto hexánico de corteza de J. mollis redujo un 45%
el número de UFC presentes en los cultivos infectados intracelularmente. Por otra
parte, en el extracto metanólico de hojas de B. frutescens se identificaron: triterpe-
nos, flavonoides, cumarinas, sesquiterpenlactonas, alcaloides, oxhidrilos fenólicos y
azúcares. En el extracto hexánico de corteza de C. illinoensis: esteroles, flavonoides y
sesquiterpenlactonas. El extracto hexánico de corteza de J. regia presentó: triterpenos,
esteroles flavonoides y oxhidrilos fenólicos. En el extracto etanólico de corteza de J.
mollis: esteroles, flavonoides, sesquiterpenlactonas, oxhidrilos fenólicos y azúcares. En
el extracto hexánico de la corteza de J. mollis se identificaron: triterpenos, flavonoides,
sesquiterpenlactonas, oxhidrilos fenólicos y azúcares. Mientras que en el extracto
hexánico de corteza de J. mollis, el cual tuvo la mayor actividad antimicrobacteria-
na, se identificaron: esteroles, flavonoides, alcaloides y sesquiterpenlactonas. Los
resultados obtenidos en este trabajo sugieren que los extractos analizados pueden
ser una fuente importante de compuestos con actividad antituberculosa. El extracto
hexánico de J. mollis es el más prometedor para el aislamiento de compuestos con
actividad antimicrobacteriana.
Por otra parte, en estudios recientes se ha encontrado que algunas plantas tienen
un efecto inmunoestimulador que favorece el control del crecimiento intracelular
del agente infeccioso. Kolodziej et al. (2003) encontraron que compuestos presentes
en la planta Pelargonium sidoides estimularon la producción de la enzima iNOS y de
TNF-α en macrófagos de médula ósea de ratón. Este mismo efecto fue reportado
para extractos metanólicos de Plantago major en macrófagos peritoneales de ratón
(Gómez-Flores et al., 2000). Las dos especies de plantas son utilizadas de acuerdo a
la medicina tradicional para tratar enfermedades del tracto respiratorio, entre ellas,
tuberculosis. Por lo que los autores sugieren que el efecto antimicrobiano reportado
pueda deberse a una inmunomodulación.
Otros autores han probado los extractos de plantas en cultivos de células in vitro
infectadas con M. tuberculosis. Bapela et al. (2006) reportaron que el compuesto
7-metiljuglone aislado de la raíz de la planta Euclea natalensis, potenció la actividad
de isoniazida y rifampicina contra M. tuberculosis extracelular e intracelular. Martins
et al. (2005) analizó el extracto metabólico de Carpobrotus edulis, el cual inhibió el
crecimiento de M. tuberculosis fagocitados por monocitos derivados a macrófagos
humanos. Por lo que el efecto antimicrobiano puede deberse tanto a un efecto in-
munomodulador de algún compuesto, así como a un efecto directo del mismo u otro
compuesto presente en los extractos vegetales.
Rosales (2004) menciona que los extractos hexánicos y metabólicos de las hojas de
Bocconia frutescens L. presentaron actividad directa contra M. tuberculosis, mostran-
393
do una CMI de 125 μg/mL, y mediante ensayos de RT-PCR encontró que los extractos
hexánicos y metabólicos de las hojas de B. frutescens indujeron la expresión de IL-1β
y la producción de la enzima óxidonítrico sintetasa inducible (iNOS) en macrófagos
medulares de ratones BALB/c, pero no la expresión de IL.10, sugiriendo que tienen
una actividad inmunomoduladora.
Salinas (2004) reportó que el extracto hexánico de la corteza de J. regia presentó
actividad contra M. tuberculosis, con una CMI de 100 μg/mL, indicando que la actividad
mostrada es probablemente debida a la presencia de esteroles, oxhidrilos fenólicos
y flavonoides. Por otra parte, también observó que los extractos hexánico, etanólico
y metabólico de la corteza de J. mollis presentaron actividad contra M. tuberculosis,
con una CM de 50, 100 y 125μg/mL, respectivamente. En el extracto hexánico se
detectó la presencia de esteroles, triterpenos y sesquiterpenlactonas. En el extracto
etanólico se observó la presencia de esteroles, triterpenos, alcaloides, quinonas,
lactonas, sesquiterpenlactonas y oxhidrilos fenólicos, y para el extracto metaólico
se detectó la presencia de esteroles, triterpenos, lactosas, sesquiterpenlactonas,
oxhidrilos fenólicos y flavonoides. Lo que indica que la actividad mostrada por estos
extractos es probablemente debida a la presencia de estos compuestos.
Otras especies vegetales que han sido reportadas con alguna actividad inhibitoria
del crecimiento de M. tuberculosis en cultivo in vitro se presentan en la Tabla 4.
CMI
Planta Compuesto activo (μg/ Referencia
mL)
Estearato 5α, 8α-
Ruprechtia triflora epidoxyergosta-6,22-dien- 2 Wolemichael et al., 2003
3β-yl
19-malonyloxydehydroabi-
entinol
Calceolaria pinnifolia Wolemichael et al., 2003
19-methylmalonyloxy-ent-
isoprimara-8(9),15-diene 4
Nevadesin
Limnophila geoffrayi 200 Suskararn et al., 2003
Isothymusin
Ácido 3-acetoxy-22-(2’-
Jiménez-Arellanes et al.,
Lantana hispida methyl-2z-butenoyloxy-12- 50
2006
oleanen-28-oil
Ácido ursólico
Jiménez-Arellanes et al.,
Chamaedora tepejilote Escualeno 100
2005
Farnesol
1α-hidroxy-6β-(2xi-
Senecio chionophilus methylbutyryloxy)-10αH-9- 119 Gu et al., 2004
oxofuranoeremophilane
394
(+)-1-hydroxy-2,6-bis-epi-
pinoresinol
Betulina
Ácido betulilíco
5,7-dihydroxy-3,6,4´- 15.5-
Valeriana laxiflora Gu et al., 2004
trimethoxyflavone 127
Ácido 23-hidroxyursolico
Ácido oleanolico
Tricina
Ácido ursólico
Moniladiol
Chrysanthemum morifolium 4 Akihisa et al., 2005
3-epilupeol
Anticancerígenos
Conclusiones y perspectivas
En las plantas existen compuestos químicos que sirven como sistemas de protección y
para curar enfermedades, por lo que es importante investigar y comprobar las propie-
dades curativas de éstas y conocer las sustancias activas llamadas líderes que después
de ser modificadas químicamente son utilizadas para tratar diferentes enfermedades.
Es recomendable realizar la separación de sustancias puras y determinar si el biocida
es dado por la sinergia de varias de estas sustancias o bien de manera individual.
ESTUDIO DE CASO
Resumen
396
Porphyromonas gingivalis y Bacteroides. Las bacterias aisladas corresponden a las
reportadas en áreas subgingivales y gingivales. Se encontró una CMB de 0.6 mg/mL
y 0.8 mg/mL para Bacillus y Streptococcus spp, respectivamente, las cuales fueron
las bacterias más susceptibles al extracto. Bifidobacterium spp y una Enterobacteria
mostraron una susceptibilidad a 4 mg/mL. Streptococcus intermedius fue inhibida
a 5 mg/mL. Para Staphylococcus y Porphyromonas gingivalis la concentración ne-
cesaria para inhibir su crecimiento resultó ser de 7 mg/mL. Bacteroides no mostró
susceptibilidad a concentraciones ≤ 15 mg/mL. Conclusiones: Las CMB encontradas
nos abren un panorama favorable para, en un futuro, proponer a J. dioica como una
fuente para la obtención de fármacos de origen natural para el tratamiento de en-
fermedades periodontales y sustituir o complementar a los fármacos actuales. Los
efectos del extracto etanólico de J. dioica indican que su potencial como un agente
antimicrobiano debe seguir investigándose.
Introducción
397
Descripción
Distribución
398
Material y métodos
Las principales etapas de esta investigación fueron la toma y manejo de las muestras
de áreas periodontales dañadas; el aislamiento, cultivo e identificación de las bacte-
rias patógenas; preparación y evaluación de la actividad antimicrobiana del extracto
etanólico de J. dioica.
399
Finalmente se realizó el aislamiento de bacterias en agar infusión cerebro corazón,
enriquecido con extracto de levadura y suero para obtener cultivos puros, que una vez
obtenidos se tomaron colonias aisladas de manera aséptica y se inocularon en tubos
con caldo carne para su incubación a 37°C por 72h y se almacenaron en refrigeración
a 4°C hasta su utilización.
La identificación bacteriana se realizó de la siguiente manera: a) Se llevó a cabo la
observación de la morfología colonial de los aislados a simple vista y la morfología celu-
lar mediante el microscopio óptico compuesto a 100x, se realizaron tinciones de Gram
de los cultivos puros para clasificar las bacterias en Gram negativas y Gram positivas;
tinciones de Albert para gránulos metacromáticos y tinciones de Shaffer-Fulton para
endosporas. b) Se realizaron pruebas bioquímicas para la identificación de bacterias
aerobias y anaerobias facultativas basadas en la literatura consultada (MacFaddin, 1984;
Holt et al., 1994; Murray et al., 2007). c) La identificación de las bacterias anaeróbicas se
realizó utilizando el sistema API 20A, de Biomerieux, para microorganismos anaerobios
con las instrucciones especificadas por la casa comercial.
400
una dilución adecuada, según lo requerido por el CLSI, 2008 (Clinical and Laboratory
Standards Institute).
Procedimiento. Se prepararon placas con agar infusión cerebro corazón enriquecido.
Se sembró por extensión. Se realizaron pocillos cilíndricos de manera aséptica en el agar.
Se les agregó 100 μL de etanol al pocillo del testigo (-) y 100 μL del extracto al pocillo de
prueba a una concentración de 5 ó 10 mg/mL (se realizaron diluciones del stock hasta
obtener la concentración deseada). Se incubó a 37°C por 24-48 horas. Además, se incubó
una placa con el inóculo sin ningún agente antimicrobiano como prueba de la viabilidad
del microorganismo (control de crecimiento); y una placa como testigo de esterilidad del
extracto (sin cultivo). Todos los experimentos se realizaron por triplicado.
Preparación del inóculo. Los aislados se activaron en caldo infusión cerebro corazón
enriquecido con extracto de levadura y suero a 37°C por 24-48 horas. Se ajustó la
concentración del cultivo a la escala 0.5 McFarland (108 UFC/mL) a partir del cual se
obtuvo el inóculo final recomendado de 105 UFC/mL por el CLSI 2008.
Procedimiento. Se prepararon tubos con 3 mL de caldo infusión cerebro corazón
enriquecido. Se les agregó a cada tubo, según correspondía, 100 mL de etanol al tes-
tigo (-), y extracto a los tubos de la prueba (se agregaron tantos L del extracto stock,
según se requirió, para obtener la concentración final deseada). Del cultivo activo se
tomaron los microlitros necesarios para obtener una concentración de 105 UFC/mL y
se inocularon en los tubos problema y testigo (-) con caldo infusión cerebro corazón
enriquecido con extracto de levadura y suero. Se incubó a 37°C por 24-48 horas.
Además, se incubó un tubo con el inóculo sin ningún agente antimicrobiano como
prueba de la viabilidad del microorganismo (control de crecimiento); y un tubo como
testigo de esterilidad del extracto (sin cultivo). Todos los experimentos se realizaron
por triplicado.
Resultados y discusión
401
Ximenez-Fyvie et al., 2000; Peters et al., 2000; Kolenbrander et al., 2002; Nair, 2004;
Haffajee et al., 2004; Goto et al., 2002; Helgason et al., 2000; Todar, 2002; Ferrari et
al., 2005) y dos de ellas, Porphyromonas gingivalis y Bacteroides, son consideradas
los principales periodontopatógenos (Takeuchi et al., 2001; Paster et al., 2001; Kumar
et al., 2003).
El extracto de J. dioica no es el primero en ser probado en bacterias presentes en
periodontitis, sin embargo, los datos obtenidos colocan a esta planta entre las más
prometedoras, dentro de las que se han probado, para el tratamiento de enferme-
dades periodontales.
Microorganismo CMB
Los resultados de este estudio resultan ser muy favorables si se les compara
con otros estudios similares, mencionados a continuación. Las CMB obtenidas se
encuentran en el rango de 0.6 mg/mL a 11 mg/mL y resultan ser muy adecuados en
comparación a la CMI de aceite de ajo (Allium sativum) y a la del puerro chino para
S. aureus, de 24 y 36 mg/mL respectivamente, reportadas por Tsao y Yin (2001).
Inclusive comparándolas con los resultados de otra investigación sobre el efecto del
extracto acuoso de ajo realizada por Bakri y Douglas (2005) arrojó valores de CMB
para los principales patógenos periodontales de 35.7-1.1 mg/mL. Otras dos plantas
medicinales chinas, Conth Su (CS) y Chi Tong Ning (CTN), utilizadas por cientos de
años por los chinos como un tratamiento para enfermedades periodontales fueron
analizadas por Chan et al. (2003), encontrando una CMI de 25 mg/mL para la CTN y
50 mg/mL para CS; estos valores fueron superiores, en concentración, a los arrojados
por el extracto etanólico del tallo de J. dioica.
402
Conclusiones
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407
BIOTECNOLOGÍA VEGETAL
CULTIVO DE TEJIDOS VEGETALES EN PLANTAS
DE IMPORTANCIA ECONÓMICA
Cárdenas-Ávila MLa*, Villarreal-Garza JAb Flores-del Ángel MLb
a
Departamento de Biología Celular y Genética, bDepartamento de Botánica
Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de Nuevo León, Ave. Pedro de Alba
s/n, Ciudad Universitaria, C. P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
*cardenasavila@yahoo.com
Resumen
E
ste capítulo presenta una recopilación de investigaciones sobre el uso del
cultivo de tejidos vegetales en diversas plantas de importancia económica del
estado de Nuevo León. Dentro de las plantas investigadas se encuentran los
cítricos, sin duda las plantas cultivadas de mayor importancia para la región, otras
plantas cultivadas de importancia alimenticia como el frijol y el chile, gramíneas y
algunas plantas de uso medicinal. De cada investigación se mencionan aspectos de
la técnica de cultivo in vitro utilizada, la aplicación de la misma, el medio de cultivo y
diversas metodologías, haciendo énfasis en los resultados más relevantes de cada una
de ellas. Se destaca al cultivo de tejidos vegetales como una alternativa biotecnológica
para dar solución a problemas presentes de los cultivos en el campo.
Introducción
México está considerado dentro de los países con mayor riqueza en diversidad bio-
lógica, que es la materia prima para el desarrollo de la biotecnología, y es centro de
origen de un gran número de especies como el algodón, cacahuate, tomate, maíz,
frijol y chile, especies que están en la mira de la ingeniería genética.
El cultivo in vitro de tejidos vegetales incluye el cultivo de protoplastos, células,
tejidos, órganos y plantas en un medio nutritivo, bajo condiciones estériles y en un
ambiente controlado de luz y temperatura. Las especies o cultivos se seleccionan
para ser introducidos in vitro porque: tienen problemas de regeneración in vivo, es
decir, un bajo porcentaje de germinación; son especies en que las plantas de uno
de los sexos tiene valor comercial; son difíciles de propagar; son especies a las que,
al micropropagarlas, adquieren alguna característica que les hace incrementar su
411
valor comercial y/o especies a las que se les quiere aplicar la técnica de ingeniería
genética.
En este capítulo se enlistan especies nativas e introducidas, cultivadas o silvestres
de importancia alimenticia, forrajera o medicinal que por diferentes motivos han
sido consideradas para trabajarse por alguna de las diferentes técnicas de cultivo de
tejidos vegetales y cuyos resultados han permitido lograr la regeneración de especies
sobreexplotadas, vulnerables y/o en peligro de extinción. Se establecerán protocolos
de investigación que dan pauta a futuras investigaciones.
Medio de cultivo
pH
Temperatura
Luz
Se asume que las necesidades de luz de los cultivos in vitro son inferiores a las de
la planta in vivo; dado que el medio de cultivo contiene cantidades importantes de
412
sacarosa, los cultivos in vitro se comportan sólo parcialmente de forma autotrófica.
Las lámparas fluorescentes son la fuente de luz más usada en las cámaras de cultivo.
Los fenómenos propios del desarrollo de las plantas (germinación, floración, tuberi-
zación, etc.) pueden ser activados por el número de horas diarias de luz que recibe la
planta. De forma análoga, el número de horas de luz que recibe el explante cultivado
in vitro puede afectar a su desarrollo. En general, el mejor fotoperíodo in vivo será
también el mejor fotoperíodo in vitro.
413
El cultivo de tejidos en plantas cultivadas
Cítricos
Otros autores han trabajado con diferentes variedades de chile, especie cultivada en
Nuevo León. Tal es el caso de Vázquez-Corpus et al., (2002) y Cárdenas-Ávila et al.
(2004), quienes lograron la inducción y mantenimiento de callo in vitro de Capsicum
annuum L. variedad morrón, a partir de explantes de hoja mediante el regulador de
416
crecimiento vegetal 2,4-D y el uso de agua de coco (20 y 30%) como aditivo natural
en el medio de cultivo Murashige-Skoog; ellos reportan que el mejor tratamiento
para la inducción de callo in vitro de chile morrón, es el que contiene 20% de agua
de coco, produciendo la mayor cantidad de callo (de color verde limón cristalino) a
los 30 días de la siembra.
En el 2005, Vázquez-Corpus consiguió la inducción de callo in vitro de hoja y pecíolo
de tres variedades de Capsicum annuum L. (chile morrón verde, morrón rojo y puya)
cultivadas en el Municipio de Cadereyta, N.L. mediante reguladores de crecimiento
vegetal (2,4-D 6.25 μM y BAP 0.444 μM) y el uso de agua de coco (0, 20, 30 y 40%)
como complemento natural en el medio de cultivo Murashige-Skoog, De los cuatro
tratamientos (T0, T1, T2, T3) resultantes de la adición de diferentes porcentajes de
agua de coco al medio de cultivo, el mejor para la inducción de callo in vitro para las
tres variedades de chile utilizadas fue el tratamiento T1, ya que se obtuvo callo in vitro
a partir de los 8 días del cultivo en los dos inóculos usados (hoja y pecíolo), logrando
el mayor crecimiento a los 30 días (Figura 2).
Por otra parte, Flores del Angel (2005) reporta la inducción de callo in vitro de hojas
de chile jalapeño y serrano (Capsicum annuum L.) obtenidas a partir de plántulas que
se desarrollan en Benito Juárez, N.L. en el medio de cultivo Murashige-Skoog (1962)
mediante el uso de reguladores del crecimiento vegetal 2,4-D (6.25 μM) y BAP Ben-
cilaminopurina (0.444 μM) y el complemento natural agua de coco en porcentajes
de 0, 10, 20, 30 y 40%. De los tratamientos resultantes de la adición de diferentes
porcentajes de agua de coco (AC) al medio de cultivo, el mejor para la inducción de
callo in vitro para las variedades de chile Capsicum annuum L. utilizadas fue el trata-
miento con el 10% de AC (Figura 3).
417
a b
Figura 3. Callos in vitro de “chile” Capsicum annuum L. a) var. Jalapeño y b) var. Serrano.
a b
Figura 4. Cultivo in vitro de candelilla (Euphorbia antisyphilitica Zucc.) en medio MS con 1.5 mg/L de
IAA y 1.5 mg/L de BAP: a) Callo in vitro de 30 días, b) regeneración de brotes.
Plantas medicinales
Las plantas medicinales, por sus diversos efectos terapéuticos, se han trabajado
también en cultivo de tejidos vegetales, como lo hizo Briones-Vargas (1989), que
realizó cultivo de tejidos de 6 plantas medicinales del noroeste de México y su estudio
fitoquímico preliminar. Dichas plantas fueron Teucrium cubense (verbena o gallinitas
ciegas del monte), con uso medicinal en infusiones de la parte aérea para combatir
cólicos, amibiasis y otros trastornos estomacales; Lippia graveolens (orégano del
monte, hierba dulce, orégano de cerro, romerillo del monte, canelilla, epazótl, xaakche
y xakliche), que se utiliza como remedio contra la diabetes, el extracto de las hojas
se utiliza para frenar la disentería y como antiséptico intestinal, regula el período
menstrual y un jarabe hecho de las hojas secas se toma como remedio para la tos,
también se utiliza como febrífugo y antiespasmódico; Salvia texana (salvia), utilizada
419
como planta medicinal y condimento; Lantana camara (flor de duende, zarzamora,
cinco negritos, bubita negra, comida de paloma, erua sagrada, indian lantana y alan-
tana), es tomada como remedio para el dolor de estomago y reumatismo. Karwinskia
humboldtiana (coyotillo o tullidora), las infusiones de la parte aérea de esta planta han
sido recomendadas para el tratamiento de epilépticos; la Castela texana (bisbirinda,
amargoso y chaparro), sus hojas y sus ramas se usan en medicina popular para curar
disenterías y fiebres.
Otra especie de importancia medicinal es Aristolochia reticulata L. la cual fue
estudiada por López-Nuño (1992), quien determinó condiciones de cultivo in vitro
para esta especie, adecuando métodos de desinfección, (agentes desinfectantes,
concentraciones y tiempos de tratamientos); probó diferentes fuentes de explantes
obteniendo que el segmento de tallo era el más exitoso; esto en medio MS con la
mitad de concentración de macronutrientes y un balance hormonal de 6 mgL-1 de
2,4-D más 1 mgL-1 de K.
Por otra parte, Cárdenas-Ávila (1995, 1997) reporta que mediante la técnica de
ápice de brote evaluó las variedades de ajo (Allium sativum L.) cadereyta, celaya y
taiwan cultivadas en Marín, N.L. comparando los medios de cultivo MS (1962) y B5
(1962), probando 18 tratamientos con diferentes concentraciones y combinaciones de
los reguladores de crecimiento vegetal (RCV) Kinetina (K) y Acido indolacético (IAA) y
los respectivos testigos de ambos medios sin RCV; logrando el establecimiento aséptico
del cultivo in vitro y la micropropagación o regeneración del ajo hasta formación de
bulbo y doble bulbo a las 20 semanas del cultivo in vitro en las variedades Cadereyta
y Celaya en el medio MS con Kinetina e IAA (Figura 5).
a b
Figura 5. Formación de doble bulbo a 20 semanas del cultivo in vitro variedad Cadereyta y b) variedad
Celaya.
Gramíneas
Para realizar un cultivo in vitro es necesario tener una fuente de explantes. En el caso
de las gramíneas se usan con regularidad tejidos inmaduros como la base de las hojas
(Guiderdoni y Demarly, 1998 en Manzano Flores, 1993).
En el cultivo de tejidos vegetales hay un proceso llamado morfogénesis que puede
conducir a la regeneración de plantas completas a partir de explantes. Se dice que el
proceso de morfogénesis es organogenético cuando la formación de plantas involu-
cra la formación inicial de brotes o yemas adventicias y posterior enraizamiento de
éstos (Ochoa-Alejo, 1991; Thorpe y Patel, 1984). Cuando la regeneración de plantas
se obtiene a través de la producción de estructuras semejantes a embriones sexuales,
entonces la vía se denomina embriogenética (Ochoa-Alejo, 1991).
Embriogénesis somática en gramíneas para la inducción de CE (callos embriogéni-
cos) en Pennisetum purpureum fue reportada por Chandler y Vasil (1984) que utilizaron
segmentos de hojas jóvenes que inocularon en medio MS adicionado con agua de
coco, BAP y 2-4 D para regeneración de plantas. En Paspalum spp (pasto Bahía) los
investigadores Marouky y West (1990), indujeron CE inoculando cariópsides (sin lema
y palea) en medio MS con 2 mg/L-1 de 2-4 D; los CE fueron de color blanco, globulares y
friables. La regeneración de la planta la realizaron los CE en el medio MS sin 2-4 D. De
300 cultivos realizados 35 fueron embriogénicos, pero solo 10 produjeron plantas.
En Hordeum vulgare (cebada) Rangel y Jelaska (1986) utilizaron explantes de 2 mm
que consistieron del escutelo y el meristemo apical envueltos por la porción basal
de las 2 hojas jóvenes y obtuvieron la regeneración de plantas. En Zea mays (maíz)
Duncan et al. (1985), obtuvieron la mayor inducción de CE usando embriones inma-
duros sembrados en medio que contenía 4.5 μM de 2-4 D, los CE fueron duros, de
forma irregular y de color blanco amarillo. La regeneración la consiguieron colocando
CE en medio sin 2-4 D. En Sorghum spp. (sorgo) se indujo la formación de CE usando
segmentos de inflorescencias jóvenes inoculadas en el medio de MS conteniendo
0.01-5.0 mg.L-1 de 2-4 D e incubándose a 27°C en oscuridad continua. Las concentra-
ciones que indujeron más CE en el medio de MS (72%) fueron 0.5 y 1.0 mg.L-1 de 2-4
D. La regeneración de las plantas la lograron colocando los CE en el medio de MS
con 1 mg.L-1 de 2-4 D (Boyes y Vasil, 1984 en Manzano-Flores, 1993). Por su parte,
Manzano-Flores (1993) logró la inducción de callos embriogénicos (CE) de “zacate
421
buffel” Cenchrus ciliaris L. var. Higgins en 12 tratamientos con 2-4. En general, ex-
plantes etiolados fueron mejor para inducir CE que los explantes verdes de Cenchrus
ciliaris L. Se regeneraron un total de 56 plantas derivadas de los CE inducidos en los
doce tratamientos estudiados. Todas ellas se trasladaron al suelo, se aclimataron y
lograron sobrevivir.
Otras especies importantes para el estado de Nuevo León de las que se han repor-
tado resultados exitosos
422
Aplicación de cultivos de tejidos vegetales para evaluar condiciones de estrés
Recientemente el cultivo in vitro se utiliza para evaluar otros sustratos para la germi-
nación, tal es el caso de Salas-Cruz et al. (2009), quienes han logrado exitosamente
la germinación y el establecimiento de las especies de Astrophytum capricorne, A.
myriostigma (ambas endémicas y bajo estatus amenazada de acuerdo a la NOM-
ECOL-059-2001), Echinocereus reichenbachii, Escobaria dasyacantha, Mammillaria
prolifera y Sclerocactus scherii, cactáceas que se encuentran en las Áreas Naturales
Protegidas (ANP’s) del municipio de García, N.L.; sitios legalmente protegidos para
el resguardo de la diversidad biológica. Dichos autores utilizaron zeolitas naturales
en tres granulometrías (fina 0.71-1.0 mm, media 1.1-2.0 mm y gruesa 2.1-3.36 mm)
humedecidas con agua destilada; con ½ de sales de MS (1962) líquido con vitaminas;
comparado con ½ de sales de MS sólido con vitaminas, ½ de sales de MS sólido + 10 g
sacarosa, y phytagel. Estos investigadores reportan los más altos valores de porcentaje
de germinación para las 6 especies en el tratamiento de zeolita granulometría media
+ ½ de sales de MS líquido con 58% (Figura 6); comparado con 63.3% (p< 0.001) en
medio MS sólido. Estos resultados muestran la conveniencia de usar zeolitas naturales
como sustrato en la germinación de cactáceas, logrando resultados tan buenos como
los obtenidos con medios convencionales de cultivo in vitro.
424
oscilantes de 60 Hertz de frecuencia sobre el crecimiento y desarrollo. Estos estudios
tienen por objeto comprobar si el campo electromagnético es un factor de estrés
en la planta, ya que previamente se ha informado que en modelos de células ani-
males los campos magnéticos inducen estrés oxidativo, lo que conduce a diversos
efectos bioquímicos que impactan directamente sobre la fisiología celular y sobre el
genoma. Los resultados preliminares indican que al menos a dosis de 0.1 m Teslas de
densidad de flujo magnético, no se observan efectos estadísticamente significativos
al compararse con aquellos cultivos no expuestos al magnetismo. Asimismo, se está
tratando de buscar la respuesta fisiológica mediante la expresión de proteínas de
estrés, pero no se han obtenido a la fecha resultados que indiquen que el campo
magnético es un estresor para las plantas en estas condiciones. El paso a seguir es
someter los cultivos vegetales a intensidades mayores de campos electromagnéticos
así como variar la frecuencia de la exposición, ya que se ha reportado que la respuesta
biológica de un organismo a estas radiaciones no-ionizantes depende no sólo de la
intensidad magnética, sino de la distribución espacial y temporal del campo aplicado
(Heredia-Rojas, 2009).
Por otra parte, se están realizando estudios de germinación in vitro de semillas
de Medicago sativa L. (alfalfa) en medio MS modificado; y con soluciones acuosas
de nitrato de plata a concentraciones de 50, 100, 150 y 300 ppm. Se asume que
una vez que la plata iónica está en el interior de los tejidos vegetales (plántulas in
vitro) ocurren reacciones en el complejo ambiente bioquímico celular que originan
su reducción a nanopartículas en su forma metálica, las cuales son de aplicaciones
importantes en las nanociencias. De este modo, la investigación tiene un doble im-
pacto relacionado, por un lado, con la fitoextracción de metales pesados de sustratos
con alto contenido metálico, y por el otro, con la biosíntesis de nanopartículas de un
modo no contaminante ya que la síntesis de nanopartículas por métodos químicos
genera gran cantidad de contaminantes tóxicos (Comunicación personal, Hernández
Piñero, 2009).
Conclusiones y perspectivas
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428
EXPERIENCIAS EN CULTIVO IN VITRO DE
CACTÁCEAS
Morales-Rubio ME*, Treviño-Neávez JF, Garza-Padrón RA, Rodríguez-Garza RG, Barrón-González MP
Departamento de Biología Celular y Genética y Cuerpo Académico de Biología Celular. Fa-
cultad de Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de Nuevo León. Ave. Pedro de Alba s/n,
C.P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México
* mmorales1132000@yahoo.com
Resumen
L
as Cactáceas están ampliamente representadas en nuestro país, sus usos son
muy variados, por lo que es importante tener alternativas para su aprove-
chamiento sin el deterioro de las fuentes naturales. Para su propagación se
emplea el cultivo de tejidos vegetales, técnica mediante la cual podemos micropro-
pagar, obtener metabolitos secundarios, preservar germoplasma, etc. La respuesta
morfogenética observada en las especies cultivadas in vitro en medio MS (1962) fue
la siguiente: para Stenocereus gummosus en medio adicionado con BAP 2 mg/L - K 1
mg/L formó callo y brotación abundante a partir de semillas germinadas; Lophocereus
schottii con las condiciones mencionadas para la especie anterior, desarrolla callo a
partir de explante con Arreola; Astrophytum myriostigma en medio adicionado con
BAP 2 mg/L forma abundante callo a partir de explantes de tallo; Ferocactus herrerae
en medio adicionado con BAP 2 mg/L – IBA 1 mg/L desarrolla abundante brotación y
posterior desarrollo de callo a partir de semillas germinadas; Stenocereus pruinosus
en medio sin reguladores, desarrolló plántulas vigorosas a partir de semillas; Steno-
cereus queretaroensis en medio adicionado con BAP 2 mg/L y 1 mg/L de K desarrolló
plántulas y posterior desdiferenciación a callo a partir de semillas germinadas in vitro;
Ariocarpus retusus en medio adicionado con 5 mg/L de 2,4-D formó abundante callo;
Echinocereus stramineus en medio sin reguladores logró una abundante germinación
con desarrollo de plántulas; y Astrophytum capricorne en medio sin reguladores indujo
la germinación de semillas y la posterior desdiferenciación a callo. Stenocereus griseus
formó abundante callo a partir de plántulas germinadas in vitro, en medio adicionado
con: 5 mg/L de 2,4-D y 5 mg/L de K. Con Hylocereus undatus en medio adicionado
con BAP 2 mg/L - K 1 mg/L, se logró la germinación y el desarrollo de brotes; mien-
tras que Acanthocereus occidentalis con 3 mg/L de BAP y 1 mg/L de K logró la misma
respuesta. Ariocarpus trigonus y Mammillaria spp fueron sembradas en medio sin
429
reguladores, para la primera se logró germinación y desarrollo de callo, mientras que
en la segunda se logra germinación y desarrollo de brote. Con Astrophytum ornatum
se emplearon explantes longitudinales, que desarrollaron una brotación múltiple en
medio adicionado con 2 mg/L de K.
Introducción
Antecedentes
Cultivo in vitro
432
para propagar diversas especies de plantas de lento crecimiento (Comparán y Luna,
1994).
Respecto a la germinación y cultivo in vitro de cactáceas, Martínez y Rubluo (1989)
lograron la propagación masiva de la casi extinta Mammillaria san-angelensis. El medio
de cultivo empleado fue el Murashige y Skoog suplementado con diferentes concentra-
ciones y combinaciones de bencilaminopurina (BAP) y ácido naftalenacético (NAA).
Semillas de pitaya de mayo fueron sembradas en agar y en medio Murashige y
Skoog (1962) adicionado con promotores de brotación. En ambos sustratos lograron
una germinación del 90% (Morales et al., 2000).
Utilizando medio Murashige y Skoog (1962), adicionado con reguladores de creci-
miento: K (Cinetina) 1mg/L con BAP (Bencilaminopurina) 2 mg/L y K 5 mg/L, e IAA (ácido
Indolacético) 0.3 mg/L, se logró la germinación de Hylocereus undatus. (Morales, 2000).
Se logró la regeneración de brotes de Mammillaria luethyi a partir de callo, en-
contrándose la mayor cantidad de brotes a concentraciones de 1 mg/L BAP, 3 mg/L
BAP y 1 mg/L de K. No se requirió la presencia de auxina en la producción de brotes
(Escobedo et al., 2002).
Los trabajos realizados y los que a continuación se presentan, ofrecen amplias
perspectivas para el cultivo in vitro de cactáceas, asimismo los resultados obtenidos
permiten vislumbrar aplicaciones de impacto para la propagación masiva in vitro
de estas especies y contribuir así a evitar la extinción y promover el uso racional y
sustentable de los recursos.
Especies estudiadas
434
Posición taxonómica y características
Familia Cactáceas
Reino: Plantae
DIVISIÓN: Magnoliophyta
Phylum: Angiospermas
Clase: Dicotiledonea (Magnoliopsida)
SUBCLASE: Caryophyllidae
Orden: Cactales (Caryophyllales)
Familia: CACTACEAE Lindley
Las cactáceas son plantas xerófitas, con tallo fotosintético y carnoso, generalmente
sin hojas o éstas suelen estar transformadas en espinas (Figura 1). Las especies con
hojas son las más primitivas (Pereskia) y de ellas evolucionaron los otros grupos de
cactáceas. Flores grandes, multicolores, hermafroditas, raramente unisexuales; ac-
tinomorfas o zigomorfas. Gineceo con tres a varios carpelos, ovario ínfero, excepto
en Pereskia, que tiene ovario súpero, pueden autopolinizarse o ser polinizadas por
abejas, colibrí, murciélagos o polillas. Estambres numerosos, polen trinucleado. Frutos
predominantemente bayas, rara vez cápsulas; indehiscentes, carnosos casi nunca
secos. En muchas especies los frutos son muy apreciados por su sabor y contenido
nutricio, como algunas pertenecientes a los géneros Hylocereus, Mammillaria, Opun-
tia, Stenocereus (Bravo y Sánchez, 1978).
Figura 2. A. retusus
Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Cacteae
Género: Ariocarpus
Especie: retusus
Nombre vulgar: “Peyote cimarrón”
435
Plantas de 12 cm de altura y 10 a 25 cm de diámetro, de color verde azulado o grisáceo
tallos muy enterrados, globosos. Tubérculos triangulares, atenuados hacia el ápice, a
veces con éste prolongado en forma de un mucrón angostamente cónico, superficie
convexa o casi plana, algo ondulada y más o menos arrugada, no fisurados, de 1.5 a 4
cm de longitud y 1 a 3.5 cm de anchura, casi tan largos como anchos (Figura 2). Aréolas
espiníferas en la punta de los tubérculos, muy pequeñas, circulares, como de 1 a 5
mm de diámetro, con algo de lana y a veces con algunas espinas diminutas; aréolas
floríferas cerca de la axila de los tubérculos, lanosas. Flores en las aréolas floríferas
de los tubérculos jóvenes del ápice de la planta, de 4 a 5 cm de diámetro y hasta 4.5
cm de longitud; segmentos exteriores del perianto blanquecinos, ocasionalmente con
la línea media rojiza, de 1.2 a 2 cm de longitud y 5 a 8 mm de anchura, segmentos
interiores del perianto lanceolados, acuminados, como de 2 cm de longitud y 5 a 9 mm
de anchura; estambres numerosos; filamentos blanquecinos; anteras de color amarillo
oro; granos de polen entre 80 y 85 micras; estilo blanco; lóbulos del estigma 7 o más.
Fruto ovoide, de 10 a 25 mm de longitud, blanco verdoso hasta rosado pálido, liso
ampliamente umbilicado, conserva los restos secos del perianto. Ha sido colectada
cerca de Saltillo, Coahuila; Monterrey, Nuevo León; Hacienda de Cedros, Zacatecas;
Valle de Jaumave, Tamaulipas; Matehuala, San Luis Potosí. De sus mucílagos se puede
obtener pegamento (Bravo y Sánchez, 1991 a, b; Anderson, 2001).
Figura 3. A. trigonus
Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Cacteae
Género: Ariocarpus
Especie: trigonus
Nombre vulgar: “Chautle”, “Chaute”
436
Astrophytum myriostigma Lemaire
Figura 4. A. myriostigma
Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Cacteae
Género: Astrophytum Lemaire
Especie: myriostigma
Nombre vulgar: “Mitra”, “Bonete de obispo”
Figura 5. A. capricorne
Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Cacteae
Género: Astrophytum Lemaire
Especie: capricorne
Nombre vulgar: “Biznaga de estropajo”
437
Tallo subgloboso o cortamente cilíndrico, hasta de 25 cm de altura y cerca de 10 cm
de diámetro, al principio globoso, después ovoide hasta alargado. Costillas 7 u 8, altas
y agudas, con la superficie provista de estigmas blancos, más o menos numerosos.
Aréolas grandes, distantes entre sí 2 a 3 cm, con fieltro castaño (Figura 5). Espinas
desde alrededor de 6 hasta cerca de 20, algunas gruesas, más o menos aplanadas,
suaves, torcidas o recurvadas, de color rojizo, negruzco o ceniciento, largas, de 3 a 10
cm de longitud. Flores de 6 a 7 cm de longitud, que abren ampliamente; segmentos
exteriores del perianto rojizos, con el ápice mucronado; segmentos interiores del
perianto de color amarillo con la base anaranjado rojiza, espatulados, con el ápice
agudo o acuminado, con el margen entero o más o menos dentado; estambres nu-
merosos; estilo delgado, de color crema; lóbulos del estigma 5 a 9, lineares, de color
crema. Fruto pequeño, con escamas pungentes y axilas lanosas. Semillas de 2.5 mm
de espesor, brillantes. Se encuentra en los estados de San Luis Potosí, Coahuila y
Nuevo León (Bravo y Sánchez, 1991a; Anderson, 2001).
Figura 6. A. ornatum
Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Cacteae
Género: Astrophytum Lemaire
Especie: ornatum
Nombre vulgar: “Liendrilla”, “Reguilete”
438
Acanthocereus occidentalis Britton and Rose
Fig. 7. A. occidentalis
Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Pachycereae Buxab
Género: Acanthocereus Engelmann (Britton and
Rose)
Especie: occidentalis (Britton and Rose)
Nombre vulgar: “Nopal estrella”
Plantas que forman densos matorrales. Tallos erguidos, ramosos; cuando alcanzan
determinada longitud se doblan; llegan a medir hasta 4 m de longitud (Figura 7). Artí-
culos de color verde claro con 3 a 5 costillas prominentes, sinuosas. Aréolas distantes
entre sí 1 a 3 cm., ligeramente elípticas, con lana blanca o café; en los tallos jóvenes
hay una escama rojiza. Espinas numerosas, al principio amarillas con tinte rojizo y
porciones semitransparentes, después grisáceas. Espinas centrales generalmente 4,
una superior de 3 a 7 cm de longitud, 2 laterales de 3 a 4 cm y una inferior de 2 a 2.5
cm. Espinas radiales 6 o más. Flores nocturnas, fragantes, de 14 a 20 cm de longitud,
segmentos interiores del perianto blancos; lanceolados, abruptamente acuminados;
los exteriores verde castaño, rojizos con márgenes blancos; estilo blanco verdoso;
lóbulos del estigma 11, amarillentos. Se distribuye por el noroeste y centro de México
(Bravo y Sánchez, 1991b; Anderson, 2001).
Figura 8. H. undatus
Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Hylocereeae
Género: Hylocereus
Especie: undatus
Nombre vulgar: “Pitahaya”, “Pitahaya orejona”,
“Tasajo”, “Junco tapatío”, “Chac”, “Zacamb”, “Reina
de la noche”, “Chak-wob”.
439
Morfológicamente, la planta presenta tallos largos segmentados y ramificados, su
color es verde intenso, desarrollando numerosas raíces aéreas con las que se fijan a los
muros y árboles por los que trepan (Figura 8). Alcanzan una altura de hasta 5 metros
y un diámetro de hasta 6 cm. Cada segmento puede tener una longitud de 50 cm;
está conformado por tres costillas muy pronunciadas. Presenta aréolas con espinas
en número de 1 a 3 cortas y gruesas. Con flores grandes, hasta 30 cm. de longitud
de color blanco en el interior y amarillo verdosas en el exterior con tintes purpúreos.
Florecen desde agosto hasta septiembre y crecen en suelo compuesto, añadido de
un 25% de mantillo de hojas o turba enriquecida. Su fruto es oblongo, de 10 a 12 cm
de diámetro, rojo purpúreo, con grandes escamas foliáceas más o menos caducas
al madurar, es comestible y tiene pulpa blanca. Semillas pequeñas y negras (Bravo y
Sánchez, 1978; Anderson, 2001). En el plano estrictamente comercial y productivo,
la pitahaya tiene demanda documentada en Argentina, Estados Unidos, Alemania,
Suiza, Malasia, Checoslovaquia, Canadá, Bélgica, Italia, Inglaterra, Líbano, Japón y
Eslovaquia. La pitahaya es considerada como la fruta del futuro por la Fundación Tom
Scott and Tom First, debido a que se puede obtener de ella un súper néctar, incluido
en la línea de los jugos y tés de alto valor nutricional. Es una planta distribuida am-
pliamente por todo México (Lòpez, 2002 en: http://www.uasnet.mx/centro/deptos/
iies/revista1/la%20pitahaya.html)
Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Pachycereeae.
Género: Stenocereus (Berg.) Ricc.
Especie: griseus
Nombre vulgar: “Pitayo de mayo”
440
exteriores del perianto rojizos; segmentos interiores del perianto blancos; botón floral
obtuso o redondeado, con el ápice cubierto por escamas obtusas, morenas (Figura
9). Fruto globoso hasta ligeramente ovoide, de 5 cm de diámetro, provisto de aréolas
espinosas y caducas, color que varía desde el verde amarillento hasta rojo purpúreo;
pulpa del mismo color que el pericarpelo, comestible. Distribución Venezuela, Antillas
y México. Los campesinos la cultivan en sus huertos por el sabor muy agradable de
sus frutos llamados “pitayas” que se venden en los mercados en los meses de mayo
(Bravo y Sánchez, 1978; Anderson, 2001).
Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Pachycereeae
Género: Stenocereus
Especie: queretaroensis
Nombre vulgar: “Pitayo de Querétaro”.
441
planta se caracteriza por las aréolas obscuras negras. Se cultiva por su fruto comestible
muy agradable, que se conoce con el nombre de “Pitaya de Querétaro”. Distribución
en el centro de México (Bravo y Sánchez, 1978; Anderson, 2001).
Subfamilia: Cactoideae.
Tribu: Pachycereeae.
Género: Stenocereus (Engelmann)
Especie: gummosus. (Gibson y Horak)
Nombre vulgar: “Pitaya agria o Pitayo agrio”.
Subfamilia: Cactoideae.
Tribu: Pachycereeae
Subtribu: Stenocereinae
Género: Stenocereus (Berg.) Ricc.
Especie: pruinosus (Otto) Buxbaum
Nombre vulgar: “Pitayo”, “Pitayo de octubre”
442
Con tronco bien definido, de 4 a 5 m de alto (Figura 12), ramoso. Ramas de 8 a 10 cm
de diámetro, de color verde obscuro, hacia la extremidad de las ramas azuloso, con
una pruinosidad blanquecina. Costillas 5 a 6 (8) prominentes agudas, algo onduladas.
Aréolas distantes entre sí 3 a 4 cm, grandes, de 8 a 10 mm de diámetro, circulares,
provistas de fieltro grisáceo claro. Espinas radiales 5 a 7 (8) de 1 a 2 cm de largo, radia-
das, subuladas, al principio amarillentas, después grises con la punta obscura. Espinas
centrales 1 a 4, grises, de 2 a 3 cm de longitud. Flores infundibuliformes, de 9 cm de
longitud, con tubo receptacular largo; escamas y segmentos exteriores del perianto
de color moreno verdoso; segmentos interiores del perianto de color blanco, más
largos y delgados que los exteriores; pericarpelo con numerosos podarios pequeños
que llevan escamas con aréolas provistas de lana corta. Fruto ovoide, de 5 a 8 cm de
largo, de color variable, rojo púrpura, anaranjado verdoso, con pulpa carnosa, del
mismo color que el pericarpelo; las aréolas grandes, lanosas y espinosas de que está
provisto se desprenden con facilidad cuando el fruto madura. Semillas pequeñas, de
2 a 2.5 mm de largo y 1.8 mm de ancho; amplio hilo basal; testa negra con gruesas
puntuaciones. Distribución: estados de Tamaulipas, Nuevo León, Veracruz, Puebla,
Guerrero, Oaxaca y Chiapas (Bravo y Mejorado, 1978; Anderson, 2001).
Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Pachycereeae
Género: Lophocereus (Pachycereus según Anderson, 2001).
Especie: schottii (Engelmann) Britton and Rose.
Nombre vulgar: “Muso”, “Senita”, “Músaro”, “Viejo”, “Tuna
barbona”
443
Echinocereus stramineus Engelmann
Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Pachycereeae
Género: Echinocereus
Especie: stramineus
Nombre vulgar: “Pitaya fresa”, “Pitaya”,
“Sanjuanera”
Mammillaria spp
Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Cacteae
Género: Mammillaria Haworth
Nombre vulgar: “Mamilaria”
Es uno de los géneros más grandes de esta familia. Plantas pequeñas simples o
cespitosas, tallos globosos, cortamente cilíndricos. La característica distintiva del
género está en el desarrollo de la areola, que está dividida en dos partes claramente
separadas: dimorfas, las espiníferas en el ápice de los tubérculos, y las floríferas en la
base (Figura 15). Flores de diversos colores, infundibiliformes o campanuladas. El fruto
es una baya pequeña y claviforme. La parte inferior no tiene espinas, pudiendo estar
recubierta por cerdas o lanas y produce las flores y frutos. El género está representado
444
por múltiples especies en todo México (Bravo y Sánchez, 1991b; Anderson, 2001).
Subfamilia: Cactoideae
Tribu: Cacteae
Género: Ferocactus
Especie: herrerae
Nombre vulgar: “Cactus barril”, “Ferocacto”
Materiales y métodos
445
A) solución stock de macronutrientes
446
Preparación de 1 L de Medio MS
Resultados y discusión
447
desdiferenciación a callo a partir de semillas germinadas in vitro; Ariocarpus retusus
(Figura 23), en medio adicionado con 5 mg/L de 2,4-D formó abundante callo; E. stra-
mineus (Figura 24), en medio sin reguladores logró una abundante germinación con
desarrollo de plántulas y A. capricorne (Figura 25), en medio sin reguladores indujo la
germinación de semillas y la posterior desdiferenciación a callo. S. griseus (Figura 26),
formó abundante callo a partir de plántulas germinadas in vitro, en medio adicionado
con: 5 mg/L de 2,4-D y 5 mg/L de K. Con H. undatus (Figura 27), en medio adicionado
con BAP 2 mg/L - K 1 mg/L, se logro la germinación y el desarrollo de brotes, mientras
que A. occidentalis (Figura 28), con 3 mg/L de BAP y 1 mg/L logro la misma respuesta.
A. trigonus (Figura 29) y Mammilaria sp (Figura 30), fueron sembradas en medio sin
reguladores, para la primera se logro germinación y desarrollo de callo, mientras que
en la segunda se logra germinación y desarrollo de brote. Con A. ornatum (Figura 31),
se emplearon explantes longitudinales, que desarrollaron una brotación múltiple en
medio MS adicionado con K 2 mg/L.
448
Figura 17. Stenocereus gummosus
449
Figura 22. Stenocereus queretaroensis
450
Figura 27. Hylocereus undatus
451
Figura 32. Plantas micropropagadas y aclimatadas a nivel de laboratorio, Stenocereus queretaroensis.
Conclusiones y perspectivas
452
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454
BIOPELÍCULAS VEGETALES
Arévalo-Niño Ka*, Solís-Rojas Cb, Galán-Wong LJa, Morales-Ramos LHa
a
Instituto de Biotecnología, bDepartamento de Zoología de Invertebrados, Facultad de Cien-
cias Biológicas, Universidad Autónoma de Nuevo León, Pedro de Alba s/n, Cd. Universitaria,
C.P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León., México.*
*karevalo@fcb.uanl.mx
Resumen
L
os recursos naturales, así como los residuos de la actividad agrícola, deben servir
para distintas aplicaciones humanas. Sin embargo, el aprovechamiento de éstos
debe hacerse bajo un esquema de desarrollo sostenible, y parte de esto implica
conocer esa biodiversidad característica de nuestro país. El conocimiento de los recursos
vegetales regionales y de las propiedades de éstos para elaborar diversas sustancias, las
cuales a su vez puedan usarse como materia prima para generar productos y/o servicios
que satisfagan necesidades de la humanidad, es parte fundamental de la innovación
tecnológica. Es importante que los investigadores trabajen de manera multidisciplinaria
y conjunten sus conocimientos para el buen aprovechamiento de nuestros recursos. En
este capitulo se abordan de manera muy general las plantas que constituyen la principal
vegetación de nuestra región en base a su potencial de producir biopolímeros, los cuales
tienen una gama muy amplia de aplicaciones pero, en este caso, nos enfocaremos a su
aplicación para la obtención de “plásticos biodegradables”, “películas biodegradables”
o recubrimientos, utilizados principalmente en la industria de alimentos. De los polisa-
cáridos más estudiados se encuentra el almidón, seguido por la pectina y la celulosa;
finalmente, polisacáridos mas complejos como lo mucílagos, las resinas y algunas ceras
que, aunque no son polisacáridos, presentan interesantes aplicaciones y son recursos
renovables producto de nuestra región con un alto potencial para ser explotados.
Introducción
455
El desarrollo económico de una población implica un aprovechamiento óptimo de
los recursos. Dentro del aprovechamiento de los recursos se encuentra la búsqueda
de fuentes alternativas de materias primas para aplicaciones en los diversos sectores
económicos. Esto había sido una actividad característica de ciertos países, sin embar-
go, la globalización ha traído como consecuencia la definición de prioridades comunes
de la humanidad y una de ellas es el cuidado del medio ambiente. El concepto del
cuidado del medio ambiente es y puede ser tan amplio como nuestra imaginación
nos lo permita, y en este caso se refiere al aprovechamiento de forma sostenible de
recursos naturales renovables propios de nuestra región con el objetivo de generar
productos que satisfagan necesidades concretas del hombre.
Es importante conocer los recursos característicos de cada región para poder
planear el aprovechamiento óptimo de los mismos. Está documentado que en el es-
tado de Nuevo León se encuentran representados cuatro de las cinco zonas terrestres
más importantes del país: tropical subhúmeda (selva espinosa), templada húmeda
(bosque mesófilo de montaña), templada subhúmeda (bosque de pino y encino) y
árida y semiárida (matorral xerófilo) (Alanís-Flores et al., 2004).
Sin embargo, en el caso de Nuevo León, el tipo de vegetación con mayor extensión
es el matorral, los matorrales se caracterizan porque generalmente están formados
o dominados por especies leñosas sin un tronco bien definido a la altura del pecho,
o están ramificadas desde la base de la planta, o sea, por arbustos.
Los matorrales se han clasificado de distintas maneras, dependiendo de su al-
tura (matorrales bajos, mediano y altos), con o sin espinas (Inermes, subinermes o
espinosos), o por la forma de las hojas de las especies que los componen (micrófilo,
rosetófilos); sin embargo, una de las clasificaciones más aceptadas es la propuesta por
Jerzy Rzedowski, en el libro La Vegetación de México, en donde, de manera general,
engloba los distintos tipos de matorrales bajo la categoría de “matorral desértico”
(Rzedowski, 1978). Sin embargo, se hacen descripciones específicas de este matorral
dependiendo de las especies que lo integren en las diversas regiones de México. Para
Nuevo León, existen los llamados “mezquitales” hacia la Planicie Costera del Golfo
(en el noreste del estado), dominado por mezquite (Prosopis glandulosa), chaparro
prieto (Acacia rigidula), huizache (Acacia farnesiana), granjeno (Celtis pallida), entre
otras especies. Otro tipo de matorral importante en nuestra región es el “matorral
submontano”, presente en la base de las montañas y lomeríos, que actúa muchas
veces como una transición entre el matorral desértico y los bosques de encino, re-
presentado por barreta (Helietta parvifolia), hoja dorada (Decatropis bicolor), tenaza
(Pithecellobium pallens), guajillo (Acacia berlandieri), entre otras. Lo que comúnmente
conocemos como “matorral desértico”, en Nuevo León presenta un gran número de
variantes en cuanto a su composición de especies, algunas de las más comunes son la
lechuguilla (Agave lechuguilla), espadín (Agave striata), guapilla (Hechtia glomerata),
sotol (Dasylirion texanum), gobernadora (Larrea tridentata), cenizo (Leucophyllum
frutecens), anacahuita (Cordia boissieri), palma pita o palma china (Yucca filifera),
entre cientos de especies más.
El Instituto Mexicano de Recursos Naturales Renovables realizó un estudio sobre
las zonas áridas del centro y noreste de México y el aprovechamiento de sus recur-
456
sos, agrupando a las especies en alimenticias, elaboración de bebidas, productoras
de fibras, para fines de construcción, como forrajeras, productoras de cera, plantas
productoras de hule y como sustitutos de jabón. Además mencionan especies utili-
zadas en medicina tradicional (I.M.R.N.R., 1964; Alanís-Flores et al., 1996).
Las plantas que constituyen este tipo de vegetación se caracterizan por la pro-
ducción de diversas sustancias, dentro de las cuales se encuentran los biopolímeros
que han sido aprovechados para diversas aplicaciones en los sectores farmacéutico,
médico, de alimentos y agrícola, entre otros. Debido a lo fascinante y amplio que
este tema puede llegar a ser necesario tratar de dividir en temas más específicos su
estudio.
En este capítulo daremos generalidades sobre los biopolímeros más importantes
producidos por algunas de estas plantas para, finalmente, enfocarnos a los polisa-
cáridos aplicados a la elaboración de “biopelículas” y la importancia de éstas en la
actualidad.
• Obtenidos por biopolímeros que son producidos por sistemas biológicos tales
como microorganismos, plantas y animales.
• Obtenidos por biopolímeros que son sintetizados químicamente pero son de-
rivados de materiales biológicos iniciales, tales como aminoácidos, azúcares,
grasas naturales, o aceites.
457
Polisacáridos
Celulosa y almidón
Pectina
459
lular y pega las paredes celulares entre si. Son polisacáridos de alto peso molecular
ácidos y neutros muy ramificados. En presencia de agua forman geles. Determinan
la porosidad de la pared y, por tanto, el grado de disponibilidad de los sustratos de
las enzimas implicadas en la modificación de la misma (Devia, 2002; Be Miller, 2008).
El término pectina incluye a una familia de oligosacáridos y polisacáridos que tienen
características en común, pero que difieren en cuanto a su estructura. En general,
la pectina está constituida por al menos un 65% de ácido galacturónico y puede
contener tres tipos de polisacáridos: homogalacturonano, ramnogalacturonano I y
ramnogalacturonano II (Boatella et al., 2004). La aplicación industrial y tecnológica
de las pectinas se basa en su habilidad para formar geles.
Las pectinas también proporcionan superficies cargadas que regulan el pH y el
balance iónico. Además son utilizadas ampliamente en la industria de alimentos como
agentes hidrocoloides (gomas) gelificantes. Tienen como componente común y princi-
pal a una cadena lineal central constituida de unidades de ácido poli-D-galacturónico
unidas por enlaces glicosídicos 1-4. Dependiendo del origen botánico y el proceso
de extracción los grupos carboxílicos están parcialmente esterificados con metanol
y en ciertas pectinas los grupos hidroxilo están parcialmente acetilados. Azúcares
neutros también están presentes como la ramnosa, arabinosa, galactosa, xilosa y
glucosa (Kang et al., 2007).
El uso de residuos industriales de origen vegetal para la obtención de pectina tiene
una relevancia alta desde el punto de vista económico y ambiental. Los residuos que
se obtienen del procesamiento industrial de manzana, durazno (melocotón), diversos
cítricos, mango, guayaba, papaya, maracuyá, tuna y nopal son una fuente importante
de materiales pécticos de alta calidad que pueden utilizarse en formulaciones alimen-
ticias, farmacéuticas y poliméricas.
Actualmente, la industria de extracción de pectina en México, y en los países
productores de la misma, está soportada en los desechos de cítricos, no obstante,
la presencia de este polisacárido en otro tipo de plantas crea nuevas fuentes de
pectina, las cuales pueden ser muy atractivas desde el punto de vista económico.
En este sentido, el nopal Opuntia sp, es una planta nativa de amplia distribución en
zonas áridas y semiáridas de México y el mundo. Las pencas de nopal excretan un
mucílago sin capacidad de gelificación que ha sido descrito como una pectina y cuyas
propiedades fisicoquímicas y reológicas en solución se han estudiando ampliamente.
Estudios sobre métodos para la extracción de los componentes del mucílago del
nopal han permitido obtener una pectina con excelente capacidad de gelificación y
con un perfil de composición similar a la pectina obtenida de cáscara de limón y de
la remolacha azucarera (Goycolea et al., 2000).
Mucílagos
Los mucílagos son un tipo de fibra soluble de naturaleza viscosa. Lo producen las
semillas o frutos de ciertas plantas, otras en sus hojas o tallos. etc. Se compone
460
básicamente de polisacáridos muy ramificados de pentosas (arabinosa y xilosa) que
secretan las plantas frente a las lesiones. La composición depende del grado de ma-
durez de la planta (Castillo y Martínez, 2007).
El género Opuntia sp es conocido comúnmente como tuna, nopal, tunera, chum-
bera, opuntia y cactus, entre otros. Sus frutos son conocidos como tunos, tunas, higos
pico, higos chumbos, cactus pera, etc. (López, 1977). Las condiciones geográficas,
relieve y clima de México han favorecido la diversificación de estas plantas y a la
fecha se reconocen en el país unas 100 especies (Bravo y Sánchez, 1991).
La presencia de esta planta en una amplia zona geográfica del país incluyendo
nuestro Estado ha llevado a la búsqueda de alternativas a su uso además de la ali-
mentación. El comportamiento del mucílago del nopal en materiales base cemento
es poco conocido. Investigaciones sugieren que el mucílago mejora las características
físicas de las pastas de cemento y morteros. Por ejemplo, en pastas de cemento, dis-
minuye la permeabilidad y aumenta la resistencia a la compresión. Se ha encontrado
que adiciones de nopal y sábila deshidratada en concentraciones pequeñas pueden
funcionar como aceleradores de fraguado de pastas de cemento y que disminuyen
la necesidad de acondicionamiento de morteros base cemento. Es decir, para que la
fluidez de esos morteros con adiciones sea igual a los morteros sin las adiciones se
tendría que aumentar la cantidad de agua en la mezcla. Esto podría aumentar la po-
rosidad de los morteros y, en consecuencia, disminuir su resistencia a la compresión
(Sáenz et al., 2004).
Los mucílagos, al igual que la pectina, presentes en productos hortofrutícolas
juegan un papel importante en la salud al promover la motilidad intestinal y reducir
la absorción intestinal de grasa, glucosa y colesterol. Por esto, hoy en día es común
encontrar en el mercado cápsulas de pectina de manzana, nopal, tuna o cítricos.
Algunas fracciones de fibra soluble presente en productos hortofrutícolas también
funcionan como prebióticos, estimulando el desarrollo de bacterias probióticas que
a través de la fermentación producen ácidos grasos de cadena corta (butírico, pro-
piónico y acético), relacionados con una disminución en el riesgo de padecer cáncer,
estimulación del sistema inmunológico; e impiden la colonización del intestino por
parte de bacterias patógenas, evitando con esto enfermedades gastrointestinales
(Castillo y Martínez, 2007).
Los mucílagos pueden tener una amplia aplicación industrial, por ejemplo, el mucí-
lago de nopal se ha utilizado para mejorar las propiedades reológicas y mecánicas en
productos cárnicos (embutidos), productos de panificación (tortillas, pan y galletas),
productos lácteos (flanes, gelatinas), bebidas y dulces. En México, bajo el auspicio de
una firma Alemana, se ha desarrollado un complemento alimenticio conteniendo fibra
soluble de nopal, principalmente mucílago, aprovechando sus propiedades reológicas
y biofuncionales, como lo es la reducción de glucosa, lípidos y colesterol en sangre,
además de reducir el estreñimiento (Pamplona, 2006).
La industria de la pintura se ha beneficiado también de las propiedades aportadas
por el nopal, ya que genera mayor resistencia y adhesividad a pinturas formuladas
con fibra soluble de nopal (Matsuhiro et al., 2006).
461
Gomas
Goma de mezquite
Goma arábiga
Este producto también recibe el nombre de goma acacia, ya que se obtiene al remover
la corteza de árboles de Acacia senegal. Es un heteropolisacárido muy ramificado
formado por una cadena principal de unidades de β-galactopirariosas a la cual se le
unen residuos de L-ramnopiranosas, de L-arabinofuranosas y de ácido glucurónico. Su
peso molecular varía entre 250000 y un millón, y en estado natural es una molécula
compacta que pertenece al grupo de los hidrocoloides naturales.
462
Tiene una solubilidad casi instantánea en el agua (también en frío), aún a altos nive-
les de concentración de aproximadamente 50%. A diferencia de otros hidrocoloides
como la goma guar, algarroba o el agar, la goma acacia tiene una baja viscosidad y
propiedades reológicas únicas, por ejemplo, su comportamiento “newtoniano” has-
ta niveles de concentración del 40%, y también su estabilidad en soluciones ácidas
(Cubero et al., 2002).
Goma guar
Químicamente, la goma Guar está formada por una cadena lineal constituida por
unidades de β-D manosa unidas en α(1-4) con ramificaciones constituidas por una
sola unidad de β-D-galactosa unida en α(1-6) las cuales, en conjunto, se les denomina
galactomananos; en promedio, la goma guar contiene 80% galactomanos, 12% agua,
5% proteína, 2% residuo insoluble en ácidos o fibra cruda, 0.7% ceniza, 0.7% grasa,
un rastro de metales pesados, cero arsénico, y cero plomo.
Se obtiene del endospermo de la semilla leguminosa Cyamopsis tetragono- lo-
bus. Su estructura química está ramificada y la cadena principal consiste en uni-
dades de β-o-manopiranosas unidas β (1,4) y a la cual se le añaden ramas de α-o-
galactopiranosas por enlaces α (I, 6). La relación de monosacáridos es de 2:1; es decir,
en cada tercer D-manosa se localiza una D-galactosa. Su peso molecular es variado,
pero el promedio se considera de 220000 (Figura 1).
463
Se usa principalmente como agente espesante con viscosidad en función de tempe-
ratura, puede usarse en una amplia variedad de productos, ya que es estable en un
rango de pH de 3 a 11. Presenta la ventaja de ser soluble en frio. La aplicación más
común es en alimentos como en queso fresco, queso fundido, helados, salsas, ade-
rezos, bebidas, productos de panadería y pastelerías (Cubero et al., 2002).
Ceras
Cera de Candelilla
464
ceras sin aumentar significativamente el punto de fusión de la mezcla. Es color café
a amarillo-café, dura, quebradiza. Prácticamente insoluble en agua, poco soluble
en alcohol, soluble en acetona, benceno, aceites, etc.; punto de ebullición >240°C,
punto de fusión 68°C a 72°C. Se obtiene de la planta silvestre Euphorbia cerífera, la
cual pertenece a la familia de las Euforbiáceas. La planta crece normalmente en zonas
de clima semidesértico y presenta un aspecto similar al de los cactus, de quiénes se
diferencia con claridad por el látex lechoso que contiene. La candelilla se desarrolla
casi exclusivamente en una región semidesértica de Norteamérica, conocida como
“El Desierto de Chihuahua” (López et al., 2005).
Se utiliza como diluyente en fórmulas que contienen carnauba, parafinas y otras ceras
para obtener mezclas con menor punto de fusión, mejoran apariencia en productos
impartiendo brillo lo que hace extenso su uso en confitería, cosméticos, aceites, lubri-
cantes, velas, cerillos lustradores para muebles, entre otras usos (Moreno, 2004).
Resinas
465
sureste de Asia. La laca se deposita en los árboles y se recoge para producir barniz
de laca (Shanley, 2004).
Las resinas naturales se clasifican en tres categorías principales, dependiendo
de su dureza y constitución: resinas duras, oleorresinas y gomorresinas. Las resinas
duras, entre las que se encuentran el ámbar, el copal, el lentisco y la sandáraca,
son duras, brillantes, inodoras e insípidas, y presentan una fragilidad parecida al
vidrio. Se obtienen tanto de fósiles como por destilación de productos derivados
de las oleorresinas. La más importante y, posiblemente, la de mayor importancia
comercial de todas las resinas es la de trementina, que se usa para encolar o pegar
papel, hacer jabón, como ingrediente de barnices y pinturas y para lubricar los arcos
de los instrumentos de cuerda. La resina de trementina se obtiene por destilación
de la oleorresina trementina. Las oleorresinas son semisólidas, amorfas y pegajosas
que contienen aceites esenciales. Entre ellas se encuentran la sangre de drago y el
bálsamo de copaiba; la trementina es, probablemente, la oleorresina más utilizada.
El aceite esencial de trementina (aguarrás) se emplea como disolvente para pinturas
y barnices, y se usa en la fabricación de productos abrillantadores del calzado y en
ceras para sellar. En la época de los barcos a vela, la trementina se utilizaba para
calafatear e impermeabilizar. Las resinas como el incienso, la mirra, la benzoína y la
asafétida contienen gomas y se denominan gomorresinas (Matteini y Miles, 2008).
Otra forma de clasificar a las resinas, debido a que no se tiene una estructura química
definida, y muy frecuentemente las resinas se encuentran mezcladas con otras sustan-
cias, seria: gomorresinas (resina+goma, en un vehículo acuoso); oleorresinas (resina
disuelta en un aceite esencial); bálsamos (oleorresina con un importante contenido en
ácido benzoico y cinámico); lactorresinas o látex (emulsiones de aspecto lechoso for-
madas por una resina y una disolución acuosa de sales y azúcares (López et al., 2005).
Las resinas naturales constituyen mezclas de compuestos de amplia variedad e
interés comercial y en la medida en que se han descubierto nuevos derivados y usos
de la resina de pino, ésta ha incrementando su valor.
El empleo de la resina de pino y colofonia como potenciales precursores de mate-
rias primas estructuralmente interesantes y factibles de transformaciones sintéticas,
es una variante que merece la atención, orientada hacia la transformación y obtención
de genéricos (commodities) denominados modificados de colofonia y resina, que por
su naturaleza “típicamente ecológica” no contaminante y biodegradable, constituyen
precursores sustentables de novedosos agentes útiles en la agroquímica, química fina
farmacéutica y en la química ecológica nacional y territorial (Neri et al., 2005; Cataldo
y Keheyan, 2006).
Biopelículas
Conclusiones y perspectivas
470
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PLANTAS DE IMPORTANCIA PECUARIA
PLANTAS TÓXICAS AL GANADO
González-Álvarez M*, Vargas-López VR, Salcedo-Martínez SM.
Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de Nue-
vo León.Ave. Pedro de Alba s/n, Ciudad Universitaria, C.P.64451, Monterrey, N. L., México
*marcgonzalez@fcb.uanl.mx
Resumen
E
l número de plantas nocivas presentes en Nuevo León no ha sido determinado,
pero se puede inferir que existen alrededor de cien especies nativas y este
número se supera fácilmente al considerar las plantas introducidas domesti-
cadas como plantas de ornato. Las familias con mayor número de especies tóxicas
en el estado son Fabaceae, Solanaceae, Cactaceae, Euphorbiaceae, Asteraceae y
Araceae. Los municipios donde más especies tóxicas han sido colectadas son Monte-
rrey, Linares, Santiago, Guadalupe, Allende, Santa Catarina, San Nicolás de los Garza,
Galeana, San Pedro, Garza García, Montemorelos, Hualahuises, García, Lampazos y
Escobedo. Los principios activos predominantes en las plantas tóxicas son alcaloides,
glucósidos, aceites y oxalatos. Además del daño mecánico que producen las plantas
con aguijones, espinas y púas, los fitotóxicos que contienen afectan al ganado en
forma variada, que van desde trastornos estomacales leves hasta lesiones severas
de la piel, gastroenteritis agudas, lesiones hepáticas o renales y alteraciones y daños
al sistema nervioso central, los cuales pueden revertirse o llevar a la muerte depen-
diendo del tipo de tóxico, la cantidad ingerida y la condición del animal al momento
del envenenamiento.
Introducción
El estado de Nuevo León cuenta con 3,175 especies de flora como resultado de los
diversos hábitats ecológicos en sus zonas fisiográficas (Villarreal y Estrada, 2008). Entre
ellas, noventa y siete especies han sido previamente enlistadas como tóxicas a los seres
humanos o animales (Guevara, 2006; Hernández, 2006; Cantú, 2007), pudiéndose elevar
477
este número si considerásemos las plantas ornamentales (Spoerke y Smolinske, 1990).
Por definición, una planta es tóxica si origina alteraciones al funcionamiento normal
del metabolismo afectando la salud de los animales susceptibles, bien por contacto o
al consumir alguna de sus partes. Son muchas las plantas que poseen algún tóxico, y
es difícil determinar cuáles son venenosas de las que no lo son, siendo comúnmente
la experiencia lo que al final conduce a este conocimiento, así como la parte de la
planta que contiene el tóxico, la época en que se produce y la cantidad necesaria
para causar envenenamiento.
Si bien existen plantas cuya toxicidad radica principalmente en un solo compuesto,
la mayoría posee más de un compuesto tóxico y su presencia puede variar de acuerdo
a las condiciones ambientales o fisiológicas de la planta. El efecto de estas sustancias
está generalmente relacionado a la edad del animal, su peso corporal, su condición
física y a la cantidad del compuesto ingerido, que es a menudo acumulativa. Algunas
de estas plantas venenosas importantes para el ganado son el astrágalo (Astragalus
spp), la espuela de caballero (Delphinium spp), la hierba lechosa verticilada (Asclepias
subverticillata), la yerba de la víbora (Gutierrezia spp), el cadillo (Xanthium spp) y el
senecio (Senecio longilobus).
Algunas plantas producen durante toda su vida la sustancia tóxica, otras pueden
producir sustancias venenosas en ciertos períodos de crecimiento debido a cambios
fisiológicos. Así, plantas que comúnmente son un buen forraje cuando adultas, pue-
den ser venenosas en su etapa juvenil, como la espuela de caballero (Delphinium
spp, Ranunculaceae) o el cadillo (Xanthium spp, Asteraceae), que es venenoso en la
etapa de plántula. En otras, como los lupinos o moradillos (Lupinus spp, Fabaceae),
la etapa de peligro es la semilla. En algunas plantas, todas sus partes son venenosas,
ya sea que se encuentren verdes o secas, como ocurre con la hierba lechosa vertici-
lada (Asclepias subverticillata, Asclepiadaceae), el loco (Astragalus spp, Fabaceae),
el helenio, la hierba del estornudo o del moro (Helenium hoopesii, Asteraceae), o el
helecho occidental o bracken (Pteridium aquilinum (L.) Khun, Dennstaedtiaceae).
Algunas plantas tóxicas son igualmente venenosas a todo tipo de ganado, mientras
que otras afectan solamente a ciertas clases de animales. Así el pingue (Hymenoxys
richardsonii, Asteraceae), la hierba lechosa verticilada (Asclepias subverticillata), o
el lupino (Lupinus spp) son dañinos principalmente a las ovejas, mientras la espuela
de caballero (Delphinium spp), la yerba de la víbora (Gutierrezia spp, Asteraceae) y el
largoncillo (Acacia constricta, Fabaceae) afectan principalmente al ganado bovino.
En general la corteza, la savia y los frutos son las partes más peligrosas.
Bavera (1971), menciona que las plantas tóxicas para el ganado constituyen una
permanente amenaza la cual debe atenderse, ya que anualmente causan grandes
pérdidas en la ganadería en México. Por ejemplo, existen plantas que contienen
toxinas naturales con actividad teratogénica, es decir, poseen diferentes tipos de
toxinas que al ser ingeridas por los animales en el período de la gestación, inducen a
la malformación y en casos, al aborto.
La mayoría de las pérdidas de ganado causadas por plantas tóxicas se deben a un
mal manejo de la alimentación del mismo, pudiéndose evitar las intoxicaciones sumi-
nistrando a tiempo y en cantidad adecuada forrajes apropiados, sobre todo cuando
478
las condiciones ambientales causan una disminución en las opciones y cantidades
que ofrecen las áreas de apacentamiento (Holechek, 2002). En otras ocasiones, los
envenenamientos se pueden evitar cercando a los animales en las épocas en que la
flora se vuelve o produce partes tóxicas; o bien, incorporando animales familiarizados
con los vegetales nocivos entre los de nueva adquisición o muy jóvenes.
Para lograr la identificación de las plantas tóxicas, las épocas y condiciones en las
cuales presentan toxicidad y los efectos y sintomatología que causa el contacto con
ellas o su consumo por los diferentes tipos de ganado, es primordial el conocimiento
de la flora regional. Al desarrollar esta experiencia se lograrán evitar disminuciones
significativas en la producción y muertes de animales por plantas tóxicas.
Las plantas elaboran una variedad muy amplia de fitoquímicos. Estas sustancias
tienen como función alimentar, proteger o estimular el crecimiento de las plantas
(Kaufman et al., 1999). La hipótesis más aceptada respecto a las sustancias tóxicas
vegetales es que se trata de compuestos que se originan por rutas metabólicas secun-
darias, que les sirven a las plantas para almacenar elementos nutritivos, o bien, que
se trata de sustancias que le protegen del herbivorismo o de fitopatógenos, aunque
se ha demostrado que su presencia muchas veces no es efectiva en este sentido, no
obstante que las cantidades en la planta resultan de elevada tóxicidad al ganado.
Las Tablas 1 y 2, anexas, resumen la información sobre las especies toxicas reporta-
das en el Estado por municipio, así como nombre común, parte tóxica y las sustancias
tóxicas o efectos reportados.
Compuestos Fitotóxicos
Los compuestos fitotóxicos que afectan al ganado han sido identificados como alcaloi-
des, glucósidos, saponinas, resinas, oxalatos, compuestos fotosensibilizadores y ciertos
minerales que la planta absorbe del suelo y los acumula, como selenio o nitratos.
Alcaloides
Los alcaloides actúan sobre diversos tipos de receptores. Sus efectos incluyen acciones
agonistas, agonistas parciales y antagonistas en los alfa-adreno receptores y recep-
tores dopamínicos del sistema nervioso central. Además, algunos alcaloides tienen
elevada afinidad por los receptores postsinápticos (Moreau, 1973). Los síntomas de
intoxicación incluyen salivación excesiva, náusea, pulso acelerado, respiración rápida
y corta, midriasis acentuada (dilatación anormal de la pupila manteniéndose inmóvil
el iris) excitación, temblor y falta de coordinación muscular, convulsiones, delirio,
postración y muerte por paro respiratorio. La teobromina del cacao puede producir
intoxicaciones al dar una cantidad alta de chocolate a perros o gatos. Las plantas que
provocan intoxicaciones en el estado, por su contenido de alcaloides son:
479
La hierba de Santiago (Senecio spp, Asteraceae), puede causar envenenamientos al
ingerirse junto a vegetales forrajeros e incluso contaminar la miel de abejas que trans-
portan su néctar. Los glucósidos de quercetol y alcaloides como senecionina, senecina,
senecifolidina, jacobina y jaconina presentan una acción hepatotóxica, colinérgica y
carcinogénica, cuyos síntomas pueden presentarse durante las primeras 24h después de
la ingestión hasta semanas más tarde. En el ganado se aprecia decaimiento, mal estado
general y aparición de edemas subcutáneos intermandibulares. Luego de varias semanas
puede ocurrir deshidratación, ascitis, hiperplasia de la vesícula biliar, hígado moteado y
firme, falta de coordinación motora e hiperexcitabilidad antes de la muerte.
La uña de gato (Acacia greggii A., Leguminosae) acumula alcaloides oxindoles y aminas
tóxicas en sus ramas y hojas, sobre todo en otoño e invierno. Afecta a no rumiantes
y ciertos animales como los cotorros.
480
El miembro de la familia Rhamnaceae Ziziphus obtusifolia (Hooker ex Torrey et Gray)
Gray, posee la toxina solanina, que es un glucoalcaloide esteroidal sumamente tóxico,
de acción anticolinérgica parecida a la de los alcaloides tropánicos.
La papa (Solanum tuberosum L.) en sus hojas, tallos, tubérculos dañados, germinados
o reverdecidos por acción del sol, así como en las cáscaras, contiene solanina que
puede causar intoxicaciones incluso después de la cocción.
Saponinas
Las saponinas tienen una actividad antiATPasa que afecta el transporte de sodio a
través de la membrana (descompensación iónica), lo cual interrumpe el estímulo
481
nervioso, paralizando la musculatura respiratoria y causando la muerte del animal
por asfixia. Además, las saponinas irritan el tracto gastrointestinal, incrementan
la permeabilidad de las células del epitelio permitiendo su entrada en el torrente
circulatorio y su acción hemolítica. Reducen la absorción del colesterol formando
compuestos con éste, disminuyen la funcionalidad intestinal e influyen en la digestión
y absorción de distintos componentes de la dieta (Mulet, 1997). Su principal acción
la ejercen lesionando los tejidos por donde penetran al organismo, ya que son vene-
nos protoplasmáticos y ejercen acción de parálisis por ser estupefacientes (Forsyth,
1968). El examen post-mortem puede descubrir hemólisis, lesiones en el hígado, bazo
y pulmones y a veces en los intestinos (Forsyth, 1968). Los síntomas de intoxicación
por saponinas en animales pueden incluir irritación bucal, diarrea, heces con sangre,
gastroenteritis, hepatitis, nefritis, hematuria, edema ótico y cefálico, incremento de
temperatura, incoordinación de movimientos y pérdida de sensibilidad, secreciones
amarillentas en ojos y pezuñas; por su acción de estupefaciente, ocasiona inapetencia,
indiferencia, decaimiento, somnolencia, parálisis con disnea y taquicardia, debilidad
progresiva, desarrollo de coma y la muerte (Gallo, 1987). Las plantas que provocan
intoxicaciones por su contenido de saponinas son:
La falsa damiana o hierba de San Nicolás (Gutierrezia sarothrae (Pursh) Britt. Rusby,
Compositae) crece abundantemente y se mezcla entre especies vegetales comestibles
cultivadas. Contiene una alta concentración de saponinas durante el desarrollo de sus
hojas, por lo que al ser accidentalmente ingerida por hembras gestantes provoca descar-
gas vaginales sanguinolentas, edema uterino y abortos con retención de la placenta.
482
El cardo amarillo (Argemone mexicana L. Papaveraceae) además de los alcaloides
contiene saponinas y causa intoxicaciones en el ganado.
Nitratos (Metahemoglobinizantes)
Las plantas absorben nitratos del suelo que no son tóxicos, en el organismo se re-
ducen a nitritos que atraviesan fácilmente el tracto gastrointestinal incorporándose
al torrente sanguíneo. Una vez en la sangre se combinan con la hemoglobina de los
eritrocitos formando metahemoglobina (hemoglobina oxidada), incapaz de fijar y
transportar el oxígeno y liberarlo en los tejidos (Mulet, 1997). El rumen de los animales
favorece la rapidez de esta conversión del nitrito en amoníaco por su pH básico, tem-
peratura estable y la presencia de microorganismos. Si la entrada de nitratos excede
la capacidad fisiológica de degradación, los nitritos son absorbidos y pasan a la sangre
actuando sobre la hemoglobina, transformándola en metahemoglobina la cual es
inútil para el transporte de oxígeno. Los síntomas de intoxicación por nitritos son la
coagulación y el color café oscuro de la sangre, presencia de hemorragias petequiales
en el músculo cardiaco y tráquea, congestión vascular general con grados variables
en rumen y abomaso (Blood, 1985). Típicamente se presenta anoxia, disnea con res-
piración rápida y jadeante, temblor muscular, debilitamiento, marcha tambaleante,
cianosis intensa seguida de palidez de mucosas, pulso débil y rápido y temperaturas
anormales (Reyes, 1977; Blood, 1985), hasta el colapso, coma y la muerte (Fuller y
McClintock, 1986). La necropsia revela congestión de órganos, edema, degeneración
grasa del hígado, gastroenteritis, congestión de meninges y degeneración cardiaca y
renal. Plantas que provocan intoxicaciones por su contenido de nitratos son:
El maíz (Zea mays L., Poaceae), el zacate Johnson (Sorghum halepense, Poaceae),
los quelites (Amaranthus blitoides y A. retroflexus, Amaranthaceae), el amaranto de
Palmer (Amaranthus palmeri S. Watson, Amaranthaceae), y la barrilla o cardo ruso
(Salsola tragus L., Chenopodiaceae) pueden, bajo condiciones favorables del creci-
miento, acumular altas concentraciones del nitrato y llegar a ser venenosos incluso
en cantidades pequeñas. Al acumular nitrógeno en las hojas pueden causar la muerte
en bovinos por envenenamiento con nitratos al reducirse a nitritos en el intestino.
Resinas
Las resinas son productos vegetales propios de algunas familias de plantas originados
por polimerización y oxidación de derivados terpénicos. Se trata de sustancias sólidas
o semisólidas, insolubles en agua y no volátiles. En la naturaleza no se presentan
aisladas, sino asociadas a aceites esenciales constituyendo el conjunto oleorresinas
o bálsamos. Estas sustancias son irritantes de las mucosas, e ingeridas provocan
483
deposiciones acuosas a las 2 o 3 horas, dando diarreas profusas y sanguinolentas,
produciendo cólicos intensos, hasta afecciones muscular y cardiaca (Farias-Brito y
Tokarina, 1997). Plantas que contienen resinas tóxicas:
Los frutos secos del hojasé (Flourencia cernua D.C., Asteraceae) contienen una
resina que causa gastroenteritis al ganado bovino, caprino u ovino.
Las Euphorbiaceae producen un látex lechoso que en el caso de ciertas especies
de Euphorbia spp. puede ser irritante al ponerse en contacto con las mucosas, o
como es el caso del jugo del canelillo o solimán (Croton ciliato-glandulosus Ort.),
una gota basta para producir quemaduras, ulceraciones y descamación en la piel y
sus frutos maduros, quemaduras en la boca y tracto digestivo, aún secos, debido a
los glucósidos y resinas que contienen (aceite crotón). El látex de hojas, tallos y flores
de la celidonia (Euphorbia maculata L., Euphorbiaceae) produce síntomas más leves
de irritación cutánea, edematosis y fotosensibilización, así como el látex del tronco
del árbol del diablo (Hura poliandra Baill) que produce inflamación y quemaduras en
la piel. La golondrina (E. prostrata Ait.) es otro ejemplo; el látex de tallo y hojas y el
aceite de sus semillas contiene un euforbioesteroide irritante e inflamatorio intestinal,
tóxico para bovinos, peces y ratas.
Taninos
Aceites y terpenos
484
El burrito (Aloisya gratisima, Verbenaceae), es una planta tóxica para los caballos,
mulas y burros por su alto contenido de sesquiterpenos como cariofileno, copaenona,
ledol, espatulenol y copaenol. El germacreno al oxidarse produce una lactona que
causa reacciones citotóxicas o alérgicas en la piel. Otras Verbenaceae, son la Lantana
macropoda Torr y la lantana (Lantana camara L.) que poseen una toxina triterpénica
hepatotóxica llamada Lantano A, el cual afecta a las personas y ganado, después de
tres a cuatro días después de ingerir la planta.
El árbol del diablo o haba de indio (Hura poliandra Baill., Euphorbiaceae) contiene
una fitotoxina concentrada en semillas, frutos y látex. El látex y semillas se han
utilizado para facilitar la pesca en ríos atontando a los peces y para matar cánidos
y otros animales nocivos a la agricultura y la ganadería. La ingestión de sus semillas
provoca náuseas, vómitos, dolor de estómago, diarrea con sangre, aceleración del
pulso, pérdida de la visión, convulsiones y finalmente la muerte.
485
La coronilla o gongorilla (Anagallis arvensis L., Primulaceae) es una hierba muy
tóxica. Sus semillas tienen acción hemolítica e irritante de las mucosas digestivas y
respiratorias, al ingerirlas, además de lo anterior provocan depresión, inactividad,
pérdida de apetito, diarrea hemorrágica, congestión pulmonar y daño hepático, renal
y cardiaco, debido a los heterósidos terpénicos que contiene.
El añil cimarrón (Indigofera suffruticosa Mil., Fabaceae) puede causar diarrea severa
y espasmos musculares por sobredosis al utilizarla como purgante. En las hojas se han
identificado los alcaloides del indol: índigo e indirubín. La planta completa contiene
el flavonoide lovisifieserona y el esterol beta-sitosterol.
Las neurotoxinas de las semillas de capulín (Karwinskia humboldtiana, Rhamna-
ceae) (antracenos), se ligan a la albúmina de la sangre acumulándose y afectando las
fibras periféricas de las neuronas motoras. En ganado bovino, ovino, equino, caprino,
porcino y aviar, causan una parálisis motora infebril, ascendente, progresiva y simétrica
que puede afectar los músculos intercostales y llevar a la muerte. Frecuentemente
se confunde con el Síndrome de Guillén-Barré y con la poliomielitis en el humano.
La higuerilla (Ricinus comunis L., Euphorbiaceae) es un arbusto cuyas partes son todas
tóxicas, aunque según reportes, 10 semillas bastan para matar una persona adulta.
Las especies más susceptibles son bovinos, equinos, ovinos, porcinos, aves, conejos
y otros pequeños animales. El consumo del 0.2% de su peso ha causado toxicosis en
ovinos y el 0.01% en caballos. El principio activo es la ricina, una lectina o toxoalbú-
mina que puede comprender hasta el 3% del peso de la semilla. Es una glicoproteína
soluble en agua que no contamina el aceite de ricino y se absorbe por el intestino y
el estómago. Otra fitotoxina causante de bocio, presente en la semilla, es la ricinina.
Los síntomas de intoxicación se presentan en algunas horas (comúnmente 12 a 48 h)
hasta días después de la ingestión y comprenden náusea, dolor abdominal, diarrea
con sangre, tenesmo y deshidratación, así como anorexia, cese ruminal, sed excesiva,
486
debilidad, rigidez muscular, visión borrosa, convulsiones, dispnea, opistotonía, coma
y parálisis respiratoria y cardiaca. En patos una parálisis ascendente puede confun-
dirse con botulismo, en estas aves y gansos han ocurrido intoxicaciones masivas. En
aves se presenta arrugamiento del plumaje, alas caídas y puede iniciarse una muda
prematura.
Oxalatos
Éstos existen en dos formas en los vegetales: oxalatos insolubles (sales de calcio y
magnesio) y oxalatos solubles en agua (sales de sodio y potasio). Los primeros cuando
son ingeridos no se absorben y son excretados sin causar problemas; los últimos,
487
al ingerirse son absorbidos y causan intoxicación al animal. Los oxalatos sódicos
pueden representar hasta un 12% en peso en las plantas, son transformados en el
ácido oxálico en el estómago debido al pH y de ahí pasa a la sangre, donde precipita
formando oxalatos de calcio y magnesio insolubles. Estos cristales destruyen los te-
jidos, afectando principalmente los riñones y pulmones (Gallo, 1987). Los animales
convierten los oxalatos en carbonatos y bicarbonatos no tóxicos en el rumen. Los
oxalatos también interfieren en el metabolismo de los carbohidratos, inhibiendo la
succinato deshidrogenasa y ocasionando la muerte por toxicosis. También pueden
causar hiperfosfatemia, hipernatremia, hipercapnia, aumento de la transaminasa
glutámico oxalacética sérica (SGOT), aumento de la transaminasa glutámico pirúvi-
co sérica (SGPT) y aumento de la lactatodeshidrogenasa y del nitrógeno uréico en
sangre. Los síntomas pueden apreciarse en la boca y el esófago, que pueden parecer
teñidos de sangre. Se aprecia hemorragia intensa en la mucosa del rumen, petequias
en la porción fúndica del abomaso y edema en la pared enteroventral del rumen.
Se presenta un cólico ligero, depresión y debilidad muscular. La marcha es irregular
y la cabeza inclinada hacia abajo. Los animales afectados muestran intranquilidad y
pueden levantarse y caerse con frecuencia. Los animales marchan rezagados al final
del rebaño, pueden aparecer semicomatosos, con la cabeza y el cuello hacia un lado
(Buck et al., 1981). Aquéllas plantas que contienen cristales de oxalatos además de
irritaciones del tracto digestivo pueden causar daños renales, hepáticos y al tejido
nervioso. Este es el caso de la paleta de pintor o caladio (Caladium bicolor Aiton
Vent. Araceae), así como el camilchigui (Dieffenbachia seguine (L.) Schoff, Araceae),
la costilla de adán (Phyllodendron pertusum o Monstera deliciosa), el lampazo u hoja
elegante (Xanthososma robustum Schott.) y los agritos (Oxalis dichondraefolia A.
Gray, Oxalidaceae), cuyo ácido oxálico precipita como cristales que lesionan estómago,
riñones, arterias e incluso pueden depositarse en cerebro. Este tipo de intoxicación
se presenta en ganado bovino, ovino, caprino y raramente equino. Los rumiantes por
otra parte, pueden ingerir grandes cantidades de oxalatos vegetales, aparentemente
porque la mayor parte de éstos son metabolizados en el rumen. El quelite de agua
(Amaranthus blitoides Watts) y el quelite (A. retroflexus L., Amaranthaceae) poseen
oxalatos en gran cantidad.
Ácido cianhídrico
Cianuro, ácido cianhídrico o ácido prúsico son términos que hacen referencia al mismo
principio tóxico. Es un veneno de acción rápida sobre los mamíferos. Diversas plantas
pueden acumular cantidades importantes de algún glucósido cianogénico al suspen-
der su desarrollo debido a condiciones ambientales de congelamiento o sequía, en
alguna etapa de su desarrollo o bien al ser lastimadas, que al ser hidrolizado genera
HCN libre (Buck, 1981). Las enzimas se encuentran en el citoplasma y los heterósidos
cianogénicos en las vacuolas, por lo que la hidrólisis se produce sólo al aplastar o
romper la planta o en el tracto digestivo de los herbívoros donde, una vez absorbido
488
el HCN, entorpece la liberación del oxígeno de los glóbulos rojos a los tejidos, ya que
se bloquea el transporte electrónico en las mitocondrias inhibiéndose la respiración
celular (González y Martinez, 1960; Humphreys, 1990; Sigmund, 1981). Esto provoca
una toxemia en la que la sangre adquiere un color rojo muy brillante y se coagula
lentamente. Se aprecia congestión hemorrágica en tráquea y pulmones. Se aprecian
congestión y distención de abomaso e intestino con presencia de petequias y gases
que desprenden un olor característico a almendras amargas (Lawrence, 1978; Buck
et al., 1981; Blood, 1985; Gallo, 1987; Humphreys, 1990). Son característicos la exci-
tación y temblores musculares generalizados, quejidos lastimeros, polipnea y disnea
pronunciadas, salivación, lagrimeo y eliminación de heces y orina, parálisis, timpa-
nismo, aumento de la frecuencia respiratoria, taquicardia, hipoxia, dificultades en la
marcha, ataxia de las extremidades, midriasis y postración, convulsiones y muerte
(Reyes, 1977; Buck, 1981; Sigmund, 1981; Blood, 1985; Gallo, 1987; Humphreys, 1990).
Plantas que contienen glucósidos cianogénicos:
Glucósidos
489
muscular hasta la disminución del ritmo cardiaco, la postración, convulsiones y la
muerte 12 a 24 h después de la ingesta.
Dentro de las plantas parásitas tóxicas, que son consumidas por error junto con
las plantas comestibles hospederas, se encuentra la cuscuta o tripa de judas (Cuscuta
spp., Convolvulaceae) que causa envenenamiento en equinos, debido al glucósido
cuscutina, que a bajas dosis actúa como laxante y promotor de la secreción biliar,
pero en altas dosis causa gastroenteritis severa, anorexia, debilidad general, cólicos y
muerte. El huele de noche (Cestrum nocturnum L., Solanaceae) contiene un glucósido
parquinósido.
Daño Mecánico
Una gran cantidad de plantas son peligrosas por presentar aguijones o espinas. Par-
ticularmente las cactáceas, agaváceas y fabáceas. Entre las cactáceas que pueden
causar daño mecánico destacan el cegador (Opuntia microdasys (Lehm.) Pfeiff.),
(Ancistrocactus scheeri), el mancacaballo (Echinocactus horizonthalonius Lem. var.
490
horizonthalonius), el cactus arcoiris (Echinocereus pectinatus), el tasajillo o cactus de
navidad (Opuntia leptocaulis DC. var leptocaulis) y el sacasil (Wilcoxia poselgeri Br. et
R.) Dentro de las agaváceas se cuenta a las diferentes especies de Agave, (Dasylirion
y Manfreda) y entre las leguminosas con espinas destacan la uña de gato (Acacia
greggii) que es un peligro constante para los animales en pastoreo. El palo azul o
condalia (Condalia hookeri M.C. Johns. Rhamnaceae) también es considerada de alto
riesgo para el ganado, debido a sus espinas abundantes.
Otras Toxinas
Las hojas tiernas y los brotes de la coniza (Conyza coulteri Gray, Asteraceae o Com-
positae) son altamente venenosos para el ganado, el cual se ve forzado a ingerirla al
no haber otras plantas forrajeras como alternativa en épocas de sequía,
El tiosulfato que contienen la cebolla y el ajo, resulta tóxico a perros, gatos y algunos
tipos de ganado.
491
Selenio
El ambiente del suelo llega a ser importante cuando contiene altas concentraciones
del elemento selenio. Ciertas plantas, por ejemplo las especies de los géneros As-
tragalus spp., Aster spp. Machaeranthera spp. y Atriplex spp., absorben el selenio y
pueden acumular cantidades tóxicas, causando el envenenamiento del ganado por
este elemento. Tales plantas tienen la capacidad de cambiar el selenio insoluble a una
forma soluble de modo que otras plantas que crecen cerca puedan también causar el
envenenamiento absorbiendo el selenio. El latirismo es una enfermedad que afecta
al hombre y al ganado, caracterizada por daño neuronal o a los tejidos esquelético
y conectivo, asociada a la ingestión de semillas de algunas especies de Lathyrus (Fa-
baceae) y al parecer causada por Selenio. La malva (Malvastrum coromandelianum
(L.) Garcke, Malvaceae) puede llegar a causar intoxicaciones, ya que acumula zinc en
sitios contaminados.
Conclusiones y perspectivas
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492
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493
Tabla 1. Plantas tóxicas más comunes en el Estado de Nuevo León
No. Familia/especie Nombre común Parte tóxica Sustancia tóxica
AMARANTHACEAE
AMARYLLIDACEAE (AGAVACEAE)
ARACEAE
Corazón de maría,
11 Caladium bicolor Aiton Paleta de pintor, Toda Indeterminado
Begonia
Hojas, Oxalato, enzimas
12 Dieffenbachia seguine (L.) Schoff Hoja de la suerte
tallos proteolíticas
Oxalato de cal-
Toda, tallos, cium y posible-
13 Phylodendron pertusum Costilla de adán
hojas mente proteínas o
aminoacidos
Hoja elegante, Oreja Ácido oxálico,
14 Xanthosoma robustum Schoff. Hoja
de elefante asparagina
494
ASCLEPIADACEAE
Glicósidos car-
Ventiunilla, quiebra-
15 Asclepias curassavica L. Toda diacos, galitoxina
muelas
(resina)
Galiotitoxina
16 Asclepias emori Milkweed Toda (glicósidos cardia-
cos), resinas
CACTACEAE
Alicoche, Pitaya de
18 Echinocactus conglomeratus Forst Fruto Indeterminado
agosto
Anhalina, Anha-
lanina, Anhaloni-
dina, Anhalonina,
20 Lophophora williamsii Lem. Couter Peyote, Peyotl Tallo Anhalamina,
Anhaladina, Lofo-
forina y Peyotina
(alcaloides)
Gloquidios
21 Opuntia leptocaulis D.C. Agujilla, Tasajillo Daño mecánico
(espinas)
CHENOPODIACEAE
COMPOSITAE (ASTERACEAE)
495
Hymenovin
(hymenoxon)
30 Hymenoxys odorata D.C. Hierba amargosa Toda
(sesquiterpeno
lactona)
Flavonoides,
glicósidos y
alcaloides: sene-
cionina, senecina,
31 Senecio sp Hierba de santiago Toda
senecifolidina, ja-
cobina y jaconina,
pyrrolizidina
(alcaloide)
Carboxia-
tractilosido*
(glicosido), xan-
Frutos*, Se-
tumina (lactona
Abrojo, Cadillo, millas, co-
32 Xanthium strumarium L. sesquiterpénica),
Cadillo gigante tiledones,
xantostrumarina,
seedlings
xantostrumina
(glucósidos) ,
alcaloides
CONVOLVULACEAE
Toda, Cuscutina
33 Cuscuta sp Chipi,Tripa de judas tallos*, (gluósido), resina,
flores* gomas, flavona*
CRUCIFERAE (BRASSICACEAE)
EUPHORBIACEAE
Aceite croton
Canelillo, Domin-
35 Croton ciliato-glandulosus Orteg Toda, frutos (glucósidos,
guillo
resinas)
Hoja, tallo,
36 Euphorbia maculata L. Celidonia Indeterminado
flor, látex
Celidonia, Golon-
Hoja, tallo,
37 Euphorbia prostrata Aiton drina, Colondrina Euforbioesteroide
semilla
blanca
Hojas,
38 Euphorbia pulcherrima Willd Noche buena flores, tallo, Toxalbumina
latex
Semillas*,
Hierba del puyo,
39 Euphorbia sp hojas, tallo, Aceite*, latex
Lipá-cai-nofal
flores
Arbol del diablo, Toda, fruto,
40 Hura polyandra Baill. Haba, Haba de indio, semilla, Fitotoxina
Coatatachi látex,
496
Esteres diterpe-
Candelilla,Saca nos, acetilcolina,
41 Pedilanthus tithymaloides L. Toda, latex
espina atropina y adren-
alina
Ricin (toxalbúmi-
na), Ricinina y Ri-
42 Ricinus communis L. Ricino, Higuerilla Semilla
cidina (alcaloides),
ácido ricinoleico
FAGACEAE
GRAMÍNEAE (POACEAE)
Ac. Cianhídrico
Gallitos, Pasta de Toda (esta-
46 Cynodon dactylon (L.) (glucósidos ciano-
pollo, Grama cional)
génicos)
Hojas, tal- Nitrato, durrina
Zacate Jonson,
47 Sorghum halepense (L.) los (antes (glucósido, ciano-
Maicillo
floración) genico)
Fruto fer-
49 Zea mays L. Maíz Nitritos
mentado
LEGUMINOSAE (FABACEAE)
497
56 Leucaena glauca L. Benth Guacis, Chajal Hojas Mimosina
Lupinia, lupanina
Toda, y esparteina
57 Lupinus argenteus Pursh Moradillos vainas, (alcaloides
semillas quinolizidina ),
anagyrina
Cor- Robitina (glucósi-
teza, hojas do), Robina (o ro-
58 Robinia pseudo-acacia L. Acacia, Loco, Robina
jóvenes, binina) y phasina
semillas (toxalbuminas)
Soforina (alcal-
Colorin, Coralillo,
59 Sophora secundiflora Ort. Toda oide) y derivados
Frijol coral
de la quinolicidina
LORANTACEAE
Beta-feniletil-
Toda, hojas, amina y tiramina
60 Phoradendron tomentosum (D.CL.) Engelm Injerto de mezquite,
fruto (aminas), fora-
toxina (lectina)
MALVACEAE
Indeterminado,
61 Malva parviflora L. Juriata eranchi Toda, raíz* 5ª-estigmast-9-
(11)-en-3-ona*
MELIACEAE
Azadiractina,
Frutos,
paraisina (alcaloi-
Canelo, Granillo, Lila, raíces, ho-
63 Melia azedarach L. des), Neurotoxi-
Lila de la indias jas, corteza,
nas tetranortriter-
flores
peno, saponina
NYCTAGINACEAE
OXALIDACEAE
498
PAPAVERACEAE
Berberina, pro-
topina, sangui-
narina, coptisina,
cheleritrina,
Cardo amarillo, dihidrosanguinari-
Toda,
67 Argemone mexicana L. Adormidera amarillo, na, dihidrochele-
semilla
Cardo santo ritrina, norsangui-
narina, criptopina,
cheilantifolina,
escoulerina, Isqui-
nolina (alcaloides)
Berberina y pro-
topina, sangui-
narina, coptisina,
cheleritrina, dihid-
rosanguinarina,
68 Argemone sanguinea Greene Erizo rojo Toda dihidrocheleri-
trina, norsangui-
narina, criptopina,
cheilantifolina,
escoulerina (alcal-
oides)
PRIMULACEAE
Saponina triter-
penoide, glicosido
Coronilla, Anagalle, (cyclamina)het-
69 Anagallis arvensis L. Gongorilla, Hierba de Toda erósido triterpé-
la hinchazón nico; agtallósido,
flavonoides y
cucurbitacinas
RANUNCULACEAE
Ajacina, delf-
Toda, hojas, inina, ajaconina,
70 Delphinium ajacis L. Conejito, Espuela
semillas metilycaconitina
(alcaloides)
RHAMNACEAE
Tullidora o Coyotillo,
72 Karwinskia humboldtiana (Roem y Schul) Semillas Indeterminada
Cacachila, Capulín
Solanina (glucoal-
73 Ziziphus obtusifolia (T.G.)Gray Toda
caloide)
499
ROSACEAE
Hojas,
Cenizo negro, Amigdalina
corteza,
74 Prunus serotina Ehrh Capulín, Cerezo (glicósido ciano-
semillas,
negro génico)
ramitas
Glicósido ciano-
75 Pyracantha coccinea Roem Espino de fuego Toda
génico
RUBIACEAE
Cahuapate, Guaya-
76 Cephalanthus occidentalis L. Corteza Cefalantina
billo
RUTACEAE
Hesperidina (cit-
Azahar, Lima, Hoja Frutos rina), isohesperid-
77 Citrus aurantium L.
del naranjo agrio (exceso) ina y aurantiama-
rina (glucósidos )
SAXIFRAGACEAE
Hojas,
Hydracina (glicósi-
78 Hydrangea macrophylla Ser Hortensia yemas
do cianogénico)
florales
SOLANACEAE
Atropina, hiosci-
81 Datura inoxia Mill Chamico , Tecuyani Hojas amina y escopol-
amina (alcaloides)
Atropina, hioscina
82 Datura stramonium L. Toloache Toda (escopolamina),
hiosciamina
Atropina, hioscina
83 Datura meteloides D.C. Toloache, Tlapa Toda
(escopolamina)
Atropina, hiosci-
Hojas,
84 Lycium berlandieri Dun Josó amina, escopol-
tallos
amina
500
Tabaquillo, Tabaco
moro, Buena moza, Anabacina (alcal-
85 Nicotiana glauca Graham Toda
Cornetón, Mosataza oide)
montés
Anabasina, anata-
Hojas,
86 Nicotiana tabacum L. Tabaco bina (alcaloides de
tallos
piridina)
Atropina, hio-
Toda, scimina y escopo-
88 Solanum elaeagnifolium Cav Trompillo
fruto* lamina, solanina*
(alcaloides)
Solanina, solas-
Hierba mora, Toma-
89 Solanum nigrum L. Toda, fruto odina y chaconina
tillo, Hoja de salazar
(glicoalcaloides)
STERCULIACEAE
VERBENACEAE
Germacreno, at-
ropina, hioscimina
91 Aloysia gratissima Gill. et Hook. Burrito Toda
y escopolamina
(Terpenos)
501
FLORA NATIVA CON USO FORRAJERO EN
LA CUENCA PALO BLANCO, NUEVO LEÓN,
MÉXICO
Alanís–Flores Ga*, Villarreal-González JGb, Salgado de los Santos Gb, Ledesma-Menxueiro ARa.
a
Cuerpo Académico de Ecología y Ambiente, Departamento de Ecología, Facultad de
Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de Nuevo León, Ave. Pedro de Alba, s/n, Ciudad
Universitaria, 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
b
Consejo Estatal de Flora y Fauna Silvestre de Nuevo León, A.C. (CEFFSNL)
Padre Mier No. 545-F Pte. Zona Centro, Monterrey, Nuevo León, C.P. 64000
*galanis44@hotmail.com
Resumen
L
as comunidades de matorral de la Cuenca Palo Blanco al norte de Nuevo León,
son del tipo matorral submontano y espinoso tamaulipeco. Las especies arbus-
tivas de estas comunidades son fuente de forraje para la fauna silvestre y el
ganado doméstico. Presentan una fitodiversidad de 49 especies consumidas como
fuente de forraje dentro de 25 familias botánicas. En relación a las partes botánicas
consumidas como forraje, se muestra que hay una alta preferencia por el consumo
de hojas debido a la disponibilidad de las mismas durante casi todo el año. En rela-
ción a las preferencias de consumo de forraje por las distintas especies de fauna, los
venados, otros mamíferos silvestres y las aves muestran una mayor predilección por
los forrajes; contrastando con la fauna doméstica, muestran una menor preferencia
en el consumo de forrajes de especies arbustivas de los matorrales.
Introducción
La región árida y semiárida del norte de México es rica en plantas arbustivas con forraje
disponible de calidad media a alta. Por la fitodiversidad, el valor ecológico y el valor
forrajero de los arbustos, se han focalizado las investigaciones sobre las especies de
flora que son consumidas por animales vacunos, ovinos, caprinos y fauna silvestre.
Los proyectos de investigación donde se valorizan a las comunidades vegetales de
matorral han cambiado el paradigma en el cual se buscaba la erradicación indiscri-
minada de estas comunidades. Actualmente se han establecido estrategias hacia el
aprovechamiento de los arbustos, incluyendo el manejo sustentable de especies de
flora con utilidad práctica.
503
Los matorrales xerofíticos del norte de Nuevo León, compuestos por una diversidad de
especies cuya estructura fisonómica generalmente es de forma arbustiva (incluyendo
las cactáceas, sobre todo los nopales) o de árboles de bajo porte, disponen de nu-
trientes necesarios para mantener las demandas alimenticias de numerosas especies
de fauna silvestre y de ganado domestico, sobre todo en los períodos críticos como
prolongadas sequías o heladas en épocas invernales, cuando escasean otros tipos de
especies forrajeras como herbáceas o gramíneas. Estos matorrales, además, aportan
abrigo a la fauna como resguardo en intensos días soleados o en crudos inviernos.
Se puede lograr un excelente hábitat para el aprovechamiento diversificado o de
multipropósito de fauna doméstica y silvestre, al mantener, conservar y manejar estas
comunidades vegetacionales, regulando la presión de la capacidad de carga de los
hatos de ganado doméstico, y evitando los desmontes indiscriminados y las cargas
excesivas de fauna silvestre.
La presente investigación proyecta establecer un catalogo de especies forrajeras,
que son consumidas por el ganado doméstico y la fauna silvestre. Dichas especies
forman parte de las comunidades de los matorrales de la Cuenca Palo Blanco, situada
al norte de Nuevo León.
El área de estudio es la Cuenca Palo Blanco localizada en el norte del estado de Nuevo
León (Figura 1), dentro de la misma quedan comprendidas 48 Unidades de Manejo
para la Conservación de la Vida Silvestre (UMAS). Cuenta con una extensión terri-
torial aproximada de 110 mil hectáreas en la que se incluyen diversos ecosistemas
tales como pastizales, bosques de encino y matorrales xerófilos que son el hábitat
de una gran variedad de especies de flora y fauna silvestres. La cuenca es un sitio
de belleza escénica y sus terrenos naturales se localizan dentro de los municipios de
Salinas Victoria, Villaldama, Bustamante y Lampazos, Nuevo León. El Consejo Estatal
de Flora y Fauna Silvestre de Nuevo León, A.C. (CEFFSNL) estableció un Programa de
Manejo y Conservación de Vida Silvestre de la Cuenca Palo Blanco que fundamen-
talmente es el documento rector que contempla todas aquellas acciones que se
han de llevar a cabo. El objetivo general de la Cuenca es la conservación, manejo y
aprovechamiento sustentable de la vida silvestre. Dicha Cuenca representa un sitio
de gran interés para la ganadería diversificada, incluyendo actividades cinegéticas
sustentables (Anónimo, 2005).
504
Figura 1. Imagen sate-
lital, donde se ubica la
Cuenca Palo Blanco,
en la región norte de
Nuevo León
Material y Método
Matorral submontano
Esta es una formación arbustiva rica en formas de vida. El vigor, talla y distribución de
las especies dominantes y co-dominantes están supeditados a la disponibilidad de agua
en el suelo. Las formas biológicas dominantes son arbustos o árboles de porte bajo con
hojas pequeñas, caducifolias y subespinosas. Se ubica en los taludes inferiores de las
montañas y de hecho forman un extenso umbral que separa los elementos del mato-
rral espinoso tamaulipeco de las planicies y los bosques de encinos existentes en los
505
taludes superiores de la Sierra (Figura 2). En términos generales se pueden diferenciar
dos subtipos de matorral submontano:
506
-Matorral espinoso tamaulipeco
Las comunidades vegetales naturales del matorral espinoso tamaulipeco presentan
variantes fisonómicas; cada matorral puede ser alto espinoso o mediano subinerme, y
representa las comunidades vegetales típicas de la región de la Planicie Costera del Golfo.
Está constituido por arbustos medianos ramificados desde su base, pero en condiciones
de suelos y humedad favorable los tallos presentan fustes bien definidos y se presentan
formas arbóreas de más de 5 m de altura, entre los que destacan por abundancia y cober-
tura: “mezquite” Prosopis glandulosa, “chaparro prieto” Acacia rigidula, “granjeno” Celtis
pallida, “ebano” Ebenopsis ebano, “palo verde” Cercidium macrum, “cruceto” Randia
laetevirens, “anacahuita” Cordia boissieri, “cenizo” Leucophyllum frutescens, “tasajillo”
Opuntia leptocaulis, “nopal” Opuntia lindheimeri, “colima” Zanthoxylum fagara, “coma”
Bumelia lanuginosa y “guayacán” Guajacum angustifolium. Como especie sobresaliente
en altura se tiene a “palma pita” Yucca treculeana de hasta 6 m de altura (Figura 3).
Figura 3. Matorrales en
partes planas, matorrales
más densos, y en laderas
y lomeríos, matorrales de
porte bajo
507
importantes en la distribución y desarrollo de las especies del matorral, por ejemplo,
en los suelos de textura arenosa a limo-arenosa y arcillosa que tienen la capacidad
de retener mayor humedad en las partes planas sustentan comunidades de plantas
densas, mientras que los suelos pedregosos y esqueléticos en el lomeríos o laderas
de las montañas, que retienen menos humedad, sustentan comunidades de plantas
de porte bajo y dispersas.
Las especies florísticas que integran el ecosistema de matorral presentan variantes
morfo-fisonómicas como un mecanismo de adaptación de las plantas a la condición
de semiaridez o aridez. Presentan tallos ramificados desde su base, algunas veces son
suculentos (cactáceas), inclusive las hojas; algunas otras especies presentan microfilia
o pueden ser áfilas (sin hojas) o éstas transformase en espinas. Las características de
microfila y de espinas, así como la pérdida de las hojas durante la época de sequía
o inviernos severos, distinguen a las especies de estos matorrales. Otra variante im-
portante para algunas especies, que se desarrollan en suelos profundos y de mayor
humedad, es que presentan tallos no ramificados en su base, dando un porte más
alto y una forma biológica tipo arbórea, característico de especies de matorrales altos
espinosos.
Resultados y discusión
508
Figura 5. “Vara dulce” Eysenhardtia texana, especie muy
apreciada como forraje
Algunas otras familias, aunque no tienen muchas especies que las representan, tie-
nen valor como fuente de forraje y son muy apetecidas por la fauna, como la colima
Zanthoxylum fagara y el guayacán Guaiacum angustifolium (Figura 6).
Dentro de las especies muy apreciadas por sus frutos está la coma (Sideroxylon
celastrinum) y el chapote (Diospyros texana). Las cactáceas, con el género Opuntia,
básicamente los nopales (Figura 7), son especies de gran valor, ya que constituyen
una fuente de forraje por sus tallos, y cuando presenta producción de frutos, éstos
509
son sumamente consumidos por toda la gama de fauna, tanto silvestre como do-
méstica.
En las hojas, la fauna tanto silvestre como doméstica encuentra los suplementos
alimenticios de su dieta; además las especies florísticas de los matorrales tienen la
gran capacidad de regeneración foliar, manteniendo esa fuente alimenticia durante
casi todo el año (Figura 8). La formación de frutos después de la floración, está supe-
ditada a la combinación de otras condiciones ecofisiológicas de las plantas como la
humedad y termo período apropiado.
510
Figura 9. Parte vege-
tal preferida por la
fauna doméstica y
silvestre
511
Tabla 1. Listado florístico de las plantas de uso forrajero, que son consumidas por
la fauna silvestre y el ganado doméstico
**Parte
* ***Ani-
Nombre botánica
Familia Especie Forma mal que la
común consu-
de vida consume
mida
Ve, Av, M,
Berberidaceae Mahonia trifoliolata Agarito Ar Ho, Fr, Fl
Za, C, O, I
Nopal de V, C, Av,
Opuntia engelmannii Ar Fl, Fr, T
monte R, M
Cactaceae
Opuntia leptocaulis Tasajillo Ar Fr Ve, Av, M
Symphoricarpos orbicu-
Caprifoliaceae latus
Perlilla Ar Av,M
Ve, Av, M,
Ebenaceae Diospyros texana Chapote Ar o A Ho, Fr
Za, O
Popotillo,
Ephedraceae Ephedra antisyphilitica Ar Ho, T Ve, C
canatilla
512
Acacia berlandieri Guajillo Ar Ho, S Ve, M, Av
S, Fr, Ho,
Acacia farnesiana Huizache Ar o A Ve, Av, M
Re
Ve, Co,
Acacia greggii Uña de gato Ar o A Re, S, Ho
Av, M
Ve, Av, M,
Acacia schaffneri Huizachillo Ar Ho, Fr,S
C, O
Re, Fr, S,
Fabaceae Parkinsonia aculeata Retama Ar o A Ve, M, Av, I
Ho, PA, Fl
Ho, S, Fl,
Parkinsonia texana Palo verde Ar o A Ve, M, Av, I
Va
Ho, Fr, S,
Prosopis glandulosa Mezquite Ar o A Ve, M, Av,
PA
Colorín o
Sophora secundiflora Ar o A Fl I
Frijolito
Ve, Av, M,
Fagaceae Quercus virginiana Encino Ar Re, Fr
C,O, P
Ve, Av, M,
Ziziphus obtusifolia Clepe Ar Ho, Fr
C, O
513
Rutaceae Zanthoxylum fagara Colima Ar Ho, Fl Av, I, C
Ve, Av, M,
Ulmaceae Celtis pallida Granjeno Ar Ho, Re, Fr
Co, C, O
Vara dulce,
Aloysia gratissima Ar Ho, Re, Fl Ve, C, I
Palo amarillo
Orégano
Lippia graveolens Ar Ho, Fl, Fr Ve, B, C
cimarrón
* Forma Biológica: Ar= arbusto, A= árbol, P= palma; ** Parte botánica consumida: T= tallo, Ho= hoja, Fl=
flor, Fr= fruto, S= semilla, Re= rebrote; *** Animal que la consume: B= bovino, O= ovino, P= porcino, C=
caprino, Av= aves, R= reptiles, M= mamíferos, Ve= venados, Co= conejos, Za= zarigüeya, I= insectos.
514
Referencias bibliográficas
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el venado cola blanca en matorrales xerófilos. En: Quinto Seminario sobre venado Cola Blanca.
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medio ambiente y los recursos naturales de Nuevo León. Martínez-Muños A (Ed.). CEFFSNL-UANL:
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SPP Programación y Presupuesto. 1981. Síntesis Geográfica de Nuevo León. Secretaría de Programación
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Villarreal González JG. 1999. Venado Cola Blanca. Manejo y aprovechamiento cinegético. Unión Ganadera
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Villarreal González JG. 2009. Vida silvestre de la cuenca Palo Blanco Nuevo León, México. Consejo Estatal
de Flora y Fauna Silvestre de Nuevo León, AC, Parques y Vida Silvestre de Nuevo León y Universidad
Autónoma de Nuevo León: México.
515
CALIDAD NUTRICIONAL DE PLANTAS
FORRAJERAS DEL NORESTE DE MÉXICO
Ramírez-Lozano RGa*, González-Rodríguez Hb
a
Facultad de Ciencias Biológicas, Departamento de Alimentos, Universidad Autónoma de Nuevo León.
Pedro de Alba s/n, Ciudad Universitaria 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
b
Facultad de Ciencias Forestales, Universidad Autónoma de Nuevo León, 67700, Apartado Postal 41,
Linares, Nuevo León, México.
*roqramir@gmail.com
Resumen
E
n esta región árida y semiárida del noreste de México, con climas secos, la
disponibilidad de agua es el factor más limitante que controla el crecimiento,
desarrollo, sobrevivencia y distribución de las especies vegetales nativas.
En este contexto, las especies de plantas de esta región han desarrollado diversas
adaptaciones fisiológicas y morfoanatómicas, tales como la abscisión temprana de
las hojas, reducción del área foliar, extenso y profundo sistema radicular, acumula-
ción cerosa en la epidermis, reducción de la pérdida de agua por el cierre estomá-
tico y acumulación de solutos orgánicos e inorgánicos. Por las características de la
vegetación, esta región es considerada propicia para el desarrollo de la ganadería
doméstica extensiva (caprino, bovino y ovino) y fauna silvestre (venado cola blanca),
donde las especies nativas del matorral juegan un papel importante como fuente de
alimento. El valor nutritivo de un forraje es una función de la cantidad consumida de
alimento y la eficiencia con que los nutrientes son extraídos de ese alimento durante
la digestión. Las hojas, tallos, yemas y frutos de árboles y arbustos que en conjunto
constituyen el ramoneo, representan un importante recurso alimenticio para los
rumiantes en pastoreo. No obstante, las hierbas tienen más alto contenido nutricio-
nal que las arbustivas. Los pastos nativos e introducidos producen gran cantidad de
forraje disponible para el ganado, comparado con los arbustos y hierbas. Sin embargo,
las cabras y venados no hacen un uso intensivo de ellos debido, en gran parte, a sus
hábitos alimenticios, ya que prefieren el ramoneo y las hierbas. Algunas arbustivas
de la familia Fabaceae deberán ser tomadas en cuenta para ser incorporadas a los
sistemas de alimentación de pequeños rumiantes en pastoreo debido a que no sólo
sirven como fuente de nutrientes de los animales, sino también aportan nitrógeno
al suelo mejorando las propiedades físicas y químicas del mismo donde las plantas
crecen y se desarrollan.
517
Introducción
Los árboles, arbustos, hierbas y pastos nativos han sido asociados, principalmente,
por su diversidad, ventajas nutricionales y preferencias alimenticias por rumiantes
en pastoreo. Asimismo, el valor nutritivo y alimenticio de estos forrajes está asocia-
do con un gran número de ventajas: provisión y diversidad de sus dietas, fuente de
nitrógeno, energía, vitaminas y minerales. Además, el valor de los arbustos y árboles
forrajeros es excepcional en la mayoría de los sistemas extensivos de las regiones
áridas y semiáridas, en los cuales el ramoneo en las dietas de pequeños rumiantes
es muy importante. Esto para algunos rumiantes como cabras y venado cola blanca,
puede representar más del 50% de sus dietas. Reportes científicos del valor nutritivo
del ramoneo sugieren que en general, hojas de arbustos, árboles y hierbas contienen
altos niveles de calcio y proteína cruda que muchos forrajes comerciales. Sin embargo,
algunos arbustos y árboles contienen altos niveles de compuestos antinutrimentales
y las hierbas compuestos tóxicos.
519
es una pobre definición del valor nutritivo, dado que la disponibilidad de nutrientes
de los forrajes es variable (Van Soest, 1994). Se ha demostrado que el consumo de la
materia seca digestible (o energía) está altamente correlacionado con la productividad
del rumiante para cualquier alimento, pero no provee información de la composición de
nutrientes absorbidos. Conforme el conocimiento acerca de la nutrición en rumiantes se
ha expandido, también ha aumentado la necesidad de distinguir alimentos de acuerdo
a su capacidad de suplementar nutrientes en proporciones balanceadas para satisfacer
funciones productivas particulares (Forbes, 2007).
Debido a que el valor nutritivo de los forrajes es influenciado por la cantidad y dispo-
nibilidad de productos metabólicos y anabólicos, incluyendo los contenidos celulares y
la pared celular, cualquier factor que altere estos productos también afecta la calidad
del forraje. La temperatura usualmente tiene un gran impacto en calidad del forraje
más que otros factores ambientales a los que se enfrenta las plantas. La temperatura
de la planta es el resultado de interacciones complejas entre la planta y el intercam-
bio de energía en el medio ambiente y es influenciada por el flujo de la densidad de
radiación, calor de conducción, calor de convección, calor latente, respiración, energía
almacenada, y características anatómicas y morfológicas, fisiológicas y bioquímicas.
Además, debido a las variaciones en la cobertura, aspectos particulares de las partes
de las plantas y el resultado de diferencias en la carga de radiación, la temperatura de
los tejidos puede variar ampliamente en cualquier tiempo (Alldredge et al., 2002).
La disminución en la digestibilidad in vitro de la materia seca asociada con ele-
vadas temperaturas es frecuentemente atribuida a altas concentraciones de los
constituyentes de la pared celular, pero pocos estudios han intentado demostrar el
mecanismo involucrado en este fenómeno. La temperatura no sólo puede aumentar
la concentración de la pared celular, sino también puede reducir la digestibilidad de la
misma. Es probable que la temperatura juegue un papel importante en la composición
química y, por lo tanto, ésta esté relacionada con la digestibilidad de los constituyentes
de la pared celular, pero pocas investigaciones han intentado documentar esto. Los
cambios en la concentración de la pared celular con la temperatura son muy pocos
en relación con la materia seca. Mientras que, generalmente, se ha asumido que los
efectos de la temperatura sobre la digestibilidad están mediados por la lignina debido
a la alta correlación negativa entre lignina y digestibilidad. Una baja en la digestibilidad
del forraje a altas temperaturas ha sido consistentemente asociada con un aumento
substancial en la cantidad de pared celular indigestible (Waterman et al., 2007).
Las variaciones de temperatura pueden alterar la digestión de la pared celular
modificando el grosor de la célula. Paredes celulares gruesas son digeridas más lenta-
mente que las paredes celulares delgadas, como resultado de la cantidad relativa del
área superficial en relación a la cantidad de material celular. Se observaron efectos
consistentes de la temperatura sobre el grosor de las paredes celulares, cuando varios
520
forrajes estuvieron creciendo a temperaturas de 16 a 22°C o 26 a 32°C, concluyendo
que los efectos de las temperaturas sobre la anatomía de las hojas o tallos no fueron
factores importantes en la diferencia que induce la temperatura en la digestibilidad
del forraje (Bruinenberg et al., 2002).
Las plantas C4 han sido reconocidas por su relativamente baja digestibilidad y
altas concentraciones de polisacáridos estructurales comparados con las plantas C3.
De hecho, dentro de la familia Poaceae, la gran diferencia en digestibilidad y en la
composición de la pared celular se debe a la temperatura. Dentro de la Festucoidae
y las subfamilias tropicales Panicoidae, las primeras exhibieron la vía fotosintética C3
y las últimas tuvieron la vía C4. Las plantas de estaciones cálidas también mostraron
alto contenido de celulosa y hemicelulosa, más que los pastos de clima templado.
Este aspecto no ha sido suficiente para precisar si las diferencias son verdaderamente
taxonómicas o son causadas por condiciones diferentes del medio ambiente bajo las
cuales la especie de estación cálida y estación templada usualmente crecen (Scheirs
et al., 2001).
El alto potencial de producción vegetal está usualmente asociado negativamente
a muchas plantas adaptadas a la sequía. Asimismo, las características xeromórficas de
las plantas decrecen en climas cálidos o secos, teniendo paredes celulares delgadas,
cutícula delgada y tejido altamente lignificado. Estas características son generalmente
asociadas con una baja digestibilidad. El estrés por agua generalmente tiene un pe-
queño efecto sobre la calidad del forraje más que sobre el crecimiento y desarrollo,
y la mayoría de los efectos sobre la calidad del forraje son positivos primeramente
debido a que la madurez se retrasa por estrés hídrico (Bruinenberg et al., 2002).
El sombreado típicamente tiene un reducido efecto sobre la calidad de las plantas,
comparado con la morfología o producción. Los componentes de la pared celular
son depositados previamente en el siguiente orden: hemicelulosa, celulosa y ligni-
na; aunque hay traslapes. La reducción en la composición de la pared celular por el
sombreado se ve reflejada en un aumento en la digestibilidad de la materia seca en
un 5% con un sombreado intenso (Linl et al., 2001).
Los árboles y arbustos pueden contribuir a asegurar una dieta nutritiva para el
ganado. Muchos árboles forrajeros tienen su hábitat en zonas áridas y semiáridas
donde las condiciones del medio son difíciles para el cultivo de pastos introducidos;
y en estos casos, el pastoreo depende exclusivamente de dichos árboles y arbustos
ya que, de otra forma, los animales no podrían sobrevivir (Ramírez-Orduña et al.,
2008). En numerosas regiones del mundo, la mayor parte de los ganaderos y pastores
reconocen el valor de los árboles y han establecido medidas para su protección, pero
en otras, éstas medidas se las dejan a la naturaleza que actúa sobre la regeneración
espontánea de las especies. Cuando hay exceso de pastoreo el suelo se erosiona y,
por tanto, disminuye su capacidad productiva, lo que se refleja en la pérdida de cu-
521
bierta vegetal que podría seguir suministrando forraje durante varios años. Cuando
el suelo se somete a cultivos intensivos el espacio para los árboles es poco o nulo.
Muchas veces las necesidades de alimentación de los rebaños son compensadas por
el forraje producido de árboles plantados en los linderos, como cercas vivas y cortinas
rompevientos (Ramírez-Lozano, 2009).
Mezclas de forrajes
Los árboles forrajeros han jugado siempre un papel muy importante en la alimenta-
ción de animales domésticos. Estos recursos alimenticios habían sido generalmente
ignorados por científicos debido al conocimiento inadecuado de su uso potencial y
a la carencia de iniciativas para desarrollar sistemas alimenticios más innovadores
(Haenlein y Ramírez, 2007). El enfoque convencional para los árboles forrajeros es
estudiar y promover especies en forma individual, cuando la realidad es que, en mu-
chas partes del mundo, los animales consumen o son alimentados con mezclas de
distintos follajes arbóreos; en especial las cabras, que en su dieta incluyen una amplia
diversidad de alimentos, sobre todo, los más nutritivos (Guerrero-Cervantes et al.,
2009). Los ensayos de cafetería han sido usados extensamente para determinar las
diferencias de palatabilidad relativa dentro de diferentes especies arbóreas. Aparte de
mostrar las preferencias del animal por una especie forrajera en particular, también
demuestran que, si se presenta la oportunidad, los rumiantes se alimentarán con
mezclas de forrajes (Duncan et al., 2003)
Los ganaderos en diversas partes del mundo suministran mezclas de hojas de
árboles forrajeros a sus animales como un suplemento o como ración entera. El uso
de mezclas asegura un suministro más diverso de forrajes y, por tanto, reduce el
riesgo de dependencia en una sola especie vegetal. Además, los ganaderos usan la
diversidad genética como una forma de seguro sobre el cultivo, pues en ambientes
marginales, la uniformidad puede llevar al fracaso total de un cultivo en circunstan-
cias desfavorables, mientras que cultivar una mezcla de diferentes especies significa
que una parte del cultivo logrará sobrevivir a pesar del mal tiempo, las plagas o las
enfermedades (Duncan et al., 2003).
Desde el punto de vista científico, el mayor contenido nutricional de la combinación
de especies comparado con aquel obtenido con las especies ofrecidas individualmente
puede explicarse por razones relacionadas con: 1) la reducción de los efectos tóxicos
de un forraje en particular, 2) los efectos sinergéticos a nivel digestivo de los compo-
nentes de la mezcla y 3) el incremento en la variedad y palatabilidad de la dieta. Bajo
estas circunstancias se destacan tres aspectos importantes del valor nutritivo de las
mezclas de árboles forrajeros: los factores antinutricionales, los efectos asociativos en
digestibilidad y los efectos asociativos en el consumo voluntario (Forbes y Provenza,
2000).
522
Importancia del ramoneo
Las hojas, tallos, talluelos, yemas y frutos de árboles y arbustos, que en conjunto cons-
tituyen el ramoneo, representan un importante recurso alimenticio para los rumiantes
en pastoreo. Además, la condición perenne de muchos arbustos les permite mantenerse
verdes durante los inviernos húmedos y no disminuye notablemente su valor nutricional,
como es el caso de pastos y hierbas con ciclo vegetativo anual que al madurar dismi-
nuyen la disponibilidad de sus nutrientes accesibles para el animal que los consume.
Sin embargo, muchas de las especies arbustivas pueden reducir el aprovechamiento
de sus nutrientes, especialmente de la proteína (Ramírez et al., 2000).
Bajo condiciones de pastoreo todos los pequeños rumiantes consumen forraje
selectivamente, y las cabras y el venado no son la excepción. Por lo general se les
considera como ramoneadores debido a que consumen vegetación del matorral,
aunque prefieren las hierbas más que los arbustos, pero están obligados a consu-
mir arbustivas cuando las plantas herbáceas no están presentes en el agostadero o
declinan en calidad nutritiva. En la mayoría de los estudios realizados, el ramoneo
excede el 50% de los componentes de la dieta anual de cabras y venados. Existen
varias causas para explicar la habilidad de ellos para consumir forraje proveniente de
árboles pequeños y arbustos destacando lo siguiente: son de talla pequeña, el total
de los nutrientes consumidos por peso corporal es alto, además, su boca pequeña,
labios móviles y lengua prensil permiten una gran selección de hojas pequeñas, entre
otros (Ramírez-Lozano, 2004; 2009).
Las hojas, yemas y las ramas de árboles y arbustos son un componente de la vegeta-
ción nativa y son más comunes en áreas montañosas frías y regiones semiáridas. Las
especies presentes y su densidad varían ampliamente con respecto al clima, tipo de
suelo y precipitación. Se ha encontrado extensa variabilidad en los valores nutritivos
en especies de arbustos y árboles usados en la alimentación del ganado. Esta variación
es debida a la amplia diversidad inherente de los valores nutritivos entre especies,
así como a la fluctuación encontrada dentro de las especies, por las diferencias en
las partes de las plantas, edad del tejido, tipos de suelos y las condiciones ambienta-
les prevalecientes, en las cuales las plantas están creciendo. Por otra parte, el valor
nutritivo de los forrajes está en función de su digestibilidad, composición química y
presencia de toxinas o factores antinutritivos. Aunque el potencial de ramoneo es
ampliamente conocido, notablemente hay una acentuada escasez de información
de su uso por los rumiantes, lo anterior da como resultado una necesidad de más
investigación dentro del hábito del manejo del ramoneo para el balance de calidad
y cantidad del forraje hacia la productividad y sustentabilidad dentro del pastoreo y
el ramoneo (Devendra, 1990).
El estudio de árboles y arbustos que se desarrollan en regiones áridas y semiáridas
en el mundo, como fuente de alimento para pequeños rumiantes bajo sistemas de
523
manejo extensivo, recientemente ha cobrado gran interés por parte de los nutricio-
nistas del pastizal. Además, fomenta una nueva forma de utilización de los recursos
naturales que conlleva a la generación de productos alimenticios en beneficio del
hombre. Los recursos naturales que se encuentran en los agostaderos del norte de
México pueden ser de utilidad en la alimentación animal bajo sistemas extensivos,
sin embargo, pocos de ellos han sido estudiados para tal fin.
Se ha determinado que los pequeños rumiantes en pastoreo en el noreste de
México seleccionan 32 plantas arbustivas nativas de la flora del noreste de México
(Tabla 1), que son pertenecientes al Matorral Espinoso Tamaulipeco de la Planicie
Costera del Golfo; todas representan un importante componente del agostadero para
la nutrición de los rumiantes debido a que dichas plantas proporcionan una dieta de
calidad; sin embargo, conforme cambian las estaciones, también varían en su calidad
nutricional.
524
Bumelia celastrina H.B.K. Sapotaceae Coma
Castela texana T. and G. Rose. Rutaceae Chaparro amargoso
Celtis pallida Torr. Ulmaceae Granjeno
Condalia obovata Hook Rhamnaceae Brasil
Cordia boissieri A. DC. Boraginaceae Anacahuita
Diospyros texana Scheele Ebenaceae Chapote prieto
Forestiera angustifolia Torr. Oleaceae Panalero
Gymnosperma glutinosum (Spreng) Less. Compositae Tatalencho
Helietta parvifolia (Gray) Benth. Rutaceae Barreta
Karwinskia humboldtiana (R. and S.) Zucc. Rhamnaceae Coyotillo
Lantana macropoda Torr. Verbenaceae Mejorana
Larrea tridentata DC. Zygophyllaceae Gobernadora
Leucophyllum frutescens Berl. Scrophulariaceae Cenizo
Opuntia engelmannii Engelm. Cactaceae Nopal
Porlieria angustifolia Engelm. Zygophyllaceae Guayacán
Schaefferia cuneifolia Gray. Celastraceae Capul
Zanthoxylum fagara (L.) Sarg. Rutaceae Colima
Ziziphus obtusifolia T. and G. Rose Rhamnaceae Junco
Los pastos nativos e introducidos producen gran cantidad de forraje disponible para
el ganado, comparado con los arbustos. Sin embargo, las cabras y venados no hacen
uso intensivo de ellos debido en gran parte a sus hábitos alimenticios, ya que prefieren
el ramoneo y las hierbas. Se ha reportado (Gallina, 1993) que los pastos no son selec-
cionados, cuando hay suficiente disponibilidad de forraje proveniente de arbustos y
hierbas o cuando se ha modificado la disponibilidad y calidad del forraje. Pollock et
al. (1994) mencionan que los pequeños rumiantes aumentan la selección de pastos,
después de la estación de lluvias. El valor nutritivo de los pastos se basa en su nivel
nutricional (energía, proteína, etc.) y su disponibilidad en el sistema digestivo del ru-
miante. Conforme el porcentaje de materia seca se incrementa, el comportamiento
animal, en términos de ganancia de peso, producción de leche, peso al destete de
las crías y la tasa de concepción, también se incrementan. En general, los pastos de
525
clima templado son más digestibles que los de clima cálido y los anuales son más di-
gestibles que los perennes. Sin embargo, las cabras y venados en pastoreo, prefieren
consumir hierbas y arbustivas.
El valor nutritivo de los pastos es mayor cuando se encuentran en crecimiento
y disminuye conforme la planta madura. La primera razón es que las hojas son más
digestibles que los tallos; sin embargo, el porcentaje de hojas disminuye conforme
las plantas maduran y se incrementa el porcentaje de tallos. La segunda razón es
que el contenido celular es 98% digestible e incluye carbohidratos solubles, proteína,
triglicéridos y glucolípidos. La pared celular está compuesta de celulosa, hemicelulosa
y lignina, pero su digestibilidad varía de 30 a 75%. Conforme las plantas crecen, la
pared celular se incrementa de 30 a 80% disminuyendo su digestibilidad (Ramírez-
Lozano, 2007). Aparentemente, los pastos nativos más preferidos por rumiantes en
el noreste de México (Ramírez et al., 1997) son: Aristida spp., Bouteloua gracilis, Cen-
chrus incertus, Hilaria belangeri, Bouteloua curtipendula, Bouteloua trifida, Brachiaria
fasciculata, Digitaria insularis, Chloris ciliata, Leptochloa filiformis, Panicum hallii,
Panicum obtusum, Paspalum unispicatum, Setaria macrostachya, Setaria grisebachii,
Tridens eragrostoides, Tridens muticus. Entre los cultivados destacan Cenchrus ciliaris
y Rhynchelytrum repens, entre otros de menor importancia.
Uno de los principales problemas que limitan la producción animal en muchas áreas
del mundo es el estado nutricional de los animales. De acuerdo con la mayoría de los
investigadores, los principales factores que limitan el comportamiento productivo
de los animales en pastoreo son: el bajo contenido proteico de las plantas, un bajo
consumo de energía debido al alto contenido de fibra en los forrajes y deficiencias
de minerales y/o de vitaminas (Escudero y Mandivilla, 2003; McDowell, 2003). Uno
de los nutrientes más importantes para los animales en pastoreo es la proteína.
Aparentemente, el nivel de proteína de 7% en un forraje es considerado como con-
veniente para mantener la actividad de los microorganismos benéficos (bacteria,
protozoarios y hongos) en el rumen del animal. Con excepción del nopal y el pasto
Aristida longiseta, todas las arbustivas (Tabla 2), hierbas (Tabla 3) y pastos (Tabla 4),
que crecen en el noreste de México, contienen niveles de proteína para cubrir las
demandas de pequeños rumiantes en la mayoría de sus estados fisiológicos. Por
tanto, es importante mantener la diversidad de plantas forrajeras en el agostadero
para proveer a los animales en pastoreo con otro tipo de vegetación (hierbas) y, de
esta manera, aumentar las opciones de consumo de plantas con proteína de mayor
disponibilidad ruminal (Ramírez-Lozano, 2004).
526
Contenido de fibra en las plantas
Hay una considerable variación entre especies de plantas con respecto a la concen-
tración y composición de los carbohidratos estructurales que conforman la fibra
(pared celular). La concentración de celulosa es típicamente más alta en las paredes
de las Fabaceaes (leguminosas), que las de Poaceaes (gramíneas). Esto refleja una
concentración mucho más baja de hemicelulosa en leguminosas comparadas con los
pastos. La concentración de celulosa frecuentemente parece ser similar entre pastos.
Sin embargo, los pastos perennes de clima cálido realmente tienen carbohidratos es-
tructurales más abundantes que los pastos de clima templado (Buxton y Fales, 1994).
El contenido de pared celular promedio de las arbustivas (37%; Tabla 2) y hierbas (38%;
Tabla 3) es relativamente bajo comparados con el de los pastos nativos (75%, Tabla 4).
Aparentemente, aquellas plantas forrajeras con bajo contenido de pared celular es
indicativo de una elevada calidad nutricional debido a su elevado contenido celular,
que es abundante en carbohidratos no estructurales, como el almidón, que las plantas
almacenan principalmente en las hojas y semillas y son muy solubles (digestibles).
Como era de esperarse, la celulosa y la hemicelulosa tuvieron un comportamiento
similar al de la pared celular en los tres grupos de plantas (arbustos, hierbas y pastos).
Por lo general, la celulosa tiende a ser más elevada en las plantas forrajeras.
La lignina es el componente de la fibra que es reconocido como limitante de la
digestión ruminal de los polisacáridos de la fibra en el rumen (Van Soest, 1994). Al
someter a un análisis de regresión simple entre los datos de lignina y los de digesti-
bilidad de la materia orgánica (DMO) de las arbustivas (Tabla 2), hierbas (Tabla 3) y
pastos (Tabla 4) se obtuvo un coeficiente de correlación negativo (r = -0.41; P<0.05). Lo
anterior significa que al elevar los niveles de lignina en las plantas, la DMO disminuye
significativamente. Lo anterior confirma la influencia negativa de la lignina sobre la
digestibilidad de los nutrientes en las plantas arbustivas.
Los taninos condensados están ampliamente distribuidos en el follaje de las plantas,
sobre todo en árboles y arbustos. En los herbívoros, cuando consumen cantidades con-
siderables de árboles y arbustos con alto contenido de taninos condensados, disminuye
la palatabilidad y digestibilidad de la materia seca y proteína. Sin embargo, bajo ciertas
circunstancias actúan como toxinas más que como inhibidores de la digestión. La mayoría
de los herbívoros, que son muy selectivos de los forrajes que consumen, seleccionan
plantas con relativamente bajas concentraciones de taninos. Los pequeños rumiantes en
el noreste de México prefieren seleccionar hojas maduras que los rebrotes de chaparro
prieto (Acacia rigidula); aparentemente, el material maduro contiene menos taninos
condensados; aun cuando las hojas nuevas contienen más nutrientes.
527
Tabla 2. Promedios anuales de la composición química (% base seca) y digestibilidad
in situ de la materia orgánica (DMO, % base seca) de arbustivas nativas que crecen
en el noreste de México.
Arbustivas Proteína Fibra Cel Hemi Lignina Taninos DMO
Fabaceae
Acacia berlandieri 22 34 9 8 16 23 29
Acacia farnesiana 21 33 8 14 14 2 59
Acacia rigidula 17 45 15 11 14 19 28
Acacia wrightii 22 41 18 13 13 1 47
Caesalpinia mexicana 14 28 13 7 8 1 62
Cercidium macrum 25 27 7 12 7 9 64
Desmanthus virgathus 20 35 8 8 12 9 31
Eysenhardtia polystachya 21 34 11 15 10 1 63
Leucaena leucocephala 24 44 7 28 9 8 63
Parkinsonia aculeata 19 49 23 15 13 3 49
Pithecellobium ebano 21 42 12 19 21 2 35
Pithecellobium pallens 21 36 17 11 9 2 63
Prosopis glandulosa 20 44 16 11 15 1 61
Promedio 20 38 13 13 12 6 50
Otras familias
Bernardia myricaefolia 17 29 18 4 7 0 60
Bumelia celastrina 17 53 31 15 13 3 49
Castela texana 15 43 8 12 22 4 58
Celtis pallida 23 25 11 6 5 0 53
Condalia obovata 16 41 7 11 5 1 47
Cordia boissieri 15 38 21 5 9 0 55
Diospyros texana 13 33 15 8 11 2 61
Forestiera angustifolia 17 42 7 23 12 0 66
Gymnosperma glutinosum 15 30 8 6 9 5 68
Helietta parvifolia 13 24 14 2 4 0 68
Karwinskia humboldtiana 21 39 10 15 11 3 53
Lantana macropoda 17 30 8 8 8 0 67
Larrea tridentata 17 25 7 4 10 2 52
Leucophyllum frutescens 12 44 9 11 24 1 48
Opuntia engelmannii 5 39 13 24 1 0 50
Porlieria angustifolia 17 41 13 10 16 2 43
Schaefferia cuneifolia 15 51 15 17 11 0 46
Zanthoxylum fagara 22 34 9 14 9 0 61
Ziziphus obtusifolia 16 30 5 12 12 13 54
Promedio 16 36 12 11 10 2 56
Cel = celulosa, Hemi=hemicelulosa
528
Aparentemente los pequeños rumiantes, domésticos y silvestres, en el noreste de
México consumen dietas, durante la mayor parte del año, compuestas principalmente
de especies arbustivas, algunas contienen cantidades elevadas de taninos condensa-
dos, otras tienen niveles intermedios y las menos están prácticamente desprovistas
de taninos. Al correlacionar el contenido de taninos condensados, que se encuentran
en las plantas arbustivas y los valores de digestibilidad de la materia orgánica de esas
mismas plantas (Tabla 2) se encontró una relación negativa (r = - 0.53; P<0.001). Lo
anterior pudiera indicar que el follaje de arbustivas, con mayor contenido de taninos
condensados en su materia orgánica, es menos digerido por los microbios de rumen
del herbívoro.
El promedio anual de DMO de las 32 especies arbustivas fue de 53% (Tabla 2), de las
hierbas fue de 70% (Tabla 3) y la DPC de los pastos fue 44% (Tabla 4). La mayoría de
las arbustivas de la familia Fabaceae destacan por su alta digestibilidad. Sin embar-
go, las hierbas son muy superiores a los otros dos grupos de plantas. Con excepción
de los pastos, las hierbas y la mayoría de los árboles y arbustos contienen energía
digestible durante la mayor parte del año, para satisfacer las demandas de energía
de pequeños rumiantes en pastoreo.
529
Contenido de macrominerales
530
Sin embargo, el fósforo (P) es un nutriente limitante en el noreste de México para los
rumiantes en pastoreo consumiendo la vegetación nativa. La deficiencia de este ele-
mento puede ser considerada como la más difundida e importante económicamente
de todos los minerales no disponibles que afectan al ganado en pastoreo (McDowell,
2003). Los suelos deficientes en P son comunes y los forrajes producidos en estos
suelos son pobres en P. Además, muchas gramíneas que contienen más del 3.0 g/kg
de P durante las primeras etapas de crecimiento están disponibles sólo por cortos
períodos de tiempo para rumiantes en pastoreo (McDowell, 2003). Las condiciones
de aridez, el aumento en la madurez también repercuten en bajas concentraciones
de P en el forraje (Spears, 1994). Por tanto, todas las plantas (arbustivas, hierbas y
pastos, Tabla 5, 6 y 7, respectivamente) tuvieron niveles insuficientes de P para las
demandas específicas de rumiantes; sin embargo, se ha determinado que los pequeños
rumiantes en pastoreo no muestran los síntomas de deficiencia característicos de la
deficiencia de P. Lo anterior pudiera explicarse debido a que los animales consumen
hierbas con alto contenido de P, siempre y cuando estén disponibles en el agosta-
dero. Además, es probable que los animales tengan mecanismos de conservación y
transferencia de P, proveniente del tejido óseo, similar a aquellos conocidos del Ca.
Tales mecanismos pudieran permitir a los animales seleccionar plantas altas en P en
la primavera y conservar el P para los períodos críticos.
Aparentemente el potasio (K) y magnesio (Mg) contenidos en las plantas arbustivas,
hierbas y pastos nativos no son nutrientes limitantes para el crecimiento y desarrollo
corporal de los animales rumiantes. Sin embargo, el sodio (Na) es el mineral más
comúnmente deficiente en los ecosistemas de clima templado como los del noreste
de México, y es el único nutriente por el cual los herbívoros específicamente desa-
rrollan un alto apetito. Aparentemente, todas las plantas nativas son deficientes en
Na (Tablas 5-7). La sal común usualmente se utiliza para compensar la deficiencia. El
fósforo debe ser suplementado también.
Aun cuando la cantidad requerida es muy pequeña para llevar a cabo las funciones
metabólicas de los rumiantes en pastoreo que requieren cobre (Cu), algunas especies
arbustivas (Tabla 5), hierbas (Tabla 6) y pastos nativos (Tabla 7) que crecen en el noreste
de México, tienen concentraciones marginalmente menores a sus requerimientos
de Cu. En muchas regiones del mundo, después del P, la deficiencia de Cu es la más
importante para animales en pastoreo.
531
Tabla 5. Promedios anuales del contenido de Ca, K, Mg, Na, P (g/kg base seca), Cu,
Mn, Fe y Zn (mg/kg base seca) de arbustivas nativas forrajeras que crecen en el
noreste de México y requerimientos mínimos.
Arbustivas Ca K Mg Na P Cu Fe Mn Zn
Fabaceae
Acacia berlandieri 11 8 6 1.0 1.0 6 122 27 17
Acacia farnesiana 10 10 8 0.4 1.0 8 110 33 34
Acacia rigidula 8 8 4 0.3 1.0 13 99 20 22
Acacia wrightii 32 15 4 0.3 1.9 20 244 152 46
Caesalpinia mexicana 33 6 2 0.2 0.9 4 58 56 32
Cercidium macrum 12 16 11 0.4 1.0 18 103 25 55
Desmanthus virgathus 13 9 8 0.4 1.0 10 442 61 28
Eysenhardtia polystachya 25 8 2 0.2 0.9 5 107 57 85
Leucaena leucocephala 12 16 6 1.0 1.0 14 149 30 21
Parkinsonia aculeata 19 12 2 0.3 1.4 8 102 42 33
Pithecellobium ebano 22 13 3 0.2 1.0 6 37 46 19
Pithecellobium pallens 21 8 4 0.3 0.9 7 93 50 15
Prosopis glandulosa 6 16 4 0.4 1.3 16 117 35 49
Promedio 17 11 5 0.4 1.1 10 137 49 35
Otras familias
Bernardia myricaefolia 42 7 2 0.1 0.9 3 67 30 33
Bumelia celastrina 30 14 5 0.4 1.0 3 163 60 38
Castela texana 29 8 7 0.3 0.7 4 274 66 47
Celtis pallida 45 16 13 0.1 1.5 5 74 40 24
Condalia obovata 10 12 2 0.3 1.1 11 137 20 18
Cordia boissieri 14 17 8 1.0 1.3 11 259 19 24
Diospyros texana 26 15 5 0.3 0.7 8 105 120 16
Forestiera angustifolia 28 14 3 0.4 1.4 5 262 129 81
Gymnosperma glutinosum 11 20 6 0.2 1.3 7 73 41 161
Helietta parvifolia 29 9 3 0.1 0.7 5 57 46 43
Karwinskia humboldtiana 53 17 14 0.3 1.5 9 167 78 47
Lantana macropoda 22 22 2 0.8 1.8 13 100 45 47
Larrea tridentata 39 25 6 0.8 1.0 5 334 122 54
Leucophyllum texanum 8 15 5 0.4 1.0 15 364 23 41
Opuntia engelmannii 26 17 3 0.2 0.5 17 64 36 19
Porlieria angustifolia 14 13 15 1.0 1.0 13 156 19 26
Schaefferia cuneifolia 77 14 9 0.2 0.9 8 132 32 40
Zanthoxylum fagara 45 14 5 0.2 1.8 6 198 121 42
Ziziphus obtusifolia 8 23 5 0.3 1.0 17 89 62 17
Promedio 29 15 6 0.4 1.1 9 162 58 43
Requerimientos 3 1 6 1.0 3 8 40 30 30
532
Debido a las múltiples interacciones del Cu, se han categorizado las deficiencias de
Cu en 4 grupos; cuando el alimento contiene: 1) niveles altos de Mo (más de 20 mg/
kg), 2) nivel bajo de Cu pero un nivel de Mo considerablemente alto (por ejemplo,
una proporción de menos de 2:1), 3) deficiencia de Cu (menos de 5 mg/kg), y 4) nivel
normal de Cu y bajo en Mo, con un nivel alto de proteína soluble (que proviene de
pastos verdes) ya que ésta incrementa la cantidad de sulfuros producidos en el rumen,
resultando en sulfuro de Cu y el animal no puede utilizarlo (McDowell, 2003).
Tabla 6. Promedios anuales del contenido de Ca, K, Mg, Na, P (g/kg base seca),
Cu, Fe, Mn, y Zn (mg/kg base seca) de hierbas nativas forrajeras que crecen en el
noreste de México y requerimientos mínimos.
Hierbas Ca K Mg Na P Cu Fe Mn Zn
533
Los forrajes varían considerablemente en su contenido de Mn, pero las con-
centraciones generalmente son superiores a 20 mg/kg (Minson, 1990). Aunque los
requerimientos de este elemento se incrementan cuando el contenido de Ca y P es
alto en la dieta, la mayoría de los tres grupos de plantas tienen concentraciones de
Mn para satisfacer los requerimientos metabólicos de pequeños rumiantes.
Doce de las 32 arbustivas (Tabla 5) tienen concentraciones de Zn marginalmente
bajas para los requerimientos metabólicos de rumiantes en pastoreo. El requerimiento
mínimo de Zn para rumiantes varía con la forma química de combinación con otros
componentes de la dieta. Con excepción de Cercidium macrum, Leucophyllum frutes-
cens, Gymnosperma glutinosum, Helietta parvifolia, Lantana macropoda y Parkinsonia
aculeata. En cambio todas las hierbas (Tabla 6) y pastos nativos (Tabla 7) tienen niveles
de Zn en cantidades suficientes para cubrir los requerimientos de rumiantes en pastoreo
(30 mg/kg).
Tabla 7. Promedios anuales del contenido de Ca, K, Mg, Na, P (g/kg base seca), Cu,
Fe, Mn y Zn (mg/kg base seca) de pastos nativos que crecen en el noreste de México
y sus requerimientos mínimos.
Pastos Ca K Mg Na P Cu Fe Mn Zn
534
Conclusiones y perspectivas
Referencias bibliográficas
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537
DIVERSIDAD E IMPORTANCIA PECUARIA DE LAS
GRAMÍNEAS (POACEAE) EN NUEVO LEÓN
Valdés-Reyna Ja*, González-de la Rosa MCb; Foroughbakchk-Pournavab Rb; Guzmán-Lucio MAb
1
Departamento de Botánica, Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro,
Blvd. Antonio Narro s/n, Buenavista, C.P. 25315, Saltillo, Coahuila.
b
Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias Biológicas,
Universidad Autónoma de Nuevo León, Ave. Pedro de Alba, s/n,
Ciudad Universitaria, 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
* jvaldes@uaaan.mx
Resumen
L
as gramíneas forman, sin lugar a dudas, uno de los grupos vegetales más im-
portantes desde el punto de vista económico. En la historia del ser humano
las gramíneas han sido un factor fundamental en la formación y evolución de
las grandes civilizaciones, pues se han usado como alimento primario. Representan,
además de su gran diversidad e importancia ecológica, una familia importante desde el
punto de vista económico. En términos de producción agrícola son miembros de esta
familia: el maíz (Zea mays L.), el trigo (Triticum aestivum L.), el arroz (Oryza sativa L.),
la cebada (Hordeum vulgare L.), el centeno (Secale cereale L.), la avena (Avena sativa
L.), el sorgo (Sorghum bicolor (L.) Moench.) y el mijo (Pennisetum glaucum (L.) R. Br.),
cereales ampliamente cultivados. Otros usos notables de las gramíneas incluyen su
utilización como forraje para el ganado, como plantas de ornato, en la fabricación
de artesanías, y en actividades relacionadas con la construcción, la recreación y la
industria, por ejemplo, la caña de azúcar (Saccharum officinarum L.).
Introducción
539
tado de Nuevo León, Bettle et al., en 1969 registra 81 géneros y 295 espacios, Valdés
Reyna en 1997 estima para Nuevo León 88 géneros y 250 especies, actualmente para
el estado de Nuevo León se encuentran registradas poco más de 300 especies de
gramíneas, representadas tanto por especies nativas como por especies introducidas,
las cuales, a la vez, pueden ser cultivadas o silvestres. En el estado, al igual que en
el resto del mundo, los miembros de esta familia son ampliamente utilizados para
una gran diversidad de fines, destacando el aprovechamiento forrajero, lo cual está
íntimamente relacionado con la actividad ganadera que se desarrolla en la entidad.
Los miembros de esta familia son plantas generalmente herbáceas, con raíz fascicu-
lada, tallo hueco de tipo caña, y hojas alternas de disposición dística, de nerviación
paralela, formadas por una vaina que envuelve al tallo, generalmente hendida por
detrás, con una lámina linear y una estructura pelosa o membranosa llamada lígula,
situada entre la lámina y la vaina. Las gramíneas son de inflorescencia en espiga, ra-
cimo o panícula, compuesta por unidades básicas llamadas espiguillas. Las espiguillas
son dísticas y presentan, generalmente, dos escamas basales llamadas glumas, que
protegen uno o muchos flósculos de unidades generalmente hermafroditas e incons-
picuas. Cada flósculo está compuesto por dos escamas: la lema, con un nervio central
que en ocasiones se prolonga en forma de arista, y la palea, biquillada y terminada
generalmente en dos dientes; estambres con filamentos largos y anteras versátiles,
casi siempre en número de tres por cada flor; ovario súpero con dos estigmas plu-
mosos; y el fruto típico de tipo cariopsis, es decir, parecido a un aquenio pero con la
testa de la semilla soldada al pericarpo.
La familia de las Gramíneas representa uno de los grupos vegetales más diversos
en el mundo, pues incluye de 750 a 800 géneros, con alrededor de 11,000 especies
según varios criterios, ya que se trata de una familia con grandes dificultades de
clasificación. Es la tercera o cuarta familia en importancia por el número de espe-
cies, y sin duda la primera por su interés económico, ya que incluye a los cereales y
a muchas plantas forrajeras. También, desde el punto de vista de la vegetación, son
de principal importancia, ya que constituyen el componente principal de la flora en
formaciones vegetales como son: la estepa, la sabana y la pradera, que cubren el 20%
de la superficie terrestre.
La familia de las gramíneas ha ido cambiando a lo largo del tiempo en subfamilias y
tribus. La primera subdivisión científica de esta familia reconoció dos tipos diferentes de
espiguillas entre la subfamilia Panicoideae y Pooideae (Festucoideae). Bentham (1881)
reconoce 13 tribus agrupadas en dos subfamilias. Hitchcock (1935) y Hitchcock y Chase
(1951), reconocen dos subfamilias y 14 tribus. Esta clasificación de dos subfamilias fue
aceptada por la mayoría de los agrostólogos por más de 150 años hasta la llegada una
nueva síntesis. Con la aceptación de información morfológica y molecular, nuestro
concepto y clasificación de las gramíneas está cambiando rápidamente. Actualmente
540
se reconocen 12 subfamilias: Bambusoideae, Anomochlooideae, Pharoideae, Pueloi-
deae, Ehrhartoideae, Centothecoideae, Pooideae, Arundinoideae, Danthonoideae,
Aristidoideae, Chloridoideae, y Panicoideae (GPWG, 2001), con 40 tribus y 76 subtribus
(Soreng et al., 2000). En México se han registrado 206 géneros (Valdés y Dávila, 1995),
1,182 especies y 207 categorías infraespecíficas (Beetle, 1987; Dávila et al., 2006), de
las cuales se han registrado 564 con algún uso (Mejía y Dávila, 1992).
La clasificación de las gramíneas de Nuevo León sigue lo presentado por este
grupo, pues 8 de las 12 subfamilias están presentes. Siguiendo el patrón para Norte
América y México, la flora de gramíneas de Nuevo León está dominada por tres
grandes subfamilias. La Chloridoideae, incluyendo las gramíneas de las zonas áridas
y semiáridas, seguida por la Panicoideae, con especies características de hábitats
húmedos, y la Pooideae o gramíneas de crecimiento de invierno presentes en las
partes de montaña. Cinco de las ocho subfamilias están representadas por una sola
tribu. Para el estado están reportadas 320 taxa distribuidas en 18 tribus, 104 géneros,
303 especies, 45 variedades y 5 subespecies. En la Tabla 1 se presenta el listado de
las especies de gramíneas reportadas para el Estado de Nuevo León, de acuerdo a la
clasificación para las gramíneas mexicanas.
La subfamilia Pooideae presenta 6 tribus, seguida por Panicoideae con 4 tribus y,
finalmente, Chloridoideae con 3 tribus. La tribu con mayor géneros es Cynodonteae,
con 23, seguida por Paniceae con 19, Poeae con 18 y Andropogoneae con 15. El género
Muhlenbergia es el que tiene mayor cantidad de especies, siendo éstas 25. Le sigue
Eragrostis, con 17, Bouteloua con 15, Paspalum con 13, Sporobolus con 10, Setaria
con 10 y Aristida con 9.
Figura 1. Distribución
de los usos princi-
pales de la familia
Poaceae
Figura 2. Distribución
de especies útiles mejor
representadas por tribu,
en número y por ciento
542
La subfamilia Chloridoideae es la más abundante en cuanto al número de especies
con 76 (35%), seguida de la subfamilia Panicoideae y Pooideae con 75 y 47 especies,
que representan el 34 y 21 porciento respectivamente, la subfamilia Aristoideae con
15 y el resto de las subfamilias con 7 especies (Figura 3). Un aspecto a considerar es
que, del total de especies útiles de gramíneas, 91 son nativas, 31 introducidas y 7
cultivadas. En cuanto a los géneros más abundantes encontramos a Bouteloua, que
es el género que más especies forrajeras presenta con 15, seguida de los géneros
Aristida y Paspalum con 10 y 9 especies, respectivamente.
Figura 3. Subfamilias
con especies útiles
mejor representadas
Las gramíneas constituyen, sin lugar a dudas, uno de los grupos vegetales más im-
portantes desde el punto de vista económico, ya que son el principal componente
de los pastizales y, consecuentemente, el principal uso que se ha dado a esta familia
ha sido como fuente de forraje para la alimentación del ganado. Es precisamente su
utilización como fuente de energía para el ganado doméstico y fauna silvestre lo que
convierte a las gramíneas forrajeras en el grupo de plantas más importante para el
hombre.
Características adaptativas
543
consideran tres aspectos fundamentales: rápida y abundante iniciación de rebrote,
nivel y movilización de los carbohidratos de reserva y mantenencia de una buena
velocidad de rebrote abundante. En las especies forrajeras son muy importantes
los meristemas apicales responsables del crecimiento en longitud y los meristemas
intercalares de crecimiento rápido pero limitado, desde los cuales se producen pe-
riódicamente nuevos tejidos y órganos.
La amplia distribución y desarrollo de esta familia se debe, en parte, a la morfología
de sus semillas que favorece su dispersión, a la alta capacidad reproductiva y a su ele-
vada tolerancia a diferentes tipos de restricciones ambientales; por ejemplo, muchas
de las plantas más tolerantes a la sequía se encuentran en esta familia Poaceae.
Es importante, considerar también que casi todos los zacates de clima templado
tienen un número cromosómico básico de siete (trigo, cebada, avena y centeno),
mientras que en zacates tropicales el genoma haploide es de 8, 9 o 10 cromosomas.
Estas diferencias cromosómicas permiten la presencia de poliploídia en poco más
del 70% de las especies de Poaceas. Aunque existen barreras que pueden impedir el
cruzamiento intergenérico o aún interespecífico entre las gramíneas, algunas especies
de Agropyron han sido cruzadas exitosamente con ciertas especies de trigo, cebada
y centeno (Ahloowalia, 1984).
El mecanismo de asimilación de CO2 es también una característica importante que
les confiere diferencias en la potencialidad de producción de materia seca por unidad
de superficie y en la eficiencia de la utilización del agua, todo lo cual tiene una gran
importancia desde el punto de vista agronómico (Melo y Boetto, 1993). Además, las
vías fotosintéticas están acompañadas por diferencias anatómicas, ultraestructurales
y bioquímicas, las cuales condicionan el consumo y la digestión que son factores re-
lacionados con la productividad animal (Wilson, 1991; Melo y Boetto, 1993; Minson
y Wilson, 1994).
Las plantas que poseen el paso fotosintético conocido como C4 son más eficientes
en la captación de CO2 cuando las concentraciones de este compuesto son bajas. Estas
condiciones se presentan con temperatura e intensidad de luz altas, debido a que la
concentración de CO2 declina como consecuencia de su reducida solubilidad relativa
a la de O2 (Sage, 2004), además tienen mayor resistencia estomática a la pérdida de
agua (Wentworth, 1983), características que, bajo ambientes semiáridos, permiten
que las especies C4 sean muy eficientes en el uso del agua y del nitrógeno (Ehleringer
et al., 1997). Así, la fotosíntesis en plantas C4 puede ocurrir bajo condiciones de estrés
térmico e hídrico, cuando la fotosíntesis en especies C3 estaría limitada.
La anatomía foliar cuantitativa se constituye en una herramienta útil para estimar
calidad y puede ser utilizada en la selección de especies forrajeras, ya que ésta pre-
senta variaciones tanto en tipo como en contenido de tejidos (Akin et al., 1991). Los
estudios realizados para evaluar los tejidos y el porcentaje que ocupa cada uno de
ellos (anatomía cuantitativa) han mostrado considerable variación entre las especies
de gramíneas forrajeras observando que la proporción de los distintos tejidos foliares
está directamente relacionada con la velocidad con que son digeridos en el rumen
y, consecuentemente, a la calidad forrajera de la especie (Akin, 1984; Tivani et al.,
1990; Wilson, 1991).
544
Calidad y valor nutricional de forrajes
El conocimiento de la calidad del forraje y del valor nutritivo de las especies más
abundantes en sus diferentes estados fenológicos son elementos de fundamental
importancia al momento de iniciar planes de manejo que permitan mejorar la pro-
ductividad animal. Algunos investigadores consideran que el valor nutricional puede
expresarse en términos de su composición química (concentración de nutrientes), de
su digestibilidad y de la naturaleza de los productos de la digestión; la calidad es el
resultado del valor nutricional y del consumo efectivo por los animales.
Cada región ofrece posibilidades y limitaciones en cuanto a clima y suelo, por lo
que la búsqueda de forrajeras que se comporten bien en las condiciones ofrecidas
resulta la primera tarea. Las forrajeras tienen distintos mecanismos de adaptación
a las condiciones climáticas que le ofrece la naturaleza (Melo y Boetto, 1993), por lo
que presentan una gran variación en calidad en sus distintas etapas de crecimiento
y en las diferentes fracciones de la planta, las cuales además de las condiciones am-
bientales se deben también al material genético y al manejo (Gaggiotti et al., 1996).
Todos los forrajes difieren en su capacidad de proveer los nutrientes necesarios
para llevar a cabo las funciones corporales de mantenimiento, crecimiento y reproduc-
ción en el ganado, lo cual está en función del consumo voluntario, la concentración de
nutrientes, la digestibilidad y la eficiencia con que los animales utilizan los nutrientes
absorbidos para llevar a cabo sus funciones fisiológicas. Además, de acuerdo con
Humphrey (1991), debe considerarse dentro del concepto general de valor nutritivo
la presencia o acumulación de sustancias tóxicas o antinutricionales que pueden
afectar la salud o el desempeño productivo de los animales.
Algunos de los autores antes citados han estudiado propiedades nutricionales de
interés para estas especies en otros ambientes (Fernández Greco y Viviani Rossi, 1997;
Gaggiotti et al., 1996; Galli, 1997; Suarez et al., 2001) y considerado que la implemen-
tación de alternativas de manejo de mayor impacto requiere del conocimiento del
potencial forrajero de la pastura, para lo cual necesariamente deberá realizarse un
diagnóstico, utilizando como principal herramienta a las especies componentes del
pastizal (Fernández Greco y Viviani Rossi, 1997).
Se ha reportado que en el noreste de México los animales en pastoreo consumen
una gran variedad y cantidad de plantas, entre las que destacan por su número los
zacates nativos (Ramírez et al., 1993, 1995, 1997). Aunque algunos de ellos son con-
sumidos ávidamente por los rumiantes, ya que producen mayor cantidad de forraje
que otros grupos de plantas, no se conoce su calidad nutritiva y, por lo tanto, se
desconoce su contribución nutricional en la dieta de animales en pastoreo.
La degradabilidad ruminal efectiva, grado de digestión ruminal, tiempo de retar-
do (fase lag), tasa de digestión ruminal y digestibilidad potencial son importantes
características de digestión del forraje. Tales características pueden ser usadas para
predecir el valor nutritivo más acertadamente y comparar la utilidad de los forrajes
en las dietas para rumiantes (Singh et al., 1989).
Ramírez et al. (2001) estimaron el valor nutritivo y el grado de digestión ruminal
del forraje de plantas de zacate buffel común (Cenchrus ciliaris L.) y de los zacates
545
nativos: aristida (Aristida spp.), navajita (Bouteloua gracilis Thurb), cadillo (Cenchrus
incertus M.A. Curtis), verdillo de fleco (Chloris ciliata Swartz), punta blanca (Digitaria
califórnica (Benth) Henr.), zacate mezquite (Hilaria belangeri (Steud) Nash), rizado
(Panicum hallii Varsey), pajita tempranera (Setaria macrostachya H.B.K.) y tridento
esbelto (Tridens muticus (Torr.) Nash), colectados en el municipio de Marín, N. L. La
tasa de digestión, degradabilidad potencial y degradabilidad efectiva en los zaca-
tes nativos C. incertus, C. ciliata, D. californica y P. hallii resultaron ser mayores o
comparables a los de C. ciliaris. Sin embargo, el elevado contenido de pared celular
en Aristida spp., B. gracilis, H. belangeri, S. macrostachya y T. muticus tuvo efectos
negativos sobre la degradabilidad de la materia seca (MS) y fibra detergente neutro
(FDN). La proteína cruda (PC) de los zacates nativos, con excepción de Aristida spp y T.
muticus, fue degradada en mayor grado que la de C. ciliaris. Por lo que recomiendan
que zacates como B. gracilis, C. incertus, C. ciliata, D. californica y P. hallii pueden ser
considerados como buena fuente de alimento para los animales en pastoreo, debido
a que su MS, FDN Y PC fueron difgeridos en mayor o similar forma que C. ciliaris, que
en este estudio se usó como referencia.
Figura 4. Caracteriza-
ción del valor forrajero
de las especies del Esta-
do de Nuevo León
546
Modelos de simulación
547
La presencia de polinización cruzada y autoincompatibilidad en muchas de las
especies de zacates forrajeros, e.g., Lolium perenne, además de la complejidad gené-
tica inherente de muchas otras, complica el manejo de estas plantas, lo que genera
esquemas de selección complejos que resultan en un avance muy lento en la obten-
ción de variedades mejoradas. Esto ha llevado al reconocimiento de la biotecnología
como una herramienta fundamental para el desarrollo de cultivares de gramíneas
forrajeras mejoradas (Bingham y Conger, 1995).
La producción de leche, carne y lana en el mundo depende en gran medida de la
utilización de mezclas de leguminosas y gramíneas, en las cuales el aporte de estas
últimas constituye la principal fuente de energía para el crecimiento y desarrollo de los
animales. Por lo tanto, el mejoramiento de la calidad y rendimiento de las gramíneas
forrajeras es de crucial importancia para incrementar la capacidad de carga y la cali-
dad del forraje de las áreas de pastoreo (pastizales y praderas) y, consecuentemente,
la producción animal. El incremento del rendimiento y persistencia de los zacates
forrajeros son otros dos retos importantes a ser enfrentados mediante la tecnología
de transformación genética (Wang et al., 2001).
El cultivo de meristemos, la producción de plantas haploides y, por lo tanto, de
individuos diploides homocigotos, la rápida propagación de material clonal de valor y
la fusión e hibridación de plantas son sólo algunas de las aplicaciones más evidentes a
la biotecnología de zacates forrajeros dentro de la tecnología del cutlivo de tejidos.
La familia Poaceae ha sido tradicionalmente recalcitrante a la manipulación in
vitro y transformación genética; las gramíneas forrajeras y los cereales se encuen-
tran entre las especies más difíciles de manejar in vitro (Vasil, 1988; Potrykus, 1990).
A la fecha se ha logrado, sin embargo, un avance significativo en la manipulación y
transformación genética de cereales, si bien este progreso ha sido menos evidente
en el caso de los zacates.
Aunque el establecimiento de cultivos asépticos de gramíneas fue intentado con
éxito en los años 40’s, no fue sino hasta finales de los años 60’s que se logró la re-
generación de plantas completas a partir de callos en cereales, y a principios de los
70’s, en el caso de zacates forrajeros. Todavía en los años 80 las técnicas de cultivo
de tejidos no habían contribuido de manera significativa al mejoramiento genético
de los zacates forrajeros (Ahloowalia, 1984).
Manzano Flores (1993) hace un resumen sobre los resultados obtenidos por
diferentes investigadores en relacion a la generación de callos embriogénicos en
gramíneas:
La producción de embriogénesis somática en gramíneas para la inducción de CE
(callos embriogénicos) en Pennisetum purpureum fue reportada por Chandler y Vasil
(1984) a partir de segmentos de hojas jóvenes inoculadas en medio MS adicionado
con agua de coco, BAP y 2-4 D para regeneración de plantas. En Paspalum spp. (pasto
Bahía), Marouky y West (1990) indujeron CE inoculando cariópsides (sin lema y palea)
en medio MS con 2 mg/L-1 de 2-4 D, los CE fueron de color blanco, globulares y friables.
La regeneración de la planta la realizaron los CE en el medio MS sin 2-4 D. De 300
cultivos realizados 35 fueron embriogénicos, pero sólo 10 produjeron plantas.
548
En Hordeum vulgare (cebada) Rangel y Jelaska (1986) utilizaron explantes de 2 mm
que consistieron del escutelo y el meristemo apical envueltos por la porción basal
de las 2 hojas jóvenes y obtuvieron la regeneración de plantas. En Zea mays (maíz)
Duncan et al. (1985), obtuvieron la mayor inducción de CE usando embriones inmadu-
ros sembrados en un medio que contenían 4.5 μM de 2-4 D, los CE fueron duros, de
forma irregular y de color blanco amarillo. La regeneración la consiguieron colocando
CE en medio sin 2-4 D.
En Sorghum spp Boyes y Vasil (1984) indujeron la formación de CE usando segmen-
tos de inflorescencias jóvenes inoculadas en el medio de MS conteniendo 0.01-5.0
mg/L-1 de 2-4 D e incubándose a 27°C en oscuridad continúa. Las concentraciones
que indujeron más CE en el medio de MS (72%) fueron 0.5 mg/L y 1.0 mg/l de 2-4 D.
La regenegación de las plantas la lograron colocando los CE en el medio de MS con
1 mg/L de 2-4 D, todo lo anterior citado por Manzano Flores (1993).
Manzano Flores (1993), logró la inducción de callos embriogénicos (CE) de zacate buffel
Cenchrus ciliaris L. var. Higgins en 12 tratamientos con 2-4-D. En general, explantes
etiolados fueron mejores para inducir CE que los explantes verdes. Se regeneraron un
total de 56 plantas derivadas de los CE inducidos en los doce tratamientos estudiados.
Todas ellas se trasladaron al suelo, se aclimataron y lograron sobrevivir.
549
tradicionales de mejoramiento genético de plantas (Spangenberg et al., 1995), al crear
puentes entre los grupos individuales de genes presentes en la naturaleza y permitir
la utilización de material genético proveniente de fuentes heterólogas. Uno de los
primeros logros en la ingeniería genética de gramíneas fue el control de enfermedades
(Koziel et al., 1993).
En el estado de Nuevo León la actividad agrícola se realiza en 392,415 ha, que repre-
sentan unicamente el 6.1% de la superficie total del estado. Esta actividad se lleva a
cabo principalmente en los municipios que corresponden al centro y sur del estado,
en los cuales se concentra el 82% de la superficie agrícola y en contraparte el 18%
restante se realiza en los municipios del norte. La superficie agrícola se divide en
66.7% (261,923) bajo condiciones de temporal y 33.3% (130,492) bajo riego, siendo los
municipios del centro sur del estado los que trabajan bajo temporal y los del centro
norte bajo riego. La superficie sembrada para el año del 2007 ascendió a 387,582
has, distribuidas en el 55% para forrajes, 33% para granos, 8.0% cítricos, 1.06% nogal,
1.07% papa, 0.7% para diversas hortalizas como zanahoria, ajo, chiles, tomate, entre
otras, y 0.08% a otros cultivos. Como puede observarse, anualmente la superficie
sembrada de forrajes representa alrededor del 50% de la superficie.
De 1998 al 2007 la superficie cosechada de forrajes presenta un promedio anual
de 197,988 has, siendo en el 2003 cuando se alcanzó una mayor superficie con cultivos
de este tipo al registrarse 237, 031 hectáreas. Por otra parte, el volumen promedio
de producción en este mismo periodo ascendió a 1, 013 millones 282 mil pesos. En
el 2007 la superificie cosechada con especies forrajeras fue de 210,255 has con un
volumen de producción de 3,207,229 toneladas y con un valor de la producción de
954 millones con 599 mil pesos, lo que representa el 33% del valor agrícola del estado
(Figuras 5 y 6).
Los principales cultivos forrajeros en el estado corresponden a pastos, sorgo, avena,
cebada y maíz. La producción de pastos ocupa el noveno lugar nacional al aportar el
4% del volumen de producción, y en la producción estatal éstos representan el 59%
del volumen total y el 26% del valor total con un rendimiento que oscila en 14 t/ha.
Este cultivo se presenta en la mayoría de los municipios del centro norte del estado,
destacando por su producción China y Anáhuac. Por otra parte, la producción de
sorgo ocupa el cuarto lugar nacional al aportar el 9% del volumen de producción y a
nivel estatal este cultivo representa el 12% del volumen total y el 4% del valor total,
con un rendimiento alrededor de 19 t/ha, los principales municipios productores de
sorgo forrajero son General Terán, Montemorelos y Linares. En las Figuras 5 y 6 se
presenta la información de la superficie cosechada (Ha) y los volúmenes de producción
para los cultivos de gramíneas en el estado de Nuevo León durante 1998 y 2007.
550
Figura 5. Superfi cie cosechada con culti vos Figura 6. Volumen de producción de culti vos
forrajeros en Nuevo León, 1998-2007. forrajeros en Nuevo León, 1998-2007.
Esta actividad reviste una gran importancia, no sólo por representar el 33% del valor
agrícola anual en promedio, sino también por su contribución al desarrollo del sector
ganadero del estado, ya que el sistema de producción predominante es el de agos-
tadero extensivo. En cuanto a pastizales inducidos, hay aproximadamente 500,000
ha de praderas inducidas de temporal donde predomina el pasto buffel, cerca de
20,000 ha de praderas bajo riego, con pastos estrella africana y bermuda cruza, y
alrededor de 150,000 ha de cultivos forrajeros como sorgo, maíz, avena, pastos,
entre otros. Cabe mencionar que el 56% de la producción de pastos se realiza en el
norte del estado, el 25% en los municipios del centro y el 19% restante en la región
centro-sur de la entidad.
551
Las variaciones en las precipitaciones, entre años y entre estaciones, son caracte-
rísticas de las regiones semiáridas (Bailey, 1979). Durante los períodos lluviosos, los
productores tienden a aumentar la carga, mientras que en los secos ésta no se reduce
con la misma velocidad y en similar magnitud. Esto ocurre por diversas razones, entre
ellas, la reducción de precios y la esperanza de un cambio positivo en la situación
climática. El proceso conduce, por lo tanto, a una sobrecarga en los potreros (Gastó,
1993), que lleva al sobrepastoreo. El avance de la agricultura sobre sistemas ganaderos
ha agravado la situación, desplazando animales hacia estas zonas.
Pastos 2,724,271 1,057,744 1,048,423 3,038,034 4,233,736 1,943,047 2,154,171 2,116,115 2,169,952 2,248,438 2,273,393
Sorgo 312,856 185,813 85,049 520,547 930,203 960,074 616,185 567,688 513,401 666,485 535,830
Avena 242,925 181,025 130,615 140,595 143,496 270,159 306,655 104,739 235,574 215,770 197,155
Cebada 403 887 1,467 1,499 1,094 1,160 1,016 2,716 831 1,299 1,237
Maiz 586,094 243,456 116,471 37,047 138,700 407,642 289,350 34,875 209,890 0 206,352
Otros 57,135 19,044 27,932 111,283 97,413 83,306 82,291 56,794 98,435 75,239 70,887
Conclusiones y perspectivas
552
Tabla 3. Subfamilias, tribus, géneros y especies de las gramíneas de Nuevo León
y sus usos.
Construcción
Alimentición
Ornamental
Ceremonial
Medicinal
Artesanal
Industrial
Ecológico
Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie
BAMBUSOIDEAE
I
1 BAMBUSEAE
Bambusa vulgaris √ √
√ √
Phyllostachys nigra
√
EHRHARTOIDEAE
II
2 ORYZEAE
Leersia ligularis
Leersia monandra
√
Leersia oryzoides
√
POOIDEAE
III
3 STIPEAE
Achnatherum editorum
√
Achnatherum eminens
√
Achnatherum hirticulme
Achnatherum multinode
Achnatherum robustum
Amelichloa clandestina √
Hesperostipa neomexicana √
Jarava ichu
Metcalfia mexicana √
Nassella leucotricha √
Nassella mucronata √
Nassella tenuísima
Piptochaetium angustifolium √
Piptochaetium avenaceum
Piptochaetium brevicalyx
Piptochaetium fimbriatum √
Piptochaetium stipoides
553
Construcción
Alimentición
Ornamental
Ceremonial
Medicinal
Artesanal
Industrial
Ecológico
Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie
Piptochaetium virescens √
4 MELICEAE
Glyceria striata
Melica montezumae √
Melica nitens √
5 BRACHYPODIEAE
Brachypodium mexicanum var. inerme
Brachypodium mexicanum var. mexicanum √
Brachypodium pringlei √
6 POEAE
Avena fatua var. fatua √ √ √
Avena fatua var. sativa √
Agrostis hyemalis
Briza subaristata √
Calamagrostis coahuilensis
Calamagrostis pringlei
Catapodium rigidum
Dactylis glomerata √
Deschampsia flexuosa
Festuca amplissima
Festuca arizonica √
Festuca hintoniana
Festuca pinetorum
Festuca pringlei
Festuca rubra √
Festuca thurberi
Festuca baldeéis
Koeleria macrantha √
Limnodea arkansana
Lolium perenne √
√
Peyritschia deyeuxioides
554
Construcción
Alimentición
Ornamental
Ceremonial
Medicinal
Artesanal
Industrial
Ecológico
Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie
Phalaris caroliniana √
Phalaris minor √
Phleum alpinum √
Poa annua √
√
Poa bigelovii
Poa mulleri
Poa pratensis √
√
Polypogon viridis √
Sphenopholis obtusata
Trisetum curvisetum
Trisetum spicatum √
Trisetum viride
7 BROMEAE
Bromus anomalus √
Bromus attenuatus
Bromus carinatus √
√
Bromus catharticus √
Bromus densus √
Bromus lanatipes
Bromus porteri √
8 TRITICEAE
Elymus arizonicus √
√
Elymus canadensis √
Elymus elymoides √
Elymus longifolius
Elymus pringlei
Elymus trachycaulus √
Elymus vaillantianus √
Hordeum adscendens
Hordeum jubatum √
Hordeum vulgare √
√
555
Construcción
Alimentición
Ornamental
Ceremonial
Medicinal
Artesanal
Industrial
Ecológico
Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie
Secale cereale √ √ √
Triticum aestivum √ √ √
PANICOIDEAE
IV
9 CENTOTHECEAE
Chasmanthium latifolium
10 ARUNDINELLEAE
Arundinella berteroniana √
√
11 PANICEAE
Cenchrus brownii √
Cenchrus ciliaris √
√
Cenchrus echinatus √
Cenchrus incertus
√
Cenchrus myosuroides √
Dichanthelium acuminatum var. acuminatum
Dichanthelium acuminatum var. lindheimeri
Dichanthelium oligosanthes var. scribnerianum √
Dichanthelium pedicellatum
Dichanthelium sphaerocarpon √
Digitaria bicornis
Digitaria californica √
Digitaria ciliaris √
Digitaria cognata √
Digitaria hitchcockii
Digitaria insularis
Digitaria sanguinalis
Digitaria sellowii
Echinochloa colona √
√
Echinochloa cruz-gallii var. crusgallii √
Eriochloa punctata √
Hopia obtusa
Hymenachne amplexicaulis √
556
Construcción
Alimentición
Ornamental
Ceremonial
Medicinal
Artesanal
Industrial
Ecológico
Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie
Lasiacis nigra √
Lasiacis ruscifolia var. ruscifolia √
Megathyrsus maximus √
Melinis repens √
Oplismenus hirtellus ssp. hirtellus
Oplismenus hirtellus ssp. setarius √
Panicum capillarioides
Panicum coloratum √
Panicum hallii var. filipes √
Panicum hallii var. hallí √
Panicum virgatum
Paspalum botterii √
Paspalum conjugatum √
√
Paspalum dilatatum √
Paspalum distichum √
√
Paspalum hartwegianum √
Paspalum hümboldtianum √
Paspalum langei √
Paspalum lividum √
Paspalum notatum √
√
Paspalum plicatulum √
Paspalum pubiflorum var. pubiflorum √
Paspalum setaceum var. ciliatifolium √
Paspalum setaceum var. setaceum √
Paspalum unispicatum √
Paspalum urvillei √
Pennisetum clandestinum √ √ √
Pennisetum purpureum √
Setaria adhaerens
Setaria grisebachii √
Setaria leucopila √
557
Construcción
Alimentición
Ornamental
Ceremonial
Medicinal
Artesanal
Industrial
Ecológico
Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie
Setaria macrostachya √
Setaria parviflora √
Setaria pumila
Setaria reverchonii subsp. ramiseta
Setaria scheelei √
Setaria texana
Setaria villosissima
Steinchisma laxa
Stenotaphrum secundatum √
√
Urochloa fasciculata
Urochloa meziana
Urochloa ophryodes
Urochloa panicoides
Urochloa plantaginea √
Urochloa reptans
Urochloa texana √
Zuloagaea bulbosa
12 ANDROPOGONEAE
Andropogon glomeratus var. glomeratus √ √
Andropogon glomeratus var. pumilus
Andropogon spadiceus
Andropogon virginicus √
Bothriochloa barbinodis var. barbinodis √
Bothriochloa edwardsiana
Bothriochloa hybrida
Bothriochloa ischaemum var. songarica √
Bothriochloa laguroides var. laguroides
Bothriochloa laguroides var. torreyana
Bothriochloa longipaniculata
Bothriochloa pertusa
Bothriochloa saccharoides ssp. reevesii √
558
Construcción
Alimentición
Ornamental
Ceremonial
Medicinal
Artesanal
Industrial
Ecológico
Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie
559
Construcción
Alimentición
Ornamental
Ceremonial
Medicinal
Artesanal
Industrial
Ecológico
Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie
Aristida eludens
Aristida havardii
Aristida pansa var. contracta √
Aristida pansa var. dissita
Aristida pansa var. pansa
Aristida purpurea var. fendleriana √
Aristida purpurea var. longiseta √
Aristida purpurea var. nealleyi √
Aristida purpurea var. perplexa
Aristida purpurea var. purpurea √
Aristida purpurea var. wrightii √
Aristida schiedeana var. schiedeana √
Aristida ternipes var. ternipes √
DANTHONIEAE
VII
15 DANTHONIEAE
Cortaderia selloana √
CHLORIDOIDEAE
VIII
16 CYNODONTEAE
Aegopogon tenellus
Blepharidachne bigelovii
Blepharoneuron tricholepis √
Bouteloua chasei √
Bouteloua curtipendula var. cespitosa √
Bouteloua curtipendula var. curtipendula √
Bouteloua curtipendula var. tenuis √
Bouteloua dactyloides √
Bouteloua eriopoda
Bouteloua gracilis √
Bouteloua hirsuta var. hirsuta √
Bouteloua karwinskii √
Bouteloua pedicellata
560
Construcción
Alimentición
Ornamental
Ceremonial
Medicinal
Artesanal
Industrial
Ecológico
Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie
Bouteloua radicosa √
Bouteloua ramosa √
Bouteloua repens √
Bouteloua scorpioides √
Bouteloua simples √
Bouteloua trifida √
Bouteloua uniflora var. coahuilenses √
Bouteloua uniflora var. uniflora √
Chloris andropogonoides √
Chloris chloridea √
Chloris ciliata √
Chloris crinita √
Chloris cucullata √
Chloris gayana √
√
Chloris rufescens √
Chloris subdolichostachya √
Chloris submutica
Chloris verticillata
Chloris virgata √
√
Cynodon dactylon √
Dactyloctenium aegyptium √
√ √
Dasyochloa pulchella
Distichlis littoralis
Distichlis spicata √
Eleusine indica √ √ √
Eleusine multiflora √
√
Enteropogon chlorideus
Erioneuron avenaceum √
Erioneuron pilosum var. pilosum
Gouinia virgata √
Hilaria belangeri √
561
Construcción
Alimentición
Ornamental
Ceremonial
Medicinal
Artesanal
Industrial
Ecológico
Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie
Hilaria swallenii √
Leptochloa dubia √
Leptochloa fascicularis √
Leptochloa mucronata √
Lycurus phleoides √
Muhlenbergia atenacea
Muhlenbergia arenicola √
Muhlenbergia depauperata
Muhlenbergia dubia √
Muhlenbergia emersleyi
Muhlenbergia glauca
Muhlenbergia gypsophila
Muhlenbergia jaime-hintonii
Muhlenbergia lindheimeri
Muhlenbergia microsperma
Muhlenbergia porteri √
Muhlenbergia pubigluma √
Muhlenbergia purpusii
Muhlenbergia quadridentata
Muhlenbergia repens √
Muhlenbergia rigens
Muhlenbergia rigida √ √
Muhlenbergia robusta
Muhlenbergia setifolia
Muhlenbergia spiciformis
Muhlenbergia tenuifolia
Muhlenbergia torreyi
Muhlenbergia utilis
Muhlenbergia villiflora var. villiflora √
Muhlenbergia virescens
Pappophorum bicolor √
562
Construcción
Alimentición
Ornamental
Ceremonial
Medicinal
Artesanal
Industrial
Ecológico
Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie
Pappophorum vaginatum √
Pleuraphis mutica √
Scleropogon brevifolius √
Tragus berteronianus
Trichloris pluriflora √
Tridens albescens √
Tridens eragrostoides √
Tridens flavus
Tridens muticus var. elongatus √
Tridens muticus var. muticus √
Tridens texanus √
17 ERAGROSTIDEAE
Cottea pappophoroides √ √
Enneapogon desvauxii √
Eragrostis barrelieri
Eragrostis cilianensis
√
Eragrostis curtipedicellata
Eragrostis curvula √
√
Eragrostis erosa
Eragrostis hirsuta
Eragrostis hirta var. longiramea
Eragrostis hypnoides
Eragrostis intermedia √
Eragrostis lehmanniana √
√
Eragrostis lugens √
Eragrostis mexicana √
Eragrostis palmeri √
Eragrostis pectinacea var. miserrima
Eragrostis pectinacea var. pectinacea √
Eragrostis pilosa var. pilosa √
Eragrostis silveana
563
Construcción
Alimentición
Ornamental
Ceremonial
Medicinal
Artesanal
Industrial
Ecológico
Forrajera
Subfamilia/Tribu/Género/Especie
Eragrostis spectabilis
18 ZOYSIEAE
Spartina spartinae
Sporobolus tiroides √ √
Sporobolus buckleyi √
Sporobolus contractus
Sporobolus cryptandrus √ √ √ √
Sporobolus indicus √
Sporobolus nealleyi
Sporobolus pyramidatus √
Sporobolus spiciformis
Sporobolus virginicus √
Sporobolus wrightii
564
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567
PLANTAS Y AMBIENTE
PLANTAS NATIVAS DE NUEVO LEÓN
CON VALOR ORNAMENTAL
Alvarado-Vázquez MAa*, Rocha-Estrada Aa, Guzmán-Lucio MAa, Foroughbakhch-Pournavab Ra,
Alanís-Flores GJb
1
Departamento de Botánica, 2 Departamento de Ecología, Facultad de Ciencias Biológicas,
Universidad Autónoma de Nuevo León, Ave. Pedro de Alba, s/n, Ciudad Universitaria,
C. P. 66451, San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
* marco.alvaradovz@uanl.edu.mx
Resumen
E
l desarrollo urbano que han tenido ciudades como Monterrey y su área me-
tropolitana en las últimas décadas, ha traído como consecuencia un deterioro
ambiental, por lo que la demanda de una mejor calidad de vida con el menor
daño al ambiente hace urgente la adecuación del arbolado y áreas verdes urbanas
para resolver múltiples problemas ambientales, sociales y de sustentabilidad. El uso
de las plantas en el entorno urbano y suburbano, ya sean nativas o introducidas, debe
manejarse bajo diferentes criterios de acuerdo a la finalidad requerida y, por tanto,
la selección de las especies debe regirse por: a) las condiciones locales imperantes,
b) el resultado que se pretende obtener, c) la opción que presente el menor costo
ambiental y d) en aquellos casos en que se tengan equivalentes ecológicos nativos e
introducidos, dar preferencia a los nativos que seguramente traerán algunos benefi-
cios adicionales no contemplados. En el presente trabajo se presentan las ventajas y
desventajas del uso urbano ornamental de plantas nativas e introducidas. Se detallan
los estudios sobre flora ornamental en el Área Metropolitana de Monterrey (AMM),
mostrando aspectos de diversidad, frecuencia y origen de la flora urbana. Se indican
también las especies nativas más utilizadas en el AMM y se proporciona una lista de
especies subutilizadas o con potencial ornamental para el AMM describiendo ade-
más sus características, ventajas ecológicas y posibles usos en el ambiente urbano.
Finalmente, y en concordancia con todo lo anterior, se concluye que las especies
nativas son opciones altamente recomendables ya que presentan grandes ventajas
ecológicas, fácil propagación, resistencia a plagas, requieren poca agua, bajos costos
de mantenimiento, y muchas de ellas presentan portes elegantes y estéticos que
armonizan con el paisaje local.
571
Introducción
Las áreas verdes y jardines urbanos tienen su origen en los albores de la civilización,
donde el hombre por su tendencia innata de reunirse en comunidades fue abando-
nando los espacios naturales abiertos y agrupándose en clanes o grupos sociales
donde podía desarrollar con mayor facilidad su instinto de progreso cultural. Con-
forme las necesidades sociales fueron llevando al hombre a crear ciudades cada vez
más complejas, su espíritu naturalista le recordaba sus orígenes en la libertad de los
espacios verdes. Esta necesidad de sentir la naturaleza cercana hizo que el hombre
llevara primeramente el árbol a su hábitat, para posteriormente combinarlo con otras
especies de plantas y hacer su entorno más agradable.
En este sentido, se podría definir el área verde urbana como una extensión de te-
rreno transformada vegetalmente por el hombre, según su criterio estético, a imagen
de la naturaleza. El jardín ornamental busca como fin primordial el contacto directo
del hombre con la naturaleza. Este contacto se debe respetar, conservar y fomentar,
aún en un medio artificial y hostil como es el urbano.
De acuerdo a Fischesser (2009), el uso de los árboles con fines ornamentales
se remonta al siglo XVII, y antes de esa época la vegetación urbana cultivada (con
excepción de plantas espontaneas) se limitaba a frutales y plantas medicinales en
jardines privados.
La extensión y condición de los árboles, de una comunidad y en conjunto de las áreas
verdes urbanas, es con frecuencia la primera impresión que la comunidad proyecta hacia
sus visitantes, por lo tanto son bienes valiosos en ciudades y pueblos. El bosque urbano
contribuye al sentimiento de identidad y orgullo de la comunidad, añade un carácter
natural a nuestras ciudades y pueblos y oculta paisajes desagradables. Sin árboles, las
ciudades presentan un paisaje estéril, de concreto, ladrillo, acero y asfalto; con ellos, las
ciudades y pueblos se hacen habitables, añaden belleza y crean un ambiente benéfico
para nuestra salud física y mental (Martínez-González y Chacalo-Hilú, 1994).
Las zonas arboladas en las ciudades son los mejores agentes para modificar en
forma favorable las condiciones climáticas de las mismas, además de añadir belleza
escénica al entorno. En calles y plazas, el arbolado tiene la misión de hacer grato al
ciudadano su tránsito y convivencia social, además de brindar múltiples beneficios
ecológicos, paisajísticos y sociales.
Por otro lado, la composición del arbolado urbano de las ciudades no es unifor-
me, ni constante, ya que además de estar influida por las características naturales
de la zona, está determinada, dentro de los límites impuestos por la naturaleza, por
factores personales, sociales y económicos (Granados-Sánchez y Mendoza-Ángeles,
1992). Estos factores pueden ser resumidos en: a) propósito o función de la especie,
b) popularidad de las especies, c) factores socioeconómicos (los criterios de selección
de árboles varían de acuerdo a los sectores sociales), d) movilidad de las personas (por
lo general los habitantes de áreas de economía baja y media no permanecen mucho
tiempo en un lugar, por lo que no se interesan tanto en el plantado y selección de
árboles) y e) nostalgia por lo familiar (al cambiar de residencia, la gente suele llevar
consigo plantas de su lugar de origen).
572
Plantas nativas vs. introducidas en el ambiente urbano
El enorme desarrollo urbano que han tenido ciudades como Monterrey y su área
metropolitana en las últimas décadas, ha traído como consecuencia un deterioro am-
biental, de tal suerte, que pareciera que hay una relación inversamente proporcional
entre el desarrollo urbano y el equilibrio ecológico, lo cual no tiene que ser forzosa-
mente válido ni aplicable en todos los casos, ya que con una adecuada planeación,
diseño y cultura se puede vivir en equilibrio con el ambiente.
Es importante recalcar la importancia de la utilización de especies nativas como
opciones altamente recomendables para ornato, y mencionar que, posiblemente, el
rechazo que puede existir en algunos sectores de la población hacia el uso de plantas
nativas para este fin se deba a cuestiones culturales donde se cree que lo introducido
o exótico tiene más valor que lo autóctono. Las plantas nativas presentan grandes
ventajas ecológicas, fácil propagación, resistencia a plagas, requieren poca agua,
bajos costos de mantenimiento, además de que muchas de ellas presentan portes
elegantes y estéticos que armonizan con el paisaje local, junto con otras cualidades
como atractivas flores y frutos.
Por su parte, las plantas introducidas en el AMM, en contraste con las plantas nati-
vas, tienen un amplio mercado en los viveros del área, a esto se suma la introducción
de especies provenientes de otros estados de la República e incluso del extranjero,
por habitantes que gustan de las plantas nativas de su lugar de origen: entre éstas
destacan el naranjo, limón, plátano, granada, albahacar, yerbabuena, menta, rosa,
fresno, trueno, árbol del sebo, álamo, alamillo, ficus y níspero, entre otros.
Las plantas introducidas, si bien son atractivas, se han usado de manera indiscrimi-
nada y sin considerar los requerimientos para su establecimiento, por lo que muchas
de ellas no han tenido éxito en su plantación; por otro lado, algunas de ellas presentan
inconvenientes tales como, daños a construcciones y banquetas, interfieren con el
cableado aéreo, demandan demasiada agua en su desarrollo, algunas son tóxicas y
no cubren las necesidades para establecimiento de fauna silvestre.
El uso de las plantas en el entorno urbano y suburbano, ya sean nativas o intro-
ducidas, debe manejarse bajo diferentes criterios de acuerdo a la finalidad requerida
y, por tanto, la selección de las especies debe regirse por: a) las condiciones locales
imperantes, b) el resultado que se pretende obtener c) aquella que presente el menor
costo ambiental y d) en aquellos casos en que se tengan equivalentes ecológicos na-
tivos e introducidos, dar preferencia a los nativos, que seguramente traerán algunos
beneficios adicionales no contemplados.
573
• Tienen pocos problemas por enfermedades
• Algunas especies presentan vida muy larga (encino, sabino)
• Bajos costos en producción
• Facilidad para obtener las semillas
• Tienen bajos requerimientos de agua
• No son muy exigentes en cuanto a requerimientos de fertilizantes
• Hay ahorro de trabajo y tiempo para su mantenimiento
• Lucen bien en parques y avenidas de la ciudad
• Algunas especies producen frutos y semillas comestibles
• Algunas especies producen madera fina y resistente
Causas posibles del poco uso de especies nativas para ornato en el AMM
Los estudios más antiguos acerca de la flora del AMM quedan enmarcados dentro
de trabajos más generales acerca de la flora del estado de Nuevo León. Aquí cabe
destacar los trabajos realizados por el ilustre Dr. José Eleuterio González “Gonzalitos”,
pionero de los trabajos botánicos en Nuevo León, quien en 1888 publicó un inventa-
rio florístico acerca de las plantas cultivadas y silvestres de Nuevo León, reportando
264 especies. Rojas-Mendoza (1965), en su obra acerca de la vegetación y flora de
Nuevo León reporta 1484 plantas en las categorías de especie, subespecie, variedad
o forma. Por su parte Gutiérrez-Lobatos (1970), estudió las áreas representativas del
matorral submontano establecido en la periferia de la zona urbana, reportando una
diversidad florística de 173 especies.
En tiempos más recientes y trabajos más enfocados al AMM podemos destacar
los siguientes:
Maldonado (1983), menciona que las principales especies arbóreas utilizadas, en esa
época, en el AMM son: fresno, trueno, alamillo, jacaranda, canelo, araucaria, árbol
574
del hule y magnolia. Sin embargo, destaca que la mayoría de estas especies tienen
altos requerimientos de agua, recurso muy limitado en Monterrey y sus alrededores,
por lo que recomienda especies que prosperan satisfactoriamente en la región sin
ningún tipo de mantenimiento (riego, podas, etc.) tales como: mezquite, huizache,
retama, tabachín, palo verde, mimbre y anacua.
Alanís-Flores y Cervantes-Borja (1995), afirman que la vegetación del AMM está de-
terminada básicamente por los factores de clima, topografía y profundidad de suelo.
Los autores destacan como principales tipos de vegetación en la zona el bosque de
encino y pino, el bosque de pino, bosque de encino, matorral submontano, matorral
espinoso con palma de desierto, matorral desértico rosetófilo, chaparral, mezquital,
bosque de galería y vegetación riparia, pastizales y vegetación secundaria.
Alvarado-Vázquez et al. (2000), realizan una evaluación preliminar acerca de las plantas
ornamentales en jardines públicos del AMM, reportando un total de 191 especies
ornamentales, de las cuales 40% son nativas; reportan que la forma biológica con
mayor diversidad a nivel de especie es la de los árboles con 71 taxa.
575
Alanís-Flores y González-Alanís (2002), en un estudio acerca de la flora ornamental
en el AMM, reportan un total de 289 especies ornamentales, de las cuales 103 son
árboles (55 especies introducidas y 48 nativas). En su trabajo hacen énfasis en el valor
ecológico de las especies ornamentales.
Alanís-Flores et al. (2004), en un destacado trabajo acerca del arbolado urbano del
AMM reportan una diversidad arbórea de 115 especies agrupadas en 37 familias y
73 géneros.
Alanís-Flores (2005), describe la importancia del uso de especies nativas como orna-
mentales y presenta un listado de plantas con uso ornamental potencial además de
576
una descripción de las principales especies, sus requerimientos, el uso paisajístico y
el manejo dasonómico.
Cruz Rubio (2007), realizó una evaluación ecológica y análisis de valoración económica
del arbolado urbano del AMM, para esto utilizó un muestreo aleatorio en 70 plazas
públicas del AMM (10 por municipio). Contabilizó 8,126 árboles, siendo el municipio
de San Pedro el que presenta mayor abundancia con 1,938 ejemplares en 10 plazas;
Monterrey, 1,642; San Nicolás; 1,397, Guadalupe 1,148); Santa Catarina, 704; Apodaca,
649 y Escobedo, 647.
Diversidad florística
Formas biológicas
La flora urbana del AMM está conformada por una diversidad de formas biológicas,
donde resaltan en primer término los árboles con 115 especies (38.6%), seguidos
por las plantas herbáceas no suculentas con 76 (25.5%) y los arbustos con 53 es-
pecies (17.8%) (Alanís-Flores et al., 2004). Este resultado difiere del reportado por
Capitanachi-Moreno y Amante-Hadad (1995), quienes reportan para el área urbana
de Xalapa, a las plantas herbáceas como las más diversas (107 especies), seguidas de
árboles y arbustos con 96 y 74 especies, respectivamente.
En cuanto a las especies más frecuentes (Tabla 1) tenemos que el fresno (Fraxinus sp)
es la planta de ornato más común en el AMM, seguido por el Ficus (Ficus benjamina) y
el trueno (Ligustrum lucidum); después de éstos tenemos el canelo (Melia azedarach),
la tuya (Thuja occidentalis), la bugambilia (Bouganvillea glabra) y la palma abanico
(Washingtonia filifera) entre otras (Rocha Estrada et al., 1998; Cruz Rubio, 2007). Lo
anterior pone en evidencia que las especies más frecuentes en la ciudad de Monterrey
son introducidas.
Así, tenemos que las especies nativas, no obstante constituir 41% de la diversidad de
especies, presentan una frecuencia individual muy pobre y, en la mayoría de los casos,
se trata de ejemplares que ya existían al momento de construir el área verde y debido
a su porte, belleza o tamaño fueron seleccionados para permanecer en el lugar. Esto se
ve confirmado con los resultados de Resendiz-Infante (2003), quien menciona que sólo
11.9% de los árboles del municipio son nativos, en tanto que 88.1% son introducidos.
578
Tabla 1. Especies presentes con mayor frecuencia en los jardines públicos del
AMM
579
Entre las especies nativas mejor representadas o con mayor frecuencia en el AMM
tenemos árboles o arbolillos como el alamillo, anacahuita, anacua, barreta, chapote
prieto, colorín, duraznillo, ébano, encino duraznillo, encino molino, encino roble,
huizache, jaboncillo, mezquite, nogal de nuez lisa, nogal encarcelado, palo blanco,
palo verde, pino blanco, pino colorado, retama, sabino o ahuehuete, sauce de río,
álamo de río, tronadora, uña de gato.
Entre los arbustos y hierbas nativas destacan la albarda, cenizo, chaparro prieto,
gobernadora, granjeno, hierba del potro, lantana, veintiunilla, lechuguilla, maguey
cenizo, nopal, pitaya y orégano. Además, tenemos algunas palmas como palma yuca,
palma sabal y palmilla.
Aquí es importante destacar que, si bien son más de 50 especies nativas las que
podemos encontrar con uso ornamental en el AMM, la frecuencia con que éstas
aparecen o su proporción en las especies ornamentales es sumamente limitada, ya
que representan menos de 10% de la flora urbana ornamental.
Además de las especies antes mencionadas existen múltiples especies de la flora nativa
del estado de Nuevo León que pueden ser utilizadas para fines ornamentales en el
AMM y aportar múltiples beneficios al entorno urbano y sin los problemas que pueden
presentar las especies introducidas. Entre estas especies destacamos un listado de
cuarenta especies (Tabla 2), algunas de las cuales tienen una mínima representación
en la ciudad, pero la mayoría no tienen individuos en el ambiente urbano, por lo que
su uso vendría a aportar diversidad y salud ecológica a la flora urbana. Estas espe-
cies nativas fueron seleccionadas en base a sus características morfológicas, porte,
beneficios ambientales, flores y frutos.
580
Hierba Gaillardia mexicana Gallarda Arriates, Jardineras, Jardines
Macetas, Jardines residen-
Hierba Chrysactinia mexicana Damiana ciales
Hierba Salvia coccinea Mirto Arriates, Macetas, Jardines
Hierba Zexmenia hispida Arriates, Macetas, Jardineras
Hierba Ruellia nudiflora Arriates, Macetas
Hierba / Arbusto Hibiscus cardiophyllus Tulipán de Monte Macetas, Jardines
Arbusto pequeño Cassia greggii Jardineras de ventana
Arbusto pequeño Amyris texana Chapotillo Arreglos florales, Jardineras
Arbusto pequeño Heimia salicifolia Sinicuil Jardineras de ventana
Arbusto Larrea tridentata Gobernadora Jardines xerófilos
Arbusto Philadelphus coulteri Jardín residencial y público
Panalero, Setos perimetra-
Arbusto Schaefferia cuneifolia les, Macetas
Arbusto Porlieria angustifolia Guayacán Setos perimetrales, Jardines
Arbusto Bouvardia ternifolia Trompetilla Arriates, Jardineras, Macetas
Arbusto Colubrina texensis Setos, Jardines
Árbol / Arbusto Bumelia celastrina Coma Jardines públicos
Árbol / Arbusto Cercocarpus montanus Banquetas, Jardín residencial
Árbol / Arbusto Eysenhardtia polystachya Vara dulce Jardín residencial y público
Árbol / Arbusto Ungnadia speciosa Monilla Jardines públicos
Árbol / Arbusto Cupressus arizonica Cedro Jardín residencial y Público
Árbol / Arbusto Quercus laceyi Encino memelito Banquetas y Jardines
Perlas de la
Árbol / Arbusto Chiococca pachyphylla Jardín residencial e interiores
Virgen
Árbol / Arbusto Colubrina greggii Manzanita Plazas y Jardines
Árbol / Arbusto Arbutus xalapensis Madroño Naturaleza muerta, Plazas
Árbol / Arbusto Condalia hookeri Brasil Plazas y Jardines públicos
Árbol / Arbusto Pistacia mexicana Lantrisco Banquetas, Jardines
Árbol / Arbusto Prunus serotina Cerezo negro Jardín residencial y público
Árbol / Arbusto Juniperus flaccida Tascate, Cedro Plazas y Jardines
Árbol / Arbusto Cephalanthus salicifolius Banquetas, Plazas y Jardines
Árbol Sargentia greggii Chapote amarillo Banquetas, Jardines públicos
Árbol Ulmus crassifolia Olmo Plazas y Jardines
Árbol Chilopsis linearis Mimbre Jardín residencial y público
Corona de San
Árbol Cornus florida Jardín residencial y público
Pedro
Árbol Acer grandidentatum Palo de azúcar Jardín residencial y público
581
A continuación se presenta una breve descripción de las especies seleccionadas, así
como su distribución, características que las hacen atractivas y su posible utilización
ornamental y/o de reforestación (tomado de Alvarado-Vázquez et al., 2004):
582
y resistencia a la sequía, presenta un notable potencial para uso paisajista dentro de las
zonas áridas; prospera principalmente en matorral submontano y en riberas de arroyos,
resultando una planta con aptitud en la protección y retención de taludes, las semillas
son comestibles; es una planta atractiva y resistente a la sequía, su tamaño es ideal para
evitar problemas en las banquetas y cableado aéreo. Las semillas son comestibles.
583
Ulmus crassifolia Nutt. “Olmo” Ulmaceae
Árbol de hasta 30 m de altura y un tronco de 1 m de diámetro, ramas a menudo con
dos alas de apariencia corchosa; hojas lustrosas, simples, alternas, ovadas, o elípticas,
de borde aserrado; flores color café, en fascículos corto pedunculados, con 3 a 5 flores,
dispuestos en las axilas de las hojas, floración de julio a octubre; fruto una sámara
oblonga, plana, de aproximadamente 1 cm de largo. Mississipi, Texas, Nuevo León y
Tamaulipas. En el área es común en cañadas y escurrimientos de montaña; el follaje es
persistente a tardíamente deciduo; la madera tiene uso en la construcción de muebles
y en la fabricación de ruedas de carreta; por su tamaño es deseable en la reforestación
de jardines habitacionales amplios, y en áreas verdes públicas.
585
recomendable para jardines públicos y particulares. La madera es utilizada para postes
de cerca y se sabe que de sus ramas delgadas y correosas se elaboran canastas, sus
flores son empleadas como remedio para la tos y como un estimulante en el caso de
enfermedades cardíacas.
586
Condalia hookeri M. C. Johnst. “Brasil”, “Capulín” Rhamnaceae
Arbusto o árbol pequeño de hasta 6 m de altura; hojas obovadas de 15-20 mm de largo
y 9-12 mm de ancho; ápice mucronado o redondeado, la base es acuminada, margen
entero, consistencia membranosa; flores poco vistosas, verdes, pequeñas, solitarias o
en fascículos; el fruto es una drupa de color azul obscuro, casi negra, de pericarpio car-
noso dulce. Coahuila, Tamaulipas, Nuevo León y Texas. La madera se utiliza como leña,
principalmente, su fruto es comestible. Es una planta común en matorrales de la planicie
costera del noreste y menos frecuentemente en el matorral submontano; la pulpa del
fruto es dulce y se utiliza en la elaboración de gelatina. La tonalidad verde pálido a verde
amarillento de su copa proporciona un matiz apropiado para obtener contrastes en el
paisaje de áreas verdes públicas o privadas debido a su singular aspecto.
589
Heimia salicifolia (H.B.K.) Link “Sinicuil” Lythraceae
Arbusto hasta de 3 m de altura, glabro; de hojas opuestas, generalmente sésiles, lan-
ceoladas o linear-lanceoladas; flores amarillas, solitarias y axilares, cáliz campanulado,
pétalos anaranjado-amarillentos, floración de marzo a junio. Texas, México hasta
Centro y Sudamérica, también en Jamaica. En el área es común en estrato inferior de
ríos y arroyos; la planta tiene usos en medicina como emética, antisifilítica, hemostática,
febrífuga, diurética, laxativa, sudorífica, también se emplea como tónico, se reporta su
uso como una planta que contrarresta los efectos de la hiedra; además, se le atribuyen
propiedades soporíferas. Se recomienda como una planta formadora de setos.
590
estado. Su madera se usa localmente en la construcción de viviendas. En Texas tiene
valor ornamental. Se recomienda para reforestación suburbana donde las condiciones
climáticas lo permitan y para ornato en parques y plazas públicos.
591
de flor con potencial para la formación de arriates de temporada en áreas verdes y jar-
dines públicos del AMM, y como plantas de ornato en oficinas, sala de juntas, y eventos
de exposición.
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594
ESPECIES CON USO POTENCIAL
EN FITORREMEDIACIÓN
Hernández-Piñero JL*, Foroughbakhch-Pournavab R.
Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de
Nuevo León, Ave. Pedro de Alba s/n, Ciudad Universitaria, C. P. 66450,
San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México
*johernan59@gmail.com
Resumen
L
a fitorremediación es el empleo de plantas para el saneamiento ambiental de
suelos y mantos acuíferos. Esta técnica ha captado la atención de prestadores
de servicios ambientales, autoridades gubernamentales y público en general, de
modo positivo, debido a que son tecnologías económicas y otra serie de ventajas que al
final resultan en un suelo regenerado de manera satisfactoria. Ahora bien, las especies
botánicas que se emplean en esta tecnología deben tener óptimo crecimiento en las
zonas donde se aplique. En el caso del Estado de Nuevo León, es común observar zonas
con alta salinidad, altas temperaturas y sequías prolongadas, de modo que las especies
en consideración deben ser tolerantes a estas características especiales, además de ser
tolerantes a los compuestos o elementos tóxicos presentes en el área contaminada. En
el presente capítulo se proponen algunas especies nativas o bien establecidas en Nuevo
León que debido a su nivel de sobrevivencia en estos ambientes sugieren un alto poten-
cial para ser utilizadas en proyectos de fitorremediación de suelos contaminados con
metales pesados. Estas especies son Schinus molle L., Larrea tridentata (Moç. & Seseé ex
DC.) Coville, Haplopappus venetus (Kunth) S. F. Blake (=Isocoma veneta (Kunth) Greene),
Viguiera linearis (Cav.) Sch. Bip. ex Hemsl., Chenopodium graveolens Willd. (=Teloxys
graveolens (Willd.) W. A. Weber), Atriplex canescens (Pursh) Nutt., Dalea bicolor Humb.
& Bonpl. ex Willd., Polygonum aviculare L. (Poligonáceas) y Malva parviflora L.
Introducción
595
La contaminación de los suelos ha sido a menudo el resultado de actividades que desa-
rrollamos los humanos, especialmente aquéllas relacionadas con la explotación minera,
las emisiones industriales, la disposición de desechos industriales, uso del lodo de aguas
residuales en suelos agrícolas, abono, fertilizantes y pesticidas (Raskin y Eslin, 2000). Un
caso especial es el de los metales pesados, debido a su alto potencial de toxicidad y per-
sistencia en suelos contaminados con estos elementos, por lo cual, se hace necesario la
toma de acciones que ofrezcan soluciones a este problema ambiental de forma eficaz y
de manera que sea económicamente viable. Aún cuando existen algunas tecnologías de
remediación, muchos suelos continúan contaminados debido a que los costos económicos
de su aplicación son demasiado elevados. Ante la alta demanda de tecnologías eficientes
a bajos costos de aplicación, el uso de plantas para restaurar sitios contaminados ha
llamado la atención de investigadores en las últimas dos décadas debido a una cantidad
de ventajas sobre otras tecnologías de la ingeniería moderna.
596
utilizan el uso de plantas en tecnologías para degradar compuestos orgánicos, siendo
muy escaso el aprovechamiento de plantas superiores en la remoción o estabilización
de suelos contaminados con metales pesados.
Sin embargo, existen especies que habitan naturalmente en diversas áreas del
estado de Nuevo León que bien pudieran ser utilizadas en estrategias de depuración
de contaminantes en el suelo, tanto de compuestos orgánicos como de materiales
inorgánicos (metales pesados). Debido a lo poco que se conoce acerca de este último
punto, en este capítulo se hará énfasis en el mismo, en especial, aquellas plantas con
alto potencial fitorremediador de suelos contaminados con metales pesados.
Un problema muy importante presente en muchas áreas cultivables del estado
de Nuevo León es el alto contenido de salinidad de sus suelos. Generalmente la tasa
de evaporación excede a la tasa de precipitación pluvial a lo largo del año y el riego
de plantaciones se realiza con aguas subterráneas salinas, las cuales, al evaporase
dejan precipitados de sales que se acumulan en el terreno en ciclos repetidos que
conllevan a una hipersalinidad del suelo. Para solventar este problema se han reali-
zado plantaciones de plantas gramíneas como Lolium perenne (rye grass), Sorghum
sudanense (Sudan grass) y Cynodon dactylon (Bermuda grass) con las que se han
obtenido importantes reducciones en el contenido salino en los suelos de modo
experimental (Cerda et al., 2007). Estas especies incorporan las sales en sus tejidos
en tal concentración que hasta pueden formar exudados de las mismas en sus hojas
sin mayores efectos nocivos en su fisiología.
Por otro lado, algunas especies cultivables en Nuevo León tienen la capacidad de
incorporar y tolerar concentraciones moderadas de algunos metales, como es el caso
del sorgo (Sorgum vulgare), frijol (Phaseolus vulgaris) y tomate (Solanum lycopersi-
cum), los cuales acumulan Níquel y otros metales. Una planta que es considerada una
maleza en México, el ricino o higuerilla Ricinus communis, también tiene la capacidad
de acumular dichos metales pesados en sus tejidos.
La fitoestabilización de suelos en zonas áridas y semiáridas debe tomar en con-
sideración el uso de plantas tolerantes a la salinidad y a los metales pesados, de tal
forma que puedan ser extraídos del sustrato, o al menos, que sean retenidos para
que no migren o sean dispersados a lugares donde puedan ofrecer algún riesgo de
toxicidad a humanos, plantas y animales. Un caso especial es el de aquellos lugares
donde se depositan residuos de la actividad minera de la zona, los cuales, si no son
estabilizados, sufren la erosión del viento y de la precipitación en forma severa. Al
estabilizar estos jales mineros se previene la dispersión y alta toxicidad de los metales
pesados contenidos en ellos, ya que la planta facilita la formación de agregados me-
tálicos menos solubles y los retiene entre las raíces en formas metálicas precipitadas
de carbonato y sulfato o son absorbidas y acumuladas en el tejido radicular. A su
vez, la presencia de plantas en sitios altamente contaminados mejora el crecimiento
de la comunidad de microorganismos presentes, los cuales estimulan el proceso
de fitoestabilización y aceleran el proceso de sucesión ecológica hasta recuperarse
completamente la funcionalidad del ecosistema de forma autosustentable.
Las plantas candidatas a utilizarse en tecnologías de fitorremediación de suelos
contaminados en zonas áridas y semiáridas de Nuevo León deben reunir ciertas carac-
597
terísticas para su implementación en estos sistemas. Estas plantas deben ser tolerantes
al estrés hídrico y al estrés salino. De este modo las plantas nativas se convierten en
los candidatos óptimos si consideramos que ellas están evolutivamente adaptadas
a las condiciones ambientales imperantes en estas zonas y a las características del
suelo donde se desarrollan. Una especie importante que se puede utilizar en suelos
salinos debido a la constante desecación de aguas salinas subterráneas recicladas
sobre la superficie es Atriplex canescens.
El lugar que se quiere fitoestabilizar puede ser también poblado por plantaciones de
gramíneas que proporcionan una cubierta temporal contra la erosión por escurrimien-
tos o por los vientos mientras crece la población de arbustos y árboles. Las especies
gramíneas que mejor funcionan en los suelos de Nuevo León para estos fines son las
especies Lolium perenne (rye grass), Sorghum sudanense (Sudan grass) y Cynodon dac-
tylon (Bermuda grass), las cuales, como se mencionó anteriormente, poseen tolerancia
moderada a la alta salinidad, sequía y compuestos que son tóxicos a otras plantas.
La diversificación de especies cultivadas en el sitio donde se esté aplicando algún
proyecto de fitorremediación ayuda a la presencia de ambientes variados que, a su
vez mantiene, la diversidad funcional del hábitat.
Los arbustos y árboles proveen nutrientes a las especies herbáceas, proyectan una
cubierta vegetal protectora de la alta irradiación solar y mejoran las características
físicas del suelo y la retención de humedad en zonas con clima semiárido. La especie
arbustiva Larrea tridentata es un buen ejemplo de planta halófita que puede ser
utilizada en suelos áridos y semiáridos para su estabilización, ya que es altamente
competitiva y adaptada a estos ambientes. A esta especie se le conoce comúnmente
como Gobernadora y es capaz de habitar y crecer en hábitats ricos en metales pesados
diversos de donde los absorbe y los transfiere a sitios de acumulación en los tejidos
del tallo y hoja de manera substancial. Como apoyo a estas especies estabilizadoras
del suelo se pueden introducir otras especies que sirvan de suministro de nitrógeno,
tales como Acacia spp y Prosopis spp aportando mejores condiciones que promuevan
la colonización de suelos alterados.
La fitorremediación es una tecnología que toma en consideración el clima de la
región y las características fisicoquímicas del terreno donde se aplica. Por lo tanto,
las especies botánicas que se emplean deben estar adaptadas a estas características
para que realicen su función de forma eficiente. Desafortunadamente en el Estado
de Nuevo León no conocemos ejemplos exitosos de la aplicación de técnicas de fi-
torremediación de un modo extensivo sobre vastas áreas. Sin embargo, las especies
que a continuación describiremos son algunos ejemplos de especies nativas o bien
establecidas en este estado que tienen potencial para ser consideradas como plan-
tas de uso en proyectos de fitorremediación de suelos contaminados con metales
pesados. Estas especies son:
598
3.- Haplopappus venetus (Kunth) S. F. Blake (=Isocoma veneta (Kunth) Greene)
4.- Viguiera linearis (Cav.) Sch. Bip. ex Hemsl.
5.- Chenopodium graveolens Willd. (=Teloxys graveolens (Willd.) W. A. Weber).
6.- Atriplex canescens (Pursh) Nutt.
7.- Dalea bicolor Humb. & Bonpl. ex Willd.
8.- Polygonum aviculare L.
9.- Malva parviflora L.
Schinus molle L.
Clasificación taxonómica
División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Sapindales
Familia: Anacardiaceae
Descripción
Usos
Potencial fitorremediador
Esta especie tiene gran potencial como estabilizadora de suelos alterados y contami-
nados. Se utiliza en proyectos de restauración ecológica y en reforestación. En sitios
contaminados con metales permite la estabilización en el suelo de Cu, Cd, Mn, Pb y
Zn (González y González-Chávez, 2006).
División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Sapindales
Familia: Zygophyllaceae
Descripción
Esta planta es conocida en Nuevo León y estados del norte de México como Gober-
nadora. En otros estados se le conoce como Guamis, Hediondilla, Huamix y Jarilla.
Es un arbusto muy ramificado, perennifolio, de 0.6 a 3 m de altura con hojas for-
madas por 2 folíolos unidos entre sí en la base. Los folíolos oblicuamente ovados a
lanceolados o falcados, divaricados, enteros, coriáceos, resinosos, de olor penetrante,
verde o verde amarillentos. Arbusto erecto ramificado desde la base. Flores con pétalos
de color amarillo fuerte. Fruto con pelos blancos, sedosos, que se vuelven café-rojizos
con el tiempo, 5 mericarpios con una semilla cada uno y semillas cafés a negras de 2 a
4 mm de largo en forma de “boomerang”. Sistema radical superficial, poco profundo y
muy extenso. Llega a ocupar casi el total del espacio que hay entre un arbusto y otro.
Esta planta que crece en forma silvestre en los sitios más secos de México es
uno de los principales componentes de la vegetación árida y semiárida del país. Se
desarrolla formando comunidades exclusivas y extensas en terrenos planos, laderas
y lomeríos bajos que presentan hasta 8 meses de sequía, en climas áridos (BS) y muy
áridos (BW) y en precipitaciones de 150 a 500 mm anuales. No prospera en zonas
de clima isotermo. Los suelos en los que se desarrolla son de profundidad variable,
textura franco arenosa, estructura granular, drenaje interno medio, de consistencia
friable, de color café grisáceo, compacto-arcilloso, calcáreo, blanco-arenoso, aluvial
con pH de 6.8 a 7.6. Habita en áreas de bosque espinoso (perennifolio), bosque tropical
caducifolio y matorral xerófilo (matorral subdesértico micrófilo, matorral inerme).
600
Usos
Potencial fitorremediador
División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Asterales
Familia: Asteraceae
601
Descripción
Usos
Esta especie no tiene mayor uso comercial o medicinal. En algunas regiones contribuye
en la práctica de la apicultura ofreciendo el polen de sus flores como alimento a las
abejas para la producción de miel. En algunas partes de los Estados Unidos se cultiva
como una planta ornamental.
Potencial fitorremediador
602
Viguiera linearis (Cav.) Sch. Bip. ex Hemsl.
Clasificación taxonómica
División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Asterales
Familia: Asteraceae
Descripción
Potencial fitorremediador
Esta planta es de las primeras especies en aparecer sobre los montones de tierra
de desperdicio que se acumulan por la actividad minera, llamados jales, los cuales
generalmente se disponen en áreas aledañas a la mina de donde provienen (Méndez
y Maier, 2008). Viguiera linearis crece en este suelo con alto contenido de metales
pesados y contribuye vigorosamente al establecimiento de otros arbustos en el te-
rreno, que la convierte en una especie importante en la estabilización de esos suelos.
Su potencial de absorción de metales pesados no ha sido demostrado, por lo que
su alta tolerancia se puede deber a un mecanismo de exclusión que no deja pasar al
metal hacia el interior de la planta.
División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Caryophyllales
Familia: Amaranthaceae
603
Descripción
Chenopodium graveolens es una planta anual arvense y ruderal que crece erguidamente
hasta los 80 cm de alto con un tallo ramificado rojizo y con rayas a lo largo. Sus hojas
ovadas u oblongas miden cerca de 4 cm de largo por 2 cm de ancho o más con los ló-
bulos oblongos o deltoides, sin tricomas aunque con una cubierta pegajosa (víscidas)
en el haz, cubierta de glándulas amarillas en el envés y unidas al tallo por un peciolo
delgado. Sus flores son pediceladas, generalmente abortivas y caedizas, con pedicelos
espiciformes; perianto de menos de 1 mm de largo con una estructura en forma de
cuerno (cornículo) en el ápice de los lóbulos, el cual está cubierto de glándulas. Debido
al olor que desprende esta planta se le deben algunos de sus nombres vernáculos con
las que se le conoce popularmente, como son Epazote o quelite de zorrillo, hierba del
zorrillo, quelite apestoso, hediondillo, epazote de toro y quelite hediondo. Su importan-
cia radica en que se le encuentra en forma asociada en cultivos de chile, frijol, maíz y
uva. Medicinalmente se le conoce por sus propiedades antihelmínticas y como calmante
de algunos dolores estomacales. También se utiliza son fines ceremoniales y religiosos,
así como condimento y para aliviar infecciones en animales.
Potencial fitorremediador
Esta especie se ha encontrado sobre el suelo de jales mineros con alto contenido
de metales pesados en el estado de Zacatecas y se ha determinado su uso potencial
en la estabilización de suelos contaminados con Cadmio, Cobre, Manganeso, Plomo
y Zinc (González y González-Chávez, 2006). Sin embargo, poco se conoce sobre sus
capacidades de absorción y translocación de metales a sus partes aéreas. Debido a
la tolerancia a vivir en ambientes con alto contenido de metales pesados y su distri-
bución en suelos semiáridos de Nuevo León la hacen candidata para su utilización en
estrategias de restauración y estabilización de suelos alterados.
División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Caryophyllales
Familia: Amaranthaceae
Descripción
Atriplex canescens es también conocida con los nombres de Cenizo, Costilla de Vaca,
Chamizo y Saladillo. Este arbusto perennifolio originario de las zonas áridas de América
604
del Norte es una especie dioica, perenne y leñosa, generalmente erecto, densamente
ramificado desde la base que llega hasta los 2 m de altura. Es una especie de activo
crecimiento que con frecuencia presenta raíces gruesas asociadas con micorriza ar-
buscular. Las hojas son finas de 2 a 4 cm de largo. Sus frutos poseen 4 alas en ángulo
de 90 grados (CONAFOR).
Potencial fitorremediador
Esta planta forma parte importante en la sucesión ecológica que ocurre en suelos alte-
rados. Se le puede encontrar prácticamente en todos los hábitats áridos y semiáridos y
en aquellas áreas perturbadas en esta zona. Generalmente crece formando pequeños
manchones que en ocasiones llegan a formar masas puras de consideración. Por sus ca-
racterísticas de alta adaptabilidad y tolerancia es utilizada ampliamente en proyectos de
restauración y estabilización de suelos alterados en regiones con clima árido y semiárido.
Presenta también una alta tolerancia a suelos con alto contenido salino que la hacen aún
más propicia para los proyectos mencionados. La gran tolerancia de esta especie a medios
altamente salinos la ha hecho apropiada para su uso en la desnitrificación en suelos afec-
tados por plúmulas de descarga de aguas en terrenos semiáridos (Jordan et al., 2008).
La biomasa de esta planta se ha utilizado en la remoción de Cadmio de agua
contaminada con este elemento tóxico (Maather et al., 2008) y en la fitofiltración de
Cromo, Plomo y Zinc (Maather et al., 2007). Por otro lado, la captación de Mercurio
por esta planta ha sido inducida mediante estimulación con tiosulfato de amonio
(Moreno et al., 2006).
División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Fabales
Familia: Fabaceae (Leguminosae)
Descripción
605
tes, mientras que los tallos viejos se observan agrietados en su corteza. Donde nace
cada hoja presenta un par de estructuras como hojitas angostas llamadas estípulas
de hasta 4.5 mm de largo. Las hojas miden cerca de 3 cm de largo, son compuestas
alternas con 4 a 12 foliolos de forma variable y de hasta 8 mm de largo, casi sésiles
y cubiertas de tricomas. La flor presenta una corola bicolor rosa-púrpura brillante, a
veces violeta o azul y el estandarte blanco, con 5 pétalos desiguales, el más externo
es el más ancho y vistoso, llamado estandarte, en seguida se ubica un par de pétalos
laterales similares entre sí, llamados alas y por último los dos más internos, también
similares entre sí y generalmente fusionados forman la quilla, que envuelve a los
estambres y al ovario.
Potencial fitorremediador
División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Polygonales
Familia: Polygonaceae
Descripción
Esta hierba anual es bien conocida por la población debido a sus diversos usos me-
dicinales bajo los nombres comunes de sanguinaria, cien nudos, nudosa y lengua de
pájaro. Aunque es una especie exótica en México, de origen euroasiático, se tienen
fundamentados registros de la misma en diversos Estados, tales como Baja California
Norte, Chihuahua, Coahuila, Distrito Federal, Durango, Hidalgo, Estado de México,
606
Michoacán, Morelos, Nuevo León, Puebla, Querétaro, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala, Ve-
racruz. Entre sus usos medicinales destaca su propiedad astringente.
Sus individuos generalmente crecen entre 20 y 40 cm, aunque se les puede encon-
trar de altura mayor a un metro. Su tallo rastrero o ascendente es delgado y posee
rayas longitudinales. Este, aunque es recto, tiende a ramificarse con frecuencia. Las
hojas son ocreadas y tienen forma lanceolada de 1 a 4 cm de largo por 0.3 a 1 cm
de ancho, agudas en el ápice y base, las cuales se unen al tallo por cortos pecíolos.
Sus flores blanco-rosadas están compuestas por brácteas en forma de embudo,
bifurcadas o partidas en forma irregular en la punta, perianto de 2 a 3 mm de largo,
verde con los bordes blancos o rojizos, de 5 divisiones unidas en la base, 8 estambres,
generalmente, y no sobrepasan el perianto.
Potencial fitorremediador
Malva parviflora L.
Clasificación taxonómica
División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Orden: Malvales
Familia: Malvaceae
Descripción
Potencial fitorremediador
En un ensayo los individuos de esta especie que fueron transplantados de sus hábitats
naturales y expuestos a una alta concentración de Plomo en un medio hidropónico
continuaron creciendo normalmente durante varios días. Sin embargo en un ensayo
parecido con Cadmio las plantas desarrollaron síntomas letales de toxicidad aún a
bajas concentraciones (Hernández-Piñero, 2001). Estos resultados señalan que Malva
parviflora posee una tolerancia alta al Pb y nula al Cd. En el caso del plomo, una gran
concentración del metal es absorbida hacia el interior de la raíz, quedando retenido
en este órgano en su mayor parte. Sin embargo, una porción metálica considerable
es transportada hacia las partes aéreas, donde se acumula sin causar daño aparente.
Por otro lado, esta planta se puede observar en lugares inhóspitos de zonas áridas y
semiáridas, aunque con crecimiento limitado. Si se le cultiva en suelos alterados con
mínimos cuidados las plantas pueden prosperar y generar gran cantidad de biomasa
en poco tiempo, lo cual es ventajoso para su empleo en proyectos de fitorremedia-
ción. De este modo, dependiendo de los metales presentes en el suelo y sus niveles
de concentración, esta especie puede ser apta en ciertos casos de depuración de
contaminantes en el suelo.
Conclusiones y perspectivas
608
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610
CONCLUSIONES
FLORA ÚTIL DE NUEVO LEÓN
González de la Rosa MCa*, Foroughbakchk-Pournavab Ra, Guzmán-Lucio MAa, Cadena-López SMa.
a
Departamento de Botánica, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad Autónoma de
Nuevo León, Ave. Pedro de Alba, s/n, Ciudad Universitaria, C. P. 66451,
San Nicolás de los Garza, Nuevo León, México.
*mariadgo51@gmail.com
Resumen
P
ara el presente trabajo se realizó una revisión bibliográfica sobre las plantas
útiles del estado de Nuevo León, incluyendo los trabajos precedentes en este
libro, a fin de contar con un listado de plantas útiles, además de información
adicional que incluye nombres comunes de las plantas, usos, partes usadas, hábitat y
otras características como origen, longevidad y forma biológica. Se encontraron 969
especies (1,006 taxa incluyendo aquellos subespecíficos) con algún uso en nuestro
estado, incluidas en 551 géneros y 119 familias. Las plantas útiles se clasificaron en 12
usos principales. Se reportan un total de 1,753 usos, donde una misma especie puede
tener más de un uso. De acuerdo a lo anterior, se reportan 537 especies medicinales,
286 ornamentales, 276 forrajeras, 240 alimenticias; 92 especies con uso como combus-
tible; 89 especies tóxicas, 79 especies usadas en construcción, 60 con aprovechamiento
industrial, 30 especies de uso forestal; 26 especies frutales y 19 especies de plantas
productoras de fibras e igual número de plantas con uso ceremonial.
Introducción
613
más importantes del país: tropical subhúmeda (selva espinosa), templada húmeda
(bosque mesófilo de montaña), templada subhúmeda (bosque de Pino y Encino) y
árida y semiárida (matorral xerófilo).
En este trabajo se presenta un matiz de esta amplia diversidad florística del estado
de Nuevo León, en el cual mediante una revisión bibliográfica se elaboró un listado
de plantas útiles para el estado de Nuevo León donde se incluyen, además de las
especies, los nombres comunes de las plantas, usos, partes usadas, hábitat y otras
características como origen, longevidad y forma biológica.
Se registraron un total de 1,006 taxa (969 especies) de plantas útiles reportadas para
el Estado de Nuevo León; esta diversidad de especies está incluida en 551 géneros
y 119 familias. Los grupos representados en Nuevo León son: Pteridophytas, con 7
familias; Pinophytas, con 5; Magnoliophytas de la clase Liliopsida, con 11 familias y
la clase Magnoliopsida, con 86 familias.
Las plantas útiles se clasificaron en 12 usos, donde una especie determinada
puede presentar uno o más usos. Del total de especies mencionadas, 537 tienen
un uso medicinal, 286 son apreciadas por cualidades ornamentales, 276 presentan
aprovechamiento forrajero; 240 son usadas o tienen potencial alimenticio, 92 espe-
cies son usadas como combustible; existen 89 especies tóxicas, 79 son empleadas en
construcción, 60 tienen uso industrial; 30 con uso forestal; 26 especies frutales, 19
son plantas productoras de fibras y un número igual tienen uso ceremonial. El total
de usos contabilizados fue de 1,753 (Tabla 1).
Tabla 1. Número de especies útiles de acuerdo a uso reportadas para Nuevo León
Uso No. de Especies
Forestal 30
Forrajera 276
Medicinal 537
Industrial 60
Fibras 19
Frutos 26
Tóxica 89
Ornamental 286
Alimenticia 240
Construcción 79
Combustible 92
Ceremonial 19
Total 1,753
614
En cuanto a las familias con mayor diversidad de especies tenemos, en primer lugar, la
familia Asteraceae, con 132 especies, le siguen las Poaceae con 112, posteriormente
las Fabaceae con 91, luego las Cactaceae con 72, en seguida las Lamiaceae con 34 y
las Euphorbiaceae con 29. Estas son las familias que están mayormente represen-
tadas. En seguida se muestra una tabla con las familias con más de 10 especies de
plantas útiles (Tabla 2).
En lo referente a la diversidad de géneros y especies útiles, en primer lugar se
encuentra la familia Asteraceae con 81 géneros y 132 especies, le sigue la familia
Poaceae con 55 géneros y 112 especies, en tercer lugar la familia Fabaceae con 46
géneros y 91 especies, la familia Cactaceae con 29 géneros y 72 especies, y en quinto
lugar la familia Lamiaceae con 19 géneros y 34 especies útiles.
Tabla 2. Familias con mayor diversidad de especies útiles en el estado de Nuevo León
615
Usos reportados de acuerdo a categorías taxonómicas
- División Pteridophyta
La División Pteridophyta incluye 17 especies de plantas útiles para el estado de Nue-
vo León y 23 tipos de usos. De éstas, 14 son reportadas como medicinales, 6 como
ornamentales, 2 son tóxicas y 1 especie alimenticia (Tabla 3).
En la Tabla 7 se presenta el listado de especies, nombres comunes, usos de
acuerdo a las categorías anteriormente mencionadas, partes usadas, hábitat y otras
características como origen, longevidad y forma biológica.
- División Pinophyta
En esta división se encontraron 13 especies de plantas útiles, de las cuales 6 especies
son utilizadas en construcción, 5 como medicinales, 5 industriales, 4 ornamentales, 4
como combustible, 3 especies forestales, 2 alimenticias, 1 especie tóxica y 2 con uso
ceremonial, para un total de 32 usos (Tabla 4).
En la Tabla 8 se presenta el listado de especies, nombres comunes, usos de
acuerdo a las categorías anteriormente mencionadas, partes usadas, hábitat y otras
características como origen, longevidad y forma biológica.
616
- División Magnoliophyta, clase Liliopsida
En lo que refiere a la clase Liliopsida de las Magnoliophyta se encontraron 112 es-
pecies forrajeras, 46 ornamentales, 37 medicinales, 34 alimenticias, 15 especies son
utilizadas para construcción, 14 industriales, 14 que se utiliza sus fibras, 6 son tóxicas,
2 forestales, 3 ceremoniales y 1 especie con frutos comestibles, para un total de 281
usos (Tabla 5).
El total de plantas útiles en este grupo fue de 196 taxa. En la Tabla 9 se presenta
el listado de éstos, incluyendo nombres comunes, usos de acuerdo a las categorías
anteriormente mencionadas, partes usadas, hábitat y otras características como
origen, longevidad y forma biológica.
617
Tabla 6. Especies útiles de la División Magnoliophyta, clase Magnoliopsida
618
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622
Tabla 7. Diversidad, nombres comunes, usos, partes usadas, características generales y hábitat de las plantas útiles de la División
Pteridophyta en el estado de Nuevo León
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
623
16 Pteris cretica Helecho Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
17 Selaginellaceae Selaginella lepidophylla Doradilla, Flor de peña, Flor de roca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Tabla 8. Diversidad, nombres comunes, usos, partes usadas, características generales y hábitat de las plantas útiles de la División
Pinophyta en el estado de Nuevo León
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
624
Tabla 9. Diversidad, nombres comunes, usos, partes usadas, características generales y hábitat de las plantas útiles de la División
Magnoliophyta, clase liliopsida en el estado de Nuevo León
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
625
14 Hesperaloe funifera Ɣ Ɣ
15 Hesperaloe funifera ssp funifera Ɣ Ɣ
16 Nolina cespitifera Cortadillo Ɣ Ɣ
17 Yucca carnerosana Palma Ɣ Ɣ
18 Yucca filifera Palma yuca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
19 Yucca thompsoniana Ɣ Ɣ Ɣ
20 Yucca treculeana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
21 Arecaceae Brahea berlandieri Palma serucho Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
22 Brahea decumbens Palmita enana Ɣ Ɣ Ɣ
23 Brahea dulcis Ɣ Ɣ Ɣ
24 Sabal mexicana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
25 Bromeliaceae Hechtia glomerata Ɣ Ɣ
26 Tillandsia recurvata Paistle Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
27 Tillandsia usneoides Paistle Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
28 Commelinaceae Commelina erecta var. angustifolia Hierba del pollo Ɣ Ɣ
29 Tradescantia virginiana Ɣ Ɣ Ɣ
30 Cyperaceae Carex bella Ɣ Ɣ Ɣ
31 Cladium jamaicense Cortadera Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
32 Cyperus articulatus Tule chico Ɣ Ɣ Ɣ
33 Cyperus canus Tule ahuapetla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
626
49 Allium drummondii Ɣ
50 Allium glandulosum Cebolla del monte Ɣ
51 Allium sativum Ajo Ɣ Ɣ Ɣ
52 Aloe vera Zábila, Sabila Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
53 Asparragus officinalis Espárrago Ɣ Ɣ
54 Calochortus barbatus Mariposa lily Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
55 Hypoxis decumbens Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
56 Hypoxis mexicana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
57 Hypoxis pulchella Ɣ
58 Nothoscordum bivalve Cebolleta Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
59 Sansevieria zeylanica Guaco Ɣ Ɣ
60 Schoenocaulon drummondii Ɣ Ɣ Ɣ
61 Schoenocaulon inigenum Ɣ Ɣ Ɣ
62 Schoenocaulon marcrocarpum Ɣ Ɣ Ɣ
63 Schoenocaulon officinale Cebadilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
64 Yucca sp. Palma pita, Palma china Ɣ Ɣ
65 Orchidaceae Bletia adenocarpa Orquidea pino-rosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
66 Bletia parkinsonii Orquidea pino-rosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
627
49 Allium drummondii Ɣ
50 Allium glandulosum Cebolla del monte Ɣ
51 Allium sativum Ajo Ɣ Ɣ Ɣ
52 Aloe vera Zábila, Sabila Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
53 Asparragus officinalis Espárrago Ɣ Ɣ
54 Calochortus barbatus Mariposa lily Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
55 Hypoxis decumbens Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
56 Hypoxis mexicana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
57 Hypoxis pulchella Ɣ
58 Nothoscordum bivalve Cebolleta Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
59 Sansevieria zeylanica Guaco Ɣ Ɣ
60 Schoenocaulon drummondii Ɣ Ɣ Ɣ
61 Schoenocaulon inigenum Ɣ Ɣ Ɣ
62 Schoenocaulon marcrocarpum Ɣ Ɣ Ɣ
63 Schoenocaulon officinale Cebadilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
64 Yucca sp. Palma pita, Palma china Ɣ Ɣ
65 Orchidaceae Bletia adenocarpa Orquidea pino-rosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
66 Bletia parkinsonii Orquidea pino-rosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
628
115 Chloris submutica Paragüitas Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
116 Chloris virgata Barba de chivo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
117 Coix lachryma-jobi Lágrimas de Job Ɣ Ɣ
118 Cortaderia selloana Zacate de la pampa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
119 Cottea pappophoroides Cotea Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
120 Cymbopogon citratus Zacate de limón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
121 Cynodon dactylon Zacate bermuda Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
122 Cynodon nlemfuensis Estrella africana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
123 Dactylis glomerata Zacate de la huerta Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
124 Dactyloctenium aegyptium Zacate egipcio Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
125 Digitaria californica Plumero blanco Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
126 Distichlis spicata Zacate salado Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
127 Echinochloa colona Arrocillo silvestre Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
128 Echinochloa crus-galli var. crus-galli Zacate de agua Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
129 Eleusine indica Pata de gallo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
130 Eleusine multiflora Zacate pata de ganso Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
131 Elymus canadensis Zacate silvestre de canada Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
132 Enneapogon desvauxii Zacate ladera Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
629
148 Leptochloa dubia Zacate desparramado Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
149 Lycurus phleoides var. phleoides Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
150 Melinis repens Pasto rosado Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
151 Muhlenbergia emersleyi Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
152 Muhlenbergia porteri Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
153 Muhlenbergia repens Liendrilla aparejo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
154 Muhlenbergia rigida Liendrilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
155 Muhlenbergia robusta Zacatón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
156 Oplismenus hirtellus ssp. hirtellus Zacate labor Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
157 Panicum antidotale Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
158 Panicum hallii var. filipes Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
159 Panicum hallii var. hallii Panizo aserrín Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
160 Panicum maximum Zacate guinea Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
161 Panicum virgatum Ɣ Ɣ
162 Pappophorum bicolor Barbón bicolor Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
163 Paspalum lividum Pasto morado Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
164 Paspalum notatum Zacate bahía Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
165 Paspalum pubiflorum var. glabrum Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
630
180 Sorghum halapense Zacate johnson Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
181 Sporobolus airoides ssp. airoides Zacaton alcalino Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
182 Sporobolus cryptandrus Zacaton desgranador Ɣ Ɣ Ɣ
183 Sporobulus indicus Pasto alambre Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
184 Stenotaphrum secundatum Ɣ Ɣ Ɣ
185 Trichloris pluriflora Ɣ Ɣ Ɣ
186 Tridens eragrostoides Tridente fina Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
187 Tridens muticus var. muticus Tridente esbelto Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
188 Tridens texanus Tridente texano Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
189 Tripsacum dactyloides var. dactyloides Zacate maicero Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
190 Triticum aestivum Trigo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
191 Urochloa fusca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
192 Zea mays Maíz Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
193 Smilacaceae Smilax aristolochiifolia Zarzaparrilla Ɣ Ɣ
194 Smilax domingensis Alambrillo Ɣ Ɣ Ɣ
195 Smilax lanceolata Cabeza de guajolote Ɣ
196 Typhaceae Typha domingensis Tule Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Tabla 10. Diversidad, nombres comunes, usos, partes usadas, características generales y hábitat de las plantas útiles de la Di-
visión Magnoliophyta, clase Magnoliopsida en el estado de Nuevo León
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
631
21 Berula erecta Berro Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
22 Ciclospermum leptophyllum Apio silvestre Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
23 Daucus carota Zanahoria Ɣ Ɣ
24 Eryngium sp. Hierba del sapo Ɣ Ɣ
25 Foeniculum vulgare Hinojo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
26 Apocynaceae Nerium oleander Rosa-laurel Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
27 Thevetia peruviana Adelfa amarilla o Azuceno Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
28 Vinca major Hierba doncella Ɣ Ɣ Ɣ
29 Asclepiadaceae Asclepias spp. Romerito Ɣ Ɣ
30 Asclepias curassavica Plato y taza, Veintiunilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
31 Asclepias linaria Romerillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
32 Asclepias mexicana Flor de panal Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
33 Asclepias oenotheroides Hierba del zizote Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
34 Asclepias tuberosa spp. terminalis Ɣ Ɣ
35 Cynanchum unifarium Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
36 Asteraceae Achillea millefolium Mil hojas, Alcanfor Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
37 Acmella oppositifolia var. repens Botoncillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
38 Acourtia nana Pionía Ɣ Ɣ
39 Acourtia wrightii Ɣ Ɣ Ɣ
40 Ageratina altissima var. altissima Hierba del burro Ɣ Ɣ
41 Ambrosia artemisiifolia Artemisa, Estafiate Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
42 Ambrosia confertiflora Amargosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
43 Ambrosia psilostachya Altamisa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
44 Aphanostephus ramosissimus var. humilis Hierba del borracho Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
45 Archibaccharis serratifolia Romero silvestre Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
46 Artemisia absinthium Ajenjo, ajenjo español Ɣ Ɣ
47 Artemisia filifolia Ɣ Ɣ Ɣ
48 Artemisia frígida Estafiate, ajenjo del país Ɣ Ɣ
49 Artemisia klotzchiana Estafiate Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
632
74 Cynara scolymus Alcachofa Ɣ Ɣ Ɣ
75 Dahlia coccinea Charavesca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
76 Dyssodia micropoides Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
77 Dyssodia papposa Flor de muerto Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
78 Dyssodia pentachaeta Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
79 Dyssodia setifolia Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
80 Echinacea laevigata Echinacea Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
81 Eclipta prostrata Clavel de pozo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
82 Erigeron pubescens Hierba del naciente Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
83 Eupatorium serotinum Ɣ Ɣ Ɣ
84 Evax verna Ɣ Ɣ Ɣ
85 Flourensia cernua Hojasén Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
86 Gaillardia comosa var. comosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
87 Gaillardia pulchella Ɣ Ɣ Ɣ
88 Galinsoga parviflora Ɣ Ɣ Ɣ
89 Gnaphalium conoideum Gordolobo Ɣ
90 Gnaphalium semiamplexicaule Gordolobo Ɣ Ɣ Ɣ
91 Gnaphalium obtusifolium Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
92 Gnaphalium viscosum Gordolobo, Canelilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
93 Gnaphalopsis micropoides Hierba de la virgen, Pachona Ɣ Ɣ
94 Gochnatia hypoleuca Ocotillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
95 Grindelia inuloides var. inuloides Árnica Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
96 Gutierrezia microcephala Ɣ Ɣ Ɣ
97 Gutierrezia sarothrae Hierba de San Nicolás Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
98 Gutierrezia sphaerocephala Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
99 Gutierrezia texana Ɣ Ɣ Ɣ
100 Gymnosperma glutinosum Escobilla, Pegajosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
101 Helenium quadridentatum Manzanilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
102 Helianthus annuus Girasol Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
103 Heterotheca inuloides Árnica Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
104 Hymenoxys odorata Amargosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
105 Iostephane heterophylla Raíz del manso Ɣ Ɣ Ɣ
106 Isocoma veneta Damiana, Falsa damiana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
107 Lactuca sativa var. longifolia Lechuga romana Ɣ Ɣ Ɣ
108 Lactuca serriola Lechuga silvestre Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
109 Machaeranthera pinnatifida Árnica Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
110 Machaeranthera pinnatifida var. pinnatifida Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
111 Matricaria recutita Manzanilla Ɣ Ɣ
112 Melampodium divaricatum Margarita Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
113 Montanoa tomentosa var. Tomentosa Hierba de la parida Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
114 Parthenium argentatum Guayule Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
115 Parthenium bipinnatifidum Confetillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
116 Parthenium hysterophorus Hierba amargosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
117 Parthenium incanum Mariola Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
118 Parthenium lozanianum Mariola Ɣ Ɣ
119 Pinnaropappus roseus var. roseus Escorzonera Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
120 Piqueria trinervia Hierba de San Nicolás Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
121 Pluchea odorata var. odorata Calche, Canela Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
122 Polymnia maculata Planta del temascal Ɣ Ɣ
633
123 Porophyllum coloratum var. coloratum Hierba del venado Ɣ
124 Porophyllum macrocephalum Papaloquelite Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
125 Pseudognaphalium obtusifolium ssp. Saxicola Gordolobo Ɣ Ɣ
126 Psilostrophe gnaphalodes Hierba del lobo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
127 Pyrrhopappus pauciflorus Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
128 Ratibida columnaris Ɣ Ɣ Ɣ
129 Sanvitalia ocymoides Huarachera Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
130 Schkuhria pinnata var. guatemalensis Anisillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
131 Sclerocarpus uniserialis var. frutescens Mozote amarillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
132 Senecio bellidifolius Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
133 Senecio salignus Jarilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
134 Senecio spartioide Ɣ Ɣ Ɣ
135 Senecio toluccanus Rabanillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
136 Senecio vulneraria Lechugilla Ɣ Ɣ
137 Senecio vulgaris Hierba cana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
138 Silybum marianum Cardo mariano Ɣ Ɣ
139 Simsia amplexicaulis Acahual Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
140 Solidago velutina Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
141 Solidago canadensis Ɣ Ɣ Ɣ
142 Sonchus oleraceus Cerraja Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
143 Stevia elatior Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
144 Stevia pilosa Ɣ Ɣ Ɣ
145 Stevia rebaudiana Hierba dulce Ɣ Ɣ
146 Stevia salicifolia var. salicifolia Jarilla Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
634
170 Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
171 Anredera scandens Ɣ Ɣ
172 Begoniaceae Begonia gracilis Ala de ángel Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
173 Begonia uniflora Ɣ Ɣ
174 Berberidaceae Berberis chochoco Palo amarillo Ɣ
175 Berberis gracilis Palo amarillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
176 Berberis trifoliolata Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
177 Betulaceae Carpinus caroliniana Madera de hierro Ɣ Ɣ Ɣ
178 Ostrya virginiana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
179 Bignoniaceae Campsis radicans Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
180 Chilopsis linearis Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
181 Jacaranda mimosifolia Jacaranda Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
182 Tecoma stans Árbol de San Pedro, Tronadora Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
183 Tecoma stans, var, angustata Guarán amarillo, Tronadora Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
184 Bixaceae Amoreuxia palmatifida Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
185 Amoreuxia wrightii Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
186 Boraginaceae Borago officinalis Borraja Ɣ Ɣ
187 Coldenia canescens Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
188 Cordia boissieri Anacahuita Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
189 Cordia podocephala Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
190 Cryptantha albida Ɣ
191 Cryptantha mexicana Ɣ
192 Cynoglossum amabile No me olvides (chino) Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
193 Ehretia anacua Anacua Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
194 Heliotropium angiospermum Hierba del alacrán Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
635
219 Buddleja cordata ssp. tomentella Tepozán Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
220 Buddleja marrubiifolia ssp. marrubifolia Azafrán, Azafrancillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
221 Buddleja scordioides Suelda, Escobilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
222 Buddleja sessilifolia Lengua de vaca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
223 Burseraceae Bursera fagaroides Palo xixote Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
224 Bursera schlechtendalii Chak chakaj Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
225 Bursera simaruba Palo mulato Ɣ Ɣ
226 Cactaceae Acanthocereus tetragonus Pitaya anaranjada Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
227 Acharagma roseana Ɣ Ɣ
228 Ancistrocactus scheeri Ɣ Ɣ Ɣ
229 Ariocarpus agavoides Magueyitos Ɣ Ɣ Ɣ
230 Ariocarpus kotschoubeyanus Pezuña de venado Ɣ Ɣ
231 Ariocarpus retusus Peyote, Cimarron Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
232 Astrophytum asterias Dólar de las arenas Ɣ Ɣ Ɣ
233 Astrophytum capricorne Ɣ Ɣ Ɣ
234 Astrophytum myriostigma Birrete de Obispo Ɣ Ɣ Ɣ
235 Aztekium hintonii Cactus azteca Ɣ Ɣ
236 Aztekium ritterii Cactus azteca Ɣ Ɣ
237 Coryphantha hintoniorum ssp hintoniorum Ɣ Ɣ
238 Coryphantha macromeris var. macromeris Doñana Ɣ
239 Coryphantha macromeris var. runyonii Doñana Ɣ Ɣ Ɣ
240 Coryphantha poselgeriana var. Poselgeriana Manca caballo Ɣ Ɣ
241 Coryphantha pseudoechinus Biznaga Ɣ Ɣ
242 Cumarina odorata Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
636
266 Epithelantha micromeris var. pachyrhiza Biznaga Ɣ Ɣ
267 Escobaria asperispina Ɣ Ɣ Ɣ
268 Ferocactus hamatacanthus var. hamatacanthus Uña de gavilán Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
269 Ferocactus hamatacanthus var. sinuatus Metzollin Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
270 Ferocactus pilosus Biznaga colorada Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
271 Leuchtenbergia principis Escoba de bruja Ɣ Ɣ
272 Lophophora williamsii Peyote Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
273 Mammillaria candida var. candida Cabeza de viejo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
274 Mammillaria glassii var. glassii Ɣ Ɣ
275 Mammillaria icamolensis Ɣ Ɣ
276 Mammillaria prolifera Biznaga de chilitos Ɣ Ɣ
277 Mammillaria sempervivi Ɣ Ɣ
278 Myrtillocactus geometrizans Garambullo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
279 Neolloydia schmiedickeana var. gracilis Ɣ Ɣ Ɣ
280 Neolloydia subterranea var. zaragozae Ɣ Ɣ Ɣ
281 Opuntia spp. Nopal Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
282 Opuntia engelmannii Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
283 Opuntia cantabrigiensis Nopal de Texas Ɣ Ɣ
284 Opuntia ficus- indica Nopal de Castilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
285 Opuntia imbricata var. imbricata Coyonoixtle Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
286 Opuntia lasiacantha Nopal de espinas lacias Ɣ Ɣ
287 Opuntia leptocaulis Tasajillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
288 Opuntia leucotricha Nopal duraznillo Ɣ Ɣ Ɣ
289 Opuntia lindheimeri var. aciculata Nopal azul Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
290 Opuntia lindheimeri var. lindheimeri Nopal azul Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
637
315 Caprifoliaceae Abelia coriacea Ɣ Ɣ
316 Sambucus mexicana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
317 Sambucus nigra ssp. cerulea Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
318 Sambucus nigra ssp. canadensis Sauco Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
319 Symphoricarpos microphyllus Perlitas Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
320 Symphoricarpos orbiculatus Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
321 Caryophyllaceae Drymaria gracilis Oreja de ratón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
322 Drymaria pachyphylla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
323 Saponaria officinalis Saponaria Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
324 Casuarinaceae Casuarina cunninghamiana Pino australiano Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
325 Celastraceae Mortonia greggii Afinador Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
326 Schaefferia cuneifolia Panelero Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
327 Chenopodiaceae Allenrolfea occidentalis Arbusto de yodo, Pepinillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
328 Atriplex acanthocarpa Ɣ Ɣ Ɣ
329 Atriplex canescens Costilla de vaca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
330 Atriplex semibaccata Ɣ Ɣ Ɣ
331 Atriplex texana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
332 Beta vulgaris Remolacha Ɣ
333 Beta vulgaris var. vulgaris Acelga, Betabel Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
334 Chenopodium ambrosioides var. ambrosioides Epazote Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
335 Chenopodium berlandieri Quelite Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
336 Chenopodium graveolens Epazote de zorrillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
337 Chenopodium spp. Epazotes Ɣ
338 Eurotia lanata var. subspinosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
339 Salsola tragus Rodadora Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
638
364 Croton dioicus Hierba del gato Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
365 Croton humilis Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
366 Croto incanus Salvia, Salvia de Monterrey Ɣ Ɣ Ɣ
367 Croton monanthogynus Hierba del gato Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
368 Croton torreyanus Ɣ Ɣ Ɣ
369 Euphorbia antisyphilitica Candelilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
370 Euphorbia campestris Hierba del coyote Ɣ Ɣ
371 Euphorbia cyathophora Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
372 Euphorbia dentata var. dentata Lechosilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
373 Euphorbia golondrina Hierba de la golondrina Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
374 Euphorbia graminea Lechilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
375 Euphorbia heterophylla Catalina, Fuego en el monte Ɣ Ɣ
376 Euphorbia hirta Hierba de la golondrina Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
377 Euphorbia maculata Golondrina Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
378 Euphorbia prostrata Hierba del soldado Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
379 Euphorbia serpens Hierba meona Ɣ Ɣ
380 Jatropha dioica var graminea Sangre de drago Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
381 Pedilanthus tithymaloides Perico Ɣ Ɣ
382 Phyllanthus caroliniensis Canastilla, hierba de la muina Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
383 Ricinus communis Higera infernal, Higuerilla, recina Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
384 Stillingia sylvatica Hierba del sapo Ɣ Ɣ Ɣ
385 Stillingia treculeana Delicia de la reyna Ɣ
386 Tragia glandulifera Ortiguilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
387 Fabaceae Acacia angustissima var. angustissima Guajillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
388 Acacia angustissima var. leucothrix Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
639
413 Centrosema virginianum Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
414 Ceratonia silicua Algarrobo, Pan Gonzalitos Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
415 Cercidium macrum Palo verde Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
416 Cercidium texanum Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
417 Cercis canadensis var. mexicana Duraznillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
418 Chamaecrista greggii Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
419 Chamaecrista nictitans Ɣ Ɣ Ɣ
420 Clitoria ternatea Clitoria Ɣ Ɣ Ɣ
421 Cojoba arborea Cojoba, cola de mico Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
422 Crotalaria incana Cascabelillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
423 Crotalaria pumila Tronadora, Garbancillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
424 Crotalaria sagittalis Tronadora, Crispillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
425 Dalea bicolor var. bicolor Escobilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
426 Dalea frutescens Ɣ Ɣ Ɣ
427 Dalea lutea var. lutea Pata de conejo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
428 Dalea pogonathera var. pogonathera Hierba del corazon Ɣ
429 Dalea sp. Ramón Ɣ Ɣ
430 Delonix regia Framboyán Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
431 Desmanthus painteri Arrastradilla, Huizachito Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
432 Desmanthus virgatus var. virgatus Huizachillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
433 Diphysa minutifolia Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
434 Ebenopsis ebano Ébano Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
435 Erythrina americana Colorín Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
436 Erythrina crista-galli Pico de gallo Ɣ Ɣ
437 Erythrina flabelliformis Frijol rojo Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
640
462 Pithecellobium brevifolium Tenaza Ɣ
463 Pithecellobium dulce Guamuchil Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
464 Prosopis glandulosa var. glandulosa Mezquite Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
465 Prosopis glandulosa var. torreyana Mezquite Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
466 Prosopis laevigata Mezquite Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
467 Prosopis laevigata x glandulosa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
468 Prosopis reptans var. cinerascens Mezquite enano Ɣ Ɣ Ɣ
469 Rhynchosia diversifolia Frijolillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
470 Robinia pseudoacacia Acacia de flor blanca Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
471 Senna alata Gacamaya francesa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
472 Senna bauhinioides Pata de Res Ɣ Ɣ Ɣ
473 Senna lindheimeriana Hierba del cizote Ɣ Ɣ
474 Senna obtusifolia Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
475 Senna occidentalis Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
476 Sophora nuttalliana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
477 Sophora secundiflora Patol Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
478 Tamarindus indica Tamarindo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
479 Teramnus uncinatus Frijolillo peludo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
480 Trifolium amabile Trébol de oveja Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
481 Vicia americana ssp. mexicana Haba Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
482 Zornia reticulata Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
483 Fagaceae Quercus spp. Encinos Ɣ Ɣ Ɣ
484 Quercus canbyi Encino duraznillo Ɣ Ɣ Ɣ
485 Quercus fusiformis Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
486 Quercus laceyi Encino memelito Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
641
511 Hedeoma drummondii Poleo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
512 Hyptis mutabilis Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
513 Lavandula dentata Lavanda, aluzema Ɣ Ɣ Ɣ
514 Leonotis nepetifolia Cabezona del huerto Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
515 Marrubium vulgare Marrubio Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
516 Melissa officinalis Melisa, toronjil español Ɣ Ɣ
517 Mentha X piperita Menta Ɣ Ɣ
518 Mentha spicata Hierbabuena Ɣ Ɣ
519 Mentha rotundifolia Menta a Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
520 Monarda citriodora var. austromontana Rosetilla Ɣ Ɣ Ɣ
521 Monarda citriodora var. citriodora Rosetilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
522 Nepeta cataria Toronjil Ɣ Ɣ
523 Ocimum basilicum Albahacar Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
524 Origanum majorana Mejorana Ɣ Ɣ
525 Origanum vulgare Orégano Ɣ Ɣ
526 Poliomintha longiflora var. longiflora Orégano Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
527 Prunella vulgaris Olotrillo morado Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
528 Rosmarinus officinalis Romero Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
529 Salvia ballotiflora Crespa, Mejorana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
530 Salvia coccinea Mirto, Salvia Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
531 Salvia greggii Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
532 Salvia hispanica Chia Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
533 Salvia involucrata Mirto real Ɣ Ɣ
534 Salvia longispicata Cantahueso Ɣ Ɣ Ɣ
535 Salvia officinalis Salvia de olor, Salvia española Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
642
560 Malpighiaceae Malpighia glabra Acerola, Cereza de Barbados Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
561 Mascagnia macroptera Vejuco prieto, mariposa Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
562 Malvaceae Abutilon hypoleucum Ɣ Ɣ Ɣ
563 Abutilon trisulcatum Pelotazo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
564 Anoda cristata Alache, Malvavisco Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
565 Gossypium hirsutum Algodón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
566 Hibiscus rosa - sinensis Obelisco, Tulipan Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
567 Hibiscus cardiophyllus Ɣ Ɣ Ɣ
568 Hibiscus tiliaceus Majagua Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
569 Malva parviflora Quesitos, Malva Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
570 Malvastrum americanum Malva Ɣ Ɣ
571 Malvastrum coromandelianum Malvon, huinare Ɣ Ɣ Ɣ
572 Malvaviscus arboreus var. arboreus Tulipán de capullo rojo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
573 Pavonia lasiopetala Pavonia Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
574 Sida abutifolia Arrastradilla, hierba de la viejita Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
575 Sida acuta Malvavisco Ɣ Ɣ
576 Sida rhombifolia Malvita, babosilla, escobilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
577 Sphaeralcea angustifolia Hierba del negro Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
578 Sphaeralcea hastulata Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
579 Meliaceae Azadirachta indica Neem Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
580 Melia azedarach Paraiso, canela Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
581 Menispermaceae Cocculus carolinus Hierba del ojo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
582 Moraceae Ficus benghalensis Ɣ Ɣ Ɣ
583 Ficus benjamina Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
584 Ficus carica Higuera Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
643
609 Lopezia racemosa Perilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
610 Ludwigia octovalvis ssp. octovalvis Ɣ Ɣ Ɣ
611 Oenothera kunthiana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
612 Oenothera pubescens Linda tarde Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
613 Oenothera rosea Agua de azahar, Hierba del golpe Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
614 Oxalis corniculata Agritos Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
615 Oxalis decaphylla Agritos Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
616 Oxalis latifolia Acederilla Ɣ Ɣ Ɣ
617 Oxalidaceae Oxalis corniculata Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
618 Papaveraceae Argemone grandiflora ssp. armata Chicalote Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
619 Argemone mexicana ssp. mexicana Cardo, Chicalote Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
620 Argemone ochroleuca ssp. ochroleuca Chicalote pálido, Cardo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
621 Argemone sanguinea Cardo, Chicalote Ɣ Ɣ
622 Bocconia arborea Llora sangre Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
623 Bocconia latisepala Ɣ
624 Eschscholzia mexicana Ɣ Ɣ Ɣ
625 Hunnemannia fumariifolia Amapola amarilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
626 Passifloraceae Passiflora foetida var. gossypifolia Flor de la pasión Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
627 Passiflora incarnata Pasionaria Ɣ Ɣ
628 Passiflora suberosa Ɣ Ɣ Ɣ
629 Phytolaccaceae Agdestis clematidea Hierba del indio Ɣ Ɣ
630 Phytolacca octandra Mazorquilla, Góngora, Amole Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
631 Rivina humilis Coralillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
632 Piperaceae Peperomia blanda Ɣ Ɣ Ɣ
633 Peperomia campylotropa Pimienta de tierra Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
644
658 Pyrolaceae Chimaphila umbellata Tlalcapolin Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
659 Ranunculaceae Clematis drummondii Barba de chivo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
660 Clematis dioica Barbas de chivo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
661 Delphinium ajacis Espuelita Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
662 Ranunculus petiolaris var. arsenei Pata de león Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
663 Thalictrum strigillosum Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
664 Resedaceae Reseda luteola Gasparilla, gualda Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
665 Reseda odorata Reseda Ɣ Ɣ
666 Rhamnaceae Karwinskia humboldtiana Coyotillo, tullidora Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
667 Ceanothus coeruleus Chaquira, chaquirilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
668 Colubrina greggii var. greggii Manzanita, Guayul Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
669 Colubrina texensis Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
670 Condalia hookeri var. hookeri Brasil Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
671 Condalia mexicana Membrillo cimarrón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
672 Condalia spathulata Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
673 Karwinskia humboldtiana Capulín Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
674 Karwinskia mollis Capulincillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
675 Rhamus serrata var. serrata Capulincillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
676 Ziziphus obtusifolia var. obtusifolia Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
677 Rosaceae Cercocarpus macrophyllus Huasteco, Limoncillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
678 Cercocarpus montanus var. Paucidentatus Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
679 Crataegus baroussana var. Baroussana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
680 Crataegus mexicana Tejocote Ɣ Ɣ Ɣ
681 Crataegus rosei ssp. Paryana Tejocote Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
682 Cydonia oblonga Membrillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
645
707 Hedyotis rubra Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
708 Randia aculeata Crucecita Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
709 Randia rhagocarpa Ɣ Ɣ Ɣ
710 Rutaceae Amyris madrensis Chapotillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
711 Amyris marshii
712 Amyris texana Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
713 Casimiroa pringlei Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
714 Choisya dumosa Sorrilla Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
715 Choisya palmeri Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
716 Citrus aurantifolia Lima Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
717 Citrus aurantium Azahar, Naranjo agrio Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
718 Citrus limon Limón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
719 Decatropis bicolor Hoja dorada Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
720 Casimiroa greggii Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
721 Esenbeckia berlandieri Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
722 Helietta parvifolia Barreta Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
723 Ptelea trifoliata Olmo de tres hojas Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
724 Ruta chalepensis Ruda Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
725 Thamnosma texana Pantalón holandés Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
726 Zanthoxylum fagara Colima Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
727 Sabiaceae Meliosma alba Cedrillo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
728 Salicaceae Populus alba Álamo blanco Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
729 Populus deltoides Álamo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
730 Populus nigra var. nigra Álamo negro, Chopo Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
731 Populus tremuloides Álamo temblón Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
Uso Partes Usadas Características Generales Hábitat
Forestal
Forrajera
Medicinal
Industrial
Fibras
Frutos
Tóxica
Ornamental
Alimenticia
Construcción
Combustible
Ceremoniales
Flor
Fruto
Semilla
Hoja
Raíz
Tallo
Corteza
Nativa
Introducida
Silvestre
Cultivada
Perenne
Anual
Bianual
Herbácea
Arbusto
Árbol
Epífita
Matorral
Selva
Bosque
Pastizal
Ríos
646
756 Capsicum annuum var. aviculare Chile piquín Ɣ
757 Capsicum annuum var. glabriusculum Chile verde Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
758 Capsicum annuum var. grossum Chile ancho Ɣ
759 Capsicum annuum var. longum Chile guajillo Ɣ
760 Capsicum baccatum var. pendulum Pimiento Ɣ Ɣ
761 Datura inoxia Toloache Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
762 Datura quercifolia Toloache Ɣ Ɣ Ɣ
763 Datura stramonium Hierba del diablo, Higuera del infierno Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
764 Jaltomata procumbens Chepes, Jaltomata Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
765 Lycium berlandieri var parviflorum Ɣ
766 Lycopersicum esculentum Tomate Ɣ
767 Nicotiana glauca Tabaquillo, Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
768 Nicotiana repanda Tabaco cimarrón Ɣ Ɣ Ɣ
769 Physalis ixocarpa Tomate cáscara Ɣ
770 Physalis philadelphica Miltomate, Tomatillo, Tomate verde Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
771 Physalis pubescens Aguaymanto, Ɣ Ɣ Ɣ Ɣ
772 Solanum tuberosum Papa Ɣ
773 Turneraceae Turnera diffusa Damiana Ɣ Ɣ
774 Ulmaceae Celtis laevigata Palo blanco Ɣ
775 Celtis pallida Granjeno Ɣ
776 Urticaceae Urtica dioica Ortiga Ɣ Ɣ Ɣ
777 Zingiberaceae Curcuma longa Azafrán, Azafrán del pobre Ɣ Ɣ
778 Zingiber officinale Jengibre Ɣ Ɣ
779 Zygophyllaceae Guaiacum angustifolium Guayacán Ɣ Ɣ Ɣ
780 Larrea tridentata Gobernadora Ɣ Ɣ Ɣ
EL DETERIORO DE LOS ECOSISTEMAS Y LA
DESERTIFICACIÓN EN NUEVO LEÓN, UNA
REFLEXIÓN
José Ángel de la Cruz Campa
Ex rector de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro
Pirul 510, Col. Del Valle. Saltillo, Coahuila
delacruzcampa@yahoo.com
A
l igual que en la mayoría de los Estados de la República, la desertificación en Nuevo León
se presenta en todos sus ecosistemas. La destrucción de sus recursos naturales, es el
mismo espejo para probar que se han explotado sin sustentabilidad, y es la misma razón
que ha ocasionado la pobreza del campesino, al no tener de qué vivir como sus antepasados,
que explotaron esos recursos cuando existían. Hoy en Nuevo León, tenemos la desaparición
de pastizales, bosques, y muchos tipos de vegetación que en la mayoría de los casos, han sido
sustituidos por plantas invasoras, que hoy causa tristeza observar.
Quién no tenga conocimientos sobre lo que es desertificación, difícilmente podrá diferenciar
los grados de destrucción que se presenta en los diferentes ecosistemas de cada Estado. Por esta
razón, sugiero que si las autoridades intentan una restauración, deben de recurrir a las Univer-
sidades, en este caso específico a la UANL, la cual cuenta con Biólogos, Agrónomos, Ingenieros
Forestales, etc. quienes son los especialistas indicados para realizar proyectos que vuelvan a hacer
productivo el campo de Nuevo León; recordemos que actualmente la mayoría de las comunidades
vegetales están invadidas por especies no deseadas, causando un deterioro en los ecosistemas y
una disminución en la productividad.
No se engañen, cuando observen una gran cantidad, por ejemplo, de guajillo (Acacia berlan-
dieri ) en la Sierra de Mamulique, eso puede ser un problema serio, si en el estrato inferior han
desaparecido pastos u otras especies que son utilizadas por el ganado. El guajillo es bueno, pero
en cantidades adecuadas, que no obligan al ganado a consumirlas, porque está probado que en
grandes cantidades es tóxico. Otro ejemplo, el exceso de nopales (Opuntia spp) o coyonostle (Opun-
tia imbricata), puede indicar también una invasión. Cuidado con alegrarse al ver estas especies
en grandes cantidades, o bien en muchos de los casos una combinación de mezquites y nopales
en exceso, y no ver las otras plantas que consume el ganado; también eso es desertificación.
Una de las mejores zonas de pastizal se localiza en el sur de Nuevo León; sin embargo, en
muchas áreas hoy solo crecen plantas invasoras, y gran parte de su suelo ha desaparecido. Por
otro lado, también se presentan casos de proyectos que se desarrollan como productivos, y al
no considerar los efectos a mediano plazo, destruyen los recursos naturales, como sucedió en el
Ejido El Jarro, Municipio de Dr. Arroyo, Nuevo León.
Un llamado a las autoridades del Estado de Nuevo León: ya es tiempo de que
dejen de diseñar ocurrencias cada seis años, en lugar de ello implementen verdade-
ros proyectos productivos que tengan continuidad a largo plazo y que sean acordes
al potencial de las diferentes zonas rurales. La mayor parte de la vegetación debe
ser para la ganadería, por lo que hay que restaurar el pastizal y destruir las especies
invasoras, dándoles trabajo a los campesinos y a los agrónomos, que sobran muchos,
para producir los alimentos que necesitan el ganado y los propios campesinos; eviten
que se extermine el pastizal, enseñen a los a los campesinos y dueños de la tierra a
manejar sustentablemente los recursos naturales. Hay que enseñarles metodologías
para restaurar los recursos naturales y, una vez logrado esto, indicarles la forma de
manejar sustentablemente los recursos.
Son muchos los desafortunados ejemplos que podemos citar de desertificación y deterioro
de los ecosistemas en el estado de Nuevo León, a continuación mencionaré algunos.
En el sur de Nuevo León, en el ejido El Mezquite municipio de Galeana, la explota-
ción sin sustentabilidad llevó al deterioro de un bosque de piñonero (Pinus cembroides)
y a la invasión de gobernadora sobre un pastizal que fue muy productivo (Bouteloua
gracilis) (Figura 1 izquierda); ahí el gobierno tiene la oportunidad de generar trabajo
para los campesinos de la zona, mediante la erradicación de las plantas invasoras se
puede rehabilitar el lugar y hacerlo productivo nuevamente. En la Figura 1 (derecha),
se muestra otro ejemplo de especies invasoras que se han apoderado del pastizal.
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son los que están cerca de la sierra donde los suelos no presentan salinidad y estaban
cubiertas de gobernadora como dominante.
El segundo caso lo tenemos en lugares no utilizados para agricultura, pero que
presentan otro tipo de desertificación ya que el pastizal está sobre pastoreado y en
muchos de éstos, la presencia de plantas indeseables, son problemas para el manejo
del ganado (Figura 2 derecha).
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Figura 3. Desertificación en Galeana, Nuevo León.
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Siguiendo la carretera, rumbo a Galeana, nos encontramos un estanque para captar
agua de lluvia, y otra vez no se quiere entender que en estos ecosistemas, el agua
de lluvia se infiltra en ese tipo de suelo y casi nunca se capta el agua, salvo que se
destruya el suelo y la vegetación (Figura 5 izquierda). Por favor, ¡No más programas
de este tipo en estos ecosistemas!.
En el municipio de Galeana y otros, se puede encontrar la planta conocida como
Cortadillo (Cortaderia selloana), los campesinos por mucho tiempo lo han explotado
para beneficiarse (Figura 5 derecha). Dejemos de querer cambiar la actividad de los
campesinos, queriéndoles establecer ocurrencias como gallineros y otros que han
fracasado. Ayúdenlos con proyectos que ellos saben hacer y dejémonos de inventos
que solo traen la destrucción de sus ecosistemas. Si son recolectores de plantas
nativas, ayudémosles a manejarlas y explotarlas sustentablemente; si se dedican a
la explotación ganadera, programemos eso, pero estemos pendientes de darles el
seguimiento correcto para que sea sustentable; si ellos viven de la explotación de los
bosques, capacitémoslos con las técnicas adecuadas para que ese sea su sustento
permanente.
En el sur de Nuevo León, entre La Escondida y Dr. Arroyo, hay varios tipos de vege-
tación, uno de éstos son pastizales de zacatón alcalino (Sporobolus airoides). Se ha
cometido el error de manejarlos sin bases técnicas (Figura 6 izquierda), inclusive se
han agregado especies introducidas, como el Atriplex nummularia, con el consiguiente
fracaso (Figura 6 derecha). La desertificación es evidente, y la invasión de plantas
indeseables nos indica que es necesario integrar un programa de restauración, prime-
ro, y posteriormente estructurar un verdadero programa de manejo, para explotarlo
sustentablemente.
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Figura 6. Manejo incorrecto de la vegetación nativa y el efecto de la introducción de especies.
En el Ejido El Jarro, Municipio de Dr. Arroyo, N.L., se observa una obra donde se des-
montó el terreno para un proyecto agrícola; quien la diseñó ni siquiera supo trazar las
melgas, y la bordería solo sirvió para que el agua tomara la pendiente y no cumpliera
su objetivo de conservar la humedad, además de arrastrar el suelo, sustento de la
vida (Figura 7 izquierda).
En Dr. Arroyo hace muchos años los programas de gobierno desaparecieron gran-
des extensiones de mezquitales con arbustos y pastos forrajeros, con el propósito
de incrementar la producción mediante el establecimiento de zacate buffel y solo
dejaron destrucción de plantas nativas, que mantenían una ganadería próspera. El
zacate buffel, jamás prosperó (Figura 7 derecha).
Figura 7. Manejo incorrecto del suelo y vegetación nativa, y el efecto de la introducción de especies.
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La mayoría de lomeríos que se localizan entre Dr. Arroyo, N.L. y Matehuala, S.L.P.,
presentan una pérdida de suelo y vegetación productiva para flora, fauna y produc-
tores del campo, de tal manera que cada uno de estos grupos, están migrando hacia
donde puedan existir. Obsérvese la evidencia de esta realidad (Figura 8 derecha).
Figura 8. Izquierda, población de sotol en el ejido Acuña. Derecha, desertificación en el ejido Capa-
derito, Dr. Arroyo, N. L.
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campesinos, pero al no darle seguimiento permanentemente y con los cambios sexe-
nales de autoridades, donde se acostumbra reinventar a México cada seis años, llega
el afán de suponer que lo que el anterior hizo no sirve, se abandonan los proyectos
anteriores y se diseñan otras ocurrencias para sobresalir políticamente.
En El Ejido Tanquecillo, podemos encontrar infraestructura abandonada y des-
trucción del tipo de vegetación que existía y que alimentaba una ganadería que hoy
hace falta (Figura 9 izquierda). Terrible desertificación, al fondo el matorral de mez-
quite donde se puede encontrar, costilla de vaca (Atriplex canescens), zacate alcalino
(Sporobolus airoides) y muchas especies forrajeras que ya no existen en el lugar; que
se desertificó o bien ha empezado a trabajar la sucesión vegetal y está regresando
las especies que antes estuvieron (Figura 9 derecha).
La Figura 10 izquierda muestra un sitio entre Matehuala y Cedral, son llanuras con
yeso, donde hace mucho tiempo se diseñaron cultivos agrícolas y al no tener éxito
fueron abandonadas y el pastizal ha estado regresando, con el tiempo, sin la ayuda
del hombre.
En la Figura 10 derecha, se muestran lomeríos y sierras bajas que han sido sobre-
pastoreados y esto ha dado lugar a muchas plantas indeseables principalmente la
tullidora o coyotillo (Karwinskia humboldtiana), planta tóxica difícil de erradicar.
Figura 10. Desertificación por malas prácticas de manejo de los recursos naturales e invasión de
especies no deseadas.
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La desertificación en el sur de Nuevo León está en el último grado, el suelo ya ha
desaparecido junto con la vegetación original y fue sustituida por plantas indeseables,
años atrás fueron pastizales muy productivos, aquí hace muchos años se intentó res-
catar lo perdido y se hizo un trabajo de bordos a nivel; no tenemos idea cuantos años
tardará en formarse el suelo y que regrese el pastizal. Esto se localiza en terrenos del
ejido Capaderito municipio de Dr. Arroyo (Figura 11 izquierda).
Hace décadas en el ejido la Victoria del municipio de Aramberri, se hizo un gran
esfuerzo para convertir una superficie de más de 100 ha de gobernadora en praderas
forrajeras de Costilla de vaca (Atriplex canescens). Con el cambio de Gobierno, se
perdió el seguimiento al proyecto y se introdujo todo tipo de ganado a pastorear, sin
respetar los coeficientes de agostadero adecuados y rápidamente desaparecieron
las especies forrajeras (Figura 11 derecha). La gran experiencia que obtuvimos, es
que al no darle seguimiento a este tipo de proyecto seguirá pasando lo mismo.
Figura 11. Desertificación en los municipios de Dr. Arroyo y Aramberri, Nuevo León.
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Figura 12. Izquierda, invasión de nopal y desertificación en el ejido Las Margaritas, Galeana. N. L. Derecha,
desaparición del estrato inferior en una comunidad de sotol y palma samandoca en Galeana, N. L.
Figura 13. Izquierda, desertificación en el ejido La Chiripa, Dr. Arroyo, N.L. Derecha, destrucción de un
bosque de Pino en Galeana, N.L., para convertirlo en área agrícola y posteriormente desertificación.
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de Agronomía en la Universidad Autónoma de Nuevo León, donde hay técnicos re-
conocidos en el manejo de pastizales, el Gobierno no los aproveche para restaurar
los pastizales destruidos?.
En el camino de Galeana a la Concepción (La Chona) pasa lo mismo, los pastizales
destruidos, también ahí se necesita la restauración, sin olvidar que solo son ejemplos
del mal manejo de los ecosistemas al explotarlos (Figura 14 derecha).
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De la lechuguilla a las biopelículas vegetales,
de Marco Antonio Alvarado Vázquez, Alejandra
Rocha Estrada y Sergio Moreno Limón. Termi-
nó de imprimirse en diciembre de 2010. En su
composición se utilizaron los tipos Calibri de 8,
9, 11, 13, 14, 20 y 22. El cuidado de la edición
estuvo a cargo de Nohemí Zavala. Formato
interior y diseño de portada de Claudio Tamez
Garza. El tiraje de esta edición consta de 1000
ejemplares.