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Trufas de
Andalucía
2 AUTORES Y CRÉDITOS Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía.
Autores Créditos
Baldomero Moreno Arroyo
CONSEJERA DE MEDIO AMBIENTE
Javier Gómez Fernández
Fuensanta Coves Botella
Elena Pulido Calmaestra
VICECONSEJERO DE MEDIO AMBIENTE
B. Moreno-Arroyo. Págs.: 17, 18, 19, 22, 25, 26, 27, 32, 33, 34, 35, DIRECTOR GENERAL DE GESTIÓN DEL MEDIO NATURAL
36, 37, 38, 39, 40, 41, 42, 43, 44, 45, 46, 47, 48, 53, 56, 59, 61, 62, 63,
64, 65, 66, 67, 68, 69, 71, 72, 75, 77, 78, 79, 81, 83, 85, 88, 89, 92, 93, José Guirado Romero
113, 115, 116, 117, 119, 123, 124, 125, 126, 127, 128, 129, 131, 132,
133, 134, 135, 136, 137, 138, 139, 140, 141, 142, 143, 144, 145, 146, COORDINACIÓN
147, 148, 149, 150, 151, 152, 153, 155, 157, 160 ,161, 163, 164, 165, Baldomero Moreno Arroyo y José Guirado Romero
166, 167, 168, 169, 170, 171, 172, 173, 175, 177, 178, 179, 181, 182,
183, 184, 185, 186, 187, 188, 189, 190, 191, 192, 193, 195, 199, 200,
DIRECCIÓN FACULTATIVA DEL PROYECTO
201, 202, 203, 204, 205, 206, 207, 208, 209, 212, 213, 214, 215, 216,
217, 218, 219, 220, 221, 223, 225, 227, 229, 230, 231, 232, 233, 234, Baldomero Moreno Arroyo
235, 236, 237, 238, 239, 241, 242, 243, 244, 245, 246, 247, 248, 249,
250, 251,252, 253, 255, 256, 257, 259, 260, 261, 262, 263, 264, 265, DISEÑO GRÁFICO Y MAQUETACIÓN
267, 270, 271, 274, 275, 287.
Enrisan Publicidad S.L.
J. Gómez. Págs.: 22, 54, 68, 83, 94, 95, 112, 114, 118, 121, 122,
2005, Consejería de Medio Ambiente.
130, 154, 156, 158, 159, 160, 162, 174, 176, 180, 194, 210, 211, 224,
226, 228, 236, 240, 242, 254, 258, 259, 266, 268, 269, 279, 280, 282, Queda terminantemente prohibida, sin la autorización expresa del titular del co-
283. pyright y bajo las sanciones establecidas en la ley, la reproducción total o parcial
de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprogra-
F. D. Calonge. Págs.: 284, 285. fía y el tratamiento informático y la distribución de la misma mediante venta o
alquiler.
J. L. Castillo. Págs.: 56.
L. Romero de la Osa. Págs.: 120, 198. ISBN: 84-96329-68-2
C. Cortés. Págs.: 281.
Depósito legal:
J. Rabasco. Págs.: 93.
Impreso en España
2005 Córdoba
ILUSTRACIONES
B. Moreno-Arroyo.
Enrisan Publicidad S.L Este libro debe citarse como:
Moreno-Arroyo, B., J. Gómez y E. Pulido. 2005. Tesoros de nuestro
montes. Trufas de Andalucía. Consejería de Medio Ambiente,
Junta de Andalucía. 352 pp. Córdoba.
Gran parte de los contenidos de este trabajo formaron parte de la Tesis Doctoral
de uno de los autores (B. Moreno-Arroyo), defendida en1998 y dirigida por el Dr.
Francisco De Diego Calonge, obteniendo la calificación de “Cun Laude”.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. AGRADECIMIENTOS 5
Prólogo
Los habitantes del monte mediterráneo andaluz, incluido el En realidad, se trata del primer libro de hongos hipogeos que
hombre, se sustentan sobre el sustrato o suelo de este medio. se ha publicado en España. Una publicación pionera, en el
Desarrollan sus actividades y sus ciclos biológicos sobre el mis- marco de un plan pionero, el Plan Cussta, que revela a unos
mo. Sus gentes trabajan y caminan por estos campos, sin ad- organismos sumamente importantes en nuestros montes, algu-
vertir que lo hacen sobre un mundo oculto a su mirada, “el nos de ellos, con excelentes expectativas en zonas de econo-
mundo oculto de los hongos subterráneos”. mías deprimidas. Y todo ello, perfectamente ilustrado y tratado
por los autores del mismo. Un libro que seguro será usado por el
Con este libro, la Consejería de Medio Ambiente pretende des- científico, el universitario, el técnico, el agricultor, el propietario
cubrir un recurso natural que durante mucho tiempo ha pasa- forestal, el gestor de tierras y el aficionado a los hongos. Para la
do desapercibido en Andalucía: los hongos hipogeos o sub- Consejería de Medio Ambiente es un orgullo haber conseguido
terráneos, trufas andaluzas, auténticos TESOROS DE NUESTROS que Andalucía haya marcado este hito editorial.
MONTES.
La importancia de las trufas para nuestros montes es casi vital.
Las trufas son el resultado de una adaptación de los hongos en
ambientes semiáridos o mediterráneos. Viven en simbiosis con
las plantas, a las que ayudan a desarrollarse de una forma más
eficaz, y aumentan su supervivencia. Por ello, esta Consejería
de Medio Ambiente ha puesto en marcha un proyecto en el
que las plantas destinadas a repoblación forestal se inoculan
con trufas. De esta forma, no sólo se obtendrán mayores éxitos
de las repoblaciones, sino que pasados unos años fructificarán
bajo nuestras encinas estos hongos, las trufas, el alimento más
valorado del mundo.
Es decir, plantando encinas inoculadas con trufas restaurare-
mos nuestros montes, apostaremos por su vitalidad y a su vez
obtendremos un beneficio económico a medio plazo: el mejor
paradigma de la sostenibilidad. Una forma, concreta, de cum-
plir con los objetivos, estrategias y medidas de gestión de recur-
sos naturales, aprovechamiento sostenible y puesta en valor de
los montes andaluces, marcadas en el Plan Forestal Andaluz, el
Plan Andaluz de Medioambiente, y la Estrategia Andaluza de
Desarrollo Sostenible.
Todo esto, y las relaciones entre los tres reinos macroscópicos:
plantas, animales y hongos (trufas), se relatan en este libro de
una forma integradora, cobrando sentido todos los elementos
de nuestros montes andaluces.
Pero este tratamiento, no sólo se hace de forma textual, sino
que es amenizado con más de 500 ilustraciones de alta cali-
dad, que por sí solas pueden ofrecer una visión de los hongos
hipogeos.
El libro concluye con una excelente descripción de las trufas
andaluzas, en la que se ofrecen imágenes de especies nunca
ilustradas para la ciencia ni para los aficionados. El catálogo de
Fuensanta Coves Botella
especies encontradas en Andalucía la convierte en una de las
regiones del mundo más ricas y diversas en trufas. Consejera de Medio Ambiente
8 PRESENTACIÓN Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía.
vables, el fomento de ayudas para las nuevas producciones, la tauración con planta micorrizada de las zonas incendiadas en
calidad en la producción de planta forestal (origen, diversidad 2004 (Minas de Río Tinto) y 2005 (Sierra de las Villas), estando
de especies, micorrización, etc.) y el mantenimiento de los es- pendientes de los necesarios cambios climáticos para poder
fuerzos en materia de regeneración de zonas degradadas, res- iniciarlas, dada la severa ausencia de precipitaciones que so-
tauración de áreas incendiadas y reforestación de tierras agrí- portamos.
colas marginales de nítida vocación forestal.
La regulación del sector micológico ha sido, desde los inicios
Desde 2001 los logros del Plan CUSSTA resultan numerosos. Se del Plan CUSSTA, una de sus líneas prioritarias de trabajo. Previa-
ha elaborado el Inventario Micológico Básico de Andalucía, mente a la redacción de la Norma por la que se regulará en su
realizado en colaboración con las Universidades de Almería, día esta actividad, se han elaborado las directrices básicas que
Córdoba, Granada y Alcalá de Henares, así como con las deben marcar su contenido. Para ello se ha contado con la
asociaciones micológicas andaluzas. En total, de las más de colaboración del Departamento de Biología Vegetal de la Uni-
4.000 especies de hongos inventariadas, 2.221 corresponden versidad de Córdoba y con las opiniones y aportaciones de las
a macromicetos (setas y trufas). Un excelente patrimonio mico- Sociedades Micológicas Andaluzas, Sociedades Ecologistas y
lógico. Para cada una de ellas se ha elaborado una ficha con otros organismos relacionados con el medio ambiente, buscan-
campos sobre su ecología y modo de vida, así como otros rela- do el mayor grado posible de consenso social en las jornadas
tivos a su taxonomía, caracteres macroscópicos y microscópi- celebradas en Cádiz y Córdoba.
cos, etc. Toda la información se ha almacenado en una base
de datos compatible con el Subsistema de Biodiversidad de la La participación activa en cuantas jornadas, cursos, congresos
Consejería de Medio Ambiente. y exposiciones se han celebrado en Andalucía y en el resto del
estado español, ha sido un objetivo básico del Plan. La elabora-
Con el objetivo de aumentar los conocimientos sobre las setas y ción de material didáctico y divulgativo (Manual de Setas Co-
trufas de Andalucía se iniciaron diferentes estudios, algunos de mestibles, Manual de Buenas Prácticas del Recolector de Setas,
los cuales ya han concluido: Consejos Prácticos para el Recolector de Setas, El Reino Oculto
• Recopilación bibliográfica de estudios y citas previas. de los Hongos), el diseño y gestión de exposiciones itinerantes y
los cursos de formación destinados a Agentes de la Autoridad,
• Estudio sobre la viabilidad de micorrización con especies de son algunas de las acciones desarrolladas en el amplio proceso
interés económico de los plantones producidos en la Red de Vi- de participación social del Plan.
veros.
Por último y en razón a su relevancia presupuestaria y transcen-
• Caracterización de los montes productores de setas y trufas dencia social cabe señalar que el Plan CUSSTA ha logrado que
de Andalucía. se construya la primera Lonja Micológica Europea (Jimena de
• Estudios toxicológicos y bromatológicos de las principales la Frontera), ha iniciado la creación de 8 Puntos de Informa-
especies comestibles, desarrollados conjuntamente con el De- ción Micológica, tres de los cuales entraran en funcionamiento
partamento de Bromatología y Tecnología de los Alimentos de en otoño de 2005 (Jimena de la Frontera, Aracena y Siles), la
la Universidad de Córdoba. construcción del primer Jardín Micológico Europeo (Priego de
Córdoba) y el diseño, redacción y señalización de un primer
• Seguimiento del cultivo de trufas en la Sierra de Harana, Se- paquete de Rutas Micológicas por Andalucía. Apuestas todas
ca y Sierra de Huéscar, Iznalloz y La Resinera (Granada). ellas, que hacen del turismo micológico, la conservación y el
• Identificación de los táxones amenazados, así como de sus uso sostenible de las setas y trufas de Andalucía, los soportes
agentes perturbadores. esenciales de la gestión activa de este recurso natural anda-
luz.
• Criterios técnicos para la delimitación y creación de Zonas
de Interés Micológico. Es en este marco continuado de actuación planificada y orde-
nada, en el que se integra esta publicación “Tesoros de Nues-
En materia de conservación y restauración de hábitat y espe- tros Montes. Trufas de Andalucía”, sin duda un nuevo y espléndi-
cies se ha promovido la elaboración de la Lista Roja de la flora do paso en la estrategia de acción para la puesta en valor de
micológica andaluza y la definición de Zonas de Interés Mico- estos excepcionales recursos ocultos del Monte Mediterráneo
lógico, con especial atención a la Red de Espacios Naturales
Andaluz.
Protegidos.
En diversas propiedades públicas de los Parques Naturales de
Sierra de María-Los Vélez, Castril, y Cazorla, Segura y Las Villas,
se ha abordado el desarrollo práctico de la truficultura y turmi-
cultura, con acciones de restauración de espacios forestales
degradados, realizadas con planta autóctona micorrizada. José Guirado Romero
En estos momentos se trabaja además en las acciones de res- Director General de Gestión del Medio Natural
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN ....................................................................................................................................................................................................... 15
Ciclo biológico..........................................................................................................................................................................................50
El suelo........................................................................................................................................................................................................ 60
Gastronomía.............................................................................................................................................................................................. 72
Micoturismo ............................................................................................................................................................................................... 73
El Quemado .............................................................................................................................................................................................. 79
El olivar y la Truficultura.............................................................................................................................................................................88
Turmicultura de conservación.................................................................................................................................................................88
Protólogo y sinonimia.........................................................................................................................................................................................293
V. ABREVIATURAS...................................................................................................................................................................................................... 337
Hacia el siglo IV a. de C. el filóso- La mitología clásica utilizaba un símil Durante la Edad Media, la trufa adqui-
fo griego Teofrasto describió las trufas sorprendente para la descripción de las rió fama de fruto perverso y encantado,
como “un misterioso fruto subterráneo trufas como “los testículos de Ado- utilizado por las brujas en las pociones
que aparecía tras las tormentas”, mien- nis enterrados y multiplicados por que ingerían en sus aquelarres. Se decía
tras Plutarco afirmaba que “las trufas se las Furias”. incluso que se formaban a partir de las
producían por los rayos en su combina- babas de Satán y que su color negruz-
ción con el agua y la tierra”. co reflejaba el de las almas de los con-
denados al infierno. Tampoco han falta-
do esas otras explicaciones más extra-
Las trufas a vagantes acerca del origen de las trufas,
como aquélla que las definía como pro-
tuberancias de las raíces de los árboles
lo largo de debidas a la picadura de las moscas.
la Historia
B. Moreno-Arroyo
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. ¿ QUÉ SON LAS TRUFAS ? 19
Hoy sabemos con certeza que las trufas son hongos, concreta- Existen multitud de especies de hongos hipogeos, cada una
mente las fructificaciones de los hongos subterráneos. con diferente estructura celular, anatomía, forma, color y aro-
ma. Sin embargo, las últimas tendencias terminológicas, agru-
En general, los hongos productores de setas y trufas están cons-
pan a todas ellas bajo el nombre popular de Trufas.
tituidos por unas estructuras filamentosas denominadas hifas,
que se entrelazan formando una madeja de filamentos lla- En realidad, nos encontramos en una fase muy incipiente del
mada micelio. De éste surgen, estacionalmente, las fructifica- conocimiento sobre las trufas. De hecho, los científicos conti-
ciones, es decir, las setas (hongos epigeos) y las trufas (hongos núan descubriendo nuevas especies de hongos hipogeos en
hipogeos). Se diferencian en que las setas, aun naciendo bajo Andalucía; y por tanto, resulta obvio que, si todavía no conoce-
tierra, afloran a la superficie al madurar para dispersar sus es- mos todas las especies que existen de trufas, menos aún cono-
poras, mientras que las trufas nacen, se desarrollan y maduran ceremos sus ciclos biológicos, su anatomía y fisiología. Debido
bajo tierra. a esto, para describir ciertos aspectos tratados en este libro, nos
hemos basado en los conocimientos generales que ya existen y
particularizamos, en ocasiones, en la única especie estudiada
más a fondo: la trufa negra (Tuber melanosporum), intentando
con ello ofrecer una visión de la complejidad e interés de este
grupo de hongos subterráneos.
60º
30º
1. 2. 3. 4.
La distribución de las trufas en el mun- Sin embargo, si admitimos que el modo Se cree que Austra- En cuanto a las trufas
do está poco estudiada. El conoci- de vida hipogeo o subterráneo de las tru- lia y Nueva Zelanda, del desierto, estas se dis-
miento actual corresponde al 30% fas responde a una estrategia adaptativa junto al sur de Euro- tribuyen por Turquía y el
de la superficie terrestre, entre los 30 a la economía hídrica de ambientes se- pa y algunas regio- Sur de las Montañas del
y 60º latitud Norte. Cerca de los po- miáridos, sería lógico pensar que en am- nes de Norteamé- Cáucaso, Irán, Siria, Irak,
los y en los trópicos se han realizado bientes tropicales, donde el agua no sue- rica pueden ser las la Península Arábica y
escasas recolectas, por lo que resulta le ser el factor limitante de las especies, zonas más ricas y más al Oeste, siguiendo
arriesgado lanzar hipótesis sobre su este grupo de hongos, donde se encua- diversas del mundo el Mediterráneo desde
distribución y abundancia. No obs- dran las trufas, no debe estar muy diversi- en hongos hipogeos Egipto hasta Marruecos.
tante, recientemente se han conta- ficado ni ser muy abundante. Esto ha sido o trufas.
bilizado al menos 40 especies en Ar- ratificado por los autores de este libro en
gentina y se han citado otras nuevas países tropicales como Bolivia, Ecuador,
para la ciencia en Tanzania. Perú y Venezuela. Escasez en los trópicos
J. Gómez y B. Moreno-Arroyo
Cuatro expediciones a Bolivia, Ecuador, Perú y Venezuela, evidencian la escasez de hongos hipogeos (trufas) en los trópicos en contraposición con la riqueza de hongos epigeos (setas).
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. LAS TRUFAS EN EL MUNDO 23
Comparando la micoflora hipogea europea con la china y Tal afirmación se corresponde con los datos obtenidos en An-
americana, se evidencian grandes diferencias intercontinenta- dalucía, pues de los 78 taxones citados pertenecientes a tres
les entre la comunidad fúngica hipogea de sus distintos países, phyla diferentes (Zygomycota, Ascomycota y Basidiomycota),
existiendo un buen número de taxones endémicos. siete fueron, en el año 1998, nuevos para la ciencia; tres, nuevos
para la micoflora europea; uno, nuevo para España; 39, nuevos
La existencia de taxones exclusivos en cada región, pertene-
para Andalucía y tres, poco citados en el mundo.
cientes a géneros con un bajo número de especies, como
Genea Vittad. (Genea cubispora en Michigan; G. sinensis en Se confirma, pues, el elevado grado de especiación de los hon-
China; G. sphaerica y G. lespiaultii en Europa; etc.) ratifican la gos hipogeos, no sólo entre diferentes continentes sino dentro
existencia de micofloras hipogeas distintas en cada continen- de la Península Ibérica, que reúne condiciones ecológicas lo
te. suficientemente diversas como para albergar diferencias nota-
bles entre determinadas regiones. Tanto es así que en las regio-
Esto viene a confirmar que el efecto de aislamiento del biotopo
nes más intensamente estudiadas de España (Cataluña y An-
hipogeo, junto a la dispersión zoocórica, hace especialmente
dalucía), se han encontrado especies exclusivas de cada una
sensibles a este grupo de hongos ante los procesos de especia-
de ellas. Y parece lógico que algunas de las especies recolec-
ción y diferenciación, provocando una notable cantidad de
tadas en regiones áridas andaluzas sean difíciles de encontrar
endemismos y paleoendemismos.
en Cataluña, de condiciones climáticas muy diferentes.
Las presiones de selección natural que favorecieron la aparición de las Durante las glaciaciones los bosques asociados a
trufas parecen estar relacionadas con el estrés climático (heladas, calor y trufa negra se redujeron en gran medida y acaba-
sequía) producido durante los diferentes periodos de los últimos 40-60 mi- ron por refugiarse en el Sur de Europa, y, con elllos,
llones de años, tiempo en el que los huéspedes de los hongos ectomico- las propias trufas. Actualmente la distribución más
rrícicos se desarrollaron311. Estos hongos evolucionaron en un hábitat sub- meridional del mundo de trufa negra se encuentra
terráneo menos sujeto a los cambios térmicos y de humedad respecto a en las provincias andaluzas de Jaén y Granada. Se
la superficie. especula incluso que, tras el último periodo glaciar,
la trufa negra experimentó un periodo de recoloni-
La estrategia adaptativa basada en la economía hídrica de las trufas es
zación hacia el norte, y que toda la trufa negra del
también fundamental para las plantas del monte mediterráneo. Entre am-
mundo podría tener su origen en la trufa de las en-
bos (plantas y hongos) se establece una relación simbiótica de beneficio
cinas andaluzas. En consecuencia, la trufa silvestre
mutuo, por la que el hongo hipogeo facilita a la planta la absorción de
andaluza, a pesar de su escasez, tiene, además, un
agua, nitrógeno, fósforo y demás elementos esenciales para su desarrollo,
valor incalculable como banco genético y objeto
y la protege de enfermedades. A cambio, la planta proporciona todo lo
de experimentación para conocer el ciclo biológico
necesario al hongo para su desarrollo y fructificación. Ambos organismos,
original de esta especie y sus requerimientos medio-
de esta forma, coevolucionaron en Andalucía convirtiéndola en una de
ambientales más genuinos.
las regiones del mundo con mayor diversidad de trufas.
B. Moreno-Arroyo
Andalucía, una región semiárida abierta a dos mares y a dos continentes,
con gran diversidad de hábitats, a veces extremos, reúne las condiciones
ambientales adecuadas para que las trufas se diversifiquen hasta sus nive-
les máximos.
Entre los hongos hipogeos existen representantes de tres phyla: 1) Zygo-
mycota, al que pertenecen los hongos que presentan una fase sexual
con un zigosporangio el cual contiene zigosporas y que incluye los órde-
nes Endogonales, Glomales y Mucorales; estos son los únicos Zygomycota
que constituyen esporocarpos hipogeos, análogos a los de los dos grupos
siguientes; 2) Basidiomycota, caracterizados por la presencia de basidios
no septados y, por tanto, agrupados en la Clase Homobasidiomycetes; y
3) Ascomycota, con ascos de paredes delgadas, derivados de especies
con ascos operculados que han perdido el mecanismo de expulsión forzo-
sa (Elaphomycetales y Pezizales).
B. Moreno-Arroyo
Elaphomyces anthracinus Tuber nitidum Melanogaster ambiguus
Fischerula macrospora Tuber panniferum Melanogaster broomeianus
Genea compacta Tuber puberulum Melanogaster macrosporus
Genea lespiaultii Tuber rapaedorum Melanogaster variegatus
Genea sphaerica lobulata Tuber rufum Hysterangium clathroides clathroides
Genea sphaerica sphaerica Gautieria morchellaeformis Hysterangium stoloniferum rubescens
Genea subbaetica Hymenogaster arenarius Gymnomyces dominguezii
Genea thaxteri Hymenogaster bulliardi Gymnomyces sublevisporus
Genea verrucosa Hymenogaster citrinus Gymnomyces meridionalis
Geopora cooperi Hymenogaster luteus
Hydnocystis clausa Hymenogaster lycoperdineus
Pachyphloeus prieguensis Hymenogaster niveus
Tuber aestivum Hymenogaster olivaceus
Tuber borchii Hymenogaster populetorum
Tuber excavatum Hymenogaster thwaitesii
Tuber malençonii Hymenogaster vulgaris
Tuber nigrum Wakefieldia macrospora
4. Anatomía, composición
y ciclo biológico
Existe una morfología globosa o tuberiforme más o
menos común a todas las trufas, aunque con cier-
tos cambios en función del grado de madurez y del
lugar donde se han desarrollado. Los caracteres
que se usan para identificar a las diferentes espe-
cies van desde sus singularidades más evidentes
como el color, el olor y la consistencia, hasta sus es-
tructuras celulares más imperceptibles o microscó-
picas como las hifas, esporas, e incluso los constitu-
yentes de las mismas.
Después de estudiar más de 10.000 carpóforos, coin- de las estructuras fértiles para proporcionar una
cidimos con todos los autores en la existencia de mejor dispersión anemófila. Ello supone una
una morfología general común a las tres phyla, atenuación de la polaridad del carpóforo
marcada por su hábitat hipogeo y que ha hasta desaparecer completamente en
dado como resultado una notable conver- ciertas especies.
gencia evolutiva.
Por tanto, un porcentaje muy ele-
La vida subterránea y dispersión zoocó- vado de las especies de hongos
rica no requieren la libre exposición del hipogeos presentan cuerpos fructí-
himenio al medio ambiente ni la pro- feros entre globosos y subglobosos
yección de las esporas, como ocu- o tuberiformes, con una capa ex-
rre por ejemplo en los basidiomicetos terna de protección denominada
epigeos (balistospóricos); en conse- peridio, que encierra una zona in-
cuencia, los elementos del himenio terna o gleba donde se producen
adoptan una disposición diferente. El las esporas.
estipite o pie es vestigial o desaparece,
pues ya no es necesario ni como punto Esta simple morfología esférica res-
de anclaje al sustrato (pues el carpóforo vi- ponde precisamente a los patrones
ve inmerso en un medio denso que le propor- biofísicos de estructuras naturales estáti-
ciona sujeción), ni como apéndice de elevación cas localizadas en medios homogéneos.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. ANATOMÍA, COMPOSICIÓN Y CICLO BIOLÓGICO 31
Peridio
Peridio
Gleba Gleba
(cámaras
(venas fér-
glebales)
tiles y este-
riles)
Peridios Glebas
Gleba
(cámaras
glebales
laberínticas)
32 ANATOMÍA, COMPOSICIÓN Y CICLO BIOLÓGICO Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía.
1 4
2 5
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. ANATOMÍA, COMPOSICIÓN Y CICLO BIOLÓGICO 33
2 4
3 5
34 ANATOMÍA, COMPOSICIÓN Y CICLO BIOLÓGICO Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía.
Diversidad de peridios
Diversidad de glebas
Peridios y glebas
Ascos y esporas
B. Moreno-Arroyo
Tuber nigrum: asco con cuatro esporas espinosas Hydnocystis clausa: ascos octopóricos
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. ANATOMÍA, COMPOSICIÓN Y CICLO BIOLÓGICO 39
Basidios y esporas
B. Moreno-Arroyo
1 4
2 5
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. ANATOMÍA, COMPOSICIÓN Y CICLO BIOLÓGICO 41
2 4
3 5
42 ANATOMÍA, COMPOSICIÓN Y CICLO BIOLÓGICO Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía.
Citología:
Esporas
A trece mil aumentos lo invisible
se transforma. Entramos en un
universo desconocido donde lo
microscópico incluso posee de-
talles y formas más pequeñas
aún. Detalles que son inconce-
bibles en estructuras tan peque-
ñas.
Las esporas son las estructuras
celulares fértiles de los hongos.
En las trufas la diversidad de or-
namentaciones esporales es muy
grande. Por lo general, las espo-
ras inmaduras son lisas (aunque
también existen algunas especies
con esporas lisas permanente-
mente). Cuando van maduran-
do, progresivamente adquieren
la ornamentación propia y ca-
racterística de la especie.
B. Moreno-Arroyo
Genea sphaerica f. lobulata: espora lisa junto a una espora madura ornamentada con espinas y verrugas
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. ANATOMÍA, COMPOSICIÓN Y CICLO BIOLÓGICO 43
(13.000 aumentos)
44 ANATOMÍA, COMPOSICIÓN Y CICLO BIOLÓGICO Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía.
Ascomicetos
10 µm 10 µm
1 µm 10 µm
1 µm 10 µm 10 µm
10 µm 10 µm 10 µm
10 µm 1 µm 10 µm
1 µm 10 µm 10 µm
Basidiomicetos
1 µm 10 µm
1 µm 1 µm
1 µm 1 µm 10 µm
1 µm 10 µm 1 µm
10 µm 10 µm 10 µm
10 µm 1 µm 1 µm
Composición:
componentes
nutricionales y minerales 2,3 metil 1 butanol
2 metil 1 propanol
Acido linolénico
Metil 3 propanal
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. ANATOMÍA, COMPOSICIÓN Y CICLO BIOLÓGICO 49
Componentes
minerales
Componentes nutricionales
Ciclo
biológico
para la dispersión
mus macrocarpum) por Trappe y Ma-
ser en 1976.
Una vez ingerida la trufa, el material no
digerible (las esporas) es defecado vía
heces en un lugar alejado de la zona
de consumo. Es fácil comprender así
A lo largo de la evolución, uno de los problemas que tuvieron que resolver estos orga- el eficaz vehículo dispersador que su-
nismos hipogeos fue el de la dispersión. Estos hongos no pueden dispersar sus esporas pone el animal para la trufa, y que la
como lo hacen “sus parientes”, los hongos epigeos, que desarrollan sus fructificaciones o eficacia de la dispersión de la trufa se-
setas sobre la tierra. Las setas utilizan fundamentalmente el viento como vehículo disper- rá mayor cuanto más poder de atrac-
sador (anemocoria). Las trufas han desarrollado un procedimiento diferente: la zooco- ción sea capaz de provocar sobre el
ria, que utiliza a los animales para la dispersión. Un procedimiento muy dirigido y eficaz animal.
que supone un gran gasto energético en la producción de elementos nutritivos y aro-
Se tiene constancia de que la atrac-
máticos. Estos aromas atraen a los animales micófagos, que las buscan y las consumen.
ción ejercida sobre los animales se
Algunos de estos animales presentan una micofagia estenófaga basada casi exclusiva-
debe en la mayoría de los casos a la
mente en hongos hipogeos, mientras que otros son oportunistas micófagos.
emisión de ciertas sustancias volátiles
Cuando un animal ingiere una trufa, en realidad también está ingiriendo los propágulos componentes del olor, que constitu-
fértiles microscópicos que han de dispersarse (las esporas). yen, además de una adaptación, una
importante característica taxonómica.
La vinculación zoocórica llega a ser tan estrecha que las esporas de muchas especies
de trufas están dotadas de una robusta pared pluriestratificada para resistir el ataque Algunos invertebrados y vertebrados,
de las enzimas digestivas de los animales idnófagos. En algunas trufas, el paso a través dotados de un buen olfato, están muy
del tracto digestivo del animal tiene la ventaja añadida de liberar las esporas del invo- especializados en la localización y dis-
lucro ascal. Probablemente, al pasar a través del tracto digestivo se activen las esporas, persión de este grupo de hongos.
J. Gómez
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. LA UNIÓN DE LOS TRES REINOS 55
Liodes
La especialización llega al extremo de que ciertas espe-
cies de invertebrados no pueden cumplir su propio ciclo
biológico sin que el adulto o la larva se nutran de la trufa.
En estos casos la coevolución es tal que hasta la propia
trufa reelabora un estrato peridial alrededor de la galería
de pene- tración del insecto68.
Dentro de los insectos parecen estar muy trufas en los meses
bien representados como micófagos los de enero y febrero,
dípteros, principalmente de las familias fundamentalmente. En
Mycetophilidae, Phoridae y Helomycidae. enero eclosionan los hue-
En esta última familia se incluyen varias es- vos de las primeras larvas y se
pecies de moscas que ponen sus huevos en desarrollan en tres estadios, finalizando
la tierra, encima de la trufa; a los 5-6 días esta fase larvaria a mitad de abril. En este mo-
de la puesta eclosionan y las larvas mento dejan de alimentarse quedando en fa-
se desplazan hasta introducirse en se de diapausa todo el verano hasta nin-
la trufa para alimentarse de ella. Es- fosear en noviembre6. Los liodes son tan
tas moscas se conocen como “mos- voraces que una trufa negra madura,
Imago de cas de la trufa” y agrupan a 8 espe- de 40 gr. de peso, puede ser consumi-
mosca de cies del género Suilla (=Helomyza). De da en 24 horas.
la trufa ellas, las especies Suilla fuscicornis, Sui-
lla gigantea y Suilla pallida (=Helomy- Otros invertebrados como las ter-
za tuberivora) son las más frecuentes mitas y los nemátodos se han en-
y podrían presentar dos generaciones contrado alimentándose de ciertas
por año ya que en el mes de marzo se especies de trufas en Andalucía. Se
pueden observar adultos en las truferas. han observado ejemplares de termi-
Estas especies son muy conocidas por los tas de la especie Kalotermes flavicollis
truficultores, pues a veces causan impor- alimentándose de una trufa de verano
tantes daños en las plantaciones de trufas. (Tuber aestivum) muy madura y aguje-
reada por estos isópteros. Los nemátodos,
En el caso de los coleópteros (escarabajos) se han y en concreto los pertenecientes al orden Ra-
encontrado estrechas relaciones entre diferentes espe- bdytida, son especialmente frecuentes en el in- Caracol de sierra
cies pertenecientes a los géneros Catapocertus, Talycra terior de los esporocarpos de las “trufas guisante” (Iberus
e Hydnobius, y distintas especies de hongos hipogeos de (Zygomycota) y gualtierianus
los géneros Barsia, Elaphomyces, Gautieria, Geopora, Hy- de las trufas del morfo alonensis)
menogaster, Hysterangium, Martellia, Rhizopogon y Zelle- género Hysteran-
romyces107. El caso más extremo de interrelación y espe- gium.
cificidad se cumple con un coleóptero (Agomun sp.) que
fue identificado como posible predador específico de Existen muchos
otro coleóptero del género Hydnobius que se alimenta otros invertebra-
del hongo Gautieria sp. 107. dos consumidores de
trufas, pero los citados ante-
En algunas especies de coleópteros como los liodes riormente, junto a los gasterópodos
(Liodes cinnamonae), tanto la larva como el adulto son terrestres (caracoles y babosas), son los
consumidores de trufas. Pueden observarse más importantes.
imagos alimentándose de trufas desde
noviembre hasta mayo, para lo Para que la dispersión de la especie sea efectiva,
cual realizan pequeñas ga- las esporas deben ser trasladadas a una cierta dis-
lerías internas de pe- tancia. Por tanto, la diseminación de las esporas por
netración de 3-4 mm la fauna del suelo queda limitada a lugares muy cer-
de diámetro. Realizan canos a la fructificación de la trufa, contrariamente
la puesta sobre las a lo que se puede constatar con los mamíferos.
Mamíferos
J. L. Castillo
también Ascomycota y Endogonales179,180.
Entre los mamíferos destacan los ciervos (Cervus elaphus
L. subsp. hispanicus Hilzheimer) y carnívoros como el zorro
(Vulpes vulves subsp. silacea Miller), en cuya dieta entran
los carpóforos hipogeos, que pueden representar una pro-
porción importante durante breves periodos de tiempo.
Los ciervos no parecen presentar buenas adaptaciones
para la búsqueda de las fructificaciones pero, a pesar de
ello, un género cosmopolita de trufas (Elaphomyces Nees),
recolectado también en Andalucía, adquiere su nombre
popular precisamente por ser buscado mediante peque-
ñas excavaciones por estos animales (Elaphomyces deriva
del griego elapho ∼ ciervo y myces ∼ hongo).
Pero tal vez, los animales más eficaces en la dispersión de
la trufa de los montes andaluces sean el jabalí (Sus scrofa
subsp. baeticus Thomas), el tejón (Meles meles subsp. ma-
rianensis Graells), el conejo de monte (Oryctolagus cuni-
culus subsp. algirus Loche) y la ardilla. Ellos buscan la trufa
ávidamente y trasladan sus propágulos a distancias ade-
cuadas; parecen sentir predilección por la trufa de vera-
no.
Aves
Pelo
radical
Arbúsculo Apresporio detectado micobiontes, y de ellas, sólo
Red de Hartig (Hifas intercelulares) en el caso del género Eucalyptus, son
también micobiontes alóctonos (Labyrin-
Esporocarpo
thomyces donkii, Hydnangium carneum,
Endomicorriza Ectomicorriza Descomyces albus e Hysterangium infla-
tum).
6. La trufa en el monte
mediterráneo andaluz
El monte mediterráneo andaluz, uno de los medios más
biodiversos de Europa, se presenta como un laboratorio
impresionante donde todo tiene sentido y justificación;
donde, más que en cualquier otro medio, todo hecho
está mediatizado por el anterior y es causa del siguiente;
donde, en definitiva, el concepto de “sucesión ecológi-
ca” se expresa en un dinamismo interactivo entre todas
las especies y en una competencia muy acusada entre
todos sus elementos.
B. Moreno-Arroyo
60 LA TRUFA EN EL MONTE MEDITERRÁNEO ANDALUZ Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía.
El suelo
La complejidad de tratar simultáneamente todos los las arcillas (arcillas rojas de descalcificación). El hie-
elementos constituyentes del monte mediterráneo y rro, junto al cobre, son dos elementos poco móviles
realizar una explicación dinámica y coordinada ha en medios calcáreos. Para movilizar estos cationes
sido la causa de que tratemos por separado el me- metálicos, los microorganismos del suelo son capa-
dio edáfico o suelo. ces de secretar quelatos. En la rizosfera abundan las
bacterias Pseudomonas fluorescens y P. putida que
El suelo constituye la interfase entre la parte viva y
excretan pigmentos
no viva de la litosfera y es el resultado, principalmen-
verdes fluorescen-
te, de la alteración de las rocas bajo la acción de
Pseudomonas fluorescens
tes (sideróforos) que
los vegetales y los factores climáticos.
quelatan al hierro
La importancia del suelo es capital para todos los or- férrico y lo ponen
ganismos del monte mediterráneo y especialmente a disposición de las
para las trufas. Tanto es así que la distribución de las raíces de las plan-
diferentes especies de trufas en Andalucía depen- tas y de los hongos.
de, en primera instancia, del pH de los suelos. Por Además, estas bac-
ejemplo, la trufa negra, la trufa de verano y la trufa terias fluorescentes
aterciopelada sólo se producen en suelos calizos de protegen las micorrizas de las trufas contra los hon-
pH básico, mientras que la turma de arena, la turma gos competidores.
de piel fina y la criadilla jarera sólo se desarrollan en
Cualquier otro componente del suelo puede ac-
sustratos de naturaleza ácida.
tuar, en determinados momentos, como factor li-
El suelo es el biotopo de los hongos hipogeos; sus mitante del desarrollo de ciertas especies. Así, el
cuerpos fructíferos se encuentran a escasa pro- micelio de T. melanosporum no se desarrolla a partir
fundidad, generalmente, en los primeros 15 cm. En de concentraciones de Cu intercambiable mayores
Andalucía, por regla general, cuando se trata de de 20 ppm, mientras que el de T. brumale continúa
suelos desarrollados sobre sustratos de naturaleza hasta 50 ppm261. En medios calcáreos los contenidos
básica, las fructificaciones se instalan en horizontes de Cu son menores que en medios ácidos arenosos
edáficos humíferos Ah, o justo en la intersección del o arcillosos. Todo esto influye en la distribución de las
A00 y el Ah. Cuando la naturaleza del sustrato es áci- distintas especies de trufas en Andalucía.
da o se trata de suelos esqueléticos, pobres además
Los estudios detallados de sitios productores y no
en materia orgánica, se ubican en el AC o en la in-
productores de trufa negra muestran que los suelos
tersección del A00 y el AC. En otras palabras, los car-
aptos para la producción de trufas negras presen-
póforos alcanzan su máximo desarrollo cerca de la
tan, generalmente, en horizonte de superficie (A):
interfase, entre la tierra húmica y la mineral. Una ca-
débiles contenidos en materia orgánica, una re-
racterística común a todos, excepto a los escasos
carbonatación neta y una fuerte macroporosidad
saprófitos y algún caso esporádico, es su ausencia
faunística; y en profundidad: un nivel de acumula-
en el horizonte edáfico humífero A0, es decir, en el
ción de carbonato de calcio (k) no consolidado,
correspondiente a la hojarasca semidescompuesta
un horizonte con fuerte macroporosidad faunística
y poco compactada. Se ha podido verificar tam-
(Sbio) y un subsuelo calcáreo (C) drenado con posi-
bién que suelen fructificar mejor en un suelo suelto
bilidades de almacenamiento de agua38.
y aireado.
El conocimiento de la materia orgánica de los sue-
Cada especie de trufa tiene unos requerimientos
los es fundamental para evaluar la potencialidad
edáficos muy particulares. La trufa negra necesita
trufera de los mismos.
desarrollarse en un suelo aireado para realizar sus
transformaciones metabólicas. Tiene necesidades La materia orgánica de los suelos de origen vege-
importantes en hierro, elemento abundante en los tal está constituida por tres grupos fundamentales
suelos rojos bajo la forma de hidróxidos de hierro de compuestos carbonados: 1) los polisacáridos y
más o menos hidratados y fuertemente ligados a la celulosa, 2) las ligninas, y 3) los metabolitos nitro-
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. LA TRUFA EN EL MONTE MEDITERRÁNEO ANDALUZ 61
genados. Una parte de estos productos es oxidada en gas El contenido en materia orgánica está también rela-
carbónico, otra es transformada por los microorganismos cionado con la actividad microbiana y enzimática del
del suelo (bacterias, hongos y protozoos) y una última par- suelo.
te es lentamente descompuesta, constituyendo las mate-
Los análisis de actividad enzimática muestran que los
rias orgánicas estables38.
suelos de trufa negra (T. melanosporum) y “trufa de pe-
La materia orgánica ligada a las arcillas juega un papel es- rro” (Tuber rufum) presentan niveles bajos de actividad
tructural en los suelos y asegura la fijación de los elementos microbiana, diferenciándolos de los suelos de otras es-
minerales necesarios para los microorganismos y las raíces. pecies de trufas38. Por tanto, el análisis de la actividad
La distribución de la materia orgánica en las diferentes cla- enzimática de un suelo puede ofrecernos información
ses granulométricas del suelo es, pues, indispensable para sobre la potencialidad de este para repoblarse con dis-
evaluar el medio edáfico38. tintas especies de trufas.
B. Moreno-Arroyo
Micelio y raíces
micorrizadas
Continuidad de capas
Galerías de
lombrices
Galerías de
lombrices
Precipitación
caliza
Roca madre fracturada y porosa
cies de trufas nos puede servir como indicio del medio adecua-
La vegetación y la do para localizarlas.
Para explicar este fenómeno, hemos partido de cero en la su-
sucesión micológica cesión ecológica andaluza. Esta situación inicial puede estar
representada por una catástrofe natural (incendio, etc.) o por
una acción antrópica, por ejemplo, una zona roturada sobre la
que se asienta un cultivo. Ayudaría a comprender el proceso,
conocer, desde un principio, hacia qué situación final nos diri-
El suelo es el agente sustentador y el que marca la pauta a se- gimos.
guir por el resto del ecosistema. Las plantas, hongos, animales y
microorganismos que van colonizando el suelo, lo modifican y Estas zonas agrícolas abandonadas a las que nos hemos referi-
preparan para que acoja a nuevos organismos. Todo ello en el do se encuentran dentro del dominio potencial de los bosques
marco de la sucesión ecológica. esclerófilos-perennifolios (Quercus ilex subsp. ballota, Olea euro-
paea), pinares xerófilos (Pinus sps) y, en algunos casos matorra-
La vegetación del monte mediterráneo andaluz se asocia con les permanentes: coscojares, (Quercus coccifera), palmitares
todo un conjunto de hongos micorrizógenos, que constituyen (Chamaerops humilis), areales (Zizyphus lotus), etc.
el “cortejo fúngico” de esta vegetación. Estas asociaciones
Vamos a tomar dos ejemplos ilustrativos de dos situaciones
son dinámicas, es decir, se suceden a lo largo del tiempo sobre
análogas en dos territorios de Andalucía diferentes: Andalucía
el sistema radical de la comunidad vegetal existente en cada
oriental y Andalucía occidental.
momento. Después de varios años, el sistema radical de un ár-
bol se asemeja a un auténtico mosaico de micorrizas de dife-
rentes especies fúngicas.
Las trufas tienen perfectamente definido su espacio y su tiempo
a lo largo del fenómeno de la sucesión ecológica. Aparecen
en un momento preciso de la evolución del monte mediterrá-
neo y en un espacio concreto muy bien delimitado. Son el re-
sultado de una serie de procesos biológicos previos creados por
los vegetales, los animales, las bacterias y los propios hongos.
En general, en la evolución sucesional micológica del bosque
mediterráneo se observa, desde el inicio, un incremento pro-
gresivo de la biodiversidad micológica hasta alcanzar un cier-
to estado de madurez del medio. En un primer momento los
hongos micorrizógenos son preponderantes, y posteriormente,
cuando el bosque está más maduro y existen más restos vege-
tales, además de un mayor grado de umbría -por la mayor co-
bertura de los árboles-, esta preponderancia se desplaza hacia
los hongos saprobios, descomponedores de la materia orgáni-
ca que contribuyen a la mineralización y reciclaje de esta ma-
teria muerta. Las micorrizas no tienen tanto sentido en un me-
dio más húmedo con gran contenido de materia orgánica, de
forma que los hongos micorrícicos son desplazados en buena
medida por los saprobios.
Los hongos hipogeos o trufas son los micorrícicos por excelen-
cia. Por tanto, a priori, podemos considerar que se trata de es-
pecies propias de un estado sucesional intermedio, es decir, de
un estado de recuperación o degradación del bosque medite-
rráneo andaluz.
Cada especie de trufa es, asimismo, propia de una etapa y un
momento de la sucesión ecológica marcada por unas condi-
ciones ambientales muy características, y está asociada a una
B. Moreno-Arroyo
B. Moreno-Arroyo
laceum, H. almeriense) a las que se asocian dos trufas comesti-
bles: la turma o patata de tierra (Terfezia claveryi) y el monagri-
llo (Picoa lefebvrei).
Siguiendo la clasificación propuesta por SAN MIGUEL (2001) basa-
da en el Catálogo de las comunidades de plantas vasculares
de España y Portugal de RIVAS-MARTÍNEZ & al. (2001), podemos de-
cir que estas dos especies de hongos hipogeos forman parte das en el tipo D, correspondiente a pastos terofíticos con larga
de los pastos incluidos en el tipo C, correspondiente a pastos sequía estival y dominados por especies anuales.
xero-mesofíticos -con vivaces y anuales-, en los que se produce
Sea uno u otro, según se desprende de los análisis efectuados,
sequía estival y las especies vivaces dominantes son más o me-
se trata de pastos no nitrófilos, pobres en materia orgánica y de
nos xerófilas y terófitas. Pero, sobre todo, se encontrarían inclui-
carácter basófilo.
La clase que nos interesa en este caso, dentro de los pastos
terofíticos, es la correspondiente a los pastos no nitrófilos de la
clase Helianthemetea guttati, y dentro de ella, a los pastizales
eutróficos del orden Trachynietalia distachae. Estos pastos se
identifican por su carácter de pastizal estepario, pionero, con
herbáceas anuales de ciclo corto, y vegetación leñosa contro-
lada a diente por el ganado ovino, caprino o mixto. Destacan
las especies siguientes: Arenaria obtusiflora, Echinaria capitata,
Brachypodium distachyon, Vulpia unilateralis, Linum strictum,
Medicago minima, Polygala monspeliaca, Astragalus stella,
Scorpiurus muricatus, Plantago albicans, Stipa capensis, Vulpia
gypsophyla y Medicago truncatula.
En litosuelos de sustratos yesosos, y dentro de este mismo orden,
resulta especialmente interesante para el trabajo que nos ocu-
pa, la alianza Sedo-Crenopsion gypsophilae, que comprende
B. Moreno-Arroyo
ejemplares jóvenes de carrascas (Q. ilex subsp. ballota), pinos las condiciones microclimáticas, que van a favorecer la fructifi-
(Pinus sp.), etc. Por ello, en el mediterráneo, este tipo de pastos cación preferencial de una de las especies presentes268.
se localizan, de forma muy disyunta y teselada, sobre litologías
ricas en bases. Es el momento en el que desaparecen las ter- En Andalucía occidental la situación de partida podría
fezias y picoas, y aparecen las especies más precoces propias haber sido distinta: un cultivo de naranjos abandonado, o un in-
de este nuevo medio como la criadilla de tierra (Rhizopogon cendio, en una situación sobre sustratos oligotróficos, firmes, de
sps.) y la trufa tintada (Melanogaster sps.). los pisos termo y mesomediterráneo, donde a continuación se
instalan pastos del orden Helianthemion guttati.
Posteriormente, en un estado de micorrización intermedio,
aparece la trufa de verano (Tuber aestivum) y la trufa negra Estos pastos son de carácter pionero y pueden ser considerados
(Tuber nigrum = T. melanosporum). Este es el momento corres- vicariantes del orden Trachynietalia distachae ya citado ante-
pondiente a un medio semiabierto denominado garriga, don- riormente para el caso de Andalucía oriental. Tanto este orden
de la vegetación xerotermófila es dominante y se caracteriza como las categorías taxonómicas de rango superior (alianza y
por la presencia de las siguientes especies: “uñas de gato” (Se- clase) hacen referencia a una herbácea de gran interés pa-
dum sp.), tomillo (Thymus sp.), aladierno (Rhamnus alaternus), ra las trufas, la Xolantha guttata (= Helianthemum guttati). Esta
espino negro (Rhamnus lycioides subsp. oleoides), lavanda (La- planta es conocida a nivel popular como “hierba turmera” o
vandula sp.), boj (Buxus sempervirens), jara (Cistus cotoneus), “madre de la criadilla” por su asociación a la criadilla de tierra
enebro (Juniperus oxycedrus y J. communis), cerezo de Santa o turma (Terfezia arenaria y Terfezia leptoderma), con la que es-
Lucía (Prunus mahaleb) y sobre todo las especies con las que tablece simbiosis micorrícicas. Hablamos de dos hipogeos pro-
micorriza la trufa negra, esto es, la encina (Quercus ilex subsp. pios de un estado de micorrización pionero.
ballota), el quejigo (Q. faginea) y la coscoja (Q. coccifera) fun- Nos encontramos ahora en los pastos de Sierra Morena o de
damentalmente. los montes de Cádiz, Córdoba Huelva y Sevilla. Cuando estos
evolucionan a un estado más avanzado y comienza a apare-
Antes de la aparición de los primeros carpóforos de trufa negra
cer el jaral acidófilo, propio de estos sustratos (Cistus ladanifer,
se requiere que el medio se haya acidificado lo necesario. Esta
C. monspeliensis, C. salvifolius, C. crispus, etc.), aparecen trufas
transformación no la puede hacer la trufa negra por sí sola, ya
comestibles como la criadilla jarera (Choiromyces gangliformis)
que sintetiza muy pocas cantidades de ácidos orgánicos. La
y la turma rosa (Delastria rosea); también otras no comestibles
acidificación del medio lleva varios años y la efectúan otras se-
como Hysterangium clathroides y otras especies del mismo gé-
tas o basidiomicetos epigeos y las bacterias.
nero.
Paulatinamente, y conforme la propia trufa va modificando su
En un estado más próximo a la situación clímax, por ejemplo
propio medio, éste se convierte ahora en el medio adecuado
en un pinar de zonas arenosas del Parque Natural de Doñana,
para nuevas especies de trufas, de hongos, de plantas y de ani-
aparecen diversas especies de “criadillas de pino” (Rhizopogon
males. En fases más tardías de la sucesión, en momentos pos-
roseolus y R. luteolus) y finalmente la “trufa gibosa” (Tuber oli-
teriores a la evolución del sistema boscoso cercanos al clímax gospermum).
del encinar andaluz, aparecen otros hongos hipogeos, como la
“trufa de perro” (T. rufum), y después la “trufa aterciopelada” El equilibrio dinámico del monte mediterráneo andaluz puede
(Tuber panniferum) y las “geneas”, particularmente en Anda- romperse y ser deteriorado gravemente bajo determinadas cir-
lucía, la Genea sphaerica f. lobulata, un taxón citado por pri- cunstancias, pero igualmente puede reiniciar de nuevo esta in-
mera vez para la ciencia en los Parques Naturales de las Sierras teresante dinámica ecosistémica. Sólo bajo determinadas cir-
Subbéticas y Sierra Mágina, en el año 1998. cunstancias antrópicas relacionadas con el uso de pesticidas
y fungicidas, o con un laboreo inadecuado del suelo, el empo-
Las especies se distribuyen el territorio no sólo en el tiempo, sino brecimiento micológico puede ser muy intenso y llegar a des-
también en el espacio: la trufa de invierno (T. brumale) fructifica aparecer, lo que conllevaría una degradación del medio hasta
en zonas soleadas, bajo cobertura herbácea y lejos de la copa el punto de quedar muy retrasada la cobertura vegetal nece-
del árbol, así como en lugares umbríos y húmedos, donde se saria para evitar los fuertes procesos erosivos a los que algunas
acumula la materia orgánica (restos de hojas) a menudo arro- zonas de Andalucía se ven sometidas.
pada por la hierba. La trufa negra (T. melanosporum) fructifica
en los sectores soleados, sin cobertura herbácea y más secos
que T. brumale. En las zonas donde se recolecta trufa de invier-
no, el suelo es más oscuro y más rico en materia orgánica. Es,
en consecuencia, más húmedo. En las zonas de trufa negra el
suelo es más claro y más pobre en materia orgánica268. No obs-
tante, hasta la fecha no se ha citado a la trufa de invierno (Tu-
ber brumale) en Andalucía.
B. Moreno-Arroyo
B. Moreno-Arroyo
B. Moreno-Arroyo
B. Moreno-Arroyo
anécicas, que circulan verticalmente y se refugian en la pro- aireación gracias a la creación de galerías de circulación y
fundidad durante los periodos secos, juegan un papel funda- remontando las partículas calcáreas a la superficie268.
mental en el comportamiento hídrico del suelo, favoreciendo
Otra especie que se desarrolla en los suelos productores
su porosidad. Las lombrices epi-endogeas, que reptan en la su-
de trufa negra, citada por CALLOT, es la cigarra. Nosotros la
perficie y circulan en la proximidad de la trufa, intervienen más hemos encontrado habitualmente en estas zonas, y hemos
directamente en su desarrollo, mediante la aireación del suelo visto el casi milagroso fenómeno de transformación de la
superficial. Estas lombrices son atraídas por las deyecciones de última muda de pupa hacia imago. Resulta curioso el pa-
los organismos citados anteriormente, que ellas incorporan a ralelismo entre trufa y cigarra. La trufa negra tarda en fruc-
su tubo digestivo con partículas minerales calcáreas y arcillas. tificar, de forma natural, entre 10 y 15 años después de la
Estas nuevas heces forman microagregados estables, ricos en micorrización. A continuación la extrae el jabalí, la consu-
elementos nutritivos y con una fuerte capacidad de retención me y excreta sus propágulos reproductores para iniciar un
en agua que la trufa puede utilizar. Por otra parte, los formícidos nuevo ciclo. La cigarra permanece bajo tierra en diversos
(hormigas) abundan en las tierras secas donde se desarrollan estadios larvales durante 15 años y emerge para la gran
los carpóforos de distintas especies de trufas, favoreciendo la transformación alada, reproducirse en pocos días y morir.
J. Gómez
Consiste en una auténtica caza de un organismo inmóvil. Esta En Andalucía la búsqueda con estos animales está prohibida
caza se inicia a primeras horas de la mañana, al rayar el sol. desde el año 2005 y sólo puede usarse este método por razones
Debe de ser así porque algunas especies, como la trufa de ve- de investigación, conservación y Educación Ambiental, bajo
rano, fructifican en periodo de intenso calor. A mediodía, en unos condicionantes específicos indicados en las autorizacio-
Andalucía, a pleno sol, con 40º a la sombra, el perro no puede nes correspondientes.
desarrollar su función. Perro y dueño deben estar muy compe- De cualquier forma, el éxito de la búsqueda estará íntimamen-
netrados. El perro debe quedar siempre al alcance de la vista te ligado a la maestría y buen hacer de su adiestrador.
de su dueño. Cuando detecta con su desarrollado olfato la tru-
fa, señalará de alguna manera su presencia y el dueño deberá
entender perfectamente lo que le indica su perro. La señal sue-
le consistir en un intento de sacar la trufa escarbando con sus
patas delanteras. El dueño continúa el trabajo del perro ayuda-
do de un machete trufero, haciendo un pequeño hoyo hasta
encontrar la trufa. La extrae, la da a su perro para que la huela
y le ofrece una recompensa que consiste generalmente en un
trozo de carne o preparado alimenticio que le agrade. La trufa
será introducida en el zurrón y la búsqueda continuará.
Cualquier perro, de cualquier raza y de cualquier cruce puede
servir. Incluso los denominados despectivamente “chuchos”,
por ser el resultado de varios cruces aleatorios entre razas, no
dirigidos por la mano del hombre, pueden ser a veces los me-
jores buscadores. En cualquier caso, el perro debe tener varias
características importantes para este trabajo: buen olfato, no-
bleza, e insistencia en la búsqueda. En este punto, debemos in-
dicar que siempre resultan más eficientes los perros de razas au-
tóctonas, ya que se encuentran más adaptados a este medio.
Búsqueda con jabalí para fines científicos (1995).
Plantas indicadoras
Por lo general las micorrizas no son muy específicas. Es decir,
una misma especie de trufa puede micorrizar con varias espe-
cies vegetales, y una misma especie vegetal puede micorrizar
con innumerables especies de trufas.
Sin embargo, a veces, existe una gran especificidad entre plan-
ta y hongo. En estos casos, si sabemos identificar con facilidad
la planta, y conocemos el periodo de fructificación de la trufa,
B. Moreno-Arroyo
podremos encontrarla. Por ejemplo, las trufas del desierto o tur-
mas se asocian a diversas cistáceas. El caso más típico y cono-
cido es el de la “hierba turmera” (Xolantha guttata = Tuberaria
guttata) que se asocia micorrícicamente a la turma de arena
(Terfezia arenaria); llega a ser tan conocida esta asociación a
nivel popular que en algunas zonas donde se recolecta existe Plantago albicans
el dicho:
Otras plantas, como Plantago albicans, pueden ser considera-
das como especies indicadoras de presencia de turma (Terfezia
Hierba turmera claveryi) y monagrillo (Picoa lefebvrei), aunque no constituyan
simbiosis micorrícicas. En realidad su presencia debe obedecer
dadme la compañera a similares requerimientos de hábitats que las simbiosis Helian-
themum-Terfezia y Helianthemum-Picoa.
Para la turma, el buscador se puede ayudar del “pincho”, una
vara o bastón rematado en una terminación metálica delgada
de unos 15 cm de longitud, que dejándolo caer sobre la tie-
rra sin cesar, delatará a la turma si, en una de las ocasiones, al
intentar extraer el pincho, ofrece mayor resistencia por haber
quedado ligeramente atrapado entre su gleba.
B. Moreno-Arroyo
B. Moreno-Arroyo
El quemado El futuro.
Algunas trufas, como la trufa negra (Tuber nigrum) y la trufa Las máquinas
de verano (T. aestivum), mantienen una interacción “negati-
va” con otras especies vegetales diferentes a las que están
asociadas, de forma que cuando constituyen micorriza con buscadoras
un fitobionte, el micelio de la trufa puede comportarse como
patógeno de otras plantas y formar los quemados. El quemado
es una zona donde la cobertura herbácea desaparece como
compiten con los
consecuencia de la acción fitotóxica del micelio.
Distintos autores han demostrado que la germinación de semi- perros
llas de plantas puede ser fuertemente inhibida por los extractos
de trufas, ratificando lo expresado anteriormente100. Las veloci-
dades de aparición y de extensión de los quemados son muy
Puesto que, al fin y al cabo, el aroma está constituido por dimi-
variables y dependen de las especies arbóreas y de los terre-
nutas partículas físicas volátiles, sería lógico pensar en un apa-
nos. Ciertos quemados pueden desarrollarse sobre superficies
rato electrónico que detectase los componentes aromáticos
impresionantes de varias decenas de metros de diámetro. El
frente de progresión de los quemados de trufa negra, por ejem- fundamentales de la trufa para poder localizarla. Talou, Delmas
plo, se desplaza alrededor de 10 cm por año. El periodo activo y Gaset, en 1987, en colaboración con la Universidad de Man-
de extensión tiene lugar generalmente en primavera. La exten- chester han puesto a punto este aparato electrónico capaz de
sión del quemado no está en relación con las partes aéreas del detectar los aromas de la trufa. ¿Reemplazará al perro? Más
árbol, pero sí con la actividad del sistema radical. bien serán complementarios, ya que a la producción trufera
como tal se suma el micoturismo al que hemos dedicado un
En Andalucía, los quemados suelen ser muy notables en cier-
apartado. De igual forma que en la actividad cinegética no
tas especies del género Tuber, así como en Genea sphaerica
se ha prescindido de los perros, en esta nueva actividad de la
subsp. lobulata y Fischerula macrospora. Según las especies de
“caza de la trufa”, el perro será uno de los protagonistas prin-
trufas los quemados son diferentes: a veces están muy desarro-
llados, con un frente de extensión neto como en T. aestivum, o cipales en las “monterías trufícolas”. Además, un buen perro
totalmente ausentes como en otras especies de trufas que tole- difícilmente será reemplazable. Conocemos a muchos suma-
ran la presencia de una cobertura herbácea. mente efectivos que van directos a la trufa y obtienen un 100%
de éxitos con una rapidez asombrosa. Tardarán mucho aún las
Si conocemos los distintos quemados producidos por las dife- máquinas en poder superar esta diligencia y precisión.
rentes especies de trufas, podremos localizarlas con mayor éxi-
to.
No obstante, la presencia de quemado no es condición sufi-
ciente para que existan trufas. Las micorrizas de diferentes es-
pecies de trufas están presentes tanto fuera como dentro de
los quemados. La presencia de micorrizas de trufa tampoco es
por tanto un elemento suficiente para explicar la presencia de
quemados. Además, existen muchos otros hongos (setas), que
también producen quemados y que pueden desconcertarnos
en la búsqueda. Hay que saber diferenciar bien el quemado de
la especie que buscamos, y ello exige mucha experiencia.
B. Moreno-Arroyo
En los últimos años comienzan a diseñarse máquinas detectoras de las sustancias volátiles emi-
Quemado de trufa de verano en una encina. tidas por las trufas.
9. El cultivo de la trufa:
armonía entre naturaleza
y economía
La naturaleza está de suerte. No se pueden cultivar trufas sin cultivar
al mismo tiempo plantas. La planta a la que se asocia la trufa y que la
“produce” con mayor calidad es la encina, la especie vegetal autócto-
na de mayor interés forestal en Andalucía, y la especie arbórea básica
del monte mediterráneo andaluz.
Historia de la truficultura
desarrollo de un sistema de cultivo
muy particular denominado trufi-
cultura.
Las especies sobre las que actual-
mente se desarrolla la truficultura
son la trufa negra (la de más va-
Todo comenzó alrededor de 1810, Esta forma de cultivo empieza a
lor), la trufa de invierno y la trufa
en la localidad francesa de Vau- decaer y los truficultores centra-
de verano. También en los últimos
cluse, cuando el agricultor y bus- ron su atención en la selección
años se están cultivando las de-
cador de trufas Jean Talon inició del material vegetal, que parecía
nominadas trufas del desierto (es-
un nuevo y rudimentario tipo de una alternativa fácil para solucio-
pecies del género Terfezia, funda-
cultivo. Talon sembró bellotas en nar los problemas sobre una base
mentalmente), y, en particular, la
sus tierras y pocos años más tarde científica38.
turma o patata de tierra (Terfezia
recolectó trufas negras bajo las
claveryi). La técnica de la micorrización, ya
encinas que allí se desarrollaron.
La dificultad de la truficultura radi- Más de medio siglo más tarde, a descrita a finales del siglo XIX, no
ca en que la trufa no puede culti- partir de 1882, las trufas silvestres comienza a difundirse hasta me-
varse por sí sola, sino que necesita españolas se exportaban a Fran- diados de los años 70. Los viveros
del concurso de plantas y anima- cia73. Por entonces, aún no se ha- empiezan a crear plantas mico-
les. Es decir, para cultivar trufa, bían encontrado trufas en Anda- rrizadas, lo cual permite que la
lucía, y todavía se tardaría mucho entrada en producción sea más
simultáneamente o incluso de
tiempo en conocerse por aquí a rápida. Dada la heterogeneidad
forma previa, hay que cultivar la
este hongo silvestre y su rentabili- e impredecibilidad de los facto-
planta a cuyas raíces se incorpo-
dad. A partir de aquel momento res ambientales del monte medi-
rará el hongo productor de trufas.
se produce un fuerte aumento en terráneo, muchos problemas de
Posteriormente, para su recolec-
la producción de trufa negra has- adaptación de este nuevo tipo
ción, hay que valerse de anima-
ta principios del siglo XX, con una de plantas aún no se han resuel-
les adiestrados con este fin (perros
recolección anual de trufa negra to.
principalmente).
en torno a las 1.000 toneladas38. A pesar de ello, se inician nue-
La truficultura consiste básicamen-
Una economía rural respetuosa vos procedimientos: tratamientos
te en sembrar semillas de la planta
con las necesidades vitales de fitosanitarios, herbicidas, podas,
huésped adecuada (encina, que-
estos hongos hipogeos es la ba- dispositivos permanentes de irri-
jigo, avellano, jarilla, etc.) y mico-
se sobre la que se asienta la pro- gación, que no evitan que en
rrizar a dicha planta mediante la
ducción trufera265. La repoblación muchas ocasiones no se obten-
inoculación del hongo en sus raí-
de estas zonas truferas se hacía a gan los resultados esperados, y
ces. Este proceso de micorrización
través de la siembra de trozos de sea necesario volver la mirada
ha sido durante largo tiempo un
trufas y bellotas truferas83. Poco a atrás para encontrar los errores
secreto comercial que en los últi-
poco se fueron utilizando nuevos cometidos con estos tratamien-
mos años comienza a ser difundi-
métodos de cultivo recomenda- tos. Hoy, en 2005, contando inclu-
do. Por ello, y por el valor en sí de
dos por los científicos. so con las nuevas plantaciones, la
la trufa de la cual se extraen las es-
producción trufera no sobrepasa
poras para la inoculación, el pre- Tras la destrucción de las viñas las 10 ó 50 toneladas de las 1.000
cio de la planta micorrizada es co- francesas por la Phyloxera, estos constatadas a principios del siglo
mo mínimo veinte veces superior campos abandonados se usa- XX.
al de una planta sin micorrizar. ron para la plantación de truferas
artificiales que incrementaban la En Andalucía, las primeras plan-
Por ejemplo, una vez plantada la
producción natural de aquellos taciones de trufa negra se produ-
encina micorrizada, y si el medio
tiempos. cen a finales de la década de los
es el adecuado, las primeras trufas
80 y principios de los 90, cuando
negras, de invierno o de verano, La truficultura va adquiriendo po- el IARA (Instituto Andaluz de Re-
tardarán entre 7 y 15 años en fruc- co a poco los métodos de cultivo forma Agraria) de la Consejería
tificar. Sin embargo, para el caso propios de la fruticultura, simplifi- de Agricultura y Pesca de la Jun-
de las trufas del desierto (turmas cándose su cultivo175, e incorpo- ta de Andalucía realiza peque-
o patatas de tierra), el periodo rando una mecanización que se ñas plantaciones experimentales
de fructificación es mucho menor dejará sentir en su producción. de no más de 10 hectáreas en
(entre 1 y 3 años), siendo también
su valor económico bastante más
reducido.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. EL CULTIVO DE LA TRUFA 83
J. Gómez y B. Moreno-Arroyo
las provincias de Granada y Jaén.
Estas plantaciones sin embargo
serán abandonadas casi desde
el inicio. Cuando en el año 2001
la Consejería de Medio Ambien-
te de la Junta de Andalucía pone
en marcha el Plan Cussta (Plan de
Conservación y Uso Sostenible de
las Setas y Trufas de Andalucía),
una de las actividades prioritarias
fue conocer el estado de aque-
llas plantaciones realizadas una
década antes. Los estudios dieron
como resultado una tasa de mico-
rrización con Tuber melanosporum
muy baja, casi nula.
Hasta el año 2003 no se producen
las siguientes plantaciones de tru-
fa negra, de la mano, esta vez, de
la Consejería de Medio Ambiente
en el marco del Plan Cussta. En
esta ocasión, vanliéndonos de los
nuevos conocimientos, se intentan
evitar los errores de las anteriores
plantaciones. Son 28,55 has. dis-
tribuidas también en las provin-
cias de Jaén y Granada, aunque
ahora la perspectiva es diferente
ya que están enfocadas más a un
reforzamiento de las poblaciones
silvestres, que a un cultivo cuyo fin
sea la producción para la comer-
cialización.
En ese mismo año se realiza la pri-
mera plantación privada de trufa
negra por un propietario de tierras
en el Parque Natural de las Sierras
Subbéticas (Córdoba).
Surgen además las primeras ayu-
das oficiales de la Consejería de
Medio Ambiente para la implan-
tación de trufa negra y trufa de
verano (ORDEN de 7 de mayo de
2004, por la que se establecen las
bases reguladoras para la conce-
sión de subvenciones para la con-
servación y mejora de las especies
silvestres y sus hábitats, así como el
fomento y la gestión sostenible de
los recursos cinegéticos y se efec-
túa su convocatoria para el año
2004, BOJA núm. 101).
84 EL CULTIVO DE LA TRUFA Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía.
montes y una alternativa de futuro para los campos andalu- ser tratadas y micorrizadas en viveros especializados para estos
ces. fines.
Para conseguir el mayor éxito posible en la plantación de la tru-
fa hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:
1. Selección del emplazamiento y de la especie.
2. Micorrización.
3. Cuidados culturales.
económico, se ha de procurar que las especies beneficiosas Riegos y control hídrico. Los riegos han de administrarse
para la trufa, por insignificante que sea este beneficio, no des- también con gran precaución. Al día de hoy tampoco se co-
aparezcan. Algunas plantas conocidas en agricultura como nocen con fiabilidad los beneficios de los riegos. Existen resul-
“malas hierbas”, pueden actuar como “buenas hierbas” pa- tados contradictorios en diversas truferas de distintas regiones
ra la producción de trufas. Si cualquier planta extrae agua del e incluso de distintos países. Si las micorrizas son, en parte, una
suelo, sus raíces serán también capaces de transferir agua ha- adaptación evolutiva de hongos y plantas a ambientes semiá-
cia el suelo. Las zarzas, los ciruelos salvajes, la fetusca ovina, el ridos y áridos, un exceso de agua en el suelo podría eliminar
astrágalo o el afilanto de Montpellier son especies de enraiza- esta asociación mutualista. Si sabemos además que para el
miento profundo, capaces de rehidratar las capas superficiales desarrollo de los carpóforos se requieren un par de tormentas
del suelo y conservar mejor un medio más húmedo, favorable a veraniegas, deberemos, hasta que no se conozcan sus requeri-
la fauna del suelo y a la trufa. Por tanto, algunas especies vege- mientos hídricos exactos, simular en calidad, cantidad y fecha
tales no han de ser eliminadas de los medios donde se produce de realización las tormentas veraniegas propias de las zonas
truferas silvestres. En algunos lugares se ha comprobado que
trufa silvestre o donde se va a cultivar la trufa negra.
el “acolchado de paja” de las truferas puede doblar o triplicar
La presencia de una cobertura herbácea es siempre favorable la producción en zonas con escasas posibilidades de riego. La
al desarrollo de la trufa, pero es también un factor de compe- explicación está en que bajo la paja se produce un cambio
tencia por el agua en periodo estival. Será necesario pues ac- de humedad del suelo y un aumento de la actividad biológica
tuar con precaución en los tratamientos culturales sobre los her- (lombrices y hormigas en particular). La paja puede ser sustitui-
bazales y los aportes de agua en las truferas según las regiones. da por ramas secas que deben ser colocadas en el frente de
En ningún caso han de usarse herbicidas. progresión del quemado.
• Turma (Terfezia claveryi). tas especies, se ha concluido que la presencia del ganado
es habitual para crear los hábitats de estas turmas. Por ello, la
• Turma de arena (T. arenaria). conjunción de una carga ganadera adecuada junto a la con-
servación de estas especies, provocarían una producción signi-
• Turma de piel delgada (T. leptoderma).
ficativa de estos recursos silvestres.
• Turma rosada (Delastria rosea). Respecto a la distribución de las plantaciones de jarillas mico-
rrizadas, será importante seleccionar las zonas próximas a sus
• Turma blanca (Tuber asa). áreas potenciales de distribución natural, y aprovechar los cul-
• Turma de Trappe (Elaphomyces trappei). tivos abandonados, lindes de separación de parcelas, lomas
margoyesíferas, y otras tierras de cultivo marginales que en rea-
• Monagrillo (Picoa lefebvrei). lidad constituyen los hábitats adecuados para la turma. Se usa-
rán también en los bordes de las vías de comunicación para
• Criadilla jarera (Chioromyces gangliformis). estabilizar taludes, aunque en estos lugares no deben recolec-
tarse para su consumo pues se encontrarían contaminadas por
Recientemente se ha conseguido poner a punto la técnica de metales pesados procedentes de los vehículos.
micorrización y cultivo de la turma (Terfezia claveryi), habién-
dose realizado en el año 2003 en el Parque Natural de Sierra de
María-Los Vélez (Almería) la mayor plantación de jarilla alme-
riense (Helianthemum almeriense) micorrizada con turma (Ter-
fezia claveryi). Se trata de una plantación experimental de 975
plantas micorrizadas y distribuidas en una superficie de 0,7 has.
En los viveros de la Consejería de Medio Ambiente se ha pues-
to a punto esta técnica de micorrización con el asesoramiento
B. Moreno-Arroyo
del equipo de investigación de Honrubia de la Universidad de
Murcia. De esta forma, en la temporada 2005 se plantaron en
Andalucía 60.000 plantas micorrizadas, y en pocos años, será
ya habitual y rutinario plantar todas las temporadas las plantas
necesarias.
La investigación aplicada y las experimentaciones en los vive-
ros irán dirigidas a conseguir la micorrización de esta turma con
otras plantas huésped como Helianthemum salicifolium, H. le-
difolium, H. alypoides, H. violaceus, etc. Se intentará, asimismo,
micorrizar los huéspedes adecuados con el resto de las espe-
cies de trufas, cuya técnica es aún desconocida (Terfezia are-
naria y T. leptoderma con Xolantha guttata).
En una primera y básica caracterización del hábitat de es-
B. Moreno-Arroyo
B. Moreno-Arroyo
Fotografías: Plantación de jarilla almeriense (Helianthemum almeriense) micorrizada con turma (Terfezia claveryi) en el Parque Natural de Sierra de María-Los Vélez (Almería).
10. Conservación de las
trufas silvestres
Existen especies de trufas exclusivas o endémicas de Andalucía,
algunas de las cuales cuentan con escasos ejemplares y se en-
cuentran amenazadas. Son organismos de un enorme valor am-
biental y económico, muy sensibles a las alteraciones de su hábi-
tat y los aprovechamientos desordenados.
mente, por la conservación de los pastos en los que habitan. En avellano micorrizados con T. indicum, posiblemente no seamos
muchos de estos pastos no deberían realizarse repoblaciones conscientes de ello hasta que, después de 15 años, fructifiquen
que potenciasen la vegetación arbustiva o arbórea. las primeras trufas chinas, cuando el micelio ocupa el suelo y ya
es demasiado tarde para rectificar. Habremos estado invirtien-
8) Labores silvícolas de los montes: En general, las labo- do durante 15 años en cuidados y mantenimiento de una espe-
res silvícolas y tratamientos fitosanitarios de los terrenos foresta- cie de escaso valor comercial. Además, estas trufas vendidas
les no han tenido en cuenta las setas y trufas como parte impor- fraudulentamente pueden desconcertar al consumidor, que se
tante de los mismos. En ocasiones, dichas labores y tratamientos siente defraudado ante lo que él consideraba un manjar. Pero
han afectado negativamente a la presencia de setas y trufas. lo más importante es que no sabemos el alcance ambiental de
9) Desequilibrios ecológicos: Los desequilibrios ecológi- esta introducción: si desplazará o extinguirá otras especies au-
cos también han afectado negativamente a la comunidad tóctonas, si les transmitirá enfermedades o si en un nuevo me-
fúngica. Así, la explosión demográfica del jabalí en muchos dio, diferente al lugar de procedencia, modificará su modo de
lugares de Andalucía ha provocado levantamientos indiscrimi- vida simbiótico a parásito. Por desgracia, tenemos ejemplos de
nados del terreno mediante sus hozaduras, conducta que pro- todo ello en otras especies introducidas.
duce una alteración del micelio, afectando a todos los hábitat
y a todo tipo de hongos tanto epigeos (setas) como hipogeos
(trufas).
J. Gómez
tierras. ¿Cómo se dieron cuenta de la existencia de estas fruc- que en tiempos fu-
tificaciones? turos se produzca
un nuevo periodo
Por una parte, en algunas sierras de la provincia de Granada se de florecimiento de
presentaban algunos buscadores de trufas catalanes con sus la trufa como debió
perros “cazadores de trufas”, que despertaban la curiosidad de ocurrir en el pasado.
los lugareños (años 1968-1970). Más tarde llegaban a alquilar a Los usos del territorio
los dueños de estas tierras sus cortijos para pasar allí la tempo- y los modos de vida
rada, sin explicar el motivo ni la rentabilidad de aquello. Los an- han cambiado de
daluces, sin embargo, no tardaron en descubrir la rentabilidad forma irreversible.
de estas tareas. Preguntaban a los nuevos amigos por otros mé- Cortijo andaluz abandonado. Al fondo se ha desarrolla-
do una vegetación muy densa.
todos de búsqueda y aprendieron a buscar trufas usando “la
mosca de la trufa”. Los catalanes comenzaron así a comprar Aunque es cierto que los factores meteorológicos explican va-
las trufas a los andaluces pero a muy bajo precio (500 ptas./kg). riaciones interanuales de producción, estos cambios cuando
Con la “mosca” conseguían una media de 1 kg de trufa por hablamos de largos periodos de tiempo no pueden explicarse
día. En principio, llevaban las trufas recolectadas “con mosca” únicamente por efectos meteorológicos. En Francia, entre 1978
a Huesca. La primera venta realizada con este método con- y 1979 la producción de trufas pasó de 100 toneladas a 15. Este
sistió en 30 kg de trufas por las que se pagaron 75.000 ptas. (a cambio de producción fue consecuencia de dos años secos
2.500 ptas./kg puestas en Huesca, 2.000 ptas. más por cada kg (1976 y 1978), pero después la producción máxima raramente
de lo pagado sobre el terreno). Después comenzaron a buscar ha pasado de las 50 toneladas, a pesar de las nuevas planta-
la trufa con perro y era el intermediario catalán el que pasaba ciones. Si asumimos que la temperatura media ha aumentado
periódicamente durante la temporada a comprar las trufas en alrededor de 0,6ºC en los últimos 100 años y que en la zona
Andalucía. mediterránea hay periodos de sequía cada vez más largos, es-
También hubo algunos andaluces de los que emigraron a Ca- to resultaría desfavorable para el desarrollo de la trufa negra.
taluña o Castellón que aprendieron en estas regiones truferas el Si bien la pluviometría media no ha variado, las lluvias fuertes
método de búsqueda y, cuando regresaron a Andalucía, co- e intensas son cada vez más frecuentes, así como las inunda-
menzaron a buscar trufas por las Sierras de Jaén. ciones. En consecuencia, el agua penetra más difícilmente en
los suelos compactados. Los estudios sobre la evolución de las
Algo parecido ocurrió en la zona limítrofe de la provincia de Al- propiedades físicas y químicas de los suelos han revelado, efec-
bacete, fuera de Andalucía. tivamente, que el funcionamiento hídrico de los suelos ha cam-
El intermediario catalán aparecía todas las temporadas perió- biado en los últimos 20 años298. Las modificaciones tienen inci-
dicamente y realizaba su recorrido por estas provincias limítrofes dencias sobre el funcionamiento biológico del suelo y afectan
para comprar las trufas y venderlas a precios muy elevados. al desarrollo de la trufa, un hongo subterráneo.
Aunque los datos no son del todo fiables y nos encontramos en En otros casos, la aplicación de nuevos métodos de cultivo no
plena investigación, podríamos decir que los años 70 fueron los testados (fitosanitarios, herbicidas, talas, irrigación permanen-
años de oro de la trufa andaluza. En esta fecha se estima que te...), en detrimento de las prácticas empíricas de los antiguos
se podría producir más de 1.000 kg de trufa negra (Tuber mela- truficultores, podría haber propiciado el fracaso de las nuevas
nosporum) por temporada. plantaciones y perjudicar, más que favorecer, las produccio-
nes. El resultado final ha sido la dilución progresiva de la tradi-
El abandono de los campos andaluces propició que la vege- ción y el saber acumulado desde los albores de la truficultura.
tación natural fuera colonizando su antiguo territorio, en el fe- Por ello, actualmente, desde la Consejería de Medio Ambiente
nómeno conocido de sucesión ecológica. Los campos se ce- de la Junta de Andalucía es una prioridad iniciar la construc-
rraron bajo el dominio de los encinares densos, el microclima ción de este saber a partir de la observación y estudio de las
de los mismos cambió, se produjo una acumulación de humus truferas silvestres.
96 CONSERVACIÓN DE LAS TRUFAS SILVESTRES Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía.
Acción 4. Caracterización de los montes productores de trufas Acción 7. Creación de Zonas de Interés Micológico (ZIM) o mi-
en Andalucía croreservas de hongos. Se dividirán a su vez en Zonas de Reser-
va Micológica (ZRM) y Zonas de Aprovechamiento Micológico
La Consejería de Medio Ambiente inició en el año 2003 un pro- (ZAM)
yecto de localización, cartografiado y caracterización de los
En Europa parece que existe una tendencia a la reducción del
montes productores de trufas en Andalucía.
número de especies fúngicas, si bien, no está clara su causa y se
Este proyecto se refiere a las principales trufas comestibles, al requiere un mayor conocimiento sobre ello. No obstante, algu-
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. CONSERVACIÓN DE LAS TRUFAS SILVESTRES 97
nos hechos como la reducción de sus hábitats, son patentes y das en repoblaciones vegetales se hagan en base a un criterio
es necesario adoptar medidas al respecto, pues ya se conocen adecuado de distribución del territorio.
casos de especies aparentemente desaparecidas.
En consonancia con lo anterior, hoy está asumido que existen
Los esfuerzos deben dirigirse a la conservación de los hábitats. genotipos más adaptados a unos lugares que a otros. Estas
Sería interesante mantener ciertas zonas como reservorio de adaptaciones son climáticas, edáficas y en definitiva ambien-
hongos ante una eventual extinción por motivos que ahora tales. Usando los genotipos adecuados en cada territorio se
pueden escapar a nuestros conocimientos. En Andalucía exis- obtendrán más éxitos en estas labores. Todo ello debería ser re-
ten zonas de extensión variable que poseen una gran diversi- gulado mediante los sistemas de certificación y lugar de proce-
dad de setas y trufas, por lo que se pueden seleccionar zonas dencia de las plantas y hongos destinados a su plantación.
que presenten el máximo de biodiversidad y el mínimo de su-
perficie, con la finalidad de ejercer una protección intensa sin Se debería articular un procedimiento de certificaciones de ori-
afectar a demasiados propietarios. gen y lugares de procedencia de las plantas y hongos objeto
de plantación. Con este fin sería necesario instaurar métodos
En estas zonas habrían de estar representados la mayoría de de evaluación de la planta micorrizada.
ecosistemas andaluces, y deberían estar distribuidos por toda
Andalucía, de forma que esta repartición le confiriese estabi- En definitiva, para la implantación de nuevas truferas tanto el
lidad ante su conservación. Las zonas podrían ser selecciona- inóculo del hongo como la planta deberían tener un certificado
das, a ser posible, en montes públicos, gestionados íntegramen- de procedencia lo más próximo posible al lugar de plantación.
te por la Consejería de Medio Ambiente. Convendría utilizar las especies de trufas que se den de forma
natural en Andalucía para la reproducción artificial de truferas,
Acción 8. Uso de plantas micorrizadas con trufa en labores de tanto en las llevadas a cabo por la Junta de Andalucía como
restauración de la cubierta vegetal y control de la erosión en las de iniciativas privadas.
Las micorrizas aumentan la capacidad de absorción de agua La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía
y nutrientes (N y P) de las plantas, mejorando su calidad fisioló- ha iniciado estas labores entre los años 2003-2005 con la plan-
gica, disminuyendo la mortalidad tras el trasplante y aceleran- tación de 60.000 plantas de jarilla almeriense (Helianthemum
do el crecimiento inicial de la planta. Ante evidencias de este almeriense) micorrizada con turma o trufa del desierto (Terfezia
tipo, surge, como necesidad, aprovechar las potencialidades claveryi).
que los hongos hipogeos nos brindan de cara a la restauración
de la cubierta vegetal, especialmente de zonas semiáridas o de Estas especies son aptas para su plantación en terrenos agríco-
lugares donde el suelo se ha perdido y han desaparecido los mi- las abandonados, terrenos agrícolas marginales, lomas margo-
croorganismos. Esta actuación, además de producir beneficios yesíferas, lindes de fincas, etc., ofreciendo una alternativa de
ambientales, también produce beneficios económicos, al intro- futuro para estos terrenos que ocupan a veces grandes exten-
ducir, simultáneamente con las plantas, un recurso rentable. siones en Andalucía.
Si partimos de la base de que, de forma natural, casi todas las Acción 9. Gestión activa mediante una aplicación informática
especies arbóreas y arbustivas usadas en repoblaciones se en- creada al efecto, que incluye diversos controles establecidos
cuentran formando micorrizas, resultaría lógico que se intenta- en la normativa que regula la conservación y uso sostenible del
se reproducir esta situación. De esta manera, se aumentaría la recurso micológico
eficacia de las repoblaciones, del presupuesto invertido y ade- Esta aplicación informática fue creada por la Consejería de
más, en algunos años, se obtendría una cosecha natural que Medio Ambiente en el año 2003. Está constituida por dos mó-
de una u otra forma amortizaría los gastos de esta actividad. dulos. Uno de georeferenciación denominado Retama-Cussta,
La información adquirida con la acción dedicada al proyec- y otro, una base de datos denominada BD-Cussta. Ambas he-
to de “Caracterización de los montes productores de trufas en rramientas, que forman parte del Subsistema de Biodiversidad,
Andalucía” se aplicará para micorrizar en vivero las distintas es- son complementarias y permiten realizar innumerables informes
pecies vegetales con sus trufas asociadas y usarlas en labores sobre distribución y relación con diferentes factores bióticos y
de restauración de la cubierta vegetal. Asimismo, servirán para abióticos. Los informes pueden realizarse en base a innumera-
seleccionar los distintos territorios de Andalucía con potenciali- bles capas de información contenidas en estas aplicaciones in-
dades truferas, de forma que cuando se usen plantas micorriza- formáticas.
98 CONSERVACIÓN DE LAS TRUFAS SILVESTRES Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía.
Acción 10. Desarrollo de una normativa de hongos silvestres de nómicos: trufa de verano (Tuber aestivun) y trufa negra (T. me-
Andalucía lanosporum).
Todo lo comentado en anteriores párrafos ha de estar regulado De la primera, existen escasos datos y se desconoce con certe-
en una normativa adecuada que asegure la conservación y za su distribución y abundancia. Su existencia significa un gran
uso sostenible de las trufas de Andalucía. beneficio para las especies arbóreas con las que forma simbio-
sis. Hasta la fecha no se ha realizado ningún uso, ni comercial
Esta normativa debería contemplar como mínimo los siguientes
ni recreativo, de dicha especie, dado que no existe tradición al
aspectos:
respecto. Por tanto, la prohibición de su recolección en truferas
naturales no generaría ningún problema o conflicto social y sí
Buenas prácticas para la recolección de trufas comestibles
sería beneficioso para su conservación.
Por su parte, la trufa negra (T. melanosporum) presenta peculia-
Los hongos del género Tuber se deben localizar sólo y exclusiva-
ridades de distribución, calidad, escasez e interés científico que
mente con la ayuda de un perro debidamente adiestrado pa-
la hacen más importante aún. Sin embargo, su valor comercial
ra tal fin. Otros animales como el cerdo o jabalí pueden afectar
ha hecho que sí se exploten las truferas andaluzas en las que
negativamente, ya que destrozan los micelios de estos hongos.
se encuentran, aunque son escasas y recolectadas por muy
Los hongos de los géneros Terfezia, Choiromyces y Picoa se de-
pocos truferos (dos o tres personas). Ahí se podría continuar su
ben localizar preferiblemente mediante la observación de la
aprovechamiento; y en caso del hallazgo de nuevas truferas,
“cruz y montículo en tierra” y en su defecto con el “pincho”.
deberían ser usadas como inóculo para la implantación de
Como ya contempla la legislación nacional se considera impor- nuevas truferas sobre las que sí podrían desarrollarse nuevos
tante no usar, en la localización y extracción de hongos hipo- aprovechamientos.
geos del género Tuber, herramientas no aptas que supongan
Puesto que en Andalucía no existe tradición sobre la recolec-
el levantamiento indiscriminado del suelo; tales como hoces,
ción de Tuber aestivun ni T. melanosporum en truferas naturales
rastrillos, escardillas, azadas y, en general, herramientas con
y éstas son escasas, por el momento, no deberían contemplar-
ángulo. Por el mismo motivo no se debería realizar el rastrillado
se la recolección con fines recreativos de estas especies. Tan
manual o mecánico ni las cavadas.
sólo debería permitirse la recolección de las escasas truferas
La extracción de todos estos hongos hipogeos se tendría que de T. melanosporum que actualmente están siendo objeto de
hacer sólo y exclusivamente con la ayuda del machete trufero aprovechamiento. En general, las truferas naturales tendrían
o similar. que utilizarse para obtener inóculo dedicado a la implantación
de nuevas truferas sobre las que sí se podrían realizar aprove-
Debido a que la parte vegetativa o micelio de los hongos hipo- chamientos. Si estudios posteriores pusieran de manifiesto la via-
geos crece bajo tierra, éste se ve alterado y mermado con la bilidad medioambiental y socioeconómica de la recolección
aireación del terreno así como con la insolación. Es perjudicial, de T. aestivum silvestre, se debería actuar en consecuencia.
por tanto, que cuando se realice un hoyo para la extracción
de la trufa éste se deje destapado y el terreno, que puede te-
Emplazamiento de las nuevas truferas implantadas en terrenos
ner micelio, quede esparcido a su alrededor. Se deben tapar
forestales
los hoyos con la misma tierra extraída para evitar que la parte
vegetativa del hongo se altere excesivamente.
Tras la recolección de especies del género Tuber, Terfezia, Por sus características geográficas y climáticas, en Andalucía
Choiromyces y Picoa o de cualquier hongo hipogeo, el terreno existen pocos lugares que reúnan las condiciones necesarias
para que se produzca Tuber melanosporum de forma natural.
Uso de truferas naturales de trufa negra (Tuber melanosporum) Cada vez son menos frecuentes las tormentas de verano, re-
y trufa de verano (T. aestivum) para la conservación de estas querimiento muy importante para estas especies. Por ello, la
especies bibliografía existente sobre el cultivo de Tuber melanosporum
contempla el riego en verano como condición para conseguir
una producción rentable. Sin embargo, Tuber aestivum parece
Son dos las especies del género Tuber que actualmente pue- que no necesita de forma fundamental que se dé esta circuns-
den ser objeto de recolección en Andalucía con fines gastro- tancia climática.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. CONSERVACIÓN DE LAS TRUFAS SILVESTRES 99
Una faceta importante en la sostenibilidad de los recursos na- de limitar la duración de la campaña, previo estudios técnicos
turales se basa en aprovechar y producir cada especie en su y científicos.
medio, es decir, en procurar un uso y una distribución ordenada
Si la recolección pudiera poner en peligro la persistencia de las
en función de los requerimientos de las especies. De esta forma
especies de trufa en una determinada zona, se debería restrin-
se evitan patologías, riegos adicionales y otros costes derivados
gir la recolección a unos días determinados de la semana o in-
de la no adaptación de la especie a la zona donde se instala.
cluso prohibirla.
Por tanto, se debería usar Tuber aestivum o cualquier otra espe-
cie autóctona adaptada a Andalucía y sólo Tuber melanospo- Control de especies exóticas
rum en los lugares que reúnan los requerimientos naturales que
éstas necesitan.
En terrenos forestales la implantación de truferas necesita un es- Si se permite tanto la tenencia como el transporte de trufas
tudio previo de la adecuación de la especie a la zona conside- alóctonas en fresco, se podría disponer fácilmente de mate-
rada. En base a este estudio se elegirá la especie de trufa que rial muy barato para producir la planta micorrizada a partir de
mejor se ajuste a las condiciones ecológicas del lugar elegido. inóculo de trufas chinas o asiáticas. Esto tendría consecuencias
ecológicas muy negativas pues se estarían introduciendo estas
trufas en el medio natural.
Marco especial de protección para la trufa negra (Tuber me-
lanosporum) Paralelamente, si se comete este fraude, podrían producirse
consecuencias económicas muy negativas ya que desde que
se coloca la planta micorrizada, presuntamente con Tuber me-
En realidad, como consecuencia del descenso de producción lanosporum, hasta que comienza la producción, han transcurri-
durante el siglo pasado, podría considerarse que la trufa negra do al menos 8 años de media, momento en el que el truficultor
(T. melanosporum) es una especie amenazada con una ten- comprueba que su producto no es Tuber melanosporum y que
dencia de sus poblaciones a la extinción. el valor del mismo es una décima parte de lo esperado.
En Andalucía esto cobra mayor importancia al constituir esta El tema es grave y urge tomar medidas adecuadas de protec-
región el límite más meridional del área de distribución más me- ción impediendo tanto el comercio como la tenencia en fresco
ridional de la trufa negra. La gran calidad de la trufa andaluza (a excepción de la investigación) de hongos hipogeos y plan-
y la escasez de la misma enfatiza la preocupación. tas micorrizadas distintas a las especies autóctonas.
Por estos motivos pensamos que se requiere un control exhaus-
tivo de la trufa negra (Tuber melanosporum) y unas medidas
adicionales, como pueden ser la creación de una reserva de
trufas, incluyéndola en un marco especial de protección.
33.- Tuber aestivum Vittad. (1831) 50.- Gastrosporium simplex Mattir. (1903)
34.- Tuber asa Tul. & C. Tul. (1851) HYMENOGASTRACEAE Vittad. (1831)
35.- Tuber borchii Vittad. (1831) Chondrogaster Maire (1925)
36.- Tuber excavatum Vittad. (1831) 51.- Chondrogaster pachysporus Maire (1924)
37.- Tuber malençonii Donadini, Riousset & Chevalier
Descomyces Bougher et Castellano (1993)
(1978)
52.- Descomyces albus (Klotzsch) Bougher &
38.- Tuber nigrum Bull. (1788)
Castellano (1993)
39.- Tuber nitidum Vittad. (1831)
Hymenogaster Vittad. (1831)
40.- Tuber oligospermum (Tul. & Tul.) Trappe (1979)
53.- Hymenogaster arenarius Tul. & C. Tul. (1844)
41.- Tuber panniferum Tul. & C. Tul. (1845)
54.- Hymenogaster bulliardi Vittad. (1831)
42.- Tuber puberulum Berk. & Br. (1846)
55.- Hymenogaster citrinus Vittad. (1831)
43.- Tuber rapaedorum Tul. & C. Tul. (1843)
56.- Hymenogaster hessei Soehner (1923)
44.- Tuber rufum Pico: Fr. (1788)
57.- Hymenogaster luteus Vittad. (1831)
Hydnangium Wallr. (1839) 62.- Hymenogaster thwaitesii Berk. & Br. (1846)
45.- Hydnangium carneum Wallr. apud Klotzsch in 63.- Hymenogaster vulgaris Tul. apud. Berk. & Br.
(1846)
Dietr. (1839)
OCTAVIANINACEAE Locq. ex Pegler & T.W.K. Young
SECOTIACEAE Tul. (1845) (1979)
Endoptychum Czern. (1845) Octavianina Kuntze (1893) nom. cons. prop.
46.- Endoptychum agaricoides Czernniaiev (1845)
64.- Octavianina asterosperma (Vittad.) O. Kuntz
(1898)
Boletales
Sclerogaster Hesse (1891)
RHIZOPOGONACEAE Gäum. & C.W. Dodge (1928)
65.- Sclerogaster compactus (Tul. & C. Tul.) Sacc.
Rhizopogon Fr. emend. Tul. & C. Tul. (1844) (1895)
47.- Rhizopogon luteolus Fr. & Nordholm (1844) Wakefieldia Corner & Hawker (1953)
48.- Rhizopogon roseolus (Corda) Th.M. Fr. (1909) 66.- Wakefieldia macrospora (Hawker) Hawker (1954)
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE ESPECIES 105
Melanogastrales
MELANOGASTRACEAE E. Fisch. (1933) Especies citadas en
Melanogaster Corda (1831) nom. cons.
Andalucía que no han
67.- Melanogaster ambiguus (Vittad.) Tul. (1843)
68.- Melanogaster broomeianus Berk. apud Tul sido incluidas en este
(1843)
69.- Melanogaster macrosporus Velen (1922) trabajo:
70.- Melanogaster variegatus (Berk.) Zeller & Dodge
(1936)
Especies no válidas.
PHALLALES Pachyphloeus conglomeratus Berk. & Broome.- Co-
HYSTERANGIACEAE E. Fisch. (1829) rresponde con una identificación errónea de Pa-
chyphloeus prieguensis Moreno-Arroyo, Gómez &
Hysterangium Vittad. (1831) Calonge.
71.- Hysterangium clathroides Vittad.var.
cistophilum Tul. & C. Tul. (1851) Tirmania pinoyi (Maire) Malençon.- Se trata en rea-
lidad de una identificación errónea de T. ovalispo-
72.- Hysterangium clathroides Vittad. var. ra. De cualquier forma, después de intentar varias
clathroides (1831) recolectas en el lugar preciso donde nos indicó el
73.- Hyterangium inflatum Rodway (1918) recolector de la primera cita para España, no conse-
guimos obtener ningún ejemplar. Posteriormente, nos
74.- Hysterangium stoloniferum Tul. & C. Tul. var. han indicado que el recolector se dedica a la com-
rubescens (Quél.) Zeller et Dodge (1929) pra-venta de trufas del desierto en el norte de África.
Phallogaster Morgan (1893) La cita es más que dudosa.
Vittad.
J. Gómez
Descripción.- Trufa globosa, irregular, de 1 a 3 cm de diám.; aunque las trufas que crecen en lugares umbríos pueden alcanzar mayor ta-
maño. Peridio pardo-rojizo a rojizo-intenso, ornamentado con verruguitas o papilas. Gleba blanca, recorrida por venaciones grisáceas o
de color crema (de tonalidad más intensa con la edad), que confluyen en pequeñas cámaras alargadas e irregulares. Olor poco distin-
tivo.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 113
Balsamia vulgaris
Balsamia común
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa tuberiforme, subglobosa, generalmente irregular y gibosa, de 2,5-10 cm de diámetro. Peridio liso, glabro, a veces
agrietado, blancuzco a amarillento o crema-pardusco. Gleba compacta, blancuzca al principio para pasar a crema o pálido-amarillen-
ta, con numerosas y patentes venaciones blancuzcas. Olor aromático al principio, y desagradable en la madurez.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 115
Choiromyces gangliformis
Criadilla jarera
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa, algo irregular, de 0,5-1,5 cm de diámetro. Peridio blanco, pasando a pardusco-rosado en la madurez, muy
cuarteado y agrietado, sobre todo en trufas maduras. Gleba blanca y después pardusca, con nódulos pardo-amarillentos a rosados y
zonas estériles blancuzcas entre los nódulos. Olor intenso, agradable cuando joven, pero a excremento de perro en la madurez.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 117
Delastria rosea
B. Moreno-Arroyo
Turma rosada
Vittad.
J. Gómez
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa, a veces algo deprimida y anchamente umbilicada, de 1,5-4 cm de diámetro. Peridio grue-
so, compuesto por 2 capas apreciables a simple vista, la más externa se denomina córtex y es negro-carbonácea, dura, frágil, levemen-
te granulada o sublisa, con un grosor de 0,3-0,7 mm; la otra es el peridio interno, de color blancuzco o gris-pálido, de 1-2 mm de espesor,
que presenta, cerca de la gleba, una línea negra delgada y poco marcada. Cámara glebal simple, al principio blanca y algodonosa, y
en la madurez negra y pulverulenta. Olor débil, poco distintivo.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 119
Elaphomyces anthracinus
B. Moreno-Arroyo
Trufa de carbón
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa, deprimida, de 1-2 cm de diámetro. Córtex de color pardo negruzco, rodeado por una paten-
te capa micelial amarillenta con numerosas incrustaciones del sustrato terroso donde habita; duro, quebradizo, liso a subliso, sin granula-
ciones ni verrugas. Peridio interno grueso, de 2,5-3 mm de espesor, gris oscuro. Excípulo débilmente verrugoso. Gleba constituida por una
masa pulverulenta, de color pardo negruzca en la madurez. Olor fúngico intenso.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 121
Elaphomyces citrinus
Trufa de los ciervos amarilla
J. Gómez
Descripción.- Trufa subglobosa, deprimida, de 1,5-2 cm de diámetro. Peridio duro, y más aún en estado seco, a veces envuelto por mi-
celio amarillento con partículas incrustadas, formando una corteza fácilmente separable. Córtex pardo-amarillento o de color canela,
granuloso, con gránulos poligonales o piramidales despuntados, de 0,1-0,25 mm de diámetro. Peridio interno de color blancuzco o algo
rosáceo, de 0,5-1,8 mm de espesor. Gleba pardo-rosada cuando joven, desarrollando en la madurez una masa pulverulenta de esporas
de color pardo-negruzco. Olor débil, poco distintivo.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 123
Elaphomyces granulatus
Trufa de los ciervos granulada
B. Moreno-Arroyo
Vittad.
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa, deprimida, de 3,5 cm de diámetro. Córtex liso, rodeado por una gruesa capa de hifas amarillentas con nu-
merosas incrustaciones de arena o partículas de cuarzo; negruzco cuando se retira completamente la capa miceliar adosada; duro,
quebradizo, liso a subliso, sin granulaciones ni verrugas. Peridio interno muy grueso, de 3-4 mm de espesor, pardo, veteado por venacio-
nes blancuzcas que generalmente se disponen de forma paralela a la superficie. Excípulo débilmente verrugoso. Gleba constituida por
una masa pulverulenta, de color negro en la madurez. Olor débil, algo afrutado.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 125
Elaphomyces mutabilis
Trufa de los ciervos mutable
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa, blanda y a veces gibosa, de 2,5-3,5 cm de diámetro. Peridio de color pardo, débilmente pubescente, del-
gado, de 1 mm de grosor. Gleba pardusca, constituida por una cámara simple llena de una masa pulverulenta, homogénea y compac-
ta. Olor y sabor agradables, parecido al de la comestible turma (Terfezia arenaria).
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 127
Elaphomyces trappei
Turma de Trappe
B. Moreno-Arroyo
Mattir.
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa subglobosa, algo irregular y lobulada, raramente deprimida, sin estípite o subestipitada, de 1-4,5 cm de diámetro. Pe-
ridio liso o débilmente escabroso, pardo-claro cuando joven, pasando a castaño en la madurez. Gleba compacta, parda a pardo-oscu-
ra casi negra en la madurez, jaspeada en estado inmaduro por venaciones blancas que cambian a pardo-blancuzcas al madurar, y que
en ocasiones pueden observarse a través del peridio, por transparencia, sin necesidad de realizar corte. Columela presente en la mayo-
ría de los ejemplares, de igual color que las venas. Olor agradable, afrutado.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 129
Fischerula macrospora
B. Moreno-Arroyo
Trufa de Fischer
(Harkn.) Trappe
B. Moreno-Arroyo
J. Gómez
Descripción.- Trufa globosa, algo irregular, muy gibosa, de 0,5-3 cm de diám., generalmente con varias aberturas. Peridio al principio de
color blanquecino y luego amarillo-ocráceo, con superficie finamente verrugosa. Cámara glebal hueca, limitada por un epitecio fina-
mente verrugoso, del mismo color que el peridio externo. Himenio blanquecino. Olor fuerte y desagradable.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 131
Genabea cerebriformis
Genabea cerebriforme
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa, irregular, de 0,9-1,8 cm de diám., muy gibosa, con hasta 27 gibas. Peridio pardo a negro, verrugoso, a veces
con algunos pelos unicelulares de paredes gruesas. Epitecio verrugoso pero con verrugas menores que el peridio, de igual color que él.
La carne al corte es blanca, a veces con vetas débilmente grisáceas casi hialinas. Cámara glebal irregular debido a los pliegues de la
pared. Olor fuerte, como a gas, diferente al resto de las especies de este género recolectadas en Andalucía.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 133
Genea compacta
Genea compacta
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa subglobosa, algo deforme, con escasas gibosidades, pequeña, de 1,5 cm de diám., con presencia de poro apical y
un penacho de micelio basal de fijación al sustrato. Peridio negro, verrugoso, con pelos rígidos septados y a veces subdicotómicos. Hi-
menio blanquecino. Epitecio negro y verrugoso. Cámara glebal sinuosa, plegada. Olor fúngico, parecido al de otras especies de este
género.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 135
Genea lespiaultii
Genea
B. Moreno-Arroyo
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa subglobosa (no esférica como el de la forma tipo), de 1,5-4 cm de diám., con 1-4 lobulaciones amplias, presentando
abertura apical irregular, generalmente alargada y adaptada a las lobulaciones de la trufa, y un penacho de micelio de fijación al sus-
trato de color pardo-rojizo. Peridio negro, glabro y con verrugosidades uniformes. Gleba constituida por gran cantidad de pliegues de la
pared, ofreciendo al corte un aspecto cerebriforme. Epitecio verrugoso. Olor fúngico, semejante al de la forma tipo.
B. Moreno-Arroyo
B. Moreno-Arroyo
10 µm
B. Moreno-Arroyo
sphaerica
ricos del generitypus.
Descripción.- Trufa esférica, de 1,5-3 cm de diám., con una abertura o cráter apical circular, y un denso penacho de micelio basal de fi-
jación al sustrato de color pardo-rojizo. Peridio negro, glabro y con verrugosidades uniformes. En este taxon no existe una cámara glebal
propiamente dicha, pues su interior es en buena medida compacto, ocupado por gran cantidad de pliegues de la pared, lo que hace
que al cortar el ejemplar por la mitad se presente como una estructura cerebriforme. El epitecio, al igual que el peridio, es verrugoso. Olor
fúngico, poco distintivo, semejante al de otras especies de este género.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 141
Genea subbaetica
Moreno - Arroyo, Gómez & Calonge
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa, subglobosa a irregular, gibosa, con hasta 20 gibosidades por ejemplar, pequeña, de (0,4-)0,5-1(-1,5) cm de
diám., con un penacho basal de micelio pardo-rojizo. Peridio pardo-oscuro, glabro y con verrugas subpiramidales, casi planas. Epitecio
similar en color y verrugosidades al peridio. Entre peridio y epitecio se sitúa el himenio de color blanco-grisáceo-hialino. Gleba general-
mente con una sola cámara plegada, a veces con dos. Olor fúngico, indefinido.
B. Moreno-Arroyo
B. Moreno-Arroyo
10 µm
B. Moreno-Arroyo
Gilkey.
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa subglobosa, algo deprimida e irregularmente lobulada, de 1 cm de diám., fijada al sustrato por un mechón de pelos
basal de color pardo. Peridio pardo-negruzco, finamente verrugoso, glabro. Himenio y carne blanco-grisácea. Epitecio similar en color y
constitución al peridio. Presenta 1-3 cámaras glebales, irregulares por las lobulaciones del ejemplar. Olor intenso, a yogur.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 147
Genea thaxterii
Genea de Thaxter
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa, a veces irregular, de 1,3-2,5 cm de diám., muy gibosa, con hasta 40 gibosidades más o menos homogéneas
en tamaño. Peridio de pardo-oscuro a pardo-negruzco, casi negro, con verrugas poligonales, glabro, con un penacho basal de mice-
lio pardo-rojizo. Himenio y carne de color blancuzco-hialinos. Epitecio similar en color y constitución al peridio. El interior de la trufa con-
forma la cámara glebal, generalmente una sola, pero a veces 2 o 3 cámaras amplias, irregulares. Olor fúngico, débil y en general poco
distintivo.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 149
Genea verrucosa
Genea verrugosa
B. Moreno-Arroyo
Harkn.
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa subglobosa a globosa, de 1,5-4 cm de diám., con una abertura u orificio que da al exterior, en la mayoría de los casos
no apreciable debido a la vellosidad de la superficie. Peridio pardo-ferruginoso o color avellana, con pelos de hasta 1 mm de longitud, e
incluso mayores. Gleba convoluta, poco firme, constituida por numerosos pliegues de la pared de la trufa, que dejan pequeñas cáma-
ras alargadas, laberínticas, muy irregulares; su color es blanco o blancuzco, apreciándose a veces venaciones de color avellana, resul-
tantes de la penetración del peridio hacia el interior de la gleba. Olor débil, poco distintivo.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 151
Geopora cooperi
B. Moreno-Arroyo
Geopora de Cooper
(Tul.) Ceruti
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa, de 0,5-2,5 cm. de diám., irregular, con penacho de pelos basal de unión al sustrato, que en ocasiones pene-
tra hasta el interior de la cámara glebal. Peridio de color miel o pardo en los ejemplares inmaduros, y castaño-ocráceo a negruzco en los
maduros, cubierto de pequeñas verrugas y de una delgada pilosidad pardusca. Himenio blancuzco-hialino. Epitecio blanquecino, deli-
mitando a una cámara glebal simple. Olor débil, poco distintivo.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 153
Hydnocystis clausa
Trufa vejiga
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa tuberiforme, subglobosa, irregular y gibosa, de 1-4,5 cm de diámetro. Peridio liso, pruinoso, pardo-rojizo en fresco y
amarillento cuando seco, en sección de igual color que la superficie. Gleba compacta, blancuzca algo rosada en las venas, con multi-
tud de cámaras sinuosas laberintiformes tapizadas de una superficie himenial blanca. Olor desagradable en la madurez.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 155
Hydnotrya tulasnei
Trufa de Tulasne
B. Moreno-Arroyo
Malençon
J. Gómez
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa o lobulada, de (1)2-3(4,5) cm de diámetro. Peridio glabro, liso, elástico, de color blanquecino
a pálido-amarillento, pero ligeramente rosado en trufas desecadas. Gleba blanca-amarillenta, recorrida por pseudovenas poco apreta-
das; lóculos sinuosos, independientes, tapizados de himenio blanco-amarillento a rojizo. Olor fúngico, ligeramente rafanoide y sabor dul-
zón parecido al de la patata.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 157
Labyrinthomyces donkii
Trufa de eucalipto blanca
B. Moreno-Arroyo
Pachyphloeus prieguensis
Moreno - Arroyo, Gómez & Calonge
B. Moreno-Arroyo
J. Gómez
Descripción.- Trufa subglobosa, irregular, a veces alargada, reniforme, de 1-3 cm de diám., presentando en ocasiones un pequeño pe-
dúnculo de unión al sustrato de hasta 4 mm de longitud. Peridio pardo-rojizo al principio, que va pasando a pardo-negruzco en la ma-
durez, finamente verrugoso, con verrugosidades de tamaño variable que en los ejemplares maduros y secos llegan casi a desapare-
cer, siendo entonces subliso; en algunos ejemplares el peridio se agrieta y abre para dejar ver la masa subyacente de la gleba. Gleba
laberintiforme, constituida por circunvoluciones independientes pero apretadas unas a otras, de forma que la gleba puede ser sepa-
rada a tiras; cada tira (ó circunvolución ó venación) es sinuosa, ramificada y en su capa más externa de color crema, siendo blanco
el interior de la venación en la juventud, adquiriendo tonalidades rojizas en la madurez; de esta forma, al seccionar la trufa por la mi-
tad el conjunto de la gleba se muestra como una masa veniforme rojiza o blanca, jaspeada de pardo o rojizo, dependiendo del es-
tado de madurez. Olor intenso muy desagradable y pestilento.
B. Moreno-Arroyo
B. Moreno-Arroyo
1 µm
B. Moreno-Arroyo
Vittad.
J. Gómez
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa, de 1-3 cm de diámetro. Peridio pardo-oscuro a negro, glabro, con pequeñas verrugosidades
aplanadas. Gleba blanca, inmutable, uniforme, compacta, con venaciones poco visibles. Olor débil pero desagradable en la madurez
y sabor dulzaino.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 163
Picoa juniperi
Monagrillo de enebro
B. Moreno-Arroyo
(Pat.) Maire
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa, algo irregular, de 1-4 cm de diámetro. Peridio pardo-oscuro a ocre pardusco, algo tomento-
so, con pequeñas verrugosidades aplanadas. Gleba blanca, inmutable, uniforme, compacta, con venaciones poco visibles. Olor débil
y sabor dulzaino.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 165
Picoa lefebvrei
Monagrillo
B. Moreno-Arroyo
(Moris) Trappe
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa subglobosa, algo irregular, a veces piriforme, de 3-12 cm de diám., generalmente con una pequeña base de unión al
sustrato. Peridio glabro, blanquecino al principio, pasando después a pardo-ocráceo. Gleba compacta, con nódulos fértiles blancos en
trufas jóvenes que pasan gradualmente a grisáceos, parduscos o rosados en los maduros; dichos nódulos se encuentran separados por
pseudovenas pálidas. Olor suave y débilmente aromático.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 167
Terfezia arenaria
Turma de arena
B. Moreno-Arroyo
Chatin
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa, tuberiforme, de 2-6 cm de diám. Peridio con superficie pardo-rojiza o canela, con tonalidades rosáceas, nor-
malmente impregnada de incrustaciones del sustrato en el que vive. Gleba carnosa, de color pardo-amarillento a rosado-ocráceo, de-
pendiendo del grado de maduración, y surcada por pseudovenas blanquecinas. Olor poco apreciable, casi imperceptible, recordando
un poco al de la arcilla húmeda, sabor suave, similiar al de la avellana.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 169
Terfezia claveryi
Turma
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa subglobosa o piriforme, algo irregular, a veces elipsoidal, de 2-7 cm de diám., generalmente con una pequeña ba-
se de unión al sustrato cónica o mamiforme. Peridio, blanquecino o rosado al principio, pasando en la madurez a castaño pálido, con
manchas pardo-oscuras, liso, con tendencia a agrietarse en la madurez, glabro, a veces cubierto por una fina pubescencia fugaz obser-
vable a la lupa. Gleba compacta, al principio blanquecina, después con nódulos fértiles gris-amarillentos que pasan progresivamente a
pardo-grisáceos o rosado-grisáceos y finalmente a verde-oliva, separados por venas blancuzcas. Olor débil y aromático en la juventud,
pero fuerte y cadavérico en la madurez.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 171
Terfezia leptoderma
Turma de piel delgada
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa, compacta, de 1,5-7 cm de diám., dependiendo en gran medida de la edad. Peridio negro, cubierto de ve-
rrugas piramidales de 4 a 6 caras y de 2,5-4(-6) mm de altura, con estriaciones longitudinales poco marcadas. Gleba con numerosas ve-
naciones fértiles y estériles, muy ramificadas, que parten de multitud de puntos del peridio; el color de la gleba varía de acuerdo con el
estado de madurez, de forma que inicialmente es blanca, después, con la maduración, las venas fértiles van tomando un color amarillo-
pardusco, pardo-oliva y finalmente pardo-grisáceo, mientras que las venas estériles permanecen blancuzcas entre las anteriores. En fres-
co desprende un olor suave y agradable.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 173
Tuber aestivum
Trufa de verano
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa subglobosa a irregular, tuberiforme, de 0,5-2,5 cm., con protuberancias más o menos pronunciadas. Peridio blanco, fi-
namente pubescente al principio, pero glabro y de color ocráceo-amarillento a pardusco al madurar. Gleba blancuzca, de tonalidades
gris-amarillentas a pardo-grisáceas, surcada por estrechas venas blanquecinas irregulares, discontinuas y radiales respecto a una colu-
mela poco patente que se inicia en la base de la trufa, donde se insertan escasos cordones miceliales, y termina aproximadamente en
el centro de la gleba. Olor débil poco distintivo.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 175
Tuber asa
Turma blanca
B. Moreno-Arroyo
Vittad.
J. Gómez
Descripción.- Trufa subglobosa a irregular, tuberiforme, de 0,5-2,5 cm., con protuberancias más o menos pronunciadas. Peridio blanco, fi-
namente pubescente al principio, pero glabro y de color ocráceo-amarillento a pardusco al madurar. Gleba blancuzca, de tonalidades
gris-amarillentas a pardo-grisáceas, surcada por estrechas venas blanquecinas irregulares, discontinuas y radiales respecto a una colu-
mela poco patente que se inicia en la base de la trufa, donde se insertan escasos cordones miceliales, y termina aproximadamente en
el centro de la gleba. Olor débil poco distintivo.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 177
Tuber borchii
Trufa de Borch
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa, de (1-)2-3(-4,5) cm de diám., maciza, firme, dura, con una cavidad basal bien desarrollada
que penetra en el interior de la gleba. Peridio de consistencia córnea, amarillo-pardusco, liso o finamente papiloso a tomentoso. Gleba
blancuzca al principio, después amarillo-pardusca y finalmente pardo-oscura, recorrida por venas blanquecinas o crema-pálidas. Olor
débil y poco distintivo.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 179
Tuber excavatum
Trufa excavada
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa subglobosa, de 1,5 cm de diám., con una pequeña foseta basilar. Peridio delgado, pardo-oscuro a negruzco, que
amarillea o enrojece al roce, ornamentado con pequeñas verrugas piramidales de 4-6 caras, a menudo aplastadas. Gleba grisácea con
numerosas venas simples, blancas, muy delgadas, que irradian de una base común. Olor fétido y aliáceo, sabor insípido, aunque a ve-
ces algo dulce.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 181
Tuber malençonii
Trufa moscada, trufa de Malençon
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa, de 3-12 cm de diám., firme y compacta. Peridio negro, mate, recubierto de verrugas piramida-
les y poligonales de 3-5 mm. Gleba compacta, al principio gris-violácea y en la madurez pardo-negruzca recorrida por venaciones esté-
riles blanquecinas, de tonalidades rosadas al contacto con el aire. Olor perfumado muy característico, a marisco, sabor delicioso.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 183
Tuber nigrum
Trufa negra
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa, generalmente regular, pero a veces irregular a tuberiforme, de 1-2 cm de diámetro. Peridio liso a pubescen-
te, glabro, de consistencia dura, córnea, blanco al principio y pardo-amarillento después, frecuentemente con aureolas blancas. Gleba
firme, tenaz, inicialmente blanquecina, luego gris a pardusca, recorrida por venaciones blancas. Olor y sabor agradables en la juventud
y fétidos en la madurez.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 185
Tuber nitidum
B. Moreno-Arroyo
Trufa brillante
Descripción.- Trufa globosa, irregular, generalmente muy gibosa, de 3-6,5 cm de diámetro. Peridio de 0,5 mm de espesor, glabro, blan-
cuzco a débilmente pardusco. Gleba compacta, blancuzca inicialmente, y parda-grisácea en la madurez, recorrida por venas estériles
blancas, de disposición radial al centro de la trufa. Al secarse la trufa, se resquebraja notablemente, sobre todo cuando se seca al sol.
Olor agradable cuando joven, y espermático en la madurez.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 187
Tuber oligospermum
Trufa gibosa
B. Moreno - Arroyo
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa, tuberiforme, a veces algo irregular, de 1,5-4 cm de diámetro. Peridio pardo-oscuro y marcada-
mente lanuginoso, de consistencia dura, firme y córnea, con una pequeña foseta basal. Gleba compacta, blanquecina al principio, gri-
sácea-amarillenta después y pardo-grisácea-oscura al final, recorrida por venaciones blancas generalmente radiales a la foseta basilar.
Cuando la foseta basal se cierra en el interior de la trufa, quedan en el interior de la gleba restos de peridio. Olor afrutado en ejemplares
jóvenes; muy intenso y penetrante en la madurez.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 189
Tuber panniferum
Trufa de terciopelo
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa subglobosa, tuberiforme, irregular y lobulada, de 0,5-2 cm de diámetro. Peridio amarillento, finamente pubescente,
luego pardusco y subliso. Gleba compacta, inicialmente amarillenta y en la madurez pardo-rojiza con venas blanquecinas. Las trufas in-
maduras huelen a avellana mientras que las maduras a acetileno.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 191
Tuber puberulum
Trufa vellosa
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa subglobosa, tuberiforme, a veces lobulada irregularmente, de 1 cm de diám., maciza. Peridio blanco, luego amari-
llo-pardusco y finalmente de color pardo-rojizo; en estado joven densamente puberulento, pero subliso en la madurez. Gleba blanqueci-
na en la juventud, luego grisácea-amarillenta con tonalidades violáceas y finalmente ocre-lila, con venas blancas que parten de varios
puntos de la periferia. Olor rafanoide.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 193
Tuber rapaedorum
Trufa rábano
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa, de 1-3 (-4) cm de diámetro. Peridio de consistencia córnea, adherido a la gleba pero bien di-
ferenciado, rojizo, ocráceo cuando se encuentra inmaduro y castaño-pardusco en la madurez, glabro, cubierto por pequeñas verrugas
o placas. Gleba de consistencia cartilaginosa y tenaz, al principio blanquecina, después rojizo-violácea y finalmente parda-oscura con
tonalidades rojizas, recorrida por venaciones ramificadas blanquecinas que a veces confluyen en ganglios blancos. Olor desagradable
cuando está madura.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 195
Tuber rufum
Trufa rojiza, trufa de perro
B. Moreno-Arroyo
Maire
L. Romero de la Osa
Descripción.- Trufa subglobosa, irregularmente lobulada, de 0,5-2 cm de diám., rodeada por numerosas hifas y rizomorfos blanquecinos
entrelazados con raicillas, restos vegetales e incrustaciones del sustrato donde crecen, constituyendo una cubierta fácilmente separa-
ble. Esta cubierta o matriz agrupa generalmente a varias trufas constituyendo una especie de nido. Peridio fácilmente separable de la
gleba, de forma que si arrancamos la cubierta mencionada el peridio queda adherido a ella y separado de la gleba. Peridio, blancuz-
co, de textura algodonosa. Gleba compacta, lacunar, constituida por pequeñas cámaras de 0,5-2 mm de diám., gris a pardo o casi ne-
gra. Olor débil poco distintivo.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 199
Chondrogaster pachysporus
Trufa nido
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa, de 0,5-3,5 cm de diám., a veces con un pequeño pedúnculo de fijación. Peridio delgado, blan-
co, con manchas o fibras amarillas las cuales suelen ser más conspicuas cuando joven. Gleba con lóculos irregulares vacíos, blanca al
principio, después crema-pálida o gris, y finalmente canela-pardusca; base estéril generalmente ausente, y cuando existe, forma una
placa basal que se ramifica en venas estériles o constituye una corta columela. Olor fúngico, débil.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 201
Descomyces albus
B. Moreno-Arroyo
Mattir.
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa, de 0,5-2 cm de diám., con gruesos cordones miceliares ramificados, de hasta 1,5 mm de gro-
sor. Peridio blanco, gredoso, pulverulento y tapizado de una pruína blanco-nieve fugaz con cristales de oxalato cálcico; y por debajo un
endoperidio tenaz y gelificado. Gleba homogénea, pulverulenta, indivisa, al principio blanca a gris-pálida y después crema-amarillenta-
pardusca; carente de columela y base estéril.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 203
Gastrosporium simplex
Trufa de grama
B. Moreno-Arroyo
Vittad.
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa subglobosa, tendiendo a irregularmente lobulada, de 1-4 cm de diámetro. Peridio delgado, blanco, rápidamente
evanescente, ausente en la madurez. Gleba al principio blancuzca, tendiendo a ocre-pardusca, blanda y esponjosa, laberintiforme, con
cámaras pequeñas a grandes, de 1-4 mm de diám., angulares. Trama de las cámaras glebales blanca a color crema, delgada, de tex-
tura cartilaginosa. Columela blanca, quedando en poco tiempo reducida a una pequeña base estéril. Olor desagradable.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 205
Gautieria morchellaeformis
B. Moreno-Arroyo
Trufa colmenilla
Gymnomyces dominguezii
Moreno - Arroyo, Gómez & Calonge
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa subglobosa, lobulada, subestipitada, de 0,9-2 cm de diám., en la mayoría de los casos diferenciada en dos lóbulos
con desigual crecimiento, provocando un desarrollo lateral de la trufa. Peridio de color amarillo-intenso, que con el roce y al contacto
con el aire, va tomando tonalidades cremosas y finalmente pardo-leonadas. Gleba blancuzca, adquiriendo tonos pardo-amarillentos a
pardo-rojizos en las magulladuras; constituida por cámaras laberintoides. Base estéril y columela presentes, blancuzco-hialinas, dividien-
do a la trufa en dos mitades desiguales en tamaño. Olor débil, poco apreciable, fúngico.
B. Moreno-Arroyo
B. Moreno-Arroyo
1 µm
B. Moreno-Arroyo
Gymnomyces meridionalis
(Calonge, Moreno- Arroyo & Gómez) J.M. Vidal.
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa, algo lobulada e irregular, de 1-2 cm de diám., sésil. Peridio muy delgado, pardo-amarillento a
crema, oscureciendo a ferrugíneo con el roce o al contacto con el aire, tomando, cuando seco, un color pardo muy oscuro. Gleba de
igual color que el peridio, en ejemplares frescos, inmutable en seco, sin tomar tonalidades pardo-oscuras, de forma que se diferencia muy
bien del peridio. Cámaras glebales laberintiformes, parcialmente llenas. Base estéril reducida a una diminuta placa de color blanco. Co-
lumela ausente. Olor fenólico en unos ejemplares y a perfume o colonia en otros.
Distribución.- Endémica
de Andalucía. Hasta el
año 2004 se había citado
únicamente en la provin-
Hábitat y periodo de fructificación.- Es- cia de Córdoba, no co-
pecie asociada a encina (Quercus ilex nociéndose más hallazgos
subsp. ballota), que forma pequeñas co- en el mundo. Posiblemen-
lonias de fructificación primaveral. te se encuentre también
en provincias limítrofes.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 213
B. Moreno-Arroyo
B. Moreno-Arroyo
1 µm
B. Moreno-Arroyo
Gymnomyces sublevisporus
Moreno-Arroyo, Llistosella et Romero de la Osa
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa de 0,5-2 cm de diámetro, de subglobulosa a globosa, a menudo irregular y más o menos lobulada. Peridio muy del-
gado, liso y seco, a veces con grietas poco profundas que dejan entrever la gleba, al principio ligeramente pruinoso, de color blanque-
cino o ligeramente ocráceo, después se vuelve progresivamente glabro y se mancha de ocre o pardusco, sobre todo por la manipula-
ción. Sin estípite ni base estéril diferenciada. Columela presente y percurrente, a veces bifurcada, muy delgada por lo que puede pasar
desapercibida con facilidad. Himenóforo cavernoso, con pequeñas cavidades alargadas e irregulares, labirintuliformes; de color blanco
puro, inmutable al contacto con el aire aunque, a medida que permanece expuesto, va adquiriendo un ligero tono pardusco. Las espo-
ras depositadas en las cámaras aparecen, en masa, de color blanquecino. Sabor suave o ligeramente amargo; olor intenso, al principio
de almendras amargas, después parecido al de Lactarius vellereus o Russula delica.
B. Moreno-Arroyo
B. Moreno-Arroyo
1 µm
Descripción.- Trufa subglobosa, a veces deprimida e irregularmente lobulada, de 0,5-3,5 cm de diám., con base estéril de fijación muy
pequeña, sólo visible en trufas jóvenes. Peridio delgado, rosa-cárneo, frágil, adherente a la gleba, pronto evanescente, translúcido, liso
y glabro. Gleba de igual color que el peridio, inmutable, no gelatinizada, laberíntica, constituida por cámaras irregulares pequeñas, va-
riables en tamaño, de 1-2 x 0,5-1 mm, anastomosadas o loculadas, irregularmente organizadas o partiendo radialmente de la base. Co-
lumela no desarrollada. Olor fúngico, poco apreciable.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 219
Hydnangium carneum
B. Moreno-Arroyo
Trufa carnosa
Descripción.- Trufa subglobosa, de 0,5-2 cm de diámetro. Peridio liso, blanco-pardusco en estado fresco y pardo-oscuro cuando seco,
mate, rojizo en sección. Gleba blanca al principio, oscureciendo pronto a pardo-canela, variegada por la pálida trama de las cámaras
glebales. Cámaras angulares, radiando una base estéril inconspicua en la madurez. Olor débil, a veces rancio.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 221
Hymenogaster arenarius
B. Moreno-Arroyo
Vittad.
Descripción.- Trufa globosa, algo deprimida, de 1-3 cm de diám. con base estéril reducida. Peridio grueso, liso, blanco cuando inmadu-
ro, para ir pasando progresivamente a amarillento y finalmente pardo-castaño. Gleba compacta, ferruginosa-oscura, con cámaras muy
pequeñas, casi completamente llenas de esporas en la madurez, sin orientación definida. Trama de las cámaras glebales delgada. Olor
fuerte, desagradable, fenólico en estado maduro.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 223
Hymenogaster bulliardi
B. Moreno-Arroyo
Vittad.
J. Gómez
Descripción.- Trufa irregularmente globosa, a veces gibosa e irregular, de 1-5 cm de diámetro. Peridio delgado, sedoso, liso, inicialmen-
te blanco, pero pronto amarillo-azufre y finalmente pardo-negruzco. Gleba compacta, pardo-rojiza y en la madurez negruzca, constitui-
da por cámaras diminutas, sólidas, sin clara orientación. Trama de las cámaras glebales amarilla. Base estéril inicialmente presente, pero
pronto obliterada. Olor a nuez moscada, fenólico en la madurez.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 225
Hymenogaster citrinus
B. Moreno-Arroyo
Soehner
J. Gómez
Descripción.- Trufa de subglobosa a lobulada, de 1-3,5 cm de diámetro. Peridio grueso, liso, primero blanco, luego pardusco y finalmen-
te grisáceo, oscurecido en la madurez. Gleba inicialmente blancuzca y después pardo-oscura tendiendo a gris-negruzca. Cámaras gle-
bales medianas a grandes, irregulares, dando una textura blanda y esponjosa. Base estéril pequeña, sólo apreciable en los ejemplares
muy jóvenes. Olor rancio, a veces fétido.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 227
Hymenogaster hessei
Trufa esponja de Hesse
B. Moreno-Arroyo
Vittad.
J. Gómez
Descripción.- Trufa subglobosa a irregular, tuberiforme, a menudo deprimida, de 0,5-2,5 cm de diám., y a veces con delgados rizomor-
fos blancos o amarillos. Peridio delgado, liso, sedoso, blanco-nieve al principio, y después pardo-amarillento a pardusco, tomando tonos
amarillos al roce o al contacto con el aire. Gleba compacta, inicialmente blanquecina y posteriormente amarilla sulfúrea, con numero-
sas cámaras pequeñas totalmente llenas. Trama de las cámaras glebales blanca. Base estéril ausente o muy pequeña. Olor a vainilla en
algunos ejemplares, y en otros a nuez moscada, a veces a carne podrida o a fenol.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 229
Hymenogaster luteus
Trufa esponja amarilla
B. Moreno-Arroyo
Vittad.
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa, tuberiforme, de 1,5-4,5 cm de diámetro. Peridio grueso, sedoso, liso y de color blanco-sucio. Gleba compac-
ta, inicialmente blanca, recordando a la porción estéril de la gleba de Lycoperdon perlatum, tendiendo a pálido-ferruginosa y finalmen-
te pardo-grisácea. Cámaras glebales relativamente grandes, radiando de una base estéril blanca. Columela generalmente inconspicua
pero a veces visible. Olor fúngico, ligeramente aliáceo.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 231
Hymenogaster lycoperdineus
Trufa esponja de pedo de lobo
B. Moreno-Arroyo
Vittad.
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa subglobosa a irregular, a menudo deprimida, de 1-2,1 cm de diám., con base estéril ausente o muy pequeña. Peridio
liso, blanco-níveo durante bastante tiempo, blanco en sección, al secar ocráceo-leonado. Gleba con numerosas cámaras huecas, dé-
bilmente fuliginosa cuando inmadura, pasando posteriormente a pardo-grisáceo-vinosa. Trama de las cámaras glebales grisácea. Sin
columela. Olor rancio, en algunos ejemplares a nuez.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 233
Hymenogaster niveus
Trufa esponja de nieve
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa irregularmente subglobosa, a veces algo deprimida, de 1-2,5 cm de diámetro. Peridio delgado, al principio blancuz-
co a pálido-pardusco, pasando pronto a pardo-oscuro con zonas negruzcas, acelerándose esta gradación de colores con el roce. Gle-
ba blanda, parda a crema pardusca al principio, pasando a pardo-tabaco, y finalmente pardo-oscura con zonas negruzcas. Cámaras
pequeñas, irregulares y llenas. Base estéril visible sólo en ejemplares jóvenes. Trama de las cámaras glebales blancuzca. Olor débil, inde-
finido pero agradable.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 235
Hymenogaster olivaceus
B. Moreno-Arroyo
Tul.
J. Gómez
Descripción.- Trufa subglobosa a irregular o tuberiforme, de 1,5-4 cm de diámetro. Peridio grueso, separable, con un neto y apreciable vi-
raje de color: blanco recién extraído, amarillento al contacto con el aire o roce y transcurridos unos minutos, pardo-oscuro. Gleba blan-
da, blanca al principio, después parda y en la madurez pardo-negruzca (por el color oscuro de las esporas maduras). Cámaras peque-
ñas, irregulares, blancas al principio, y ferruginosas oscuras en la madurez, totalmente llenas. Trama de las cámaras glebales grisácea.
Base estéril apenas apreciable. Olor a desván.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 237
Hymenogaster populetorum
Trufa esponja de álamo
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa, de 0,5-3 cm de diámetro. Peridio delgado, liso, blanco pero manchado de pardo. Gleba blan-
cuzca, tendiendo a parda. Cámaras glebales alargadas, con trama blanca al principio y parda en la madurez. Carente de base estéril,
pero con presencia de columela que irradia de un punto. Olor débil, fúngico.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 239
Hymenogaster thwaitesii
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa de globosa a subglobosa, de 0,5-1,5 cm de diámetro. Peridio grueso, con viraje de color poco patente al contacto
con el aire, blancuzco y en la madurez pardo-grisáceo, liso, a veces cuarteado, pero no separable. Gleba esponjosa, blanca, con tonos
liliáceos, tendiendo pronto a pardo-oscura y finalmente negruzca. Cámaras pequeñas, a veces laberintoides, con trama delgada, grisá-
cea. Base estéril presente o ausente. Olor débil, pero en la madurez a rancio.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 241
Hymenogaster vulgaris
B. Moreno-Arroyo
clathroides
Vittad. var. clathroides Vidal
J. Gómez
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa, de 0,5-3 cm de diám., rodeada externamente de una gran cantidad de micelio y delgados
cordones miceliares blanquecinos. Peridio liso, membranoso, fácilmente separable, blanco, tendiendo algo a pardo-ocráceo al contac-
to con el aire o al roce, aunque en ejemplares secos sigue mostrándose blancuzco. Gleba gelatinosa, verde-oliva al principio y gris-ver-
dosa en la madurez, delicuescente, autolisándose en su interior; lacunar, constituida por pequeñas cámaras, a veces laberintiformes, ge-
neralmente vacías, con tendencia a irradiar de una columela cartilaginosa y generalmente ramificada. Olor a goma de borrar cuando
se encuentra inmaduro, pero a cieno en la madurez.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 243
clathroides
género Cistus, por presentar como
huéspedes micorrícicos a diferentes
especies de este género
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa, de 0,5-2 cm de diám., presentando sobre la superficie micelio y delgados cordones micelia-
res blanquecinos. Peridio liso, membranoso, fácilmente separable, blanco, que tiende a pardo-ocráceo al contacto con el aire o al ro-
ce, de forma que en estado seco es totalmente pardo. Gleba gelatinosa, lacunar, verde-oliva al principio y verde-oscura en la madurez,
delicuescente, autolisándose en su interior, constituida por pequeñas cámaras, a veces alargadas y estrechas, laberintiformes, general-
mente vacías, con tendencia a irradiar de una columela cartilaginosa, dendroide, con ramificaciones delgadas. Olor poco definido, fún-
gico.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 245
Rodway
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa subglobosa, irregularmente lobulada, de 0,5-1 cm de diám., con numerosos rizomorfos blanquecinos unidos a la base.
Peridio no fácilmente separable de la gleba, liso, blanco en fresco, casi inmutable, tomando débiles tonalidades parduscas con el roce.
Gleba gelatinosa, lacunar, constituida por pequeñas cámaras alargadas, parcialmente o completamente llenas de esporas, verde-cla-
ra cuando joven y verde-oliva-oscura en la madurez, delicuescente, autolisándose en su interior. Columela gelatinosa, delgada y grisá-
cea. Olor poco distintivo, débilmente a cieno.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 247
Hysterangium inflatum
Histerangio alado de eucalipto
stoloniferum
tolones del basidioma; rubescens {l} ∼
rojizo, por el viraje a rojizo del peridio al
contacto con el aire.
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa, tuberiforme, de 1-5 cm de diám., con un grueso rizomorfo basal blanco y rodeado externa-
mente de una gran cantidad de micelio y delgados cordones miceliares blanquecinos. Peridio liso, membranoso, fácilmente separable,
blanco, que enrojece al roce. Gleba gelatinosa, verde-oliva, delicuescente, autolisándose en su interior, lacunar, constituida por peque-
ñas cámaras a veces laberintiformes, llenas de esporas. Columela cartilaginosa, irradiando del rizomorfo blanco basal hacia el interior de
la trufa donde se ramifica. Olor a cieno.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 249
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa, algo irregular, de 1-3 cm de diám., unida al sustrato por cordones miceliares basales delgados
y pardos. Peridio liso y finalmente pruinoso, al principio de color grisáceo o pardo-canela, tendiendo a leonado-oliva con zonas negruz-
cas al roce, y en la madurez pardo-negruzco. Gleba inicialmente blanca, no laberintoide, desarrollando cámaras negras, más grandes
hacia el centro y la base, de 1,5-4 mm de diám., regularmente organizadas, tendiendo a gelatinizadas con contenido viscoso. Trama de
las cámaras glebales blanca, a veces pálido-amarillenta. Olor afrutado cuando inmaduro, tendiendo a desagradable, y en la madurez
intenso y fétido.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 251
Melanogaster ambiguus
Trufa de tinta ambigua
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa subglobosa a irregularmente lobulada, de 2-4 cm de diám., con textura blanda, elástica en estado fresco, y cordones
miceliares adosados de 0,5 mm de diám., delgados y pardos. Peridio liso, ocráceo tendiendo a negro-purpúreo en la madurez. Gleba ini-
cialmente blanca-amarillenta, desarrollando cámaras poligonales de 0,5-3 mm de diám., negras, más o menos regularmente organiza-
das, grandes hacia el centro y la base, no laberintoides, tendiendo a gelatinizadas con contenido viscoso. Trama de las cámaras gleba-
les blanca-amarillenta a crema. Olor afrutado cuando inmaduro, tendiendo a desagradable, y en la madurez fétido intenso.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 253
Melanogaster broomeianus
Trufa de tinta de Broome
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa subglobosa, lobulada, gibosa, de 2-3,5 cm de diám., con cordones miceliares basales delgados que se fusionan for-
mando otros más gruesos, pardo-oscuros. Peridio pruinoso, liso, pardo-amarillento, más oscuro en la madurez y a veces con tonalidades
anaranjadas. Gleba inicialmente amarillenta, no laberintoide, desarrollando cámaras negras de 1,5-3,5 mm de diám., vacías y gelatino-
sas, regularmente organizadas, más grandes hacia el centro y la base. Trama de las cámaras glebales pálido-amarillenta o amarillo-azu-
fre. Olor algo afrutado cuando inmaduro, más intenso en la madurez.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 255
Melanogaster macrosporus
Trufa de tinta de esporas grandes
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa subglobosa a irregular, de 1-6 cm de diám., con rizomorfos basales de 1 mm de grosor. Peridio ocráceo-ferruginoso,
que al roce se mancha a veces de negro, liso o finamente pruinoso, pardo-amarillento en sección. Gleba amarillo-ceniza, tendiendo a
negra con cámaras subpentagonales, vacías al principio y más tarde llenas y gelatinizadas. Trama de las cámaras glebales amarillo-ana-
ranjada. Olor intenso, agradable.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 257
Melanogaster variegatus
B. Moreno-Arroyo
(Vittad.) O. Kuntze
J. Gómez
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa, de 1-2,5 cm de diám., provista de cordones miceliares unidos a la base. Peridio delgado, gla-
bro, rimoso, blanco-puro, que rápidamente al contacto con el aire o en la madurez adquiere tonalidades rojizas, cárneas o verde-azula-
das, y finalmente grisáceas. Gleba gelatinosa, blanca o pálido-amarillenta, después amarilla, y en la madurez pardo-ferruginoso-oscura.
Cámaras glebales ordenadas más o menos radialmente, sinuosas o irregulares, mayores en el centro, llenas o parcialmente llenas de es-
poras, con trama delgada, blanquecina, de textura papirácea. Base estéril blanca pero diminuta. Látex muy escaso, casi inapreciable,
acuoso, débilmente coloreado. Olor afrutado, o a veces a chocolate.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 259
Octavianina asterosperma
Trufa estrellada
J. Gómez
Descripción.- Trufa globosa, subglobosa o irregular, de 1-6 cm. Peridio con superficie débilmente fibrillosa y blanca a amarillenta en la ju-
ventud, después amarillenta, cubierta de rizomorfos que al principio son de igual color que el peridio, pasando a beige en la madurez; el
peridio de los basidiomas frescos reacciona en KOH adquiriendo color oliváceo, y vira en los secos a color ocre. Gleba de consistencia
cartilaginosa, de color gamuza, verde u ocre, dependiendo del estado de desarrollo; con pequeños lóculos de hasta 0,35-0,50 mm, iso-
diamétricos en la juventud y laberintiformes en la madurez. Olor afrutado en los ejemplares jóvenes.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 261
Rhizopogon luteolus
Criadilla amarilla de pino
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa, de 1-4 cm de diámetro. Peridio liso, agrietado a veces en los ejemplares grandes, con una ga-
ma de color muy variable, que va desde el blanco, cuando se encuentran inmaduros, al amarillo, rojo o púrpura en un estado más avan-
zado de madurez; reacciona en KOH virando a rojo-púrpura. Gleba blanda, blanca al principio, y después amarillenta a verdosa, con ló-
culos pequeños laberintiformes de 0,25-0,5 x 0,3-0,5 mm. Olor afrutado en ejemplares jóvenes y aliáceo en algunos maduros.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 263
Rhizopogon roseolus
Criadilla rosa de pino
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa globosa a subglobosa y algo deprimida, pequeña, de 0,5-1,2 cm de diám., envuelta en un denso micelio. Peridio blan-
co-puro al principio y finalmente pálido-amarillento a ocráceo, cubierto a veces de restos vegetales, blando, tomentoso, algodonoso,
con el tiempo parcialmente liso, de forma que en los ejemplares inmaduros aparecen dos capas y en los maduros una sola. Gleba ama-
rillo-crema, a anaranjada, compacta y dura, con cámaras muy pequeñas, redondeadas a oblongas, llenas de esporas. Columela pre-
sente, llegando hasta el centro de la trufa en los ejemplares jóvenes. Olor débil, agradable, más bien afrutado.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 265
Sclerogaster compactus
B. Moreno-Arroyo
Trufa anaranjada
(Hawker) Hawker
J. Gómez
Descripción.- Trufa de globosa a subglobosa o algo lobulada, con la base débilmente deprimida, de 0,5-1,5 cm de diám.; inicialmente
unida al sustrato por pequeños rizomorfos basales blancos. Peridio delgado, blanco, casi inmutable, tendiendo tardíamente a amarillo-
pálido al contacto con el aire, liso y a veces rimoso o agrietado en ejemplares maduros. Gleba al principio blanquecina a gris-rosácea y
pardo-rojiza-herrumbre en la madurez, con tintes purpúreos. Cámaras glebales pequeñas, numerosas, vacías, más maduras hacia el cen-
tro, con trama grisácea y tonos violáceos. Olor desagradable en la madurez, a queso.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 267
Wakefieldia macrospora
Trufa esponja de Wakelfield
B. Moreno-Arroyo
Zelleromyces giennensis
Moreno-Arroyo, Gómez & Calonge
B. Moreno-Arroyo
Descripción.- Trufa subglobosa, algo lobulada, sésil, de 1-2,5 cm de diámetro. Peridio liso, muy delgado, casi inexistente en la madurez,
dejando ver por transparencia venaciones que se corresponden con la trama de las cámaras glebales; al principio de color blanco-ama-
rillento, adquiriendo un amarillo-crema al contacto con el aire y al roce. Gleba al principio blanca y después crema o pálido-amarillen-
ta, con cámaras irregulares, alargadas, algo laberintoides, también globosas, vacías o parcialmente llenas. Columela y base estéril au-
sentes. Olor débil, poco apreciable, fúngico.
Distribución.- Endémica
de España. Hasta el año
2004 se había citado úni-
camente en las provincias
Hábitat y periodo de fructificación.- Forma de Córdoba, Jaén, Caste-
micorrizas con pino carrasco (Pinus hale- llón, Ciudad Real y Zamo-
pensis) y fructifica en invierno, constituyen- ra, no conociéndose más
do colonias de ejemplares. hallazgos en el mundo. Po-
siblemente se encuentre
también en el resto de las
provincias andaluzas.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 271
B. Moreno-Arroyo
B. Moreno-Arroyo
B. Moreno-Arroyo
1 µm
Descripción.- Algunos hongos de la fila Zygomycota fructifican formando trufas. Éstas son pequeñas, globosas a subglobosas, de 0,5 a
2 cm de diám., de textura algodonosa, y exteriormente de color muy variable entre distintos esporocarpos, desde amarillo-anaranjado,
canela y blanco, hasta una combinación de los anteriores colores moteados, además, de gris o pardo. Con peridio o sin él, dependien-
do de la especie, reteniendo partículas del suelo. Gleba de igual textura que la superficie externa y por lo general del mismo color, a ve-
ces moteada de gris o pardo. Olor muy diferente según las especies, desde aliáceo hasta inodoro.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS HIPOGEOS 275
Zygomycota
Trufas guisante
B. Moreno-Arroyo
ciencia.
Agaricales, Secotiaceae
Etimología.- Endoptychum {g} ∼ pliegues internos; agaricoides ganización regular consistente en hifas paralelas de 3-8 µm de
{l,g} ∼ semejante al género de basidiomicetos epigeos Agari- diám., de paredes muy delgadas; capa subhimenial pseudo-
cus. parenquimática. Hifas de los diferentes pseudotejidos con fíbu-
las. Himenio con cistidios abundantes, evanescentes, y basidios
Descripción.- Fructificación ovoide, citriforme o piriforme, de 5- claviformes, de 16-23 x 7-9 µm, tetraspóricos, y con esterigmas
15 cm de diám., a veces con mamelón apical resultante de la de 7-12 µm de longitud. Basidiosporas de esféricas a subesféri-
prolongación de la columela hacia el ápice, con pie de 1-3 x 1- cas u ovoides, de 7-12 µm, hialinas, pardo-amarillentas, lisas y
1,5 cm., de igual color que el peridio. Peridio grueso, blancuzco con esterigma corto.
a pardo-blancuzco, escamoso, glabro, semejante a ciertas es-
pecies del género Agaricus, sin poro o abertura apical, abrién- Hábitat y periodo de fructificación.- En prados y pastizales nitrifi-
dose para dispersar las esporas mediante roturas irregulares pro- cados de diferentes especies de gramíneas, a veces en dehe-
vocadas por el ambiente abiótico o por animales micófagos. sas de encina, alcornoque o roble (Quercus ilex subsp. ballota,
Gleba sublaminar, verde-amarillenta a parda, con apariencia Q. suber ó Q. pyrenaica), nitrificadas por los excrementos de
de masa pulverulenta, pero constituida por pseudoláminas más ganado. Fructifica de forma semihipogea, aflorando en la ma-
o menos paralelas que parten de la capa interna del peridio durez a la superficie, en solitario o en grupos poco numerosos,
hasta la columela. Columela más o menos cilíndrica, blanca, en otoño y primavera.
constituida por la prolongación del estípite desde la base hasta
el ápice de la fructificación. Olor fúngico, débil algo anisado en Distribución.- Especie ampliamente distribuida en España que
ejemplares jóvenes y desagradable en la madurez. en Andalucía hasta el año 2004 ha sido encontrada en las pro-
vincias de Almería, Cádiz, Córdoba y Huelva.
Microscopía.- Peridio de 2-3 mm de espesor, prosenquimático,
de textura aglutinada o subparalela, con hifas de 6-11 µm de Observaciones.- Constituye el generitypus. Desde el punto de
diám., septadas, de paredes delgadas. Trama de las pseudo- vista filogenético podría representar el eslabón entre los Agari-
láminas de 50-250 µm de espesor, verde-amarillenta, con or- cales y Podaxales.
280 GUÍA DE HONGOS SEMIHIPOGEOS Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía.
Pezizales, Otideaceae
Etimología.- Geopora {g} ∼ poro de tierra, por la forma de ini- 13-18 µm, no amiloides, octospóricos, uniseriados. Esporas elip-
ciar la dehiscencia; y arenicola {l} ∼ arenícola, por su hábitat soidales, obtusas por ambos extremos, de 25-28 x 15,5-17 µm, li-
arenoso. sas y con 1 o 2 gútulas lipídicas grandes.
Pezizales, Otideaceae
Etimología.- Geopora {g} ∼ poro de tierra, por la forma de iniciar 380 x 11-16 µm, no amiloides, octospóricos y uniseriados. Espo-
la dehiscencia; foliacea {l} ∼ foliácea, por la morfología de ho- ras elipsoidales, con los extremos obtusos, de 18-29 x 12-20 µm,
ja o laminar de sus lóbulos. lisas y con 1 ó 2 gútulas lipídicas grandes.
Descripción.- Fructificación de 2-4 cm de diám., globosa a cu- Hábitat y periodo de fructificación.- Bajo encina (Quercus ilex
puliforme, parda, cubierta de pelos, abriéndose en la madurez subsp. ballota). En otras localidades españolas ha sido cita-
por un orificio que se va haciendo irregular y aumentando de da bajo humus de álamo blanco (Populus alba) (MORENO & al.,
tamaño, raramente rajándose en estrella. Himenio crema ocrá- 1996) y pino (Pinus spp) (ARROYO, 1990). Fructifica en solitario, en
ceo. pleno invierno.
Pezizales, Otideaceae
Etimología.- Geopora {g} ∼ poro de tierra, por la forma de iniciar na y septada. Ascos operculados, cilíndricos, de 300-340 x 16-28
la dehiscencia; nicaensis deriva de Niza (Francia), localidad a µm, no amiloides, octospóricos y uniseriados. Esporas elipsoida-
la que está dedicada la especie. les, con extremos en punta, de 27-32 x 15-18 µm, hialinas, lisas y
con gútula central.
Descripción.- Fructificación globosa, pequeña, de 0,8-2,5 cm
de diám., con margen liso al principio y lobulado conforme se Hábitat y periodo de fructificación.- En claros húmedos de en-
abre. Peridio de color crema, cubierto de pelos pardos, que cinar (Quercus ilex subsp. ballota). A veces constituyendo colo-
aglomera restos del medio en el que habita. Himenio liso de as- nias de numerosas fructificaciones. En el resto de España pare-
pecto céreo, blanco a blancuzco. Olor débil, poco distintivo. ce ser una especie más propia de coníferas, y en este sentido
ARROYO (1990) cita ejemplares en pinares de Pinus halepensis y
MORENO & al. (1991) los cita bajo Juniperus thurifera y Quercus
Microscopía.- Peridio de 650-975 µm de espesor, compuesto
ilex subsp. ballota. Fructifica formando colonias en invierno.
por varias capas: la externa pseudoparenquimática, de textura
globulosa con células de 26-31 µm de diám. de la que parten
dos tipos de pelos unos de paredes gruesas a veces ornamen- Distribución.- En Andalucía ha sido citada en las provincias de
tadas, de color pardo-oscuro y otros de paredes más delgadas Córdoba, Granada y Almería, aunque se trata de una espe-
y tonalidad más clara, ambos de 5-7 µm de diám. y septados; la cie que puede estar presente en el resto de las provincias an-
media también pseudoparenquimática pero con células más daluzas.
angulares de 21-28 µm de diámetro; y la interna prosenquimá-
tica con hifas de 6-11 µm de diámetro. Paráfisis cilíndrica, en- Observaciones.- Esta especie se identifica bien por sus esporas
sanchada en los ápices donde miden de 6-8 µm de diám., hiali- elipsoidales con extremos no obtusos.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS SEMIHIPOGEOS 283
Pezizales, Otideaceae
Etimología.- Geopora {g} ∼ poro de tierra, por la forma de iniciar septados, ramificados, pardos y con paredes gruesas; y la inter-
la dehiscencia; sumneriana deriva del nombre Sumner, a quien na, que progresivamente se va haciendo hifal hacia el himenio.
está dedicada la especie. Himenio con paráfisis cilíndrico-claviforme, ensanchada en los
ápices (llegando a las 7µm de diám.), hialina, ramificada y sep-
Descripción.- Fructificación cupuliforme, subglobosa, de 3-9 cm tada. Ascos operculados, cilíndricos, de 300-350 x 18-20 µm, no
de diám., sésil, cerrada cuando está bajo tierra, pero cuando amiloides, octospóricos y uniseriados. Ascosporas, elipsoidales,
aflora a la superficie para expulsar las esporas se abre irregu- de 30-35 x 13-15 µm, lisas, hialinas, uni o bigutuladas.
larmente asemejando a una estrella con lóbulos o dientes des-
iguales que terminan curvándose. Peridio pardo-claro a cane- Hábitat y periodo de fructificación.-. Se trata de una especie
la, con una densa cubierta de pelos largos y flexuosos entre los generalmente ligada a Cedrus sp., aunque los ejemplares an-
que quedan incrustados restos de sustrato, compuesto por va- daluces han sido recolectados bajo Larix decidua. Por tanto, y
rias capas fácilmente apreciables a simple vista: una capa ex- al tratarse de especies vegetales foráneas y ornamentales, sue-
terna pilosa ya citada, a continuación una capa carnosa, com- len encontrarse en lugares ajardinados o en antiguas repobla-
pacta, dura, de 2-3 mm de grosor, de color blanco-carnoso, y ciones. Fructifica en pequeños grupos, en primavera.
más hacia el interior el himenio, liso de color crema que delimita
a una cámara glebal hueca. Olor poco apreciable. Distribución.- Hasta la fecha, en Andalucía sólo ha sido citada
en la provincia de Granada.
Microscopía.- Peridio grueso de 1500-3000 µm de espesor, en el
que se pueden diferenciar dos capas: la externa, pseudopa- Observaciones.- Se separa de otras especies del género por el
renquimática, de la que parten pelos de 12-14 µm de diám., mayor tamaño de sus esporas y su hábitat.
284 GUÍA DE HONGOS SEMIHIPOGEOS Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía.
Russulales, Russulaceae
F. D. Calonge
Etimología.- Macowanites deriva del nombre del profesor Mac tis, compuesta de hifas gelatinizadas, de 2,25-7,5 µm de diám.;
Owan (Sudáfrica) a quién se dedicó el género; ammophilus {l} subpellis en intrincata cutis con hifas no gelatinizadas, de 4-10
∼ amante de la arena, por su hábitat. µm de diám.
Descripción.- Fructificación de 1-3 cm de diám., subglobosa, Hábitat y periodo de fructificación.- Habita en dunas arenosas
pero irregular por la presencia de un estipe bien desarrollado costeras, bajo pino piñonero (Pinus pinea), camarina (Corema
en la madurez, que es muy poco patente en algunos ejempla- sp.), jarilla (Halimium sp.) y sabina (Juniperus phoenicea). Fructi-
res inmaduros. Píleo de 1,5-8 cm de diám., en la mayoría de los fica constituyendo colonias de escasos ejemplares, en invierno,
casos jibosos, deprimido a umbilicado, no expandido. Peridio li- en el mes de noviembre.
so, naranja claro al principio, y maculado con tonalidades na-
ranjas más intensas o parduscas en la madurez o al roce. Gle- Distribución.- Endémica de Andalucía y Portugal. Hasta el año
ba naranja clara, adquiriendo tonos pardo-anaranjados con la 2004 se había citado únicamente en la provincia de Huelva, no
edad, constituida por cámaras laberintoides; al madurar que- conociéndose más hallazgos en el mundo. Posiblemente se en-
da expuesta en el margen del píleo desapareciendo en esta cuentre también en provincias limítrofes en ambientes dunares
zona el peridio. Estipe-columela sólido, algo cavernoso en el es- o arenosos similares.
tipe, percurrente, cilíndrico, de 1-4 x 0,7-2,5 cm, inicialmente de
color blanco con manchas pardas en la base. Olor débil, poco Observaciones.- La especie estuvo en un principio asignada al
apreciable, afrutado. género Gymnomyces como consecuencia de una deficiente
identificación al partir de una colección de ejemplares poco
Microscopía.- Peridiopellis de 125-200 µm de grosor; suprape- maduros que aún no presentaban estipe. En estado maduro
llis de estructura intrincata tricodérmica de 15-40 x 2-5 µm con presenta un estipe bien desarrollado y la gleba permanece ex-
elementos cilíndricos, sinuosos, claviformes, lanceolados o mu- puesta en la madurez en el margen de pileo, estando ausente
cronados, sin dermatocistidios; mediopellis en intrincata ixocu- en esta zona el peridio.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GUÍA DE HONGOS SEMIHIPOGEOS 285
Russulales, Russulaceae
F. D. Calonge
Etimología.- Macowanites deriva del nombre del profesor Mac matocistidios; mediopellis en intrincata ixocutis, compuesta de
Owan (Sudáfrica) a quién se dedicó el género; vinaceodorus {l} hifas gelatinizadas, de 1,25-3,75 µm de diám. con pigmentos in-
∼ con olor a vino. tracelulares violáceos o rosados; subpellis en intrincata cutis con
hifas no gelatinizadas, de 2-6 µm de diám.
Descripción.- Píleo de 3-8,5 cm de diám., convexo a planocon-
vexo y deprimido, con margen involuto. Peridio liso, con grá- Hábitat y periodo de fructificación.- Habita en dunas arenosas
nulos de arena adheridos, inicialmente unido al estipe, pero costeras, bajo pino piñonero (Pinus pinea), y en las cercanías
pronto separado de él, blanco rosado, pálido en el margen, otras especies vegetales como camarina (Corema sp.), jarilla
más oscuro en el centro. Estipe-columela percurrente, cilíndri- (Halimium sp.), regalí (Helichrysum), etc. Fructifica constituyen-
co o atenuado en la base, de 1,5-4 x 0,8-2,5 cm, con rizomorfos do colonias de numerosos ejemplares, en invierno, en el mes de
bien desarrollados, blancos. Contexto blanco, inicialmente só- noviembre.
lido, después cavernoso en el estipe. Gleba loculada en la zo-
na superior, sublamelada en la zona inferior, inicialmente unida Distribución.- Endémica de Andalucía. Hasta el año 2004 se ha-
al estipe-columela, pronto completamente libre exponiendo las bía citado únicamente en la provincia de Huelva, no conocién-
subláminas-cámaras, naranja-claro. Esporas en masa (en los ló- dose más hallazgos en el mundo. Posiblemente se encuentre
culos) pálido anaranjadas. Olor intenso, a vino en fructificacio- también en provincias limítrofes en ambientes dunares o areno-
nes frescas; recuerda al olor de las frutas viejas antes de la fer- sos similares.
mentación. Sabor dulzón al principio pero algo acre después
de unos minutos. La carne vira a rosácea en contacto con el Observaciones.- Esta especie semihipogea recuerda lévemen-
FeSO4, pero no vira en presencia de otros reactivos como el te a una Rúsula, de hecho se incluye dentro de la misma familia.
guayaco. Básicamente presenta la siguiente combinación de carácteres
que permiten separarla de otras especies del mismo género:
Microscopía.- Peridiopellis de 150-250 µm de grosor; suprapellis olor a vino, mayor tamaño, peridio rosado a violeta, gleba su-
de estructura intrincata tricodérmica constituida por hifas y ele- bláminada naranja-clara, rizomorfos basales, y hábitat en du-
mentos cilíndricos a claviformes de 30-75 x 2,5-11 µm, sin der- nas litorales bajo pino piñonero (Pinus pinea).
286 GUÍA DE HONGOS SEMIHIPOGEOS Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía.
Phallales, Hysterangiaceae
Etimología.- Phallogaster {l} ∼ pene en estómago, por su rela- Microscopía.- Peridio de 700-1200 µm de espesor, pseudoparen-
ción con el Orden Phallales en el que algunas especies aseme- quimático. Trama de las cámaras glebales gelatinizada. Cáma-
jan a un pene, pero en este caso en el interior del estómago o ras glebales muy pequeñas, invisibles al ojo sin lupa o micros-
gleba; saccatus {l} ∼ en forma de saco. copio. Himenio con basidios de hexospóricos a octospóricos.
Basidiosporas oblongo-elipsoidales, de 4-5 x 1,5-2 µm, alantoi-
des, gutuladas.
Pezizales, Pezizaceae
Etimología.- Sarcosphaera {g} ∼ esfera carnosa; y crassa {l} ∼ Hábitat y periodo de fructificación.- Se trata de una especie tí-
gorda, gruesa. pica de coníferas que crece bajo y entre las acículas, hábitat
este donde alcanza su máximo desarrollo, tanto en tamaño co-
mo en número de ejemplares. También se ha recolectado en
Descripción.- Fructificación globosa cuando hipogea, de 2-12
encinares de Quercus ilex subsp. ballota y pinares de pino ca-
cm de diám., en la madurez dehiscente por una abertura ini-
cialmente circular que termina abriéndose y resquebrajándose rrasco (Pinus halepensis), constituyendo colonias de numerosas
en lascinias triangulares. Peridio de blancuzco a pardo, glabro fructificaciones. Fructifica generalmente en primavera madu-
o débilmente escabroso, con superficie surcada. Gleba hueca, rando hacia el final de este periodo.
constituida por una cámara glebal simple o raramente por 2 a
4 cámaras formadas por los pliegues de la pared, blanca a gris Distribución.- Se ha encontrado en las provincias de Almería,
cuando joven, pasando a violeta-oscura en la madurez. Córdoba, Granada y Jaén, aunque debe estar presente en el
resto de las provincias andaluzas.
Microscopía.- Peridio constituido por células infladas irregulares.
Himenio en empalizada, con paráfisis cilíndrica, septada, de 5-
6(-7) µm de diám., parcialmente ramificada en la base, con ex- Observaciones.- Presenta ascos con opérculos funcionales, y
tremidades ligeramente curvadas. Ascos cilíndricos, de 300-360 aunque generalmente se encuentra de forma epigea, la fruc-
x 10-13 µm, con 8 esporas uniseriadas, amiloides cerca del ápi- tificación puede ser hipogea, de forma que TRAPPE (1979), CASTE-
ce, operculados. Esporas elipsoidales, con extremos claramen- LLANO & al. (1989) y MONTECCHI & LAZZARI (1993) la consideraron den-
te redondeados, de 10-18 x 6-8 µm, lisas, hialinas y bigutuladas. tro del grupo de los hongos hipogeos.
Instantáneas de los
colaboradores y actos
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. INSTANTÁNEAS DE LOS COLABORADORES Y ACTOS 291
Localización de una especie de trufa nueva para la ciencia en Hábitat y localización exacta de turma (2002) Colaboradores y hábitat de turma en Granada (2002)
la provincia de Córdoba (1994)
Acto de la primera plantación de jarilla almeriense micorrizada Colaboradores durante una jornada de muestreo en la Tomando datos de una especie encontrada (2003)
con turma en el P.N. Sierra de María - Los Vélez (2003) provincia de Almería (2003)
Colaboradores durante una jornada de muestreo en la Identificación de hábitats de trufa de verano (2004) Localización de grandes ejemplares de turma de 450 gr. (2004)
provincia de Sevilla (2004)
Colaborador de prestigio durante una jornada de muestreo en Agentes de Medio Ambiente y Técnicos de la Consejería de Visita de inspección a una plantación de trufas de Granada
la provincia de Cádiz (2004) Medio Ambiente colaboradores durante una jornada de (2005)
muestreo en la provincia de Jaén (2004)
Protólogo y sinonimia
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. PROTÓLOGO Y SINONIMIA 295
Descomyces albus (Klotzsch) Bougher & Castellano in Elaphomyces mutabilis Vittad., Monographia Tubera-
Mycol. 85(2): 280-282, fig. 13, 15 y 17, (1993). cearum: p.65, pl. IV fig. XIV (1831).
≡ Rhizopogon album Berk. apud J.E. Smith, Engl. Fl. 5(2): 229
Elaphomyces trappei Galán & Moreno, Mycotaxon 42:
(1836), non Bull.: Fr., Syst. Mycol. 2: 293 (1823). 206 (1991).
≡ Hymenangium album Klotzsch apud Dietrich, Fl. Regn. Boruss.
7: 466 (1839). Endoptychum agaricoides Czernniaiev, Bull. Soc. Nat.
Moscou 18 (2): 146 (1845).
≡ Hymenogaster albus (Klotzsch) Berk & Br., Ann. Mag. Nat. Hist.,
ser. 1, 13: 349 (1844). ≡ Secotium agaricoides (Czern.) Hollos, Gasterom. Hung. 33
(1904).
= Hymenogaster Klotzschii Tul & C. Tul., Fung. Hipog.: 64 (1851).
=S. acuminatum Mont. Fl. Alg. 1: 371 (1846).
≡ Splanchnomyces albus Corda emend. Zobel apud Corda, Ico-
nes Fungorum 6: 40 (1854). =S. thunii Schulzer, Verh. Zool. Bot. Ges. Wien 15: 796 (1865).
= Hymenogaster maurus R. Maire, Bull. Soc. HIst. Nat. Afrique N. =S. szabolesiense Haszl. Verh. Zool. Bot. Ges. Wien 26: 217
22: 18 (1931). (1876).
= Hymenogaster weiblianus R. Maire, Bull. Soc. HIst. Nat. Afrique =Lycoperdon warnei Peck, Bull. Torrey Club 6: 77 (1879).
N. 22: 20 (1931). =Secotium warnei (Peck) Peck, Bull. Torrey Club 9: 2 (1882).
Elaphomyces anthracinus Vittad., Monographia Tube- =S. pedunculatum Lloyd, Myc. Not. 5: 788 (1918) (secc. Cun-
racearum: 66, pl. III fig. 8 (1831). ninghan).
≡ Lycoperdastrum anthracinum (Vittad.) Kuntze in Revi gen. pl. =S. globososporum Lloyd, Myc. Not. 7: 1276 (1924) (secc. Cun-
2: 858 (1891). ninghan).
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= Pseudobalsamia nigra (Harkn.) Szemere, Die unterird. Pilze Kar-
Genea lespiaultii Zobel in Corda Icones Fungorum 6, 58, t. patenbeckens p.121. (1965).
12 f. 105.- Sacc., Syll, 8, 875.- Mig. (1913), Pilze, 3, 98. = Pseudohydnotrya carnea Harkn., Proc. Calif. Acad. Sci. 3(1):
267 (1899) .
Genea sphaerica Tul. & C. Tul. f. lobulata Moreno-Arro-
yo, Gómez & Calonge, Boll. Gruppo Micologico Bresadola 41 = Pseudobalsamia carnea (Harkn.) Szemere, Die unterird. Pilze
(3): 205-210 (1998). Karpatenbeckens p.121. (1965).
Genea sphaerica Tul. & C. Tul. f. sphaerica, Fungi = Hydoncystis gyrosa E. Fisch. Hedwigia 37: 57 (1898).
Hypogaei: 120, pl. IV fig. 2, pl. XII fig. 1, pl. XIII fig. 6 (1851). = Geopora schackii P. Hennings, Beibl. Hedwigia 37: 2 (1898).
Genea subbaetica Moreno-Arroyo, Gómez & Calonge, = Geopora brunneola Harkn., Proc. Calif. Acad. Sci. 3(1): 270
Bol. Soc. Micol. Madrid 23: 85-89 (1998). (1899).
= Geopora magnata Harkn., Proc. Calif. Acad. Sci. 3(1): 270
Genea thaxterii Gilkey, Tuberales of North America: 19, figs. (1899) non sensu Gilkey (1939, 1954)
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≡ Helvella foliacea Schaeff., Fungorum qui in Bavaria et Palati-
= Genea perlata Corda, Icones Fungorum 6: 57, pl. 12 fig. 104 natu circa Ratisbonam nascuntur: 113 (1774).
(1854) fide Hawker (1954), Lawrynowicz (1988).
≡ Sepultaria foliacea (Scaeff.) Boud., Icon. mycol. 4: 201,2, pl.
Geopora arenicola (Lév.) Kers, Svensk Bot. Tidskr. 68: 345 359 (1908).
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. PROTÓLOGO Y SINONIMIA 297
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≡ Sepultaria nicaensis Boud., Bull. Soc. Mycol. France 7: 216, pl.
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(1831).
Geopora sumneriana (Cooke) Torre, An. lust. Bot. A. J.
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≡ Sepultaria sumneriana Cooke, Mycographia :246 (1879).
= H. citrus Tul., Fung. Hypog. 2: 74 (1853).
Gymnomyces dominguezii Moreno-Arroyo, Gómez &
= H. tomentellus Hesse, Hypog. Deutschl. 1: 112 (1891).
Calonge, Micol. Res. 103(2) 215-218 (1999).
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Gymnomyces sublevisporus Moreno-Arroyo, Llistosella lasne & Tulasne (1851).
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= H. vulgaris Tul. var. hessei Soehner in Krypt. Forsch. Bay. Bot. Ge-
Hydnangium carneum Wallr. apud Klotzsch in Dietr., Fl. sell. Munchen 6: 396 (1924).
regn. Boruss. 7: pl.465 (1839).
Hymenogaster luteus Vittad., Monogr. Tuberac.: 22
≡ Octaviania carnea (Wallr.) Zobel, Icon. Fung. 6: 36, pl. 7/66 (1831).
(1854).
≡ Splanchnomyces luteus (Vittad.) Corda, Icon. Fung. 6: 40
= Octaviania mollis De Not. in Comment. Soc. Crittog. Ital.1: 33 (1854).
pl.2/4 (1861).
= Octavianina mollis (De Not.) Kuntze, Rev. Gen. Pl. 3(2): 501 Hymenogaster lycoperdineus Vittad., Monogr. Tube-
(1898). rac. 22 (1831).
≡ Splanchnomyces lycoperdineus Corda, Icones Fung. 6: 42
Hydnocystis clausa (Tul.) Ceruti, in Bresadola, Icon. Mycol. (1854).
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≡ Genea clausa Tul. & C. Tul., Giorn. Bot. It. 1 (2): 59 (1844).
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= H. decorus Tul. in Ann. Sci. nat. Bot. sér. 2, 19: 374 (1843).
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Hydnotrya tulasnei (Berk.) Berk. & Br., in Ann. Mag. Nat. (1843) non Tul. in Ann. Sci. nat. Bot. sér. 2, 19: 375 (1843).
Hist. 18: 78 (1846).
≡ H. olivaceus var. modestus Berk. & Br. in Ann. Mag. Nat. Hist. ser.
≡ Hydnobolites tulasnei Berk., in. Ann. Mag. Nat. Hist. 13: 357 1, 18: 74 (1846).
(1844).
= H. calosporus Tul. & C. Tul., Fung. Hypog.: 70 (1851).
= Hydnotrya carnea Corda ex Zobel in Corda, Icones Fungorum
6: 61 (1854). = Splanchnomyces cordaeanus Zobel apud Corda, Icon. Fung.
6: 42 (1854).
≡ Hydnotrya tulasnei f. intermedia Bucholtz in Bull. Soc. Imp. Nat.
Moscou 4:337 (1095). Hymenogaster populetorum Tul., Ann. Sci. Nat. Bot. II.
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= Hydnotrya jurana Quél., Enchiridion Fungorum: 262 (1886) tes-
te Szemere (1965). ≡ Splanchnomyces populetorum Corda, Icon. Fung. 6: 42
(1854).
Hymenogaster arenarius Tul. & C. Tul. in Giorn. bot. ital.,
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2: 67 (1848).
= H. pusillus Berk. & Br. in Ann. Mag. Nat. Hist. ser. 1, 18: 75
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298 PROTÓLOGO Y SINONIMIA Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía.
Hymenogaster vulgaris Tul. apud. Berk. & Br. in Ann. Mag. Labyrinthomyces donkii Malençon, Persoonia 7(2): 264-
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= Rhizopogon albus Bull: Fr., Syst. Mycol. 2: 293 (1823), non R. al-
Macowanites ammophilus (Vidal & Calonge) Vidal &
bus Berk. apud J. E. Smith, Engl. Fl. 5(2): 229 (1836).
Calonge Rev. Cat. Micol. 24: 69-74 (2002).
= Hymenogaster griseus Tul. & C. Tul. in Ann.Sci. Nat. Bot., sér.
≡ Gymnomyces ammophilus Vidal & Calonge, Bol. Soc. Micol.
2, 19: 374 (1843), non H. griseus Vittad., Monogr. Tuberac.: 23
Madrid 24: 65-70 (1999).
(1831).
= Hymenogaster albus (Bull.: Fr.) Fr., Summa Veg. Scand. 2: 436 Macowanites vinaceodorus Calonge & Vidal Myco-
(1849), non H. albus Berk. & Br. in Ann. Mag. Nat. Hist. ser. 1, 13: taxon 79: 1-6 (2001)
349 (1844).
Melanogaster ambiguus (Vittad.) Tul. in Ann. Sci. Nat.,
= Splanchnomyces tulasneanus Zobel in Corda, Icon. Fung. 6: Bot. sér. 2, 19: 378 (1843).
43 (1854).
= Octaviania ambigua Vittad., Monogr. Tuberac.: 18, pl. 4/7
= Hysterangium australe Speg. in An. Soc. Cient. Arg. 11: 242 (1831).
(1881).
= Argylium liquaminosum Wallr., Fl. Cryptog. Germ. 2: 874
= Hymenogaster campester Becker, Natur. 35: 355 (1886).
(1833).
= Hymenogaster australis (Speg.) Speg. in An. Soc. Cient. Arg.
= Hyperrhiza liquaminosa (Wallr.) Klotzch apud Dietr., Fl. Reg. Bo-
29: 124 (1887).
russ. 7: nº 468 cum pl.(1839).
= Hymenogaster limosus Hesse, Hypog. Deutschl. 1: 133 (1891).
= Melanogaster klotzchii Corda, Icon. Fung. 5: 23 (1842).
= Hymenogaster tener Berk. & Br. var. arbuticola P. Henn. in Verh.
Bot. Ver. Prov. Brandenb. 40: 146 (1898). Melanogaster broomeianus Berk. apud Tul. in Ann. Sci.
Nat. Bot. sér. 2, 19: 377, pl.17/23 (1843).
Hysterangium clathroides Vittad. var. clathroides
≡ Melanogaster variegatus var. broomeianus Tul., Fung. Hypog.
Vidal, Monogr. Tuberac. 13-14 (1831).
93 (1851).
= Hysterangium thwaitesii Berk. & Br., Ann. Mag. Nat. Hist., ser. 2,
2: 267 (1848). = Tuber moschatum Sowerby, English Fung. pl. 426 (1815).- non
al.
= H. siculum Mattir., Malpighia 14: 91 (1900).
= H. rickenii Soehner, Sydowia 6: 251 (1952).
Melanogaster macrosporus Velen., Ceské houby p.
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Hysterangium clathroides Vittad. var. cistophilum
Tul. & C. Tul., Fungi Hypogaei: 81 (1851). Melanogaster variegatus (Berk.) Zeller & Dodge in Ann.
Mo. Bot. Gard. 23: 645 (1936).
= Hysterangium cistophilum (Tul. & C. Tul.) Zeller & Dodge, Ann.
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= Hysterangium clathroides Vittad. var. rubescens Quél., Enchiri- = Octaviania mutabilis Roumeg. in Rev. Mycol. 7: 23 (1885).
dion Fung. 246 (1886). = Octaviania brunnea Hesse, Hypog. Deutschl. 1: 78 (1891).
≡ H. rubescens Pat., Soc. Myc. France Bull. 30: 351-352 (1914).
= Octavianina mutabilis (Roumeg.) O. Kuntze, Rev. Gen. Pl. 3(2):
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≡ Octaviania asterospora (Quél.) T. M. Fr. in Svensk. Bot. Tidskr. 3:
= H. clathroides Vittad. var. mutabile Bucholtz, Soc. Imp. Nat. 272 (1909).
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. PROTÓLOGO Y SINONIMIA 299
≡ Arcangeliella asterosperma (Vittad.) Zeller & Dodge in Ann. Más sinónimos hasta un total de 40 pueden consultarse en MAR-
Mo. Bot. Gard. 22: 266 (1935). TÍN (1996).
Pachyphloeus prieguensis Moreno-Arroyo, Gómez & Sarcosphaera crassa (Santi ex Steudel) Pouzar in Ceska,
Calonge, Bol. Soc. Micol. Madrid 21: 85-92 (1996). Mykologie 226: 35 (1972).
Phallogaster saccatus Morgan, J Cincinnati Soc. Nat. Sclerogaster compactus (Tul. & C. Tul.) Sacc., Syll. Fung.
Hist. 25: 171-172 (1893). 11: 170 (1895).
≡ Octaviania compacta Tul. & C. Tul. in Giorn. bot. ital., ann. 1,
Picoa juniperi Vittad., Monographia Tuberacearum p. 55
2(1): 56 (1844).
(1831).
= Hydnangium hysterangiodes Tul. & C. Tul., Fung. Hypog.: 76
Picoa lefebvrei (Pat.) Maire, Annales Mycologici 4:332 (1851).
(1906).
≡ Hydnangium compactum (Tul. & C. Tul.) Quél., Enchirid.: 247
= Phaeangium lefebvrei Pat., Journal de Botanique: 8: 155-156 (1886).
(1894).
= Sclerogaster lanatus Hesse, Hypog. Deutschl. 1: 85 (1891), non
= Terfezia schweinfurthii Henn, Hedwigia 40: 100 (1901). S. lanatus Mattir. in Malpighia 14: 85 (1900).
Rhizopogon luteolus Fr. & Nordholm, Symb. Gast. 1: 5, ≡ Octavianina compacta (Tul. & C. Tul.) O. Kuntze, Rev. Gen.
1817, emend. Tul., Giorn. Bot. Ital. 2: 57, (1844). Plant. 3(2): 501 (1898).
= Rhizopogon obtextus (Spreng.) R. Rauschert in Hirsch, Wiss. S. = Octaviania hysterangioides (Tul. & C. Tul.) Lloyd, Mycol. Notes
Fr. 33: 318 (1984). 67: 1141 (1922).
= Rhizopogon virens (Alb. & Schw.) Fr., Systema Mycologicum, = Sclerogaster hysterangioides (Tul. & C. Tul.) Zeller & Dodge in
Vol. II: 294, 1823 - not Karsten, Mycologia Fennica III, 354-355, Ann. Mo. Bot. Gard. 22: 370 (1935).
1871; Karsten, Finlands Basisdvampar 18-19 (1889). = Sclerogaster broomeiannus Zeller & Dodge in Ann. Mo. Bot.
= Rhizopogon graveolens (Vittad.) Tul. & C. Tul., Fungi Hypogaei Gard. 22: 370 (1935).
88 (1851).
Terfezia arenaria (Moris) Trappe, Trans. Brit. Mycol. Soc. 57:
= Splanchnomyces cauvinianus Corda, Icon. Fung. 6: 39 (1854). 90 (1971).
= Splanchnomyces rabenhorstii Corda, Icon. Fung. 6: 39 (1854). ≡ Tuber arenarium Moris, Stirp. sard. elench. 3: 22 (1829).
= Rhizopogon induratus Cooke, Grevillea 8: 59 (1879). =Terfezia hispanica Lázaro, Revista Real Acad. Ci. Madrid 6: 814-
821 (1908).
= Rhizopogon rhizoporus Velen., Mykologia 8: 91 (1931).
=Terfezia leonis (Tul. & C. Tul.) Tul. & C. Tul., Fungi Hypogaei: 173
Rhizopogon roseolus (Corda) Th.M. Fr., Svensk. Botanisk (1851).
Tidskrift 3: 281-287, 1909.
= Rizopogon luteolus Fr. ss Krombholz, Nat. Abbild. 8: 21, tab. 6,
Terfezia claveryi Chatin, C. Rend., (113): 381 (1891).
f 13-15 (1843). = T. hafizzi Chatin, La Trufe, 77, t. 15, f. 1 (1892).
= Rhizopogon rubescens Tul. & C. Tul., Giorn. Bot. Ital. 2: 58 = T. hanotauxii Chatin, Bull. Soc.Bot. Fr., 52: 619 (1895).
(1844).
Terfezia leptoderma Tul. & C.Tul. , Fung. Hyp.: 175 (1851).
= Rhizopogon provincialis Tul. & C. Tul., Fungi Hypogaei, p. 88-
89 (1851). Tuber aestivum Vittad., Monographia Tuberacearum p.38,
= Rhizopogon rubescens Tul. & C. Tul. var. vittadinii Tul. & C. Tul., pl.II fig. 4 (1831).
Fungi Hypogaei, p. 89-91 (1851). = Tuber albidum Cesalp.: Fr., Syst. mycol. 2:291 (1823).
= Rhizopogon webbii (Corda) Tul. & C. Tul., Fungi Hypogaei, p. = Tuber blotii Deslandes in Mém. Soc. Linn. Calvad. 1824:47
91 (1851). (1824).
= Splanchnomyces luteolus Corda, Icon. Fung. 6: 38,(1854). = Aschion nigrum Wallr. in Fl. crypt. Germ. 2:267 (1833).
= Splanchnomyces dubius Corda, Icon. Fung. 6: 38 (1854). = Tuber bituminatum Berk. & Br. in Ann. Mag. Nat. Hist. ser. 2,7:
183 (1851).
= Splanchnomyces virens Corda, Icon. Fung. 6: 38-39 (1854).
= Tuber bohemicum Corda, Icones Fungorum 6, pl. XVIII fig. 128
= Rhizopogon vulgaris (Vittad.) M. Lange, Dansk. Botanisk Arkiv
(1854).
16 (1): 56-58 (1956).
= Tuber culinare Zobel in Corda, Icones Fungorum 6:81 (1854).
= Rhizopogon vulgaris (Vittad.) M. Lange ss. Svrcek, Flora C.S.R.,
B1 Gasteromycetes, 130-134, 1958 (in part.) = Tuber gallicum Corda, Icones Fungorum 6: 82,pl. XIX fig. 138
300 PROTÓLOGO Y SINONIMIA Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía.
Tuber excavatum Vittad., Monographia Tuberacearum = Tuber cinereum Tul. & C. Tul. in Giorn. bot. ital., ann. 1,2(1):62
p.49, pl.I fig. 7 (1831). (1845).
= Aschion fuscum Wallr. in Fl. crypt. Germ. 2:866 (1833). = Tuber scleroneurum Berk. & Br. in Ann. Mag. Nat. Hist. ser. 2, 7:
184 (1851).
= Tuber montagnei Zobel in Corda, Icones Fungorum 6: 75
(1854). = Tuber vacini Velen., Nov. Mycol. Noviss. p.96 pl.I fig. 27 (1947).
Tuber malençonii Donadini, Riousset & Chevalier, Bull. Soc. Wakefieldia macrospora (Hawker) Hawker in Phil. Trans.
Myc. France, XCIV (1978). Roy. Soc., Lond. ser B, 237: 521 (1954).
≡ Sclerogaster macrospora Hawker in Trans. Br. mycol. Soc. 34:
Tuber nigrum Bull., Herb. France, tab. 356 (1788). 218 (1951).
= Tuber melanosporum Vittad., Monogr. Tuber.: 36, tab. 2, fig. 3 = Hymenogaster thwaitesii sensu Vacek in Ceská Mykol. 3:
et tab. 3, fig. 20 (1831). 75 (1949), non Berk. & Br. in Ann. mag. Nat. Hist. ser. 1, 18: 75
(1846).
Tuber nitidum Vittad., Monographia Tuberacearum p. 48,
Tab. II, fig. X (1831). = Hymenogaster vacekii Svrcek in Flora CSR B1. Gasterom.: 726
(1958).
≡ Rhizopogon nitidus Rabenhorst (1884, 247).
≡ Oogaster nitidus Zobel in Corda Ic. Fung.,6 71, Pl. XV, fig. 117
Zelleromyces giennensis Moreno-Arroyo, Gómez & Ca-
(1854). longe, Cryptogamie, Micol. 19(1-2): 107-111 (1998).
≡ Arcangeliella giennensis (Moreno-Arroyo, Gómez & Calonge)
= Tuber rufum f. nitidum E. Fisch. Tub. u. Hem., 59 (1897).
J.M. Vidal in Rev. Cat. Micol. 26: 74 (2004).
= Tuber rufum (Pico) Fr. f. nitidum (Vittad. 1831) Mont. & Lazz.
(1994).
Tuber panniferum Tul. & C. Tul., Giorn. Bot. Ital. 2:62 (1845).
Tuber puberulum Berk. & Br. in Ann. Mag. Nat. Hist. 18:81
(1846).
Tuber rapaedorum Tul. & C. Tul. in Ann. Sci. Nat., Bot. ser.
II, 19:300 (1843).
Tuber rufum Pico: Fr., Syst. Mycol. 2: 292 (1823); Pico in Mele-
Claves de identificación
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. CLAVES DE IDENTIFICACIÓN 305
Claves de identificación
ASCOMYCOTA
1. Ascoma hueco al principio, llenándose luego de hifas ascógenas; ascos globosos, no amiloides, evanescentes; esporas negruzcas en
la madurez, llenando la cámara glebal de una masa pulverulenta ....................................................................................... Elaphomycetales
(una sola familia: Elaphomycetaceae
y un solo género: Elaphomyces)
1’. Ascoma no hueco al principio; ascos subglobosos, elipsoidales o cilíndricos, amiloides o no, no evanescentes; esporas pigmentadas o
no en la madurez; gleba con venaciones o con cámaras ....................................................................................................................... Pezizales
Orden PEZIZALES
1. Ascos amiloides...................................................................................................................................................................................... Pezizaceae
(Sarcosphaera crassa)
1’. Ascos no amiloides ................................................................................................................................................................................................... 2
4. Esporas elipsoidales o subglobosas; siempre con el mismo tipo de ornamentación dentro del mismo ascoma ..................... Tuberaceae
(un solo género: Tuber)
4’. Esporas globosas; en un género, con ornamentación de dos tipos dentro del mismo ascoma ............................................ Terfeziaceae
Familia BALSAMIACEAE
1. Esporas gutuladas, de 10-40 x 10-25 µm; gleba con multitud de cámaras ........................................................................................ Balsamia
(B. vulgaris)
1’. Esporas no gutuladas, de 25-100 x 20-50 µm; gleba compacta ................................................................................................................ Picoa
Familia HELVELLACEAE
1. Ascosporas globosas, hialinas a débilmente pardo amarillentas, ornamentadas con pequeñas espinas, tubos u hoyos; ascoma de 1-10
cm de diám., columela ausente ........................................................................................................................................................... Choiromyces
(C. gangliformis)
1’. Ascosporas de otra forma ........................................................................................................................................................................................2
2. Ascosporas elipsoidales, pardo oscuras, ornamentadas con amplias crestas o verrugas cónicas; columela presente o ausente............
........................................................................................................................................................................................................................... Fischerula
(F. macrospora)
2’. Ascosporas globosas, pardo rojizas, ornamentadas con amplias verrugas; columela ausente ....................................................Hydnotrya
(H. tulasnei)
Familia OTIDEACEAE
1. Ascoma con abertura apical; con paráfisis modificadas apicalmente para formar un epitecio .................................................................2
1’. Ascoma sin abertura apical; sin epitecio ..............................................................................................................................................................3
2. Esporas verrugosas uniseriadas en los ascos; ascos cilíndricos, himenio sólo ocasionalmente interrumpido por zonas estériles de paráfi-
sis ........................................................................................................................................................................................................................... Genea
2’. Esporas equinuladas, uniseriadas o biseriadas en los ascos; ascos claviformes a elipsoidales regularmente separados por zonas estéri-
les constituidas por paráfisis o células isodiamétricas ................................................................................................................................ Genabea
(G. cerebriformis)
3. Gleba de apariencia compacta, constituida por multitud de pequeñas cámaras laberintiformes; esporas verrugosas ............................
...............................................................................................................................................................................................................Labyrinthomyces
(L. donkii)
3’. Gleba hueca, simple, con una sola cámara glebal o varias resultantes de los pliegues de la pared del ascoma; esporas lisas ............4
4. Ascos no operculados; cámara glebal revestida de hifas entrelazadas; ascoma de 0,4-2 cm de diám.; esporas globosas, de 24-35 µm
de diám........................................................................................................................................................................................................ Hydnocystis
(H. clausa)
4’. Ascos operculados; cámara glebal revestida de himenio; ascoma de 1-10 cm de diám.; esporas elipsoidales a subglobosas de 20-30
x 13-24 µm ......................................................................................................................................................................................................... Geopora
(G. cooperi)
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. CLAVES DE IDENTIFICACIÓN 307
Familia TERFEZIACEAE
1. Ascos con 2-4 esporas generalmente uniseriadas; ascosporas con ornamentación muy diferente dentro del mismo ascoma e incluso
dentro del mismo asco, con espinas o reticuladas o una mezcla de ambas.......................................................................................... Delastria
(una sola especie: D. rosea)
1’. Ascos con (3)5-8 esporas no uniseriadas; ascosporas con espinas, papilas o retículo, pero en especies diferentes, no existiendo diversi-
dad de ornamentación en una misma especie o en un mismo ascoma ............................................................................................................. 2
Género ELAPHOMYCES
1’. Córtex duro y coriáceo, esporas asperuladas con crestas, surcos, espinas poco definidas y grietas.......................................................... 2
4. Córtex liso, envuelto en una gruesa capa micelial parda; esporas de 12-14 µm.......................................................................... E. mutabilis
4’. Córtex débilmente verrugoso, sin envoltura miceliar; esporas de 20-24 µm .............................................................................. E. anthracinus
Género GENEA
1’. Gleba casi compacta constituida por gran cantidad de pliegues o circunvoluciones ................................................................................ 3
4’. Esporas con ornamentación muy característica constituida por placas poligonales o verrugas hemisféricas.. ........................................ 6
5. Ascoma de 0,4-1,5 cm de diám., con 10-20 gibosidades; peridio con una sola fila de células de paredes gruesas pigmentadas en las
verrugas; estas células miden 15-30 µm; netamente invernal. ..........................................................................................................G. subbaetica
5’. Ascoma de 1,3-2,5 cm de diám., con 20-40 gibosidades; peridio con más de una fila de células de paredes gruesas pigmentadas en
las verrugas; estas células miden 40-80 x 20-40 µm; netamente primaveral...................................................................................... G. verrucosa
Género GEOPORA
(basada en MORENO & al., 1986)
3. Apotecio sobrepasando los 10 cm de diám.; ascosporas de 30-35 x 14-15 µm; bajo cedru y alerce ...................................G. sumneriana
3’. Apotecio más pequeño, de 2-5 cm de diám.; ascosporas de (26-)29-35 x (14-)15-18 µm; creciendo debajo de otros tipos de vegeta-
ción ............................................................................................................................................................................................................... G. nicaensis
4. Apotecio delgado (excípulo entre 300-400 µm de espesor) de 1-3 cm de diám., entre briófitos, con abertura más o menos estrellada,
himenio grisáceo ........................................................................................................................................................................................G. arenicola
4’. Apotecio carnoso (excípulo entre 1000 y 1200 µm), generalmente de 1-4 cm de diám., bajo diversos tipos de vegetación y general-
mente cupuliforme en la madurez, himenio crema-amarillento ........................................................................................................... G. foliacea
Género Picoa
1. Peridio pardo rojizo a pardo oscuro, con escasas verrugas no uniformemente distribuidas y pelos largos, de 8-10 µm de color pardo ..
........................................................................................................................................................................................................................ P. lefebvrei
1’. Peridio negro, densamente ornamentado con verrugas regularmente distribuidas y pelos más pequeños e hialinos ............. P. juniperi
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. CLAVES DE IDENTIFICACIÓN 309
Género TERFEZIA
2. Esporas de 20-26 µm de diám. con verrugas gruesas o tronco-cónicas, similares a dientes de engranaje ................................ T. arenaria
Género TUBER
3. Peridio pardo, aterciopelado, con pelos muy patentes. .............................................................................................................. .T. panniferum
4. Esporas con retículo irregular constituido por 4-10 celdillas en visión frontal .................................................................................. T. aestivum
4’. Esporas con retículo regular, semejante a un panal de abejas, constituido por más de 20 celdillas en visión frontal.......... T. malençonii
6. Peridio liso, amarillento; gleba parda rojiza; esporas ocráceas ......................................................................................................... . T. nitidum
6’. Peridio débilmente verrugoso o con pequeñas placas, rojizo; gleba violácea; esporas amarillentas............................................. T. rufum
7. Ascoma con una cavidad basal; peridio constituido por hifas aglutinadas entrelazadas....................................................... T. excavatum
7’. Ascoma sin cavidad basal; peridio pseudoparenquimático o prosenquimático, con células aglutinadas o no ..................................... 8
12. Ascoma marcadamente puverulento, con pelos generalmente de 60-110 x 4--9 µm.; esporas subglobosas .................... . T. puberulum
12’. Ascoma finamente puverulento, con pelos generalmente de 35-80 x 3-5 µm; esporas elipsoidales o anchamente elipsoidales............
............................................................................................................................................................................................................................ T. borchii
BASIDIOMYCOTA
1. Esporas hialinas o casi hialinas .................................................................................................................................................................................2
2. Esporas ornamentadas, amiloides; contexto peridial heterómero, con esferocistos; fíbulas ausentes ......................................... Russulales
2’. Esporas lisas u ornamentadas, inamiloides; contexto peridial homómero, careciendo de esferocistos; fíbulas presentes o ausentes ... 3
4. Columela presente; esporas estrechamente fusoides; fíbulas presentes; con rizomorfos ................................................................ Phallales
(Una sola familia: Hysterangiaceae)
4’. Columela ausente; esporas estrechamente elipsoidales; fíbulas ausentes; a veces cubiertos por conspicuos rizomorfos .........................
............................................................................................................................................................................................................................ Boletales
(Rhizopogonaceae, Rhizopogon)
6. Esporas pardo-oliváceas-oscuras, lisas; gleba negra, sólida, con cámaras gelatinizadas ................................................ Melanogastrales
(Melanogastraceae, Melanogaster)
6’. Esporas pardo-amarillentas; gleba de diferente color y estructura..................................................................................... . Hymenogastrales
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. CLAVES DE IDENTIFICACIÓN 311
Orden AGARICALES
1. Gleba con pseudoláminas paralelas que parten de la cara interna del peridio hasta la columela ........................................ Secotiaceae
(Endoptychum, E. agaricoides)
1’. Gleba laberíntica, constituida por cámaras irregulares pequeñas ........................................................................................ Hydnangiaceae
(Hydnangium, H. carneum)
Orden HYMENOGASTRALES
1. Esporas de 3-5 µm de diám. ....................................................................................................................................................... Gastrosporiaceae
(Gastrosporium, G. simplex)
1’. Esporas de mayores dimensiones ........................................................................................................................................................................... 2
2. Esporas globosas a subglobosas, de 5-16 µm de diám., fuertemente ornamentadas con gruesas espinas ................... Octavianinaceae
2’. Esporas elipsoidales a fusiformes, 10-20 µm de longitud, lisas a verruculosas.................................................................. Hymenogastraceae
Orden RUSSULALES
1. Esporas balistospóricas, asimétricas, con placa suprahilar y un corto y cónico apendice hilar portando un “punctum lacrimans” en po-
sición adaxial y un hilum terminal en posición abaxial; carpóforo gasteroide o subagaricoide, siempre más o menos estipitado................
...................................................................................................................................................................................................................... Russulaceae
(Macowanites)
1’. Esporas estatimospóricas, simétricas, sin placa suprahilar ni “punctum lacrimans”, con un apéndice hilar cilíndrico terminado en un lar-
go hilum, a veces unido a restos de esterigma; carpóforo gasteroide, estipitado o no .................................................. . Elasmomycetaceae
Familia ELASMOMYCETACEAE
(basada en BEATON & al., 1984)
1. Trama de las cámaras glebales heterómera, con nódulos de esferocistos ............................................................................... Gymnomyces
1’. Trama de las cámaras glebales homómera, sin nódulos de esferocistos, a veces con esferocistos dispersos ........................................... 2
2. Esporas con ornamentación verrugosa a espinosa; elementos laticíferos ausentes o muy raros .................................................... Martellia
2’. Esporas con ornamentación reticulada o crestas profundas; elementos laticíferos generalmente conspicuos................... Zelleromyces
(Z. giennensis)
Familia HYMENOGASTRACEAE
2. Carpóforos en grupos numerosos interconectados envueltos por una patente masa de hifas y rizomorfos con incrustaciones de humus
y restos vegetales .................................................................................................................................................................................. Chondrogaster
( C. pachysporus)
2’. Sin las características anteriores ..................................................................................................................................................... Hymenogaster
Familia HYSTERANGIACEAE
Familia OCTAVIANINACEAE
(basada en PEGLER & al. 1993).
1’. Gleba blanda, esponjosa, púrpura o gris-negruzca; esporas de más de 10 µm de diám. ............................................................................ 2
2. Esporas de 10-14 µm de diám., con espinas cónicas (-4 µm); gleba blancuzca a pardo-canela, nigrescente; basidioma de más de 3 cm
de diám., blanco, después púrpura negruzco o verdoso..................................................................................................................... Octavianina
(O. asterosperma)
2’. Esporas de 10-12 µm de diám., con verrugas o crestas cortas (<1,5 µm); gleba grisácea a pardo oscura; basidioma de hasta 2,5 cm de
diám., blancuzco........................................................................................................................................................................................ Wakefieldia
(W. macrospora)
Género HYMENOGASTER
(basada en PEGLER & al. [1993] y BOUGHER & CASTELLANO [1993])
2. Esporas papiladas, ferruginosas oscuras; basidioma de 1-3 cm de diám.; gleba ferruginosa oscura......................................... H. bulliardi
2’. Esporas no papiladas, amarillo sulfúreas, basidioma de 0,5-1,5 cm de diám.; gleba verdosa a amarillo-sulfúrea .......................................
........................................................................................................................................................................................................Hymenogaster luteus
5. Esporas, de 30-48 x 13-20 µm, lanceoladas fusoides; basidiomas de 1-2,5 cm de diám. ............................................................ H. olivaceus
5’. Esporas de 25-40 x 15-18 µm, alargadas fusiformes, con surcos longitudinales; basidiomas de 1-5 cm de diám. ...................... . H. citrinus
6. Peridio blanco-pardusco, rojizo en sección; gleba pardo-canela; esporas amarillentas, de 16-22 x 10-17 µm....................... . H. arenarius
6’. Peridio blanco-níveo, blanco en sección; gleba grisáceo-vinosa; esporas pardas, de 14-19 x 9-12 µm ....................................... H. niveus
10. Esporas con mixosporio plegado, ovofusoides; basidioma de 0,5-3 cm de diám...................................................................... H. thwaitesii
10’. Esporas con mixosporio adherido evidenciando las rugosidades, oblongoelipsoides a fusoides; basidioma de 3-4 (-4,5) cm de diám..
.............................................................................................................................................................................................................. H. lycoperdineus
Género HYSTERANGIUM
3. Basidioma rodeado de gran cantidad de micelio y cordones miceliares; peridio rojizo al roce o al contacto con el aire; asociado a
Quercus y Cistus ............................................................................................................................................................H. clathroides var. clathroides
3’. Basidioma con menos micelio y cordones miceliares; peridio enrojeciendo más intensamente; asociado específicamente a Cistus ....
........................................................................................................................................................................................ H. clathroides var. cistophilum
Género GYMNOMYCES
Género MACOWANITES
1. Fructificación grande, de 5-8,5 cm de diám del píleo; con olor a vino; con aspecto de Rúsula ..................................... .M. vinaceodorus
1’. Fructificación pequeña, de 1-3 cm de diám.; sin olor a vino; con aspecto de hongo hipogeo ......................................... M. ammophilus
Género MELANOGASTER
3. Peridio pardo oliváceo; esporas citriformes con un pronunciado ápice papilar ....................................................................... M. ambiguus
3’. Peridio amarillento o rojizo; esporas oblongas, generalmente no papiladas ........................................................................ M. macrosporus
Género RHIZOPOGON
(basada en MARTÍN, 1996)
4. Rizomorfos cubriendo la superficie peridial; peridio tipo luteolus; esporas truncadas en la base................................................. R. luteolus
4’. Rizomorfos no cubriendo la superficie peridial; peridio no escuamuloso, tipo roseolus, esporas no truncadas ni naviculadas R. roseolus
III. Glosario de términos
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GLOSARIO DE TÉRMINOS 319
Anastomosis. Fusión de elementos de la misma naturaleza: ve- Cianófilo, la. Que se tiñe con el azul de metilo (azul de algodón
rrugas, espinas, hifas, láminas, etc. Dos hifas dan lugar a una, o azul de lactofenol).
dos láminas se funden en una sola, etc. En el caso de verrugas Citriforme. En forma de limón.
y espinas para formar crestas o subretículos.
Clamidospora. Parte de una hifa que se rodea de una pared
Anchamente elipsoidales. Entre elipsoidales y circulares. gruesa y se separa del micelio parental. Se comporta como
Apéndice esterigmal. Extensión del basidio al cual se une la es- una espora de resistencia. En general de forma redondeada.
pora. Claviforme. Que tiene forma de clavo o porra.
Apéndice hilar. Pequeña verruga o proyección cónica que co-
Coalescencia. Propiedad de las cosas de unirse o fundirse.
necta la espora con el esterigma.
Columela. Estructura estéril que penetra en la gleba, simple o
Apical. Relativo al ápice, que se halla en él.
ramificada; a menudo una prolongación del pedúnculo.
Acuto. Agudo.
Convoluta. Estructura que se arrolla sobre sí misma.
Apículo. Corta proyección al final; proyección con la cual una
Cordones miceliares. Unión más patente de las hifas del micelio
espora se fija al esterigma.
para formar una estructura parecida a delgados cordones.
Articuladas. Que tiene articulaciones debido al conjunto de
elementos que la forman. Coriáceo, a. De consistencia recia aunque con cierta flexibili-
dad, como el cuero.
Ascocarpo. Cuerpo fructífero de los Ascomicetos.
Córneo, a. De consistencia parecida al cuerno.
Ascomiceto. Grupo grande de hongos en el cual el asco es el
carácter de diagnóstico. Córtex. En ascomicetos la capa más externa y coriácea del pe-
ridio.
Asco. Célula en forma de saco que contiene las esporas de los
ascomicetos. Delicuescente. Tejidos, de los órganos o de las partes orgánicas
que se convierten en una masa fluida.
Ascospora. Espora de los ascomicetos.
Dendroide. Arborescente.
Asperulado, da. Superficie delicadamente rugosa, formada por
rugosidades muy finas. Deprimido, da. Comprimido.
Autolisis. Autodigestión de una célula o tejido por enzimas en- Dextrinoide. Que adquiere coloración pardo-rojiza en contacto
dógenas. con el reactivo de Melzer.
Base estéril. Zona inferior o base carente de esporas. Dicotómico, ca. Que se divide o bifurca en dos ramas más o
menos iguales.
Basidio. Estructura que lleva sobre su superficie un número defi-
nido de esporas. Edáfico, ca. Perteneciente o relativo al suelo.
Basidiocarpo. Cuerpo fructífero portador de basidios. Elipsoidales. De forma que recuerda a una elipse.
320 GLOSARIO DE TÉRMINOS Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía.
Endémico, ca. Propio o exclusivo de determinadas localidades Gleba. Zona productora de esporas encerrada por el peridio,
o regiones. que incluye tejidos fértiles y estériles. Puede ocurrir que esté divi-
dida en cámaras mediante una trama de pseudotejido estéril.
Episporio. Una de las cinco capas de la pared esporal. La se-
gunda capa desde dentro hacia fuera, la más gruesa, la capa Globoso, sa. Con forma intermedia entre oval y esférica.
fundamental que determina la forma de la espora.
Gredoso, sa. Con apariencia de greda o arcilla blancuzca.
Epitecio. Capa situada sobre la superficie del himenio de un
apotecio, formada por la unión de los ápices de las paráfisis Gútula. Gota lipídica en el citoplasma de las esporas.
existentes sobre los ascos. Gutulado, da. Referido a la espora, con una o varias gotitas lipí-
Equinulado, da. Aculeado. dicas en el citoplasma.
Espora. Célula reproductora de los hongos, capaz de germinar Heterotrópicas. Referido a las esporas que se originan oblícua-
y producir otros hongos. mente en el ápice del esterigma. (Características de las balis-
tosporas).
Estatimospóricas. En lo referente a los basidios que tienen espo-
ras que no se lanzan fuertemente sino pasivamente. Hialino, na. Transparente como si fuera de cristal, incoloro.
Esterigma. Rama o estructura hifal, que sostiene un esporangio, Hifa esporogénica. Hifa generadora de esporas.
un conidio o una basidióspora. Hifa sustentadora. Hifa que soporta a la clamidospora.
Estípite. Pie. Hifas. Filamento individual que forma el cuerpo del hongo, que
Evaginación. Protuberancia o saliente hueco de un conducto puede ser con tabiques o sin ellos. Unidad estructural de la ma-
o cavidad orgánicos. yoría de los hongos; es un filamento tubuloso.
Evanescente. Que desaparece rápidamente y se desintegra Hilo terminal. Una marca o cicatriz en el punto de unión con la
con facilidad. célula conidiógena o esterigma.
Excípulo. Capa externa de las fructificaciones de algunos As- Himenio. Parte fértil del cuerpo fructífero donde se forman las
comycetes. esporas de origen sexual.
Fenólico. Que recuerda al fenol. Huésped. Organismo que acoge en su seno o en su superficie
al hongo.
Fenología. Periodo estacional de fructificación de los hongos.
Inamiloides. Que no se vuelve azul con el Yodo, por no conte-
Fibrilosa. Cubierta por fibras sedosas. ner sustancias amiláceas.
Filogenia. Historia de la estirpe de un organismo. Se ocupa del Indehiscentes. Se refiere a los ascos que cuando están madu-
estudio del origen y desarrollo de los organismos. ros no se rompen de una manera regular o que no se abren en
Foseta basal. Hundimiento en la parte inferior de ciertas trufas. toda su longitud, por ejemplo por opérculos o a lo largo de una
línea predefinida.
Foseta basilar. Ver foseta basal.
Isodiamétrico, ca. De igual diámetro.
Fructificación. Estructura fúngica compleja que contiene o sos-
tiene las esporas. Jaspeado, da. Veteado o salpicado de pintas como el jaspe.
Fuliginoso, sa. Negruzco, como tiznado de hollín. Laberintiforme. Aplíquese a las cavidades largas e irregulares,
tortuosas, a veces ramificadas, que presentan algunos cuerpos
Fúngico, ca. Propio de los hongos o relativo a ellos. fructíferos.
Fusiforme. De forma de huso. Laberintoide. Ver laberintiforme
Fusoide. Ligeramente ahusado, en forma de huso. Labirintuliforme. Ver laberintiforme.
Gametangio. Estructura productora de gametos. Lacunar. Que tiene cámaras más o menos regulares.
Gametas. Célula sexual diferenciada o núcleo sexual, que se
Lageniforme. Aplíquese al órgano ventrudo en la base y con la
fusiona con otro en la reproducción sexual.
parte superior más angosta.
Gelificado, da. O más propiamente gelatinizado, aplicado a
Lanuginoso, sa. Que tiene pelusa o vello.
las hifas, sobre todo de la cutícula, cuando al microscopio se
observan inmersas en una especie de sustancia hialina y refrin- Látex. Jugo como de leche, como en Lactarius.
gente.
Liliáceo. De color lila.
Generitypus. Género tipo, en el que se basó la descripción ori-
Lipídico, ca. Relativo a los lípidos o grasas.
ginal del género.
Lobulado, da. Que presenta lóbulos.
Giboso, sa. Que tiene giba, joroba o corcova.
Lóbulo. Cada una de las partes, a manera de abultamientos,
Glabro, ra. Liso, sin pelo, lampiño.
que sobresalen en el borde de una cosa.
Tesoros de nuestros montes. Trufas de Andalucía. GLOSARIO DE TÉRMINOS 321
Loculado, da. Con cavidades. Píleo. Parte superior o sombrero de ciertos tipos de ascocarpos
y basidiocarpos.
Maculado, da. Con máculas, manchado.
Piriforme. De forma de pera.
Mamiforme. Con forma de mama.
Pruina. Se refiere al recubrimiento céreo que presentan algunos
Melzer. Reactivo yodado que tiñe las estructuras celulares.
frutos como la uva o las ciruelas antes de ser manipulados. En
Micelio. Conjunto de hifas que constituyen el cuerpo vegetati- Micología por extensión se aplica al polvillo fino que recubre al-
vo de un hongo. gunas superficies.
Micorriza. Unión íntima de la raíz de una planta con las hifas de Pseudovenas. A modo de venas poco patentes.
determinados hongos. Simbiosis o estrecha relación entre la raíz Pubescente. Ligeramente peludo.
de una planta y un hongo, beneficiosa para ambos.
Quemado. Zona de una trufera donde no crece vegetación.
Mixosporio. Ver perisporium.
Rafanoide. Que tiene olor a rábano.
Monospórico. Que contienen una sola espora.
Refringente. Que produce refracción.
Mucronado, da. Terminado en una pequeña punta.
Reniforme. De forma parecida a la de un riñón.
Navicular. De forma abarquillada.
Reticulado, da. Que presenta retículos.
Obliterar. Obstruir o cerrar un conducto o cavidad.
Retículo. Estructura ornamental de esporas y otros órganos que
Oblongo, ga. Más largo que ancho. recuerda a una red o malla.
Octospórico. Referido a las ascas, que contienen ocho espo- Rimoso, sa. Que tiene resquebraduras o grietas.
ras.
Rizomorfo. Agregación de hifas para formar un cordón de as-
Oleaginoso, sa. Aceitoso, rico en aceite. pecto de raíz.
Ontogenia. Estudia el desarrollo del ser, a partir de la ovocélula Saprobio. Organismo que utiliza materia orgánica muerta co-
y hasta su formación definitiva. mo alimento.
Ortotrópicas. Dícese de las esporas con apéndice erecto y cen- Saprófito, ta. Organismo que utiliza materia orgánica muerta
trado en el ápice del esterigma (característico de las esporas procedente de plantas como alimento.
estatimosporas).
Saquiforme. Que tiene forma de saco.
Ovado, da. De forma de huevo.
Semihipogeo, a. Hongo que presenta un modo de vida a mitad
Ovoide. De forma de huevo. de camino entre epigeo e hipogeo.
Papila. Referido a una pequeña prominencia o mamelón en Septado, da. Con paredes transversales dispuestas con más o
forma de grano o papila. menos regularidad.
Papiloso, sa. Que tiene pequeñas prominencias. Septado, da. Provisto de septos o tabiques transversales dis-
Parafisoides. Se aplica a ciertos elementos himeniales acceso- puestas con más o menos regularidad.
rios estériles. Sésil. Sentado, carente de estípite o pie.
Pedicelado, da. Con pedicelo. Simbionte. Ver simbiosis.
Pedicelado, da. Provisto de pedicelo. Simbiosis. Asociación de dos seres de distinta especie en que
ambos resultan beneficiados.
Pedicelo. Prolongación de la espora que comunica con el es-
terigma. Sinuoso, sa. Que presenta ondulaciones.
Percurrente. Extendiéndose a lo largo de toda su longitud, co- Subcilíndrico, ca. Casi cilíndrico.
mo la columela.
Subdicotómico, ca. Casi dicotómico.
Peridio. Estructura envolvente de la gleba, formada por una o
Subelipsoidal. Casi elipsoidal.
varias capas.
Subesférico, ca. Casi esférico.
Perisporio. (=mucostratum, myxosporium). Una de las cinco ca-
pas de la pared esporal. La cuarta capa desde dentro hacia Subestipitado. Casi constituyendo un estípite.
fuera, frecuentemente fugaz, que envuelve a la espora ínte-
Subfusoide. Casi en forma de huso.
gramente y limita con la quinta capa, la apenas visible ectos-
porium (esporotecium). Subgloboso, sa. Casi esférico.
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