Enjoying your free trial? Only 9 days left! Upgrade Now
Brand-New
Dashboard lnterface
ln the Making
We are proud to announce that we are developing a fresh new dashboard interface to improve user experience.
We invite you to preview our new dashboard and have a try. Some features will become unavailable, but they will be added in the future.
Don't hesitate to try it out as it's easy to switch back to the interface you're used to.
No, try later
Go to new dashboard
Like
Share
Download
Create a Flipbook Now
Read more
TEXTO_EXTRARRENALES Read More
Home Explore Texto de Actualización - Asignatura 3 - Parte 2
Publications:
Followers:
Follow
Publications
Read Text Version
More from S&H Medical Science Medical S.L.
P:01

Manifestaciones sistémicas

extrarrenales

Texto de Actualización

P:02

MANIFESTACIONES SISTÉMICAS EXTRARRENALES

Dr. Lucio Pallarés Ferreres

Unidad de Enfermedades Sistémicas

Servicio de Medicina Interna

Hospital Universitario Son Espases. Palma de Mallorca (Baleares)

El espectro de las manifestaciones en el lupus eritematoso sistémico (LES) abarca,

desde síntomas característicos y que en ocasiones pueden ser diagnósticos, hasta otros

inespecíficos denominados así por ser estos comunes a muchas otras enfermedades.

En este apartado, se exponen las manifestaciones sistémicas del LES, con

excepción de la afectación cutánea y renal, que se comentan en apartados específicos.

1. Síntomas generales

1.1 Astenia y Fatiga

Con el término de astenia nos referimos a la sensación de cansancio o de falta de

fuerzas o energías suficientes para el desarrollo de una actividad, que ya está presente

antes de iniciar dicha actividad, y que no se recupera con el reposo. Utilizamos el término

de fatiga fácil, para referirnos a la que aparece con pequeños o moderados esfuerzos

de forma desproporcionada a los mismos, y así diferenciarla de la fatiga que se produce

y se corresponde con la realización de un esfuerzo proporcionado. No está presente

antes de iniciar la actividad y el paciente se recupera tras el reposo (1)

.

La astenia y la fatiga fácil son síntomas frecuentes en los pacientes con LES.

Pueden estar presentes hasta en el 80% de los pacientes en algún momento de la

evolución de la enfermedad, y en la mitad de los casos representarán el problema más

incapacitante y el principal motivo de acudir a la consulta (2). No siempre se relacionan

con la situación de actividad o de remisión de la enfermedad, son poco específicos y

difíciles de medir, no forman parte de los criterios de actividad y por supuesto tampoco

de los criterios para el diagnóstico y clasificación del LES. Sin embargo, en muchos

pacientes persisten después de haber conseguido la inducción de la remisión de un

brote clínico, o incluso se presentan sin que existan otros parámetros o indicadores de

actividad de la enfermedad. Esta situación condiciona una sensación de no curación por

P:03

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 2

parte del paciente, de no alcanzar una normalización de su estado de salud, y por tanto

es frecuente que manifiesten su impresión de no tener una buena calidad de vida (3)

.

Aun considerando estos síntomas como de interés y relevantes para el paciente, su falta

de correlación con los indicadores clásicos de actividad de la enfermedad, y el

desconocimiento de su etiopatogenia, hacen muy difícil poder establecer una

aproximación terapéutica más allá de la empírica y meramente sintomática.

Aunque la astenia y la fatiga fácil no se tienen en cuenta en las escalas

consensuadas de valoración clínica (SLEDAI, BILAG), tienen un protagonismo

indiscutible en las escalas y cuestionarios sobre la valoración de la Calidad de Vida.

Estas escalas y cuestionarios, paradójicamente, tienen cada vez un protagonismo

mayor ien la medición de la respuesta en ensayos clínicos y estudios de investigación(4)

.

Se han descrito diferentes hipótesis para explicar la etiopatogenia de estos

síntomas, en relación con la presencia de citoquinas, autoanticuerpos y otros

parámetros de laboratorio (5), que condicionaría una situación de actividad biológica e

inflamatoria subyacente. Si bien este hecho no ha podido ser confirmado, la

incorporación de las terapias biológicas, y la mejoría de estos síntomas experimentada

por muchos pacientes al recibir estos tratamientos por otros motivos, abre un interesante

campo para la investigación. Asimismo, situaciones que a veces nos pueden pasar

desapercibidas, como una ferropenia (aún sin desarrollo de anemia), un déficit de

vitamina D, un hipotiroidismo, cifras de cortisol basal reducido tras tratamientos largos

con corticoides, así como los factores psicosociales y el estado emocional del paciente

originado por el enfrentamiento a un proceso crónico, pueden ser, en algunos casos, la

verdadera causa subyacente (2,3)

.

1.2 Fiebre

La fiebre es un signo que aparecerá con bastante frecuencia a lo largo de la

evolución y seguimiento del paciente con LES. Se ha observado como síntoma inicial,

o forma de presentación, en el 35-40% de los pacientes, y en el 50% como manifestación

presente en algún momento del seguimiento. Existen dos situaciones que siempre

deberán analizarse ante el desarrollo de fiebre: la presencia de una infección, y la

existencia de un brote y actividad de la enfermedad.

Esto no siempre va a ser fácil, y en ocasiones será difícil diferenciar la infección de

un brote lúpico, puesto que pueden compartirse síntomas y alteraciones de laboratorio

comunes en ambos casos, a la vez que una infección puede ser el desencadenante de

un brote de la enfermedad. Se ha descrito la utilidad de la proteína C reactiva (PCR)

P:04

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 3

como parámetro válido para diferenciar ambas situaciones, de forma que la elevación

de la PCR en un paciente con LES que desarrolla fiebre apoyaría la etiología infecciosa.

No obstante, situaciones como el tratamiento con corticoesteroides pueden condicionar

niveles normales de PCR en presencia de una infección, y, por otro lado, la implicación

de la inmunidad innata responsable de la respuesta inflamatoria en el LES, resultará en

una elevación de la PCR. Tampoco la determinación de los valores de procalcitonina

(PCT) va a ser de utilidad para diferenciar una fiebre infecciosa, de la asociada a

actividad de la enfermedad (6,7). Sigue siendo, por tanto, controvertida la utilidad de

ambos parámetros, PCR y PCT en el diagnóstico diferencial de la fiebre en el LES.

Hay que tener muy presente que muchos de estos pacientes se tratan con

corticoides y/o inmunodepresores que, por un lado, pueden favorecer la aparición de

infecciones oportunistas y, por otro, pueden enmascarar parte de la clínica y de los

síntomas de la propia infección.

2. Aparato locomotor

La afectación del aparato locomotor es una de las principales manifestaciones del

LES, y puede afectar hasta el 95 % de los pacientes. En este apartado se describen las

diferentes formas de afectación osteoarticular en el LES: la artritis, la artropatía de

Jaccoud, y la miositis.

2.1 Artritis

La mayoría de los pacientes con LES desarrollarán síntomas articulares durante el curso

de la enfermedad, principalmente, rigidez, dolor e inflamación articular. El patrón es

recurrente y evanescente, y las deformidades articulares son infrecuentes, sólo tras

años de evolución (Tabla 1). Es frecuente una discordancia entre los síntomas que

refieren los pacientes y los hallazgos en la exploración física. Las localizaciones más

frecuentes son las manos en las articulaciones metacarpofalángicas (MCP) e

interfalángicas proximales (IFP), las rodillas y los codos (8)

. La afectación en los pies

incluye el hallus valgus, la subluxación de las articulaciones metatarsofalángicas y el

aumento del arco plantar. De forma ocasional, pueden afectarse la articulación

temporomandibular y la sacroilíaca. En estos casos hay que descartar un síndrome de

«solapamiento» con una artritis reumatoide (Rhupus), una enfermedad mixta de tejido

conjuntivo o una espondiloartropatía. En menos del 10 % de los pacientes se puede

desarrollar una poliartritis simétrica y persistente por más de seis semanas, junto a

rigidez matinal. Algunos de estos pacientes presentarán factor reumatoide y anticuerpos

P:05

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 4

antipéptidos cíclicos citrulinados positivos, lo cual dificultará el diagnóstico diferencial

con una AR. Esta asociación de LES y AR se denomina Rhupus (9)

.

Tabla 1. Características de la afectación articular en el LES

Articulaciones Afectadas Carpos, MCF, IFP, rodillas, codos

Dolor Leve a moderado

Sinovitis recurrente Infrecuente

Deformidad articular Debido a alteraciones tendinosas

Desviación cubital dedos Casi siempre reversible

Carpos Habitualmente laxos, con función conservada

Erosiones en los Rx simples Muy raras

Causa de la deformidad Alteraciones estructuras tendinosas de soporte

FR positivo Entre el 10 y el 20 %

Anti-CCP positivos Alrededor del 10 %

Modificado de Manifestaciones del Aparato Locomotor. En M Khamashta y M. Vilardell Lupus

Eritematoso Sistémic (8). MCF: Metacarpofalangicas. IFP: Interfalangias proximales. Anti-CCP: anticuerpos

antipéptidos cíclicos citrulinados. FR: factor reumatoide.

La radiología simple de manos muestra edema pericapsular de tejidos blandos que

traduce sinovitis alrededor de las articulaciones, así como osteoporosis yuxtaarticular.

Las erosiones óseas son excepcionales y casi siempre en el contexto de un Rhupus. El

carpo puede presentar inestabilidad, caracterizada por un aumento > 3 mm en el espacio

interarticular entre el escafoides y el semilunar u otros huesos del carpo, y puede

observarse hasta en el 15% de los pacientes.

La ecografía y la resonancia magnética (RM) permiten evaluar con más detalle la

afectación articular de las manos, que en ocasiones pasa desapercibida en la radiografía

simple (10). La RM permite discriminar de una forma más precisa que las técnicas de

imagen convencionales el tipo de afectación articular en el LES (afectación de partes

blandas, tendinopatías, erosiones), lo que puede tener implicaciones sobre el

tratamiento.

El líquido sinovial en las articulaciones afectadas suele mostrar entre 2.000 y 15.000

células, de predominio linfocitico, con concentraciones de glucosa normales, proteínas

normales o aumentadas y concentraciones de complemento normales o disminuidas.

En el líquido articular, se pueden identificar ANA positivos a títulos bajos, células LE.

P:06

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 5

2.2 Artropatía de Jaccoud

La artropatía de Jaccoud (AJ) afecta entre un 3% y un 10 % de los pacientes con

LES, y se describe como una artropatía deformante y no erosiva (11). Se presenta tras

padecer episodios repetidos de tumefacción articular que concluyen con deformidades

en las manos, en general con mínimos signos inflamatorios, poco dolor y escasa pérdida

de la función. Consiste en la subluxación de las articulaciones MCF con desviación

cubital (deformidad en «ráfaga»), hiperextensión de las IFP (deformidad en «cuello de

cisne») y, con frecuencia, hiperextensión de la interfalángica del pulgar (pulgar en «Z»)

(Figura 1). A diferencia de la AR, las deformidades son reductibles, aunque es posible

que con los años la deformidad permanezca fija, y en fases tardías, tras años de

evolución, pueden aparecer erosiones en forma de gancho o de hoz, las cuales asientan

en las cabezas de los metacarpianos y de los metatarsianos, preferentemente en el lado

radial. Tales erosiones no son específicas de la AJ, ya que también pueden presentarse

en la AR, la gota, la pseudogota o la artrosis.

Figura 1. Deformaciones características de la Artropatía de Jaccoud

La AJ también puede afectar a los pies, los cuales presentan hallus valgus,

subluxación de las metatarsofalángicas, ensanchamiento del antepie, dedos en martillo,

acabalgamiento de dedos y pie plano, con formación de callosidades y problemas

mecánicos de apoyo. Al igual que en las manos, estas deformidades son reductibles,

pero con el paso del tiempo se convierten en deformidades fijas.

P:07

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 6

2.3 Miopatías

Hasta un 50 % de los pacientes con LES pueden desarrollar signos o síntomas

clínicos sugestivos de miopatía, tales como mialgias, dolor al moverse o debilidad

muscular (12)

. La miopatía puede estar relacionada con una miopatía inflamatoria

asociada (en relación con un síndrome de solapamiento o por actividad de la

enfermedad), o en relación con diversos fármacos, entre los que se incluyen los

glucocorticoides, los antimaláricos o los hipolipemiantes. Otras patologías relacionadas,

aunque con una menor frecuencia con la afectación muscular en el LES, son las

miopatías vacuolares, las miopatías con cuerpos de inclusión y la miastenia gravis (13)

.

2.3.1 Miopatía Inflamatoria

Se trataría de una miopatía específica del lupus, situación que no se ha podido

confirmar de forma precisa, aunque un pequeño grupo de pacientes con LES pueden

desarrollar clínica muscular de características inflamatorias (12). La clínica tiene un

amplio espectro, desde mialgias leves hasta una clínica similar a una polimiositis. Las

enzimas musculares y la electromiografía pueden ser normales en diferentes fases de

la enfermedad, lo cual dificulta el diagnóstico. No obstante, esta miopatía guarda un

paralelismo con la actividad del LES, por lo que su manejo será el de la actividad lúpica.

2.3.2. Miopatía Esteroidea

Se asocia de forma estrecha con la administración de corticoides, y el paciente

refiere desarrollo insidioso de mialgias y debilidad muscular proximal, de inicio en la

cintura pélvica y posteriormente a nivel de cintura escapular (14). En caso de progresar

acabarán afectándose los grupos musculares distales de las extremidades. Apenas se

observa elevación de las enzimas musculares, y el patrón en el EMG es inespecífico,

desde la normalidad hasta diferentes alteraciones miopáticas o neuropáticas. La

histología suele mostrar atrofia de fibras musculares tipo II, presencia de vacuolas y

ausencia o escasos datos de inflamación.

2.3.3 Miopatía por Antimaláricos

La miopatía por antimaláricos es poco frecuente, con una incidencia anual entre el

1% y 2% según estudios prospectivos, generalmente mayor con la cloroquina que con

la hidroxicloroquina (15). Estos tratamientos pueden asociarse con una elevación de las

enzimas musculares en el 18% de los pacientes, con alteraciones histológicas en la

P:08

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 7

mitad de ellos. La suspensión del fármaco se sigue de la remisión de los síntomas. El

cuadro histológico corresponde a una miopatía vacuolar.

3. Afectación pulmonar

3.1 Pleura

La pleuritis, con o sin derrame pleural, es la manifestación del aparato respiratorio

más frecuente del LES. Entre el 35% y 40% de los pacientes según las series,

desarrollarán afectación pleural en el curso de la enfermedad, y puede ser la primera

manifestación del LES (Figura 2). El paciente puede desarrollar la clínica típica de dolor

torácico pleurítico, o ser un hallazgo en una radiografía de tórax en forma de derrame

pleural leve o moderado. La sospecha clínica se realizará en el contexto del paciente,

pero el hallazgo de anticuerpos antinucleares, anti-DNA o células LE en el líquido pleural

es diagnóstico de LES (16,17)

.

Figura 2. Derrame pleural como debut en una paciente con LES.

P:09

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 8

3.2 Parénquima pulmonar

3.2.1 Neumonitis Lúpica Aguda

Es una situación infrecuente en el LES, y en el 50% de los casos se presenta en el

debut de la enfermedad. Su causa es una capilaritis por depósito de inmunocomplejos

con activación del complemento y genera un cuadro agudo de fiebre, dolor torácico y

disnea con hipoxemia, y una imagen de infiltrados pulmonares en la radiografía de tórax.

Su baja incidencia obliga al diagnóstico diferencial con otras causas de infiltrados

pulmonares, y va a tener una buena respuesta a los glucocorticoides (18)

.

3.2.2 Hemorragia Alveolar Difusa

Es una forma grave y poco frecuente de neumonitis lúpica. Suele presentarse en el

contexto de una enfermedad activa, frecuentemente con nefropatía y anticuerpos antiDNA presentes a títulos elevados. La clínica es similar a la neumonitis lúpica, si bien la

presencia de hemoptisis y descenso de la hemoglobina deben ponernos en alerta (18,19)

.

Las pruebas complementarias como la fibrobroncoscopia confirmarán el diagnóstico.

3.2.3 Enfermedad Intersticial Difusa Crónica

No es una manifestación frecuente en el LES, siendo rara su progresión y

presentación en forma de fibrosis pulmonar. Sin embargo, los estudios realizados

mediante técnicas de imagen, como la TAC de tórax de alta resolución, detectan

lesiones intersticiales en muchos pacientes asintomáticos. La clínica se caracteriza por

desarrollo progresivo de tos y disnea. Se han intentado identificar los factores de riesgo,

y se ha analizado su relación con los anticuerpos anti-Ro, si bien esta asociación no ha

quedado demostrada. Los anticuerpos anti-U1RNP también se han relacionado con esta

entidad, más concretamente cuando el paciente presenta de forma asociada una clínica

de superposición o solapamiento con esclerosis sistémica (presencia de Raynaud,

afectación esofágica y capilaroscopia patológica) (20). Estos pacientes supondrían un

subgrupo de riesgo para el desarrollo de la afectación pulmonar intersticial en el LES.

Los hallazgos histológicos son inespecíficos del LES y comunes a los observados en

otras causas de fibrosis pulmonar.

P:10

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 9

3.3 Afectación Vascular

En este apartado haremos referencia a la Hipertensión Arterial Pulmonar (HAP), y

al Tromboembolismo Pulmonar (TEP).

La HAP es una realidad en los pacientes con LES, si bien no se ha podido

establecer de forma concreta su incidencia y prevalencia. Las series sitúan la HAP en

una horquilla del 0.5% al 14% en función del diseño del estudio, si bien estudios de

series amplias de pacientes estiman su prevalencia en el 2%-3% (16,20). La HAP en el

LES puede tener una causa subyacente, como presencia de vasculitis, embolismos

pulmonares o una neumopatía crónica intersticial, pero la mayoría de los autores la

clasifican en el Tipo I, asociada a la propia enfermedad autoinmune. En la actualidad se

postula que sobre una predisposición genética, la confluencia de determinados factores

y estímulos inflamatorios y/o tóxicos, finalizarían en una alteración del equilibrio entre la

vasoconstricción y la vasodilatación en la circulación pulmonar. La disnea es el síntoma

principal, y su desarrollo sin causa evidente debe ponernos en alerta con el objetivo de

poder realizar una detección precoz.

Los pacientes con LES tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedad

tromboembólica, definida como presencia de trombosis venosa profunda (TVP) y/o TEP.

Estas situaciones se relacionan de forma significativa con la presencia de anticuerpos

antifosfolipídicos, frecuentes en el LES, y cuya asociación con fenómenos trombóticos,

tanto arteriales como venosos, está bien establecida. Aún así, su sospecha y

diagnóstico sigue siendo un reto, más en estos pacientes en los que se suman diferentes

síntomas por la propia enfermedad, que pueden crear confusión.

4. Afectación cardíaca

El LES puede afectar a las diferentes estructuras del corazón: pericardio, miocardio,

endocardio y válvulas, y las arterias coronarias. Por estudios necrópsicos previos, y por

las actuales técnicas de imagen como la técnica de isótopos, o la resonancia magnética,

sabemos que mayoría de pacientes van a tener una afectación subclínica y

asintomática, y que puede pasar desapercibida en la exploración clínica. La suma de

todos los casos, nos da cifras de prevalencia de afectación cardíaca, en todos sus

grados, en cerca del 80% de los pacientes (16,17)

.

P:11

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 10

4.1 Pericardio

La pericarditis es la forma de manifestación cardiaca más frecuente en el LES, de

tal forma que alrededor del 40% de los pacientes la presentarán en el curso de la

enfermedad. Raramente se presenta de forma aislada, y hasta en el 70% de los casos

se observa una afectación concomitante de la pleura, en forma de pleuropericarditis. No

obstante, puede ser la primera manifestación del LES y presentarse como única

manifestación clínica, si bien lo más frecuente es que esta serositis se acompañe de

otras manifestaciones clínicas propias de la enfermedad. La clínica es la común a

cualquier pericarditis, con el dolor típico, la posible auscultación de un roce pericárdico,

y los cambios en el electrocardiograma. El ecocardiograma nos confirmará la presencia

de líquido pericárdico, que generalmente será leve o moderado, si bien es posible el

desarrollo de un derrame masivo, que puede llevar al taponamiento, situación poco

frecuente y excepcional como forma de presentación clínica. El análisis del líquido

pericárdico será un exudado de predominio linfocitario, en el que el ADA puede estar

elevada. La presencia de anticuerpos antinucleares y anti-DNA en el líquido será

patognomónica de LES. La existencia de líquido pleural concomitante evitará la punción

pericárdica, teniendo el líquido pleural las mismas características que el pericárdico.

Cuando el paciente con LES esté con tratamiento anticoagulante, la inflamación de la

serosa con desarrollo de pericarditis aguda, puede condicionar un riesgo de sangrado y

complicarse con un hemopericardias. Por ello, en estos pacientes de sustituirá el

anticoagulante oral por heparina de bajo peso molecular.

4.2 Miocardio

La afectación del miocardio en el LES es frecuente, en su mayoría de forma

subclínica, y generalmente relacionada con la actividad o brotes de la enfermedad (22)

.

La forma clínica puede afectar entre el 8% y 25% de los pacientes, si bien en las

necropsias se identifica entre el 50% y 80% de los casos. La forma más común es la

miocarditis lúpica, y clínicamente se presenta como una taquicardia en reposo,

desproporcionada a la temperatura corporal, junto a cambios inespecíficos en la onda T

o ST del electrocardiograma, y la asociación variable de un ritmo de galope,

cardiomegalia sin derrame, insuficiencia cardiaca, o elevación de las enzimas cardiacas.

El estudio mediante ecocardiografía, mostrará un descenso de la fracción de eyección,

aumento de las cavidades cardiacas y zonas de hipocinesia o acinesia. Estas

alteraciones se pueden observar hasta en el 50% de los pacientes, de forma no

sospechada. La resonancia magnética puede evaluar la afectación miocárdica que se

P:12

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 11

produce con los brotes de la enfermedad de forma más específica. Se han relacionado

los anticuerpos anti-RNP con un mayor riesgo de desarrollar esta afectación cardiaca

en el adulto, y los anti-Ro maternos con la miocarditis neonatal, aunque sin resultados

concretos. La actividad clínica mantenida y el desarrollo de brotes, son las situaciones

de mayor riesgo para el desarrollo de la miocarditis lúpica.

Otra forma de afectación del miocardio es el desarrollo de una insuficiencia cardiaca

congestiva. Es una situación poco frecuente en el LES, y su presencia nos obliga a

descartar causas ajenas al Lupus, la posibilidad de un estadio avanzado de una

miocarditis lúpica no tratada y que ha evolucionado en el tiempo, o la toxicidad

miocárdica por fármacos como la ciclofosfamida o los antimaláricos (23). Estos últimos

se asocian a trastornos del ritmo y/o bloqueos, en el contexto de una miocardiopatía

restrictiva o dilatada. En la mayoría de los casos de afectación miocárdica por fármacos,

suele haber una miopatía esquelética asociada, en forma de miositis.

4.3 Endocardio y válvulas

La afectación del endocardio y las válvulas no es infrecuente en el LES, y en

muchas ocasiones esta afectación puede pasar desapercibida si no se realiza un

ecocardiograma de forma protocolizada. Las lesiones observadas son engrosamientos

y estenosis valvulares en un 40-60% de los pacientes, y desarrollo de vegetaciones y

trombos valvulares en el 5-10%, según las series. La presencia de una insuficiencia

valvular predominaría en las fases agudas asociada a actividad lúpica, y el

engrosamiento y la estenosis en las tardías, tras años de evolución de la enfermedad,

incluso en ausencia de actividad clínica. La principal válvula afectada es la mitral (63%),

seguida de la aorta (34%), y más raramente la tricuspidea (3%).

La incorporación de los anticuerpos antifosfolipídicos en el laboratorio del LES, ha

podido correlacionar de forma estrecha la presencia de dichos anticuerpos y la lesión

de las válvulas con el desarrollo de pseudovegetaciones, situación conocida como

endocarditis de Libman-Sacks (21). Se produciría una lesión inicial del endotelio valvular,

seguida de depósito de plaquetas, fibrina e inmunoglobulinas (anticuerpos anticardiolipina), fibroblastos y células mononucleadas (Figura 3). La asociación

concomitante de actividad lúpica con síntomas relacionados, pueden dificultar el

diagnóstico diferencial con una endocarditis bacteriana, máxime cuando la endocarditis

de Libman-Sacks puede complicarse con el desarrollo de émbolos a distancia.

P:13

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 12

Los factores de riesgo para el desarrollo de afectación endocárdica y valvular son

principalmente dos: 1) actividad lúpica mantenida (anemia hemolítica, plaquetopenia,

leucopenia, descenso del complemento) y 2) la presencia de anticuerpos

antifosfolipídicos. En este perfil de pacientes debe realizarse un ecocardiograma de

forma protocolizada.

Figura 3. Imágenes de engrosamientos y nódulos valvulares en una endocarditis de LibmanSacks.

4.4 Arritmias cardíacas

La taquicardia sinusal es la situación más frecuente en el LES, y se corresponde a

la situación de actividad clínica de la enfermedad con desarrollo de fiebre, así como de

formas leves de miocarditis lúpica subclínicas asociadas al brote clínico, y que remitirán

con la instauración del tratamiento sin mayores complicaciones. No obstante, siempre

deberemos descartar la presencia concomitante de una anemia, una fiebre secundaria

a una infección, o una patología tiroidea asociada. Las arritmias supraventriculares o

ventriculares con trastornos de la repolarización en el electrocardiograma, suelen

presentarse en el contexto de una pericarditis o miocarditis lúpica clínica.

La situación de bloqueo cardiaco A-V puede se ha observado en pacientes con LES

y se ha relacionado con la presencia de anticuerpos anti-Ro. Esta asociación es más

conocida en los recién nacidos de madres portadoras de anticuerpos anti-Ro y anti-La

que presentarán un LES neonatal con desarrollo de bloqueo cardiaco congénito.

P:14

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 13

4.5 Arterias coronarias

La afectación vascular en el LES, puede en relación con una base inflamatoria en

forma de vasculitis, o con el desarrollo de una ateromatosis y sus complicaciones (16)

.

En las últimas décadas se ha constatado que los pacientes con LES presentan el

desarrollo de una ateromatosis acelerada, como consecuencia principalmente de la

actividad de la enfermedad, de la presencia de anticuerpos antifosfolipídicos, y del uso

excesivo de los glucocorticoides. Si bien el desarrollo de manifestaciones clínicas en

forma de ACV o IAM se produce en el 6% a 10% de los pacientes, los estudios mediante

ecodoppler arterial muestran ateromatosis precoz subclínica en el 30-40% de los casos

(24)

.

Los anticuerpos antifosfolipídicos se han detectado en el 11% de los pacientes con

IAM, y constituyen el mayor riesgo de complicación vascular en los pacientes con LES

(25). En una serie Europea de 1.000 pacientes con síndrome antifosfolipídico (26), el 23%

de las trombosis arteriales correspondieron a un IAM como forma de debut (2,8% de la

serie), (Figura 4).

Figura 4. Estenosis coronarias en el contexto de un SAF

SAF: Síndrome Antifosfolipídico

En caso de reparación de la lesión coronaria, se aconseja realizarla mediante Bypass, dada la mayor frecuencia de re-estenosis que se ha observado en la técnica de

angioplastia y colocación de stent.

P:15

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 14

5. Afectación neurológica

La afectación del sistema nervioso central (SNC) en el lupus sigue suponiendo un

ver- dadero desafío en cuanto a la patogenia, la evaluación y el tratamiento. Se calcula

que, durante el curso de la enfermedad, el 50% de los pacientes con LES presentarán

uno, o más síntomas, relacionados con la esfera neurológica y/o psiquiátrica. Las

manifestaciones clínicas pueden ser variadas, si bien las más frecuentes son la cefalea,

la enfermedad cerebrovascular, la epilepsia, y la disfunción cognitiva. En menor

proporción, aunque con una importante morbilidad asociada, encontramos la psicosis,

el síndrome confusional agudo, la mielopatía y las neuropatías periféricas (27,28)

.

El origen de estos síntomas en el LES es multifactorial, y estarían implicados, solos

o en combinación, la isquemia y enfermedad vascular tanto de mediano como de

pequeño vaso, la disfunción neuronal mediada por anticuerpos, los trastornos inmunoinflamatorios del sistema nervioso, y la inmunidad innata a través de las interleukinas

(IL-2, IL-6, IL-8,IL-10), el factor de necrosis tumoral (TNF) y el interferón (INF-, IFN-).

Todas estas situaciones comparten una alteración de la integridad de la barrera

hematoencefálica, que permitirá el acceso de estas moléculas al líquido cefalorraquídeo

y estructuras neurológicas.

Desde el descubrimiento de los anticuerpos antifosfolipídicos (AAF) y sus

asociaciones clínicas englobadas en el síndrome antifosfolipídico (SAF) o de Hughes,

se ha descrito una larga serie de manifestaciones neurológicas atribuibles al SAF, entre

las que cabe destacar los accidentes cerebrovasculares, convulsiones, trastornos del

movimiento, mielopatía transversa, síndromes desmielinizantes, disfunción cognitiva, y

cefaleas, incluidas las migrañas (29)

.

5.1 Cefalea

Este es un síntoma común en la población general, por lo que puede ser difícil

atribuirlo exclusivamente al LES. Se calcula que entre el 20%-60% de los pacientes,

presentarán cefalea durante el curso de la enfermedad. Sus formas clínicas son las

mismas que en la población general, sin poder identificar un patrón clínico específico en

el LES, y su tratamiento debe seguir los algoritmos y recomendaciones habituales. No

obstante, en presencia de una cefalea persistente, es recomendable descartar la

presencia de AAF, dada su asociación con el desarrollo de cefaleas, en especial del tipo

migraña (30). En estos pacientes, la cefalea mejora al instituirse el tratamiento

anticoagulante, lo cual apunta a la base trombótica de dichas manifestaciones clínicas.

P:16

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 15

5.2 Enfermedad Cerebrovascular

Los pacientes con LES tienen una incidencia 10 veces mayor de eventos

cerebrovasculares, en general del territorio arterial (24,31). Pueden afectar a los vasos

grandes y medianos, o a los de pequeño calibre. La clínica dependerá del territorio

afecto, con un patrón anatómico conocido en el caso de trombosis de grandes o

medianos vasos, pero con una sintomatología más inespecífica en el caso de la

afectación de los pequeños vasos. Estos últimos pueden asociarse al desarrollo de

migraña, deterioro cognitivo y de las funciones superiores, alteración de la memoria, y

un estado de dificultad para la concentración que sea denominado “brain fog” o neblina

lúpica. En la etiopatogenia habrá que evaluar los factores de riesgo vascular presentes

o asociados en estos pacientes, incluidos la actividad mantenida de la enfermedad y el

uso mantenido de glucocorticoides, y la presencia de AAF, en especial en la afectación

de los pequeños vasos (25). Aquí, el diagnóstico diferencial entre la esclerosis múltiple y

la microtrombosis asociada al SAF puede ser difícil, y habrá que analizar bien la clínica

y las pruebas de imagen como la resonancia magnética, que presentará características

diferenciales. El territorio venoso, con trombosis del seno longitudinal, es menos

frecuente y se ha observado asociado a la presencia de AAF, y a la toma de

anticonceptivos orales.

5.3 Epilepsia

La presencia de epilepsia afecta entre el 2% y el 16% de los pacientes según las

series, y si bien es posible observar cualquier tipo de crisis comicial, las formas

generalizadas tónico-clónicas y las crisis parciales son las mayormente observadas (32)

.

Lo más habitual es que el paciente presente un único episodio, observándose las formas

recurrentes en el 12% de los casos. Las causas del desarrollo de epilepsia en el LES

suelen ser multifactoriales, y siempre hay que descartar la relación con fármacos,

trastornos metabólicos, o el contexto de actividad lúpica con presencia de

autoanticuerpos que pudieran actuar a nivel del SNC. En este sentido se ha observado

la asociación con los AAF en el contexto del SAF (33), ya sea por acción directa de los

AAF con los fosfolípidos de la glía o núcleos de la base, o como consecuencia de

isquemia e infartos isquémicos.

P:17

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 16

5.4 Corea

La corea es un trastorno del movimiento poco frecuente en el LES, con una

prevalencia de 1%, pero su presentación en personas adultas jóvenes y en presencia

de anticuerpos antinucleares positivos, es altamente sugestivo de LES (34). Suele

limitarse en pocas semanas, con escasa tendencia a la recurrencia, y responde bien a

los neurolépticos. Los estudios de series con LES y AAF, así como de pacientes con

SAF, han encontrado una relación entre la corea y la presencia de AAF (25,29). Ello ha

llevado a considerar la microangiopatía trombótica y/o la acción directa de los AAF en

el SNC, como etiopatogenia de este trastorno del tratamiento, y a proponer la terapia

antiagregante y/o anticoagulante. Asimismo, en casos refractarios y en situación de

actividad o brote lúpico, el tratamiento con corticoides y/o inmunosupresores estaría

indicado.

5.5 Afectación Medular

La afectación medular, en forma de mielitis, ocurre alrededor del 1% de los

pacientes con LES. La clínica es debida a la lesión de los nervios motores y sensitivos

en el nivel de la lesión, suele ser de presentación aguda y con un pronóstico

desfavorable. Las causas pueden ser varias, si bien como más frecuentes se incluyen

las vasculares (isquemia, embolia, vasculitis, hemorragias), infección y por la

inflamación del propio LES (35)

.

5.6 Neuropatía Periférica

La afectación de los nervios periféricos en el LES puede presentarse hasta en el

25% de los pacientes, según las series. La forma más común observada es una

polineuropatía mixta sensitivo-motora, de predominio distal, simétrica y de instauración

subaguda (28,36). La causa de esta afectación neurológica es variada, y debe descartarse

el efecto adverso de algún fármaco (hidroxicoroquina) y las situaciones metabólicas,

aunque la causa más frecuente es la relacionada con el LES. La histología mostrará una

lesión inflamatoria, por depósito de inmunocomplejos, con vasculitis de los pequeños

vasos que nutren a los nervios (vasa nervorum). Menos frecuente, pero de curso más

agudo y con distribución asimétrica, los pacientes pueden desarrollar una mononeuritis

múltiple como reflejo de la neuropatía isquémica como consecuencia de la vasculitis

obstructiva de los vasa nervorum.

P:18

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 17

6. Afectación ocular

Se presenta en el 4.5% de los pacientes durante el curso de la enfermedad, y puede

afectar a cualquier estructura ocular (37). Aunque puede ser la primera manifestación del

LES, generalmente su detección se produce cuando ya se han observado otros

síntomas y signos de la enfermedad. Su causa se relaciona con la actividad lúpica, con

desarrollo de fenómenos de isquemia y trombosis, y por efectos adversos de algunos

fármacos, como los antimaláricos y los glucocorticoides.

6.1 Ojo Seco

Su frecuencia en el LES va a depender si contabilizamos sólo los pacientes con

síntomas (30%), o también aquellos que tienen una prueba de Schirmer positiva, en

ausencia de clínica (40%-80%). La queratoconjuntivitis seca es la manifestación ocular

más común en el LES (38), y cuando se asocia a xerostomía, hablamos de un síndrome

de Sjögren asociado. El paciente no identifica su ojo como “seco”, sino que refiere

sensación de cuerpo extraño, escozor y enrojecimiento. El retraso diagnóstico y/o la

falta de cuidados puede conducir a complicaciones, siendo la más frecuente y grave la

ulceración con posible sobreinfección de la córnea (queratitis ulcerativa).

6.2 Esclera

La esclera puede afectarse en forma de Epiescleritis, de carácter autolimitado y

benigno, que se presenta como enrojecimiento conjuntival y dolor leve, y con buena

respuesta al tratamiento, o en forma de una Escleritis (Figura 5), situación más grave

que implica una afectación más profunda de la esclera, con clínica más intensa y que

puede complicarse con afectación y alteración de la estructura ocular (escleromalacia

perforante) (37,38). Estos casos van a requerir tratamiento sistémico con fármacos

inmunosupresores.

P:19

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 18

Figura 5. Afectación de la esclera ocular en forma de Escleritis

6.3 Retina

La afectación de la retina (retinopatía lúpica) es la lesión ocular más frecuente en el

LES, después de la queratoconjuntivitis seca. Se han descrito dos formas clínicas: una

afectación más benigna sin repercusión en la agudeza visual, y que estaría originada

por una microangiopatía en relación con el depósito de inmunocomplejos con desarrollo

de necrosis fibrinoide de la pared vascular (39). En la exploración ocular encontraremos

una suma de manchas algodonosas, hemorragias retinianas en asociación o no a

edema de paila, microaneurismas y telangiectasias. La otra forma clínica estaría

constituida por una enfermedad vasooclusiva severa en la que el mecanismo principal

sería el desarrollo de microtrombos. También se han descrito oclusión de la arteria y/o

vena central de la retina. En esta forma de lesión retiniana estarían implicados de forma

directa los AAF, y se ha identificado también en ausencia de LES en aquellos pacientes

con SAF (25,26). A diferencia de la retinopatía lúpica, esta forma vasooclusiva tiene un

peor pronóstico respecto a la preservación de la agudeza visual.

6.4 Nervio Óptico

La afectación del Nervio Óptico se puede presentar en el 2% de los pacientes con

LES, y en su etiopatogenia destaca la presencia de una enfermedad vasooclusiva de

los pequeños vasos del nervio óptico (vasa nervorum) y también a nivel cerebral, muy

relacionada con la presencia de AAF (37). Esta neuropatía óptica puede presentarse

como una Neuritis Óptica, que cursaría con una pérdida más o menos brusca de la

agudeza visual, unilaterial, junto con dolor a la movilización ocular. El pronóstico es

P:20

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 19

desfavorable y en la mitad de los casos puede asociarse una mielitis transversa. La otra

forma clínica es un Neuropatía Óptica Isquémica, también con pérdida más o menos

aguda de la agudeza visual, en este caso indolora y frecuentemente bilateral. Esta forma

clínica traduce una base trombótica que estaría asociada a los AAF.

6.5 Lesión por Fármacos

Algunos de los fármacos usados para tratar el LES pueden ocasionar daño a nivel

ocular, que con el tiempo se ha identificado y catalogado como característico. Los

fármacos más comunes son los glucocorticoides, que se asocian al desarrollo de

cataratas, y con menor frecuencia glaucoma, y los antimaláricos, más en concreto la

cloroquina y en menor grado la hidroxicloroqiona, que pueden producir depósitos

retinianos y afectación de la mácula (40) (lesión en ojo de buey) (Figura 6), así como

depósitos corneales sin implicaciones clínicas, y que remiten al dejar de tomar el

fármaco.

Figura 6. Maculopatía en Ojo de Buey secundaria a antimaláricos

P:21

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 20

BIBLIOGRAFÍA

1. L. Pallarés, E. Esteban, FJ. Rascón. Síntomas Generales. En Lupus Eritematoso

Sistémico. M Khamashta y M. Vilardell Editores. Ed: Caduceo Multimedia. 2009

Barcelona.

2. Mertz P, Schlencker A, Schneider M, Gavand PE, Martin T, Arnaud L. Towards a

practical management of fatigue in systemic lupus erythematosus. Lupus Sci Med.

2020 Nov;7(1): e000441. doi: 10.1136/lupus-2020-000441.

3. Kawka L, Schlencker A, Mertz P, Martin T, Arnaud L. Fatigue in Systemic Lupus

Erythematosus: An Update on Its Impact, Determinants and Therapeutic

Management. J Clin Med. 2021 Sep 3;10(17):3996.

4. Rendas-Baum R, Baranwal N, Joshi AV, Park J, Kosinski M. Psychometric properties

of FACIT-Fatigue in systemic lupus erythematosus: a pooled analysis of three phase

3 randomised, double-blind, parallel-group controlled studies (BLISS-SC, BLISS-52,

BLISS-76). J Patient Rep Outcomes. 2021 Apr 8;5(1):33.

5. Mahieu MA,Ramsey-Goldman R. Candidate Biomarkers for Fatigue in Systemic

Lupus Erythematosus: A Critical Review. Curr Rheumatol Rev. 2017;13(2):103-112.

6. Lanoix JP, Bourgeois AM, Schmidt J, Desblache J, Salle V, Smail A, Mazière JC,

Betsou F, Choukroun G, Duhaut P, Ducroix JP. Serum procalcitonin does not

differentiate between infection and disease flare in patients with systemic lupus

erythematosus. Lupus. 2011 Feb;20(2):125-30.

7. El-Serougy E, Zayed HS, Ibrahim NM, Maged LA. Procalcitonin and C-reactive

protein as markers of infection in systemic lupus erythematosus: the controversy

continues. Lupus. 2019 Oct;28(11):1329-1336.

8. AC Zea, A. Rodríguez, M Vázquez. Manifestaciones del Aparato Locomotor. En

Lupus Eritematoso Sistémico. M Khamashta y M. Vilardell Editores. Ed: Caduceo

Multimedia. 2009 Barcelona.

9. Antonini L, Le Mauff B, Marcelli C, Aouba A, de Boysson H. Rhupus: a systematic

literature review. Autoimmun Rev. 2020 Sep;19(9):102612. doi:

10.1016/j.autrev.2020.102612.

P:22

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 21

10. Lins CF, Santiago MB. Ultrasound evaluation of joints in systemic lupus

erythematosus: a systematic review. Eur Radiol. 2015 Sep;25(9):2688-92.

11. Santiago M. Jaccoud-type lupus arthropathy: practical classification criteria. Lupus

Sci Med. 2020 May;7(1):e000405. doi: 10.1136/lupus-2020-000405. PMID:

32393604; PMCID: PMC7223263.

12. Cotton T, Niaki OZ, Zheng B, Pineau CA, Fritzler M, Vinet E, Clarke AE, Bernatsky

S. Myositis in systemic lupus erythematosus. Lupus. 2021 Apr;30(4):615-619.

13. Jiménez-Alonso J, Navarrete-Navarrete N, Jiménez-Jáimez E, Jáimez L.

Myasthenia gravis and systemic lupus erythematosus: presentation of 5 cases and

PubMed review. Neurologia (Engl Ed). 2021 Sep;36(7):556-557.

14. Perrot S, Le Jeunne C. Atteinte musculaire et glucocorticoïdes [Steroid-induced

myopathy]. Presse Med. 2012 Apr;41(4):422-6. French.

15. Casado E, Gratacós J, Tolosa C, Martínez JM, Ojanguren I, Ariza A, Real J, Sanjuán

A, Larrosa M. Antimalarial myopathy: an underdiagnosed complication? Prospective

longitudinal study of 119 patients. Ann Rheum Dis. 2006 Mar;65(3):385-90.

16. Tselios K, Urowitz MB. Cardiovascular and Pulmonary Manifestations of Systemic

Lupus Erythematosus. Curr Rheumatol Rev. 2017;13(3):206-218.

17. Gimeno-Torres L, Carrión-Barberà I, Durán X, Villegas E, Monfort J, Salman-Monte

TC. Prevalence and risk factors for serositis in patients with systemic lupus

erythematosus: A case-control study. Lupus. 2021 Nov;30(13):2095-2101.

18. Aguilera-Pickens G, Abud-Mendoza C. Pulmonary manifestations in systemic lupus

erythematosus: pleural involvement, acute pneumonitis, chronic interstitial lung

disease and diffuse alveolar hemorrhage. Reumatol Clin (Engl Ed). 2018 SepOct;14(5):294-300.

19. Andrade C, Mendonça T, Farinha F, Correia J, Marinho A, Almeida I, Vasconcelos

C. Alveolar hemorrhage in systemic lupus erythematosus: a cohort review. Lupus.

2016 Jan;25(1):75-80.

20. Hannah JR, D'Cruz DP. Pulmonary Complications of Systemic Lupus

Erythematosus. Semin Respir Crit Care Med. 2019 Apr;40(2):227-234.

P:23

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 22

21. Moyssakis I, Tektonidou MG, Vasilliou VA, Samarkos M, Votteas V, Moutsopoulos

HM. Libman-Sacks endocarditis in systemic lupus erythematosus: prevalence,

associations, and evolution. Am J Med. 2007 Jul;120(7):636-42.

22. Guglin M, Smith C, Rao R. The spectrum of lupus myocarditis: from asymptomatic

forms to cardiogenic shock. Heart Fail Rev. 2021 May;26(3):553-560.

23. Tselios K, Deeb M, Gladman DD, Harvey P, Urowitz MB. Antimalarial-induced

cardiomyopathy: a systematic review of the literature. Lupus. 2018 Apr;27(4):591-

599.

24. Restivo V, Candiloro S, Daidone M, et al. Systematic review and meta-analysis of

cardiovascular risk in rheumatological disease: Symptomatic and non-symptomatic

events in rheumatoid arthritis and systemic lupus erythematosus. Autoimmun Rev.

2022 Jan;21(1):102925. doi: 10.1016/j.autrev.2021.102925.

25. Cervera R. Antiphospholipid syndrome. Thromb Res. 2017 Mar;151 Suppl 1:S43-

S47.

26. Cervera R, Piette JC, Font J, et al. Euro-Phospholipid Project Group.

Antiphospholipid syndrome: clinical and immunologic manifestations and patterns of

disease expression in a cohort of 1,000 patients. Arthritis Rheum. 2002

Apr;46(4):1019-27.

27. Carrión-Barberà I, Salman-Monte TC, Vílchez-Oya F, Monfort J. Neuropsychiatric

involvement in systemic lupus erythematosus: A review. Autoimmun Rev. 2021

Apr;20(4):102780. doi: 10.1016/j.autrev.2021.102780.

28. Shaban A, Leira EC. Neurological Complications in Patients with Systemic Lupus

Erythematosus. Curr Neurol Neurosci Rep. 2019 Nov 26;19(12):97. doi:

10.1007/s11910-019-1012-1. PMID: 31773306.

29. Leal Rato M, Bandeira M, Romão VC, Aguiar de Sousa D. Neurologic Manifestations

of the Antiphospholipid Syndrome - an Update. Curr Neurol Neurosci Rep. 2021 Jun

14;21(8):41.

30. Hanly JG, Urowitz MB, O'Keeffe AG, et al. Headache in systemic lupus

erythematosus: results from a prospective, international inception cohort study.

Arthritis Rheum. 2013 Nov;65(11):2887-97.

P:24

Manifestaciones sistémicas extrarrenales 23

31. Bernatsky S, Clarke A, Gladman DD, et al. Mortality related to cerebrovascular

disease in systemic lupus erythematosus. Lupus. 2006;15(12):835-9.

32. Rodriguez-Hernandez A, Ortiz-Orendain J, Alvarez-Palazuelos LE, Gonzalez-Lopez

L, Gamez-Nava JI, Zavala-Cerna MG. Seizures in systemic lupus erythematosus: A

scoping review. Seizure. 2021 Mar;86:161-167.

33. Noureldine MH, Harifi G, Berjawi A, Haydar AA, Nader M, Elnawar R, Sweid A, Al

Saleh J, Khamashta MA, Uthman I. Hughes syndrome and epilepsy: when to test

for antiphospholipid antibodies? Lupus. 2016 Nov;25(13):1397-1411.

34. Baizabal-Carvallo JF, Alonso-Juarez M, Koslowski M. Chorea in systemic lupus

erythematosus. J Clin Rheumatol. 2011 Mar;17(2):69-72.

35. Velloso Feijoo ML, García Hernández F, Ocaña Medina C, González León R,

Garrido Rasco R, Sánchez Román J. Mielitis transversa en lupus eritematoso

sistémico [Transverse myelitis in systemic lupus erythematosus]. Reumatol Clin.

2007 Mar;3(2):73-7.

36. Bortoluzzi A, Silvagni E, Furini F, Piga M, Govoni M. Peripheral nervous system

involvement in systemic lupus erythematosus: a review of the evidence. Clin Exp

Rheumatol. 2019 Jan-Feb;37(1):146-155.

37. De Andrade FA, Guimarães Moreira Balbi G, Bortoloti de Azevedo LG, Provenzano

Sá G, Vieira de Moraes Junior H, Mendes Klumb E, Abramino Levy R. Neuroophthalmologic manifestations in systemic lupus erythematosus. Lupus. 2017

Apr;26(5):522-528.

38. Silpa-archa S, Lee JJ, Foster CS. Ocular manifestations in systemic lupus

erythematosus. Br J Ophthalmol. 2016 Jan;100(1):135-41.

39. Gao N, Li MT, Li YH, et al. Retinal vasculopathy in patients with systemic lupus

erythematosus. Lupus. 2017 Oct;26(11):1182-1189.

40. Mukwikwi ER, Pineau CA, Vinet E, Clarke AE, Nashi E, Kalache F, Grenier LP,

Bernatsky S. Retinal Complications in Patients with Systemic Lupus Erythematosus

Treated with Antimalarial Drugs. J Rheumatol. 2020 Apr;47(4):553-556.

Create a Flipbook Now
Explore more